linera, prada, tapia, camacho - el estado. campo de lucha

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    El Estado. Campo de lucha

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    Muela del Diablo Editores

    Comuna Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales

    El Estado. Campo de luchalvaro Garca Linera, Ral Prada,Luis Tapia, Oscar Vega Camacho,

    Editor Responsable: Emir Sader Secretario Ejecutivo de CLACSOCoordinador Acadmico Pablo Gentili - Secretario Ejecutivo Adjunto de CLACSOPrograma de Co-edicionesCoordinador Horacio Tarcusrea de Produccin y ContenidosEditor General: Lucas SablichDirector de Arte: Marcelo Giardino

    Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales Conselho Latino-americano de Cincias SociaisAv. Callao 875 | piso 5 | C1023AAB Ciudad de Buenos Aires | ArgentinaTel [54 11] 4811 6588 | Fax [54 11] 4812 8459 | e-mail [email protected] | web www.clacso.org

    CLACSO cuenta con el apoyo de la AgenciaSueca de Desarrollo Internacional (ASDI)

    MUELA DEL DIABLO EDITORESTel/Fax: 2770702 Casilla 2354 La Paz [email protected]

    Concepto Grfico de coleccin: Sergio Vega

    D.L. 4-1-726-10

    ISBN: 978-99905-40-63-5

    Imprenta Wa-Gui Tel/Fax: [email protected]

    Impreso en Bolivia

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    El Estado en transicin.Bloque de podery punto de bifurcacin

    Prlogo

    lvaro Garca Linera

    ndice

    Umbrales y horizontes de la descolonizacinRal Prada Alcoreza

    Estado y sociedad

    Horizontes del Estado plurinacional

    El estado en condiciones de abigarramiento

    Luis Tapia

    Las dos fuentes del abigarramiento

    Las estructuras de poder patrimonialista entiempos de autonoma relativa del estado.

    I. Consideraciones

    Oscar Vega Camacho

    Al sur del Estado

    II. Orientaciones

    III. Encrucijadas

    7

    9

    43

    43

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    97

    97

    115

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    Articulaciones

    131

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    Los cambios polticos que se estn dando son producto de un cambioen las relaciones entre Estado y sociedad civil, entre las diferentessociedades y culturas que existen en el pas. Los ensayos que formanaparte de este libro ven los cambios polticos en relacin a la dinmicade las estructuras sociales y polticas, y en las relaciones entre Estado,gobierno, sociedad y culturas. Se trata de miradas sociolgicas e

    histricas sobre la poltica y el Estado.El Estado se est reformando en algunos aspectos porque lacomposicin y accin de la sociedad civil y de las culturas comunitariasest cambiando, produciendo una coyuntura de posibilidad yde reestructuracin democrtica de las relaciones entre Estado ysociedades, pero tambin se despliegan los aspectos conservadorescontenidos en la sociedad civil en el polo propietario y desde losmbitos populares.

    El Estado es una relacin y un conjunto de estructuras que esresultado de la lucha poltica. El Estado es un campo de lucha y unaforma de lucha poltica, a la vez que se pretende que sea la formade unificacin de territorios y poblaciones divididas por criteriosde propiedad, poder poltico y cultura. La lucha poltica se estdesplegando fuera y dentro del Estado, un Estado dividido por elmodo en que los sujetos que gobiernan diferentes niveles y espaciosrelacionan las estructuras estatales con las estructuras sociales.

    Prlogo

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    El Estado es campo de disputa por la reproduccin o reformadel orden social. Sobre esto discurren los ensayos de este nuevo librode Comuna.

    En el transcurso de elaboracin de estos ensayos reunidoshan colaborado, debatido y aportado diversas personas en distintasocasiones y momentos, lo cual nos llevara a menciones muy extensas

    y probablemente ingratamente olvidar alguna o algunas; por ello,agradecemos a todos y todas que compartieron de una u otra maneraestos escritos. Y, al final aunque no la ltima, a Isabella MargeriteRadhuber por su compromiso y complicidad en su empeo para cadauno de los ensayos.

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    El Estado en transicin.Bloque de poder y

    punto de bifurcacin

    lvaro Garca Linera

    El objetivo del gobierno constitucional es de conservar la

    Republica: el del gobierno revolucionario es el de fundarla.La Revolucin es la guerra de la libertad contra sus enemigos;

    la Constitucin es el rgimen de la libertad victoriosa y serena.

    El gobierno revolucionario necesita una actividad

    extraordinaria por estar, precisamente, en guerra. Se ve sometido a

    reglas menos uniformes y menos rigurosas, porque las circunstancias

    en las que se encuentra son tormentosas y mviles; y sobre todo,

    porque se ve obligado a desplegar sin respiro recursos nuevos y

    veloces para hacer frente a peligros nuevos y urgentes.El gobierno constitucional se ocupa principalmente de la

    libertad civil; y el gobierno revolucionario de la libertad publica.

    En situaciones de rgimen constitucional basta, prcticamente,

    con proteger a los individuos de los abusos del poder publico; bajo

    el rgimen revolucionario, el poder publico debe defenderse a si

    mismo de todas las facciones que lo atacan.

    Robespierre

    En este articulo, quisiera reflexionar acerca del Estado en tiempos detransicin. Qu podemos entender por Estado en momentos en que suforma social est en duda, en proceso de incertidumbre o, si se prefiere,en momentos en que se construye una nueva estructura estatal.Ciertamente, lo que llamamos Estado es una estructura de relaciones

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    polticas territorializadas y, por tanto, ujos de interrelaciones yde materializaciones pasadas de esas interrelaciones referidas a ladominacin y legitimacin poltica. Esta relacin-Estado siempre esun proceso histrico poltico en construccin, en movimiento, enflujo. Sin embargo, hay momentos en su historia cuando este devenirse mueve en un marco de procedimientos, jerarquas y hbitosrelativamente previsibles y acotados; estos son los momentos de laestabilidad de la relacin-Estado. Pero cuando las jerarquas, losprocedimientos y los hbitos de la relacin-Estado pierden su anclajeestructural primordial, estamos frente a los momentos de transicinde una estructura de relaciones polticas de dominacin y legitimacin

    a otra, es decir, a otra forma de relacin-Estado.En un anterior artculo, reflexionamos en torno a tres ejes

    analticos del concepto de la relacin-Estado1: el Estado comocorrelacin poltica de fuerzas sociales, el Estado como materialidadinstitucional y el Estado como idea o creencia colectiva generalizada.Quisiera recoger este debate, entendiendo al Estado, por una parte,como una correlacin poltica de fuerzas entre bloques y clasessociales con capacidad de influir, en mayor o menor medida, en la

    implementacin de decisiones gubernamentales o, si se prefiere, comoconstruccin de una coalicin poltica dominante; por otra, comouna maquinaria donde se materializan esas decisiones en normas,reglas, burocracias, presupuestos, jerarquas, hbitos burocrticos,papeles, trmites, es decir, como institucionalidad. Estos dos primeroscomponentes hacen referencia al Estado como relacin materialde dominacin y conduccin poltica. Y, en tercer lugar, el Estadocomo idea colectiva, como sentido comn de poca que garantiza el

    consentimiento moral entre gobernantes y gobernados. Con este tercercomponente, nos referimos al Estado como relacin de legitimacinpolticao, en palabras del profesor P. Bourdieu2, como monopolio delpoder simblico.

    1 Garca Linera, lvaro, Lucha por el poder en Bolivia, en Horizontes y limites del Estado y elpoder. Comuna/ Muela del Diablo, La Paz, 2005.

    2 Bourdieu, Pierre. Razones Practicas.Anagrama, Espaa, 1997.

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    Esto nos permite ver entonces al Estado tambin como unaconstruccin poltica de monopolios legtimos sobre determinadosrecursos escasos de la sociedad: coercin, recursos econmicospblicos y legitimacin. En este sentido, el Estado, como lo defini

    Weber3, es una maquina relacional que ha logrado a lo largode la historia monopolizar el uso de la coercin publica en undeterminado territorio mediante la centralizacin de la fuerzaarmada (Fuerzas Armadas, Polica), la punicin de las transgresionesa los modos de convivencia social (crceles, tribunales, cdigos) yel disciplinamiento colectivo al cumplimiento de procedimientos yreglamentos (acceso y cumplimiento de las normas publicas). Esta

    coercin, si bien se materializa en instituciones (dimensin materialdel Estado), y se consagra o se cotidianiza por medio de la continuainternalizacin, y aceptacin pre-reexiva de los procedimientos,por parte de los ciudadanos (dimensin ideal del Estado), se tratade unas coerciones que han sido fruto de momentos especficos deluchas, de confrontaciones sociales que han jerarquizado e impuestodeterminadas visiones o necesidades de mando y control sobreotras necesidades y mandos de otros sectores sociales (el Estado

    como dominacin Marx o correlacin de fuerzas), y que con eltiempo se han consolidado, olvidado en su origen de imposicin, ynaturalizado como habito social.

    Lo mismo con los otros dos monopolios que dan lugar al Estadohistrico: de recursos econmicos y de legitimacin social. En elcaso del monopolio econmico construido por el Estado, N. Elias,ha mostrado como es que el Estado moderno ha ido consolidandotempranamente la facultad exclusiva de cobrar impuestos4, a lo que

    hay que aadir luego, la propiedad de las empresas pblicas y laadministracin centralizada del presupuesto general del Estado.5

    3 Weber, Max, Economa y sociedad. Fondo de Cultura Econmica, Mxico, 1987.

    4 Elias, Norbert, El proceso de la civilizacin. Fondo de Cultura Econmica, Mxico, 1989.

    5 Intervencin del Vicepresidente lvaro Garca Linera,Coloquio Poder y cambio en Bolivia:2003-2007, 27 de noviembre de 2008.

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    Ac tambin tenemos un hecho monoplico construido mediantemecanismos coercitivos, legitimados como obligacin ciudadana einstitucionalizados como funcin regular estatal.

    Por ultimo el monopolio del poder simblico que detentael Estado, si bien hace referencia al control de los procesos deproduccin de las ideas-fuerza que cohesionan a una sociedad, setrata de legitimaciones de imposiciones, de dominaciones y luchaspor la imposicin cuya violencia ha sido olvidada y reconocidacomo normal y practicada como parte del mundo dado de las cosasde una sociedad.

    Por todo ello, otra manera de ver al Estado contemporneo escomo un proceso de construccin histrica de dominacin a partir detres grandes monopolios: de la coercin, de la riqueza publica y de lalegitimacin poltica en el que cada uno de estos tres grandes monopoliosa la vez ha sido producido por procesos articulados correlaciones defuerzas, de institucionalizaciones de esas correlaciones de fuerzas yde legitimaciones polticas. Los monopolios serian como los tomosde la materia estatal, en tanto que las partculas elementales de laque se componen esos tres tomos serian la correlacin de fuerzas,la institucionalidad y la legitimidad.

    De ah que, de cierta manera, la relacin-Estado sea una relacinparadojal. Por una parte, polticamente no hay nada ms material (fsica

    y administrativamente) que un Estado (monopolio de la coercin, dela administracin de los impuestos como ncleo ntimo y fundante),pero, a la vez, no hay nada que dependa ms en su funcionamiento,que de la creencia colectiva de la necesidad (momento conciente) oinevitabilidad (momento prerreflexivo) de su funcionamiento.

    De igual manera, en la administracin interna de la maquinaria,el Estado se presenta como la totalidad ms idealista de la accinpoltica porque es el nico lugar en todo el campo poltico en elque la idea deviene inmediatamente en materia con efecto socialgeneral, esto es: el nico lugar donde cualquier decisin pensada,asumida y escrita por los gobernantes, deviene inmediatamenteen materia estatal, en documentos, informes, memorias, recursos

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    financieros, ejecuciones prcticas, etc., y esto con efecto socialgeneral. Por ello, se puede decir que el Estado es la perpetuacin yla constante condensacin de la contradiccin entre la materialidad

    y la idealidad de la accin poltica, contradiccin que busca sersuperada parcialmente mediante la conversin de la idealidad comoun momento de la materialidad (la legitimidad como garante de ladominacin poltica) y la materialidad como momento del desplieguede la idealidad (decisiones de gobierno que devienen en acciones, degobierno tambin, de efecto social general).

    Retomando las caractersticas de estos tres componentesestructurales de la relacin estatal y esos tres ladrillos bsicos de

    su composicin intentemos acercarnos ahora a algunos elementosdel Estado en transicin o momentos de revolucin poltica de lassociedades. Para ello, son reveladores los textos de Robespierre6,tambin los de Marx en los que escribe sobre la revolucin europeade 1848-18507y sobre la Comuna de Paris en 18718, al igual que lasreflexiones de Lenin en el periodo 1918-19209 y, por supuesto, RenZavaleta Mercado cuando estudia la revolucin de 1952.10

    En lo que se refiere a los estudios del Estado como continuidad

    y reproduccin, hay bastantes aportes en la sociologa del Estado. Enello, las investigaciones sobre el proceso de monopolizacin de lacoercin legtima y de los impuestos, de construccin de los sistemaslegales y judiciales, y del papel del sistema escolar como reproductorde las relaciones de dominacin, son lneas de estudio de los largosperiodos de regularidad y la reproduccin del Estado.11

    6 Robespierre, Maximilien, Sur les principes du gouvernement revolutionnaire, en OeuvresCompletes. Paris, 1968.

    7 Marx, Karl, Las revoluciones de 184. Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 1989.8 Marx, Karl, La Guerra Civil en Francia. Pekn, Ediciones en Lenguas Extranjeras, 1978.

    9 Lenin, V.I. Escritos entre octubre de 1917 y 1979, en Obras Completas, Tomos 27, 28, 29, 30.Mxico, Ediciones Salvador Allende, S.f.

    10 Zavaleta, Rene, El poder Dual.La Paz, Editorial Los Amigos del Libro, 1987; La cada del MNRyla conjuracin de noviembre. La Paz, Editorial Los Amigos del Libro, 1995.

    11 Weber, Max, Economa y sociedad. Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 1987; Elias, Norbert,El proceso de la civilizacin. Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 1989; Bourdieu, Pierre,Poder, derecho y clases sociales. Madrid, Editorial Desclee, 2000; Bourdieu, P.; Passeron, J.C., Lareproduccin, Elementos para una teora de la enseanza. Barcelona, Editorial Laia, 1972.

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    En nuestra estada en el gobierno, pude visualizar otros elementosde la regularidad y de la reproduccin de la relacin de dominacinestatal que pudieran explorarse con mayor detenimiento, como lasasignaciones de la inversin pblica, el papel del Banco Central en elcontrol de los flujos monetarios y de la propia inversin interna, losregmenes de contratacin de obras, de contratacin de deuda, msan en tiempos en que el Estado asume un mayor protagonismo enla inversin pblica. En conjunto, se trata de temticas que se puedenincorporar al bagaje sociolgico del estudio del Estado en tiemposde estabilizacin o de estabilidad como espacio de dominacin apartir de correlacines de fuerzas, de instituciones que objetivan esa

    correlacion de fuerzas y de ideas que legitiman y naturalizan lasrelaciones de fuerza.

    Ahora bien, estas tres dimensiones o caras del mismo ordenestatal, en momentos de cambio de forma y contenido social delEstado, presentan transformaciones diferentes en su profundidad yvelocidad, de acuerdo al momento o etapa de la crisis de Estado que seest atravesando.

    Esquemticamente, podemos resumir que toda crisis estatal

    atraviesa cinco etapas histricas:

    Ela) momento del develamiento de la crisis de Estado, que escuando el sistema poltico y simblico dominante que permitahablar de una tolerancia o hasta acompaamiento moralde los dominados hacia las clases dominantes, se quiebraparcialmente, dando lugar, as, a un bloque social polticamentedisidente con capacidad de movilizacin y expansin territorial

    de esa disidencia convertida en irreductible.De consolidarse esa disidencia como proyecto poltico nacionalb)imposible de ser incorporado en el orden y discurso dominante,se da inicio al empate catastrfico, que habla ya de la presenciano slo de una fuerza poltica con capacidad de movilizacinnacional como para disputar parcialmente el control territorialdel bloque poltico dominante, sino adems, de la existencia de

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    una propuesta de poder (programa, liderazgo y organizacincon voluntad de poder estatal), capaz de desdoblar el imaginariocolectivo de la sociedad en dos estructuras polticas-estatalesdiferenciadas y antagonizadas.

    Renovacin o sustitucin radical de lites polticasc) mediantela constitucin gubernamental de un nuevo bloque polticoque asume la responsabilidad de convertir las demandascontestatarias en hechos estatales desde el gobierno.

    Construccin, reconversin o restitucin conflictiva de un bloqued)

    de poder econmico-poltico-simblicoa partir del Estado, en la

    bsqueda de ensamblar el ideario de la sociedad movilizadacon la utilizacin de recursos materiales del o desde el Estado.

    Punto de bifurcacine) o hecho poltico-histrico a partir delcual la crisis de Estado, la pugna poltica generadora dedesorden social creciente, es resuelta mediante una serie dehechos de fuerza que consolidan duraderamente un nuevo, oreconstituyen el viejo, sistema poltico (correlacin de fuerzasparlamentarias, alianzas y procedimientos de recambio degobierno), el bloque de poder dominante (estructura depropiedad y control del excedente) y el orden simblico delpoder estatal (ideas fuerza que guan las temticas de la vidacolectiva de la sociedad).

    En el caso de Bolivia, la crisis estatalse manifest desde el ao2000 con la Guerra del Agua, la que al tiempo de revertir una polticaestatal de privatizacin de recursos pblicos, permiti reconstituir

    ncleos territoriales de un nuevo bloque nacional-popular.12El empatecatastrfico13 se visibiliz desde el ao 2003, cuando a la expansinterritorial de este bloque social movilizado, se sum la construccinpolimorfa de un programa de transformaciones estructurales a la

    12Garca, A; Gutirrez, R.; Tapia, L.; La forma multitud de la poltica de las necesidades vitalesen El Retorno de la Bolivia plebeya. La Paz, Comuna-Muela del Diablo, 2000.

    13 Gramsci, Antonio, Notas sobre Maquiavelo y sobre el Estado moderno, en Cuadernos de laCrcel, T. 1. Mxico, Juan Pablo Editor, 1975.

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    bloque de poder? Cules son las caractersticas, las medidas yestrategias de expansin de la nueva base material que sustenta alnuevo bloque de poder?

    En segundo lugar: Cules son los actuales mecanismos deestabilizacin del poder y de mando poltico del Estado? Si en losmomentos de estabilidad de la reproduccin de las relaciones dedominacin, el rgimen judicial, el sistema escolar, el Congreso,la relacin salarial y otros, son los mecanismos decisorios de lacontinuidad de la correlacin de fuerzas sociales; en momento de crisisestatal, cules son los mecanismos de la reproduccin y ampliacinde la nueva correlacin de fuerzas emergente de la insurgencia social,la movilizacin colectiva y las elecciones?

    Y por ltimo: Cules son las condiciones de posibilidad de lapresencia del momento histrico de lo que denominaremos puntode bifurcacin estatal a partir del que ya es posible hablar de unproceso de estabilizacin y de auto reproduccin de la correlacinde fuerzas y, por tanto, de cierre de la crisis de Estado? Es evidenteque la llegada a la estabilizacin estratgica del sistema estatal esun proceso, pero hay un momento, el punto de bifurcacin poltico,en el que se verifica un proceso de retroalimentacin duradera dela correlacin de fuerzas, de las ideas-fuerza dominantes y de lamaquinalidad administrativa que expresa la correlacin de fuerzas.En otras palabras, lo que interesa indagar son las relaciones delEstado en construccin de suforma histrica, no tanto del Estado ensu reproduccin y en su estabilizacin.

    Provisionalmente, intentar mencionar algunas ideas al respectode estos momentos de transicin estatal.

    En lo que se refiere al primer punto de la nueva coalicindominante con poder del Estado, es evidente que en Bolivia hubouna modificacin de las clases sociales y de sus identidades tnicasculturales, las cuales asumieron, primero, el control del gobierno

    y, gradualmente, la modificacin del poder poltico, el control delexcedente econmico y de la estructura del Estado. Esto es verificablea partir del origen social, trayectoria laboral y educativa, y estructura

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    de los capitales (econmicos, culturales y simblicos) de los actualesgobernantes que permiten hablar no slo de una clsica renovacinde lites del poder del Estado sino, fundamentalmente, de undesplazamiento radical de las lites del gobierno y de las propias clasessociales que toman las decisiones polticas fundamentales, que filtranla seleccin de la administracin burocrtica y que son objeto demayor cercana en las polticas de distribucin de la riqueza pblica.

    Tan radical ha sido este trastrocamiento de la condicin declase y procedencia tnica de las coaliciones gobernantes, que lospuentes de comunicacin que antiguamente servan para llevaradelante transiciones estatales ms dialogadas (similares colegios yuniversidades de los hijos de las lites, estilos de vida compartidos,alianzas matrimoniales cruzadas, negocios articulados, lugares deresidencia geogrficamente similares, etc.) hoy no existen, lo queacenta las diferencias y tensiones entre el bloque poltico ascendente

    y el decadente.En buena medida, esto ayuda a entender tambin el grado de

    beligerancia permanente de la sociedad en esta etapa de gobierno delPresidente Evo Morales, pues los tradicionales puentes cotidianos deasimilacin de las nuevas lites emergentes y de reacomodo de lasantiguas, que caracterizaron las transiciones estatales precedentes(1952-1957; 1982-1988), hoy no existen ni se las construye, con lo quela modificacin de la composicin clasista y cultural de los sectoresdirigentes es abrupta, sin mediaciones ni aligeramientos.

    Cules son las caractersticas de este nuevo bloque de poderdominante? Su base material econmica la constituye la pequeaproduccin mercantil, tanto agraria como urbana, la misma quecaracteriz a la multitud movilizada en las grandes rebeliones socialessemi insurreccionales de 2000 a 2003. En ese bloque dirigente destacancampesinos indgenas con vnculos regulares con el mercado (eltrpico [Chapare] y valles de Cochabamba; zonas de colonizacin enel oriente; comunarios del altiplano paceo, orureo, chuquisaqueo

    y potosino; valles tarijeos), indgenas campesinos de tierras bajas y delos ayllus andinos, tambin pequeos productores urbanos y sectores

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    con actividad mercantil relativamente avanzada, entre los que se puedehablar de la presencia de un tipo de empresariado de origen popularque auto identificado ms como trabajador que como burguesa,abastece el mercado interno y, en parte, a mercados externos, a pesarque nunca recibi nada del Estado para llegar a donde est.

    En este primer crculo de decisin, hay que ubicar tambin a unanueva intelligentsia urbana, a un bloque de profesionales e intelectualesque son producto del ingreso de las clases populares al sistemauniversitario desde los aos 70 y que, a diferencia de la intelectualidadpequeo burguesa tradicional de los aos 60, que se inclin porconstrucciones partidarias de izquierda, esta nueva intelectualidad esms afn a las estructuras corporativas del sindicalismo urbano, rural yal movimiento vecinal. En medio de ellos se destaca una intelligentsiaindgena letrada que ha ido construyendo, en los ltimos 30 aos, unhorizonte utpico indianista.

    Es posible ver que, en torno a este ncleo, se articularon distintaspersonalidades, fuerzas obreras anteriormente sometidas a polticasde precarizacin laboral y, con ellas, visiblemente, un segmentoempresarial industrial tradicional, una parte del cual est vinculada almercado interno y que hoy se ve favorecida por una serie de decisionesque fomentan el consumo pblico de productos nacionales.

    A este bloque social le acompaa y se construyesimultneamente lo que podramos denominar una nueva burocra-cia estatal, que es una especie de sntesis de antiguos funcionarios delEstado (en niveles intermedios) y nuevos funcionarios que poseen noslo un capital escolar diferente, sino que adems han utilizado unasredes sociales tnica y clasistamente distintas a los de la burocraciatradicional, para acercarse a los puestos administrativos. Claro,durante toda la etapa del Estado neoliberal, los niveles intermediosdel aparato de Estado reclutaron preponderantemente a profesionalesprovenientes de universidades privadas, extranjeras y formados en elmbito de los negocios, el marketing, la gestin empresarial, etc., yque llegaron al Estado a partir de la activacin de vnculos familiares

    y compromisos partidarios. La nueva burocracia, en cambio, proviene

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    de las universidades pblicas, de profesiones tcnicas o sociales, entanto que el tipo de vnculos que ha mejorado su acercamiento a laadministracin pblica ha sido el de las redes sindicales que cumplen

    una especie de filtro en el reclutamiento de ciertos niveles intermediosde la burocracia estatal.

    En ese sentido, se puede decir que el nuevo bloque de poder haido creando tres mecanismos de conduccin del Estado, de cierto modocomplementarios: por una parte, mediante la presencia directa de lasorganizaciones sociales en la denicin de las principales polticaspblicas que son formuladas en ampliados y congresos, y que son labase de las acciones de gobierno que impulsa tanto el poder ejecutivo

    como la bancada mayoritaria del Congreso. En segundo lugar, pormedio de la presencia directa de representantes de los sectores socialesmovilizados en distintos niveles del aparato estatal (presidencia,ministerios, direcciones, Parlamento, Asamblea Constituyente). Porltimo, a travs de la lenta promocin de una nueva intelectualidad enfuncionarios pblicos vinculados a las expectativas y necesidades deeste bloque de productores.

    En ese sentido, hay nuevas clases sociales polticamente

    visibilizadas a partir de nuevas identidades tnicas-culturales-regionales, en el control de los principales mecanismos de decisinestatal, y hay una sustitucin y ampliacin de las lites administrativasdel Estado. Lo relevante de este proceso de modificacin de lacomposicin social del bloque en el poder del Estado y de los nivelessuperiores de la administracin pblica, radica en que tnica yclasistamente las distancias sociales con el antiguo bloque de poderestatal son enormes. Lo que est aconteciendo hoy en Bolivia no

    es, por tanto, una simple mutacin de lites en el poder, sino unaautntica sustitucin de la composicin de clase del poder del Estado,cuya radicalidad es directamente proporcional a la distancia de clase

    y, en particular, cultural entre el bloque social emergente y el bloquesocial desplazado.

    Hoy, entre el Presidente Evo Morales, el canciller DavidChoquehuanca o la presidenta de la Asamblea Constituyente SilviaLazarte, poco o nada, no slo de sus propuestas polticas sino de su

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    vida cotidiana, tienen en comn con los ex presidentes, ministros ygrupos inuyentes del antiguo bloque de poder en decadencia. Quizsesto tambin ayuda a explicar los escasos puentes de comunicacin

    entre ambos bloques, pues a diferencia de lo que suceda antes,cuando a pesar de las diferencias polticas, las lites confrontadascompartan un mismo estilo de vida, compartan redes matrimoniales,espacios familiares de educacin y distraccin, las clases sociales hoyconfrontadas pertenecen a ubicaciones en el espacio social material

    y objetivamente antagnicas, y con unas distancias geogrficas realesque no hacen ms que materializar y ahondar sus distancias polticas.

    Es en el Congreso, pero fundamentalmente en la estructura de la

    divisin territorial del Estado, donde se visibilizan y personican esasdiferencias. El antiguo bloque social dominante es hoy fuerza polticaminoritaria y beligerante del Parlamento. En tanto que inaugurando laeleccin de prefectos, los representantes histricos del viejo rgimen(prefecto de Pando, Tarija, Cochabamba) o formados en l (prefectosde Santa Cruz y Beni), se han replegado al mbito de los gobiernosdepartamentales, dando lugar a una segmentacin territorial verticaldiferenciada de las lites estatales. De esta manera, el bloque de poder

    del viejo Estado, carente de un nuevo proyecto poltico general, serepleg al control de varios gobiernos regionales, en tanto que lasclases sociales regionalmente movilizadas durante los ltimos ochoaos, hoy se estn constituyendo en el nuevo bloque de poder nacionalgeneral dirigente.

    Nos encontramos, por tanto, ante un nuevo sistema poltico dondese estn reconfigurando cinco aspectos: las caractersticas clasistas

    y culturales del nuevo bloque de poder estatal, las nuevas fuerzas

    polticas duraderas en el pas, los nuevos liderazgos generacionales,la distribucin territorial del poder estatal y, por supuesto, el nuevosistema de ideas antagonizables a corto y a mediano plazo.

    Esos puntos nos hablan, entonces, de una estructura de poder yde mando que tienen actores relativamente definibles, pero donde susmbitos de irradiacin, de alianzas y de propia estabilidad, presentanelementos de incertidumbre, tanto entre los que estn en el mandopoltico del Estado, como entre los que estn en la oposicin.

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    Hasta cundo durar este repliegue regional y carencia devoluntad de poder general de estas lites conservadoras en procesode mutacin discursiva? Quin ser el lder de la oposicin conpotencialidad de futura proyeccin nacional? Ser Branco Marinkovic,Jorge Quiroga o Carlos Mesa? Cul ser el centro poltico? Ser elMovimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) renacido o ser UnidadNacional (UN)? El propio sistema poltico presenta un conjunto demodificaciones internas no estables. Incluso el bloque dominante,hoy dirigente del proceso poltico, tambin presenta un conjuntode tendencias internas que le dan vitalidad y fuerza en trminos decul ser la orientacin prevaleciente en la compleja tensin entreestatismo y comunitarismo, el primero, ms ligado a la monopolizacinde decisiones y el segundo, ms vinculado a la democracia de losmovimientos sociales.

    Estudiar con ms detenimiento este flujo de la construccinde los bloques de poder hoy en Bolivia es, sin duda, un elementomuy importante, no solamente porque desde la sociologa se da unvistazo de la correlacin de fuerzas, sino porque eso mismo da lugara una visibilizacin de las tendencias de las fuerzas, de los posiblesresultados y las posibles alianzas en corto plazo, en la medida en queson procesos polticos comprimidos.

    En lo que se refiere al segundo punto: los mecanismos deestabilizacin del poder y mando en momento de crisis estatal enproceso de resolucin, es posible mencionar tres aspectos.

    Paradjicamente, un mbito importante de estabilizacintemporal del nuevo bloque de poder ha sido la rmeza y la delidadde las estructuras de coercin del Estado (Fuerzas Armadas y PolicaNacional). Acerca de esto, se halla una explicacin sociolgica: enla medida en que el Estado tiene como ncleo fundamental losmbitos de coercin, stos son los que ms inmediatamente tambinreclaman un nivel de previsibilidad y de certidumbre que garantice laperdurabilidad del ncleo estatal primario. Por lo tanto, despus de seisaos de inestabilidad estructural (2000-2006) y de fisuras internas alinterior del ncleo coercitivo (2003), de manera formal, ha habido una

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    adhesin rpida de las estructuras de coercin a la nueva correlacinde fuerzas del Estado alcanzada con la contundente victoria electoraldel 54 por ciento de los votos del pas por el Movimiento al Socialismo(MAS) en 2005.

    Pero lo que ms contribuy a este apoyo de las fuerzas de coercinlegtima, ha sido que el actual gobierno ha definido de manera rpidaun norte estratgico en lo que se reere al papel de las Fuerzas Armadasen democracia, cosa que no haba sucedido antes. Desde 1982, cuandose recupera las libertades democrticas, las Fuerzas Armadas fueronabandonadas en una especie de crisis existencial institucional, en loreferido a su funcin en tiempos de democracia. Si ya no eran los centrosde reclutamiento de futuros gobernantes ni garantes de una soberanaque era ofertada por los neoliberales en los mercados internacionalesde capital, lo que quedaba era una caprichosa manipulacin polticade los mandos militares a fin de tapar los errores gubernamentales delas lites.

    Educadas y formadas en la defensa de la soberana de la patria,en la defensa de la sociedad y habiendo cosechado sus mayoresreconocimientos histricos en el potenciamiento del Estado, las fuerzasde coercin legtima tuvieron que ver cmo la soberana se reducaal valor de un comino (Jaime Paz); cmo la defensa de la sociedadse transformaba en un ataque armado sistemtico a la sociedad(2000, 2003); y cmo el podero del Estado se derrumbaba frente alas privatizaciones de empresas que ellos mismos haban ayudado acrear (Yacimientos Petrolferos Fiscales Bolivianos [YPFB], CorporacinBoliviana de Cemento [COBOCE], etc.).

    As, cuando el Presidente Evo Morales asume el mando delgobierno, reconstruyendo la presencia del Estado en la economa

    y ampliando la base de los derechos sociales, relanza mbitos desoberana y ciudadana en el marco de una estructura interestatalglobal ms complejizada, e incorpora en la ejecucin de esta expansinestatal a las Fuerzas Armadas, lo que tiene resonancia con la historiade potenciamientos del Estado nacional impulsados por las Fuerzas

    Armadas dcadas atrs. Esto dio lugar a un extraordinario ensamble

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    entre fuerzas sociales indgenas-campesinas-populares y FuerzasArmadas que, a diferencia de lo que se intento dcadas atrs, bajotutelaje militar, ahora tiene el liderazgo moral e intelectual de sectoresindgenas populares.

    De esta manera, la nacionalizacin de empresas y el control delexcedente econmico por el Estado le dan una base tcnica-materiala la soberana relativa del Estado y, por tanto, a su estabilizacin,que es el principio organizador de las Fuerzas Armadas en cualquierpas. Y si a ello se suma la participacin de stas en la construccinde carreteras, distribucin del excedente (Renta Dignidad y BonoJuancito Pinto, Bono Juana Azurduy) y el control real de territorios

    fronterizos anteriormente sometidos al poder de caciques y maaslocales, estamos ante una estrategia de renovada expansin territorialde la presencia del Estado a travs de su estructura coercitiva.

    De cierta forma, se puede decir que una parte de la actualcapacidad de resistencia del nuevo proyecto estatal emergente a laspresiones conspirativas de fuerzas polticas conservadoras externase internas, se debe precisamente a este ensamblaje histrico entre loindgena-popular y lo militar.

    La medida en que el nuevo liderazgo poltico tenga la capacidadde convertir esta adhesin inicial en una cohesin estructural, real yduradera, depender de la rapidez para interiorizar los nuevos rolesmilitares de carcter desarrollista en la doctrina y espritu de cuerpoestatal de las Fuerzas Armadas mediante un proceso interno dereformas institucionales.

    Esto dara a la nueva estructura estatal, la solidez de unprimer ncleo de consolidacin, no el fundamental, pero s un nivel

    importante. Sin embargo, hay experiencias histricas que tambinmuestran que los niveles de coercin y de fidelidad pueden manifestarsuras en momentos de tensionamiento de la correlacin de fuerzas,el sndrome de Allende es algo que uno tiene que recordar siempre.

    Un segundo momento de consolidacin del poder y del mandodel Estado en crisis es, sin duda, el ejercicio de la facultad ejecutoradel Poder Ejecutivo, fundamentalmente a partir de sus resortes deinversin pblica. Es quizs en ello y en sus resultados y efectos, donde

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    1.428 millones de dlares en el 200916, lo que est permitiendo nosolamente cumplir con programas sociales vitales para reducir lapobreza, sino tambin cumplir una poltica expansiva de inversin

    productiva que permita crear una base industrial mnima para uncrecimiento econmico sostenible.

    Hoy, con la inversin estatal, se est comenzando a industrializarel gas (con una planta deGLPen Campo Grande, una planta separadora degas en el Chaco, una Termoelctrica en el Chapare ), se est relanzandoactividades mineras metalrgicas (Huanuni, Vinto, Corocoro, colas

    y desmontes, etc.), se est apoyando a los pequeos productoresvinculados al mercado interno a travs de la estatal Empresa de Apoyo

    a la Produccin de Alimentos (EMAPA), a n de garantizar la soberanaalimentara del pas, y se est creando fbricas para abastecer elmercado interno (de papel, de cartn de citricosctricos, leche, etc.).

    La inversin extranjera que fue la protagonista de las inversionesen los aos 1998-2001, si bien ahora ha mejorado su desempeorespecto a la cada de 2005, ya no es la locomotora en la inyeccinde capital a la economa. El Estado, hoy, es el principal empresariocolectivo. En los ultimosltimos 4 aos, su participacin en la

    totalidad del Producto Interno Bruto (PIB) se ha incrementado del15 el ao 2005, al 31 por ciento el ao 2009.17Ello traer una mayorgeneracin de valor, un mayor volumen de excedente econmico enmanos del Estado y una mayor capacidad de autodeterminacin sobrelos modos de articular el desarrollo interno de los bolivianos con el dela economa mundial.

    Pero esta modificacin de la capacidad de accin del pas enel contexto global no hubiera sido posible sin una transformacin

    simultnea de la estructura del poder econmico nacional y de losbloques dirigentes de esa estructura econmica. Claro, los procesosde privatizacin en Bolivia vinieron de la mano de la consolidacin deun bloque de poder econmico dirigido por las empresas petroleras,los empresarios mineros, los agro-exportadores y banqueros que se

    16 UDAPE, Inversin publica por sectores, 2010.

    17 UDAPE, Participacin del Estado en el PIB: revisin de estimaciones y proyeccin2009.

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    encargaron de transferir los monopolios y excedentes pblicos aldispendio de unas pocas empresas privadas. En esto, el Estado fuemutilado en sus capacidades de acumulacin productiva y el restode los sectores laborales vinculados al mercado externo, llevados ala marginalidad.

    La re-composicin econmica del Estado, en cambio,internaliz y redireccion el uso del excedente econmico a favor delos actores productivos nacionales, configurando un nuevo bloquede poder econmico.

    En trminos de correlaciones de fuerzas en el campo econmico,

    el poder del capital externo se ha debilitado abruptamente en reasestratgicas (hidrocarburos y telecomunicaciones), perdiendo flujosfinancieros, activos y excedentes. En otros casos, el capital extranjero haperdido el control monoplico de precios (soya, aceite). En tanto que lossectores locales del capital comercial y de servicios, adheridos al capitalexterno, que formaban parte de las lites empresariales intermediarias,hoy ya no cuentan con las anuales transferencias de recursos pblicosque ms bien estn siendo dirigidas a apoyar a pequeos y medianos

    productores urbanos y agrcolas (mediante el Banco de DesarrolloProductivo [BDP] para pequeos productores artesanales e industrialesy EMAPA, con crditos para pequeos agricultores).

    La nueva estructura econmica de poder que se est construyen-do de manera acelerada, tiene al Estado como el principal inversionista

    y acumulador de excedentes econmicos. Actualmente, el Estadoha pasado de generar el 0,6 por ciento del valor agregado nacional ams del 8 por ciento y proyectamos llegar hasta al 15 por ciento en los

    siguientes aos. En dos aos, el Estado pas a generar el 31 por cientodel PIB, y con mucho, posee la principal empresa productiva del pasque controla el principal producto de exportacin:YPFB.

    Esta posicin privilegiada en la produccin y control delexcedente econmico nacional, est permitiendo al Estado desplegaruna estrategia de alianzas productivas con la inmensa mayora deproductores pequeos y medianos de la ciudad y el campo, hacia

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    donde rpidamente se est transfiriendo: tecnologa, crditos, insumosy mercados (va BDP y EMAPA fundamentalmente). As, esta apuestaestratgica de fortalecimiento de la produccin para el mercado interno

    y de internalizacin estatal del excedente econmico, generado conlas ventas al mercado externo, est viabilizando la consolidacin deun bloque de poder estatal entre productores medianos, pequeos,comunidades indigeno-campesinas y Estado, que controla cercadel 58 por ciento del PIB, lo que permite hablar de un bloque consuciente materialidad econmica como para encauzar las decisioneseconmicas de la sociedad.

    En trminos estrictos, se puede decir que al descomponerse la

    fuerza econmica del bloque monoplico de poder hidrocarburferoy al estar crecientemente penetradas por la presencia del Estadolas actividades mineras y agroindustriales que tambin generanporciones importantes del excedente, la actual estructura de podereconmico liderada por el Estado productor, tiene en la composicinsocial indgena-popular y de clase media letrada de la administracinestatal, a la fraccin social con mayor capacidad de control, no depropiedad, pero s de recursos econmicos del pas. Ellos, junto con

    los propietarios-productores pequeos y medianos, manufacturerosy agrcolas, constituyen el comando econmico de la sociedadcontempornea. Los primeros, en tanto detentadores del uso delexcedente; los otros, en tanto propietarios-productores.

    Esto marca un punto de diferenciacin plena con la experienciarevolucionaria de 1952. En ese momento, la lite dirigencial del Estado,exclusivamente clase media letrada, asumi la modernizacin de laeconoma como obra exclusiva del Estado, hacia donde se reinvirtieron

    los excedentes mineros, dando lugar a la Corporacin Boliviana deFomento (CBF) y otras iniciativas de creacin de capitalismo estatal, entodos los rubros posibles, en torno a un nico nodo de acumulacin. Yaen su etapa de declinacin (1970-1980), la burocracia estatal comenz atransferir excedentes y activos a la minera privada y a la agroindustria,pero en momentos en que estas esferas productivas estaban siendocontroladas por el capital externo, lo que acab de consolidar unaburguesa intermediaria.

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    Hoy, al tiempo que el Estado controla el excedente econmicoy lo reinvierte productivamente, promueve la inversin externa bajocondiciones de control estatal de esos ujos y rditos, a la vez quepromueve tempranos procesos de modernizacin y acumulacin enlos sectores pequeos y medianos de la produccin urbana, rural y delas comunidades campesinas e indgenas, lo que, en conjunto, da undespliegue simultneo de varios nodos de acumulacin econmica,de reinversin y expansin en torno al liderazgo general del Estado.

    En este sentido, se puede decir que las transformaciones en lasestructuras de poder econmico de la sociedad avanzaron con unarapidez mucho mayor que la reconguracin de las estructuras depoder poltico del Estado, en especial de las estructuras territorialesdel poder poltico.

    La consolidacin formal de un nuevo horizonte estratgico enel desempeo de las instituciones de coercin legtimas del Estado yla construccin rpida de una nueva estructura de poder econmicode la sociedad boliviana, tienen, sin embargo, un conjunto de lastresal interior que relentizan la consolidacin denitiva de la nuevacomposicin estatal. Uno de estos obstculos internos es, sin duda, elsistema judicial. An en poder de las antiguas fuerzas conservadoras,el Poder Judicial es la sntesis suprema de la corrupcin comonorma institucionalizada y del dogmatismo neoliberal como lgicadiscursiva, lo que permite todava la persistencia y reproduccinde ncleos conservadores en el Estado. La aplicacin de la NuevaConstitucin Poltica del Estado y la re-restructuracin de lasinstituciones, a partir de las nuevas leyes que sern aprobadas enel nuevo Parlamento, denominado Nueva Asamblea LegislativaPlurinacional, nos mostrarn posibles avances en este campo, quequedan por ser interpretadas.

    Pero tambin, al interior del gobierno, es posible hallar espaciosde continuidad de los hbitos de la vieja burocracia estatal. Carentede recursos econmicos para inversin pblica por los procesos deprivatizacin, la administracin estatal se acostumbr a crear unainfinidad de procedimientos que dilatan y anulan por cansancio la

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    realizacin de obras pblicas. Hoy, cuando el liderazgo de la inversinest en el Estado, la herencia de las trabas y la mentalidad dilatoria deniveles intermedios de la administracin pblica retrasa la expansinde la nueva dinmica expansiva del nuevo Modelo EconmicoNacional Productivo. De ah que, de hecho, todas las ms importantesiniciativas productivistas que tiene el gobierno actual, son deiniciativa y mando presidencial por lo que una buena parte del trabajopresidencial ministerial radique en destrabar y remontar acciones yprocedimientos ministeriales construidos para no construir nada queno sea la existencia autorreferida de la propia burocracia estatal.

    Otros elementos que dificultan la consolidacin del nuevo Estado

    son las rutinas y esquemas de transmisin de conocimientos del siste-ma escolar, adems de las estrategias matrimoniales. Fue el profesorPierre Bourdieu quien estudi el papel de las estrategias matrimoniales18en la reproduccin del orden social en sociedades precapitalistas, osemicapitalistas, como l las llama. En el caso de Bolivia, las estrategiasmatrimoniales siempre han jugado un papel muy importante en laconsolidacin y anclaje del bloque de poder dominante. Uno puedeestudiar, a lo largo del siglo XX, los mecanismos de reproduccin de

    las lites a partir de distintas estrategias de circulacin de esposas yesposos entre especficas redes familiares dominantes.

    Pero es evidente que hoy esto se ha roto plenamente y es muydifcil todava encontrar los puentes de continuidad entre las antiguas

    y las nuevas lites mediante dichas estrategias, porque parecen dosmundos que no tienen vnculos fluidos de comunicacin. Tres aosno son todava suficientes para un escenario que vaya definiendoestrategias escolares y matrimoniales de reproduccin de la nueva

    lite y de las nuevas clases en el poder, pero s es un escenario dereproduccin de las estrategias conservadoras de las lites desplazadastemporalmente del poder.

    Ahora despus de cuatro aos de gestin, y en este sentido en unEstado avanzado del proyecto, otra estrategaestrategia que podra seranalizada ms adelante como mecanismo de estabilizacin del poder

    18 Bourdieu, Pierre. El sentido prctico.Madrid, Taurus, 1990.

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    duradera de la sociedad no est resuelta, se puede decir que hay unamayor correspondencia entre la transformacin en el mbito del podereconmico con las transformacin en el mbito del poder simblico.

    En sntesis, podemos decir que la transicin estatal se presentacomo un flujo de marchas y contramarchas flexibles e interdependientesque afectan las estructuras de poder econmico (como propiedad

    y control del excedente), la correlacin de fuerzas polticas (comorepresentacin parlamentaria, fuerza de movilizacin social, liderazgo

    y hbito administrativo) y la correlacin de fuerzas simblicas (comoideas ordenadoras y reguladoras de la vida en comn). La transicinestatal estructural, o proceso constituyente, habla de la construccinde una nueva correlacin de fuerzas o bloque dominante en el controlde la toma de decisiones econmicas-polticas del pas; pero a la vez, dela persistencia y continuidad de antiguas prcticas y ncleos de poderinterno que reproducen todava partes del viejo Estado, buscandoreconstituirlo desde adentro.

    De la misma manera, la transicin estatal hace referencia a laexistencia de centros de mando y decisin que concentran la iniciativa

    y vigor del nuevo orden estatal (inversin pblica, sentido comnestatista-productivista), como tambin de nodos de resistenciaconservadora que pugnan por la restitucin del viejo orden.

    Y dentro de esa pugna en flujo, la nueva estructura estatal hapodido avanzar ms rpidamente en la construccin de un nuevobloque de poder econmico y en la formacin de un ncleo discursivosimblico; en tanto que la arquitectura del sistema poltico todavaes objeto de una intensa pugna por la definicin de sus jerarquas,liderazgos, alianzas y procedimientos.

    En ese sentido, la idea del empate catastrfico, hoy, no esutilizable como lo era hace cuatro aos, porque lo que ahora tenemosno confronta (an) dos proyectos de poder nacionales con fuerzas demovilizacin y liderazgo nacionales. Lo que hoy tensiona al pas es laconfrontacin entre un sentido comn prevaleciente como proyectoestatal nacional general y, por otra parte, resistencias locales, confuerzas de movilizacin y liderazgos estrictamente locales. Quizs en

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    algn momento esas resistencias limitadas podran proyectarse comoun proyecto nacional alternativo. Pero para que ello suceda, lo msprobable es que tengan que pasar varios aos.

    Hay empate catastrfico solamente cuando hay dos proyectosnacionales de sociedad confrontados. A esta altura de las luchassociales en el pais, podemos afirmar que ahora solo hay un proyectogeneral de sociedad con resistencias locales fuertes de proteccin de lapropiedad y del poder de las lites desplazadas del mbito central. Enese sentido, hubiramos entrado en un momento final de la transicinestatal que es el de la supresin de la polarizacin social y el proceso deestabilizacin estatal o rutinizacin de las prcticas del nuevo bloque

    de poder social.Finalmente, regresemos al concepto del punto de bifurcacin

    que lo retomamos del profesor de fsica Ilya Prigogine19, quien estudilos sistemas alejados del punto de equilibrio. l vio que, a partir decierto tiempo, estos sistemas alejados del punto de equilibrio puedendar lugar a un nuevo orden. A este punto de conversin del desordendel sistema en orden y estabilizacin del sistema, Prigogine le llam:punto de bifurcacin.20

    En el mbito de las estructuras estatales en crisis (sistemasalejados del equilibrio), stas se caracterizan por la inestabilidad

    y la confrontacin poltica. Se trata de autnticos, generalizados ydesnudos momentos de lucha por el poder poltico. Pero, en la medidaen que ninguna sociedad puede vivir perpetuamente en un estadode lucha generalizada y antagonizada por el poder, la sociedad, mspronto o ms tarde, ha de inclinarse por la estabilizacin del sistemao construccin de un orden estatal que devuelva la certidumbre a las

    estructuras de dominacin y conduccin poltica. A este momentohistrico-especco, fechable, a partir del cual el Estado se estabiliza,le denominamos: punto de bifurcacin.

    19 Ilya Prigogine (25 de enero de1917 Mosc - 28 de mayo de 2003, Bruselas) fue un fsico, qumico,sistmico y profesor universitario belga de origen sovitico, galardonado con el Premio Nobelde Qumica del ao 1977.

    20 Prigogine, Ilya, Tan solo una ilusin? Una exploracin del caos al orden. Barcelona, TusquetsEditores, 1983.

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    sta es una idea que trabajamos, quizs con otras palabras, hace20 aos, para describir el momento excepcional, de fuerza militar ymoral, de consolidacin conservadora del poder de Estado cuando sedio la Marcha por la Vida de los trabajadores mineros en contra de laspolticas de cierre de minas decretada por el gobierno de Paz Estensoro(septiembre de 1986).

    En esa ocasin, los mineros hicieron un ltimo esfuerzo dereconstituir los pactos de abril de 1952, utilizando la movilizacin demasas, y la respuesta fue el cerco militar. No hubo enfrentamiento nimuertos. Era tal la superioridad militar del gobierno y la inermidadpoltica y moral con la que los mineros venan a reclamar el pactoestatal del 52 a un gobierno y un Estado que haba enterrado la idea depactos sociales, que no hubo necesidad de disparar una sola bala paraconsolidar su repliegue.

    La derrota de los mineros en la Marcha por la Vida, su repliegue,sin ofrecer ms resistencia que el irse a sus casas sin dar batalla,aceptando que se los relocalizara (despidiera de las minas), marcuna poca de abandono social. Luego, el pas: las clases medias,los trabajadores, los fabriles, los maestros, absolutamente todos,reprodujeron este momento de bifurcacin que es una especie dencleo fundante de la lgica y de la personalidad de la correlacin defuerzas del Estado.

    Con los mismos actores pero con resultados diametralmenteopuestos, se dio el punto de bifurcacinque dio paso al nacimiento delEstado del 52. Entonces y tras siete aos de crisis estatal, una victoriaelectoral escamoteada en 1951, la insurreccin del 9 de abril de 1952fue el punto de bifurcacindel Estado nacionalista. Entonces, el ncleofundante del nuevo Estado fueron las milicias de obreros y campesinosarmados, cuya estructura sindical triunfante marc la presenciasiempre belicosa de la plebe en un Estado ajeno pero pactante, hastaque vino el nuevo Estado neoliberal que puso fin a cualquier pacto queno sea el de lites polticas cerradas y endogmicas.

    En septiembre de 1986, en cambio, los mineros regresaron a suscasas con el cadver del Estado del 52, en tanto que el Estado neoliberal

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    suerte de dualidad de poderregionalizada mediante la convocatoria alas consultas departamentales sobre los estatutos autonmicos. Conlas consultas implementadas de facto en cuatro departamentos, enabierto desconocimiento de la ley y el Congreso, se haba optado poruna escisin vertical antagonizada de la estructura del Estado.

    Los resultados del referndum de agosto que elevaron el respaldoa la gestin de gobierno del 54 por ciento, a ms de dos tercios,precipitaron las decisiones de la oposicin. Esto no tom de sorpresaal gobierno que ya desde mayo se fue preparando para el desenlace,mediante una estrategia de despliegue territorial envolvente decarcter social militar sobre las regiones contestatarias. Por qu los

    sectores conservadores eligieron el momento despus del ReferndumRevocatorio para lanzarse al asalto, es algo que habr que indagar. Lasreglas de la guerra y en momentos de transicin estatal la poltica esla prolongacin de la guerra por otros medios ensean que cuandoun opositor es fuerte, no se lo debe atacar directamente, y cuando unejrcito es dbil, nunca debe promover ni aceptar entablar batalla anteuno ms fuerte.26

    El bloque conservador hizo exactamente todo lo contrario a este

    abcde la lucha por el poder. Se lanz a la confrontacin el momentode mayor fortaleza poltica-electoral del gobierno, que sala triunfantedel Referndum, momento tambin de mayor incertidumbre dela extensin de la base de apoyo de los sectores conservadores. Ahcomenz su derrota.

    Tras los resultados del Referndum de agosto, el bloque cvico-prefectural conservador inici una escalada golpista: atacaron lasinstituciones, frente a la cual el gobierno asumi una tctica de

    repliegue defensivo y envolvente: tomaron instituciones y el gobiernodefendi con la fuerza publica hasta donde el uso limitado de fuerzapermita y esper; atacaron a la Polica, el gobierno esper: destruyeron

    y saquearon las instituciones pblicas en cuatro departamentos, elgobierno esperaba; desarmaron a soldados, tomaron aeropuertos,destruyeron ductos, y el gobierno mantuvo la actitud de defensa y

    26 Tsun Tsu, El arte de la guerra. Buenos Aires, Troquel, 1999.

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    repliegue gradual. El bloque conservador us la violencia contra elEstado, dando el justificativo moral de una respuesta contundentede ste contra ellos, que se la comenz a desplegar en una escalagigantesca; adems, a medida que incendiaban y saqueabaninstituciones pblicas, se deslegitimaban ante su propia base socialmovilizable, quedando, en horas, aislado de ella.

    Una prefectura opositora, en un intento de realizar unescarmiento paralizador a los sectores populares movilizados, desatuna persecucin y muerte a dirigentes campesinos, lo que colm latolerancia de la totalidad de la sociedad boliviana y puso en manos delEstado la obligatoriedad de una intervencin rpida y contundente endefensa de la democracia y la sociedad.

    El gobierno comenz a retomar el control territorial a partir deleslabn ms dbil de la cadena golpista: Pando. Se trat del primerestado de sitio en la historia del Estado boliviano, que se lo decreten defensa y proteccin de la sociedad, encontrando el pleno apoyode la poblacin. Esto, sumado al rechazo internacional a las accionesde los golpistas, detuvo en seco la iniciativa cvica-prefectural,dando lugar a su repliegue desordenado. Fue el momento de unacontraofensiva popular, cuya primera lnea de accin resultaron serlas organizaciones sociales y populares del propio departamento deSanta Cruz. No slo campesinos y colonizadores se movilizaron, sinopobladores de los barrios populares de Santa Cruz y, especialmente,

    jvenes urbanos quienes, de manera indita, defendieron susdistritos y quebraron el dominio clientelar empresarial anteriormentepredominante en la regin.

    En medio de todo ello, la expulsionexpulsin del embajadornorteamericano en Bolivia, que habiahaba sido filmado en esosdiasdas, en reuniones no protocolares con varios de los prefectosinvolucrados en los actos de violencia, seraser una nueva seal dela voluntad politicapoltica con la que el gobierno asumiaasumala defensa de su estabilidad frente a las fuerzas conspiradoras. Lacontundencia y rmeza de la respuesta poltica-militar del gobiernocontra el golpe, sumada a la estrategia de movilizacin social en Santa

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    sociales eran articulados a partir de su propio debate en la AsambleaConstituyente (clases medias, sectores empresariales medianos ypequeos, etc.). Incluso el bloque conservador rentista de la tierra,expresado polticamente por prefectos y cvicos, fue tomado encuenta, pero, claro, como sujeto social dirigido por el nuevo ncleoestatal indgena-popular y en menor intensidad que lo que podahaber logrado si asuma la convocatoria pactista de 2006-2007.

    No se puede olvidar que este trabajo poltico tambin sirvi paraarrebatar al bloque conservador la bandera autonmica, detrs la cualhaba legitimado la defensa del latifundio y el rentismo empresarial.De esta manera, el bloque de poder nacionalpopular no slo seconsolidaba materialmente en la estructura estatal, sino que asuma elmando de los tres ejes discursivos del nuevo orden estatal que guiarntodos los debates polticos en las siguientes dcadas: plurinacionalidad,(igualdad de nacionalidades), autonoma (desconcentracin territorialdel poder) y conduccin estatal de la economa plural.

    De este modo, el punto de bifurcacintuvo tres etapas articuladas:en agosto, se consolid la victoria electoral; en septiembre, la victoriamilitar; y en octubre (con la aprobacin congresal del ReferndumConstitucional), la victoria poltica. Y con eso, ciertamente, secierra el ciclo constituyente y a partir de ese momento, se inicia laestructura de orden unipolar del nuevo orden estatal. Ahora, con losresultados de las elecciones de diciembre del 2009 comienza otra fasede la construccin del Estado a travs de la aplicacin de la NuevaConstitucin Poltica del Estado, las nuevas leyes correspondientes yla transformacin insitucionalinstitucional.

    Algunos dirn que la sociedad boliviana todava atraviesamomentos de tensin y es cierto. El paso por el punto de bifurcacino consolidacin autoproducente del orden estatal, no anula losconflictos; los seguir habiendo, pero de baja intensidad. Lo que yano habr son conflictos estructurales, proyectos de pas y de podersocial-general confrontados, eso es lo que termin. Habr conflictos

    y disputas en, por ejemplo, quines podrn llevar adelante de mejormanera la autonoma o el papel del Estado en la economa o la

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    igualdad en el marco de un Estado de derecho. La pelea ya no serpor proyectos de sociedad, sino por formas de administrar, conducir yviabilizar cada uno de esos tres ejes del campo poltico nacional paralas siguientes dcadas.

    Por lo que se estara cerrando el ciclo decrisis estatalde ocho aosy estaramos ante la emergencia de un proceso de estabilizacin socialy de construccin, relativamente estable, de las nuevas estructurasestatales. Si se acabaran los conflictos, la democracia seria sinnimode una sociedad congelada. La democracia es principios, pero tambin

    y, fundamentalmente, disensos y desacuerdos entre ciudadanos encreciente proceso de igualacin poltica, distintas miradas acerca

    de, por ejemplo, qu hacer con el dinero del Estado, qu hacer con laautonoma; distintas maneras de entender la igualdad.

    La democracia es, fundamentalmente, el reconocimientoprctico, material y objetivo del disenso como hecho estatal.Posiblemente de aqu a unos aos, surja otro proyecto de Estadoalternativo, lo que dar lugar nuevamente a otra crisis de Estado.En tanto, a lo que vamos a asistir es a interpretaciones y formas degestionar estos tres ejes del campo poltico dentro del orden estatal

    construido en el momento foucaultiano, o punto de bifurcacin, deagosto-octubre del ao 2008.

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    a la lgica de valorizacin del capital. No podramos entender estassociedades sin comprender a su vez el desarrollo mundial, regional ylocal del capitalismo, aunque este haya tenido resistencias y las tengatodava, aunque podamos entrever posibilidades de alternativas alcapitalismo. Lo que decimos es que el capitalismo se ha expandidopor todo el mundo y ha conformado el mundo mismo, formandouna economa-mundo capitalista y conformando un sistema-mundocapitalista.1Desde esta perspectiva, no nos negamos evaluar y dilucidarlas singularidades, los particularismos locales, las formacionesabigarradas, sino que lo hacemos y entendemos esta tarea posible apartir de la intengibilidad de la acumulacin originaria y ampliada delcapitalismo, de sus ciclos, de sus crisis y de su ineludible coberturamundial. No se puede soslayar este acontecimiento de escalamundial, eludirlo sera no entender los mismos particularismos,localismos, regionalismos y abigarramientos, quedndonos tan solocon la expresin exacerbada de las heterogeneidades perdidas en supropio laberinto. Hay que colocarse evidentemente en la perspectivadel pluralismo histrico, de la diversidad y diferencia de los procesossocioeconmicos y socioculturales, pero hay que hacerlo teniendoen cuenta la transversal histrica de la economa-mundo capitalista.Esto nos permite situarnos en el lugar, el espacio-tiempo histricos,desde el cul nombramos, pero tambin en el cual nos encontramos,para entender lo que hemos llegado a ser en el momento presente(Michel Foucault).

    1 Ver de Immanuel Wallerstein Anlisis de sistemas-mundo. Una Introduccin. Mxico, SigloXXI, 2006. Del mismo autor Capitalismo histrico y movimientos antisistmicos. Un anlisis desistemas-mundo. Madrid, Akal, 2004.

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    Estado y sociedad en Bolivia

    Las naciones no son otra cosa que mitos en el sentido

    que son creaciones sociales, y los estados desempean

    una funcin central en su construccin. El proceso

    de creacin de una nacin incluye el establecimiento

    (en gran medida, una invencin) de una historia,

    una larga cronologa y un presunto grupo de

    caractersticas definitorias (incluso cuando grandes

    segmentos de la poblacin incluida no comparten

    dichas caractersticas).2

    Immanuel Wallerstein

    La Repblica de Bolvar nace de una conjuncin y combinacin defactores hasta compulsivos y contradictorios. Por una parte podemoshablar de la genealoga de sus propias guerras, es decir las guerrasque atraviesan, afectan, adecuan, se instalan en los territorios quevan a circunscribirse sucesivamente en lo que va a ser el Qullasuyu,la Audiencia de Charcas y la Repblica de Bolivia. Estas guerras son

    acontecimientos que suscitan, se producen y pasan para desaparecer,no del todo, empero quedando en la memoria de las generacionesvenideras. Podemos hablar de la guerra de conquista a medidos delsiglo XVIy de su consecuente guerra anticolonial durante los ltimosaos del siglo XVIII, de la guerra en Potos entre vicuas y vascongadosdurante 1626, la guerra de guerrilla durante el sigloXIX, acompaada dela llegada de la guerra de independencia al Alto Per, las incursionesde los ejrcitos independentistas argentinos, las asonadas y

    levantamientos durante la colonia, pero tambin los amotinamientosy cambios de bando. Marie-Danielle Demlas reconoce una culturaguerrera en Amrica, dice que existan tres formas de combate: lautilizacin de los mtodos de la guerra en pequea escala, la culturamiliciana y la experiencia de las guerras indias.3

    2 Immanuel Wallerstein:Anlisis de sistemas-mundo. Ob. cit. Pg. 79.

    3 Marie-Danielle Demlas:Nacimiento de la guerra de guerrillas. El diario de Jos Santos Vargas(1914-1825). La Paz, Plural, 2007. Pags. 139-140.

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    Despus podemos hablar del desarrollo de la economa minera4,preponderantemente durante la colonia, particularmente en lo quetiene que ver con la irradiacin del entorno potosino durante los siglosXVII y XVIII. Este desarrollo y esta irradiacin pueden asociarse con elciclo de la economa de la plata, directamente vinculada a los ciclos delcapitalismo genovs (siglos XV-XVII), del capitalismo holands (siglosXVI-XVIII) y del capitalismo britnico (siglosXVIII-XX).5Este recorte si bienprivilegia la preponderancia de la economa minera, no obvia las otrasformas de organizacin econmicas, particularmente las agrcolas,destinadas a comercializar con alimentos para las poblaciones de lasciudades y los centros mineros. En este caso, sobresale la economa

    de las haciendas de los valles, fuertemente vinculada al comercio conlos centros mineros, empero el mercado de alimentos y otros bienestambin se extiende al Oriente, esta es la situacin que podemosapreciar en lo que respecta la vinculacin contingente de la economa delas haciendas de los llanos, de la Amozonia y el Chaco con la economaminera. No podemos dejar de mencionar la persistente economa delas comunidades indgenas, que forma parte de alternativas formas dereproduccin, enlazada a otros circuitos simblicos, de reciprocidad

    y complementariedad. En todo este espaciamiento rudimentario delmercado interno, la produccin artesanal y la incipiente produccinmanufacturera encuentra su sitio. Todo este panorama mercantil notermina de dibujarse si es que no mencionamos un eje paralelo a laeconoma minera que tiene que ver con los recorridos de la coca.6

    As mismo podemos hablar de la jurisdiccin de la Audienciade Charcas y de una cierta continuidad administrativa, tanto poltica

    4 Ver de Roberto Arce Alvarez. Desarrollo Econmico e histrico de la minera en Bolivia. La Paz,Plural, 2003.

    5 Giovanni Arrig escribe: Pueden identificarse cuatro ciclos sistemticos de acumulacin, cadauno de ellos definidos por una unidad fundamental de la agencia primaria y de la estructurade los procesos de acumulacin de capital a escala mundial: un ciclo genovs, que se extendidesde el sigloXVhasta principios del sigloXVII; un ciclo holands, que dur desde finales del si-gloXVIhasta finales del siglo XVIII; un ciclo britnico, que abarc la segunda mitad del siglo XVIII,todo el siglo XIXy los primeros aos del siglo XX, y un ciclo americano, que comenz a nalesdel siglo XIXy que ha continuado hasta la fase actual de expansin financiera. El largo siglo XX.Madrid, Akal, 1999. Pag. 19.

    6 Ver de Ral Prada Alcoreza Fragmentos Territoriales. La Paz, Mitos, 1990.

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    como religiosa, que dur desde su pertenencia al Virreinato del Perhasta su pertenencia al Virreinato de La Plata, incluso prcticamentepermaneci en la geografa poltica de la flamante Repblica.

    El diagrama de poder colonial

    Cmo retomar la historia, sobre todo la historia de la modernidad,desde otra perspectiva, que no sea la de la supuesta universalidadeurocntrica? Buscamos otra perspectiva, la de las sociedades quefueron colonizadas. Este es un problema que ha sido retomado porlos intelectuales que se colocan en una perspectiva descolonizadora.Habra que hacer una historia al respecto. En este decurso tenemos lasinvestigaciones de Anibal Qujano, quien trabaja sobre la colonialidaddel poder. Podemos citar los trabajos de Enrique Dussel, quien planteala construccin de una mirada integral desde las vctimas, es decir, loscolonizados. En esta perspectiva tambin se encuentran los trabajosde Boaventura de Sousa Santos, quien se plantea pensar desde el sur,en contraposicin con el norte hegemnico y dominante. No lejos deellos se hallan las formulaciones de un pensamiento propio por partede Hugo Zemelman Merino. En Bolivia la irrupcin de un pensamientodescolonizador es abierto por Fausto Reinaga, quien deconstruye lahistoria desde la perspectiva de la revolucin india. Esta problemticaes retomada por Silvia Rivera Cusicanqui con sus estudios sobre losmovimientos indgenas a partir de la recuperacin de la memorialarga. La lista evidentemente puede ser ms amplia, identificandocorrientes, si podemos hablar as, la corriente de los subalternos,en la que sobresalen las investigaciones de Partha Chatterjee y deGayatri Chakravorty Spivak, de los estudios postcoloniales, de lafilosofa de la transmodernidad, de la epistemologa crtica o crticade la epistemologa, de la sociohistoria indgena. Incluso podemosabrirnos hacia atrs y hacia adelante, podemos rastrear las huellas deun marxismo propio cuando Carlos Maritegui se plantea sus tesissobre la realidad peruana, buscando hacer inteligible la formacineconmico social peruana. Del mismo modo podemos encontrar en la

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    crtica de la economa poltica perifrica, en la crtica de las relacionesde poder y en los anlisis de los movimientos sociales desplegadospor Comuna el desarrollo de una perspectiva descolonizadora.7Debemos hacer entonces una arqueologa de los discursos sobredescolonizacin, sobre las narrativas de la colonizacin y colonialidad,encontrar los sedimentos y estratificaciones de estos discursos, susformas de actualizacin, su haz de relaciones, la conguracin de susenunciados. Esta es una tarea que hemos de emprender, empero porde pronto, vamos a situar la problemtica de la colonialidad dibujadahistricamente por los ciclos del colonialismo.

    Los ciclos del colonialismo

    Hablamos de los ciclos del colonialismo porque consideramos queestos ciclos, de alguna manera han seguido los ciclos del capitalismo.No son exactamente lo mismo, empero el colonialismo ha acompaadoa la expansin y a la acumulacin del capitalismo. Concretamente lairrupcin del colonialismo a escala mundial tiene inmediatamenteque ver con la acumulacin originaria del capital a escala mundial y

    con el nacimiento de la modernidad. Si se quiere con el nacimiento dela economa-mundo capitalista, sugerida por Immanuel Wallerstein.El colonialismo es la forma mundial de dominacin desatadapor las formas hegemnicas del capitalismo, formas desplegadassucesivamente durante los distintos ciclos del capitalismo. Emperolas estructuras de dominacin colonial no son los mismo que lasestructuras de la acumulacin capitalista, las relaciones de poder noson lo mismo que las relaciones de produccin capitalista, ambos

    mbitos se imbrican y se complementan de una manera morbosa.Anbal Quijano dice:

    La colonialidad es uno de los elementos constitutivos y especficosdel patrn mundial de poder capitalista. Se funda en la imposicin de

    7 Colectivo vinculado a los movimientos sociales de Bolivia, durante las gestas desatadas del2000 al 2005. Comunaha publicado varios anlisis grupales e individuales de los movimientossociales y ensayos tericos polticos.

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    una clasificacin racial/tnica de la poblacin del mundo como piedraangular de dicho patrn de poder y opera en cada uno de los planos,mbitos y dimensiones, materiales y subjetivas, de la existencia socialcotidiana y a escala societal.8

    Anbal Quijano asocia culturalmente e intersubjetivamente lacolonialidad con la modernidad, se trata de un patrn de dominacinque se corresponde con los modelos de acumulacin. La diferenciacinentre centro y periferia establece la diferencia racial de la explotacinde la fuerza de trabajo a escala mundial, distinguiendo formas deexplotacin, combinando y complementando subsuncin formal ysubsuncin real del trabajo al capital.9El colonialismo y, por lo tanto,

    la colonizacin constituyen una realidad mundial, la colonialidad,que es la forma de hegemona cultural de la modernidad y la forma dedominacin capitalista.

    Anbal Quijano dice que:En el curso del despliegue de esas caractersticas del poder

    actual, se fueron configurando las nuevas identidades societalesde la colonialidad, indios, negros, aceitunados, amarillos, blancos,

    mestizos y las geoculturales del colonialismo, como Amrica,Africa, Lejano Oriente, Cercano Oriente (ambas Asia, ms tarde),Occidente o Europa (Europa Occidental despus). Y las relacionesintersubjetivas correspondientes, en las cuales se fueron fundiendolas experiencias del colonialismo y de la colonialidad con lasnecesidades del capitalismo, se fueron configurando como unnuevo universo de relaciones intersubjetivas de dominacin bajohegemona eurocentrada. Ese especfico universo es el que serdespus denominado como la modernidad.10

    Comprendamos entonces la experiencia del colonialismo ycolonialidad, entendiendo por colonialismo la prctica imperial deocupacin de tierras, sometimiento de las poblaciones, decodificacin

    8 Anbal Quijano: Colonialidad del poder y clasificacin social.Journal of world-systems research.Festschrift for Immanuel Wallerstein. Volume XI, number 2, summer/fall 2000. Pg. 342.

    9 Revisar de Immanuel Wallerstein y Etienne Balivar Raza, nacin y clase. Madrid, Iepala, 1991.

    10 Anbal Quijano, Ob. Cit., pgs. 342-343.

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    polticas que se distribuyen en forma de mapas institucionales.14 Laestatalizacin de las territorialidades, de los agenciamientos concretos

    y relaciones de poder locales, es decir, su apropiacin, desarticulacin ytransformacin a gran escala forma parte del proceso de conformacindel Estado. La institucin del Estado pasa por la unificacin de lasformas de gobierno y los mecanismos de poder, termina ejerciendosu jurisdiccin a la escala de lo que va ser la nacin, incorpora demodo transversal la legislacin y normativa jurdica que permitela reglamentacin del ejercicio de las prcticas institucionalizadas.Podemos hablar desde esta perspectiva de la triangulacin concomi-tante entre Estado, derecho y nacin. Ahora bien, podemos considerar a

    la nacin como lo sugiere Immanuel Wallerstein, como que las nacionesno son otra cosa que mitos, en el sentido que son creaciones sociales,

    y los estados desempean una funcin central en su construccin.15Desde esta perspectiva, los estados habran creado las naciones, lasnaciones formaran parte de los procesos de estatalizacin, pero eneste caso se tratara de la estatalizacin de los imaginarios. Sin embargo,esta comprensin de Immanuel Wallerstein supone la construccin, lasupeditacin y la articulacin plena de la nacin al Estado. No hay

    nacin antes del Estado? Podemos ampliar los horizontes histricosde la problemtica introduciendo un campo de posibilidades mayor,logrando as una comprensin ms abierta de las formas de identidadescolectivas, por ejemplo podemos introducir el tpico de la luchas deliberacin nacional, as mismo podemos introducir en el anlisis alas concepciones de nacin emergentes, por ejemplo, las relativas alos imaginarios colectivos de pueblos indgenas. Es indispensableconsiderar los imaginarios colectivos de las resistencias a la coloniali-

    dad y a la modernidad, entendidos como actos de descolonizacin.Desde esta perspectiva, no se tiene en cuenta la arqueologa deltrmino nacin, que en principio alude a una relacin de sangre, lanacin concebida en el sentido de consanguineidad. Desde esta otra

    14 Revisar de Michel Focault Seguridad territorio y poblacin. Mxico. Fondo de CulturaEconmica, 2006.

    15 Immanuel Wallerstein:Anlisis de sistemas-mundo. op. cit. Pg. 79.

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    entidades territoriales.17En este caso hablamos de nacin ms en elsentido cultural, incluso en el sentido territorial, como es el caso de lossuyus, naciones-territorios de las sociedades andinas, conformacionescomplejas, basadas en los ayllus, comunidades duales, asentadasen distintos pisos ecolgicos y markas, pueblos que comprendena conjuntos de ayllus. El sentido de naciones y pueblos indgenasoriginarios se abre a una pluralidad de configuraciones de nacin, adistintas acepciones colectivas histricas culturales.

    De acuerdo a Immanuel Wallerstein las categoras de raza, naciny clase se corresponden con cada uno de los rasgos estructuralesbsicos de la economa-mundo capitalista:

    El concepto de raza est relacionado con la divisin axial deltrabajo en la economa-mundo; es decir, la antinomia centro-periferia.El concepto nacin est relacionado con la superestructura poltica deeste sistema histrico, con los Estados soberanos que constituyen elsistema interestatal y se deriva en l. El concepto de grupo tnico estrelacionado con la creacin de las estructuras familiares que permitenque buena parte de la fuerza de trabajo se mantenga al margen de laestructura salarial en la acumulacin de capital. Ninguno de los tres

    trminos est relacionado directamente con el concepto de clasey por ello porque clase y pueblo se definen ortogonalmente, lo cualconstituye una de las contradicciones de este sistema histrico.18

    Se puede deducir de esta cita que no slo las categoras de raza,nacin y clase forman parte de los rasgos estructurales bsicos dela economa-mundo capitalista, sino tambin la categora de etnia,as como el mismo concepto de Estado, como vimos ms arriba.Toda la composicin social y poltica es leda a partir de subsuncin

    formal y real del trabajo al capital, como dispositivos histricosociales de los procesos de subsuncin del trabajo al capital. Enotras palabras, el capitalismo hace inteligible a las sociedades, a los

    17 Artculo 1. Bolivia se constituye en un Estado Unitario Social de Derecho PlurinacionalComunitario, libre, independiente, soberano, democrtico, intercultural,descentralizado ycon autonomas. Bolivia se funda en la pluralidad y el pluralismopoltico, econmico, jurdico,cultural y lingstico, dentro del proceso integrador del pas.

    18Immanuel Wallerstein, Etienne Balivar: Raza, nacin y clase. Madrid, Iepala, 1991. Pgs. 123-124.

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    Estados, a las formaciones econmicas sociales y a toda la complejacomposicin histrica cultural de los sistemas-mundo. Todo estoparece contrastarse positivamente con la expansin global, dominio

    y hegemona contempornea del capitalismo. Pero, fue siempreas, durante los largos ciclos del capitalismo? Qu pasaba en loslugares donde no haba llegado todava el capitalismo en su procesode expansin, sobre todo al principio, durante los primeros ciclosdel capitalismo? Qu pasaba antes del capitalismo? Estas otrasformaciones sociales son incognoscibles? Siguiendo esta lgica,volviendo al presente, cmo explicar e interpretar los saberes, lasprcticas, las formas, los movimientos de resistencia al capitalismo, a

    la modernidad y a la herencia colonial, sus modos de nombrarse, deconstruir sus imaginarios, de nombrarse y representarse? No dejan deser disfuncionales al capitalismo? Y por lo tanto, no pueden entendersecomo formas desbordantes al modo de produccin capitalista. Estaspreguntas nos plantean una duda, la teora de la economa-mundocapitalista, el anlisis de los sistemas-mundo, abarcan la totalidad delmundo o hay una parte del mundo que escapa a su mirada?

    En primer lugar, qu estamos entendiendo por mundo. Desde

    una perspectiva filosfica Eugenio Tras habla de mundos: mundoteortico referido al orden de los sucesos (el cerco), mundo moralexplcito en la proposicin tico-metafsico (el acceso), mundo estticoreferido al modo simblico de exposicin de la obra de arte y mundohistrico moderno explicitado en el juicio o proposicin que determinafinalsticamente la propia modernidad (el despliegue).19 Desde unaperspectiva positivista y lgica Ludwig Wittgeinstein se refiere al mundocomo totalidad de todos los hechos. Hablamos de un horizonte de

    visibilidad? Hablamos de un horizonte de sentidos? George Bataillehabla de mundo como un horizonte de sentido. Tambin se puedehablar de un horizonte de visibilidad, por eso se dice que el mundo esmundo desde el descubrimiento de Amrico. Con esta expresin nosreferimos al horizonte abierto por la modernidad. Volviendo al alcancede la economa-mundo capitalista y del sistema-mundo, Immanuel

    19 Eugenio Tras: Los lmites del mundo. Barcelona. Ariel, 1985. Pg. 19.

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    Wallerstein se refiere a la totalidad de las sociedades, Estados, naciones,es decir, formaciones-econmico sociales concretas atravesadas porlas relaciones de produccin capitalistas, articuladas por las lgicasde acumulacin del capital, en los distintos ciclos del capitalismo, esdecir, se trata de una dimensin temporal y espacial. Temporalmentehablamos de la historia del capitalismo, historia que comprendelas transformaciones habidas en la economa-mundo capitalista,espacialmente hablamos del planeta tierra. Aparentemente este mundoabarca todo, esto quiere decir que todo estara comprometido en elproceso de acumulacin de capital. Nada escapara a esta lgica devalorizacin dineraria, a sus redes de relaciones, a sus estructuracionessociales, a sus composiciones econmicas, a sus formaciones polticas,a sus decodificaciones culturales, a su produccin de necesidades, a sucompulsivo consumismo, a sus prcticas competitivas y obviamenteal universo complejo y mltiple del mercado, con sus contradictoriasformaciones monoplicas. Hay algo que dentro de este mundo no seatomado en cuenta? Podramos preguntar de manera paradjica: hayuna afuera de este adentro? Que siendo coherentes, tendra que serllamado hueco. Habra huecos en este mundo que escaparan al controldel capital, a la hegemona en el ciclo del capitalismo en cuestin, aldominio mundial de la forma poltica imperial? Esto significara lapresencia oculta, velada u opaca de formas o proyectos alternativoscivilizatorios y culturales? Podemos encontrar esta posibilidad en lasresistencias al despliegue, la circulacin y acumulacin del capital, enlos movimientos antisistmicos? Esta cuestin va a ser tambin temadel presente anlisis.

    Estado, sociedad y comunidad

    El Estado no se desprende de la sociedad como en un acuerdo, pactoo contrato social, el Estado se constituye en esa diferenciacin entreEstado y sociedad civil, sobre la base de una sociedad atomizadaen individuos, reconocindoles sus derechos individuales y suciudadana, aunque paradjicamente esta ciudadana no cubra

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    a todos. Se hace una abstraccin en la formacin de lo