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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SINALOA
FACULTAD DE HISTORIA
MAESTRÍA EN HISTORIA
PRODUCTORES AGRÍCOLAS DEL VALLE DE CULIACÁN: 1933-1958
TESIS QUE PRESENTA
FLOR DE LOS ÁNGELES MACHORRO PÉREZ
PARA OBTENER EL GRADO DE
MAESTRA EN HISTORIA
DIRECTORES DE TESIS
DRA. MARÍA DE JESÚS LÓPEZ LÓPEZ DR. RIGOBERTO ARTURO ROMÁN ALARCÓN
CULIACÁN ROSALES, ENERO DE 2009
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ÍNDICE
INTRODUCCIÓN . . . . . . . . . 6
CAPÍTULO 1. Escenario natural del Valle de Culiacán y potencialidades
para el desarrollo de la agricultura . . . . . . 20
Introducción . . . . . . . . . . 20
1.1. Situación geográfica del Valle . . . . . 20
1.2. Orografía, topografía y suelos . . . . . 23
1.3. Hidrografía y clima . . . . . . . 26
1.4. Vegetación y fauna . . . . . . . 30
1.5. Población y economía . . . . . . 33
Conclusión . . . . . . . . . . 42
CAPÍTULO 2. Productores agrícolas en el Valle de Culiacán: sus orígenes,
rasgos característicos y propiedades . . . . . . 44
Introducción . . . . . . . . . . 44
2.1. La propiedad privada antes y después de 1948 . . . 45
2.2. La propiedad ejidal antes y después de 1948 . . . 72
Conclusión . . . . . . . . . . 88
CAPÍTULO 3. El uso y aprovechamiento del agua en la producción agrícola 93
3.1. Los productores privados y el agua antes y después de 1948 . 93
3.2. Los productores ejidales y el agua antes y después de 1948 . 113
Conclusión . . . . . . . . . 118
3
CAPÍTULO 4. Los productores agrícolas: entre el financiamiento público y
el privado . . . . . . . . . . 121
Introducción . . . . . . . . . . 121
4.1. Los productores privados y su financiamiento antes y después de 1948 . . . . . . . 122
4.2. Los productores ejidales y su financiamiento antes y después
de 1948 . . . . . . . . . 132
Conclusión . . . . . . . . . . 136
CAPÍTULO 5. Los productores agrícolas y su producción en el
Valle de Culiacán . . . . . . . . . 138
Introducción . . . . . . . . . . 138
5.1. Los productores privados y ejidales y su producción antes y después de 1948 . . . . . . . . 138
Conclusión . . . . . . . . . . 165
CONCLUSIÓN GENERAL . . . . . . . 167
ANEXOS . . . . . . . . . . 171
FUENTES . . . . . . . . . . 177
4
INDICE DE TABLAS
Pág.
Tabla 1. Grupos de suelos y superficie que comprende la superficie del Valle de Culiacán en ambas márgenes del río Culiacán. . . . 26 Tabla 2. Número de predios rústicos, propietarios y hectáreas en el estado de Sinaloa, antes de la Reforma Agraria de 1915 . . . 64 Tabla 3. Cambios por la Reforma Agraria en la propiedad del Valle de Culiacán, 1915 a 1940 . . . . . . . 65 Tabla 4. Número de colonos y propietarios por propiedad de hectáreas en 1957 . . . . . . . . . 69 Tabla 5. Número de propietarios privados y superficie irrigada en el Sistema de Riego 10. . . . . . . . . 72 Tabla 6. Posesión definitiva de hectáreas de los ejidos del Valle de Culiacán en 1945. . . . . . . . . . 77 Tabla 7. Número de usuarios ejidatarios y superficie irrigada con el Sistema de Riego 10. . . . . . . . . 78 Tabla 8. Aumento de la superficie irrigada en el Valle de Culiacán de 1920 a 1960. . . . . . . . . . . 109 Tabla 9. Superficie irrigada en hectáreas del Distrito de Riego Número 10. . . . . . . . . . . 110
INDICE DE GRAFICAS
Pág. Gráfica 1. Superficie cosechada de algodón en el distrito de riego 10 del ciclo agrícola de 1944-1945 al 1958-1959 . . . . . 140
Gráfica 2. Superficie cosechada de algodón en el distrito de riego 10 del ciclo agrícola de 1944-1945 al 1958-1959 . . . . . 141
Gráfica 3. Superficie cosechada de arroz en el distrito de riego 10 del ciclo agrícola de 1944-1945 al 1958-1959 . . . . . 142
Gráfica 4. Superficie cosechada de algodón en el distrito de riego 10 del ciclo agrícola de 1944-1945 al 1958-1959 . . . . . 143
Gráfica 5. Superficie cosechada de caña de azúcar en el distrito de riego 10 del ciclo agrícola de 1944-1945 al 1958-1959 . . . . . 144
Gráfica 6. Superficie cosechada de caña de azúcar en el distrito de riego 10 del ciclo agrícola de 1944-1945 al 1958-1959 . . . . . 145
5
Gráfica 7: Superficie cosechada de tomate en el distrito de riego 10 del ciclo agrícola de 1944-1945 al 1958-1959 . . . . . 147 Gráfica 8. Superficie cosechada de tomate en el Distrito de Riego 10 de los ciclos agrícolas 1952-1953 al 1958-1959 . . . . . 148 Gráfica 9. Superficie cosechada de garbanzo en el Distrito de Riego 10 de los ciclos agrícolas 1948-1949 al 1958-1959. . . . . 150 Gráfica 10. Superficie cosechada de garbanzo en el Distrito de Riego 10 de los ciclos agrícolas 1952-1953 al 1958-1959. . . . . 150 Gráfica 11. Superficie cosechada de ajonjolí en el Distrito de Riego 10 de los ciclos agrícolas 1948-1949 al 1958-1959. . . . . 151
Gráfica 12. Valor de la cosecha de ajonjolí en el Distrito de Riego 10 de los ciclos agrícolas 1948-1949 al 1958-1959. . . . . 152 Gráfica 13. Superficie cosechada de maíz en el Distrito de Riego 10 de los ciclos agrícolas 1948-1949 al 1958-1959. . . . . 153 Gráfica 14. Superficie cosechada de maíz en el distrito de riego 10 del ciclo agrícola de 1944-1945 al 1958-1959. . . . . . 153 Gráfica 15. Valor de la cosecha de maíz en el Distrito de Riego 10 de los ciclos agrícolas 1948-1949 al 1958-1959. . . . . . 154 Gráfica 16. Superficie cosechada de frijol en el Distrito de Riego 10 de los ciclos agrícolas 1948-1949 al 1958-1959. . . . . . 155 Gráfica 17 Superficie cosechada de frijol en el distrito de riego 10 del ciclo agrícola de 1944-1945 al 1958-1959. . . . . . . 155 Gráfica 18. Valor de la cosecha de frijol en el Distrito de Riego 10 de los ciclos agrícolas 1948-1949 al 1958-1959. . . . . . . 156 Gráfica 19. Superficie cosechada de trigo en el Distrito de Riego 10 de los ciclos agrícolas 1948-1949 al 1958-1959 . . . . . 157 Gráfica 20. Superficie cosechada de trigo en el distrito de riego 10 del ciclo agrícola de 1944-1945 al 1958-1959 . . . . . . 157 Gráfica 21. Valor de la cosecha de frijol en el Distrito de Riego 10 de los ciclos agrícolas 1948-1949 al 1958-1959 . . . . . . 158 Gráfica 22. Superficie cosechada de otros cultivos en el Distrito de Riego 10 de los ciclos agrícolas 1944-1945 al 1958-1959.Gráfica . . . . 159 Gráfica 23. Superficie cosechada total en el Distrito de Riego 10 de los ciclos agrícolas 1948-1949 a 1958-1959 . . . . . . 159 Gráfica 24. Valor de la cosecha de frijol en el Distrito de Riego 10 de los ciclos agrícolas 1948-1949 al 1958-1959 . . . . . . 160
6
INTRODUCCIÓN
El propósito de este trabajo, es conocer el desarrollo de los productores agrícolas
del Valle de Culiacán, en el periodo de 1933 a 1958, y su importancia para el
desarrollo económico de Culiacán. De esta manera, se pretende conocer el
proceso de expansión de los productores agrícolas. Se abordan varios factores
relacionados con las condiciones que posibilitaron el aumento de los productores
agrícolas: sus cambios, continuidades; es decir, la dinámica del periodo de
estudio en la que se muestra el proceso del desarrollo agrícola, desde el
momento en que se dieron las circunstancias para la expansión de su producción
y sus principales modalidades y sistemas. Todo ello contribuyó al despegue del
Valle de Culiacán, punto neurálgico de la modernidad de que hoy disfruta el
estado de Sinaloa, y de los grandes pasos que Culiacán, su capital, ha dado,
hasta convertirla en una urbe económicamente notable en el país.
Hay que decir por principio que hubo un conjunto de elementos que
desempeñaron un rol fundamental en las transformaciones económicas, políticas
y sociales del Valle. Los oportunos e insistentes -aunque fuera para sus propios
intereses- productores agrícolas, tuvieron un papel preponderante en él. La
investigación sobre el Valle y los productores agrícolas, empieza en 1933, porque
es cuando el Canal Rosales se incorpora a la Comisión Nacional de Irrigación
(CNI), la cual se hace cargo de su rehabilitación, sostenimiento y ampliación
iniciando el despegue del Valle, continua el despegue al irse habilitando su
superficie de riego, iniciarse la construcción y posterior funcionamiento en 1948
de la presa “Sanalona”, cuyo fin fue regularizar y almacenar las aguas del río
Tamazula, para utilizarlas durante todo el año. Junto con los trabajos técnicos
derivados de la presa, se dio el desarrollo y canalización del Distrito de Riego 10,
correspondiente al Valle de Culiacán. Este fenómeno de modernización garantizó
agua disponible para riego a partir de ese momento, y por ende una producción
agrícola segura. Se aseguró la producción para cumplir con los mercados internos
y de exportación --Estados Unidos, Canadá y España, principalmente--, en el
tiempo previamente establecido; es decir, los tratos comerciales tomaron forma y
color monetarios. Mi investigación termina en 1958 por el inicio de manera
7
organizada de inconformidades de campesinos, manifestadas en invasiones de
predios, reactivación del agrarismo y punto final de la política estatal para
beneficiar a la empresa agrícola privada del estado.
La hipótesis central de esta investigación plantea que desde que se incorporó el
Canal Rosales a la CNI y se anunció la construcción de la presa “Sanalona” en el
Valle de Culiacán, se crearon las condiciones para aumentar el número de
productores agrícolas, los cuales tuvieron una importante contribución al
desarrollo de la agricultura de exportación y al crecimiento económico de la
región. De esa forma, dispusieron paulatinamente de agua, tierra, y crédito
necesario para producir durante los años de 1933 a 1958. De igual manera, se
beneficiaron de las políticas públicas de apoyo al sector agrícola.
Este trabajo se inscribe dentro de la Historia Económica, ya que para explicar
cualquier acontecimiento o proceso significativo, se debe tomar en cuenta,
inevitablemente, el papel fundamental de la economía, tanto en el plano
productivo, como en el político y en el social. El interés de la Historia Económica,
se concentra primordialmente en los cambios y/o permanencia de las estructuras
económicas a través del tiempo; y por lo tanto, en el estudio de sus causas, de
sus mecanismos y de sus consecuencias. Las estructuras, son un conjunto de
relaciones que van de lo micro a lo macro, e incluyen desde los sistemas de
producción y de distribución, hasta las instituciones, las políticas económicas y la
evolución del pensamiento económico.1
Con base en el enfoque teórico del neoinstitucionalismo de Douglass North
(1993), las instituciones se conciben como las limitaciones o reglas del juego que
dan forma a la interacción humana. Éstas estructuran incentivos en el intercambio
humano, ya sea éste de tipo político, social o económico. North afirma que existen
dos tipos de instituciones: las formales y las informales. Las formales, son las
Constituciones, leyes y reglamentos que crea el hombre; y las informales, son las
1 Tamás Szmrecsány, “Fundamentos teóricos y metodológicos del estudio de la historia económica”, en Clío, Revista de la Facultad de Historia de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Núm. 31, Enero-Julio 2004, pp. 57-65.
8
reglas no escritas de los pueblos, que dan forma a su ideología, religión, usos y
costumbres.
Hay que recordar que en términos de las ciencias sociales, y particularmente en el
análisis del cambio económico y social en las sociedades occidentales, la teoría
de la modernización se aplica en la década de los cincuenta en el contexto de la
expansión capitalista mundial y de la Guerra Fría entre el capitalismo y el
comunismo. Era fundamental descubrir las dinámicas de las sociedades
tradicionales –de capitalismo incipiente- en los países del Tercer Mundo, a efecto
de facilitar su inserción al sistema económico global.
Los teóricos de la modernización, que provenían en su gran mayoría de la
escuela funcionalista, consideraban que el paso de la sociedad agraria a la
industrial y de servicios era un elemento cualitativo de desarrollo. El ánimo
desarrollista posterior a la Segunda Guerra, envolvió sobre todo a regiones en
proceso de desarrollo, como América Latina y El Caribe.
En las ciencias sociales se abrió paso la teoría de la Modernización, con influjo
del economista británico J.M. Keynes, y la sociología estadunidense (estructural
funcionalismo), en especial el sociólogo Talcott Parsons, cuya obra La Estructura
de la Acción Social (1936), resultó no sólo una notable aportación a la sociología,
sino un programa doctrinario a favor del orden, el desarrollo y el control social.2
Según la Teoría de la Modernización, las sociedades humanas evolucionan hacia
instituciones más complejas, que les permiten satisfacer de mejor manera las
necesidades y demandas de la población. Así, para que las sociedades menos
avanzadas –en particular en el aspecto económico- alcancen el grado de
desarrollo de las más evolucionadas, deben someterse a procesos acelerados de
modernización.
En medio de esta mentalidad optimista, surgen en la esfera occidental organismos
multilaterales de fomento al desarrollo, como el Banco Mundial y el Fondo
2 La obra más conocida de Parsons en lengua española es El sistema social, Madrid, Revista de Occidente, 1966.
9
Monetario Internacional, creados en 1946 al amparo de los Acuerdos de Bretton
Woods3; y, más tarde, el Banco Interamericano de Desarrollo, fundado en 1959,
cuyos objetivos han sido desde entonces la equidad social y la reducción de la
pobreza; y el crecimiento ambientalmente sostenible. Su ámbito natural de acción
fue desde un principio América Latina y El Caribe. Para alcanzar dichos objetivos,
el BID ha trabajado en cuatro áreas prioritarias: competitividad (con libre
comercio), modernización del Estado, programas sociales, e integración regional
(fomento del mercado internacional).
El FMI ha tenido como objetivos el fomento de la expansión y el crecimiento del
comercio mundial, la estabilidad de los tipos de cambio, la evitación de
evaluaciones cambiarias competitivas y la corrección ordenada de los problemas
de balanza de pagos de un país. Su campo de acción es la macroeconomía y el
sector financiero. El Banco Mundial, por su parte, es un organismo de las
Naciones Unidas, integrado por 184 países miembros. El BM es en realidad el
Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) y a la Asociación
Internacional de Fomento (AIF), cuya función de apoyo al desarrollo y lucha
contra la pobreza se da a través del otorgamiento de préstamos con intereses
bajos, créditos sin intereses y donaciones a los países en desarrollo.4
Algunas de las dificultades más frecuentes de esos países tenían que ver con el
empeño de sustituir importaciones y favorecer, vía medidas proteccionistas, a las
mercancías nacionales.
3 Dichos acuerdos derivaron de la Conferencia Monetaria y Financiera de las Naciones Unidas, realizada en Bretton Woods (New Hampshire, Estados Unidos), en julio de 1944. Consistieron en una serie de reglas comerciales y financieras entre los países más industrializados del mundo. El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional fueron creados a partir de los acuerdos, y se estableció el uso del dólar como moneda internacional. Esas organizaciones entraron en funciones en 1946. 4 Ver los siguientes perfiles: http://www.wikilearning.com/monografia/el_sistema_monetario_internacional-el_fondo_monetario_internacional_fmi/13392-1http://www.wikilearning.com/monografia/el_sistema_monetario_internacional-banco_mundial_bm/13392-2; http://www.wikilearning.com/monografia/el_sistema_monetario_internacional-banco_interamericano_de_desarrollo/13392-4
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De acuerdo con la teoría de la modernización, hay sociedades de dos tipos:
• Sociedades tradicionales, basadas en relaciones interpersonales de fuerte
raigambre emocional, y en las que la religión juega un papel cohesionador
fundamental. La población es predominantemente rural y la estructura social es
muy estratificada y poco dinámica. Todos ellos son obstáculos para el
desarrollo capitalista.
• Sociedades modernas, basadas en relaciones sociales más neutrales e
impersonales; y con un fuerte componente industrial y de servicios. La
población se concentra en áreas urbanas.
Desde el enfoque modernizador, el progreso de los países en vía de desarrollo
amerita un cambio profundo en sus dinámicas sociales (valores y prácticas), en
sus formas de organización económica, con un fuerte impulso industrializador. La
teoría de la modernización que se aplicó en los años 50 consideraba central el
papel del Estado como promotor del cambio económico y social; lo cual justificaba
un Estado fuerte y centralizado.5
Lo fundamental en el proceso modernizador es el paso de la producción primaria
a la secundaria y a la producción terciaria (servicios). La modernización
económica implica el paso del primero al segundo paradigma, del dominio del la
agricultura al dominio de la industria. La modernización es sinónimo de
industrialización.
En el caso de modernización que nos ocupa, al auge industrializador mundial se
sumaba el despegue del desarrollo que construían las instituciones de la
Revolución. Las reglas determinantes para el avance económico que logró la
región en el periodo 1933-1958 fueron establecidas desde el Gobierno Federal, a
través de leyes y programas de desarrollo regional que encontraron en el Valle de
Culiacán un escenario idóneo para concretar las nuevas políticas del estado post-
5 Un importante teórico de este enfoque lo fue Walter Whitman Rostow, economista estadunidense, cuyas obras fueron de gran influencia en los años 50 en Estados Unidos y en numerosos países en vías de desarrollo; si bien, en los 60 y 70, recibieron un alud de críticas en los ámbitos académicos. Quizás su obra más celebrada fue Las etapas del crecimiento económico.
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revolucionario. No debe perderse de vista que el modelo de desarrollo nacional no
dudó desde los años 30 en favorecer la vía capitalista, a pesar de que la
abundante retórica de los discursos parecía propugnar por un modelo socialista.6
El marco legal que sustenta el servicio de riego del país, está contenido en la
propia Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917, con sus
reformas y adiciones, en especial a los artículos 27 y 28, regulados y
reglamentados a través de diversas leyes, en diferentes tiempos, para la
explotación, uso o aprovechamiento de las aguas nacionales. Estas leyes,
vigentes cada una en su tiempo, son: Ley Sobre Irrigación (1926); Ley de Aguas
de Propiedad Nacional (1929, 1934, 1946); Ley de Riego (1946); y, Ley
Reglamentaria del Párrafo Quinto del Artículo 27 Constitucional en Materia de
Aguas del Subsuelo (1956).7
Las leyes de fomento agrícola obedecieron al propósito del Gobierno Federal de
industrializar al país, permitirle una transición de un status agrario a uno industrial,
y de permitir la convivencia del capitalismo en el campo con los compromisos
políticos que quedaron consignados por la Constitución en su Artículo 27, en
particular en lo relativo al reparto agrario y al modelo ejidal, propio de una
economía precapitalista. Otros ordenamientos que dan cuenta de esta oscilación
entre medidas pro-empresariales y pro-ejidatarios en el campo, fueron dentro de
nuestro periodo de estudio: Decretos de la Casa del Agrarista en el Distrito
Federal (11 de enero y del 8 de mayo de 1935), Decreto que creó los Centros de
Maquinaria Agrícola (21 de octubre de 1935), Ley de Crédito Agrícola (2 de
diciembre de 1935), Reglamento de la Ley de Aguas (24 de marzo de 1936), Ley
de Asociaciones Ganaderas (7 de abril de 1936), el Acuerdo Presidencial para la
región lagunera (8 de octubre de 1936) y la región henequenera (8 de agosto de
1937); y la reforma al Código Agrario de 1934, que protegió a la industria
ganadera, en manos de grandes finqueros renuentes a modernizar sus empresas
6 Por ejemplo, el programa educativo del cardenismo llegó a denominarse como socialista, aunque bien a bien, nunca a alcanzó a precisar cómo ese supuesto tipo de educación se engarzaba con el programa de fomento capitalista que impulsaba al mismo tiempo el Estado post-revolucionario. 7 Comisión Nacional del Agua, Distritos de Riego, http://www.cna.gob.mx/eCNA/Español/Organismos/Central/Publicaciones/DistritoRiego_CNA.htm, 21 de marzo 2007.
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que temían afectaciones de tierras. Otras medidas relacionadas con el sector
agrario del país fueron:
• Reglamentos de la Ley de Asociaciones Ganaderas 19 de abril de 1938.
• Convenio México-Estados Unidos, para resarcir a propietarios
estadounidenses afectados con resoluciones agrarias (29 de diciembre de
1938).
• Nuevo Código Agrario, que incluyó concesiones de inafectabilidad ganadera
(23 de septiembre de 1940).
• Nuevo Código Agrario (30 de diciembre de 1942).
• Ley de Crédito Agrícola (31 de diciembre de 1942).
• Ley de Educación Agrícola (31 de diciembre de 1945).
• Ley Federal de Colonización (30 de diciembre de 1946).
• Ley de Riesgos (31 de diciembre de 1946).
• Ley de creación del Instituto Nacional Indigenista (10 de noviembre de
1948).
• Ley de Terrenos Baldíos y Nacionales (30 de diciembre de 1950).
• Decreto que estableció la Procuraduría de Asuntos Agrarios (1° de julio de
1953).
• Reglamento para tramitar las compensaciones por afectación de pequeñas
propiedades (18 de mayo de 1954).
• Reglamento de la Procuraduría de Asuntos Agrarios (22 de julio de 1954).
• Ley de Asociaciones Agrícolas del Estado de Sinaloa, del 23 de agosto de
1954.8
• Ley de Crédito Agrícola (30 de diciembre de 1955).9
Fue evidente cómo, con base con una puesta al día de la legislación y las
instituciones, el Estado preparó el terreno para la modernización del agro
mexicano. En la situación local del Valle de Culiacán, la introducción de una sólida
infraestructura productiva, conllevó la formación de una nueva sociedad, que
8 Fuente: Comisión para la Investigación y Defensa de las Hortalizas (CIDH), en: http://www.cidh.org.mx/publico/plantilla/quienessomos.aspx 9 Cfr. Capítulo IV, “Exposición y análisis del Artículo 27 Constitucional con respecto a la tenencia ejidal de la tierra”, en Rubén Delgado Moya, y María de los Ángeles Hidalgo Zepeda, El ejido y su reforma constitucional, México, Editorial PAC, 1993, pp. 83, 97.
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terminó definiendo el rumbo de todo el estado de Sinaloa, pues modificó en
sustancia las relaciones sociales y amplió el espectro de relaciones empresariales
e institucionales, locales y de integración cabal a la sociedad nacional.
Esto es parte del proceso que North denomina “intercambio institucional” -clave
para entender el cambio histórico-, que conforma la manera en que las
sociedades evolucionan a lo largo del tiempo. Los organismos, añade North, son
los que proporcionan una estructura a la interacción humana, y están formados
por grupos de individuos enlazados por alguna identidad común hacia ciertos
objetivos: los políticos (partidos políticos, el senado), los económicos (empresas,
sindicatos y cooperativas), los sociales (iglesias, clubes) y los educativos
(escuelas y universidades, etc.).10
Todo parece indicar que la misma organización política encontró en esta base
económica la trama de compromisos y proyectos que creó una verdadera clase
política. Este aspecto, cabe subrayarlo, no ha sido abordado aún en otras
investigaciones, y aquí sólo es pertinente señalar la alta probabilidad de que la
actual estructura política fue propiamente fundada durante el periodo de nuestra
investigación.
En lo estrictamente económico, lo cierto es que fue central el aprovechamiento de
las políticas de las instituciones federales y estatales, para el desenvolvimiento
económico de los productores agrícolas del periodo 1933-1958, así como su
posición clave frente al mercado norteamericano. Pienso que con este enfoque
teórico, se pueden buscar los factores que influyeron en el desarrollo económico
local, y que la especialización productiva, aporta una estrategia que tiene como
base la innovación permanente de sus productos y/o servicios.
Los productores localizados en el área del Valle de Culiacán, obtuvieron ventajas
de su proximidad con el mercado estadunidense, asociados al dinamismo y al
cambio que se produjo, tanto por factores externos como internos. Es de
10 José Ayala Espino, Instituciones y economía. Una introducción al neoinstitucionalismo económico, México, Fondo de Cultura Económica, 1999, pp. 66-70; Douglass C North, Instituciones, cambio institucional y desempeño económico, México, Fondo de Cultura Económica, 1993, pp. 13-30.
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reconocerse que mantenerse atentos a sus asuntos, trabajando arduamente,
soportando la incidencia de problemas; y sobretodo, siendo constantemente
responsables en su quehacer, los hicieron alcanzar el éxito. Es a partir de un
conjunto de variables, situadas en su entorno, y detonadas por factores externos
e internos, que los productores agrícolas del Valle pudieron tener un
posicionamiento competitivo en el mercado internacional, nacional y local.
Las preguntas que guiaron a la investigación fueron las siguientes:
¿Cuáles fueron los cambios en la propiedad de la tierra de los productores
agrícolas en el periodo de estudio?
¿Qué importancia tuvo el almacenamiento del agua para el desarrollo del
Valle y de los productores agrícolas?
¿El tipo de crédito al que tuvieron acceso los productores agrícolas en el
Valle, influyó en su tipo de producción?
¿Qué tipo de cultivos que los productores agrícolas cosecharon jugaron un
papel importante para el desarrollo del Valle?
El trabajo quedó estructurado en cinco capítulos. En el primero, ubico el Valle de
Culiacán, su escenario natural y su potencialidad para el desarrollo de la
agricultura. Abordo en este capítulo, la orografía, topografía, hidrografía, el clima,
las clases de suelo que lo componen, la vegetación y su abastecimiento de agua.
Además, el desarrollo del Distrito de Riego 10, la tenencia de la tierra y sus
cultivos. Se fundamenta cómo el Valle de Culiacán, ha sido, gracias a sus
condiciones físicas naturales, uno de los mejores ubicados en la geografía del
estado de Sinaloa, lo que permite explicar por qué en él se asienta el núcleo de la
actividad económica y política local de éste; más allá incluso de su sola
importancia agrícola. Esta caracterización permite explicar los procesos de
integración social que ocurrieron en el periodo, para la conformación de uno de
los más importante centros productivos del estado de Sinaloa. También hay una
descripción de la relación entre sociedad y economía, particularmente en lo que
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concierne a las características de la población en el periodo, y su transformación.
La gran mayoría de los pobladores eran mestizos descendientes de españoles.
Se observa cómo hay una amalgama de nacionalidades y culturas de los
inmigrantes, y su crecimiento como factor económico (empresarial). Se destaca el
origen de los extranjeros: chino, italiano, japonés, alemán, griego y
estadunidense. Entre otros factores de interacción entre las comunidades, se
identifican los pueblos y rancherías de mayor dinamismo, como las de San Pedro,
Navolato, Lo de Verdugo, Lo de Reyes, Cabreras, Bachimeto, Otameto, Las
Trancas, Iraguato, Sataya, La Vuelta, Bataoto y El Potrero, y las sindicaturas de
Jesús María, Tepuche, Imala, Sanalona, Las Tapias, Tacuichamona, El Salado,
Higueras de Abuya y Baila.
Se da cuenta de cómo el desarrollo del Valle, a partir de la construcción de la
presa “Sanalona” determinó rápidamente la dinámica económica de toda la
región. Otros factores abordados son la relación entre introducción del riego,
demografía y comercio, la importancia de la Unidad I del Distrito de Riego 10, la
mejoría de la infraestructura sanitaria, de caminos y educativa, la relación de
migrantes sinaloenses con los Estados Unidos, el fortalecimiento de la economía
agroexportadora, y la conexión gradual del Valle hacia todas las ciudades y los
centros de distribución comercial más importantes del país, y de los Estados
Unidos. Se registra de paso el papel favorable de la política agraria federal, hasta
hacer que la producción de hortalizas se posicionara como la más significativa en
la región. En un contexto más amplio –nacional- el proceso de modernización del
Valle se explica gracias al modelo de desarrollo que caracterizó a la economía del
resto del país en el periodo.
En el capítulo dos explico el perfil de los productores agrícolas en el Valle de
Culiacán en el periodo de 1933 a 1958: sus orígenes (siglo XIX), rasgos
característicos y propiedades; así como los cambios que hubo en la propiedad y
tenencia de la tierra. Este es un aspecto central en el análisis de los factores
desencadenantes de nuevas relaciones de producción, y de la concentración del
poder económico en grupos cada vez más localizados de empresarios locales.
Destacan tres condiciones que fueron establecidas por la política agraria federal a
través del nuevo Código Agrario en 1940: 1) protección y fortalecimiento de la
16
propiedad privada, por medio de su titulación; 2) la adaptación del ejido al sistema
productivo, ubicando a la parcela como unidad productiva con certificado de
derechos agrarios; y 3) el reparto agrario, que se orientó a definir como propiedad
privada las tierras de riego. El desarrollo histórico del periodo de desarrollo
económico en el Valle está inscrito en las pugnas entre dos modelos de propiedad
de la tierra y de sistema productivo, el ejidal y el de la pequeña propiedad. Como
en el resto del país, las tensiones encontraron solución por la vía pragmática del
apoyo a quienes estaban mejor organizados, y/o garantizaban un mayor
crecimiento económico.
En el capítulo tres, desarrollo: el uso y aprovechamiento del agua en la
producción agrícola, así como el papel que tuvo el agua para la producción de los
diferentes cultivos y como punto de despegue para aumentar la superficie de
riego del Valle de Culiacán. Se exponen los tipos de riego, sus ventajas y sus
usos, relacionándolos con el tipo de producción a que correspondieron. Asimismo,
se expone cómo la lucha por el agua manifiesta las posiciones de poder de los
agricultores, las políticas de facto de los gobiernos, y el grado de desarrollo que el
Estado ha inducido en el Valle de Culiacán. Se parte de un diagnóstico de las
condiciones geográficas de esta región, y cómo es determinante el desarrollo de
infraestructura de riego, para la actividad agrícola, una vez que el 63% del
territorio necesita obras de riego. En este capítulo se hace un recorrido al proceso
de diseño y aplicación de las políticas públicas en materia de irrigación, que
transitó de un asunto privado a uno de interés público, fundamental para el
fomento del desarrollo económico y social, particularizando en el caso del Valle de
Culiacán. Se observa también la importancia que tuvo la construcción de la presa
“Sanalona” en 1948, como detonante del desarrollo económico en la región,
impulsando de paso la economía de exportación y el sistema financiero del
Estado. Sinaloa se posicionó como un eje regional de desarrollo y un modelo de
adaptación de la naturaleza a las necesidades económicas y sociales. Se destaca
el papel de los distritos de riego, su organización y la confluencia entre los
distintos tipos de productores y las políticas de fomento gubernamentales.
17
En el capítulo cuatro, abordo el financiamiento, a los productores agrícolas: entre
el financiamiento público y el privado, los tipos de crédito a los que tuvieron
acceso, dependiendo de su forma de propiedad o tenencia. Se observa aquí
cómo se vincula el capital financiero al desarrollo agrario, y las consecuencias
concretas que tuvo en la consolidación económica regional del Valle. Entre otros
aspectos importantes, se localiza a los principales beneficiarios del crédito, lo que
permite asociar a éste con la formación de una clase empresarial que destacó no
sólo a nivel regional, sino nacional. Es fundamental el análisis del papel que
jugaron las políticas crediticias del Gobierno federal, particularmente a partir del
sexenio alemanista. Queda claro cómo la inercia hacia la capitalización del campo
llevó al desplazamiento de los ejidatarios como objetivo de las políticas de
financiamiento, a favor de los productores privados, que en muchos casos
constituyeron monopolios y conservaron los privilegios que provenían de la época
porfirista.
Se ubica con la mayor precisión posible el papel que jugó en el periodo de estudio
la presa “Sanalona”, como fuente permanente de agua, que hizo que el Valle
alcanzara uno de los más altos grados de productividad agrícola en el país. Se
hace el recorrido histórico de cómo a partir de esa presa se crearon canales de
riego, y una red de distribución de agua, que ha sustentado un puntal del sector
agrícola vinculada al mercado de exportación estadunidense y canadiense a
través de exportaciones de tomate, calabaza, chile, pepino, papa, melón, sandía,
mango y berenjena; y al mercado nacional por medio de la producción de caña de
azúcar y comercialización de granos como fríjol y maíz. Se radicaron ahí las más
importantes empresas exportadoras de hortalizas en el país. La nueva agricultura
de exportación logró que la agricultura del Valle apoyara el modelo de desarrollo
de sustitución de importaciones, con base en una agricultura moderna y de riego.
El Valle de Culiacán representa uno de los mayores logros del desarrollo
económico nacional, que demuestra la pertinencia de las políticas de fomento del
Estado, más allá de las vicisitudes propias de la competencia entre productores,
y, más particularmente, entre productores privados y ejidatarios.
En el capítulo cinco, estudio la producción y el mercado agrícola del Valle, a los
productores privados, a los ejidos y su producción. Se entra al detalle en
18
cuestiones como los tipos de cultivo y sus montos anuales, su relación con los
criterios de cultivo, la disponibilidad de agua de la presa, y los lineamientos del
crédito privado, y la pugna entre los distintos grupos de productores.
Se muestra cómo la presa “Sanalona”, al asegurar el suministro de agua a la
región, la transforma radicalmente, ratificando el carácter agrícola del desarrollo
local. El fortalecimiento de la economía de exportación está ligado directamente al
desarrollo de los productores privados. También se subraya cómo el desarrollo
regional de Sinaloa ha sustentado una agricultura de riego moderna,
especialmente con los Estados Unidos. Queda la lección de una política
consistente de apoyo gubernamental, pese a las contingencias del desarrollo
nacional en sus diferentes periodos de gobierno. La relación entre productores y
Estado, manifestó también las oscilaciones de políticas frente a los principios
agrarios de los regímenes del Estado de la Revolución Mexicana, que tuvo que
conciliar dos modelos de desarrollo aparentemente contradictorias (ejido y
empresa agrícola).
En el capítulo se hace un balance del crecimiento de la producción agrícola
sinaloense, del periodo en estudio a fecha reciente, como un balance de los
resultados favorables obtenidos.
Las fuentes que uso en este trabajo son los pilares de los que se nutre y dan
forma a la investigación: en las bibliográficas se basa el marco teórico, la
información a nivel internacional, nacional, estatal y local; los archivos, son
testimonio de lo que sucedía en el Valle en la época de estudio. Los archivos en
los que encontré información son: Archivo General de Notarías del Estado de
Sinaloa (AGNES); Archivo del Registro Público de la Propiedad del Estado de
Sinaloa; Archivo del Registro Agrario Nacional del Estado de Sinaloa; Archivo
General de la Nación (AGN); Archivo Histórico del Registro Agrario Nacional;
Archivo Histórico del Agua (AHA). La bibliotecas son: Biblioteca de la Facultad de
Historia de la Universidad Autónoma de Sinaloa; Biblioteca del Banco de México;
Biblioteca Ing. José Luís de la Loma y de Oteyza de SAGARPA; Biblioteca
Gilberto Loyo de INEGI; Biblioteca Miguel Lerdo de Tejada de la Secretaría de
Hacienda y Crédito Público; Biblioteca del Colegio de México; Biblioteca de
Postgrado y Biblioteca de Economía de la Facultad de Economía de la UNAM;
19
Biblioteca del Instituto de Ciencias Sociales de la UNAM; Biblioteca del Instituto
de Investigaciones Jurídicas de la UNAM; Biblioteca Nacional de la UNAM;
Mapoteca Manuel Orozco y Berra de SAGARPA; Hemeroteca Nacional de la
UNAM. Entrevistas a (80) productores agrícolas, a funcionarios, dirigentes de
CAADES y la AARC; a protagonistas del periodo de estudio tales como: el
Secretario de Organización, Prof. Rodolfo Flores Chaparro, de la antigua CNPP,
hoy Confederación Nacional de Propietarios Rurales, A.C. (CNPR); las entrevistas
a los protagonistas del periodo de estudio dan respuesta respecto a las
instituciones informales--marco importante y esencial para el desarrollo,
adquisición de recursos, insumos, tecnología y otros-- como amistad,
responsabilidad, confianza, palabra empeñada, etc., esencialmente en lo que se
refiere al crédito, renta de tierras, distribución del agua fuera del marco legal de la
CNA, compra de maquinaria, semilla, comercialización, transporte y venta de la
producción.
Sin embargo, es preciso advertir que toda la información recabada vía las
entrevistas sólo ha sido utilizada en esta investigación como un punto de
referencia del resto de la información, pues su aplicación está destinada al
desarrollo de la tesis de doctorado que dará continuidad a la presente, con la cual
se verán aspectos diferentes al económico.
20
CAPÍTULO 1.
ESCENARIO NATURAL DEL VALLE DE CULIACÁN Y
POTENCIALIDADES PARA EL DESARROLLO DE LA
AGRICULTURA
Introducción
Todo proceso de desarrollo económico parte de las condiciones naturales en que
se asienta una población. Más aún, cuando la etapa de dicho desarrollo es
incipiente, y los hombres se organizan casi en su totalidad a partir de los propios
insumos y riqueza que da la producción del campo.
El Valle de Culiacán es una región privilegiada en el noroeste de México, pues a
más de constituirse de amplias tierras fértiles y especies de flora y fauna muy
diversas, cuenta con el suministro de agua, proveniente de los ríos Humaya y
Tamazula.
Los momentos más importantes de la política de fomento económico fueron la
instalación ahí del Distrito de Riego número 10, en 1933 y la construcción de la
presa “Sanalona”, que comienza a operar en 1948.
La intensificación de las actividades productivas a partir justamente de 1933,
sienta las bases del desarrollo ulterior del Valle, y es uno de los puntos de
referencia esenciales de la modernización de la economía sinaloense.
1.1. Situación geográfica del Valle
La República mexicana es un país montañoso, y ello es causa no sólo de gran
parte de los contrastes e irregularidades del clima, sino también de las pendientes
que predominan a lo largo y ancho del país y que limitan seriamente la extensión
y la calidad de las tierras disponibles para el cultivo. Su superficie es de 2 millones
de kilómetros cuadrados en números redondos; de los cuales Sinaloa tiene 58
488 kilómetros cuadrados, se ubica al noroeste de la República mexicana, entre la
21
Sierra Madre Occidental y las costas bañadas por el Golfo de California y el
Océano Pacífico. Se encuentra entre los meridianos 22º 31` y 26º 56` de latitud
norte, 105º 24` y 109º 27` de longitud oeste del meridiano de Greenwich. Se
divide en dos zonas: la del litoral, que mide 600 kilómetros de extensión y la de la
parte montañosa.11
En lo que toca al municipio de Culiacán, ha sido tradicionalmente el mejor ubicado
en la geografía del estado de Sinaloa, lo que permite explicar por qué en él se
asienta el núcleo de la actividad económica y política local de éste. Se localiza en
la parte central del Estado, entre las coordenadas geográficas siguientes: al norte
25º 10' y al sur 24º 00' de latitud norte del Ecuador, y al oeste en el meridiano
107º 43' y este en el meridiano 106º 56' de longitud oeste. Su territorio
comprendía en el periodo de estudio, 10 745 kilómetros cuadrados, haciéndolo el
municipio más extenso con el 8.2 % de la superficie del estado. En el norte, sus
fronteras territoriales lo separaban de los municipios de Mocorito, Angostura y
Badiraguato y del estado de Durango; al este, del municipio de Cósala, del
municipio de Elota y del estado de Durango; al sur, colinda con el Golfo de
California y el municipio de Cósala; y, al oeste, lo hace con el Golfo de California y
el municipio de Mocorito.12 La capital del estado y cabecera del municipio es la
ciudad de Culiacán, domina la vida del estado y la economía del municipio con la
agricultura, se encuentra a 6 metros sobre el nivel del mar.13
Según la Dirección General de Agronomía, el Valle de Culiacán tiene 104, 339
hectáreas en ambas márgenes del río Culiacán. Ocupa la zona costera del
municipio del cual toma su nombre, está formado por planicies de 5 a 40 metros
sobre el nivel del mar.14 La línea de contacto del océano con tierra firme, es una
línea regular. Se ubica sobre el Trópico de Cáncer. Dentro de su superficie, se
11 Consuelo Soto Mora et al, Geografía agraria de México, México, Ed. UNAM, 1992, pp. 9-13. En este libro los autores usan elementos geográficos para analizar el desarrollo de la agricultura en México. 12 Enrique Espinosa y Donaciano Ojeda, Informe agroeconómico detallado del Distrito de Riego del Río Culiacán, Sin, México, Ed Dirección de Agrología, Departamento Agroeconómico de la Comisión Nacional de Irrigación, Fondo Consultivo Técnico, Caja 649, Expediente 6206 en Archivo Histórico del Agua, México D.F., 1944, pp. 7-8. 13 Roberto Ayala Espino, Sinaloa en los destinos de México, México, Ed. Unión Gráfica, 1999, pp. 73-74. 14 Dirección General de Distritos de Riego, Distrito de Riego 10: Río Culiacán, Sinaloa, Ed. SRH, 1958-1964, p. 2.
22
encuentra la ciudad de Culiacán, el pueblo de Navolato y un gran número de
rancherías y poblados de menor importancia.15
Se encuentra entre los meridianos 107º 27` y 107º 50`de longitud Oeste y entre
los paralelos 24º 27`y 24º 58`de latitud Norte del Meridiano de Greenwich. Los
límites oficiales de la superficie riego al término del periodo de estudio
comprendían 95 mil hectáreas y son los que siguen a continuación: al norte; el
Canal Rosales desde su origen continuando por el Canal del Norte hasta las
coordenadas 30-E con 40-N. Al Este; el Canal Principal Oriental desde la presa
“Derivadora” de Culiacán hasta el camino Quilá- San Lorenzo. Al Sur; el camino
antes mencionado hasta el poblado de Eldorado, en donde seguía el camino
Eldorado-Camino del Mar para seguir al norte aproximadamente por la cota 7. Al
Oeste; se iniciaba en la coordenada 21- N con la 19-E, siguiendo la línea marcada
para terminar en la 17-E con la 30-N. También formaban parte de esta superficie,
en forma eventual, al proporcionársele servicio de riego, las tierras colindantes al
límite oficial y los terrenos regables del río San Lorenzo.16
Los ríos que cruzan Sinaloa nacen fuera del estado, en las estribaciones de la
Sierra Madre Occidental, desembocan en el Golfo de California y en el Océano
Pacífico, siguiendo un curso casi regular de N. E. a S. O. Los ríos son once, pero
los que se aprovechan para la irrigación agrícola a gran escala son cinco: El
Fuerte, Sinaloa, Mocorito, Culiacán y San Lorenzo. En la parte norte y en la región
costera se encuentran dos de las zonas agrícolas más importantes del país, el
Valle del Fuerte y el Valle de Culiacán, por la calidad de sus tierras favorables
para el desarrollo a gran escala de una gran variedad de cultivos, pero es
indispensable el riego para lograrlo.17
15 Enrique Espinosa y Donaciano Ojeda, Op Cit, pp. 5-7. 16 Dirección General de Distritos de Riego, 1958-1964, Op Cit, p. 2. 17 Rafael De Zayas Enríquez, “Las cuencas hidrográficas en México” en Revista Irrigación en México, Tomo I, No 4, Agosto, Comisión Nacional de Irrigación, p 72. Contiene una descripción detallada de cada una de las cuencas del país y de los principales ríos que las forman, también detalla por estado las cuencas secundarias y los ríos que las nutren, como es el caso de la cuenca del río Culiacán en el estado de Sinaloa.
23
1.2. Orografía, topografía y suelos
El Valle de Culiacán forma parte de la Llanura Costera del Noroeste que nace en
la frontera con los Estados Unidos y termina en el norte de Nayarit. La topografía
de la mayor parte de las tierras que lo componen, en general, es plana. La
superficie que correspondía a la tierra irrigada por el Canal del Sur, tenía una
pendiente general hacía el mar, y otra, hacía el río Culiacán. La tierra era
accidentada y afectaba el drenaje superficial, había bajos, causados por los
azolves dejados por las corrientes, las infiltraciones de las tierras y los sobrantes
de las aguas. El suelo era irregular, debido a las numerosas y pequeñas
depresiones y por su región de bajos caprichosos. La pendiente descendía al
exterior. Esto lo hizo estar casi sobre los bordes del río Culiacán, en algunos
tramos a menos de un kilómetro de su cauce, por sobre los bordes de los bajos ya
mencionados. En la parte suroeste había una zona de bajos de direcciones
irregulares. Estos bajos, se comunicaban con el mar, por medio de los esteros
que cruzaban las marismas. La tierra era irregular, por su gran número de
depresiones y bajos, por la pendiente que tenía hacia el mar y hacia el río y por
los bajos con corriente hacia el exterior.18
La superficie de lo que se llamaría Unidad II era descendente, con una pendiente
suave desde las colinas hasta encontrarse con la pendiente contraria de las
tierras de aluvión del Canal del Sur. Esta intersección, formaba una línea natural
de desagüe, con el bajo que iniciaba al pie de la elevación del poblado de
Culiacancito, situado éste, en la margen derecha del río Culiacán. Esta línea
natural de desagüe, corría casi en forma paralela al río Culiacán y continuaba
hasta desembocar en el estero de Los Dátiles, al noroeste de El Bledal. Este bajo,
era la línea de drenaje natural más importante entre ambas unidades y era, a su
vez, la línea que servía de límite entre ellas. El área de las tierras que bañaría el
Canal del Norte, la cruzaban de porción en porción, las corrientes que bajaban de
las colinas superiores, dándole un aspecto de columpios sucesivos. En la parte
media más occidental de estas tierras, se formaba un gran número de lagunas,
tenían una gran extensión y poca profundidad, casi eran permanentes. Se
18 Enrique Espinosa y Donaciano Ojeda, Op. Cit., pp. 13-15.
24
necesitaba construir obras de drenaje, para cultivar la zona que abarcaban. Dos
aspectos eran característicos de estas tierras: su aspecto ondulado y sus lagunas,
aunque tenía áreas grandes relativamente planas. Las tierras de la segunda
unidad, eran un poco más altas que las de la primera unidad. Eran planas y con
una pendiente general hacia el mar. Tenían una gran depresión que se llamaba
“La Cañada”, la cual principiaba cerca de la vía del Ferrocarril, al pie del cerro
Colorado y al este de Culiacán, siguiendo una dirección suroeste, pasando muy
cerca de las tierras que se podían aprovechar. Desembocaban en el estero el
Bataoto, y de ahí al mar. Su aspecto era el de una gran mesa.19
La clase de suelo es un factor muy importante para la calidad de los recursos
agrícolas, pues determina los límites y las modalidades de su aprovechamiento.
Los suelos se forman por la desintegración de las rocas y la descomposición
orgánica. La calidad del suelo depende principalmente de su pendiente,
profundidad, espesor, drenaje, riqueza en nutrientes para las plantas, vida macro
y microbiana, reacción pH y permeabilidad y está estrechamente ligado con el
clima y la topografía. Estas condiciones determinan su explotación económica y el
hombre tiene poca influencia sobre ellas.20 Las tierras de riego son de primera
clase si tienen suelos de calidad superior o media. Se clasifica el valor de las
superficies agrícolas de acuerdo a la calidad del suelo, capacidad química y a la
humedad que disponen. La Dirección General de Agronomía, llevó a cabo un
levantamiento y clasificación de suelos de las 104, 339 hectáreas, que componen
ambas márgenes del río Culiacán. Este estudio, se realizó para conocer la
superficie que se podía aprovechar, con las aguas almacenadas por la presa
“Sanalona” y así ampliar las hectáreas de riego del Valle. El estudio arrojó que
serían aprovechables para la agricultura, sólo 88 086 hectáreas de las 104 339
que lo forman. La superficie, una vez clasificados sus suelos y hecho lo
conducente, de acuerdo a las recomendaciones, aumentó paulatinamente las
hectáreas cultivadas con riego, al empezar a funcionar la presa “Sanalona” en
1948 e irse desarrollando su sistema de irrigación.21
19 Enrique Espinosa y Donaciano Ojeda, Op. Cit., pp. 15-18. 20 Consuelo Soto Mora et al, Op. Cit., p. 22. De la página 22 a la 25 los autores señalan las características del suelo para que sea idóneo en el uso agrícola. 21 Enrique Espinosa y Donaciano Ojeda, Op Cit, pp. 2-80.
25
El resultado del estudio fue el siguiente: el suelo en general era plano, con dos
pendientes bien marcadas, la principal hacia el mar y la segunda hacia el río. El
drenaje en las tierras de riego, en general, era muy eficiente, con excepción de
algunas partes bajas, localizadas al pie del barrote del río. Ahí, existían pequeñas
lagunas que favorecieron la concentración de sales. Esto hizo que se necesitara
realizar obras de drenaje y de lavado, para evitar la formación de bloques de sal y
disminuir la concentración salina del suelo. Hubo tierras que se tuvieron que
desechar por su salinidad, ya que este factor no era favorable para los cultivos. El
suelo del Valle comprendía varios grupos. Dos eran los grupos más numerosos.
El primer grupo, se componía de suelos recientes de vega (tierra muerta). Este
grupo de suelos tenían arenas finas, muy finas y fragmentos de mica en forma de
plaquitas y hojitas que brillaban al exponerse al sol. El segundo grupo, lo
formaban suelos intemperizados (barreales), tenían abundancia de mica, cal y
sodio, lo que indicaba que estos suelos habían sido producto de la desintegración
de rocas felsilíticas. Este tipo de suelo fue producto de la acumulación de
corrientes de corta longitud y de procesos erosivos de las colinas circundantes.
También, se les puede atribuir un origen coluvial y de arcillas y limos. Estos
suelos, profundos y ricos en substancias fertilizantes, se adaptaron a un gran
número de cultivos, su deficiencia principal era el drenaje por su topografía plana
y el álcali.22
Para uso agrícola, el estudio dividió a la superficie en cuatro grupos, dependiendo
de su calidad, topografía, condiciones de drenaje y salinidad. La superficie donde
se encontraban los suelos de primera y segunda clase, fueron los que se
consideraron adecuados para la explotación agrícola; los de tercera clase, se
podían aprovechar si se les hacía un buen sistema de drenaje y bonificación de
tierras; y los suelos que pertenecían a la cuarta clase, eran considerados
inadecuados para la agricultura y se desecharon al hacer la planeación general.
El resultado de estos estudios agrológicos se ve en la Tabla 1. El estudio sugirió
que si se realizaban obras de drenaje y bonificación de las tierras de tercera
clase, el total de tierras que serían aptas para el cultivo, sería de 88 086
hectáreas. Pero, para tener un total de 95 mil hectáreas irrigadas, se le añadirían
22 Ibíd.
26
tierras ubicadas en la margen izquierda del río Culiacán, en la zona cercana a la
margen derecha del río San Lorenzo, las cuales posteriormente formarían junto
con otras tierras la superficie de la Unidad III. Los estudios topográficos de esa
parte, se estaban realizando, en esta fecha.23
Tabla 1. Grupos de suelos y superficie que comprende la superficie del Valle de Culiacán en ambas márgenes del río Culiacán
Clase de suelo
Uso agrícola Superficie que comprende (hectáreas)
Primera clase Adecuados 2725
Segunda clase Adecuados 29 642
Superficie adecuada para irrigación
56893
Tercera clase Necesita adecuarse 31 193
Superficie aprovechable Total
88 086
De cuarta clase Desechables 16 253
Número total de hectáreas
104 339
Fuente: Enrique Espinosa y Donaciano Ojeda, Ob. Cit. y Departamento Agroeconómico de la Comisión Nacional de Irrigación, Fondo Consultivo Técnico, Caja 649, Expediente 6206 en Archivo Histórico del Agua, México, 1944, pp. 5-6.
1.3. Hidrografía y clima
Al Valle de Culiacán lo atraviesa el río Culiacán por su parte media, así como el
agua procedente de las tierras altas, las cuales ocasionaban problemas de
drenaje, es la única corriente de importancia que abastece al Valle. El río tiene
una longitud de 72 kilómetros desde su nacimiento hasta su desembocadura en la
península de Lucernilla, con una cuenca de 17 195 kilómetros cuadrados y un
escurrimiento anual de 3 276.2 millones de metros cúbicos.24 Este río se forma
con la unión en la ciudad de Culiacán, de los ríos Tamazula y Humaya, iniciando
su curso, exactamente aguas abajo del puente del ferrocarril, donde actualmente
se ubica la presa “Derivadora”. En ese lugar, donde confluyen los dos ríos, se
genera un cambio súbito de pendiente, lo que motiva que los depósitos del río
23 Enrique Espinosa y Donaciano Ojeda, Op. Cit., p 12. 24 Nicolás Vidales Soto, Sinaloa, un estado con historia, Culiacán, Producciones y Distribuciones Culturales de Sinaloa, 1993, pp. 37-42.
27
Culiacán, desde ahí, hasta su desembocadura, tengan gruesos espesores. Es el
límite entre la sindicatura de Culiacancito y la de Aguaruto, para luego
desplazarse libremente rumbo a Navolato, al cual penetra en las cercanías del
poblado de El Alto, perteneciente a la sindicatura de Culiacancito. Por el cause del
río Culiacán, escurren aguas que en realidad son demasías de la presa
“Derivadora”, que se encuentra en la ciudad de Culiacán. Su subcuenca, tenía un
área de influencia que incluía el 35% del área del Valle.25
El río Tamazula nace en el sureste de la localidad de Topia, del vecino estado de
Durango, a 2300 metros sobre el nivel del mar, y tras recorrer 152 kilómetros,
termina a 45 metros sobre el nivel del mar, en el lugar donde se une al río
Humaya, con una dirección hacia el oeste. Ingresa al Valle de Culiacán, sirviendo
de límite natural entre las sindicaturas de Imala y “Sanalona”, hasta el punto en
que sus aguas son embalsadas por la presa “Sanalona”. De ahí, continúa en un
recorrido sinuoso de 45 kilómetros rumbo a la ciudad de Culiacán, donde se une
al río Humaya, formando el río Culiacán. La cuenca26 del río Tamazula, desde el
lugar que nace hasta la presa “Sanalona”, es de 3 657 km2; de la presa
“Sanalona” hasta su confluencia con el río Humaya, es de 420 km2. Anualmente,
esta corriente arrastra 769 millones de metros cúbicos. La subcuenca, incluye el
21 % del territorio. Aprovechando el embalse de la presa “Sanalona”, la Comisión
Federal de Electricidad, construyó ahí la planta hidroeléctrica General Salvador
Alvarado.27
El río Humaya, tiene su origen en la Sierra de Santa Catarina de Tepehuanes, en
un lugar del estado de Durango, conocido como la Cueva del Negro, a más de 3
100 metros sobre el nivel del mar, en las faldas de los cerros Hamacuero y
25 Antonio Nakayama, Documentos inéditos e interesantes para la Historia de Culiacán, Culiacán, UAS, 1981, p. 45; Román Millán, Directorio agrícola, comercial, industrial y profesional del estado de Sinaloa, Culiacán, El Sol de Sinaloa, 1956, pp. 163- 498; Enrique Espinosa y Donaciano Ojeda, Op. Cit., p 18. 26 Cuenca espacio delimitado por la unión de todas las cabeceras que forman el río principal o el territorio drenado por un único sistema de drenaje natural, es decir, que drena sus aguas al mar a través de un único río, o que vierte sus aguas a un único lago endorreico; subcuenca, son los afluentes o ríos secundarios que desaguan en el río principal; demasías, es el agua que se derrama de su cuse e inunda los campos. 27 Dirección General de Distritos de Riego, Folleto del Distrito de Riego 10, Guadalajara, Secretaría de Recursos Hidráulicos, CNA Culiacán, 1956, p 4; Nicolás Vidales, Op. Cit., pp. 33-38.
28
Galeana. La cuenca del río Humaya hasta la presa Presidente “López Mateos” es
de 11 570 km2 (a partir de que se puso en funcionamiento su cauce se deriva a
ella).28
El río San Lorenzo, irriga las tierras de la parte sur del Valle. Forma su cauce con
el agua que escurre de la Sierra Madre Occidental en el estado de Durango, cerca
de Santiago Papasquiaro, ahí se le llama, río de los Remedios. Ingresa a Sinaloa
a través del municipio de Cósala, donde se nutre de los arroyos de Chacala, Las
Vegas y Santa Cruz de Ayala, desemboca en la Bahía de Quevedo, en el Golfo
de California. Tiene una longitud de 156 kilómetros, su cuenca es de 8 919
kilómetros cuadrados, con un escurrimiento anual de 1 572 metros cúbicos. Ha
sido fuente de vida para los productores agrícolas y los pueblos como Tabalá, Las
Vegas, San Lorenzo, Quilá, Oso, Eldorado entre otros.29
El aire, la temperatura, la humedad, la lluvia, las corrientes marinas, la topografía
(partes altas o bajas del terreno), el mar, etc., son factores que determinan el
clima de un lugar. La aptitud agrícola de un lugar depende entre otros factores del
clima que tenga la zona. El Valle de Culiacán, como el estado de Sinaloa, tiene un
clima cálido la mayor parte del año. El clima es caliente y húmedo en la
temporada de verano o “de calor”, como se le llama comúnmente. Por lo general,
se inicia en junio y se prolonga hasta octubre, meses en que la temperatura
ambiental, a la sombra, llega a superar los 40 ºC., habiendo días que se torna
inclemente, para el sufrimiento de la población, que lo soporta estoicamente. El
invierno es corto, de noviembre a febrero, la temperatura mínima en el mes más
frío, es 12.1ºC. Las heladas se presentan eventualmente en los meses de
diciembre y enero, la temperatura desciende hasta -OºC, causando estragos en
las vías respiratorias en los sectores sociales mas desprotegidos y provocando
daños, a veces irreparables, a los cultivos. Durante los primeros cinco meses del
año, se originan pequeños nublados. Los nublados densos, son en octubre o
noviembre. La humedad atmosférica se empezó medir después de 1940, por falta
de instrumentos.30
28 Nicolás Vidales, Op. Cit., pp. 7-38. 29 Modesto Aguilar A., Op. Cit., p. 12. 30 Enrique Espinosa y Donaciano Ojeda, Op. Cit, pp. 33-38; Sergio Ortega Noriega, Breve historia de Sinaloa, México, El Colegio de México-Fideicomiso Historia de las Américas- Fondo de Cultura Económica, 1999, pp. 21-22; Nicolás Vidales, Op. Cit., pp. 53-54.
29
Predominan dos tipos de climas según la clasificación de Thornthwaite: uno seco,
muy cálido y cálido (38% del territorio) característico de la parte media del Valle; y
en una franja intermedia, entre el Valle y la serranía, predomina el clima
semiseco, muy cálido y cálido (36%). En las partes altas, del municipio de
Culiacán rumbo al Estado de Durango, se observa el segundo clima, cálido
subhúmedo, con lluvias en verano de baja humedad (25%), aunque de baja
presencia, es posible encontrar climas tipificados como cálidos y semicálidos, con
lluvias en verano. El clima que domina es seco, el invierno y la primavera son
secos, cálidos sin cambio térmico invernal. Siguiendo los registros de las
estaciones meteorológicas instaladas en “Sanalona”, Culiacán y Quilá, se registra
una temperatura anual promediada de 24.9º C.31
La temporada de lluvia es muy corta y coincide con la época de mayor calor del
año. Por lo general, el volumen de las aguas pluviales es de 300 milímetros
cúbicos. En los meses más torrenciales, la precipitación pluvial media anual se
acerca a los 645.1 milímetros cúbicos, con un promedio anual de 53 días. Cada
año, se espera que las lluvias proporcionen 2 mil milímetros cúbicos de agua. Las
precipitaciones máximas se registran en dos periodos distintos. El primero, en los
meses de diciembre, enero y febrero y son lluvias de relieve que se llaman
“equipatas”, suelen durar varios días, es una lluvia constante que cambia de
intensidad; el segundo, corresponde a los meses de julio, agosto y septiembre,
denominadas lluvias de “convexión”, que son las normales. Vale decir, que en
ocasiones, transcurren meses enteros, sin la presencia de lluvia alguna. El Valle
queda dentro de la trayectoria de los ciclones tropicales que se originan en el
Océano Pacífico, durante los meses de agosto a octubre. Son perturbaciones
climatológicas conocidas como culebras de agua o tormentas tropicales, que
cuando tocan la tierra del Valle de Culiacán, son capaces de causar destrozos
inimaginables, a los pobladores y a los cultivos. Cuando ello ocurre, lo bueno que
dejan, es el agua que logran acumular las presas. Los vientos dominantes son del
W. N. W y N. E., por la cercanía con el mar, tienen un alto índice de humedad
31 Centro de Investigaciones Agrarias, Los Distritos de Riego del Noroeste, Tenencia y Aprovechamiento de la Tierra, México, Ed Instituto Mexicano de Investigaciones Económicas, Biblioteca del Archivo Histórico del Agua, 1957, pp. 5-7; Dirección General de Distritos de Riego, 1958-1964, Op Cit, pp. 3-6.
30
relativa, con una media anual del 68%. Su intensidad fluctúa entre 8 y 16
kilómetros por hora, variando la velocidad de 2.4 metros en mayo, hasta 1.0
metros por segundo en enero.32
Como se aprecia, la temperatura es casi constante durante todo el año. Esto se
debe a los ciclones que influyen sobre el cambio del tiempo en la zona, durante
los meses de agosto a septiembre. Los ciclones y las condiciones que se generan
por la cercanía que tiene con el mar, son los que le dan las características
anteriores al Valle de Culiacán. Ocasionalmente, cuando se presentan las
heladas, estas se expresan en forma de quemadura, sobre las partes verdes de
las plantas. En la región, se le llama “helada prieta”. Se origina porque la
temperatura no baja hasta el punto de rocío, pero decrece lo suficiente para
congelar los jugos de las plantas que se encuentran en los tejidos verdes,
rompiéndolos y ocasionándoles la muerte, en gran detrimento de los agricultores;
además, provocando una alza inmoderada en los precios de esos productos. Los
cultivos que más resienten este fenómeno, son el maíz y el tomate.33
1. 4 Vegetación y fauna El hombre cambió el paisaje natural al habilitar la tierra para la agricultura, lo
primero que hizo fue eliminar la vegetación que se encontraba en la superficie
donde sembraría sus productos.34 La vegetación del Valle de Culiacán, antes que
se limpiaran las áreas que se usarían para sembrar, era muy exuberante y se
componía de: bainoro blanco y prieto; vara blanca, muy usada en la siembra del
tomate; palo blanco, cardón, utilizado como opción medicinal en golpes y algunas
heridas leves; aguama, tomada por los pobladores rurales, en problemas
bronquiales; tasajo, nanche; guayacán –tan duro como el guayacán, dice el dicho
popular- mezquite y gato. Árboles y arbustos como: guásimas, guamúchiles, su
fruto es apetecido, bueno hasta antes de las lluvias, después se torna agarroso;
álamos, árbol de un verde intenso, grande y frondoso, que se da a las orillas de
32 Enrique Espinosa y Donaciano Ojeda, Óp. Cit, pp. 29-38; Sergio Ortega, Op. Cit., pp. 21-22; Nicolás Vidales, Op. Cit., pp. 53-54. 33 Comisión Nacional de Irrigación, Op. Cit. 1946, pp. 6-8; Enrique Espinosa y Donaciano Ojeda, Óp. Cit, pp. 29-33. 34 Consuelo Soto Mora, Op. Cit., p 12.
31
los ríos y canales; muruburi, binoramas o huizaches y sauce, árbol de hoja
colgada, que busca las zonas húmedas de agua dulce . Hierbas como: bledo,
grama, batazote o jarilla, quitamanteca, marihuana, itza, higuerilla silvestre y
diversas enredaderas. Plantas chaparrales muy duras y difíciles de penetrar por
ser espinosas, como: muchucupi, papachillo, güadare, San Juan, tasajo o tasajillo,
retama, dardo o choya, roble, agua bola (planta parecida al mangle), cardón,
cenizo y tabay (zacatón). En los suelos pesados o estancados se encontraban:
cucas, tule, lirios acuáticos, brea, una planta rastrera llamada rama blanca y
sandías en la región de la Laguna de Caimanero.35
En la parte por la zona costera cerca del Valle, por el lado de los pueblos de El
Bledal, El Ébano, Guasimillas, El Potrero, El Realito y Aguapepito, la vegetación
estaba compuesta de chaparrales muy duros y difíciles de penetrar de plantas
espinosas como el muchucupi, papachillo, güadare, binorama o huizache,
guayacán, San Juan, tasajo o tasajillo, retama, cardo o choya, roble agua bole, el
cual crecía acompañado de cardones, parchillo, muchucupi, cenizo y tabay
(zacatón). En las marismas, crecía el agua bole junto con el chamizo o saladilla.36
En la región de la Laguna de Caimanero, de donde toma su nombre el suelo que
se llama caimanero, tenía como vegetación natural una planta rastrera llamada
rama blanca, que se reproduce por espolones. Los agricultores la consideraban
como una plaga muy difícil de erradicar, y creían que el cultivo de trigo, se perdía
en los lugares donde crece. Esta se encontraba en ambas márgenes del río
Culiacán. El otro tipo de vegetación, de la serie caimanero, comprendía: cucas,
tule, lirios acuáticos, mezquite, nanche, retama y brea. Las variedades previas,
igualmente se encontraban en zonas con escasa vegetación. Por otro lado,
existían zonas con suelos totalmente limpios, con suelos que se veían despejados
de vegetación superficial y arbustos que se daban esparcidos en grandes
intervalos. La variedad de las cucas, crecía en los lugares donde el suelo era
pesado o con agua estancada y formaban una maleza difícil de penetrar. La
vegetación característica del suelo que pertenecía al Canal del Norte, sobre la
margen derecha del río Culiacán, muy cerca del pie de las colinas y serranías que
35 Enrique Espinosa y Donaciano Ojeda, Óp. Cit, pp. 39-93; Sergio Ortega, Op. Cit., pp. 22-23. 36Ibíd., pp. 39-93.
32
circundan el Distrito por el norte, tenía los arbustos siguientes: binolo en un 90%
del área, nanche, gato y palo blanco. El suelo se encontraba limpio de pastos y
hierbas superficiales. En las partes donde había pantanos y lagunas, crecían
generosamente, tules y lirios acuáticos.37
La fauna se componía de: coyotes, gatos monteses, tigrillos, zorras, venados,
armadillos, conejos, liebres, ardillas, codornices, perdices, palomas, patos,
caimanes y víboras (cascabel, coralillo). Debido al clima cálido, abundaban los
mosquitos, principalmente en las zonas enmontadas, que no se habían abierto
aún al cultivo y en las zonas cerca de los manglares. También, existían una
variedad de insectos como jejenes, alacranes, cucarachas, macacos, viudas
negras y otros tipos de arañas.38
Con la apertura de nuevas tierras al cultivo, la vegetación y la fauna que
habitaban el Valle fue cambiando o desapareciendo de manera paulatina. El
escenario natural formado por plantas, arbustos y malezas, fue cediendo ante la
labor de limpieza que se realizaba para habilitar la tierra para riego. Los inmensos
álamos y los sauces a la vera de las zonas bajas húmedas, en las riberas de los
ríos y de las corrientes naturales de las aguas de las lluvias, fueron cediendo su
lugar a arbustos y a los diferentes sembradíos, que empezaron a inundar la
superficie del Valle. La tierra pródiga del Valle de Culiacán ya no vería tanta
cantidad, ni la belleza en su expresión natural, de los frondosos árboles, en esa
magnitud, signo distintivo de ésta fértil región. Por el lado de las especies como
venados, coyotes y aún animales de uña, tuvieron que apartarse del camino del
desarrollo y del progreso que demandaba la sociedad y buscar hasta donde fuera
posible, lejanos lugares donde pudieran subsistir. Todo en aras de los tiempos
nuevos.
37 Enrique Espinosa y Donaciano Ojeda, Óp. Cit, pp. 50-102. 38 Sergio Ortega, Op. Cit., pp. 22-23.
33
1. 5 Población y economía
La población a nivel nacional tuvo un crecimiento progresivo, de acuerdo con los
censos generales de 1895 a 1950. Los habitantes censados en 1895 fueron 12
632 427, aumentaron a 13 607 259 en 1900, continuando su ascenso a 15 160
369 en 1910, la cantidad desciende en 1921 a 14 334 780 (en razón del conflicto
revolucionario), aumentando de nuevo en 1930 y 1940 y acelerando su
crecimiento a 25 791 010 en 1950. Sinaloa fue de los estados que tuvieron un
lugar preponderante dentro de este aumento poblacional. Fue hasta este último
año que se registró en los censos de población la cantidad de municipios que
componían el país. De acuerdo con ellos, México se dividía en 2 349 municipios,
incluyendo las delegaciones de los territorios y las del Distrito Federal. Estos
municipios y delegaciones podían o no estar habitados. La Dirección General de
Estadística, señala una serie de características para que una localidad tenga
categoría de habitado. El censo general de población de 1950, arrojó una
población nacional de 25 791 010 habitantes, distribuidos en 2 349 municipios y
en 99 028 localidades. De esos 2 349 municipios, 16 correspondían al estado de
Sinaloa, el cual era uno de los estados con mayor número de pobladores por
municipio. La razón se debe a las atribuciones concedidas por las Constituciones
Locales a las Legislaturas de los estados. Generalmente los requisitos se refieren
a un mínimo de población y a un límite de recursos materiales.39
La población del estado de Sinaloa aumentó año con año en forma gradual desde
1900. En 1940 contaba con 492 821 habitantes, para 1950 había aumentado a
635 681. Los municipios con mayor población urbana en relación con la rural eran
Escuinapa y Mazatlán. Los municipios ubicados cerca de la sierra, sólo tenían
población rural. Los hombres eran minoría en los centros urbanos, nivelándose la
proporción hombre-mujer en la población rural. El municipio de Culiacán aumentó
paulatinamente su población, principalmente en el área agrícola. En el estado,
como en el Valle de Culiacán, la mayor parte de la población se dedicaba a las
labores agrícolas. Al productor agrícola del Valle se le podía considerar bastante
adelantado, tomando como referencia el nivel medio de los agricultores del país.
39 Enrique Espinosa y Donaciano Ojeda, Óp. Cit, pp. 63-64.
34
El número de personas dedicadas a la agricultura se fue incrementando conforme
el Valle fue ampliando su superficie de riego y fue produciendo un excedente que
generó un aumento en el comercio. Esta población se distribuía en poblados de
poca importancia, situados en ambas márgenes del río Culiacán, donde se
encontraban la mayoría de los terrenos cultivados. La Unidad I del Distrito de
Riego 10 es la que tenía un mayor número de pueblos. En la Unidad II, sólo había
pueblos en la margen izquierda del río, los demás se encontraban dentro de las
zonas enmontadas. Las pequeñas rancherías llamadas “ordeñas”, eran escasas,
no tenían importancia como centro de población porque las constituía una o dos
casas, corrales para el ganado, abrevaderos, etc. En la mayoría de los casos,
sólo se habitaban en la época de ordeña, la cual tenía una duración de tres a
cuatro meses al año.40
Dentro del Valle los pueblos y rancherías con mayor dinamismo, población y
actividad económica constante, eran los que se encontraban en las cuencas de
los ríos San Lorenzo y Culiacán: San Pedro, Navolato, Lo de Verdugo, Lo de
Reyes, Cabreras, Bachimeto, Otameto, Las Trancas, Iraguato, Sataya, La Vuelta,
Bataoto y El Potrero,41 y las sindicaturas de Jesús María, Tepuche, Imala,
“Sanalona”, Las Tapias, Tacuichamona, El Salado, Higueras de Abuya y Baila.
Las regiones más sinuosas y agrestes forman parte de las sierras de San Lorenzo
o de Los Caballos, de Tacuichamona, La de Baila, de San Cayetano, de Mojolo o
Miraflores, del Potrero y la de Culiacán. La sindicatura de “Sanalona”, se ubica
cerca de los límites con Durango y el municipio de Cósala, la sindicatura de
Higueras de Abuya, la sindicatura de Jesús María y sindicatura de Tepuche.
Prácticamente, la carretera internacional México-Nogales sirve de referencia para
separar el valle, de la sierra.42
El tipo de habitación de los productores agrícolas de estos poblados era en
general de materiales que se encontraban en la región como: ramas, varas
entretejidas, palmas, algunas de ellas estaban cubiertas con lodo. También
existían casas hechas de materiales más fuertes y duraderos como el ladrillo y la
teja. En el área urbana se observaban construcciones de ambos tipos. Las
40 Enrique Espinosa y Donaciano Ojeda, Óp. Cit, pp. 7 y 65-66. 41 Heberto Sinagawa, Op. Cit, p. 14 42 Ibíd., pp. 7-1.
35
condiciones higiénicas de la mayor parte de las construcciones eran deficientes,
les faltaba ventilación, drenaje, agua potable, luz eléctrica, etc. En temporada de
lluvias, en los centros urbanos y rurales, se observaban un gran número de
lagunas, estas eran productoras de toda clase de insectos, particularmente de
moscos productores de paludismo. Se recomendó realizar un programa de
saneamiento, que evitara la formación de estas lagunas para prevenir
proliferación de enfermedades en el Valle.43
El agua que se usaba para consumo doméstico, tanto de Culiacán y Navolato,
como de los pueblos y rancherías que componían el Valle, no estaba sometida a
ningún tipo de potabilización. Algunos productores agrícolas suministraban agua a
sus tierras por medio de pozos, así como la población rural del Valle. En los
análisis realizados por el laboratorio que condujo el estudio, se encontró que el
agua tenía presencia de numerosos organismos vivos, haciéndola peligrosa para
el consumo humano. Culiacán se abastecía de las aguas del río Humaya, por
medio de una planta de bombas instaladas para tal fin. Estas aguas que llegaban
a la ciudad no se sometían a ningún proceso de potabilización. Navolato se
abastecía con las aguas del río Culiacán, después de que este recibía las aguas
del drenaje de la ciudad de Culiacán, así como con agua de pozos. No se
encontró hubiera una planta de purificación antes de abastecer al pueblo de
Navolato.44
En la población de la ciudad de Culiacán se observaba la influencia
estadounidense por la introducción de algunas de sus costumbres, que traían los
que regresaban de trabajar o de estudiar. Sin que se reflejara un cambio en las
condiciones culturales de sus habitantes, por la pobreza del lenguaje y su limitado
nivel de vida. Culiacán siempre tenía un aspecto inactivo, se notaba la carencia
de centros y lugares de diversión, sus instalaciones hoteleras eran de mediana
comodidad, las casas para alquilar eran escasas, mal acondicionadas e
incómodas. El nivel de analfabetismo era muy alto, de acuerdo con los censos era
del 56.65%, del total de la población. Las mujeres de los agricultores jugaron un
43 Enrique Espinosa y Donaciano Ojeda, Op Cit, pp. 39-93. 44 Ibíd.
36
papel muy importante en el desarrollo del Valle, trabajaron hombro con hombro
junto con sus esposos, en todas las circunstancias que se presentaron.45
La gran mayoría de los pobladores eran mestizos descendientes de españoles.
Existía una población reducida de extranjeros en 1940 eran 2 085, reduciendo su
número a 1 403 en 1950. El origen principal de los extranjeros era chino, italiano,
japonés, alemán, griego y estadunidense. El idioma que se hablaba era el
español, aunque se empleaban palabras de otro origen mezcladas con
regionalismos. La religión predominante era la católica, si bien los habitantes no
eran tan apegados a las costumbres religiosas, como los del sur del país. En
cuanto a la educación, se encontraban distribuidas escuelas primarias rurales en
todos los poblados de regular importancia del Valle. Sólo en Culiacán existían
además de las escuelas primarias, una escuela prevocacional (secundaria
técnica), una secundaria, una escuela de artes y oficios y una institución de
educación superior, la Universidad Socialista de Occidente. Los salarios en
comparación con el resto del país eran más altos, en el Valle de Culiacán eran de
1 peso con 50 centavos y en la ciudad de 2 pesos, sin embargo, para completar el
gasto familiar se criaban aves, cerdos, ganado y se elaboraba queso fresco
llamado “asadera”.46
Los caminos que había dentro del Valle, estaban construidos con tierra, eran muy
pocos y muy malos, apenas transitables cuando estaban completamente secos.
Por ello, era indispensable ponerlos en condiciones de funcionamiento
permanente y construir al mismo tiempo los necesarios, de acuerdo al trazo y
ampliación del sistema de irrigación del Distrito. Ya que cada lote tenía que tener
comunicación independiente por medio de caminos de uso general. Asimismo se
tomó en cuenta que Culiacán, sería el centro económico de toda la zona de riego
y por lo tanto, los caminos deberían facilitar la comunicación entre la ciudad y los
diferentes núcleos de la zona de riego. Los caminos dependiendo de su
importancia se dividieron en carreteras, caminos canaleros y caminos vecinales.
Las carreteras se hicieron en forma de cruz, formada por una carretera que sigue
al meridiano E-60, en una línea recta a las cercanías de San Rafael con Culiacán,
45 Heberto Sinagawa, Op. Cit., p. 199. 46 Hubert Carton, Op. Cit., p 30; Heberto Sinagawa, Op. Cit., pp. 185-206.
37
otra carretera siguiendo el paralelo N-20, dividiendo a la zona de riego en dos
porciones y otra paralela a la vía del ferrocarril. El ancho de las carreteras era de
10 metros, el ancho en la parte revestida era de 6.5 metros y en la pavimentada
de 6 metros, quedando un acotamiento de 2 metros a cada lado del pavimento. La
longitud total de las carreteras era de 78.2 kilómetros.47
Los caminos canaleros eran los de segundo orden, seguían los alineamientos de
los canales laterales de alguna importancia, formando una red de cuadros de 4
kilómetros por lado, que se conectaban con las carreteras. La sección transversal
era igual al de las carreteras, estos caminos estaban revestidos, su longitud total
era de 97.4 kilómetros. Los caminos vecinales se hicieron de tal manera que cada
lote tenía una salida independiente y era necesario recorrer máximo 2 kilómetros
para conectarse con algún camino canalero o carretera. Estos caminos estaban
desmontados y conformados, su longitud total era de 289 kilómetros. El costo total
de la red de caminos del Valle fue de $4 285 400.00 pesos. De los cuales $1 955
000.00 fue para carreteras, $1 461 000.00 fue para caminos canaleros y $869
400.00 para los vecinales.48 La red de caminos al terminar de construir el sistema
de riego era de 180 kilómetros.49
El Valle de Culiacán se comunicaba en 1946, con la carretera internacional a
Nogales, Sonora, construida con tierra en algunas partes, sólo se podía utilizar en
temporada de secas. Esta carretera, también comunicaba a Culiacán hacia el
norte con: El Fuerte, Los Mochis, Guasave, Guamúchil y Angostura; hacia el sur,
con Mazatlán. La carretera a Navolato se encontraba revestida de grava, con una
longitud de 38 kilómetros, iba paralela a la margen izquierda del río Culiacán.
Dentro del Valle sólo había 15 kilómetros de caminos revestidos que unían a
Culiacán con Culiacancito y algunos kilómetros de camino troncal. En época de
secas, las comunicaciones eran relativamente buenas entre todos los puntos del
47 Comisión Nacional de Irrigación A, Red de distribución, drenes y caminos para 22 000 hectáreas, en la margen izquierda del Río Culiacán, Distrito de Riego del Río Culiacán, Sin, México, mayo, en Caja 727, Expediente 7010, Fondo Consultivo Técnico, Archivo Histórico del Agua, 1946, p. 31. 48 Comisión Nacional de Irrigación A, Op. Cit., pp. 30-32. 49 Heberto Sinagawa, Óp. Cit., p. 181.
38
Valle y Altata, desde entonces, lugar de esparcimiento de la población del Valle y
la ciudad. En época de lluvias, todos los caminos se volvían intransitables.50
El Ferrocarril Occidental de México atravesaba todo el Distrito, desde Culiacán
hasta Altata. Servía como medio de transporte de pasaje entre Culiacán y el
Limoncito en temporada de lluvia, y a Altata en temporada de secas, cuando se
usaba para excursiones. Así como, para transportar los productos de los
productores agrícolas de Bachimeto a Culiacán y transportar azúcar al Ingenio de
Navolato. En temporada de lluvias llegaba hasta el Limoncito, por falta de un
puente en el lugar donde cruzaba el río Culiacán.51
Los productores agrícolas y pobladores en general tanto del Valle de Culiacán
como del pueblo de Navolato contaban, con una Oficina de Telégrafos Nacionales
y una red telefónica que cubría la mayoría del estado. La empresa Ericsson
proporcionaba servicio de teléfono a Culiacán y este se extendía hacia algunos
pueblos dentro del Valle. El estado de Sinaloa no contaba con servicio telefónico
de larga distancia. Había oficina de correos en Culiacán y en los pueblos
siguientes: Navolato, Limoncito, Altata, San Pedro, Yebavito, y Caimanero.52
El Ferrocarril del Pacífico atravesaba el Distrito de este a oeste en la Primera
Unidad y de sur a norte en la Segunda Unidad. Tenía dentro de la zona de riego
varias e importantes estaciones de embarque. El Ferrocarril Occidental de
México, unía a la ciudad de Culiacán con el Ingenio de Navolato y entroncaba con
el Ferrocarril del Pacífico. Como puerto para posibles exportaciones, se contaba
con Altata, lo unía la carretera Culiacán – Navolato – Altata - Valle de Culiacán.
También por aire, se encontraba comunicado, ya que contaba con el Aeropuerto
Federal de Bachigualato.53
El estado promovió un profundo proceso de modernización vinculándose con los
mercados de Estados Unidos y nacional. Construyó vías de comunicación hacia
50 Centro de Investigaciones Agrarias, Los Distritos de Riego del Noroeste, Tenencia y
Aprovechamiento de la Tierra, México, Instituto Mexicano de Investigaciones Económicas, Biblioteca del Archivo Histórico del Agua, 1957, pp. 12-13. 51 Ibíd. 52 Ibíd. pp. 10-15. 53 Centro de Investigaciones Agrarias, Op. Cit., pp. 29-93.
39
Mazatlán, el centro del país, y Nogales para ingresar más rápido a Estados
Unidos, lo que permitió que el crecimiento agrícola fuera uno de los más altos del
país y que además llegaran flujos de capitales estadounidenses que se otorgaron
a los productores agrícolas para que se invirtieran en la agricultura, transformando
en las siguientes décadas la economía regional. Casi a mediados del siglo XX, y
como resultado de los problemas internacionales mencionados, por los factores
favorables en el estado, y de la políticas federales y estatales respecto a la
propiedad de la tierra, del crédito y la irrigación, surgieron en el municipio, una
serie de empresas capitalistas que vinieron a impulsar la agricultura de riego y
modernas redes de distribución de sus productos. Lo que favoreció en forma
significativa para que la producción de hortalizas para la exportación aumentara
en Sinaloa y repercutiera en la economía regional.54
Hacia 1960, los productores agrícolas y los pobladores del Valle de Culiacán
estaban comunicados con el resto del país y los Estados Unidos por diferentes
vías. La carretera Internacional Guadalajara-Nogales constituía la principal vía de
comunicación con los Estados Unidos y el centro del país. Esta corría casi
paralela al este del Canal Principal Oriental, tocando a la ciudad de Culiacán,
entroncaba con el sistema de carreteras del Distrito; entre Culiacán y Navolato, de
Culiacán a el Eldorado, Culiacán a la presa “Sanalona” y Culiacán a otros puntos
del Distrito.55
Sinaloa recuperó en treinta años el atraso económico acumulado durante varios
siglos. Esto se reflejó en una ola modernizadora del municipio de Culiacán a
finales de los años cuarenta del siglo XX, la cual empezó con la primera etapa de
la construcción de la presa “Sanalona”, generando una mayor producción agrícola
al ponerse en marcha en 1948 y aumentar las hectáreas irrigadas de 31 mil 400, a
95 mil. La presa formó una red hidráulica que permitió practicar una agricultura
moderna de riego, con un sector especializado para la exportación, principalmente
de legumbres y frutas. Con ello se consolidaron un sector moderno, comercial y
54 Ibíd. 55 Ibíd., pp. 26-39.
40
de servicios; y el papel de la agricultura en el desarrollo económico de Sinaloa,
que estuvo directamente ligado al modelo de desarrollo estabilizador.56
En el periodo de 1950-1961, tuvo auge la construcción e inauguración de obras
en todo el estado. Se inauguraron hospitales y casas de salud en los diversos
municipios. En Culiacán se construyó y electrificó el Estadio Ángel Flores, se creó
La Escuela de Agricultura, (por la demanda de profesionales en esta actividad), se
rehabilitó o introdujo la telefonía, el agua potable, el alcantarillado y el drenaje y
hubo nuevas inversiones de la Compañía Eléctrica de Sinaloa S.A., que por
entonces operaba con capital privado. Se construyó el Parque Constitución, el
museo de Historia y la biblioteca dentro del mismo.57
En todo este proceso de desarrollo, las Instituciones y el Estado jugaron un papel
muy importante: se remodelaron y ampliaron el Hospital del Niño, el Centro
Dermatológico, el Dispensario Antituberculoso, y se inauguró el Instituto Mexicano
del Seguro Social. Hubo crecimiento de la mancha urbana de la ciudad de
Culiacán, generado por la modernización de la agricultura. Por muchos años la
ciudad de Culiacán tuvo como limites: al sur, el actual boulevard Francisco I.
Madero y la línea del Ferrocarril Occidental de México; al norte el río Tamazula; al
poniente, la avenida Nicolás Bravo y al oriente la avenida Juan B. Sepúlveda. La
demanda de vivienda de la población recién incorporada a la ciudad hizo que se
construyeron varias colonias populares como: la Popular, la Ejidal y El Barrio.58
Este auge económico motivado por el crecimiento agrícola, también trajo para
Sinaloa construcciones de carreteras tales como: Culiacán-Navolato-Altata,
Mochis-Choix-Guasave-Mocorito-Guamúchil, México-Nogales, se reconstruyó o
dio mantenimiento a los caminos rurales de todo el estado. Se construyeron los
aeropuertos de Mazatlán y Culiacán, se pavimentaron y construyeron calles y
avenidas principales de las ciudades en desarrollo, como el Paseo Claussen,
Calzada el Camarón y Miguel Alemán en Mazatlán; en Culiacán el Boulevard
56 Heberto Sinagawa, Op. Cit., pp. 15-25, 175-180. 57 Informes de Gobierno de los Gobernadores de los años de 1950 a 1961, Archivo Histórico del Congreso del Estado de Sinaloa; Román Millán, Op. Cit., pp.24-28, 141-248. 58 Ibíd.
41
Francisco I. Madero, la Avenida Álvaro Obregón y se inició la pavimentación de la
ciudad de Los Mochis.59
Como efecto del impulso tecnológico a la agricultura y del crecimiento económico
derivado de esta, los habitantes del campo emigraron a las ciudades para tener
más oportunidades de empleo y mejor calidad de vida a los centros más
destacados de producción agropecuaria. Iniciándose un crecimiento acelerado
urbano. Todo esto produjo que se diera un importante crecimiento demográfico,
ya que en 1960 vivían en Sinaloa 838 mil personas. Este desarrollo y crecimiento
demográfico permitió una consolidación en la base económica principalmente del
sector agrícola. También repercutió en el valor de la propiedad en la parte
comercial de Culiacán, en los años de 1940 a 1956 este valor pasó de 12 a 15
pesos el metro cuadrado, y en la zona residencial del Malecón pasó de 5 a 40
pesos. Los comerciantes registrados en la Cámara de Comercio dedicados a la
ropa y a los abarrotes aumentaron de 347 a 1600. Hubo un importante
crecimiento económico, basado en su mayor parte en la agricultura de
exportación.60
El excedente de la producción agrícola del Valle, influyó en las transacciones
comerciales y en las operaciones bancarias de la zona proporcionalmente a su
crecimiento. Culiacán es un centro comercial y bancario que debe su importancia
a la agricultura de riego del Valle. Este aumento en más de un 300 % de la
producción agrícola regional, tuvo repercusión en otros sectores de la economía,
hubo incremento demográfico derivado por la demanda de mano de obra, la
ampliación del sistema de canales y los caminos de servicio. Las obras de riego
del Distrito, promovieron el desarrollo económico regional.61
Las industrias que estaban establecidas dentro del Valle tenían relación con las
actividades agrícolas. Se encontraban tres ingenios en sus dominios: 1) Costa
Rica; 2) Navolato; y, 3) Eldorado. Dos molinos de arroz, un molino de trigo, una
planta empacadora de tomate y otra de camarón, varias despepitadoras de
59 Ibíd. 60 Roberto Ayala, Op. Cit., p. 175; Guillermo Ibarra, Op. Cit., pp.13-20; Román Millán, Op. Cit., pp. I3-43. 61 Ibíd.
42
algodón, fábricas de insecticidas, fábricas de aceites y jabones, y una fábrica de
gas. La mayor parte de esta industria tenía pocos años que se había iniciado,
excepto los ingenios de Eldorado y Navolato.62
Conclusión
La importancia del Valle de Culiacán es fundamental en el desarrollo de la
economía del noroeste del país. Su ubicación es estratégica, no sólo por las
características de ubicación del Valle, sino por las condiciones naturales que,
pese a las dificultades de origen, una vez creada la infraestructura de riego, le dan
un perfil de alta productividad, a partir de los años 40. Su superficie, de 104, 339
hectáreas, presentó una gran homogeneidad de calidad de tierra para el cultivo.
Una vez superados los accidentes topográficos, y construida dicha infraestructura,
el Valle se ha caracterizado así por ser una de las regiones agrícolas más ricas
del país, producto de un esfuerzo arduo y continuo de sus pobladores. La
construcción de la presa “Sanalona” en 1948, fue el detonante que permitió la
explotación óptima de estas tierras. La calidad, topografía, condiciones de drenaje
y salinidad permitieron dividir la región en cuatro zonas, tres de las cuales
resultaron propias para éste, de la extensión antes señalada, a ambas márgenes
del río Culiacán. Al riego de éste río se suma el de los ríos Tamazula y Humaya,
con los cuales se forma precisamente en Culiacán, donde se ubica la presa
“Derivadora”. En la presa “Sanalona” se encuentra la planta hidroeléctrica.
El clima del Valle es cálido la mayor parte del año, como el resto del estado de
Sinaloa. El clima es además húmedo en la temporada de verano, que se inicia en
junio y se prolonga hasta octubre. La temperatura llega a elevarse a 40 grados
centígrados a la sombra en ese periodo. En el invierno, de noviembre a febrero, la
temperatura promedio es de aproximadamente 12 grados centígrados. Entre
diciembre y enero aparecen eventualmente “heladas”, donde la temperatura
desciende a 0 grados centígrados. En suma, hay dos climas en la región
(clasificación de Thornthwaite): uno seco, muy cálido y cálido (38% del territorio)
en la parte media del Valle; y semiseco, muy cálido y cálido, en una franja
intermedia, entre el Valle y la serranía (36% del territorio).
62 Centro de Investigaciones Agrarias, Op. Cit., p 29.
43
En una segunda clasificación, están las partes altas del municipio de Culiacán,
hacia Durango, donde hay un segundo clima, cálido subhúmedo, con lluvias leves
en verano de baja humedad (25%). La temperatura media anual del Valle es de
24.9 grados centígrados. Las lluvias ocurren en el periodo de mayor calor del año,
y el volumen de las precipitaciones es de 300 milímetros cúbicos. Cultivos
importantes son el maíz y el tomate.
En sus orígenes, en el siglo XIX, la gran mayoría de los pobladores del Valle eran
mestizos, descendientes de españoles. Había un sector de extranjeros, que en
1940 eran 2085, y 1 403 en 1950 (chinos, italianos, japoneses, alemanes, griegos
y estadunidenses). La religión común ha sido la católica.
Las comunicaciones eran incipientes a mediados del siglo XX, sólo había una
carretera, la internacional a Nogales, Sonora, que sólo era útil en época de secas.
El ferrocarril Occidental de México atravesaba todo el Distrito, desde Culiacán
hasta Altata. Se contaba con un aeropuerto en Bachigualato. La clave del futuro
despegue estaría en la conexión hacia el mercado estadunidense, que no sólo
amplío el propio mercado, sino que facilitó el flujo de créditos para la producción
agrícola, regularización de la propiedad de la tierra y expansión de la irrigación.
Entre 1930 y 1960 Sinaloa tuvo un despegue sin precedente local, lo cual se dejó
sentir sobre todo en Culiacán desde los años 40. Justo la construcción de la presa
“Sanalona” (1948) fue el punto de arranque de la nueva época, que permitió pasar
de 31 mil 400, a 95 mil hectáreas irrigadas. Sinaloa se colocó así totalmente
dentro del modelo del desarrollo estabilizador, que imperó en el país en los años
50 y 60. Proliferó la construcción de infraestructura en comunicaciones, servicios,
y la tierra se recotizó a precios insospechados (entre 1940 y 1956, en zonas
selectas de Culiacán hasta 8 veces más del precio original).
El despegue agrícola arrastró tras de sí el desarrollo regional, que se manifestó
en obra pública, ampliación de servicios, desarrollo de la banca, y mecanismos de
financiamiento público y privado en beneficio de los agricultores.
44
CAPÍTULO 2.
PRODUCTORES AGRÍCOLAS EN EL VALLE DE CULIACÁN: SUS
ORÍGENES, RASGOS CARACTERÍSTICOS Y PROPIEDADES
Introducción
El contexto internacional generado por la Segunda Guerra Mundial y por la Guerra
de Corea, fue favorable para el estado de Sinaloa, particularmente para los
productores agrícolas de la región del Valle de Culiacán, por la demanda de los
productos agrícolas de exportación. Los productos que los productores agrícolas
cosechaban que tenían mayor demanda en el mercado internacional, pero
especialmente en el mercado de Estados Unidos y Canadá, fueron las frutas y las
hortalizas. Los factores que permitieron su crecimiento fueron: la mano de obra
barata, la geografía y el clima, la infraestructura hidráulica auspiciada por el
gobierno federal y el estatal, la cercanía con el mercado estadounidense y
canadiense, la banca de crédito nacional y regional ligada a la agricultura, el
arribo de capitales extranjeros para su producción y comercialización, las
organizaciones de agricultores, la innovación por medio de la investigación para
mejorar la producción y la modernización de la tecnología para la siembra, el
cultivo, la cosecha y el empaque del producto.63
La agricultura que practicaban los productores agrícolas en Sinaloa conservó las
mismas características hasta finales del siglo XIX, producían para el consumo
interno de los sinaloenses, los productores agrícolas utilizaban tecnologías
tradicionales al cosechar sus productos alimenticios como el maíz, fríjol, trigo,
hortalizas y frutas, aunque también sembraban cultivos para la industria local,
como el maguey, caña de azúcar, tabaco y algodón. El inicio del despegue
agrícola fue en la década de 1890, al construirse los primeros ingenios
azucareros, llegar la paz porfiriana que dejó atrás la agitación política y militar, las
rebeliones y los saqueos y suprimirse los impuestos que se cobraban a través de
63 Guillermo Ibarra, Op Cit., p. 190; María de Jesús López, Op Cit., pp. 55-62; Román Millán, Op. Cit., pp. 196-198.
45
las alcabalas municipales y estatales, los cuales se llevaban un 20% del ingreso
bruto de los productores agrícolas. Con la paz porfiriana se empezó a desarrollar
la economía regional atrayendo capitales y colonos extranjeros, para levantar
nuevos negocios agrícolas y poblar las tierras vacías, la colonización de las tierras
vacías perduró hasta 1950.64
La historia de la transformación del estado de Sinaloa en productor agrícola de
gran envergadura fue en la época de Cañedo, a fines del siglo XIX, con el impulso
que recibió el cultivo de la caña de azúcar para la fabricación de azúcar y sus
derivados. Había extensos latifundios en Los Mochis, Navolato y Eldorado,
dedicados al cultivo de la caña asociados a modernos y eficientes ingenios y al
desarrollo de la tecnología para el riego de los Valles acorde a los tiempos. Hubo
otros latifundios, formados al amparo de Cañedo, dedicados al cultivo de
productos comerciales y de subsistencia. A pesar de que los revolucionarios
demandaron el cumplimiento de la reforma agraria, muy poco se había hecho en
este sentido65. De 1929 a 1934, la inversión federal para financiar las obras
hidráulicas que requería el país, necesarias en la transformación del campo
especialmente en el norte, fue una de las premisas gubernamentales; y en
Sinaloa tuvo prioridad en el Valle de Culiacán.66
Por otra parte, con Cárdenas como presidente, entre 1936 y 1939 se hicieron las
primeras afectaciones a los grandes latifundios, después de la Revolución.67 Sin
embargo, la tendencia de las políticas agrarias sería mantener en el discurso el
apoyo al ejido, pero dando al mismo tiempo un fuerte impulso a los pequeños
propietarios agrícolas, que fueron determinantes en los logros alcanzados en el
Valle de Culiacán en nuestro periodo de estudio.
2.1. La propiedad privada antes y después de 1948 El despegue y transformación del Valle de Culiacán, se inició a finales del siglo
XIX, bajo el gobierno de Francisco Cañedo, impuesto en 1877 por Porfirio Díaz.
64 Hubert Carton, Op. Cit., pp. 41--54; Román Millán, Óp. Cit., pp.163-499; Heberto Sinagawa, Op. Cit., p15. 65 Sergio Ortega, Op. Cit., pp. 241-248. 66 César Aguilar, Óp. Cit., p. 58. 67 Sergio Ortega, Op. Cit., pp. 241-248.
46
Durante el Porfiriato, en el país y en el estado de Sinaloa hubo paz, después de
años de incertidumbre, generando una expansión económica que se reflejó en la
inversión de capitales extranjeros que aprovecharon los productores agrícolas en
varios rubros; entre ellos, la compra de tierra, debido a la política agraria y de
industrialización que implementó el régimen porfirista. De esta manera los
productores agrícolas aprovechando la etapa del cañedismo en Sinaloa, como lo
hizo en 1889, Jesús Almada que compró una concesión al Ministerio de Fomento
para colonizar tierras pertenecientes al pueblo de Navolato, para su explotación
agrícola e industrial. En 1890, junto con sus hermanos, fundó La Primavera, ahí
construyó el ingenio y otras empresas que en un principio denominó, The Almada
Sugar Refining Company. Así, se convirtieron en poseedores de tierra, de fuerza
de trabajo libre para la nueva empresa y el ingenio, moldeando así el futuro
económico de la región. Otro detonante de desarrollo del Valle de Culiacán, a
finales del siglo, fue la construcción de caminos y, sobre todo, las vías férreas. En
agosto de 1880, se expidió una concesión a una empresa de Chicago para la
construcción de un tramo de 62 kilómetros de vía del puerto de Altata a Culiacán,
parte del Ferrocarril Occidental Mexicano o Ferrocarril Central, para comunicar a
la zona, con Los Estados Unidos y el centro-norte y este del país. En febrero de
1883, la vía unió a Culiacán con la costa, hasta ahí llegó su construcción. No
obstante, el tramo construido fue un detonante para la agricultura y la industria del
Valle. El ferrocarril quedó en el lenguaje y tradición popular como: “el
Tacuarinero”.68
Para estimular el desarrollo de la economía regional, se otorgaron facilidades para
colonizar tierras vacías, por medio de movimientos migratorios nacionales e
internacionales, fomentados por la Ley de Colonización de 1875,69 se apoyó el
financiamiento de inversionistas extranjeros asociados en muchos casos con
residentes, esto se reflejó en la apertura de infraestructura para la comunicación,
el transporte terrestre y marítimo y en nuevas técnicas para el desarrollo de la
agricultura. La elite de propietarios con estas ventajas tuvo una mayor
68 Gustavo Aguilar, Op. Cit., p. 47; César Aguilar Soto, Política Agraria y empresarios agrícolas en Sinaloa, 1940-1958, Tesis, Fac. Historia/UAS, 1998, pp. 28, 32; Guillermo Ibarra, Op. Cit., pp. 97-171; Román Millán, Op. Cit., p. 150; Sinaloa, tierra fértil entre la costa y la sierra, monografía estatal, 1988, México, SEP, 1988, pp. 151- 155. 69 César Aguilar, Op. Cit., p. 32; Hubert Carton, Op. Cit., pp. 34, 43 y 45.
47
diversificación económica, se dedicaron a la minería, la industria y el comercio. La
minería pasó a manos de extranjeros, los prestamistas y productores se
incorporaron como parte de la banca y se dedicaron a la venta de maquinaria
para la producción agrícola en expansión por la introducción de nuevas
tecnologías.70
Se produjo un cambio en la propiedad de la tierra, al pasar de manos indígenas a
manos de familias influyentes y extranjeros, principalmente a los Amada, a los
Redo, a los integrantes de la compañía, The Sinaloa Land Company, compañía
que se dedicaba a deslindar terrenos, y a Charles F. Van de Water, en tierras del
río Culiacán y sobre tierras del río San Lorenzo, a Melchers Sucesores y a la San
Lorenzo Sugar Company.71 Los Almada iniciaron la acumulación de tierras en
1989 con 3 770 hectáreas, consideradas como terrenos baldíos, después en 1895
adquirieron 2 710 hectáreas de los comuneros y 3 770 del gobierno federal, para
1898 llevaban adquiridas 14 164.5 hectáreas, para 1910 su propiedad ascendía a
26 663 hectáreas, de las cuales 24 291 estaban en la margen derecha del río
Culiacán y 2 372 en la margen izquierda, junto con 35 solares en el pueblo de
Navolato. Por su parte los Redo, iniciaron comprando tierra a los comuneros de
Navito y Huizachal, en 1879 adquirieron la isla Don Cándido Verdugo con 14 079
hectáreas y la península de Quevedo con 6 406 hectáreas. En la parte sur del
Distrito de Riego tenían 20 mil hectáreas en 1880, que aumentaron a 35 mil en
1912.72
Con esta apertura la agricultura de autoconsumo que había permanecido vigente,
se diversificó a agricultura comercial, principalmente para el mercado extranjero.
El Estado se convirtió en promotor del proceso de modernización, convirtiendo a
Sinaloa en uno de los principales focos de crecimiento agrícola. Dejando el atraso
económico que se había acumulado a través de varios siglos. Esta apertura de la
tierra a un mayor número de propietarios permitió que se cultivara, caña de
azúcar, tomate y garbanzo en tierras de regadío, sin olvidarse del frijol y el maíz
70 Modesto Aguilar Alvarado, “La política agrícola y agraria en Sinaloa 1920-1940”, en Clío, Revista de la Facultad de Historia de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Núm. 18/19, Septiembre – Abril 1996-1997, p. 52. 71 Hubert Carton, Op. Cit., pp. 36-37. 72 Gustavo Aguilar, Op. Cit., pp. 44-58; César Aguilar, Op. Cit., p. 30.
48
que habían sido los cultivos principales hasta entonces.73 Don Joaquín Redo y
Balmaceda desmontó cientos de hectáreas en Eldorado para sembrar caña de
azúcar. A partir de 1908, se empezó a cultivar tomate en los lugares con mayores
facilidades para el riego, tanto en el estado como en el Valle de Culiacán, los
primeros en hacerlo fueron griegos y estadounidenses.74
Al asumir la presidencia Venustiano Carranza en 1915, nombró gobernador
provisional de Sinaloa al Ing. Manuel Rodríguez. En los años de 1915 a 1916 se
hizo notoria la necesidad de reformas en siete asuntos importantes de la vida
mexicana: 1) el problema agrario, 2) el problema obrero, 3) la soberanía sobre los
recursos naturales, 4) la relación entre la Iglesia y el Estado, 5) el papel del
Estado en la economía, 6) el problema de la educación y 7) la estructura política.
En 1915 para resolver el problema agrario, Carranza proclamó la Ley del 6 de
enero, en ella se concebía al ejido como reparación de una injusticia, no como un
nuevo sistema de tenencia de la tierra. Se trataba de restablecer el patrimonio
territorial de los pueblos despojados y crear nuevas unidades con terrenos
colindantes a los pueblos que se expropiarían para el efecto.75
En Sinaloa se creó la Comisión Agraria y se iniciaron las primeras restituciones de
tierras en calidad de posesión en Tepuche el 20 de julio de 1915. En el periodo de
1920 a 1934, el Estado mexicano inició la transformación y modernización del
campo por medio de esta política agraria. Tomando a la propiedad privada como
el medio para alcanzar el desarrollo económico del país. Los gobernadores del
estado siguieron esta línea, Ángel Flores (1920-1924), defendió la propiedad
privada y consolidó a la agricultura empresarial, protegiendo a los agricultores
contra el reparto de tierras de la Reforma Agraria que propiciaba el gobierno
federal. Se rechazaron las solicitudes de restitución y dotación, el objetivo era que
los propietarios privados se modernizaran y aumentaran su producción.76
Plutarco Elías Calles (1924-1928) continuó con la modernización del campo,
considerando al ejido como el medio para llegar a la pequeña propiedad. Para ello
73 Hubert Carton, Op. Cit., pp. 41, 46. 74 Hubert Carton, Op. Cit., p. 77. 75 Ramón Martínez Escamilla, Escritos de Emiliano Zapata, México, Editores Mexicanos Unidos, S.A. 1987, pp. 245-255. 76 César Aguilar, Op. Cit., pp. 48-51.
49
definió procedimientos legales para normar el problema agrario, el crédito y la
construcción de obras de irrigación. Suspendió los permisos de arrendamiento
para explotar en las zonas de los ríos y el cobro de las cuotas por el agua
propiedad de la nación. En 1925, agilizó la liberación de la tierra de los latifundios
sin afectar la producción, por medio de la Ley Reglamentaria sobre la Repartición
de Tierras Ejidales, incorporando a los campesinos, aún a los que no habían
nacido o vivían dentro de las comunidades.77
En su periodo, Emilio Portes Gil (1928-1930), estableció en la Ley de Dotaciones
y Restituciones de Tierras y Aguas de 1929, que los peones acasillados no tenían
derecho a la dotación de tierras. Esta acción favoreció en Sinaloa particularmente
a los grandes propietarios. En ese mismo año se modificaron las tarifas sobre los
derechos de agroexportación, exonerando de impuestos a los cultivos de tomate,
chile, cebolla y papa.78 Al mismo tiempo el cultivo de tomate para exportación
estaba expandiéndose y consolidándose en el Valle. El ferrocarril ofrecía servicio
de transporte con vagones refrigerados, ayudando así a la conservación del
producto hasta su destino. El crédito que refaccionaba a un gran número de
productores lo otorgaban varias compañías estadounidenses. Al mismo tiempo la
CNI enviaba oficios a los agricultores comunicándoles sobre posibles
afectaciones, inquietando a las familias Clouthier, Sucesión Van de Water,
Gastélum, Saracho, De la Vega, a la United Sugar Co., etc.79
La conclusión del Primer Censo General de Habitantes, Industrial y Agrícola,
Ganadero de 1930, permitió delinear y tomar decisiones que fueron el sustento de
la política agraria cuando Lázaro Cárdenas fue presidente. Hizo que las
afectaciones emanadas de la Reforma Agraria se extendieran por todo el país. Al
mismo tiempo que las resoluciones del presidente y del gobernador del estado de
Sinaloa se hicieron con base en los resultados del censo. Pascual Ortiz Rubio
(1930-1932) por las presiones agraristas, cedió en 1931 a cancelar el recurso
legal de amparo a los afectados por la reforma agraria, sin embargo pensaba que
la agricultura privada debía protegerse e incentivarse por el bienestar de la
77 Ibíd., pp. 51-52. 78 Ibid., pp. 52-54. 79 Hubert Carton, Op. Cit., p. 87.
50
economía del país. Por ello promovió la organización de los agricultores con la
Ley de Asociaciones Agrícolas del 26 de agosto de 1932.80
Actuando de acuerdo con la ley, se reunieron convocados por el general Macario
Gaxiola, gobernador del estado y horticultor, para formar la Asociación de
Productores de Legumbres de la Región Agrícola del Río Culiacán: Jesús Almada
Salido, Francisco Seldner, Luis K. Davlantes, José María Tellaeche, Procopio
Ramos, Guadalupe Carrillo, Urbano S. Bond, Francisco Butterfield, Guillermo
Camacho, Rafael Batiz Paredes, Jesús de la Vega, José María Pablos, Emilio
Gastélum, Alfonso Alberto Sánchez, Leyzaola, Eduardo de la Vega, José
Valencia, Francisco Ritz, Jesús Díaz Gómez, Jorge Chaprales, José Moncayo,
Demetrio Nicolás, Juan P. Gimio, Pedro Medina, Regino Inzunza, Teclo Inzunza,
Pascual Inzunza, Adrián Gómez, Guillermo Reyes, A. P. Blastone, Prisciliano
Reyes, Arnulfo Paredes, Domingo Valle, Julio Podesta, Enrique Valle, Carlos de
Doig Alvear, Austín Figueroa, Manuel Clouthier, y Arturo R. Murillo. El objetivo
principal de la Asociación fue defender los intereses de sus miembros, organizar y
reglamentar el control de calidad de las legumbres y su comercialización. En el
estado se formaron cinco organizaciones agrícolas, las cuales para noviembre de
ese año formaron la Confederación de Asociaciones Agrícolas del Estado de
Sinaloa (CAADES).81
En 1936, el Senado de Estados Unidos, presionado por la fuerte competencia de
los horticultores mexicanos contra los productores de Florida, trató de legislar
para imponer aranceles a las mercancías mexicanas. Ante esa acción, los dos
representantes mexicanos de los horticultores lograron que continuara la
exportación de los productos a ese país.82 El 1° de marzo de 1937, La Asociación
cambió de nombre, a Asociación de Agricultores del Río Culiacán. Esto se hizo
por dos motivos: el decreto 117 del gobierno de Sinaloa, que estableció un
esquema organizativo más completo; y por el auge económico en el estado
generado por la agricultura.83
80 César Aguilar Op. Cit., pp. 52-56; Heberto Sinagawa, Op. Cit., p. 185. 81 Ibíd.; Ibíd. 82 Heberto Sinagawa, Op. Cit., p. 186. 83 Ibíd., p. 187.
51
Durante la presidencia de Abelardo R. Rodríguez (1932-1934), surgió el primer
marco jurídico para la cuestión agraria, el Código Agrario de 1934. Con él,
revocando lo decretado con Portes Gil, los peones acasillados tenían derecho a
una parcela ejidal, se alentaba la organización campesina bajo la protección del
Estado y se daba forma legal a tres formas de propiedad: la comunal-ejidal, la
pequeña-mediana propiedad y la gran empresa agrícola, principalmente
exportadora.84 Sin embargo, había agricultores que no eran propietarios de tierra,
la conseguían por medio de la aparecería y arrendamiento. Este tipo de acuerdos
se realizaban por la necesidad de trabajar la tierra y la imposibilidad de hacerlo,
debido a la falta de recursos o la extensión de la propiedad, En estos convenios el
mediero o arrendatario, entregaba del 40 al 50% del valor total de la cosecha,
más los intereses que correspondían al dinero adelantado. Muchos agricultores
trabajaron de esta manera, hasta que reunieron el dinero suficiente para comprar
sus tierras. Los propietarios daban facilidades de pago a los agricultores que
deseaban adquirir o ampliar sus propiedades. También adquirían tierra los
agricultores, haciendo tratos con los propietarios y contratando trabajadores, por
obras como: desmonte, excavación de canales, corte y acarreo de caña o leña,
fabricación de ladrillos, etc. El pago a menudo era en tierra, y el contratista tenía
derecho a escoger su propiedad. En los treinta al aplicarse la Reforma Agraria, los
propietarios y las compañías estadounidenses por miedo a perder la tierra,
fraccionaron sus propiedades y las vendieron con facilidades, en condiciones muy
favorables para ellos.85
En este decenio se empezaron a introducir los tractores a Sinaloa, no obstante, su
uso se extendió hasta después de la construcción de las presas y la revolución
verde, en los cuarenta. Con la introducción de esta tecnología se empezó a
cambiar la herencia española del uso del machete, el hacha, la yunta de bueyes,
la pala, los troncos de mulas, el arado egipcio, y el sistema de patio para trillar,
por técnicas agrícolas modernizadas y máquinas trilladoras. La especulación del
precio de la tierra por hectárea en 1930, -aún la de segunda-, debido a la
construcción de canales y bombas para el riego que habilitaban los agricultores
privados y al conocimiento de que en el Valle de Culiacán, la CNI, construiría la
84 César Aguilar, Op. Cit., p. 57. 85 Heberto Sinagawa, Op. Cit., pp. 81-83.
52
presa “Sanalona” y desarrollaría la canalización del Distrito de Riego 10, motivó
una fiebre comercial que hizo que en los poblados de Aguapepe, Lo de Reyes,
Tahuitole, Navolato, El Patagón, La Bandera y en los predios de Bellavista, La
Rosa, La Higuerita, Culiacancito, La Colorada, Lo de Verdugo, Navolato, El
Bolsón, Limoncito, Bachimeto, Otameto y Cabrera, el valor de la tierra subiera de
5 pesos a 300 y hasta 450 pesos en algunos casos.86 Esto fue de tal manera que
la Comisión Nacional de Irrigación intervino con la suspensión de nuevos
permisos para tener derecho al uso del agua, porque sin agua la tierra perdía su
encanto.87
En cuanto al aprovechamiento de los recursos hidráulicos los productores
agrícolas del Valle de Culiacán, persistentemente trataron de aprovechar el agua
de los ríos y arroyos que bajan de la sierra y el agua de la época de lluvia.
Preocupados por obtener el máximo beneficio de esas aguas en sus tierras que
sufrían por su escasez, obtuvieron concesiones de aguas y construyeron las
primeras obras de irrigación en el Porfiriato, durante el gobierno de Francisco
Cañedo, fueron canales rústicos construidos por grandes hacendados y
compañías extranjeras, también obtuvieron permiso para establecer bombas
centrífugas, canales derivadores, compuertas. Las Leyes de Aguas, permitieron a
don Joaquín Redo y Balmaceda iniciar en 1884, las primeras obras de irrigación
del Valle de Culiacán, al desviar el agua del río Tamazula por medio de un canal
revestido con ladrillo con una extensión de 8 kilómetros, para sus tierras
sembradas con caña de azúcar, que procesaba en su fábrica “La Aurora”. En el
año de 1897, Redo obtuvo otra concesión para obtener agua del río.88
Los hermanos Jesús y Jorge Almada, también se aprovecharon de esas leyes y
en 1899 empezaron la excavación del canal Cañedo en el río Culiacán, el
segundo canal más importante del Valle. Este canal condujo el agua a las tierras
sembradas de caña de Yebabito, Bariometo y Navolato. Igual que Redo, los
hermanos Almada, se dedicaban al cultivo de la caña de azúcar. Redo y
Balmaceda extendió la superficie que sembraba de caña a Eldorado, logró
86 Modesto Aguilar, Op. Cit., p. 93; César Aguilar, Op. Cit., p 56. 87 Heberto Sinagawa, Op. Cit., pp. 84-85; César Aguilar, Op. Cit., p. 58. 88 Gustavo Aguilar, Op. Cit., pp. 18-21; Modesto Aguilar, Op. Cit., p. 42.
53
obtener una concesión para usar agua del río San Lorenzo de parte del Ministerio
de Fomento y Colonización y construyó el canal Colorado sobre la orilla izquierda
del río89. De 1908 a 1910, Redo obtuvo nuevas concesiones para usar agua del
río San Lorenzo, lo que provocó acusaciones de sus vecinos, la San Lorenzo
Sugar Company y Manuel A. Barrantes.90 Fue en este periodo que se decretó
una ley nacional para regular la agricultura de riego.
La primera ley que elaboró el Estado para impulsar la agricultura de riego la
decretó Porfirio Díaz el 17 de julio de 1908, se llamó, Caja de Préstamos para
Obras de Irrigación y Fomento de la Agricultura. Con esta ley se beneficiaron
algunos latifundios y grandes compañías de cinco estados, entre ellos Sinaloa.
Los canales que se construían requerían una gran inversión, los únicos con
capacidad para realizarlos fueron los grandes hacendados y las compañías
extranjeras (Almada, Martínez de Castro, The Sinaloa Land Company y Charles
F. Van de Water).91 Antes de 1910 las obras de riego las realizaban los grandes
hacendados, ya que el gobierno sólo a ellos les otorgaba préstamos porque
podían otorgar garantía hipotecaria. No obstante, los productores agrícolas que
no pertenecían a esa categoría, construyeron canales por medio de Asociaciones
Irrigadoras y de trabajo colectivo o uniéndose con los grandes hacendados, ellos
ponían el trabajo, los grandes hacendados el dinero. Cuando los grandes
hacendados abrían sus canales y pasaban por sus tierras, estos tenían ciertos
derechos o podían hacer uso de ellos pagando una cuota al dueño. La política
estatal sobre irrigación tuvo un compás de espera durante la Revolución, debido a
que este acontecimiento terminó con su aplicación. De la misma forma los
particulares en este periodo paralizaron la construcción de canales, como lo hizo
don Joaquín Redo y Balmaceda en su hacienda y tierras.92
Antes de la Revolución el agua que corría por el Valle de Culiacán en la margen
derecha del río San Lorenzo, se la disputaban los Redo, los Ochoa, los Rojo, los
Barrantes y las compañías San Lorenzo Sugar Company, S. A., y Melchers
89 Heberto Sinagawa, Óp. Cit., p 21. 90 Modesto Aguilar, Óp. Cit, pp. 35-38. 91 Román Millán, Op. Cit., p.150. 92 Heberto Sinagawa, Op. Cit., p. 21.
54
Sucesores.93 En 1908, la familia Redo obtuvo la concesión de 10 mil litros por
segundo de agua del canal San Diego para irrigar 10 mil hectáreas habilitadas
para cultivarlas. En 1911, Charles F. Van de Water, obtuvo una concesión para
usar agua del río Culiacán, al comprar tierras a la señora Rosario Amador Viuda
de Martínez de Castro. La tierra que irrigó con esa concesión hacía un total de 40
414 hectáreas, se encontraba en Las Trancas, El Patagón, La Bandera, Las
Vueltas, Cabrera y Lo de Vene. Después de la Revolución, se reinició la
construcción de canales, como el que construyó el Lic. Manuel A. Barrantes en la
margen derecha del río San Lorenzo.94
Durante su periodo presidencial, Venustiano Carranza (1915), creó la Comisión
Agraria. Nombró gobernador provisional de Sinaloa al Ing. Manuel Rodríguez
Gutiérrez y mandó realizar un estudio para aprovechar las aguas y tierras del
Valle de Culiacán.95 Este estudio fue la base para delinear el programa hidráulico
del general Ángel Flores, cuando tomó posesión como gobernador el 24 de
septiembre de 1920. Por iniciativa de su gobierno, la Compañía Irrigadora del
Humaya S. C. formada por 83 agricultores, construyó el canal Rosales. El costo
del canal fue de 1 millón de pesos de la época, con el canal se irrigaron 11 mil
hectáreas. Este canal comprendía en sus inicios tierras de la margen derecha del
río Culiacán. Después se construyó el canal del Sur para que el Sistema irrigara
por derivación directa del río Culiacán en su margen derecha, una superficie de 3
mil hectáreas. El canal tomaba el agua mediante una bocatoma directa del río
Culiacán.96 Esta fue la primera gran obra de irrigación del Valle de Culiacán.97
Álvaro Obregón en su periodo (1921-1923), continuó a nivel federal el interés por
el abastecimiento de agua de riego para uso agrícola, problema fundamental y
exigencia de los agricultores y en la reparación y operación de las obras de riego
iniciadas en la administración anterior.98 En este periodo presidencial, la sucesión
Van de Water firmó un acuerdo en 1922, con la Secretaría de Agricultura y
93 Modesto Aguilar, Op. Cit., p. 12. 94 Ibíd., pp. 35-38; Heberto Sinagawa, Op. Cit., p. 22. 95 Heberto Sinagawa, Óp. Cit., p. 23. 96 Adolfo Orive Alba, “Sistema de riego del canal Rosales” en revista Irrigación en México, México, VOL VII, NUM 2, Agosto 1933, p. 104. Estudio completo sobre el estado del Sistema de Riego del Canal Rosales y los problemas de ingeniería que se afrontaron, al momento que la Comisión Nacional de Irrigación se hizo cargo de él. 97 Heberto Sinagawa, Óp. Cit., p 21. 98 César Aguilar Soto, Op. Cit., p 51; Reyes Osorio, Op. Cit., pp. 864-869.
55
Fomento para usar 10 mil litros por segundo de agua del río Culiacán. El
presidente, Plutarco Elías Calles (1924-1928), reunió las experiencias de los
viejos hacendados del país y las enriqueció con las adquiridas por el general
Ángel Flores gobernador de Sinaloa. Con base en ese conjunto de experiencias
Calles creó el 9 de enero de 1926, la Comisión Nacional de Irrigación,
dependiente de la Secretaría de Agricultura y Comercio. Con esta ley entre otras
cosas el gobierno federal se reservaba el derecho de poseer, desarrollar y
rehabilitar los distritos de riego. El Estado, al mismo tiempo que siguió interesado
en la agricultura de riego, lo hizo en la terminación de las pugnas que se
generaban entre el Estado y los estados por el control de las aguas federales.
Para ello, decretó otra ley, el 9 de enero de 1926, la Ley de Irrigación y Aguas
Federales, con esta ley el Estado se obligaba a la gestoría, y vigilancia de todos
los recursos hidráulicos del país, y a la posesión, desarrollo y rehabilitación de los
distritos de riego; sin embargo, el gobierno dejó en manos de los propietarios
privados la creación de las obras de riego.99 Al tranquilizarse las pugnas se inició
la construcción de canales con el único objetivo de irrigar tierras para dedicarlas a
la agricultura, Así, en Sinaloa, dentro del Valle de Culiacán, Manuel A. Barrantes
construyó el canal sobre la margen derecha del río San Lorenzo que lleva su
apellido.100
Para 1927, el Sistema de Riego del Valle lo componía: un canal troncal, un Canal
del Norte, un ramal del Sur y un canal auxiliar. El canal troncal tenía 13
kilómetros, en el kilómetro 4.5 se encontraba el primer canal secundario, con el se
regaban los terrenos de Bellavista, La Rosa, La Higuerita y tierras de Culiacancito.
En el kilómetro 13, se bifurcaba el canal en dos ramales; el canal del Norte sólo
tenía 13 kilómetros de extensión, se encontraba paralelo al ferrocarril sud-
pacífico, el Canal del Sur se construía paralelo en la margen derecho del río
Culiacán, irrigaba la tierra de La Colorada, Lo de Verdugo, Navolato, El Bolsón,
Limoncito, Bachimeto, Otameto y Cabrera.101
99 Ibíd. 100 Heberto Sinagawa, Óp. Cit., pp. 22 y 174. 101 Modesto Aguilar, Op. Cit., pp.92- 93.
56
El general Álvaro Obregón fue gran amigo de los agricultores sinaloenses, sin
embargo, poco pudo hacer en materia de legislación agrícola, por la época
convulsiva revolucionaria que le tocó vivir. El 27 de agosto de 1932, el gobierno
del Presidente Pascual Ortiz Rubio, derogó la Ley Sobre Cámaras Agrícolas
Nacionales, para tener una mejor organización agrícola con la expedición de la
Ley Federal de Asociaciones Agrícolas Regionales, con ella les permitió a los
agricultores mexicanos el advenimiento de organismos de defensa y
comercialización para sus productos. De la misma manera serviría esta ley para
bajar el costo de los fletes, de la energía eléctrica, promover la creación de
almacenes, molinos, plantas refrigeradas y de empaque. En el estado de Sinaloa
el general Macario Gaxiola, apremió a los agricultores a organizarse de acuerdo
con la legislación federal promovida por el presidente Ortiz Rubio. Fue así como
en 1933 un año después de la expedición de esta Ley, se constituyó la Asociación
de Productores de Algodón del Río Fuerte.102
En 1933 el Sistema de Riego del Río Culiacán estaba formado por dos canales
principales y varios canales laterales y secundarios: El Canal Rosales irrigaba los
terrenos de la margen derecha del río Culiacán, inmediatamente aguas abajo de
Culiacán hasta un poco debajo de Otameto, tenía un desarrollo de 45 kilómetros
en una faja de 2 a 3 kilómetros de anchura. Su capacidad era de 36 metros
cúbicos por segundo, corría 13 kilómetros con dirección E. a W., bifurcándose en
ese kilómetro en el Canal del Norte y el Canal del Sur. El primero de ellos sin uso,
el segundo se extendía por 30 kilómetros a una distancia media de 2 kilómetros
del río hasta el kilómetro 20 aproximadamente, a partir de ahí corría a menos de 1
kilómetro. Este canal contaba con varios canales laterales y secundarios hechos
por sus propietarios con una economía exagerada y muy rudimentaria, lo cual los
hacía muy frágiles. En el canal lateral del K.5, se encontraba la primera represa y
derivación, el K 7.5 tenía una caída, un desarenador y un canal de desfogue. El
Canal del Sur también tenía varios canales laterales y secundarios, el del k 3.0
era una combinación de represa, puente y caída vertical, el k 8.5, era una
combinación de represa, puente, caída vertical y bocatoma. El Canal Cañedo se
102 Heberto Sinagawa, Op. Cit., pp. 86, 112.
57
encontraba sobre la margen izquierda del río Culiacán. Este canal tomaba el agua
exactamente frente a la bocatoma del canal Rosales.103
Don Manuel M. Páez, gobernador en 1934, obstruyó usando la fuerza pública las
bombas de agua que regaban las tierras de Bachigualato para impedir que
expropiaran esas tierras los campesinos.104 A lo largo de los años hubo muchas
fricciones entre los estados y el gobierno federal por el control de las aguas.
Para definir lo que eran aguas federales de las aguas bajo la responsabilidad de
los estados y los particulares, se promulgó la Ley de Aguas de Propiedad
Nacional el 30 de agosto de 1934. Con Cárdenas al frente del Gobierno Federal,
se impulsaron las primeras grandes obras de irrigación, para beneficiar al
naciente sector ejidal, no sólo al sector privado. El sector ejidal fue el más
beneficiado con la política cardenista de dotación de tierras, pues le otorgó más
de la mitad de las tierras que serían irrigadas con las grandes obras hidráulicas.
Sin embargo, los que controlaron el uso del agua fueron los propietarios de las
tierras irrigadas del sector privado. En Sinaloa, la presa “Sanalona”, fue una de las
cinco presas que se iniciaron en su sexenio.
El Presidente Manuel Ávila Camacho impulsó la irrigación para beneficio del
sector privado En ese sexenio se definió la política hidráulica del gobierno federal.
De las 35 grandes obras de irrigación del país, varias se construyeron en Sinaloa.
El 1° de diciembre de 1946 al asumir la Presidencia de la República Miguel
Alemán Valdez, declaró que la Comisión Nacional de Irrigación se transformaba
en Secretaría de Recursos Hidráulicos, para darle mayor impulso a la política de
riego del país. Durante el gobierno de Adolfo Ruiz Cortines, se restringió la
inversión hidráulica por combatir la inflación restringiendo el gasto público. En
este sexenio se prolongó la red de distribución del río Culiacán. Anualmente la
Secretaría de Recursos Hidráulicos fijaba la superficie que se cultivaría en el
próximo ciclo agrícola, teniendo en cuenta el agua almacenada, y vigilaba el
cumplimiento del Plan Agrícola Nacional.105
103 Modesto Aguilar, Op. Cit, p. 15. 104 Ibíd., p.16. 105 Román Millán, Op. Cit., pp.163-164; Reyes Osorio, Op. Cit., pp. 866-871.
58
Los productores agrícolas y la pequeña propiedad. La política del Estado
referente a la cuestión agraria hasta 1935, tuvo como objetivo principal, conservar
los latifundios que estaban en producción y convertirlos lentamente en pequeñas
propiedades y fraccionando a los latifundios improductivos en pequeña propiedad,
al reparto agrario lo veía como una solución transitoria. A partir de 1935, la política
cardenista se volvió más agresiva, afectando la propiedad privada, Como muestra
de ello es lo que sucedió a la Compañía Azucarera Almada, la cual, de 7 082
hectáreas de riego que poseía, se quedó sólo con 3 313, debido al reparto
agrario. Las afectaciones a nivel nacional se hicieron en base al Censo General
de Habitantes, Industrial y Agrícola- Ganadero de 1930 y con el marco legal del
Código Agrario de 1934. En Sinaloa la mayor parte de las afectaciones del
periodo Cardenista fueron en 1937 y 1938, esto cambió la estructura de la
propiedad de la tierra en el Valle. Así, al concluir el gobierno de Lázaro Cárdenas,
se habían repartido más tierras que durante los mandatos anteriores juntos: 17
891,577 que beneficiaron a 814,537 familias.106
Una vez que se consumó el reparto cardenista en el estado, así como en el Valle,
y que los hacendados habían vendido parte de sus tierras en forma de pequeña
propiedad, Aprovechando la extensión de la infraestructura hidráulica, para usar el
agua de los ríos San Lorenzo y Culiacán, se abrieron tierras a la agricultura en
San Lorenzo, Oso, La Loma de Redo, Quilá, Las Higueras, Mezquitillo, Costa
Rica y San Rafael.107
Las esposas de los propietarios también trabajaron en el campo, desmontando,
manejando tractores, empacando principalmente tomate ayudando a abrir, a
cultivar la tierra, para ponerla en producción. Cuando quedaron viudas, tomaron
las riendas de las tierras y su siembra, impidiendo que se cayeran los negocios,
incluso hasta mejorando o incrementando el patrimonio En el campo hacían labor
social ayudando en los aspectos educativos, morales y formativos de los
trabajadores del campo. Algunas de ellas fueron: Doña Antonia de Tribolet,
esposa de Alfredo Tribolet Navarro; Raquel Carrillo, Yolanda Enciso de Crisantes,
106 César Aguilar, Op. Cit., pp. 59-65; Ibíd. 107 Eduardo Frías Sarmiento, El oro rojo de Sinaloa, el desarrollo de la agricultura del tomate para
la exportación, 1920-1956, Tesis doctorado UAS/BUAP, 2005, p. 65.
59
esposa de Miguel Crisantes; Dora Elena Sauceda de Beltrán, esposa de Juan
Antonio Beltrán; Alicia Caraza de Carrillo, esposa de Rodolfo Carrillo; Vitá
Podesta quien tomo las riendas del negocio al morir su padre, Julio Podesta, y no
sólo lo sacó adelante, sino que lo engrandeció ; Julia Torres de Gatziones;
Victoria Rodríguez de Canelos, esposa de Aristeo Canelos; Lidia Valencia,
esposa de Oscar Padilla Beltrán, y así se pudiera continuar con una larga lista.108
La Comisión Nacional de Irrigación, al iniciarse la construcción de la presa y
ampliarse su sistema de riego, formó lotes de 15 y 35 hectáreas de extensión,
dotándolos con una toma independiente a cada uno de ellos. Siempre que las
condiciones del terreno lo permitieron, los lotes tuvieron forma regular de 25
hectáreas de extensión con sus linderos definidos, ya fuera por canales, drenes o
caminos, evitando que éstos los atravesaran.109
En los cuarenta empezó el cambio más notable del Valle, por la política agraria de
Ávila Camacho, la cual se sustentó en la nueva definición del Código Agrario de
1940, modificado en 1943. Esta política agraria tendría tres elementos centrales:
1) proteger y fortalecer la propiedad privada titulándola, 2) consideraba a la
parcela como una unidad productiva, otorgando certificados de derechos agrarios,
adaptando al ejido al sistema capitalista de producción y 3) limitar el reparto
agrario, otorgando las tierras beneficiadas con la obra hidráulica en propiedad
privada. El presidente priorizó el noroeste y particularmente a Sinaloa por sus
recursos naturales de tierra y agua, la organización empresarial de los
productores privados, la consolidación de los cultivos para exportación, su escasa
concentración de habitantes que reducía las pugnas agraristas, sus esquemas de
comercialización orientados al mercado de Estados Unidos. Se concretaron estas
medidas agilizando el deslinde, fraccionando y titulando las tierras ejidales y
registrando y certificando la propiedad privada inafectable.110
A principios de 1941, Ávila Camacho acordó que se repusiera la tierra afectada
108 Heberto Sinagawa, Óp. Cit., pp. 196-200.
109 Comisión Nacional de irrigación; Heberto Sinagawa, Óp. Cit., pp. 207-212; César Aguilar, Op
Cit., pp. 73-75. 110 César Aguilar, Op. Cit., pp. 73-75.
60
por la Reforma Agraria en el sexenio cardenista del Distrito de Riego a los
propietarios privados. Los propietarios más favorecidos con esta política fueron
los afectados por Cárdenas. Aunque se frenó el reparto agrario en este periodo,
se afectó a las familias Clouthier con 2411 hectáreas, Redo 1 165, Van de Water
1 760, Bon Bustamante 1 815, herederos Herculano de la Vega. 4 957. Rodolfo T.
Loaiza, gobernador del estado para allegarse fondos y fortalecer la credibilidad de
los productores agrícolas, reactivó el mercado de la tierra poniendo en venta tierra
propiedad del estado, fraccionada en predios de 100 hectáreas y subastando
públicamente las fincas incautadas por el fisco. Estas tierras fueron adquiridas
principalmente por empleados públicos, veteranos de la Revolución y los grandes
propietarios agrícolas. Esta acción además del registro y certificación de la
propiedad privada inafectable dio seguridad a los agricultores privados. De 1941 a
1946, Ávila Camacho otorgó en el estado 292 certificados de inafectabilidad, de
los cuales el 61% pertenecían al Valle de Culiacán, beneficiando a los agricultores
que se dedicaban a la exportación.111
Con esta seguridad legal las tierras que irrigaría la presa en construcción se
empezaron a poner en condiciones de uso. Así, Chaprales y Miguel Crisantes
empezaron a cultivar tierras en Moroleón y Santa Fe, como la mayor parte de los
agricultores la habían desmontado con hacha y machete. Francisco Campaña,
otro de los pioneros del Valle, en 1947 desmontó la tierra con hacha y machete y
destronconó con talacho.112 Poco tiempo después se desmontó y destronconó
con tractores de gran tamaño, surgiendo los primeros contratistas como el Ing.
Velásquez Chávez y los hermanos Stringer.113
La política agraria permitió que agricultores sin tierra tuvieran condiciones para
explotarla, bajo dos modalidades, la renta y la aparcería.114 Estas dos formas les
permitió tener el control de grandes extensiones de las mejores tierras del Valle.
Los principales arrendatarios y aparceros fueron los que se dedicaron a la
111 Heberto Sinagawa, Op. Cit., pp. 194-195.
112 Ibíd. 113 Ibíd., pp. 206-207; César Aguilar, Op. Cit., p. 78. 114 La renta se da cuando el dueño de un terreno hace un acuerdo en dinero o especie con una o varias personas por su uso temporal. La aparcería es cuando el dueño o arrendador de un terreno realiza un trato con una o varias personas para que lo cultiven y la producción se reparta en los porcentajes convenidos.
61
agroexportación, destacando agricultores sinaloenses como Carlos de Doig
Alvear y su hijo Carlos de Doig Alvear, Óscar Bastidas Laveaga y permitiendo que
se desarrollaran agricultores extranjeros de origen griego, como Constantino
Petrulios, Jorge Polus, Aristeo Canelos, Basilio Gatzionis Mackris, quienes
rentaban tierra en San Pedro para sembrar tomate y chile, Nicolas Bisbardis,
Constantino Georgelos y Juan Cascajares. Como aparceros estaban entre otros
Alejandro Gatzionis y Juan Stamos.115
El Valle empezó a cambiar de propietarios, la tierra aunque todavía estaba
enmontada se fraccionó en lotes de 100 hectáreas, después se obtuvo por medio
de la adquisición de certificados de inafectabilidad, así como por renta y
aparcería. Algunos de los compradores fueron las familias Tamayo, Careaga,
Hass, Díaz Castro entre muchas otras, quienes adquirieron las propiedades a
nombre de sus hijos, familiares y prestanombres. El Valle tuvo un importante
desarrollo durante la etapa de construcción de la presa “Sanalona”, que se
demostró con un incremento en su valor tanto catastral como comercial,
principalmente la tierra de riego que tuvo un incremento del 63% de 1943 a
1945.116
De acuerdo con Sinagawa, cuando llegó el Ing. Enrique Sánchez Ortiz, el 20 de
diciembre de 1946, el director general del Banco Provincial de Sinaloa, Antonio
Amézquita, lo llevó a recorrer la mayor parte del Valle, el cual se encontraba en
pleno desmonte y en la etapa de canalización. El Ing. Enrique Sánchez Ortiz por
mandato de Antonio Amézquita, hizo un estudio sobre la siembra del arroz en el
Valle. En 1947, los agricultores que se animaron a sembrarlo fueron Jorge
Almada Salido, en un predio llamado La Curva, que se encuentra por la vieja
carretera Culiacán-Navolato y los Ingenieros Jesús López Vital y Luis G.
Pablos.117
Para el 30 de junio de 1947 en la margen izquierda, el Canal Cañedo irrigaba una
superficie de 8 953 hectáreas propiedad de 4 636 propietarios privados y 4 317
115 César Aguilar, Óp. Cit., pp. 88-91.
116 Ibíd., p. 93. 117 Ibíd., pp. 202-203.
62
ejidatarios. Había 600 propiedades de 100 hectáreas cada una de ellas y 102
propiedades mayores a 100 hectáreas. Sobre la margen derecha del río Culiacán
para el 9 de septiembre del mismo año, había 19 084 hectáreas irrigadas con los
Canales Rosales y sus ramales Norte y Sur. Estas hectáreas eran propiedad de 4
074 propietarios privados, 4 976 ejidatarios y 34 propietarios de los cuales se
ignora la cantidad de tierra que poseían y el tipo de propietario que eran. Había
500 propiedades de 100 hectáreas y 223 mayores a 100 hectáreas.118
Miguel Alemán Valdez, dio seguridad constitucional a la propiedad privada,
reformando las fracciones X, XIV, y XV del Artículo 27 Constitucional. Una de las
principales reformas fue darle al propietario privado que tuviera certificado de
inafectabilidad el derecho a promover un juicio de amparo contra la afectación
agraria. Con estos cambios se rigió la política agraria de su periodo, la cual
estaba orientada a consolidar al agricultor privado. Con ella se unía a la de la
creación de la Comisión Nacional de Colonización y a la modificación de la Ley de
Colonización de 1926. La finalidad era incorporar en propiedad privada toda la
tierra agrícola ociosa de buena calidad, dejando el esquema de dotación y
ampliación de ejidos como punto central de la Reforma Agraria, incorporando a
las futuras superficies bajo riego bajo el esquema de colonización.119
Con la amenaza constante que hubo en el periodo cardenista a la propiedad
privada, se exigió al gobierno el congelamiento del reparto agrario. Para catalizar
este descontento, en el contexto de la campaña de Manuel Ávila Camacho,
Cárdenas suavizó su política agraria modificando el Código Agrario, otorgando
garantías de no afectación a la pequeña propiedad. Así la presión de los
propietarios privados, los cambios de inicio de sexenio y las reformas que dieron
lugar a un nuevo Código Agrario en 1940, tuvo tres ejes centrales en cuanto a la
propiedad: 1) proteger y fortalecer la propiedad privada, titulándola; 2) con este
Código y el de 1943, se adaptó al ejido al sistema productivo, considerando a la
parcela como unidad productiva con certificado de derechos agrarios; y 3) el
118 Fondo Consultivo Técnico, Caja 4723, Expediente 63847, 1947, Archivo Histórico del Agua, p.
3. 119 César Aguilar, Óp. Cit., pp., 115-116.
63
reparto agrario se limitaba, confiriendo las mejores tierras beneficiadas con la
obra hidráulica como propiedad privada.120
El periodo de Ávila Camacho se caracterizó por el fomento y consolidación de la
agricultura privada, para obtener el volumen requerido de nivel de producción
para la industrialización. De forma particular los productores agrícolas privados
del Valle de Culiacán contaban con los recursos económicos, las formas de
producción y la mentalidad requeridas para llevar a cabo esta meta. Al definir a
esta zona como parte de la región estratégica para impulsar la agricultura, el
Estado a través de inversión federal brindó su apoyo con las disposiciones del
Código Agrario de 1942, el cual le proporcionó el marco jurídico necesario, este
esquema fue igual al que usó el Estado en el periodo de 1920 a 1934.121
En diciembre de 1942 el Estado tomó la decisión de diseñar sus programas y
políticas para fomentar al propietario privado. En Sinaloa el gobernador coronel
Rodolfo Tostado Loaiza, convocó a los que se consideraron afectados por la
reforma agraria a dirigirse a la Comisión Agraria Mixta para que esta estudiara sus
casos y se declara la inafectabilidad de sus terrenos. Los agricultores acudieron
por cientos a esta convocatoria a través de sus organizaciones. Para darle
solución a los problemas de la propiedad de la tierra causados por las
afectaciones de la reforma agraria de Cárdenas en Sinaloa, Ávila Camacho
acordó que los distritos de riego que construía la Secretaría de Agricultura y
Fomento repusieran la propiedad privada expropiada.
Con el decreto del 25 de enero de 1941 se mencionaba que se compensaría con
una superficie de valor equivalente dentro de los distritos de riego que el gobierno
federal estaba por concluir a aquellos pequeños propietarios afectados en virtud
de las resoluciones dotatorias. Es decir, el gobierno de Manuel Ávila Camacho
convirtió a la pequeña propiedad individual en la base para dinamizar y
modernizar el campo. La implementación de las obras de riego logró un
120 César Aguilar, Op. Cit., p. 70.
121 Ibíd., p. 74.
64
crecimiento sostenido en el rendimiento de la tierra en el período 1945-1956
(6.5% en promedio anual).122
La propiedad de la tierra antes de la Reforma Agraria en el estado de Sinaloa se
encontraba como se muestra en la tabla siguiente:
Tabla 2. Número de predios rústicos, propietarios y hectáreas en el estado de Sinaloa, antes de la Reforma Agraria de 1915.
Superficie Predios
en Hectáreas
N° de propietarios
Superficie Total en
Hectáreas
% del Total de
Propietarios
% Total de Superficie
1 a 5 4790 14 911 37.212 0.595 6 a 10 2857 22609 22.195 0.902 11 a 50 3554 81626 27.610 3.258 51 a 100 501 37634 3.892 1.502 101 a 200 346 52276 2.688 2.086 501 a 1000 160 120285 1.243 4.801
1001 a 5000 273 666544 2.120 26.606
5001 a 10000
69 666544 2.563 26.606
Más de 10000
38 750945 0.295 29.975
Totales 12872 2505199 99.997 99.996
Fuente: Enrique Espinosa y Donaciano Ojeda, Op. Cit., pp. 130-135.
En las dos últimas columnas de este cuadro puse el % del total de propietarios y
el % del total de superficie controlada por los mismos. Los predios menores a las
200 hectáreas, que se pueden considerar como “Pequeña Propiedad”, abarcaban
solamente el 8.343% de la superficie total considerada y el número de
propietarios de dichos predios ascendía al 93.597% de los propietarios. La
superficie de los predios cuya extensión variaba de las 201 a las 1000 hectáreas,
abarcaba el 91.653% y el número de propietarios era sólo el 6.4% del total.
Como se ve en la Tabla 2, el número de pequeños propietarios era de 7 258, si
consideramos lo terrenos de 5 a menos de 200 hectáreas y quitamos los
122 Raúl Salinas de Gortari, Agrarismo y agricultura, México, Celam/Comité de Biblioteca, 1987, p. 64.
65
propietarios de terrenos de 1 a 5 hectáreas, los cuales son 4 790, por considerar
muy pequeñas las superficies que poseían. No se cuenta con información
suficiente para presentar datos exactos sobre como estaba la situación dentro del
municipio y Valle de Culiacán. Pero los autores se imaginan era la misma
proporción que se concentra arriba para todo el estado de Sinaloa.
Los datos sobre los cambios de la propiedad en el Valle de Culiacán, después de
la Reforma Agraria de 1915 hasta 1940, concernientes a las dotaciones y
restituciones, se concentran en la tabla siguiente:
Tabla 3. Cambios por la Reforma Agraria en la propiedad del Valle de Culiacán, 1915 a 1940
Años
No. de Dotaciones
No. de Restituciones
Superficies Restituciones Dotaciones
No. de beneficiarios
1915 1916 1917 1918 1919 1920 1921 1 1289.5000 123 1922 1923 1924 1925 1 2 1440.7284 1170.000 389 1926 1927 1928 1929 1930 1931 1932 1 1024.000 128 1933 1934 10 7119.4500 627 1935 15 17654.1400 1575 1936 6 2752.0463 308 1937 43 48580.0750 4606 1938 1939 1940
4 - -
4909.5000 --------------
155 ------
Total 81 2 1440.7284 84499.7113 790
Fuente: Página de Internet del Archivo Histórico de la SRA, 26 de julio de 2008.
Por las condiciones otorgadas por los gobiernos federales y estatales para la
adquisición de tierras agrícolas en el Valle de Culiacán, pequeños agricultores,
66
comuneros, y personas con un poco de dinero, compraron tierras ya fuera en
efectivo o con facilidades de pago que con el tiempo los convirtió en grandes
agricultores capitalistas. Estas condiciones para adquirir la tierra creó nuevas
formas de acaparamiento que permitieron su concentración y formaron: la
pequeña propiedad y el neolatifundio. La concentración de tierra en pequeña
propiedad se inició bajo los límites de la superficie otorgada por la Leyes de
Colonización que se decretaron en 1923 (25 hectáreas de tierra de riego, fue
cambiando hasta llegar a 100 hectáreas; 100 a 200 hectáreas de temporal y hasta
500 hectáreas en cerriles, agostaderos y pastizales), cuyo objetivo fue fomentar la
colonización en regiones poco pobladas, y el neolatifundio se creó por la
concentración de tierras en modernas empresas agrícolas, las cuales agrupaban
superficies mayores a las permitidas por la ley, pero fraccionadas entre los
diferentes miembros de una misma familia y los prestanombres. A partir de 1940
las formas de poseer la tierra eran el neolatifundio, la propiedad ejidal y la
pequeña propiedad.123
Todavía en 1942 se otorgaban facilidades para adquirir tierras conforme al
decreto del 1 de junio de 1934. Para esta fecha la reforma agraria con su dotación
de tierras se había reducido casi al mínimo. La tenencia de la tierra de riego
continuaba siendo principalmente privada y estaba en manos de grandes
terratenientes. Para salvar la propiedad privada, este sector se había visto orillado
a donar, vender o que le fuera afectada (previo acuerdo con el gobierno) parte de
sus tierras en beneficio del sector ejidal. También por fracaso económico muchos
agricultores abandonaron la agricultura y sus tierras las ocuparon otros nuevos
agricultores que surgieron a raíz de la dotación de tierras de la reforma agraria.124
Hubo otro problema que afectó a los productores agrícolas y este fue la invasión
de campesinos a sus propiedades. Para no perder sus propiedades de estas
invasiones de campesinos sin tierra de parte de los organismos oficiales, los
agricultores privados se apoyaron en las organizaciones que habían creado para
defenderse en otros tiempos de otros factores que los afectaban en sus intereses.
Las más antiguas organizaciones de agricultores en Sinaloa, fueron
123 Reyes Osorio, Op. Cit., pp. 18-3. 124 Román Millán, Op. Cit., p. 344.
67
organizaciones locales que se dedicaban a solucionar sus problemas de
comercialización. Además a los productores hortícolas les ayudaban a negociar
los salarios que se pagarían en los meses de cosechas con los trabajadores. En
1929 se creó la Asociación de Agricultores de la Costa Occidental que agrupaba a
horticultores de Sonora, Sinaloa y Nayarit. En 1932 a iniciativa del gobernador
Macario Gaxiola, para defenderse de los problemas provenientes de Estados
Unidos provocados por los productores de Florida, los agricultores dedicados a
los cultivos de exportación crearon la CAADES. Esta institución estuvo sujeta al
gobierno estatal por su debilidad económica hasta que varios de sus miembros se
consolidaron. Los agricultores que se consolidaron fueron los dedicados a la
horticultura de exportación. Iniciaron un movimiento de independencia que se
consolidó en 1945, elaboraron una nueva ley en 1954. Los pequeños propietarios
estaban agrupados oficialmente en la Confederación Nacional de Pequeños
Propietarios, órgano político priista creado en 1946 que agrupa al sector agrícola
privado de la CNOP.125
En 1958 la CAADES defendió contra el gobierno sus tierras agrícolas al ser
invadidas 20 mil hectáreas de riego en los límites de la Unidad II, posteriormente
Unidad III, por 4 mil miembros de la UGOCEM y 3 mil de la CNC. La CAADES a
partir de ese problema creó el Comité Permanente para la Defensa de la Pequeña
Propiedad, compuesto por más de 150 agricultores, representantes de otros
organismos agrícolas de otros estados y de los sectores comercial, industrial y
financiero. En 1959 por otra invasión, el presidente Adolfo López Mateos, declaró
la congelación de la tenencia de la tierra de las 130 mil hectáreas del distrito de
riego del río Humaya, predio Montelargo, y redujo la pequeña propiedad a 30
hectáreas en esa región. Finalmente este conflicto se resolvió entregando el 60%
de las tierras del distrito de riego del Humaya a los campesinos, el 40% quedó
con los “pequeños productores”. La CAADES fue un organismo de presión para
obtener mejores condiciones de producción, negociar subsidios, crédito
refaccionario barato, fijar precios de los productos agrícolas, de los insumos,
negociar el control del agua y la tierra.126
125 Hubert Carton, Op. Cit., pp. 230-262; María de Jesús López, Op. Cit., pp. 60-64.
126 Hubert Carton, Op. Cit., pp. 230-26.
68
En 1958 fecha que se termina el periodo de estudio de este trabajo, el Distrito de
Riego 10, estaba constituido por el núcleo de terrenos agrícolas que se
beneficiaban con aguas del río Culiacán, a partir de su formación en la presa
“Derivadora” y por el río San Lorenzo en la parte sur. Proporcionaba riego en
forma eventual a 7 mil hectáreas que después formaron parte de la Unidad III. Los
límites oficiales del Distrito encerraban una superficie de 95 mil hectáreas y eran
los siguientes: Al norte; el Canal Rosales desde su origen continuando por el
Canal del Norte hasta las coordenadas 30-E con 40-N. Al Este; el Canal Principal
Oriental desde la presa “Derivadora” de Culiacán hasta el camino Quilá- San
Lorenzo. Al Sur; el camino antes mencionado hasta el poblado de Eldorado, en
donde seguía el camino Eldorado-Camino del Mar para seguir al norte
aproximadamente por la cota 7. Al Oeste; se iniciaba en la coordenada 21- N con
la 19-E, siguiendo la línea marcada para terminar en la 17-E con la 30-N.127
El ingenio de Costa Rica, administrado por Nacional Financiera, S. A., poseía 12
mil hectáreas dedicadas a la producción de caña. La tecnología que se usaba en
la producción, en relación al nivel que se usaba en el resto del país, era mejor y
se equiparaba a las zonas que contaban con los implementos más adelantados,
de acuerdo con los técnicos que elaboraron el Informe Agroeconómico. Se había
sustituido en las labores agrícolas al buey por la mula y aún por tractores de alta
potencia, aunque para el tiro de carros y carreteras se empleaba todavía el buey
con la típica combinación de mula y burro. El arado de madera se sustituyó por el
arado de vertederas y de discos, se empleaban los rodillos mecánicos y las
rastras de discos. Establecían estos técnicos una diferencia en relación al uso de
los aparatos más modernos en el sentido de que no tenían el mismo uso en
manos de los ejidatarios y de los propietarios privados. Los primeros no les daban
el uso adecuado a pesar de saber usarlos. El tractor se usaba para barbechar
todo tipo de suelos, se prefería su uso por el rendimiento que aportaba. El tractor
que daba mejores resultados era el “John Deere”, con sistema diesel.128
127 Distrito de Riego 10, Río Culiacán, Dirección General de Distritos de Riego, 1962, p. 2. 128 Enrique Espinosa y Donaciano Ojeda, Op Cit, pp. 102-103.
69
Ángel Amadeo Pappatheodorou Betancort, en 1950 ideó el “vaso agrícola”, esto
era un cartón encerado con orificios para manejar los almácigos, controlar el
nacimiento y desarrollo de la planta, administrar fertilizante, fumigante y agua, el
cual se pudría convirtiéndose en materia orgánica. También fue pionero del riego
por aspersión.129
En los cincuenta a base de tecnología empezó a dejarse atrás la agricultura
empírica que se había estado practicado. Con investigación, análisis y estudios
los técnicos lograron mejorar varios aspectos concernientes a las cuestiones
agrícolas.
Tabla 4. Número de colonos y propietarios por propiedad de hectáreas en 1957
Tamaño de la propiedad Número de colonos y
propietarios
Superficie total del grupo
en hectáreas
1 a 5 322 830
5.1 a 10 100 1195
10.1 a 20 201 3197
20.1 a 30 151 3867
30.1 a 40 149 5418
40.1 a 50 225 10755
50.1 a 100 476 40868
Más de 100 24 3239
Total 1648 69369
Fuente: Tabla tomada del Centro de Investigaciones Agrarias, Los Distritos de Riego del Noroeste, Tenencia y Aprovechamiento de la Tierra, México, Instituto de Investigaciones Agrarias, 1957, p 30.
La propiedad de la tierra, tanto para los ejidos como para los propietarios privados
del Valle de Culiacán para el año de 1957, había variado, respecto al año de
1945. Los ejidos habían aumentando a 66, con 4 508 ejidatarios y 1 648
propietarios privados-en su mayor parte- y colonos. Los ejidatarios eran dueños
de 24 632 hectáreas o sea el 26.2 % de la superficie del Valle de Culiacán. Los
propietarios y colonos tenían en su poder 69 369 hectáreas o sea el 73.8 % de la
tierra de cultivo del Valle. La mayor parte de los ejidatarios contaba con una
129 Heberto Sinagawa, Óp. Cit., pp. 182-184
70
superficie promedio de 5 a 10 hectáreas, excepto 370, que tenían un promedio
menor a 5 hectáreas. Las tierras que poseían los propietarios y colonos variaban
de 5 a 100 hectáreas. La mayor parte de la extensión de la propiedad de la tierra
se encontraba entre las propiedades de 40 a 100 hectáreas, dando un total de
701 propietarios, con 51 623 hectáreas, representando el 42.5 %. El grupo que
seguía era el que poseía de 0 a 5 hectáreas, sumando 325, representaban el 19.5
% del total de los propietarios. Después, el grupo de poseedores de 10.1 a 20
hectáreas, representaban el 12. 2 %, con 201 propietarios. El grupo menor de
propietarios era el que tenía más de 100 hectáreas, eran sólo 24. Esto indica que
los pequeños propietarios, contando a los agricultores dueños de superficies de 1
a menos de 100 hectáreas en el Valle de Culiacán, para el periodo de estudio dan
un total de 1648, con una superficie total de 69369 hectáreas.130
Cada uno de los 24 propietarios de más de 100 hectáreas, las trabajaba como
una sola unidad. Este número de 24 propietarios, es mayor de lo que se puede
establecer. Se debe a que existía en este distrito, como en la mayor parte de los
distritos de riego, familias en las que hermanos, hijos y parientes tenían cada uno
registradas 100 hectáreas a su nombre, pero en realidad era una propiedad que
se explotaba como unidad. Asimismo, se encontraba la propiedad simulada, esta
es, cuando existía un solo dueño para una gran extensión de tierra, pero para
efectos legales, de acuerdo con el Artículo 27 de la Constitución, la máxima
extensión de tierra que un individuo podía poseer era de 100 hectáreas de riego.
En este caso, ponía cada lote de 100 hectáreas a nombre de parientes o de
prestanombres.131
La superficie del Valle de Culiacán para finales de la época de estudio de esta
investigación quedó como sigue: limitada al norte por el Canal Rosales desde su
origen y continua por el Canal del Norte hasta la 30 E con la 20 N, sigue por una
línea hasta llegar al meridiano 17 E con la 40 N. Al este limita con el Canal
Principal desde la bocatoma de la Presa de Derivación hasta tocar el camino
Quilá-Eldorado. Al sur por el mismo camino, hasta el poblado de Eldorado, en
130 Centro de Investigaciones Agrarias, Op. Cit., pp. 29-30. 131 Ibíd., p. 30.
71
donde sigue el camino Eldorado-Casino del Mar. Al oeste se inicia en la 21 N y la
19 E para terminar en la 17 E con la 40 N.132
Mapa de la superficie del Valle de Culiacán en 1958
Fuente: Archivo Histórico del Agua
La Comisión Nacional de Irrigación, formó lotes de 15 y 35 hectáreas de
extensión, dotándolos con una toma independiente a cada uno de ellos. Siempre
que las condiciones del terreno lo permitieron, los lotes tuvieron forma regular de
25 hectáreas de extensión con sus linderos definidos, ya fuera por canales,
drenes o caminos, evitando atravesarlos con canales, drenes o caminos para
servicio general.133
132 Roberto Ayala, Op. Cit., p. 74. 133 Comisión Nacional de Irrigación, Op. Cit.
72
Tabla 5. Número de propietarios privados y superficie irrigada en el Sistema de Riego 10 de 1957 a 1960
Ciclo agrícola Número de usuarios,
propietarios privados Superficie irrigada
1957-58 863 38 853
1958-59 1 727 47 701
1959-60 1 731 56 008
Fuente: Departamento de Planeación, Investigación y Estadística de la Dirección de Distritos de Riego de la Secretaría de Recursos Hidráulicos, Informe estadístico No 14, México, 1º de julio de 1959, p. 97; No 17, México, 1º de julio de 1960, p. 99; No. 19, 1º.de julio de 1961, p. 111.
2.3. La propiedad ejidal antes y después de 1948
El ejido es una comunidad de agricultores, obligados a satisfacer cierto número de
requisitos legales para recibir, por decreto gubernamental, la posesión de tierra, a
la cual el individuo miembro de la comunidad tiene el derecho de usufructo, mas
no de propiedad. El ejido es así una tenencia comunal cuyos campesinos poseen
colectivamente derechos sobre su tierra. De acuerdo a la legislación agraria, son
cuatro los procedimientos mediante los cuales un pueblo puede recibir tierras. Las
tierras ejidales son inalienables, intransmisibles, inembargables e indivisibles. La
agricultura ejidal tiene carácter de subsistencia.134
Las limitaciones establecidas al uso de la parcela ejidal tienen que ver con el
proyecto nacional de estructura agraria para el México posrevolucionario: acabar
con la estructura económica y social del sistema latifundista y fomentar un sector
de pequeñas explotaciones agrícolas familiares. Este proyecto tiene una
justificación económica: destacados economistas agrícolas enfatizan desde el
principio del siglo XX la superioridad productiva de la estructura familiar en la
agricultura. Pero las limitaciones legales al uso de la parcela ejidal que sirven de
134 1) por restitución, esto es, mediante devolución de la tierra que hubieren demostrado poseer con anterioridad y de la cual fueron despojados injusta o ilegalmente; 2) por dotación, es decir, a través de la donación directa de tierras cuando puede demostrarse que un pueblo carece de ellas o que son insuficientes las que posee, para satisfacer las necesidades de sus habitantes; 3) por confirmación, que significa la legalización del derecho a poseer y retener las tierras ya en posesión de un pueblo, y 4) por ampliación, o lo que es igual, por acrecentamiento de la superficie dada a un pueblo cuando se ha demostrado que la dotación original es insuficiente para cubrir las necesidades de sus habitantes. Rafael de Pina y Rafael de Pina Vara, Diccionario de Derecho, México, Ed. Porrúa, S.A., 14ª. Edición, 1986, p. 246.
73
instrumento para concretar este proyecto nacional vienen a anteponer la
dimensión social a la dimensión económica. Todo parece indicar que lo que se
busca es cierta forma de igualdad social que se concreta en la igualdad en el
acceso a la tierra (véanse las prohibiciones de compraventa, de renta o aparcería,
la obligación de cultivar uno mismo la tierra, sin emplear mano de obra asalariada,
así como la prohibición de fraccionar la parcela por concepto de herencia, o de
nombrar un heredero que tenga ya parcela ejidal); asimismo, la tierra ejidal se
concibe más como un sustento familiar que como un medio de acumulación y
reproducción económica ampliada (la obligación para el heredero de un ejidatario
fallecido de apoyar económicamente a la viuda y a los hijos menores es un
ejemplo más de esta lógica).
Claro está, la eficiencia productiva no es del todo obliterada. Gracias a programas
de apoyo específicos —como el crédito ejidal—, el sector ejidal de hecho fue en
gran medida el agente del crecimiento agrícola que experimentó México. Pero de
manera general la dimensión productiva es supeditada a la dimensión social, lo
cual concretamente genera dos líneas de tensiones adentro de los ejidos: 1) la
disyuntiva individual-colectivo; 2) la disyuntiva mercantil-no mercantil.
Disyuntiva colectivo-individual: es al ejido en su conjunto que se le reconoce la
propiedad de su patrimonio. Por consiguiente, el ejido en tanto que grupo
(representado por la asamblea ejidal) es el único agente de coordinación agraria
(asignación de tierras, derecho de control sobre el uso de las mismas, que puede
llegar hasta la privación de los derechos ejidales para un ejidatario que incurra en
prácticas prohibidas). Toda forma de coordinación agraria interindividual queda
entonces prohibida. Pero paralelamente a esta dimensión colectiva, en la mayoría
de los ejidos las familias desarrollan de forma individual una actividad productiva
que tiene que permitir la reproducción económica de las explotaciones. En
particular, deciden libremente sobre los cultivos, la organización del trabajo y el
destino de las cosechas. Los límites impuestos por la ley pueden entonces
generar tensiones entre estos dos polos individual y colectivo, tensiones que se
nutren de la segunda disyuntiva.
Disyuntiva mercantil-no mercantil: el principio mercantil es voluntariamente
excluido de las modalidades de regulación agraria dentro del ejido, en nombre de
74
la justicia social. Pero la mayoría de los ejidos están insertos desde su creación
dentro de los intercambios monetarios, que remiten al modo mercantil: la
reproducción económica de las familias depende de manera fundamental de la
cantidad y la calidad de su producción agrícola, así como de las relaciones de
precios. Varios mecanismos han sido instituidos con el propósito de reducir estas
tensiones, en particular el sistema de crédito ejidal, en el cual la garantía colectiva
de un grupo de ejidatarios sustituye a la imposible hipoteca de las parcelas, o
también los subsidios sobre los insumos y algunos productos agrícolas básicos.
Estos mecanismos temperan la lógica mercantil del entorno económico de los
ejidatarios, pero sin suprimirla totalmente, además de que las reformas
estructurales de estos últimos años los han debilitado mucho, sacando a la luz la
viveza de las tensiones.
En conclusión, dentro del sistema ejidal, la asignación individual de la tierra
estaba desconectada de la eficiencia productiva. No existía ninguna posibilidad
legal de diferenciación individual por medio del acceso a la tierra (sea por compra
o por contrato de renta o aparcería). El ejido en su conjunto era considerado la
base del desarrollo agrícola, de acuerdo con los lineamientos que llevaba a cabo
la Secretaría de la Reforma Agraria.
La primera Ley Agraria que devolvió a las comunidades rurales sus propiedades
la promulgó en 1915, Venustiano Carranza. Con esta ley dio inicio a lo que sería
la propiedad ejidal, ratificada por la Constitución de 1917, con ella la propiedad
rural sería compartida y pasaría a ser explotada en lotes individuales ajenos al
mercado, con derecho de usufructo individual o compartido. A finales de 1920, el
gobierno de Álvaro Obregón aprobó la Ley de Ejidos, reglamentando en forma
oficial esta forma de tenencia de la tierra. A partir de ahí, el proceso de repartición
de tierra se extendió gradualmente, hasta el gobierno de Lázaro Cárdenas cuando
llegó a su punto máximo el énfasis de los principios de la propiedad común.135
Desde 1917, el marco legal que define las distintas formas de tenencia de la tierra
tiene su fundamento en el artículo 27 de la Constitución, aunque su contenido ha
sido reformado en múltiples ocasiones. Desde entonces se estableció que la
135 Rubén Delgado Moya y María de los Ángeles Hidalgo Zepeda, 1993, El ejido y su reforma constitucional, México, Editorial PAC S. A. de C. V., pp. 84-87.
75
propiedad de tierras y aguas corresponde originalmente a la Nación, la cual tiene
el derecho de imponer a la propiedad privada las modalidades que indique el
interés público, con este precepto se estableció que la propiedad de la tierra
podría ser en ejidos, de comunidades, de los particulares y de la Nación.136
La política agraria del gobierno federal, cambió después de 1929, debido a la
crisis en que se encontraba, a pesar de los programas pregonados y los logros
obtenidos. Dicha crisis provenía no sólo de las presiones permanentes de los
antiagraristas, sino también de las inconformidades surgidas en el propio campo.
El ejido no había producido los frutos que de él se esperaban, debido a la tierra de
mala calidad recibida o por la pequeñez de las parcelas, que no alcanzaba para
satisfacer las necesidades de quienes las trabajaban. Además que lo hecho en
materia de crédito, asistencia, capacitación, etc. no era suficiente. Para Pascual
Ortiz Rubio (1930-1932), el ejido era una institución secundaria proveniente de un
acto de justicia a favor de aquellos con los que la Revolución se consideraba en
deuda; pero como forma de tenencia de la tierra, por ese motivo era un sistema
que se tenía que transformar.
Con Lázaro Cárdenas la política agraria tuvo cambios radicales: dividió al
latifundio, ya fuera previo acuerdo con los propietarios o por expropiación;
redistribuyó a la población rural a los lugares despoblados y fomentó la
colonización interior. El eje principal de su política para el campo fue sustituir a la
pequeña propiedad por el ejido, el reparto de tierras y la legislación para
realizarlas. De esta manera las tierras privadas con certificado de inafectabilidad,
las tierras propiedad de la nación y de los estados, fueron afectadas para
favorecer la formación de ejidos o se fraccionaron en pequeñas propiedades. Esto
condujo en seis años a la formación de dos formas de tenencia de la tierra: 1)
ejido y 2) pequeña propiedad.137
La superficie de tierra del Valle que correspondía a los ejidatarios en 1930 era el
3% del total de la superficie cultivada, con los cambios ocurridos en la estructura
agraria por el reparto cardenista esta superficie en 1940, había cambiado
136 Ibíd., pp. 56-63. 137 César Aguilar, Óp. Cit., p. 60.
76
correspondiéndole a las tierras ejidales un 55% del total. En un periodo de diez
años tuvo un aumento del 52%, este incremento afectó en forma negativa las
actividades económicas del Valle. Porque los agricultores privados redujeron la
superficie cultivada del tomate, el garbanzo, la caña de azúcar y el maíz, en signo
de protesta, disminuyendo el volumen y el valor de la producción de las
exportaciones y de algunos granos básicos. En el intenso reparto cardenista, que
se dio en 1937 y 1938, siguiendo la lista que surgió del Censo General de
Habitantes, Industrial y Agrícola-Ganadero de 1930 y el marco legal del Código
Agrario de 1934, Culiacán fue uno de los municipios más afectados,
especialmente en las tierras de las riberas del río Culiacán, lugar donde se
concentraban empresarios agrícolas cañeros, hortícolas, algodoneros y
garbanzero del Valle.138
De un total de 619 105 hectáreas que se repartieron en Sinaloa, 91 877
correspondieron al municipio de Culiacán. A la familia Redo le afectaron 13 154
hectáreas, beneficiando a los ejidos de Navito, Zopilotita, Eldorado, San Joaquín,
San Diego y San Manuel; a la Compañía Azucarera Almada le afectaron 14 126
hectáreas, beneficiando a La Granja, La Loma, Baricueto, Navolato, Aguaruto, La
Laguna, El Tanque, Bariometo, Yevabito, La Vuelta, La Sinaloa, Lo de Verdugo,
Toboloto y el Patagon; a los Clouthier 2 198 hectáreas, beneficiando a El Molino,
El Potrero, El Laco y La Higuerita; a Cristóbal Bonn Bustamante le afectaron 5
770 hectáreas, beneficiando a Tierra Blanca, La Lima, El Guazimal, Ayune, El
pozo, La Noria; 7 453 hectáreas a Charles F. Van de Water, beneficiando a Lo de
Sauceda, El Patagón, El Vergel, El Potrero, El Molino, El Realito, Rosa Morada y
Sataya; a la Sinaloa Land Company le expropiaron 27 985 repartidas en todo el
estado; a Jorge Almada Salido le expropiaron 7 282 hectáreas que le servían para
mantener el Ingenio de la Compañía Azucarera Almada; al Ingenio La Primavera
le redujeron su extensión a 3 313 hectáreas. Estos propietarios privados fueron
los que más resistieron a la política de expropiación. En 1939, el descontento
provocado por el reparto agrario de la política cardenista, llevó a que en la
campaña por la presidencia, Manuel Ávila Camacho, propusiera suspender el
138 Gustavo Aguilar Aguilar, Banca y desarrollo regional en Sinaloa 1910-1994, México., Plaza y Valdés, 2001, p. 149.
77
reparto masivo de tierras. El inicio de su mandato dio origen a una nueva política
agraria, perdiendo la defensa del ejido fuerza y prioridad nacional.139
Tabla 6. Posesión definitiva de hectáreas de los ejidos del Valle de Culiacán en 1945.
Nombre del
ejido
Riego Temporal Pastos Montes Total Número de
beneficiarios
Aguapepito 150.00.00 586.00.00 504.00.00 1240.00.00 63
Irapuato 117.00.00 688.00.00 805.00.00 46
El Potrero 944.00.00 348.00.00 1292.00.00 127
S. Pedro Colomote
5391.67.13 83
El Realito 102.00.00 71.00.00 204.00.00 377.00.00 20
Rosa Morada
135.00.00 366.00.00 366.0000 802.00.00 42
Humaya 152.00.00 100.0000 252.00.00 56
Limoncito 357.00.00 118.00.00 214.0000 684.00.00 80
El Bolsón 169.00.00 640.00.00 237.00.00 1046.00.00 92
Otameto 240.00.00 314.0000 842.00.00 45
Bachimeto 268.00.00 335.0000 603.00.00 66
Col. de la
Estancia 504.00.00 614.00.00 1118.00.00 125
El Pigal 116.00.00 50.00.00 116.00.00 28
Lo de
Sauceda 246.00.00 114.00.00 88.00.00 530.00.00 948.00.00 102
Bebelamas 164.00.00 94.00.00 340.00.00 788.00.00 123
La Palma 185.00.00 102.00.00 118.00.00 627.00.00 58
Rosales 40.00.00 218.00.00 28
Patagón 120.00.00 320.0000 440.00.00 28
Pinolo 48.00.00 72.00.00 218.00.00 320.00.00 21
El Laco 216.00.00 364.00.00 580.00.00 28
El Vergel 100.00.00 300.00.00 400.00.00 24
Las Trancas 164.80.00 324.0000 488.80.00 46
Lo de Reyes 212.00.00 212.00.00 424.00.00 52
El Tanque 84.00.00 74.00.00 158.00.00 20
Río Viejo 426.00.00 55
Caimancito 137.00.00 198.00.00 212.0000 547.00.00 58
La granja 96.00.00 85.00.00 181.00.00 23
Total 3907.80.00 3998.00.00 1923.000 5523.00.00 220734.4713 1539
Fuente: Enrique Espinosa y Donaciano Ojeda, Op Cit, 1944, pp. 130-135. Nota: Muchos de los terrenos clasificados como monte, eran susceptibles para el cultivo una vez que se contara con el agua suficiente para riego.
139 César Aguilar, Op. Cit., pp. 63, 64 y 68.
78
Tabla 7. Número de usuarios ejidatarios y superficie irrigada con el Sistema de Riego 10
Año Número de Ejidatarios Superficie en Hectáreas
1957 1 977 13 650
1958 4 508 15 900
1959 4 680 18 669
Fuente: Departamento de planeación, investigaciones y estadística de la Dirección de Distritos de Riego de la Secretaría de Recursos Hidráulicos, Informe estadístico No 14, México, 1º de julio de 1959, p. 97; No. 17, México, 1º de julio de 1960, p. 99; No. 19, 1º.de julio de 1961, p. 111, México.
Es con el presidente Manuel Ávila Camacho (1940-1946), que México centra su
interés en el desarrollo de la industria, la cual en esos años se encontraba
enfocada a la producción de textiles, alimentos procesados y materiales para la
construcción. La atención que recibió la industria, propició que el campo mexicano
dejara de percibir los apoyos presupuestales que había recibido en la primera
mitad del siglo XX.
En 1958, el sector agrícola creció a un sorprendente 7.6%, una tasa de
crecimiento que reflejaba inversión previa por parte del sector público y un uso
más extendido de la tierra que resultó de la reforma agraria de la segunda mitad
de 1930. Sin embargo, para finales de 1950 la tasa de producción agrícola
comenzó a disminuir debido a que la inversión en este sector se redujo.140
Esta situación del gobierno federal propició que los campesinos emigraran a los
centros urbanos, generándose una elevación en el número de subempleados así
como de desempleados. Cabe señalar que "entre 1965 y 1970 el sector industrial
reemplazó al agrícola para convertirse en el principal receptor de fondos
estatales, recibía el 40% de la inversión pública". En este periodo México
comenzó a recurrir a los créditos externos para financiar los proyectos estatales,
en 1960 se tomó la decisión de liquidar la deuda exterior antigua de 452 millones
de pesos, lo cual generó confianza en los mercados internacionales de capitales.
Sin embargo, el país experimentaba estabilidad política pues sus relaciones con
los distintos sectores sociales estaban en su mejor momento. En el caso de los
140 Leonardo Lomelí y Emilio Zebadúa, La política económica de México en el Congreso de la
Unión (1970-1982), México, Fondo de Cultura Económica, 1998, p, 38.
79
sindicatos el gobierno pudo mantenerlos en calma gracias a los pactos entablados
con los líderes: aumento en los salarios, estabilidad laboral, servicios sociales,
etc., a cambio la clase trabajadora manifestaba su lealtad al gobierno y al PRI.
Entre los múltiples beneficios que obtuvieron los trabajadores estuvo el Instituto
Mexicano del Seguro Social construido durante el periodo de Ávila Camacho,
además del reparto de utilidades. Otro beneficio que tuvieron los trabajadores fue
la Ley Federal del Trabajo promulgada en mayo de 1940.141
El estatuto de la tierra ejidal ha tenido una gran variedad de cambios desde su
implementación. Estos cambios se han determinado y/o han obedecido más a una
lógica social que a una lógica de mercado. La ley agraria refleja un proyecto
político nacional y un nivel político local (implementación de la ley agraria). Esta
discrepancia, origina la ejecución de la dinámica agraria de los ejidos
La tierra es indudablemente un bien económico (y antes que todo) es un territorio
y, por ende, la base de relaciones sociales. La gestión del uso del suelo (es decir,
los derechos de propiedad) está entonces, las más de las veces, inserta dentro de
redes sociales. A su vez, los derechos de propiedad influyen sobre las prácticas
económicas de los actores, por lo que la dimensión social no se puede pasar por
alto.
La tierra combina entonces una doble condición. Según las regiones del mundo y
las épocas históricas, una dimensión puede dominar a la otra. Por ejemplo, en
Europa occidental, en el sistema feudal de la Edad Media predominó la dimensión
social, mientras que el sistema de propiedad privada vigente se asienta en la
dimensión económica y mercantil. Para los economistas de la escuela de los
derechos de propiedad, incluso, esta evolución de los derechos de propiedad
hacia la evacuación de la dimensión social y el desarrollo de derechos
individuales, exclusivos y libremente transferibles, lleva a más eficiencia, tanto
individual como colectiva y permite explicar el desarrollo económico general (tanto
agrícola como industrial) de los países que la han experimentado. El relativo
retraso económico de los países cuya estructura agraria fue o sigue dominada por
el latifundio (América Latina, España, sur de Italia), así como el fracaso del
141 Ibíd, pp. 39-45.
80
modelo de agricultura colectiva de los países de Europa del Este les ha servido de
confirmación a su tesis.
La ley federal de la reforma agraria establece claramente los principios no
mercantiles de la tierra ejidal, planteados en el código agrario de 1934. En primer
lugar, prohíbe toda clase de transacción sobre la tierra: compraventa y contratos
de renta y aparcería. La tierra ejidal es claramente definida como un bien no
mercantil. En segundo lugar, las prácticas agrarias obedecen reglas4 que remiten
al interés colectivo y a la personalización de las relaciones, mucho más que al
interés individual o que a la eficiencia productiva, como lo demuestran los
siguientes ejemplos:
La dotación de tierras a los ejidos obedeció a motivos políticos de corto
plazo, para calmar presiones sociales puntuales, o para buscar alianzas de poder.
En estos casos, la personalización de las relaciones entre los grupos que pedían
la tierra y los grupos que la repartían es esencial para entender las dinámicas
agrarias. En las etapas siguientes, los nuevos ejidatarios que se incorporan al
grupo inicial no son agentes anónimos, sino que pertenecen a esferas sociales
muy cercanas: hijos de ejidatarios o avecindados.
De esta forma, la tierra no necesariamente era distribuida con fines de eficiencia
productiva. La necesidad de responder a presiones sociales y políticas puede
llevar a dotaciones individuales de tipo minifundista —como fue el caso dentro del
Valle de Culiacán, donde se realizaron las entrevistas a 80 ejidatarios —, que
desde un principio se revelan insuficientes para las necesidades familiares y
obligan al ejidatario a buscar actividades económicas complementarias. Por otra
parte, la tierra era distribuida en función de redes sociales, que no
necesariamente coinciden con las habilidades para desarrollar una actividad
agrícola.
Los propietarios ejidatarios del Valle, igual que los propietarios ejidales fueron
desmontando por su cuenta la tierra que les fue otorgada. Su desarrollo, sin
embargo, no fue igualitario. Probablemente esto se debió a sus habilidades para
manejar el proceso agrícola. Esta diferenciación siguió alimentándose con los
créditos que obtenían para sus cultivos, debido a que la mitad aproximadamente
81
no tenía acceso al crédito formal e informal, así como a la adquisición de
tractores, camionetas o camiones e inclusive combinadas, cuando otros seguían
cultivando con yunta. También los ejidatarios enfrentaron problemas de
comercialización con sus cultivos, la mayoría no tuvo acceso a los cultivos para
exportación. Asimismo muchos de los ejidatarios se encontraban en cartera
vencida, no sólo con el Banco Nacional de Crédito Ejidal, sino con bancos
privados, o con agiotistas, lo que los llevó a un proceso de descapitalización
(venta o empeño de tractores y vehículos para pagar los créditos o bien de sus
cosechas). El acceso al crédito tanto ejidal como privado fue casi nulo, y los
ejidatarios padecieron en diversos grados problemas de liquidez. Como respuesta
a esta situación, la mayoría incrementó sus siembras de maíz por ser un cultivo
más seguro, menos costoso y con mayor comercialización ya fuera esta local o
nacional, por medio de la banca estatal o privada. Los ejidatarios más exitosos
también rentaron o hicieron contratos de aparcería y se convirtieron en
productores agrícolas ejidales-privados.
En resumen, la historia agraria ejidal del Valle de Culiacán muestra rasgos
interesantes. Por lo que toca a la tierra, es un valle que combina la propiedad
ejidal con la propiedad privada, que tuvo que luchar para que se le concedieran
las facultades para abrir tierras de cultivo; es un valle que tuvo una experiencia de
explotación ejidal y privada, donde existen al mismo tiempo propietarios privados
y ejidales, existiendo un manejo diferenciado del recurso tierra según los
derechos de propiedad que le están asociados. En lo que toca a los sistemas de
producción, es un valle donde se han dado procesos de diferenciación económica
bastante fuertes que se tradujeron en variabilidad en el acceso a maquinaria, pero
también en el acceso a la tierra. Por último, el acceso al financiamiento pasó en
algunos casos por una extensificación del sistema de cultivo (aumento de la
superficie sembrada en maíz, reducción del uso de fertilizantes), y en otros casos
por la búsqueda de cultivos alternativos muy arriesgados pero potencialmente
muy rentables.
Cuando se interrogó a los ejidatarios sobre las razones por las que había
fracasado el intento de cultivo colectivo, esgrimieron dos tipos de argumentos. En
82
primer lugar, las malas relaciones con el banco ejidal: el crédito y las máquinas
(sembradoras y combinadas) no llegaban a tiempo, lo que retrasaba los trabajos;
luego a las máquinas les hacía falta mantenimiento, lo cual se reflejaba en una
menor productividad y calidad del producto; incluso, los ejidatarios recurrieron a
maquinaria rentada a particulares. Pero la razón principal fue la falta de interés
dentro del mismo grupo para el trabajo colectivo. Un ejidatario resumió muy bien
la opinión de todos: "¿para qué echarle ganas si el fruto de mi trabajo no me
corresponde totalmente sino que es repartido entre todos?" En este caso, para los
ejidatarios, el interés individual (dejar que los demás hagan el trabajo) se oponía
al interés colectivo (trabajar todos juntos) y, en ausencia de un mecanismo
efectivo de monitoreo del trabajo individual y de remuneración adecuada, se
llegaba a situaciones de menor eficiencia. En efecto, al momento de repartir las
ganancias, los ejidatarios se valían de relaciones de parentesco o compadrazgo
para que a cada quien le tocara lo mismo, independientemente de la cantidad y
calidad de trabajo proporcionado.
De acuerdo con las entrevistas, la superficie bajo algún contrato de renta o
aparcería representaba un alto porcentaje de la superficie total sembrada. Se
trata, por lo tanto, de una práctica relativamente corriente dentro del ejido. Los
productores ejidales declararon no haber cambiado sus costumbres en relación
con los cambios legales.
En el Valle de Culiacán, las categorías de los que toman y los que dan tierra son
bastante estables y definidas. Los que toman son ejidatarios más pudientes
económicamente (o vienen de familias pudientes que los apoyan en cierto grado)
y siguen una lógica de desarrollo productivo, poseen un tractor o, en su caso,
tienen acceso al tractor del padre o del hermano y buscan tomar tierras cada año
según sus posibilidades. Los que dan son más frágiles económicamente (no dan
cada año, sino cuando se encuentran en apuros financieros) o buscan salir de la
lógica productiva (en este caso, dan cada año). Se cuenta con tres tipos de
contratos a los que recurren los ejidatarios: el contrato de renta, el contrato al
tercio y el contrato a medias.
83
En el contrato de renta, el arrendatario toma todas las decisiones en cuanto al
cultivo y al itinerario técnico y paga la renta en efectivo en cuanto se cierra el
trato. Parece que existe un consenso dentro del ejido sobre el valor de la renta,
por lo que no se observó mucha variación que tradujera relaciones de poder entre
los ejidatarios (solamente en función de la calidad de los suelos). El contrato al
tercio se acerca a una renta con pago proporcional a la cosecha, en la medida en
que el mediero sigue siendo responsable de todo el proceso productivo. Sin
embargo, el mediero y el dueño de la parcela deciden juntos qué cultivo va a ser
sembrado. La renta de la tierra corresponde a la tercera parte de la cosecha en
pie y el dueño tiene que encargarse de cosechar su parte. Por último, el contrato
a medias consiste en la repartición de los costos de producción entre el dueño de
la parcela y el mediero, cada quien cosechando una mitad de parcela. Si bien los
contratos de renta y al tercio implican que el dueño se retire del proceso
productivo, en el contrato a medias el dueño y el mediero juntan sus esfuerzos en
el marco de un proceso productivo en común. El espacio para la negociación es
por lo tanto mucho más abierto: elección del cultivo y del itinerario técnico,
modalidades de repartición de los trabajos y de los costos. Sin embargo, existe
una base convencional para estos contratos, según el cultivo de que se trate.
Todos estos contratos involucran a los mismos ejidatarios del mismo ejido y en
algunos casos, de ejidos vecinos. En todos los casos, las partes se conocen
desde mucho tiempo atrás y no sienten la necesidad de hacer un contrato por
escrito.
Las entrevistas realizadas arrojan una clara predominancia de la renta sobre los
demás tipos de contratos (contratos verbales las mayor parte). Los que toman la
tierra justifican su preferencia refiriéndose a la lógica individual ("Una vez pagada
la renta, quedo como único responsable de la parcela. Si trabajo bien, todas las
ganancias son mías, y lo mismo para las pérdidas si trabajo mal"). También
mencionan el objetivo de evitar conflictos con los dueños. En un contrato al tercio,
el dueño puede estar inconforme con un rendimiento bajo (el cual condiciona la
renta que le toca) si lo atribuye a una falta de trabajo de parte del mediero en la
parcela. En un contrato a medias, los conflictos pueden surgir durante la
realización de los trabajos o al momento de pagar los gastos. Al contrario, un
84
contrato de renta no abre espacios de conflicto una vez negociada y pagada la
renta en efectivo. La renta en muchos casos también conviene a los que dan la
tierra: la mayoría de las veces, se trata de salir de un apuro financiero, y este
contrato permite cobrar la renta en efectivo y en adelante. Sin embargo, esta
predominancia ha sufrido cambios, en relación con dificultades económicas de los
productores. Los que toman tierras ya no cuentan con suficiente efectivo para
poder pagar en adelante todas las rentas.
Por otra parte, también han aparecido nuevos tipos de contratos en relación con
la introducción de cultivos de exportación por parte de productores exteriores al
ejido. La tierra se sigue dando en renta, pero los dueños cobran ahora más caro
(en los primeros años, la presión por obtener tierras por parte de los productores
de exportación hizo que el nivel de renta se duplicara, para después volver a
bajar, pero quedándose a niveles más altos que los del pasado). También existen
contratos al tercio, en los que el dueño proporciona la tierra y todos los trabajos, y
el mediero proporciona las semillas, el fertilizante y los productos fitosanitarios. El
dueño se queda con la tercera parte de la cosecha en pie, como concepto de
renta, y el mediero se encarga de comercializarla. Por último, se observan
contratos a medias, pero con mucha variación en cuanto a los términos del
reparto. Estos contratos celebrados con productores exteriores al ejido se han
traducido en muchos conflictos e inconformidades, ya que muchas veces el
productor exterior se ha aprovechado de la ignorancia de los ejidatarios en
materia del cultivo para imponer condiciones desfavorables para ellos o hasta
engañarles.
Todos estos elementos descriptivos permiten concluir en el carácter
dominantemente mercantil de los contratos de renta y aparcería, lo que ilustran
los tres puntos siguientes:
1. Contratos de renta y aparcería en la noción de mercado: se puede
considerar que el contrato es una forma de transacción: su objeto es el derecho
de cultivar temporalmente una parcela, y aunque no se trata de un objeto físico,
este derecho es el lugar de convergencia de deseos de apropiación opuestos y
tiene un precio. La noción de precio que vinculamos al acceso a la tierra reviste
realidades muy distintas según el tipo de contrato. Esta noción no plantea
85
problemas particulares en el caso de la renta, incluso hemos podido observar
fenómenos directamente relacionados con el balance oferta-demanda: la renta
subió cuando llegaron nuevos productores dispuestos a sembrar papa; volvió a
bajar cuando más ejidatarios quisieron dar sus tierras en renta por problemas
económicos puntuales. En cambio, la noción de precio se vuelve problemática en
el caso de los contratos de aparcería, en la medida en que la parte que le toca al
dueño no es previsible al momento de cerrar el trato. En el contrato a medias,
además, se tiene que valuar la aportación de cada actor, y a veces interviene
cierto número de elementos no monetarios (como las semillas no compradas).
Pero en todo caso, la elección por parte del actor de un tipo de contrato supone
un cálculo previo, más o menos explícito y, por lo tanto consideramos que remite
esencialmente a una lógica mercantil.
2. El intento por borrar el carácter personalizado de las relaciones
contractuales: claro está, la personalización de las relaciones entre los que toman
y los que dan la tierra es un elemento clave del análisis. Permite suavizar las
negociaciones, así como los posibles conflictos surgidos durante el desarrollo del
contrato. Pero de hecho, al menos los que toman la tierra justifican su preferencia
por la renta como una forma de minimizar la importancia de estas relaciones
personales. Si entran en un contrato al tercio o a medias es, sobre todo, para
ayudar a un pariente o a un compadre. Si de lo que se trata es de producir,
prefieren la renta más impersonal. Este segundo punto está muy ligado con el
tercero, que es el de la eficiencia.
3. Eficiencia y tipo de contrato: el hecho de que los ejidatarios que toman la
tierra prefieran entrar en contratos de renta puede interpretarse como una lógica
de peritaje: consideran que gracias a su dominio técnico del cultivo pueden
alcanzar niveles de rendimiento suficientemente altos para que el pago de una
suma a destajo resulte más interesante que un pago proporcional a la cosecha.
Estos mismos productores son los que desde hace algunos años dan parte de sus
tierras al tercio o a medias para los cultivos de exportación. A pesar del riesgo de
conflictos que estos contratos conllevan, el criterio de eficiencia permite explicar
esta elección: son la única forma de acceder tanto a la información técnica como
sobre los mercados que en el caso de los cultivos de exportación son
86
impredecibles. En efecto, se trata de cultivos mucho más complejo que el maíz o
el frijol, tanto en el manejo fitosanitario como en la comercialización. Además,
requieren de una inversión financiera muy importante, por lo que se trata de
cultivos riesgosos si se siembran como cultivo propio y sin capacitación previa.
Comparación entre la tierra ejidal y la tierra privada de los propietarios ejidales. Al
tratar de comparar la forma como los ejidatarios manejan su tierra ejidal y su tierra
en pequeña propiedad, la primera impresión es que no hay diferencia alguna
entre las dos formas de tenencia. En los dos casos los ejidatarios prefieren
trabajar en forma individual, en los dos casos recurren a contratos de renta o
aparcería cuando les conviene. El nivel de renta es el mismo en los dos tipos de
tierra. Todo parece indicar que hablan de sus parcelas ejidales, refiriéndose a
ellas como si fueran en propiedad privada. En cambio, reconocen a las tierras
ejidales de uso común una función social.
Algo sobresaliente en el discurso de los ejidatarios sobre sus prácticas es la
ausencia casi total de referencia a la Ley. Sus prácticas por lo tanto parecen
obedecer sobre todo a reglas diseñadas localmente, que a veces se acercan al
marco legal agrario y a veces se alejan mucho, y que integran en gran medida la
dimensión mercantil. ¿Cómo interpretar esta observación?
Las más de las veces, la legislación agraria no era conocida por los ejidatarios. Es
impresionante advertir hasta qué punto los ejidatarios estaban poco enterados de
su contenido, hasta en sus grandes rasgos. Por ejemplo, en lo que respecta a los
contratos de renta y aparcería, la mayoría de los ejidatarios dijo que estaban
permitidos. Hubo quienes agregaron algunos matices: que estas prácticas eran
autorizadas siempre y cuando el contrato involucrara a dos ejidatarios; o que
había que procurar no dar una misma parcela a la misma persona por más de dos
años; o que siempre y cuando los comisariados incurrieran en este tipo de
prácticas, eran permitidas. La relación individual a la regla aparece aquí en toda
su complejidad, ya que los ejidatarios pueden tener visiones distintas, pero en
todo caso equivocadas. Se puede suponer que las autoridades ejidales tenían un
87
conocimiento más amplio de la Ley, pero por lo menos no aparece en su discurso,
lo que nos lleva al punto siguiente.
La ley agraria no siempre era considerada legítima por los ejidatarios. Sobresale
el hecho de que los ejidatarios hablan como si se hubieran "apropiado" del ejido
(en tanto grupo) y las parcelas de cultivo (en tanto individuos). Su concepción de
los derechos de propiedad asociados con el ejido, por lo tanto, se aproxima
mucho a la propiedad privada, por lo que tienden a no reconocer como legítimo el
posible control por parte del Estado (en el caso del ejido en su conjunto) y
también por parte del comisariado ejidal (en el caso de las parcelas de cultivo).
Sin embargo, hay que matizar el discurso contestatario tomando en cuenta las
relaciones de poder imperantes localmente y sus consecuencias sobre las
prácticas efectivas de los ejidatarios. Por último, este espacio para las reglas
locales no se hubiera desplegado sin la ausencia de las autoridades agrarias, en
cuanto a hacer cumplir la ley agraria a nivel local. En efecto, las autoridades
agrarias podían actuar solamente a partir de denuncias realizadas por los mismos
ejidatarios. Siempre y cuando prevaleciera un consenso interno al ejido (aunque
fuera basado en relaciones de poder), las autoridades agrarias no podían
intervenir.16 En cambio, parece preciso hacer hincapié en la capacidad del
comisariado ejidal para imponer reglas locales, a pesar de que muchas veces
sobrepasen el marco dispuesto por la Ley.
Las consecuencias de los cambios institucionales son difíciles de estudiar. Para
North (1990), el cambio a largo plazo es el resultado acumulado de las decisiones
individuales de corto plazo. Estas decisiones reflejan la manera subjetiva en que
los actores se representan el entorno que los rodea. Estos modelos individuales
reflejan las ideologías y creencias de los actores, y no necesariamente son
congruentes con las intenciones de los autores de las reformas, por lo que las
consecuencias de cambios políticos son en gran medida impredecibles.
En el campo del Valle de Culiacán es necesario tomar en cuenta este punto de
vista. En efecto, los ejidatarios manejan modelos muy subjetivos en cuanto a su
relación con el Estado y también con la información. En primer lugar, la mayoría
no tiene mucha confianza en las instituciones, lo que se traduce en una
interpretación muchas veces errónea expresada: de que se trata de una maniobra
88
del Estado para cobrar impuestos o hasta para volver a posesionarse de las
tierras ejidales. En segundo lugar, muchos ejidatarios no tienen el nivel de
educación suficiente para poder asimilar toda la información nueva que supone el
cambio de legislación (ya se ha visto que no estaban enterados de todos los
elementos de la ley agraria).
Un segundo punto por subrayar es la dificultad de identificar relaciones causales.
El comportamiento observado de los actores en campo es resultado de todo un
conjunto de incentivos y coacciones, de los que la tierra no es más que un
componente. Se requeriría de un análisis ceteris paribus, lo que está lejos de ser
el caso. Los cambios a la reforma agraria que se fueron dando a través del tiempo
se insertan, en efecto, dentro de toda una serie de modificaciones que afectan el
entorno del sector agrícola (en particular en lo que respecta a los precios y el
crédito). En estas condiciones, el discurso de los actores sobre sus prácticas
cobra toda su importancia.
En suma, un resultado sobresaliente arrojado por las entrevistas son las
deficiencias en el entorno informativo de los ejidatarios. Desconocen el contenido
de la ley agraria —de por sí nada sencillo— es muy poco conocido y entendido.
Por último, es necesario resaltar los alcances y los límites del estudio de caso
como metodología. Todo depende en última instancia de los propósitos del
investigador: el estudio de caso cumple con su objetivo si de lo que se trata es de
entender la relación que el ejidatario tiene con la tierra. En cambio, no permite
sacar conclusiones generales, aunque sí establecer relaciones causales entre el
contexto específico y el tipo de dinámica observado.
Conclusión
El proceso de construcción de la economía sinaloense es en gran medida el de la
transformación de una agricultura de temporal, en una agricultura de riego en el
Valle de Culiacán. La transición fue lenta mientras el Gobierno Federal no asumió
un liderazgo para conducir el paso de una economía agrícola tradicional en una
agricultura moderna, tecnificada, y con mecanismos financieros y comerciales
vinculados no sólo a todo el mercado interno, sino a la economía internacional,
89
gracias a la infraestructura de riego y a la agroindustria que se desarrolla de
manera notable en el Valle de Culiacán.
A partir de 1940 México inicio una etapa llamada el milagro mexicano, esta etapa
se caracterizó por ser de un crecimiento sostenido y fue el cambio hacia la
formación de una nación moderna e industrializada. La segunda guerra mundial
dio un gran estímulo al crecimiento de la economía mexicana. De 1940 a 1956 se
dio en México un período de crecimiento hacia afuera, basado en el dinamismo
del sector primario. Esta política puede definirse como crecimiento sin desarrollo,
ya que el número de industrias del país aumentó, pero sin la base sólida que es la
libre competencia, que le permitiera desarrollarse económicamente. Durante el
mandato de Ávila Camacho (1940-1946) se observó una notable estabilidad
política y un crecimiento económico. Entre 1940 y 1945, el PIB creció a un ritmo
de 7.3 por ciento, índice nunca antes alcanzado en la etapa postrevolucionaria.142
El "Milagro Mexicano" es un período de la historia contemporánea de México,
entre 1940 y 1968 que se caracterizó por la aplicación de una serie de reformas
económicas y sociales por parte del Estado, para desarrollar el mercado interno y
la industria principalmente. En este período se crearon las instituciones políticas y
sociales más importantes del país. Su máxima expresión fue en el periodo que se
conoce como “Desarrollo Estabilizador”, época en que Antonio Ortiz Mena estuvo
a cargo de la secretaria de hacienda. Durante esta época se dio el famoso cambio
de $12.50 por dólar, lo que demostró la estabilidad de México, que duró más de
veinte años, iniciando en el gobierno de Adolfo Ruiz Cortínez. Este periodo inició
en la Segunda Guerra Mundial, en la que México enviaba materias primas a los
aliados, y a cambio recibía maquinaria y tecnología; Otro antecedente fueron las
políticas y estabilidad del gobierno de Lázaro Cárdenas.143
El crecimiento hacia fuera se dio durante los regímenes presidenciales de Manuel
Ávila Camacho y Miguel Alemán Valdés proporcionaron los medios para alentar el
crecimiento económico, la consolidación del mercado interno y la inserción de
142 Ibíd., pp. 45-52.
143 Diego López Rosado, Historia de la agricultura y de la ganadería, México, Editorial Herrero,
1977, pp. 235-240.
90
México en la economía mundial. La actividad industrial registró un vigoroso
crecimiento. La tasa de crecimiento del PIB alcanzó entre 1947 y 1952 un
promedio anual del 5.7%, con un gran crecimiento en la producción de la energía
eléctrica y el petróleo y también de la industria manufacturera y de construcción.
Crecimiento hacia adentro, fue de 1956 a 1970. La economía mexicana giró
ciento ochenta grados, creciendo hacia adentro, vía la sustitución de
importaciones; es decir, México debía producir lo que consumía. La economía
mexicana estuvo basada en el dinamismo del sector industrial, contrayendo la
estabilidad de precios y ajustándose a los problemas productivos y financieros por
los que pasó el país. El crecimiento industrial en el período 1940-1970 mantuvo
un ritmo de crecimiento sostenido, aunque basado en un mercado cautivo que le
proporcionaba la política proteccionista diseñada por el Estado, situación que trajo
como consecuencia el desarrollo de empresas sin competitividad con el exterior,
que les impidió consolidarse a través de la exportación hacia mercados
extranjeros; condición que impediría la creación de una verdadera
industrialización moderna e independiente que contribuyera el desarrollo social
del México posrevolucionario.
Esta etapa tuvo un lado positivo, durante estos años del “Milagro Mexicano”, las
autoridades tuvieron un comportamiento conservador en el manejo de sus
finanzas, es decir, sus déficits eran pequeños, e incluso hubo años con superávit.
El gobierno, por tanto, no gastaba más de lo que tenía de ingresos. La esencia del
pensamiento económico de esos tiempos en México era el Proteccionismo, una
escuela de pensamiento económico con ideas que significaban la protección de
las industrias locales: había que industrializar al país y para ello, se creía, debía
aislarse a sus compañías de la competencia de empresas extranjeras. La forma
de hacer esto es cerrar las fronteras a productos importados dejando que
únicamente las empresas mexicanas los produjeran.
El Desarrollo Estabilizador tuvo un lado negativo: el olvido del campo. Toda la
atención de las autoridades estuvo centrada en la industrialización de país con la
actividad del campo relegada a un lugar muy secundario, tanto que se ha dicho
que de esta época data la creación de los “dos Méxicos”, el del campo y el de la
91
ciudad. Mientras el campo era puesto de lado, la actividad bancaria, por ejemplo,
creció en esos años tres veces.
Ésa mentalidad llevó al cultivo obligado de maíz, frijol y otros alimentos
estándares en México, con la idea de ser autosuficientes en esos rubros. De
hecho, fue hasta los 50 cuando se dio el Estado cuenta del descuido de las
actividades agrícolas. Con la visión de ser autosuficientes en el campo, además,
las autoridades fomentaron cultivos que eran parte básica de la alimentación
popular, y descuidaron la posibilidad de otros cultivos que hubieran producido
mayores ingresos al campesinado, e incluso divisas al país.
Aunque el campo fue descuidado durante esta etapa, ayudó a la industrialización
del país de diversas maneras, por ejemplo, con sus emigrados se suplió la mano
de obra de bajo costo para la industria, debido a su escasa preparación y que por
esa razón recibían ingresos bajos. Las inversiones privadas en el campo,
además, fueron nulas debido a la inseguridad en la propiedad de terrenos, los que
cada vez eran más pequeños e ineficientes para producir. La Reforma Agraria
sencillamente no funcionó como generador de ingresos para su población.144
Las divisas que antes producía el campo, es lógico, se redujeron. En fin, el campo
disminuyó notablemente en importancia y la promoción industrial produjo una
sensible brecha entre ambos sectores. La realidad, por tanto, muestra que el
escaso desarrollo agrícola y ganadero data de esta época y se debió a la
aplicación de políticas económicas proteccionistas, no a la apertura comercial que
vino mucho después. Es posible decir, por tanto, que la política económica del
Milagro Mexicano tuvo resultados mixtos. Sin duda ayudó a industrializar al país,
elevó ingresos y mejoró el bienestar en general. Pero también tuvo efectos
negativos como los mencionados. Más aún, tenía un problema de fondo que era
el límite del mercado nacional, pues las empresas al no exportar no producían
más de lo que los mexicanos podían comprar. El mercado mexicano, sin
embargo, crecía gracias al aumento de la demanda nacional.145
144 Diego López, Op. Cit., pp. 260-261.
145 Enrique Cárdenas, La Política económica de México, 1950-1994, México, Fideicomiso Historia de las Américas, Serie Hacienda, Ed. Fondo de Cultura Económica, El Colegio de México, 1996, pp. 273-278.
92
La maquinización de los ejidos era mucho más baja que la de los predios
agrícolas privados, por cada 1 104 hectáreas de predio familiar que usaba un
tractor en 1940, el ejido usaba un tractor por cada 5 072 hectáreas.146 En cuanto a
la propiedad de la tierra, desde el cardenismo hasta 1950, se expropiaron cientos
de hectáreas, incluyendo propiedades que estaban dentro de los Distritos de
Riego. Así la lucha por la tierra en Sinaloa cobró importancia. Fue un movimiento
impulsado y organizado por el gobierno federal en contra del poder económico y
político de los terratenientes. Como en el estado no había un movimiento local
consolidado, el cardenismo usó al movimiento obrero emanado de los ingenios
azucareros para repartir la tierra. En ese periodo se fomentó la organización de
núcleos sindicales en las haciendas, que después se transformaron en comités
agrarios. El objetivo principal de Cárdenas era acabar con los latifundios y con la
propiedad que se encontraba en manos de ciudadanos o compañías
estadounidenses, romper con la dependencia económica con Estados Unidos,
sustituir las viejas formas de producción y dotar de tierra a los que la solicitaban
para fortalecer el ejido. Hasta 1940 el reparto agrario en Sinaloa había afectado a
las regiones con más desarrollo y mayor potencial agrícola. Los productos de
estas tierras eran los más rentables, caña de azúcar, hortalizas, garbanzo y
algodón. La política cardenista agraria transformó la tenencia de la tierra. La lucha
por la tierra en esa etapa fue entre terratenientes y agraristas, una vez que los
terratenientes fueron desplazados la lucha fue entre el sector ejidal y el de la
pequeña propiedad. Ambos sectores empezaron disputarse la misma tierra, que
para esos momentos ya era un bien escaso, lucha que estalló violentamente en
1958, encabezada por la Unión Nacional de Obreros y Campesinos.147
146 Armando González Santos, La agricultura: estructura y utilización de los recursos, México,
Fondo de Cultura Económica, 1957, p. 157. 147 Román Millán, Op. Cit., pp. 256-259; Reyes Osorio, Op. Cit., pp. 21-23.
93
CAPÍTULO 3
EL USO Y APROVECHAMIENTO DEL AGUA EN LA PRODUCCIÓN
AGRÍCOLA
Introducción
A nivel mundial, la irrigación (agua usada para la agricultura o el riego de
cosechas) es probablemente el uso más importante que se le da al agua
(excepto, quizás, al uso del agua potable y al agua usada para llenar las
albercas). Cerca del 60 por ciento de toda el agua dulce del mundo se destina a la
irrigación. La agricultura a gran escala no podría abastecer de alimentos a la gran
población mundial si las cosechas no contaran con la irrigación necesaria
proveniente de los ríos, lagos, represas, y pozos. Sin la irrigación, las cosechas
nunca crecerían. Cuando usamos agua en nuestro hogar, o cuando una industria
usa agua, cerca del 90 por ciento de esta agua es devuelta eventualmente al
ambiente, en donde vuelve a llenar los recursos de agua (el agua vuelve al arroyo
o a los suministros subterráneos) y ésta puede volver a ser usada en otras cosas.
Pero del agua que se usa en la irrigación, solamente la mitad puede volver a ser
usada. El resto se pierde ya sea por evaporación en el aire, transpiración de las
plantas, o en su tránsito, ya sea por filtraciones de las mismas tuberías, Muchas
de las cosechas crecen en áreas que no cuentan con suficiente agua de lluvia,
por lo cual el agua usada en la irrigación es un recurso valioso y escaso. Ya que
el agua puede costar dinero, los agricultores siempre están atentos al uso de
métodos más eficientes en la irrigación.
3.1 Los productores privados y el agua antes de 1948
En el Valle de Culiacán como en el estado de Sinaloa y el país, las condiciones
ecológicas que imperan no son favorables para realizar las actividades
agropecuarias. Esto se debe al relieve abrupto, la calidad de los suelos y las
características del clima que limitan la disponibilidad natural de las zonas aptas
para el desarrollo de esta actividad. Al país lo cruza en su parte media el trópico
de cáncer, exactamente en el estado de Sinaloa, al sur del estado. Esta frontera
94
natural marca diferencias climáticas notables entre la parte norte y sur del país.
Por otra parte, las elevadas sierras que se desarrollan paralelas a los litorales del
Océano Pacifico y del Golfo de México, funcionan como pantallas meteorológicas
que impiden el libre paso de los vientos húmedos provenientes del mar.148
Estas condiciones originan que el interior del territorio sea muy seco, dando lugar
a climas que de acuerdo con la clasificación de W. Kópen son de tipo BW y BS,
es decir climas áridos y semiáridos. Como es el clima del noroeste de México,
principalmente en la península de la Baja California y en la llanura costera de
Sonora y Sinaloa. Haciendo que en estas zonas el riego sea indispensable para la
realización de la actividad agrícola, ya que el agua de lluvia no es suficiente para
el desarrollo de los cultivos. Según estimaciones de investigadores el 63% del
territorio necesita obras de riego, sin ellas la producción es impensable, ya que el
agua de lluvia no es suficiente para el desarrollo de los cultivos como es el caso
de la superficie que comprende el Valle de Culiacán y afirman que sólo el 1.5% de
la superficie del país no las necesita.149
Antes de 1910, las obras de riego que se emprendieron en el país, se pueden
considerar como producto de la iniciativa privada. El gobierno federal sólo
facilitaba fondos a los grandes hacendados y empresas agrícolas, ganaderas y
mineras que tenían garantías hipotecarias. Es hasta 1924 que se sientan las
bases para la reglamentación del uso de las aguas de propiedad federal. Dos
años más tarde surgió la Ley de Irrigación, y la Comisión Nacional de Irrigación
(en adelante CNI). El objetivo fue desarrollar una fuerte política de riego en el
país. Con la ley sobre irrigación se buscaba crear una clase media campesina
más alta que la del ejidatario, para estimular a los pequeños campesinos. La
política del gobierno federal por medio de la Comisión Nacional de Irrigación fue
ejecutar aquellas obras que por encontrarse fuera del alcance de la iniciativa
privada, sólo podían ser realizadas por el Estado.150
148 Consuelo Soto Mora Consuelo, La agricultura comercial de los Distritos de Riego en México y su impacto en el desarrollo agrícola, en Boletín Número 11, México, Instituto de Geografía, UNAM, 1981, p. 173. 149 Enrique Palacios, Productividad ingresos y eficiencia en el uso del agua en los Distritos de Riego, Chapingo, Colegio de Posgraduados, 1975, p. 9. 150 Consuelo Soto, Op. Cit., pp. 173.-174.
95
Aunque la CNI, se enfrentó a una serie de obstáculos como: falta de información
sobre escurrimientos de los ríos, falta de personal especializado en la
construcción de obras de riego. De cualquier forma se iniciaron algunas obras
como las de la presa Don Martin en Coahuila, sobre el río El Salado, la presa
Calles en Aguascalientes, la presa de derivación del Mante Tamaulipas y
ampliaciones o formaciones de distritos de riego.151 Asimismo en 1947 se creó un
nuevo organismo para aprovechar integralmente los recursos naturales por
cuencas, estableciendo comisiones como la del Papaloapan, Del Fuerte, del
Grijalva, entre otros.152
Antes de 1910, las obras de riego que se emprendieron en el país, se pueden
considerar como producto de la iniciativa privada. El gobierno federal sólo
facilitaba fondos a los grandes hacendados y empresas agrícolas, ganaderas y
mineras que tenían garantías hipotecarias. Es hasta 1924 que se sientan las
bases para la reglamentación del uso de las aguas de propiedad federal. Dos
años más tarde surgió la Ley de Irrigación, y la Comisión Nacional de Irrigación
(en adelante CNI). El objetivo fue desarrollar una fuerte política de riego en el
país. Con la ley sobre irrigación se buscaba crear una clase media campesina
más alta que la del ejidatario, para estimular a los pequeños campesinos.. El
gobierno, los agricultores e industriales controlaron las avenidas de los ríos y
llevaron el agua a los campos e industrias.153 Miguel Crisantes fue uno de los
agricultores que usó bombas movidas generalmente con diesel en sus tierras de
Santa Fe. Para irrigar sus cultivos muchos de los agricultores instalaban bombas
en las orillas del río Culiacán, de esta manera llevaban el agua necesaria.154
El impacto del regadío en la sociedad ha sido motivo de enorme interés. El
regadío parece obligar a la creación de una esfera política, es decir de una
organización que va más allá de las relaciones de parentesco. Los estudiosos
señalan que el impacto del FALATSA. A partir de 1950, se implementó el Plan
Nacional de Pequeña Irrigación, enfocado a los estados que por sus condiciones
naturales no cuentan con grandes áreas regadas. La finalidad del proyecto fue
151 Ibíd p. 174. 152 Ibíd., p. 176. 153 Eduardo Frías, Op. Cit,, p. 43. 154 Heberto Sinagawa, Op. Cit. pp. 197-198.
96
habilitar 306 mil hectáreas para riego. La creación de estas obras de riego, dio
lugar a una intensificación de la agricultura, especialmente en el norte del país, en
donde el riego permitió la continuación del desarrollo agrícola en lugares como el
Valle de Culiacán. Se incrementó la agricultura comercial de exportación en las
tierras de riego; varios productos agrícolas se constituyeron en la base del
mercado externo con el algodón, la caña de azúcar, las frutas y las verduras,
como fue el caso del Valle y con ellos en otro sobre.
La red hidráulica del Valle inició su proceso de expansión al incorporar el gobierno
federal la infraestructura que existía a la administración de los Distritos de Riego
del país. Los distritos de riego han servido para proporcionar alimento a la
población, al cosechar productos que consume en su dieta como el arroz, el frijol,
el trigo, la caña de azúcar, etc. de manera más continua que con el riego de
temporal. Han impulsado la economía de las regiones donde se asientan, al
obtener divisas por la exportación de productos como el garbanzo, el algodón, el
tomate y otras hortalizas. La energía que se genera con las plantas hidroeléctricas
que se instalan aprovechando parcialmente las presas que se construyen para
riego, contribuyen a la industrialización de la región, producen infraestructura
carretera y de caminos vecinales y electrifican el campo.
Sus presas de almacenamiento permiten controlar las avenidas de los ríos y
protegen a las zonas de aguas abajo ya que, aunque los vasos estén llenos,
tienen un gran efecto regulador y el gasto descargado por los vertederos es muy
inferior al de entrada. Las redes de caminos vecinales se alargan con los caminos
que se hacen durante la construcción de las obras, así como con el sistema de
caminos del Distrito propiamente dicho. Los cultivos que se producen aumentan
los ingresos fiscales, estatales y federales, sobre todo con la cosecha de
productos para exportación porque pagan impuestos ad valorem. El transporte y
movimiento de los productos, incrementan los fletes de los ferrocarriles y de los
autotransportes.
Las transacciones comerciales y las operaciones bancarias aumentan
considerablemente con los cultivos que se cosechan dentro de los Distritos, tienen
97
una gran importancia regional, son generadores de desarrollo económico y de
industrialización en las regiones donde se construyen o amplían. Crean grandes
centros comerciales y bancarios que deben su importancia económica, política y
social sólo a los cultivos de riego que se hacen en sus alrededores. También
generan poblamiento en los lugares con pocos habitantes, sobre todo en las
áreas del norte del país, como en Culiacán, Matamoros, Tamaulipas; Mexicali,
Baja California; Ciudad Obregón, Sonora; y les deben a ellos su desarrollo
económico ciudades como: Ciudad Delicias en Chihuahua y Torreón en
Coahuila.155
Los distritos de riego, son áreas agrícolas cuyos programas de producción se
apoyan básicamente en el servicio de riego que proporciona a los terrenos de
cultivo, con las obras de infraestructura hidroagrícola construida para tal propósito
y por sus múltiples relaciones con los diferentes sectores de la economía regional,
extendiendo su influencia a una amplia zona. Aunque tienen un objetivo común,
sus características son muy variadas. Algunos son pequeños y cubren 10 mil
hectáreas; otros son de extensión media, entre 30 y 100 mil hectáreas; y otros
más grandes, entre 100 y 270 mil hectáreas. Las obras de captación, pueden ser
de diferentes tipos, según las condiciones particulares de la fuente de
abastecimiento, pueden ser: presas de almacenamiento, presas “Derivadoras”,
toma directa de un río, plantas de bombeo o pozos profundos. La hidrología y la
topografía, determinan la forma de aprovechamiento del agua y la extensión de la
zona que se irriga. Las condiciones ecológicas, la situación geográfica, la
idiosincrasia de los agricultores que los componen, la magnitud de sus recursos,
el precio que rige para los productos, los mercados existentes para esos
productos, las facilidades de crédito, y las tradiciones influyen en el tipo de
producción agrícola de los distritos y en la diversificación de sus cultivos.156
64 son los Distritos o Gerencias que tienen a su cargo la distribución del agua en
el país. 32 de ellos se ubican en la zona árida, 19 en la subtropical y 13 en la zona
tropical. De acuerdo a su tipo de producción, se clasifican en tres grupos: 1) de
155 Ingeniería Hidráulica en México, Distritos de Riego, Vol. XV Num. 4 oct-nov-dic, en Biblioteca del Archivo Histórico del Agua, 1961, p 67. 156 Ibíd.; José Luis De La Loma, Op. Cit. pp. 17-19.
98
producción especializada, 2) de producción semiespecializada, y 3) de producción
diversificada. El del Valle de Culiacán o Número 10, es de producción
diversificada, pertenece a uno de los 19 de la zona subtropical. Es el segundo
más importante de los cinco de su tipo que hay en el país que tienen una
producción diversificada de sus cultivos (el primero es el del Valle de El Fuerte).
El agua que los nutre se obtiene de cuatro formas: 1) construyendo presas y
vasos de almacenamiento, 2) aprovechando el agua de las corrientes por
derivación directa, 3) aprovechando el agua de las corrientes, mediante su
elevación a las redes de distribución con equipos de bombeo y 4) extrayendo el
agua del subsuelo, por medio de equipos de bombeo en pozos profundos. En
relación con estos cuatro diversos modos de captar el agua, existen 10 diferentes
tipos de Distritos muy distintos entre si. Su clasificación es muy desigual y no
existe una relación definida entre los tipos de aprovechamiento del agua y la
extensión de la tierra que irrigan.157
Este Distrito obtiene el agua de la primera forma; esto es, se nutre del agua que
se capta en la presa “Sanalona” y su vaso de almacenamiento. De los diez tipos
de distritos, el tipo al que pertenece, es al número cinco, esto se debe a que
deriva agua directamente de otra corriente abastecedora, del río Humaya. Son
siete los Distritos de Riego que existen en el país, con las mismas características:
1. El de Tula en Hidalgo, 2. El del Valle de Culiacán en Sinaloa, 3. El de Río Altar
en Sonora, 4. De Tuxpan en Michoacán, 5. De Palestina en Coahuila, 6. De
Laguna de Tuxpan y Quechultenango en Guerrero, y 7. El de Tehuantepec en
Oaxaca. El del Valle de Culiacán es el más importante, por su producción de
productos para exportación.158
El Distrito de Riego Número 10 Río Culiacán, lo inició la Compañía Irrigadora del
Humaya S. C., en 1920 con el nombre de Canal Rosales,159 a iniciativa del
Gobierno del estado de Sinaloa, la compañía la integraban 83 socios.
Proporcionaba agua libre a los accionistas, a los no accionistas se las
suministraba a razón de $1.50 el millar de m3. Comprendía únicamente tierras de
157 Ibíd, pp. 17-18. 158 Ibíd., pp. 18-19. 159 Modesto Aguilar, óp. Cit., pp. 48-94.
99
la margen derecha del río Culiacán. Posteriormente se empezaron a construir
obras para bajo riego en las tierras que formarían parte del Canal del Sur,
derivando el agua en forma directa del río Culiacán a una superficie de 3 000
hectáreas, este canal es una bifurcación del Canal Rosales. La superficie irrigada
del Canal Rosales aumentó a 9 400 hectáreas de 1930 a 1931. Se siguió
ampliando por medio de prolongaciones, arreglos y construcción de canales a 20
000 hectáreas, siempre en la margen derecha del río, entre el Canal del Sur y el
Canal Rosales, a esta superficie se le llamaría Unidad I.160
El 1 de enero de 1933, lo adquirió y empezó a administrar la Comisión Nacional
de Irrigación, debido a las políticas federales de irrigación para controlar las aguas
nacionales. Aplicando la Ley de Aguas de Propiedad Nacional de 1929. El
sistema del Canal Rosales al momento de la adquisición, consistía en los terrenos
de riego de la margen derecha del río Culiacán, aguas abajo del puente del
ferrocarril hasta un pueblo llamado Otameto, con un desarrollo de 45 kilómetros
en una faja de 2 a 3 kilómetros de anchura media. El Canal tuvo que limpiarse
porque se encontraba muy azolvado, a pesar de ello, se encontraba en mal
estado, especialmente en los primeros kilómetros. El sistema aprovechaba las
aguas por medio de una bocatoma directa en el cauce del río, con una capacidad
de 36 metros cúbicos por segundo, tenía una serie de compuertas, en un extremo
colocada en el cauce del río, y otra serie colocada en el lado opuesto, a la que le
llegaban las aguas cuando había creciente. Estas compuertas se abrían sólo
durante la época de estiaje, el canal corría 13 kilómetros con dirección
aproximada de este y oeste, bifurcándose en el Canal del Norte y el Canal del
Sur. De los cuales, el primero sólo estaba iniciado no se utilizaba y el segundo se
extendía por unos 30 kilómetros a una distancia media de unos 2 kilómetros del
río hasta el kilómetro 20 aproximadamente, desde donde corría en general a
menos de un kilómetro de él. Asienta el Ing. Adolfo Orive Alba, en su informe que
el sistema estaba hecho de una forma muy ingeniosa.161
160 Ibíd.; José Luis De La Loma, Op. Cit., pp.18-19. 161 Adolfo Orive Alba, “Sistema de riego del Canal Rosales”, en Revista Irrigación en México, Vol. VII.-NUM. 2, agosto, 1933, pp. 104-105.
100
A lo largo de los años hubo muchas fricciones entre los estados y el gobierno
federal por el control de las aguas. Para definir lo que eran aguas federales de las
aguas bajo la responsabilidad de los estados y los particulares, se promulgó la
Ley de Aguas de Propiedad Nacional el 30 de agosto de 1934. Cárdenas al frente
del gobierno impulsó las primeras grandes obras de irrigación, para beneficiar al
naciente sector ejidal, no sólo al sector privado. El sector ejidal fue el más
beneficiado con la política cardenista de dotación de tierras, le otorgó más de la
mitad de las tierras que serían irrigadas con las grandes obras hidráulicas. Sin
embargo, los que controlaron el uso del agua fueron los propietarios de las tierras
irrigadas del sector privado. En Sinaloa, la presa “Sanalona”, fue una de las cinco
presas que se iniciaron en su sexenio. Ávila Camacho impulsó la irrigación para
beneficio del sector privado, en ese sexenio se definió la política hidráulica del
gobierno federal que se aplicó y de las 35 grandes obras de irrigación del país,
varias se construyeron en Sinaloa.162
Para 1936 el Canal del Norte tenía una extensión de 12 kilómetros continuaba sin
uso. El Canal del Sur había aumentado dos kilómetros de extensión llegando a los
32 kilómetros hasta el pueblo denominado “El Potrero”. A finales de este año fue
rectificado y ampliado hasta tener una capacidad suficiente para el riego de 25 mil
hectáreas. En el año de 1937 se relocalizó el tramo comprendido entre los
poblados de Otameto y El Potrero y se prosiguió la construcción del mismo bajo el
nombre de “Prolongación del Canal del Sur” hasta el poblado de “Aguapepito” a la
altura de la línea 11 Norte donde desfoga las aguas sobrantes.163
El drenaje del distrito en la Unidad I a la altura del Canal del Norte se realizaba
por medio de pendiente fuertes con sentido de norte a sur hasta el bajo de
Culiacancito (dren principal). Siguiendo esta misma dirección corrían algunas
corrientes que drenaban las partes altas y le daban a la región su característica
de columpios. Algunas corrientes desaguaban en grandes depresiones muy
planas y en temporada de lluvias se estancaban. En el Canal del Sur había
depresiones que estancaban el agua de lluvia y los sobrantes del agua de riego.
La Unidad II no tenía drenaje natural debido a lo plano de su suelo. Estos
162 Román Millán, Op. Cit,. pp. 163-164; Reyes Osorio, Op. Cit, pp. 866-871. 163 Enrique Espinosa y Donaciano Ojeda, Op Cit., p. 8.
101
estancamientos producían una elevación en la concentración salina del suelo,
dificultaban la operación del distrito y producían pérdidas de cosechas. No
existían facilidades para desfogar los sobrantes de los canales laterales y
sublaterales. La mala costumbre y descuido de los agricultores de usar grandes
cantidades de agua y desaguar los sobrantes o las depresiones inundaba
plantíos, construcciones por hundimientos del terreno, caminos y callejones y por
lo tanto dificultaban el tránsito del transporte.164
En julio de 1936, la Comisión Nacional de Irrigación entregó la administración y
operación del Sistema del Canal Rosales, al Banco Nacional de Crédito Agrícola
S. A., por conducto de su Departamento de Fideicomiso. A partir de su inclusión
dentro de la Comisión Nacional de Irrigación, empezó el gobierno federal a invertir
en el desarrollo y ampliación de ambas márgenes del río.165 Sobre la margen
izquierda del río Culiacán, se encontraba el Sistema particular llamado, Canal
Cañedo, propiedad de la Compañía Azucarera Almada S. C. Este canal, tenía la
concesión de todo el volumen que escurría del río, 9 mil litros por segundo, en
época de avenida y de 3 082 litros por segundo, en época de estiaje; sin
embargo, sólo utilizaba las aguas en época de avenida, en el ciclo 1930-1931,
irrigó 11 400 hectáreas.166 En este mismo año, Cárdenas afectó los intereses de
los agricultores del Valle al reducirles el uso del agua, cancelando contratos que
se otorgaron durante el Porfiriato, como el de Joaquín Redo otorgado en 1908.167
En 1940 la “Prolongación del Canal del Sur” continuaba con uso irregular. El
sistema de canales laterales del Canal del Sur adolecía de grandes deficiencias y
se encontraba casi en las mismas condiciones en que lo entregó la extinta
Compañía Irrigadora del Humaya. Suministrando con dificultad dicho sistema de
canales laterales el riego a 8 mil hectáreas. A faltas de una presa de derivación,
en la época de estiaje se construía una hecha de arena y grava que se hacía
transversalmente cerrando todo el cauce del río de forma que permitía la entrada
de las aguas a las dos bocatomas mencionadas anteriormente. La tierra irrigada
164 Enrique Espinosa y Donaciano Ojeda, Op Cit., p. 81. 165 Folleto del Distrito de Riego 10, Op. Cit., p 20; Enrique Espinosa y Donaciano Ojeda, Op Cit., pp. 5-6. 166 Modesto Aguilar, Op. Cit., p.98; Enrique Espinosa y Donaciano Ojeda, Op Cit., pp. 5-8. 167 César Aguilar, Op. Cit., p. 65.
102
se situaba entre los paralelos 24º 27`y 24º 58`de latitud norte y los meridianos
107º 27`y 107º 50`al oeste de Greenwich. Se encuentra limitado al norte por la
línea del ferrocarril Sud-Pacífico, lomeríos del municipio de Culiacán (cerro de la
Chiva, cerro de La Cofradía, etc.), al sur con las marismas y bahía de Alcalá en el
Océano Pacífico; al este por el cerro Colorado, la línea del ferrocarril Sud-Pacífico
y marismas y al oeste por las marismas y el Océano Pacífico.168 Para 1945, en la
margen derecha del río había ya obras de distribución del sistema de riego.169
El canal Cañedo pasó a ser parte de la Comisión Nacional de Irrigación (CNI),
cuando el gobierno federal aplicó la Ley de Riego de 1946, por medio de la
Dirección General de Aguas. La CNI, lo adquirió junto con sus obras de
derivación, canales laterales de distribución y otras obras, no así sus estaciones
de bombeo. Las estaciones de bombeo, continuarían siendo responsabilidad de la
familia Almada. La Comisión Nacional de Irrigación, respetaría los acuerdos
previamente establecidos de los usuarios, siempre que no usaran más volumen
del agua ya acordada.170 El canal tenía capacidad para derivar 11 m3 x segundo,
en algunos lugares estaba muy azolvado, en los lugares donde se acercaba
mucho al río, se destruía por las avenidas como sucedió en 1943, casi siempre el
gasto de estiaje era inferior a esta cifra. Se encontraban en habilitación para riego,
22 mil hectáreas en esta Unidad. Estas hectáreas se encontraban ubicadas al
oriente y al sur del arroyo de Chiricahueto, las cuales sumadas a las 30 mil
hectáreas ubicadas al poniente y al norte del mismo arroyo, completaran una
superficie de 50 mil hectáreas, sobre las cuales se encontraba hecho el estudio
topográfico.171
El Ingeniero que se encargó de la ampliación del Distrito de Riego y de la
construcción de la presa “Derivadora” fue, Enrique Espinosa Vicente. Trazó los
canales siguiendo las líneas de la cuadrícula, hecha de acuerdo con la topografía
y los planos agrológicos, los cuales mostraron que era conveniente llevar el trazo
tan alto como fuera posible. La continuación de la construcción del Canal del
168 Enrique Espinosa y Donaciano Ojeda, Op Cit, pp. 8-10. 169 Modesto Aguilar, Op. Cit., p.98; Espinosa y Ojeda, Op. Cit., pp. 5-8. 170Ibíd. 171 Distrito de Riego del Río Culiacán, Red de distribución, drenes y caminos para 22 000 hectáreas en la margen izquierda del Río Culiacán, Comisión Nacional de Irrigación, 1946, pp. 9, 12-15.
103
Norte para irrigar 4 658 hectáreas, se reinició con la creación del “Comité de
Fomento Agrícola Pro construcción del Canal del Norte”, formado por 67
agricultores de la Palma. Los canales que en 1946 se encontraban en
construcción eran: el Canal Principal, para una zona de 30 mil hectáreas hasta el
K-74720, fijándose su capacidad inicial en 79 m3\Seg. Se construyó con una
pendiente pequeña, alojado en tierra, siguiendo la topografía del terreno. En el
tramo del K-94500 al 114000, va paralelo a la vía del ferrocarril Sud-Pacífico, del
lado de debajo de la vía por resultar más económico. El canal tiene en un tramo
de 37 kilómetros, una alcantarilla en el K-11 para cruzar la vía del ferrocarril, 2
sifones para cruce de arroyos, 6 desfogues, 4 represas, 7 puentes y 56 tomas
para canales laterales.172
Los canales laterales de mayor importancia de esos 56 son los siguientes: 1) el
canal lateral 104560, tiene una longitud de 27.3 kilómetros, con una capacidad de
9.5 m3\seg. para irrigar una zona topográfica un poco movida de 8 500 hectáreas
que está entre el dren A y el dren B. Cuenta con 13 tomas para canales
sublaterales y 33 represas; 2) el lateral 254460, cubre una zona de topografía
muy movida de 4 700 hectáreas, con una longitud de 11.53 kilómetros. En su
superficie se encuentran los terrenos controlados por la Sociedad Central
Sanalona S. A., de el se desprenden varios canales sublaterales; 3) el canal
lateral 374810, cubre una superficie de 6 200 hectáreas, tiene una topografía muy
uniforme, también abarca tierras de la Sociedad Central Sanalona S. A., y varios
canales sublaterales. Los canales sublaterales y ramales se construyeron de tal
forma que cada lote de 25 hectáreas en promedio tuviera riego por medio de una
toma independiente, la longitud de los canales es de 325.4 kilómetros. Los
ramales también se construyeron siguiendo la línea de la cuadrícula, excepto
unos casos en donde la topografía no fue aplicable para seguir este criterio. En
las tierras que pertenecían a la Central Sanalona S.A., su ubicación se hizo un
poco forzada, para obtener un mínimo de terracería.173
En 1946, la superficie total abierta al cultivo en el Valle de Culiacán, comprendía
29 mil hectáreas. En la Unidad I, eran 20 mil hectáreas –margen derecha,
172 Comisión Nacional de Irrigación, Op. Cit., pp.10-22. 173 Ibíd., pp.22-27.
104
correspondiente al Canal Rosales, utilizaba agua de la temporada de avenidas
(julio a septiembre), regándose por inundación. Aunque se encontraba abierta al
cultivo y con obras para riego toda la superficie aprovechable que era de 34 mil
hectáreas. Por esa razón se le hicieron mejoras a las obras que ya encontraban
hechas. Estas mejoras consistieron principalmente en completar el sistema de
drenaje y realizar los trabajos de conservación y adaptación necesarios que
requería cualquier operación de cualquier sistema de riego. En la Unidad II, se
cultivaban 9 mil hectáreas- margen Izquierda o Canal Cañedo. Esta Unidad tenía
concesión para utilizar nueve metros cúbicos por segundo de las aguas de
avenidas y tres metros cúbicos por segundo de las aguas de estiaje.174
El desarrollo del distrito se había hecho con el aprovechamiento de la corriente
que estaba sin regularizar, en los suelos que no eran favorables para riego por
inundación y que se localizaban a lo largo de los barrotes del río. Estos suelos se
caracterizan por la facilidad que presentan a que penetre el agua en los primeros
horizontes, y al mismo tiempo porque conservan la humedad necesaria para el
desarrollo de las plantas. Los suelos barreales alejados del río, por su naturaleza
arcillosa, no permiten que el agua los penetre y son impropios para riego por
inundación. Los estudios hidrológicos que se realizaron, señalaron que era
necesario complementar el régimen del agua del río Culiacán en el lugar donde se
derivaba, por medio de almacenamiento para atender las necesidades de la zona
que regaba en esa temporada, más las ampliaciones que se proyectaban en el
distrito.
El escurrimiento del río Culiacán en el lugar de la derivación estaba formado por
el río Humaya, el cual aportaba casi las dos terceras partes del volumen total y
por el del Tamazula que aportaba una tercera parte. Eso permitiría que durante
varios meses del año no fuera necesario extraer agua de la presa, porque el río
Humaya aportaría el agua necesaria para satisfacer las demandas de riego. En
temporada de avenidas el río tenía un tirante suficiente para dar el gasto máximo
que podían derivar las bocatomas. En tiempo de estiaje, la derivación se hacía
mediante un dique ubicado inmediatamente aguas abajo de las bocatomas, el
174 Folleto del Distrito de Riego 10, Op. Cit., p 20; Enrique Espinosa y Donaciano Ojeda, Op Cit., 1944, pp. 5-6.
105
cual se construía anualmente después de las avenidas. El dique se hacía
principalmente de grava y arena del propio cauce del río, cuando el río tenía un
gasto de 60 m3 x segundo, con tendencia a disminuir.175
Para 1948, el Distrito de Riego10 seguía consistiendo en las mismas dos
Unidades. El agua se distribuía a los dos canales por medio de dos bocatomas,
instaladas abajo del Puente Negro del Ferrocarril. El Canal Rosales, al llegar al
kilómetro 13, se bifurcaba en Canal del Sur, irrigaba de 8 a 9 mil hectáreas, con
una extensión de 32 kilómetros hasta el pueblo “El Potrero”, continuaba teniendo
tierras enmontadas. El Canal del Norte, tenía una longitud de 12 kilómetros, toda
su superficie se encontraba enmontada, excepto en la región de Caimanero, ahí
se regaba una superficie de 500 hectáreas, con aguas de la Laguna de
Caimanero, la cual estaba fuera del control del Distrito. En 1946, se empezaron a
abrir algunas hectáreas al cultivo bajo riego de temporal. Sobre la margen
izquierda del río Culiacán, a la misma altura de la bocatoma anterior, se
conectaba la otra bocatoma que derivaba agua al Canal Cañedo (se encontraba
en liquidación judicial). Este canal como el del Norte, tenía también una zona
enmontada. Las áreas que estaban sin cultivar en ambas unidades, se debía a la
dificultad para irrigarlas, estaba en construcción el sistema de canales de
distribución del Distrito.176
De la bocatoma izquierda, se inicia el Canal Principal Oriental con una capacidad
de 80 m3/seg., con su respectiva estructura de limpia y su red de canales
laterales y sub-laterales. Este canal, regaba las tierras localizadas en Unidad II en
su totalidad, y parte de lo que actualmente es la Unidad III (Eldorado), que
auxiliaba en tiempo de estiaje, el cual estaba en proyecto. La Tercera Unidad, casi
en su mayoría, se alimentaría por el canal Principal Colorado, en la Margen
Izquierda, empieza en la presa “Derivadora” del río San Lorenzo sus
características hidráulicas son las siguientes: Tipo- Presa Vertedora de cresta fija,
longitud de 440 m. y con sus respectivas estructuras de limpia en ambas
175 Distrito de Riego del Río Culiacán, Op. Cit., pp. 11-12. 176 Comisión Nacional de Irrigación, Op. Cit., pp. 74-80; Enrique Espinosa y Donaciano Ojeda, Op Cit., pp. 5-7, 90-102.
106
márgenes, dos bocatomas en la Margen Derecha, con una capacidad de
20m3/seg.; y en la Margen Izquierda, su capacidad es de 65 m3/seg.177
La presa “Sanalona” no se encuentra ubicada en el Valle de Culiacán, pero, es la
que da sustento al sistema de irrigación del Distrito de Riego 10, y es fundamental
para el Valle y su agricultura.
Ubicación, río que la abastece, vaso de almacenamiento y características de la presa “Sanalona”
Fuente: Página de Internet del Ayuntamiento de Culiacán, http://www.culiacan.gob.mx/ayuntamiento/template.php?idmenu=3&idinfo=21&x=56, 5 de marzo de 2007
El territorio de Sanalona, lugar donde se asienta la presa que lleva su nombre, es
irregular en su superficie, se encuentra situado dentro del municipio de Culiacán.
Forma parte de la Sierra Madre Occidental, su economía era eminentemente
rural; es decir, dependía de una agricultura de temporal y una ganadería
extensiva. Por su jurisdicción, serpentean las aguas del Río Tamazula, aguas que
una vez almacenadas en su cuenca, serán su riqueza. De esta manera, abastece
a uno de los Valles más fértiles del país y sostiene un emporio agrícola
177 Comisión Nacional de Irrigación, Op. Cit., 1946, pp.115-117.
107
especializado en productos, principalmente para la exportación. La presa está
comunicada por medio de la carretera Culiacán-”Sanalona” y el tramo carretero
“Sanalona” – Tamazula. Su construcción costó $56 000 000.00. Fueron varios los
técnicos que intervinieron en la obra, el que estuvo a cargo fue el Ing. Juan
Guerrero Alcocer y dos consultores técnicos, el Ing. Andre Weiss y el geólogo
Paul Waitz.178
La presa se construyó para regular las avenidas y conservar el agua del río
Tamazula. De esta manera, abastece al sistema de riego del Distrito de Riego 10,
y al desarrollo de energía de la planta hidroeléctrica General Salvador Alvarado.
El almacenamiento total de la presa, es de 845 millones de metros cúbicos, con
un almacenamiento útil de 805 millones de metros cúbicos. Los 40 restantes,
corresponden al volumen de azolves. Así, garantiza el aprovechamiento de 1168
millones de metros cúbicos.179
Sus características hidráulicas son las siguientes:
Cortina- Del tipo de tierra con materiales graduados. Taludes 3: 1 aguas arriba
y 2:1 aguas abajo. Longitud de la Corona, 1 016 m. Ancho de la base, 350 m.;
Ancho de la corona, 10m. Altura máxima, 65 m. Volumen del material
empleado, incluyendo diques: cinco millones de metros cúbicos.
Dique del Tlacuache - Cierra un puerto en la margen izquierda, con longitud de
350 m. ancho, de corona, 6 m. y altura máxima, de 16 m.
Vertedor- Al oeste de la cortina, de tipo de abanico, para un gasto máximo de 6
320 m3/seg.
Obra de toma – Consta de 2 túneles alojados en la ladera izquierda y
revestidos de concreto, provistos de tuberías de presión, con válvulas de
mariposa para emergencias y válvulas de aguja para control, tiene una
capacidad normal de 110 m3/seg.
178 Comisión Nacional de Irrigación, Óp. Cit., pp.12-19; Secretaría de Recursos Hidráulicos, Óp. Cit. p. 232; Heberto Sinagawa, Óp. Cit., pp. 175-176. 179 Folleto del Distrito de Riego 10, Op. Cit., p. 5.
108
Escurrimiento anual es de 940 millones de metros cúbicos, con una cuenca de
3 657 km2 y un área inundada de 46 km2.180
El presidente Miguel Alemán inauguró las obras del sistema del Distrito de Riego,
el 25 de julio de 1951.181 El avance que tenía en la Unidad I, era el siguiente, se
amplió su capacidad para irrigar una extensión de 20 mil hectáreas, derivando las
aguas del Canal Rosales por medio de una presa provisional con capacidad de 38
m3/s. En la Unidad II, había un desarrollo de 43 kilómetros, llegaba hasta el
arroyo del Mezquitillo, así como, el sistema de drenaje que consistía en 62
kilómetros y el de caminos en 80. El Canal Cañedo irrigaba una superficie de 11
400 hectáreas.182
Por el cauce del río Culiacán, escurren anualmente 3 276 millones de metros
cúbicos, que en realidad son demasías de la presa “Derivadora” del río Culiacán.
Esta subcuenca, tenía una superficie de influencia que incluía el 35% del área del
Valle. También, proporcionaba servicio de riego en forma eventual, a las
superficies colindantes al límite oficial del Distrito. Irrigaba terrenos de la margen
derecha del río San Lorenzo, con la presa “Derivadora”, beneficiando una
superficie aproximada de 7 mil hectáreas, la cual pasaría a formar parte de la
Tercera Unidad del Distrito, en 1960.183
La superficie que aprovechó el riego del Sistema del Río Culiacán, después
Distrito de Riego Número 10, fue aumentando paulatinamente a través de los
años, hasta alcanzar las 95 mil hectáreas en 1960, cada kilómetro de canal
regaba una superficie de 67.7 hectáreas brutas.184
180 Comisión Nacional de Irrigación, Op. Cit., pp. 12-19; Folleto del Distrito de Riego 10, Op. Cit., p. 5. 181 Heberto Sinagawa, Óp. Cit., p. 181. 182 Comisión Nacional de Irrigación, Op. Cit., pp. 5-15; SRH, Op. Cit., p. 231. 183 Nicolás Vidales, Op. Cit., pp. 37-42. 184 Comisión Nacional de Irrigación, Op. Cit., p. 30.
109
Tabla 8. Aumento de la superficie irrigada en el Valle de Culiacán de 1920 a 1960
Año Superficie Irrigada por hectáreas
1920 3 000
1930-1931 9 430
1937 5 234 Canal Cañedo
1946 23 666
1947 42 666
1948 52 766
1949 61 416
1950 73 766
1951 83 394
1952 83 394
1953 83 394
1954 83 394
1955 93 944
1956 93 944
1960 95 000
Fuente: Secretaría de Recursos Hidráulicos.
Para 1960, la superficie irrigada del Valle, dentro de los límites oficiales, era de 95
mil hectáreas. Se ampliaba eventualmente, al sumársele 12 mil hectáreas de la
margen derecha del río San Lorenzo (futura Tercera Unidad del Distrito). Estos
terrenos, fuera del área del distrito, se regaban con aguas excedentes. La
superficie de riego se encontraba dividida para su control de operación,
distribución del agua, conservación de las obras y administración, en dos
unidades de riego, que constaban de las siguientes superficies:
110
Tabla 9. Superficie irrigada en hectáreas del Distrito de Riego Número 10
Fuente: Departamento de planeación, investigaciones y estadística de la Dirección de Distritos de Riego de la Secretaría de Recursos Hidráulicos, Informe estadístico No 14, México, 1º de julio de 1959, p. 97; No. 17, México, 1º de julio de 1960, p. 99; No. 19, 1º.de julio de 1961, p. 111, México.
Un aspecto muy importante del distrito, es su sistema de drenaje. Para que
tuviera el éxito esperado, de acuerdo con las características topográficas, se
dividió, según la importancia del área drenada, en tres clases de drenes: 1)
principales; 2) secundarios; y, 3) ramales. 1) Los drenes principales, son los que
tienen una base y un corte medio de 4 metros. Siguen el curso de los arroyos que
no cambian sus cursos o que reciben desfogues totales del canal principal: como
el dren B, que sigue el curso del arroyo de Chiricahueto, desde el entronque del
dren B-12 hacia aguas abajo; y, los drenes L, B-10, B-12, L-10, L-12, O y O-5 que
reciben desfogues del canal principal. La longitud total de los drenes principales
es de 49.2 kilómetros. 2) Los drenes secundarios, son los que siguen las partes
bajas del terreno, no forman arroyos, sólo derramaderos. Se construyeron de
forma que desemboquen a un dren principal. Son los marcados con las letras B,
desde su origen, hasta la afluencia del dren B-12, así como los drenes L-1, L-2, L-
6-5, L-10-12, N, Q-1 y Q. La longitud total de los drenes secundarios es de 59.7
kilómetros. Y, 3) los ramales, comprenden todos los desfogues de los sublaterales
y regaderas, hasta desembocar en algún dren principal o secundario, su longitud
total es de 146.1 kilómetros.185
185 Comisión Nacional de Irrigación, Op. Cit. pp. 22-30.
Unidad de Riego Ubicación Número de hectáreas
Primera Unidad Margen Derecha Río Culiacán 33 000 hectáreas
Segunda Unidad Margen Izquierda Río Culiacán 62 000 hectáreas
Total 102 000 hectáreas
Futura Tercera
Unidad Río San Lorenzo 12 000 hectáreas
Total 102 000 hectáreas
111
El sistema de caminos del Valle es inherente al trazo y ampliación del sistema de
irrigación del Distrito, se hicieron al mismo tiempo. Esto se debe a que cada lote
tiene que tener comunicación independiente por medio de caminos de uso
general. También se tomó en cuenta que Culiacán, sería el centro económico de
toda la zona de riego y por lo tanto, los caminos deberían facilitar la comunicación
entre la ciudad y los diferentes núcleos de la zona de riego. Los caminos
dependiendo de su importancia
Probablemente uno de los métodos más antiguos para irrigar los campos, ha sido
el uso de canales o surcos. Los agricultores hacen correr el agua a través de
pequeños canales a lo largo de sus campos para irrigar sus cosechas. El hombre
antiguamente no tenía sistemas automáticos de irrigación por rocío, por lo que el
uso de la irrigación usando canales era muy común.
Este tipo de irrigación por canales o surcos aún se usa en la actualidad en todo el
mundo, especialmente en países menos desarrollados. La irrigación inundando
los campos no es el método más eficiente, pero es barato y fácil de usar. También
se desperdicia menos agua por evaporación que por el método de rocío.
En México, Sinaloa y particularmente el Valle de Culiacán no fue la excepción a
esta forma de irrigación. La irrigación se hacía por medio de canales
rudimentarios para asegurar la producción. La infraestructura de la irrigación
construida con dinero del gobierno federal se inició hasta la década de 1930. En
1936 la superficie que irrigaba el Canal del Sur variaba entre 7 000 y 8 000
hectáreas, el periodo de riego comprendía unos 6 meses, aunque en realidad los
canales conducían agua durante 7 u 8 meses. El Ingeniero Enrique Espinosa
Vicente, quien estaba a cargo de la ampliación del Sistema de Riego, fue
informado por medio del Banco Nacional de Crédito Agrícola que se habían
irrigado de 1937 a finales de enero de 1938, 10 000 hectáreas, con el Canal
Rosales. El Sistema Cañedo irrigaba 25 000 hectáreas, de las cuales, 10 000
estaban sembradas con caña de azúcar y 15 000 con varios cultivos.186
186 Enrique Espinosa y Donaciano Ojeda, Op. Cit., pp. 122-127.
112
En 1940 se seguía irrigando por medio de canales que se allegaban del agua del
río mediante bocatomas. De esta manera la conducción de las aguas de la presa
“Sanalona”, desde que ésta empezó a funcionar a la zona de riego del Distrito, se
hizo utilizando el cauce del río Tamazula, hasta la presa “Derivadora”, inicio del
río Culiacán, ahí través de los canales que se construyeron y rehabilitaron, se
distribuyó a los terrenos ubicados al oeste y suroeste de la ciudad de Culiacán. La
presa “Derivadora” se ubica inmediatamente aguas abajo del puente del
Ferrocarril del Pacífico, sus características son las siguientes: Tipo–Presa
vertedora de cresta fija, con ancho adaptado para vado. Longitud de 490 m y
capacidad de 10 mil m3/seg., con una carga de 5.87 m; Bocatoma– En la margen
derecha, se adaptó la del Canal Rosales con capacidad de 38 m3/seg. y su red de
canales laterales y sub-laterales, el cual irriga la totalidad de las tierras localizadas
en la margen derecha del río Culiacán, formando la Unidad I.187
El Canal Principal Oriental con su red de canales laterales y sub-laterales.
Regaba las tierras localizadas en la margen izquierda del río Culiacán, formando
la Unidad II, y parte de lo que actualmente es la Unidad III (Eldorado), a la que
auxiliaba en tiempos de estiaje,188 en el periodo de estudio estaba en proyecto
esta unidad. Una vez terminada, el Canal Principal Colorado, sería el medio de
transporte del agua de irrigación, el canal empieza en la presa “Derivadora” del río
San Lorenzo, cuyas características hidráulicas son las siguientes: Tipo- Presa
Vertedora de cresta fija, longitud de 440 m., con sus respectivas estructuras de
limpia en ambas márgenes; dos bocatomas, una en la margen derecha, con
capacidad de 20m3/seg., y otra en la margen izquierda, con capacidad de 65
m3/seg.189
187 Comisión Nacional de Irrigación, Op. Cit., pp. 13-15; Folleto del Distrito de Riego 10, Op. Cit., p. 4. 188 El estiaje es el nivel de caudal mínimo que alcanza un río o laguna en algunas épocas del año, debido principalmente a la sequía. El término se deriva de estío o verano, debido a que en la región del Mediterráneo, el estío es la época de menor caudal de los ríos debido a la mayor escasez de precipitaciones en esta estación. Cuando nos referimos al régimen de un río, el estiaje es el período de aguas bajas. El estiaje de un río no depende solamente de la escasez de precipitaciones, sino que también se debe a la mayor insolación y, por ende, al mayor potencial de evapotranspiración (de las plantas) y de la evaporación más intensa de los cursos de agua. 189 Comisión Nacional de Irrigación, Op. Cit., pp. 115-117.
113
La política hidráulica federal y estatal estaba orientada a dar preferencia al
agricultor privado, porque cumplía con los requisitos que requería la CNI, ya que
contaba con el capital necesario y los implementos agrícolas para ponerla a
producir de forma inmediata. Al mismo tiempo que se entregaba la tierra en
cualquiera de sus modalidades, se entregaba la distribución del agua.190
3.2. Los productores ejidales y el agua antes y después de 1948
Cárdenas otorgó, conforme al Código Agrario de 1940, a los ejidos y a los
poblados dotados o restituidos de tierra preferencia sobre el agua en los Distritos
de Riego del país. Acción que fue suprimida por Ávila Camacho con la reforma al
Código Agrario en 1942, dando negativa en el Valle de Culiacán a las solicitudes
de agua de El Pizal, Agua Blanca, Bachigualato y San Pedro Comolote. Las
comunidades ejidales del estado y particularmente las del Valle por medio de los
diputados federales hicieron llegar las reclamaciones que estos hacían en contra
de los agricultores privados que controlaban las concesiones de agua.191
Uno de los retos del desarrollo agrario en el Valle de Culiacán era conciliar la
promoción del capitalismo en el agro, y extender la política agraria de la
Revolución. Ambos eran compromisos del Estado frente a diversos sectores, pues
en su conjunto significaba conciliar los diversos intereses que habían participado
en la Revolución. Por otro lado, el factor del mercado mundial era ya
considerable, pues determinaba los ingresos de una parte importante de la
agricultura mexicana.
A pesar de fuertes fluctuaciones de precios en el mercado internacional, el
Gobierno federal decidió apostar a apoyar la irrigación. La política agraria del
gobierno del Presidente Adolfo Ruiz Cortines, se fundamentó en la Ley de
Colonización de 1946, que favorecía la entrega de tierras de riego a los
propietarios privados. En 1953, el Jefe del Departamento Agrario indicaba que la
política de ese sector tenía tres objetivos: “atención a los expedientes agrarios,
190 César Aguilar, Op. Cit., p. 96. 191 Ibíd., p. 98.
114
colonización de las tierras disponibles y aplicación de una política agrícola que
permitiera incrementar los niveles de producción y participación del campo en la
economía nacional.”192 En los hechos, existe una continuidad entre los gobiernos
que van de Manuel Ávila Camacho, Miguel Alemán y Adolfo Ruiz Cortinez en
favorecer a los propietarios privados y en minimizar el reparto agrario. En Sinaloa,
éste disminuyó 5% en e periodo de Ruiz Cortines respecto del gobierno de
Alemán, y 11% menos que con Ávila Camacho.193
Una política que se consolidó durante estos tres sexenios fue la detención de las
afectaciones agrarias. En eso, fueron explícitos los mismos gobernadores, pues
en 1947 y en 1953 el general Pablo Macías y Rigoberto Aguilar Pico, ambos
gobernadores en esos respectivos momentos, admitían que el problema de la
redistribución de la tierra no era de la gravedad que presentaba en el resto del
país.194 Las eventuales invasiones de tierras fueron resueltas con dotaciones de
predios rurales entregados en calidad de propiedad privada, pagaderos a cinco
años. Fue el caso de 15 mil hectáreas entregadas en 1954 en los municipios de
Guasave y Ahome.195
De manera complementaria, se expidieron numerosos certificados de
inafectabilidad, a contrapelo de lo que sucedía en el resto del país, donde
disminuyeron en los gobiernos alemanista y ruizcortinista. Con ello se protegieron
vastas extensiones de tierra del movimiento agrarista. Se recurrió a disfrazar la
gran propiedad a través de prestanombres, generalmente familiares de los
propietarios reales.196 Este recurso permitió concentrar las mejores tierras en
manos de unas cuantas familias. En Culiacán, en el periodo 1953-1958, la
principal beneficiaria fue la familia Bon Bustamente. Asimismo, las principales
operaciones de venta de tierra agrícola de región agroexportadora
correspondieron a las familias Clouthier y Martínez de Castro.
192 Ibíd., pp. 154-155.
193 Ibíd., p. 157. 194 Cfr. Rigoberto Aguilar Pico, Primer Informe de Gobierno del Estado de Sinaloa, Culiacán, Talleres Gráficos del Gobierno del Estado de Sinaloa, 1953, p. 28. 195 César Aguilar Soto, Op. Cit., p. 160. 196 Ibíd. p. 162.
115
En contraste con la prosperidad de los propietarios agrícolas privados, el sector
ejidal se debatía en la salida del rentismo de tierra, a causa, entre otros factores,
de la falta de créditos. Así, más de 17 mil hectáreas eran rentadas a agricultores
privados o a otros ejidatarios, de las cuales el 57% pertenecía a ejidos del Valle
de Culiacán y el 43% a los del Valle del Fuerte.197 Mientras tanto, el 42.5% de los
propietarios privados disponía de predios de entre 40 y 100 hectáreas, pero eran
aún más los que explotaban predios mayores a 100 hectáreas.198
Los mecanismos financieros fueron importantes tanto para el sector privado como
para el ejidal, a través del Banco Nacional de Crédito Agrícola y del Banco
Nacional de Crédito Ejidal. Dado el mayor número de beneficiarios que exigía la
política de apoyo al ejido, el monto total del segundo de estos bancos era mayor,
pero en proporción, los beneficios eran más altos para los propietarios agrícolas.
En Culiacán, en el periodo 1953-1958, el primer banco hizo aportaciones de más
del 100 por ciento respecto del segundo banco.199
Para concentrar las instituciones de crédito, el 30 de diciembre de 1955 se derogó
la Ley de Crédito agrícola de 1942, y por tanto se suprimieron numerosas
sociedades y uniones campesinas, muchas de ellas de fuerte tradición de lucha
gremial. La Ley que la sustituyó, dejó a los campesinos sin tierra o con porciones
pequeñas de tierra, sin protección frente a los grandes agricultores. Las grandes
compañías, como la Anderson, Clayton and Company, refaccionaban a los
agricultores con base en garantías hipotecarias, y el acaparamiento de parte de
sus productos, transformando a los ejidatarios y pequeños propietarios, en
rentistas y jornaleros de su tierra.
Lo más significativo de todo fue sin embargo, la política de irrigación. Este
aspecto había sido fundamental desde el sexenio de Miguel Alemán, al punto de
crearse la Secretaría de Recursos Hidráulicos, que formaba parte de una
concepción modernizadora del campo. El propio Alemán lo expuso del siguiente
197 Cfr. Jacques Conchol, Los distritos de riego del Noroeste, Centro de Investigaciones Agrarias, Instituto de Investigaciones Económicas, México, Editorial COMAVAL, 1957, pp. 29, 31, 72 y 74. 198 Ibíd. 199 Los montos: 132,221 mil pesos; y 58, 158 mil pesos, respectivamente. Ver: Banco Nacional de Crédito Agrícola, Informe, 1958.
116
modo ante estudiantes sinaloenses, a tan sólo un día de haber tomado posesión
como Presidente de la República:
“El estado de Sinaloa ofrece para el estudio de su economía una peculiar circunstancia… vive del campo, lo que no acontece con otras regiones del país… La irrigación es, en consecuencia, imperativa y para su desarrollo el estado de Sinaloa es uno de los más bien dotados… aprovecharemos la experiencia lograda en los Estados Unidos de Norteamérica, en el sistema llamado Tennessee. Para su objeto se ha escogido la Cuenca del Río Fuerte… En el Río Sinaloa, además de la obra para el aprovechamiento de sus aguas excedentes, denominada por el Canal Bamoa y de otros aprovechamientos… levantaremos la construcción de una gran presa de almacenamiento cercana a la población de Sinaloa y la red de canales de derivación… Sobre el río Sinaloa nos proponemos la terminación de los últimos detalles de la presa Sanalona… y la red de canales, drenajes y caminos de las cinco mil hectáreas cuyo desarrollo permitirá esta obra.”200
Se trataba del anuncio de una política a nivel nacional, que ubicaba la irrigación, y
por extensión, a la infraestructura, en el centro del desarrollo agrícola. Los efectos
de ella fueron, desde luego, diferenciados, y entre los principales beneficiarios en
Sinaloa fueron los propietarios de las mejores tierras del Distrito de riego del Río
Culiacán: las familias Bátiz Echavarría, Bon Bustamante, Clouthier, Crisantes,
Haas, Haberman, Izábal, Suárez y Tamayo.201 Era evidente el contraste con el
intento cardenista de redistribuir la riqueza agraria, pues durante el sexenio 1934-
1940 fueron afectadas dos industrias centrales de la vieja estructura agrícola
sinaloense: los ingenios y las tierras dedicadas a los cultivos de exportación. Las
expropiaciones del periodo se dirigieron a las propiedades de Clouthier, Almada,
Redo, Tarriba, Echavarría, antiguos hacendados porfiristas; así como a
compañías extranjeras, principalmente estadunidenses. El monto de tierras
expropiadas fue de 143 230 hectáreas.202 Los beneficiarios fueron campesinos
pobres de la región, antiguos trabajadores de haciendas, y colonos que fueron
llevados de otros lugares del país.
200 Discurso del presidente Miguel Alemán, La Voz de Sinaloa, Culiacán, 3 de diciembre de 1946. 201 Cfr. R. Millán, Román, Directorio agrícola, comercial, industrial y profesional del Estado de Sinaloa, Ed. El Diario de Culiacán, Sinaloa, México, 1957. 202 Gustavo Aguilar Aguilar, Banca y Desarrollo Regional en Sinaloa, 1910-1994, México, Plaza y Valdés- Universidad autónoma de Sinaloa- DIFOCUR, 2001, p. 148.
117
El cambio de política agraria que se operó desde la década en los años 30, fue
ostensible en la proporción entre tierras privadas y ejidales: en 1930, la proporción
era, respectivamente, de 97% a 3%; y para 1940, la proporción fue de 45% y
55%, también respectivamente.
En lo que toca a los mecanismos de fomento económico, “la carencia de crédito
privado y público, fue siempre un serio problema para los ejidatarios, pescadores,
cooperativistas y pequeños campesinos… En cambio, los grandes agricultores
eran inmediatamente atendidos en sus peticiones por esas mismas autoridades y
contaban, además, con el decidido apoyo de los banqueros de Culiacán.”203
El tema de la irrigación había sido vital siempre para los agricultores de Culiacán.
Desde fines del siglo XIX, los cultivos como la caña de azúcar demandaban
canales de riego que les posibilitara incrementar su producción, ante una
creciente demanda del mercado externo. Al inicio del siglo XX el tema de la
regulación para el uso del agua fue uno de los principales temas de gobierno
local, que con frecuencia era motivo de tensiones entre los beneficiarios, fuesen
agricultores privados o ejidatarios. Estos conflictos tradicionales se exacerbaron
con el reparto agrario, y la lucha por el agua fue común luego de 1935, al llegar un
boom de demandas ejidales por concesiones de agua. Sin embargo, “los
conflictos entre ejidatarios y grandes agricultores… tenían un límite: el interés del
Estado en conservar las unidades productivas rentables y generadoras de
empleo.”204
Se dio el caso de que en 1937,205 “la Compañía Azucarera Almada dejó de
aprovechar 102, 537,500 m3 anuales del Canal Cañedo al dotarse a los
ejidatarios aledaños congregados en torno a la agrupación campesina.”206 Lo
paradójico fue que la vigilancia en el cumplimiento de esta disposición fue
encomendado a la propia Compañía Azucarera Almada Los ejidatarios intentaron,
sin éxito, obtener la expropiación de dicho canal. Luego, en 1938, la Comisión de
203 Ibíd., p. 185. 204 Ibíd., p. 413. 205 Ibíd. 206 Ibíd.
118
Irrigación del Estado de Sinaloa, apoyó la postura de explotar racionalmente el
agua, pero sin afectar a la Compañía.
El hecho de que los ejidatarios acostumbraran rentar sus tierras alteró las
condiciones en que se les otorgaba el agua. Finalmente, las juntas de
administración sustituyeron en 1941 a los sistemas de riego, debilitando la
posición de los ejidatarios.
La lucha por el agua evidenció las preferencias gubernamentales y la incapacidad
de los ejidatarios para hacer la presencia necesaria en la élite del poder, que
siempre acordó lo necesario para mantener su hegemonía en el uso de tierras,
irrigación y créditos.
Conclusión
La irrigación es el factor clave del desarrollo agrícola en una sociedad moderna,
dadas las condiciones geográficas, hidrográficas, climáticas, etc., que
caracterizan al Valle de Culiacán. La utilidad de la tierra sólo era asequible gracias
a la existencia de una presa y una red de canales que permitieran un abasto
regular de agua y una producción planificada de alimentos, como fue el caso en
esa región. La disponibilidad de la infraestructura de riego fue una tarea que el
Estado asumió desde fines de los años 30, como expresión, por una parte, de la
política agraria de la Revolución (el reparto agrario, el auspicio del ejido), y por
otra, de la visión modernizadora de los regímenes temperados de la Revolución, a
partir del sexenio del General Manuel Ávila Camacho; misma que se manifiesta
en el apoyo a los productores privados, gracias a las políticas de fomento, que
incluyeron el desarrollo de la banca destinada al campo, y las facilidades de
reconocimiento de grandes propiedades y la no afectación de las tierras, que iba a
contrapelo del reparto agrario.
La irrigación respondió cabalmente a las características de clima de Sinaloa, que
son áridas y semiáridas, y que aproximadamente en un 63% del territorio
requieren de riego, para hacer viable el desarrollo de los cultivos, como ocurrió
con las tierras del Valle de Culiacán. La diferencia que marca la Revolución, es
que desplaza la actividad de irrigación, del sector privado al público, y coloca por
119
vez primera el desarrollo agrícola local en el contexto de un plan de desarrollo
económico a escala nacional. En este sentido, el elemento detonador de la
modernización del campo en Sinaloa, y en el valle de Culiacán en lo particular, fue
la irrigación. En 1924 se establecen las bases reglamentarias del uso de las
aguas de propiedad federal, y en 1926 se promulga la Ley de Irrigación, que será
la base legal de las políticas del Estado en la materia, instrumentada a través de
la Comisión Nacional de Irrigación (CNI). El modelo de productor buscado era el
de una clase media campesina más alta que la del ejidatario, que en los hechos
fue una clase de agricultores e industriales que se vieron beneficiados
privilegiadamente de las nuevas obras de irrigación. A través de los distritos de
riego, se ha proporcionado alimento de manera regular a la población (arroz, frijol,
trigo, caña de azúcar, garbanzo, algodón, tomate, etc.). Un beneficio adicional fue
la generación de energía eléctrica, gracias a las presas, que fue también un
generador de desarrollo industrial y de servicios para la población.
A la vez, se impulsó la exportación de bienes al mercado externo, se obtuvo un
notable aumento de ingresos fiscales, estatales y federales, y se expandieron las
comunicaciones (autotransportes y ferrocarriles). Se crean grandes centros
bancarios y comerciales. Los distritos de riego fueron muy variados en extensión,
y fueron pequeños, de 10 mil hectáreas; de extensión media, entre 30 y 100 mil
hectáreas; y grandes, de entre 100 mil y 270 mil hectáreas. Las obras de
captación, fueron presas de almacenamiento, presas “Derivadoras”, toma directa
de un río, plantas de bombeo y pozos profundos. El del Valle de Culiacán
(Número 10) es de producción diversificada, y pertenece a uno de los 19 de la
zona subtropical (de 64 distritos de riego que tiene el país). Este Distrito se nutre
del agua que se capta en la presa “Sanalona” y su vaso de almacenamiento. El
control de la irrigación comenzó el 1° de enero de 1933, por medio de la Comisión
Nacional de Irrigación, en aplicación de la Ley de Aguas de Propiedad Nacional,
de 1929.
Los intereses diversos que estaban en juego en medio de las políticas de fomento
agrario del Estado, llevó a conflictos por el control de las aguas. Para definir lo
que eran aguas federales, se promulgó la Ley de Aguas de Propiedad Nacional el
30 de agosto de 1934, que era congruente con la política agraria del Presidente
120
Cárdenas, pues buscó beneficiar al sector ejidal, y no sólo al sector privado.
Cárdenas otorgó a los ejidatarios más de la mitad de las tierras que serían
irrigadas con las grandes obras hidráulicas. Al mismo tiempo, en los hechos, el
control del uso del agua estuvo a menudo en manos de los propietarios privados.
En Sinaloa, la presa “Sanalona”, fue una de las cinco que se iniciaron en su
sexenio. En su momento, Ávila Camacho impulsó la irrigación para beneficio del
sector privado, pues en su sexenio se definió una nueva política hidráulica del
gobierno federal más afín con el desarrollo capitalista. En 1946, la superficie
cultivable en el Valle de Culiacán, era de 29 mil hectáreas. La presa “Sanalona”
apuntalaría el proyecto de expansión de los cultivos de la región; y así el
presidente Miguel Alemán inauguró las obras del sistema del Distrito de Riego, el
25 de julio de 1951.
La superficie a la que se aplicó el riego del Sistema del Río Culiacán, luego
Distrito de Riego Número 10, alcanzó las 95 mil hectáreas en 1960. Eso da una
idea de la proporción en que creció la economía del Valle de Culiacán. Mientras
tanto, la pugna por el uso de las aguas de riego entre ejidatarios y productores
privados continúo, normalmente en beneficio de éstos últimos.
En ese sentido, la posición de los diversos gobiernos ratificó la preferencia por el
desarrollo capitalista, y un gradual debilitamiento de las políticas agrarias de la
Revolución. Ello se reflejó también en la composición de la élite del poder, que
siempre acordó lo necesario para mantener su hegemonía en el uso de tierras,
irrigación y créditos.
121
CAPÍTULO 4.
LOS PRODUCTORES AGRÍCOLAS: ENTRE EL FINANCIAMIENTO
PÚBLICO Y EL PRIVADO
Introducción
La Revolución Mexicana fue producto de una alianza inestable entre grupos
terratenientes, empresariales, campesinos, obreros e intelectuales, que pronto
reveló su fragilidad, al orillar a estos actores a posiciones irreconciliables en los
terrenos político y militar. El alto costo económico y humano del movimiento
armado, llevó a que el Constituyente de 1917 encontrara una fórmula legal de
conciliación, que de momento permitió una mayor estabilidad y, propiamente, el
arranque de la fase civil de la Revolución. Las leyes dieron cabida a los diversos
planteamientos de los grupos en pugna, pero dejaron pendiente la
instrumentación política del proyecto revolucionario.
Latifundistas y campesinos, nuevos pequeños agricultores y colonos presionaron
a los sucesivos gobiernos para concretar sus respectivas aspiraciones e
intereses, a través del reparto agrario, o, en su caso, por medio de restituciones o
inafectabilidad de tierras, en una oscilación constante ya no tanto de las leyes
como de las medidas concretas de apoyo político local a determinados grupos.
Un mecanismo fundamental de promoción de la capitalización del campo y de la
creación de una nueva clase empresarial agrícola fue el establecimiento de una
banca de fomento específica, auspiciada por el Gobierno Federal y las
autoridades locales. Implícitamente, este juego de intereses, revela también la
construcción de las redes de poder que crearon la clase política hegemónica de la
región. Asimismo, la conexión de la producción agrícola del Valle, ya de suyo
relacionada con el sector exportador, vía el mercado estadunidense, reforzó la
relación con Estados Unidos, con el apoyo de la banca privada.
En el presente capítulo se busca dibujar el fenómeno de formación de esa nueva
clase empresarial en el Valle de Culiacán.
122
4.1. Los productores privados y su financiamiento antes y
después de 1948
Antes que en México se estableciera el sistema bancario, las casas comerciales
desempeñaban el papel de bancos. Los mineros, comerciantes y agricultores en
pequeños acudían a ellos para obtener crédito, dejando en garantía los bienes del
solicitante. De esta forma, Jorge E. Almada, se hizo uno de los hombres más ricos
de Sinaloa.207
El Presidente Plutarco Elías Calles, buscó una forma de reactivación del campo al
fundar en 1926, el Banco Nacional de Crédito Agrícola, cuyo propósito fue otorgar
créditos y subsidios a la agricultura privada y ejidal, dirigida al agricultor que
quedaba relegado de las carteras de crédito de la banca privada. Luego, el
Presidente Lázaro Cárdenas dividió en 1936 este banco en dos instituciones:
Banco Nacional de Crédito Agrícola para otorgar crédito a los agricultores
privados que no tenían acceso en la banca privada y Banco Nacional de Crédito
Ejidal dirigido a los ejidatarios.208
El sistema bancario del estado de Sinaloa y especialmente el del municipio de
Culiacán, se desarrolló debido a la agricultura del Valle que lleva su nombre.
Hasta principios de 1933 en el municipio de Culiacán sólo había dos instituciones
de crédito privadas: una sucursal del Banco de Sonora, la cual desapareció en
ese mismo año y el negocio bancario denominado “Manuel J. Esquer,
Establecimiento Bancario Nacional”, propiedad del sonorense Manuel J. Esquer.
Los productores privados del Valle se quejaban que esas dos instituciones de
crédito no eran suficientes para financiarles tierra, semillas, arados, implementos
y dinero en efectivo que requerían para el cultivo de sus productos,
fundamentalmente para las hortalizas de exportación. Por lo tanto se veían en la
necesidad de obtenerlos de casas comerciales, quienes les prestaban dinero en
efectivo o mercancías diversas, que además de los réditos les cobraban una
comisión y se aseguraban del abastecimiento del producto que el agricultor
207 Gustavo Aguilar, Op. Cit. p. 36.
208 César Aguilar, Op. Cit., p. 101.
123
cosechaba obteniendo una comisión adicional por su comercialización. Otras
fuentes de financiamiento fueron la de los hombres más ricos del municipio de
Culiacán y de bancos, comercializadoras y compañías estadounidenses
dedicadas entre otras cosas a la distribución de las legumbres del Valle en el
mercado de Estados Unidos, cobrándoles una comisión anual que iba del 6 al
10%.209
Debido a la necesidad de crédito y otros problemas a los que se enfrentaban los
agricultores privados del Valle había surgido la Confederación de Agricultores del
Estado de Sinaloa (CAADES) en 1932, por ello una de los primeros objetivos de
su Consejo de Administración fue gestionar un banco que otorgara crédito a sus
agremiados. Surgió de esta manera el Banco de Sinaloa, S. A., en abril de 1933,
financiado por un grupo de agricultores dedicados a los cultivos que dejaban más
ganancia como caña de azúcar, garbanzo y legumbres. Por el mismo motivo y por
las ganancias que generaba el otorgamiento de crédito a los agricultores privados,
en mayo de 1933, Manuel J. Esquer transformó su negocio bancario de acuerdo
con la Ley Bancaria de 1932, en Banco de Culiacán, S. A., Institución de Depósito
y Descuento. El Banco de México y la Comisión Nacional Bancaria, se oponían a
que estos dos bancos otorgaran crédito a los agricultores en forma separada, por
lo tanto intervinieron e hicieron en agosto de 1935, que llegaran a un acuerdo, el
Banco de Sinaloa S. A. sólo otorgaría crédito a los agricultores que lo solicitaran a
través de CAADES.210
Fue hasta mayo de 1939 que surgió un tercer banco de crédito privado en
Culiacán, fue fundado por un grupo de agricultores privados, y de comerciantes
de Angostura y Guamuchil, con el apoyo del Banco de México, y el Banco
Nacional de México. El banco se llamó, Banco del Noroeste de México, S. A. de
C. V. El cuarto banco de crédito privado dedicado como los anteriores
principalmente para financiar a los agricultores privados, se fundó en enero de
1940, se llamó El Banco del Noroeste de México, S. A. de C. V., que cambió su
nombre a Banco del Noroeste de México, S. A. en octubre de 1941.
209 Gustavo Aguilar, Op. Cit. pp. 131-155. 210 Gustavo Aguilar, Op. Cit., pp. 156- 157.
124
Los productores agrícolas del Valle en 1940 eran refaccionados por varias
instituciones de crédito particulares.211 Este financiamiento se lo otorgaban
instituciones particulares como el Banco de Sinaloa S. A., el Banco Nacional de
Crédito Agrícola, el Banco de Culiacán S. A. aunque este último tenía sus
operaciones muy restringidas, negociantes que fungían como prestamistas, casas
de brokers o distribuidores de legumbres estadounidenses. El tipo de agricultores
que refaccionaban estas instituciones, individuos, casas y distribuidores eran a los
propietarios privados de lotes con extensiones comprendidos dentro de los límites
de la Reforma Agraria, señalados por el Código vigente como pequeña propiedad,
Aunque predominaban los propietarios de parcelas que variaban entre 1 y 50
hectáreas. Así como a los propietarios de superficies mayores a las estipuladas
por el Código Agrario, pero que generalmente no pasaban de las 300
hectáreas.212
Las operaciones del Banco Nacional de Crédito Agrícola en el Distrito de Riego
No.10, estaban limitadas a la zona irrigada. Refaccionaba a todos los agricultores
privados cuyo tipo se acercaba al de los ejidatarios, cuyos terrenos habían sido
beneficiados por las obras de riego. El tipo de crédito que proporcionaba era el de
avío y el comercial, utilizándolos respectivamente para la preparación de los
terrenos, siembra, cultivos y gastos de riego (pagos de regadores), y para la
recolección y transporte de las cosechas. Como garantía de estos préstamos, se
tenían las cosechas mismas, las cuales se entregaban a la institución en
pignoración. Las ventas de las cosechas las efectuaba el banco en el momento en
que los productos alcanzaban un precio conveniente teniendo para ello que
recabar el consentimiento de las sociedades con que estos operaban. Una vez
efectuada las ventas, se procedía a la liquidación por sociedades descontando el
monto de los préstamos más los intereses correspondientes, También se hacía
cargo de la administración de las aguas de riego por las cuales pagaba el
agricultor una cuota determinada por hectárea de superficie regada.213
211 Enrique Espinosa y Donaciano Ojeda, Op. Cit., p. 6. 212 Ibíd., p. 145. 213 Ibíd., p. 146.
125
Por su parte el Banco de Sinaloa S. A., funcionaba como Institución Auxiliar de
Crédito de las Asociaciones Agrícolas del Estado de Sinaloa (CAADES)
organismo central de las mismas, y ante la cual estaban representadas las
Asociaciones por delegaciones. Las Asociaciones pagaban por este servicio,
aportando sobre cada producto cuotas determinadas, de las cuales una parte se
destinaba a cubrir gastos de administración de la Confederación y de las
Asociaciones y otra parte a formar el capital del banco. El resto de estas
aportaciones se dedicaban a cubrir los créditos insolutos que los asociados
dejaban de pagar al banco por causa de fuerza mayor y con el fin de que esta
institución no se viera obligada a suspender o restringir sus operaciones de
crédito.214
Las ventajas que esta institución aportó a los agricultores de la región, fueron sin
duda grandes, ya que contribuyeron eficazmente al control de la producción y a la
estabilización de los precios, con este objetivo los asociados se comprometían a
entregar integra su cosecha a la Confederación y las ventas se hacían a través de
este mismo organismo. Ya sea que estas fueran inmediatas por ser legumbres
frescas o se hicieran posteriormente como en el caso del garbanzo y el ajonjolí
principalmente. Las ventajas de este sistema le parecieron magnificas a los
autores, sin embargo, reconocieron que para los agricultores de escasos recursos
que tenían necesidad de allegarse de fondos inmediatamente después de las
cosechas para poder cubrir sus necesidades, no era suficiente y por lo tanto se
quejaban de la forma de operar de la Confederación.215
Las viudas de los agricultores privados acudieron a la banca privada y obtuvieron
el crédito necesario para continuar trabajando con las tierras que les habían
dejado sus cónyuges al quedar solas.216 Se garantizó así la continuidad de ese
linaje empresarial, como acto solidario con esa clase en franca consolidación. De
paso, en reciprocidad, la sociedad respondió con una mayor confianza hacia el
sistema financiero local, que adquirió más fuerza. Así, a finales de 1950 y
214 Ibíd. 215 Ibíd. 216 Heberto Sinagawa, Op. Cit., p 199.
126
principios de 1960 había once bancos y varias agencias de Compañías de
Seguros.217
El mejoramiento de la infraestructura hidráulica para beneficio de la agricultura,
impulsó económicamente al Valle de Culiacán. La economía sinaloense se
benefició en el sector primario, especialmente en la producción de legumbres para
la exportación, esto a su vez promovió otras áreas de trabajo y al sector
secundario. Como se indicó en párrafos anteriores, se creó la Secretaría de
Recursos Hidráulicos, para beneficiar la economía nacional, la agricultura y a los
agricultores.218
En el ámbito estatal, en esta fecha el modelo económico hacia adentro ya estaba
consolidado principalmente con una estructura agrícola altamente desarrollada, la
cual invertía sus excedentes en otros giros de la actividad empresarial para
satisfacer las necesidades y demandas generadas por el auge agrícola y el
crecimiento demográfico. Sinaloa fue una de las regiones que obtuvo más
beneficios de la política hidráulica y de crédito federal. El crédito otorgado por las
instituciones crediticias en 1940 fue de 5 millones de pesos, a finales de 1960
alcanzó la cifra de 60 millones de pesos. En 1951, durante el Sexto Informe de
Gobierno, el gobernador Macías Valenzuela afirmó que se otorgaron créditos de 2
millones de pesos por medio de Nacional Financiera para los que sembraran
maíz, favoreciendo a los “pequeños agricultores”. Con esta política, del excedente
del auge agrícola dio origen al surgimiento de un sistema bancario regional ligado
estrechamente a los grandes agricultores, principalmente horticultores y a los
grupos de poder nacionales y del Estado. Hasta 1948 surgieron en Culiacán ocho
bancos privados, tres bancos oficiales, dos uniones de crédito y diez
organizaciones auxiliares de crédito privado, la mayor parte de los empresarios de
la banca en Culiacán eran grandes agricultores. Citando a Aguilar A. (2002, p,
183), “en dos de las instituciones bancarias que se establecieron en Culiacán se
fijó explícitamente que una de sus funciones centrales era el fomento de las
217 Roberto Ayala, Op. Cit., p 76. 218 Hubert Carton, Op. Cit., p. 141; Heberto Sinagawa, Óp. Cit., pp. 174-183.
127
actividades agrícolas, en otros, aunque no hicieron explícito el apoyo financiero a
los agricultores como su propósito central, en la práctica, la mayor parte de su
cartera se encontraba invertida en la actividad agrícola”.219
Uno de esos ocho bancos, el Banco de Culiacán, S.A., (cuyo dueño era Manuel J.
Esquer, se rehusaba en sus inicios como prestamista otorgar crédito a los
agricultores) modificó su capital social de 1 millón de pesos en 1944 a 1 millón
200 mil pesos en 1955 y de esta cantidad a 2 millones 250 mil pesos en 1957.
Ocho años después en 1965 se duplicó a 4 millones de pesos. Al mismo tiempo
fue expandiéndose al instalar varias sucursales en el estado, en los municipios de
mayor auge por la introducción del riego. Lo anterior se obtuvo gracias a las
ganancias derivadas del auge agrícola originadas por la irrigación.220
El Banco del Noroeste de México S.A. de C.V. se fundó principalmente para
financiar todo lo concerniente a los agricultores. Este banco fue constituido por
agricultores y por excelencia fue el banco de los grandes empresarios agrícolas
sinaloenses, los dos cultivos que le permitieron crecer fueron el garbanzo y las
hortalizas. Junto con el Banco Provincial de Sinaloa financió la exportación de
productos agrícolas del Valle de Culiacán. En 1953 aumentó su cobertura al
instalar dos sucursales en el medio urbano que se ubicaron en el centro comercial
de Culiacán por el crecimiento constante del comercio derivado del auge agrícola.
En 1941 contaba con un capital de 1 millón 500 mil pesos, en 1958 su capital
social llegó a los 6 millones de pesos. Hasta 1955, este banco funcionó casi en
forma autónoma porque la mayoría de sus recursos se originaban por los ahorros
de los agricultores y los comerciantes. Fue el banco más importante de la región y
uno de los factores determinantes para el desarrollo regional y de colonización de
miles de emigrantes atraídos por el crecimiento agrícola.221
Con los ahorros de algunos grandes horticultores del centro del estado surgió el
Banco Provincial de Sinaloa. Este banco impulsó el desarrollo de las regiones
agrícolas del estado, principalmente para apoyar el financiamiento de las
219 Gustavo Aguilar, Op. Cit, pp. 167-209; Op. Cit., pp. 183-194. 220 Hubert Cartón, Op. Cit. pp. 155-158. 221 Ibíd., pp. 158-165.
128
hortalizas de exportación del Valle de Culiacán. En dos años fue autorizado como
banco de depósito para captar los ahorros producto de la agricultura. Por esa
razón fue uno de los principales bancos provinciales del país. Se especializó, con
el apoyo del Banco de Comercio Exterior en el financiamiento de las hortalizas de
exportación del Valle de Culiacán. El Banco del Noroeste le compró acciones y los
dos bancos se dedicaron al financiamiento de las grandes empresas agrícolas de
exportación. En 1946 el banco contaba con un capital social de 1 millón de pesos
para 1957 su capital social ascendía a 16 millones de pesos.222
Una efímera vida peculiar tuvo el Banco Agrícola Sinaloense, que resurgió ligado
a la Asociación de Agricultores del Río Culiacán (en adelante AARC) y a la
Confederación de Asociaciones de Agricultores del Estado de Sinaloa (en
adelante CAADES). Este resurgimiento del banco se dio porque los pequeños y
medianos productores de grano, ante las perspectivas de irrigación que ofrecía la
apertura de la presa “Sanalona” en el Valle de Culiacán. Necesitaban el crédito
que les era negado por la banca regional o federal, ya que estas instituciones
financieras preferían otorgar esos créditos a los grandes productores y a aquellos
agricultores que tenían cultivos menos riesgosos. En 1948, un numeroso grupo de
agricultores de la AARC, decidió impulsar otra vez la idea de Calles de crear un
banco refaccionario de los agricultores, con una cuota obligatoria especial sobre
las cosechas. El banco se dedicaría a otorgar crédito a los pequeños y medianos
productores, pero hubo una enorme contradicción en sus inicios, porque los que
pudieron erogar el capital inicial de un millón de pesos, fueron 43 grandes
productores hortícolas en plena expansión económica. Algunos de esos 43, eran
accionistas de otros bancos regionales, y en lugar de otorgar el crédito a los
pequeños y medianos productores, como se había establecido, se lo otorgaron a
los grandes agricultores, a sus parientes y amigos, con bajos intereses gracias al
redescuento que hacía el Banco de México y sin garantías. Debido a esas
circunstancias el banco en 1956 no alcanzaba a cubrir el monto de sus
obligaciones y sus reservas económicas ya no eran suficientes. Desapareció unos
años después.223
222 Ibíd., pp. 165-168.
223 Ibíd., pp. 168-171.
129
Alentados por el relativo éxito del Banco Agrícola Sinaloense, se asociaron
agricultores de temporal, medieros y pequeños ganaderos, formaron en 1957, la
Unión Sinaloense de Crédito Industrial Ganadero y Agrícola. Se era miembro de
la Unión comprando una acción y como socio se tenía derecho a recibir crédito,
en muy poco tiempo sus asociados eran varios centenares de ejidatarios y
pequeños y medianos agricultores privados temporaleros. Fue una forma de
obtener crédito porque ningún banco, ni el Banco Agrícola Sinaloense les quería
prestar en forma individual. Pero su principal problema fue la falta de fondos, no
tuvo fondo propio y trabajó con los fondos que el Banco Nacional Agrícola le hacía
llegar a través del Banco Agrícola Sinaloense. Esta asociación tenía grandes
proyectos, que no fue posible llevarlos a cabo: primero, porque el crédito que
otorgaba no correspondía a las necesidades; segundo, porque las relaciones con
la AARC se volvieron conflictivas al querer los socios de la Unión desplazar a los
horticultores de la mesa directiva de la asociación y tercero al vincularse la Unión
con el proyecto democratizador del PRI, encabezado por el Presidente del PRI, el
Lic. Carlos Madrazo y el Frente Independiente Mexicano. Por la unión de esos
factores dejaron de apoyarlos en la Secretaría de Agricultura y el Departamento
Agrario, la AARC, la CAADES, el PRI a nivel estatal y federal, el gobierno del
estado, el gobernador y altos funcionarios del gobierno federal. Se liquidó la Unión
para pagar las deudas y el Banco Agrícola Sinaloense como aval quedó
quebrantado, otro factor más que lo llevó a la quiebra.224
María de Jesús López López, afirma en su tesis de doctorado, acerca del
financiamiento de la agricultura hortícola de exportación, que encontró que otros
investigadores (Aguilar, Ceceña, Milán Silvia, Verdugo), afirman que la producción
de hortalizas no fue apoyada con crédito por parte del sistema financiero estatal o
local. Expresa que esos autores afirman que la falta de crédito se debió a los altos
costos que implica su producción, a los altos riesgos de esta actividad agrícola
por factores climatológicos o por la inseguridad de los precios y de la demanda
del mercado internacional. Señalan que el financiamiento provenía del exterior,
por medio de norteamericanos que a cambio del crédito y distribución de los
productos, cobraban comisiones del 10 al 15 % del precio bruto de la venta de los
224 Ibíd., pp. 171-172.
130
productos y el 25 % de las utilidades y por créditos bancarios estadounidenses
por intermediarios de dueños de compañías norteamericanas, como el del Banco
Southern Arizona Bank, con intereses de hasta el 50 %.225
Como nos podemos percatar de lo anterior, de las ganancias que se generaron
por el monopolio del uso del agua y de las tierras de riego para usarse en la
agricultura de exportación de los grandes productores se dio el surgimiento y
fortalecimiento del sistema bancario regional. Al aumentar el flujo de capital
destinado a la agricultura y a los agricultores por medio de créditos del sector
financiero y bancario federal y regional, así como particular tanto regional como
del extranjero, la economía regional se expandió y dinamizó a la agricultura y esta
a su vez, impulsó y generó otras actividades productivas, en el comercio, la
industria y los servicios. Cabe aclarar, de acuerdo a la bibliografía consultada, que
los grandes agricultores fueron los más beneficiados con el financiamiento
bancario federal y regional, ya que los pequeños productores reales quedaban
excluidos por no contar con propiedades y bienes suficientes para garantizar los
préstamos. Porque al formar parte estos grandes agricultores de los cuerpos
directivos de las instituciones de crédito y de las organizaciones gremiales de los
agricultores privados, les permitió obtener recursos públicos y orientar el
crecimiento de la economía regional en beneficio de sus propios intereses. De esa
manera la agricultura de exportación se consolidó como el motor impulsor del
crecimiento económico regional.226
Las Instituciones de Crédito Rural encargadas de otorgar crédito dentro del
estado de Sinaloa, en el año de 1945 eran: Agencia del Banco de Crédito
Agrícola, Agencia del Banco Nacional de Crédito Ejidal, con carácter semi-oficial;
las Instituciones particulares eran el Banco de Sinaloa, S.A., EL Banco de
Culiacán, S.A. este con operaciones muy restringidas. Para otorgar crédito se
consideraba a los agricultores en tres categorías: pequeños y medianos
agricultores y ejidatarios. Las Instituciones que les otorgaban crédito se
consideraban de igual forma, las que otorgaban crédito a los pequeños y
medianos agricultores y las que otorgaban a los ejidatarios. Se hace esta
225 María de Jesús López, Op. Cit., p. 65.
226 Gustavo Aguilar, Op. Cit., pp. 13-16, 231-232; Hubert Carton, Op Cit., pp. 131-161.
131
diferencia porque la forma de operar de cada una de ellas fue diferente, así como
el tipo de agricultor al que otorgaban el crédito. Ambos grupos presentaban
características especiales.227
El grupo de los pequeños agricultores del Valle de Culiacán, lo constituían los
propietarios de parcelas que estaban vigentes dentro del Código Agrario; sin
embargo, predominaban el grupo de agricultores que poseían parcelas de 1 a 50
hectáreas. El grupo de los medianos agricultores lo formaban todos los
propietarios de superficies mayores de 51 y menores de 300 hectáreas. De la
Reforma Agraria promovida en 1915, surgió un tipo de agricultor al cual se
denominó ejidatario. Este tipo de agricultor con todas sus características llegó a
Sinaloa en 1921. Esto fue cambiando el estado de la propiedad del estado de
Sinaloa, como lo hizo en el resto del país. A raíz de ello, la población agrícola
ejidal adquirió cada día más importancia.228
Las Instituciones que refaccionaban a los pequeños y medianos productores eran:
el Banco Nacional de Crédito Agrícola, sus operaciones se limitaban a la zona
irrigada hasta ese año, dentro del Distrito de Riego. Refaccionaba dentro de esta
zona a todos los agricultores cuyo tipo se parecía al de los ejidatarios, y cuyos
terrenos fueron beneficiados por las obras de riego. El tipo de crédito que
otorgaba era el de avío y el comercial, para utilizarse respectivamente en la
preparación de los terrenos, siembra, cultivos y gastos de riego (pago de
regadores), para la recolección y transporte de las cosechas. La garantía del
crédito, era la cosecha, que se entregaba al banco para su pignoración. Las
ventas de las cosechas las hacía el banco en el momento en que los productos
alcanzaban un precio conveniente, recabando el consentimiento de las
sociedades con las que operaba. Cuando completaba las ventas de la producción,
liquidaba por sociedades descontando el monto de los préstamos más sus
intereses correspondientes. Tenía a su cargo la administración de las aguas de
riego, el agricultor pagaba una cuota determinada por hectárea de superficie
regada.229
227 Ibíd. 228 Ibíd. 229 César Aguilar, Op. Cit, pp. 115-118.
132
EL Banco de Sinaloa, S.A. funcionó como una Institución Auxiliar de Crédito de
las Asociaciones Agrícolas del Estado. Sus créditos se otorgaban a través de la
CAADES. Por su parte, la Asociación de Agricultores del Río Culiacán (AARC), se
encargó de evitar que hubiera competencia desenfrenada entre productores y
firmas compradoras de arroz, que pudieran dañar el precio de las cosechas, por el
aumento rápido de su producción en los últimos años. En consecuencia, convocó
a junta de representantes de las firmas arroceras de Sinaloa y Sonora en 1957, y
aprobó la creación de la Unión de Productores y Exportadores de Arroz del
Noroeste.230
4.2. Los productores ejidales antes y después de 1948
Los esfuerzos del gobierno por dar impulso al campo mexicano se incrementaron
con el avance del reparto agrario y la colonización de los distritos de riego, debido
a la necesidad de proporcionar a los nuevos agricultores ahí asentados elementos
necesarios para la producción agrícola. Se presionó al Estado a otorgar auxilio
económico, lo que se hizo mediante múltiples conductos y con diversas
orientaciones y criterios, entre los que destacan la fundación de bancos del propio
Estado y la influencia gubernamental en la banca privada. La Comisión Monetaria
primero y después el Banco de México en sus primeros tiempos fueron fuentes de
crédito agrícola. La función de la banca agrícola del Estado fue, cuando menos en
teoría, para complementar, apoyar, dirigir y regular la atención del crédito a los
agricultores.
Desde que nació el Banco Nacional de Crédito Agrícola, en 1926, no tuvo un
papel siempre igual en su posición de único organismo de crédito agrícola en el
país. En términos estrictamente financieros su contribución al desarrollo fue
desequilibrado, sin embargo desde el punto de vista social, tuvo avances
significativos. Fomentó la organización de los ejidatarios; apoyó los programas de
colonización e irrigación del gobierno y buscó hacer más viables los “bonos de
expropiación” con los que se indemnizaron algunas de las propiedades afectadas
230 Hubert Carton, Op Cit., pp. 161-182.
133
por la Reforma Agraria, cuyo valor había disminuido. Entre 1926 y 1935, otorgó
préstamos por un total de algo más de $47 millones de pesos y pudo recupera
sólo $36 millones de pesos. La dificultad, sin embargo, no fue tanto el nivel de
recuperación que alcanzó, sino el hecho de que hasta 1935, no recibió recursos
adicionales distintos a los de su capital original, por lo que fue consumiendo sus
posibilidades y se vio en la necesidad de reducir año con año el número y monto
de sus operaciones.231
El arribo de Cárdenas a la presidencia de la República trajo consigo una nueva
concepción de la Reforma Agraria como solución al problema del campo, ya que
concebía al ejido como un medio para satisfacer las necesidades de los núcleos
de población que se tenían que emplear como jornaleros. Consideraba que
además de entregarles tierra a los campesinos, se les debía de proporcionar los
medios para que pudieran cultivarla. Tenía una idea integral para darle solución al
campo, acompañó al reparto agrario con créditos refaccionarios, obras de
irrigación, caminos, implementación de modernos sistemas de cultivos, en suma
buscaba una independencia económica de los ejidatarios.232
Para tal efecto, reordenó el gasto público orientado al campo, creó varias
instituciones públicas, destacando por su gran trascendencia el Banco Nacional
de Crédito Ejidal, pilar fundamental de apoyo al ejido. La creación de este banco
señaló un aumento sustancial y sostenido, tanto en la cantidad de los recursos
presupuestados por el gobierno para el crédito agrícola, como de manera
fundamental en el apoyo al sistema ejidal. Dicho apoyo disminuyó al llegar Manuel
Ávila Camacho al poder, su política agraria la orientó a aminorar los conflictos
internos que generaron las reformas cardenistas. Ávila Camacho estaba
convencido en que la propiedad privada era el eje sobre el cual debía girar el
desarrollo agrícola del país y que el campo debía ser sólo proveedor de materia
prima.233
231 Banco Nacional de Crédito Rural, S.N.C., 60 años de apoyo crediticio al campo, Libro conmemorativo del décimo aniversario del Banco Nacional de Crédito Rural, México, Banco Nacional de Crédito Rural, 1985, pp. 56-58. 232 Raúl Salinas, Op. Cit., pp. 52-53. 233 Ibíd.
134
En la etapa de Miguel Alemán, el Banco Nacional de Crédito Ejidal, reforzó su
papel como organizador de los ejidatarios, reforzando a sus representantes como
miembros con pleno derecho en la sociedad de crédito local, los cuales tenían
derecho a veto sobre las decisiones de las asambleas generales e intervenían
directamente en la designación del comisario ejidal. Con este control el Estado
montó el control político del ejido e influyó en su vida económica, social y política.
También controlaba mediante la distribución del crédito a través del banco la
producción, en la medida que los préstamos sólo los concedían de acuerdo a las
decisiones emanadas del aparato político-administrativo. El crédito que otorgó el
banco no aumentó en proporción al crecimiento del producto agrícola ni al número
de ejidatarios, sino que se dedicó fundamentalmente al crédito de avío,
descuidando el crédito de mediano y largo plazo, lo que hubiera ayudado a la
capitalización y desarrollo de los ejidatarios.234
El Banco de Crédito Ejidal tenía a su disposición sólo recursos suficientes para un
50 % de los ejidatarios, el otro 50 % quedaba fuera del crédito oficial y no recibía
ningún tipo de crédito por parte del gobierno. Ese 50% que obtuvo acceso al
crédito y consiguió utilidad de sus productos, se autofinanció e incluso financió a
otros ejidatarios. Algunos pequeños productores y ejidatarios obtuvieron crédito
de particulares. De acuerdo a las disposiciones del Banco el crédito se otorgaba a
los ejidatarios que estuvieran capacitados para amortizarlo o que tenían
aseguradas sus cosechas o que tenían un sistema de almacenaje ya que podían
garantizar la garantía que se hacía de la cosecha al depositar el producto en sus
bodegas.235
La dificultad en la recuperación de los préstamos otorgados en los dos Bancos
Nacionales de Crédito, el Ejidal y el Agrícola, se convirtió en tema de debate. En
un estudio sobre los créditos se encontró que en un universo de 4 568 ejidos, el
31.4% de ellos no podían pagar sus adeudos a los bancos; el 54.4% no tenía la
seguridad de poder hacerlo y sólo un 14.2% lo había hecho o estaba en
posibilidad de hacerlo. Simpson un estudioso del sistema ejidal mexicano, afirmó
234 Ibíd., pp. 55-57; Jesús Silva Herzog, El agrarismo mexicano y la reforma agraria, México, Fondo de Cultura Económica, 1970, p. 409. 235 Álvaro de Albornoz De La Escosura, Crédito agrícola por niveles de desarrollo (problemas de la fusión de la Banca Rural), México, Imprenta Madero, 1977, pp.63-68.
135
que “el éxito del crédito al campo, debía medirse no en términos de ganancias y
recuperaciones, sino en el cambio de actividades y valores; en la mayor iniciativa,
en la responsabilidad y en el espíritu de cooperación”, para él problema, “no era
un problema bancario sino un problema de educación, o sea del ejidatario”. El
gobierno federal en vista del estudio anterior disminuyó sistemáticamente entre
1942 y 1952 el crédito agrícola, a través de una disminución real en el
presupuesto.236
El fin de la Guerra de Corea, en 1952, disminuyó la demanda internacional de los
productos agropecuarios mexicanos y, por consiguiente, del Valle de Culiacán.
Esto dio inicio a una política económica de estabilización financiera, con la
consecuente contracción de las inversiones agropecuarias, que llevaron al
establecimiento de un “Plan Agrícola de Emergencia”. La banca oficial se vio en la
necesidad de depurar su clientela y de seleccionar con gran cuidado sus
proyectos de financiamiento, con el fin de incrementar sus niveles de
recuperación. Esta política, aunque basada en la realidad económica, se tradujo
en una ampliación de la brecha entre campesinos pobres y ricos. Para aliviar la
escasez de recursos disponibles, el Banco de México descongeló parte de sus
fondos con el objeto de apoyar los proyectos que tuvieran por lo menos un 60%
de aplicación en las cosechas de maíz, frijol y trigo. Autorizó a las compañías de
seguros a invertir un 10% de su capital pagado y reservas técnicas en créditos
refaccionarios destinados al cultivo de granos alimenticios.237
En 1955, se hizo una revisión al sistema bancario del crédito agrícola, que quedó
plasmado en la Ley de Crédito Agrícola del 30 de diciembre de 1955. En esta ley
se dio énfasis a un nuevo reordenamiento en una doble vertiente. Por un lado, se
insistió en el carácter social del crédito agrícola y, por ende, en su uso y
aprovechamiento como un instrumento eficaz de promoción agrícola y de la
misma política agrícola del gobierno, se sistematizó la estructura de las dos
instituciones en oficina matriz y regionales con un mayor espíritu descentralizador.
Se tuvo cuidado de simplificar los ordenamientos vigentes, ajustándolos con los
que se utilizaban en la materia con carácter supletorio. En particular, con las
236 Ibíd., pp. 41-63. 237 Ibíd., pp. 64-70.
136
disposiciones de la Ley de Títulos y Operaciones de Crédito y con la Ley de
Instituciones de Crédito y Organizaciones Auxiliares.238
Con estas reformas se buscaba la congruencia jurídica y un estímulo que
fomentara la canalización de recursos privados hacia la agricultura, preocupación
creciente del gobierno. Por la misma razón se creó un año antes, el Fondo de
Garantía y Fomento para la Agricultura, Ganadería y Avicultura como un
fideicomiso, bajo la administración del Banco de México, que financiaba, a través
de operaciones de descuento y garantía, a aquellos bancos particulares que
prestaban recursos para actividades agropecuarias de cualquier tipo. Con todo, la
ley de 1955 no alteró la concepción y operación básica de los dos bancos de
crédito: el Agrícola Ganadero y el Ejidal, ni sus relaciones con las instituciones
auxiliares o de apoyo, o con los sujetos y sociedades de crédito beneficiados.239
El Banco Nacional de Crédito Agrícola quedaba encargado del manejo del crédito
para la pequeña agricultura, es decir, para aquellos agricultores no ejidatarios. El
Banco de Crédito Ejidal otorgaba crédito a los ejidatarios para la siembra de arroz
y algodón. Los ingenios azucareros otorgaban crédito a los ejidatarios y a los
agricultores cañeros para sembrar caña de azúcar.
Conclusión
El crédito agrícola fue un instrumento económico encaminado a proveer a la
agricultura con los recursos financieros necesarios cuando el productor privado o
ejidatario careció de capital propio suficiente para llevar a cabo sus actividades.
La finalidad del crédito fue lograr una máxima productividad económica que
coadyuvara al desarrollo económico del Valle. Se dieron dos tipos de crédito en el
Valle el otorgado por la banca privada, el cual fue finaciado por los mismos
agricultores y el otorgado por la banca oficial, encaminado principalmente al
sector ejidal y al pequeño propietario.
El crédito o financiamiento agrícola del Valle se obtuvo en diferentes vías. El
ejidatario lo obtuvo por medio de la banca oficial. El agricultor privado ante la falta
de financiamiento oficial, solucionó sus problemas con capitales propios,
238 Ibíd., pp. 70-80. 239 Ibíd., pp.86.-98.
137
uniéndose para fundar bancos, apoyados por el gobierno federal o por medio de
inversionistas y casas comerciales estadounidenses de Chicago, Boston,
California y Arizona o por comerciantes-prestamistas, locales, así como por el
autofinanciamiento.
El Gobierno Federal tendió a favorecer más al productor privado, sin abandonar el
apoyo a los ejidatarios, pero asumiendo que se trataba de un sector que tenía un
potencial económico más reducido, dada la diferencia notable de recursos e
infraestructura con que ya contaba el sector agrícola privado.
138
CAPÍTULO 5.
PRODUCCIÓN AGRÍCOLA EN EL VALLE DE CULIACÁN
Introducción
Entre los factores que influyeron en el Valle para aumentar la producción agrícola
fueron las organizaciones, la tecnología, la modernización y la innovación. Hubo
organizaciones a las que pertenecían los agricultores, como gremio o de manera
individual y organizaciones dedicadas a la investigación que desarrollaron
tecnología para su beneficio. La modernización permitió el mejoramiento y
mecanización de la maquinaria agrícola. Y la innovación, para introducir cambios
en todos sus procesos, productos, estructuras y comercialización.240
5.1 Producción de los productores privados y ejidales antes y
después de 1948
En 1946, el Valle de Culiacán se dividía en dos unidades. La Unidad I estaba
formada por las tierras sobre la margan derecha del Río Culiacán. Esta Unidad a
su vez se subdividía en el Canal del Norte, abierto en una extensión de 12
kilómetros, todavía sin uso en esta fecha, y el Canal del Sur, con una extensión
de 32 kilómetros, regaba 25 mil hectáreas, con sus laterales, estas laterales
regaban 8 mil hectáreas. La Unidad II, sin uso en esa fecha, estaba formada por
las tierras de la margen izquierda del Río Culiacán. En la Unidad I se sembraba
maíz, ajonjolí, tomate, garbanzo, chile, caña de azúcar, sandía, melón y
hortalizas. El garbanzo y el tomate se obtenían de muy buena calidad por el tipo
de suelo, el cual se encontraba cercano a las márgenes del Río Culiacán,
siguiendo antiguas márgenes, dentro del área del Canal del Sur.241
Los cultivos más importantes del Valle de Culiacán en 1946 eran: tomate,
garbanzo y caña de azúcar; en segundo lugar: chile, camote, chícharo, maíz,
240 María de Jesús López, Op. Cit., pp. 60-64.
241 Enrique Espinosa y Donaciano Ojeda, Op. Cit., pp. 43-44.
139
papa, ajonjolí, fríjol y frutales. En 1958, el tomate y la caña de azúcar seguían
siendo unos de los principales cultivos del Valle; no así el garbanzo, el cual cedió
su lugar al arroz. De esta manera, los principales cultivos del Valle fueron: Caña
de azúcar, tomate de exportación y arroz, y en menor escala: algodón, maíz,
ajonjolí, cártamo, fríjol, garbanzo, verduras para exportar como el chile verde,
berenjena, sandía, melón, sorgo, alfalfa, linaza, papa, etc., siendo en total 23
cultivos los que se producían. Eso hizo que este Distrito fuera uno de los que
producía una mayor diversificación de cultivos.
En la Unidad I se sembraba garbanzo, en la Unidad II, se cultivaba
principalmente, caña de azúcar, tomate de exportación y arroz. En la zona de la
Laguna de Caimanero, se sembraba garbanzo, trigo, maíz, fríjol, sandía, melón y
algunas hortalizas. Estas tierras estaban fuera del área de riego del Distrito. En
1947, en la zona de La curva, Jorge Almada Salido, sembró arroz.242
De los cultivos que se sembraban en el Valle de Culiacán, el algodón, en año
normal, tenía una producción media por hectárea de 1.5 toneladas en hueso, con
un costo de $2 650 pesos y un valor de $4 200 pesos por tonelada. A esta
cantidad se le resta lo que se paga de impuestos federales, estatales, municipales
y de la Asociación de Agricultores que eran $745.50 por tonelada. De esa
cantidad, le corresponde el 80% al impuesto federal sobre exportación. Esta
cantidad significa una rentabilidad baja debido a los gastos del proceso de
producción y de los impuestos que debían pagar.243
El algodón a partir de 1947, especialmente desde la Guerra de Corea, tuvo un
crecimiento importante en su producción derivado de los precios de exportación.
El algodón se siembra en el ciclo de invierno. De 1 700 hectáreas que se
sembraron en los ciclos 1945-46, 1946-47, 1947-48, pasó a más de 12 mil en el
ciclo 1948-49, y a más de 26 mil, en los ciclos 1949-50 y 1950-51. Pero no todo
fue miel sobre hojuelas, tuvo una caída anual de 13 a 18 mil hectáreas de
siembra, durante tres ciclos seguidos: 1951-52, 1952-53, 1953-54. Se recuperó a
26 mil hectáreas en el ciclo 1954-55 y cayó otra vez en picada en el ciclo 1955-
242 Folleto del Distrito de Riego 10, 1958, p 24; Heberto Sinagawa, Op. Cit., p. 203. 243 Enrique Espinosa y Donaciano Ojeda, Op. Cit., pp. 44-47.
140
1956 a 10 975 hectáreas. Esta caída se debió a varios factores: demasiada lluvia
en los meses de pizca; las plagas y maleza que lo afectaban en el Valle; siembra
en ambos ciclos, invierno y verano, sin dejar descansar la tierra que permitía la
perpetuación de las plagas, con grave efecto en los rendimientos; esta última,
parece ser fue la principal razón, sólo se permitió en este ciclo se sembrara en
invierno (noviembre y diciembre, para cosechar en mayo y junio), previo acuerdo
de las sociedades agrícolas, quienes llegaron a ese acuerdo para tener un mejor
control de las plagas. La producción de algodón del Valle se exportaba a Estado
Unidos por Mazatlán. Los productores vendían sus cosechas a las compañías
despepitadoras y ellas se encargaban de realizar las exportaciones. La semilla se
vendía dentro del país para fabricar aceite.244 (Véase gráficas 1 y 2)
Gráfica 1. Superficie cosechada de algodón en el Distrito de Riego 10 de los ciclos agrícolas de 1948-1949 a 1958-1959.
0
5000
10000
15000
20000
25000
30000
1948-
1949
1952-
1953
1953-
1954
1954-
1955
1956-
1957
1957-
1958
1958-
1959
Sup. Cosechada del Algodon
Sup. Cosechada
Fuente: Departamento de Planeación Investigación y Estadística, Superficies regadas y volúmenes de agua distribuidos en los Distritos de Riego en el ciclo agrícola 1948-1960, Informes estadísticos del No.11 al 17, México, Dirección General de Distritos de Riego, SRH, 1º. de los años 1949-1960; Departamento de Planeación Investigación y Estadística, Estadística agrícola de los ciclos 1948-1960, Informes estadísticos del No. 1 al 13, México, Jefatura de Operación de la SRH, 1º. de los años 1949-1960 .
244 Enrique Espinosa y Donaciano Ojeda, Op. Cit., p. 47.
141
Gráfica 2. Valor de la cosecha de algodón en el Distrito de Riego 10 de los ciclos agrícolas de 1948-1949 a 1958-1959.
$-
$10,000,000.00
$20,000,000.00
$30,000,000.00
$40,000,000.00
$50,000,000.00
$60,000,000.00
1948-
1949
1952-
1953
1953-
1954
1954-
1955
1956-
1957
1957-
1958
1958-
1959
Valor de la Cosecha de Algodon
Valor
Fuente: Departamento de Planeación Investigación y Estadística, Superficies regadas y volúmenes de agua distribuidos en los Distritos de Riego en el ciclo agrícola 1948-1960, Informes estadísticos del No.11 al 17, México, Dirección General de Distritos de Riego, SRH, 1º. de los años 1949-1960; Departamento de Planeación Investigación y Estadística, Estadística agrícola de los ciclos 1948-1960, Informes estadísticos del No. 1 al 13, México, Jefatura de Operación de la SRH, 1º. de los años 1949-1960 .
El arroz inició su siembra en el Valle de Culiacán, en el ciclo agrícola 1947-48, en
forma de experimento en 160 hectáreas. El arroz se siembra en el ciclo de
verano, de julio a octubre o noviembre. El éxito que tuvo se puede observar a
través de los ciclos de producción. En el ciclo 1948-49, se cosechó mas de 5 mil
hectáreas; en el ciclo 1949-50, aumentó la producción a 6 300 hectáreas. En los
ciclos 1950-51 y 1951-52 cayó la producción. Se recuperó en el ciclo 1952-53 a
más de 9 mil hectáreas. Para el ciclo 1954-55, la producción de arroz llegó a casi
10 800 hectáreas, hasta llegar a 26 mil hectáreas en el ciclo 1955-56.245
La razón del aumento en la producción de arroz, fue su sustitución por el trigo (los
inviernos muy benignos y de gran humedad hacen inseguro su cultivo). El arroz,
se dio en condiciones magníficas, con mayor rendimiento, costos ligeramente más
altos por la mecanización que se utilizó para cultivarlo y porque tuvo más
estabilidad. Los costos de producción de arroz por hectárea fueron $ 1 780. La
producción de arroz por hectárea era de tres toneladas. La variedad que más se
245 Ibíd., p. 48.
142
cultivó fue la Blue Bonnet 50. La cosecha de arroz de los pequeños productores
se vendía: al mercado local, en los molinos de arroz de la zona, para su
exportación a Francia, Canadá y Centro América y para el mercado interno
nacional del norte del país y las regiones costeras.246 (Véase gráficas 3 y 4).
Gráfica 3. Superficie cosechada de arroz en el Distrito de Riego 10 de los ciclos agrícolas de 1948-1949 a 1958-1959.
0
2000
4000
6000
8000
10000
12000
1948-
1949
1952-
1953
1953-
1954
1954-
1955
1956-
1957
1957-
1958
1958-
1959
Sup. Cosechada del Arroz
Sup. Cosechada
Fuente: Departamento de Planeación Investigación y Estadística, Superficies regadas y volúmenes de agua distribuidos en los Distritos de Riego en el ciclo agrícola 1948-1960, Informes estadísticos del No.11 al 17, México, Dirección General de Distritos de Riego, SRH, 1º. de los años 1949-1960; Departamento de Planeación Investigación y Estadística, Estadística agrícola de los ciclos 1948-1960, Informes estadísticos del No. 1 al 13, México, Jefatura de Operación de la SRH, 1º. de los años 1949-1960 .
246 Ibíd, pp. 49-51.
143
Gráfica 4. Valor de la cosecha de algodón en el Distrito de Riego 10 de los ciclos agrícolas de 1948-1949 a 1958-1959.
$-
$5,000,000.00
$10,000,000.00
$15,000,000.00
$20,000,000.00
1948-
1949
1952-
1953
1953-
1954
1954-
1955
1956-
1957
1957-
1958
1958-
1959
Valor de la Cosecha del Arroz
Valor
Fuente: Departamento de Planeación Investigación y Estadística, Superficies regadas y volúmenes de agua distribuidos en los Distritos de Riego en el ciclo agrícola 1948-1960, Informes estadísticos del No.11 al 17, México, Dirección General de Distritos de Riego, SRH, 1º. de los años 1949-1960; Departamento de Planeación Investigación y Estadística, Estadística agrícola de los ciclos 1948-1960, Informes estadísticos del No. 1 al 13, México, Jefatura de Operación de la SRH, 1º. de los años 1949-1960 .
El tercero de los cultivos con más producción del Valle de Culiacán fue el de la
caña de azúcar. Este fue un cultivo estable en cuanto a su producción, abastecía
a los tres ingenios azucareros del Valle de Culiacán. El ingenio más importante,
moderno y con mayor capacidad era el de Costa Rica, con una capacidad para
500 mil toneladas de caña. Seguía el de Navolato, con capacidad para 200 mil
toneladas y último, el de El Dorado con capacidad de 100 a 140 mil toneladas. No
obstante lo anterior, el Valle no reunía las condiciones ambientales para ser zona
cañera. Antes de 1946, los rendimientos anuales eran inferiores a 40 toneladas
por hectárea, incluso llegó a menos de 30. Es un producto con mucho consumo
de agua. Después de 1946, el rendimiento fue variable, pero con tendencia a
producir 80 toneladas por hectárea.247
Desde el ciclo 1948-49, se sembraron entre 15 y 16 mil hectáreas. El costo directo
de su cultivo, incluyendo corte y acarreo fue de $ 2 200 por hectárea, sin
considerar fertilizantes. El cultivo de soca y resoca era de $ 800 a $ 850 por
247 Ibíd., p. 52.
144
hectárea. Por Decreto Presidencial, los ingenios pagaban la tonelada de caña al
agricultor y según la proporción de azúcar, se calculaba el pago en el Valle a $ 40
la tonelada. Esto necesariamente obligaba a obtener un rendimiento mínimo de
55 toneladas de primera siembra, y de 20 a 21 toneladas, en la soca y la resoca
para igualar los costos directos del cultivo. Algunos agricultores si obtenían
ganancias, no así los ejidatarios quienes vivían con crédito del ingenio,
endeudados constantemente y con la obligación de plantar caña por estar en la
zona de abastecimiento de los ingenios y la falta de crédito para otros cultivos. El
cultivo de la caña de azúcar ha tenido una fuerte presión en contra de su siembra,
de parte de un gran número de agricultores ejidatarios o pequeños propietarios y
técnicos.248 (Véase gráficas 5 y 6)
Gráfica 5. Superficie cosechada de caña de azúcar en el Distrito de Riego 10 de los ciclos agrícolas de 1948-1949 a 1958-1959.
0
5000
10000
15000
20000
1948-
1949
1952-
1953
1953-
1954
1954-
1955
1956-
1957
1958-
1959
Sup. Cosechada de Caña de Azucar
Sup. Cosechada
Fuente: Departamento de Planeación Investigación y Estadística, Superficies regadas y volúmenes de agua distribuidos en los Distritos de Riego en el ciclo agrícola 1948-1960, Informes estadísticos del No.11 al 17, México, Dirección General de Distritos de Riego, SRH, 1º. de los años 1949-1960; Departamento de Planeación Investigación y Estadística, Estadística agrícola de los ciclos 1948-1960, Informes estadísticos del No. 1 al 13, México, Jefatura de Operación de la SRH, 1º. de los años 1949-1960 .
248 Ibíd., p. 53.
145
Gráfica 6. Valor de la cosecha de caña de azúcar en el Distrito de Riego 10 de los ciclos agrícolas de 1948-1949 a 1958-1959.
$-
$10,000,000.00
$20,000,000.00
$30,000,000.00
$40,000,000.00
1948-
1949
1952-
1953
1953-
1954
1954-
1955
1956-
1957
1958-
1959
Valor de la Cosecha de Caña de
Azucar
Valor
Fuente: Departamento de Planeación Investigación y Estadística, Superficies regadas y volúmenes de agua distribuidos en los Distritos de Riego en el ciclo agrícola 1948-1960, Informes estadísticos del No.11 al 17, México, Dirección General de Distritos de Riego, SRH, 1º. de los años 1949-1960; Departamento de Planeación Investigación y Estadística, Estadística agrícola de los ciclos 1948-1960, Informes estadísticos del No. 1 al 13, México, Jefatura de Operación de la SRH, 1º. de los años 1949-1960 .
El tomate ocupó el cuarto lugar entre los cultivos importantes del Valle y su
producción fue principalmente para exportación. La superficie aumentó ciclo tras
ciclo. En el de 1945-46, se cosechaban casi 1 800 hectáreas, de 1946-47 a 1947-
48 se cosechó un poco más de 2 mil hectáreas en cada ciclo. Durante los ciclos
1948-49, 1949-50 y 1950-51, se cosecharon de 6 500 a 7 mil hectáreas en cada
uno. En el ciclo 1951-52, la superficie llegó a las 10 mil hectáreas, en el 1952-53 a
las 12 700 hectáreas. En los ciclos 1953-54 y 1954-55, más o menos a 10 mil
hectáreas. En el ciclo 1955-56, la superficie fue de 11 385 hectáreas. Durante
estos años la superficie sembrada de tomate fue de más o menos 10 mil
hectáreas.249
El tomate se adaptó muy bien al suelo del Valle. Generalmente fue muy
renumerativo, su desventaja fueron dos factores que lo hicieron muy inestable
económicamente. El primero fueron las heladas y el ataque de plagas, y la
segunda, las condiciones del medio ambiente que produjeron pérdidas muy altas.
249 Ibíd., p. 54.
146
Ejemplo, en el ciclo agrícola 1954-55, el 10% de la cosecha se perdió por las
heladas y las plagas. Sucedió lo mismo en el ciclo 1955-56. Existió un factor que
afectó todavía más la producción y fue la inestabilidad de su mercado. Fue un
cultivo principalmente para exportación a Estados Unidos. En ese país, se
consideraba sólo como fuente subsidiaria de abastecimiento, en caso de que su
producción por razones de heladas o enfermedades se afectara. El tomate del
Valle tenía mercado. De otro modo, la demanda caía bruscamente y se
argumentaban todo tipo de enfermedades, de problemas sanitarios y de calidad
para dificultar su importación.250
A esto se añade que el tomate del Valle de Culiacán tenía que competir en el
mercado norteamericano, con la producción de otros lugares, con características
similares como eran: el Sur de Florida, las Bahamas y Cuba. Sin embargo, mejoró
la situación y benefició a la agricultura del Valle dedicada a la exportación, el
embargo de Estados Unidos a Cuba. En un año normal, antes del embargo, se
exportaba de Sinaloa a Estado Unidos, vía Nogales, Sonora, 5 mil furgones de
tomate de la producción del Valle. Cada furgón llevaba aproximadamente, 800
cajas de 18 kilos cada una. En Nogales, Sonora, los agricultores del Valle
asociados o en forma individual tienen representantes. Otros, como un gran
productor de tomate, Wilson y grupos de agricultores griegos, tenían
representantes establecidos en Estado Unidos, esto hizo que obtuvieran mejores
condiciones para sus cosechas.251
De la superficie que se sembraba, sólo se consideraba un 30 ó 40 % de primera
calidad. El resto se destinaba para el consumo nacional y para una planta
empacadora del Valle, el saldo se perdía. El cultivo del tomate en general fue
buen negocio para los agricultores que cosechaban de 40 a 100 hectáreas. Esta
cantidad les permitía obtener mayores facilidades para exportar y comercializar.
Los ejidatarios no participaban en la producción de tomate. Si lo hicieron, fue en
mínima parte.252
250 Ibíd., pp. 55-58. 251 Ibíd., p. 59. 252 Ibíd., pp.60-63.
147
Este cultivo favoreció la renta de la tierra en el Valle, de tal manera que se decía
que los legumbreros fijaban el valor de la renta de la tierra. El costo total para
producir una hectárea de tomate era de $4 500 pesos, incluyendo cosecha,
empaque y transporte a la frontera. Se obtenía un ingreso bruto de $6 000 pesos
por hectárea. Esto significaba una rentabilidad sobre el costo directo de
producción de $1 500 pesos por hectárea en promedio.253 (Véase gráficas 7 y 8)
Gráfica 7. Superficie cosechada de tomate en el Distrito de Riego 10; ciclos agrícolas 1952-1953 al 1958-1959.
0
2000
4000
6000
8000
10000
12000
14000
1952-
1953
1953-
1954
1954-
1955
1956-
1957
1957-
1958
1958-
1959
Sup. Cosechada de Tomate
Sup. Cosechada
Fuente: Departamento de Planeación Investigación y Estadística, Superficies regadas y volúmenes de agua distribuidos en los Distritos de Riego en el ciclo agrícola 1948-1960, Informes estadísticos del No.11 al 17, México, Dirección General de Distritos de Riego, SRH, 1º. de los años 1949-1960; Departamento de Planeación Investigación y Estadística, Estadística agrícola de los ciclos 1948-1960, Informes estadísticos del No. 1 al 13, México, Jefatura de Operación de la SRH, 1º. de los años 1949-1960 .
253 Dirección General de Distritos de Riego, Distrito de Riego 10: Río Culiacán, Sinaloa, Ed. SRH,
1958-1964, pp. 108-110.
148
Gráfica 8. Superficie cosechada de tomate en el Distrito de Riego 10 de los ciclos agrícolas 1952-1953 al 1958-1959.
$-
$20,000,000.00
$40,000,000.00
$60,000,000.00
$80,000,000.00
$100,000,000.00
$120,000,000.00
1952-
1953
1953-
1954
1954-
1955
1956-
1957
1957-
1958
1958-
1959
Valor de la Cosecha del Tomate
Valor
Fuente: Departamento de Planeación Investigación y Estadística, Superficies regadas y volúmenes de agua distribuidos en los Distritos de Riego en el ciclo agrícola 1948-1960, Informes estadísticos del No.11 al 17, México, Dirección General de Distritos de Riego, SRH, 1º. de los años 1949-1960; Departamento de Planeación Investigación y Estadística, Estadística agrícola de los ciclos 1948-1960, Informes estadísticos del No. 1 al 13, México, Jefatura de Operación de la SRH, 1º. de los años 1949-1960 .
El siguiente cultivo fue el garbanzo, otro de los cultivos de exportación. El
garbanzo también se produce en las zonas de otros ríos del Estado de Sinaloa
como: el Río Sinaloa, Río Mocorito, Río Fuerte y Río Elota. La variedad que se
siembra es “Garbanzo Español”, por ser la mejor de todas y la que más se aprecia
en el extranjero, España, principalmente. En el ciclo 1933-34, hubo una
producción de 1 912 375 kilogramos y en el ciclo 1934-35, se obtuvieron 2 876
850 kilogramos. A partir del ciclo 1945-46, varió anualmente la superficie de
siembra, de casi 3 mil hectáreas en los años de máxima producción, a algo
menos de mil en los de mínima. Por lo regular, la superficie sembrada era de 2 mil
hectáreas. A continuación, algunos datos sobre su comportamiento respecto a su
producción: en el ciclo 1954-55, se cosecharon 725 hectáreas; en el ciclo 1955-56
fueron 2 185 hectáreas. Cuando la demanda del mercado español bajó, los
mercados de Estados Unidos, Puerto Rico, Venezuela y Cuba, fueron los lugares
a donde se envió la mayoría de la producción. Del total de garbanzo que se
exportaba en ese tiempo, una buena parte provenía del Valle de Culiacán. Este
cultivo lo realizaban tanto pequeños productores como ejidatarios, obtenían
149
ambos casi el mismo rendimiento, tal vez un poco más los pequeños productores.
El costo de cultivo de riego por hectárea del garbanzo era de $1 475 pesos y se
cotizaba en $2 mil pesos la hectárea. La venta de garbanzo se realizaba a través
de la CAADES, cada saco de garbanzo que se vendía debía aportar una cantidad
para el fondo del Banco de Sinaloa, para prestar a los agricultores asociados y
para los gastos de la Asociación, así como un impuesto por exportación.254
(Véase gráficas 9 y 10)
254 Ibíd.
150
Gráfica 9. Superficie cosechada de garbanzo en el Distrito de Riego 10 de los ciclos agrícolas 1948-1949 al 1958-1959.
0
500
1000
1500
2000
2500
1948-
1949
1952-
1953
1953-
1954
1954-
1955
1956-
1957
1957-
1958
1958-
1959
Sup. Cosechada Del Garbanzo
Sup. Cosechada
Fuente: Departamento de Planeación Investigación y Estadística, Superficies regadas y volúmenes de agua distribuidos en los Distritos de Riego en el ciclo agrícola 1948-1960, Informes estadísticos del No.11 al 17, México, Dirección General de Distritos de Riego, SRH, 1º. de los años 1949-1960; Departamento de Planeación Investigación y Estadística, Estadística agrícola de los ciclos 1948-1960, Informes estadísticos del No. 1 al 13, México, Jefatura de Operación de la SRH, 1º. de los años 1949-1960 .
Gráfica 10. Superficie cosechada de garbanzo en el Distrito de Riego 10 de los ciclos agrícolas 1952-1953 al 1958-1959.
$-
$500,000.00
$1,000,000.00
$1,500,000.00
$2,000,000.00
$2,500,000.00
$3,000,000.00
$3,500,000.00
$4,000,000.00
$4,500,000.00
1948-
1949
1952-
1953
1953-
1954
1954-
1955
1956-
1957
1957-
1958
1958-
1959
Valor de la Cosecha del Garbanzo
Valor
Fuente: Departamento de Planeación Investigación y Estadística, Superficies regadas y volúmenes de agua distribuidos en los Distritos de Riego en el ciclo agrícola 1948-1960, Informes estadísticos del No.11 al 17, México, Dirección General de Distritos de Riego, SRH, 1º. de los años 1949-1960; Departamento de Planeación Investigación y Estadística, Estadística agrícola de los ciclos 1948-1960, Informes estadísticos del No. 1 al 13, México, Jefatura de Operación de la SRH, 1º. de los años 1949-1960 .
151
El ajonjolí, que se cultivó en el Valle de Culiacán, se destinó principalmente para
la producción de aceite comestible. Se tienen datos a partir del ciclo 1945-46,
desde este ciclo hasta el de 1955-56, se cosecharon en cada uno de ellos, de mil
a 3 mil hectáreas. Para el ciclo agrícola de 1956-57, se sembraron 6 599
hectáreas, de las cuales 5 131 las sembraron pequeños productores y 1 468 los
ejidatarios. El ajonjolí es un cultivo rápido, de verano y de buena demanda en el
mercado interno. Su costo de producción era de $ 900 pesos, sobre la base de
rendimiento de 1 tonelada por hectárea, se obtenían $1 500 pesos por tonelada,
dejando una rentabilidad sobre los costos directos de cultivo de $ 600 pesos por
hectárea.255 (Véase gráficas 11 y 12)
Gráfica 11. Superficie cosechada de ajonjolí en el Distrito de Riego 10 de los ciclos agrícolas 1948-1949 al 1958-1959.
0
2000
4000
6000
8000
1948-
1949
1952-
1953
1953-
1954
1954-
1955
1956-
1957
1957-
1958
1958-
1959
Sup. Cosechada del Ajonjoli
Sup. Cosechada
Fuente: Departamento de Planeación Investigación y Estadística, Superficies regadas y volúmenes de agua distribuidos en los Distritos de Riego en el ciclo agrícola 1948-1960, Informes estadísticos del No.11 al 17, México, Dirección General de Distritos de Riego, SRH, 1º. de los años 1949-1960; Departamento de Planeación Investigación y Estadística, Estadística agrícola de los ciclos 1948-1960, Informes estadísticos del No. 1 al 13, México, Jefatura de Operación de la SRH, 1º. de los años 1949-1960 .
255 Ibíd., 111-115.
152
Gráfica 12. Valor de la cosecha de ajonjolí en el Distrito de Riego 10 de los ciclos agrícolas 1948-1949 al 1958-1959.
$-
$2,000,000.00
$4,000,000.00
$6,000,000.00
$8,000,000.00
$10,000,000.00
$12,000,000.00
1948-
1949
1952-
1953
1953-
1954
1954-
1955
1956-
1957
1957-
1958
1958-
1959
Valor de la Cosecha del Ajonjoli
Valor
Fuente: Departamento de Planeación Investigación y Estadística, Superficies regadas y volúmenes de agua distribuidos en los Distritos de Riego en el ciclo agrícola 1948-1960, Informes estadísticos del No.11 al 17, México, Dirección General de Distritos de Riego, SRH, 1º. de los años 1949-1960; Departamento de Planeación Investigación y Estadística, Estadística agrícola de los ciclos 1948-1960, Informes estadísticos del No. 1 al 13, México, Jefatura de Operación de la SRH, 1º. de los años 1949-1960 .
El maíz fue otro de los cultivos que se produjeron en el Valle, en este periodo. El
comportamiento de siembra del maíz fue como sigue: del ciclo 1945-46 al ciclo
1951-52, las superficies anuales sembradas fueron de 4 mil a 6 mil hectáreas. En
el ciclo 1952-53, subió a 7 614 hectáreas; para el ciclo 1953-54, aumentó a 9 416.
En el siguiente ciclo, cayó a 5 652 hectáreas y bajó a 1 918 hectáreas, en el ciclo
1955-56. La razón se debió al aumento de los costos de producción, la subida de
los precios de mercado, un rendimiento no muy favorable para su producción y
utilidad. El costo de producción por hectárea era de $ 900 pesos, incluyendo
preparación del terreno, siembra, cultivo y cosecha, su precio alcanzó $ 550
pesos la tonelada, rendía sólo dos toneladas por hectárea, se necesitaba obtener
un mínimo de 1.8 toneladas por hectárea, para alcanzar a cubrir los costos
directos de producción.256 (Véase gráficas 13 y 15)
256 Enrique Espinosa y Donaciano Ojeda, Op Cit, p. 64; Dirección General de Distritos de Riego,
Óp. Cit., pp. 115-118.
153
Gráfica 13. Superficie cosechada de maíz en el Distrito de Riego 10 de los ciclos agrícolas 1948-1949 al 1958-1959.
0
2000
4000
6000
8000
10000
1948-
1949
1952-
1953
1953-
1954
1954-
1955
1956-
1957
1957-
1958
1958-
1959
Sup. Cosechada del maíz
Sup. Cosechada
Fuente: Departamento de Planeación Investigación y Estadística, Superficies regadas y volúmenes de agua distribuidos en los Distritos de Riego en el ciclo agrícola 1948-1960, Informes estadísticos del No.11 al 17, México, Dirección General de Distritos de Riego, SRH, 1º. de los años 1949-1960; Departamento de Planeación Investigación y Estadística, Estadística agrícola de los ciclos 1948-1960, Informes estadísticos del No. 1 al 13, México, Jefatura de Operación de la SRH, 1º. de los años 1949-1960 .
Gráfica 14. Superficie cosechada de maíz en el distrito de riego 10 del ciclo agrícola de 1944-1945 al 1958-1959.
Fuente: Espinosa, Enrique y Ojeda Donaciano, Informe agroeconómico detallado del Distrito de Riego del Río Culiacán, Op. Cit.
154
Gráfica 15. Valor de la cosecha de maíz en el Distrito de Riego 10 de los ciclos agrícolas 1948-1949 al 1958-1959.
$-
$1,000,000.00
$2,000,000.00
$3,000,000.00
$4,000,000.00
$5,000,000.00
$6,000,000.00
$7,000,000.00
1948-
1949
1952-
1953
1953-
1954
1954-
1955
1956-
1957
1957-
1958
1958-
1959
Valor de la Cosecha del maíz
Valor
Fuente: Departamento de Planeación Investigación y Estadística, Superficies regadas y volúmenes de agua distribuidos en los Distritos de Riego en el ciclo agrícola 1948-1960, Informes estadísticos del No.11 al 17, México, Dirección General de Distritos de Riego, SRH, 1º. de los años 1949-1960; Departamento de Planeación Investigación y Estadística, Estadística agrícola de los ciclos 1948-1960, Informes estadísticos del No. 1 al 13, México, Jefatura de Operación de la SRH, 1º. de los años 1949-1960 .
El fríjol, fue también un cultivo del Valle de Culiacán, su superficie de siembra fue
variable, desde un mínimo de 400 hectáreas en el ciclo 1949-50, a un máximo de
12 138 hectáreas en 1953-54. De manera normal, la superficie que se sembraba
era de 2 a 4 mil hectáreas. En el ciclo 1954-55, la superficie que se sembró fue de
3 302 hectáreas y en 1955-56, fue de 3 462 hectáreas. En la producción de fríjol
en el Valle participaban tanto ejidatarios como pequeños propietarios, los
pequeños propietarios eran los que obtenían un mayor rendimiento de sus
cosechas. El Banco Ejidal refaccionaba con crédito a los ejidatarios, al incluirlos
entre los productos para los que otorgaba crédito. El costo de producción del fríjol
era de $ 1 175 pesos por hectárea, se calculaba que en un año normal el
rendimiento medio por hectárea era de 1.5 tonelada, entonces, a un precio de $1
200, la tonelada significaba un ingreso de $ 1800, con una rentabilidad por
155
hectárea sobre los gastos directos de producción de $625 pesos.257 (Véase
gráficas 15 y 16)
Gráfica 16. Superficie cosechada de frijol en el Distrito de Riego 10 de los ciclos agrícolas 1948-1949 al 1958-1959.
0.00
2000.00
4000.00
6000.00
8000.00
10000.00
12000.00
14000.00
1948-
1949
1952-
1953
1953-
1954
1954-
1955
1956-
1957
1957-
1958
1958-
1959
Sup. Cosechada del Frijol
Sup. Cosechada
Fuente: Departamento de Planeación Investigación y Estadística, Superficies regadas y volúmenes de agua distribuidos en los Distritos de Riego en el ciclo agrícola 1948-1960, Informes estadísticos del No.11 al 17, México, Dirección General de Distritos de Riego, SRH, 1º. de los años 1949-1960; Departamento de Planeación Investigación y Estadística, Estadística agrícola de los ciclos 1948-1960, Informes estadísticos del No. 1 al 13, México, Jefatura de Operación de la SRH, 1º, de los años 1949-1960 .
Gráfica 17 Superficie cosechada de frijol en el distrito de riego 10 del ciclo agrícola de 1944-1945 al 1958-1959.
Fuente: Espinosa, Enrique y Ojeda Donaciano, Informe agroeconómico detallado del Distrito de Riego del Río Culiacán, Op. Cit.
257 Ibíd.
156
Gráfica 18. Valor de la cosecha de frijol en el Distrito de Riego 10 de los ciclos agrícolas 1948-1949 al 1958-1959.
$-
$2,000,000.00
$4,000,000.00
$6,000,000.00
$8,000,000.00
$10,000,000.00
$12,000,000.00
$14,000,000.00
1948-
1949
1952-
1953
1953-
1954
1954-
1955
1956-
1957
1957-
1958
1958-
1959
Valor de la Cosecha del Frijol
Valor
Fuente: Departamento de Planeación Investigación y Estadística, Superficies regadas y volúmenes de agua distribuidos en los Distritos de Riego en el ciclo agrícola 1948-1960, Informes estadísticos del No.11 al 17, México, Dirección General de Distritos de Riego, SRH, 1º. de los años 1949-1960; Departamento de Planeación Investigación y Estadística, Estadística agrícola de los ciclos 1948-1960, Informes estadísticos del No. 1 al 13, México, Jefatura de Operación de la SRH, 1º. de los años 1949-1960 .
El trigo se cultivaba también en el Valle, a pesar de no ser una región favorable
para su producción, por razones de condición del medio ambiente. Razón por la
cual en el ciclo 1953-54, se perdió la mayor parte de la cosecha por el ataque del
chahuistle. Para el ciclo 1954-55, se cosecharon mil hectáreas, por las heladas de
enero y febrero. En el ciclo 1955-56, la superficie llegó a 3 645 hectáreas, aunque
también hubo pérdida por las heladas de enero y febrero. El costo directo del
cultivo, incluyendo la preparación del terreno, siembra, fertilización y cosecha que
era de $1 500 pesos por hectárea, su precio era de $913 pesos por tonelada.
Para obtener una rentabilidad de $300 pesos por hectárea, se necesitaba
cosechar 2 toneladas por hectárea de trigo. Los pequeños propietarios eran en su
mayor parte los que sembraban trigo, los ejidatarios lo hacían en forma mínima.258
(Véase gráficas 17 y 18)
258 Ibíd., pp. 68-71.
157
Gráfica 19. Superficie cosechada de trigo en el Distrito de Riego 10 de los ciclos agrícolas 1948-1949 al 1958-1959.
0
1000
2000
3000
4000
5000
1948-
1949
1952-
1953
1953-
1954
1954-
1955
1956-
1957
1957-
1958
1958-
1959
Sup. Cosechada del Trigo
Sup. Cosechada
Fuente: Departamento de Planeación Investigación y Estadística, Superficies regadas y volúmenes de agua distribuidos en los Distritos de Riego en el ciclo agrícola 1948-1960, Informes estadísticos del No.11 al 17, México, Dirección General de Distritos de Riego, SRH, 1º. de los años 1949-1960; Departamento de Planeación Investigación y Estadística, Estadística agrícola de los ciclos 1948-1960, Informes estadísticos del No. 1 al 13, México, Jefatura de Operación de la SRH, 1º. de los años 1949-1960 .
Gráfica 20. Superficie cosechada de trigo en el distrito de riego 10 del ciclo agrícola de 1944-1945 al 1958-1959.
Fuente: Espinosa, Enrique y Ojeda Donaciano, Informe agroeconómico detallado del Distrito de Riego del Río Culiacán, Op. Cit.
158
Gráfica 21. Valor de la cosecha de frijol en el Distrito de Riego 10 de los ciclos agrícolas 1948-1949 al 1958-1959.
$-
$1,000,000.00
$2,000,000.00
$3,000,000.00
$4,000,000.00
$5,000,000.00
$6,000,000.00
1948-
1949
1952-
1953
1953-
1954
1954-
1955
1956-
1957
1957-
1958
1958-
1959
Valor de la Cosecha del trigo
Valor
Fuente: Departamento de Planeación Investigación y Estadística, Superficies regadas y volúmenes de agua distribuidos en los Distritos de Riego en el ciclo agrícola 1948-1960, Informes estadísticos del No.11 al 17, México, Dirección General de Distritos de Riego, SRH, 1º. de los años 1949-1960; Departamento de Planeación Investigación y Estadística, Estadística agrícola de los ciclos 1948-1960, Informes estadísticos del No. 1 al 13, México, Jefatura de Operación de la SRH, 1º. de los años 1949-1960 .
Otros productos que se cultivaban en pequeñas superficies en el Valle de
Culiacán fueron: chile verde, verduras de exportación, melón, sandía, milo-maíz,
papa, alfalfa, linaza, sorgo, zacates Sudán, Kenaff, frutales, etc. El melón y la
sandía se producían en condiciones excelentes y de magnifica calidad. Su
producción se destinaba al mercado de Estados Unidos; por lo tanto, sufría la
misma inestabilidad de mercado y precio que el tomate, el algodón, el garbanzo,
el melón, la sandía, el chile verde, una parte de arroz y los otros productos que se
producían para exportar. La alfalfa, podría tener mayor notabilidad, con otro tipo
de agricultura.259 (Véase gráfica 19)
259 Ibíd., pp. 72-76
159
Gráfica 22. Superficie cosechada de otros cultivos en el Distrito de Riego 10 de los ciclos agrícolas 1944-1945 al 1958-1959.Gráfica
Fuente: Espinosa, Enrique y Ojeda Donaciano, Informe agroeconómico detallado del Distrito de Riego del Río Culiacán, Op. Cit.
El total de superficie cosechada y valor de la producción en el Distrito de Riego
10 fue como sigue. (Vease gráficas 20 y 21)
Gráfica 23. Superficie cosechada total en el Distrito de Riego 10 de los ciclos agrícolas 1948-1949 a 1958-1959.
0
20000
40000
60000
80000
100000
1948-
1949
1952-
1953
1953-
1954
1954-
1955
1955-
1956
1956-
1957
1957-
1958
1958-
1959
Sup. Cosechada Total
Sup. Cosechada
Fuente: Departamento de Planeación Investigación y Estadística, Superficies regadas y volúmenes de agua distribuidos en los Distritos de Riego en el ciclo agrícola 1948-1960, Informes estadísticos del No.11 al 17, México, Dirección General de Distritos de Riego, SRH, 1º. de los años 1949-1960; Departamento de Planeación Investigación y Estadística, Estadística agrícola de los ciclos 1948-1960, Informes estadísticos del No. 1 al 13, México, Jefatura de Operación de la SRH, 1º. de los años 1949-1960 .
160
Gráfica 24. Valor de la cosecha de frijol en el Distrito de Riego 10 de los ciclos agrícolas 1948-1949 al 1958-1959.
$-
$50,000,000.00
$100,000,000.00
$150,000,000.00
$200,000,000.00
1948-
1949
1952-
1953
1953-
1954
1954-
1955
1955-
1956
1956-
1957
1957-
1958
1958-
1959
Valor de la Cosecha Total
Valor
Fuente: Departamento de Planeación Investigación y Estadística, Superficies regadas y volúmenes de agua distribuidos en los Distritos de Riego en el ciclo agrícola 1948-1960, Informes estadísticos del No.11 al 17, México, Dirección General de Distritos de Riego, SRH, 1º. de los años 1949-1960; Departamento de Planeación Investigación y Estadística, Estadística agrícola de los ciclos 1948-1960, Informes estadísticos del No. 1 al 13, México, Jefatura de Operación de la SRH, 1º. de los años 1949-1960 .
Una parte importante de la producción agrícola del Valle de Culiacán, se orientó
principalmente para la exportación; otra parte de la superficie, se destinó a
productos para el mercado nacional como: arroz, ajonjolí, algodón. La producción
con calidad inferior del tomate, melón y sandía se distribuía para el consumo
local, al igual que el maíz y el frijol. La producción de la caña de azúcar, se
destinaba para los ingenios. A pesar de todo lo anterior, se puede decir que la
agricultura del Valle, no había alcanzado su nivel óptimo, parecía estar en
búsqueda de productos que le fueran más favorables.
Los elementos que tomaban en cuenta los agricultores para decidirse por un
determinado tipo de producción en sus cultivos era:1) las ganancias del año
anterior; 2) los precios del producto al momento de sembrar; 3) disponibilidad de
agua de la presa, -sí la presa tenía poca captación, el agua se restringía,
principalmente para los cultivos que se sembraban en época de estiaje (febrero a
junio), como maíz, ajonjolí y arroz-; 4) los lineamientos del crédito privado en
primer lugar, y de los Bancos de crédito Ejidal y Agrícola en menor grado; y, 5) la
161
obligación que imponían los ingenios azucareros de sembrar caña de azúcar en
las áreas que establecían para su abastecimiento. Todo lo anterior se conjugaba
cada año y es lo que establecía que tipo de cultivos se sembraban en el Valle de
Culiacán. Excepto algunos cultivos que gozaban de cierto grado de estabilización
como el garbanzo, por el mercado de exportación, el jitomate que tendía a
estabilizarse y por supuesto como se ve en el punto 5 de este párrafo, la caña de
azúcar que los ingenios imponían.260
Para el Centro de Investigaciones Agrarias, el Valle de Culiacán, desde el punto
de vista agrícola, era una zona de transición, que no tenía bien definida su tipo de
agricultura. Tenía una gran variedad de productos que iban desde la caña de
azúcar, producto típicamente tropical, al trigo, producto típico de zona templada.
Se sembraba en su superficie también ajonjolí, algodón, arroz, fríjol, garbanzo,
jitomate, maíz, verduras para exportar como el chile verde, berenjena, sandía,
melón, sorgo, alfalfa, linaza, papa, etc. Predominaron el algodón, el arroz, la caña
de azúcar, el jitomate, el ajonjolí, el maíz, el fríjol y el garbanzo.261
Hasta el año de 1946, el garbanzo era el producto principal del Valle, en cuanto a
su siembra y producción. En segundo lugar, se encontraba la caña de azúcar,
después las legumbres como el tomate, el chile, y el chícharo. El garbanzo
sostuvo por un largo periodo la economía del Estado de Sinaloa y muchos
capitales surgieron de este cultivo. El tomate fue el producto que más se exportó
de las legumbres, también de sus impuestos la economía del Estado se benefició.
La caña de azúcar desde que se empezó a sembrar en 1892, no se interrumpió
su cosecha, su producción se industrializó principalmente en el Ingenio de
Navolato. Se sembraban en terrenos del Valle, aproximadamente 3 ó 4 mil
hectáreas por ciclo agrícola.262
Los cultivos secundarios del Valle de Culiacán eran el ajonjolí, el maíz, el fríjol, la
papa, el trigo, la cebolla y la linaza. Los cultivos de maíz y fríjol están muy
260 Centro de Investigaciones Agrarias, Op. Cit., p. 32. 261 Ibíd., pp. 31-32. 262 Enrique Espinosa y Donaciano Ojeda, Op Cit, pp.100-105.
162
generalizados en el Valle, principalmente lo sembraban ejidatarios por estar
dentro del esquema de productos para los que El Banco Ejidal otorgaba crédito.263
La producción de los cultivos del Valle de Culiacán, cubre varios tipos de
mercados. El principal y que deja el mayor margen de utilidad es el de
exportación. Los países a los que se exporta son entre otros Estados Unidos,
Canadá, España, Cuba, Francia, siendo el mercado principal el de Estados
Unidos, aunque hay productos para los que el mercado español es el mercado
principal. Sigue el mercado nacional, la mayor parte de los productos se envían a
la ciudad de México, Monterrey y Guadalajara. Y por último, el mercado regional.
Cabe aclarar que la producción del Valle de Culiacán, complementa junto con la
de otros estados de la República las exportaciones agrícolas.264
Al mercado de Estados Unidos se exportaban legumbres frescas como: tomate,
chile, chícharo, berenjena, melón, sandía, garbanzo y otros. Al mercado
canadiense se exportan legumbres frescas. A los países de España, Venezuela,
Puerto Rico y Cuba se exportaba garbanzo y a Francia, arroz. Al mercado
nacional se enviaba garbanzo, caña de azúcar, maíz, ajonjolí, algodón. En el
mercado regional se consumía, caña de azúcar principalmente, maíz, ajonjolí,
plátano, fríjol, milo-maíz para forraje y algodón.265
Para sacar un aprovechamiento óptimo del agua con fines agrícolas, mejorar los
rendimientos de los cultivos regionales, investigar fórmulas para abonos,
comparar variedades de productos para establecer cual es la más idónea para la
región, formar nuevas variedades de semillas, controlar la salinidad y
mejoramiento del suelo, emplear los mejores sistemas de drenaje, controlar las
plagas, obtener nuevos insecticidas y en el futuro próximo introducir nuevos
cultivos en la región, se creó en 1952 el Campo Agrícola Experimental del Valle
de Culiacán.266
263 Ibid. 264 Enrique Espinosa y Donaciano Ojeda, Op Cit, 1944, pp 128-132. 265 Ibíd.
266 Dirección General de Distritos de Riego, Op. Cit, p. 12; Dirección General de Distritos de Riego, Op. Cit, pp. 1 y 6; Román Millán, Op. Cit, pp. 195-197.
163
Este Campo Agrícola Experimental se ubicó dentro del Distrito de Riego No. 10 a
24 kilómetros de la ciudad de Culiacán, lo organizaron las autoridades del distrito
en colaboración con el Instituto de Investigaciones Agrícolas de la Secretaría de
Agricultura y Ganadería, el Gobierno del Estado de Sinaloa y los Agricultores de
la región. Para el año de 1956, ya había rendido algunos frutos: disminuir la
frecuencia de riegos en los cultivos de caña de azúcar, control de la multiplicación
y distribución de semillas mejoradas, intervención en la importación de semillas.267
Otro elemento que benefició la producción agrícola fue la introducción de
tecnología moderna, orientada principalmente a la producción para la exportación.
Las principales verduras que se exportaban a Estados Unidos y Canadá fueron el
tomate, el chile, la berenjena y el chícharo, de estos cultivos en 1952, hubo
ganancias por 9 millones 308 mil 821 pesos con 54 centavos. En 1952, el
garbanzo consolidó su mercado en España y Cuba e inició su venta en Brasil y
Uruguay. El garbanzo ocupó el primer lugar de superficie cultivada, el tomate y el
chile el segundo lugar. Para el año de 1956 las verduras alcanzaron la cantidad
de más de 4 mil furgones en productos de exportación. Las legumbres tuvieron un
lugar importante en el porvenir del distrito por su rendimiento, adaptación al clima,
al suelo y por su demanda mundial y nacional.268
Los productores privados pioneros de la siembra del garbanzo fueron Emilio
Gastélum Gaxiola, José maría Pablos, Prudencio Félix, Silverio Trueba, Patricio
Trueba, Blas Valenzuela, Buenaventura Casal, Rudencindo Mascareño, José
María y Cristina Romo. Los productores agrícolas privados que sembraron frijol,
fueron entre otros Tomás Bayliss, Rodolfo Ramos, Vicente Fonseca y Baltazar
Angulo. Horticultores, Jorge Chaprales, Juan y Miguel Crisantes, Jesús L.
Tamayo, Demetrio Evangelatus, Aristeo Canelos, Basilio Gatsiones, Nicolas
Bisbardis, Ángel Demerutis, y Juan Stamos. Entre los principales productores de
arroz se encontraban Jesús López Vidal, Fidel Borbón Aguilar, Manuel Zazueta
Guerrero, Ricardo Fontes Cisneros, Rafael Fernández y Octavio Sánchez. El
267 Ibíd. 268 Hubert Carton, Op. Cit., p. 385; Pablo Macías, Sexto Informe de Gobierno; Román Millán, Op.
Cit., pp. 252-343.
164
cultivo del algodón tuvo pocos agricultores privados importantes, entre ellos
figuraron Daniel Calderón y Mariano Romero.269
En 1940 se produjeron aproximadamente $19 000 000.00, en 1946 los principales
cultivos del Valle eran en primer lugar: tomate, garbanzo y caña de azúcar; en
segundo lugar: chile, camote, chícharo, maíz, papa, ajonjolí, frijol y frutales,
cosechadas en 25 000 hectáreas.270 En 1947 se cosecharon 23 017 hectáreas,
para el ciclo 1950-1951 el valor de la producción fue de $148 000 000. 00. 271
Dos tercios de la superficie sembrada de algodón pertenecían a los propietarios
privados el rendimiento era mayor que el sembrado por los ejidatarios. El arroz
sembrado por los propietarios privados, tenía una pequeña diferencia a favor
comparado con la de los ejidatarios. Su cosecha fue esencialmente para
exportación a Francia, Canadá y Centro América, así como para el mercado
interno en las zonas del norte y costeras del país. El tomate era casi exclusivo de
este tipo de productor. La mayor parte de la siembra de Ajonjolí y trigo, la hicieron
los propietarios privados. El frijol y el maíz, eran considerados productos de
subsistencia por el Banco Nacional de Crédito Ejidal, por lo tanto, los productores
privados lo sembraban poco. No así el ajonjolí y el trigo, la mayor parte de la
siembra pertenecía a los productores privados.272
Según los datos consultados, el grupo de agricultores que impulsó el desarrollo
empresarial en el Valle fue a su vez el núcleo de poder local sobre el que se
construyeron las redes más fuertes del poder en el Estado de Sinaloa. Este es un
tema sobre el cual esta tesis sólo se permite sugerir la necesidad de
investigaciones ulteriores, por su importancia para la política estatal y nacional.
269 Heberto Sinagawa, Op. Cit , pp. 182-183. 270 Distrito de Riego del Río Culiacán, Sin., Op. Cit., p. 10. 271 Ibíd., p. 23; AHA, Expediente 63847 Caja 4732, Fondo Consultivo Técnico, p. 2; Centro de Investigaciones Agrarias, Op. Cit., p. 27. 272 Enrique Espinosa y Donaciano Ojeda, Op Cit, pp 128-131.
165
Los ejidatarios sembraban algodón en una superficie que equivalía a menos de un
tercio de las dos que sembraban los propietarios privados. El arroz tenía un
rendimiento casi igual que el de los productores privados. El Banco Nacional de
Crédito Ejidal era el encargado de vender el arroz de los ejidatarios que recibían
crédito. Su participación en el cultivo del tomate fue mínima. Contrario a la
siembra del garbanzo, que hacían a través del Banco Nacional de Crédito Ejidal,
porque lo incluía como uno de los cultivos principales para otorgarles crédito. El
maíz fue otro de los cultivos que incluía el banco en su sistema de crédito para
ellos, al incluirlo como un producto de subsistencia. Al fríjol también lo
refaccionaba el banco con crédito. El ajonjolí y el trigo fueron productos que los
ejidatarios sembraban en menor cantidad.273
Los ejidos muestran una productividad menor, que se relaciona con las
diferencias de infraestructura que tuvieron frente a los productores privados, de
origen mucho mejor posicionados, y luego, francamente apoyados por el Estado.
Conclusión
Desde la época prehispánica, la agricultura ha jugado un papel primordial en la
actividad económica del Valle de Culiacán. La presa “Sanalona”, al asegurar el
suministro de agua, logró que este rico y fértil valle rindiera los frutos que
probablemente nadie jamás imaginó, dadas las condiciones de ese tiempo.
Antaño, los agricultores esperaban con ansias la época de lluvia para sembrar. A
partir de la inauguración de la presa, tuvieron la seguridad de agua para el riego
de las diversas siembras del área que cubre, durante todo el año.
La presa “Sanalona” le otorga al Valle de Culiacán una cualidad altamente
redituable para el cultivo, por lo que la agricultura juega un papel primordial en su
balance económico. A partir de esa obra hidráulica, se derivó la construcción de
canales de riego, presas “Derivadora”s y toda una red de distribución de agua que
estableció una agricultura predominantemente vinculada al mercado de
exportación estadunidense y canadiense a través de las exportaciones de tomate,
calabaza, chile, pepino, papa, melón, sandía, mango y berenjena y con el
273 Enrique Espinosa y Donaciano Ojeda, Op Cit, pp. 138-145.
166
mercado nacional a través de la producción de caña de azúcar y comercialización
de granos como fríjol y maíz. Con ello, se iniciaron las más importantes empresas
exportadoras de hortalizas en el país.
El desarrollo regional de Sinaloa experimentó un nuevo cambio. El sur del estado,
que había desplazado a la zona serrana, fue superado por el centro y norte, que
cimentó una agricultura de riego moderna, ligada a los mercados nacionales y a
los de Los Estados Unidos. A la caña de azúcar, siguió el tomate, otras hortalizas
y los cereales. Después de las reformas cardenistas que liberaron las tierras
ociosas en la década de los años cuarenta, siguió la construcción de una enorme
infraestructura hidráulica, la cual amplió el potencial del Valle central.
La nueva agricultura de exportación se expandió con la gran infraestructura
hidráulica que comenzó a operar desde los años cuarenta. Hizo que la agricultura
del Valle apoyara el modelo de desarrollo de sustitución de importaciones que
siguió el país, produciendo alimentos, materias primas y divisas por las
exportaciones de productos primarios. Esto permitió practicar una agricultura
moderna y de riego, con un sector especializado en la exportación principalmente
de legumbres y frutas, circunstancia que ha traído emparejado la consolidación de
un sector comercial y de servicios modernos. Al mismo tiempo, relaciona la
actividad agrícola con la actividad industrial, abasteciéndola de materias primas.
Igualmente, fomenta el crecimiento de los pueblos del Valle de Culiacán y de la
mancha urbana de la ciudad de Culiacán.
El Valle de Culiacán es una clara muestra de la construcción de una próspera
región económica de México, en que confluyeron las políticas agrarias más
avanzadas del Estado mexicano, el espíritu emprendedor de inmigrantes y
nacionales, y el trabajo empeñoso de ejidatarios y trabajadores de otros sectores
(servicios). Se trata de un ejemplo de visión y tenacidad de una sociedad en su
conjunto, para tener un Sinaloa y un México prósperos y justos.
167
CONCLUSIÓN GENERAL
Desde la época prehispánica, la agricultura ha sido la actividad económica
fundamental del Valle de Culiacán. La presa “Sanalona” señaló el cambio
cualitativo de la historia del Valle, pues a partir de su puesta en marcha, dio
regularidad al riego de las siembras del área que cubre, durante todo el año.
El Valle de Culiacán es central en la política de desarrollo agrario del país, y uno
de los puntales del proyecto de modernización del país que impulsó el estado
mexicano a partir de los años 40.
Las características de producción del Valle se crean a partir de la infraestructura
de riego, que data de los años 40. La superficie del Valle, de 104, 339 hectáreas,
adquirió una gran homogeneidad en condiciones de explotación desde entonces,
colocándola entre las principales en la economía del país. La construcción de la
Presa “Sanalona” en 1948 permitió la explotación óptima de estas tierras.
Los dos climas de la región son: uno seco, muy cálido y cálido (38% del territorio)
en la parte media del Valle; y semiseco, muy cálido y cálido, en una franja
intermedia, entre el Valle y la serranía (36% del territorio). En una segunda
clasificación, están las partes altas del municipio de Culiacán, hacia Durango,
donde hay un segundo clima, cálido subhúmedo, con lluvias leves en verano de
baja humedad (25%). La temperatura media anual del Valle es de 24.9 grados
centígrados. Las lluvias ocurren en el periodo de mayor calor del año, y el
volumen de las precipitaciones es de 300 milímetros cúbicos. Cultivos importantes
son el maíz y el tomate.
Entre 1930 y 1960 despegó el desarrollo económico de Sinaloa; y en Culiacán
ocurrió a partir de los años 40. La construcción de la Presa “Sanalona” (1948) fue
el punto de arranque de la nueva época, que permitió pasar de 31 mil 400, a 95
mil hectáreas irrigadas. Sinaloa entró de lleno en el modelo del desarrollo
estabilizador, y del “milagro mexicano”. Creció la infraestructura económica en
168
todos sus aspectos: obra pública, ampliación de servicios, desarrollo de la banca,
y mecanismos de financiamiento público y privado para agricultores.
El proyecto económico de México se alimentó de proteccionismo, según el cual
había que industrializar al país y para ello, se creía, debía aislarse a sus
compañías de la competencia de empresas extranjeras. Se cerraron las fronteras
a productos importados, para favorecer a las empresas mexicanas.
Ello hizo que en el cultivo de maíz, frijol y otros alimentos estándares en México,
se tratara de ser autosuficientes. Se fomentaron cultivos que eran parte básica de
la alimentación popular, pero se descuidaron otros cultivos que hubieran
producido mayores ingresos al campesinado y mayores divisas al país.
No obstante, se apoyó la industrialización en el campo. En el país, el escaso
desarrollo agrícola y ganadero data de esta época y se debió a la aplicación de
políticas económicas proteccionistas. La maquinización de los ejidos era mucho
más baja que la de los predios agrícolas privados. La propiedad de la tierra fue
motivo de tensiones y conflictos, protagonizadas por los ejidatarios y los
propietarios privados. La posición del Estado fue pragmática, apoyando lo que
convenía a los intereses más fuertes en cada región.
Esto incluyó a los Distritos de Riego, pues la lucha por la tierra en Sinaloa cobró
importancia. Durante el cardenismo se usó al movimiento obrero de los ingenios
azucareros para repartir la tierra y se fomentó la organización de núcleos
sindicales en las haciendas, luego transformados en comités agrarios. Hasta 1940
el reparto agrario en Sinaloa afectó a las regiones con más desarrollo y mayor
potencial agrícola. Los productos agrícolas eran los más rentables: caña de
azúcar, hortalizas, garbanzo y algodón.
La irrigación fue la clave del desarrollo agrícola en el Valle de Culiacán. La
disponibilidad de la infraestructura de riego expresó la política agraria de la
Revolución, y al mismo tiempo, la modernización de los regímenes de la
Revolución, en la era que inicia en el sexenio del General Manuel Ávila Camacho,
y va hasta la de Gustavo Díaz Ordaz. Las políticas de fomento se orientaron al
169
desarrollo de la banca destinada al campo, el reconocimiento de grandes
propiedades y la no afectación de las tierras en manos de grandes propietarios.
La irrigación en Sinaloa satisfizo las necesidades de un clima árido y semiárido, y
de tierras que en más de un 60% requieren de riego artificial, como fue el caso del
Valle de Culiacán. Luego de los años 20, la actividad de irrigación pasa del sector
privado al público. El elemento detonador de la modernización del campo en el
Valle de Culiacán fue así la irrigación. La Comisión Nacional de Irrigación (CNI)
fue la entidad promotora de la nueva política en esa materia. El modelo de
productor buscado fue el de una clase media campesina de nivel más alto que la
del ejidatario, que se concretó en un sector de agricultores e industriales que se
beneficiaron de las obras de irrigación. Se impulsó la exportación de bienes al
mercado externo, se obtuvo un notable aumento de ingresos fiscales, estatales y
federales, y se expandieron las comunicaciones (autotransportes y ferrocarriles).
Se crearon grandes centros bancarios y comerciales.
Los distritos de riego fueron muy variados en extensión: pequeños, de 10 mil
hectáreas; de extensión media, entre 30 y 100 mil hectáreas; y grandes, de entre
100 mil y 270 mil hectáreas. Las obras de captación, fueron presas de
almacenamiento, presas “Derivadoras”, toma directa de un río, plantas de bombeo
y pozos profundos. El del Valle de Culiacán (Número 10) es uno de los 19 de la
zona subtropical.
Los intereses diversos sobre los cuales operó la política de fomento agrario del
Estado, se materializó en el control de las aguas. Pese a los propósitos del
cardenismo, finalmente el control del uso del agua estuvo a cargo de los
propietarios privados. El Presidente Ávila Camacho impulsó la irrigación para
beneficio del sector privado. La presa “Sanalona” favoreció el proyecto de
expansión de los cultivos de la región. El presidente Miguel Alemán inauguró las
obras del sistema del Distrito de Riego, el 25 de julio de 1951. Gracias a esa
medida, el Distrito de Riego Número 10, alcanzó las 95 mil hectáreas irrigadas en
1960.
170
El florecimiento de una nueva clase empresarial dio un nuevo perfil a la élite del
poder, que garantizó su hegemonía en el uso de tierras, irrigación y créditos. El
crédito o financiamiento agrícola del Valle se obtuvo en diferentes vías: el
ejidatario, por la banca oficial, y el agricultor privado, por medio de capitales
propios, fundando bancos, apoyados por el gobierno federal o por inversionistas y
casas comerciales estadunidenses de Chicago, Boston, California y Arizona; o por
comerciantes-prestamistas, locales; y autofinanciamiento.
La presa “Sanalona” dio al Valle de Culiacán una alta rentabilidad a las tierras.
También se generaron canales de riego, presas “Derivadoras” y una red de
distribución de agua que estableció una agricultura predominantemente vinculada
al mercado de exportación estadunidense y canadiense. Comenzó la operación
de las más importantes empresas exportadoras de hortalizas en el país.
El desarrollo regional de Sinaloa hizo que el sur del estado, fuera rebasado por el
centro y el norte, gracias a una agricultura de riego moderna. La nueva agricultura
de exportación se expandió desde los años cuarenta. La agricultura del Valle
apoyó el modelo de sustitución de importaciones que se practicaba en el resto del
país. Privó una agricultura moderna y de riego, con un sector especializado en la
exportación, principalmente de legumbres y frutas. También ha vinculado la
actividad agrícola con la industrial, a través del abasto de materias primas. Con
ello, crecieron los pueblos del Valle de Culiacán y la ciudad misma de Culiacán.
El Valle de Culiacán representa un modelo híbrido de desarrollo agrario e
industrial en el país, que resultó exitoso más allá de las contradicciones de
políticas estatales y del choque de intereses entre propietarios privados y
ejidatarios. En el Valle confluyeron las políticas agrarias sociales del Estado
mexicano, el empeño del espíritu emprendedor de inmigrantes y nacionales, y el
trabajo arduo de ejidatarios y trabajadores de otros sectores (servicios). Es un
ejemplo de que el desarrollo económico agrario es viable en México, como
desarrollo al mismo tiempo moderno y nacional, en beneficio de todos quienes
participan en él.
171
A N E X O S
172
A NE XO 1
Los sistemas de riego
En el riego por gravedad, también llamado por superficie, el sistema de
distribución de agua está en la superficie del suelo y la fuente de energía que se
utiliza es la gravedad a partir de la diferencia de cotas. Desde la parte alta del
terreno a regar, más o menos nivelado, se abre la fuente de agua y ésta empieza
a discurrir a la vez que va infiltrando, por toda la superficie de la parcela.
El agua, en este tipo de riego, en parte discurre por la superficie del terreno y en
parte infiltra a través del perfil. La distribución del agua por la superficie del
terreno estará condicionada por las características geométricas del mismo y por la
mayor o menor infiltración, condicionada ésta última por las características físicas
del suelo: textura, estructura, etc. Por lo tanto en un riego por gravedad, el caudal
disminuye a medida que la lámina de agua avanza por la superficie de la parcela
a regar.
Este sistema de riego tiene como limitación principal el que no se puede dar en
pendientes muy grandes, en los que la relación escorrentía/infiltración, esté
desequilibrada a favor de la primera. En el caso que la pendiente fuera muy
elevada las enormes pérdidas de agua y erosión que se produciría a causa de la
escorrentía lo harían inaplicable. Las pendientes más adecuadas están
comprendidas entre el 0.2 y el 0.5 %, en suelos arenosos se puede llegar a
pendientes en torno al 2 %, mientras que en suelos arcillosos las pendientes
pueden ser prácticamente nulas.
A esta limitación hay que añadir otras, ya que no permita la automatización y por
lo tanto depende de la mano de obra, resulta difícil conseguir una buena
uniformidad de aplicación y se producen grandes pérdidas de agua. Las mayores
pérdidas en estos sistemas de riego se producen por infiltración profunda, lo cual
adquiere mayor gravedad aún, al ir acompañado de un considerable arrastre de
nutrientes hacia estratos inferiores del perfil del suelo. En cuanto a las pérdidas
173
por evaporación son consecuencia de la insolación sobre la lámina de agua
superficial.
Dentro del riego por superficie se distinguen dos tipos de métodos que se pueden
subdividir a su vez. Estos son: el riego a manta por tablares y el riego por surcos.
El riego a manta es aquel en que el frente de avance es ancho y cubre toda la
superficie del terreno a regar. Se divide a su vez en:
El riego por escorrentía en tablares o fajas, consiste en dejar correr el agua al
mismo tiempo que se infiltra verticalmente cobre un terreno con una mínima
pendiente dividido en tablares, parcelas delimitadas por diques. Los tablares
pueden tener una forma geométrica normalmente rectangular, o bien, pueden ser
en contorno, adaptándose a la orografía del terreno. Los tablares deben tener un
diseño adecuado que permita una buena uniformidad de distribución y una buena
eficiencia de aplicación. La longitud del tablar vendrá dada por la velocidad a la
que llega el agua al final del mismo, es decir, por la pendiente y velocidad de
infiltración del agua en el terreno. De tal manera que en suelos ligeros de
pendiente casi nula, los tablares deberán ser cortos, mientras que en suelos
pesados los tablares pueden ser más largos. Sin dejar de considerar que en
sueños excesivamente ligeros, este sistema de riego es inviable, pues nunca se
llegaría al final del tablar o los tablares serían muy pequeños.
Los tablares tampoco pueden ser infinitamente largos, pues conforme el frente de
agua avanza va perdiendo caudal debido a la infiltración. De tal manera que cada
vez avanza más lentamente, hasta llegar a un punto que la infiltración domina por
completamente sobre la escorrentía, en el que el frente de agua ya no avanza
más. La longitud de los tablares, considerando que se utilice el mayor caudal
posible y las pendientes más favorables puede llegar a 500 m en suelos
arcillosos; en suelos de textura media hasta los 200 m, mientras que en suelos
ligeros no debe sobrepasar los 80 metros en ningún caso. La anchura de los
mismos suele varias de 10 a 20 m, dependiendo de las características de la
maquinaria a utilizar. En cuanto al caudal a aplicar, se recomienda que se ajuste
a la siguiente norma: el volumen total de ayuda a aplicar se deberá suministrar
hasta que llegue el agua a las ¾ partes de la longitud del tablar.
174
En este caso particular del riego a manta, los compartimentos, normalmente de
forma rectangular, se mantienen inundados; o bien hasta que el agua se infiltre
totalmente en el terreno, o bien se deja infiltrar durante un tiempo y luego se
evacua. Los diques son mayores que en el caso anterior y la nivelación se hace a
pendiente cero. Un ejemplo típico de esta modalidad de riego es el cultivo de
arroz que se mantiene inundado durante gran parte de su ciclo vegetativo. Hay
que tener en cuenta que muchos cultivos no toleran esta modalidad de riego.
También se requieren unas determinadas exigencias en cuanto a suelos. Es
adecuada en suelos con una velocidad de infiltración baja, llanos o con
pendientes suaves y uniformes. El riego por sumersión tiene eficiencias elevadas
siempre que se diseñen los compartimentos de forma adecuada.
Consiste en verter agua desde una acequia construida a lo largo de un extremo
superior en pendiente. Se deja correr el agua por la pendiente realizando
regueras que recogen y redistribuyen el agua. Se realiza en regadíos de terrenos
en pendiente que no requieren una elevada uniformidad. El riego por aspersión se
incluye en los sistemas de riego a presión, junto al goteo, la micro-aspersión y
otros. En estos sistemas la distribución de agua se realiza a través de tuberías
cebadas o a presión, en los que la energía utilizada es la propia de la presión que
lleva agua. El riego por aspersión es un método de riego a presión que consiste
en la distribución del agua de riego a través del aire en forma de gotas buscando
una distribución uniforme. Pretende imitar a la naturaleza al distribuir el agua en
gotas como haría la lluvia, para ello se utilizan distintos aparatos y técnicas.
Los elementos fundamentales en la aspersión son los aspersores. Los aspersores
son los elementos que distribuyen el agua en los cultivos en forma de gotas de
lluvia. Son aparatos provistos de una o varias boquillas, que normalmente giran
alrededor de su eje impulsados por la propia fuerza que transmite la presión del
agua al salir, lo cual permite regar una superficie circular. La pulverización del
chorro de agua para que se distribuya de la forma adecuada sobre el cultivo, sin
provocar daños sobre el mismo, se debe por un lado a los orificios emisores del
propio aspersor y por otro a la fricción con el aire. Se ha de adaptar la
pluviometría del aspersor a la infiltración del terreno. De tal manera que suelos de
175
textura fina, requieren menos pluviometrías para evitar encharcamientos y
posibles inundaciones que afecten a los cultivos y al suelo mismo.
A la hora de realizar el proyecto de una instalación de riego por aspersión se han
de considerar, en función del caudal y alcance para la presión de funcionamiento
del modelo de aspersor, los siguientes factores: 1. El tamaño de las gotas:
depende del tipo de aspersor, de la presión de trabajo y del tamaño de la boquilla.
Hay que tener en cuenta que gotas muy grandes pueden no tener alcance
adecuado, al mismo tiempo que pueden provocar daos en los cultivos, costras o
erosión; mientras que la excesiva pulverización de las gotas puede provocar un
excesivo arrastre de las mismas por el viento y la evaporación 2. El viento,
produce falta de uniformidad. Para disminuir el efecto de vientos fuertes
predominantes se pueden utilizar boquillas con ángulos tendidos, lo cual implica
un chorro menos expuesto.
El término riego localizado engloba los sistemas de riego que trabajan con
pequeños caudales a baja presión y que suministran agua a las plantas
humedeciendo únicamente una parte del suelo próxima a la zona radicular de
manera constante o casi frecuente. Las características más importantes del riego
localizado son:
Pequeños caudales a baja presión que mantienen un alto contenido de humedad
en la zona explorada por las raíces. El utilizar pequeñas dosis con altas
frecuencias de aplicación del riego, implica tener la zona del suelo cercana a las
raíces de las plantas a humedades próximas a capacidad de campo durante gran
parte del tiempo, l oque permite a las plantas absorber el agua con más facilidad.
El mantenimiento de este nivel óptimo de humedad es muy difícil de conseguir
con otros sistemas de riego, pues se tendría que regar diariamente, lo que implica
un mayor uso de recursos naturales que provocaría un deterioro ambiental.
Además los costos se elevarían. Asimismo se producirían encharcamientos y
asfixia radicular.
Para aplicar el agua en la proximidad de las plantas se utilizan gran número de
pequeños puntos de emisión. No se riega todo el suelo, sino sólo una parte de la
176
parcela, ya que se aplica el agua en la proximidad de la planta, formando lo que
se denomina bulbo húmedo. Esto evita un gasto innecesario de agua, al no
aplicarla en zonas en que no es aprovechable para la planta.
Los distintos sistemas de riego localizado se pueden dividir en dos grandes
grupos:
1. Riego por goteo: utiliza caudales nunca superiores a los 161/h por
emisor, aunque los caudales más frecuentes son los de dos y cuatro 1/h. El
agua se aplica gota a gota mediante dispositivos que mantiene el flujo continuo.
El goteo puede ser de forma intermitente, continua o a pulsos.
2. Riego por micro-aspersión y difusión: Similar a la aspersión, utiliza
dispositivos que suministran el agua en forma de pequeñas gotas de lluvia,
pero con radios mojados menores a los de ésta, presiones nominales en torno
a las dos atm y caudales comprendidos entre 16 y 250 l/h.
La diferencia fundamental entre la aspersión y la micro-aspersión, es que en la
primera el agua de riego en forma de gotas moja toda la superficie del cultivo y en
la segunda la superficie mojada es mucho menor que la cultivada. La micro-
aspersión tiene la ventaja de permitir riegos subarbóreos. Otro tipo de riego
localizado es el riego por exudación. Consiste en una tubería emisora que expulsa
el agua directamente sin ningún tipo de dispositivo adicional. Pueden ser tuberías
de polietileno con perforaciones espaciadas, uniformemente, llamadas mangueras
perforas, o estar constituidas por material poroso, que normalmente van
enterradas, y que transmite el agua al suelo a través de la pared, llamadas
mangueras porosas o cintas de exudación.
177
FUENTES
ARCHIVO
Asociación de Agricultores del Río Culiacán (AARC)
Archivo Histórico del Agua (AHA)
INEGI
CAADES
Comisión Nacional del Agua (CNA)
Liga de Comunidades Agrarias
Unión Nacional de Productores Hortícolas (UNPH)
ENTREVISTAS
Alfredo Careaga Cebreros, entrevista celebrada el 16 de marzo de 2007, agricultor desde 1946, horticultor por 15 años, ex-presidente de CAADES, de la AARC.
Entrevistas a 80 agricultores ejidatarios y pequeños propietarios, de 24 pueblos y ejidos, de 65 a 92 años de edad que fueron protagonistas de los hechos que se relatan dentro del periodo de estudio.
BIBLIOGRAFÍA
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178
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