os excesos - dr. jorge alonso dieta y los alimentos salud la dieta hipohidrocarbonada es lo más ......

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31 previo condiciona su aparición). Los niveles de azúcar en sangre no de- ben sobrepasar los 110 mil/% en ayu- nas. En casos dudosos (existencia de síntomas y antecedentes pero gluco- sa en sangre normal), hay pruebas de sobrecarga a la glucosa matinales que orientan a llegar al diagnóstico. Entre las complicaciones más frecuen- tes que padecen los diabéticos están la retinopatía diabética (una lesión de los vasos de la retina ocular que altera la capacidad visual), mayor propensión a problemas cardíacos (por alteración de las arterias coronarias), trastornos re- nales (se alteran los capilares filtrantes de la orina), alteraciones en la cicatriza- ción de heridas, arteriosclerosis, etc. La dieta y los alimentos salud La dieta hipohidrocarbonada es lo más aconsejable y lo que los médicos reco- miendan a sus pacientes. Este tipo de ali- mentación no significa ausencia absolu- ta o total de dulces sino un consumo en dosis adecuada y determinada por mé- dico o nutricionista. Más allá de esta re- comendación, resulta muy útil conocer aquellos alimentos que colaboran con el descenso del azúcar en sangre y los que perjudican esta acción. Por ejemplo, conviene evitar excesos de grasas en la dieta, ya que las gra- sas disminuyen el número de receptores de insulina en los tejidos que la requieren. Recor- demos que para que la insulina ac- túe en un tejido, es necesario que haya un receptor que la alber- gue, algo así como un portero que abre la puerta del edificio para que entre- mos. Por otro lado, el exceso de grasas provoca un alto nivel de ácidos grasos libres en la circulación, lo cual lleva a descender los niveles de enzimas gluco- líticas (enzimas que destruyen o desar- man el exceso de azúcar) y a aumentar enzimas gluconeogénicas (enzimas que elevan aún más el azúcar en sangre). Para reducir grasas, es fundamental ba- jar el consumo de lácteos enteros, pro- ductos de bollería industrial, carnes y embutidos grasos, así como los aceites de palma y coco (usados frecuentemen- te en los alimentos enlatados con «acei- te vegetal») que aportan grasas satu- radas que conllevan un mayor índice arterioesclerótico. Las frutas generalmente pueden con- sumirse sin problemas, salvo aquellas muy dulces como higos, uvas (o pasas) y naranjas dulces (se trata de limitar sus consumos, no eliminarlas totalmente). Las carnes muy grasas, hamburguesas, chacinados, tocinos, gambas, langosti- nos, el alcohol, la manteca, margarina, los helados cremosos, la miel, el choco- late y la yema de huevo conviene limi- tarlos drásticamente de la dieta. Las proteínas deben representar del 10 al 30% del aporte calórico total, tanto si son de origen animal como vegetal. Las grasas no deben sobrepasar el 30% del ingreso total calórico y los hidratos al- rededor del 50-60%. Los más recomendables son los lácteos descremados, carnes magras, clara de huevo, aceite de oliva, refrescos sin azúcar o diet, vino tinto (sin sobrepasar la medida de una copa diaria), café, té y mate (la cafeína no alteraría el metabo- lismo glucídico, por el contrario, sería benéfica según recientes estudios), vi- nagre, limón, perejil, vainilla, frutas de estación y poca sal (no más de 3 gra- mos al día). En las plantas alimenticias, hay un ver- dadero tesoro anti-diabético: La diabetes es una enfermedad metabólica caracterizada por la apa- rición de elevados niveles de glucosa en sangre, lo cual suele estar asociado a un déficit en la producción de insulina por el páncreas o, en el caso que el páncreas la secrete correctamente, puede evidenciarse por una disminución en la actividad de la insulina en incorporar el azúcar circulante hacia los tejidos que requieran de este vital nutriente. En cualquiera de los casos, se evidenciará una suerte de exceso de oferta azucarada en la circulación, que se va a acompañar de alte- raciones en el resto del metabolismo (por ejemplo sobre lípidos y proteí- nas) y alteraciones destructivas en el propio tejido vascular . NOCIVOS BENEFICOS

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previo condiciona su aparición). Los niveles de azúcar en sangre no de-ben sobrepasar los 110 mil/% en ayu-nas. En casos dudosos (existencia de síntomas y antecedentes pero gluco-sa en sangre normal), hay pruebas de sobrecarga a la glucosa matinales que orientan a llegar al diagnóstico.Entre las complicaciones más frecuen-tes que padecen los diabéticos están la retinopatía diabética (una lesión de los vasos de la retina ocular que altera la capacidad visual), mayor propensión a problemas cardíacos (por alteración de las arterias coronarias), trastornos re-nales (se alteran los capilares fi ltrantes

de la orina), alteraciones en la cicatriza-ción de heridas, arteriosclerosis, etc.

La dieta y los alimentos saludLa dieta hipohidrocarbonada es lo más aconsejable y lo que los médicos reco-miendan a sus pacientes. Este tipo de ali-mentación no signifi ca ausencia absolu-ta o total de dulces sino un consumo en dosis adecuada y determinada por mé-dico o nutricionista. Más allá de esta re-comendación, resulta muy útil conocer aquellos alimentos que colaboran con el descenso del azúcar en sangre y los que perjudican esta acción.

Por ejemplo, conviene evitar excesos de grasas en la dieta, ya que las gra-sas disminuyen el número de receptores de insulina en los tejidos que la requieren. Recor-demos que para que la insulina ac-túe en un tejido, es necesario que haya un receptor que la alber-gue, algo así como un portero que abre la puerta del edifi cio para que entre-mos. Por otro lado, el exceso de grasas provoca un alto nivel de ácidos grasos libres en la circulación, lo cual lleva a descender los niveles de enzimas gluco-líticas (enzimas que destruyen o desar-man el exceso de azúcar) y a aumentar enzimas gluconeogénicas (enzimas que elevan aún más el azúcar en sangre).Para reducir grasas, es fundamental ba-jar el consumo de lácteos enteros, pro-ductos de bollería industrial, carnes y embutidos grasos, así como los aceites de palma y coco (usados frecuentemen-te en los alimentos enlatados con «acei-te vegetal») que aportan grasas satu-radas que conllevan un mayor índice arterioesclerótico.Las frutas generalmente pueden con-sumirse sin problemas, salvo aquellas muy dulces como higos, uvas (o pasas) y naranjas dulces (se trata de limitar sus consumos, no eliminarlas totalmente). Las carnes muy grasas, hamburguesas, chacinados, tocinos, gambas, langosti-nos, el alcohol, la manteca, margarina, los helados cremosos, la miel, el choco-late y la yema de huevo conviene limi-tarlos drásticamente de la dieta. Las proteínas deben representar del 10 al 30% del aporte calórico total, tanto si son de origen animal como vegetal. Las grasas no deben sobrepasar el 30% del ingreso total calórico y los hidratos al-rededor del 50-60%.

Los más recomendables son los lácteos descremados, carnes magras, clara de huevo, aceite de oliva, refrescos sin azúcar o diet, vino tinto (sin sobrepasar la medida de una copa diaria), café, té y mate (la cafeína no alteraría el metabo-lismo glucídico, por el contrario, sería benéfi ca según recientes estudios), vi-nagre, limón, perejil, vainilla, frutas de estación y poca sal (no más de 3 gra-mos al día).En las plantas alimenticias, hay un ver-dadero tesoro anti-diabético:

previo condiciona su aparición). de la orina), alteraciones en la cicatriza-ción de heridas, arteriosclerosis, etc.

La diabetes es una enfermedad metabólica caracterizada por la apa-

rición de elevados niveles de glucosa en sangre, lo cual suele estar

asociado a un déficit en la producción de insulina por el páncreas o, en

el caso que el páncreas la secrete correctamente, puede evidenciarse

por una disminución en la actividad de la insulina en incorporar el azúcar

circulante hacia los tejidos que requieran de este vital nutriente.

En cualquiera de los casos, se evidenciará una suerte de exceso de

oferta azucarada en la circulación, que se va a acompañar de alte-

raciones en el resto del metabolismo (por ejemplo sobre lípidos y proteí-

nas) y alteraciones destructivas en el propio tejido vascular.

NOCIVOS

BENEFICOS