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    45OCTUBRE DE 2011

    Valentina CaldernMargarita GfaroAna Mara Ibez

    Desplazamiento forzoso, participacin laboralfemenina y poder de negociacin en el hogar:Empodera el conicto a las mujeres?

    Documentos CEDE

    CEDECentro de Estudios

    sobre Desarrollo Econmico

    ISSN 1657-7191 Edicin electrnica.

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    Serie Documentos Cede, 2011-45ISSN 1657-7191 Edicin electrnica.

    Ttulo original: Forced Migration, Female Labor Force Participation, and Intra-household Bargaining:Does Conflict EmpowerWomen?Documento CEDE 2011-28Traduccin: Santiago Melo

    Octubre de 2011

    2011, Universidad de los AndesFacultad de EconomaCEDECalle 19A No. 1 37 Este, Bloque W.Bogot, D. C., ColombiaTelfonos: 3394949- 3394999, extensiones 2400, 2049, [email protected]://economia.uniandes.edu.co

    Ediciones UniandesCarrera 1 Este No. 19 27, edificio Aulas 6, A. A. 4976Bogot, D. C., Colombia

    Telfonos: 3394949- 3394999, extensin 2133, Fax: extensin [email protected]

    Edicin y prensa digital:Cadena S.A. BogotCalle 17 A N 68 - 92Tel: 57(4) 405 02 00 Ext. 307Bogot, D. C., Colombiawww.cadena.com.co

    Impreso en Colombia Printed in Colombia

    El contenido de la presente publicacin se encuentra protegido por las normas internacionales y nacionalesvigentes sobre propiedad intelectual, por tanto su utilizacin, reproduccin, comunicacin pblica, transfor-macin, distribucin, alquiler, prstamo pblico e importacin, total o parcial, en todo o en parte, en formatoimpreso, digital o en cualquier formato conocido o por conocer, se encuentran prohibidos, y slo sern lcitos enla medida en que se cuente con la autorizacin previa y expresa por escrito del autor o titular. Las limitaciones yexcepciones al Derecho de Autor, slo sern aplicables en la medida en que se den dentro de los denominadosUsos Honrados (Fair use), estn previa y expresamente establecidas; no causen un grave e injustificado perjuicioa los intereses legtimos del autor o titular, y no atenten contra la normal explotacin de la obra.

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    CEDECentro de Estudios

    sobre Desarrollo Econmico

    Desplazamiento forzoso, participacin laboral femenina y poder denegociacin en el hogar: Empodera el conflicto a las mujeres?

    Valentina Caldern* Margarita Gfaro** Ana Mara Ibez***

    Resumen

    El desplazamiento de poblacin es un fenmeno frecuente en los pases inmersosen conflictos internos. El desplazamiento forzoso, adems de afectar directamentea la poblacin desplazada, contribuye a deteriorar las condiciones laborales de lapoblacin vulnerable en las comunidades receptoras. Para la poblacin desplazada,las prdidas de ingresos son sustanciales y al migrar a las ciudades se vinculan ala fuerza laboral del sector informal. Evidencia cualitativa revela que las mujeresdesplazadas pueden competir mejor en los mercados laborales urbanos pues suexperiencia laboral es ms relevante para ciertos trabajos urbanos no calificados.Este artculo usa los cambios exgenos en la participacin laboral femenina paraidentificar sus efectos sobre el poder de negociacin de la mujer en el interior delhogar. Los resultados muestran que las mujeres desplazadas por el conflicto trabajanms horas, devengan salarios similares y contribuyen en mayores proporciones alingreso del hogar frente a las mujeres rurales. Sin embargo, su mayor contribucin

    a los ingresos del hogar no se traduce en un mayor poder de negociacin en elhogar. Ms an, la violencia domstica aumenta para las mujeres desplazadas. Laira y la frustracin de las mujeres desplazadas derivan, adems, en un incrementode la violencia contra los nios. Dado que los nios de las familias desplazadashan sido vctimas directas del conflicto y de la violencia domstica, la transmisinintergeneracional de la violencia puede perpetuar ciclos de violencia.

    Palabras clave: Migracin forzada, participacin laboral femenina, poder denegociacin, violencia domstica.

    Clasificacin JEL: D13, D74, J12, J61

    Este documento es una versin traducida del Documento CEDE 2011- 28. Traduccin de SantiagoMelo. Este proyecto fue financiado por MICROCON. Estamos agradecidas con David Bardey yquienes participaron en el seminario del Households in Conflict Network). Tambin agradecemoslos valiosos comentarios de quienes participaron en los seminarios de, SOLE, CEDE y la EGOB dela Universidad de los Andes.

    * Banco Mundial. [email protected].** Asistente de investigacin, Facultad de Economa, Universidad de los Andes m-gafaro@uniandes.

    edu.co.*** Profesora asociada, Facultad de Economa, Universidad de los Andes. [email protected].

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    Forced Migration, Female Labor Force Participation, And Intra-Household Bargaining: Does Conflict Empower Women?

    Valentina Caldern* Margarita Gfaro** Ana Mara Ibez***

    Abstract

    Civilian displacement is a common phenomenon in developing countries confrontedwith internal conflict. While displacement directly affects forced migrants, it alsocontributes to deteriorating labor conditions of vulnerable groups in receivingcommunities. For the displaced population, the income losses are substantial, and asthey migrate to cities, they usually end up joining the informal labor force. Qualitativeevidence reveals that displaced women are better suited to compete in urban labormarkets, as their labor experience is more relevant with respect to certain urbanlow- skilled occupations. Our study uses this exogenous change in female labor forceparticipation to test how it affects female bargaining power within the household. Ourresults show that female displaced women work longer hours, earn similar wages

    and contribute in larger proportions to household earnings relative to rural womenwho remain in rural areas. However, as measured by several indicators, their greatercontribution to households earnings does not strengthen their bargaining power.Most notably, domestic violence have increased among displaced women. The angerand frustration of displaced women also increases the level of violence directed atchildren. Because the children of displaced families have been the direct victimsof conflict and domestic violence, the intra-generational transmission of violence ishighly likely.

    Key words: Forced migration, female labor participation, intra-household bargaining,domestic violence.

    JEL Classification:D13, D74, J12, J61.

    This document corresponds to the translation of the original English version published as Documen-to CEDE 2011-28,July 2011. This project was funded by MICROCON. We are grateful to David Bardeyand participants at the Households in Conflict Network seminar, CEDE and EGOB of Universidadde los Andes workshops for their useful comments.

    * World Bank. [email protected].** Research assistant, Department of Economics, Universidad de los Andes [email protected].*** Associate professor, Department of Economics, Universidad de los Andes. [email protected].

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    1. Introduccin

    Los conflictos internos modifican abruptamente el contexto en el que actan losagentes econmicos generando beneficios y costos para distintos grupos de la

    poblacin civil. Adems del impacto econmico de las muertes masivas producidaspor el combate, la guerra altera la composicin de los hogares, reduce la inversinen capital humano, disminuye los activos productivos, deteriora la salud de losnios y crea trampas de pobreza (Andr y Platteau, 1998; Justino y Verwimp, 2006;Shemyakina, 2006; Camacho, 2008; Blattman y Miguel, 2009). Por otra parte, losconflictos internos tambin generan resultados positivos. La evidencia empricamuestra que ciertos grupos de la poblacin, como los que tienen alguna conexincon los grupos armados, pueden percibir que sus condiciones econmicas mejoranal terminar el conflicto, podran surgir instituciones slidas y podra fortalecerse laaccin colectiva, entre otras (Tilly, 1992; Verwimp, 2005; Bellows y Edward, 2009).

    Si bien existe evidencia emprica reciente sobre las consecuencias del conflictointerno, todava es escasa la investigacin acerca de otros posibles canales a travsde los cuales la guerra afecta a los hogares y acerca del impacto heterogneo quetiene el conflicto sobre diferentes grupos de la poblacin, particularmente sobre lasmujeres. El conflicto afecta a las mujeres de diferentes maneras. Las mujeres sonvctimas de la violencia sexual, frecuentemente se ven obligadas a participar enlos mercados laborales por ejemplo, despus de la muerte del principal jefe delhogar o debido a una cada sbita del ingreso y frecuentemente son forzadasa volverse combatientes (USAID, 2007). Adems, los cambios producidos por elconflicto provocan variaciones ms sutiles en el comportamiento de las mujeres. Porejemplo, Shemyakina (2009) encuentra que las mujeres tayikas se casan y tienenhijos a una edad ms temprana a causa de la escasez de hombres producida por laguerra. Algunos estudios sociolgicos encuentran que el conflicto puede aumentarel poder de negociacin de las mujeres en el hogar. Cuando son vctimas deldesplazamiento forzoso, las mujeres participan activamente en los mercados detrabajo y se convierten frecuentemente en el principal generador de ingresos de lafamilia, por lo que es plausible que se fortalezca su poder de negociacin (Meertensy Stoller, 2001).

    Entender las consecuencias del conflicto para las mujeres e identificar los canalesque los transmiten son elementos cruciales para disear polticas intencionales cuyoobjetivo sea mitigar los costos y promover los beneficios no esperados. Es ms, enla medida en que el impacto del conflicto sobre las mujeres se transmite fcilmentea los nios, reducir estos costos contribuye a eliminar los efectos de largo plazo dela guerra, tales como la desnutricin, una inversin ms baja en capital humano y latransmisin intergeneracional de la violencia.

    El propsito de este artculo es examinar las consecuencias del desplazamientoforzoso sobre la participacin laboral femenina y su impacto posterior sobre elpoder de negociacin y la violencia domstica. El argumento del documento es elsiguiente: el desplazamiento forzoso produce una cada drstica en el ingreso laboral

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    y grandes prdidas de activos. Con el fin de compensar las prdidas de ingreso, laparticipacin de las mujeres en los mercados laborales aumenta significativamente.Puesto que la migracin forzosa ocurre frecuentemente desde las reas ruraleshacia las urbanas, la experiencia laboral de las mujeres es ms relevante para lasocupaciones urbanas, mientras que la experiencia de los hombres es sobre todo

    en actividades agrcolas poco valoradas en los mercados laborales urbanos. Comoconsecuencia, la contribucin de las mujeres a los ingresos del hogar aumenta, loque potencialmente puede aumentar su poder de negociacin en el hogar. Por lotanto, aumentar la participacin laboral de la mujer puede generar un beneficio noesperado como consecuencia del conflicto armado: un mayor poder de negociacinen el hogar, un aumento del bienestar de las mujeres y un incremento en la inversinen la poblacin infantil, particularmente en las nias.

    Nuestro anlisis utiliza datos de Colombia, pas que ha sufrido un conflictoprolongado durante ms de cincuenta aos y que registra la segunda mayor cantidadde desplazados por la violencia en el mundo despus de Sudn. En la actualidad,Colombia tiene 3.6 millones de habitantes que han sido desplazados forzosamente,cifra equivalente al 7.8% de la poblacin colombiana. El conflicto ha visto crecer elingreso laboral de las mujeres, mientras que su bienestar se ha deteriorado o, enel mejor de los casos, se ha mantenido constante. A pesar de contribuir ms a losingresos del hogar que el grupo de control, el poder de negociacin en el hogar de lasmujeres desplazadas no es estadsticamente diferente del de las mujeres del grupode control. Al mismo tiempo, las mujeres desplazadas enfrentan una mayor violenciadomstica y, a su vez, castigan violentamente a sus hijos con mayor frecuencia.

    Los resultados de nuestro artculo parecen sugerir que, aunque las mujeresparticipan ms activamente en los mercados de trabajo, sus condiciones en el hogarno han mejorado. Puesto que el incremento del ingreso se debe al aumento de lashoras de trabajo y no de los salarios, su poder de negociacin permanece intactodespus del desplazamiento. Por otra parte, el deterioro de las condiciones trabajode los hombres puede provocar su frustracin, lo que, adems del posible desafoa las estructuras patriarcales y de la violencia que soportan los hombres antes deldesplazamiento, puede aumentar su necesidad de controlar a las mujeres y, delmismo modo, su propensin a ejercer violencia domstica contra ellas. Las mayorescontribuciones al ingreso de los hogares estn acompaadas de un aumento de laviolencia domstica contra las mujeres y los nios. Por esta razn, no son evidenteslos beneficios inesperados del conflicto.

    La estructura de este artculo es la siguiente. La segunda seccin discute brevementeel impacto econmico del conflicto y examina el vnculo entre la participacin laboralfemenina, la negociacin en el hogar y la violencia domstica. La tercera seccinpresenta la estrategia emprica, los datos y los resultados economtricos de nuestroestudio. La cuarta seccin concluye y discute las recomendaciones de poltica.

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    2. El impacto del conflicto sobre la participacin femenina y la

    negociacin en el hogar

    Los conflictos internos afectan de manera desproporcionada a la poblacin civil. Los

    ataques intencionales de los combatientes a la poblacin civil son una estrategiaefectiva para debilitar el apoyo civil a sus opositores, expandir sus territorios deinfluencia y aumentar el botn de guerra (Azam y Hoeffler, 2002). La victimizacinde la poblacin civil obliga a muchos a huir despus de haber sido atacados paraprotegerse de las agresiones. Los numerosos conflictos internos y los crecientesataques a la poblacin civil durante el 2009 estuvieron acompaados del mayornmero de personas desplazadas desde que se tiene registro de esta medida: 27.1millones de personas desplazadas a nivel mundial ( IDMC, 2010).

    A mediados de los noventa, el narcotrfico intensific el conflicto colombiano y acentulas agresiones contra la poblacin civil. Las amenazas de muerte, las masacres, los

    delitos sexuales, los homicidios selectivos, los reclutamientos y las ocupaciones depueblos obligaron a la poblacin a huir en busca de refugios. En la actualidad, 3.6millones de colombianos es decir, el 7.8% de la poblacin se vieron obligados amigrar. El desplazamiento forzoso no es un fenmeno que se presenta nicamenteen las regiones aisladas de Colombia. Ms del 90% de los municipios1del pas hanexpulsado o recibido personas desplazadas (Accin Social, 2010).

    La evidencia para Colombia muestra que el desplazamiento forzoso imponeenormes costos econmicos sobre las vctimas. En primer lugar, las prdidas deactivos productivos debido a la destruccin y la apropiacin ilegal de bienes debilitanlas principales fuentes de recursos de los hogares desplazados. En segundo lugar,

    caen los retornos al capital humano. Dado que las personas desplazadas tienenexperiencia laboral sobre todo en las actividades agrcolas, les resulta difcil encontrartrabajo en los lugares de destino y su ingreso laboral cae significativamente. Entercer lugar, el acceso a capital financiero y a cobertura frente al riesgo es limitado,lo que aumenta la vulnerabilidad de los hogares desplazados a los choques futuros.Estas prdidas pueden empujarlos hacia trampas de pobreza que son difciles desuperar (Ibez y Moya 2010).

    La participacin en los mercados laborales urbanos es usualmente difcil para laspersonas desplazadas. Los bajos niveles de educacin y una experiencia laboralprincipalmente en actividades agrcolas se convierten en un obstculo para encontrar

    trabajo en las reas urbanas. No obstante, el acceso a los mercados de trabajo esheterogneo para hombres y mujeres. Mientras que las habilidades de las mujeresson ms afines a las demandas de los mercados laborales urbanos, la experienciaagrcola de los hombres difcilmente es valorada. La necesidad de compensar lasgrandes prdidas de ingreso y la mayor probabilidad que tienen las mujeres deencontrar empleo las inducen a trabajar.

    1 Los municipios son las unidades administrativas ms pequeas en Colombia. El pasest dividido en 1119 municipios.

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    Algunos estudios sostienen que la migracin puede fortalecer el poder de negociacinde las mujeres en el hogar al mejorar sus condiciones laborales y aumentar sucontribucin a los ingresos de la familia (Chen et al., 2007). Este impacto puedeacentuarse an ms cuando las mujeres migran de las sociedades rurales a lasurbanas, donde la discriminacin de gnero es menos aguda. En el caso de las

    mujeres desplazadas por la violencia en Colombia, la mayor demanda de lashabilidades femeninas, en contraposicin a las masculinas, puede amplificar esteefecto (Meertens y Stoller, 2001).

    La distribucin del poder en el hogar est determinada por el punto de amenaza(threat point), que se representa como la utilidad de optar por un matrimonio nocooperativo o de abandonarlo. Las condiciones econmicas, el entorno institucionaly el contexto cultural determinan el punto de amenaza de cada cnyuge. Elmejoramiento de las condiciones econmicas de las mujeres o un cambio exgenoen el entorno institucional o cultural favorable para ellas puede alterar la distribucindel poder en el hogar.

    La evidencia muestra que la contribucin creciente de las mujeres a los ingresos delhogar no siempre se traduce en un mayor poder de negociacin. Los incrementosen los salarios actuales o potenciales de las mujeres mejoran sus opcioneseconmicas despus del divorcio o incluso si el matrimonio permanece intacto. Estolleva a una redistribucin del poder en el interior de los hogares. Por el contrario,cuando aumentan los ingresos de las mujeres como consecuencia del incrementoen el tiempo de trabajo y no de los salarios, su poder de negociacin permanececonstante (Chiappori et al., 2002; Pollack, 2005; Anderson y Eswaran, 2009; Aizer,2010). Establecer la causalidad entre los salarios y el poder de negociacin es difcil.Las cnyuges pueden sobreinvertir en educacin antes del matrimonio para teneruna ventaja en trminos de negociacin mientras estn casadas o pueden aumentarsu participacin laboral si anticipan el divorcio (Pollack, 2005; Stevenson, 2008;Anderson y Eswaran, 2009).

    Varios estudios suponen un cambio exgeno en las condiciones econmicas odel entorno institucional para identificar un vnculo causal entre los cambios en elpoder de negociacin y el bienestar de las mujeres. Los resultados muestran quetrasladar el poder a las cnyuges en el hogar les permite a las mujeres apropiarsede una mayor parte de las ganancias que se derivan de la interaccin matrimonialy aumenta el tiempo de ocio y la inversin en los hijos (Gray, 1998; Chiappori et al.,2002; Duflo, 2003; Rangel, 2006).

    La violencia domstica tambin tiene implicaciones para las relaciones de poder enel interior de las familias. Por una parte, la violencia domstica es un mecanismo decontrol sobre las esposas o puede influir en su comportamiento (Tauchen et al.,1991;Bloch y Rao, 2002; Bowlus y Seitz, 2006). El estrs (particularmente el econmico),la baja autoestima, las ideas tradicionales acerca de los roles de gnero y el habersido vctimas de abuso en la infancia son otros factores correlacionados con laviolencia domstica (Gelles, 1976; Tauchen et al., 1991; Bowlus y Seitz, 2006). Por

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    otra parte, los cambios en las condiciones econmicas que favorecen a las mujeresayudan a reducir la violencia domstica (Tauchen et al., 1991; Aizer, 2010).

    No obstante, el vnculo entre la participacin laboral femenina y la violencia

    domstica depende en gran medida de las decisiones que se tomaron antes delmatrimonio y de las condiciones laborales de los hombres. Un deterioro de lascondiciones laborales masculinas en ocasiones genera una escalada de violenciadomstica que sirve como instrumento para reducir la frustracin y desahogarel estrs (Tauchen et al., 1991; Macmillan y Gartner, 1999; Bloch y Rao, 2002).Cuando el desempleo masculino est acompaado de mejores condicioneslaborales para las mujeres, el riesgo de violencia puede aumentar an ms. Esms probable que los esposos acudan a la violencia y a la coercin cuando pierdensu papel tradicional de nico generador de ingresos en la familia y cuando tienenuna desventaja frente a sus esposas en trminos de poder (Macmillan y Gartner,1999). En el caso de las mujeres desplazadas por la violencia en Colombia, lanecesidad de desahogar su estrs cuyo origen es el desempleo y la violenciasoportada antes de la migracin as como el desafo a los roles de gnerotradicionales parecen provocar una escalada de violencia domstica (Meertens ySegura Escobar, 1996).

    3. Marco emprico

    El propsito de este artculo es examinar el impacto del desplazamiento forzososobre la participacin laboral femenina, el poder de negociacin de las mujeres yla violencia domstica. Suponemos un modelo no unitario en el que las decisionesen el interior del hogar estn basadas en la funcin de utilidad de cada cnyuge.

    El poder de negociacin de cada uno determina la distribucin de bienes en elhogar, representados por el consumo y el tiempo de ocio. El consumo de las mujeresincluye la inversin en sus hijos.

    El punto de amenaza la utilidad que un cnyuge potencialmente alcanza despusdel divorcio o en un matrimonio no cooperativo determina el poder de negociacindel cnyuge y su habilidad para apropiarse de una mayor proporcin de recursos. Enla medida en que cada uno pueda devengar mayores salarios y alcanzar mayoresniveles de consumo por su cuenta, el punto de amenaza y, por lo tanto, su poderde negociacin ser ms alto. Cualquier cambio en las condiciones econmicasque aumente los retornos al trabajo de las mujeres en el mercado laboral tambin

    aumentar su poder de negociacin en el hogar, lo que implica mayor consumo, mstiempo de ocio y una inversin ms cuantiosa en los hijos. Los cnyuges anticipanel proceso de negociacin que tendr lugar en el matrimonio e invierten recursos ensu educacin para inclinar la distribucin de poder a su favor. Al igual que en otrosartculos, suponemos que la violencia domstica produce utilidad a los hombres(Tauchen et al., 1991; Bowlus y Seitz, 2006; Aizer, 2010). La violencia se convierte enuna fuente de satisfaccin, mediante la que pueden aliviar la frustracin o desahogarel estrs, as como en un instrumento para controlar a las vctimas.

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    El marco emprico descrito anteriormente tiene varias implicaciones. En primer lugar,los incrementos en los salarios de las mujeres, al fortalecer el punto de amenaza,contribuyen a aumentar su poder de negociacin. En segundo lugar, a medida queaumenta su poder de negociacin, las mujeres pueden apropiarse de ms recursosdel hogar, representados por mayores cantidades de consumo, una inversin ms

    cuantiosa en sus hijos y ms tiempo de ocio. En tercer lugar, dado que las mujeresanticipan el proceso de negociacin en el matrimonio y pueden decidir aumentarla inversin en su propia educacin, el empleo y el poder de negociacin y delmismo modo el empleo y la violencia domstica tienen una relacin de doblecausalidad. En cuarto lugar, la contribucin creciente de la esposa a los ingresosdel hogar no se traduce necesariamente en un mayor poder de negociacin. Si elincremento en su contribucin se debe al aumento de las horas de trabajo y, porlo tanto, a una disminucin del tiempo de ocio el poder de negociacin de la mujeren el mejor de los casos permanecer constante o incluso puede caer. Por ltimo,cuando las contribuciones de las mujeres aumentan al mismo tiempo que caen lasde los hombres, la necesidad de ejercer control sobre la esposa y de desahogar el

    estrs genera un aumento de la violencia.

    El marco emprico descrito anteriormente se utiliza para examinar el impacto deldesplazamiento forzoso sobre las condiciones de trabajo y el poder de negociacin.El conflicto obliga a los hogares a migrar hacia las reas urbanas despus de habersido victimizados o con el propsito de prevenir agresiones futuras. Por lo tanto, lamigracin no es una decisin voluntaria para mejorar las condiciones econmicasde los miembros del hogar. Las mujeres desplazadas participan activamente en losmercados laborales, mientras que antes de la migracin su trabajo se limitaba alas actividades domsticas (Meertens y Stoller, 2001). Aunque las contribucionesde las mujeres a los ingresos del hogar han crecido significativamente despus

    del desplazamiento, el incremento en las horas de trabajo y no un aumento de lossalarios parece explicar este resultado. Adems, la reasignacin del trabajo basadoen diferencias de gnero, que consiste en que las mujeres se convierten en elprincipal generador de ingresos de la familia mientras que los hombres enfrentanlargos perodos de desempleo, aumenta las tensiones en el hogar y puede generaruna escalada de violencia domstica (Meertens y Segura Escobar, 1996). Eldesplazamiento puede crear un crculo vicioso, en el que las mujeres pasan mshoras trabajando y tienen menos tiempo de ocio, y la violencia domstica aumenta.Por lo tanto, el supuesto empoderamiento de la mujer producido por el conflictodifcilmente puede ser una realidad.

    Dos caractersticas importantes del desplazamiento forzoso facilitan nuestro anlisisemprico. En primer lugar, antes del desplazamiento las decisiones de educacin de lasmujeres desplazadas estn basadas en un contexto completamente diferente del queenfrentan despus de la migracin: es un contexto rural donde los roles tradicionalesde gnero predominan y los retornos a la educacin son extremadamente bajos.Esto implica que las decisiones de educacin que las mujeres desplazadas tomaronen el pasado son exgenas a la participacin en el mercado laboral presente. Ensegundo lugar, el desplazamiento forzoso es un choque exgeno: las familias migranpara salvar sus vidas, no para mejorar su situacin econmica. Sin embargo, este

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    choque exgeno implica un cambio en el entorno institucional, cambio que modificalas decisiones laborales en el hogar y posiblemente el poder de negociacin de lasmujeres. Este cambio exgeno hace que sea ms fcil establecer la causalidad entreel desplazamiento forzoso, por una parte, y las decisiones laborales, el poder denegociacin y la violencia domstica, por otra.

    3.1. Los datos

    En este artculo se utilizan dos fuentes diferentes de datos. La primera es la EncuestaNacional de Demografa y Salud del 2000, 2005 y 2010 (ENDS). Esta encuesta esrepresentativa de la poblacin femenina colombiana entre los 12 y los 50 aos deedad y cubre 232 municipios en 33 departamentos. La encuesta recoge, entre otrascosas, informacin sobre la fertilidad, las condiciones de la poblacin infantil, latoma de decisiones en el hogar y la violencia domstica. Las ENDSdel 2000, 2005y 2010 realizan un sobremuestreo de los hogares desplazados para garantizar que

    la muestra de mujeres desplazadas por la violencia sea representativa. Aunque elcuestionario recoge informacin sobre las causas y el proceso de migracin, enlas encuestas del 2005 y el 2010 no se pregunta el municipio de origen. Dado queel propsito es examinar los cambios en el poder de negociacin que se deben alconflicto, restringimos la muestra a las parejas casadas o en unin de hecho que seconstituyeron antes de la migracin forzosa.

    La segunda fuente es la Encuesta Continua de Hogares (ECH) entre el 2001 y el2005 realizada por el Departamento Administrativo Nacional de Estadstica (DANE),cuyo diseo es de corte transversal repetido, y recoge informacin sobre los hogarestrimestralmente. La encuesta se lleva a cabo en las 13 reas metropolitanas ms

    grandes del pas y en algunas reas rurales. Las encuestas incluidas en esteartculo abarcan desde enero del 2001 hasta marzo del 2005. El cuestionario parael primer trimestre incluye preguntas de migracin que identifican a las personasdesplazadas como aquellas que migraron a causa de la violencia y el conflicto. Elmdulo obtiene informacin detallada sobre el proceso de migracin: el ao demigracin, el municipio de origen y la causa de la migracin. Este mdulo se incluynicamente en el perodo 2001-2005. La ECHtambin recoge informacin sobre lascaractersticas del hogar, las variables de educacin y la fuerza de trabajo. Con elfin de tener una muestra similar a la de la ENDS,nos concentramos en la poblacinentre 12 y 50 aos de edad.

    Como grupo de control para la poblacin desplazada, utilizamos los hogares nodesplazados de las reas rurales colombianas puesto que los desplazados por elconflicto han migrado principalmente desde las zonas rurales. Adems, esperamosque las caractersticas de los individuos y los hogares (por ejemplo, la estructuradel hogar, la educacin y las condiciones laborales anteriores al desplazamiento)as como las variables no observables (tales como la discriminacin de gnero y lasnormas culturales) sean similares tanto para los hogares desplazados como para losdel grupo de control. No obstante, la violencia no es aleatoria. Los grupos armadosatacan municipios con caractersticas particulares que los ayuden a alcanzar

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    objetivos de guerra. Con el fin de eliminar posibles sesgos de seleccin construimosdos muestras: 1. una muestra de hogares rurales; 2. una muestra de hogares ruralesque pertenecen a los municipios en los que hay desplazamiento forzoso. Como losresultados son robustos para ambas muestras, utilizamos la muestra de hogaresrurales aunque tambin presentamos las estimaciones de la segunda muestra para

    verificar la robustez de los resultados.

    3.2. Estrategia de estimacin

    El propsito de la estrategia de estimacin es examinar el impacto del desplazamientoforzoso sobre las condiciones laborales, el poder de negociacin y la violenciadomstica. Examinamos los cambios en las condiciones laborales de los miembrosdel hogar que viven con sus cnyuges, tanto en matrimonio como en unin de hecho(en adelante nos referiremos a todos estos como casados), utilizando la ECH. Nuestrahiptesis es que las mujeres casadas desplazadas por la violencia trabajan ms

    horas y devengan salarios mayores o iguales que los de las mujeres casadas quepermanecieron en el campo. Por otra parte, esperamos que los hombres casadosy desplazados trabajen una cantidad de horas similar a la de aquellos hombrescasados que no migraron y que tengan salarios semejantes o ms bajos. Paraidentificar el efecto del desplazamiento sobre las condiciones laborales, utilizamosla siguiente forma reducida:

    donde denota los salarios por hora o el nmero de horas de trabajo a la semana

    para el individuoien el departamento c en el momento

    t.Por su parte, contienelas caractersticas individuales que influyen en la situacin laboral tales como la

    experiencia potencial, el nmero de aos de educacin y el nmero de miembrosdel hogar. Para controlar por los posibles choques de demanda, las dinmicas delconflicto y los elementos no observables, incluimos variables binarias de ao ()y efectos fijos de departamento ().. La variable es binaria y toma el valor de1 si el individuo fue desplazado por la violencia y su coeficiente aes el parmetrode inters. Estimamos los errores estndar mediante el mtodo de replicacin(bootstrapping), pues los efectos fijos no nos permiten calcular los errores estndaragrupados (clustered).

    Los salarios por hora son los de aquellos miembros de la poblacin en edad detrabajar (entre 12 y 50 aos de edad) para los que existe un reporte de ingresoscompleto y slo se tiene en cuenta la ocupacin principal. Las horas de trabajosemanales tambin corresponden a la poblacin en edad de trabajar e incluyentanto la ocupacin principal como las secundarias. Estimamos la regresin para lamuestra completa, es decir, mujeres y hombres casados o que viven en unin dehecho. Las regresiones se estiman utilizando el modelo de seleccin de Heckman.Usamos el nmero de hijos en el hogar menores de cinco aos como variable deexclusin para la probabilidad de seleccin. Al comparar la muestra completa con la

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    muestra de individuos casados, podemos identificar si los resultados se observanpara toda la poblacin desplazada o solamente para las parejas casadas.

    Utilizamos dos fuentes de datos para medir el impacto del desplazamiento sobre

    el poder de negociacin. La primera fuente de datos es laECH

    entre el 2001 y el2005. Una medida del poder de negociacin se construye con base en los salarios.Sea el salario de las mujeres y el salario de los hombres. El poder denegociacin se mide como tal que, a medida que aumenten lossalarios de las mujeres, crezca su contribucin a los ingresos de los hogares sipermanece constante el nmero de horas de trabajo. La estrategia de estimacinpara el poder de negociacin medido con los salarios es entonces idntica a laestrategia de estimacin para la situacin laboral.

    Como se expuso anteriormente, el desplazamiento forzoso es exgeno a lascondiciones laborales porque la migracin no es voluntaria sino provocada por los

    grupos armados. No obstante, como los grupos armados atacan deliberadamenteciertos grupos de la poblacin como las personas de mayores ingresos o loslderes comunitarios incluimos como variables de control la educacin del jefe delhogar y de su cnyuge y el tamao del hogar, que son variables aproximativas delestatus econmico anterior al desplazamiento.

    Adems, estimamos las regresiones por mnimos cuadrados ordinarios (MCO) yvariables instrumentales (VI) para verificar si el desplazamiento efectivamente esexgeno. Aunque la decisin de migrar no sea voluntaria, la decisin de mudarse auna ciudad particular puede depender de las condiciones laborales. Para instrumentarel desplazamiento, utilizamos el nmero de vctimas de las masacres en el municipio

    de origen de las personas desplazadas y la distancia de su municipio de origenal municipio de destino. Para los hogares no desplazados incluimos el nmero devctimas de las masacres en el ao en que se realiz la encuesta y en el lugar deresidencia. Las masacres, actos de agresin deliberada contra la poblacin civil enlas regiones rurales de Colombia, tienen una alta correlacin con el desplazamiento,pero no determinan los resultados del mercado laboral. Las distancias entre loslugares de origen y los de destino representan costos de migracin y capturan ladecisin que toman los hogares de migrar a determinadas ciudades.

    Dube y Vargas (2010) encuentran que las fuertes cadas exgenas de los precios delos productos agrcolas intensifican la violencia en las regiones rurales al reducir los

    salarios agrcolas e inducir a los trabajadores a participar en los grupos armados.Si los cambios en los salarios rurales se transmiten a los salarios urbanos, nuestroinstrumento no ser exgeno. Para evitar la especificacin incorrecta de nuestroinstrumento, realizamos varias estimaciones para demostrar que las masacresson exgenas a los ciclos de los mercados econmicos urbanos. Estimamos losefectos de los cambios en los precios internacionales del caf sobre los salariosurbanos y rurales, utilizando los salarios promedio por hora calculados a partir dela ECHentre el 2001 y el 2005. Los resultados muestran una correlacin positiva yestadsticamente significativa entre los salarios rurales por hora y los cambios en

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    los precios internacionales del caf, y un efecto mucho ms bajo y no significativode estos choques de precio sobre los salarios urbanos por hora. De manera similar,estimamos regresiones por municipio del nmero de masacres como funcin delos cambios en el precio internacional del caf y no encontramos ninguna relacinestadsticamente significativa. Los resultados son similares incluso si multiplicamos

    el precio internacional del caf por el nmero de hectreas productoras en cadadepartamento. Todas las estimaciones se presentan en el anexo 1.

    Con base en este instrumento, verificamos si el desplazamiento es endgeno. Losresultados se presentan en la tabla 1. La prueba F para instrumentos excluidosmuestra que los instrumentos predicen muy bien la probabilidad de desplazamiento.Puesto que la primera etapa est sobreidentificada, podemos verificar si se satisfacela restriccin de exclusin. Para todas las restricciones, la prueba de Hansen noes estadsticamente significativa, excepto en el caso de las horas de trabajo delos hombres desplazados. La prueba de Hausman muestra que el desplazamientoforzoso no es endgeno a la situacin laboral en ninguna de las regresiones. Noobstante, no se satisface la restriccin de exclusin para las horas de trabajo de loshombres, por lo cual realizamos pruebas de robustez adicionales. Estimamos pruebasde Hansen separadas para las horas de trabajo de los hombres y encontramos quela restriccin de exclusin no se satisface para la distancia entre el lugar de origen yel de destino. Por lo tanto, como instrumento alternativo utilizamos la proporcin dedesplazados con respecto al total de la poblacin rezagada dos aos. En este caso, larestriccin de exclusin se satisface y de nuevo encontramos que el desplazamientoforzoso es exgeno. Dado que los instrumentos son relevantes y que se satisface larestriccin de exclusin, tenemos buenas razones para no aceptar la endogenidaddel desplazamiento. Por lo tanto, estimamos todas las regresiones para la situacinlaboral sin utilizar instrumentos.

    La otra fuente para medir el poder de negociacin son los datos de la ENDS, querecoge informacin sobre varias variables que sirven como aproximacin tanto delpoder de negociacin en el hogar como de la violencia domstica. Para estimar elimpacto del desplazamiento sobre el poder de negociacin y la violencia domstica,usamos la siguiente forma reducida:

    donde representa el poder de negociacin o la violencia domstica. Comomedidas del poder de negociacin, utilizamos una variable que indica si la esposapaga ms de la mitad de los gastos del hogar. Tambin se emplean variablesque muestran si la esposa tiene la ltima palabra en los asuntos relacionadoscon la salud, las compras de bienes durables las necesidades diarias y el gastoen alimentos. La esposa tiene la ltima palabra cuando ella sola toma la decisindefinitiva. No obstante, los resultados son robustos frente a distintas definiciones.Adems, definimos dos medidas ms estrictas del poder de negociacin: 1. si laesposa tiene la ltima palabra en todas las decisiones del hogar; y 2. un ndice de

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    componentes principales que se construye utilizando cuatro medidas individualesde ltima palabra.

    Existe violencia domstica cuando la esposa ha recibido de su pareja cualquier

    agresin fsica leve o severa. Como la violencia domstica contra las mujeres puedea su vez provocar violencia de la madre contra sus hijos, estimamos adems elimpacto del desplazamiento forzoso sobre los castigos violentos de los padrescontra los hijos. Como controles adicionales , incluimos la edad de cada unode los cnyuges, los aos de educacin de la esposa y de su pareja, un ndice deriqueza estimado utilizando el mtodo de componentes principales, el nmero demiembros del hogar, una variable binaria que indica si hay nios menores de cincoaos en el hogar y un grupo de variables binarias para la duracin del matrimonio.Como control adicional para la violencia domstica, incluimos una variable binariaque toma el valor de 1 cuando el padre maltrata a la madre de la mujer. Esta variablecaptura la propensin a la violencia, pues es ms probable que los individuosque estuvieron ms expuestos a la violencia en su infancia sean violentos en eltrato con sus parejas (Gelles, 1976; Bowlus y Seitz, 2006). Controlamos por lascondiciones laborales de la pareja utilizando una variable binaria que es igual a 1cuando la pareja est empleada en una ocupacin que no requiere calificacin. Laviolencia domstica puede surgir de la frustracin con las condiciones laborales yno necesariamente de los cambios en el poder de negociacin en el hogar. Dadoque el desplazamiento forzoso modifica ambas fuentes de la violencia domstica, elcoeficiente estimado puede estar capturando tambin la frustracin de los hombrescausada por el deterioro de sus condiciones laborales. Tambin controlamos porotras fuentes que pueden fortalecer el poder de negociacin de las mujeres y quetambin son el producto del desplazamiento forzoso; por ejemplo, si el hermano o lahermana del cnyuge migraron con la familia.

    La variable binaria es igual a 1 si el individuo fue desplazado por el conflictoy aes el parmetro de inters. El desplazamiento en este caso es exgeno: loshogares huyen para salvar sus vidas, no para mejorar el poder de negociacin dela mujer en el hogar. Adems, la decisin de escoger una ciudad particular no seexplica por el deseo de cambiar la distribucin del poder en el interior del hogar. Apesar de esto, examinamos formalmente si el desplazamiento es endgeno. Debidoa que la ENDS no recoge informacin sobre el municipio de origen necesitamosutilizar dos instrumentos diferentes: la proporcin de personas desplazadas conrespecto al total de la poblacin en el municipio de destino y el nmero rezagadode vctimas de las masacres en el ao de desplazamiento. Para los hogares no

    desplazados, incluimos el nmero rezagado de vctimas de las masacres en el aodurante el cual se realiz la encuesta. Slo podemos identificar los municipios deorigen de los hogares que migraron dentro del mismo municipio. Para estos hogaresutilizamos, la cifra de las masacres en el municipio de origen. Asimismo, podemosidentificar los departamentos de origen de los hogares que migraron dentro delmismo departamento. En tales casos, utilizamos el nmero de masacres a niveldepartamental. Para los hogares restantes se emplea la cifra nacional. La proporcinde migracin forzosa con un rezago de dos aos, instrumento comn en la literaturasobre migracin, explica la decisin de escoger un municipio particular de destino.

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    Quienes migran pueden elegir lugares de destino en los que se encuentre una grandispora de su propia regin (Altonji y Card, 1989; Card, 1990; Lalonde y Topel,1991). Todas las regresiones se estiman calculando los errores agrupados a niveldepartamental.

    En la tabla 2 presentamos los resultados de la primera etapa para la probabilidad de serdesplazado. Los instrumentos predicen muy bien la probabilidad de desplazamiento,como lo muestra la prueba F. La prueba de Hansen para la restriccin de exclusinno es estadsticamente significativa para todas las regresiones. El desplazamientoforzoso no es endgeno al poder de negociacin ni a la violencia domstica enninguna de las regresiones, salvo en la de compra de bienes durables. Sin embargo,el desplazamiento forzoso no resulta endgeno incluso cuando se utilizan lasdefiniciones ms estrictas depoder de negociacin.Por lo tanto, no instrumentamosel desplazamiento forzoso en las regresiones calculadas a partir de los datos de laENDS.

    Eliminamos de la muestra a quienes migraron por razones econmicas. stos sedesplazan a otras ciudades en busca de mejores oportunidades. La evidenciaemprica muestra que el poder de negociacin de estas mujeres migrantes mejora.Si incluimos a los migrantes en la muestra, los coeficientes del desplazamientopodran resultar sobreestimados. Sin embargo, calculamos la misma regresin paralos migrantes como una prueba de robustez. El propsito de comparar a las personasdesplazadas por la violencia con quienes migran por razones econmicas esestablecer si los impactos son generados por el cambio en el contexto producido porcualquier forma de migracin o si el desplazamiento forzoso causa transformacionesparticulares en el comportamiento dentro de los hogares.

    3.4. Resultados

    Las estadsticas descriptivas que comparan la poblacin desplazada con elgrupo de control se presentan en la tabla 3. Adems de reportar el promedioy la desviacin estndar para los grupos de tratamiento y control, calculamosla diferencia normalizada entre los dos grupos para medir la concurrencia entreellos en algunos aspectos. En general, los hogares desplazados y los rurales sonsimilares. La diferencia estadstica entre los grupos no es significativa y la diferencianormalizada es pequea. No obstante, los hogares desplazados son ms educadosque los rurales, lo que posiblemente refleja la hiptesis de que los hogares con

    mayor riqueza tienden a recibir ms ataques de los grupos armados.

    El desplazamiento parece cambiar significativamente las condiciones laborales de lasmujeres, como se muestra en la tabla 4. Aunque los niveles de empleo son similares,las mujeres desplazadas trabajan ocho horas ms por semana que las mujeresrurales y sus tasas salariales son 1.8 veces ms altas. Por el contrario, los hombresdesplazados estn peor que quienes permanecen en el campo. Las tasas de empleocaen en cinco puntos porcentuales, aunque los que estn empleados trabajan mshoras a la semana y devengan mayores salarios. La primera aproximacin al poder

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    de negociacin, medido como la razn entre el salario de las mujeres y la suma delos salarios de hombres y mujeres, muestra que la contribucin de las mujeres a losingresos del hogar, debido a sus ingresos laborales, aumenta en un 14% despusdel desplazamiento.

    De la ENDS se obtiene informacin ms detallada sobre el poder de negociaciny la violencia domstica. En primer lugar, medimos si las mujeres desplazadascontribuyen ms a los ingresos del hogar. En la encuesta las mujeres responden sisu contribucin a los gastos del hogar es nula, casi nula, menos de la mitad, cercade la mitad, ms de la mitad o si cubren todos los gastos. Construimos una variablebinaria igual a 1 si las contribuciones de la mujer corresponden a ms de la mitad delgasto. En efecto, parece que las mujeres desplazadas contribuyen ms a los gastosdel hogar que las mujeres no desplazadas: el 29.5% de las mujeres desplazadasaportan ms de la mitad de los gastos, mientras que esta cifra es del 15.4% paralas mujeres no desplazadas (ver tabla 5). Despus incluimos informacin acerca desi la esposa tiene la ltima palabra en varios aspectos: salud, compras de bienesdurables, necesidades diarias y gasto en alimentos para consumo. Las mujeresdesplazadas reportan una influencia mayor sobre todas las dimensiones excepto elgasto en alimentos. Cuando se utiliza una medida ms estricta de la influencia sobrelas decisiones del hogar, el 9.7% de las mujeres desplazadas dice tener la ltimapalabra sobre todas los aspectos, en comparacin con un 7.8% de mujeres rurales.De nuevo, la diferencia no es estadsticamente significativa. Por lo tanto, pese alaumento importante de la contribucin de las mujeres desplazadas a los gastos delhogar, no parece haber una mejora de su poder de negociacin.

    Es ms, la violencia domstica ocurre ms en los hogares desplazados. A diferenciade las mujeres rurales, las mujeres desplazadas reportan con mayor frecuenciahaber sido vctimas de violencia emocional (29.3% frente a 26.0%), violencia leve(36.1% frente a 30.8%) y violencia severa (14.9% frente a 9.1%). Las diferenciasson estadsticamente significativas para la violencia emocional y la violencia severa.La propensin a la violencia domstica no parece explicar la mayor frecuencia dela violencia domstica en los hogares desplazados. Mientras que el 32% de lasmujeres rurales reportan que su madre era maltratada por su pareja, esta cifra esdel 29.2% para los hogares desplazados. La violencia domstica contra las mujeresparece generar que castiguen drsticamente a sus hijos, pues la probabilidad de quelos nios desplazados sean castigados violentamente es diez puntos porcentualesms alta.

    Los datos de la tabla 6 confirman las diferencias presentadas en la tabla 3. Laspersonas desplazadas son similares a las del grupo de control: la edad del jefe delhogar y la de su pareja, los tamaos de los hogares y el nmero de hijos menoresde cinco aos son similares. Al igual que con los datos de la ECH, las personasdesplazadas tenan mayores niveles de bienestar y educacin, lo que posiblementeindica que los ataques estn dirigidos a esta clase de personas.

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    La tabla 7 (panel I) presenta los resultados de la estimacin de la probabilidad deseleccin mediante el modelo de Heckman. Los resultados muestran que mientras lascondiciones laborales de las mujeres estn mejorando, las de los hombres se estndeteriorando. Despus de controlar por otras variables, los hombres desplazadostienen una menor probabilidad de estar empleados. Cuando la muestra se restringe

    a las parejas casadas, la desventaja se ampla. Por otra parte, el empleo de lasmujeres aumenta despus del desplazamiento, aunque el efecto no es significativopara las mujeres casadas.

    El impacto del desplazamiento en las tasas salariales vara segn el estadocivil y el sexo. La tabla 7 (panel II) muestra que el coeficiente estimado para loshombres y mujeres desplazados es positivo y estadsticamente significativo, loque implica que hay mayores tasas salariales despus del desplazamiento. Noobstante, la significancia estadstica del coeficiente estimado desaparece despusde restringir la muestra a los hombres casados. Los salarios aumentan para lasmujeres desplazadas, aunque el coeficiente es menor para las mujeres casadas ysignificativo al 10% nicamente.

    La tabla 7 (panel III) presenta los resultados de las estimaciones para el nmerode horas de trabajo por semana segn el sexo. Antes de restringir la muestra a lasparejas casadas, el nmero de horas de trabajo por semana es mayor para ambosgrupos de la poblacin desplazada. Sin embargo, cuando estimamos la regresinnicamente para las parejas casadas, el coeficiente estimado para los hombresdesplazados pierde su significancia estadstica, mientras que para las mujeresdesplazadas el coeficiente es positivo y estadsticamente significativo. La drsticacada del ingreso generada por la migracin forzosa y las dificultades a las quese enfrenta cada uno de los cnyuges al buscar trabajo en los lugares de destinopueden inducir a las mujeres a aumentar sus horas de trabajo, incluso cuando lossalarios permanecen relativamente iguales. Antes del desplazamiento, la contribucinde las mujeres desplazadas a los ingresos del hogar era baja, pues dedicaban sutiempo principalmente a los quehaceres domsticos. Despus del desplazamiento,el ingreso devengado por las mujeres aument a causa del incremento en las horasde trabajo pero con salarios constantes.

    Es probable que aumenten las contribuciones de las mujeres a los ingresos delhogar, pues las mujeres desplazadas trabajan ms horas que las que viven en lasregiones rurales. No obstante, al aumentar su contribucin no necesariamente sefortalece su poder de negociacin. Si el aumento se explica principalmente por elincremento en las horas de trabajo y no por unos salarios mayores, el poder denegociacin podra mantenerse igual. Utilizamos la razn entre los salarios de lasmujeres y los salarios totales del hogar como primera aproximacin al poder denegociacin. Los resultados se presentan en la tabla 10 (panel IV). El coeficienteestimado para las mujeres desplazadas es positivo y estadsticamente significativo.Tan pronto incluimos los efectos fijos y las variables binarias de ao desaparecesu significancia estadstica. Pese a los cambios importantes en las condicioneslaborales de las mujeres generados por el desplazamiento forzoso, su poder denegociacin aparentemente no ha cambiado.

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    Como prueba de robustez estimamos la misma regresin para quienes migran delas zonas rurales a las urbanas por razones econmicas. Nuestros resultados en latabla 8 muestran que los salarios de estas personas aumentan, tanto hombres comomujeres. El nmero de horas de trabajo es mayor para los hombres y la medidabsica del poder de negociacin es significativamente ms alta. Por lo tanto, el

    desplazamiento forzoso y la migracin por razones econmicas tienen un impactodiferente sobre la situacin laboral de los migrantes. Sin embargo, este resultadodebe interpretarse con cautela. Como la migracin por razones econmicas esendgena a las condiciones laborales, los coeficientes estimados podran estarsesgados.

    Nuestros resultados estimados a partir de la ECHindican un cambio significativo enlas condiciones laborales de las mujeres desplazadas. A diferencia de las mujeresrurales, las mujeres desplazadas participan en mayor grado en los mercadoslaborales y trabajan un mayor nmero de horas por semana: 7.3 horas ms porsemana, lo que equivale a un incremento del 22% con respecto al grupo de control.Al mismo tiempo, la situacin de los hombres desplazados empeora, pues tienen unamenor probabilidad de estar empleados, reciben salarios similares a los que tenanantes del desplazamiento y no trabajan horas adicionales. El empleo de los hombrescasados cae en un 8.2% a causa del desplazamiento. Pese a estos cambios en lascondiciones laborales de las mujeres desplazadas, la primera aproximacin a lamedicin del poder de negociacin no muestra una diferencia significativa entre lasmujeres que viven en las regiones rurales y las desplazadas por la violencia.

    La contribucin de las esposas a los gastos del hogar se examina de nuevo en latabla 9 utilizando la medida construida a partir de la ENDS. Las esposas desplazadastienen una mayor probabilidad de contribuir a ms de la mitad de los gastos delhogar. Los resultados son robustos a diferentes especificaciones. La columna 1muestra los coeficientes estimados para las regresiones en las que no se utilizanvariables de control. La probabilidad de contribuir a ms de la mitad de los gastos delhogar es 10% mayor para las mujeres desplazadas. Cuando se incluyen todos loscontroles el coeficiente se reduce a 8.1%, como se observa en la columna 5. En lacolumna 6 se controla por las condiciones laborales de los maridos y la presencia deuna red de apoyo para las mujeres desplazadas. La primera variable busca capturarlas precarias condiciones laborales del compaero, mientras que la segundacontrola por el papel protector de las redes sociales que podra fortalecer el poderde negociacin de las mujeres. Despus de incluir ambos controles, el coeficientese reduce a 6.3%. Por lo tanto, despus del desplazamiento las mujeres aumentan

    su contribucin a los ingresos del hogar en un 41% con respecto al grupo de control.

    El aumento en la contribucin de las mujeres a los gastos del hogar no se traduce enun mayor poder de negociacin en el hogar. La tabla 10 muestra los resultados acercade si las mujeres tienen la ltima palaba sobre algunas decisiones con respecto alo siguiente: salud, compras de bienes durables, gastos en necesidades cotidianasy compra de alimentos. Adems, presentamos los resultados para medidas msestrictas del poder de negociacin: si la mujer tiene la ltima palabra en todas

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    las decisiones y un ndice de componentes principales construido a partir de lascuatro preguntas. Como los coeficientes estimados son robustos a las diferentesespecificaciones, slo reportamos los resultados de las estimaciones en las que seincluyen todos los controles. Los coeficientes estimados para la variable binaria dedesplazamiento no son estadsticamente significativos para todas las medidas del

    poder de negociacin. Por lo tanto, aunque las mujeres desplazadas tienen una granproporcin de los ingresos del hogar, su poder de negociacin en el hogar siguesiendo el mismo.

    Adems, las mujeres desplazadas estn expuestas a un mayor riesgo de experimentarviolencia domstica. Las tablas 11 y 12 presentan los resultados de las estimacionespara las variables que indican si las mujeres experimentan alguna forma de violencialeve o severa, respectivamente, por parte de sus parejas. Los coeficientes estimadoscon base en los controles tradicionales son semejantes a los de otros estudios.Es ms probable que exista violencia domstica en los hogares donde el esposoy la esposa son menos educados, ms jvenes y criados en hogares violentos.El desplazamiento forzoso incrementa la incidencia de la violencia domstica leve.Cuando no se incluye ningn control el coeficiente estimado es 0.058. Despus deincluirlos, el coeficiente aumenta en magnitud y una mujer desplazada tiene unaprobabilidad 6.6% mayor de experimentar una violencia menos severa a manos desu pareja. Esto es un incremento del 21% en la violencia domstica menos severacon respecto al grupo de control. Es ms, las mujeres desplazadas tienen unamayor probabilidad de ser vctimas de violencia domstica severa. La probabilidadde que una mujer desplazada experimente violencia domstica severa a manos desu pareja es 5.9% mayor, lo que equivale a un incremento del 65% en la violenciadomstica severa con respecto al grupo de control. El resultado se mantiene despusde controlar por la ocupacin de la pareja. Es interesante que la migracin de los

    hermanos o hermanas, variable aproximativa de la red social de la mujer, funcionacomo mecanismo de proteccin y reduce significativamente la violencia domstica.De hecho, la presencia de miembros de la familia parece compensar el efecto deldesplazamiento forzoso. No obstante, el coeficiente es significativo slo al 10%.

    Como se discuti en las secciones anteriores, dos factores pueden estar produciendoel surgimiento sbito de la violencia domstica en las familias desplazadas. Enprimer lugar, la violencia soportada justo antes de migrar puede generar sndromepostraumtico que puede producir una escalada de comportamientos agresivoscontra otros miembros de la familia. En segundo lugar, la frustracin masculinagenerada por el desempleo, las mejores condiciones laborales de la mujer y los

    desafos que representan para los roles tradicionales de gnero pueden fomentar laviolencia domstica en la medida en que los hombres intentan desahogar el estrsy aumentar su control. Idealmente, con el propsito de discernir ambos canales,deberamos incluir una variable que capture el proceso de victimizacin al quese enfrentaron los hogares antes del desplazamiento. Esta variable capturara elefecto del trauma de haber tenido que soportar la violencia sobre la incidenciade la violencia domstica. Una alternativa consistira en introducir un trmino deinteraccin entre la variable binaria de desplazamiento y la variable que indica si elhombre est empleado en una ocupacin que no requiere calificacin. El trmino de

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    interaccin puede capturar la frustracin masculina por las condiciones laboralesprecarias. Estos resultados se presentan en la tabla 13. El trauma producido porla violencia, y no la necesidad de desahogar el estrs, parece ser lo que explica laescalada de violencia domstica despus del desplazamiento forzoso.

    La mayor incidencia de la violencia domstica entre los hogares desplazados puedeestar presente antes del desplazamiento y simplemente haber persistido despusde la migracin. No obstante, no tenemos informacin acerca de la incidencia dela violencia domstica entre las familias desplazadas antes de la migracin. Paraexplorar esta posibilidad, estimamos si la probabilidad de que las madres de lasmujeres hayan sido vctimas de la violencia domstica es sistemticamente mayoren el caso de las mujeres desplazadas. Si el efecto es positivo y significativo, podradecirse que nuestros resultados se explican por la persistencia de la violenciadomstica y que no necesariamente surgieron como resultado del desplazamientoforzoso. Los resultados de la tabla 14 muestran que ste no es el caso. El coeficientepara el desplazamiento forzoso es negativo y significativo, lo que muestra quelas mujeres desplazadas crecieron en familias con menor incidencia de violenciadomstica.

    La escalada de violencia domstica contra las mujeres parece inducir a las madresa castigar violentamente a sus hijos. La tabla 15 presenta los resultados acercade si los nios fueron castigados violentamente por sus padres. Mientras que laprobabilidad de que un padre desplazado castigue violentamente a sus hijos noes mayor, la probabilidad de que las madres lo hagan aumenta en un 6.6%. Estoequivale a un incremento del 9.3% en el castigo violento con respecto al grupo decontrol. El aumento de los castigos violentos a los nios puede ser resultado deldesplazamiento forzoso y de los eventos traumticos a los que se enfrentan lasfamilias como consecuencia de ste o de la frustracin creciente de las madres queson victimizadas por sus parejas.

    Para explorar esto an ms, estimamos regresiones separadas para las mujeresque trabajan y las que no trabajan. Si el castigo violento a manos de la madreocurre en un hogar donde la mujer no est empleada, las causas podran estar enel estrs postraumtico generado por la violencia que en ltima instancia produjoel desplazamiento. Como lo indica la tabla 16, el castigo violento a manos de lasmadres desplazadas se presenta en los hogares donde las mujeres no estnempleadas. Por el contrario, el coeficiente no es estadsticamente significativo paralas madres empleadas. Por lo tanto, la violencia contra los hijos posiblemente esuna consecuencia del trauma ocasionado por la violencia que produce el conflictoy no por la necesidad de los hombres de desahogar su estrs. Esto corrobora losresultados de la tabla 13. Sin embargo, el empleo puede proteger a las mujeres deuna mayor incidencia de la violencia domstica al reducir el nmero de horas quepasan con sus parejas.

    La mayor incidencia de la violencia domstica en los hogares desplazados puedecapturar su mayor disponibilidad a reportar este fenmeno. En las regiones urbanas

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    los roles de gnero son menos tradicionales y las campaas pblicas contra laviolencia domstica pueden motivar a las mujeres a reportar en mayor grado suincidencia. Para explorar esta posibilidad, estimamos la probabilidad de que unamujer vctima de la violencia domstica busque apoyo formal o informal despusdel evento. La tabla 17 muestra que los coeficientes estimados de la variable binaria

    de desplazamiento no son estadsticamente significativos, lo que confirma que lasmujeres desplazadas tienen efectivamente una mayor probabilidad de sufrir violenciadomstica.

    Realizamos dos pruebas adicionales de robustez. En primer lugar, estimamos lasmismas regresiones para quienes migraron de las regiones rurales por razoneseconmicas. Los resultados de la tabla 18 muestran un panorama diferente. Lasmujeres migrantes no tienen una mayor probabilidad de contribuir a ms de lamitad de los gastos del hogar. El poder de negociacin de las mujeres en cadadimensin no es mayor en comparacin con el grupo de control, aunque la medidams estricta del poder de negociacin, que utiliza componentes principales, muestraun efecto positivo y estadsticamente significativo para quienes migran por razoneseconmicas. La violencia domstica es mayor, aunque el coeficiente es mucho mspequeo que para las mujeres desplazadas, y los castigos violentos contra los niosentre quienes migran por razones econmicas no ocurren con mayor frecuencia.

    En segundo lugar, estimamos todas las regresiones para la muestra de hogaresrurales de los municipios desde los que migran las personas desplazadas. Losresultados son semejantes a los obtenidos para la muestra completa. Aunqueeliminamos muchas observaciones de la muestra de la ENDS, los resultadosprincipales se mantienen: el poder de negociacin de las mujeres permanece intactomientras que la violencia severa aumenta. En efecto, el coeficiente de la violenciasevera es muy similar al coeficiente estimado para la violencia severa utilizando lamuestra completa.

    Con base en datos sobre la situacin laboral y el poder de negociacin, podemosobservar el panorama general del impacto del desplazamiento forzoso sobre laparticipacin en el mercado laboral, los cambios en el poder de negociacin enel hogar y la violencia domstica. La versin optimista segn la cual el conflictoempodera a las mujeres es menos clara de lo que se haba presentado hasta ahora.El ingreso laboral femenino se expande como respuesta a las cadas en el ingresodel hogar y a la apretada situacin de los mercados laborales de sus parejas. Noobstante, la participacin de las mujeres en los ingresos del hogar aumenta y seexplica por el incremento en las horas de trabajo. Como lo predicen algunos modeloseconmicos, los salarios, y no los ingresos, mejoran el punto de amenaza y, porlo tanto, la capacidad de las mujeres de apropiarse de una mayor proporcin delos excedentes del hogar. Como resultado, el poder de negociacin de las mujeresen los hogares desplazados permanece intacto, se produce una escalada deviolencia domstica contra las mujeres y los nios tienen una mayor probabilidadde ser castigados violentamente por sus madres. La frustracin de los espososgenerada por las difciles condiciones laborales, los eventos traumticos anteriores

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    al desplazamiento, la creciente participacin de las mujeres en el mercado laboraly los desafos a los roles tradicionales de gnero pueden ser la causa de estaescalada de violencia. Puesto que no observamos a las mujeres desplazadas quese separaron de sus parejas a causa de la violencia domstica, podramos estarsubestimando el impacto del desplazamiento sobre el poder de negociacin de las

    mujeres y sobreestimando el coeficiente de la violencia domstica.

    4. Conclusin

    El conflicto interno obliga a un gran nmero de personas a huir para buscar refugiocontra las agresiones de los grupos armados. El desplazamiento forzoso a menudoest acompaado de prdidas de activos, drsticas cadas del ingreso y undeterioro de las condiciones laborales. Los cambios en las condiciones laboralesson heterogneos para las mujeres y los hombres desplazados. Los hombres tienenexperiencia laboral principalmente en las actividades agrcolas, algo que rara vez

    es demandado en los mercados laborales urbanos, mientras que las habilidades delas mujeres son ms afines a las ocupaciones urbanas. El propsito de este artculoes examinar el impacto del desplazamiento forzoso sobre la participacin laboralfemenina, la distribucin del poder en el hogar y la violencia domstica.

    Encontramos que las contribuciones de las mujeres a los ingresos de los hogaresaumentan en el caso de las parejas casadas o que viven en unin de hecho. Adiferencia del grupo de control las mujeres trabajadoras de las regiones ruraleslas mujeres desplazadas trabajan ms horas, aunque los tipos de empleo no sonestadsticamente diferentes de los del grupo de control. Por otra parte, los hombresdesplazados participan en menor grado y tienen salarios y horas de trabajo similares.

    Pese al incremento en sus contribuciones a los ingresos del hogar, el poder denegociacin permanece intacto despus del desplazamiento. Adems, la violenciadomstica de la madre contra los hijos aumenta, tendencia preocupante que puedecontribuir a la transmisin de la violencia domstica de generacin en generacin.

    Tres factores complementarios pueden explicar estos resultados. En primer lugar,el aumento de las contribuciones de las mujeres desplazadas a los ingresos delhogar parece explicarse por un aumento en la jornada de trabajo, lo que implica unacada de su tiempo de ocio. En segundo lugar, los bajos ingresos de los hogaresdesplazados y la dificultad de depender de las redes sociales en una ciudad nuevay desconocida para ellos puede restringir la posibilidad de que se disuelva el

    matrimonio. Por lo tanto, el mejoramiento de las condiciones de trabajo produce unaumento de las horas de trabajo, mientras que el poder de negociacin permanececonstante y la violencia domstica crece. En tercer lugar, al desplazamiento forzosolo preceden eventos traumticos como masacres, homicidios selectivos, abusossexuales y amenazas directas, entre otros. El ser vctima de tales eventos puedeproducir ira, frustracin y sndrome postraumtico, lo que puede llegar a generar lascondiciones para que se produzca una escalada de violencia domstica.

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    La creciente participacin laboral de las mujeres, acompaada de una escalada deviolencia domstica, puede aumentar los costos del conflicto. La participacin de lasmujeres desplazadas en la fuerza laboral femenina no parece estar fortaleciendosu poder de negociacin. Adems, la prevalencia de la violencia domstica puedeimplicar la transmisin intergeneracional de la violencia. Las polticas dirigidas a

    aumentar el poder de negociacin de las mujeres, como la provisin directa desubsidios y el diseo de programas especiales de educacin, y el ofrecimiento deasistencia sicolgica a las familias desplazadas pueden ayudar a las vctimas delconflicto a salir del crculo vicioso de violencia en el que se encuentran inmersas.

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    Tabla11.

    Violenciadomstica(=1silasmuje

    resexperimentanformasmenosseverasdeviolenciaamanosde

    supareja

    ).Modelodeprobabilidadlineal

    Mujerescasadas

    Variables

    (

    1)

    (2)

    (3)

    (4)

    (5)

    =1siesunapers

    onadesplazada

    0.0

    58*

    0.0

    64*

    0.0

    55*

    0.0

    46+

    0.0

    66*

    [0.026]

    [0.0

    25]

    [0.0

    26]

    [0.0

    24]

    [0.0

    24]

    =1sielpadrealg

    unavezagredialamadre

    0.1

    54**

    [0.0

    10]

    =1silaparejaes

    untrabajadornocalificado

    -0.0

    16

    [0.0

    17]

    =1simigrconloshermanos

    -0.1

    32+

    [0.0

    77]

    Observaciones

    13,0

    59

    12,831

    12,831

    12,831

    12,816

    R2

    0.002

    0.0

    07

    0.0

    18

    0.0

    44

    0.0

    68

    Efectosfijosded

    epartamento

    N

    o

    No

    No

    Yes

    Yes

    Variablesbinariasdeao

    Y

    es

    Yes

    Yes

    Yes

    Yes

    Controlesdeduracindelmatrimonio

    N

    o

    No

    Yes

    Yes

    Yes

    Erroresestndaragrupadospordepartamentoentrecorchetes,

    **p