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CESEDEN LAS INTERACCIONES SOVIETICO-AMERICANAS: LOS” MODELOS FOSTER” - Por Charles ZORGBIBE ( De la Revista’DéfenSe Nationale ti Diciern bre 1974 ). Traducido por el Coronel Sancho Sopraris Agosto—Septiembre 1975 BOLETÍN DE INFORMACION NUM. 94-1V

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CESEDEN

LAS INTERACCIONES SOVIETICO-AMERICANAS:

LOS” MODELOS FOSTER”

- Por Charles ZORGBIBE

( De la Revista’DéfenSe Nationale ti Diciernbre 1974 ).

Traducido por el Coronel Sancho Sopraris

Agosto—Septiembre 1975 BOLETÍN DE INFORMACION NUM. 94-1V

El arma atómica no es la fuente de la angustia del mundo moderno; es la afirmación de esta angustia, el cumplimiento del gran.d.esorden interno y como la concretización de la locura totalitaria de nuestro -.

tiempo. Cuando Einstein, Leo Szi1rd y otros sabios emigrados de Europa hicieron llegar al Presidente Roosevelt el mensaje que iba a arrancarla decisión de los responsables poirticos, estaban ante todo impulsados porun temor expircito: ya que el arma era concebible, los nazis podran ser losprimeros en descubrirla. Es cierto que también estaban animados por unaesperanza más secreta: fundar sobre la. aparición del arma. absoluta, so——bre la amenaza muy real de un desastre común, por primera vez en l.a historia, una “ciudad humanar a escala mundial, una “democracia mundial”asf, según el Secretario de Estado Stimson, “podrfa invertirse el curso —

de la civilización”. El boletTn de los sabios atómicos americanos se adorna con un reloj: la aguja pequefta marca medianoche, la grande se acercaa ella o se aleja de ella según las fluctuaciones de la poirtica internacio-——nal. “La cuenta atra’s define el único horario, todos los mortales son viajeros del tren—humanidad; el mundo se ha hecho ideal” , escribe André ——

Dlucksmann en su notable ‘discurso de la Guerra” ( L’ Heme, 1967 ). Yaque la guerra nuclear es pura abstracción y cruz sobre el mundo real, elarma. absoluta se convierte en el instrumento de la. toma de poder de la Razón. Ya que la lucha a muerte sólo puede llevar a adversarios nucleares alholocausto final, el arma absoluta deberra disciplinar, ordenar, unificar -

las conductas sobre la escena internacional

¿ Responde la realidad internacional, de hoy dfa a las espe—ranzas de los interlocutores de Roosevelt, de esos iniciadores de la eraatómica ? ¿ Ha incitado la consciencia de su responsabilidad nuclear co-

mún a los supergrandes a racionalizar, a codificar sus relaciones ? Antela consideración del riesgo nuclear, ¿está el terror en vras de convertir—se en orden mundial 7 Entre las superpotencie.s, ¿crisis, desafros, rupturas de negociaciones son sólo medios de comunicar, de exteriorizar la

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disuasión, de invitar al. adversario al buen sentido? El director del Cen—tro de estudios estratégicos del Instituto de investigaciones de Stanford, -

Richard B. Foster, dedica a las interacciones soviético—americanas unestudio publicado en la obra colectv,a “Ñátional strategy in a decade of —

change 1 ( Lexington Books, 1973).

El objeto de la investigación “metodológica “ de Richard B. —

Foster, es considerar las relaciones americano—soviéticas como un con——junto que comprende simultáneamente ocasiones de cooperación y posibilidades de conflicto, unas a menudo neutralizadas por otras. Ya que ambos

..Estados tienen interés en impedir una guerra nuclear entre ellos, se les —

impone una necesidád dialéctica de cooperación... A su vez, esta necesidad estratégica puede llevar a una sfntesis más elevada, una nueva polrti—ca que seria el cimiento de un orden mundial”.... El autorexpone su modelo dialéctico de las interacciones soviético-americanas mediante una seriede triángulos . Emplea cinco croquis para representar la génesis de una oganización global del sistema internacional. La armazón fundamental de este sistema comprende: la -fuerza (Strength, o 5 “ ) y la asociación conlos aliados ( Partnership o )que permitirán emprender negociacio——nes ( Negotiations o” N “ ) con la Unión Soviética y con China con vistasa instaurar un mundo más pacrfico. En los diagramas, las lrneas que presentan las asociacior’ies principales son de trazos, las que indican las negciaciones esenciales son rayadas, las que corresponden a los principalescompromisos de garantra nuclear est rayadas obltcuamente.

A.- EstadosUnidos,EuropaOccidental,UniónSoviética ( Fig. 1)

- El mantenimiento de una Europa occidental “independiente, —

fuerte y estable” es la piedra angular delas relaciones americano—soviéticas. La Europa asi definida “se extiende no sólo a los miembros de la Mza Atlántica sino también a los “neutrales” cuya seguridad y cuya inde——pendencia están garantizadas por la protección nuclear de los Estados Unidos:.Suecia, Suiza, Austria y Espafa enEuropa occidental e incluso, enel Este, Yugoeslavia —lo que parece menos evidente... Los Estados Uni——

• dos han asociado su fuerza de disuasi6n nuclear a la defensa de Europa.Deeste modo se brinda a los Estados aliados o “neutrales” una garantia nu——

clear contra cualquier amenaza soviética, apoyada por armas nucleares o• por armas convencionales. - • -

No obstante, R. B. Foster reconoce que “esta disuasión am——puada” supone un problema muy diffcil de resolver y la estrategia de la

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NATO ha tenido que ser revisada periódicamente. La credibilidad de lagarantra nuclear y la confianza que le conceden los europeos, se debilitanpor el hecho del acceso de la Unión Soviética a la paridad estratégica conlos Estados Unidos. Las negociacionés americano—soviéticas SALT han tenido como efecto minar la confianza de los dirigentes europeos en la “som

brjlla” nuclear americana.

Los Estados Unidos se encuentran por lo tanto ante un dilema:¿ Cómo reducir la tensión nuclear entre la URSS y ellos, ampliando simjnáneamente su disuasión nuclear para proteger a Europa de las presionessoviéticas ? Sin embargo, hay que conciliar ambos objetivos: manteninieto de la garantfa nuclear americana y desarrollo de la concurrencia o co

existencia pacfica con la URSS. “De todas formas, la situación de disusión mútua deberá provocar el nacimiento de nuevos conceptos”.

B.— Prohibicióndelaguerranuclear (Fig. 2 )

Tanto los Estados Unidos como la Unión Soviética sienten lanecesidad de prevenir cualquier conflicto nuclear. En efecto, en un intercambio nuclear ilimitado, los pueblos y los sistemas económicos y polrticos del Este y del Oeste quedarran totalmente destrurdos. Por lo tanto,elprodsito de impedir una guerra nuclear ya no forma parte de un campo deacción ideológica.

Del imperativo de prohibición de la guerra nuclear resultan -

una limitación del empleo de las Fuerzas Armadas y una restricción d elos objetivos nacionales. Las soberanras de los dos supergrandes se ven,ellas mismas, afectadas por los acuerdos SALT de Mayo de 1972, los Estados Unidos y la Uñión Soviética han convenido no oponerse a sus mediosrespectivos de control, erosionando asr —simbólicamente— el secreto queimponfan a sus fuerzas nucleares, sobre todo, las ambiciones nacionalesde las principales potencias no parecen ya poderse realizar por el empleode la fuerza. La máxima de Clausewitz según la cual “la guerra no es rrúsque la continuación de una misma polftica por otros ha de ser modificada: la elaboración de una nueva polftica internacional debe impedir -

el recurso a la guerra nuclear .

Por ello, el concepto de “destrucción mútua asegurada” (Mutual assured destrucción, o “MAD “ ) r fundamento actual de las relacionessoviético-americanas en la perspectiva de un conflicto nuclear ilimitado ,

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ha de ser superado . A la estrategia del “ MAD demasiado rrgida, hayque sustituir una estrategia más estable, basada en el concepto de “seguridad y supervivencia mútuas aseguradas” ( Mutual assured survival and security, o MASS ), cuya es eiic.j.a serra la constatación fundamentalinspirada por el simple interés personal: “S6lo puédo garantizar mi propiasupervivencia y mi propia seguridad asegurando las de mi adversario —

Ningún Estado puede, en efecto, considerar su propia destrucción como —

condición permanente de su poirtica; por el contrario, debe tender a alcaflzar los objetivos dialécticamente opuestos: su propia supervivencia y suseguridad. Según Foster, el concepto de MASS estarfa en el centro —

de las diversas negociaciones actuales: conversaciones soviético—americe.nas acerca de la limitaci6n de los armamentos estratégicos; conferenciassobre la seguridad y la cooperaci6n en Europa, debates sobre la reducciónde fuerzas en Europa. Asr el poder destructor del arma nuclear podrra darnacimiento a ün nuevo orden internacional, basado en las nociones de interés personal y de supervivencia recrprocos.

C.- Vietnam,EuropaOriental,OrienteMedio (Fig. 3 ).

Estos tres elementos pueden influir en las relaciones de losEstados Unidos, de Europa occidental y de la Uni6n Soviética.

La retirada progresiva de las fuerzas americanas de Vietnam,paralela a la de la defensa de Vietnam del Sur, luego —

los acuerdos de Enero de 1973 que han puesto punto final a la participaciónamericana en los combates, han simultáneamente suprimido un obstáculomayor al diálogo americano-soviético y apartador ..diértos rialéntendidostransatlánticos. Richard B. Fostór formula no obstante dos observaciones:1.- Si los Estados Unidos han retirado sus fuerzas terrestres de Vietñamdel Sur, conservan ciertas posibilidades de acción aérea en el Sureste —

asiático que sigue siendo por lo tanto una zona de conf1icto eventual. Elproblemade Vietnam y del Sureste asiático sigue asr afectando, incluso niya no bn forma aguda, las relacionés de los Estados Unidos con la URSS yChina asr como las relaciones chino—soviéticas. 2 . — El eco del asunto —

vietnamita en la polrtica interior americana es muy profundo; entre susmanifestaciones hay que se?ialar la presión de la opinión pública para unareducci6n considerable de las Fuerzas Armadas. Mas la disminuci6n. delos efectivos terrestres americanos en Europa, eslabón esencial en la cadena de la disuasión, podrra afectar el equilibrio estratégico en Europa o

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cidental. De aht el interés, según el autor, de las conversaciones acercade la reducción mútua y equilibrada de fuerzas en Europa.

La URSS ha prometido su protección nuclear a Europa oriental contra una acción eventual de los Estados Unidos . En realidad, las naciones europeas orientales son, en gran medida, los socios forzados de la URSS . Algunas de ellas , aunque miembros del Pacto de Varsoviamanifiestan —como Rumanfa— una independencia diplomática creciente.jchard B. Foster estima que una posturade neutralidad podrta, a largo —

plazo, suponer una solución para aquellos Estados que quisieran aligerarel peso de sus vrnculos con el Pacto de Varsovia. ¿ Utopta ? Sin dudaconcede el autor qúe, mientras los soviéticos consideren los regrmenes

europeos orientales cómo un cinturón de protección necesario, parasu seguridad, cualquier acercamiento de Occidente será considerado eco—mo agresión polftica. Pero sostiene que la cooperación económica y técnjca Este—Oeste ofrece las transiciones necesarias; la libertad de la evolución poirtica de Europa oriental podrfa ser uno de los resultadqs -todavfalejanos— de las interacciones soviético—americanas.

Oriente Medio está evidentemente considerado como una zonade conflicto eventual, pero la mención “ petróleo es significativa. Según Foster, el antagonismo, árabe—israelr no parece tenér que degeneraren enfrentamiento soviético-americano. Habr!a desplazamiento del campode conflicto posible hacfa el Golfo Pérsico,• que su desarrollo petrolero —

erige en nueva frontera U de Oriente Medio. Hacen falta por lo tanto unaatención sostenida de la diplomacia americana y hábiles negociaciones nlos soviéticos; este deseo se verá cumplido, tras la guerra del Kippur ,porel U regreso de los Estados Unidos a la región...

D.- China,Japón ( Fig. 4)

Después del Sureste Asiático y Oriente Medio, China constituye la tercera zona de conflicto mundial potencial, y la más peligrosa, piesel conflicto estallarra entre potencias nucleares: la amenaza de un ataquenuclear devastador, procedente de la URSS, suscita una verdadera inquietud en China. Aqur interviene la lógica del “triángulo !I Washington-Moscú—Pekfn: los Estados Unidos consideran esencial la prevención de un conflicto chino-soviético, tanto más cuanto que tal conflicto no pudiera talvezquedar circunscrito a esas dos potencias . Importa , por lo tanto, incluir aChina en el sistema, en gestación, de prohibición de la guerra nuclear. C2

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mo las relaciones entre los tres Grandes no son simétricas, solamente el estrechamiento de las relaciones chino—americanas es susceptible dereducir los riesgos de conflicto entre la URSS y China.

En el interior del II triángulo “ aparace Japón, que se beneficiade la garantra nuclear de los Estados Unidos frente a China y a la URSS. -

Situación envidiable: asr como ha llegado a ser una de las cinco potenciasmayores en la palestra económica y coniercial —la URSS y China rivalizanpara conseguir su asistencia financiera y tecnológica- Japón no tiene quemantener importantes fuerzas militares ni que disponer en propiedad de amas de disuasión nuclear. Pero situación vulnerable: Japón depende, parasu abastecimiento de petróleo, de Oriente Medio y de una dilatada flnea decomunicacióñ marrtima —irnea F vital ‘II cuya salvaguardia no puede asegurar. Es por lo tanto tributario dé la presencia naval americana para 1 aprotección de sus petroleros. Richard B. Foster aclara, a este respectouna anomalta más general: las dos mayores potencias navales, Estados ——

Unidos y la URSS, no son las dos principales potencias marttimas y comerciales; Japón y Europa occidental, por el contrario, lo son, aunque no posean fuertes marinas de guerra.

E— AfricaeHispanoamérica,EstadosdelPactfico,subcontinenteindio—

Fig. 5 ).

Con la representación de las regiones menos desarrolladas secompleta el modelo global general del mundo multipolar.

Africa e Hispanoamérica constituyen posibles fuentes de coriç_tos. Foster subraya “la falta de aptitud de los Estados africanos para pasar, en una sola generación, del estado tribal al de nación moderna “y spbre todo” la importancia estratégica, para Occidente, de la punta meridional de Americe. y la creciente influencia de los soviéticos en los Estados ——

norteafricanos del litoral mediterráneo”; el autor subraya asimismo la bi&

ción en el Caribe”, •aunque, incluso en esta región, América haya aprendi’do á vivir con el régimen comunista de Cuba”. En términos, generales, sinembargo, los conflictos de intereses existentes no parecen susceptibles dellevar aun enfrentamiento nuclear mayor entre grandes potencias.. El dianóstico es el mismo pára los Estados del Pactfico que, no obstante, conocen —con excepción de Australia y de, Nueva Zelanda— serios problémaseconómicos y poltticos: la polttica interior de esos Estados ha resentido lanormalización de las relaciones americanas con China, que estaba considerada como la fuente de la amenaza potencial.

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Guerras civiles, inetábilidad polftica, penuria de recursósel subcontinente indio conoce enormes dificultades; es el soporte de rela— ciones de cooperación y de relaciones conflictivas entre China, la URSS ylos. Estados Unidos. Mediante los esfuerzos desarrollados para impedir -

que la India desencadenara una guerra total contra Pakistán, cuando lasecesión de Bengala, los Estados Unidos han simultáneamente limitado lossueños expansionistas de la India, envalentonada por el apoyo soviético, yreforzando sus relaciones con China. Pero los apetitos nucleares de laln_dia aparecen ya manifiestos al autor, y los acontecimientos vendrán a confirmarlo al año siguiente; los gobernantes de Nueva Delhi aparecen, en —

efecto, perder confianza en la garantfa nuclear de la URSS o de los Estados Unidos frente a China cuyo sistema polftico-social, además, se ha r -

velado más eficaz que el de la India. El subcontinente indio representa, — -

pues, como el Sureste asiático, una causa posible de conflicto entre lasgrandes potencias: pero está tácitamente admitido que “ se hará todo lonecesario para que la situación, en esta región, no pueda nunca provocarun enfrentamiento entre aquellas potencias nucleares que tienen interesesen el Pacrfico y en el Océano Indico ‘.

¿ Sienten igualmente las dos superpotencias la necesidad dialéctica de su cooperación ? Paralos escépticos, las interacciones It fj.namente cinceladas rto son más que pura construcción de la administracióndeWashington; del lado soviético subsistirán, con el arraigo burocráticode la ideologia, tareas diplomáticas de base inmutables desde Kruschev yconfirmadas en 1971 por el congreso del partido comunista, la expansióndel socialismo en los distintos pafses, el refuerzo de la fraternidad con —

los regfmenes socialistas establecidos, la cooperación con los movimientos de liberación nacional teniendo prioridad sobre la coexistencia pacffica con sistemas sociales diferentes. Pero los optimistas harán valer quela práctica soviética se ha modificado profundamente y que las relacionesparticulares con los Estados Unidos van mucho más allá de lo que exigirIala simple 1! coexistencia pacrfica “: en provecho de ellas se borran ciertastareas diplomáticas de base de la diplomacia soviética, como lo demuestra el distanciamiento del régimen norvietnamita cuando éste estaba bajola amenaza de los Estados Unidos... En realidad la cuestió:n sigue planteada, pudiendo ser objeto totalmente nuevo de interpretaciones divergentes.Lo mismo sucede con los acontecimientos de Oriente Medio, en otoño de 1973. Raymond Aron ha sostenido que el acuerdo soviético-americano noEhabia cambiado nada en el desarrollo de la crisis: la alerte. nuclear del 25de Octubre bien demostraba que los dos grandes bordeaban el abismo, co-

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mo once afíos antes , cuando la crisis cubana, en un tiempo en que no ha—b1an todavra codificado sus comportamientos... A lo que cabe contestar -

que la alerta nuclear formaba parte del juego de los dos Grandes: como la.UR.SS no podra, en ningún caso, aceptar la destrucción del Tercer Ejérci

to egipcio y los Estados Unidos ,no querran, en ningún caso, la presenciad una fuerza combinada americano-soviética, la alerta del 25 de Octubrepermitirra realizar un compromiso que entraba en la dialéctica de las interacciones H, De todas formas, el interés común de los dos Grandes deno ir a un conflicto nuclear, el interés de sus dirigentes en subrayar loqte hay positivo en el comportamiento del adversario, parecen evidentesMás allá, como lo hacra ver Pierre Hassner cuando un debate de la Fundación nacional de las ciencias poirticas, “ la lógica implicada en estas acti—túdes primeras no siempre gana... .

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