reconstrucciÓn de mostar por la uniÓn europea* · mostar y su entorno, no generalizando al resto...

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RECONSTRUCCIÓN DE MOSTAR POR LA UNIÓN EUROPEA* Manuel de Lara Cimadevilla Genera/ de brigada (OEM). Difícilmente podía llegar a pensar, en el pasado, que un día iba a encontrarme en Mostar como asesor militar del administrador de la Unión Europea (UE) para aquella ciudad, Herr Hans Koschnick, un político alemán antiguo alcalde-presidente de la ciudad-Estado de Bre- men, pero esa ha sido realmente la función desarrollada por mí a lo largo del segundo semestre de 1994. El participar de esta forma en una organización integrada por miembros de diferentes Esta- dos de la UE, e incluso de algunas naciones que no forman parle de ella, con vistas a la reconstrucción de una ciudad de la antigua Yugoslavia, en una zona todavía en guerra, ha constituido una experiencia interesante fuera de lo habitual en la profesión militar, y me ha permitido vivir de cerca, bajo un aspecto en cierto modo político-militar, esa guerra sin apa- rente sentido pero terriblemente dura que se lleva a cabo en pleno corazón de Europa y a la que no se ve un próximo final. Pero intentaré limitarme a los problemas presentados en Mostar y su entorno, no generalizando al resto de la antigua Yugoslavia más que en aque- llo que pueda afectar directamente a la Administración de la Unión Europea en Mostar. No sé bien cuales han sido las razones por las que la UE, en su primera experiencia inter- nacional de este tipo, se ha hecho cargo de la reconstrucción de Mostar, dentro del intrin- cado jeroglífico que constituye toda la antigua Yugoslavia. Posiblemente haya influido el que en Bosnia, con una historia de tierra fronteriza y a pesar de ello de tradicional convi- vencia entre sus habitantes, después de la asediada y simbólica Sarajevo y de cuya reconstrucción se ocuparán las propias Naciones Unidas si es que ello llega alguna vez a ser posible, Mostar sea entre el resto de poblaciones una de las ciudades más carismá- ticas desde el punto de vista cultural, con su emblemático viejo puente turco y sus innu- merables mezquitas situadas al lado de otras obras de arte heredadas del Imperio austro- húngaro, todo antes en cordial armonía y ahora derruido. Tal vez pueda ser causa también de la elección el que Mostar haya sido en esta guerra, justo por su ubicación en la con- fluencia de tierras dominadas por las tres principales partes enfrentadas, y por ello habiendo tenido que sufrir primero la destrucción por manos serbias en la lucha contra sus otros dos enemigos y posteriormente por la acción croata en su guerra contra los musul- manes, un negativo modelo de confrontación entre todas las razas y religiones de esta tie- rra que sea preciso olvidar cuanto antes. Y finalmente quizás haya influido más posible- mente el que en la ciudad haya dos municipios de igual entidad, croata y musulmán, pero * Conferencia que tuvo lugar el día 26 de enero en el paraninfo de este Centro. -5-

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Page 1: RECONSTRUCCIÓN DE MOSTAR POR LA UNIÓN EUROPEA* · Mostar y su entorno, no generalizando al resto de la antigua Yugoslavia más que en aque- llo que pueda afectar directamente a

RECONSTRUCCIÓN DE MOSTAR POR LA UNIÓN EUROPEA*

Manuel de Lara Cimadevilla Genera/ de brigada (OEM).

Difícilmente podía llegar a pensar, en el pasado, que un día iba a encontrarme en Mostar como asesor militar del administrador de la Unión Europea (UE) para aquella ciudad, Herr Hans Koschnick, un político alemán antiguo alcalde-presidente de la ciudad-Estado de Bre- men, pero esa ha sido realmente la función desarrollada por mí a lo largo del segundo semestre de 1994.

El participar de esta forma en una organización integrada por miembros de diferentes Esta- dos de la UE, e incluso de algunas naciones que no forman parle de ella, con vistas a la reconstrucción de una ciudad de la antigua Yugoslavia, en una zona todavía en guerra, ha constituido una experiencia interesante fuera de lo habitual en la profesión militar, y me ha permitido vivir de cerca, bajo un aspecto en cierto modo político-militar, esa guerra sin apa- rente sentido pero terriblemente dura que se lleva a cabo en pleno corazón de Europa y a la que no se ve un próximo final. Pero intentaré limitarme a los problemas presentados en Mostar y su entorno, no generalizando al resto de la antigua Yugoslavia más que en aque- llo que pueda afectar directamente a la Administración de la Unión Europea en Mostar.

No sé bien cuales han sido las razones por las que la UE, en su primera experiencia inter- nacional de este tipo, se ha hecho cargo de la reconstrucción de Mostar, dentro del intrin- cado jeroglífico que constituye toda la antigua Yugoslavia. Posiblemente haya influido el que en Bosnia, con una historia de tierra fronteriza y a pesar de ello de tradicional convi- vencia entre sus habitantes, después de la asediada y simbólica Sarajevo y de cuya reconstrucción se ocuparán las propias Naciones Unidas si es que ello llega alguna vez a ser posible, Mostar sea entre el resto de poblaciones una de las ciudades más carismá- ticas desde el punto de vista cultural, con su emblemático viejo puente turco y sus innu- merables mezquitas situadas al lado de otras obras de arte heredadas del Imperio austro- húngaro, todo antes en cordial armonía y ahora derruido. Tal vez pueda ser causa también de la elección el que Mostar haya sido en esta guerra, justo por su ubicación en la con- fluencia de tierras dominadas por las tres principales partes enfrentadas, y por ello habiendo tenido que sufrir primero la destrucción por manos serbias en la lucha contra sus otros dos enemigos y posteriormente por la acción croata en su guerra contra los musul- manes, un negativo modelo de confrontación entre todas las razas y religiones de esta tie- rra que sea preciso olvidar cuanto antes. Y finalmente quizás haya influido más posible- mente el que en la ciudad haya dos municipios de igual entidad, croata y musulmán, pero

* Conferencia que tuvo lugar el día 26 de enero en el paraninfo de este Centro.

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enfrentados entre sí, y que ante los objetivos de pacificación que se desean alcanzar, pue- den ser ejemplo del camino a seguir por otras partes, sin que además así la acción de Europa se decante claramente en su necesaria neutralidad por alguna de las partes, cosa que podía ocurrir en otra ciudad que tuviera un claro dominio de alguna etnia o grupo.

En la visita previa a aquella tierra, ya en mayo del pasado año, para ambientarme y cono- cer mi entonces futuro lugar de trabajo, pude observar al natural, y no en fotografías, el grado aterradoramente llamativo y claramente unilateral de destrucción de la ciudad del Neretva, puesto que lo que en una de sus orillas, la este, era ruina absoluta y desolación, en su otro margen, el derecho, salvo en la zona inmediata al río, la guerra podía verse casi de forma lejana e incluso testimonial. Pronto supe que la zona arrasada pertenecía en su mayor parte al territorio ocupado por los musulmanes, o bosniacos como ahora gustan de ser llamados, apropiándose ellos así en cierta forma de toda la nacionalidad geográfica bosnia que antes también compartían con los croatas y serbios que allí vivían; desde los tiempos de Tito los musulmanes ya tenían con su religión una identidad nacional pero les faltaba la tierra, a la que ahora aspiran en Bosnia y que encuentran por esta guerra en tal grado de deterioro. Lo que no habían destruido los serbios antes de ser expulsados de Mostar, y que suponía casi las tres cuartas parles del deterioro actual, había sido comple- tado por los croatas hercegovínos en su guerra contra los musulmanes, por lo que la dife- rencia principal en cuanto a destrucción radicaba en que en la zona croata sólo se encon- traban las ruinas de la primera guerra, que además también se había cebado mucho más en la zona musulmana.

Pero aquella impresión era sólo lo correspondiente a los aspectos materiales, y faltaba qui- zás lo más importante con vistas al futuro, el saber cómo aquellas gentes que habían sido capaces de tal grado de odio y destrucción o de sufrimiento, iban a poder en el futuro com- partir nuevamente la vida sin enemistad, o al menos con perdón sino olvido de todo lo acaecido. No había dudas viendo aquello, y por muy profano que fuera uno en la materia, que la reconstrucción iba a ser una tarea complicada, larga y muy costosa, y que para ello los muchos millones de ecus moneda fuerte de la UE, que ésta estaba dispuesta a inver- tir, no iban a ser sin embargo suficientemente fuertes para conseguir algo de difícil valora- ción, pero en cualquier caso de elevadísimo importe, como tendría que ser la reparación de aquella ciudad en ruinas.

La labor parecía imposible de conseguir en su totalidad por falta de suficiente tiempo y dinero, y se precisarían varios años para llegar simplemente a la misma situación física de la ciudad que reflejaban fas antiguas fotografías turísticas, y ya no se sabe cuanto tiempo para llegar a una ciudad unificada en su totalidad bajo una misma municipalidad. Eso ya se veía casi imposible, por el temor croata a una invasión pacífica y silenciosa por parte de la población musulmana lo que provoca en parte su intransigencia actual, pues no quieren perder de este modõ lo que les llevó anteriormente a la guerra. Y por el lado musulmán, no hay duda que tiene que aflorar en algún momento el sentimiento causado por el sufrimiento físico y moral, que el año de guerra contra los croatas trajo consigo con destrucción masiva de vidas y de simbólicos edificios como el Star¡ Most, el puente viejo, y sus históricas mez- quitas.

Derivado del Tratado de Washington, de marzo de 1994, por el que croatas y musulmanes de Bosnia, bajo presión política americana, se comprometían a llegar a la paz y a consti-

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tuir una Federación croata-musulmana dentro de lo que ya era República de Bosnia-Her- zegovina, se firmó un Memorándum de Entendimiento, o MOU en terminología sajona, aun- que lo de entendimiento entre ellas queda por ver, que asignaba a la UE la administración y reconstrucción de la ciudad de Mostar, basado en el deseo de la UE de contribuir a res- taurar la paz en el área y al retorno a las condiciones normales de vida de sus habitantes.

Pero es claro que con la creación de la Federación se ha llegado a cierta saturación, den- tro de la variedad y multiplicidad de organizaciones que hay dentro de los límites geográ- ficos oficiales de Bosnia, y sin contar con las naciones ya formadas tras la ruptura de la antigua Yugoslavia, como pueden ser Eslovenia, Serbia, Croacia y Macedonia, o las zonas que todavía están en litigio. Pero en Bosnia coexistían de este modo, ya que no se puede decir verdaderamente que convivían, la oficial y reconocida República de Bosnia-Herze- govina, con capitalidad en la mártir Sarajevo; la autodenominada República Croata de Her- zeg-Bosna, sin capital definida pero con aspiración de que sea Mostar; la también auto- proclamada República Serbia de Bosnia, con capital en Pale; y ahora también la Federación croata-musulmana de Bosnia-Herzegovina, con doble capitalidad práctica- mente, Mostar y Sarajevo, y también con duplicidad en todos sus cargos, pues a presi- dente y ministros se les unen los correspondientes wiceaa, alternativamente musulmán o croata y viceversa, con lo que se presenta de hecho una índefinición de funciones y una correspondiente poca eficacia operativa.

Y dentro de ese laberinto con pocas salidas reales y muchas complicaciones de todo tipo como la experiencia está demostrando, hay que situar a la Administración de la Unión Europea de Mostar, que tiene por ello problemas fiscales, legales, de autoridad, de orden y casi podría decirse que de identidad, dentro de la intrincada malla de relaciones locales o nacionales que originan tantos organismos existentes y a veces encontrados, situación que además es normalmente explotada en beneficio propio por el que en cada momento esté interesado en ello, obstruyendo normalmente la labor de la Administración. Cierto es que actualmente la postura de más intransigencia respecto a Mostar es la croata, pero los problemas son generales.

El Memorándum de Entendimiento de la Administración de fa Unión Europea de Mostar, fir- mado por los Estados miembros de la UE y el Consejo de la Unión Europea Occidental (UEO), incluye por consiguiente a las múltiples organizaciones ya citadas, República de Bosnia-Herzegovina, Federación croata-musulmana, Ayuntamientos de Mostar Este y de Mostar Oeste, y los croatas-bosnios, suprimiendo así toda alusión oficial a la autodenomi- nada República de Herzeg-Bosna, y consta de 22 artículos que incluyen la declaración de intenciones, propósitos y principios de la Administración, duración, área de responsabili- dad, poderes, estructura, leyes, policía, desmilitarización, refugiados y desplazados, liber- tad de movimientos, transportes, comunicaciones, inmunidades diplomáticas, finanzas: es decir’un variado muestrario de la base legal y teóricamente aceptada por las partes, de lo imprescindible para la organización y funcionamiento de la Administración, sin más trabas teóricas que las derivadas de la difícil situación político-militar de la zona.

Los propósitos y principios de la Administración, reflejados en el MOU señalan los objeti- vos y aspectos para llevar a la ciudad a la normalidad. Es diáfano el intento de lograr una ciudad unificada, democrática e integradora de las distintas comunidades y etnias, por encima de la sola reconstrucción física; son sus objetivos:

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- Dar tiempo a las partes para encontrar una solución final a la municipakfad conjunta. - Contribuir a un clima general que permita la elaboración y estabilización de una única,

autosuficiente y multiétnica Administración. - Contribuir a preparar elecciones democráticas que tengan lugar al final de la Adminis-

tración - Ayudar al retorno a la normalidad en la vida de todos los ciudadanos. - Ayudar a restaurar los servicios públicos. - Ayudar a asegurar la protección de los derechos humanos - Ayudara crear las condiciones para el retorno a sus casas de todos los desplazados. - Ayudar a organizar y proporcionar la ayuda humanitaria. - Ayudar a la preparación y puesta en práctica de programas de reconstrucción econó-

mica. - Ayudar a asegurar el mantenimiento del orden público. - Ayudar al restablecimiento de todas las funciones públicas. - Ayudara asegurar la identidad nacional, religiosa y cultural de todas las personas en ta

zona administradora.

Todo ello por tanto siempre bajo la bese de una ciudad que deseara vivir unificada con las mismas leyes, regias de funcionamiento, libertad de movimientos, policía, instituciones, impuestos, servicios públicos, etc., lo que dado la intransigencia actual ala unión, en espe- cial por parte croata, hace que el éxito parezca difícil.

Resulta determinante en cuanto a la posibilidad de consecución de los objetivos fijados en el MOU la duración de la Administración, con un período máximo estipulado de dos años, desde la fecha de inicio oficial de’las actividades, que fue exactamente el dia 23 de julio de 1994, pudiendo finalizar con anterioridad por decisión del Consejo de Minis- tros de la UE, ya sea por cambio en las condiciones existentes o bien por incumplimiento de las obligaciones por las partes. Son estas condiciones actuales y fijadas teóricamente el mantenimiento como institución de la Federación croata-musulmana, la presencia de UNPROFOR en Bosnia aproximadamente en la misma entidad presente, el no bombar- deo serbio de Mostar con cierta intensidad, y la no obstrucción manifiesta de alguna de las partes a la Administración. Por otra parte estos dos años limitan en la práctica los objetivos físicos de ta reconstrucción a los básicos para la vida de la ciudad, pero real- mente sin poder volver a las condiciones previas a la guerra, lo que sería además de físi- camente casi imposible en los dos años de duración de la Administración enormemente costoso para la UE.

Aparece como un organismo democráticamente importante el Consejo Asesor, por ser representante de todos los componentes étnicos y religiosos de la población de Mostar, y con opción de realizar propuestas, aunque la decisión final corresponda siempre al admi- nistrador, lo que vista la normal actuación de las partes parece que es la única forma de alcanzar algún objetivo. El MOU fija la composición del Consejo, formado de quince per- sonas, de ellos cinco musulmanes o bosniacos, cinco croatas, tres serbios y dos repre- sentantes de minorías, para los que han sido elegidos un judío y una mujer por los dife- rentes tipos de matrimonios mixtos. Cada uno de estos tres grupos más numerosos designan a su vez a un representante como uno de los tres consejeros principales, que son los que mantienen una relación diaria e inmediata con el administrador.

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La dificultad de acuerdo entre croatas y musulmanes quedó ya pronto reflejada con oca- sión de la constitución del Consejo Asesor, al inicio de la Administración, y fue en el hecho de la elección de los representantes serbios, pero no por su participación en el Consejo lo que podría ser lógico al ser éstos enemigos declarados de ambas comunidades, sino por- que eran en número impar, y por consiguiente no podían pertenecer por igual a los resi- dentes en una u otra parte del río. La discusión no estaba con los serbios sino entre croa- tas y musulmanes. Sólo la habilidad profesional del asesor diplomático permitió que se llegara a un acuerdo tras varias horas de discusión, y además de forma temporal, pues para solucionarlo el consejero principal de los serbios tiene que cambiar cada cuatro meses en razón de su procedencia a un lado u otro del Neretva.

En la estructura de la Administración, y bajo la dirección del administrador, que es cabeza de la municipalidad, hay dos grupos claramente diferenciados, el de los asesores especia- les y el de los jefes de Departamento. Los asesores son nombrados por el Consejo de Ministros de la UE; los que figuraban como fijos en el MOU eran tres, diplomático (Alema- nia), militar (España) y de refugiados (Suecia) y luego han sido ampliados a prensa (Aus- tria), legal (Suiza), político (Finlandia) y de coordinación humanitaria (Dinamarca), y con igual nivel a ellos hay un jefe de Gabinete (Reino Unido), y está prevista la presencia de un ombudsman (posiblemente de Grecia).

En cuanto a los jefes de Departamento, con una función más definida pues podrían consi- derarse como ediles de un ayuntamiento, corresponden a finanzas y tasas (Alemania), administración de la ciudad (Alemania), infraestructura de transportes y economía (Fran- cia), reconstrucción (Reino Unido), educación y cultura (Austria), salud y servicios sociales (Italia) y orden público (Holanda); este último jefe de Departamento es a la vez el comisa- rio jefe de policía, incluyendo en ella las dos policías locales, croata y musulmana, así como la proporcionada por las naciones integrantes de la UEO. Los jefes de Departamento tienen dos subdirectores, uno croata y otro musulmán, para lo relacionado con cada una de las partes.

Tal vez haya sido la policía de la UEO y las dos policías locales uno de los aspectos con más problemas iniciales para la Administración y que ha producido por ello retrasos y difi- cultades en su deseada mayor operatividad. La distinta procedencia de las policías ya pre- sentes, España (10 guardias civiles), Francia (20 gendarmes), Holanda (15 de la real poli- cía militar), Alemania (65 entre policía federal de fronteras y policías de los ltinders), Portugal (10 de la Guardia Nacional) unido a unas llegadas muy dosificadas o espaciadas en tiempo, a lo largo de los seis meses transcurridos entre julio y diciembre, o aun sin arri- bar todavía y sin saber cuándo lo harán, como es el caso de los 20 carabinieri italianos, los 12 policías belgas, o los 23 policías británicos de los que sólo han llegado seis, ha restado rendimiento a la Policía. Un ritmo demasiado lento en la incorporación para las necesida- des urgentes de la Administración, al margen de otras llamemos anécdotas que impiden una total actuación, como pueden ser la aplicación de un estricto horario sindical, en claro contraste con las fuerzas militares de UNPROFOR que no lo tienen, el alejamiento de las zonas de conflictividad al alegar misión de monitores y no de acción policial directa, el uso de armas en contra de lo tradicional por parte de los bobbies ingleses, o el alojamiento en Medjugorje a 30 kilómetros de Mostar porque allí son actualmente mejores las condiciones de vida, son temas que inciden en cierta forma en la operatividad policial y en su eficacia.

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Por otra parte las reticencias entre las partes croata y musulmana antes enfrentadas impi- den o dificultan el establecer un cuartel general y un centro operativo policial únicos, el empleo de las patrullas conjuntas, procedimientos de reclutamiento, selección y entrena- miento comunes para la policía local, y la coordinación de las mismas funciones policiales en la persecución del crimen y de la delincuencia, así como la cooperación con jueces y autoridades locales.

La desmilitarización de la ciudad, condición previa para iniciar el funcionamiento de la Administración, constituyó uno de los temas iniciales que parecía de más difícil resolución, aunque se consiguió superar tras evaluar la situación militar en la zona, las necesarias cesiones a hacer por las partes contendientes, y especialmente por el claro interés de los mandos políticos musulmán y croata en que se llevara a cabo la reconstrucción de la ciu- dad con lo que imponían su voluntad a los mandos militares, al tiempo que con cierta fle- xibilidad en la aplicación de las medidas restrictivas.

En la figura 1, la línea de puntos que define el perímetro de la zona de responsabilidad de la Administración está situada, en las montañas que dominan la ciudad por la parte este musulmana, a sólo uno o dos kilómetros de la línea de confrontación con los serbios, por lo que en ese espacio intermedio era ineludible mantener el despliegue de las Unidades musulmanas, aunque siempre fuera de la zona administrada, para poder continuar prote- giendo la población, a la vez que era preciso permitir cruzar la ciudad, por ciertas carrete- ras que’ la atraviesan, a las tropas musulmanas que realizaban los abastecimientos logís- ticos y los relevos de posiciones. La situación era muy desigual para musulmanes y croatas, y mientras los primeros tenían los problemas tácticos ya reflejado’s unido a la carencia de instalaciones en condiciones fuera de la ciudad, aunque las de la ciudad tam- bién estaban bastante destruidas, para los croatas ni el nuevo despliegue ni la salida de la ciudad les suponía dificultad alguna por tener acuartelamientos adecuados en las proximi- dades. Sus objeciones eran más consecuencia de la tensa situación posbélica existente entre ellos que de los derivados de la existencia de un común enemigo serbio.

Hubo de llegarse tras largas conversaciones en el caluroso julio a acuerdos con las partes que permitieran mantener las posiciones defensivas musulmanas que estaban inmediatas a la línea de puntos de la Administración, la circulación de Unidades de ambos Ejércitos con permiso previo y con escolta de UNPROFOR (SPABAT) a través de determinadas rutas que atraviesan la ciudad, la libre circulación por la zona de todos los vehículos sani- tarios y algunos logísticos, y la vida de soldados en la ciudad durante el tiempo de des- canso, pero sin armas ni uniformes. A la vez se establecieron che&-points en los accesos a la ciudad, teóricamente controlados por SPABAT y las policías militares, hasta la organi- zación de la policía de la UE y las locales.

De hecho ello no llega a ser posible, pues las policías locales no actúan correctamente en tiempo o en eficacia, y a veces los che&points se convierten en cash-points como medio ilegal y soterrado de financiación policial. En cualquier caso esta desmilitarización está per- mitiendo que, aunque esté bajo el alcance de la artillería Serbia, Mostar se haya visto libre de sus fuegos salvo en alguna circunstancia aislada, y siempre como reacción a ataques musul- manes en las proximidades de la ciudad, aunque en el mes de noviembre fuera una acción aislada de fuego de resonancia internacional, como la que causó la muerte de tres niñas debido al proyectil caído sobre la catedral católica de Mostar cuando asistían a catequesis.

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Af?EA DESMILITARIZADA I

Figura 1 .-Administración europea de Mostar.

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El tema de refugiados no presenta especial importancia porque se trata de personas pro- cedentes de otras naciones, pero sí lo tiene en cambio, y de hecho es lo mismo aunque con nombre diferente, el de los desplazados, que son los procedentes de otras partes de Bosnia, y de complicada solución para la Administración, sin la cooperación de la Federa- ción croata-musulmana y el necesario apoyo de ACNUR y de organizaciones no guberna- mentales que atienden los campos de refugiados y desplazados, puesto que en el caso de Mostar, el MOU fija como habitantes de la ciudad a los que estaban inscritos en el censo realizado en 1991 y muchos no están actualmente allí.

La absoluta destrucción de parte de la ciudad con el consiguiente abandono de esas viviendas por sus habitantes, la expulsión de antiguos ocupantes a consecuencia de la lim- pieza étnica producida tras la guerra inicial con los serbios y luego por la habida entre croa- tas y musulmanes, la llegada de personas a su vez expulsadas de otras poblaciones y ocu- pantes de casas vacías, la ausencia de registro de la propiedad de muchas viviendas puesto que éstas en su mayoría en el anterior régimen comunista pertenecían al Estado o a las empresas, el desconocimiento real de situaciones familiares personales , hace todo ello que sea difícil la solución al problema de los desplazados. Además se da el caso de que se aumenta de forma notoria y no conveniente la densidad de ocupación de las vivien- das existentes, aunque sea en mal estado, por la imposible ocupación de otras debido a su destrucción, y que para algunas personas desplazadas es completamente imposible volver a su población de origen de la que fueron expulsados.

Aunque las cifras son siempre relativas, y en el caso de Mostar están además sujetas a la distinta interpretación política de musulmanes y croatas, por lo que la fiabilidad no es abso- luta, los datos que proporcionaban los dos municipios eran los siguientes:

Mostar Oeste (croata) Población total: 52.013 habitantes. Domiciliados: 39.574 personas (76%). Expulsados Mostar Este: 2.649 personas (5%). Desplazados: 9.790 personas (18%).

Mostar Este (musulmán) Población total: 51.380 habitantes. Domiciliados: 20.308 personas (39%). Expulsados Mostar Este: 12.379 personas (24%). Desplazados: 18.693 personas (36%).

Lo que supone que de los 103.393 habitantes actuales de Mostar sólo 59.882 (58%) per- tenecen al último censo de 1991, mientras que 15.028 (14%) están actualmente viviendo en una zona distinta de la ciudad en la que antes vivían y 28.483 (27%), son de otras pobla- ciones bosnias con el grave problema que trae consigo el buscarles alojamiento hasta que puedan volver a reintegrarse a sus hogares, si ello es posible. La guerra y las limpiezas étnicas están originando en toda la antigua Yugoslavia unos problemas migratorios de muy difícil solución. En el censo de 1991 la población era de 126.000 habitantes, por lo que ahora hay un 82% de la anterior, entonces con una mayoría musulmana seguida de croa- tas, serbios y otros grupos. Un problema legal existente aún es el terminar con la limpieza étnica más o menos encubierta que se sigue llevando a cabo mediante amenazas o acción directa de elementos policiales, militares o paramilitares, de difícil control si no hay apoyo de las partes.

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Las importantes inversiones a llevar a cabo por la UE son cuestión delicada y con cierta carga política puesto que ambas partes de la ciudad quieren recibir sus beneficios y recla- man por ello, pero es claro que el grado de destrucción existente no es similar y por con- siguiente las necesidades son distintas. La previsión de gasto es en total de unos 150 millo- nes de ecus aproximadamente. En el segundo semestre de 1994 se han invertido 32 millones de ecus, para este año de 1995 son 80 millones de ecus los presupuestados y el resto se empleará en 1996, cantidades que equivalen a unos 5.000 millones de pesetas para el pasado ario y 13.000 millones para el presente, o en millones de marcos 60 y 155 respectivamente.

En el año 1994 ha destacado la inversión realizada para la reconstrucción básica de vivien- das (10 millones de marcos) con objeto de preparar las casas para el invierno, en educa- ción (6,Q) para apertura urgente de escuelas, yen acomodación de las policías unificada y de la UEO (6,0), mientras que en 1995 destacan como previsión, la sanidad y adecuación del hospital (38 millones de marcos), el inicio de la reconstrucción industrial (19) la adrni- nistración municipal (IQ), la infraestructura de transportes (152) los servicios públicos (15,2) y la educación (11,4).

Para el proceso de reconstrucción de la ciudad se están encontrando entre otros los siguientes problemas, falta de libertad de movimientos entre las personas de Mostar Este y Mostar Oeste lo que impide el aprovechamiento de las personas más capacitadas, falta de deseo político de unificación en especial por parte croata, falta de personal laboral local cualificado o no cualificado por causa de la movilización bélica, falta de maquinaria y equipo suficiente por la destrucción del anteriormente existente, tiempo excesivo para la importación y entrega del material y equipo necesarios, y falta de dinero por parte local que permita pequeñas inversiones fuera de las de carácter oficial lo que retrasa los trabajos.

Durante la guerra los servicios normales fueron desorganizados y mucha de la infraes- tructura está destruida; los sistemas de administración antes existentes cesaron de ope- rar. El fin de las hostilidades en el área se encontró con la ciudad dividida en dos partes teniendo cada una su propia administración e instituciones, aunque ambas con sus capa- cidades muy reducidas. Las compañías públicas en los dos lados están organizadas de la misma forma autogestionaria que con la ciudad unificada antes de la guerra, pero las estructuras administrativas están disminuidas o incluso anuladas, en especial en el Este, y el grado de autosuficiencia actual es muy pequeño o nulo por las deficiencias existen- tes.

La actividad económica es mínima, lo que afecta a los ingresos de los servicios públicos que dependen de subsidios y de difíciles créditos bancarios para continuar con su labor.

En el Este no es posible cargar gastos por los servicios ni pagara los empleados públicos, dependiendo la mayoría de la población de la ayuda humanitaria, especialmente en ali- mentación. El programa de rehabilitación de viviendas está siendo financiado enteramente de recursos externos, situación que permanecerá por algún tiempo y es difícil prever cuanta recuperación del gasto efectuado puede obtenerse de una población que sufre altos niveles de desempleo o un muy bajo nivel de empleo. La Bosnia musulmana vive en gran parte de ayudas externas y de los fondos que envían antiguos emigrantes desde otras naciones europeas o americanas. Aun así se cargan tasas por todo lo que entra en la zona

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para estas funciones de reconstrucción, como medio de financiación básico.

En el Oeste los costes están siendo asegurados por varias compañías de servicios públi- cos, pero a precios mucho más reducidos que antes de la guerra, y aun así hay mucha gente que es incapaz de pagar, incluso a esos precios menores. La situación tiende a mejorar pero la autosuficiencia financiera no se conseguirá en algún tiempo, lo que tiene implicaciones en las disposiciones administrativas futuras. El apoyo de la República croata de Herceg-Bosna y de la auténtica República de Croacia es también manifiesto, y también en éstas las tasas son considerables como medio de financiación.

Desde el punto de vista de la infraestructura de servicios que es imprescindible para recu- perar la vida de Mostar los puntos prioritarios de primera y urgente implantación son: - Suministro de agua y arreglo del alcantarillado, con la rehabilitación del suministro al

lado este de la ciudad, la detección de roturas y fugas graves por los daños causados por la guerra y el control de la distribución de agua, así como la reparación y recupera- ción de talleres y del equipo de mantenimiento.

- Recolección de basura y desperdicios sólidos, con provisión de vehículos de recogi- da y nuevas plantas de tratamiento, esenciales para prevenir la peste o infecciones masivas.

- Proporcionar suministro de 110 kilovatios a la subestación eléctrica y reconstruir las redes de distribución de Mostar Este y Oeste.

- Reconstrucción de la red telefónica, actualmente muy limitada y sólo efectiva hacia Croa- cia, también hacia Bosnia, y para utilizar por y entre ambos márgenes de la ciudad.

En la cobertura inicial y básica de todas estas necesidades ha sido fundamental la labor de la Unidad española de Ingenieros de SPABAT, que proporcionó por primera vez luz y agua a Mostar Este, y sigue apoyando todas estas actividades en la actualidad.

Una vez cubiertas las necesidades básicas de la población será preciso atender también a la infraestructura necesaria para acompañar la renovación de la necesaria actividad eco- nómica, puentes, ferrocarril, etc., lo que resulta difícil y costoso.

El agua que suministra la ciudad viene principalmente de la presa de Studenac, batida por el fuego serbio, por lo que la reparación a cargo de la empresa alemana Thw/Echo tiene que ser apoyada por SPABAT, que ha tenido que levantar una protección en la estación de bombeo; además la conducción del agua a la ciudad está también dañada y los puentes que cruzaban el río Neretva y que llevaban también la conducción de agua han sido des- truidos, por lo que la parte este se tiene que nutrir principalmente de agua no potable o con- taminada del río Neretva.

Respecto a la luz la zona minada impide las reparaciones de los tendidos destruidos, y el necesario levantamiento de las minas previo a la reparación es un grave problema por la falta de señalización de los campos y la carencia de personal capacitado en los Ejércitos croata y musulmán. Sólo se atiende por ahora a las mínimas necesidades de luz en la parte este, y ello en invierno es especialmente grave, por la imposibilidad de cubrir con energía eléctrica la calefacción de las semidestruidas viviendas, siendo la luz el único procedi- miento fácil para ello.

Las principales industrias de la zona antes de la guerra eran madera, tabaco, harina, vino,

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carbón, algodón, productos agrícolas, repuestos de aeronaves, electrónica, aluminio y automóvil, así como el turismo, pero todas ellas están destruidas o abandonadas, y su reparación es muy costosa y difícil cuando no imposible de llevar a cabo, y tampoco muchas de ellas serían ahora competitivas y rentables, por lo que no hay fáciles ingresos para la población.

La restauración y habilitación de escuelas e institutos y de la universidad se ha encontrado con la dificultad añadida que trae consigo la no real libertad de movimientos entre ambos lados de la ciudad, ya sea físicamente o ya de forma moral, por el temor existente a entrar en las otras zonas, con el correspondiente perjuicio para profesores y alumnos. También ha influido la creada recientemente a consecuencia de la variedad de idiomas; lo que antes era prácticamente para todos el serbocroata, con dos escrituras diferentes, cirílica o latina, se ha convertido ahora en tres lenguas, el serbio, el croata y el bosniaco, con muy pocas palabras distintas pero con gran carga política y práctica obligación de diferenciación para preservar unas teóricas identidades religiosas, culturales y nacionales.

Esa falta de libertad de movimientos incide también en la salud por las dificultades musul- manas para utilizar el hospital de Bijeli Brijeg, más moderno, amplio y mejor dotado pero situado en zona croata, mientras que en la zona musulmana se emplea el de Velmos, colo- cado dentro de un gran almacén sobre contenedores dotados por Suráfrica, válido para campaña pero no para paz, cuando no el viejo hospital rojo que era usado durante la gue- rra entre croatas y musulmanes, yen condiciones sanitarias imposibles, pero que tiene que ser mantenido. La atención a los heridos de guerra sufre además las consecuencias de ocultar las bajas a la población civil, con lo que se producen unos daños a veces irreversi- bles como consecuencia de tratamientos de urgencia o poco adecuados; ello origina un número grande de mutilaciones.

Los medios de comunicación de Mostar, en especial las radios semioficiales croata y musulmana, constituyen un foco de tensión latente, empleados por políticos y militares de ambos grupos para continuar y alimentar la tensión entre las dos partes, y son un elemento de propaganda peligroso, a los que, por razón del idioma, resulta difícil contrarrestar. La ofensiva de ambas comunidades sobre la ascendencia Serbia del asesor de prensa de la Administración ha sido constante desde su aparición, precisamente para anular esa posi- ble influencia que podría tener como conocedor de la lengua, al margen de otras razones étnicas no bien probadas de su origen serbio.

La religión está también en cierta forma jugando su papel nacionalista y dificultando las relaciones; todos acentúan unos sentimientos antes no claramente existentes, y reclaman sus lugares de culto; lo que puede ser lógico en el lado musulmán pues sus mezquitas están destruidas en gran número, puede resultar hasta irónico en la demanda de los pocos serbios que quedan en la ciudad por su templo ortodoxo, siendo ellos las causantes de la mayor destrucción de la urbe.

Las discusiones habidas con ocasión de las visitas a cementerios por la Festividad de Difuntos llegaron a alterar gravemente la vida ciudadana, tanto por las obstrucciones por parte croata y musulmana a realizarlas como por el grado de destrucción encontrado en los cementerios de la otra religión en las partes de la zona ocupadas por los contrarios; había prácticamente cementerios arrasados, lo que incrementó las tensiones existentes.

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La convivencia sigue resultando difícil, y aunque a nivel oficial, en las relaciones de las par- tes con la Administración, parece no haber dificultades y sí voluntad de acuerdo, en cuanto finaliza la correspondiente reunión todo se vuelve en contra de lo prometido: el proceso resulta demasiado lento para el tiempo disponible para la unificación y reconstrucción.

En resumen, y sin intentar presentar un panorama pesimista sino real, por encima de inten- ciones y de logros que sí es indudable que se van consiguiendo, es evidente que hay muchos obstáculos para el éxito completo de la Administración, consecuencia fundamen- talmente de la falta de deseo político, en especial croata, de llegara una ciudad unificada, con total libertad de movimientos y policía y leyes comunes, aunque es cierto que su temor a la pacífica invasión musulmana no es sólo un problema de imaginación, máxime ante los evidentes signos de islamización e imposición de este tipo de vida que poco a poco se van reflejando en la zona musulmana, reflejo de lo que ocurre con mucha mayor intensidad que en Mostar en otras partes de Bosnia.

La UE, y para su Administración de Mostar, deberá probablemente tener que llegar a defi- nir si se sigue adelante con el problema latente de una ciudad dual y se acepta esta situa- ción, o si se fuerza la unificación con el riesgo de fracaso o con imposición alternativa de la retirada de Mostar, lo que sería perjudicial para todas las partes a la larga. Habrá que buscar con habilidad una solución política de difícil equilibrio, a no ser que las circunstan- cias en Bosnia y en toda la antigua Yugoslavia cambien de forma notoria, lo que no parece por ahora previsible ni próximo. Pero la imposición de la totalidad de lo firmado en el Memorándum de Entendimiento por todas las parles, el conseguir una sola ciudad recons- truida, no parece viable en su totalidad en la actualidad. En claro que el futuro en estas tie- rras necesita mucha buena voluntad para encontrar soluciones de convivencia, y es pre- ciso agotar todas los esfuerzos posibles en ese sentido.

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