tractatus, hecho de que el mundo es,ca y como el medio por el cual se obtiene el máximo...

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236 N. R. Orringer semántica, y de la forma general de la proposición> por el reconocimien- lo de la diversidad efectiva e irreductible de los language-games. Aquí Cacciari apunta una crítica que nos parece sumamente lúcida: ¿no está el análisis del lenguaje ordinario desvirtuando el auténtico sen- tido de la destrucción de la falacia descriptiva, cuando se propone refle- jar, descriptiva y especularmente, no ya «estados de hecho», pero si jue- gos lingtlísticos dados? De ahí que volver al aspecto menos neopositi- vista del Tractatus, la cuestión de lo místico> resulte una táctica adecuada para recuperar la verdadera dimensión «negativa» del pensamiento witt- gensteiniano. Lo místico sería precisamente «la experiencia del mundo como todo limitado», nacería del hecho de que el mundo es, y al hilo de la distinción entre lo decible y lo mostrable> que para Cacciari es la esencia del Tractatus. Lo místico funda la posibilidad del sentido, pero muestra al mismo tiempo lo inefable> y, con ello> que la relación semántica entre proposición y mundo es radicalmente indefendible. Con los dos últimos capítulos, dedicados a la estética de la música y de la poesía, la estrategia de relacionar lo todavía no relacionado por ca- si nadie> en base a una aplicación sistemática y universal de los princi- pios nietzscheano-wittgensteinianos, alcanza aquí cotas muy difi’cilmen- te superables. De la crítica de Nietzsche a Wagner, y de una comparación de la música de este último con la de Brahms, se pasa sin solución de continuidad a poner de relieve la rigurosa contemporaneidad de Witt- genstein y Mahíer. Desfilan por estas páginas finales Schónberg, Webern, Busoni, Ador- no, Musil, Stefan George> Simmel, Kandinsky, Rilke, Klimt, Kraus> Freud, Altenberg, Hofmannsthal, Trakl, etc., etc.> etc. Se trata de un verdadero torbellino de nombres, artes y disciplinas, que no logra hacemos pasar por alto que los principios de organización de todo este material intermi- nable han sido establecidos, en lo esencial, en el capitulo segundo de la obra. Mariano L. RODRÍGUEZ ORRINGER> N. R., Unamuno y los protestantes liberales (1912). Sobre las fuentes de «Del sentimiento trágico de la vida». Ed. Gredos, Madrid, 1985, 254 PP. El autor del libro que presentamos declara que el motivo que le im- pulsó a su investigación no es otro que desentrañar el tipo de religión que profesa el rector de Salamanca en sus ensayos sobre la fe y, especial- mente> en el principal, en Del sentimiento trágico de la vida en los hom- bres y en los pueblos. El objetivo último de la tarea propuesta es adquirin mediante el desvelamiento de su filiación religiosa, una mayor compren-

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semántica,y de la forma generalde laproposición>porel reconocimien-lo de la diversidadefectivaeirreductiblede los language-games.

Aquí Cacciariapuntaunacrítica quenosparecesumamentelúcida:¿noestáelanálisisdel lenguajeordinariodesvirtuandoelauténticosen-tido de la destrucciónde la falaciadescriptiva,cuandoseproponerefle-jar, descriptivay especularmente,no ya «estadosde hecho»,pero sijue-gos lingtlísticos dados?De ahí quevolver al aspectomenosneopositi-vistadelTractatus,la cuestiónde lo místico> resulteunatácticaadecuadapararecuperarlaverdaderadimensión«negativa»del pensamientowitt-gensteiniano.Lo místico seríaprecisamente«la experienciadel mundocomotodolimitado», naceríadelhechodequeel mundoes,y al hilo de ladistinciónentrelo decibley lo mostrable>queparaCacciaries laesenciadel Tractatus.Lo místico funda la posibilidaddel sentido,peromuestraalmismo tiempolo inefable>y, conello> quela relaciónsemánticaentreproposicióny mundoes radicalmenteindefendible.

Con los dosúltimos capítulos,dedicadosa la estéticade la músicayde lapoesía,la estrategiade relacionarlo todavíano relacionadopor ca-si nadie> en basea unaaplicaciónsistemáticay universalde los princi-pios nietzscheano-wittgensteinianos,alcanzaaquícotasmuy difi’cilmen-te superables.Dela críticadeNietzscheaWagner,y de unacomparaciónde la músicade esteúltimo con la de Brahms,se pasasin solución decontinuidada ponerde relieve la rigurosacontemporaneidadde Witt-gensteiny Mahíer.

DesfilanporestaspáginasfinalesSchónberg,Webern,Busoni,Ador-no, Musil, StefanGeorge>Simmel,Kandinsky,Rilke, Klimt, Kraus> Freud,Altenberg, Hofmannsthal,Trakl, etc.,etc.> etc. Se tratade un verdaderotorbellino de nombres,artesy disciplinas,queno lograhacemospasarporaltoquelos principiosde organizaciónde todoestematerialintermi-nable hansido establecidos,en lo esencial,en el capitulo segundodela obra.

Mariano L. RODRÍGUEZ

ORRINGER> N. R., Unamunoy los protestantesliberales (1912). Sobrelasfuentesde «Del sentimientotrágicode la vida». Ed. Gredos,Madrid, 1985,254PP.

El autordel libro quepresentamosdeclaraqueel motivo quele im-pulsóasuinvestigaciónno esotro quedesentrañarel tipo de religión queprofesael rectorde Salamancaen sus ensayossobrela fe y, especial-mente>en el principal,en Del sentimientotrágico de la vida en los hom-bresy en lospueblos.El objetivo último de la tareapropuestaesadquirinmedianteel desvelamientode sufiliación religiosa,unamayorcompren-

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sióndela filosofía esbozadaensuensayocapital.Evidentemente,puestoqueella estáelaboradasobreunaformadereligión, trasconcluir lacali-ficación de Unamunocomo «ritschlianocatólico»> es posible,haciendousode tal definición>rastrearunaestructuralógico-sistemáticaclarifica-dorade supensamiento.Con todo,quedaenunciadala tesisqueintentadefenderOrringer,a saber>queUnamunono esni católiconi luterano>sino un personajezigzagueantequeescogede cadaunade las dosdoc-trinasreligiosaslos aspectosquemásle interesan:adopta«unadoctrinadel protestantismoliberal, la modifica de unamanerasistemáticasu-bordinándolasiempreasupropiapreocupaciónescatológica»(p. 20), tí-picamentecatólica.

En verdad,reconoceOrringer,quela influenciadirectade los miem-bros de la llamadapor Unamuno«izquierdaprotestante»>por cuantoproblematizanactitudesdogmáticasdelaortodoxialuterana>no ha sido,en ningún momento>negadapor él> y, sin embargo,nadiesehaaventu-rado aestudiar«la cualidady extensiónde esainfluenciacon rigor, am-plitud e imparcialidad»(p. 25). Semejanteempresaes pretendidaporesteestudiosode la filosofía españolaa lo largode todasuobra,esfor-zándoseparahacerlamerecedoradetalesapelativos.Pero>sin olvidar laoriginalidad atribuibleasutrabajo>debetenerseen cuentaquese com-plementacon el elaboradopor Martin Nozick. ~, quien identificaa cadauno de los protestantesliberales nombradosen Del sentimientotrágicode la vida; y quepolemizaconla de JoséMartínezBarrera2,defensordeunatesisopuestaa lasuya: la ausenciadeinfluenciadel protestantismoliberal alemándecisivay determinanteen la producción intelectualunamuníana.

Parademostrarla tesisexpuesta>Orringersesirvede un métodopecu-liar conel queestructurarsuinvestigación.Realizaun examenminucio-sodelas obrasde Ritschly Harnacky de losautores(teólogoso predica-dores)relacionadosalusivamenteconellos,asícomodelos referidosenlas Obras completasdeUnamunoy ausentesen laCasa-Museosalmanti-na. El resultadode semejanteexamenesla clasificaciónde las «fuentes»descubiertasen tresgruposfundamentales:1) los representantesdelritschlianismo alemán (Ritschl, Harnack,Wilhelm Herrmann,JuliusKaftan> GeorgWobberminy ErnstTroeltsch),2) los herederosfrancófo-nosde Schleiermacher(Alexandre-RodolpheVinet y los «simbolofideis-tas» EugéneMénégozy AugusteSabatier),y 3) los predicadoresen len-guainglesay de tendenciasliberalesen supensamientoreligioso(WilliamEllery Channing,Phillips Brooksy FrederickW. Robertson)(Pp. 22-23).

NOZICK, M.: TAte Tragic Senseof Lije in ManandNation.Trad.A. Kerrigan,NewJersey,Príncentontlniversity Press.Princenton,1972.

2 MARTíNEZ BARRERA, J.: Miguel de Unamunoyel protestantismoliberal alemón.Im-prentaNacional.Caracas,1982.

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Los presupuestosteológicosdecadauno de ellos sonexpuestosbre-vementeen los seisprimerosparágrafosde la introducción,concluyen-do en el séptimo>y último, quela modificaciónaquesometeUnamunoen sugranobrala teologíade Ritschl sedebea laasunciónsintéticadeloselementosde los otrosdosgruposde personajesinfluyentes.A conti-nuación>en los seiscapítuloscentrales>pruebala sistematicidadde supensamiento,reveladaa la luz de sus fuentes.En suma>por lo queres-pectaa laestructurade suobra,éstaconstade unaampliaintroducción(pp. 13-56),de seiscapítulosdedicadosala comparaciónentreel pensa-mientode Unamunoy sus fuentes(PP. 57-222),y de unasconclusionesdondeserecogede nuevola tesisdel libro y se valorala tareallevadaacaboen él.

Deteniéndonosen la comparacióncentralentrela obrade Unamunoy susfuentesdirectas,observamosqueel objetivo delprimer capítulo, ti-tulado «El punto de partida: la personalidadperdurable»,consisteenmostrarla influenciadel protestantismoliberal de Alemania,FranciayEE.UU.en lo quealpuntodepartida desufilosofía de la religión serefie-re: «elhombrede carney hueso»(p. 58).Al tiempode señalarlaproximi-dadde sus respectivasformulacionesantropológicas,Orringersubrayatambiénladiferenciaesencialque los separa:mientrasqueellosdanelmismo o mayor énfasisa la moral quea la escatología,en Unamuno,guiadopor sus lecturasde Harnackacercadel catolicismo,predominalapreocupaciónescatológica.Paraclarificar tal discrepanciacomenzaráOrringerpor compararlaconcepcióndel hombreconla de A. Sabatier,parapasaral examende la alta estimaciónde la personalidadquecadauno realiza,y acabarcon unacomparaciónde teoríassobrela relaciónentrepersonalidady mundo.

El segundocapítulo, «La razónteórica contrael afánde perdurar>.,descubrelavinculación Ritschl-Unamunoapropósitode lasupeditacióndel conocimientodiscursivo al prácticoy religioso. Parademostrardichasubordinaciónde la razón teóricaa la vida, Unamunoaducealgunosejemplos de pensadorestales como Descartes,Spinozay Kant, a loscualessupone,conVinet, Troeltsch,Ritschl, Pohíy Húgel,conscientesdeun sentimientotrágicode la vida, puestoquemientras«el primeropre-tendeganarelcielo peseasupensamientopuro> y el segundorazonasuateísmomientrassientesupiedad,Kant destruyeal Dios escolásticopa-ra servir al Dios luterano»(p. 81). Sin embargo,aunquehayaaprendidode esteúltimo quela razónteóricadescansaen el deseode pervivir, tam-bién sabecon Ritschl y Troeltschqueel monismode la razóndiscursivaseconvierteen enemigade estedeseo.En estesentido,Orringerdescu-bre queUnamunorecogede variosautores(Koch, Kaftan),pero,enes-pecial, de Wobbermin,el rechazocomo ficción ehipótesisque la razónefectúadela ideade alma.Del mismomodo,observaladebilidadde losargumentosdelarazónen apoyode los dogmas,y laexplicaacudiendoala esenciamisma>contrarracional,de estosúltimos,con la ayudade Sa-

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batier,A.P. Stanleyy F.W. Robertson.Y, siguiendoa‘Vinet, SabatieryTroeltschprecisaque larazón sevuelve escépticasobresímismacomométodo: invalida la lógicadiscursiva,la cienciaempíricay laverdadab-soluta (p. 92). Porúltimo, Orringernosexpone,en estemismocapitulo,bajoquéinfluenciasUnamunosuperala señaladaantinomiarazón-vidaeterna. Ello lo consigueapoyándoseen A. Sabatier,Vinet y Wobbermin,de losqueextraela ideadequela razón,en última instancia,dependedelavidaparasubsistir,estoes,elaborasus edificiosteóricossobrelavida,en sí mismairracional,quequiereserinmortal. Endefinitiva> se conclu-ye, con Sabatier,quetanto las verdadesreligiosascomo las científicasposeensucerteza:«lacertezacientíficaradicaenlaevidenciaintelectual;la certezareligiosa, en el sentimientofeliz queexperimentael creyentesegurode la salvación»(p. 99).

Ahorabien, si en el capítulosegundose concluyequetodo conoci-mientoo sabersirve aun fin práctico,únicoproblemadeldestinohuma-no: la inmortalizacióndel pensador,en el tercero, como sutitulo indica,«El caminomísticodelconocimiento»>seexaminanlos medios,no racio-nales,por los que el hombrepuedealcanzar la verdaddel universo. AsíOrringerexponela misma ambiguaactitudunamunianade atracciónyalejamientohaciala místicaquela experimentadapor los protestantesliberales,y, en estesentido,analizalas distintasvaloracionesqueella lemerecealo largodela evolucióndesupensamiento,estrechamentere-lacionadasconlas variacionesde su fe. Por tanto, muestracómo> asu-miendolosvaloresqueHarnackatribuyealamística,Unamunoen 1912es un místicoporsuindividualismoe incertidumbredolorosa,porsuin-tento de resucitaren sí al Cristo sufrientey por el valor estéticoque leatribuyeaeseintento,asícomoporconsiderarla apocatástasis,la totali-zaciónde Dios en todaslas almas,comoel fin alqueaspiratodalamísti-cay comoel mediopor el cual seobtieneel máximoconocimientoy seconsiguela realizacióndel serdel hombre.Pero,no obstante,por otraparte,seseparade lamística,conRirsehí,en cuantoimplica unapérdidade lapersonalidady negacióndel mundoen elprocesode apocatástasis.Y esque,antetodo, Unamunoprefierela conservaciónde sí mismoco-mo un hombrede carney huesoalaposesióndelconocimientoperfectodel universoqueella puedaproporcionar(p. 120).

A continuación>en el capitulo cuarto, Orringervieneaexponerla no-ción queUnamunoposeede Dios. Con Ritschl y los ritschlianosproponela concepciónde un Diospersonal, atribuyéndolelas siguientescualida-des:Dios esamor,voluntad,personalidadantesquerazóno pensamien-to; alserpersonalidadtienequeserunoy múltiple, finito e infinito> estoes,algoincomprensibleparalarazóndiscursiva;y dadasumultiplicidadtienequeprepararlaapocatástasisparatodoslos hombres(p. 124).Ade-más,bajo la influenciade Vinet> UnamunoconcluyequeDios existe,yexisteparala salvacióndel individuo. Puesbien,conel fin de esclarecertodoslos rasgosdel Dios anheladode Unamuno>Orringerexaminacada

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uno de ellos siguiendoun orden deductivoy pasaamostrarfinalmentequeen él, como en los ritschlianos,no sepuedensepararlas doctrinasde Dios de las dela fe; queestavirtud esdependientedelamor (caridadhaciaDios) y de la esperanza;y quela síntesisde las tresvirtudes teolo-galesgeneraunadoctrina estética(p. 125). A propósitode estaúltima,Orringerdestacaen su elaboraciónla presenciade las ideasde Chan-ning y Sabatier,ampliadashaciaunavertientemásescatológicapor laslecturasde Platón y Schopenhauer>y consideraquees el ejemplomásclarode «sentimientotrágicode lavida»: metamorfosear«la “ilusión’> deinmortalidaden unametaposibleparael arte, con la consecuenciadequeun sueñoquebien puederesultarengañosoparaUnamunocobracarnede concreciónqueconsuela’>(p. 151).

El titulo del capituloquinto, «Historiadela religión: desusorígenesalcatolicismo»,indica explícitamenteel temaque su autor trata en él.Orringer, tras la presentaciónde la interpretaciónquede ella realizanRitschl,HarnackySabatier,señalaque>aunqueprincipalmentelasideasde losdosúltimos protestantesliberaleshaninfluido notablementeen lavisión quede dichahistoria exponeUnamunoen Del sentimientotrágicode la vida, se separade ellosen algunospuntosimportantes.Sobretodo,del intelectualismode Harnack, interpretando,en contrade él, sus pro-pios datossobre la evolución del cristianismo, no desdeun punto devista moral, sino escatológico(p. 163). Esteataqueen nombrede la feal intelectualismoy a la subordinaciónde la escatologíaa lamoral estáavaladapor laslecturasde otrosteólogosliberalescomoA. P.Stanleyo elmismo Ritschl.

Por último, el capítulosextose centraenel estudiode la moraldel in-dividuo,de la sociedady de la cultura> entendidacomolaculminacióndelritschlianismocatólicode Unamunoy como resumenprácticode todasufilosofíade la religión (p. 182).En él, Orringerrastreacadaunode losaspectosde dichamoral en las doctrinasde variosprotestantesliberalesinfluyentesen su formulación,sirviéndoseparaello de variosmomen-tos. Puestoquela moraldeUnamunoimplica la crítica del protestantis-mo en generaly de la orientaciónritschlianaen particular,se realiza,enun primermomento,el examende estacrítica; acontinuación,sepasaaestudiarsuefectoen la doctrina unamunianadel pecado;y se finalizacon el análisisde la vocacióncivil, la imitación vocacionalde Cristo, lavocaciónpersonalde Unamunoy de la sociedadespañola.

Así siguiendola informaciónde Ritschly Harnackacercade los ejesprincipalesde la teologíaprotestantey católica,Unamunocritica la supe-ditación de la religión a la moral, por partede la primera,y elogia la su-bordinaciónde la moral a la escatología,delcatolicismo.Enella, precisa-mente,en la luchapor la vida eternade los individuos,tienesubaselamoralunamuniana.Por eso,asumiendola interpretaciónquedel peca-do, entendidocomo castigode unavida no virtuosa, ofrecenHarnack,Ritschl y Robertson,Unamunoacabaadhiriéndosealas ideasde esteúl-

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timo, en síntesisconlas de Vinet, paradeterminarel criteriodesalvaciónde los hombres.Esteno será,en fin, otro que la presenciaen ellos deldeseocontrarracionalde inmortalidad.

Puesbien, si la moral, como decimos,tiene subaseen la luchadelhombrede carney huesoporeternizarse,la expresióncotidianade esalucha es la vocación civil, elogiadapor Lutero, así como tambiénporRitschl y Hamack,por Herrmann>Troeltschy Channing,como unadi-mensióndelperfeccionamientodel individuo, de aproximaciónalReinode Dios y de imitaciónde Cristo. Esteafándeserperfecto,de serDios>de realizarla apocatástasisde SanPablo,comohanvisto Channingy Vi-net y, conellos, Unamuno,exige«un combateparaserlotodo sin dejarde seruno mismo» (p. 221). Concretamente,la vocaciónpersonaldeUnamunoconsisteen «agitarespíritus»>en luchar,comoSabatier,contrala indiferencia religiosa, fruto del materialismocientífico de nuestrotiempo, puesha leído en Vinet, Channingy Harnackla necesidade im-portanciasocialde la religión.Perolucharcontraelmaterialismoparali-zanteno tiene comoresultadorenunciaral mundoy asumirun tipo devida monástico>contrarioalas enseñanzasdel Evangelio,tal y comoex-poneHarnack.De ahí queUnamunoadopteunaposición ambivalentehacia los místicos:deadmiración,porquecon Harnack,consideraquelogransuidentificaciónconel todoy el conocimientode Dios y del másalía; de desprecio,porque>como Ritschl,entiendequecarecende liber-tad moraly de dominio del mundo por su ausenciade contactocon larealidadsocial, en cuyoámbito se consigue.

El mismoimperativomoralpredicadoparael individuo, Unamunoloextiendea lavida colectiva:vivir sirviendoa Dios. Recogecomo símbolode la culturaespañolala figurade D. Quijote, al queatribuye,por tanto,el «sentimientotrágico de lavida»> la incertidumbreque surgede la lu-cha entrela razóny la fe, y le encargala espiritualizacióndel mundo.Realiza,pues,unadefensade la cultura española,inspirándoseen Bar-nack,Troeltschy Channing,asícomoen Jasíntesisasumidaporéldeal-gunasde las ideasde Ritschl y Sabatiera favor del catolicismo, y unaapologíareligiosade la misióndeD. Quijote> aunquedesdeunaperspecti-va científicaseaobjetode burla,puesen Révilley Cameha leído lasanti-dad del individuo burlado. Ello le hace polemizarcon Ortega, «paraquien Dios esla culturaeuropea,y lasalvaciónde Españaesel cultivo dela ciencia fisicomatemática»(p. 204), basándoseen el recorridohistó-rico quede dichacultura, y de sus males,ofrecenRitschl y Harnack,Channing,Troeltschy Sabatier.

En definitiva, portodolo visto hastaaquí,esprecisoconcluirqueconladefensade la tesispropuestaen estetrabajo,el ritschlianismocatólicode Unamuno,Orringerha mostradocómoel autorbilbaíno lograasimi-lar un pensamientoajenoy modificarlo de un modo sistemáticohastadarcomo resultadounaobraconunaestructuracoherente,fruto de unatrabajosaelaboraciónreflexiva.Viene a dar respuestaasí al reto lanza-

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do por Unamunoa los lectoresdel ensayoMi religión: descubrirsusin-gularidadteológica. Sólo cabe esperarquese dé también respuestaalefectuadoporél en elestudioreciénpresentado:continuarla labordes-veladoray profundizadoradetodaslas posiblesfuentesinfluyentesen laconstitucióndcl pensamientodel rectorde Salamanca.

YolandaRUANO DE L~ FUENTE

FERRATER MORA, 3.: Unamuno.Bosquejode unafilosoifa. AlianzaEditorial,Madrid, 1985, 166 págs.

Quisieradestacaren primer lugar, la importanciade la reedicióndeestelibro, del queya teníamosnoticiatodosaquellos,queen uno u otromomento,nos hemossentidointeresadospor conocerel pensamientofilosófico-literario de D. Miguel de Unamuno.Aplaudo, pues,el criterioeditorialpor cuanto,ademásde lavalía intrínsecade la obraéstareedi-ción coincide conla celebracióndel cincuentaaniversariode la muertede nuestropensador.

Ya en el título senosadelantael alcancede la obra:no eséstasino unbosquejo,bocetoo apunteque,anivel introductorio,nosponeen contac-to conD. Miguel. Peroello conunaparticularidadquehaceaptasulectu-raaaquellosya avezadosen suobra:tal y comoFerraterMoradeclaraeneí Prefacioesésteun estudiointerpretativo,queno crítico o erudito,so-bre«cómohermanaron,y lucharonentresí, la razóny la fe, laesenciay laexistencia>la cabezay el corazón>y hastalapazy la lucha» (pág. 12). Unestudio>pues>sobrelas claves,los mecanismosmásprofundos,queha-ceninteligibleprecisamenteestenúcleo abisaldela reflexiónunamunia-na: la ideadela luchauniversalqueFerraterproponecomoelúnicoposi-bleprincipio formal desupensamiento:«seresser(existir) contra sl-mismo»(pág.44)-Todoello, desdeelprimercapítulo,medianteun rastreobiográ-fico de su personalidadhasta,ya al final de la obra,en la interpretaciónquenos ofrecedesuparticularpersonalismofilosófico.

Ningún caboquedasueltoen suanálisisinterpretativo.Estaes,anientender,la mejorcualidadde la obrajunto a lasiempreestimadaclari-dadexpositiva:la impresióndequesehaintentadollegarfielmentea lasentrañasde unafilosofía.

El sondeodetemasabarcajustoaquelloquemásclaramenteconfinalas inquietudesunamunianas:la crítica de la razónomnicomprensivaylarevalorización,con ello, del sentimiento.DeahíqueFerrateralcanceacalificar el pensamientodenuestroautorcomoderealismopoético,acu-yo examenestándedicadoslos capítulos 59 y 6.0 de la obra queco-mentamos.

El estudiodelas «obsesionesvitales»de Unamunohacequedesfilen,a