realidad estructural carlos sierra lechuga

18
SIERRA-LECHUGA, Carlos, “¿Por qué decimos que la Realidad es una y que, además, tiene ventanas distintas?” in. Navarro, César y Chamorro, Gonzalo (eds.), Ciencia y Fe: dos ventanas una realidad, Guatemala: Sociedad Educativa Latinoamericana para Fe y Ciencia, 2013, pp. 23-37. Todos los derechos reservados, SELFYC.

Upload: carlos-sierra-lechuga

Post on 01-Dec-2015

389 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

Reality is something unquestionable, that is made patent every time we take place in it. There is no doubt about Reality itself, but how it is. Being of Reality is open to discussion (Idealism and Realism will discuss over this), but taking place in it, is not. The mode of manifestation of the things is always real. I call this: character of reality. Very close to Xavier Zubiri, the character of reality is a formality of the things; the mode of appearance of the things –independently from its contents– is in a real mode. The character of reality manifests itself in various ways according to the real thing, of which it is character. Clarifying the nuances has strong practical implications: the distinction of physical results from metaphysical conclusions, or the mathematical and experimental approaches from the mythical and ritual ones. The cause of acceleration (the force) and the First Cause (God) are not manifested to us in the same mode. Reality is one, however, it possesses many diverse modes of manifestation. This means that, being still one and only, Reality has many different elements that structure it. Reality is always structural Reality. The real things resist, not anything can be intellected from them. It is about not confusing the modes of manifestation of the real, in order to be able to integrate the totality of the real in a coherent speech. Everything is real, but not with the same mode of reality. I propose the distinction between conceptual consistence, physical existence and metaphysical subsistence. In the structural Reality, consistence, existence and subsistence are not consecutive modes of being real, but constitutive modes of take place really. In this sense, we can say that Reality is one, but because of its structure, we have many «windows» through which we can scrutinize it.

TRANSCRIPT

Page 1: Realidad Estructural Carlos Sierra Lechuga

SIERRA-LECHUGA, Carlos, “¿Por qué decimos que la

Realidad es una y que, además, tiene ventanas distintas?” in.

Navarro, César y Chamorro, Gonzalo (eds.), Ciencia y Fe: dos

ventanas una realidad, Guatemala: Sociedad Educativa

Latinoamericana para Fe y Ciencia, 2013, pp. 23-37.

Todos los derechos reservados, SELFYC.

Page 2: Realidad Estructural Carlos Sierra Lechuga

[23] [El número indica el cambio de página en el original.]

¿Por qué decimos que la Realidad es una y que, además, tiene ventanas distintas?*

Carlos Sierra Lechuga.**

Abstract

Reality is something unquestionable, that is made patent every time we take place in it.

There is no doubt about Reality itself, but how it is. Being of Reality is open to discussion

(Idealism and Realism will discuss over this), but taking place in it, is not. The mode of

manifestation of the things is always real. I call this: character of reality. Very close to

Xavier Zubiri, the character of reality is a formality of the things; the mode of appearance

of the things –independently from its contents– is in a real mode. The character of reality

manifests itself in various ways according to the real thing, of which it is character.

Clarifying the nuances has strong practical implications: the distinction of physical results

from metaphysical conclusions, or the mathematical and experimental approaches from the

mythical and ritual ones. The cause of acceleration (the force) and the First Cause (God) are

not manifested to us in the same mode. Reality is one, however, it possesses many diverse

modes of manifestation. This means that, being still one and only, Reality has many

different elements that structure it. Reality is always structural Reality. The real things

resist, not anything can be intellected from them. It is about not confusing the modes of

manifestation of the real, in order to be able to integrate the totality of the real in a coherent

speech. Everything is real, but not with the same mode of reality. I propose the distinction

between conceptual consistence, physical existence and metaphysical subsistence. In the

structural Reality, consistence, existence and subsistence are not consecutive modes of

* Ponencia presentada en el marco del curso del Faraday Institute de la University of Cambridge Ciencia y Fe:

dos ventanas, una Realidad. 16-19 de Mayo de 2013, en la Ciudad de Guatemala, Guatemala. **

Carlos Sierra Lechuga, filósofo mexicano, es miembro del Círculo de Filosofía de la Naturaleza,

vicepresidente asociado fundador de la Academia Internacional Tomás de Aquino y miembro de la Sociedad

Educativa Latinoamericana para Fe y Ciencia. Se ha dedicado a temas de filosofía de la ciencia, de la religión,

de la naturaleza, a la metafísica y epistemología. También ha sido ponente en los VI y VII Congresos

Latinoamericanos de Ciencia y Religión organizados por la University of Oxford. Su correo electrónico es:

[email protected]

Page 3: Realidad Estructural Carlos Sierra Lechuga

being real, but constitutive modes of take place really. In this sense, we can say that Reality

is one, but because of its structure, we have many «windows» through which we can

scrutinize it.

Resumen

La Realidad es algo indudable que se patentiza cada que estamos en ella. No se duda de la

Realidad sino de cómo es. El ser de la Realidad es discutible (el Idealismo y el Realismo

discutirán al [24] respecto), pero estar en ella, no. El modo de manifestación de las cosas

siempre es en modo real. Llamo a esto: carácter de realidad. Muy en la línea de Xavier

Zubiri, el carácter de realidad es una formalidad de las cosas, el modo de aparición de la

cosas –independientemente de su contenido– es en modo real. El carácter de realidad se

manifiesta de diversos modos según la cosa real de la que es carácter. Aclarar los matices

tiene fuertes implicaciones prácticas: el distinguir los resultados físicos de las conclusiones

metafísicas, o los acercamientos matemáticos o experimentales de los míticos o rituales; no

se nos manifiestan del mismo modo la causa de una aceleración (la fuerza) que la Causa

Primera (Dios). La Realidad es una, pero posee diversos modos de manifestarse, esto

significa que aun siendo una, posee distintos elementos que la estructuran. La Realidad es

siempre Realidad estructural. Las cosas reales se resisten, no se puede inteligir de ellas lo

que sea; se trata de no confundir los modos de manifestación de lo real a fuer de poder

integrar en un discurso coherente la totalidad de lo real. Todo es real, pero no todo es del

mismo modo real, aquí propongo la distinción entre la consistencia conceptual, la

existencia física y la subsistencia metafísica. En la Realidad estructural, consistencia,

existencia y subsistencia no son modos consecutivos de ser real sino modos constitutivos

de estar realmente. En este sentido, bien podemos decir que la Realidad es una, pero que al

estar estructurada, tenemos varias «ventanas» por las que podemos escudriñarla.

Page 4: Realidad Estructural Carlos Sierra Lechuga

Ponencia

Aristóteles llegó a decir que es ridículo intentar demostrar la existencia de la naturaleza.1

En su contexto, y por razones que aquí no podemos explicar, creo que la naturaleza de la

que nos habla es la Realidad toda. Y es que, en efecto, la Realidad no es algo que deba

demostrarse, pues se patentiza en el contacto directo que tenemos con lo real; contacto que

tiene, a la postre, todo hombre concreto. Parece que, por muy idealistas, matemáticos puros,

platónicos o pitagóricos que seamos, siempre que cruzamos la calle lo hacemos fijándonos

de los autos que pudieran venir a nosotros; llamamos a eso cruzar con precaución. Los

discursos que afirman que la Realidad no es más que una comprensión lingüística, una

subjetivización, una ilusión, una mera apariencia y demás, son discursos académicos. En la

academia, [25] aunque haya ciertos parámetros de rigor, todo se vale. ¿Qué quiero decir

con esto? Que lo que se diga ahí, aunque acotado, se dice muchas veces prestando mayor

atención a la imaginación volátil de los propios académicos que al rigor implícito que nos

impone la Realidad de las propias cosas –esas que a todos, y también a los académicos, nos

salen al paso; rigor patente cada que, por ejemplo, cruzamos con precaución la calle.

Podremos decir mucho sobre los multiversos con nuestra sofisticada matemática, ni duda

cabe, pero siempre ocurre que en el hombre fáctico y concreto que somos cada uno de

nosotros y que son cada uno de los investigadores académicos –incluso estando dentro de la

academia– se resuelve ya la Realidad precomprendiendo qué es. Es decir, no

conceptualizamos lo que ella es, o aquello que los académicos conceptualizan que es desde

los gruesos muros de las universidades, no es traído consciente ni conceptualmente al

terreno de la facticidad cada que se está en ella.2 En la academia valen muchas cosas, pero,

sin duda, serán las cosas las que nos dirán hasta dónde podremos decir de ellas; no será que

nosotros poseamos la Realidad desde nuestros cubículos modificándola a conveniencia,

sino que ella nos posee constitutivamente a nosotros al grado, incluso, de confinarnos en

nuestros cubículos. La Realidad, pues, como decía Aristóteles, no es algo que debe

demostrarse pero, eso sí, debe especificarse.

1 ὡς δ' ἔστιν ἡ φύσις, πειρᾶσθαι δεικνύναι γελοῖον· Física 193a3. 2 Para ver cómo en el terreno de la facticidad se resuelve la existencia en cada caso que se existe, vid.

HEIDEGGER, M. Ontología. Hermenéutica de la Facticidad. Madrid: Alianza.2008.

Page 5: Realidad Estructural Carlos Sierra Lechuga

El llamado Realismo no es aquello que usualmente se cree, a saber, aquella doctrina

que afirma la independencia de la existencia de las cosas respecto de nuestra inteligencia3;

si fuese el caso, el Realismo carecería de relevancia, pues ocurriría con él lo mismo que con

ese quien, habiendo visto un ave volando, preguntara si es posible que las aves vuelen. El

Realismo, muy por otro lado, es la actitud filosófica que cree que aquel objeto de estudio

por el que se está preguntando es la realidad del objeto y no la idea que nos hemos forjado

de él. Este es [26] un matiz fundamental, pues nadie –al menos nadie Grande4– negó nunca

la existencia de la Realidad,5 lo que sí hicieron fue distinguir su objeto de estudio, ora

creyendo que aquello a lo que se dirigían era la realidad de la cosa ora, por otro lado, la

idea de la cosa, conformando, así, escuelas: el Realismo y el Idealismo –por ejemplo. Kant,

padre del Idealismo alemán, no negó la realidad de nada, lo que negó fue la imposibilidad

de conocer la realidad de nada, que es diferente; en virtud de esto, aunque lo que

conocemos es el fenómeno, ni duda le cabe que tras él hay un nóumeno.

Así pues, la distinción académica entre los llamados Realismos ingenuo y crítico me

parece una distinción secundaria. Será lo relevante que se quiera, pero secundaria. Lo

fundamental es dejar claro que nadie duda de la propia Realidad, de lo que se duda es que

se pueda o no conocer tal y como es. La apuesta del Realismo, así, no es demostrar la

Realidad sino especificarla, profundizar en ella, darle un contenido pleno a eso que

formalmente llamamos Realidad. Digamos que la pregunta fundamental no es si es posible

o no que las aves vuelen sino cómo lo hacen. Nosotros veremos que el cómo de la Realidad

refiere a sus distintos modos.

3 Utilizo inteligencia y no conciencia o subjetividad porque la inteligencia, como bien lo ha tratado Xavier

Zubiri a lo largo de toda su obra, tiene por función primigenia no la resolución de problemas ni la facultad de

juzgar sino la actividad primaria de inteligir, es decir, de aprehender de las cosas reales en tanto que reales.

Mientras que los estímulos sensibles nos dicen del calor, por ejemplo, que calienta, la inteligencia nos dice,

además, que es caliente. La inteligencia tiene un primer momento constitutivo –en virtud del cual se llama,

más bien, inteligencia sentiente– que es: la impresión de Realidad. 4 Por usar una expresión de García Bacca al hablar de los grandes filósofos y de los Grandes de la Filosofía llamándoles, incluso, los «grandes Grandes». Cfr. GARCÍA BACCA, J. D. Necesidad y Azar: Parménides (s.

V a.C) – Mallarmé (s. XIX d.C.). Barcelona: Anthropos. 1985. p. 7. 5 Aunque con palabras que no utilizaríamos nosotros, Bergson está diciendo lo mismo cuando afirma: «Il y a

une réalité extérieure et pourtant donnée immédiatement à notre esprit. Le sens commun a raison sur ce point

[contre l'idéalisme et le réalisme des philosophes.]». Lo que he puesto entre corchetes parecería desmentir lo

que aquí decimos, pero no, pasa que Bergson está entendiendo muy a su modo al Realismo (empirista) y al

Idealismo; podrá notarse la coincidencia y la especificación a lo largo del texto bergsoniano. Cfr. BERGSON,

H. Introduction à la métaphysique. La pensée et le mouvant. Paris: Les Presses universitaires de France. 1969.

Page 6: Realidad Estructural Carlos Sierra Lechuga

La Realidad queda patentizada cada que uno está en ella. No tanto por el ser de la

Realidad sino por el estar en ella. Un entomólogo, por ejemplo, aborda la Realidad de un

insecto con sus conceptos entomológicos, y la manifestación de la realidad insectiva es una

manifestación real, es decir, el hombre no se cree a sí mismo como un diablillo hipotético

investigador de insectos,6 no cree tampoco estar investigando meras ilusiones ni que la

entomología sea una gimnasia mental; sino que atestigua efectivamente que él es realmente

un [27] entomólogo, que el insecto investigado es real y que su abordaje entomológico

realmente dice algo de la realidad insectiva. Atestigua, pues, la realidad de su

investigación.7 Este atestiguamiento de la Realidad me parece claramente notable en el

verbo castellano «estar». El estar es mucho más inmediato que el ser. En castellano, por

ejemplo, no nos significa lo mismo decir «la comida es deliciosa» que «la comida está

deliciosa»8, ambos hablan de una deliciosa comida, pero el modo como es deliciosa difiere.

«La comida es deliciosa» reporta 1) una cualidad posible de la comida: la de poder ser

deliciosa, reporta que eventualmente puede ser deliciosa; 2) incluso, según alguna

interpretación ontológica, que la comida es, en sí misma y por antonomasia, deliciosa.

Mientras que en «la comida está deliciosa» se constata vivamente, actualmente, una

cualidad fáctica de esta comida: estar deliciosa aquí y ahora; lo que, desde una

interpretación ontológica, nada impide que la próxima comida no esté deliciosa pues

hablamos del concreto momento en que la delicia está en esta comida. El modo de la

delicia en el primer caso es o cualitativo u ontológico, ser deliciosa cualifica la comida o

incluso la constituye; pero el modo de la delicia en el segundo es estrictamente realizativo,

estar deliciosa efectivamente. Aquí no hablamos en término ontológico alguno, sino en

6 Cfr. los afamados diablillos de Descartes (genio maligno), de Laplace y de Maxwell. 7 Saber si en ese atestiguamiento hay convergencia entre el estudio y lo estudiado es otra cuestión –la cuestión

por la verdad– pero aquí no tratamos de ello sino sólo de este modo, muy básico y primigenio, de Realidad en

que se desarrolla el atestiguamiento. 8 Esperando ser disculpado porque esta diferencia no es evidente desde el inglés. Recordemos que esta

conferencia, aunque impartida en Guatemala, está dentro del marco de los cursos foráneos del Faraday

Institute de la University of Cambridge, de ahí que el autor se refiera a sus oyentes de habla inglesa en esta nota, disculpándose incluso. En el abstract en inglés se optado traducir estar por to take place, el sentido no es

exacto, pero tiene alguna aproximación en el sentido físico de tomar lugar. Por su parte, frente a esta parte del

texto, el inglés podría afirmar «food is delicious» y «this food is delicious», pero aquí no cambia el verbo, la

acción, sino que se precisa con un elemento deíctico (this) a fuer de precisar la presencia actual; esto delega la

carga semántica, delegando la fuerza del verbo al sujeto, perdiendo la intensidad del verbo to be. Otra opción

sería decir, quizá, «food tastes delicious», eliminando toda relación con el verbo to be diciendo que «sabe»

deliciosa, aunque tal saber no es, por otro lado, específicamente actual y, de nuevo, habría que agregar el

deíctico this.

Page 7: Realidad Estructural Carlos Sierra Lechuga

términos de lo más directo e inmediato en el contacto con el mundo: su Realidad.9 La

Realidad de aquello con lo que contactamos se [28] manifiesta en el contacto mismo; el ser

en sentido ontológico nada tiene que ver aquí pues habría que hacer todo un proceso de

abstracción desde lo más concreto, el ens, hasta el esse subsistens; nada de eso, lo más

concreto, sin meternos con categoría ontológica alguna, es que al relacionarme

directamente con aquello con lo que me relaciono, aquello con lo que me relaciono se

presenta primigeniamente como real.10

Otra cosa es saber si de suyo es real, [29] pero el

modo mismo de presentación, la estructura formal que uno atestigua en el primer contacto,

es el carácter de Realidad. La comida está deliciosa dice que esta comida, y no una entidad

ontológica llamada comida, es realmente deliciosa. El sentido fuerte del estar radica en que

cada que estoy lo estoy concreta, física y patentemente.11

9 Esto implica que si bien no hacemos ontología, sí hacemos metafísica (una no clásica).

Considero que el ser puede significar todo lo que la historia de la ontología ha debatido y, sin

embargo, no es lo más básico y primigenio para una inteligencia humana. Como el mismo Tomás de Aquino

ya lo pensaba, llegamos al ser posteriormente a un proceso de abstracción, nuestro primer contacto no es con

el ser –dice– sino con aquello-que-está-siendo, el ens («ens autem et essentia sunt quæ primo intellectu concipiuntur» tomado, como él mismo reconoce, de Avicena), con eso concreto cuyo acto es ser (pues «est

ens id cuius actus est esse» o «Ens igitur est cuius actus est esse, sicut viventis vivere.»), pero no con el ser

mismo. El ser podrá ser lo fundamental que se quiera, pero no es lo más básico y primigenio. Cfr. AQUINO,

T. De ente et essentia. Luventicus, 9 de diciembre de 2003. Disponible en

<http://www.luventicus.org/articulos/03Tr002/index.html#IIb>. Consultado el 16 de abril de 2013. Y el

Opúsculo De natura generis, atribuido al aquinate (aunque quizá sea del tomista Tomás de Sutton). Citado

por ZUBIRI, X. Los problemas fundamentales de la metafísica occidental. Madrid: Alianza, 2008, p. 91. O:

SUTTON, T. De natura generis. Corpus Thomisticum, Textum Taurini 1954 editum. Disponible en <

http://www.corpusthomisticum.org/xpg.html> Consultado el 16 de abril de 2013.

El ser no es lo más básico y primigenio no sólo porque, como dice Tomás, haya que hacer un proceso

de abstracción en las cosas para llegar al momento del acto de ser (aunque para él –si bien no es lo más básico y primigenio– sí es lo fundamental), sino por algo mucho más elemental, a saber, que existen lenguas –sobre

todo orientales– en las que el verbo ser (al menos en presente) no figura y, si lo hace, no es tan tipificante

como la historia de la ontología occidental lo ha considerado. No hay en ciertas culturas, particularmente

orientales, el interés por el ser porque en su cosmovisión, estructurada por y con su lenguaje, el ser no tiene un

papel central y, por lo tanto, no les parece que sea el sustento ontológico de lo real (אהיה אשר אהיה de Éxodo

3:14 es un vasto tema de investigación al respecto que resultaría interesante hacer manteniendo a raya los

prejuicios occidentales). El ser es, en este sentido, discutible.

Pero el estar no. Es cierto que el verbo estar no aparece en muchísimas lenguas, sino tan solo en

algunas romances pero, como he dicho, no hago del estar algo metafísico, no le doy peso ontológico en sí,

sólo utilizo lo que mi lengua me permite para señalar, denotar, etiquetar, una situación concreta que todo

hombre (sea del habla que sea) padece: el contacto diario con y en el mundo, la aparición formal de lo que sea a una inteligencia, el atestiguamiento de lo real. Así pues, para no decir todas estas situaciones, simplemente

abrevio con la palabra «estar». Mi uso del estar es, pues, pedagógico, no ontológico. Denota esa situación

básica y primigenia de la aparición de lo real. 10 Esto lo saben bien los psicopatólogos pues, aun para sus pacientes, incluso las alucinaciones (a)parecen

reales. En virtud de esto, un esquizofrénico, por ejemplo, teme y sufre cada que oye voces o siente arañas, no

porque el contenido de la manifestación sea real, pero sí porque el modo –la forma– de manifestarse lo es. 11 En ningún momento digo que la Realidad sea lo físico, la Realidad es –al menos primariamente– la

estructura formal de la aparición de las cosas (sean o no físicas). Como Zubiri ha dicho: la realidad es un

Page 8: Realidad Estructural Carlos Sierra Lechuga

En el estar se patentiza fuertemente la Realidad de aquello en lo que se está, por lo

tanto también de aquel quien está y, con ambos, del estar en cuanto tal. Estar relacionado

supone la Realidad del que se relaciona, de lo relacionado y de la relación misma. Al estar

relacionado, entonces, lo relacionado es de algún modo real. Tratemos ahora de precisar

este «modo» en que lo real es real, para luego notar que entre modos hay considerables

diferencias. Está claro que no son del mismo modo reales los entes de razón de la

matemática que los objetos físicos del mundo o que los entes metafísicos circunscritos en la

totalidad. No parecen estar realmente todos del mismo modo. En efecto, ¿está la causa de

una aceleración, la fuerza, al modo como lo está la Causa Primera, Dios? No; hay dos

causas que no están del mismo modo. El modo como la fuerza está, el modo como es real,

difiere modalmente de como lo está Dios, pues uno está (es real) como causa física,

mientras que el otro lo está (es real) como causa metafísica. Esta diferencia modal es una

diferencia no de naturaleza, sino tan sólo de grado. De naturaleza no, porque de algún

modo ambos son reales, pero sí de grado porque ese «algún modo» en que son reales no es

el mismo modo.

[30] El modo de manifestación de las cosas es primigeniamente real, aparecen como

siendo reales (aun cuando el contenido de la aparición no lo sea), pero dicho carácter de

Realidad con que aparecen las cosas difiere según la cosa misma aparecida. Puesto que este

carácter de Realidad va de sí con las cosas mismas, bien podemos decir que la Realidad es

una. Pero puesto que el modo del carácter de Realidad difiere según la cosa que acompaña,

podemos decir que aunque es una, es distinta. Tiene diversas tinciones, marcando con ello

respectivas especificidades. Tener diversos modos de ser real aun siendo la misma Realidad

es decir que la Realidad posee estructura.12

Los modos de Realidad están organizados

momento de la talidad, y ésta se constituye por un contenido concreto y una forma que es el carácter de

realidad (vid. ZUBIRI, X. Respectividad de lo real. Realitas III-IV: 1976-1979. Madrid: Trabajos de

Seminario Xavier Zubiri. 1979. pp. 13-43).

Pienso que el atestiguamiento de la Realidad en tanto Realidad no está, como ha creído la ontología y

metafísica clásicas, en el ser sino en el estar. Quizá el ser sea lo más real que se quiera, pero es una cuestión

secundaria a la que sólo se llega, tal vez, profundizando en la Realidad primaria que se da en el estar. Como he señalado en notas anteriores, no le doy al estar peso ontológico alguno, pues no es más que una etiqueta

lingüística –castellana– que me ayuda a denotar una situación concreta, la cual –esa sí– tiene peso

«ontológico»: el básico y primigenio contacto con lo demás, contacto que nos hace patente su Realidad, la

Realidad suya (lo que Zubiri llamara el de suyo), la Realidad de eso demás. 12 El concepto de Realidad estructural es heredero del de Realidad gradual; concepto que considero

necesarísimo para un discurso coherente capaz de integrar los grados del saber según los grados de Realidad;

y sin embargo, aunque la resalto –pues hace falta subrayar que no se puede hablar con los instrumentos de un

Page 9: Realidad Estructural Carlos Sierra Lechuga

según un determinado orden que los hace ser, aunque varios, elementos de un mismo

complejo: la Realidad en cuanto tal. Hablar de una Realidad estructurada nos permite

distinguir, pues, entre la piedra, el molusco, la bacteria, el número π, la supernova, el

hombre (también los ángeles, si se quiere,) y Dios, sin por ello caer en dualismos o

pluralismos que escindan esquizoidemente la Realidad; pues, aunque distinciones

elementales, son distinciones de Realidad; en virtud de ello les llamamos elementos

estructurales de Realidad, porque constituyen desde su determinado modo de ser real la

Realidad en la que están.

Cuando hablamos de Realidad, entonces, nos referimos siempre a Realidad

estructural. Es una, y cada elemento estructural que se nos manifiesta de ella exige su

propio, específico y, por lo tanto, distinto, modo de acercamiento. Una Realidad estructural

nos permite hablar de manera coherente matemática, física, química, biológica, artística,

filosófica y teológicamente (et. al.). Los modos como se dicen los grados estructurales de la

Realidad son muchos, y dependen del modo como están. Según como lo esté, la Realidad se

presenta de muchos [31] modos.13

Con el riesgo de parecer reduccionistas pero sin serlo,

proponemos tres modos a partir de los cuales se podrían deducir muchos otros o a los

cuales podrían pertenecer muchos más; estos tres modos como se muestra la Realidad

estructural son (en un momento los sondearemos): la consistencia, la existencia y la

subsistencia.

El modo de Realidad difiere entre el Último Teorema de Fermat, la Primera Ley de

Kepler y la Res Divina, esto es, entre conceptos (matemáticos o no), entre objetos físicos

(i.e. materiales) y Realidades metafísicas (religiosas o no).14

Existen graves confusiones en

los modos de Realidad cada que se intenta abordar a uno con herramientas diseñadas para

otro, no debe hablarse de cosas diferentes con los mismos términos. En un hogar, uno no ve

grado sobre otros grados distintos–, no es un idea novedosa. Los grados de Realidad han sido sugeridos al

menos en lo tocante a lo teológico como jerarquía celestial ya por Dionisio Areopagita (Cfr. DIONISIO. La

jerarquía celeste. In: Martin-Lunas, T. H. (ed), Obras completas del Pseudo Dionisio Areopagita. Madrid:

BAC, 1990, pp. 119-188) y, por su lado, ya reconocía explícitamente estos grados el Doctor Angelicus (Cfr. AQUINO, T. Suma contra los gentiles, México: Porrúa: 2004, p.647, 648. [Libro IV, Capítulo XI, al inicio]).

Una Realidad gradual, aunque no es una idea nueva, sí que es urgente. 13 Parafraseando a Aristóteles que dijo: «τὸ ὂν […] λέγεται πολλαχῶς» (lo) que es se dice de muchos modos;

hablándonos de cuatro en particular: ser independiente (ουσία), ser por sí mismo (καθ' αυτό), ser verdadero

(ἀληθὲς) y ser acto (έντελέχεια). Cfr. Metafísica. 1026a33-b2 y 1028a10-13 14 Claro que la Primera Ley de Kepler no es un objeto físico, pero con ella se está diciendo simbólicamente lo

que en principio es algo físico: el movimiento de los planetas (y que describimos conceptualmente como

trayectorias elípticas).

Page 10: Realidad Estructural Carlos Sierra Lechuga

la cocina a través de la ventana de la habitación. Tenemos diferentes herramientas según

aquello que vayamos a trabajar, como tenemos varias ventanas para una misma Realidad.

Cuando esto se confunde, ocurren inflexiones entre modos que, las más de las veces, son

peligrosas. Ha ocurrido, por dar un ejemplo, que quiere tratarse de Dios matemática o

físicamente, saltando gratuitamente de resultados científicos a conclusiones metafísicas.

Spinoza creyó poder hablar de Dios con un método geométrico, hoy no son pocos los

físicos que desde la ciencia física en tanto que ciencia física buscan desacreditar

aseveraciones religiosas, y tampoco son pocos los religiosos quienes buscan sustentar sus

aseveraciones de fe desde aseveraciones físicas. A mi parecer, es igualmente grave el que

se quiera desacreditar una proposición de fe desde la ciencia como el que se quiera

sustentarla; una cosa es apoyar la hipótesis de un elemento estructural de Realidad con

tesis de otros,15

pero otra es querer fundamentarla con ellas. Esto es peligroso. ¿No es esto

notable cada que con la Biblia se quieren dar explicaciones físicas del mundo? ¿No debería

ser igualmente notable cada que con las explicaciones físicas del mundo se quieran

sustentar los contenidos bíblicos? La inflexión es la misma, y quizá mucho haya sido

causado por una palabra que ha perdido gran parte de su concepto (a pesar o [32] debido a

la vasta especulación filosófica al respecto); tal palabra fuente de confusiones es, a saber,

«existencia». Proponemos por ahora operacionalmente –ya habrá tiempo de clarificar las

nociones en algún trabajo ulterior– tres modos en que se dicen estructuralmente los

elementos constitutivos de la Realidad en su aparición en el estar: para la «existencia»

conceptual decimos más bien consistencia; para la llana «existencia» física, existencia sin

más; y para la «existencia» metafísica, subsistencia. Así pretendemos acotar esa palabra

difusa fuente de debates ociosos. Lo real conceptual consiste, lo real físico existe y lo real

metafísico subsiste. El esquema de la pregunta por la verdad en cada caso quedaría,

entonces: ¿es este concepto consistente (veritativo funcional) con X principios, axiomas,

marcos teóricos? ¿Es esto físico corroborable o experimentalmente existente? ¿Es verdad la

subsistencia de X ente metafísico? Y en su respuesta podrá distinguirse claramente el

acercamiento requerido: si matemático, lógico, físico, científico, metafísico, filosófico,

teológico, religioso, etc.

15 Por ejemplo, para hacer plausible algo (verosímil), mas no para hacerlo posible (verdadero).

Page 11: Realidad Estructural Carlos Sierra Lechuga

Todo es igualmente real en tanto que real, pero no es igualmente real en tanto el

modo como lo está. Los conceptos son en algún modo bien reales, baste con intentar pensar

no-occidentalmente estando inmiscuido en la historicidad occidental para notar que la

propiedad real de los conceptos se resiste a la propia Realidad histórico-cultural humana,

por ejemplo, nos es muy difícil como occidentales asumir el concepto de un tiempo cíclico

en vez de uno lineal, sin embargo, no decimos que los conceptos existen, sino que consisten

(el concepto de tiempo lineal es consistente con una historicidad occidental); esto es, los

conceptos son consistentes o no (o indecidibles, como pensaría Gödel) según un

determinado marco conceptual. El cuatro no existe como la suma de dos más dos, sino que

consiste; es consistente como la suma de determinados números según las reglas y la lógica

de, por ejemplo, la aritmética de Peano.16

Por su [33] parte, los objetos físicos son a su

modo reales, cualquiera que haya caído y tropezado habrá atestiguado el carácter de

Realidad de lo que llamamos gravedad17

; decimos de los objetos que existen, que existen

físicamente. Por último, las Realidades transcendentes son también muy reales, por ejemplo

la esencia (οὐσία) –como patrimonio que permite la independencia de una determinada

cosa y que por lo tanto se le llama substancia (ὑποκείμενον)– es real, pues sin esta esencia

substancial la cosa, justamente, no subsistiría; por ejemplo, el mundo como un todo –en

tanto que es pensado como una esencia unitaria– no subsistiría como un todo si no fuera por

esa su unidad; así pues, decimos que la totalidad qua totalidad no existe sino que subsiste.

Pero estos tres modos de patentización de lo real –la consistencia, la existencia y la

subsistencia– ¿de dónde provienen? ¿Por qué son modos distintos entre sí? Como decíamos

antes: por el modo en que están en la Realidad. No podemos decir cualquier cosa de nada,

yo no puedo decir sin más que un número entero elevado a una potencia mayor que dos

16 Que obedece a los siguientes axiomas:

1. 1 ∈ N. 2. a ∈ N . Ͻ . a = a. 3. a, b, c ∈ N . Ͻ : a = b . = . b = a. 4. a, b ∈ N . Ͻ .·. a = b . b = c : Ͻ . a = c. 5. a = b . b ∈ N : Ͻ . a ∈ N. 6. a ∈ N . Ͻ . a + 1 ∈ N. 7. a, b ∈ N . Ͻ : a = b . = . a +1 = b +1. 8. a ∈ N . Ͻ . a + 1 – = 1. 9. k ∈ K .·. 1 ∈ k .·. x ∈ N . x ∈ k : Ͻ x . x +1 ∈ k :: Ͻ . N Ͻ k. Cfr. PEANO, I. Arithmetices Principia, nova método expósita. Romae: Ediderunt Fratres Bocca. 1889. p. 1. 17 Y que conceptualmente cuantificamos con la conocida ecuación de Newton: F = G [(m1m2)/r

2]

Page 12: Realidad Estructural Carlos Sierra Lechuga

puede expresarse como la suma de dos enteros elevados a esa misma potencia,18

como

tampoco decir llanamente que lo que ocurre en un punto del espacio influye

inmediatamente en otro punto cualquiera,19

menos aún que la nada posee entidad alguna.20

Sabemos de lo real porque principalmente se nos resiste. Es decir, una inteligencia humana,

ante la cual las realidades aparecen como [34] realidades, no puede aseverar nada que las

realidades mismas no le permitan. Es la Realidad la que nos posee a nosotros, y es claro:

pues nosotros somos también reales.21

Y son las realidades en cuanto tales las que se

resisten a que la inteligencia intelija de ellas cualquier cosa, tal resistencia da muestra del

carácter real de la Realidad.22

Uno se percata de que algo es real no tanto por la coherencia

del algo como por su resistencia. La resistencia, pues, es quien debe decirme cómo puedo

escudriñar23

y cómo no, cómo debo acercarme a lo real; según lo que estoy viendo es que

variará la ventana a través de la cual veo.

El modo de acercamiento debe ser viable sólo en función del modo de Realidad.

Esta función del acercamiento a la Realidad respecto de la Realidad acercada es lo que

alguna vez he llamado El Principio de Correspondencia Ontológico-epistemológico,24

18 xn + yn ≠ cn ∀(𝑥, 𝑦, 𝑧) 𝜖 ℤ y ∀𝑛 > 2. Este es el llamado Último Teorema de Fermat (Cubum autem in duos

cubos, aut quadratoquadratum in duos quadratoquadratos, et generaliter nullam in infinitum ultra quadratum

potestatem in duos eiusdem nominis fas est dividere cuius rei demonstrationem mirabilem sane detexi. Hanc

marginis exiguitas non caperet). Para su demostración, vid. WILES, A. Modular elliptic curves and Fermat’s

Last Theorem. Annals of Mathemathics 142 (1995), 443-551. 19 Pues violaría lo deducido del segundo principio de la Relatividad Especial. «Todo rayo luminoso se mueve

en el sistema de coordenadas «de reposo» con una velocidad fija V, independientemente de si este rayo

luminoso sea emitido por un cuerpo en reposo o en movimiento.» EINSTEIN, A. Sobre la electrodinámica de

cuerpos en movimiento. In. S. Hawking, (ed.). A hombres de gigantes. Barcelona: Crítica, 2010, pp. 1027-1052. 20 Porque si la nada es, es algo y no ya nada. «La nada es la completa negación de la totalidad de lo ente»

HEIDEGGER, M. ¿Qué es metafísica?. In. Heidegger, M. Hitos. Madrid: Alianza, 2007, p.93-108. 21 Y no algo ajeno a la Realidad que por su lejanía nada o todo podría decir «de ella». Kant, por ejemplo,

creería que el Sujeto Trascendental nada podría conocer de la Realidad en sí, pero la Filosofía Positivista, por

su parte, creería que por ser ajeno el mundo, el sujeto no tendría por qué entrometerse en la investigación

logrando, así, un conocimiento «objetivo». A mi parecer, nada más falso: ni pura subjetividad ni pura

objatividad; el hombre, que es siempre un hombre concreto, es real en la medida en que está en la Realidad,

eso hace que su conocimiento sea de Realidad pero siempre inagotable. 22 El enjuiciamiento de esa Realidad resistente es un interesante tema pero aparte. Uno puede enjuiciar, quizá,

lo que sea de la Realidad, y tal enjuiciamiento mucho tendrá que ver con la precomprensión del todo desde la que inevitablemente partimos cada cual; pero sea cual sea el enjuiciamiento, será el carácter resistente de la

Realidad el que por convergencia haga del juicio –sea afirmativo o negativo– uno verdadero o falso. 23 Como ha traducido Zubiri el verbo griego σκοπέω, cuando Platón afirma (Fedón 99d6) haber desfallecido

escudriñando la Realidad, «ἀπειρήκη τὰ ὄντα σκοπῶν». ZUBIRI, X. ¿Qué es investigar? The Xavier Zubiri

Review, Vol. 7, 2005, pp. 5-7. 24 Especialmente expuesto en la conferencia Asir gradualmente la realidad: para un Principio de

Correspondencia ontológico-epistemológico presentada en el VII Congreso Latino Americano de Ciencia y

Religión de la University of Oxford, en Río de Janeiro, Brasil.

Page 13: Realidad Estructural Carlos Sierra Lechuga

principio que no puedo desarrollarlo con más detalle aquí, pero baste con dejar claro que si

el modo de Realidad va cambiando en el acercamiento a ésta, entonces deberán emerger

correspondientemente otros modos del saber. Son bien distintos –y así deben mantenerse–

los acercamientos [35] matemáticos o experimentales de los míticos o rituales; aunque,

como es sabido, es posible utilizar por analogía modos de acercamiento diversos, mas

tengamos claro que este préstamo de herramientas es sólo una analogía, no un traspaso a

ultranza. No busquemos a X con herramientas diseñadas para Y. La jurisdicción de los

juicios de nuestras investigaciones (académicas o no) la da la propia Realidad investigada;

y el uso analógico de las herramientas sólo es legítimo en tanto analógico. Por esta razón, la

matemática puede compartir sus métodos de inferencia estadística, por ejemplo, con la

sociología; pero no así la física compartir sus ecuaciones diferenciales con las disertaciones

exegéticas en torno al Génesis (incluso, no pueden siquiera compartirse –a secas– los

métodos de las exégesis cristianas del Génesis con los de las interpretaciones rabínicas

del ית Georges Lemaître entendió la Realidad estructural, no confundiendo lo que .(בראש

luego habría de llamarse Big Bang con La Creación.25

Es posible, pues, un préstamo analógico de herramientas conducido por el modo en

que se resiste la Realidad, pero no una transposición de los métodos ignorando toda

resistencia real o, más grave aún, jerarquizando los modos de ser real, como si unos

En alusión al Principio de Correspondencia de Niels Bohr en la Física. Este principio está

íntimamente ligado a la constante de Planck, h. Cuando, en un sistema físico, h tiende a cero, entonces el

valor de h (que en sí mismo es mayor que cero) se torna despreciable, y podemos mantenernos en un sistema físico clásico. Si h no tiende a cero, entonces su valor, que no es nulo, es decisivo para el sistema, así que nos

encontramos en uno cuántico. Esto quiere decir que hay que cambiar de herramientas epistemológicas

(clásicas o cuánticas) según los sistemas a lo que nos enfrentamos (en Física). 25 «Y si ese sacerdote [Lamaître] proponía, además, que el universo tenía un origen histórico, la presunta

intromisión parecía confirmarse: se trataría de un sacerdote que quería meter en la ciencia la creación divina.

Pero los trabajos científicos de Lemaître eran serios, y finalmente todos los científicos, Einstein incluido, lo

reconocieron y le otorgaron todo tipo de honores. Lamaître jamás intentó explotar la ciencia en beneficio de la

religión. Estaba convencido de que ciencia y religión son dos caminos diferentes y complementarios que

convergen en la verdad.» Op. Cit. Ciencia y fe: el origen del universo, Georges Lemaître: el padre del big-

bang. Sin embargo, es posible que parezca que el Papa Pio XII sí confundió los grados de Realidad de los que

se habla en el Big Bang y el Génesis: «[Physical proofs have] confirmed the contingency of the universe […] Hence creation took place in time. Therefore, there is a Creator. Therefore, God exists!», citado por

CARROLL, W. Creation in the Age of Modern Science. Tópicos 42 (2012) 107-124. Existen todavía hoy, sin

embargo y de manera lamentable, científicos eminentes que confunden estos grados de Realidad. Para una

excelente señalización de que las ciencias no pueden concluir metafísicamente en tanto que ciencias, sino sólo

tendiendo puentes con la filosofía y/o la teología, es decir, en tanto que ya no son puramente ciencias, véase:

ARTIGAS, M. Dios y la ciencia. Jean Guitton dialoga con los científicos, Ciencia, razón y fe, Universidad de

Navarra, junio 1993. Disponible en: <http://www.unav.es/cryf/diosylaciencia.html> Consultado el 13 de

septiembre de 2012.

Page 14: Realidad Estructural Carlos Sierra Lechuga

legitimasen otros, como si, por ejemplo, lo físico legitimara lo metafísico y sólo hasta

entonces lo metafísico cobrara algún valor. Lo metafísico debe adquirir valor desde sí

mismo, y si bien echa mano de lo físico, eso físico no es [36] lo que fundamentalmente dota

de valor a lo metafísico. Considero que no es que un modo de Realidad sea consecuencia

de otro, y por ello se legitime transferir a ultranza los resultados de un modo a las

conclusiones de otros; sino más bien que un modo de Realidad es complementario con el

resto de modos en la medida en que la Realidad es estructural, dando con esto a cada modo

su propia especificidad. No es lo mismo la consecuencia de Q a P, que la

complementariedad entre P y Q. La totalidad de lo real es una totalidad estructurada y, por

ello, los modos de Realidad no son consecuentes sino más bien constitutivos. Y

constitutivos pueden ser nuestros acercamientos a esa Realidad si se corresponden con ella,

correspondencia que más que ser adecuación podría ser en todo caso convergencia.26

Siempre que tomemos en cuenta la complementariedad y resistencia que esos mismos

modos permiten e impiden, entonces la complementariedad de nuestros modos del saber se

corresponderá con la de los modos de Realidad.

La correspondencia en los modos del saber sólo es legítima si se aproxima a los

modos de Realidad,27

pues los modos de Realidad deben mantenerse específicamente

distintos en función de una resistencia bien específica y manifiesta en el estar. Confundir

los modos de Realidad me parece inadmisible, porque existe no sólo una inflexión sino

también una tergiversación cuando por la regula de un modo del saber se quiere hacer

pasar cualquier modo de Realidad. Querer encontrar al australopithecus en la Biblia y

afirmar de Ella ser un libro equivocado por no encontrarlo, es tergiversar. Lo que ocurre es

justo la inversa: soy yo, que soy quien busca, quien se equivoca por no buscar en el libro

correspondiente, uno de paleontología: no es el libro quien se equivoca, sino yo que me

equivoco de libro.

26 Este es un tema digno de ser trabajado aparte. La pregunta por la verdad no como adecuación sino como

convergencia es, en cierto sentido, ya trabajada por Zubiri. Vid. ZUBIRI, X. El hombre y la verdad. Madrid:

Alianza, 2006. 27 Lo que digamos en los modos del saber sólo es verdad según el modo de Realidad. Aunque no sólo en ese

modo. Esto es: la verdad matemática 2+2=4 es tal según los estándares de la aritmética, pero es verdadera

incluso para Dios, aunque con ella no hagamos argumentación teológica alguna. Por su parte, la verdad de los

dogmas cristianos podrá ser tal según los dogmas mismos, por lo que, aun cuando sean verdad, no

argumentaremos con ellos el que 2+2=4.

Page 15: Realidad Estructural Carlos Sierra Lechuga

Hay modos de Realidad trascendentes y los hay inmanentes, hay consistencias,

existencias y subsistencias. Y el modo cómo consistir, existir y subsistir queda

específicamente tipificado en la resistencia patente en que el algo consiste, existe o

subsiste. De hecho, los modos [37] de justificación que se exigen en cada cual deberán ser

también diferentes; esquemáticamente –aunque faltarían todos los matices– son: para la

consistencia, una consecuencia lógica;28

para la existencia, una evidencia empírica; para la

subsistencia, una sistematización filosófica o teológica29

, o si es subsistencia religiosa, se

necesitará una vivencia.30

Por ello, finalmente, se dice que la intención del Espíritu Santo es enseñarnos cómo

ir a los cielos, no cómo funcionan.31

Si hay al menos dos ventanas a una Realidad, llámense

ciencia y religión, es porque la Realidad estructural es un hogar que invita a, a la vez que

exige, vislumbrar cada una de sus habitaciones a través de cada una de sus respectivas

ventanas. Ante la pregunta «¿Por qué decimos que la Realidad es una y que, además, tiene

ventanas distintas?» Respondemos: porque la Realidad es, ante todo, Realidad estructural.

28 Cabe decir que K. Gödel trabajó en un argumento ontológico (i.e. argumento que intenta demostrar la

existencia de Dios a priori, es decir, con independencia de la experiencia), más no lo publicaba por miedo a

que pensaran que quería demostrar la «existencia» de Dios cuando lo único que hacía era demostrar la

consistencia de una determinada proposición con un determinado sistema conceptual regido por un

determinado juego de reglas lógicas. Cfr. PARK, W. On the motivation of Goedel’s ontological proof. The Modern Schoolman 80 (2003) 144-153. 29 Que debe atenerse a la lógica y a la empírea pero no detenerse en ellas. 30 Claro que el modo de justificar las consistencias, las existencias y las subsistencias es bastante más

complejo, pero, en principio, el esquema queda como se señala en el texto. 31 «Spiritui Sancto mentem fuisse nos docere quomodo ad coelum eatur, non quomodo coelum gradiatur.» (La

intención del Espíritu Santo era enseñarnos cómo ir al cielo, no cómo tomarle medidas) Como declaró Juan

Pablo segundo parafraseando al Cardenal Baronio y a Galileo. Vid. O’COLLINS, G (ed.). Pope John Paul II:

a reader. New Jersey: Paulist Press, 2007, p. 33.

Page 16: Realidad Estructural Carlos Sierra Lechuga

Bibliografía [La bibliografía no fue incluida por los editores en el libro Ciencia y Fe:

dos ventanas una realidad]

AQUINO, Tomás de. Suma contra los gentiles. México: Porrúa, 2004.

AQUINO, Tomás de. Suma Teológica. Madrid: BAC, 1988.

AQUINO, Tomás de. De ente et essentia. Luventicus, 9 de diciembre de 2003. Disponible

en <http://www.luventicus.org/articulos/03Tr002/index.html#IIb>. Consultado el 16 de

abril de 2013.

ARANA, Juan. ¿Es la naturaleza un libro escrito en caracteres matemáticos?. Anuario

Filosófico 33 (2000) 43-66.

ARISTÓTELES. Aristotle's Metaphysics, Oxford: ed. W.D. Ross, Clarendon Press. 1924.

ARISTÓTELES, Metafísica. Madrid: Gredos, 2008.

ARISTÓTELES, Física. Madrid: Gredos, 2008.

ARTIGAS, Mariano. Ciencia y fe: el origen del universo, Georges Lemaître: el padre del

big-bang. Ciencia, razón y fe, Universidad de Navarra, 7 junio 1995. Disponible en:

<http://www.unav.es/cryf/georgeslemaitreelpadredelbigbang.html>. Consultado el 24 de

septiembre de 2012.

ARTIGAS, Mariano. Dios y la ciencia. Jean Guitton dialoga con los científicos, Ciencia,

razón y fe, Universidad de Navarra, junio 1993. Disponible en:

<http://www.unav.es/cryf/diosylaciencia.html> Consultado el 13 de septiembre de 2012.

BARHAM, Peter. Schizophrenia and Human Value. Oxford: Basil Blackwell, 1984.

BERGSON, Henri. Introduction à la métaphysique. La pensée et le mouvant. Paris: Les

Presses universitaires de France. 1969.

CARROLL, William. Cration in the Age of Modern Science. Tópicos 42 (2012) 107-124.

DIONISIO. La jerarquía celeste. In: Martin-Lunas, T. H. (ed), Obras completas del Pseudo

Dionisio Areopagita. Madrid: BAC, 1990, pp. 119-188

EINSTEIN, Albert. Sobre la electrodinámica de cuerpos en movimiento. In. S. Hawking,

(ed.). A hombres de gigantes. Barcelona: Crítica, 2010, pp. 1027-1052.

FEYERABEND, Paul. ¿Por qué no Platón?, In. ¿Por qué no Platón?. Madrid: Tecnos,

2009, pp.167-179.

GALILEO, Galileo. El ensayador. Buenos Aires: Aguilar, 1981.

Page 17: Realidad Estructural Carlos Sierra Lechuga

GARCÍA BACCA, Juan David. Necesidad y Azar: Parménides (s. V a.C) – Mallarmé (s.

XIX d.C.). Barcelona: Anthropos. 1985.

GÖDEL, Kurt. Sobre sentencias formalmente indecidibles de Principia Mathematica y

sistemas afines, In: J. Mosterín (ed.), Obras Completas. Madrid: Alianza, 2006, pp. 53-87.

HEIDEGGER, Martin. Ontología. Hermenéutica de la Facticidad. Madrid: Alianza.2008.

HEIDEGGER, Martin. ¿Qué es metafísica?. In. Heidegger, M. Hitos. Madrid: Alianza,

2007, p.93-108.

HEISENBERG, Werner. Física y filosofía. Buenos Aires: La Isla, 1959.

HEISENBERG, Werner. La imagen de la Naturaleza en la física actual. Barcelona:

Planeta, 1994.

KOYRÉ, Alexandre. Del mundo cerrado al universo infinito. México: Siglo XXI, 2008.

MARITAIN, Jacques. Distinguir para unir o los grados del saber. Argentina: Ediciones

DDB, 1947.

O’COLLINS, Gerald (ed.). Pope John Paul II: a reader. New Jersey: Paulist Press, 2007.

PARK, W. On the motivation of Goedel’s ontological proof. The Modern Schoolman 80

(2003) 144-153.

PLATÓN, Fedón, Madrid: Gredos, 2008.

SPINOZA, Baruch. Ética demostrada según el orden geométrico. La Plata: Terramar,

2005.

SUTTON, Thomae. De natura generis. Corpus Thomisticum, Textum Taurini 1954 editum.

Disponible en < http://www.corpusthomisticum.org/xpg.html> Consultado el 16 de abril de

2013.

WILES, A. Modular elliptic curves and Fermat’s Last Theorem. Annals of Mathemathics

142 (1995), 443-551.

WOJTYLA, Karol, La evangelización y el hombre interior. In La fe de la Iglesia, México:

Minos, 1979.

WOLFF, Werner. Introducción a la psicopatología. México: FCE, 1976.

WRIGHT, E.L. Cosmology and Religion. Division of Astronomy and Astrophysics (UCLA),

California, noviembre de 2010. Disponible en <http://www.astro.ucla.edu/~wright/cosmo-

religion.html> Consultado el 13 de septiembre de 2012.

ZUBIRI, Xavier. Acerca del mundo. Madrid: Alianza, 2010.

Page 18: Realidad Estructural Carlos Sierra Lechuga

ZUBIRI, Xavier. El hombre: lo real y lo irreal. Madrid: Alianza, 2005.

ZUBIRI, Xavier. El hombre y la verdad. Madrid: Alianza, 2006.

ZUBIRI, Xavier. Reflexiones teológicas sobre la eucaristía. Estudios escolásticos 56 (1981)

Enero-Junio, 41-59. (Disponible en la web bajo el URL:

http://www.zubiri.org/works/spanishworks/reflxeuchrst.htm)

ZUBIRI, Xavier. Respectividad de lo real. Realitas III-IV: 1976-1979. Madrid: Trabajos de

Seminario Xavier Zubiri. 1979. pp. 13-43.

ZUBIRI, Xavier. Los problemas fundamentales de la metafísica occidental. Madrid:

Alianza, 2008.

ZUBIRI, Xavier. ¿Qué es investigar? The Xavier Zubiri Review, Vol. 7, 2005, pp. 5-7.