mariologia curso.docx

146
DIÓCESIS DE SANTO DOMINGO EN ECUADOR SEMINARIO MAYOR “SAN PEDRO” ESCUELA DE TEOLOGÍA MARIOLOGÍA P. Carlos Armijos ____________ PLAN DEL CURSO - Introducción Primera parte: María en La Sagrada Escritura PREPARACIÓN DEL MISTERIO DE MARÍA - La vocación en el AT - La vocación de algunas mujeres en Israel “HE AQUÍ LA SIERVA DEL SEÑOR” (Lc 1,38) - Continuidad con el AT - La Visita del Ángel Gabriel “HA HECHO EN MÍ OBRAS GRANDES” (Lc 1,49) - “Mi alma glorifica al Señor” - Jesús y María unidos en el evangelio “HE AHÍ A TU MADRE” (Jn 19,27) - María en el contexto de la teología San Juan MARÍA Y LAS DIOSAS EN EL MUNDO RELIGIOSO DE ASIA MENOR Segunda Parte: María en la Historia de la Iglesia - La tradición apostólica - En la teología patrística - Los Dogmas Marianos Tercera Parte: María y la Iglesia peregrina - La maternidad espiritual de María - La devoción a María - Las Advocaciones - Las Apariciones Anexos: - Anexo 1. María en los principales documentos de la Iglesia Latinoamericana - Anexo 2. El culto a María; Principales Santuarios y Advocaciones de María en la Iglesia Latinoamericana Conclusión 1

Upload: reeframocu

Post on 09-Nov-2015

229 views

Category:

Documents


5 download

TRANSCRIPT

DICESIS DE SANTO DOMINGO EN ECUADORSEMINARIO MAYOR SAN PEDROESCUELA DE TEOLOGA

MARIOLOGAP. Carlos Armijos____________

PLAN DEL CURSO

Introduccin

Primera parte: Mara en La Sagrada Escritura

PREPARACIN DEL MISTERIO DE MARA

La vocacin en el AT La vocacin de algunas mujeres en Israel

HE AQU LA SIERVA DEL SEOR (Lc 1,38)

Continuidad con el AT La Visita del ngel Gabriel

HA HECHO EN M OBRAS GRANDES (Lc 1,49)

Mi alma glorifica al Seor Jess y Mara unidos en el evangelio

HE AH A TU MADRE (Jn 19,27)

Mara en el contexto de la teologa San Juan

MARA Y LAS DIOSAS EN EL MUNDO RELIGIOSO DE ASIA MENOR

Segunda Parte: Mara en la Historia de la Iglesia

La tradicin apostlica En la teologa patrstica Los Dogmas Marianos

Tercera Parte: Mara y la Iglesia peregrina

La maternidad espiritual de Mara La devocin a Mara Las Advocaciones Las Apariciones

Anexos: Anexo 1. Mara en los principales documentos de la Iglesia Latinoamericana Anexo 2. El culto a Mara; Principales Santuarios y Advocaciones de Mara en la Iglesia Latinoamericana

Conclusin

Bibliografa

BURGEOIS Henri, SESBO Bernard y TIHON Paul, LOS Signos de la Salvacin, tomo III, Secretariado Trinitario, 1996. CELAM, Mara evangelizada y evangelizadora, Coleccin de textos bsicos para seminarios latinoamericanos, Bogot, 2003. GARCA PAREDES Jos, Mariologa, BAC, Madrid, 1995. JUAN PABLO II, Redemptoris Mater, 1987. MLLER Gerhard, Qu significa Mara para nosotros los cristianos?, Ediciones Palabra, Madrid, 2001. ROYO MARN Antonio, La Virgen Mara, teologa y espiritualidad marianas, Madrid, 1996.

Justificacin. Mara es un personaje que rebasa su tiempo histrico, y todo lo que se pueda decir de ella en la Biblia, no es todo lo que en verdad se pueda decir. Generaciones tras generaciones de creyentes, han ido acogindola como suya, en su mundo interior Abordamos, pues, este estudio sobre Mara, Madre del Salvador, como el miembro ms eminente de la Iglesia, en su estrecha relacin con Cristo, su Hijo. Despus de exponer el papel importante de la afectividad religiosa que ella despierta y las muchas devociones que caracterizan su culto pblico, nos esforzaremos por desarrollar la doctrina autntica de la Iglesia a lo largo de los siglos.

Introduccin

Muchas veces se ha exagerado los privilegios de Mara, y se desbordaron los argumentos teolgicos en la Iglesia y muy particularmente en nuestra Amrica Latina, continente profundamente mariano. Muchos autores han querido deducir los privilegios de Mara por la razn lgica, y con frecuencia se han excedido (dando origen a lo que se ha dado en llamar maximalismo mariano), al no advertir suficientemente que cada uno de ellos es gracia. Por ejemplo, no es lcito deducir de la inmaculada concepcin, el derecho de Mara a la inmortalidad. No obstante, tambin podramos pecar por defecto, es decir, hay quienes (los hermanos separados y aun algunos que estn dentro de la Iglesia) aseveran: Dios no necesita de Mara para salvarnos, as que sobra su devocin en la Iglesia. Este argumento no es vlido, ya que Dios en su omnipotencia tambin nos puede salvar sin la Iglesia, sin los sacramentos y aun sin la encarnacin de su Hijo: tambin estn de sobra? Queda, pues, bien definido lo que sostena Santo Toms, acerca de los dones totalmente libres y gratuitos de parte de Dios, al expresar: Las cosas que dependen nicamente de la voluntad de Dios, y a las cuales la criatura no tiene ningn derecho, no podemos conocerlas a no ser por la Escritura. (S.T. III, q. 1, a. 3)

Es nuestro propsito, por consiguiente, acoger sin reservas ni condiciones la voluntad salvfica divina, tal como se nos ha revelado, sin rechazar ningn dato de los cuantos el Seor ha decidido en su altsima liberalidad comunicarnos. No queremos pecar conscientemente ni por exceso ni por defecto; ni siquiera movidos por la buena voluntad ni la piedad, aadiremos a Mara privilegios que el Seor (por cuanto sabemos de la Revelacin) no ha querido otorgarle para realizar su plan de salvacin, ni tampoco podemos quitarle (pues no tenemos derecho a hacerlo) aquellos que en su sabidura el Padre ha decidido concederle Karl Rahner escriba:

La Escritura pone delante la alternativa que determina de antemano toda la mariologa: o aceptar lo que la Escritura misma nos dice de la entrada del Verbo en el mundo, o explicarla como una posterior aadidura a la vida de un hombre que un da llegara a ser importante para la salvacin. Si nos acercamos con fe a las Palabras de la Escritura, no nos queda sino una opcin.

Significa esto por tanto que no haremos uso de la razn? Ciertamente que no podemos renunciar al uso de la razn, don de Dios que gua nuestras bsquedas; la utilizaremos no para deducir lgicamente lo que es gracia, sino para encontrar la coherencia y la relacin de las verdades reveladas. Esto implicar tener muy en cuanta tres elementos: a) los datos revelados en la Sagrada Escritura y en la Tradicin; b) reflexionar orgnicamente sobre la materia revelada acerca del papel de Mara en la salvacin del gnero humano realizada por su Hijo, segn la analoga de la fe; y c) dado que la fe no es slo la confesin de ciertas verdades ortodoxas, sino tambin la confesin en la existencia prctica, entender a Mara en la vida pastoral y evangelizadora de la Iglesia, con miras a la transformacin total del mundo, en cuya obra ella participa como su miembro ms excelente.

Existe acaso un principio objetivo que unifique sistemticamente el misterio de Mara?... Dos principios cristolgicos:

Si existe un tal principio, no tendra otra raz sino los privilegios de Mara. Para algunos autores, el misterio de Mara, debe ser estudiado en muy estrecha relacin con su Hijo Jesucristo. Si entendemos la Iglesia como Cuerpo Mstico de Cristo, Mara debera estudiarse en relacin ms directa con la Cabeza. Al concebir a Mara como la segunda Eva al lado de Cristo segundo Adn, comparacin muy frecuente en los Santos Padres, se la entiende no como principio fundamental sino como figura tpica complementaria Si tomamos este como principio-base de la mariologa, inmediatamente debemos reconocer que resulta deficiente, ya que se trata slo de una figura, y adems no es explcitamente bblica, en cuanto la Escritura no relaciona directamente a Eva y a Mara como tipo y anti tipo (aunque ofrezca elementos que vuelvan dicha relacin razonable). Pero tambin no hay que olvidar (a criterio de de muchos autores) que todas las gracias de Mara derivan de su maternidad divina; hay una relacin ntica entre Jess y Mara.

Veamos ahora algunos principios de ndole eclesiolgico, en los que se considera a Mara en relacin con la Iglesia, el Cuerpo de Cristo. Mara es colocada entre los miembros del totus Christus en su calidad de miembro ms excelente, o de discpula fiel

En sentido tpico, Mara es el prototipo de la Iglesia; sus privilegios se aplican por analoga a la Iglesia total. La tradicin teolgica ha atribuido a ambas las mismas figuras bblicas, porque ambas son al mismo tiempo santificadas y santificadoras Por su parte la tradicin protestante ha lanzado contra las dos las mismas objeciones, argumentando que si se aceptase la colaboracin humana en la obra de la salvacin, se negara la absolutez de la accin divina y la mediacin nica de Cristo. El principio de maternidad por la fe, de tradicin agustiniana. Se considera a Mara como la cumbre la fe, la cual es la raz de su maternidad divina; de modo semejante la Iglesia engendra a los cristianos, virginalmente, por la fe, especialmente en el bautismo. Principio de la relacin subjetiva, es decir, que Mara en redimida en plenitud, por tanto el prototipo del Cristiano, y el fruto ms perfecto de la obra de su Hijo. Por ltimo el principio de la alianza. Con si fiat Mara inici la Nueva Alianza entre el Padre y la humanidad. Todos los privilegios de Mara, que brotan de su santidad, no son sino expresiones de su alianza con Dios, y de su colaboracin para hacer real esa misma alianza en la humanidad.

Lo anteriormente expuesto coincide objetivamente en un punto esencial, sostiene Rahner: Mara en y por su maternidad divina, no tiene solamente una relacin privada con la Persona del Verbo encarnado, sino ocupa en la historia de la salvacin una posicin esencial, nica y decisiva.

Entre los que atribuyen a Mara lo mximo posible, para exaltacin y alabanza de Nuestra Seora, y los que le atribuyen lo mnimamente posible, con el deseo de proteger la mediacin nica de Cristo, incluso con una interpretacin menguada de la Escritura, nosotros intentaremos mantenernos fieles y obedientes al proyecto divino que para nuestra salvacin ha querido revelarnos a travs de su Palabra. Procuraremos no caer en los excesos desmesurados de la piedad o de los afectos que no permitiran encontrarnos con la verdadera figura de Mara en el plan de la salvacin. As, pienso, evitaremos el riesgo de concederle a Mara que, o el Seor no ha decidido libremente otorgarle, o por lo menos no ha querido revelarnos.[footnoteRef:2] [2: VOLLERT, en su obra la estructura cientfica de mariologa, escribe: Partiendo de la base de que Mara es la Madre del verbo encarnado, y que, por serlo, goza de excepcionales privilegios () la consideran tal cual en s misma, que elaboran una especie de metafsica en torno suyo, deduciendo una serie de atributos intemporales, y descubren ms y ms consecuencias de dichos privilegios. A manera del filsofo o del telogo, que en el tratado de Dios deduce los atributos divinos del principio de la absoluta perfeccin de Dios, emplean principios muy discutibles axiomas como: Mara posee por gracia todo lo que Dios tiene por naturaleza y que es compatible con su condicin de criatura. Difcil de entender como los marilogos que se cien a ese axioma pueden reconciliar sus mtodos con la libertad de Dios al dispensar la gracia.]

Por este estudio, intentaremos orientar de tal manera nuestra aproximacin a Mara, quien gozando ciertamente de todas las gracias que el mismo Dios quiso otorgarle, se defini a s misma como sierva del Seor, para que no incurriremos en:

La exagerada ontologa de la maternidad divina que pretende colocarla al nivel de la pertenencia al orden hiposttico. (Incluso algn telogo ha osado llamar a Mara Diosa por la gracia). Por un marcado acento en su participacin activa en la Redencin, se ha llegado algunas veces a discutir si ha sido predestinada eternamente, independientemente de la condicin pecadora del hombre. Al ir ms all de la figura de Mara-tipo de la Iglesia, se ha dado pie para que se piense que la teologa catlica coloca a Mara en el lugar de Cristo. Mas para no faltar en modo alguno al dato de la revelacin, conviene que as como en Cristologa nos preguntamos por el Jess de la historia y el Cristo de la fe, del mismo modo en Mariologa podemos y debemos hacernos idntica pregunta: quin fue Mara en la historia, quin fue Mara en la fe? Al exagerar las deducciones por conveniencia del principio de la maternidad divina, se ha llegado a escribir, por ejemplo, sobre el derecho de Mara a la visin beatfica an durante su vida mortal; al ser concebida sin pecado, no tendra obstculo para ello, y hasta se afirma en ella la ciencia infusa, ya desde el primer instante de su existencia. Es bueno tener en cuenta que no puede tomarse como criterio de certeza respecto a materias que tocan la fe, el nmero de quienes apoyan una determinada doctrina, ya que la democracia y popularidad no son criterios de una verdad teolgica, y mucho menos en materia revelada. Tambin es bueno evitar el exceso de deducciones lgico-escolsticas. El mtodo escolstico tiene una funcin explicativa e iluminante, pero no se puede pretender con su uso construir verdades teolgicas. Evitemos buscar para Mara una falsa glorificacin de tipo individualista, como si fuera una criatura altsima, pero por lo mismo aislada de nosotros. Nunca utilicemos el elemento afectivo como criterio de verdad, pues aunque ste nos impulsa por el amor a la bsqueda teolgica y a la piedad, no por ello es fundamento de certeza de una doctrina teolgica basada objetivamente en la revelacin. Resulta difcil aceptar que nuestra razn, nuestra imaginacin o nuestro afecto, puedan honrar ms a Mara que cuanto ha querido hacerlo la sabidura divina.

Expuestos estos criterios bsicos para abordar objetivamente nuestro estudio sobre Mara, en el misterio de Cristo y de la Iglesia, segn la considera el Concilio Vaticano II, entenderemos la vocacin de Mara en plena participacin en la obra liberadora de Cristo. Todos los privilegios de Mara, aunque congruentes entre s, son gracia y por lo mismo no pueden deducirse unos de otros, sino son concebibles por la revelacin de cuanto el Seor ha decidido. Todos los dones y gracias estn encaminados a la participacin completa en la obra salvadora de Cristo, es decir que no existen como privilegios puramente privados para su glorificacin como individuo.

Sabemos que la figura de Mara rebasa con mucho el mero dato bblico o revelado. Mara de Nazaret no es un personaje como Simn Pedro, Pablo de Tarso o Mara Magdalena; Ella emerge como un personaje arquetpico. Daramos que no es slo un personaje del pasado sino que es contemporneo con todas las generaciones que la suceden, como deca Karl Barth al referirse a Jesucristo No podemos permanecer indiferentes acerca del sentimiento profundo de los pueblos hacia Mara, no slo en pocas pasadas sino tambin en nuestros das. Qu motivos hay para que miles y miles de personas se agolpen en sus santuarios, se renan en ellos para orar, escuchar la Palabra, encontrarse con Jess eucarista y experimentar el consuelo y la ternura de Dios a travs de ella?

En definitiva, aunque suene un tanto ostentoso, intentar una ofrecer una sntesis sistemtica que site a Mara, la Madre de Nuestro Seor Jesucristo, en el lugar teolgico y eclesiolgico que le corresponde, encaminando as una reflexin cautivante, inteligente y cordial del misterio de Mara, en la Iglesia.

Primera parte: Mara en La Sagrada Escritura

PREPARACIN DEL MISTERIO DE MARA

Segn la Redemptoris Mater: En la economa salvfica de la revelacin divina la fe de Abraham constituye el comienzo de la Antigua Alianza; y la fe de Mara en la anunciacin da comienzo a la Nueva Alianza. (RM 14). De all que para entender mejor cmo el Seor escogi a Mara para llevar adelante su proyecto de salvacin en Jesucristo, conviene descubrir en las vocaciones individuales del AT aquellas grandes lneas que manifiestan el modo de ser de Dios a travs de su obrar Una breve aproximacin a la vocacin de algunas mujeres israelitas, nos va a permitir captar mejor la de Mara. Nos acercaremos a aquellas que, aun siendo estriles, conciben por intervencin explcita de Yahv (Sara, Ana); tambin a aquellas que, en su condicin de pecadoras o extranjeras, participan mediante su maternidad en la ascendencia davdica de Jess (Tamar, Rajab, Rut, Betsab); nos acercaremos igualmente a aquellas que participan activamente en la formacin y liberacin del pueblo escogido (Rut, Esther y Judith).

El Vaticano II nos ha enseado que hay una unidad indisoluble entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, de modo que el primero contiene el segundo, y ste nos descubre en plenitud el significado profundo de aquel,(Dei Verbum 16) unas vez realizado el cumplimiento de las promesas divinas De aqu se desprende que, para comprender la vocacin de Mara a participar en el Evangelio de su Hijo, hemos de situarnos en el contexto literario de los antiguos libros inspirados, y en la lnea coherente del modo y finalidad por la que Yahv llam para una misin especfica a los que eligi.

La Vocacin en el AT. La orientacin cristolgica se encuentra en el AT an implcita, de modo que, ya la vocacin de Abraham fue en la intencin de Dios, orientada a preparar el origen del pueblo de su Hijo. As mismo todas las dems vocaciones veterotestamentarias son salvficas, y sin esta orientacin especfica, no tendra sentido alguno la vocacin de Mara.

La vocacin de Mara es del todo ciertamente particular, personal, no deducida de principio alguno, sino enteramente gratuita de parte de Dios; por eso hemos de estudiarla en su ntima singularidad. No obstante, no por eso se puede disociarla ni de la historia de la promesa, ni de su ser en funcin de la obra liberadora de su Hijo, ni tampoco de su total orientacin hacia el pueblo de Dios redimido por Jesucristo. Cabra decir que sin toda esta riqueza de aspectos, las gracias y privilegios mismos de Mara no tendran sentido.La vocacin de Mara esta en continuacin con la de Abraham, segn Lucas 1,55; de Abraham se dijo que es el padre de una multitud. Abraham es la imagen de Israel en su raz, l recibe la promesa y responde en la fe, para toda su descendencia; convirtindose en el padre en la fe, no slo de los hebreos, sino tambin de todos aquellos que creen en el Dios nico Abraham se pone en camino, y no slo en el sentido geogrfico, sino que pone en camino todo su futuro humanamente incierto. Su fe no es slo la aceptacin de ciertas verdades reveladas, sino ante todo de Dios mismo y de su promesa como la nica verdad apropiada, la nica seguridad de vida, el nico futuro de la propia existencia Un autor escribe: En la vocacin de Abraham podemos reconocer los caracteres de todas las vocaciones. El ha sido elegido no para s solo, sino para los dems. El ha sido bendecido del Seor, pero para que en l sean benditos todos los que vivirn de su espritu y de su ejemplo.

La Vocacin de algunas mujeres en Israel. Intentamos aqu aprender cmo acta el Seor salvficamente segn su proyecto a favor nuestro, para entender luego un poco mejor la eleccin de Mara, y la obra que en ella y por ella tuvo como protagonista al Altsimo. La maternidad de Mara, segn los relatos evanglicos, est en secuencia con las intervenciones de Yahv en el origen de la existencia de sus elegidos.En el caso de las mujeres estriles (Sara, Ana) que conciben por intervencin divina, tenemos en comn el hecho que se trata del nacimiento de hombres (Isaac, Samuel) destinados a una misin importante en la historia de la salvacin de Israel. Se revela pues la presencia de la Palabra creadora de Dios favor de su pueblo, y no slo para satisfacer los deseos de una mujer.

En la genealoga de Jess, segn el evangelio de Mateo (1,3.5.6) se nombra a Tamar, Rajab, Rut y Betsab. Ms que descubrir en ellas una vocacin, vemos como a travs de ellas el Seor lleva adelante su plan de salvacin para su pueblo, a pesar de las debilidades y fallas humanas; tambin se percibe claramente que Jess perteneci a una raza verdaderamente pecadora, ligndose a ella incluso con los lazos de familia Veamos las historias de estas mujeres: Tamar (Gn 38,6-30), Rajab (Jos 2,1-21) y Betsab, a la que Mateo llama la mujer de Uras (2Sm 11; 1Re 1,11-31).

A Rut, Esther y Judith se dedican tres libros de la Sagrada Escritura. Son tres mujeres de carcter y personalidad; participan de maneras distintas en el plan salvfico divino, dejando bien en claro que es slo la mano de Yahv la que las ha elegido y guiado para el bien de su Pueblo Rut interviene como madre en la lnea davdica; Esther y Judith como mediadoras de la salvacin en circunstancias de grave peligro para la supervivencia misma del pueblo elegido.

Otros textos del AT en los que Mara aparece bosquejada son Gn 3,15: Pondr enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y sui linaje; ste te pisar la cabeza. E Is 7,14: La virgen est embarazada y dar a luz un varn a quien le pone el nombre de Emmanuel El vencedor de la antigua serpiente es el nacido de la mujer: Jesucristo. Mara tiene con el Mesas salvador la relacin proporcional de Eva con la humanidad cada, esto es, el vnculo materno. Razn por la que los Padres de la Iglesia han visto a Eva como figura y tipo de Mara. Eva ha sido vencida por el pecado, Mara en cambio, lo vence por aquel que ella ha engendrado Respecto a la profeca de Isaas, no hay acuerdo entre los exegetas sobre el significado del orculo original. Unos no le reconocen el carcter mesinico, y la postura de los intrpretes catlicos que presuponen que se trata de un orculo de esas caractersticas. El contexto histrico donde se enuncia ese orculo, denota la actitud del rey que ha renegado de la fe de su pueblo; Yahv lo abandona y con l castigar a toda Jud. Pero el Seor ser fiel a la promesa hecha a David, y por eso salvar a su pueblo por medio de un descendiente davdico. Es un signo el de la virgen que da a luz. Emmanuel no es el nombre propio del nio, sino evoca la funcin: este nio ser el signo de la presencia de Yahv que salva a su pueblo. No obstante, entendemos bien que las perspectivas del profeta no se detienen en el nacimiento de Ezequas; van ms all y prevn la aparicin de aquel rey ideal de la lnea davdica, con cuya manifestacin podra afirmarse que Dios estaba definitivamente con su pueblo.

Acerca de la identidad virgen Madre hay diversas opiniones. Ni la palabra hebrea almah en cuanto tal, ni la griega de los LXX parthenos, significa virgen en el sentido de perpetuidad, sino joven casandera (que en su cultura se supona virgen). Muchos Padres de la Iglesia, no obstante, han pensado que el signo est en la concepcin y nacimiento virginal del nio que preanunciara a Jess. [footnoteRef:3] [3: Alfonso Schkel escribe: El nacimiento del nio Ezequas- garantiza la continuidad de la dinasta, actualiza la promesa, anuncia salvacin; su nombre resuma la alianza de Dios con el pueblo por medio del rey Este orculo tiene un horizonte proftico profundo que se va haciendo patente en las generaciones sucesivas; la garanta de la continuidad dinstica tiene su razn de ser en el heredero mesinico; la salvacin sigue gravitando hacia el Salvador; las bendiciones de la tierra adelantan la gran bendicin del Redentor; Dios-con-nosotros est realmente en Cristo.]

HE AQU LA SIERVA DEL SEOR (Lc 1,38)

Continuidad con el AT. Los relatos de la anunciacin en los evangelios de Lucas y Mateo slo pueden comprenderse insertados en la revelacin completa de Dios que se inicia en el AT. O dicho de otro modo, el relato de la anunciacin a Mara debe situarse en una lnea de continuidad con el plan de salvacin Ntese que en los anuncios de nacimiento, el AT presenta al mensajero divino indicando a la madre la intervencin de Yahv en la concepcin del hijo, y cul es la funcin que ste realizar a favor de su pueblo. Pero en el caso del relato que nos ofrece Lucas, hay algo ms. Ciertamente Jess es hijo de la promesa. Pero no se trata como en el AT de una promesa que resuelve un problema de esterilidad, mediando una intervencin milagrosa de Dios. Jess es hijo de la promesa de una manera mucho ms radical: se trata de una accin creativa de Dios; es la exclusin del varn y la concepcin virginal. Otro elemento que marca radicalmente la diferencia es la misin confiada. A los hijos de la promesa del AT se les confa una misin limitada al pueblo de Israel, mientras que la de Jess es universal, extendida a todas las naciones; es una salvacin definitiva y trascendente.

La Visita del ngel Gabriel. El nombre de Gabriel aparece slo 2 veces en el AT, precisamente en el libro de Daniel, y es el mensajero que viene de parte de Dios para llevar la buena noticia de que la liberacin que viene de Yahv ya est cercana; ser una liberacin de gran alcance y de inicio de una nueva era. (Dn 8,16; 9,21) Por la expresin Algrate[footnoteRef:4] entendemos que el llamado hecho a Mara es para que llegue a ser la Madre del Mesas Salvador. La llenura de gracia desde siempre apunta a la eleccin de Mara desde el principio de su existencia: es la totalmente agraciada (), la predestinada por puro favor, la completamente liberada en el Hijo. La nica madre de Jess del evangelio que conocemos es sta, elegida con benevolencia divina y preparada con la plenitud de gracia para su misin en la funcin liberadora del Hijo. Ella es criatura y por tanto miembro de la raza pecadora, pero al mismo tiempo es la imagen de lo que puede hacer la obra creadora de Dios que representa aquello que Dios ha querido de su pueblo, y figura de lo que ser el destino del Pueblo Nuevo. He aqu por qu Mara es santa por obra divina, mas no por simple esfuerzo humano, dice un autor contemporneo. [4: El saludo Algrate (chaire) del ngel Gabriel se suele traducir en nuestra lengua por Ave o Dios te salve. En 1939 se puso en duda que esa traduccin fuese exacta y se la remplaz por Algrate. De hecho hoy algunos estudiosos de la Biblia prefieren traducir chaire por Algrate; otros cuantos no estn de acuerdo con esa traduccin, y otros afirman que en Lucas el saludo normal es paz, refiriendo para ello Hch 3,23; 23,26 Ese saludo esta dirigido a Mara como hija de Sin. Expresin que tuvo su origen en el reino del norte (segn Cazelles), y sola aplicarse a una pequea ciudad o colonia independiente de una ciudad ms importante Como dato histrico, conviene saber que alrededor del ao 640 Jerusaln (Sion) tiene un gobierno preasirio. Sofonas proclama gozoso que la liberacin partir de aquel resto de Israel que es la hija de Sin. Ese pueblo humilde y humillado renovado por el amor de Dios (Sof 3,12.13.19) Por el 597, Nabucodonosor invade Jerusaln y cae tambin la hija de Sin; Jeremas se lamenta por ella (Lam 1,6). Desde entonces se vuelven reemplazables Jerusaln, Sin o hija de Sin. ]

Normalmente el saludo debera ser la paz sea contigo (Lc 10,5), mas el ngel le dice el Seor est contigo, lo que equivale al Yo estoy contigo cuando habla el mismo Yahv; saludo que en la Escritura se reserva a aquellos a quienes se les ha dado una misin muy especial a favor del pueblo de Dios y en cumplimiento de la promesa (Gn 26,23; Ex 3,12; Juc 6,12.16; Jdt 8,35). De modo que la expresin El Seor est contigo expresa la iniciativa salvfica de Yahv. Cuando est dirigida de manera particular, indica que la persona elegida es mediador de la salvacin que viene del Seor, a favor de su pueblo. Quien es elegido est invitado a responder con su libre consentimiento, y el destinatario final de tal presencia salvfica de Dios es su Pueblo.[footnoteRef:5] Al decirle el seor est contigo, el ngel sita a Mara entre los grandes salvadores de Israel. [5: El ngel dice a Mara: Has hallado gracia () delante de Dios (Lc 1,30). Esta expresin tal cual es reservada nicamente para Moiss en el AT. Es como si Lucas quisiera presentar a Mara como un nuevo Moiss; de Moiss naci el pueblo de Dios y para ello le concedi una especial asistencia (Ex 33,12-17); de Mara nace el nuevo y definitivo pueblo de Dios y Dios le concede una asistencia muy particular. (I. De la Potterie)]

Mara ha sido agraciada por Dios para la maternidad mesinica: Concebirs en tu seno y dars a luz un hijo, a quien pondrs por nombre Jess. Ha sido elegida y habilitada para la gran vocacin para la que desde siempre ha sido llamada. Este agraciamiento redundar en beneficio de todo el mundo.

El enviado de Dios revela a Mara un acontecimiento muy especial; Mara recibe una misin de parte de Dios, ser madre a travs de 3 acciones: concebir en su seno, dar a luz un hijo y le pondr por nombre Jess. Se excluye al padre. Mientras que en el caso de Juan el Bautista, fue Zacaras quien recibi la revelacin y recibi tambin l mismo de poner el nombre al hijo concebido en el vientre de Isabel, Mara recibe el encargo de todo, hasta del nombre! Aunque otras mujeres hayan recibido precedentemente tal privilegio (Agar, La, la madre de Sansn, Ana), Mara es tambin agraciada en este sentido. El hijo va a ser todo suyo. Ella es la nica razn mundana o intramundana de su origen.

Concebirs en tu seno Dnde ms poda concebir Mara? Se trata de una repeticin innecesaria o un descuido por parte de Lucas? Si por el contrario el seno tiene una significacin particular en el AT, Lucas ha querido drselo. Para un estudioso de San Lucas, lo que all se quiere subrayar es que, por medio de Mara, se realiza la gran aspiracin escatolgica del AT, la habitacin de Dios en medio de su pueblo (Is 12,6; Sal 46,6). El nombre Jess que recibir el nio que va a nacer corresponde a la presencia de Yahv Salvador en el seno de la hija de Sin.[footnoteRef:6] [6: A. Feuillet, La Virgen Mara en el Nuevo Testamento.Son numerosos los textos que en el AT utilizan esta expresin en tu seno como sinnimo de en medio de ti, para significar la habitacin de Dios en Israel, en el Tabernculo, en el Templo o en el Arca de la Alianza.]

Ser grande y ser llamado Hijo del Altsimo. En Mara se cumple la promesa mesinica. El Mesas desciende de la raz davdica, y Mara participa libremente mediante su maternidad en el cumplimiento de la promesa davdica, concibiendo, dando a luz y educando al que debe ser el heredero de dicha promesa; est llamada a ser Madre del Mesas-Rey. Mara no est llamada a ser simplemente madre fsica de aquel nio, sino madre del heredero de la promesa davdica, al cual pondr por nombre Jess. Grandeza y Santidad, dos cualidades divinas, definen el ser del hijo de Mara. Jess es presentado desde la perspectiva de su ser. La grandeza del hijo de Mara se manifiesta en tres verbos que se refieren a l: el Seor Dios le dar el trono de David, l reinar sobre la casa de Jacob, su Reino no tendr fin... Desde esa perspectiva, la maternidad de Mara no es separable del proyecto salvfico que mediante ella quiere realizar Yahv El ttulo Hijo del Altsimo no se trata de una confesin de fe sobre la ontologa de Cristo, sino ms bien indica la funcin mesinica en la lnea de la promesa davdica (2Sam 7,14; Sal 2,7). El Vaticano II ha puesto bien en claro que Mara se consagr libre y generosamente a la voluntad salvfica de Dios, no como mero instrumento pasivo, sino como una cooperadora a la salvacin humana por la libre fe y obediencia. (LG 56). Mara no supo todos los detalles del modo como se realizara por Jess el plan divino. En ese sentido su fe es como la de Abraham, es decir, que va ms all de lo que conoce y comprende para aceptar sin reservas la palabra que el Seor le comunica. Cabe la pregunta sobre si Mara pudo intuir en el momento de la anunciacin, qu significado preciso tenan las palabras del ngel. Lo que si podemos afirmar es que Mara creci en la expectativa mesinica de su pueblo, y profesa toda la obediencia de la fe, abandonndose enteramente en Dios mismo.

Puesto que no conozco varn. La concepcin virginal de Jess en Lucas es del todo nueva en comparacin al AT. All se anuncian concepciones en el seno de mujeres estriles pero no vrgenes. Lo que si hay que resaltar como elemento de continuidad entre los dos testamentos es que, la concepcin, en el caso de las estriles como en el caso de la Virgen, son obra de la Palabra creadora de Yahv. Pero la concepcin virginal de Jess no tiene ningn par, ni antes ni despus de su nacimiento: es un caso absolutamente nico. Jess ser no slo grande; tambin santo. Su identidad es la santidad, la trascendencia, la superacin de todo lo profano. Su nombre es santo. El hijo de Mara pertenece a la esfera de lo divino. Mara ser madre de Jess gracias al Espritu Santo, a la potencia del Altsimo. El hijo no viene al mundo porque Dios suplntela accin generativa del marido. El Espritu de Dios, su fuerza creadora, para la que nada hay imposible, inicia en Mara una nueva creacin Desde el momento de su concepcin estar en el hijo de Mara la gloria de Dios, aquella misma gloria que contemplarn los discpulos en la Transfiguracin (Lc 9,32); la misma gloria de Dios manifestada en la nube, en el Santuario o sobre el Arca: El poder del Altsimo te cubrir con su sombra.

Hay diversas interpretaciones acerca del pronunciamiento de Mara: Puesto que no conozco varn.

El ms comn en la historia de la teologa es que Mara ha hecho un voto (o al menos ha tomado la firme resolucin) de vivir en perpetua virginidad As como hay quienes defienden que un tal voto no era del todo extrao (segn testimonios de las reglas de los esenios), hay otros que afirman que la virginidad consagrada era desconocida en Israel. Los que sostienen el voto de virginidad, sin desconocer que Mara estaba prometida con Jos, sostienen que tal matrimonio sera virginal por mutuo consentimiento. De modo que Cristo fue concebido por obra del Espritu Santo, sin intervencin de varn. Esta no es condicin o prueba de su divinidad, sino un signo libremente escogido por la sabidura divina. De esta interpretacin no se puede concluir la virginidad perpetua de Mara, pero su virginidad de hecho, y su disposicin en manos del Padre.No han faltado quienes han querido reducir a un simple mito del NT la concepcin virginal de Jess, para as afirmar la trascendencia del hijo de Mara. Toman como punto de partida una comparacin con los hombres divinos de la mitologa griega, nacidos de la unin carnal entre un dios y una mujer. A lo que inmediatamente hay que refutar dejando en claro que el evangelio nunca afirma que Jess haya sido Hijo de Dios porque haya nacido de una mujer virgen, sino porque ya lo era desde siempre. Lo que hubo fue la encarnacin del Hijo de Dios. No hay unin sexual alguna entre un dios y Mara, sino la accin creadora del Espritu Santo en el seno de la Virgen.

Las palabras del ngel son: El poder del Altsimo te cubrir con su sombra. Si esa expresin la referimos de inmediato al AT, recordamos de la presencia del Altsimo era simbolizada por una nube que cubra el santuario (Ex 40,35; Num 9,15). Aquella nube era el signo sensible de la presencia de Yahv. Vale precisar que no hay relacin directa entre la nube y la virginidad de Mara (segn Feuillet) sino con la concepcin del Hijo de Dios. De modo que Mara es el Tabernculo de la gloria del Seor, que es su Hijo encarnado. Es el Espritu Santo el poder del Altsimo que cubre el nuevo tabernculo de la presencia de Dios entre-nosotros. Mara es ese lugar de la presencia divina, visible y gloriosa; el lugar de la presencia del mismo Dios.

Porque ninguna palabra es imposible para Dios. Como en el AT (Gn 18,14), para Lucas es la Palabra de Yahv la que acta, promete, inspira y ordena. Efectivamente en el AT, la palabra de Yahv realiza infaliblemente aquello que anuncia (Jr 1,12; IS 45,23). Si recordamos algunos episodios del AT, la fecundidad es un don amoroso de Yahv, de all que los grandes elegidos tienen por madre, mujeres estriles (Sara, Rebeca, Raquel), y los que de ellas nacen son hijos de la promesa, o sea del fruto del amor especial de Yahv, pues cumplirn con una misin especfica en el plan de la salvacin. El Hijo que nace de Mara es de una manifestacin divina an ms maravillosa, es decir, el nacimiento virginal de Jess. Segn un telogo contemporneo: este hecho se coloca por en la cima de la tradicin soteriolgica, a la que hace progresar: la esterilidad, y ms todava la virginidad de la madre, indican del modo ms elocuente la intervencin omnipotente de Dios en la historia del hombre.[footnoteRef:7] La maternidad prodigiosa de Mara es la ms clara manifestacin del poder de Dios, de su omnipotencia. La maternidad de Mara desborda todas las previsiones y no tiene paralelo alguno en toda la historia del mundo. [7: A. Feuillet, La Vierge Marie. ]

Hgase en m segn tu palabra. En nuestro idioma particularmente se encuentra la expresin he aqu la esclava del Seor, cosa que no se encuentra en otros idiomas. Sabemos que la respuesta de Mara no es la de una mujer sometida forzadamente a un amo contra su voluntad, sino que es la de una joven israelita llena de fe que acepta con plena libertad colaborar en el plan de Dios para salvar a su Pueblo. Mara reconoce a Dios como autor de toda la obra salvadora que l mismo quiere realizar por ella, y acepta con su fe colaborar; es decir, que acepta ser mediadora del accionar divino como lo fueron Abraham, Moiss y las mujeres que participaron activamente en la liberacin del pueblo. Dejando bien en claro que el designio de salvacin no depende de Mara, sino de Yahv. De ese modo se evidencia tambin que Dios no usa simplemente a los seres humanos, sino les pide su libre cooperacin en su proyecto salvador. De parte de Mara hay pues una disposicin para que Yahv acte totalmente, y un deseo expreso de que lo haga. Es por eso que el S de Mara no se refiere a una llamada de Dios para una transformacin individual o para una santidad privada, se trata ms bien de una vocacin a participar en la obra salvadora por su Hijo. Dicho en otras palabras, la anunciacin del ngel no es slo a Mara, sino a la humanidad y a la Iglesia Un autor francs en su obra La virgen Mara en la economa de la salvacin, escribe: Diciendo si a la maternidad, Mara ha dicho s a la obra de su Hijo. Y esta obra de su Hijo no es otra que la salud colectiva de toda la humanidadSu s, por esta repercusin universal, adquiere una dimensin eclesial. Mara es la que ha dicho s a la encarnacin por toda la humanidad. Es aquella en quien toda la humanidad se ha abierto a la venida de su salvador. De all que san Agustn define la grandeza de Mara en los siguientes trminos:

Ciertamente, cumpli Santa Mara con toda perfeccin, la voluntad del Padre, y por esto es ms importante su condicin de discpula de Cristo que por ser madre de Cristo. Por eso Mara fue bienaventurada porque antes, porque, antes de dar a luz a su maestro, lo llev en su seno Mara es dichosa tambin porque escuch la palabra de Dios y la cumpli; llev en su seno el cuerpo de Cristo, pero antes an guard en su corazn la verdad de Cristo(Sermn 25,7-8)

Por su disponibilidad para que se cumpla en ella tal como el ngel se lo ha anunciado, Mara ofrece su colaboracin personal como receptculo de la accin de Dios. Dios ser el que obre, pero obrar en ella. Dios es el nico autor de la obra salvfica, sin que para ello prescinda de contar con instrumentos personales que acepten libremente colaborar, y esa colaboracin consiste en dejar hacer a Dios.[footnoteRef:8] [8: Respecto de la Anunciacin en el evangelio de Mateo, hay que decir que poco difiere de la versin de Lucas. En Mateo, Jos es el interlocutor del ngel y el receptor de una vocacin especial. El primer evangelio coincide con Lucas en centrar su teologa en la fe eclesial acerca de la concepcin virginal de Jess. Jess es hijo de David, heredero de la promesa mesinica, abierta a todos cuantos creen en l. Jess es hombre como hijo de la carne de Mara, pero es el Cristo por la filiacin adoptiva de Jos. La filiacin divina le viene slo del Espritu Santo, es ste el que hace concebir a Mara y quien le da el nombre (Mt 1,21). Mateo en su estilo, como Lucas en el suyo, pone en evidencia que lo actuado en el seno de Mara, sin intervencin de hombre, es accin creadora de la Palabra divina. Al hacer eco de la profeca de Isaas 7,14, Mateo no pretende decir que lo all dicho sea una prediccin literal de aquello que habra de acaecer 8 siglos ms tarde, sino que hace nfasis en que la concepcin virginal de Jess es una obra inaudita y absolutamente nica; y tambin afirma que en Jess se cumple y lleva a la perfeccin la obra del Espritu prefigurada en los profetas. ]

Por consiguiente, Mara se despoj de s misma y se dispuso para la obra del Seor; no tiene nada fuera de Dios; Dios es toda su riqueza y posesin. El cuerpo de Mara est al servicio total de la Palabra creadora de Dios. San Agustn dir que concibi primero en su corazn luego en su vientre. Mara acept ser la madre de Dios que salva, del Hijo del Altsimo, de aquel que ser llamado Hijo de Dios. Jess tuvo una madre humana real. Mara no fue una figura fantstica o mtica. Tampoco el Dios-hombre nacido de ella no es una figura fantstica. La encarnacin de Dios es una realidad histrica, y no simple smbolo potico de una cercana de Dios vagamente expresada en trminos religiosos. La encarnacin se realiz para la salvacin de los hombres. sta es una iniciativa totalmente divina, sin embargo cuenta con la correspondencia y participacin de la criatura en su fe personal y en su s expresado libremente. Los honores que la Iglesia tributa a Mara implican una referencia viva al centro del misterio salvfico; de all que no es lcito reducirlos al nivel de un aadido ornamental a la mera fe privada.

SE FUE CON PRONTITUD A LA REGIN MONTAOSA (Lc 1,39)

Estas Expresiones de Lucas se suelen relacionar con el traslado del Arca de la Alianza desde su santuario provisional hasta el Templo de Jerusaln (2Sam 6,1-23).

El Arca de la AlianzaMara

Sube a travs de la tierra de Jud; Se alegra el pueblo; Exulta David; David exclama: Cmo puede venir a m el Arca del Seor? El Arca permaneci 3 meses en la casa de Obededom de Gat. Sube a travs de la tierra de Jud; Se alegra Isabel Exulta El Bautista Isabel exclama: A qu debo que la Madre de mi Seor venga a m? Mara permaneci tres meses en casa de Isabel.

De modo que Lucas contempla en Mara el Arca de la Alianza que lleva al Seor en su seno.

BENDITA ERES ENTRE LAS MUJERES LA MADRE DE MI SEOR (Lc 1,42)

La madre de mi Seor es una confesin de fe en la maternidad divina de Mara, poniendo as de relieve el carcter divino del Mesas. Aquel nio pertenece al orden de Yahv, porque has credo todo cuanto te fue dicho de parte de Yahv. De la expresin la madre de mi Seor, se deduce que segn el estilo hebreo de la primera comunidad, se reconoce que en el seno de Mara est presente el Seor que salva a su pueblo, as como el Arca de la alianza era el signo de la presencia salvfica de Yahv. De suerte que, por la parte humana, el fiat de Mara es el origen del cumplimiento en un momento de la historia de las promesas del AT.La expresin bendita entre las mujeres, la encontramos en el cntico de Judith como en el correspondiente de Dbora que ensalza a Yael por haber matado a Sisara, jefe de los enemigos de Israel (Jdt 13,18; Jc 5,24), ambas bendiciones se deben al hecho liberador que Yahv ha realizado por medio de ellas.

MI ALMA GLORIFICA AL SEOR HA HECHO EN M OBRAS GRANDES (Lc 1,49)

El Magnficat es un himno litrgico atribuido a Mara. Habra sido escrito en lengua semtica, probablemente en hebreo por judeo-cristianos en Palestina antes del ao 70. Aunque, algunos manuscritos antiguos en versin latina, lo atribuyen a Isabel, incluso en la poca moderna hubo quienes as lo consideraron; pero esa versin en nuestros das est prcticamente descartada Este himno est inspirado en mltiples textos de la Escritura, y compenetrado de la teologa de los pobres de Yahv[footnoteRef:9].. Que si Mara es la autora de este himno litrgico o lo habra conocido, no nos interesa particularmente. Nos quedamos con lo que hoy comnmente se acepta: este himno litrgico sera de la autora de los cristianos de la comunidad palestinense, aunque all se reflejen los sentimientos originales de Mara. [9: En el AT, al socorrer a los pobres Yahv se manifiesta no a travs de enseanzas tericas sino de acciones liberadoras. Eso lo recoge Mara en su cntico no slo para alabarlo, sino tambin para decirnos quin es ese Dios en el que ella ha credo y al que se ha entregado Estos pobres no lo son en castigo por su infidelidad a Dios (como los escritos ms antiguos de la Biblia lo insinuaban), o en la perspectiva sapiencial (la de Job) que refiere una pobreza relativa al misterio de Dios, que no excluye el reclamo y responsabilidad social por parte de quien cree en Dios; estos pobres (anawin) son un resto de Israel que se mantuvo fiel a su Pueblo y a su Dios, an a costa de su propio abajamiento humano, en circunstancias adversas tras el cautiverio en Babilonia. Son los que no tienen fuera de Yahv otra cosa en quien poner su esperanza de liberacin.El Magnficat se refiere los pobres que no son soberbios (Lc 1,51), ni poderosos (Lc 1,52), ni ricos (Lc 1,53); son los que temen a Dios (Lc 1,50) los hambrientos (Lc 1,53), y en ltima instancia Israel (Lc 1,54), es decir, aquellos en cuyo favor Dios acta (Lc 1,54).]

Ahora bien, lejos de causarnos el mnimo desaliento saber que la autora del Magnficat sea de la Iglesia palestinense y no de Mara, eso ms bien nos sirve para reconocer algunas realidades mariolgicas all contenidas. A saber:

Que la figura de Mara est presente en el culto de la Iglesia primitiva. Por la importancia del culto a Mara, Lucas no duda en incorporar este himno en su evangelio. Esta comunidad cristiana del primer siglo no ve a Mara como separada de ella. Mara es como la personificacin del Nuevo Israel. Lucas a hecho del Magnficat la accin de gracias de Mara, tipo de toda accin de gracias de la Iglesia.

Para Lucas, Mara es la personificacin de Israel que acepta en su seno el cumplimiento de la promesa Mara reconoce la finalidad liberadora de la encarnacin que en su seno ha obrado el Espritu Santo, y a la que ella se ha abierto en la fe. De modo que su maternidad no es slo fsica sino tambin personal en el ms completo sentido de libertad en su aceptacin; ms an, no slo se ha reducido a recibir el Hijo que Dios le daba, sino que explcitamente lo ha acogido en su seno como salvador y Mesas. De ah que su maternidad no se reduce a un nuevo instrumento biolgico en las manos de Dios sino que participa por invitacin del Padre en la obra salvfica de su Hijo. Si no aceptamos esta dimensin contenida en la propia revelacin, tendremos graves dificultades para aceptar la funcin mediadora de Mara, que bien sabemos est del todo subordinada a la mediacin nica de Jesucristo.

Hay que destacar que Mara se presenta como mujer de baja condicin, igual que los humillados que por designio divino suplantan a los poderosos en sus tronos. Esa identificacin, muestra que el estado social pblico de Mara era de bajo rango. Pertenece a la gente que nada cuenta socialmente. Ella habla en nombre de los humildes, en nombre del pueblo, por eso emplea el nosotros: como lo haba prometido a nuestros padres Mara de Nazaret no dispone de ningn ttulo. Ni siquiera puede presumir de pertenecer a la familia de Jud o de Lev; no se puede presumir segn los datos del evangelio- de algn tipo de alcurnia o de importancia social. Mara surge de la nada. Todos parecen ms importantes que ella. Zacaras por ser sacerdote; Isabel por ser hija de Aarn; Jos por pertenecer a la descendencia de David. Y sin embargo, en ella inicia Dios la obra que excede y supera inconmensurablemente todas las maravillas de antiguo As el Magnficat proclama que la promesa hecha a los padres ya se ha cumplido. Dios ha ayudado a Israel y ha cumplido su promesa con la venida de Jesucristo.

En la conclusin del Magnficat, Lucas nos dice que Mara permaneci tres meses en la casa de Isabel, ese tiempo le permite comprender mejor el misterio del cual es portadora, y luego vuelve a su casa. De ese modo se convierte en la tienda itinerante y viviente de la Gloria del Seor, en el Arca de la Nueva Alianza. Mara lleva esta Presencia como Madre, y en virtud de ello es objeto de bendicin al mismo tiempo que se bendice al fruto de sus entraas, a Cristo, el Hijo de Dios.

JESS Y MARA UNIDOS EN EL EVANGELIO

Ningn pasaje del evangelio muestra a Mara como una mujer aislada y gloriosa por s misma; siempre est al lado de su Hijo. Y esta no es una relacin que se reduzca al plano de la intimidad familiar (asunto que no interesa a los escritores sagrados, pues todo el misterio se nos ha revelado no para satisfacer nuestra curiosidad histrica, sino por nosotros los hombres y por nuestra salvacin); Mara aparece siempre unida a su Hijo en la misin mesinica salvadora de ste a favor de su Pueblo.

Est para:

Ofrecerlo al Seor (Lc 2,22). No se trata de una simple presentacin en el sentido actual de la palabra: el dar a conocer a dos personas. Se trata de ofrecer al Nio conforme a la Ley. Israel as evocaba la ofrenda de Isaac por parte de Abraham: el sacrificio del primognito. [footnoteRef:10]. Vale decir que Lucas une en este episodio dos cosas distintas: la purificacin de Mara y el ofrecimiento sacrificial que junto con Jos hacen de Jess. [footnoteRef:11] De suyo no era necesario ni circuncidar al nio en el templo ni llevarlo personalmente a los 8 das: para su rescate bastaba ofrecer los cinco ciclos del santuario que poda realizar cualquier sacerdote. Si Jos y Mara lo presentan al Seor, es porque en tal accin realizan algo mucho ms profundo: para cumplir en plenitud la Ley del Seor, lo ofrecen sacrificialmente al hijo pequeo para su servicio. [10: Ver Gn 22. Tambin el ofrecimiento de Samuel por parte de Ana 1Sam 1,25-28.] [11: Segn la Ley, la mujer que haba dado a luz deba someterse a dos rituales purificatorios: el primero a los 7 das para la que haba parido un varn (14 si era hembra); la nueva madre deba ofrecer un sacrificio a Yahv por su propia pureza legal con motivo del parto; luego a los 40 das (80 si era una nia) mediante otra ceremonia se purificaba totalmente para poder participar en el culto de su Pueblo. ]

Una espada atravesar tu alma (Lc 2,35) Simen se alegra por la realizacin, en ese nio, de la promesa del Seor a Israel, pero descubre al mismo tiempo en el proyecto de Yahv los rasgos dolorosos que han de caracterizar a su Mesas. En la profeca de Simen, Mara est unida a su Hijo en esta misin que el Padre le ha encomendado. Esos rasgos dolorosos refieren la cruz, que no es solo en el momento de la muerte, sino en toda la vida que ha de afrontar la contradiccin del mundo a causa de la fidelidad a la Palabra; a su misin proftica El sufrimiento de Mara no la hace participante de la cruz de Cristo slo como el de una madre privada, por santa que fuese; ella queda planamente asociada de la liberacin que Cristo da al mundo, dada su apertura permanente a la Palabra.[footnoteRef:12] [12: Un autor dice: Mara queda envuelta en el evento dramtico. Ciertamente sufre por la muerte de Jess, pero la profeca no puede limitarse a eso. El evangelista contempla su dolor en perspectivas ms amplias. ]

LA MADRE Y LOS HERMANOS DE JESS. (Lc 8,19-21; Mc 3,31-35; Mt 12,46-50; Jn 2,12) En estos prrafos se observan dos aspectos importantes:

a) La relacin entre Jess y Mara como la primera cristiana. Mientras Jess predica se le advierte de la presencia de tu madre y tus hermanos que estn ah y lo buscan, ocasin que el aprovecha para proclamar cules son los nuevos lazos de familia que forman la comunidad del NT. Quien cumpla la voluntad de Dios, se es mi hermano, mi hermana, y mi madre. La comunidad naciente se distingue por la fe y la observancia de la voluntad del Padre. Entre ellos descuella Mara, parte privilegiada de esa comunidad, como la primera que ha credo y aceptado que se cumpliese en ella, sin reservas, la Palabra del Seor. Mara no es slo madre biolgica de Jess, lo es ante todo por haberlo concebido en la fe La doctrina permanente que ha enseado la teologa eclesial desde los primeros siglos, es que la maternidad de Mara no es slo fsica (cual si fuera la madre de un gran hroe) sino que es una maternidad todo personal y en sentido nico en el mundo (no hay ms que un solo Jesucristo, Mesas, Salvador al que ella concibi en la fe antes que en su seno. De modo que, es figura de la Iglesia y nuestra madre en la fe, como lo fue Abraham en la antigua alianza.b) Mara y los hermanos de Jess. Esta expresin los hermanos de Jess puede prestarse a equvocos cuando se la lee desde fuera de la cultura hebrea y sin conocer los gneros literarios con los que se expresaban los autores sagrados. Si Mara tuvo ms hijos, est en juego el dogma catlico de su virginidad perpetua. [footnoteRef:13] [13: Frente a la aparente contradiccin entre la virginidad perpetua de Mara y la afirmacin evanglica de los hermanos de Jess, no faltaron quienes buscando conciliar la Tradicin eclesial y los datos de la Sagrada Escritura. As que: Por alrededor del ao 382, Helvidio, sin negar que la Biblia afirma la concepcin virginal de Jess, de una manera un tanto ingenua, afirm que tras el nacimiento de ste, Mara tuvo con Jos otros hijos; y que ese hecho sera un signo de la verdadera encarnacin del Verbo, pues habra nacido en el seno de una familia como cualquier otro.Epifanio de Salamina (315-403), sostuvo que Mara fue siempre virgen, pero por eso de los hermanos de Jess, teoriz (bajo el influjo de los Apcrifos) que ellos eran en realidad medios hermanos, que Jos haba tenido un previo matrimonio; teora que no goza de gran respaldo. En cambio San Jernimo afirma que los sinpticos escriben en griego pero con una mentalidad semita, es decir que, para los hebreos es normal llamar hermanos a los parientes ms prximos . Ver Gn 13,8. Segn esta teora habra que considerar parientes muy prximos a Jess (primos, hijos de una hermana de Mara o de un hermano de Jos), los cuatro que Marcos llama hermanos: Jos (que no se conoce en otras partes del NT), Santiago de Alfeo (uno de los Doce), Simn El Celota (uno de los Doce) y Judas Tadeo (uno de los Doce). En efecto, Mt 27,56 nos presenta al pie de la cruz a Mara, la madre de Santiago y de Jos y a la madre de los hijos de Zebedeo, que segn Mt 4,21 son Juan y Santiago. ]

Cuando Mc 6,3 plantea la pregunta No es ste el hijo del carpintero?, o Mt 13,15 que habla de el hijo de Jos, no se tiene en absoluto la intencin de darnos datos biogrficos sobre Jess, sino que acentan el hecho de la pobreza y pequeez de su proveniencia por lo cual les parece despreciable El texto de Mc 6,3 llama tambin a Jess el hijo de Mara y lo seala como hermano de Santiago, Jos, Judas y Simn. Pero jams insina (menos an lo afirma) que stos sean hijos de Mara. Tampoco nunca se habla de los hijos de Mara y de Jos, en cambio de los hermanos de Jess La lengua hebrea no tiene el vocablo que nosotros llamamos primo; las uniones de sangre son tan estrechas, que se les llama por el trmino comn de hermano. Este trmino se utiliza inclusive para referir relaciones de parentesco muy vecinas como sobrino y cuado Muchos textos bblicos corroboran estas afirmaciones. Basta tener en cuenta por ejemplo: Gn 13,8; 14,14; Jos 17,4; Jr 22,18, entre otros textos. Por tanto, slo quien ignore del todo la Biblia o ande buscando locas sutilezas o que abuse de la Escritura, puede llegar a afirmar que los hermanos de Jess son hijos de Mara.

MARA EN EL CONTEXTO DE LA TEOLOGA JONICA.

La intencin teolgica del Cuarto evangelio es claramente cristolgica y mesinica. Juan nos muestra la obra de Jess orientada a un fin eclesial. Esto se visualiza ms precisamente en la figura del costado abierto del Mesas de donde nace la Iglesia. Juan siempre habla de la madre de Jess y no de Mara. Esta madre asociada estrechamente a la misin del Hijo se convierte tambin en madre del discpulo quien Jess ms amaba. No olvidemos que Juan es un autor mstico y por lo mismo usa en su expresin la simbologa como recurso frecuente. As el signo la madre de Jess como mujer de fe, nos desvela lo que es Israel (sobre todo en Can) y el Nuevo Pueblo de Dios, la Iglesia.[footnoteRef:14] Tanto en Can como al pie de la cruz, la presencia de la madre se refiere al comienzo y al trmino de la obra mesinica. As: En Can, Juan llama a Mara cuatro veces la madre de Jess (o el equivalente su madre), y otras cuatro veces junto a la cruz. Por tanto, no se puede negar su intencin de ligar la maternidad de Mara con la funcin de Cristo. [14: Los Padres de la Iglesia (inspirados en la simbologa jonica) vieron en la maternidad virginal de Mara la figura de la Iglesia que engendra a los cristianos mediante el agua y el Espritu, por obra de la fe. ]

Conviene tambin tener bien en cuenta que si Jess llama (en el Cuarto evangelio) a Mara mujer y no madre tanto en Cana como al pie de la cruz, es porque quiere indicar un sentido mucho ms profundo: Mara es creatura y madre. Jess no responde con un milagro movido por su relacin fsica, es decir, que Mara no puede intervenir en su calidad de Madre en el cambiar la Antigua (el agua) por la Nueva Alianza (en vino). Su misin la ha recibido de arriba; todo depende slo del Padre La madre de Jess emplea en el relato de las bodas de Can, un lenguaje alegrico o simblico en el que se hace pasar como portavoz de Israel y de su deseo de recibir el vino de los bienes mesinicos. Sabemos que en la Escritura el vino es uno de los elementos ms importantes del festn mesinico (Am 9, 13-14; Is 25,6)Mara es presentada en su funcin de madre de la Palabra eterna. Por eso tiene sentido que la madre est en la boda, que simboliza la encarnacin (el desposorio) de la Palabra. La respuesta qu entre t y yo?, ms que ser un reproche o un desplante (ya que responder con un milagro), denota que Mara (mujer de fe) comprende que Jess no se niega a obrar, pero quiere hacerlo como Hijo del Padre y no de ella. Por eso no insiste ms en su papel de madre, y sin embargo procede en el de creyente: hagan todo lo que l les diga. Mara pide los servidores que adopten frente a Jess una actitud, que es en realidad, la actitud de la Alianza, es decir, la sumisin perfecta a la voluntad de Dios (Ex 19,1-8), expresada aqu en la orden dada por Jess. Los servidores obedecen puntualmente lo que Jess dice. Esta perfecta ejecucin de las palabras de Jess fue el fruto de la invitacin de Mara. As la tarea de Mara es la de ser mediadora entre Jess y los servidores[footnoteRef:15]. Estos servidores que obedecen a Jess representan al nuevo pueblo de Dios, a los discpulos de Jess que siguen fielmente a su Maestro, le sirven y se mantienen a su lado. [15: El IV evangelio no habla aqu de sirvientes (doulois), sino de servidores (diakonois).]

Mara ha entendido bien que no es su autoridad de Madre, y mucho menos su insistencia, lo que decidir a su Hijo a resolver esa necesidad; no obstante, tiene la certeza que lo har en su calidad de Mesas. Ella misma se pone en sus manos e invita a los otros a hacer lo mismo. As queda bien en claro que Jess tiene una nueva familia (mi madre y mis hermanos) fundada ya no en los lazos de carne y sangre, sino en la fe Al pie de la cruz Jess no confa primero la madre al discpulo, sino al contrario, el discpulo a la madre; de all que ese encargo va mucho ms all de la preocupacin por dar a Mara un apoyo para la vida. Tambin en este signo, Juan prescinde absolutamente del elemento familiar y biogrfico, para concentrarse en el profundo significado revelatorio. Al llamarla de nuevo mujer, Juan pone de relieve su relacin con Cristo Cabeza de la Iglesia; Mara es la figura del Nuevo Israel, y se marca su posicin en el Nuevo Pueblo que nace de la hora suprema de la obra mesinica. [footnoteRef:16] El discpulo fiel, sin nombre, es una figura: el prototipo de quien sigue a Jess, que cumple la voluntad del Padre, y por lo mismo es amado por Jess. Esta figura es la alegora del creyente en Cristo que mantiene su fidelidad a l hasta el ltimo Al pie de la cruz est la primera comunidad de la Nueva Alianza. All se encuentra la pequea grey de Jess, la naciente Iglesia. Una vez entregados el discpulo su madre y su madre al discpulo, Jess considera terminada su misin mesinica terrena. [16: La mujer en el AT es Israel. Por eso aqu ni la madre ni el discpulo tienen aqu un nombre propio; son slo vocaciones, misiones, figuras. Son aquellos en los cuales se realiza la obra mesinica de Jess, una vez que ha llegado su hora.]

Para estudiosos de gran renombre, las palabras que Jess dirige a su madre y al discpulo amado forman parte de un esquema de revelacin. Jess viendo a su madre y al discpulo que quera, declara, revela a cada uno de ellos quines son el uno para el otro. As como Juan el Bautista viendo a Jess, revel a sus discpulos que l era el Cordero de Dios (Jn 1,29), as como, viendo venir hacia l a Natanael, Jess que era un verdadero Israelita (Jn 1,47), as ahora, en la cruz, viendo a su madre y a su discpulo predilecto, revela una realidad existente, pero oculta: que la mujer es madre del discpulo, y que el discpulo es su hijo, y, por consiguiente, hermano de Jess Jess revela que ella es madre espiritual y que l es su hijo espiritual; maternidad y filiacin exigen permanecer en el seguimiento de Jess. No se trata de una maternidad que los discpulos se inventan, sino de una maternidad que les es ofrecida, porque ha sido previamente establecida por Jess, que es la Palabra de Dios. El discpulo que debe permanecer hasta que venga Jess en su Parusa (Jn 21,22-23) debe acoger a Mara como a su madre. Luego, no se puede ser discpulo amado de Jess, sin acoger a Mara como Madre!

LA MUJER DEL APOCALIPSIS. La exgesis actual coincide unnime en afirmar de la mujer de la que habla Apc 12 es directa y primariamente la Iglesia. Juan, presbtero de feso que se encuentra en el destierro sufriendo por el testimonio de su fe, en tiempos del emperador Domiciano, tiene una experiencia mstica: el seor resucitado se le aparece para darle a l y a su iglesia perseguida una gran consolacin y paz, revelndole que no es la bestia del imperio la vencedora, ni tampoco ninguna bestia de las mltiples que han atacado en el pasado al Pueblo de Dios (que no son sino trasvestimientos de la antigua serpiente).La mujer de Apc 12 est vestida de sol, con la luna bajo sus pies y una corona de 12 estrellas sobre su cabeza.[footnoteRef:17] Este vestido con el que est vestida la mujer de Apc 12, significa que queda asimilada al principio divino, unida a DiosBajo sus pies est la luna, personificacin de lo femenino y asociada con las funciones femeninas (segn la mitologa y la religin popular). La luna era contemplada como la esposa del sol. En esta perspectiva la Mujer de Apc 12 ha sido unida a lo divino Las estrellas ponen de relieve un carcter celestial, autoridad y gobierno sobre el universo[footnoteRef:18] El gran signo en el cielo de Apc 12 habra sido interpretado por cualquier hombre o mujer mediterrneo de finales del sigo I como la aparicin de la Reina del cielo. Tiene los rasgos de una diosa que en clave cristiana- representa la parte femenina en la reunificacin de Dios con sus creaturas. Para el autor cristiano esta mujer no es una diosa, sino la madre del Mesas La mujer est encinta. Quien nace no es un pueblo sino el Mesas, el que ha de regir a todas las naciones con cetro de hierro. La mujer es madre. Su hijo es el resultado de la unin del cielo y la tierra. En este nacimiento se restablece la unidad primordial entre el cielo y la tierra. [17: Sol, luna y estrellas eran atributos de las divinidad. El dato que la mujer est revestida con el sol no debe pasar inapercibido. Este vestido expresa su personalidad; indica cmo este personaje ha de ser mirado por el resto del mundo. Para griegos y romanos el sol es pantokrator, alma del cosmos, energa, luz del cosmos.] [18: Si nos situamos en el mbito de la astrologa, es probable que cualquier griego o romano que leyera esta descripcin de la mujer apocalptica, pensara enseguida en la constelacin Virgo (parthenos). Esta constelacin es el sexto signo del zodaco. Es representado como una mujer que lleva una espiga de trigo y que tiene alas. La Virgo dej el mundo cuando comenz a proliferar el mal y el pecado. Se esperaba su retorno en el tiempo final, en la edad de oro. Segn la mitologa greco-romana, el retorno de la Virgo era signo de que el fin est cerca. Esto es lo que Apc 12 indica. El signo de Virgo aparece en el cielo. (Garca Paredes, p. 163)]

Hiplito de Roma (235) fue el primero que abord una interpretacin cristiana de la mujer vestida con el sol, en su tratado sobre Cristo y el Anticristo. Interpreta a la mujer como una figura de la Iglesia que posee la Palabra de Dios cuyo brillo supera al sol. La luna significa la gloria del cielo con la cual la Iglesia est adornada. La corona de 12 estrellas simboliza a los 12 apstoles. Los dolores de parto son los sufrimientos de la Iglesia al anunciar el evangelio y ser perseguida. El nio es Jess, el Cristo, que siempre nace en la Iglesia.

La Iglesia, en efecto, heredera del antiguo Israel, lleva en su cabeza la corona de 12 estrellas que nos recuerda la visin de Jos y las 12 tribus de Israel (Gn 37,9), as como en el Nuevo Israel a los 12 apstoles, columnas de la Iglesia. Como mujer representa a Sin que as suele ser simbolizada en su carcter de madre escatolgica (Is 43,5.6; Jr 31,3-14; Ba 4,36-37). Y en su calidad de mujer est a punto de dar a luz, que es tambin imagen de Israel. El varn que da a luz, evidentemente es Jess. Pero no se trata del nacimiento de ste en Beln, sino metafricamente de su muerte y resurreccin, ya que ha de regir a todas las naciones con cetro de hierro (Apc 12,5). Pero como el dragn (la antigua serpiente) nada puede contra el nio varn, arrebatado hasta el trono de Dios, su rabia la arremete contra el resto de los hijos de la mujer, que son los discpulos de Cristo, los hijos de la Iglesia Algunos autores se niegan a reconocer en la Mujer de Apc 12, la figura de Mara, y podran tener razn si esta interpretacin se hace aislada del resto de la teologa de Juan, en la que ya precedentemente hemos visto que la figura de la Iglesia trasluce la figura de Mara. En efecto, as como en las bodas de Can Mara representa el trnsito en el Pueblo de Dios, de la antigua a la nueva economa, as la mujer del Apoc toma la figura del viejo Israel para proyectarla en la Iglesia escatolgica. Del mismo modo que Jess en el calvario encomienda a la Mujer fiel la maternidad de los discpulos, as en el Apoc la mujer es madre de los perseguidos por el testimonio de Jesucristo (Apc 12,17).

El culto a la divinidad femenina en los primeros siglos

La introduccin al captulo V de su estudio sobre Mariologa, titulado Mara y las diosas en el contexto religioso de Asia Menor[footnoteRef:19], Garca Paredes, hace una precisin muy valiosa en cuanto al fenmeno de la mariologa a lo largo de las generaciones. Dice: La mariologa es un fenmeno demasiado complejo como para hacerlo derivar de una sola fuente. La tradicin del NT, la vivencia espiritual del cristianismo ortodoxo, los desafos planteados por el cristianismo heterodoxo, el ambiente religioso-pagano en el que estaban insertas las comunidades cristianas, los acontecimientos histricos, polticos, militares, todo ello influy en el largo camino de la mariologa, o de la reflexin sobre la figura de Mara Los excesos en el culto a Mara son muy antiguos. Mara ha sido no muy pocas veces situada en el panten de las diosas, quiz sobre todo porque se necesitaba adoptar una visin inclusiva de lo divino. El patriarcalismo ha favorecido una imagen de Dios excesivamente masculinizada, de tal que ha quedado al descubierto la necesidad de descubrir a Dios desde otras perspectivas y especialmente la femenina. Aqu tiene su lugar compensatorio el culto a la divinidad bajo la imagen de las diosas. Aqu tiene su lugar eclesial en parte- la devocin a Mara, como rostro femenino de Dios.[footnoteRef:20] [19: En Asia Menor y en el norte de frica el culto a las diosas era muy popular y estaba metido en la entraa de la gente.] [20: Opus cit, p.157 y 158.]

La historia de las religiones demuestra que el culto a las diosas es un importante aspecto de la religin en los primeros tiempos. Dios se revelaba femenino en ellas. Una diosa era una figura omnipresente en la sociedad en que vivan los primeros cristianos. Las ms populares eran Celeste, Isis, Cibeles Los Padres de la Iglesia del norte de frica (tertuliano, Cipriano, Agustn) criticaron y atacaron implacablemente el culto que se les renda, particularmente a Caelestis, en Cartago, cuyos habitantes permanecieron ligados a su Reina del cielo. No slo los paganos sino tambin los cristianos en secreto, segn una fuente cristiana de la poca Tambin en Egipto, los cristianos lucharon enrgicamente contra la idolatra que les opuso resistencia en lo que tiene que ver con el culto a Isis.[footnoteRef:21] [21: El culto a Isis era el propio de una religin csmica que mantena la esperanza en la salvacin a travs de una reintegracin profunda en la totalidad; sta era representada por las aguas primordiales. Por encima y por debajo de las divisiones caticas y de las separaciones que se dan en el mundo, Isis seala un orden esencial en el universo y ofrece un camino para llegar a l. (Stephen Benko)]

Otra diosa a la que se le renda culto es Cibeles que es el smbolo de la madre tierra. Cibeles, la Gran Madre, tocaba fibras muy ntimas del alma humana, y la respuesta era sumamente emotiva.[footnoteRef:22] Algunos seguidores de Cibeles se castraban, se endosaban vestidos femeninos y adoptaban formas afeminadas de comportamiento, para configurarse con la diosa y servirla mejor; se llamaban los galli.[footnoteRef:23] Estas breves referencias buscan sobretodo ubicarnos en el contexto de un cristianismo naciente, confrontado con esta realidad. Sin duda estas prcticas religiosas tuvieron algn influjo entre los cristianos De hecho, algunos cristianos (los de tendencia montanista) asumieron un buen nmero de prcticas paganas relacionadas con la diosa madre para integrarlas en su fe; era fcil identificar a Mara, la madre de Jess, con la diosa-madre y dirigir a ella el culto dado a la diosa. Hacan de Mara una diosa, la Reina del cielo; as restauraban el culto pagano a la Reina del cielo (Caelestis). [22: El culto a Cibeles estaba caracterizado por la danza o movimientos descontrolados de los miembros del cuerpo y de la cabeza, por la msica, por el trance y delirio colectivo. (Stephen Benko)] [23: La castracin situaba a un hombre en la situacin en la que no era ni masculino ni femenino; en el mbito religioso la castracin conceda la nueva identidad de andrgino, y as haca retornar al estado primigenio de indiferenciacin. La persona castrada era como una virgen que ejerca una funcin de mediacin entre Dios y la humanidad. (Stephen Benko)]

Para los antiguos la misma tierra revelaba lo divino femenino. En su fecundidad se repite el misterio que se repite en cada mujer cuando tiene un hijo. La tierra aparece como un vientre misterioso que recibe la semilla y la fecunda. As, la Tierra, con mayscula, se convirti en la personificacin de la madre por excelencia Por eso entre los antiguos la tierra era muy venerada. La madre original es la Tierra, deca Platn.

La tradicin patrstica identificar a Mara como la tierra virgen sobre la que ha cado la Palabra de Dios. Claro est que para los cristianos no se trata de una diosa-tierra, sino que es una parte integral de la nueva creacin hecha por Dios. La Iglesia confiesa que Mara es tambin parte de la humanidad creada. El hijo de Mara que es Hijo de Dios es la primera persona de la nueva humanidad.[footnoteRef:24] [24: Adems de Cibeles, la Gran Madre, haba otras figuras divinas femeninas cuyos devotos pudieron transferir su devocin a Mara cuando se hicieron cristianos. Estatuas y estatuillas de diosas paganas, algunas de ellas con un nio, son bastante semejantes (sino totalmente semejantes) a las representaciones de Mara y del Nio Jess. Es notorio que la iconografa de Isis y Horus fue bsicamente adoptada por los cristianos cuando comenzaron a representar a Mara y a Jess como madre y nio. Es muy posible que en ciertos casos estatuas paganas fueran bautizadas y re-dedicadas como objetos de veneracin a Mara. Es sabido que santuarios dedicados a Mara fueron frecuentemente construidos o situados all donde originariamente se daba culto a diosas paganas. Lo mismo pudo haber ocurrido respecto a las estatuas, especialmente las estatuas negras. Santuarios de diosas-tierra estaban esparcidos por toda Europa y veneradas como Black Madonna. Son negras pero no tienen las formas de raza negra. En algunos casos el material con el que han sido construidas es negro, en otros casos se suele decir que la antigedad y la suciedad las han vuelto negras. Est ltima explicacin no es adecuada. Son negras porque representan a la Madre-tierra. (Garca Paredes, p. 183-184)]

Mara fue recibiendo los mismos ttulos de las diosas. Incluso en el Concilio de feso (431) el pueblo en las calles de la ciudad salud a Mara con los mismos ttulos con los que siglos antes haba saludado a Artemisa Mara concentr pronto sobre s misma las miradas y los corazones de los creyentes. La gran preocupacin eclesistica-pastoral de entonces era evitar que los cristianos se confundiesen en su veneracin a Mara por lo parecido con el culto a las diosas de Asia Menor La tarea de los Padres de la Iglesia era evitar cualquier confusin, cualquier idolatra. El desafo era grande!

Mara en la historia de la Iglesia

La historia del influjo espiritual de Mara en el mundo es muy rica., de suerte que resulta muy difcil abordarla en su totalidad. Es mucho lo que se ha escrito sobre Mara, muchas las experiencias religiosas de su presencia, y tanta la inspiracin que esta mujer ha suscitado, que sobrepasa ampliamente lo que en este curso podemos decir de ella Lo que expondremos tiene que ver ms que todo con los momentos importantes del desarrollo mariolgico durante el primer milenio, poca en la que emergen los principales dogmas cristolgicos, a partir de los cuales Mara es contemplada de forma nueva.

Los principales desafos presentados por el gnosticismo cristiano (que no reconoca la divinidad autntica de Jess y su filiacin divina)[footnoteRef:25] hicieron avanzar la reflexin cristolgica y mariolgica; obligaron a reflexionar de forma nueva sobre los datos bblicos. [25: Eran creyentes ilustrados que, fieles a la Escritura, queran reinterpretar la Revelacin con nuevas categoras filosficas y religiosas. Eran profesionales de la gnosis, es decir, del conocimiento de Dios y del conocimiento de s mismos. Adems posean un conocimiento de la Escritura, pero ms pesaba sobre ellos su visin antropolgica platnica (desestimar lo sensible ante la realidad de las esencias). Queran modernizar el cristianismo y liberarlo de la pobreza del judasmo que segn ellos tena una visin muy pobre del mundo, de Dios, de Cristo y del Espritu.]

La reflexin de los Padres, de los II y III, no portaba ciertamente sobre Mara, pero s era un importantsimo tema complementario. Lo que preocupaba de verdad era el tema cristolgico y soteriolgico. Y por ello se recurra a Mara Sabemos que en el paganismo lo femenino tena gran importancia pues era revelacin de lo divino. Es por eso que los Padres, particularmente Ireneo, buscan dar respuesta cristiana a los desafos que les planteaba el paganismo. Posiblemente esa era la nica forma de inculturar la fe, con sus riesgos por supuesto.[footnoteRef:26] [26: A Ireneo y Justino les debemos que se haya situado lo femenino como principio de salvacin en la historia, en la carne Mara la nueva Eva se convierte autnticamente en madre de los vivientes. Ella es madre del nuevo Adn. Es abogada de la vieja Eva.]

La mariologa es para entonces entendida como una parte esencial en el cristianismo. El culto a la madre diosa entr en la Iglesia bajo la categora de Ecclesia, representada como madre espiritual o como segunda Eva de la que nace una nueva humanidad En la doctrina de los Padres la Iglesia es mujer, Mara es el tipo de la Iglesia, y la Iglesia hace ahora en sentido espiritual lo que Mara hizo fsicamente (la Iglesia es virgen, es madre y esposa) Hubo un proceso confuso hasta que Mara fue declarada Madre de Dios Ese paralelismo Mara-Iglesia slo se rompi en el segundo milenio, y ese mrito se lo debemos al Vaticano II. Este concilio tuvo que realizar oficialmente en la Iglesia una operacin quirrgica que consisti en desprender la figura teolgica de Mara de una excesiva identificacin con Jesucristo (la mariologa de los privilegios y la devocin) y promover un acercamiento y mayor identificacin con la Iglesia; se identific a Mara como prototipo de la Iglesia[footnoteRef:27]. Mara forma parte del pueblo de Dios, pueblo consagrado con carismas del Espritu; pueblo que se regenera a travs de los sacramentos y la escucha de la Palabra. [27: En otras palabras: el Vaticano II consigui el equilibrio entre la mariologa cristotpica, que tenda a encerrarse en los privilegios, y una mariologa eclesiotpica en la que no se haca total justicia a los carismas que Dios concedi a la Theotkos.]

LOS DOGMAS MARIANOS

En el tiempo inmediatamente posterior al NT, la Iglesia contempl a Mara en el misterio de la historia de la Salvacin: Mara nueva Eva, virgen, madre y esposa. En los siglos posteriores, la reflexin fue progresivamente centrndose en Mara como mujer individual y privilegiada, descubriendo en ella una santidad nica, con dones que no comparta sino con su Hijo (inmaculada concepcin, asuncin).

Mara es Madre-Virgen

Hay una originalidad totalmente nica en la afirmacin de la concepcin virginal de Jess, de la cual no existe ni paralelismo ni antecedente, ni en la tradicin bblica ni en el judasmo palestino2, escribe el biblista Charles Perrot. La concepcin virginal constituye una diferencia considerable respecto a los nacimientos milagrosos de hijos de padres ancianos o estriles. La maternidad de Mara se presenta con insistencia en los relatos de la infancia (Mt 1,20; Lc 1,34) como maternidad virginal. Es una maternidad total. a la vez biolgica y humana. Mara no est presente en el NT ms que en virtud de su relacin nica con Jess; est en total relacin con su Hijo, de modo que Isabel la llamar la Madre de mi Seor. San Lucas, en particular, enfatiza claramente la virginidad de Mara, requisito indispensable para la encarnacin del Verbo y por lo tanto para que Jesucristo tenga naturaleza divina y en consecuencia para que haya podido redimirnos del mal. Si no hubiese sido Dios no hubiese podido redimirnos y si no hubiese sido hombre tampoco, ambas cosas son inseparables, y Mara entra plenamente en este misterio, ella es la verdadera madre humana, que le hace humano al Verbo eterno, y a la vez es virgen, que garantiza el origen divino de Jess.La maternidad virginal de Mara pertenece al depsito de las primeras verdades que la Iglesia ha confesado. Aunque a decir verdad, las primeras confesiones que se conocen son enteramente cristolgicas; pocas veces se habla del misterio de la participacin de Mara Lo que queda claro es que: virginidad y maternidad no son en Mara dos realidades separadas, aunque con el tiempo se las abord por separado. En Mara, la virginidad es maternal y la maternidad es virginal. Lo nico, lo genuino de la maternidad divina de Mara se expresa en el adjetivo virginal; como tambin, lo nico, lo genuino de la virginidad de Mara se expresa en el adjetivo maternal.

Hemos de saber que la virginidad de Mara ha sido confesada de modos diferentes a lo largo de la tradicin de la Iglesia:

Era una forma de confesar la maternidad trascendente de Mara por ser madre del Hijo de Dios (en los tres primeros siglos); Al hablar de la siempre virgen, se le daba el matiz de ejemplaridad, de moralidad (modelo de la monja, del monje).

La virginidad de Mara est directamente asociada al misterio de Cristo. Para Ignacio de Antioqua (110), Mara es aquella que ha engendrado a Cristo, que le ha dado una carne verdadera y real; por eso l pudo despus sufrir, morir. En ese sentido Cristo es en primer lugar de Mara y despus de Dios. La ausencia de padre hace presuponer a Ignacio la concepcin virginal.[footnoteRef:28] La virginidad de Mara no significa el ser o el estado virginal de ella, sino la concepcin virginal de Cristo en su seno; la virginidad no es un estado o privilegio de Mara, segn Ignacio. La virginidad de Mara pertenece a Cristo. Su virginidad tiene que ver con el misterio de Cristo La virginidad de Mara fue profeca esperada por el pueblo de Israel y al mismo tiempo requisito para que ese Hijo fuese realmente el Hijo de Dios y no el hijo de cualquier hombre. [28: En su carta a los Efesios, Ignacio dice: que le qued oculta al prncipe de este mundo la virginidad de Mara y su parto, como tambin la muerte del Seor. El Maligno no supo lo que aconteca.]

Ms tarde Ireneo que establece un paralelismo entre Jess y Adn a causa de sus orgenes virginales, deja entender que Adn vino de la voluntad y de la sabidura de Dios y de una tierra virgen (no manchada por el pecado); el primer creado fue plasmado por la mano de Dios; la creacin de Adn est en paralelo con la encarnacin del Verbo que tiene lugar en el seno de una Virgen, sin obra de varn. El fruto ser un hombre nacido del Espritu Santo y de una mujer virgen. Dice Ireneo: Por su origen del Espritu Santo ser Hijo de Dios; por su venida de madre virgen, hijo del hombre. (Adv haer V,1.3)

Cuando los valentinianos preguntaron a Tertuliano por qu el hijo de Dios tena que nacer de una virgen, su respuesta fue: para iniciarse en una nueva forma de nacer, prescindiendo de la vieja y corrompida semilla; se necesitaba una nueva semilla espiritual. Si Adn naci de una tierra virgen, an no violada por el trabajo ni sembrada, no deba el ltimo Adn nacer tambin de tierra virgen?.

Otros Padres desarrollaron tambin ms tarde este tema (del paralelismo Adn-Jess). Sobre el tema de la tierra virgen, san Juan Crisstomo nos ha dejado una hermosa catequesis:

Edn significa tierra virgen, y tal fue el lugar donde Dios plant el paraso. El paraso no fue por tanto obra de las manos del hombre. La tierra era virgen. No haba sido an penetrada por el arado, ni excavada en el surco, sino que sin conocer las manos de los agricultores- slo por mandato hizo germinar aquellas plantas. Por esta razn la llam Edn que significa tierra virgen. Esta virgen fue el tipo de la otra Virgen. De hecho, como esta tierra, sin recibir simiente, hizo germinar para nosotros el paraso, as tambin la otra sin recibir simiente (esperma) de hombre, hizo germinar para nosotros al Cristo.

Ciertamente resulta inaudito e imposible para cualquier ser humano, engendrar al Hijo de Dios. Ese es el misterio oculto del cual habl Ignacio de Antioqua, y que Lutero lo calificar ms tarde como un nuevo signo. Concebir por el Espritu Santo es algo que nunca haba acontecido; lo que en Mara sucede es milagroso y tiene como protagonista al Espritu.

Que Mara sea la siempre virgen, para los Padres, no hay ni la mnima duda. Jesucristo fue concebido virginalmente; ese es uno de los pilares de la doctrina revelada. La realidad de la encarnacin es un hecho innegable. La virginidad de la madre es un signo del libre designio divino de salvacin (Ignacio de Antioquia, Ireneo). Ireneo, refirindose a la concepcin virginal, ve en ella, el signo libremente elegido por Dios, mas no teolgicamente necesario. Al establecer la comparacin entre la obra creadora y la salvfica, mediante el paralelo Adn=Cristo, Eva=Mara, Ireneo escribe:

Si el primer Adn hubiese tenido un hombre como padre y hubiese nacido del semen masculino, con razn se debera decir que el Segundo Adn fue engendrado por Jos. Pero si aquel naci de la tierra por obra del Verbo de Dios, era necesario que el mismo Verbo, para recapitular la obra de Adn, rehacindola en s mismo, fuese engendrado a semejanza del primero. Entonces por qu no tom Dios de nuevo el barro, sino actu plasmando su cuerpo de Mara (ex Marias)? Para no hacer una nueva produccin, distinta de aquella que deba salvarse, sino deba realizar la recapitulacin de aquella misma conservando la semejanza. (Adv Haer III,21.10)

La concepcin virginal no es una prueba sino un signo dado en el interior de un primer discurso de fe que se pregunta por el origen de Jess. El cardenal telogo J. Ratzinger enseaba: La filiacin divina de Jess no reposa, segn la fe de la Iglesia, en el hecho de que Jess no haya tenido padre humano; la doctrina de la divinidad de Jess no entrara en crisis si Jess hubiese nacido de un matrimonio normal.[footnoteRef:29]. Esto equivale a decir que la intencin propia de la concepcin virginal es la de dar, por parte del origen humano de Jess, un signo de la Encarnacin del Verbo y denunciar de antemano toda interpretacin adopcionista de esta divinidad La vinculacin nica en su gnero, de Mara con el Verbo de Dios hecho carne concede su maternidad virginal todo su relieve De hecho, la primera afirmacin de la fe en la tradicin cristiana recoge rigurosamente la enseanza de la Escritura: Mara es la madre virginal de Jess. [29: Foi chrtienne hier et aujourdhui, Paria, 1969.]

Virginidad de Mara in partu

La generacin o concepcin virginal de Jess no es en primer lugar un misterio que se refiera a Mara, sino ms bien un dato cristolgico que atae en primer lugar a la persona de Jess. Tan slo en un segundo tiempo, su realidad claramente afirmada se convirti en fuente de honor y gloria para la virgen Mara. Esto quiere decir que primero se afirma la divinidad de Cristo que no depende inmediatamente de ella. El tema de la concepcin virginal de Jess y la condicin virginal de Mara iba adquiriendo cada vez ms importancia, al mismo tiempo que serva como elemento organizador y unificante de otras reflexiones ms populares, surgidas respecto a la virginidad de Mara. Es as que nos encontramos con el parto virginal. Entre puntos de vista favorables y fuertes oposiciones, poco a poco se fue consolidando sobre este tema una reflexin ms profunda.

Tertuliano sostiene que Mara haba sido nicamente virgen antes del parto, no en el parto.[footnoteRef:30] A partir del nacimiento de Jess, Mara tena el seno abierto. Ya no era virgen sino madre, esposa; as lo ratifica Pablo, al decir que naci de mujer, no de virgen. Ms o menos en la misma lnea, Ireneo sostendr: Pues el Logos de Dios se har carne, y el Hijo de Dios hijo del hombre, al abrir puro como es- con pureza (al entrar)- aquella vulva pura (=el seno de la Virgen) que regenera a los hombres para Dios; (y) que l hizo puro. (Adv haer IV.33,11) Orgenes rechaza tambin la integridad fsica de Mara en el parto. La preocupacin de los Padres era evitar la opinin doceta segn la cual Cristo no se haba encarnado adecuadamente, aunque esto comportaba tambin algunos riesgos como vulgarizar el parto al punto que en cierta forma niegue el origen trascendente de Cristo, opinaba Epifanio (403). Lo que Epifanio quera mostrar era que el parto de la virgen fue un parto autntico, que aconteci de modo natural, pero que estuvo rodeado de ciertas circunstancias adecuadas a aquel que naci: sin deshonor, inmaculado y sin contaminacin San Agustn en particular considera como muy unificado el misterio de la encarnacin con el parto; y as, piensa l, si el primero fue en modo admirable, tambin el segundo debi ser milagroso. Inclusive incluye el parto virginal como parte integral de la fe de la Iglesia, ya que: [30: Pari porque dio a luz un descendiente de la propia carne; no lo dio en cuanto no lo hizo por intervencin humana. Fue virgen respecto al marido, pero no respecto al parto La misma que dio a luz lo hizo verdaderamente. Fue virgen en cuanto a la concepcin, no en cuanto al parto El seno de la virgen se abri de modo especial, porque en modo especial haba sido sellado. (Tertuliano, De carne Christi 23)]

Si al nacer l, se hubiese violado la integridad de Mara, ya no habra nacido de una virgen, y entonces sera falso muy lejos de nosotros tal blasfemia- que l hubiese nacido de Mara Virgen, como confiesa toda la Iglesia.

Los grandes telogos de los siglos III, IV y V[footnoteRef:31] aceptaron la virginitas in partu. Junto a otros Padres, San Ambrosio ensea que, el que Mara sea siempre Virgen, como afirma constantemente la Iglesia, significa ni dolor ni rotura fsica de la carne de Mara en el partoFue en el ao 390, con en el Snodo de Miln, que se present oficialmente la virginitas in partu como doctrina oficial de la Iglesia. Entre las razones para ello estn: el argumento de conveniencia, e inclusive la valoracin cultural de la virginidad en esos siglos.[footnoteRef:32] San Efrn el sirio, defensor acrrimo de la virginidad perpetua de Mara, frente a las afirmaciones de quienes decan que Mara mantuvo relaciones esponsales normales con Jos despus del nacimiento del Salvador, argumenta: [31: Atanasio, Basilio, Gregorio de Nisa, Gregorio Nacianceno, Zenn, Cirilo de Jerusaln, Epifanio, Ambrosio, Agustn, Jernimo Ambrosio y Agustn hasta hablaban de la virginidad fisiolgica de Mara.] [32: Escritos como De margarita, de un autor annimo, argumentan as: Cuando llega la madurez de la carne fecundada, entonces se ponen en movimiento los dolores del parto. Pero esto no ocurri en el caso de Cristo. l fue dado a luz sin dolores, dado que fue concebido sin corrupcin, y que tom la carne de la virgen, aunque no de la carne (de hombre) sino por obra del Espritu Santo. Por eso el naci de la Virgen cuando el Espritu Santo abri su seno para hacer salir a aquel hombre, que era el creador de la naturaleza, y que en su crecimiento dentro de ella le daba a la Virgen una fuerza peculiar. Fue el Espritu Santo quien ayud en el parto a aquella mujer que no conoci el lecho matrimonial. Por eso el que naci no removi el sello de la virginidad, ni la Virgen sinti fatiga ni dolor en el parto. Abierta por el engordamiento del Hijo que haba concebido, inmediatamente volvi a su sello (como la madreperla). Los reyes conceden privilegios a las ciudades en las que nacieron, o fueron glorificados. En cuanto al Hijo de Dios, que todo lo puede, no deba quiz conceder a su virgen Madre el don de la virginidad?... Y Cristo, no ha corregido y perfeccionado quiz ms todas las cosas que parecan turbar la naturaleza? Debera nacer como cualquier otro hombre y dejar a la Madre como cualquier otra entre las mujeres?]

Cmo hubiera sido posible que aquella que fue morada del Espritu, que estuvo cubierta con la sombra del poder de Dios, se convirtiera en mujer de un mortal y diese a luz en el dolor, segn la primera maldicin?... Una mujer que diera a luz con dolores no podra ser llamada bienaventurada. El Seor que entr con las puertas cerradas (Jn 20,26), sali as del seno virginal, porque est virgen dio a luz realmente pero sin dolor.

Tras otros planteamientos que articulan el paralelismo Eva-Mara, los Padres ven que la primera da a luz en el dolor y los sufrimientos, mientras que la otra en la alegra Esto nos lleva a deducir que: Los Padres de la Iglesia vieron tanto en la concepcin como en el parto de Cristo un acontecimiento prodigioso realizado por Dios y encontraron para ello apoyos bblicos. Con todo, algunos no rehuyeron mantener la idea se