qué son las técnicas narrativas en psicoterapia

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¿Qué son las técnicas narrativas en psicoterapia? La narrativa es un género literario, una manera de escribir o relatar una historia, caracterizado por ordenar temporalmente una serie de eventos significativos para el narrador. Desde el punto de vista literario es posible distinguir ciertos aspectos que permiten comprender la relevancia que este género adopta en el terreno psicoterapéutico; entre ellos destacan la coherencia, la calidad evocativa y la construcción y reconstrucción personal. Cuando estos elementos se ponen en práctica a modo de ejercicios, queda claramente reflejada la efectividad de este tipo de técnicas como instrumento terapéutico. Además, entra en juego otro elemento, la identidad. Las técnicas narrativas parten de la metáfora de la identidad como relato. Las personas somos fundamentalmente el relato que hacemos de nosotros mismos, por ello, las técnicas narrativas parten de dicha metáfora. Existen variedad de técnicas narrativas; entre las más utilizadas destacan la autocaracterización (redacción sobre uno mismo en tercera persona) y la redacción de cartas terapéuticas. Concretamente, ¿para qué se utilizan las cartas en el ámbito terapéutico? White, empezó a utilizar las cartas para incrementar el efecto de las sesiones de psicoterapia. Algunas de esas cartas se enviaban a los clientes al finalizar las sesiones como complemento y/o feedback de lo trabajado y, en ocasiones, para ampliar la información e historia personal. Por otro lado, las cartas pueden ser escritas por el propio paciente para hablar, muchas veces de un modo ficticio, con otra persona, con el fin de expresar todo aquello que, de viva voz, resulta complicado o imposible (por ejemplo, en aquellos casos en los que la persona a quien va dirigida la carta ha fallecido). ¿Cómo son estas cartas? Los escritos con finalidad terapéutica por parte del psicólogo deben ser concisos y claros, evitando ser demasiado extensos y repetitivos. La carta es redactada por el propio terapeuta, o incluso, en aquellos casos en los que existe un equipo reflexivo configurado por psicólogos que siguen y estudian el caso (siempre con el consentimiento del paciente), la carta es escrita por el equipo de terapeutas.

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¿Qué son las técnicas narrativas en psicoterapia?

La narrativa es un género literario, una manera de escribir o relatar una historia, caracterizado por ordenar temporalmente una serie de eventos significativos para el narrador. Desde el punto de vista literario es posible distinguir ciertos aspectos que permiten comprender la relevancia que este género adopta en el terreno psicoterapéutico; entre ellos destacan la coherencia, la calidad evocativa y la construcción y reconstrucción personal. Cuando estos elementos se ponen en práctica a modo de ejercicios, queda claramente reflejada la efectividad de este tipo de técnicas como instrumento terapéutico.

Además, entra en juego otro elemento, la identidad. Las técnicas narrativas parten de la metáfora de la identidad como relato. Las personas somos fundamentalmente el relato que hacemos de nosotros mismos, por ello, las técnicas narrativas parten de dicha metáfora.

Existen variedad de técnicas narrativas; entre las más utilizadas destacan la autocaracterización (redacción sobre uno mismo en tercera persona) y la redacción de cartas terapéuticas.

Concretamente, ¿para qué se utilizan las cartas en el ámbito terapéutico?

White, empezó a utilizar las cartas para incrementar el efecto de las sesiones de psicoterapia. Algunas de esas cartas se enviaban a los clientes al finalizar las sesiones como complemento y/o feedback de lo trabajado y, en ocasiones, para ampliar la información e historia personal.

Por otro lado, las cartas pueden ser escritas por el propio paciente para hablar, muchas veces de un modo ficticio, con otra persona, con el fin de expresar todo aquello que, de viva voz, resulta complicado o imposible (por ejemplo, en aquellos casos en los que la persona a quien va dirigida la carta ha fallecido).

¿Cómo son estas cartas?

Los escritos con finalidad terapéutica por parte del psicólogo deben ser concisos y claros, evitando ser demasiado extensos y repetitivos. La carta es redactada por el propio terapeuta, o incluso, en aquellos casos en los que existe un equipo reflexivo configurado por psicólogos que siguen y estudian el caso (siempre con el consentimiento del paciente), la carta es escrita por el equipo de terapeutas.

Las cartas redactadas por el paciente, pueden incluir todo aquello que la persona necesite expresar. Así pues, en ocasiones se trata de escritos extensos en los que el propio individuo busca un modo para exteriorizar el miedo, la rabia, la tristeza y la alegría que, por algún motivo, ha sido difícil comunicar al “destinatario” de la carta.

¿Cómo ayudan las cartas y la narrativa escrita en el proceso terapéutico?

Las cartas y la narrativa escrita en general, tanto por parte del terapeuta como por parte del paciente, son una herramienta muy potente en el proceso terapéutico.

Las cartas son una pequeña muestra de la gran variedad de posibilidades que existen en terapia para ayudar a integrar todo aquello que se ha dicho en sesión; de este modo, a partir de las cartas que realiza el terapeuta, la persona puede reflexionar al respecto. Por otro lado, las cartas que realiza el propio paciente son un camino para expresar sobre el papel todo aquello que el individuo desea decir, por ejemplo, a una tercera persona (en ocasiones también se crean cartas hacia uno mismo, por ejemplo, hacia la juventud o el “yo” de futuro).

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Así pues, estas cartas, si las escribe el terapeuta, pueden responder a reflexiones post-sesión que realiza él mismo y entrega al paciente para ofrecer un feedback más intenso, o por ejemplo, también pueden ser utilizadas a modo de recordatorio entre sesión y sesión cuando el intervalo entre éstas es muy largo.

Si las realiza el paciente, pueden utilizarse como cartas de despedida a personas fallecidas en situaciones de duelo mal resuelto, o personas con las que existe un conflicto o la necesidad de expresar y comunicar (en estos casos el paciente decide entregar o no la carta).

Por otro lado, las cartas también pueden resultar de utilidad ante la falta de alguien importante en sesión. En ocasiones, las personas que más preocupan al paciente o a la familia (si se trata de una terapia familiar), deciden no acompañarles en terapia. Poder aceptar que decidan no formar parte de estas terapias, pero involucrarlas de distinta manera mediante las cartas, es una opción.

Además, tal y como comentábamos anteriormente a modo de ejemplo, las cartas también se utilizan para crear un diálogo interno entre el “yo” actual y otro “yo”, como por ejemplo el “yo” niño o el “yo” futuro.

Para finalizar, las cartas pueden ir dirigidas a un síntoma o una queja somática, un malestar o alguna característica de nuestra personalidad.

En definitiva, las cartas pueden desempeñar un papel decisivo a la hora de ayudar a las personas a comunicar y expresar emociones reprimidas, localizar sus propias historias de lucha, e identificar pensamientos y creencias alternativas a partir de sus vivencias.

TERAPIA NARRATIVA Y CUENTOS TERAPÉUTI

El presente artículo consta de dos partes. En la primera se exponen brevemente los antecedentes literarios de la terapia narrativa. En la segunda se presenta de forma muy sintética un caso que culmina con la elaboración de un cuento terapéutico.

ANTECEDENTES LITERARIOS DE LA TERAPIA NARRATIVA

La terapia narrativa se sitúa en el marco de las ideas postestructuralistas. Algunos antecedentes de la terapia narrativa incluyen las ideas de Gregory Bateson, Michel Foucault (poder y conocimiento), Geertz (analogía del texto) y Jerome Bruner.

El postestructuralismo enfatiza que el lenguaje y su uso juegan un rol vital en la formación de la vida. El significado que le damos a los eventos en nuestras vidas y cómo organizamos éstos en historias sobre nosotros y los otros, dará forma a la vida.

Con el objeto de proporcionar un marco conceptual a su exploración de los recursos narrativos, Michael White y David Epston acuden a la noción de “textos narrativos”. Proponen la analogía de la terapia como un proceso de “contar y volver a contar” las vidas y las experiencias de las personas que se presentan con problemas, contribuyendo a la co-creación de narraciones nuevas y liberadoras. La terapia narrativa se conoció en sus inicios como “terapia de mérito literario”.

A continuación me centraré en los principales antecedentes literarios de la terapia narrativa:

Gregory Bateson, biólogo y antropólogo, señala que la lógica se puede utilizar para describir sistemas lineales de causa y efecto, pero cuando las secuencias causales se convierten en circulares, como ocurre en el mundo viviente, su descripción en términos lógicos genera paradojas. Es por ello que la metáfora tiene un papel fundamental en el mundo viviente. La metáfora es el lenguaje de la naturaleza. La metáfora expresa similitudes estructurales, similitudes de organización. La metáfora es la lógica básica de la totalidad del mundo vivo. Bateson consideraba las historias, parábolas y metáforas como expresiones esenciales del pensamiento

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humano, de la mente humana. La importancia de las historias en el pensamiento de Bateson está íntimamente vinculada con la importancia de las relaciones. Según Bateson, la relación debería constituir la base de toda definición; la forma biológica es un conjunto de relaciones, más que de partes, y así es también como funciona el pensamiento humano. Las relaciones son la esencia del mundo viviente. Las historias constituyen el camino real del estudio de las relaciones. Lo importante de una historia no es el argumento, las cosas, ni sus personajes, sino las relaciones entre ellos. Bateson definía la historia como “un conjunto de relaciones formales dispersas por el tiempo.”

Geertz afirma que las vidas de las personas están situadas en textos dentro de textos. Considera la interacción de las personas como la de interacción de los lectores respecto de ciertos textos; entiende la evolución de las vidas y las relaciones en términos de lectura y escritura de textos. Señala que relatar la experiencia determina el significado que se atribuirá a la misma.

Los textos tienen un cierto grado de ambigüedad o indeterminación. Los relatos están llenos de lagunas que las personas deben llenar para que sea posible representarlos. Estas lagunas ponen en marcha la experiencia vivida y la imaginación de las personas. Con cada nueva versión, las personas reescriben sus vidas.

Jerome Bruner señala que la experiencia vivida es más rica que el discurso. Las personas organizan su experiencia y le dan sentido por medio del relato y en la construcción de estos relatos expresan aspectos escogidos de su experiencia vivida. Estos relatos son constitutivos: modelan las vidas y las relaciones.

La terapia narrativa, según Alice Morgan, busca ser un enfoque respetuoso, no culpabilizador para el trabajo terapéutico y comunitario, que centra a las personas como expertas de sus vidas. Ve a las personas separados de los problemas y supone que las personas tienen muchas herramientas, competencias, creencias, valores, compromisos y habilidades que les pueden ayudar a reducir la influencia de los problemas sobre sus vidas.

Nuestras vidas son multi-historiadas. Cuando las personas consultan a un terapeuta cuentan historias sobre sus problemas, predicamentos y dilemas. Al hacerlo, ligan los eventos de sus vidas en secuencias, a través del tiempo, de acuerdo a un tema o trama. Estos temas frecuentemente reflejan pérdida, fracaso, incompetencia, desesperanza e inutilidad. Las conversaciones de re-autoría invitan a las personas a continuar desarrollando las historias de sus vidas y los invitan a incluir otros eventos subordinados (que no se habían tomado en cuenta previamente), pero potencialmente significativos. Se trata de buscar los acontecimientos en donde el problema tiene una menor influencia o no está presente. Estos eventos se conocen como eventos o acontecimientos extraordinarios y son el punto de partida para la construcción de historias alternativas. Estas historias se engrosan ricamente.

Hay muchas formas de engrosar la historia alternativa, como las conversaciones de re-autoría, conversaciones de re-membranza, los testigos externos y el uso de documentos terapéuticos. Me centraré en estos últimos.Cuando las personas se encuentran en la reautoría de sus vidas y sus relaciones, la influencia de la historia problemática disminuye y una nueva historia preferente emerge. Los documentos terapéuticas documentan estas preferencias, conocimientos y compromisos para que la persona pueda acceder a ellos.Existen muchos tipos de documentos terapéuticos como las cartas terapéuticas, declaraciones, certificados, manuales, notas de las sesiones, videos o DVDs, listas, fotografías e imágenes, y los cuentos.En una obra literaria no está todo dicho de manera explícita. La obra literaria es un objeto intencional, no está completado, apunta hacia, está llena de zonas de indeterminación que el lector completa. En el cuento terapéutico el drama familiar relatado por el consultante es vertido, transformado, utilizando un lenguaje simbólico metafórico, en un relato terapéutico. El punto culminante del proceso no es la producción del cuento por parte del terapeuta, sino la propia elaboración que el consultante hace de todo lo acaecido. Sólo cuando el consultante se reconoce en la nueva historia, puede hacerla suya e incorporar los mensajes de salud y crecimiento que están implícitos en ella, agregándole nuevos elementos introducidos por él.