material de lectura - filosofía política

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UNIVERSIDAD NACIONAL DEL NORDESTE Facultad de Humanidades Selección de textos Cátedra: Filosofía Política Profesora Adjunta: Alejandra de las Mercedes Fernández Adscripto: Lic. Iván Vanioff Año: 2014 Tema: Cuerpos, tensiones y fuerzas. La dinámica vital nietzscheana según Gilles Deleuze. Selección de textos: DELEUZE, Gilles. Nietzsche y la Filosofía. Trad. Carmen Artal. Anagrama, Barcelona, pp. 59-64. 1. El cuerpo [59] Spinoza abría a las ciencias y a la filosofia un nuevo camino: ni siquiera sabemos lo que puede un cuerpo, decía: hablamos de la conciencia, y del espíritu, charlamos sobre todo esto, pero no sabemos de que es capaz un cuerpo, ni cuales son sus fuerzas ni que preparan II1 1. Nietzsche sabe que ha llegado la hora: Nos hallamos en una fase en que lo consciente se hace modestoII1 2. Llamar a la conciencia a la necesaria modestia, es tomarla por lo que es: un síntoma, nada mas que el síntoma de una transformación mas profunda y de la actividad de unas fuerzas que no tienen nada que ver con lo espiritual. Quizás cualquier desarrollo del espíritu se reduce únicamente al cuerpo.Que es la conciencia? Al igual que Freud, Nietzsche piensa que la conciencia es la región del yo afectada por el mundo exterior II1 3. De cualquier modo, la conciencia mas que definirse en relación a la exterioridad, en términos de real, se define en relación a la superioridad, en términos

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Lectura Filosofía Política

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Page 1: Material de Lectura - Filosofía Política

UNIVERSIDAD NACIONAL DEL NORDESTEFacultad de Humanidades

Selección de textosCátedra: Filosofía PolíticaProfesora Adjunta: Alejandra de las Mercedes FernándezAdscripto: Lic. Iván VanioffAño: 2014

Tema: Cuerpos, tensiones y fuerzas. La dinámica vital nietzscheana según Gilles Deleuze.

Selección de textos:DELEUZE, Gilles. Nietzsche y la Filosofía. Trad. Carmen Artal. Anagrama, Barcelona, pp. 59-64.

1. El cuerpo[59] Spinoza abría a las ciencias y a la filosofia un nuevo camino: ni siquiera sabemos lo que puede un cuerpo, decía: hablamos de la conciencia, y del espíritu, charlamos sobre todo esto, pero no sabemos de que es capaz un cuerpo, ni cuales son sus fuerzas ni que preparan II1 1. Nietzsche sabe que ha llegado la hora: ≪Nos hallamos en una fase en que lo consciente se hace modesto≫ II1 2. Llamar a la conciencia a la necesaria modestia, es tomarla por lo que es: un síntoma, nada mas que el síntoma de una transformación mas profunda y de la actividad de unas fuerzas que no tienen nada que ver con lo espiritual. ≪Quizás cualquier desarrollo del espíritu se reduce únicamente al cuerpo≫ .Que es la conciencia? Al igual que Freud, Nietzsche piensa que la conciencia es la región del yo afectada por el mundo exterior II1 3. De cualquier modo, la conciencia mas que definirse en relación a la exterioridad, en términos de real, se define en relación a la superioridad, en términos de valores. [60] Esta diferencia es esencial en una concepción general del consciente y del inconsciente. En Nietzsche, la conciencia es siempre conciencia de un inferior en relación al superior, al cual se subordina o se ≪incorpora≫. La conciencia no es nunca conciencia de si mismo, sino la conciencia de un yo en relación a ello (yo de otro), este ultimo no consciente. No es conciencia del señor sino conciencia de un esclavo en relación a un señor que no se preocupa de ser consciente. ≪Habitualmente la conciencia solo aparece cuando un todo quiere subordinarse a un todo superior... La conciencia nace en relación a un ser superior, al cual se subordina o se ≪incorpora≫. La conciencia: testimonia únicamente ≪la formación de un cuerpo superior≫. .Que es el cuerpo? Solemos definirlo diciendo que es un campo de fuerzas, un medio nutritivo disputado por una pluralidad de fuerzas. Porque, de hecho, no hay ≪medio≫, no hay campo de fuerzas o de batalla. No hay cantidad de realidad, cualquier realidad ya es cantidad de fuerza. Únicamente cantidades de fuerza, ≪en relación de tensión≫ unas con otras II1 5. Cualquier fuerza se halla en relación con otras, para obedecer o para mandar. Lo que define a un cuerpo es esta relación entre fuerzas dominantes y fuerzas dominadas. Cualquier relación de fuerzas constituye un cuerpo: químico, biológico, social, político. Dos fuerzas cualesquiera, desiguales,

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constituyen un cuerpo a partir del momento en que entran en relación: por eso el cuerpo es siempre fruto del azar, en el sentido nietzscheano, y aparece siempre como la cosa mas ≪sorprendente≫, mucho mas sorprendente realmente que la conciencia y el espíritu II1 6. Pero el azar, relación de la fuerza con la fuerza, es también la esencia de la fuerza; no nos preguntaremos, pues, como nace un cuerpo vivo, ya que todo cuerpo es viviente como producto ≪arbitrario≫ de las fuerzas que lo componen II1 7. [61] El cuerpo es un fenómeno múltiple, al estar compuesto por una pluralidad de fuerzas irreductibles; su unidad es la de un fenómeno múltiple, ≪unidad de dominación≫. En un cuerpo, las fuerzas dominantes o superiores se llaman activas, las fuerzas inferiores o dominadas, reactivas. Activo y reactivo so1n precisamente las cualidades originales, que expresan la relación de la fuerza con la fuerza. Porque las fuerzas que entran en relación no poseen una cantidad, sin que al mismo tiempo cada una deje de tener la calidad que corresponde a su diferencia de cantidad como tal. Se llamara jerarquía a esta diferencia de las fuerzas cualificadas, conforme a su cantidad: fuerzas activas y reactivas.

2. La distinción de fuerzasAl obedecer, las fuerzas inferiores no dejan de ser fuerzas, distintas de las que mandan. Obedecer es una cualidad de la fuerza como tal, y se relaciona con el poder igual que mandar: «Ninguna fuerza renuncia a su propio poder. De la misma manera que el mando supone una concesión, se admite que la fuerza absoluta del adversario no es vencida, asimilada, disuelta. Obedecer y mandar son las dos formas de un torneo» II2 1. Las fuerzas inferiores se definen como reactivas: no pierden nada de su fuerza, de su cantidad de fuerza, la ejercen asegurando los mecanismos y las finalidades, ocupándose de las condiciones de vida y de las funciones, las tareas de conservación, de adaptación y de utilidad. Este es el punto de partida del concepto de reacción, cuya importancia en Nietzsche veremos más adelante: los acoplamientos mecánicos y utilitarios, las regulaciones que expresan todo el poder de las fuerzas inferiores y dominadas. Pues debemos constatar el gusto inmoderado del pensamiento moderno por este aspecto reactivo de las fuerzas. [62] Se cree siempre haber hecho bastante cuando se comprende el organismo a partir de fuerzas reactivas. La naturaleza de las fuerzas reactivas y su agitación nos fascinan. De este modo, en la teoría de la vida, mecanismo y finalidad se oponen; pero son dos interpretaciones que sirven únicamente para las propias fuerzas reactivas. Es cierto que al menos comprendemos el organismo a partir de fuerzas. Pero también es cierto que no podemos considerar las fuerzas reactivas como lo que son, es decir como fuerzas y no como mecanismos o finalidades, más que relacionándolas con aquélla que las domina y que no es reactiva. «No se quiere ver la preminencia fundamental de unas fuerzas de comportamiento espontáneo, agresivo, conquistador, usurpador, transformador y que proporcionan incesantemente nuevas direcciones, estando la adaptación inicialmente sometida a su influencia; de este modo se niega la soberanía de las funciones más nobles del organismo» II2 2. Indudablemente caracterizar a estas fuerzas activas es más difícil. Ya que, por naturaleza, escapan a la conciencia: «La gran

1II1 1. Spinoza, Ética, III, 2 sc. ≪Ya he demostrado que no se sabe lo que puede el cuerpo o lo que se puede deducir de la única consideración de su naturaleza, y que por experiencia se comprueba que de las leyes de la naturaleza proceden un gran numero de cosas que jamás se habría creído que se pudiesen producir, sino bajo la dirección del espíritu...≫II1 2. VP, II, 261.II1 3. VP, II, 253; GS, 357.II1 4. VP, II, 227.II1 5. VP, II, 373.

II1 6. VP, lI, 173: ≪El cuerpo humano es un pensamiento mas sorprendente que el alma de antaño≫; II, 226: ≪Lo que es mas sorprendente, es mas bien el cuerpo; no nos cansamos de maravillarnos ante la idea de que el cuerpo humano se ha hecho posible≫.II1 7. Sobre el falso problema de un comienzo de la vida: VP, II, 66 y 68. Sobre el papel del azar: VP,II, 25 y 334.

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actividad principal es inconsciente» II2 3. La conciencia expresa solamente la relación de algunas fuerzas reactivas con las fuerzas activas que las dominan. La conciencia es esencialmente reactiva II2 4; por eso no sabemos lo que puede un cuerpo, de qué actividad es capaz. Y lo que decimos de la conciencia debemos también decirlo de la memoria y del hábito. Aún más: debemos decirlo incluso de la nutrición, de la reproducción, de la conservación, de la adaptación. Son funciones reactivas, especializaciones reactivas, expresiones de tales o tales fuerzas reactivas II2 5. Es inevitable que la conciencia vea al organismo desde su punto de vista y lo entienda a su manera, es decir, de manera reactiva. A veces la ciencia sigue los caminos de la conciencia, siempre apoyándose en otras fuerzas reactivas: el organismo siempre visto por el lado pequeño, por el lado de sus reacciones. Según Nietzsche el problema del organismo no tiene que debatirse entre el mecanismo y el vitalismo. [63] ¿Qué vale el vitalismo mientras cree descubrir lo específico de la vida en las fuerzas reactivas, las mismas que el mecanismo interpreta diversamente? El verdadero problema es el descubrimiento de las fuerzas activas, sin las que las propias reacciones no serían fuerzas II2 6. La actividad de las fuerzas necesariamente inconsciente, esto es lo que hace del cuerpo algo superior a cualquier reacción, y en particular a esta reacción del yo llamada conciencia: «Todo el fenómeno del cuerpo, desde el punto de vista intelectual, es tan superior a nuestra conciencia, a nuestro espíritu, a nuestras maneras conscientes de pensar, de sentir y de querer, como el álgebra es superior a la tabla de multiplicar» II2 7. Las fuerzas activas del cuerpo, he aquí lo que hace del cuerpo un «sí mismo» y lo que define a este «sí mismo» como superior y sorprendente: «Un ser más poderoso, un sabio desconocido - que tiene por nombre "sí mismo". Vive en tu cuerpo, es tu cuerpo» II2 8. La verdadera ciencia es la de la actividad, pero la ciencia de la actividad es también la ciencia del inconsciente necesario. La idea de que la ciencia debe ir al mismo paso y en la misma dirección que la conciencia, es absurda. Se percibe en esta idea la presencia de la moral. De hecho sólo hay ciencia donde no hay conciencia y no puede haberla. «¿Qué es lo que es activo? Tender al poder» II2 9. Apropiarse, apoderarse, subyugar, dominar, son los rasgos de la fuerza activa. Apropiarse quiere decir imponer formas, crear formas explotando las circunstancias II2 10 . Nietzsche critica a Darwin porque interpreta la evolución, e incluso el azar en la evolución, de una manera completamente reactiva. [64] Admira a Lamarck porque Lamarck presintió la existencia de una fuerza plástica verdaderamente activa, inicial en relación a las adaptaciones: una fuerza de metamorfosis. Se halla en Nietzsche como en la energética, donde se llama «noble» a la energía capaz de transformarse. El poder de transformación, el poder dionisíaco, es la primera definición de la actividad. Pero cada vez que señalamos así la nobleza de la acción y su superioridad frente a la reacción, no debemos olvidar que la reacción designa un tipo de fuerzas del mismo modo que la acción: sencillamente, las reacciones no pueden captarse, ni comprenderse científicamente como fuerzas, si no las relacionamos con las fuerzas superiores que son precisamente de otro tipo. Reactivo es una cualidad original de la fuerza, pero que sólo puede ser interpretada como tal en relación con lo activo, a partir de lo activo. 2

2II2 1. VP, II, 91.II2 2. GM, I, 12.II2 3. VP, II, 227.II2 4. GS, 354.II2 5. VP, II, 43, 45, 187, 390.II2 6. El pluralismo de Nietzsche halla aquí su originalidad. En su concepción del organismo, va más allá de la pluralidad de fuerzas constitutivas. Lo que le interesa es la diversidad de las fuerzas activas y reactivas, la búsqueda de las propias fuerzas activas. Compárese con el admirable pluralismo de Butler, pero que se contenta con la memoria y el hábito. II2 7. VP, II, 226.II2 8. Z, I, «Sobre los contentadores del cuerpo».II2 9. VP, II, 43.II2 10. BM, 259 y VP, II, 63.