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Regeneración Urbana y Turismo: Una aproximación desde las escenas culturales Clemente J. Navarro Pablo Díaz-Luque Rafael Merinero Centro de Sociología y Políticas Locales Universidad Pablo de Olavide de Sevilla 1. Regeneración, escenas culturales y turismo urbano. La regeneración urbana tiene como objetivo revitalizar áreas deterioradas de ciudades para mejorar las mismas desde el punto de vista físico, económico, social y cultural (Smith, 2007). Para Bianchini, la regeneración urbana es un concepto complejo que aúna medidas acompasadas medioambientales, sociales, culturales, simbólicas y políticas (Bianchini, 1993). Las actuaciones urbanísticas, en inmuebles y mobiliario urbano, así como el desarrollo y promoción de la actividad económica, comercial, social y cultural, son medidas comunes en los planes de regeneración urbana que se vienen dando en cada vez más ciudades del mundo. Así, el concepto de regeneración es frecuentemente entendido también como “revitalización” o “renacimiento”, y suele implicar un proceso previo de “degeneración” que se pretende superar. De esta forma, los motivos para embarcarse en procesos de regeneración complejos, de gran escala y de larga duración son variados. Se acostumbra a mencionar que estos planes entraron en la agenda política de los años 70 y 80 como forma de elevar el desarrollo económico, social y cultural de las ciudades deterioradas tras épocas industriales. Sin embargo, también son utilizados con el objetivo de reforzar la imagen externa de la ciudad, o para acometer proyectos de infraestructuras y medioambientales que mejoren la vida cotidiana de los ciudadanos y visitantes. En todo caso, se entiende que la implementación de estos planes vendrá acompañada de un efecto acumulativo ya que actúan como catalizadoras de otras inversiones e iniciativas del resto de agentes sociales. Smith (2007) recuerda que algunos planes de regeneración urbana se han encargado de redescubrir el patrimonio y la cultura local, mientras que otro gran número ha dado lugar a un similar paisaje globalizado de edificios monumentales, áreas comerciales y grandes hoteles; hablándose entonces de homogeneización y monotonía en esos planes. La cultura, por lo tanto, es frecuentemente utilizada en estos planes de regeneración urbana. Con mayor o menor éxito se incorporan acciones de diversa índole cultural a la redacción e implementación de los planes. Entre ellas, se mencionan las acciones sobre la arquitectura y atractivos de esos entornos urbanos, o mediante la programación de eventos y emplazamientos de complejos de entretenimiento, así como enfatizar el modo de vida local. Evans

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Regeneración Urbana y Turismo:

Una aproximación desde las escenas culturales

Clemente J. Navarro

Pablo Díaz-Luque Rafael Merinero

Centro de Sociología y Políticas Locales Universidad Pablo de Olavide de Sevilla

1. Regeneración, escenas culturales y turismo urbano. La regeneración urbana tiene como objetivo revitalizar áreas deterioradas de ciudades para mejorar las mismas desde el punto de vista físico, económico, social y cultural (Smith, 2007). Para Bianchini, la regeneración urbana es un concepto complejo que aúna medidas acompasadas medioambientales, sociales, culturales, simbólicas y políticas (Bianchini, 1993). Las actuaciones urbanísticas, en inmuebles y mobiliario urbano, así como el desarrollo y promoción de la actividad económica, comercial, social y cultural, son medidas comunes en los planes de regeneración urbana que se vienen dando en cada vez más ciudades del mundo. Así, el concepto de regeneración es frecuentemente entendido también como “revitalización” o “renacimiento”, y suele implicar un proceso previo de “degeneración” que se pretende superar. De esta forma, los motivos para embarcarse en procesos de regeneración complejos, de gran escala y de larga duración son variados. Se acostumbra a mencionar que estos planes entraron en la agenda política de los años 70 y 80 como forma de elevar el desarrollo económico, social y cultural de las ciudades deterioradas tras épocas industriales. Sin embargo, también son utilizados con el objetivo de reforzar la imagen externa de la ciudad, o para acometer proyectos de infraestructuras y medioambientales que mejoren la vida cotidiana de los ciudadanos y visitantes. En todo caso, se entiende que la implementación de estos planes vendrá acompañada de un efecto acumulativo ya que actúan como catalizadoras de otras inversiones e iniciativas del resto de agentes sociales. Smith (2007) recuerda que algunos planes de regeneración urbana se han encargado de redescubrir el patrimonio y la cultura local, mientras que otro gran número ha dado lugar a un similar paisaje globalizado de edificios monumentales, áreas comerciales y grandes hoteles; hablándose entonces de homogeneización y monotonía en esos planes. La cultura, por lo tanto, es frecuentemente utilizada en estos planes de regeneración urbana. Con mayor o menor éxito se incorporan acciones de diversa índole cultural a la redacción e implementación de los planes. Entre ellas, se mencionan las acciones sobre la arquitectura y atractivos de esos entornos urbanos, o mediante la programación de eventos y emplazamientos de complejos de entretenimiento, así como enfatizar el modo de vida local. Evans

(2005) diferenciaba tres maneras de incorporar la cultura en los planes de regeneración:

1. Cultural Regeneration: La actividad cultural se integra por completo en el proyecto general de regeneración.

2. Cultural-Led Regeneration: La cultura se incorpora al plan como catalizadora de futuras inversiones y nuevos desarrollos urbanos.

3. Culture and Regeneration: En este caso la cultura juega un papel marginal dentro del plan donde es entendido como un añadido.

Los planes de regeneración buscan también hacer más atractiva la ciudad a los turistas. Sin embargo, hacer de un rejuvenecido entorno urbano un atractivo destino turístico es un proceso complejo. En el mismo no es suficiente con la incorporación o adaptación de nuevos edificios o proyectos bandera. Se necesita que estos proyectos tengan resonancia con la cultura de la ciudad para que se produzca identificación con los mismos. De otra forma el disenso puede aparecer y el éxito de los proyectos disminuir. Se trata de lograr escenas que resulten atractivas tanto a la población local como a los turistas, que transformen la fisonomía y atmosfera urbana en mejores espacios para el esparcimiento y disfrute de los ciudadanos y de los visitantes. Por su parte, el concepto de “escenas culturales” proviene del hecho de que las ciudades no se entienden ya únicamente como lugar de actividad productiva o residencial. Son espacios para el consumo cultural donde se crean, actualizan y cambian estilos de vida (Navarro, 2012). Cada escena refleja su propio estilo y su tono vital, reconocibles en su estética, sus prácticas identitarias y los valores que las soportan (Silver, Clark y Navarro, 2010). Las ciudades pierden su histórico carácter industrial y residencial para convertirse en espacios de consumo; y, como unidades territoriales, pueden aglutinar ciertos tipos de equipamientos y servicios en lugares específicos que generan espacios sociales significativos de consumo. Espacios, o escenas culturales y turísticas, que deben ser conocidos y analizados conjuntamente con los cambios que devienen de la acción de los planes de regeneración urbana. Además, la idea de las escenas culturales se adapta a la transformación del consumo cultural que se demanda por parte de los turistas. Esa evolucion entiende que, en décadas pasadas, la mayor parte de los turistas culturales viajaban sobre todo para ver alta cultura en el destino elegido, especialmente museos, monumentos y festivales. Sin embargo, hoy en día el producto turístico cada vez más está impregnado de elementos de la cultura popular y cotidiana (Richards, 2005). La mayor parte de los turistas culturales viajan motivados por el conocimiento y el descubrimiento del ambiente y la cultura local de la ciudad, para “vivir el ambiente” del destino; se produce, por tanto, un cambio hacia una visión amplia de las experiencias culturales urbanas (Richards, 2001; 2009). Lo que se está produciendo es una “turistificación” de la ciudad, la existencia de diferentes formas y maneras de consumir una ciudad; el turista ya no consume exclusivamente un museo o un monumento como producto aislado, sino que fundamentalmente consume sitios y lugares, componentes variados (Urry, 2000; 2007). La mirada del turista ya no se concentra específicamente en un monumento

imponente, no es una mirada estática del recurso, sino una mirada amplia de paisajes urbanos sensoriales (Urry, 2008) que pone de manifiesto es una forma de mirar “colectiva” en la que la presencia de otros turistas en espacios cotidianos de la ciudad cobra una presencia importante, frente a la forma de mirar “romántica”, más clásica centrada en el monumento, la catedral o el museo (Urry, 1999). Desde esta perspectiva, lo que se puede comprobar es un cambio en el comportamiento del turista urbano, un paso de la “kodakización” de los recursos donde se obtiene una imagen estática y aislada tomada con sumo cuidado, ya que es una imagen única que se puede estropear en su revelado con un fallo en la toma de la misma, a la “appelización” que proporciona la toma de imágenes y vídeos digitales, y por tanto una visión amplia e integradora, móvil y diversa. Esta nueva circunstancia hace que el centro de interés y atención del turista urbano se traslade desde el recurso (antiguo elemento que tenía capacidad de atracción por si sólo) hacia la identidad cultural del lugar, que hace que la ciudad como un todo cobre importancia como herramienta de valorización turística, posibilitando que los elementos característicos de la vida cotidiana local sean los verdaderos objetos de deseo y de interés de consumo por parte de los turistas urbanos (Richards y Wilson, 2005; Urry, 2007). Esta nueva circunstancia del turismo urbano es fruto de las respuestas que exigen la nueva cultura globalizada del consumo, en la que se impone de manera “uniforme” un estilo de vida urbano (Greenberg, 2000) propicio para la nueva clase media acomodada, que muestran una tendencia clara a demandar y consumir servicios y ambientes urbanos similares donde quiera que vayan (Sassen, 1994; Reich, 1991; Lury, 1997). En este orden de cosas, esta nueva clase media “extendida y acomodada” urbano-rural pone la idea de la calidad de vida en el centro de interés a la hora de consumir las ciudades en sus viajes (Lloyd, 2000). Y esto proporciona unas consecuencias de gran transcendencia a las ciudades a la hora de posicionarse como un destino turístico urbano, ya que los elementos que conforman el producto turístico son más difusos, variados y complejos que en el pasado, ya que estos ya no están constituidos exclusivamente por los recursos culturales que posee la ciudad (museos, monumentos, etc.), sino por la ciudad en su conjunto, por los distintos espacios urbanos que configuran la vida cotidiana de la ciudad, el exotismo urbano que reclama al visitante (Judd, 1999). Por lo tanto, los turistas es cierto que demandan en las ciudades elementos de un estilo de vida urbano similar (servicios, equipamientos, infraestructuras) pero al mismo tiempo tienen que ser únicos, propios de las características locales y genuinas, particulares de la ciudad; de manera que la identidad cultural urbana en si misma se convierte en la herramienta de valorización turística (Richards y Wilson, 2005); es decir, el patrimonio urbano entendido en sentido amplio, conformado por los edificios, los parques, las calles, el patrimonio cultural, las plazas, los ambientes urbanos, etc. constituyen la clave del mosaico del paisaje urbano, centro preferencial del nuevo atractivo de las ciudades, que como tales y en sentido ampliado han asumido en su conjunto el status de exóticas, lo que hace que el turismo moderno ya no esté centrado en los monumentos históricos, las salas de concierto o los museos, sino en la escena urbana adecuada para el turismo (Sassen y Roost, 1999: 143). Esta escena turística urbana está compuesta por un

calidoscopio de experiencias y espacios orientados al trabajo, consumo, ocio y entretenimiento de la ciudad (Featherstone, 1994), o lo que es lo mismo, el interés del turista por la ciudad se concentra de manera fundamental en el exotismo que provoca la cotidianidad urbana, la esencia está en las características locales y particulares que adopta el estilo de vida urbano contemporáneo y globalizado. En estas escenas entran en juego los planes de regeneración urbana que modifican espacios de consumo, esparcimiento y recreo, tratando de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos locales, y de atraer visitantes. Este trabajo trata de presentar una caracterización de los procesos de regeneración urbana de los centros históricos que se han llevado a cabo en los últimos veinticinco años en las ciudades de Barcelona, Bilbao, Madrid, Sevilla, Valencia y Zaragoza. Con este propósito se identifican los diferentes ámbitos de actuación que han sido realizados en los mismos para poder comprobar si dichos programas estarían en la línea de generar escenas culturales de entretenimiento, que son las más adecuadas a los nuevos perfiles de la demanda turística urbana. 2. Análisis de las escenas culturales y los impactos en las mismas de los procesos de regeneración urbana. Como hemos mencionado, los planes de regeneración urbana incorporan en mayor o menor medida la cultura. Como resultado, las escenas culturales urbanas, y en particular las de sus centros históricos, pueden verse significativamente modificadas -de forma consciente o inconsciente- por la implementación de las actuaciones ligadas a esos planes. El análisis de las variaciones en las oportunidades de consumo cultural en estas áreas debe ser analizado para observar si efectivamente es así. A continuación se presenta como se realiza este análisis mediante el estudio de las dimensiones de las escenas culturales, una metodología de análisis basada en las mismas y la hipótesis de investigación. 2.1. Dimensiones de las escenas culturales. La perspectiva de las escenas culturales se centra, precisamente, en el análisis de las oportunidades de consumo cultural que existen en las ciudades y en partes concretas de éstas. Las escenas culturales se entienden como clusters de equipamientos, espacios y servicios que, localizados en un mismo espacio, proporcionan ciertas oportunidades de consumo cultural para los habitantes y visitantes de la ciudad. Se trata, pues, de espacios de consumo cultural que generan oportunidades para vivir, expresar o disfrutar distintos estilos de vida a través de las prácticas de consumo cultural que pueden desarrollarse en ellas. Pero ¿Cómo se leen (estudian) las escenas culturales?. Para ello se plantean tres dimensiones básicas (Tal y como muestra la Tabla 1): legitimidad (valores que orientan las prácticas culturales), teatricalidad (forma en que se visualiza) y autenticidad (criterios de identificación y reconocimiento por el desarrollo de la práctica cultural). Estas dimensiones se dividen, a su vez, en un

total de 15 sub-dimensiones, cuya combinación mostraría diferentes tipos de escenas culturales (tabla 2). Para medir la presencia de esas 15 sub-dimensiones en cada zona de la ciudad procedemos de la forma siguiente. Primero, elegimos un conjunto de actividades económicas, clasificadas a cuatro dígitos según códigos CNAE, y cada una de ella es codificada para cada dimensión en una escala (1,5), donde el valor 1 significa que esa categoría se opone a la esencia de sub-dimensión considerada, el valor 5 que si esa subdimensión es esencial para dar cuenta de la naturaleza de ese equipamiento. Segundo, ponderamos el número de equipamientos de cada categoría (código CNAE) por el valor que le hemos asignado en cada sub-dimensión, y posteriormente, hacemos el sumatorio de los valores obtenidos para cada sub-dimensión en cada barrio, con ello obtenemos el indicador de intensidad de cada sub-dimensión. En tercer lugar dividimos esos valores por el número total de equipamientos existentes en cada barrio, obteniendo el indicador de performance, esto es, si esa zona de la ciudad destaca, se especializa, en la sub-dimensión considerada (no tratándose, pues, de una medida de concentración). Diferentes combinaciones de esos índices de performance dan cuenta de diferentes tipos de escenas culturales, tal y como muestran análisis para las ciudades norteamericanas (Silver, Clark y Navarro, 2010) o las españolas (Navarro, 2012). 2.2. Metodología e hipótesis.

La idea o hipótesis principal de este trabajo supone que el desarrollo de procesos de regeneración urbana en el centro histórico de la ciudad debe tener efectos sobre estos espacios entendidos como ‘distrito turístico’. En particular, tales procesos pudieran tener cierto impacto en el carácter de las escenas culturales de tales espacios, y además, quizás dar lugar a cierta diferenciación entre ellos y el de otras zonas de la ciudad. Para tratar de aportar algunas evidencias sobre las ideas planteadas más arriba hemos analizado seis ciudades españolas. Se trata de grandes ciudades en donde han existido procesos de regeneración urbana en los que ha jugado un papel importante la cultura, o incluso, la existencia de grandes eventos culturales. Además, constituyen importantes destinos turísticos en el conjunto de España, siendo uno de sus atractivos sus respectivos centros históricos. En concreto, se trata de Barcelona, Madrid, Bilbao, Valencia, Sevilla y Zaragoza. Para cada una de ellas hemos considerados dos aspectos.

Tabla 1. Las escenas culturales convencionales y no convencionales Dimensión Sub-dimensión Ejemplos de equipamientos o servicios

Tradicionalismo Sitios históricos, museos arqueológicos Utilitarismo Comida preparada, centros congresos Igualitarismo Parques, bibliotecas Expresividad Galerías de arte, espacios escénicos,

Legitimidad

Carisma Festival de cine, golf Glamour Festival de cine, diseño de moda Formalidad Opera, golf, restaurante alta cocina Trasgresión Salas fiesta, tatto, arte contemporáneo Cercanía Pequeño comercio, artesanía, tabernas

Teatricalidad

Exhibicionismo Moda, locales para adulto, gimnasios Localismo Monumento histórico, cocina regional Etnicidad Flamenco, restaurantes étnicos Empresas Centro convenciones, parque temático Estado Embajadas, sedes administrativas

Autenticidad

Racionalidad I+D, bibliotecas, universidades Fuente: Silver et al. (2010) y Navarro et al. (2012).

Por un lado, hemos analizado los planes de regeneración urbana que se han producido en sus centros históricos entre 1991 y 2010. Más concretamente, se ha analizado el tipo de actuaciones desarrolladas, considerando su posible impacto sobre las escenas culturales, y con ello, las oportunidades de consumo cultural que ofrecen a potenciales visitantes. En concreto, hemos sistematizado qué tipo de actuaciones se han desarrollado, derivando de ello ciertos impactos sobre el carácter de las escenas culturales en los centros históricos de las seis ciudades. Por otro lado, hemos medido qué tipo de escenas culturales predominan en los barrios de las ciudades estudiadas (Tabla 2). En concreto, hemos definido cuatro tipos de escenas. Una de ellas daría cuenta del predominio de escenas no convencionales sobre escenas no convencionales. Las primeras se caracterizan por la oferta de oportunidades culturales que remiten a prácticas ligadas a las costumbres y tradiciones, la formalidad y la vecindad en cuanto a la forma de estar y verse, así como la autenticidad ligada a lo local. Las no convencionales, en cambio, remiten a prácticas donde predomina la expresividad, el glamour y la innovación, y ligadas a la actividad empresarial y sus marcas. Se trata de una diferenciación que es común para el conjunto de los municipios españoles y que se relaciona tanto con la atracción de clase creativa y el desarrollo económico local (Navarro, Mateos y Rodríguez, 2012), como la atracción de visitantes (Muñoz, Rodríguez y Navarro, 2012), o la dimensión cultural de los procesos de gentrificación en las grandes ciudades (Navarro, 2011; Navarro, Guerrero, Muñoz y Mateos, 2012). Las otras tres escenas que hemos delimitado se refieren a orientaciones más concretas y que pueden guardar una relación más estrecha con los procesos de renovación y sus orientación turística. Todas ellas medidas como combinaciones

de diferentes sub-dimensiones; en concreto, se han mediado como la media de sus respectivos indicadores de performance. Por un lado, escenas orientadas al entretenimiento, en las que destaca la transgresión, el exhibicionismo, el carisma o la autencidad del mundo empresarial (por ejemplo, destacaría la presencia de salas de fiesta, bares, discotecas, parques de atracciones, gimnasios, …). Por otro lado, las que hemos denominado ‘escenas artísticas’, en donde prevalecen la expresividad, el glamour, la formalidad, la etnicidad y la racionalidad (teatros, museos, galerías de arte, anticuarios, moda, producción cinematográfica, literaria y artística,…). Y por último, escenas que revelan la existencia de ‘autenticidad local’, allí donde prevalecen oportunidades de consumo cultural ligadas al tradicionalismo, la vecindad y el localismo, esto es, ligadas a las tradiciones locales y la cercanía (por ejemplo, tabernas y bodegas, comercio al por menor,….). Tabla 2. Escenas definidas.

Dimensión

Sub-dimensión

Con

ven

cion

al

NO

co

nve

nci

onal

En

tret

enim

ien

to

Art

ísti

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Au

ten

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lo

cal

Tradicionalismo X X Utilitarismo X Igualitarismo X Expresividad X X

Legitimidad

Carisma X X Glamour X X Formalidad X x Trasgresión X X Cercanía X X

Teatricalidad

Exhibicionismo X X Localismo X X Etnicidad X X Empresas X X Estado X

Autenticidad

Racionalidad x X Fuente: Proyecto DCC

Hemos calculado el indicador de performance para cada escena en 1991 y 2010, teniendo, por tanto, valores en la escala (1,5); a excepción de la distinción entre convencionales y no convencionales que supone el cociente de las segunda sobre las primeras. Además hemos calculado el cambio entre 1991 y 2010 en forma de cociente, de tal forma que valores iguales a 100 significa que los valores de esos años no han cambiado, valores superiores a 100 indicarían un cambio positivo, y valores menores a 100 significan un cambio negativo. A continuación se presentan los descriptivos de todos estos indicadores, donde puede apreciarse que para el conjunto de las ciudades analizadas las escenas han tendido a orientarse hacia las de carácter no convencional.

Tabla 3. Indicadores de escenas culturales en las ciudades Medias de los barrios en cada ciudad (n=451 barrios) Media Desv. típ. Entretenimiento (1991) 2,74 0,10 Entretenimiento (2010) 2,88 0,051 Artística (1991) 3,08 0,07 Artística (2010) 3,10 0,04 Autenticidad (1991) 3,11 0,11 Autenticidad (2010) 3,02 0,08 Convencional <-> No convencional (1991) 80,06 5,51 Convencional <-> No convencional (2010) 84,26 2,21 Entretenimiento: 2010/1991 105,07 4,44 Artística: 2010/1991 100,44 2,33 Autenticidad local: 2010/1991 97,24 3,80 Convencional <-> No convencional: 2010/1991 105,71 7,23

Fuente: proyecto DCC

Desde un punto de vista operativo, la idea o hipótesis central de este trabajo supone que, primero, el carácter de los procesos de regeneración urbana han supuesto un cambio que orientan las escenas hacia las de carácter no convencional en la medida en que estas se relacionan con las prácticas de consumo cultural características del turismo urbano en las grandes ciudades; segundo, por esa misma razón, será más pronunciado en las de entretenimiento y artística, pero en detrimento de la autenticidad local; y tercero, que ese cambio será más pronunciado en el centro histórico de las ciudades en la medida en que hayan conservado su carácter de ‘distritos turísticos’ respecto al resto de la ciudad.

4. Resultados y discusión 4.1. Los procesos de regeneración urbana (y la evolución del turismo) Las ciudades, en la actualidad, están inmersas en una evolución del modelo de desarrollo turístico que se manifiesta en la utilización del espacio urbano para su uso. Así se logra dar cobertura a las exigencias del nuevo turista urbano que demanda una experiencia turística en la que la ciudad es entendida como un todo, conjunto de elementos comunes de vida urbana (servicios, equipamientos e infraestructuras) y al mismo tiempo aspectos únicos locales y genuinos. Desde esta perspectiva, las ciudades han comenzado, desde mediados de la década de los ochenta del siglo pasado, a incorporar al producto turístico urbano los espacios de sus cascos históricos, porque era allí en los que se encontraban los recursos patrimoniales que habían servido en una primera etapa como tractores de visitas a la ciudad. Así, la ciudad que se precie de ser competitiva en el mercado del turismo urbano debe de provocar un proceso de transformación a través de mecanismos de regeneración urbana de los centros de las ciudades, convirtiéndolos en escenarios de atractivas imágenes urbanas e instrumentos de desarrollo económico (Bianchini, 1999), produciendo así una espacie de “escena cultural reducida”, limitada y claramente diferenciada en el espacio y el tiempo del turista urbano. En la tabla que aparece a continuación aparecen sistematizadas las principales actuaciones que han sido impulsadas en los centros históricos de las ciudades de Barcelona, Bilbao, Madrid, Sevilla, Valencia y Zaragoza, así como la incidencia de estas actuaciones en la configuración de las escenas culturales de dichos centros históricos. Como se puede comprobar en la Tabla 4 la ciudad de Barcelona1 y de Zaragoza2 son las dos ciudades que han implementado todos los ámbitos de actuación analizados. Han desarrollado acciones de peatonalización de calles para facilitar el tránsito de las personas en detrimento del uso del vehículo; han rehabilitado o construido mercados de abastos; han impulsado la actividad comercial a través del desarrollo de centros comerciales abiertos o centros comerciales; han facilitado la instalación de equipamientos sociales, educativos, o deportivos; han implantado una iluminación de calles y edificios singulares especial para crear ambientación; han instalado mobiliario urbano de diseño; han creado parkings subterráneos; han implementado planes de vivienda; han generado nuevas zonas verdes; han instalado carriles bici; han diseñado sistemas de transporte público compatible con el uso peatonal; han definido planes especiales de tráfico y han favorecido la reutilización del patrimonio histórico para el instalación de nuevos servicios turísticos. 1 Tatjer, 2000; Tapada-Berteli y Arbaci, 2011. 2 Ayuntamiento de Zaragoza, 2008

TABLA 4: ÁMBITOS DE INTERVANCIÓN EN LOS CASCOS HISTÓRICOS DE GRANDES CIUDADES

Barcelona Bilbao Madrid Sevilla Valencia Zaragoza Impacto escena Entretenimiento

Impacto escena no convencional

Peatonalización X X X X X X X X Rehabilitación o construcción mercado de abastos

X X X X X X

Creación de Centro Comercial Abierto

X X X X X X

Implantación de Centros Comerciales

X X X X X X

Equipamientos culturales X X X X X X X X Equipamientos Sociales X X X X X X X X Equipamientos educativos X X X X X X Equipamientos deportivos X X X X X X X Iluminación X X X X X X X X Mobiliario Urbano X X X X X X X X Parking subterráneo X X X X X X X X Planes Especiales de vivienda X X X X X X X X Parques y zonas verdes X X X X X X X X Carril bici X X X X X X Sistema de transporte público compatible uso peatonal

X X X X X X X X

Plan de tráfico X X X X X X Reutilización del patrimonio para servicios turísticos

X X X X X X X X

FUENTE: Elaboración propia

Con respecto al resto de las ciudades analizadas el patrón de intervención en sus centros históricos es muy similar y son pocos ámbitos los que no se han contemplado. Así, se puede comprobar que para el caso de Sevilla3 y Madrid4 no se han contemplado la instalación de centros comerciales abiertos, a lo que se suma en esta última ciudad la no construcción de carril bici. Sin embargo, para los casos de Bilbao5 y Valencia6 no se han considerado en sus intervenciones de regeneración urbana de los centros históricos la implantación de grandes centros comerciales ni planes especiales de limitación del tráfico, y además para el caso de Valencia tampoco se han implantado carril bici. Esta circunstancia lo que da muestra es que el patrón de intervención en las acciones de regeneración de los cascos históricos desarrollados por estas seis grandes ciudades ha sido muy similar. Con pequeñas variaciones, las ciudades analizadas han convertido a los centros históricos en espacios urbanos adecuados para el desarrollo de actividades muy diversas, facilitando espacialmente que se puedan realizar actividades variadas relacionadas con el ocio, entretenimiento y diversión, complementado con la dotación de viviendas y el sostenimiento de actividades relacionadas con servicios culturales, sociales y educativos. Se trata por tanto, de intervenciones que han configurado los centros históricos como espacios urbanos en los que la actividad comercial y de ocio se puede desarrollar sin un abandono de la vida social y cultural, posibilitando que el uso de entretenimiento esté conciliado, o soportado, en mayor o menos medida, según los casos, con cierta vida social. Los centros históricos de Barcelona, Bilbao, Madrid, Sevilla, Valencia y Zaragoza se convierten en espacios urbanos susceptibles de poder soportar actividades propias del consumo y ocio de las personas -ya sean habitantes o visitantes- ya que junto con la adopción de medidas de embellecimiento como pueden ser la iluminación y el mobiliario urbano de diseño, se han implementado otras actuaciones que van encaminadas a posibilitar el uso peatonal como son la creación de zonas verdes, parques, y peatonalización (estas también se consideran como acciones de embellecimiento) combinada con la mejora de la accesibilidad como son los planes de tráfico, el carril bici, el desarrollo de transportes públicos o los parkings, se han impulsado la instalación de servicios de consumo y ocio. Se trata, por tanto, de crear un espacio urbano apto para el entretenimiento tanto del residente, pero especialmente del visitante, ya que este es el tipo de espacios que es demandado por el nuevo turista urbano. Los centros históricos han pasado de ser espacio contenedores de bienes inmuebles, monumentos y museos a ser espacios en los que el visitante sigue pudiendo acceder a estos elementos patrimoniales pero lo hace en un espacio accesible, facilitador y sobre todo en el que es posible desarrollar un conjunto de actividades mucho más amplias que las meramente contemplativas más relacionadas con los usos comerciales y de

3 Cantero, Escalera García del Villar y Hernández, 2000; Ayuntamiento de Sevilla, 2006. 4 Ayuntamiento de Madrid, 2004; Herráez (2000). 5 Ibarlucea, 2001. 6 Burriel, 2000; Dirección General de Arquitectura, 2001.

entretenimiento que son la nueva combinación demandada con los turistas junto con una facilidad de movilidad y acceso, además de la existencia de cierta vida social residencial durante la mayor parte del día lo que le proporciona cierto grado de seguridad y confort social. Este nuevo espacio urbano diseñado no sólo para usos residenciales o contemplativos sino espacialmente para el ocio y el consumo ha tenido importantes consecuencias para la conformación de las escenas culturales, ya que los centros históricos se han convertido en lugares alejados de la fisonomía clásica de estos espacios urbanos en los que imperaba población envejecida, con comercios tradicionales y con turistas en grupo organizado, convirtiéndose en espacios mosaico en los que se puede ver población residente joven, actividad comercial y de servicios de hostelería moderna y turistas individuales consumiendo el centro a su propio ritmo. La traducción en materia de escenas culturales tiene que ver con la proliferación de servicios y equipamientos característicos de las escenas culturales de entretenimiento y no convencionales. Son en definitiva, escenas propias del uso que hacen los turistas del espacio urbano de los centros históricos en los que además de visitar un monumento o museo pueden comer o tomar aperitivos en restaurantes modernos, pasear tranquilamente, comprar en centros comerciales o acceder a determinados servicios culturales o practicar shopping, se trata por tanto, de escenas que permiten los usos múltiples y variados del espacio urbano del centro de la ciudad. Estas seis ciudades han conseguido transformar sus centros históricos en verdaderas escenas culturales específicamente diferenciadas para el consumo de los turistas urbanos contemporáneos, consiguiendo adaptarse a las nuevas exigencias de la demanda de turistas urbanos, lo que se ve manifestado en el incremento en el número de visitantes como se puede comprobar tanto en términos de aumento de los viajeros como de las pernoctaciones (Figuras 1 y 2).

Figura 1. Número de viajeros.

FUENTE: INE

Figura 2: Número de pernoctaciones.

FUENTE: INE

Los datos anteriores ponen de manifiesto de manera clara que las seis ciudades analizadas han visto incrementado los turistas en el periodo de referencia analizado. Este incremento se ha producido al mismo tiempo que las ciudades transformaban sus centros urbanos mediante planes de regeneración que de alguna manera mejoran también la experiencia turística. 4.2. El cambio en las escenas culturales en las ciudades. El análisis de los resultados de las escenas culturales en los años de referencia nos permiten responder a las siguientes preguntas: ¿Cuál era la presencia de los diferentes tipos de escenas culturales definidos en 1991?, y ¿Cómo ha cambiado en 2010? Tal y como puede apreciarse en la figura 3, las ciudades han ido orientando sus escenas culturales hacia las de carácter no convencional. De forma más concreta, destaca la orientación hacia escenas relacionadas con el entretenimiento, cierta estabilidad de las que lo hacen hacia prácticas de consumo cultural más ligadas a la expresividad artística, y en cambio, cierta erosión de las escenas que denotan autenticidad local. No obstante, existen diferencias entre las ciudades que estudiamos (Figura 4). Así, aunque todas las ciudades han ido orientando sus escenas culturales hacia las de carácter no convencional durante las dos últimas décadas, el cambio ha sido más pronunciado en Valencia, Madrid y, especialmente, Barcelona que en las otras

ciudades, destacando por abajo Bilbao, Sevilla y, especialmente, Zaragoza, aunque en estos casos, con bastante dispersión (diferencias) entre sus barrios.7 Figura 3: El cambio en las escenas culturales (1991-2010)

90

92

94

96

98

100

102

104

106

108

110

Entretenimiento:2010/1991

Artística: 2010/1991 Autenticidad local:2010/1991

Convencional <-> Noconvencional:

2010/1991

Fuente: proyecto DCC. Figura 4: El cambio de las escenas culturales en las ciudades (1991-2010)

ZaragozaBilbaoValenciaSevillaMadridBarcelona

95%

IC

110

108

106

104

102

100

98

96

No convencional: 2010/1991

Autenticidad local: 2010/1991

Artística: 2010/1991

Entretenimiento: 2010/1991

Fuente: Proyecto DCC.

7 De hecho, las diferencias entre ciudades son significativas para los indicadores de cambio de los cuatro tipos de escenas culturales (ver anexo).

También puede apreciarse que la escena artística presenta bastante estabilidad en todas las ciudades, especialmente en Sevilla, con un mayor crecimiento en Valencia, Bilbao, Zaragoza, y en todo caso, Barcelona. En cambio, es en Zaragoza, y especialmente en Sevilla, donde la autenticidad local se erosiona en menor medida. Se trata de ciudades de interior con tradiciones culturales muy arraigadas. 4.3. Escenas culturales, centro histórico y procesos de renovación urbana. No obstante, tal y como hemos indicado, es también destacable la existencia de bastante dispersión –o diferencias- entre los barrios de las ciudades consideradas, sobre todo, en aquellas que muestran un menor cambio hacia escenas no convencionales. ¿Estas diferencias internas se relacionan con lo acontecido en los centros históricos? Básicamente, la respuesta es afirmativa, tal y como puede apreciarse en la figura 5. Las diferencias se enmarcan en las pautas de cambio son las ya comentadas, a saber: los centros históricos destacan por una mayor clara orientación hacia escenas no convencionales, pero especialmente por las de entretenimiento; y en cambio, destaca la estabilidad de las artísticas y retroceso de la autenticidad local; aunque en este caso las diferencias entre centro histórico y resto de la ciudad no son destacables8. Figura 5: El cambio en las escenas culturales (1991-2001): la diferencia entre centro histórico y resto de la ciudad.

90,00

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Entretenimiento:2010/1991

Artística: 2010/1991 Autenticidad local:2010/1991

Convencional <-> Noconvencional:2010/1991

¿Centro histórico? No

¿Centro histórico? Si

Fuente: Proyecto DCC.

8 Tal y como puede consultarse en le anexo, las diferencias son sólo significativas para las escenas no convencionales y entretenimiento.

Pero además, las diferencia entre los centros históricos y los otros barrios son diferentes según ciudades. En concreto, el análisis de esas diferencias muestra la existencia de dos tipos de ciudades. Por un lado, aquellas donde, aun siguiendo la pauta común que venimos comentando, muestran un mayor equilibrio entre centro histórico y resto de la ciudad, a saber: Barcelona, Madrid y Bilbao. Por otro lado, aquella que muestran un patrón más desequilibrado, donde el centro destaca por la orientación hacia lo no convencional y el entretenimiento en particular, y el resto de la ciudad lo hace claramente hacia la autenticidad local: Sevilla, Zaragoza y Valencia. Tal y como hemos visto, en todas las ciudades se han dado proceso de renovación urbana que pueden explicar las diferencias existentes. No obstante, en las del segundo modelo los grandes procesos de intervención, fundamentalmente ligados a grandes eventos e infraestructuras, tienen lugar en zonas diferentes al casco histórico (por ejemplo, La Expo en Sevilla y Zaragoza, o la Ciudad de las Ciencias en Valencia). Las actuaciones de regeneración, por lo tanto, han concentrado esfuerzos, además de en el casco histórico, en zonas muy determinadas de la ciudad, pudiendo detraer, comparativamente con las ciudades del primer modelo, inversión en otras zonas. En las del primer modelo, los procesos de intervención también tienen lugar en otras zonas de la ciudad, obteniendo un modelo más equilibrado. Figura 6: El cambio en las escenas culturales en las ciudades (1991-2001): la diferencia entre centro histórico y resto de la ciudad.

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EntretenimientoArtísticaAutenticidad localConvencional <-> No convencional

Fuente: Proyecto DCC

5. Conclusiones: regeneración urbana y escenas culturales.

El cambio en las motivaciones de los turistas por consumir una ciudad tienen que ver con una un cambio desde la cultura al ocio, como resultado del cambio social que introdujo las políticas de democratización cultural que han posibilitado el traslado del consumo de lo cultural basado en lo extraordinario de la alta cultura, a lo cotidiano del ocio (Tresseras, 2004). Esta realidad se materializa también en la fisonomía y atmosfera de las ciudades que se transforman gracias a los planes de regeneración, para mejorar de cara a sus ciudadanos y visitantes. En su conjunto, los análisis presentados advierten que las ciudades analizadas muestran una clara pauta de cambio hacia las escenas culturales de carácter no convencional, y en particular, aquellas relacionadas con el entretenimiento (ocio), sin que el cambio respecto a las de carácter artístico sea tan llamativo. Además, que este cambio se produce, especialmente, en el centro histórico de la ciudad y no en el resto de áreas de la misma en su conjunto. Es precisamente en los centros historicos –“distritos turísticos” por acumulación de atractivos- donde tienen lugar procesos de renovación urbana que no sólo mejoran la estética de la ciudad, sino sobre todo las hacen más accesibles, mejor equipadas social y culturalmente, con nuevos espacios comerciales, y dónde el patrimonio ha sido reafirmado o readaptado para el consumo turístico. Esto apuntaría, por un lado, al reforzamiento del centro histórico de la ciudad como distrito turístico, pero con un nuevo carácter, ligado en mayor medida a la oferta de oportunidades de consumo cultural relacionados con el entretenimiento, que al más tradicional ligado al consumo cultural afín a las artes. Se trataría, pues, de una estrategia de desarrollo turístico conectado con la cultura, pero no en términos tradicionales de observación aislada de alta cultura (museos, monumentos y festivales), sino de oportunidades de consumo cultura urbano y de la experiencia genuina que eso supone en cada ciudad. También hemos podido ver que ese proceso es diferente según qué ciudades. De las seis analizadas, que suponen las de mayor tamaño en España, hemos podido destacar dos modelos o tipos. Uno más equilibrado donde las diferencias entre el casco histórico y el resto de zonas de la ciudad no son tan acusadas (los casos de Barcelona, Bilbao y Madrid); frente a un segundo modelo donde se aprecia mayor desequilibrio entre el casco histórico y el resto de la ciudad en su conjunto (se corresponde con Sevilla, Valencia y Zaragoza). Así, si en todas ellas han existido procesos de renovación urbana en los centros históricos, y con un carácter similar, ¿a qué se deben las diferencias entre ellas cuando consideramos otras zonas de la ciudad? Una posible explicación pudiera encontrarse en el impacto de esos procesos de renovación, la medida en que hayan podido permear otros espacios. Otra sería que en las ciudades donde existe menos desequilibrio entre centro histórico y resto de la ciudad también se han dado procesos de renovación en esas otras zonas; no concentrándose en ninguna zona en especial, diferente al casco histórico, como podría haber ocurrido en los casos de Sevilla, Zaragoza y Valencia por celebración de grandes eventos (Exposiciones de Sevilla y Zaragoza) y concentración de infraestructuras (Ciudad de las Ciencias en Valencia). La investigación en este sentido, para averiguar los factores que afectan a la

permeabilidad de los planes de regeneración urbana en centros históricos frente al resto de la ciudad, se hace necesaria. Además, La investigación se limita a seis casos representativos españoles de grandes ciudades. Sobre las mismas se han realizado conclusiones relevantes. Sin embargo, el análisis debe repetirse sobre otro tipo de ciudades -de otras dimensiones- que pueden haberse visto afectadas por dinámicas de escenas culturales diferentes, con o sin planes de regeneración, en sus cascos históricos. La réplica del estudio realizado a otras tipologías de municipios se hace así conveniente para refrendar las conclusiones. Así mismo, se podrían realizar replicas también de la metodología aplicadas a grandes ciudades de otros países o conjunto de capitales de países. De esta forma se averiguaría si las conclusiones establecidas son una tendencia internacional o no.

Referencias bibliográficas

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Anexos Ciudades y cambios en las escenas culturales (1991-2010)

Barcelona Madrid Sevilla Valencia Bilbao Zaragoza Total F Sigf. Eta cuadrado

Entretenimiento (1991) 2,72 2,73 2,75 2,74 2,76 2,75 2,74 1,49 0,19 0,02

Entretenimiento (2010) 2,90 2,91 2,84 2,87 2,85 2,85 2,88 27,71 0,00 0,24

Artística (1991) 3,09 3,11 3,08 3,07 3,05 3,07 3,08 5,63 0,00 0,06

Artística (2010) 3,11 3,12 3,07 3,09 3,07 3,09 3,10 22,05 0,00 0,20

Autenticidad (1991) 3,12 3,10 3,13 3,13 3,07 3,13 3,11 3,01 0,01 0,03

Autenticidad (2010) 3,00 2,97 3,07 3,04 3,07 3,07 3,02 30,60 0,00 0,26 Convencional <-> No convencional (1991) 79,04 79,35 80,90 79,45 81,33 81,58 79,98 2,54 0,03 0,03

No convencional (2010) 85,11 85,61 82,84 84,05 83,30 83,10 84,26 30,74 0,00 0,26

Entretenimiento: 2010/1991 106,62 106,30 103,67 105,01 103,50 103,23 105,09 8,21 0,00 0,08

Artística: 2010/1991 100,84 100,26 99,94 100,89 100,67 100,35 100,43 2,31 0,04 0,03

Autenticidad local: 2010/1991 96,34 95,75 98,32 97,00 100,18 99,04 97,23 13,78 0,00 0,13 Convencional <-> No convencional: 2010/1991 107,89 107,93 103,32 106,06 102,94 102,04 105,75 9,31 0,00 0,09

Fuente: proyecto DDC.

Centro histórico y cambio de las escenas culturales (1991-2010)

¿Centro histórico? Total F Sigf. Eta2

No Si

Entretenimiento (1991) 2,74 2,72 2,74 1,19 0,28 0,00

Entretenimiento (2010) 2,87 2,90 2,88 7,99 0,00 0,02

Artística (1991) 3,08 3,09 3,08 0,71 0,40 0,00

Artística (2010) 3,09 3,12 3,10 14,25 0,00 0,03

Autenticidad (1991) 3,11 3,13 3,11 1,41 0,24 0,00

Autenticidad (2010) 3,03 3,02 3,02 0,16 0,69 0,00

Convencional <-> No convencional (1991) 80,09 78,71 79,98 2,24 0,14 0,00

Convencional <-> No convencional (2010) 84,19 84,98 84,26 4,29 0,04 0,01

Entretenimiento: 2010/1991 104,96 106,52 105,09 4,26 0,04 0,01

Artística: 2010/1991 100,39 100,89 100,43 1,53 0,22 0,00

Autenticidad local: 2010/1991 97,31 96,39 97,23 2,00 0,16 0,00

Convencional <-> No convencional: 2010/1991 105,55 108,04 105,75 4,14 0,04 0,01 Fuente: proyecto DDC