plan de usos de terrenos borrador 2 ii 2014 r 1

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Directrices de desarrollo para Puerto Rico BORRADOR 2-II-2014 r.1 BORRADOR 2-II-2014 r.1

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El plagio al Pais Vasco, bajo la incompetencia de la Administración García Padilla.

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  • Directrices de desarrollo para Puerto Rico

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  • Directrices de desarrollo para Puerto Rico

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  • Crditos:

    Rebecca de la Cruz PrezEdwin O. Fonseca Ayala Luis G. Machado FigueroaRafael Marrero Arce Israel Rivera NievesGerardo Snchez DuvergeEduardo Santiago ParrillaYamira Valls Nevrez

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  • AutoridadesJunta de PlanificacinGobierno del Estado Libre Asociado de Puerto Rico

    Luis Garca Pelatti, Presidente

    Pedro M. Cardona Roig, Vicepresidente

    Norma I. Pea Rivera, Miembro Asociado

    Juan C. Santiago Coln, Miembro Asociado

    Sylvia Rivera Daz, Miembro Alterno

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    La versin inicialmente publicada el da 30 de enero de 2014 ha sido revisada para incluir el Mapa Oficial de Clasificacin propuesto por el Plan de Uso de Terrenos, imgenes y correcciones menores.

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  • PRLOGOLa necesidad de lograr una convergencia entre

    el crecimiento econmico, la equidad y la sustenta-bilidad ambiental, consolidar vnculos con nuestra agenda social, as como un nuevo equilibrio esta-do-mercado-ciudadana son cada vez ms necesa-rios para la consecucin de la meta ulterior de ma-nifestar algn cambio de direccin en los patrones perjudiciales a nuestro territorio nacional. Concurren-temente con el desempeo de nuestra situacin eco-nmica, persisten los reclamos legtimos por parte de nuestra ciudadana a favor de su bienestar, con el debido efecto en el acervo de recursos, ante es-tas manifestaciones resaltan los elementos particu-lares a nuestra condicin de isla, que esto incluye los factores condicionantes en el uso adecuado de nuestro territorio. El recurso tierra, a su vez, es uno de los ms escasos con el que contamos y es donde se desenvuelven todas las actividades que realizan nuestros conciudadanos. Por ende, las exigencias para la implementacin de los criterios por parte del Estado con respecto a nuestro orden de ocupacin del territorio, recibe mayor pertinencia.

    La transformacin de la economa de Puerto Rico, principalmente a raz del fin de la Segunda Guerra Mundial, ha impulsado la urbanizacin acelerada en los suburbios, el desparramamiento urbano, el de-terioro de los centros urbanos tradicionales y la de-pendencia hacia el uso del automvil privado. Todo esto ha trado una creciente preocupacin con res-pecto a los patrones de desarrollo de las ciudades, no slo de nuestra Isla, sino del mundo entero. Se habla del abandono que sufren los cascos urbanos, luego de haber pasado un proceso de construccin

    desmedido y de los planes de tomar terrenos agrco-las para llenarlos de concreto. La pregunta obligada es si esos terrenos corrern la misma suerte. Dicha situacin ha estado alterada histricamente por pol-ticas pblicas de ocupacin del territorio y patrones de consumo por nuestra sociedad que, entrando en conflicto con nuestra condicin de isla, podran pre-sentar crisis en el orden socioeconmico y que han probado ser insostenibles.

    La Junta de Planificacin de Puerto Rico, como Agencia responsable de la planificacin integral de la Isla, ha establecido una visin orientada a promover un balance entre el desarrollo, conservacin, protec-cin y preservacin del ambiente natural, el mejora-miento de la calidad de vida de nuestros ciudadanos y el progreso econmico dentro del contexto de un desarrollo sustentable con la ayuda y participacin de nuestra ciudadana. Esta visin queda plasmada en este Plan de Usos de Terrenos.

    En la planificacin prevalece el carcter de inter-vencin y accin ante la manifestacin de la pro-blemtica sometida al anlisis, con el propsito de un eventual proyecto que intente la resolucin de la misma. Cuando se considera la necesidad de imple-mentar un proceso de toma de decisiones de forma tal que se llegue eventualmente a la estrategia o gru-po de estrategias que exija su solucin satisfactoria, resalta la relacin entre el objeto de planificacin y el componente externo. En este caso, la interaccin y los efectos de los procesos sobre el territorio y de ah determinar el nivel de insercin del Estado en la dinmica del uso de nuestro suelo.

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    CONTENIDO

    TPICO I 2BASES DEL MODELO TERRITORIAL

    Capitulo 1 Territorio y sociedad en Puerto Rico 3

    1.1. Enfoque prospectivo. Retos y desafos de futuro 4

    Capitulo 2 Poblacin y Territorio 5

    2.1. Dinmicas y estructura demogrfica 52.2. Distribucin y densidad de la poblacin 62.3. Enfoque prospectivo: Retos y desafos de futuro 7

    Capitulo 3 Economa y Territorio 8

    3.1. Singularidades del modelo econmico de PR 83.2. Principales retos de la economa puertorriquea 83.3. Objetivos en relacin con el modelo socioeconmico 123.4. Hacia una estructura espacial equilibrada de actividades econmicas 133.5. Enfoque prospectivo. Retos y desafos de futuro 14

    Capitulo 4 Cambio climtico 15

    4.1. Causas del cambio climtico 154.2. Consecuencias del cambio climtico 164.3. Adaptacin al cambio climtico 17

    Capitulo 5 Principales retos en la ordenacin del territorio 18

    5.1. El territorio como herencia y como proyecto: necesidad de un equilibrio entre ambos conceptos 185.2. Flexibilidad combinada con control y fijacin de limitaciones 205.3. Enfoque prospectivo. Retos y desafos de futuro 20

    Capitulo 6 Planteamiento asumido para la elaboracin del PUT-DOT 21

    6.1. Estrategia de ordenacin territorial al servicio de los objetivos de desarrollo y bienestar 21

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    6.2. Respecto al marco de competencias del modelo institucional 226.3. Actitud tica respecto al tratamiento del medio ambiente 226.4. Integracin del urbanismo y la ordenacin territorial 226.5. Importancia del urbanismo de escala local 226.6. Limitaciones del urbanismo centrado exclusivamente en la escala local 236.7. El protagonismo del sistema de ciudades 236.8. Atencin a la escala territorial intermedia basada en las reas funcionales del territorio 246.9. El protagonismo de una red de ciudades de tamao medio 246.10. Relacin entre la ordenacin del territorio, la actividad urbanstica y los programas estratgicos de desarrollo econmico 256.11. Enfasis en la participacin institucional 256.12. De la planificacin rgida a la coordinacin flexible 256.13. Nueva cultura de la ciudad y el territorio 26

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    TPICO II 30EL MODELO TERRITORIAL

    Capitulo 7 El Modelo Territorial del PUT 31

    7.1. El Medio fsico: 317.1.1. Especial atencin al medio fsico 317.1.2. Problemas y oportunidades 327.1.3. El tratamiento del medio fsico en el PUT 327.2. Sistema de ciudades y reas rurales del PUT : 337.2.1. El sistema de ciudades en PR 337.2.2. Las reas funcionales del territorio 357.2.3. La red y ejes de las reas funcionales 377.2.4. Estrategias de estructuracin territorial 377.2.5. Estrategias para el espacio rural 387.3. Sistema de relaciones. Infraestructuras para el Modelo Territorial 39

    Capitulo 8 La ordenacin del medio fsico 41

    8.1. Claves interpretativas 418.2. Enfoque prospectivo. Retos y desafos de futuro. 418.3. Criterios y objetivos 428.4. Contenido y estructura de la directriz del medio fsico 438.5. Directrices generales relativas a los elementos y procesos del medio fsico y al control de las actividades 438.5.1. Directrices Generales 438.5.2. Directrices Generales relativas a los elementos y procesos del medio fsico 438.5.3. Directrices generales relativas al control de las actividades 478.6. Directrices particulares de las categoras de ordenacin: Modelo Territorial 508.6.1. Categoras de ordenacin 508.6.2. Categoras de ordenacin propuestas 508.6.3. Planes de Desarrollo 508.6.4. Regulaciones de usos y actividades 518.6.5. Definicin de usos actuales y potenciales 518.6.6. Categoras de ordenacin del medio fsico 548.7. Medidas de accin positiva 59

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    Capitulo 9 Implicaciones del Modelo Territorial en la poltica de suelo 65

    9.1. Asuntos de enfoque 659.2. Enfoque prospectivo. Retos y desafos de futuro. 669.3. Directrices para la poltica del suelo residencial 679.4. Directrices para la poltica de suelo para actividades econmicas 689.5. Directrices para el Plan Sectorial de creacin pblica de suelo para actividades econmicas 709.6. Directrices para los Planes de Ordenacin y los Planes de Desarrollo del PUT 70

    Capitulo 10 Ordenacin de la segunda residencia y de los recursos tursticos 72

    10.1. Claves interpretativas 7210.1.1. El turismo y la segunda residencia 7210.1.2. El carcter estructural de los fenmenos del turismo y de la segunda residencia 7310.2. Asuntos de enfoque 7410.3. Enfoque prospectivo. Retos y desafos de futuro 7410.4. Objetivos y criterios 7510.5. Ordenacin de la segunda residencia y de los recursos tursticos 76

    Capitulo 11 Sistema de reas de recreacin y ncleos de acceso al territorio 80

    11.1. Claves interpretativas 8011.2. Asuntos de enfoque 8011.3. Enfoque prospectivo. Retos y desafos de futuro 8111.4. Objetivos y criterios 8111.5. Ordenacin de las reas de recreacin 8111.6. Ordenacin de los Ncleos de acceso al territorio 82

    Capitulo 12 Necesidades de vivienda y cuantificacin de la oferta de suelo residencial 84

    12.1. Asuntos de enfoque 8412.2. Enfoque prospectivo. Retos y desafos de futuro 8412.3. Objetivos y criterios 8512.4. Cuantificacin de la oferta de suelo residencial en los Planes de Ordenacin municipal 8612.5. Componentes del crecimiento residencial 8712.5.1. Implicaciones del Modelo Territorial (C1) 87

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    12.5.2. Crecimiento demogrfico (C2) 8712.5.3. Variacin en la estructura familiar (C3) 8812.5.4. Correccin de la rigidez de la oferta (C4) 8912.5.5. Segunda residencia 90

    Capitulo 13 Infraestructura de transportes, comunicaciones y energa 91

    13.1. Claves interpretativas 9113.2. Enfoque prospectivo. Retos y desafos de futuro 9413.3. Objetivos, criterios y Directrices bsicas 9513.4. Directrices generales 9713.5. Directrices particulares. Carreteras 9813.6. Directrices particulares. Aeropuertos 10013.7. Directrices particulares. Puertos 10313.7.1. Puerto de San Juan, Turstico 10313.7.2. Puerto de San Juan, Carga 10413.7.3. Otros Puertos 10513.7.4. El Plan Sectorial de Marinas e Instalaciones Nutico-Recreativas 10513.8. Directrices particulares. Telecomunicaciones 10613.9. Directrices particulares. Energa 10713.9.1. Diversificacin de fuentes energticas y favorecer el gas natural y energas alternativas 10713.9.2. Infraestructuras Energticas en Relacin con las Estrategias de Ordenacin Territorial 10813.10. nfasis en la Planificacin e Investigacin 108

    Capitulo 14 Agua 110

    14.1. Claves interpretativas 11014.2. Enfoque prospectivo. Retos y desafos de futuro 11114.3. Objetivos y Criterios 11214.4. Directrices y normas de accin 11314.4.1. Instrumentos de planificacin hidrolgica 11314.4.2. Criterios para la planificacin hidrolgica 114

    Capitulo 15 Desperdicios slidos 116

    15.1. Claves interpretativas 116

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    15.2. Enfoque prospectivo. Retos y desafos de futuro 11715.3. Objetivos 11715.4. Directrices generales de accin 11715.5. Directrices particulares. Gestin de desperdicios slidos 11815.6. Directrices particulares. Gestin de los desperdicios slidos inactivos 12015.7. Directrices particulares. Desperdicios mdicos 12015.8. Directrices particulares. Desperdicios agrcolas y forestales. 12015.9. Directrices particulares. Lodos de plantas de tratamiento 12015.10. Directrices particulares. Desperdicios especiales 12015.11. Directrices sobre suelos contaminados 121

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    TPICO III 125INICIATIVAS TERRITORIALES PARA EL BIENESTAR Y LA RENOVACIN

    Capitulo 16 Estrategias de renovacin urbana 126

    16.1. Claves interpretativas 12616.1.1. Los espacios urbanos 12616.1.2. Los centros urbanos 12716.2. Enfoque prospectivo. Retos y desafos de futuro 12816.3. Asuntos de enfoque 12916.4. Directrices para la renovacin urbana 13016.5. Directrices para la rehabilitacin de las zonas histricas 131

    Capitulo 17 Ordenacin del patrimonio cultural 133

    17.1. Enfoque de esta directriz 13317.2. Enfoque prospectivo. Retos y desafos de futuro 13417.3. Objetivos y lneas de accin 13417.4. El patrimonio cultural inmueble 13417.4.1. Criterios y Directrices de carcter general 13517.4.2. Criterios y Directrices para el patrimonio arquitectnico 13517.4.3. Criterios y directrices para el patrimonio arqueolgico 136

    Capitulo 18 Los equipamientos en la perspectiva territorial 138

    18.1. Retos en materia de equipamientos 13818.2. Referencias para la ordenacin de equipamientos 139

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    TPICO IV 143CLAVES Y REFERENCIAS PARA LA APLICACIN DEL PUT-DOT

    Capitulo 19 Armonizacin de los planes municipales 144

    19.1. Sntesis de la situacin actual 14519.2. Enfoque prospectivo. Retos y desafos de futuro 14519.3. Objetivos y criterios 14619.4. Municipios afectados 14719.5. Composicin y caractersticas de cada grupo de municipios afectados 14719.6. Sistemas alternativos de armonizacin de los planes 14919.7. Elementos a armonizar 15019.7.1. Caracterizacin del marco de referencia 15019.7.2. Contenidos y Criterios 150

    Capitulo 20 Delimitacin de las reas funcionales 151

    20.1. Importancia y necesidad de la escala territorial intermedia 15120.2. Enfoque prospectivo. Retos y desafos de futuro 15120.3. Objetivos y criterios 15220.4. reas para la Ordenacin Territorial. 15320.4.1. rea Funcional de San Juan 15320.4.2. rea Funcional de Caguas 15320.4.3. rea Funcional de Humacao 15320.4.4. rea Funcional de Fajardo 15420.4.5. rea Funcional de Guayama 15420.4.6. rea Funcional de Ponce 15420.4.7. rea Funcional de Yauco 15420.4.8. rea Funcional de Mayagez 15420.4.9. rea Funcional de Aguadilla 15520.4.10. rea Funcional de Arecibo 15520.4.11. rea Funcional de Manat 15520.4.12. rea Funcional de Cayey 15520.5. Elaboracin de los Planes Sectoriales 156

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    Capitulo 21 Adaptacin y mitigacin del cambio climtico 158

    21.1. Nuevos contenidos para los planes 158

    Capitulo 22 Clasificacin del suelo por el PUT 162

    22.1. Categoras de clasificacin del suelo 16222.1.1. Suelo Urbano 16222.1.2. Suelo Urbanizable 16322.1.3. Suelo Rstico 16422.2. Transferencia de derechos de desarrollo 16622.2.1. Requerimiento de Transferencia de Derechos de Desarrollo en los SREP 166

    Capitulo 23 Normas de aplicacin del PUT-DOT 168

    23.1. Documentacin 16823.2. Carcter vinculante y orientativo de las Directrices de Ordenacin Territorial 17223.2.1. Consideraciones generales 17223.2.2. Anlisis del carcter vinculante u orientativo. 17223.3. Revisin del PUT 17423.4. Modificacin del PUT 17523.5. Adaptacin de los planes municipales al PUT 17523.6. Interpretacin del PUT 17523.7. Elaboracin de Planes Sectoriales. 17523.8. Afecciones de los Planes Sectoriales 175

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  • PRINCIPIOS RECTORES DEL PLAN DE USO DE TERRENOS:

    1. Favorecer la diversidad del territorio y preservar el paisaje como valor social y activo econ-mico.

    2. Proteger las reas naturales, agrcolas y de riesgo, como componentes de la ordenacin.

    3. Moderar el consumo del suelo y velar por el carcter compacto del desarrollo.

    4. Reforzar la estructura del territorio y coordinar la programacin de las infraestructuras con las reas de crecimiento futuro.

    5. Propiciar la mezcla de actividades y vivienda en reas urbanas y racionalizar el desarrollo de parques industriales o terciarios.

    6. Hacer de la movilidad un derecho y no un privilegio. Facilitar el transporte pblico mediante la compacidad de los asentamientos.

    7. Integrar a Puerto Rico a travs de un sistema de redes urbanas y de transporte mediante infraestructuras coherentes con el modelo territorial.

    8. Propiciar que los usos del suelo potencien un desarrollo econmico pleno y sustentable.

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  • BASES DEL MODELO TERRITORIAL

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    Plan de Uso de Terrenos

    CAPITULO 1 TERRITORIO Y SOCIEDAD EN PUERTO RICO

    A lo largo del pasado y presente siglo, se han pro-ducido unas profundas transformaciones en las es-tructuras econmicas, sociales, demogrficas y es-pecficamente territoriales, en el territorio de Puerto Rico. La comprensin de los procesos implicados en estas transformaciones es necesaria para establecer estrategias correctoras de los desequilibrios urbanos y territoriales actuales, y en definitiva, para inspirar directrices coherentes en estos mbitos.

    Durante su largo proceso de industrializacin, Puerto Rico fue testigo de una dinmica migratoria que ha producido una importante concentracin de la poblacin en el espacio con desequilibrios territoria-les, sobre todo urbanos, que ahora deben afrontarse. Este proceso se completa con el declive econmico de los ltimos aos ofreciendo un panorama difcil en el que tienen que operar el Plan de Uso de Terrenos y las presentes Directrices de Ordenacin Territo-rial (PUT-DOT).

    Los patrones que se han venido produciendo en las ltimas dcadas con respecto a la dinmica de asentamientos de la poblacin en el territorio es probable que sufran cambios significativos debido a la previsible aparicin de tensiones de ubicacin marcadamente distinto en las prximas dcadas que harn necesaria una estrategia territorial de carcter supramunicipal que canalice coherentemente estas tensiones para lograr un territorio ms equilibrado y

    ajustado a el desarrollo de la sociedad puertorrique-a.

    Por una parte, es previsible que se produzca la ruptura del Modelo Territorial y Urbano asociado a la etapa de fuerte industrializacin debido a la dis-minucin de la fuerza de las clsicas economas de aglomeracin y a una valoracin social mayor de los costos de concentracin.

    Cnsono con las necesidades y aspiraciones de la sociedad, el Plan de Uso de Terrenos y las Di-rectrices de Ordenacin Territorial, se propone un conjunto combinado y sinrgico de acciones de co-rreccin del Modelo Territorial actual que incluyen hbitats residenciales alternativos cerca de ncleos rurales y en contacto con la naturaleza, parques de actividades econmicas y operaciones de renova-cin en los principales ncleos tradicionales.

    El incremento futuro del tiempo de ocio a medida que aumente la productividad de las actividades eco-nmicas y predomine una mayor valoracin personal y social del concepto calidad de vida, har que el inters por el disfrute de la naturaleza y la bsqueda de la mxima calidad ambiental del lugar de residen-cia y de trabajo adquieran un protagonismo mayor que el que actualmente tienen. La aparicin de h-bitats intermedios entre los tradicionales modos de vida urbano y rural, tal y como ha sucedido en otros pases ms desarrollados, cobrar protagonismo.

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    Directrices de Ordenacin Territorial

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    Adems de un proceso de recuperacin integral de los ncleos urbanos existentes y una estrategia de puesta en valor de las reas rurales, es previsible que se mantenga la demanda por un hbitat residen-cial de baja densidad conectado eficazmente con los principales centros de decisin.

    Como complemento de esta dinmica esperada de transformacin del sistema de asentamientos, surgi-r una revalorizacin del concepto de variedad que llevar a la adopcin de estrategias de interconexin mayor entre los asentamientos urbanos, intermedios y rurales y a una acentuacin de la idiosincrasia, se-as de identidad y carcter especfico de cada uno de ellos.

    Para afrontar los grandes retos asociados al Mo-delo Territorial que demanda una nueva etapa de desarrollo, es necesario asumir una nueva actitud con respecto a los asuntos urbanos y territoriales en el seno de nuestra sociedad.

    Con respecto al marco urbano, es importante asu-mir una mayor preocupacin por la escena urbana, por la imagen de la ciudad, por la morfologa, por el espacio urbano y por todo lo que implique una apro-piacin y disfrute integral de la ciudad por los pro-pios ciudadanos sin que otro tipo de consideraciones tengan ms fuerza que el objetivo de proveer de la mxima calidad a la vida humana en la ciudad.

    Paralelamente, es imprescindible que el territorio se desarrolle dentro de una estrategia general de atencin a la conservacin, rehabilitacin y puesta en valor del medio fsico.

    Estas dinmicas deben manifestarse en la elabo-racin de nuevos estudios de ordenacin territorial que actualmente son escasos, la superacin de la exclusiva ptica municipal en la planificacin actual, la regularizacin de los estudios de carcter histrico y cultural, y en definitiva, en el surgimiento de una nueva actitud con respecto a los asuntos urbanos y territoriales.

    1.1. ENFOQUE PROSPECTIVO. RETOS Y DESAFOS DE FUTURO

    El territorio en Puerto Rico atraviesa un periodo de transicin al igual que otros pases. Pasar de un modelo de organizacin propia de un Pas agrcola a uno industrializado a otro definido por la relevan-cia de las nuevas tecnologas, exige trabajar en la bsqueda, tambin desde la perspectiva territorial, del valor aadido. Esto implica un entorno de cali-dad y dotado de infraestructuras y equipamientos1 acordes con las demandas propias de una socie-dad servo-industrial.

    Resulta necesario, no slo corregir los desequili-brios, carencias y desventajas que hereda el terri-torio, sino que tambin es preciso recoger las forta-lezas y potencialidades existentes para integrarlas en las apuestas de futuro.

    La respuesta a los nuevos desafos pasa por con-seguir un crecimiento econmico estable y sos-tenible, haciendo especial hincapi en el cuidado medioambiental, mantener y aumentar la calidad de vida de los ciudadanos; preparar, en definitiva el territorio a las nuevas generaciones.

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    CAPITULO 2 POBLACIN Y TERRITORIO

    2.1. DINMICAS Y ESTRUCTURA DEMOGR-FICA

    El desenvolvimiento de los agentes de peso en el orden global por una parte, y la presin de respuesta existente con consecuencias negativas potenciales para pases, empresas, entidades e individuos por otra parte, se manifiestan en una serie de relaciones dialcticas. Las ramificaciones de tales relaciones econmicas afectan a las sociedades desde cuyos pases se originan o son receptoras de dichos esque-mas. El problema a nivel social implica una contra-diccin entre las aspiraciones de una sociedad y las repercusiones observadas como consecuencia de una crisis, como lo sera en este caso una incapaci-dad de responder positivamente a los retos del orden global y del pas.

    Segn los datos producidos por el censo de po-blacin ms reciente, es la primera vez en ms de cien aos que en Puerto Rico se reduce la poblacin

    entre un censo y otro. El factor de emigracin es una respuesta a la realidad de que nuestra sociedad no pueda cumplir con el fin primordial de todo proceso de crecimiento econmico de procurar una calidad de vida plena para sus ciudadanos, ni con la posibili-dad de extender esta estabilidad a futuras generacio-nes. Si bien el escenario de una fuga de cerebros no compagina con el cmulo de profesionales que permanecen en Puerto Rico una vez completados sus estudios, reduciendo el efecto de la posible pr-dida de capital humano implcito, la partida de perso-nal especializado puede estar ocurriendo en aquellas actividades econmicas en donde se ha identificado que la Isla posee o puede desarrollar ventajas com-petitivas. A su vez, en la composicin demogrfica interna, la problemtica no se circunscribe al enveje-ciendo poblacional, sino que el Gobierno tenga que a la mayor brevedad posible contar con las herramien-tas necesarias para atender los efectos que causar

    Figura 1. Poblacin 1950 Figura 2. Poblacin 1960

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    tener una poblacin con una alta concentracin de personas envejecidas.

    Desde la dcada de 1980 la poblacin de personas de 0 a 19 aos se ha reducido; esto es causado prin-cipalmente por una reduccin en las tasas de natali-dad. Desde la dcada de 2000, tambin la poblacin de personas de 20 a 59 aos se ha reducido. Esta reduccin en la poblacin de personas de 20 a 59 aos responde principalmente a una incremento en la emigracin y a la reduccin en la poblacin de per-sonas de 0 a 19 aos que se experimenta desde la dcada del 1980. En cambio, en el perodo de 1950 al 2010 la poblacin de personas de 60 aos o ms ha presentado un incremento constante.

    Se puede entender, que de continuar las tenden-cias actuales, para el 2014 la poblacin de personas de 60 aos o ms va a sobrepasar la poblacin de 19 aos o menos. Por otro lado, de continuar la mis-ma tendencia, para el 2040 la poblacin de personas de 60 aos o ms va a ser similar a la poblacin de 20 aos a 59 aos. Esto debido al envejecimiento de la poblacin y a nuevas oleadas de migracin de retorno. Luego del perodo de 2040 se espera que la poblacin de personas de 60 aos comience a pre-sentar una tendencia decreciente. Estas tendencias suponen que no van a presentarse cambios drsti-cos en las condiciones econmicas, tecnologas m-dicas, o las caractersticas demogrficas de Puerto Rico.

    Los patrones de migracin en Puerto Rico donde se han identificado tres perodos de alta emigracin y dos perodos de alta migracin de retorno. Estos tres perodos de alta emigracin alcanzaron sus mnimos

    en los aos de 1953, 1985 y 2008. Por el contra-rio, la migracin de retorno alcanza su mximo en 1976 y 1994. Estos ciclos de migracin pudieran ser explicados por factores econmicos (e.g., salarios, desempleo), sociales (e.g., calidad de vida y redes sociales) y por ciclo de vida laboral de los emigran-tes. Se espera, que si las condiciones econmicas y sociales permanecen constantes, que hasta el 2020 se va a experimentar una reduccin en el flujo de emigracin y el reinicio de una nueva oleada de mi-gracin de retorno.

    Ante nuestro deber de planificar el desarrollo so-cioeconmico de la Isla a corto, mediano y largo pla-zo, el PUT provee espacio para Planes de Desarro-llo que tomen en cuenta la poblacin a la que van a ir dirigidos los servicios y la capacidad productiva de cada individuo particular.

    2.2. DISTRIBUCIN Y DENSIDAD DE LA POBLACIN

    La distribucin espacial de la poblacin de Puerto Rico se concentra en los 9 municipios que forman el rea Metropolitana de San Juan. Fuera de esta los grandes ncleos de poblacin estn en Ponce, Caguas, Arecibo y Mayagez.

    En lneas generales se observa en la ltima dcada un desplazamiento de la poblacin desde los munici-pios centrales hacia los municipios menos poblados perifricos, exceptuando Caguas. Fomentado por el modelo de desarrollo suburbano, asociado al carro y la baja densidad.

    Figura 3. Poblacin 1970 Figura 4. Poblacin 1980

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    Puerto Rico con 3,641,000 habitantes en el 2013 8,868 kilmetros cuadrados es uno de los tres pases ms densos de Amrica, con unos 407.15 habitantes por kilmetro cuadrado, lo que nos hace el nmero 29 del mundo.

    2.3. ENFOQUE PROSPECTIVO: RETOS Y DESAFOS DE FUTURO

    De mantenerse las actuales tendencias en los tres factores sealados, la poblacin presentar una tendencia hacia una pirmide invertida con una base cada vez ms exigua y un vrtice cada vez ms amplio, ya que a pesar de que las tasas de natalidad conozcan un vuelco y aumenten, sus efectos no se haran notar antes de los prximos 25 aos.

    Descenso espectacular de la poblacin infantil-ju-venil (0-19 aos), que puede llegar casi a repre-sentar la mitad de su actual peso.

    Un ligero descenso de la poblacin en el tramo de 20-59, que con una tendencia juntarse con la de mayores de 60 aos en el 2040.

    Un aumento importante en la poblacin de ms de 60 aos. Se espera que para el 2014 la poblacin

    de 60 aos o ms sea mayor a la poblacin menor de 20 aos.

    Como consecuencia del proceso de envejecimien-to, aumento incesante de las demandas de pro-teccin social y de preparar las infraestructuras (mejoras aceras, suprimir obstculos en aceras, rotulacin de aceras y pavimento, acceso al trans-porte colectivo, nuevas modalidades de vivienda).

    Posible aparicin de tensiones intergeneraciona-les, debido al aumento de la tasa de dependencia (menor proporcin de activos respecto a pasivos).

    Estrategia para revertir la emigracin, basado en talento, experiencia, base contributiva y calidad de vida.

    Puerto Rico se encuentra en una encrucijada de poltica pblica y econmica en cuanto a la crea-cin de una industria de cuidado a largo plazo. La implantacin de la Reforma de Salud Federal en Puerto Rico nos brinda la oportunidad de ampliar la oferta de servicios de salud en el rea de cuidado prolongado, a tono con el acelerado envejecimien-to de nuestra poblacin.

    Figura 5. Poblacin 1990

    Figura 6. Poblacin 2000 Figura 7. Poblacin 2010

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    CAPITULO 3 ECONOMA Y TERRITORIO

    3.1. SINGULARIDADES DEL MODELO ECO-NMICO DE PR

    La prdida de competitividad relativa en un escena-rio dinmico global de produccin y servicios, en par-te por reduccin de empleos manufactureros como consecuencia del cese de la Seccin 936 y otros cambios estructurales, la erosin de ventajas com-petitivas para Puerto Rico hacia los Estados Unidos, debido al incremento de esquemas de libre comercio entre Estados Unidos y otros pases, una tasa de participacin muy baja, producto de la incapacidad de creacin de empleos y la cultura de mantengo y el debilitamiento del nivel empresarial local, debido al patrn de relegacin histrica del capital local a nivel de intermediario y la incapacidad para generar aho-rros para mayor actividad econmica, son algunos de los factores que explican la situacin crtica actual de nuestra economa. Los patrones observados a esca-la global podran representar un punto de disyuntiva en la historia econmica para nuestra sociedad toda vez que sta desista de interpretar las seales de este nuevo orden o el no lograr un acomodamiento en las tendencias, acorde con lo que deben ser los mejores intereses de nuestro pueblo. Consecuente con la manifestacin de las fuerzas que han caracte-rizado este orden global, la sociedad puertorriquea enfrenta la posibilidad de experimentar alteraciones por va de la serie de cambios registrados y poten-

    ciales, tambin bajo condicionantes exgenos, en el mbito econmico.

    Frente al cmulo de fortalezas y amenazas que se observan en la economa del pas, la poltica indus-trial que pudiese adoptar el Estado, hacia empresas pequeas y medianas, hacia aquellas empresas de nivel tecnolgico o de capital superior o hacia la coor-dinacin de cualquier manifestacin de la actividad econmica que genere eslabonamientos, debe con-tar con un Plan de Uso de Terrenos que responda a la interaccin de los agentes de cambio, existentes en todo sistema de relaciones econmicas y socia-les, y que repercuten a su vez sobre los factores con-dicionantes en el uso adecuado de nuestro territorio. Esto incluye, pero sin limitarse a, los elementos de estructura, costos de produccin y la ordenacin del espacio potencial para la agricultura, el desarrollo de los centros urbanos tradicionales, turismo y desarro-llo regional. A su vez, el Plan de Uso de Terrenos se convierte en base para la debida planificacin de la inversin de capital fijo por parte del sector guber-namental.

    3.2. PRINCIPALES RETOS DE LA ECONOMA PUERTORRIQUEA

    El hecho de la globalizacin de la economa est modificando sensiblemente las condiciones y reglas de juego de la competencia e, incluso, de los propios

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    intercambios. Las empresas necesitan mantener y conquistar partes de un mercado que se ha estable-cido a nivel mundial. El espacio transnacional se ha convertido en el lugar donde se desarrolla la lucha que mantienen las grandes multinacionales y que, para evitar ser superadas por las competidoras, se ven obligados a formar alianzas sobre la base de oligopolios2 mundiales que funcionan segn grandes sectores de actividad.

    Por otro lado, el avance cientfico y el desarrollo tecnolgico que han hecho progresar a los diferentes pases y a sus economas, han permitido un aumen-to del nivel y la calidad de vida de los ciudadanos, pero, sin embargo, su rpida y veloz integracin en los sectores ms susceptibles de integrarlos, como son los sectores productivos, han propiciado tambin el que estemos conociendo la cara opuesta del desa-rrollo cientfico y tecnolgico.

    Es conveniente retener el hecho de que es, pre-cisamente, el avance cientfico y el desarrollo tec-nolgico quienes permiten a las empresas innovar y mejorar sus producciones y trabajar en un mundo que se ha globalizado, generar nuevas reas de ac-tividad, nuevos productos, nuevos servicios y elevar, en definitiva, el nivel de vida de los ciudadanos (me-joras en la salud, en la educacin, en el transporte y la comunicacin, entre otros).

    Tambin asistimos a una transformacin y a un desplazamiento trascendental e importante de las principales fuentes de valor aadido y que estn transfiriendo la importancia de lo que se conoce como el tratamiento directo de la materia hacia lo que es el control de aquello que conocemos como in-material o intangible. Este cambio supondr una re-volucin para aquellos pases que deseen continuar viviendo con salarios altos en la nueva distribucin internacional del trabajo. Se trata de una revolucin de la inteligencia. El papel estratgico que juega esta inversin inmaterial es, precisamente, el que est modificando las reglas de juego de la economa tradicional y permitiendo que surja otra nueva econo-ma que obedece a unas reglas, totalmente nuevas, y que muestran, la obsolescencia de las reglas de

    juego y de los hbitos y comportamientos sociales clsicos.

    El capital inmaterial o intangible es, a su vez, en donde reside esencialmente la riqueza de la mayo-ra de los pases desarrollados. Las transferencias de este capital representan flujos transfronterizos invisibles y cada vez son ms cuantiosos e impor-tantes, debido al desarrollo de las tecnologas de la informacin y de la comunicacin. De este modo, la economa se ha vuelto ms fluida, voltil y se organi-za siguiendo una lgica de red, y no tiene en cuenta las limitaciones de espacio. En la construccin del futuro, la base se centra en adaptar a las nuevas exi-gencias las actividades tradicionales desarrolladas en los tres sectores de actividad (sector primario o industrias extractivas, sector secundario o industrias manufactureras y sector terciario o industrias de servicios) y preparar las bases donde se asiente la extensin y el desarrollo de nuevas actividades pro-ductivas y de servicios que propician las nuevas tec-nologas. En este sentido, el futuro de la economa pasa por no renunciar a la necesaria diversificacin de las actividades econmicas en el contexto de un nuevo mundo donde el mercado se mueve a un nivel cada vez ms internacional, pero donde las respues-tas se ofrecen, sobre todo, a nivel local.

    Cada uno de los sectores de actividad econmica conoce su propia especificidad ante el reto de la mo-dernizacin. La respuesta a las nuevas reglas de jue-go internacionales en todos casos pasa por la adap-tacin, lo que en general representa desaparicin de tareas tradicionales y sustitucin por otras nuevas. Esto a su vez conduce a otro reto importante como es la readaptacin de los recursos humanos nece-sarios, palpable en todos los mbitos de la actividad econmica. El reto de crear empleo y saber integrar a las generaciones jvenes que acceden al mercado de trabajo, condicionan tambin la apuesta hacia el futuro en el convencimiento de que ya no vale hacer ms de lo mismo sino innovar y adaptarse a las nue-vas exigencias.

    Puerto Rico ha evolucionado de una economa agrcola, basada principalmente en el azcar, el ta-

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    baco y productos de caf, a una economa indus-trializada y orientada hacia los servicios. En 1940, la agricultura representaba el 33.7 por ciento del in-greso total neto, mientras que la manufactura era un 12.8 por ciento del total. Sin embargo, en el 2012, la agricultura produca slo el 0.8 por ciento del ingreso total neto mientras que la manufactura generaba el 45.7 por ciento del total. El sector financiero es el segundo sector ms grande produciendo un 15.0 por ciento del ingreso total neto. La transformacin hacia la manufactura y los servicios ha ocurrido durante las ltimas cuatro dcadas. En ese periodo, tambin han ocurrido cambios estructurales, como es el caso de la manufactura. Este sector cambi gradualmente de ser uno con industrias altamente dependientes en la mano de obra en sus primeras etapas de desarrollo a uno de industrias basadas en la inversin de capital. En los ltimos diez aos, este cambio estructural se ha intensificado con la reduccin significativa de las industrias dependientes de la mano de obra y el de-sarrollo no slo de industrias con alta intensidad de capital sino tambin de industrias con intensidad de conocimiento, como lo es la biotecnologa.

    Puerto Rico no slo cuenta con sectores institu-cionales con altos niveles en su acervo de capital financiero, sino tambin con una infraestructura fsi-ca y capital humano muy desarrollado. La Isla tiene unos sistemas de carreteras, puertos y aeropuertos altamente desarrollados que permiten el movimiento rpido de la mercanca a travs de la Isla y al exte-rior. Tambin dispone de una moderna red de teleco-municaciones. Ms an, su localizacin en el Caribe la convierte en un lugar perfecto para desarrollar una infraestructura todava mayor para un puerto de transbordo con sus respectivas zonas de valor aa-dido. En trminos de capital humano, la Isla tiene una fuerza laboral sofisticada y bilinge, lista para enfren-tar la continua transformacin del ambiente econ-mico. Por todas estas razones, el sector privado con la ayuda del sector pblico ha desarrollado en la Isla ncleos de produccin como lo son: farmacutica, biotecnologa, aparatos mdicos, comunicaciones e informtica y servicios de salud.

    Agricultura. Con el crecimiento econmico y la r-pida industrializacin de la Isla, el sector agrcola ha perdido importancia relativa dentro de la estructura sectorial de la economa, pasando de representar un 18.2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en 1950 al 0.8 por ciento el ao fiscal 2012.

    Dentro de todas las industrias agropecuarias, la agricultura de cosechas tradicionales ha perdido im-portancia frente a la ganadera debido al desarrollo del sector bovino y avcola. Se destaca el caf, con un ingreso bruto agrcola que alcanz los $36.0 millo-nes, habiendo desaparecido completamente la pro-duccin de azcar y melazas. Dentro de la ganadera el principal producto es la leche ($209.1 millones), seguido de la carne de ave, carne de res, carne de cerdo y huevos. En lo que respecta a otras cose-chas, destacan los farinceos, los otros vegetales, las plantas ornamentales y las frutas.

    Este sector debe reforzarse ante la situacin de Puerto Rico respecto a su seguridad alimentaria. Im-portamos una proporcin substancial de los produc-tos que consumimos; y a pesar de que un alto nivel de puertorriqueos acceden a alimentos nutritivos mediante iniciativas institucionales como el Progra-ma de Asistencia Nutricional (PAN), que consumimos alimentos con altos contenidos de azcar y sal; y que estamos expuestos a los riesgos globales de produc-cin sobre los que no tenemos control alguno.

    La preservacin de los terrenos agrcolas para la siembra es fundamental, para concentrar en ellos la produccin de los alimentos de la canasta bsica y materia prima agrcola, como podra ser, por ejem-plo, el maz. El aumento del consumo de alimentos producidos localmente en las instituciones guberna-mentales debe ser otra prioridad. Actualmente, slo el 30% de los alimentos que se consumen en los co-medores escolares son locales.

    Las nuevas demandas de consumo, ligadas a la bsqueda de calidad y producto natural y autctono, han originado la posibilidad de diversificacin de la produccin agraria con nuevas producciones y una oportunidad para la transformacin de la misma.

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    La diversificacin del sector primario tambin se ha efectuado por medio de la bsqueda de actividades complementarias con el objetivo de mantener las ex-plotaciones agroganaderas. Tal ha sido la propuesta del agroturismo, como actividad de complemento a la actividad agrcola, que puede contribuir a ampliar y diversificar la oferta turstica en torno a ofertas de turismo rural y natural.

    Manufactura, construccin y utilidades. En el 1947, con el programa de fomento Operacin Manos a la Obra, comienza un proceso de rpida industria-lizacin de Puerto Rico. La estructura industrial de la isla ha evolucionado con el transcurso de los aos. En la primera fase de industrializacin, las industrias intensivas en mano de obra como la manufactu-ra textil tomaron el protagonismo. En una segunda fase se abordaron las petroqumicas y finalmente se consolidan las industrias intensivas en capital. Estas trabajan con tecnologa de punta y emplean mano de obra cualificada pagando salarios ms elevados. El denominador comn ha sido la atraccin de em-presas manufactureras sobre la base de incentivos fiscales. El ms importante de todos los programas de fomento fue la Seccin 936 del Cdigo Federal de Rentas Internas, que a iniciativa del Congreso fe-deral de Washington se extendi a Puerto Rico en 1976, y que fue derogada en 1996 como parte de los esfuerzos del Congreso para equilibrar el presupues-to. La Seccin 936 conceda exencin fiscal al mo-mento de repatriar los beneficios a las empresas es-tadounidenses que se establecieran en Puerto Rico.

    Actualmente, el sistema productivo y de comercio exterior consiste primordialmente por parte de las empresas de inversin directa que se establecen en Puerto Rico. Se introducen las materias primas y productos intermedios (72.3 por ciento de las im-portaciones de mercanca registrada de Puerto Rico durante el ao fiscal 2012), los transforman en ar-tculos finales, siendo posteriormente exportados a la empresa matriz en los Estados Unidos (pas de destino del 70.9 por ciento de las exportaciones de mercanca registrada en el ao fiscal 2012). En su ciclo productivo incorporan mano de obra local y utili-zan los servicios e instalaciones del pas.

    Puerto Rico cuenta con una elevada concentracin de empresas farmacuticas que convierten a la Isla en uno de los primeros exportadores de productos farmacuticos del mundo. Le siguen en importancia otros sectores de alta tecnologa como las computa-doras y los equipos electrnicos, equipos mdicos de precisin e instrumentos cientficos. Durante el ao fiscal 2012, el PIB manufacturero alcanz la cantidad de $46,113.9 millones. Ms de tres cuartas partes de dicho PIB provino de las empresas de alta tecnologa de productos farmacuticos ($28,047.4 millones) y computadoras y equipo electrnico ($8,041.7 millo-nes). Por el lado del comercio exterior, la manufac-tura gener el 98.7 por ciento de las exportaciones de mercanca registrada para el ao fiscal 2012. A pesar de estas cifras, la capacidad del sector de crear empleos es relativamente reducida. Segn la Encuesta de Hogares del Departamento del Trabajo y Recursos Humanos (DTRH), en el ao fiscal 2012, la manufactura registr nicamente el 9.2 por ciento del empleo total. En perspectiva, el PIB de los secto-res de utilidades y construccin totalizaron, durante el ao fiscal 2012, $1,854.3 millones y $1,438.1 mi-llones, respectivamente. El sector de la construccin emple unas 50,000 personas en el 2012, de acuer-do a la Encuesta de Hogares del DTRH, vis--vis 95,000 de la manufactura y 12,000 empleos en las utilidades.

    El modelo descrito no ha cristalizado en una eco-noma integrada, sino en una economa con dos sectores industriales diferenciados: un sector do-minante compuesto por las empresas de inversin directa caracterizado por su modernidad, eficiencia y tecnologa avanzada; y otro local que lucha por la supervivencia. La industria local, salvo excepciones, no es significativa.

    Puerto Rico se encuentra en un momento crucial donde se busca proteger y reactivar la manufactura como uno de los sectores anclas de nuestra econo-ma. Esto no impide, no obstante, el potenciar otras reas como el turismo, el comercio y los servicios. Hay que buscar oportunidades ms all de las in-dustrias que tradicionalmente conocemos y utilizar esas reas en las que somos expertos, como punta

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    de lanza para alcanzar nuevos horizontes. Puerto Rico debe continuar fomentando las actividades de investigacin y desarrollo en ese campo al tiempo que buscamos alternativas estratgicas para atender las tendencias globales que han llevado a grandes empresas a consolidar ciertas operaciones en la Isla.

    Pero nuestro potencial manufacturero no puede verse slo como la produccin de bienes tangibles, sino tambin como la produccin de conocimiento que desde Puerto Rico exportamos al resto del mun-do. Debemos aspirar a convertir a la Isla en un centro global para la industrias como podra ser, por ejem-plo, la aeroespacial, y permitiendo explorar alternati-vas en el campo de la exportacin de servicios.

    Servicios. Los servicios como: comercio, finanzas, seguros y bienes races, transportacin, comunica-cin, la administracin pblica y otros, han demos-trado una fuerte interaccin con la manufactura, la construccin y la agricultura.

    En el ao fiscal 2012, la aportacin al PIB de este grupo de servicios (incluyendo la administracin p-blica) alcanza el 50.3 por ciento y el 83.2 por ciento de los empleos.

    Para dicho ao fiscal, y en trminos del PIB, se destaca tanto el sector de bienes races y renta ($16,011.5 millones) como el comercio, desde la to-talidad de comercio al por mayor y comercio al detal ($7,636.2 millones). Es pertinente subrayar, no obs-tante, la magnitud persistente de la administracin pblica, con un PIB, equivalente al ingreso neto in-terno, de $8,278.0 millones.

    Destaca la importancia de la actividad econmica del turismo. Durante el ao fiscal 2012, el nmero de visitantes no residentes ascendi a 4,196,900 perso-nas. De stos, 3,069,100 fueron turistas (duracin de visita de ms de un da). De stos, el 84.1 por ciento eran turistas procedentes de Estados Unidos; el 0.2 por ciento eran turistas de Islas Vrgenes de Estados Unidos y el 15.7 por ciento de otros pases. Los gas-tos de visitantes no residentes fueron de $3,192.9 millones en el ao fiscal 2012, un aumento del 1.6

    por ciento respecto al ao anterior. De este total, $3,025.2 millones provino de la categora de turistas.

    Del total de viajeros recibidos 1,127,800 perso-nas, es decir el 26.9 por ciento del total, se clasifican como excursionistas y corresponden a los turistas de cruceros. Esto representa una disminucin de 3.3 por ciento con respecto al 2011, una tendencia que viene observndose los ltimos cuatro aos, que ha comenzado a cambiar durante el 2013.

    Para el ao fiscal 2012, el 50.9 por ciento del total de los visitantes no residentes (1,261,100 turistas) no pernoctaron en hoteles y paradores, hospedndose en otros lugares (principalmente casas de familiares y amigos, alojamientos no registrados y casas de huspedes). El total de turistas que pernoctan en hoteles y paradores fue de $1,706.9 millones y los $1,318.3 millones restantes por parte de los visitan-tes hospedados en otros lugares. A pesar de que di-cho monto es menor que el de los visitantes alojados en hoteles y paradores, el gasto de los visitantes que optan por hospedarse en otros lugares se recibe en todos los municipios de la isla.

    3.3. OBJETIVOS EN RELACIN CON EL MO-DELO SOCIOECONMICO

    La adaptacin del territorio a los avances cientfi-cos, al desarrollo tecnolgico y la competencia a ni-vel mundial exige que Puerto Rico alcance una serie de objetivos que a modo de orientacin se centraran en: Unas directrices de asentamientos tanto para las

    actividades que necesiten de su traslado para adaptarse a nuevos mtodos de produccin, como para aquellas que surjan nuevas o que elijan Puer-to Rico para asentarse, de acuerdo con unos facto-res de localizacin que garanticen a las empresas y a los servicios contar con los mismos elementos con que cuentan sus homlogos en cualquier pas del mundo.

    Acceso a los centros de decisin. Puerto Rico debe completar las obras de infraestructura de comuni-

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    caciones area y vial que permita dar organizacin y cohesin al territorio. El acceso a los centros de decisin significa adems conexin rpida y direc-ta con cualquier parte del mundo a travs de la me-jora de sus conexiones areas y portuarias.

    Un aumento del nivel de formacin de la poblacin. La ordenacin de un sistema educativo que conci-lie los deseos de formacin de la poblacin con la demanda de empleos que surgen en la sociedad. Puerto Rico debe valorar con fuerza su principal recurso que es el capital humano. El avance cien-tfico y el desarrollo tecnolgico necesita de pro-fesionales, en definitiva de personas que precisan mantener a lo largo de su vida profesional una ac-titud de continuo aprendizaje. El avance cientfico y el desarrollo tecnolgico van a generar la posi-bilidad de ejercer diversas actividades a lo largo de la vida activa. Esto precisa de personas polifun-cionales, lo cual a su vez requiere un sistema de formacin continua desarrollado que permita a los ciudadanos concluir un proceso curricular a lo largo del tiempo y no restringir el periodo de formacin a la poca joven de estudiante sin actividad pro-fesional. Este reto implica una enseanza bsica amplia que integra en su enseanza los avances cientficos, una enseanza superior de excelencia. La red educativa de equipamientos adquiere por ello una gran relevancia en la preparacin de nues-tro futuro.

    Un sector de servicios, que incluyen los servicios a las empresas de manera eficaz y competitiva. Para ello es preciso disear las infraestructuras y equi-pamientos que permitan ese desarrollo: parques tecnolgicos, centros de innovacin, entre otros.

    Las lneas estratgicas de futuro que deben orien-tarse en el aspecto relativo a la terciarizacin de las actividades productivas y el consiguiente auge de los intangibles, que consiste bsicamente en poner a disposicin de los ciudadanos las infraes-tructuras necesarias que permitan el avance en estas actividades emergentes, infraestructuras de telecomunicaciones.

    Fomentar la investigacin precompetitiva que per-mita la aparicin de nuevos elementos dinamiza-dores de la economa.

    Preparar las infraestructuras que permitan el apro-vechamiento de estos avances. Permitir a su vez el desarrollo de los equipamientos de innovacin, tales como se han apuntado anteriormente: cen-tros tecnolgicos, centros de innovacin y la Ciu-dad de las Ciencias del Fideicomiso de Ciencia y Tecnologa.

    3.4. HACIA UNA ESTRUCTURA ESPACIAL EQUILIBRADA DE ACTIVIDADES ECO-NMICAS

    Al margen de los objetivos generales en relacin con el modelo socioeconmico, desde unas Directri-ces de Ordenacin Territorial, se considera importan-te aportar criterios para conseguir un territorio ms equilibrado. En este punto, las actividades econmi-cas jugarn en el futuro un papel relevante. Se sugie-ren los objetivos y lneas de trabajo siguientes:

    Propuesta de medidas para la recuperacin econ-mica de las zonas de Puerto Rico que tienen me-nores niveles de renta per cpita de la poblacin.

    Adoptar medidas para combatir el deterioro de las expectativas econmicas en los espacios ms amenazados en este sentido.

    Adoptar medidas para resolver la desconexin de determinados reas con respecto a los ejes de mxima accesibilidad de Puerto Rico.

    Favorecer la difusin del desarrollo econmico del rea Metropolitana de San Juan hacia las zonas prximas con objeto de lograr un equilibrio mayor en el Territorio.

    Favorecer una mayor difusin del crecimiento y desarrollo econmico en la reas de influencia de Ponce, Mayagez y Aguadilla.

    Desde el punto de vista econmico se considera deseable el fortalecimiento de reas y ncleos del territorio con una importante oferta cultural y turs-tica y con un desarrollo complementario de la se-gunda residencia.

    Establecer medidas para lograr la mxima Inte-gracin Social de la poblacin de Puerto Rico (a niveles urbano y territorial) tratando de evitar los frecuentes procesos espontneos de segregacin.

    Establecer medidas tendentes a posibilitar la via-

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    bilidad de los pequeos ncleos rurales, especial-mente los sometidos a fuertes procesos de rece-sin demogrfica, envejecimiento y abandono.

    3.5. ENFOQUE PROSPECTIVO. RETOS Y DESAFOS DE FUTURO

    Promover un crecimiento econmico generador de empleo.

    Ordenar en el territorio los espacios que procuren la creacin de reas industriales, tursticas y el es-tablecimiento de servicios a empresas.

    Evolucionar desde una economa manufacturera hacia una que favorezca el desarrollo de lo inma-terial e intangible.

    Fomentar la cultura de las alianzas en el entrama-do de las Pequeas y Medianas Empresas, que les permita un adecuado posicionamiento en un entor-no global y competitivo.

    Readaptacin constante de las competencias de los trabajadores a travs de un proceso continuo de formacin.

    Reposicionamiento estratgico de Puerto Rico en el mundo sobre la base de sus ventajas competi-tivas.

    Movilizar financiamiento para el desarrollo y creci-miento comercial.

    Reducir los costos de la actividad comercial. Aumento en el grupo de adultos mayores.

    Figura 8. Fuerza Trabajadora

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    CAPITULO 4 CAMBIO CLIMTICO

    El cambio climtico es el desafo ms importante de nuestra poca, un problema global a largo plazo que incluye interacciones complejas entre procesos climatolgicos, ambientales, econmicos, sociales, polticos e institucionales. Los intentos de mitigacin y adaptacin de los impactos climticos y los esfuer-zos por promover un desarrollo sostenible compar-ten objetivos comunes como el acceso a los recursos (conocimientos incluidos), equidad en la distribucin de los mismos y mecanismos de participacin ciuda-dana, reparticin del riesgo y capacidad de decisin para enfrentar situaciones de incertidumbre.

    4.1. CAUSAS DEL CAMBIO CLIMTICO

    Las causas del cambio climtico tienen que ver con el exceso de gases de efecto invernadero en la atmsfera. El efecto invernadero es el proceso na-tural mediante el cual la atmsfera mantiene la Tie-rra caliente. La atmsfera est compuesta por una capa de gases invisibles. Sin estos gases que hay en la atmsfera y que mantienen el calor del sol, la Tierra sera un planeta congelado en donde ningn tipo de vida podra sobrevivir. El efecto invernade-ro es un proceso natural. Tanto los gases de efecto invernadero como el efecto invernadero son buenos para la Tierra. Cuando existe una cantidad adecuada de gases de efecto invernadero esto permite que la Tierra tenga la temperatura apropiada para que haya vida. El problema es cuando hay un desbalance y las

    actividades humanas generan ms gases de efec-to invernadero, esto interfiere en el proceso natural, ya que estos gases se concentran en la atmsfera y atrapan ms calor, entonces la Tierra se vuelve ms clida de lo habitual.

    La problemtica del cambio climtico tiene inciden-cia sobre los tres componentes de la sostenibilidad: ambiental, social y econmico. El equilibrio entre las emisiones globales de gases de efecto invernadero y de la capacidad de absorcin de estas emisiones en la biosfera, aporta dos claves para la sostenibilidad:

    La sostenibilidad de la urbanizacin se puede cuantificar por el equivalente CO2 de sus impactos.

    El tiempo es una variable central: la sostenibilidad climtica no es un mero equilibrio de emisiones e inmisiones, siendo relevantes las velocidades a las que se realizan ambos procesos.La aproximacin cuantitativa requiere un conoci-

    miento de la realidad urbana y territorial que requiere una organizacin de fuentes de datos. Adems, la formulacin de las polticas pblicas no puede basar-se nicamente en un resultado numrico, pues debe hacerse frente a un cambio climtico que ya produ-ce efectos (adaptacin2) y tomar decisiones difciles de priorizar el gasto pblico, tanto para mitigar como para adaptarse al cambio climtico.

    La mitigacin del cambio climtico se refiere a re-ducir la produccin de gases de efecto invernadero.

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    La adaptacin se refiere a transformar las activida-des y estilos de vida para manejar el impacto de los cambios inevitables del clima

    La adaptacin adquiere as un carcter diferente al de la mitigacin3, que junto con la ausencia de la dimensin econmica que implican los mercados de derechos de emisin, ha provocado hasta el momen-to un desarrollo terico y normativo menos intenso. No obstante, mitigacin y adaptacin son dos caras del mismo problema y es posible su integracin en acciones comunes, como muestra el concepto de in-fraestructura verde.

    La incorporacin de la mitigacin y la adaptacin a la planificacin implica la dificultad inherente de un lenguaje innovador para los conceptos bsicos de las tcnicas planificadoras, con semejante impacto al que en su momento supuso la incorporacin de los conceptos ambientales.

    4.2. CONSECUENCIAS DEL CAMBIO CLIM-TICO

    La estimacin de los impactos futuros del cambio climtico en Puerto Rico sobre el medio urbano se apoya en una creciente precisin de la previsiones climticas, que tienen en cuenta tanto los factores naturales como la incidencia de las actividades hu-manas. En todo caso, las previsiones disponibles muestran que el clima evolucionar durante el pre-sente siglo segn los siguientes parmetros, de acuerdo al Consejo de Cambio Climtico de Puerto Rico:

    Cambios en temperatura de la superficie (el aire y el mar): El rea Metropolitana de San Juan experimenta

    temperaturas ms calientes de hasta 8.5F que las reas abiertas rurales o forestales que le rodean dado el efecto llamado isla de calor. Estas tempe-raturas son consecuencia del movimiento demo-grfico, crecimiento urbano y la industrializacin. De continuar el patrn de desarrollo, para el 2050 aumentarn las reas que no haban experimenta-do el efecto de las islas de calor.

    La tendencia en el aumento de las temperaturas en Puerto Rico vara por localizacin, pero se espera que para el 2050 aumente en 1 grado Farenheit y para el 2100 aumente de 2 a 4 grado Farenheit.

    Las implicaciones de este aumento en tempera-tura, ser ms calor promedio, ms olas de calor, mayor nmero de noches calurosas y aumento en el nmero de das con temperaturas altas.

    Dado el aumento en las temperaturas, incluyen el ciclo de reproduccin de los animales y las plantas, igual que la migracin de animales, la duracin de las temporadas de crecimiento, distribuciones de las especies y tamaos de las poblaciones, al igual que la frecuencia de las plagas y brotes de enfer-medades.Cambios en precipitacin:

    Para el 2050 se espera ms lluvia en promedio anual a corto plazo; menos lluvia en promedio anual a largo plazo, reduccin de 5 a 10 pulgadas de lluvia anual; ms eventos extremos de lluvia; ms lluvia entre octubre y marzo y ms sequa en-tre abril y septiembre; y posibilidad de ms eventos de sequa.

    Para el 2100 se espera menos lluvia en promedio anual a largo plazo, menos eventos de sequa y posibilidad de ms eventos extremos de lluvia.

    Cambios en el nivel del mar: Para el 2050 se proyecta un aumento de 1 metro

    sobre el nivel del mar. En los ltimos 50 aos se produjo un aumento de 1.4 mm/ao, lo cual se es-pera que se acelere.

    Para el 2100 el aumento proyectado es de 2 me-tros sobre el nivel del mar.

    Estas proyecciones implican que algunas zonas en la costa quedarn bajo el agua, se producir una mayor erosin costera y marejadas ms intensas y ms altas.Cambios en frecuencia e intensidad de eventos

    atmosfricos extremos: En el 2050 se espera que lleguen menos eventos

    extremos pero que sean ms intensos, con vientos de mayor velocidad, y con mayor cantidad de lluvia asociada a estos eventos.

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    En el 2100 se espera un aumento no determinado en intensidad de eventos por hora durante abril y septiembre.

    Esto producir una disminucin en el nmero total de eventos, pero aumento en su intensidad; ma-yor probabilidad de eventos atmosfricos de gran magnitud; y ms precipitacin extrema cerca del centro de los huracanes.Cambios en la acidificacin del ocano:

    La qumica del ocano ha cambiado dado a que ste absorbe la mitad del dixido de carbono que se emite naturalmente o por humanos en la Tierra.

    Para el 2100 se proyectad una reduccin de pH del ocano de entre 0.065 y 0.31.

    Blanqueamiento de corales.

    4.3. ADAPTACIN AL CAMBIO CLIMTICO

    Del anlisis del concepto y de las modalidades de adaptacin se desprenden varias consideraciones:

    La adaptacin tiene que ver con ajustes, adecua-cin, acomodamiento.

    Este ajuste se refiere a la organizacin para: con-vivir con el cambio climtico e incrementar la re-sistencia.

    La convivencia con el cambio climtico tiene que

    ver con la capacidad para moderar los daos y aprovechar las oportunidades.

    Refiere a individuos, familias, comunidades, insti-tuciones pblicas y privadas; comprende la dimen-sin comunal, local, regional, del pas e internacio-nal.

    Se tiene que considerar un enfoque proactivo y otro reactivo.

    Se tiene que considerar un enfoque preventivo y prospectivo.

    En este contexto, un gran desafo para el gobierno y la comunidad internacional ser la creacin de po-lticas, infraestructura institucional y bienes pblicos que faciliten y den apoyo al proceso de adaptacin autnomo de los seres humanos y ecosistemas na-turales.

    Los objetivos centrales de la adaptacin estn orientadas a: Expandir las alternativas y ampliar la capacidad de

    resiliencia econmica y movilidad de las familias, Su capacidad de tomar decisiones basndose en

    buena informacin y Realizar transiciones que mejoren su bienestar

    adaptndose a los cambios a largo plazo de su ambiente externo.

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    CAPITULO 5 PRINCIPALES RETOS EN LA ORDENACIN DEL TERRITORIO

    El primero y ms importante de los retos que se plantea el PUT es alcanzar un consenso amplio entre las diversas instituciones de la vida poltica y social y entre la mayor parte posible de los ciudadanos con respecto a los grandes temas asociados a la defi-nicin del Modelo Territorial de Puerto Rico. La oportunidad de aunar criterios y recuperar una ilu-sin colectiva de recualificacin del marco urbano y territorial es uno de los temas clave en esta etapa la formulacin de estrategias de ordenacin territorial de Puerto Rico.

    5.1. EL TERRITORIO COMO HERENCIA Y COMO PROYECTO: NECESIDAD DE UN EQUILIBRIO ENTRE AMBOS CONCEP-TOS

    Cualquier propuesta de plan acertado y ajustado que se pretenda elaborar deber tener en cuenta tanto las necesidades actuales como las potenciales futuras. A unas Directrices de Ordenacin Territorial lo que principalmente le corresponde es preparar el territorio a los cambios esperados y proveerles de la flexibilidad suficiente para ser capaces de integrar aquellos nuevos factores que vayan surgiendo.

    Paradjicamente, en los tiempos actuales, cuando ms rpidos son los ritmos de cambio, ms lentos se nos vuelven los mecanismos de respuesta y de adap-tacin a los cambios que tiene nuestra sociedad. Por

    esto, la Ordenacin del Territorio la debemos de en-focar de manera anticipada y creativa. Es necesario, introducir medidas correctoras que se anticipen a las evoluciones ms probables que podemos detectar de la mano de la prospectiva.

    En este sentido la sociedad, la economa y el terri-torio no son slo una herencia del pasado sino tam-bin los componentes bsicos de nuestro proyecto de futuro. Del mismo modo que una Ordenacin del Territorio que tratase de solucionar los desequilibrios del pasado siguiendo fuentes y modelos de com-portamiento que respondiesen al pasado no sera ni til, ni coherente, tampoco, dar saltos en el vaco, sin tener en cuenta las inercias, sera deseable ni pertinente. De lo que se trata es de armonizar una Ordenacin del Territorio que recoja la herencia y los desequilibrios del pasado e intente corregirlos en consonancia con las apuestas de futuro y la trayecto-ria que un escenario deseable nos marca y estable-ce. Por esto, nuestro principal esfuerzo consistira, a la luz de la informacin que nos proporciona la pros-pectiva sobre los hechos, las ideas y las tendencias, portadores de futuro, ajustar y adaptar el territorio a las necesidades de la sociedad y de las actividades econmicas del futuro.

    Hemos de comprender que el sistema social se comporta de un modo conjunto, donde el todo es mucho ms que la suma de las partes. Segn como establezcamos la Ordenacin del Territorio sta pue-

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    de convertirse en un freno insuperable para el desa-rrollo econmico y viceversa. El motor de la econo-ma, mxime con el actual proceso de globalizacin, se mueve a nivel internacional, tan slo, los frenos se establecen a un nivel de lo local. Por consiguien-te, uno de los mayores retos de futuro que tenemos los puertorriqueos es el de proporcionarnos de una Ordenacin del Territorio que responda a las necesi-dades de futuro tanto de las actividades econmicas como a los de la propia sociedad en su conjunto en el marco de una economa sostenible.

    Si hasta hace aproximadamente 20 aos, los ciclos de la economa, de la sociedad y del territorio iban ms o menos parejos en el tiempo, en la actualidad, los ritmos de maduracin y de ajuste son diferentes. Un ajuste de la sociedad puede requerir el ciclo de una generacin. El territorio, en general, trasciende a dos generaciones y la economa, dado el progre-so tcnico y la aceleracin de los ritmos de avance cientfico, por desgracia, apenas requiere ms de una dcada y dada la aceleracin que conocemos, mucho nos tememos que los ciclos se acortarn ms todava. En consecuencia, no sera muy aventurado decir que, a medida que transcurran los aos, los problemas de ajuste se complicarn an ms. La nica alternativa que tenemos es la de anticiparnos a los acontecimientos y trabajar en el largo plazo.

    El ajuste del Sistema Uninuclear debe ser un proceso que permita compensar la prdida de cen-tralidad del rea Metropolitana de San Juan en el contexto del Caribe. Este ajuste debe, en cualquier caso, asumir el reto de renovar, revitalizar e impulsar el rea Metropolitana de San Juan como pieza terri-torial muy importante y con enorme influencia en la evolucin del conjunto de la vida econmica, social y cultural de Puerto Rico.

    El reto est en favorecer transformaciones urba-nas positivas asociadas a las necesarias transfor-maciones del aparato productivo de Puerto Rico. En particular, el potencial de terciarizacin de la econo-ma supone una irrepetible oportunidad histrica de recualificacin urbana. Estas Directrices asumen el reto de intentar transformar los problemas de de-

    terioro urbano en oportunidades de recuperacin de los valores de la ciudad, y esto, en un contexto favorable.

    Tambin parece fundamental destacar el gran reto que supone afrontar la catica situacin urbana que actualmente presentan un nmero significativo de ciudades. Son ciudades producto, desarrolladas por exigencias productivas de la etapa agrcola, indus-trial y post-industrial y as como el producto del perio-do de explosin residencial con un nivel insuficiente de calidad urbana y ambiental.

    El PUT asume asimismo el reto de plantear estra-tegias integradas de recuperacin de ncleos peque-os regresivos econmica y demogrficamente pero que, sin embargo, tienen gran valor cultural, ambien-tal y urbano, y que por s mismos no pueden afrontar una supervivencia adecuada. Teniendo en cuenta los altos niveles de densidad de la poblacin puer-torriquea y la fuerte saturacin que se produce en algunos puntos del territorio, la existencia de ncleos pequeos de estas caractersticas debe considerar-se como un importante activo, ms en trminos cua-litativos que cuantitativos, que ayuda a proveer de variedad, riqueza y atractivo al conjunto del territorio de Puerto Rico.

    La Ciudad y el Territorio constituyen bienes colecti-vos. La calidad y coherencia urbana o territorial no se consiguen mediante intervenciones aisladas de de-terminados agentes o instituciones. Es necesario un consenso en cuanto a los patrones de intervencin, se requiere en cierto modo un lenguaje colectivo. En este sentido, el PUT asumen el reto de sugerir lneas de accin y favorecer la adopcin de una filosofa compartida en cuanto al tratamiento de problemti-cas similares. Esta conciencia colectiva de solucio-nar los asuntos claves que a todos nos afectan es compatible con las peculiaridades de los diferentes entornos espaciales y con el respeto a la idiosincra-sia de cada ncleo.

    El PUT asume asimismo el difcil reto de favorecer la coordinacin e integracin de polticas sectoriales proponiendo o sugiriendo medidas concebidas en su

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    conjunto de forma integrada y que se plantean con la intencin de generar efectos sinrgicos fuertes en la direccin de obtener los resultados territoriales deseados.

    Otro punto clave es la coordinacin de planes mu-nicipales. La bsqueda de un equilibrio adecuado entre el necesario respeto a las responsabilidades municipales en materia de ordenacin territorial, e in-cluso, la conveniencia de que cada municipio asuma sus propias estrategias para la configuracin de la ciudad a la que aspira, y por otro lado, la posibilidad de incidir en la consecucin de un modelo territorial equilibrado, se presentan como un reto clave. De hecho, su importancia es decisiva en el contexto de la realidad territorial de Puerto Rico. Durante todo el proceso de elaboracin del PUT y durante las dis-tintas presentaciones, se plante la necesidad de desarrollar directrices que coordinen los planes mu-nicipales.

    Estas Directrices adems, afrontan el reto de im-plementar y hacer comprender en un clima de nece-sario consenso que potenciar selectivamente puntos del territorio no implica crear desequilibrio, sino com-plementario. Hay servicios, dotaciones, imgenes urbanas, entre otros que requieren un umbral de demanda amplio. La equilibrada distribucin de las acciones que tienen una proyeccin supramunicipal slo puede proponerse desde una perspectiva terri-torial amplia y desde una reflexin integrada y pluri-disciplinar.

    5.2. FLEXIBILIDAD COMBINADA CON CON-TROL Y FIJACIN DE LIMITACIONES

    La mxima flexibilidad que sea posible y el mximo control que sea necesario sera el lema ms ade-cuado y que debera iluminar el PUT como una de las maneras ms sabias y prudentes de armonizar el ciclo econmico con el de la propia sociedad y el del territorio. La flexibilidad que debe caracterizar a unas directrices de ordenacin territorial, impres-cindible para lograr la deseable coordinacin de las intervenciones sobre el territorio, no excluye el que deba integrar, en los casos que se considere nece-

    sario un control y fijacin de limitaciones en aquellas partes del territorio ms sensibles a la degradacin o respecto al control de crecimientos exagerados que finalmente hipotecan futuras decisiones.

    El gran reto del PUT, la razn y legitimidad de su existencia est precisamente en poder introducir unas pautas coherentes en esta difcil pero apasio-nante tarea de ordenar la relacin de la poblacin con su medio urbano y territorial.

    5.3. ENFOQUE PROSPECTIVO. RETOS Y DESAFOS DE FUTURO

    Ordenar el territorio en un mundo abierto en con-tinua transformacin. Preparar el territorio para un mejor ajuste entre economa, sociedad y territorio, lo cual exige grandes dosis de flexibilidad en la or-denacin territorial.

    Superar la oposicin entre desarrollo local y desa-rrollo metropolitano. En una economa globalizada, la relacin entre el rea Metropolitana de San Juan y el resto de las ciudades que configuran el entra-mado urbano de un territorio se configura a modo de red, donde el desarrollo local organiza a su vez, el desarrollo metropolitano.

    Inscribir en un proyecto de medio y largo plazo, un compromiso entre la estructura econmica empre-sarial y el territorio.

    La ordenacin del territorio debe ser un componen-te central de la regulacin de una sociedad eficaz, abierta y solidaria.

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    CAPITULO 6 PLANTEAMIENTO ASUMIDO PARA LA ELABORACIN DEL PUT-DOT

    El Modelo Territorial actual se ha configurado a travs de factores de diverso tipo. Las polticas sec-toriales han desempeado un papel esencial. Con frecuencia, estas polticas sectoriales, aunque pue-dan haber sido coherentes en s mismas, tanto en su formulacin como en su aplicacin, carecen de un marco integrador de referencia territorial. Adems, el modelo territorial actual de Puerto Rico ha sido el resultado de una aleatoria yuxtaposicin de planes municipales concebidos frecuentemente desde la estrecha ptica local. Es imposible, en este contexto, alcanzar la necesaria coherencia e interrelacin si no existe una reflexin global capaz de coordinar e inte-grar los planes municipales y las polticas sectoriales.

    La propuesta junto al PUT de una Nueva Ley de Planificacin permite que se instauren en Puerto Rico nuevos instrumentos de ordenacin territorial. Es posible ahora desarrollar mecanismos que van a permitir por primera vez poner en prctica un sistema completo de ordenacin del territorio. Ser factible, por tanto, crear un marco de referencia para la orien-tacin de las polticas sectoriales y para la coordina-cin de los planes municipales.

    La aparicin de este nuevo marco crea la nece-sidad de definir las lneas orientadoras que han de inspirar la definicin del Modelo Territorial al que se aspira.

    Los puntos de referencia asumidos para la elabo-racin del PUT-DOT han sido los siguientes:

    6.1. ESTRATEGIA DE ORDENACIN TERRI-TORIAL AL SERVICIO DE LOS OBJETI-VOS DE DESARROLLO Y BIENESTAR

    Los desequilibrios de diverso tipo asociados al crecimiento de la economa puertorriquea durante algunas dcadas del pasado, los trasvases intersec-toriales de mano de obra, y los fuertes flujos migra-torios, si bien permitieron un equilibrio momentneo del mercado de trabajo, conllevaron; sin embargo, costos de tipo socioeconmico, demogrfico, terri-torial y urbano que no han sido asumidos de forma igualitaria y que requieren por tanto de unas medidas correctoras.

    De igual modo que la competitividad de las empre-sas recae en la calidad de las relaciones sociales que se desarrollen, la riqueza futura de una nacin recae en su capacidad de solidaridad. La ordenacin del territorio debe ser un componente central de la regu-lacin de una sociedad eficaz, abierta y solidaria, de este modo entre los objetivos del PUT-DOT debern tenerse en cuenta los siguientes: lograr un Puerto Rico ms equilibrado y solidario, un crecimiento al servicio del empleo y un Puerto Rico abierto al Cari-be, a Amrica y al mundo.

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    En consecuencia, la Ordenacin del Territorio de-ber tener un protagonismo creciente en nuestra sociedad. La Ordenacin del Territorio guarda una directa relacin con el objetivo social de desarrollo y bienestar, y esto exige integrar adecuadamente las polticas sectoriales con las estrategias territoriales.

    Se trata de lograr un territorio competitivo para la produccin en un contexto internacional en el que los espacios econmicos pugnan por la atraccin de in-versiones. Un territorio atractivo para la vida cotidia-na de la poblacin. Y finalmente, un territorio solida-rio en cuanto al reparto de las afecciones del Modelo Territorial al conjunto de la poblacin.

    6.2. RESPECTO AL MARCO DE COMPETEN-CIAS DEL MODELO INSTITUCIONAL

    Asumir el principio de una mayor autonoma para los diferentes entes administrativos, fundamental-mente en los niveles formados por el Gobierno Cen-tral y los municipios, que comprenda una delegacin de responsabilidades, asociada a la toma de decisio-nes propias de cada nivel en el marco de este PUT-DOT.

    6.3. ACTITUD TICA RESPECTO AL TRATA-MIENTO DEL MEDIO AMBIENTE

    Es preciso proporcionar de un mayor protagonismo a los estudios sobre la Vocacin del Territorio y de valoracin de su capacidad de carga como marco de referencia para la definicin de las acciones urbans-ticas.

    El partir de una especial sensibilidad por los pro-blemas del medio fsico y del medio natural es un asunto de enormemente importante. Debe condi-cionarse el diseo del Modelo Territorial a la valo-racin de los recursos naturales, que redundar en un aumento de la calidad de vida de la poblacin. Esta actitud se considera que debe presidir no slo la elaboracin del PUT-DOT, sino tambin la elabo-racin de los Planes Sectoriales, planes territoriales supramunicipales y los planes municipales. Se debe intentar superar la actitud centrada exclusivamente

    en evitar impactos negativos sobre el medio natural, y asumir una postura activa ms comprometida que lleve a desarrollar intervenciones positivas sobre el medio natural, de mejora, de proteccin activa, de fomento, de recuperacin, de puesta en valor, entre otros En este sentido, los documentos ambientales debe tener carcter previo a la implantacin de las infraestructuras y construcciones sobre el territorio cuando legalmente corresponda.

    En definitiva, se trata de asumir una especial sen-sibilidad con respecto a los problemas y a las oportu-nidades producto del Medio Ambiente.

    6.4. INTEGRACIN DEL URBANISMO Y LA ORDENACIN TERRITORIAL

    Un adecuado tratamiento de los problemas urba-nos y territoriales exige una consideracin integra-da del Urbanismo y la Ordenacin del Territorio. Es preciso asumir la identidad conceptual y operativa de la actividad planificadora referida a escalas territoria-les diferentes. Desde el punto de vista disciplinar, la comprensin de las singularidades de las distintas escalas territoriales y el anlisis de sus interconexio-nes es una labor importante y necesaria para el xito de la correcta aplicacin de medidas para la orde-nacin de la ciudad y del territorio. Desde el punto de vista del ejercicio de jurisdiccin, es esencial que los instrumentos de ordenacin territorial y los planes municipales estn concebidos en sintona y con inte-rrelaciones operativas.

    Los problemas de los pequeos ncleos rurales y las grandes asuntos que afectan a las reas metro-politanas y a las ciudades ms importantes no tienen solucin desde la ptica local. Es necesario una in-tegracin de la escala territorial amplia y de la escala urbanstica pequea. Se requiere una interrelacin profunda entre lo urbano y lo territorial.

    6.5. IMPORTANCIA DEL URBANISMO DE ESCALA LOCAL

    Se considera importante estimular desde la Or-denacin del Territorio acciones encaminadas a la

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    puesta en valor de la ciudad y de la vida urbana. En particular, se considera importante la difusin de una nueva cultura de la ciudad que impida la repeticin de experiencias histricas lamentables, y esto exige un consenso generalizado en torno a los siguientes puntos fundamentales: El nfasis en la Forma Urbana y la preocupacin

    por los aspectos morfolgicos de la ciudad. La con-tinuidad y permanencia histrica de la forma de la ciudad contrasta con lo coyuntural y pasajero de ciertas condiciones administrativas, econmicas o polticas, y por esto su configuracin debe gozar de una atencin preferente y responder a unas leyes propias.

    El Contexto representa un punto de partida funda-mental para proponer los proyectos de intervencin en la ciudad. El contexto es imprescindible para fundamentar la arquitectura y los proyectos urba-nos. El inters por el lugar y por la idiosincrasia del sitio permitir comprender el carcter profundo del marco de la intervencin, dotado de estabilidad y a la vez sometido a transformacin.

    Se considera importante la idea de Proyecto Ur-bano que significa la definicin de las propuestas sobre la forma fsica de la ciudad como elemento urbanstico bsico capaz de canalizar los procesos sociales y vincularlos a una instancia operativa.

    La bsqueda de una Imagen Urbana coherente y atractiva debe ser objetivo prioritario en el tra-tamiento morfolgico de nuestras ciudades. El conseguir una ciudad legible, identificable, estruc-turada y significante, es decir, una ciudad con una imagen coherente, es un reto difcil que se debe perseguir.

    La Ordenacin Territorial no puede obviar estos avances porque son un elemento clave para la ca-lidad de vida. No se debe olvidar que aunque el territorio tiene una gran importancia, una parte sus-tancial de la vida cotidiana de nuestra poblacin se desarrolla en entornos urbanos.

    6.6. LIMITACIONES DEL URBANISMO CEN-TRADO EXCLUSIVAMENTE EN LA ESCA-LA LOCAL

    Es una necesidad la nueva visin regional de los problemas urbanos y, de los asuntos del medio f-sico. La ciudad no es ms que un elemento de una estructura ms amplia y compleja. Los rangos urba-nos, las reas de influencia, las dependencias fun-cionales y otros factores estructurantes del territorio no pueden estar ausentes en las intervenciones en la ciudad pues el desarrollo y la propia viabilidad de sta, estn condicionados por su papel dentro de la estructura del sistema de ciudades.

    6.7. EL PROTAGONISMO DEL SISTEMA DE CIUDADES

    Otro rasgo de la nueva cultura del territorio debe ser el protagonismo atribuido al sistema de ciudades en las estrategias de disfrute colectivo de los servi-cios, dotaciones, equipamientos, lugares urbanos relevantes, alternativas de residencia y trabajo, entre otros

    Muchas de las necesidades y aspiraciones que tie-ne la poblacin no pueden satisfacerse en el mbito local de los pequeos o medianos municipios; hay servicios y dotaciones que corresponden a un rango de pas; otros que slo tienen viabilidad y sentido en la escala sukpramunicipal; finalmente, otros que se ofrecen a la escala estrictamente local.

    Dentro del sistema urbano, la red de ciudades de escala intermedia pueden desempear un papel crtico en la oferta equilibrada de servicios muy im-portantes para la poblacin, lo que permite disponer de ellos a reas en los que la escasez demogrfica podra suponer un obstculo para su implantacin.

    El realizar medidas para fortalecer de todos estos servicios de rango regional y supramunicipal en las ciudades intermedias es un punto importante para las estrategias de equilibrio, desarrollo y bienestar para toda la poblacin.

    BORRADOR 2-II-2014 r.1

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    Directrices de Ordenacin Territorial

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    Por esto, el dar mayor protagonismo al Sistema de Ciudades implica reconocer el papel de las grandes reas metropolitanas y de los ncleos de mbito re-gional para la competitividad del sistema productivo, para la oferta de servicios y dotaciones, y para la realizacin de funciones que superan el mbito es-trictamente local.

    6.8. ATENCIN A LA ESCALA TERRITORIAL INTERMEDIA BASADA EN LAS REAS FUNCIONALES DEL TERRITORIO

    Una Ordenacin del Territorio operativa que respe-te la existencia de conciencias supramunicipal debe desarrollarse ntegramente en un marco suficiente-mente prximo al ciudadano, y por esto, es esencial considerar la escala supramunicipal, por el nivel de