las boticas en los cenobios los monjes boticarios

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n el Imperio Romano, los cristianos eran fre- cuentemente persegui- dos y martirizados por defender su fe, y el es- tar dispuestos a asumir este tipo de muerte significaba un verdadero salvoconducto de virtud heroica. Pero una vez que el Impe- rio aceptó el cristianismo, esa posi- bilidad desapareció, y aquellos cris- tianos que sentían una vocación de vivir una verdadera vida de ascetas y de sufrir como Cristo sufrió por ellos, buscaron la sustitución de su martirio por una vida de sacrificio apartada de los demás, en desiertos, montañas e islas remotas y solita- rias. Así fue naciendo la vida mo- nacal y la fundación de las órdenes religiosas. Donde unos «locos por amor a Cristo» se afanan en perse- guir y conseguir de una manera des- medida la búsqueda de la pureza de de Rebotica de Rebotica de Rebotica P LIEGOS LIEGOS 30 las boticas Cuadro que simboliza el primer boticario, Cristo y sus primeros parroquianos, Adán y Eva Cristo “el Sanador”,Hacia 1700. Nationalmuseum de Nuremberg LAS BOTICAS EN LOS CENOBIOS Los monjes boticarios, Los monjes boticarios, pr pr otagonistas en otagonistas en la Historia de la Ciencia la Historia de la Ciencia E E José de Vicente González

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Page 1: LAS BOTICAS EN LOS CENOBIOS Los monjes boticarios

n el Imperio Romano,los cristianos eran fre-cuentemente persegui-dos y martirizados pordefender su fe, y el es-tar dispuestos a asumir

este tipo de muerte significaba unverdadero salvoconducto de virtudheroica. Pero una vez que el Impe-rio aceptó el cristianismo, esa posi-bilidad desapareció, y aquellos cris-tianos que sentían una vocación devivir una verdadera vida de ascetasy de sufrir como Cristo sufrió porellos, buscaron la sustitución de sumartirio por una vida de sacrificio

apartada de los demás, en desiertos,montañas e islas remotas y solita-rias. Así fue naciendo la vida mo-nacal y la fundación de las órdenes

religiosas. Donde unos «locos poramor a Cristo» se afanan en perse-guir y conseguir de una manera des-medida la búsqueda de la pureza de

de Reboticade Reboticade ReboticaPLIEGOSLIEGOS30

las boticas

Cuadro que simboliza el primer boticario, Cristo y sus primeros parroquianos, Adán y Eva

Cristo “el Sanador”,Hacia 1700.Nationalmuseum de Nuremberg

LAS BOTICAS EN LOS CENOBIOS

Los monjes boticarios, Los monjes boticarios, prprotagonistas enotagonistas en

la Historia de la Cienciala Historia de la Ciencia

EE

José de Vicente González

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sus almas, para encontrar e imitar lavida del propio Redentor.

En valles o montañas, en luga-res próximos o remotos, los monas-terios son símbolos de la historiadel amor de Dios al genero huma-no. En ellos, hombres y mujeres, deacuerdo con una regla determinada,comparten su trabajo y los días desu vida, en comunidad y congrega-dos, por y para Dios.

Como dice el Prof. NavascuésPalacio en su libro Monasterios enEspaña, «este estilo de vida acabóimprimiendo a la arquitectura losrasgos propios de la Orden.Y quizás,ése es el secreto de la belleza y de lapaz que se respira en cada uno de losmonasterios: Arquitectura con carác-ter, concebida para un mejor servi-cio a Dios y a los hombres. Bellezadel pasado, del presente, que hablade una vida en común por amor».

LAS BOTICAS MONÁSTICAS Y LOSMONJES BOTICARIOS

Las boticas más antiguas de la Eu-ropa Occidental nacen al amparo delas órdenes religiosas que poseían oregentaban hospitales benéficos.Estas boticas se extendieron, en es-pecial, por las fundaciones hospita-larias que estaban vinculadas a aba-días, monasterios, prioratos, carcas,conventos, cabildos catedralicios oiglesias catedrales regentados pordiversas órdenes religiosas: Bene-dictinos, cistercienses, Jerónimos,franciscanos, agustinos recoletos,cartujos, carmelitas, dominicos, Je-suítas, manos, mercedanos, herma-nos de San Juan de Dios, etc.

El Camino de Santiago fomentóla instalación de boticas monásticas,cartuianas y conventuales a lo largodel mismo, no sólo con la finalidadde producir todos los fármacos ne-cesarios para los religiosos y mo-nies, sino para el desempeño de ta-reas sociales y numanitanas conperegrinos y personasnecesuadas.Generalmente, en todas ellas se re-alizaba una labor únicamente carita-tiva y, solo en muy contadas excep-ciones, lucrativa.

Las boticas de las órdenes reli-giosas eiercieron un gran papel enla elaboración artesanal del medi-camento, que ofrecía una total ga-rantía, por los magníficos conoci-mientos y preparación de losmonjes boticarios.

La actividad sobre los estudioscientíficos de las boticas monásti-cas está recubierta por una nebulo-sa, en la que resulta difícil estable-cer los límites entre lo científico ylo mágico. Asi, por ejemplo, las fór-mulas de los licores monacales eranguardadas con verdadero secretis-mo, por los beneficios y prestigioque daban al cenobio.

En el botamen el escudo reli-gioso carece, por regla general, depolicromía. Nosotros hemos encon-trado recipientes procedentes de losalfares toledanos de Talavera-Puen-te del Arzobispo, sevillanos deTriana, aragoneses de Villafeliche,riojanos de Haro, gallegos de Sar-gadelos, catalanes, etc. Son gene-ralmente albarelos, cántaros, orzas,orcitas o jarrones con decoración

de tipo heráldico en color azul co-balto, pertenecientes a los siglosXVI, XVII y XVIII. Estos tarros debotica suelen ir decorados, en lamayoría de las ocasiones, solamen-te con el tema heráldico, dejando elresto de la pieza en blanco. Este te-ma decorativo puede consistir en elescudo de una orden religiosa, mo-nasterio, convento, cartuja o cate-dral; de una casa real, Austrias oBorbones, etc. Suelen ir timbradoscon corona, generalmente real, ocimados con capelo del que pendenpor cada uno de sus lados unos cor-dones entrecruzados con borlas, cu-yo número y disposición se corres-ponden con la categoría de lajerarquía eclesiástica que rige el ce-nobio. Pueden llevar cartela o ca-recer de ella, estando impreso o noel nombre del medicamento quecontienen.

No obstante, en determinadasocasiones podemos encontrar deco-raciones policromadas que, incluso,ocupan toda la superficie del reci-piente.

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Recolección, secado, desmenuzamiento y destilación de plantas para elaborarmedicinas. Adam Lonitzer. National Library of Medicine de Bethesda

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La «bella botería», citada por Jove-llanos, en el Monasterio de SantaMaría la Real de Nájera, es una co-lección de piezas blancas con el es-cudo de la Abadía, el jarrón o te-rraza con azucenas, acompañado dela corona real y tres flores de lis, en-tre lambrequines que imitan filacte-rias policromas. Todos estos moti-vos están realizados en finosmatices cromáticos a base de ama-rillo, azul, verde y naranja.

Jovellanos también dice en suDiario que unos días antes de visi-tar el Monasterio visitó la villa deHaro: «Anteayer fuimos a una alfa-rería; hay muchas en esta comarca...Fuimos con el Corregidor a la de untal Águeda o Agreda, hombre quehizo varias pruebas para mejorar es-

te arte y aun imitar la loza de Bris-tol. Mejor me parecieron unos bo-tes de botica, de barro blanco conalguna pintura azul y amarilla, todobien cocido y acabado».

Estas características acerca dela cerámica de Haro nos induce apensar que el botamen del Monas-terio procedía de dicho alfar. Ennuestras investigaciones hemosevidenciado que en la segundaépoca (1804-1812) de la Real Fá-brica de Porcelana del Buen Reti-ro de Madrid se destacó la gran la-bor de un modelador, EstebanAgreda, de Logroño. Esta referen-cia nos hace pensar que se trata dela misma persona.

El botamen del Monasterio deSan Lorenzo el Real de El Escorial

está constituido por albarelos, or-zas, jarras y cántaros. Orzas com-pletamente decoradas, con y sin asa,pertenecientes a la serie talaveranade Bos Floris o de las ferronerías.Albarelos pertenecientes a la serieesponjada de comienzos del sigloXVII, que pretenden imitar con unprocedimiento decorativo cerámicoa los recipientes de lapislázuli o ja-de. Algunos de estos recipientestambién fueron encargados por elrey Felipe II. La serie punteada definales del siglo XVI y principiosdel XVII, que se caracteriza por sunotable originalidad ornamental, re-presentada en un cántaro del últimocuarto del siglo XVI, del Museo Ar-queológico Nacional de Madrid.También hemos visto carras fraile-ras» del siglo XVIII, pertenecientesa la serie azul; orzas sin asas quecorresponden a la serie tricolor, da-tadas en el primer tercio del sigloXVIII; albarelos, jarrones y orzasde la serie policroma, siglo XVIII,decorados con un escudo acorazo-nado con la parrilla y el resto delbote engalanado con motivos vege-tales. En la Fundación FranciscoGodia de Barcelona existe una bo-nita orza de la serie azul.

En el Museo de la Farmacia His-pana de la Facultad de Farmacia dela U. C. M. hay unos albarelos conel blasón del Real Monasterio deSanta María de Guadalupe, que cre-emos que proceden de algún alfar deTalavera-Puente del Arzobispo, co-rrespondientes a la serie policromade la 2a mitad del siglo XVII.

En el Real Monasterio de San Be-nito de Sahagún de Campos su bo-tica tuvo unos albarelos de cerámi-ca sevillana policromada, según elProfesor Folch, en cuya decoraciónaparece un escudo con los brazosdesnudos de San Facundo y SanPrimitivo, hijos de San Marcelo,que portan sendas palmas del mar-tirio. Estos recipientes se encuen-tran en el Museo de la FarmaciaHispana de la Facultad de Farmaciade la UC. de Madrid��

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