# 48 p. edit manifiestoculturaltebas-ucv: encuentro,construcciónydesate

Desate

Los aforismos aquí expuestos forman parte de nuestra toma de posición ética y estética frente a Venezuela y el mundo. Con ellos queremos contribuir a darle mayor dinamismo a la cultura, a la animación sociocultural y a la producción cultural en el país, y favorecer la generación de nuevos, renovados repertorios artístico/culturales en esta maceración de elementos idiosincrásicos que nos conforman como pueblo y que deseamos nos lleve a puertos siempre mejores. Aspiramos a que se convierta, sobre todo para estudiantes, investigadores, docentes, artistas, artesanos, cultores y decisores, en

Un Mani!esto parael Encuentro,

la Construcción yel Desate

MANIFIESTO POR EL ENCUENTRO, LA CONSTRUCCIÓN Y EL DESATE

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Comenzamos a!rmando que las personas, los seres humanos, somos un continuo con nosotros mismos y con la propia

naturaleza a la que estamos integrados.

CENTRO DE INVESTIGACIONES EDUCATIVAS UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA

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Nos sumamos a las personas, organizaciones y movimientos que en Venezuela y el resto del mundo encumbran fuerzas constructivas y la oponen a fuerzas destructivas en estos tiempos y en el porvenir; que alientan la generación de

conocimientos, así como la producción de bienes espirituales y bienes materiales; que claman y trabajan por un mejor entendimiento entre los seres humanos y sus entornos, en armonía y equilibrio con los otros y con el ambiente. Esto forma parte del derecho a la ternura, el principio de la ecología humana.

Creemos que el sentido ecológico empieza por el ser humano. Si no hay conciencia y cuidado de sí como recurso natural no

renovable, será imposible, o al menos inauténtico, poco sentido o

demagógico, llamarse ecológico. Toca cuidarse y cuidar al otro también.


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Reiteramos: es una contradicción estar en el mundo para sobrevivir cuando se nos ha dado amorosamente la existencia para vivirla dignamente, a plenitud.

Ponderamos la plenitud de la vida en estado de festina lente (es decir, sin prisa y sin pausa) junto a la búsqueda, generación y encuentro permanente de conocimientos y observancia de las emociones para el bienestar humano.

Nuestro cometido es y será un ejercicio permanente de acción re"exión por la defensa, optimizacióny garantía de la naturaleza, la educación, las artes -incluyendo al arte emergente de lo digital- , la comunicación, las nuevas tecnologías, la poesía, la cultura.


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Consideramos la educación, las artes, las disciplinas de la comunicación, el arte de los nuevos medios y la poesía como formas

rizomáticas generadoras de la potencialidad y la capacidad

de crear, construir, compartir y transformar el mundo en un lugar gobernado por la libertad, el cultivo de la diversidad y la fraternidad sin fronteras para toda la humanidad.

Les otorgamos una importancia redoblada a la educación, las artes, la comunicación, lo digital, el arte de los nuevos medios y la poesía para los tiempos por venir, como cajas globales de resonancia de las emociones humanas, como puentes de oro para el conocimiento, la concordia y el intercambio dentro del propio país y de nación a nación.


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Para ganar más es preferible sumar y multiplicar, a restar y dividir.

Propicio es recordar la vieja conseja del Maestro: Fácil es derivar, difícil es integrar.

Nuestras investigaciones y experiencias en campo nos rati!can que la letra con arte entra en el corazón del pensamiento y allí se queda. Pasan por mí los contenidos cuando soy capaz de re - crearlos.


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La equidad y el lenguaje de género son y serán consideraciones indispensables en las re"exiones y acciones a emprender, donde tienen cabida mujeres y hombres, adolescentes, jóvenes, niñas y niños.

Nos reconocemos en el lenguaje explícito y al mismo tiempo tácito, así como en la intuición de las mujeres que nos acunan cantando desde el primer aborigen, de

allí -entre otros valores- el movimiento que la música despierta en nuestros cuerpos apenas los primeros compases empiezan a sonar. Quizás de allí es que seamos un pueblo que canta cuando trabaja, maravillosa manera de entrarle con ánimo a la faena desde temprano.


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Reconocemos una sola venezolanidad. Diversa, mestiza, viva, rica y cimarrona. Trabajadora, combativa, musical y cantarina. Histriónica, fuerte y sentimental. Caribe.

Aceptamos que el buen humor es dominante en nuestro estado de ánimo, así como la moral heterónoma es componente de nuestros procederes. Además, cantamos, bailamos, festejamos espléndidamente desde antes de nacer y hasta después de la muerte.

Somos agudamente ocurrentes y, paradójicamente, con tendencia a ser poco consecuentes. Sin embargo, cuando se nos va la pena nos perdemos de vista y podemos escuchar, ante los dones expuestos de alguien, expresiones como: ¡Aquí lo que tenemos es talento!


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Advertimos que nos requieren fuera del país y en distintos campos del conocimiento. Pero tenemos que salir y triunfar en el extranjero para luego ser recibidos y apreciados aquí. Extraña tendencia. Pareciera que nos quisiéramos y nos reconociéramos poco entre nosotros mismos.

Percibimos en nuestro comportamiento y lenguaje

cotidianos, en nuestra relación con el espacio y con el tiempo, una tendencia importante hacia la vaguedad, la contradicción,

la imprecisión, la indeterminación. También

creemos que el escepticismo y la desesperanza adquirida han sido dos de nuestras más dañinas creencias heredadas. Nuestra condición minera y el hábito de esperar caridad y asistencia nos aletargan y perturban nuestro honor. Crecer en nuestra dignidad va por el camino del trabajo, la creación, la tenacidad, la determinación y la participación.


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Observamos que son las emociones sustrato básico, sustantivo, de ese ser sentimental que somos. Es así como reconocemos el valor de la canción popular y del melodrama como

soportes expresivos preferidos de nuestro ser venezolano, indígena, caribeño, andino, llanero, pluricultural, heredero de distintas sangres. Tropical.

Miramos nuestra facultad artística y generosa al apreciar la dedicación y los costos relativos al aseo y cuidado personal de venezolanas y venezolanos, así como al apreciar arreglos con sentido estético y la hospitalidad de un café que recibe al huésped hasta en la casa más humilde.

Gozamos de un natural sentido de sinergia, así como de un alto grado de resiliencia, al ser capaces de vivir la vida con fatalidad y valor, desde las llamas de lo aparentemente perdido, y todavía volar haciendo conexiones. Somos solidarios, tribales, gregarios.


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Creemos que un país mayoritariamente joven pero con desconocimiento de su historia puede ser un riesgo para la memoria nacional. Pero un país mayoritariamente joven, donde ser viejo es una condena y una inutilidad, olvida que nadie se pone joven porque todas y todos, inexorablemente, nos pondremos viejos.

Apreciamos que el amiguismo y la familiaridad atraviesan nuestras morfologías relacionales. De allí al nepotismo sólo hay un paso. Nuestras instituciones han tenido y tienen la tendencia a fundarse a partir de la !gura de una persona,

un líder que inicia y genera procesos y resultados. Sobre ese ser se estructura el estamento civil, la esfera militar, el país en su conjunto, lo cual hace crecer con debilidad anémica a la nación.


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Notamos que nuestra monogamia está llena de otras imágenes como los panteones de nuestro monoteísmo que -obviamente- habla de un sólo Dios. Decimos creer en un sólo Dios, somos

monoteístas. Aunque adoramos a vírgenes, santos y otras cortes de personajes misti!cados que nos hacen ser entonces como politeístas más bien, a nuestra muy caribe y libérrima manera.

Hemos aprendido como personas y también como colectivo que las mejores conquistas son las logradas con el tiempo, con base en la fuerza de la inteligencia, sensibilidad, trabajo, perseverancia y pulso, como las buenas cosechas.

Admiramos nuestra condición caribe que nos ha hecho guerreros y tenaces. Este suelo y el tiempo nos han reforzado una herencia de lucha, de sentido libertario que supera cualquier intento de dominio, de imposición.


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Advertimos que esta condición culmina en el conocimiento y reconocimiento de ese pasado histórico para no cometer iguales errores y no endiosar ni miti!car a quienes fueron unas mujeres y unos hombres lúcidos, unos seres humanos.

Apoyamos la investigación y los hallazgos de nuevas fuentes de energía distintas al petróleo, con mejores perspectivas para las economías nacionales y contra el uso depredador de la naturaleza y de nosotros mismos como parte de ella.

Agradecemos y bendecimos la fuente de sustento que nos ha dado el petróleo y también celebramos otras fuentes de energía, así como otras fuentes de producción como la agricultura, la producción animal, la industria manufacturera, la artesanía y las artes que le dan el valor creativo y productivo a las materias primas que la naturaleza nos ha otorgado con abundancia.


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Para nosotros, república y democracia están vinculados a dignidad, participación y diversidad. Así, la democracia participativa y protagónica es una metodología social que garantiza la búsqueda y construcción de aquello para donde nos lleve esta maceración que somos. Dicho más claramente: el socialismo del siglo XXI, lejos de implicar una pregunta, una búsqueda, supone una serie de respuestas, de planes (muy poco elaborados) donde debe encajonarse este pueblo nuestro.

Nos satisface enseñar a pescar, antes de que nos sigan trayendo los pescados. Decía Kwan Tzu (300 a.C.): Si plani!cas por un año, siembra trigo. Si plani!cas por una década, planta árboles. Si plani!cas por una vida, educa personas.

Nos seduce cada vez más la posibilidad de hacer global lo local, teniendo en cuenta que lo que ahora aceptamos como universal no es sino algo local que se abrió paso en el mundo. De allí la importancia de ponderar todavía más las historias de vida de nuestra gente, las culturas de nuestra provincia, nuestras culturas urbanas, nuestra historia, nuestra narración nacional.


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Consideramos el aprendizaje de lo digital como pieza clave y fundamental

para la participación, el desarrollo social y el empoderamiento cultural de

nuestro país. En tal sentido, tres grandes retos se plantean en relación con el

tema de este tránsito hacia lo digital en el ámbito educativo.


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El primero se relaciona con la necesidad de articular políticas públicas que intenten resolver el problema del acceso, además de la dotación física, de la capacitación docente bajo el entendido de que comprender lo digital pasa por comprender un nuevo modo de pensar. El segundo, la necesidad de ampliar las líneas de investigación que den cabida a un nuevo cuerpo conceptual, epistémico y metodológico, que no se quede en la mera descripción del fenómeno, más bien ir más allá en el intento de comprenderlo en su raíz. El tercero, procurar las vías para internalizarlo como estrategia clave para el desarrollo.

Entendemos que el gran desafío está en prepararnos para lo que ya no está tan lejos como lo son la web semántica, el paso de la telemática a la telepática donde podremos, a través de los circuitos electromagnéticos, controlar funciones con el pensamiento.


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Promovemos la investigación y la innovación para el bienestar humano en cualquiera de sus manifestaciones, pues innovar es llevar lo que creas a la acción, es echar a volar el ingenio, que es un derecho universal de las personas.

Abogamos, como intelectuales y artistas, por inventar y reinventar, a través de todos los medios, las formas y sistemas necesarios para leer más, para tener más lectores, más críticos, más seres cultivados.

Palpamos que el país quiere avanzar "uidamente. Esto no será posible con el engreimiento, el egoísmo, la distancia, ni mucho menos la pedantería de líderes que

se distancian tomando alturas con frecuencia efímeras. Como tampoco puede marchar felizmente una sociedad que no incluya a todos, como civiles que caminan libremente.


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Abogamos y trabajamos porque no haya más guerra cotidiana, ni más violencia, ni más amenazas. No más retrasos, ni reposeros, ni dilaciones, ni demagogia disfrazada con un

buen tono de voz y gestos amables. No más promesas. Queremos hechos, ¡Si hechos por nosotros mismos, por cada quien, mejor!

Que cada cual se reconozca como un creador que es y se disponga a inventar y desarrollar lo que es capaz de hacer. En nuestra condición de pueblo en maceración, la búsqueda, la investigación, el arrojo, la tenacidad, en el ámbito de la mayor libertad y respeto, es el signo superior de las instituciones, grupos e individuos.

Condenamos y enfrentamos la impunidad, la corrupción, el armamentismo, la burocracia y la demagogia en cualquiera de sus formas, porque la vida cotidiana, las artes y el contacto entre ciudadanos de distintos países nos han enseñado que la burocracia termina siendo un simple monstruo mitológico donde se incuba la corrupción.


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La corrupción genera hasta un lenguaje propio; expresiones idiosincrásicas que forman parte de nuestra jerga cotidiana: A mí que no me den, sino que me pongan donde “haiga”, por ejemplo. La corrupción alcanza poderes

y magnitudes que ocupan por igual a instituciones y actores de todos los bandos, hasta el punto de hacer de ella virtud, y de la impunidad un aliado !el.

Los criterios de excelencia no tra!can con la ineptitud engreída. La imagen del bambú nos ayuda a iluminar la idea del ser humano imaginado: altos y verticales, "exibles y fuertes, esplendorosos y bellos.

Entendemos la cultura con sentido antropológico. Es decir, no sólo las artes hacen la cultura, ni el más ilustrado es el más culto. Si acaso, el más cultivado. La cultura en su sentido más amplio es

aquello que engloba todo lo que el hombre y la mujer han añadido a la naturaleza: modos de vida, modelos de pensamiento y acción, técnicas, objetos, materiales, arte.


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De lo que se trata es de descubrir las formas prácticas de enseñar aprender a estructurar, expresar y dinamizar las experiencias y el pensamiento dentro de un proceso de recuperación crítica de los auténticos valores del pueblo y la devolución sistemática de los mismos al pueblo y por el pueblo, como lo han comentado varios especialistas, dentro y fuera del país.

Decimos al oído y con una mano en el hombro de -sobre todo- los docentes, estudiantes, artistas, artesanos, cultores, decisores, quienes son animadores socioculturales per se: Anima, animador, que algo queda. Y anima por lo bajo, por la base, sin aspavientos y con

tenacidad, entre las niñas, los niños, los adolescentes y jóvenes, con profundo afecto y respeto, que siempre serán ellas y ellos los más interesados en aprender y quienes !jarán mejor los aprendizajes; y desde esa base ve edi!cando tu obra de arte del desarrollo comunitario. ¡Hasta nuestra Constitución consagra esta faena!


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Esta condición y necesidad de promover, de animar, no puede estar condicionada por la !delidad a un principio o líder. Por lo contrario, debe estar animada por el cultivo de la libertad y la diversidad.

Refrendamos la animación sociocultural como medio para la ponderación, visibilización y empoderamiento de las aptitudes creadoras inherentes y propias de cada ser humano, donde las artes son llaves del empoderamiento; y para la a!nación de la sensibilidad, el pensamiento agudo y divergente, la ampliación del ingenio y el re!namiento del sentido crítico frente al status quo.

Nos importa puntualizar: no es lo mismo transmisión que comunicación. Sin embargo, ambos conceptos se aplican indiferentemente en nuestras relaciones humanas, en las relaciones con el país. Es un esquema pernicioso

que aplicamos en toda nuestra vida, lo que genera una dictadura oprobiosa, invisible, naturalizada.


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Se encuentra en los diccionarios y en los libros de especialistas: transmisión es cualquier tránsito unilateral de mensajes de un emisor a un receptor, mientras que la comunicación es la puesta en común de dos o más saberes. Comunicación es el proceso por el cual un individuo entra en cooperación mental con otro hasta que ambos alcancen una conciencia común.

Comunicarse implica, entonces, una relación comunitaria humana que consiste en la emisión recepción de mensajes entre inter-locutores en estado de total reciprocidad. Se trata de un proceso de

interacción social democrático, basado en el intercambio de signos, por el cual los seres humanos comparten voluntariamente experiencias bajo condiciones libres e igualitarias de acceso, diálogo y participación.


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Abogamos por la comunicación como diálogo, interacción; relación de compartir, de hallarse en correspondencia, en reciprocidad. Comunicación deriva de la

raíz latina communis: poner en común algo con otro. Es la misma raíz de comunidad, de comunión, común-unión; expresa algo que se comparte: que se tiene o se vive en común.

Con todo lo dicho se evidencia cómo todas y todos somos alternativamente emisores y receptores. Seres humanos comunicantes y comunicados.

Es una paradoja. En instancias pedagógicas y en otros espacios, cuando pedimos a los participantes que dibujen su idea sobre la comunicación, suele asomar una tendencia que se inclina a pintar

un muñequito arriba, con una "echa que sale de éste apuntando hacia otro muñequito abajo. Este esquema obedece al concepto de la transmisión, no de la comunicación. Y al mismo tiempo indica que siempre esperamos a una autoridad que nos mande, cuando luego en la práctica somos reacios a la autoridad de otro, como un sentimiento permanente de rebelión.


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Paralelamente, viene entonces el análisis, el ejercicio de problematización y comienzan a aparecer toda una serie de consideraciones sobre el peligro de la educación bancaria, sobre el peligro de los ejercicios de transmisión como única manera de relacionarnos entre los seres humanos.

De cómo ese concepto de la transmisión se repite en la casa, en la escuela, en la comunidad, en nuestra relación con los medios de difusión masiva, en la escuela de primer grado y hasta en la universidad, en nuestros

trabajos, en el estamento militar, en el ámbito civil, en las relaciones entre el gobierno central y los gobiernos regionales; entre los demás ciudadanos y sus líderes; en las relaciones de algunos países de la orbe con los mal llamados países del Tercer Mundo ¡y hasta en lo digital!


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Se le suman a la re"exión colectiva los otros perjuicios que puede causar el hábito de la transmisión como única manera de relacionarnos entre los seres humanos hasta

de manera digital: sobrestimación del que suponemos arriba, subestimación del que suponemos debajo; pocos oídos a la palabra del inferior, una sola voz que viene de arriba; tendencia al acatamiento del que está abajo, supresión de su forma de pensar y su cultura, entre otras señales perniciosas.

La interacción constructiva supone la necesaria actuación de los interlocutores y de entender a la educación como interacción.

Sintonizamos ante la necesidad de generar demanda por el arte y por los artistas, por los intelectuales, de generar demanda por lo que tienen de cultural las señas que el arte, la poesía y el conocimiento -en cualquiera de sus disciplinas- nos proveen y al mismo tiempo nos exigen.


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Reconocemos en la escuela, en el aula, un centro de animación sociocultural, un espacio magní!co para estos !nes. Docentes y estudiantes (niñas, niños y jóvenes) actores sociales privilegiados por un intercambio fecundador.

Nos fascina el paseo por la inspiración, por la agitación de las emociones, por las imágenes que se quedan reverberando y resonando en la persistencia de la memoria.

Abogamos por la generación, así como por la recuperación de espacios y tiempos para las artes en Venezuela y el resto del mundo.


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Reconocemos la in!nita posibilidad que tienen las artes y la poesía, así como el sentido de excelente calidad en lo que hagamos para alborotar avisperos, abejas, colmenas que se suben a los bigotes de los señores y

al entrecejo de las señoritas, y se meten en la cabeza y por el corazón hasta formar otras perspectivas, otros mundos donde estallan esporas y el polen se esparce para fecundar y germinar en formas nuevas, colores distintos, combinaciones in!nitas que vienen en el

ADN de hombres y mujeres. Lo comprobamos en las combinaciones sorprendentes con las que nos asaltan

nuestras niñas y niños desde los primeros años.


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Dicho todo lo anteriorRecurriremos a la búsqueda y al ingenio para inventar y reinventar formas, puentes, vínculos que promuevan aún más las artes y los artistas, a los docentes y, por otra parte, ayuden a desarrollar el genio creador, el vuelo creador que cada ser humano lleva.

Transformaremos la tradicional programación caprichosa de actividades artísticas o actos culturales que cierran los eventos como el ornato que faltaba, la amable actividad de cierre, la guinda y el postre !nales para irnos

contentos, transformar esa tendencia decimos en una Inversión e Inmersión (así, con mayúsculas) sostenida, un plan continuo, de una voluntad y una conciencia política que nos haga lanzar lejos el mingo de nuestras ensoñaciones; para entonces, con metas y visiones compartidas, poder levantar un gusto, una demanda y una voz coral que desde las artes nos ayuden a vislumbrar el país mejor y el mundo mejor.


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Asumiremos un doble ejercicio: de 1) promoción de las Artes y los Artistas y 2) de Animación Sociocultural con sentido constructivo.

Esto supone la concepción de la cultura consciente. Aquella que no es tanto un resultado, sino una decisión consciente de cómo se quiere ser, qué formas se quieren tener, qué saberes se quieren desarrollar; una cultura que mira hacia el futuro, aun cuando se apoye y tenga en cuenta la cultura inconsciente y el pasado histórico, que también es cultura nacional.

Además, nos apropiaremos de la animación sociocultural como promoción de una cultura consciente que se apoya en una cultura inteligente, que trabaje para el desarrollo de la inteligencia social. No se trata sólo de moverse y actuar como colectivos, sino de hacerlo lúcidamente.


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Desarrollaremos las competencias para analizar las distintas realidades, en la simultánea acción de crear nuevas realidades y responder apropiadamente a las potencialidades y los problemas que en ellas se re"ejan. Seremos aptos para modi!car los planteamientos y las respuestas en función de las realidades cambiantes: con capacidad para criticar y transformar aquellos aspectos que son contrarios al crecimiento de los pueblos, que frenan sus posibilidades y favorecen la resignación, la anomia y el aburrimiento.

Promulgaremos y apoyaremos la inteligencia social que dará paso a la creatividad social, lo cual supone la capacidad de generar respuestas y construir espacios para transformar las realidades inconclusas, imperfectas e indignas. Esa

inteligencia y esa creatividad social conforman el reto, las exigencias de un país intrigante e interesante. El ámbito mejor para la búsqueda y las interrogantes, mucho más que para las respuestas de manuales políticos y textos escolares.


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Suscitaremos la creatividad que implica la creencia de que hay sitio para los aportes de la colectividad y, si no, hay que buscarlo. Las realidades no son de!nitivas y depende también de lo que

las organizaciones de base sean capaces de incorporar, cuando éstas toman conciencia de su responsabilidad en la construcción social de sus contextos.

Propiciaremos la comunicación que construye nuevas realidades, virtuales y naturales, apoyados en lo digital al servicio de nuestro imaginario ciudadano y educativo.

Recuperaremos, difundiremos y proyectaremos por todos los medios las imágenes visuales, sonoras, táctiles, olfativas y gustativas que nos constituyen como culturalmente diversos, incluyendo en primer plano las imágenes de nuestros artistas, artesanos y cultores.


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Procuraremos el entendimiento de que la cultura es todo, sí + lo que se puede crecer + la producción de riqueza espiritual y material + lo que podamos hacer para la invención del futuro a

partir del presente y la historia que nos antecede + lo que nos venga en gana imaginar por impulso propio.

Lo digital, que tiene la jerarquía de un valor, le abre las puertas a la cultura de la participación. Esa cultura de la participación por las vías digitales es ya irreversible y se resiste a toda forma de censura o represión.

Insistiremos en la optimización de la atención gubernamental que requieren los ciudadanos: niñas, niños, adolescentes, jóvenes, adultos y personas de la tercera edad.


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Empujaremos entre todas y todos para que la educación y las artes reciban los mayores apartados presupuestarios en los planes de gobierno y al docente, al artista, así como al intelectual se les considere -con sus respectivos deberes y derechos- como ciudadanos de primera.

Inventaremos y produciremos programas de agitación artística, poética, síntesis de lo pasado y lo contemporáneo, donde lo !losó!co, lo político, lo sociocultural y lo investigativo se viertan hacia el escándalo público, paradójicamente pací!co y tendiente a lo democrático.


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Buscaremos que cada expresión artística, enriquecida permanentemente con la tenacidad del ejercicio físico y del ejercicio intelectual/afectivo, se vuelva extensión del corazón, la cabeza y el alma de cada artista y de cada colectivo artístico, de tal suerte que no haya cabida para el pan"eto ni la copia de modelos estéticos anteriores ni mucho menos foráneos, sino que arte y poesía

sean prolongaciones del alma, brotes auténticos y reales de la vida del trópico donde vivimos.

Facilitaremos la entrada en todos los planteles escolares ¡hasta en los doctorados universitarios! de la fuerza poderosa de las artes no como materia, como asignatura, sino como fuerza vital y dionisíaca, erótica, que provoque el vuelo del ingenio y procure la creación de nuevas formas y otros contenidos a partir de los legados propios de cada quien y los contextos singulares de cada región.

Armando Reverón (1889-1954)


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Sistematizaremos, a partir de las experiencias signi!cativas de industrias culturales venezolanas y otras industrias, sus producciones, sus procedimientos y resultados hasta crear nuevas pautas de producción nacional basadas

en la excelencia de esas industrias, como paradigmas a observar.

Procuraremos que artistas y grupos artísticos junto a los representantes gubernamentales del Estado, de las empresas privadas y de las organizaciones no gubernamentales, de una vez y para siempre, asuman una alianza en términos horizontales y dialógicos con creadores, artistas, artesanos, cultores para lograr acuerdos, planes y programas que, sin complacer, reconozcan y ponderen el valor social de artistas, artesanos, intelectuales, docentes y, en consecuencia, se refuercen unos y otros en favor del bienestar humano.


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Seguiremos trabajando por hacer nacer y hacer crecer ideas y proyecciones distintas que pongan en el aire la singularidad de cada individuo, de cada lugar, de cada región, que cada terruño del país sepa más sobre sus

singularidades y se las vaya apropiando hasta hacerse cada vez más dueño de sí mismo y su venezolanidad.

Nos enseñaron a repetir. Es hora de buscar, de pensar y de crear.

Las lecciones discursos y monsergas no generan valores cuando de lo que se trata es de construir un sistema de valores, una cultura que se exprese en una simbología correspondiente y que viene a ser, justamente, el ejercicio del ingenio, la tarea de los artistas, de los creadores.


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Buscando rescatar el lenguaje teatral del que la política contemporánea ha usurpado varias de sus prácticas y algunos de sus términos, pareciera que hasta ahora

estuvimos ensayando para hacer país. Pero no se puede seguir postergando con diletancias y diletantes, mediocridad y confusión la hechura colectiva de esa misión suprema.

La excelsitud artística nos guía y el mestizaje cultural nos contiene. Ahora, más que nunca, toca que cada cual sea mejor en lo suyo, en lo que sabe y para lo que se ha preparado, venga de donde venga y esté donde esté. Es el momento de convertir el país en una obra de arte.


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Nos gusta recordar a Carlos Castaneda, poeta y antropólogo mexicano,

cuando dice: La determinación no es un pensamiento, ni un objeto, ni un deseo. Es lo que te hace invulnerable. La determinación empuja al chamán a través de una pared, lo

hace volar por el espacio hacia el in!nito.


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Este movimiento en las vertientes señaladas requiere de un plan a corto, mediano y largo plazo con acciones prácticas y concretas que permitan ir haciendo del arte una vía para el dis"ute de la vida perdurable –como siempre

decía Aquiles Nazoa- y nos permita también la posibilidad de preservar y crear para crecer como humanos y decir: Sólo el arte nos salvará, junto al

poeta francés André Maurois.


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Este Mani!esto por el Encuentro, la Construcción y el Desate es también una convocatoria a

reconciliarnos a propósito de la búsqueda. Una indagación que requiere sentarnos para la consulta mutua y para hacer conciencia de que todas y todos somos imprescindibles.

Hay cometas, papagayos de vuelo alto -de los que hacen tener la cabeza en el cielo y los pies en el suelo- que para poder seguir navegando, luego de haber provocado encuentros, desatan sus amarras para continuar la travesía.


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Es imperioso crear y comunicar; crear como acción re"exiva. Decidir

y actuar. Acciones hacen razones y corazones.

Manifiesto por el Encuentro, la Construcción y el Desate

Caracas, Mayo de 2010.Venezuela.

Tebas,

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