agosto 2012_revista euskal herria_perseidas_larraitz etxeberria

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euskal herria 113 euskal herria 113 euskal herria 112 euskal herria 113 astronomía Perseidas: lluvia de ¿ estrellas ? t Larraitz Etxeberria - EUREKA! Zientzia Museoa U N AÑO MÁS, FIEL A SU CITA VERANIEGA, VUELVE LA LLUVIA DE ESTRELLAS FUGACES MÁS CONOCIDA. EL 12 DE AGOSTO AUNQUE EL FENÓMENO SERÁ DIVISABLE HASTA FINALES DEL MESTENEMOS UNA CITA INELU- DIBLE CON LAS PERSEIDAS, O LÁGRIMAS DE SAN LORENZO. PERO, ¿CÓMO ES POSIBLE UNIR TRES ÁMBITOS TAN DIFERENTES COMO LA ASTRONOMÍA, LA MITOLOGÍA Y LA RELIGIÓN? BUSQUEMOS EL NEXO. E l punto de partida lo encontramos en la astronomía, la ciencia que trata de cuanto se refiere a astros, y prin- cipalmente a las leyes de sus movi- mientos. Cualquier observación astronómica la realizamos dirigiéndonos al cielo. En este caso, lo hacemos para observar cómo algunas partí- culas del espacio interplanetario llegan hasta nuestro planeta. Pero, ¿qué tipo de partículas? Hablamos de micropartículas o de partículas microscópicas que no podemos observar a sim- ple vista, a no ser que colisionen con la atmósfera terrestre y penetren en ella. Y esto es precisamente lo que ocurre durante una lluvia de estrellas. Estas pequeñas partículas han sido depositadas en el espacio interplanetario por cometas que realizan su recorrido alrededor del Sol. A medida que los cometas se acercan al astro rey, parte de su estruc- tura se va desintegrando y van dejando una nube de partículas, que en nuestro caso, quedan depositadas en algún punto de la órbita que dibuja la Tierra alre- & Ciencia dedor del Sol. Cuando, cada año, nuestro planeta atraviesa ese punto concreto de la órbita en el que permanecen depositadas las partículas, éstas pene- tran en la atmósfera a gran velocidad friccionando fuertemente con ella. La fricción hace que las partí- culas se quemen total o parcialmente y que, conse- cuentemente, brillen. Por tanto, podemos decir que las estrellas fugaces no son más que partículas de polvo cometario que al chocar con nuestro planeta penetran en la atmósfera y que, debido a la fricción, brillan hasta desintegrarse casi por completo. EL COMETA SWIFT-TUTTLE Y PERSEO Pero es la de las Perseidas la lluvia de estre- llas –o lluvia de partículas de polvo– que nos ocupa. Ésta es producida por los restos prove- nientes del cometa Swift-Tuttle. Este cometa fue descrito por primera vez por astrónomos chinos en el siglo ii y atravesó por última vez la órbita El máximo de Perseidas ocurre la noche del 11 al 12 de agosto (en la madrugada del 12), aunque es posible observar este tipo de estrellas fugaces desde el 17 de julio hasta el 24 de agosto, fechas entre las cuales la Tierra atraviesa la nube de par- tículas dejada por el cometa Swift-Tuttle. Pese a que las partículas son microscópicas, ya hemos mencionado que se observan a simple vista cuando penetran en la atmósfera, por lo que no es necesario ningún útil astronómico para su observación, es suficiente con estar bien atentos al cielo despejado, y alejados de los núcleos urba- nos demasiado iluminados. Aunque el radiante se sitúe en Perseo, las estrellas fugaces recorrerán todo nuestro firmamento, por lo que no será necesario dirigir la mirada a ningún punto con- creto del cielo. Además, este año la Luna estará en cuarto menguante (dirigiéndose a nueva), por lo que su luz no interferirá en la observación. ¡Solamente nos queda esperar que las con- diciones meteorológicas nos ayuden! Si es así, podremos recrearnos en estas partículas de polvo, o en las lágrimas del mártir quemado en la hoguera. ¿QHACER PARA OBSERVARLAS? Las lágrimas de San Lorenzo recorren el espacio en el cuadrante ocupado por la constelación de Perseo. de nuestro planeta en 1992, ya que completa una vuelta cada algo más de 120 años. Al observar el cielo la noche del 12 al 13 de agos- to, veremos que todas las partículas de esta nube que penetren en nuestra atmósfera parecerán pro- venir de una zona concreta del cielo, zona en la que se encuentra la constelación de Perseo. Por tanto, decimos que el radiante de esta lluvia de estrellas está en la constelación de Perseo. Esto no significa que las estrellas fugaces que vemos provengan físi- camente de esta constelación. Debemos tener en cuenta que las partículas se sitúan a una distancia tal como el grosor de nuestra atmósfera mientras que las estrellas que conforman la constelación de Perseo lo hacen a muchísimos años luz. Si seguimos las estelas de las estrellas fuga- ces que observamos, veremos que todas tienen su origen en el punto del cielo en el que noso- tros vemos la constelación de Perseo, por lo que la nube originaria se sitúa delante de ésta. Pero todo es cuestión de perspectiva, porque mirando a la nube desde el espacio, el paisaje que veríamos tras esta sería diferente. Lo enten- deremos fácilmente con un ejemplo. Sujetemos la revista que tenemos en nuestras manos y coloquémosla de manera vertical a la altura de nuestros ojos. ¿Qué objeto de la habitación en la que estamos se sitúa tras ella? El objeto que veamos será el radiante de la revista. Otra persona que se encuentre en otro lugar de la habitación y mire la misma revista verá tras ella algo diferente. La revista no está ni en el radiante que nosotros vemos ni en el que ve la otra persona, no es más que un punto de referencia. LÁGRIMAS DEL MÁRTIR LORENZO Nos hemos ido un poco por las ramas. Volvamos al inicio, porque ya hemos hablado de Perseo, personaje de la mitología griega. Y ¿qué tiene que ver la mitología con la astronomía? Mucho. La mitología es el conjunto de mitos de un pueblo o cultura, es en lo que un pueblo cree, y como tal es algo que se cuenta y que se transmite de generación en generación. El cielo ha servido a las diferentes culturas para contar su historia y en la cultura griega la constela- ción en la que tiene el radiante esta lluvia de estre- llas representaba a Perseo, semidiós hijo de Dánae y Zeus, y pretendiente enamorado de Andróme- da, hija de Cefeo y Casiopea, que para salvarla de las garras del monstruo Cetus utilizó la cabeza cortada de Medusa. Cada cultura cuenta su propia historia y ve sus personajes en los dibujos formados por las estrellas. Y llegamos a San Lorenzo. Así como las diferentes culturas han interpretado de manera diferente las figuras del cielo, las religiones también han hecho suyos los diferentes sucesos astronómicos. El 10 de agosto es el día de San Loren- zo, mártir de la religión cristiana que fue quemado en la hoguera. En la Edad Media y durante el Rena- cimiento, se relacionaron las estrellas fugaces que se veían en esa fecha, en la que se conmemoraba su muerte, con las lágrimas que San Lorenzo derramó en sus momentos de agonía, recibiendo el nombre de Lágrimas de San Lorenzo. y d d d d d d d d d d d d d d d d d d d d d d c c c c d d d d d d d LAS ESTRELLAS FU- GACES NO SON MÁS QUE PARTÍCULAS DE POLVO COMETARIO QUE PENETRAN EN LA ATMÓSFERA Y BRILLAN HASTA DES- INTEGRARSE Bajo estas líneas, mapa de la constelación de Perseo. El hijo de Zeus y madre mortal sostiene la cabeza cortada de Medusa.

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astronomía

Perseidas: lluvia de ¿estrellas?t Larraitz Etxeberria - EUREKA! Zientzia Museoa

UN AÑO MÁS, FIEL A SU CITA VERANIEGA, VUELVE LA LLUVIA DE ESTRELLAS FUGACES MÁS CONOCIDA. EL 12 DE AGOSTO –AUNQUE EL FENÓMENO SERÁ DIVISABLE HASTA FINALES DEL MES– TENEMOS UNA CITA INELU-DIBLE CON LAS PERSEIDAS, O LÁGRIMAS DE SAN LORENZO. PERO, ¿CÓMO ES POSIBLE UNIR TRES ÁMBITOS

TAN DIFERENTES COMO LA ASTRONOMÍA, LA MITOLOGÍA Y LA RELIGIÓN? BUSQUEMOS EL NEXO.

El punto de partida lo encontramos en la astronomía, la ciencia que trata de cuanto se refiere a astros, y prin-cipalmente a las leyes de sus movi-

mientos. Cualquier observación astronómica la realizamos dirigiéndonos al cielo. En este caso, lo hacemos para observar cómo algunas partí-culas del espacio interplanetario llegan hasta nuestro planeta. Pero, ¿qué tipo de partículas?

Hablamos de micropartículas o de partículas microscópicas que no podemos observar a sim-ple vista, a no ser que colisionen con la atmósfera terrestre y penetren en ella. Y esto es precisamente lo que ocurre durante una lluvia de estrellas. Estas pequeñas partículas han sido depositadas en el espacio interplanetario por cometas que realizan su recorrido alrededor del Sol. A medida que los cometas se acercan al astro rey, parte de su estruc-tura se va desintegrando y van dejando una nube de partículas, que en nuestro caso, quedan depositadas en algún punto de la órbita que dibuja la Tierra alre-

&Ciencia

dedor del Sol. Cuando, cada año, nuestro planeta atraviesa ese punto concreto de la órbita en el que permanecen depositadas las partículas, éstas pene-tran en la atmósfera a gran velocidad friccionando fuertemente con ella. La fricción hace que las partí-culas se quemen total o parcialmente y que, conse-cuentemente, brillen. Por tanto, podemos decir que las estrellas fugaces no son más que partículas de polvo cometario que al chocar con nuestro planeta penetran en la atmósfera y que, debido a la fricción, brillan hasta desintegrarse casi por completo.

EL COMETA SWIFT-TUTTLEY PERSEO

Pero es la de las Perseidas la lluvia de estre-llas –o lluvia de partículas de polvo– que nos ocupa. Ésta es producida por los restos prove-nientes del cometa Swift-Tuttle. Este cometa fue descrito por primera vez por astrónomos chinos en el siglo ii y atravesó por última vez la órbita

El máximo de Perseidas ocurre la noche del 11 al

12 de agosto (en la madrugada del 12), aunque

es posible observar este tipo de estrellas fugaces

desde el 17 de julio hasta el 24 de agosto, fechas

entre las cuales la Tierra atraviesa la nube de par-

tículas dejada por el cometa Swift-Tuttle.

Pese a que las partículas son microscópicas,

ya hemos mencionado que se observan a simple

vista cuando penetran en la atmósfera, por lo que

no es necesario ningún útil astronómico para su

observación, es suficiente con estar bien atentos

al cielo despejado, y alejados de los núcleos urba-

nos demasiado iluminados. Aunque el radiante se

sitúe en Perseo, las estrellas fugaces recorrerán

todo nuestro firmamento, por lo que no será

necesario dirigir la mirada a ningún punto con-

creto del cielo. Además, este año la Luna estará

en cuarto menguante (dirigiéndose a nueva), por

lo que su luz no interferirá en la observación.

¡Solamente nos queda esperar que las con-

diciones meteorológicas nos ayuden! Si es así,

podremos recrearnos en estas partículas de

polvo, o en las lágrimas del mártir quemado

en la hoguera.

¿QUÉ HACER PARA OBSERVARLAS?

Las lágrimas de San Lorenzo recorren el espacio en el cuadrante ocupado por la constelación de Perseo.

de nuestro planeta en 1992, ya que completa una vuelta cada algo más de 120 años.

Al observar el cielo la noche del 12 al 13 de agos-to, veremos que todas las partículas de esta nube que penetren en nuestra atmósfera parecerán pro-venir de una zona concreta del cielo, zona en la que se encuentra la constelación de Perseo. Por tanto, decimos que el radiante de esta lluvia de estrellas está en la constelación de Perseo. Esto no significa que las estrellas fugaces que vemos provengan físi-camente de esta constelación. Debemos tener en cuenta que las partículas se sitúan a una distancia tal como el grosor de nuestra atmósfera mientras que las estrellas que conforman la constelación de Perseo lo hacen a muchísimos años luz.

Si seguimos las estelas de las estrellas fuga-ces que observamos, veremos que todas tienen su origen en el punto del cielo en el que noso-tros vemos la constelación de Perseo, por lo que la nube originaria se sitúa delante de ésta. Pero todo es cuestión de perspectiva, porque mirando a la nube desde el espacio, el paisaje que veríamos tras esta sería diferente. Lo enten-deremos fácilmente con un ejemplo. Sujetemos la revista que tenemos en nuestras manos y coloquémosla de manera vertical a la altura de nuestros ojos. ¿Qué objeto de la habitación en la que estamos se sitúa tras ella? El objeto que veamos será el radiante de la revista. Otra persona que se encuentre en otro lugar de la habitación y mire la misma revista verá tras ella algo diferente. La revista no está ni en el radiante que nosotros vemos ni en el que ve la otra persona, no es más que un punto de referencia.

LÁGRIMAS DEL MÁRTIR LORENZO

Nos hemos ido un poco por las ramas. Volvamos al inicio, porque ya hemos hablado de Perseo, personaje de la mitología griega. Y ¿qué tiene que ver la mitología con la astronomía? Mucho. La mitología es el conjunto de mitos de un pueblo o cultura, es en lo que un pueblo cree, y como tal es algo que se cuenta y que se transmite de generación en generación.

El cielo ha servido a las diferentes culturas para contar su historia y en la cultura griega la constela-ción en la que tiene el radiante esta lluvia de estre-llas representaba a Perseo, semidiós hijo de Dánae y Zeus, y pretendiente enamorado de Andróme-da, hija de Cefeo y Casiopea, que para salvarla de las garras del monstruo Cetus utilizó la cabeza

cortada de Medusa. Cada cultura cuenta su propia historia y ve sus personajes en los

dibujos formados por las estrellas.Y llegamos a San Lorenzo. Así como

las diferentes culturas han interpretado de manera diferente las figuras del cielo,

las religiones también han hecho suyos los diferentes sucesos astronómicos. El 10 de agosto es el día de San Loren-

zo, mártir de la religión cristiana que fue quemado en la hoguera. En la Edad Media y durante el Rena-cimiento, se relacionaron las estrellas fugaces que se veían en esa fecha, en la que se conmemoraba su muerte, con las lágrimas que San Lorenzo derramó en sus momentos de agonía, recibiendo el nombre de Lágrimas de San Lorenzo.

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LAS ESTRELLAS FU-

GACES NO SON MÁS

QUE PARTÍCULAS DE

POLVO COMETARIO

QUE PENETRAN EN

LA ATMÓSFERA Y

BRILLAN HASTA DES-

INTEGRARSE

Bajo estas líneas, mapa de la constelación de Perseo. El hijo de Zeus y madre mortal sostiene la cabeza cortada de Medusa.