revista sector e #1

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Revista de Opinión y Gestión del Departamento de Ciencias Administrativas de la Escuela Politécnica Nacional

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Page 1: Revista SECTOR e #1
Page 2: Revista SECTOR e #1

Sector Emergente

En el Ecuador las ciencias administrativas son positivistas, están orientadas por la racionalidad del mercado, sus fun-

damentos conceptuales y metodológicos han sido desarrollados en los países centrales, a lo que se incorpora el desarrollo de la tecnología que ha permitido optimizar los sistemas de control, estas condiciones han conducido a un proceso de sometimiento de las personas en los espacios organizacionales.

Antes que promover un proceso de reforma a sus clásicas funciones de planificar, organizar y controlar es necesario impulsar un cambio paradigmático que permita emerger una base conceptual y metodo-lógica que responda a la realidad cultural e histórica de nuestro país.

Esto nos conduce a impulsar la formación de un sector emergente en el que el capital esté sometido al interés de las personas, se fundamente en la racionalidad comunicativa, su quehacer se sustente en valores como la solidaridad y la reciprocidad, lo que debe impulsar un proce-so de emancipación de las personas en los espacios organizacionales.

El sector emergente debe romper con el discurso pro-empresarial de las ciencias administrativas y poner en primer plano aspectos relacio-nados al control de la subjetividad, las relaciones de poder, la violen-cia, el machismo. Su construcción se sustenta en la praxis como for-ma de impulsar una construcción conceptual que impulse procesos de cambio en los espacios organizacionales.

Esta preocupación ha generado, en un grupo de investigadores del De-partamento de Ciencias Administrativas, el interés de aportar en una construcción conceptual de teorías administrativas desde la realidad ecuatoriana.

Escuela Politéctina NacionalDepartamento de CienciasAdministrativas

Comité editorial:

Ing. Efraín NaranjoIng. Vinicio ReinosoIng. Cristina Acuña

Diseño:Marco Paredes S.

Fotografía:Tomado de páginas publicadas en el Internet

ImpresiónFormagraf 2561 163

Primera ediciónJunio de 2013

Impresión de 500 ejemplares

Opiniones y comentarios:

Email:[email protected]

Tweeter: @sector3e

Facebook:https://www.facebook.com/pages/Sector-E/491340180934180

Page 3: Revista SECTOR e #1

Violencia en lasorganizaciones

mobbing

La Administración en el quehacerUniversitario

Fundamentos de LaEconomíaSolidaria

LaObediencia Ciega Los

DerechosUniversitariosy LaDemocracia. Caminando

Hacia El Buen Vivir

MaltratoPsicológicoen laUniversidadEl Silencio de los corderos

080510

12 14 16 18

Mat. Nelson Alomoto

Ing. Efraín Naranjo Borja

Ing. Steevens Góngora

Iñaki Piñuel y Zabala

Ing. Cyntia J. Ramos C.

Ing. Vinicio Reinoso

Ing. Cristina Acuña

Page 4: Revista SECTOR e #1

EDITORIALLa Sociedad del Marketing

Hace ciento treinta años, des-pués de visitar el país de las

maravillas, Alicia se metió en un espejo para descubrir el mundo al revés. Si Alicia renaciera en nuestros días, no necesitaría atravesar ningún espejo: le bastaría con asomarse a la ventana.” Galeano, E.

Cual “capa” de pintura que cubre la sucie-dad intima, que disimula grietas no repa-radas y que oculta interiores vergonzosos, el marketing, a través de la publicidad es utilizado por diversas organizaciones para crear artificialmente a su alrededor una fachada ficticia que busca soterrar proble-mas latentes que no pueden o no quieren ser enfrentados.

Parecería que, una declaración pomposa de la misión, visión y valores corporati-vos, exhibida en las gigantografías que están en boga, lograría ocultar los verda-deros problemas que atraviesa una orga-nización. De hecho, al ingresar a la mayo-ría de organizaciones públicas y empresas privadas (de forma física o virtual), nos encontramos con estos estribillos que fue-ron copiados de un mismo modelo -parte de las modas de gestión- o de la literatura

de aeropuerto denominada el pop mana-gement. Adicionalmente, slogans como: “excelencia”, “liderazgo”, “calidad”, entre otros, que se han devaluado con la misma rapidez que lo hizo el Sucre, son utiliza-dos o por multinacionales exitosas o mi-croempresas que quiebran cada 6 meses y cuya planificación estratégica termina con las declaraciones pegadas en algúna pared. Estos clichés se los utiliza indistin-tamente en el sector industrial, de servi-cios y educativo.

Una verdadera trasformación de nuestra sociedad requiere ir más allá de la publi-cidad superflua, analizando problemas que subyacen en lo profundo de nuestros silencios y en la inquietud de nuestros imaginarios, que impulsen procesos de emancipación de las personas en su en-torno organizacional.

Esta revista propone un espacio crítico que vaya más allá de lo evidente, que pe-netre el maquillaje diario con el que ama-nece nuestra sociedad, y enfrente proble-máticas que permitan visibilizar nuestras facetas más profundas. Invitamos a todos quienes se interesen en desarrollar un nuevo tipo de reflexión social que posibi-lite construir lo que todos anhelamos: un buen vivir.

¡Empecemos casa adentro!

4GESTIÓN EMERGENTE Y OPINIÓN

Page 5: Revista SECTOR e #1

Mat. Nelson Alomoto

“Al igual que los humanos, otros primates con baja actividad de la serotonina en el SNC, son más pro-pensos al mal control de impulsos y a la agresivi-dad, por lo que una mala regulación serotoninér-gica (disminución de la producción o re captación) puede incrementar el riesgo de agresión después de un excesivo consumo de alcohol.” (Pascual, Reig, Fontoba, & García, 2011)

Frecuentemente asociamos el término vio-lencia con algún tipo de agresión física o

psicológica, sin embargo, la violencia en ámbitos or-ganizacionales puede asumir varias manifestaciones sutiles, muchas de las cuales llegan a ser considera-das como “normales” y hasta “tolerables. De cual-quier forma, estos hechos constituyen factores que van destruyendo la autoestima del individuo.

“La conducta violenta puede adoptar diversas for-mas; entre otras, físicas extremas, sexuales, intimi-datorias, psicológicas, intensas, poco frecuentes, repentinas, crónicas, ritualizadas, oficiales, cultura-les, verbales, cognitivas, emocionales, lingüísticas, visuales y representativas.” (Hearn, 1994), (Leclercle, 1990).

Durante las últimas décadas, la violencia en las or-ganizaciones ha sido objeto del análisis de varios in-vestigadores; actualmente se la conoce con el nom-bre de Mobbing. El acoso laboral o Mobbing es un fenómeno social muy antiguo, presente en todas las

culturas y que empieza a sistematizarse desde 1982 (Leymann, 1196). De una manera sencilla, podría afirmarse que Mobbing “se refiere a un conjunto de conductas hostiles dirigidas a uno o más traba-jadores que claramente les ocasionan humillación y ofensa. Se trata pues, de conductas agresivas per-sistentes de naturaleza principalmente psicosocial y que llevan al etiquetado y victimización del trabaja-dor. “ (García Izquierdo, Llor, León, & Ruiz, 2006). Como lo señala Leymann, el Mobbing repercute en la sociedad, la organización y la persona, y según (Einarsen & Mikkelsen, 2002) es el más agobiante y devastador problema de los empleados que todas las otras tensiones laborales juntas.

“La conducta violenta suele adoptar la forma de una negación de una promesa: cuando se arrebata a al-guien algo que parecía ir bien, se destruye algo de va-lor, o se le escamotea una recompensa merecida.Con frecuencia, se trata de una conducta impredecible e inquietante que coge desprevenida a la víctima, pero también puede ser el resultado de un abuso sistemáti-co de una posición de privilegio por parte de aquellos que detentan el poder, o bien una combinación de am-bos” (Linstead, 1997)

En la universidad de Barcelona, se desarrolló un es-tudio tendiente a definir una nueva taxonomía de las estrategias de abuso psicológico utilizados en el lugar de trabajo. Los resultados obtenidos muestran 6 categorías de Mobbing con sus respectivas sub ca-tegorías: (Rodríguez, Escartín, Visauta, Porrúa, & Martín, 2010):

Violencia en las organizaciones mobbing

5GESTIÓN EMERGENTE Y OPINIÓN

Page 6: Revista SECTOR e #1

Cuadro 1: Categorización del Mobbing. Rodríguez, 2010

El estudio mencionado señala que: la taxonomía propuesta puede contribuir a una evaluación más precisa de las conductas abusivas en el lugar de tra-bajo y sus consecuencias legales.

Si bien, estudios como los mencionados muestran un espectro bastante amplio y sistematizado sobre el acoso laboral, éstos responden a condiciones presen-tes en realidades específicas como la europea. Segu-

ramente, en la clasificación anterior no se tomó en cuenta ciertas prácticas detectadas en algunas orga-nizaciones de nuestro país tales como: exigir a los empleados la firma de renuncias anticipadas o letras de cambio en blanco, como prerrequisito para ingre-sar a laborar o como seguro institucional, respectiva-mente. Tampoco debieron considerar la « estrategia» que implementan ciertos directivos desde el mes de diciembre de cada año, a través de estribillos como: «el próximo año no habrá aumento de sueldo », o « el próximo año no tendremos utilidades», argumen-tando razones tales como: baja productividad o falta

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de colaboración del empleado, descenso en las ven-tas, falta de asignaciones presupuestarias, etc. Este acoso sutil y aleatorio busca disminuir progresiva-mente la posibilidad de que los trabajadores recla-men sus derechos.

En la Unión Europea se disponen de estadísticas sobre el acoso laboral o Mobbing. Rayner, en 1977 determinó que un 53% de los trabajadores ingleses encuestados habían sufrido acoso laboral al menos en una ocasión. En el caso específico del sector edu-cativo europeo, desde el nivel inicial infantil hasta la educación superior están afectados por este fenóme-no, es más el 12% de los afectados pertenecen al sec-tor de la educación, siendo el Mobbing descendente (desde directivos hacia subordinados), el más fre-cuente. El estudio Cisneros (Piñuel & Oñate, 2006) aplicado a todas las actividades en Madrid determi-na que, respecto a la violencia física o verbal directa referida por los trabajadores contra ellos, el sector sanitario, los servicios subcontratados a empresas y el sector educativo figuran a la cabeza.

En Latinoamérica, existen esfuerzos aislados para atacar el Mobbing, tal como la ley 1010 de Colom-bia. En el Ecuador no se conocen de estudios que di-mensionen el grado del acoso laboral en sus organi-zaciones, por lo que se hace necesario, en principio, desarrollar mecanismos de concientización social para visibilizar este silencio social que carcome sus estructuras. Si queremos cambiar la matriz produc-tiva de nuestro país, dentro del contexto del buen vi-vir, deberíamos poner nuestra mirada en el elemento vital que dinamiza cualquier economía, esto es, su gente, el denominado talento humano.

Si la propuesta es cambiar la gestión organizacional desde una centrada en el capital hacia una enfocada en la persona, definitivamente debemos abordar el Mobbing presente en instituciones públicas y priva-das. ¿Por dónde empezamos?

“Si nuestras organizaciones maltratan a las perso-nas que trabajan en ellas, ya sea mediante acciones individuales o políticas sistemáticas, hay pruebas concluyentes para pensar que muchas de las vícti-mas terminarán convirtiéndose en maltratadores y reproductores de las conductas que a ellos mismos les parecen aborrecibles cuando las llevan a cabo” (Linstead, 1997)

Referencias Einarsen, S., & Mikkelsen, E.(2002). Individual effects of exposure to bullying at work. London: CTC Press. García Izquierdo, M., Llor, B., León, A., & Ruiz, J. (2006). Bienestar psicológico y mobbing en una muestra de profesionales de los sectores educativo y sanitario. Revista de Psicología del trabajo y de las organizaciones , 381-395. Hearn, J. (1994). The organization(s) of violence: Men, gender relations, organizations and violences. Human Relations , 731-754. Justicia, F., Benitez, L., & Fernandez, E. (2006). Caracterización del acoso psicológico en el contexto universitario. Revista de psicología del trabajo y de las organizaciones, 293-308. Leclercle, J. (1990). The violence of language.Lon-dres: Routledge. Leymann, H. (1196). The Content and Develop-ment of Mobbing at Work. European Journal of Work and Organizational Psychology, 165-184. Linstead, S. (1997). Abjection and organization: men, violence and management. Human Relations, 115-1145. Pascual, F., Reig, M., Fontoba, J., & García, A. (2011). Alcohol y violencia. Health and Adictions , 71-94. Piñuel, I., & Oñate, A. (2006). La evaluación y diagnóstico del mobbing o acoso psicológico en la organización: el barómetro Cisneros. Revista de Psi-cología del trabajo y de las organizaciones, 309-332. Rodríguez, A., Escartín, J., Visauta, B., Porrúa, C., & Martín, J. (2010). Categorization and Hierarchy of Workplace Bullying Strategies. The Spanish Journal of Psychology, 297-308.

7GESTIÓN EMERGENTE Y OPINIÓN

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Ing. Efraín Naranjo Borja

Al ser la administración una área de cono-cimiento perteneciente a las ciencias so-

ciales aplicadas (Tenorio, 2004, p. 9), cabe, en este momento crítico por el que atraviesa la universidad ecuatoriana, impulsar una discusión que permita comprender el rol de la administración en el sistema de educación superior, es necesario analizar su corte positivista fundamentado en los presupuestos de las ciencias naturales que han permitido el desarrollo de la organización moderna como una organización como máquina (Morgan, 1991), cuya máxima expre-sión se encuentra en el fordismo, en el que la activi-dad humana se reduce a la ejecución de actividades rutinarias preestablecidas mediante procedimientos que exigen su fiel cumplimiento, “sin intervención de las facultades mentales y manteniendo a raya todo sesgo de espontaneidad e iniciativa individual” (Bauman, 2002, p. 30), con el objeto de maximizar los rendimientos financieros.

Aparte de esta visión positivista e instrumental de la administración, otro aspecto que ha influenciado en el área administrativa han sido las modas, las que se presentan como válidas universalmente, como pro-motoras indispensables de la calidad y conductoras hacia la perfección (Motta, 2001), lo que conduce a una visión simplista e ingenua del acto administra-tivo reducido a una simple aplicación de determina-das herramientas metodológicas, desarrolladas en los países centrales, sin considerar la característica multidimensional del espacio organizacional en una perspectiva histórica (Martins, 2011).

Una de las áreas más cuestionadas en el sistema de educación superior, es el área de administración; del informe del CONEA (2009) se evidencia una fuerte crítica, porque es el área que más se ha mercantili-zado, ya que los requerimientos de inversión en in-fraestructura y tecnología son mínimos y con pocos niveles de exigencia. En este documento se señala también que “…es en el área de posgrados donde se ha manifestado con mayor intensidad el fenómeno de la comercialización de la educación superior” (CONEA, 2009, p. 25), a través de una gama de ti-

tulos calificados como “baratillo de carreras” (Ibíd.). Dentro de las facilidades también se contemplan las modalidades de estudio que mayoritariamente son semi-presenciales, “generalmente impartida duran-te los fines de semana, exige menor profundidad y dedicación académica, en comparación con la mo-dalidad presencial, y, por lo tanto, tiene una mayor demanda” (Ibíd., 26).

Tanto en el Art. 120 de la Ley Orgánica de Educa-ción Superior, publicada en el Suplemento del Regis-tro Oficial No.298 del martes 12 de octubre del 2010, como en el literal b de Art. 3 del Reglamento del Sistema de Estudios de las Carreras de Formación Profesional y de Postgrado de la Escuela Politécnica Nacional, se hace hincapié que el grado académico de maestría o magister otorga una formación que les permite “profundizar teórica e instrumentalmente en un campo del saber”, esto implica que en su pro-ceso de formación es necesario incorporar tanto una base teórica como metodológica en un campo espe-cífico del conocimiento.

La administración en elquehacer Universitario

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La oferta académica de la Facultad de Ciencias Ad-ministrativas de la Escuela Politécnica Nacional corresponde a tres maestrías y una carrera de tercer nivel. Desde este semestre las maestrías operan en una modalidad de estudios de los fines de semana, lo que de acuerdo al informe del CONEA (2009), co-rresponde a un sistema de estudio semi-presencial, los contenidos de las materias de todas las mallas curriculares se orientan a la enseñanza de diferentes herramientas metodológicas, sin ningún componen-te teórico, por lo que no se estaría cumpliendo con lo establecido en la Ley Orgánica de Educación Supe-rior como en el Reglamento del Sistema de Estudios de las Carreras de Formación Profesional y de Post-grado de la Escuela Politécnica Nacional en relación a las maestrías.Es fundamental iniciar la construcción de una base conceptual del acto administrativo desde nuestra realidad, lo que implica una ruptura paradigmática del pensamiento administrativo, pasando de una vi-sión lineal, historiográfico, acrítico, sustituyéndole por una actitud más creativa y transformadora de las relaciones intra-organizacionales (Tenorio, 2004), que permitan impulsar un proceso de emancipación

de las personas en los espacios organizacionales me-diante relaciones fundamentadas en la dialogicidad para comprender su realidad social.

Referencias Bauman, Zygmunt.(2002) Modernidad Líquida. México: Fondo de Cultura Económica. CONEA.(2009) «Evaluación de Desempeño Insti-tucional de las Universidades y Escuelas Politécnicas del Ecuador.» Quito. Martins, Paulo Emílio Matos.(2011) O ‘Espaço-Dinâmica Organizacional’ em Perspectiva Histórica. Ponencia presentada al I Colóquio Internacional sobre o Brasil Holandês. 16 a 19 de noviembre de 2011. Re-cife: Instituto Ricardo Brennand. Morgan, Gareth(1991). Imágenes de la Organiza-ción. México: Alfaomega. Motta, Paulo Roberto.(2001) Transformación or-ganizacional. Bogotá: Ediciones Uniandes. Tenorio, Fernando Guilherme. (2004) Tem Razão a administração?.Ensaios de teoria organizacional. (2da. Ed.) Brasil: Editora Unijuí, 2004.

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Ing. Steevens Góngora

Introducción

La crisis del sistema capitalista, cuya máxi-ma expresión se imprime en su etapa neoli-

beral, en la cual se ponen de manifiesto las promesas incumplidas de la modernidad como la igualdad, la libertad y la paz perpetua, el cumplimiento de otras como la dominación sobre la naturaleza que ha ter-minado por precipitar efectos perversos al destruirla y generar la crisis ecológica, pone en entredicho la naturaleza y la condición moral de nuestra sociedad (Santos 2011). Ante la dominación del capitalismo neoliberal han surgido propuestas que se han ido generando desde diversos puntos de vista, desde las más recientes como las teorías del “decrecimiento” de Serge Latouche (2007) o de la “economía parti-cipativa” de Michael Albert (2005), ambas mencio-nadas por Luciano Martínez (2009) en su artículo: “La Economía Social y Solidaria: ¿mito o realidad?”, hasta las que retoman propuestas históricas olvida-das como el cooperativismo basado en principios de solidaridad, cooperación, autogestión y ayuda mu-tua, que a su vez intentan delinear y dar lugar al na-cimiento del concepto de economía solidaria como una respuesta a la exclusión y sobreexplotación ge-neradas por el sistema dominante.

Por lo tanto, la economía solidaria es una teoría en construcción con una visión de desarrollo contraria a la visión clásica de las teorías que se centran en el crecimiento económico como la sola fuente de desa-rrollo de las sociedades, poniendo en relieve la fala-cia economicista del crecimiento como sinónimo de desarrollo y que busca darle a la ciencia económica un nuevo carácter, más cercana y articulada con la sociedad y con las otras ciencias sociales (Martinez, 2009).

Las bases conceptualesExisten principios fundamentales que se identifican al momento de hablar de economía solidaria, como por ejemplo, solidaridad, igualdad, ayuda mutua, autogestión, comunidad, ciudadanía, etc.

En el presente artículo, el análisis se centrará en los tres principios que posiblemente son los más im-

portantes a la hora de establecer el debate en torno a esta teoría emergente: el principio de solidaridad, el de ciudadanía y el de comunidad y su articulación con el hecho económico en la perspectiva de plan-tear una propuesta diferente de desarrollo.

Los conceptos de solidaridad y ciudadanía tienen en efecto un desarrollo histórico paralelo, desde sus orí-genes - con los profetas sociales, quienes en el siglo VIII a.C. ya hablaron de una sociedad justa, de un Dios ético y de la ciudadanía, así como en la anti-güedad griega donde se hicieron las primeras contri-buciones reflexivas y coherentes sobre economía so-cial fundamentadas en los principios de solidaridad, ayuda mutua, autosuficiencia y austeridad (Arango, 2006).

Como se puede apreciar, estos conceptos han estado siempre presentes en la historia y en las diferentes sociedades y sistemas que la han conformado, como una necesidad de reivindicar o defender los derechos individuales y sociales de los excluidos. Es impor-tante hacer una precisión cuando hablamos de estos dos conceptos, y esta precisión radica en su ámbito de aplicación. En cuanto a la solidaridad, podemos decir que se trata de una condición más básica y de carácter individual (condición humana, basada en la ayuda mutua, igualdad, fraternidad) mientras que el concepto de ciudadanía releva de un carácter más de tipo colectivo (búsqueda y obtención de derechos), no obstante, también se puede resaltar que se trata de dos conceptos complementarios puesto que am-bos buscan el mejoramiento de la condición de los más vulnerables de la sociedad.

Para entender mejor esta precisión vale la pena re-saltar el paisaje terrenal de la Edad Media donde las prácticas de solidaridad y ayuda mutua tuvieron una de sus máximas expresiones en lo que se conoce como las hermandades de siervos, los gremios de artesanos y las corporaciones de comerciantes (Arango, 2006), quienes escapando de la opresión y el poder feudal se refugiaron y se constituyeron en las nacientes ciu-dades, sin embargo, el concepto de ciudadanía tuvo una connotación y aplicación diferente, puesto que el ciudadano y sus derechos eran reconocidos como tales en función de las posesiones materiales que de-

Fundamentos de LaEconomía Solidaria

10GESTIÓN EMERGENTE Y OPINIÓN

Page 11: Revista SECTOR e #1

tentaban, mientras que los desposeídos y excluidos estaban limitados a los favores y misericordia de la Iglesia y sus derechos dependían de la interpretación de la voluntad divina más que de una condición pro-pia del ser humano (Tenorio, 2010).El concepto de comunidad está fuertemente ligado a los dos conceptos anteriores, puesto que si recono-cemos a la “comunidad” como el espacio de la vida en común donde se busca el bienestar y el mejora-miento de la condición del ser humano, se puede entender la complementariedad entre este concepto y su desarrollo fundamentado en principios de so-lidaridad (que releva de la condición humana) y de ciudadanía (que releva de la obtención de derechos).

Las evidencias y perspectivasDesde esta perspectiva, Santos (2006), resalta el pro-ceso de descomposición y desplazamiento que sufrió el concepto de comunidad, que en principio - junto con el Estado y el mercado - fue uno de los com-ponentes del pilar de la regulación del paradigma de la Modernidad (Santos, 2006). Pero resulta que en el proceso de desarrollo y consolidación de este paradigma de la mano con la consolidación del ca-pitalismo como sistema de producción dominante, el mercado terminó sometiendo al Estado para sus intereses, relegando y despojando a la comunidad de su protagonismo que inicialmente le había sido otorgado. Este proceso, a su vez, termina por invisi-bilizar todas las propuestas alternativas fundamen-tadas en los principios de solidaridad, ayuda mutua, cooperación, etc., invalidando y marginalizando sus planteamientos, y universalizando los principios que rigen a las relaciones capitalistas como el lucro y la obtención de ganancias.

Ante la crisis del sistema capitalista dominante y la evidencia de las promesas de igualdad y bienestar incumplidas por el paradigma de la Modernidad, resurgen las propuestas alternativas de desarrollo, varias de ellas retomando los principios abandona-dos por las corrientes de pensamiento del capitalis-

mo e inclusive por aquellas contrarias a este, como el socialismo científico, para generar planteamientos fundamentados en los principios de solidaridad y ciudadanía que nos conduzca a rescatar el concep-to de comunidad – fuera de todas las desviaciones y tergiversaciones que ha sufrido este concepto bajo el régimen de capitalismo de mercado – incorporando los avances que han experimentado estos principios. En el caso del concepto de ciudadanía es indiscutible el valor agregado que Habermas (1997) le otorga a este concepto a través de su planteamiento de la ciu-dadanía deliberativa, que sugiere otra forma de or-ganización de la economía, por ejemplo la Economía Solidaria fundamentada en la Gestión Social y bajo el diálogo y el entendimiento como los instrumentos generadores de procesos de discusión para la toma de decisiones legítimas orientados por principios de inclusión, pluralismo, igualdad participativa y auto-nomía (Tenorio, 2010). No obstante, para llegar a ese nivel, se precisa de un rompimiento con el pa-radigma imperante fundamentado en las estrategias de negociación en el sistema capitalista. Lo cual a su vez, nos conduce a un rompimiento con las bases metodológicas de la racionalidad instrumental en el tratamiento de la economía y en los espacios orga-nizacionales ejecutores de los procesos económicos.

Referencias Albert, M. (2005). Parecon. Madrid: Akal. Arango, M. (2006). Manual de cooperativismo y economía solidaria. Medellín: Universidad Coopera-tiva de Colombia. Latouche, S. (2007). Sobrevivir al desarrollo. Bar-celona: Icaria. Martinez, L. (2009). La Economía social y solida-ria: ¿mito o realidad? Iconos, 107 - 113. Santos, B. d. (2006). De la mano de Alicia. Bogotá: Uniandes. Santos, B. d. (2011). El milenio huérfano. Madrid: Trotta. Tenorio, F. (2010). Ciudadanía, participación y desarrollo local. Santiago de Chile: Arcis.

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Ing. Cristina Acuña

Empiezo este artículo haciendo la pregun-ta, ¿alguna vez ha tenido que aceptar, sin

quejarse, una petición de su jefe a pesar de que ésta no era adecuada?; seguramente la respuesta es sí.

Ya sea por un informe que usted hace para que el jefe se lleve las glorias, sin decir obviamente que usted tuvo algo que ver en la elaboración del documento, o debido a que se le ve como un profesional joven que debe acatar al pie de la letra las instrucciones, o por su condición de género, etc.; son variados real-mente los motivos que me llevan a formular la pre-gunta inicial. Pero a partir de esta pregunta vienen a mí mente otros elementos ligados a nuestra propia ética y la que se maneja en nuestras organizaciones; y a un hecho mucho más profundo todavía la cultu-ra que se maneja en nuestros países.

Desde épocas históricas hemos tenido un gran jefe al cual rendirle honores por llamarlo de alguna ma-nera, el hacendado o capataz según sea el caso, quien ha formulado nuestra forma de actuar. Hoy en día, los capataces se han convertido en los líderes de las organizaciones en vista de que la es-tructura organizacional conlleva el sometimiento; la obediencia al jefe, comprendida como la sustitución del juicio en la coerción que el jefe puede ejercer (Rodríguez, 2006). Es más, en términos del siste-ma de valores, según el modelo mecánico, se aprecia sustantivamente la lealtad y obediencia hacia los su-periores (Zapata, Mirabal, & Hernández, 2009).

Esto último no se reduce a las empresas privadas; es más evidente en organizaciones públicas en don-de los cargos tienen una competencia específica que responde a la obediencia estrictamente definida por los niveles superiores (Weber, 1964).

Hoy en día se han planteado varias ideas que seña-lan el consenso como el nuevo paradigma organiza-cional, sin embargo; como señala Sáenz (1997) este supuesto consenso termina cuando alguien se atreve a disentir o a cuestionar el poder.

Con base en lo señalado, surge un nuevo grupo de organizaciones o simplemente las organizacio-

nes vistas desde una perspectiva completamente diferente a la tradicional. Según José Ignacio Ruíz (2008), se tienen las siguientes organizaciones:

La Obediencia Ciega

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• Organizaciones coercitivas • Organizaciones utilitarias • Organizaciones normativas • Organizaciones duales de obediencia En todas ellas se repiten dos características, la coer-ción y el control; para lo cual se utiliza la manipula-ción.

Todo lo señalado anteriormente representa una for-ma más de violencia y en algunos casos de discrimi-nación, ligado al poder que puede absorber y trans-formar hasta al más ético de los seres humanos; y es que si se analiza más a profundidad los hechos de po-

der, es cierto el viejo adagio que dice “en arca abierta hasta el más justo peca”. El poder logra controlar y nublar las acciones ocasionando comportamientos ligados a la dominación y la explotación; y en este sentido, se generarán luchas dentro de la organiza-ción tal como señala Yolanda Álvarez (2011): contra las formas de dominación; contra las formas de ex-plotación; contra lo que liga a un individuo consigo mismo (luchas contra la sujeción de la subjetividad).

Termino entonces dejando en la mente de quien lee este documento lo siguiente; por un lado no deje-mos que se nos manipule ya sea a través del salario o incluso bajo la premonición de que no vamos a en-contrar un trabajo como el actual, busquemos un es-pacio de bienestar; espacio que debe estar ligado a la posibilidad de crecimiento, de presentar ideas, de ser parte de una comunidad donde la comunicación sea participativa y no el resultado de un proceso de ne-gociación y que no se permita la sumisión del pensa-miento, que es finalmente la muerte de la creatividad de las ideas y del propio pensamiento. Termino en-tonces con la siguiente interrogante, ¿Qué debemos hacer para evitar este tipo de comportamientos coer-citivos?, ¿cómo podemos hacer para no callar y alzar nuestra voz?

ReferenciasÁlvarez, Y. (2011). El poder y las relaciones de poder en las organizaciones. Algunas aproximaciones teóricas desde las perspectivas de Michael Foucalt, Pierre Bourdieu y Max Weber. Gestión y Sociedad, 145-161.Rodríguez, J. (2006). Dirección Moderna de Organizaciones. Cengage Learning Editores.Ruíz, J. I. (2008). Sociología de las Organizaciones Complejas (Vol. 24). Universidad de Deusto.Sáenz, E. (1997). Lecturas Críticas de Administración (S. d. Hombre, Ed.) Santafé de Bogotá, Colombia: Facultad de Ciencias Económicas Universidad Nacional de Colombia .Weber, M. (1964). The Theory of Social and Economic Organization. New York: The free press.Zapata, G., Mirabal, A., & Hernández, A. (2009). Modelo teórico conceptual de la estructura organizativa: un análisis contingente. Ciencia y Sociedad, XXXIV (4), 618-640. Documentos adicionales: http://youtu.be/faYL6b4-vqQ

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Ing. Vinicio Reinoso

“Hemos resuelto llamar las cosas por el nombre verdadero. Córdova se redime. Desde hoy con-tamos para el país una vergüenza menos y una libertad más. Los dolores que quedan son las libertades que faltan” Manifiesto de Córdova, 1918

Introducción

Daniel Cazés, director del Centro de inves-tigaciones Interdisciplinarias en Ciencias

y humanidades de la UNAM al redactar las palabras preliminares a la edición mexicana del documento “La Universidad en el siglo XXI” (Santos,2005) re-cordó las consideraciones realizadas ya en los no-ventas por Boaventura de Sousa Santos sobre las salvaguardias a las crisis y desafíos de las Univer-sidades públicas, entre estas las de los mecanismos de aseguramiento de su democracia interna, ya que “ellos sustentan la libertad académica que bloquea el paso a la proletarización” de los docentes e investi-gadores puestos así al servicio del capital. Entonces es necesario reflexionar sobre los derechos universi-tarios relativos por ejemplo a la autogestión, la auto legislación , la auto vigilancia y la auto evaluación participativa que sustentan la democracia interna y política en el buen sentido, en la vía de construir una autonomía universitaria no dislocada de su sociedad.

Bases de reflexiónLas raíces modernas de los derechos universitarios se encuentran en el manifiesto de los universitarios argentinos (Manifiesto de Córdova, 1918), que hace ya noventa y cinco años, proclamaron crear el dere-cho a la democracia, a la prevalencia de la razón so-bre la norma discriminadora o con dedicatoria, don-de se hartaron que la vieja estructura de universidad se imponga con tiranía; declararon que no puede fundarse la labor de hacer ciencia en un reglamento conminatorio. En síntesis, declararon la participa-ción colegiada de “los cuerpos universitarios”, su “capacidad de intervenir en el gobierno de su pro-pia casa”; sin ambages señalaron la ilegitimidad de las normas legales impuestas con el argumento de la

fuerza o de otra forma de poder coercitivo y que por lo tanto no fueron emanadas por la razón, como una actitud política frente al hacer ciencia. Crearon las bases de la democracia universitaria interna, frente a posturas aislacionistas y elitistas relacionadas con el poder social.

Mario Bunge (1982), en su decálogo de “Los dere-chos y deberes de los profesores universitarios” re-salta que la actividad del docente debe estar enfoca-da a buscar la verdad, en su trasmisión razonadora, en poder equivocarse y corregirse; en denunciar la charlatanería seudocientífica o sin sustento, en dis-cutir opiniones muy diferentes, superando teorías o posturas trasnochadas, en adoptar estándares riguro-sos según la ciencia de la que se trate y en contrapar-tida ética en “ ser intolerante frente a la anticultura y a la cultura falsificadora”. Su pensamiento apunta a un académico como un actor social responsable, con virtud, y, en esa actitud, se afirma su libertad de pensamiento y sus derechos.

En el Ecuador, los derechos del académico univer-sitario los trata el Art. 53 de la LOES; algunos de sus literales son correlativos a sus propias funciones académicas y condiciones de trabajo (a, b, d, g, h); por otro lado, los literales que se pueden incluir como derechos políticos de carácter general y espe-cíficos son: “c) Acceder a la carrera de profesor e in-vestigador y a cargos directivos…” , “e) Elegir y ser elegido para las representaciones de profesores/as e

Los Derechos Universitarios y La Democracia.

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integrar el cogobierno, en el caso de universidades y escuelas politécnicas”, “f) Ejercer la libertad de asociarse y expresarse” , este último literal es más bien propio de cualquier ciudadano común.

De la praxis universitariaYa el profesor Iñaki Piñel (2003) de la Universidad de Alcalá, advertía en lo relativo al ambiente inter-no universitario, la necesidad de existir contrapesos internos , de un equilibrio político y de actuación entre gobernantes y gobernados; consideraba las di-versas argumentaciones en la vía de permear abusos de diversa índole, destruyendo el mejor patrimonio de la Universidad: el debate académico argumenta-do con la razón, la libertad de cátedra, la solidari-dad, la igualdad de oportunidades , el ejercicio de la ética, todos estos capitales intelectuales del ente universitario. En definitiva, conminaba al ejercicio de la gestión y del liderazgo académico alejado de posiciones sectarias o del poder burocrático omni-potente, como un ejercicio de la democracia inter-na universitaria, dado en la condición de trato entre iguales y no entre gobernantes y gobernados al esti-lo Weberiano.

La normativa legal ecuatoriana (LOES, Art.53) se-ñala que- salvo rector y vicerrectores-las demás au-toridades deben ser designadas, no siendo elegidos por sus mandantes; los maestros, aquellos “construc-tores de almas”, no participan más en la democracia universitaria cotidiana. Así que, en los últimos tiem-pos, las Universidades y Politécnicas ecuatorianas, se han envuelto en cambios e innovación radicales, sin advertir que se pueden “hacer cosas distintas, no siempre cosas mejores”(Zabalza, 2009). Entonces, los principios y valores universitarios, como por ejemplo los enunciados en el actual y en el propues-to Estatuto de la EPN (2012), podrían pasar a ser meras intensiones; mientras tanto, los académicos, transformados normativamente en “servidores pú-blicos sujetos a régimen propio”(LOES, Art.70) po-

drían ser inducidos a tener preferencias hacia lo meramente instrumental, a perseguir la calidad, la excelencia y por ende a la evaluación tecnocrática, como lo recomienda el capital educativo trasnacio-nal (Santos, 2005).

Conclusión Los derechos e intereses legítimos de los académi-cos universitarios y politécnicos del país han ido de la mano con la disponibilidad real para su actividad más importante: la de pensar, la de generar creati-vidad; entonces se deben crear espacios propios de discusión y argumentación, de establecer un dialogo entre iguales en el camino de hacer ciencia compro-metida con la comunidad y no con los dictados del mercado; ahí el sentido emancipador y libertario de la democracia interna universitaria.De manera que la preservación y el responsable ejer-cicio de la democracia, como una situación o estado de derechos en una Universidad o Politécnica, no se llegaría con un débil ejercicio de los mismos, sino con la praxis cotidiana del académico de darse más democracia, recreándola, transparentándola; en este sentido deben tener vigencia y garantía los derechos universitarios.

Referencias Bunge Mario. (2011). Derechos y deberes universi-tarios; Carta de los Derechos y Deberes del Profesor. Ba-jado de http:// cratoscopio.blogspot.com/2011/10/derechos-y-deberes-de profesores-segùm.html CES. Reglamento de carrera y escalafón del Profe-sor e Investigador del Sistema de educación Superior. (2012). RPC-SO-037-Nº265-2012. Quito, Ecuador Constitución 2008, Edición de bolsillo, p.156, 158 Escuela Politécnica Nacional. (1 de marzo 2012). Propuesta de Nuevo Estatuto de la EPN. Quito, Ecuador Ley Orgánica de Educación Superior (LOES). (12 de marzo 2010). Quito: Suplemento del Registro Oficial.p.6,12,13,14,38,83. Manifiesto de Córdova (21 de julio de 1918). Ba-jado de http://es.wikipedia.orgh(wiki/Reforma_de_C%C3B3odova. Piñel Inaki. (2003). Maltrato psicológico en la uni-versidad. Universidad de Alcalá: España Santos, B.(2005). La Universidad en el siglo XXI. Para una reforma Democrática y Emancipadora de la Universidad. Universidad Autónoma de México- CEITH: México D.F. Zabalza M. (2009). Ser profesor universitario hoy. Bajado de http://www.lacuestionuniversitaria.upm.es/web/grafica/articulos/imgs_boletin_5/pdfs/LCU5-7.pdf

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Ing. Cyntia J. Ramos C.

El buen vivir es un término escuchado con frecuencia en la actualidad, tal es su pro-

tagonismo que preside la Constitución ecuatoriana del 2008, mencionando que “Decidimos construir una nueva forma de convivencia ciudadana, en di-versidad y armonía con la naturaleza, para alcanzar el buen vivir, el sumak kawsay”; posteriormente fue retomado por el Plan Nacional para el Buen Vivir 2009-2013.

Según el artículo 276 de la nueva Constitución, el buen vivir implica mejorar la calidad de vida de la población, desarrollar sus capacidades y potencia-lidades; contar con un sistema económico que pro-mueva la igualdad a través de la redistribución social y territorial de los beneficios del desarrollo; impulsar la participación activa de la ciudadanía en todos los ámbitos de interés público, establecer una conviven-cia armónica con la naturaleza, garantizar la sobera-nía nacional y promover la integración latinoameri-cana, y proteger y promover la diversidad cultural.

Desde el punto de vista de la gestión organizacional, lo que merece la pena preguntarse, es si para alcan-zar la felicidad y la armonía establecidas por esta nueva propuesta, es necesario repensar en el tipo y en la orientación en los espacios organizacionales en el Ecuador en los actuales momentos, o si por el con-trario, las formas organizacionales existentes pueden materializar y concretizar dicha propuesta.

Parece ser que la respuesta a esta interrogante se in-clinaría por la primera vía, puesto que actualmente los espacios organizacionales están claramente ges-tionados en función del interés del mercado, a través de instrumentos teóricos y metodológicos orienta-dos específicamente a la maximización y acumula-ción de ganancias en términos financieros.

Por lo tanto, habría que repensar la estructura y di-rección a seguir de las organizaciones en función de otros marcos teóricos diferentes a los de la lógica del

Caminando Hacia El Buen Vivir

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mercado, retomando como prioridad la supremacía de la condición humana por sobre la obtención de ganancias y acumulación de capital, es decir, con-cebir organizaciones no alineadas con el sistema de producción capitalista dominante.

Este nuevo tipo de organizaciones a diferencia de las organizaciones enmarcadas en la racionalidad del mercado, estarían orientadas por planteamien-tos teóricos fundamentados en un entendimiento de las mismas, a partir de una base conceptual distinta que refleje la condición cultural, política e histórica de la realidad en la que se encuentran, invirtiendo la relación fin (objeto = riqueza) → medio (sujeto = personas) de la acción estratégica de la lógica de la racionalidad instrumental en la que se utiliza a las personas para la generación de riqueza, por la rela-ción fin (sujeto = personas) → medio (objeto = rique-za) en la que se priorice el bienestar y la realización del ser humano por sobre los intereses del mercado. Evidenciando así un rompimiento con el paradigma dominante.

Al ser la Constitución la carta magna del estado ecuatoriano que orienta nuestro accionar, este prin-cipio debería ser parte importante de nuestra vida, es más, debería estar presente en nuestros hogares, en todos los niveles de educación y en todas nuestras actividades ya que se lo plantea como la meta máxi-ma de nuestra nación. ¿Pero, estamos realmente ha-ciendo algo para alcanzar este objetivo?, o ¿creemos

que es suficiente que exista un decreto, o una simple voluntad impuesta?, si es así; estamos en un grave error.

Debemos tomar conciencia de que la tarea es muy compleja, las relaciones capitalistas no se superan por simple decreto; la ciudadanía desconoce en su mayoría este concepto, si bien hay la predisposición por parte de algunos a un consumo responsable y la utilización de los saberes tradicionales y pese al empuje del gobierno en materia de derechos socia-les; existe un débil empoderamiento social y estamos todavía lejanos del “Buen Vivir”.

Referencias Acosta, A., & Esperanza, M. (2009). El buen vivir. Una vía para el desarrollo. Polis, Revista de la Uni-versidad Boliviana, 184. Constitución de la república del Ecuador. (2008). FEDAEPS. (2010). Sumak Kawsay /Buen Vivir y cambios Civilizatorios. Quito. Ibánez, A. (2011). Un acercamiento al Buen Vivir. DFIH y CEFyT, 22-40. Larrea, A. M. (2011). El Buen Vivir como contra-hegemonía en la Constitución Ecuatoriana. Revista Internacional de Filosofía Iberoamericana y Teoría Social, 70. SENPLADES. (2010). Los Nuevos Retos de Améri-ca Latina: Socialismo y Sumak kawsay. Quito.

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Iñaki Piñuel y Zabala (2003)

Uno de los principales problemas de ges-tión de recursos humanos de las univer-

sidades en la actualidad es la habitual ausencia de responsabilidad y la correspondiente impunidad de las actuaciones de muchos de sus responsables.

Si realizamos un análisis de las características que presenta la política de recursos humanos en las uni-versidades, encontramos un manual de cómo no de-berían ser gestionadas.

En la estructura organizativa de la Universidad en-contramos una serie de organismos que meramente yuxtaponen a los trabajadores en unidades o depar-tamentos, con una verdadera ausencia fáctica de res-ponsable.

Quien desempeña cada función de mando suele ser un gestor que funciona a base de votos y nombra-mientos y que no suele tener que dar cuentas más que de una manera formal. Ese sistema genera, con el tiempo, un régimen clientelar o cautivo en el que la mayoría termina participando.

Al margen de toda profesionalidad en la dirección de personas, y al amparo de un sistema cerrado como es el universitario, se desarrollan normas implícitas

y estructuras de poder informales y paralelas que terminan constituyéndose en clanes, regímenes o mandarinatos que se perpetúan con independencia de quién dirija esa Universidad. Quien participa en estos juegos de poder suele arriesgar poco o a nada con su actuación.

Y quien tiene poco que arriesgar, termina infrin-giendo todos los límites, calculando que puede com-portarse de cualquier manera sin correr riesgos.

De la falta de contrapesos internos y de la extensión de una atmósfera de impunidad so diferentes pre-textos se generan los abusos de poder, la discrimi-nación, los atropellos a los derechos fundamentales de la persona y a la dignidad que merece todo ser humano. Esa atmósfera se materializa también en diversos fenómenos a la orden del día en la Univer-sidad actual como la poca relevancia de las evalua-ciones docentes, la falta de respeto a la dignidad y el maltrato psicológico hacia alumnos, becarios o re-cién llegados, así como violencia psicológica consta-table en los departamentos, claustros, comisiones…De este modo, actitudes prepotentes y comporta-

mientos violentos, destructivos y contrarios a los va-lores democráticos asumidos por la sociedad civil, se mantienen vigentes y son vistos con cierta naturali-dad, trivializándose su existencia.

Maltrato Psicológico enla Universidad

El Silencio de los corderos

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La impunidad y la ausencia de responsabilidad con-sagran la ley de la selva, con lo que las rivalidades y los enfrentamientos se materializan en la depreda-ción del más vulnerable, del que es diferente, del que más amenaza intelectualmente a los otros o, sencilla-mente, del que no dispone de padrinos.

Años de un funcionamiento impune y de actua-ciones al margen del más mínimo reproche, no ya jurídico, sino meramente humano, refuerzan la ac-tuación de estos verdaderos psicópatas organizacio-nales que compran o eliminan a los que estiman sus rivales.

Para ellos, el fin justifica la utilización de cualquier medio. Se sienten al abrigo en un tipo de sistema clientelar que han conseguido tejer y mantener en el tiempo. Al cabo de los años, perfeccionan un com-portamiento que destruye el mejor patrimonio de la Universidad: el debate académico, la libertad de cá-tedra, la solidaridad, la igualdad de oportunidades y la ética. Además, destruyen el capital intelectual de la Universidad, la creatividad, la iniciativa y la co-

municación. De esta forma, las personas subyugadas por el miedo, se transforman en trabajadores des-motivados y alienados de su propio trabajo. De este modo, los psicópatas organizacionales propagan a su alrededor una verdadera atmósfera de mediocridad y de temor en la que sobreviven bien. Así es como la Universidad se ha convertido, para sus mejores re-cursos humanos, en una organización feudal en la que muchos trabajan en el miedo que otros alimen-tan y desarrollan para su provecho. Nada se piensa, nada se dice, nada se sabe… Nadie conoce a nadie, en medio del más puro e inquietante silencio de los corderos.

Iñaki Piñuel es profesor titular de la Universidad de Alcalá (Madrid). (Tomado de acosolaboral.net/maltrato-psicologico-en-la-univer-sidad-iñaki-pinuel-y-zabala

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