la raucana informe final+++++

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INTRODUCCIN LOS ORGENES DE RAUCANA La invasin Llega la polica Organizndose para combatir y resistir LA VIDA COTIDIANA CONDUCIDA POR SENDERO La organizacin interna El terreno y la vivienda El agua y los servicios higinicos Salud Alimentacin La educacin La seguridad UN ESPACIO DE TERROR Contra el desalojo genocida! El otro lado de las movilizaciones: los pobladores Qu hacer con Raucana senderista? La accin cvica Imponiendo el terror La desarticulacin de Sendero LOS HROES DEL SILENCIO. SECUELAS Y REPARACIN Gaby NN La seora X Hernn Gmez RECOMENDACIONES CUADRO No. 1

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INTRODUCCIN La violenta historia del asentamiento humano Raucana y sus pobladores empez cuando sus actores ni siquiera imaginaban el protagonismo que tendran en la violencia poltica que azot al pas entre, 1980 y 1995. A mediados de los aos 80, aun cuando algunas acciones de Sendero Luminoso haban tenido como escenario los mbitos urbanos, especialmente Lima, la guerra popular desatada por este grupo subversivo se llevaba a cabo en las zonas rurales. En setiembre de 1986, Sendero culmina su denominado Tercer plan cuyo objetivo era conquistar bases, con la campaa rematar el gran salto con sello de oro! De esta manera, pasaron a una cuarta etapa denominada Gran plan de desarrollar bases, dentro de la cual se inscribi sus primeras apariciones en trminos estratgicos en las periferias de Lima. Buscaron agudizar los conflictos sociales, tratando de generar organizaciones en donde no existan o presionar para que stas sean correas de transmisin de sus objetivos polticos all en donde estaban establecidas. Respecto a este ltimo caso, el desempeo senderista se caracteriz por intentar difundirse en los ncleos de base de las organizaciones y, desde all, coactar a las dirigencias centrales o, en su defecto, desarticularlas. De esta manera, luego de acciones de ablandamiento (asesinatos de dirigentes locales, debilitamiento y control de las organizaciones de base, imposicin del terror entre los pobladores, etc.), Sendero pudo establecer algunas plataformas para su accin poltica en Lima. Fue en estas circunstancias en que Sendero decide dar un paso trascendental en su vida orgnica: entre enero y junio de 1988 realiza su primer y nico Congreso en el cual, luego de hacer un balance sobre los resultados alcanzados, hace los ajustes necesarios tanto en la lnea programtica como en la militar y se prepara para una nueva fase en su conquista del poder. Es all donde aprob la consigna el equilibrio estratgico estremezca todo el pas -en la tercera sesin del Congreso- lo que dio paso a la realizacin de su Gran plan de desarrollar bases en funcin de conquistar el poder, en agosto de 1989. El aspecto crucial que definira esta coyuntura sera la incorporacin, amplia y organizadamente, de las masas a la guerra popular, con lo cual se asegurara la insurreccin y la posterior defensa de la Repblica Popular. De esta manera, se llegara al equilibrio estratgico que estara caracterizado por la ofensiva del enemigo buscando recuperar las posiciones perdidas y la contraofensiva del partido con la que se construira la conquista del poder. Segn sus evaluaciones, esta etapa sera muy violenta y se enfrentara usando tcticas de guerra de guerrillas que prepararan el escenario en funcin al objetivo principal, que sera desarrollar una guerra de movimientos. As, previeron campaas de cerco y aniquilamiento que seran respondidas con contracampaas para mantener la iniciativa y dar as el salto cualitativo: pasar de la defensiva a la ofensiva. En ese mismo sentido, asuman que al no haber sufrido hasta ese momento ninguna derrota significativa, en la eventualidad de que sucediera ahora slo tendra un efecto parcial y relativo en la perspectiva del desarrollo de la guerra popular. Sin embargo, SL deba ahora dar muestras de su capacidad para imaginar escenarios de guerra que no contemplaban los manuales maostas. Al seguir estrictamente estas recetas Sendero Luminoso tena resuelto lo que deba hacer en las zonas rurales. Pero, los textos de Mao no le indicaba cmo deba actuar en las ciudades bajo el contexto de un equilibrio estratgico. Este impase lo resuelven con la decisin de crear en estos mbitos bases de apoyo que funcionaran abiertamente y sirvieran, as, a la proclamacin ante el mundo de cmo funcionara el nuevo poder emergente. 2

En octubre de 1991, Luis Arce Borja, director del vocero senderista El Diario, escriba desde Bruselas lo siguiente: Los comits populares funcionaron clandestinamente hasta fines de 1988. A partir de esa fecha se han constituido en comits populares abiertos, en franco desafo al viejo Estado peruano. Esta concretizacin del nuevo poder tiene que ver con dos cuestiones centrales: el fortalecimiento del Ejrcito Guerrillero Popular, y el desarrollo victorioso de la guerra popular prolongada que el PCP ubica en tres partes: 1. La defensiva estratgica 2. El equilibrio estratgico 3. La ofensiva estratgica La etapa actual (abril 1991) corresponde al paso de la defensiva estratgica al equilibrio estratgico, es decir pasar de la guerra de guerrillas a la guerra de movimientos. Ahora, el EGP, uno de los principales instrumentos de la revolucin, se prepara a enfrentar abiertamente a las fuerzas armadas y policiales del gobierno. Se inicia la defensa tctica y estratgica de las zonas liberadas (...). La guerra ha ingresado a su etapa ms difcil y sangrienta. El cerco de las ciudades, incluida la capital, se realiza en forma inexorable. Se prepara la insurreccin como accin culminante para la captura del poder en todo el pas. Es bajo este marco en que empezaron a hacerse notorios senderista en los barrios pobres que circundan Lima. algunos bolsonesde influencia

Por otro lado, mientras Sendero pensaba e implementaba este escenario, la poltica contrasubversiva tambin inici un proceso de cambios sustanciales en su diseo. Bajo los ejes de constreir los espacios sociales en los que se desenvolva Sendero -quitarle el agua al pez- y disminuir los costos sociales producidos por la guerra sucia que se estaba ejecutando, las fuerzas del orden empezaron a actuar activamente en la organizacin de la poblacin en funcin a la guerra presentada. Involucran a los comits de autodefensa campesina que haban estado formndose en los aos anteriores para hacer frente a la amenaza subversiva, bajo un esquema vertical en el que dependan totalmente de los comandos polticos-militares. Asimismo, en aquellos sitios donde no existan son creados, utilizando para ello a los pobladores que haban realizado el servicio militar obligatorio y se hallaban en la condicin de licenciados. Tambin multiplican sus denominadas acciones cvicas, consistentes bsicamente en la ejecucin de tareas de asistencia social llevadas a cabo por efectivos militares. Otro componente importante de esta etapa de la lucha contrasubversiva fueron las mayores atribuciones y menores controles sobre la accin militar, cuestin que provoc una crisis poltica profunda en el Estado peruano y origin, posteriormente, el golpe de Estado de abril de 1992. Como derivados ms importantes de esto ltimo tenemos una centralizacin de los aparatos de informacin e inteligencia, lo que dio como resultado una mayor eficacia en ese aspecto. Como podr deducirse, este esquema no signific un cambio sustancial de la concepcin esencialmente militarista con el que haba venido desarrollndose la lucha contrasubversiva. Por el contrario, los objetivos que a partir de este momento tenan las fuerzas armadas era el de involucrar a sectores civiles en su estrategia, sin que ello significara un mejor control de su actuacin por parte de otros organismos del Estado. Por eso, con el cambio de gobierno en 1990 se renovaron los conflictos dentro de los aparatos estatales. Unos, el sector militar, pugnando por un irrestricto manejo de la lucha contrasubversiva y otros, aquellos que trataban de defender los fueros de una democracia cada vez ms

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entrampada, tratando que el rgimen de excepcin provocado por las acciones terroristas no restringan el estado de derecho. El 17 de junio de 1991, se public en el diario oficial El Peruano, la ley 25327 que deleg al Poder Ejecutivo durante 150 das la facultad de legislar en tres materias: pacificacin nacional, fomento del empleo y crecimiento de la inversin privada, siendo promulgados en ese lapso ms de 120 decretos legislativos. Como se recuerda, a pesar de que la ley fue explcita en sealar los lmites de las facultades 1 otorgadas, la lectura del Ejecutivo fue amplia y librrima . En ese sentido, la impresin que tuvieron los diversos grupos parlamentarios sobre los decretos legislativos del Ejecutivo fue que no seguan el espritu de la ley autoritativa cuyo primer numeral prescriba el reforzamiento de la autoridad civil y la sensacin final era, ms bien, una mayor concentracin an del mando y el poder poltico en un ncleo militar directamente dependiente del Presidente de la Repblica, sobre todo en los tres decretos considerados la matriz de todo este reordenamiento legal: la Ley de Movilizacin Nacional, la del Sistema de Defensa Nacional y la del Sistema de Inteligencia Nacional. La militarizacin del Estado, como respuesta al problema subversivo, no era ya novedad hacia estos aos. Desde el ingreso de las fuerzas armadas en la lucha antiterrorista, a fines de 1982, las prerrogativas polticas de los militares fueron creciendo paulatinamente hasta que tomaron forma en un diseo estratgico hacia la segunda mitad de esa dcada. El denominado plan verde, hecho pblico por la prensa, era bastante claro en la decisin de los mandos militares de hacer una guerra total como la va para derrotar a la subversin y la nica forma de lograrlo era subordinando o, eventualmente, derrocando a la autoridad civil. En tercer lugar, tenemos la percepcin de la opinin pblica en aquel cambio de dcada. El notorio aumento de acciones terroristas en Lima, a pesar de que muchos analistas consideraban que, en trminos generales, Sendero estaba sufriendo los estragos de una larga guerra sin resultados positivos a la vista, era buscar explicacin a esta situacin que alarmaba sobremanera a la poblacin urbana. Se estimaba que Sendero Luminoso estaba construyendo una tenaza gigante alrededor de 2 Lima . Actuando en las periferias de las ciudades y copando los barrios marginales, intentaba asfixiar la ciudad en el mediano plazo. Es un trabajo discreto, sin aspavientos, que pasa 3 inadvertido para la clase poltica y la opinin pblica . Un documento elaborado por la II regin militar, con sede en Lima, llamado Diagnstico y mapeo 4 de la violencia poltica y el avance de SL en Lima , dado a conocer a los medios de comunicacin, aseguraba que el objetivo de los subversivos era ahora los asentamientos humanos sin organizacin social y disminuir la importancia que le haban estado dando a los sindicatos como escenarios de la lucha poltica. Para esto, Sendero Luminoso haba creado una organizacin que deba ser gravitante para sus expectativas: El Movimiento Clasista Barrial. Para afirmar la exactitud de lo dicho, se citaba a El Diario, la publicacin senderista: Los llamados pueblos jvenes o asentamientos humanos que rodean Lima son la expresin de la desigualdad social, de la opresin minoritaria de una clase sobre las grandes mayoras y reflejan a su vez la caducidad de este orden social (...) Es por esto que los emporios de pobreza, llamados

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Senado de la Repblica: Violencia y pacificacin en 1991. Comisin Especial de Investigacin y Estudio sobre la Violencia y Alternativas de Pacificacin. Lima, enero 1992. 2 Antonio Morales: La tenaza senderista. La Repblica, Suplemento Domingo; 1ro. de setiembre de 1991 3 Idem. 4 Idem.

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cinturones de miseria, se han convertido en verdaderos cinturones de hierro que encierran a la 5 gran burguesa y a sus fuerzas represivas . Entonces, empez una bsqueda febril para ubicar aquellos lugares donde la presencia de Sendero se haca manifiesta y, en ese sentido, la prensa diaria propuso una especie de cartografa de la violencia en Lima, sealando los probables puntos: Una publicacin mensual de anlisis, luego de examinar las pginas barrial y laboral de cada nmero de El Diario a partir de 1988, observ que algunos nombres de asentamientos humanos se repetan constantemente y dedujo que seran los territorios senderistas. Estos eran: Huaycn zona E, Horacio Zevallos zona F, Javier Heraud, San Gregorio, San Antonio y El Trbol; en la carretera Central. Los cerros de El Agustino en su conjunto y sobre todo en su parte alta contra el proyecto IU de microreas de desarrollo. Los asentamientos humanos La Cruz de Motupe, Enrique Montenegro, Esmeralda de los Andes (Huanta I y II), Jos Carlos Maritegui, Santa Mara, Las Galeras, Bayvar I y II, en Canto Grande, distrito de San Juan de Lurigancho. En el cono sur, Villa El Salvador (sectores I y VII), Jos Glvez, Nueva Esperanza, Tablada de Lurn, Virgen de Lourdes, Pamplona Alta, San Gabriel Alto, Jos Carlos Maritegui, Villa Los Angeles. En el cono norte, San Juan Bautista III (Mz. D) en Comas, Jess Alberto Pez, Ao Nuevo, Carmen Alto (II, III, IV y V) zonas de Collique, Los Olivos Pro, III sector de El Progreso de Carabayllo, Ral Porras Barrenechea, La Flor. Nstor Gambetta, Bocanegra, en el Callao, Oasis, Las Esteritas I, Los Rosales en 6 Ancn y Laderas del Chilln.

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Teniendo en cuenta el escenario descrito, esta publicacin afirmaba que se comenzaba a hablar del inminente cerco senderista sobre Lima y que, en todo caso, no deba minimizarse el grado de crecimiento de Sendero en este contexto de injusticia y desigualdad cada vez mayores. Una encuesta reciente nos advierte un notable aumento en la aceptacin latente en la poblacin marginal de la propuesta violentista de Sendero y su nuevo orden social. Hay que reconocer que la sociedad civil est perdiendo en la batalla de una propuesta alternativa por el desarrollo y la 7 pacificacin con justicia . Esta visin conclua con la presuncin de que existan comits populares abiertos en los cuatro conos de Lima Metropolitana, con los que se estara expresando el desarrollo del nuevo poder senderista en la ciudad, imponiendo su concepcin de nueva economa, nueva cultura y nueva educacin. As, Sendero Luminoso estara logrando su ansiado equilibrio estratgico y pasando, luego de una dcada de lucha popular, de una guerra de posiciones a una de movimientos. De esta manera, a fines de los 80 se compuso un escenario en el que tanto Sendero como las fuerzas armadas delinearon sus respectivas estrategias para una eventual confrontacin final que tendra a las ciudades, especficamente Lima, como uno de sus espacios ms importantes. Por otro lado, la escasez de informacin precisa y, seguramente, una serie de prejuicios adems de las graves dificultades que surgan en el mbito de la institucionalidad del pas condujo a los medios de comunicacin a elaborar un estado de cosas que contribua a generar la sensacin de un colapso cercano. Rumores, sospechas y falta de indicios ciertos no permitan una evaluacin certera del momento y contribua en gran forma a la multiplicacin del miedo en Lima. Uno de los resultados ms evidente de esta situacin fue que la lucha contrasubversiva empez a ser percibida, en esencia,5 6 7

Idem. Informativo DESCO, agosto 1991. Idem.

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como un asunto que comprometa slo a dos actores: los grupos subversivos y las fuerzas armadas. Es cierto que por esos aos hubo expresiones que reclamaban por una iniciativa poltica ms enrgica por parte de los organismos civiles, que apelaban a la experiencia que haba cundido en las zonas rurales mediante los comits de autodefensa y, asimismo, alertaban del peligro que 8 significaba dejar a las fuerzas armadas como la nica contencin ante el peligro terrorista . Sin embargo, la polarizacin del momento y la ausencia de una respuesta adecuada, unidas a la grave crisis de representacin poltica y la cada vez ms dbil organizacin civil hizo que estos intentos, ms all de una declaracin de principios, no tuviera la fuerza ni la legitimidad necesaria para imponerse como una corriente de opinin que impidiera la militarizacin del Estado.

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Carlos Ivn Degregori: Al filo de la navaja. Quehacer, 73. Desco. Lima, setiembre-octubre 1991.

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LOS ORGENES DE RAUCANA Sendero Luminoso siempre mostr inters en el trabajo poltico que poda realizar en Ate-Vitarte, por varios motivos. Primero, ese distrito era una antigua e importante zona industrial en la que residan numerosos contingentes de obreros con larga tradicin de lucha y organizacin sindical. Segundo, durante las ltimas dcadas haba sido un lugar de crecimiento demogrfico explosivo debido a las cuotas migratorias que haba recepcionado y, tambin, por su propio incremento vegetativo que, en trminos generales, componan un ambiente en el que proliferaban asentamientos humanos de reciente creacin, muy pobres y sin gran capacidad de organizacin. Tercero, el distrito es cortado casi en mitades por la carretera Central, una va que conecta a Lima con la sierra central, una de sus despensas de alimentos y, por ende, de gran valor estratgico. Cerca al centro del distrito, existe una concentracin de asentamientos humanos y asociaciones de vivienda en la que Sendero mostr pronto su presencia. Aunque no se tiene certeza de cmo desarrollaban sus actividades, se tena algunas evidencias de la intervencin de sus militantes y simpatizantes en la organizacin de las invasiones, la planificacin de obras de infraestructura, el control de precios en los mercadillos, la influencia en los colegios, entre otras acciones. Incluso, se deca tambin que simulando ser contratistas, los senderistas llegaban a presentarse en las licitaciones de obras de agua, desage y electrificacin, con presupuestos que en muchas ocasiones resultaban hasta en un 50% menores a los presentados por los otros postores y que la intencin era usar este mecanismo para acceder e influir en las dirigencias barriales. Cuando tenan la seguridad de haber obtenido la simpata de la poblacin, o de un sector de ella, proponindose como defensores de los intereses del pueblo, pasaban a asumir funciones en otros terrenos, como el de la seguridad. Promovan el asesinato de los delincuentes comunes y drogadictos, amenazaban a los comerciantes sindicados como abusivos y, en algunas ocasiones, hasta decretaban toques de queda locales, todo ello tratando de cumplir con el objetivo de formar su denominado nuevo poder. Sendero Luminoso inici su penetracin en torno a la carretera Central por el asentamiento humano San Antonio, ubicado muy cerca de la Municipalidad de Ate-Vitarte, y extendi sus clulas, por un lado, hacia arriba en el asentamiento humano San Gregorio, la asociacin de vivienda Ricardo Palma y la cooperativa de vivienda MANILSA y, por otro lado, hacia abajo lograron entrar en la asociacin de vivienda Santa Cruz, Barbadillo, cooperativa de vivienda Alfa y Omega, el asentamiento humano Micaela Bastidas I y II, Amauta I y II, y la Pro vivienda Los ngeles. Para lograr sus propsitos Sendero se infiltraba en grupos de provincianos desplazados. Pero, el mayor nmero de los nuevos moradores que controlaba fueron trados desde El Agustino, un distrito en donde el proselitismo senderista fue bastante temprano hay indicios de su presencia desde mediados de los aos 70- especialmente en asentamientos como el cerro El Pino, San Cosme, Nocheto y los alrededores de los mercados mayoristas. En este terreno previo, Sendero levantara su proyecto Raucana, un comit popular abierto en medio del distrito de Ate-Vitarte, para anunciar al mundo entero que su ansiado equilibrio estratgico empezaba a hacerse realidad. El 28 de julio de 1990, el da en que Alberto Fujimori juramentaba por primera vez como Presidente de la Repblica, un numeroso grupo de personas invadieron un pequeo terreno cuya propietaria era la familia Isola, ubicado en ese distrito. En ese momento el hecho no mereci mayor atencin de la prensa, por lo que tuvo que pasar algn tiempo para saberse que lo que haba sucedido all era una accin de gran envergadura realizada por Sendero, buscando consolidar su protagonismo 9 poltico en Lima .9

En un recuadro Raucana roja- que acompaa a la nota firmada por Antonio Morales, en el suplemento Domingo del diario La Repblica , en su edicin del 1ro. de setiembre de 1991, se afirma: La prensa la descubri [a Raucana] tres semanas atrs a ocho kilmetros de Lima, en Vitarte.

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Ni el momento ni el lugar fueron arbitrariamente escogidos. En esa fecha no slo era el feriado patrio sino ocasin de un dramtico cambio de gobierno que aseguraba la falta de respuesta adecuada por parte de las fuerzas del orden. El lugar fue seleccionado, al parecer, luego de una meditada decisin pues fue el punto culminante de una presencia poltica sostenida en la zona. Como hemos visto, los alrededores de lo que sera Raucana ya haba estado previamente infiltrada por Sendero y la nueva invasin estaba casi al centro del rea controlada en alguna forma por esta organizacin terrorista. Como se comprobara despus, el comit popular abierto tuvo as un cordn de seguridad en su entorno que ira a dificultar la labor de las fuerzas del orden e, inversamente, otorgar un eficaz sistema defensivo y de apoyo para los subversivos. De esta manera, Sendero Luminoso poltico: no dud en propagandizar la invasin como un triunfo

El Partido, sujetndose a lo que el Presidente Gonzalo ha establecido, nos plantea desarrollar ms profundamente el trabajo en los barrios y barriadas movilizando a las masas y organizndolas armadamente sujetos al marxismo-leninismo-maosmo, pensamiento gonzalo. Luego de un reconocimiento minucioso, la direccin determina confiscar la tierra siguiendo la poltica del Partido. El lugar estaba ubicado en Vitarte y estaba en venta para una zona turstica; 10 era una regular extensin de tierras, de propiedad de un italiano de apellido Isola . Sobre la cantidad de personas movilizadas en la invasin no hay datos certeros. Segn Sendero, 11 ese da llegaron al lugar de la invasin cerca de 1,200 personas . Sin embargo, para otras 12 fuentes all estuvieron unas 300 personas . Para un poblador, que haba participado en la invasin, a las siete de la maana del da 28 de julio, ... ramos entre 400 a 500. Otro invasor, el actual dirigente Cipriano Snchez, afirma que ese da hubo 7 grupos cada uno conformado con 200 a 300 personas. Por otro lado, un folleto distribuido por la actual dirigencia de la Asociacin Raucana, en el que se inserta una pequea resea histrica del pueblo, asevera que el 28 de julio de 1990, alrededor de trescientas personas ... invaden 15 hectreas de terreno perteneciente a la familia italiana Isola de Lavalle .... Una evaluacin numrica que podra haber sido anecdtica de no haber mediado las probables consecuencias que pudo ocasionar, por la importancia que se le asigna en la opinin pblica, fue la alcanzada por el semanario Caretas. En su edicin del 12 de agosto de 1991 afirm que en 13 Raucana habitaban ... 7,000 personas! Segn estos datos, parece que la cifra real se ajustara mejor por la cantidad ms baja, es decir, entre 300 y 400 personas. Algo que corrobora esto es que la cifra utilizada por la propaganda senderista, el de 1,200 personas, es en realidad el resultado de un censo que realiz las fuerzas armadas un ao despus, en setiembre de 1991, luego de instalar una base en ese lugar. Luego de deducir la cantidad aproximada de invasores, el siguiente paso sera saber quines eran. Segn los documentos senderistas, haban reclutado a personas provenientes de El Agustino y

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PCP: Un Mundo Que Ganar . No. 21, 1995 Idem. 12 The Sendero File. A monthly bulletin chronicling and assessing the ongoing struggle between the Government of Peru and Sendero Luminoso (SL or Shining Path). Issue No. 3 September 1992. Publiacin web.13

Raucana tiene una superficie de 15 hectreas. Lo interesante de la cifra es que, al parecer, Caretas la obtuvo de un anlisis situacional de la Dircote, hecha en base a informes que se le confiscaron a los dirigentes senderistas Tito Valle Travesao y Yovanka Pardav. En la actualidad, Raucana cobija algo ms de 4,000 habitantes y presenta graves problemas de hacinamiento.

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Yerbateros adems de lugares cercanos, pertenecientes al distrito de Ate-Vitarte, como Granja Azul, San Gregorio, Vitarte, Nueva Esperanza y Vista Alegre. De alguna manera, estos lugares consignados en los materiales senderistas son ratificados por las versiones de los pobladores. La seora Carmen Astucuri, lder femenina en Raucana, afirma que ella viva en Andahuaylas, zona en la que tambin viva una seora vendedora del mercado local (V1) que no quiso identificarse y un poblador joven (PJ) que tampoco quiso decir su nombre. Otra vendedora del mercado (V2), anciana, dijo que antes de venir a Raucana haba estado viviendo dos aos en el cerro El Pino, sitio al que lleg desde Jauja. Mientras tanto, el dirigente Cipriano Snchez dijo que se uni al grupo proveniente de San 14 Gregorio pero que se haba enterado de la inscripcin en la fbrica donde trabajaba . Otro poblador (P1) que no se identific asever que resida ... por Lima y el dirigente Marzoline Zrate seal que lo haca en Nocheto, El Agustino. Pero, existen algunos indicios de desplazamientos desde otras zonas de Lima. Su difcil confirmacin puede estar respondiendo al hecho de no haber sido importantes en nmero o, tal vez, haber servido de cobertura para concentrar algunos dirigentes locales de Sendero en la nueva invasin. Es sintomtico que los documentos de esta organizacin no consignen, por ejemplo, la llegada de un grupo desde Villa El Salvador en donde estuvo incluido Miguel Cuno, actualmente preso en el penal de Challapalca, quien haba sido dirigente barrial en ese distrito del cono sur y sindicalista en el Ministerio de Agricultura. La gran mayora de personas que lleg a Raucana, entonces, resida en Lima aunque una fraccin de invasores eran desplazados que provenan de las zonas rurales huyendo de la violencia. Estas personas estaban en condicin de alojadas o inquilinas y manifestaron necesitar un lugar menos inseguro para vivir y poder desarrollar su vida familiar. PJ dijo que tena 17 aos al llegar a la zona y cuando un amigo le coment que haba un padrn de inscripciones abierto para una invasin, no dud en inscribirse a pesar de ser menor de edad porque yo viva en al casa de mi ta. All yo estaba de alojado. Yo vengo de Huamanga, no de la ciudad sino del valle de donde sal en 1985, a los trece aos. Me vine por la violencia de Sendero, ms por eso me vine. Pero no me acostumbraba a vivir con mis tos y por eso llegu ac. Segn P1, por mi parte siempre he deseado como nica decisin tener un techo dnde cobijarme ... yo necesitaba dnde vivir.. estaba de inquilino en Lima. Soy de provincia y haba llegado a Lima hace diecisis aos. Yo lo nico que necesitaba era techo, ese era mi objetivo .... La seora Carmen Astucuri relata lo siguiente: Mire, yo iba a vivir en Amauta, all present mis documentos para ingresar al asentamiento humano, ya me haban pedido mis documentos para poder ingresar, ya me haban pedido ladrillos, inclusive dos fierros, ya estaba lista para ingresar all, entonces yo vine despus de varios das y me doy con la sorpresa de que esto lo haban tomado, haban casitas de esteras. Como yo no tena vivienda, tenan un cuarto alquilado que ya los meses se venan y a mi me desesperaba pagar porque en eso tiempo tena problemas con mi esposo, entonces pregunt, averig y me aceptaron ... La seora V1 dijo que resida en Lima desde los 11 aos. Yo viva en Santa Anita, nac en la sierra, en Castrovirreyna. Mi pap me trajo, en ese tiempo viva con mi pap, estudiaba, el muri en un accidente, nos dej en el aire. Mi pap trabajaba con mi to. Nada le dio, trabaj con el 25 aos, mi to nos prometi darnos casa, su tiempo de servicio, pero nada nos dio, nos dej en el

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En realidad, como lo dira en la entrevista que se le hizo, esta persona viva en Lince, se enter de la invasin en su centro de trabajo y fue inscrito en San Gregorio.

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aire, no quera que vayamos ni a su casa, nosotros vivamos resentidos, no sabamos dnde estar. Por ac por all vivamos, hasta ahora no nos da nada. Yo me he inscrito, mi hermano tambin tiene su terrenito aqu, todos nos hemos venido, cada uno tiene su terreno. V2 fue ms comunicativa. Coment que vino a Lima desde Jauja ... por trabajar, mi esposo era chofer, vena de Lima a Ayacucho, de Lima iba a Andahuaylas, al Cusco, a Quillabamba, con camin trabajaba. Mi esposo me dice vamos mejor a Lima a vivir porque por ac no puedo ir a Jauja, tengo que dar la vuelta de frente por el Mantaro por la margen derecha. Nos vinimos con mi esposo a Lima, me qued y en ese tiempo busqu esto .... Luego agreg Yo viva en el [cerro El] Pino alojada noms, el dueo del cuarto me decan cuando el mes estaba cumpliendo mi prima va a vivir, mi hijo, me engaaba para subir el precio, mes y mes suba el alquiler, as me cans, tena miedo de que se iba a cumplir el mes del cuarto ... Por otro lado, tratamos de ubicar alguna referencia que nos diera una idea sobre las ocupaciones de los invasores de Raucana. La nica que pudo encontrarse es un cuadro que resume los resultados arrojados por el censo nacional de 1993, es decir, tres aos ms tarde de producirse la invasin (Cuadro No 1). All se consigna una mayora que declara ser obrero, seguido por los vendedores ambulantes, el rubro de otros, trabajadores no calificados, comerciantes minoristas y trabajadores agrcolas, sucesivamente. Qu puede deducirse de estas cifras? En primer lugar, una imprecisin obvia debido al momento en que se realiza el censo. La actuacin del Estado en Raucana, a travs de sus fuerzas armadas, ya era manifiesta para esos aos y, como veremos ms adelante, esto cre un ambiente de extrema desconfianza de los pobladores hacia las autoridades, ms an cuando se les obligaba a dar informacin sobre sus vidas. En segundo lugar, el 56% del total de entrevistados por la encuesta (sumados vendedores ambulantes, trabajadores no calificados y otros) declaran una situacin laboral precaria, casi de sobrevivencia. En tercer lugar, es bastante probable que aquellos que declararon ser obreros lo hicieron tomando en cuenta su entrenamiento, habilidades y/o una situacin laboral no siempre actual. Es decir, estaban capacitados como obreros pero no decan si estaban ocupados en ese rubro al momento de realizarse la encuesta. De aquellos que se catalogaron as, es posible que una gran mayora hayan sido obreros de construccin, datos que se corroboran con las encuestas de campo. Como indic PJ: La mayora de nosotros trabaja en construccin, una parte en el mercado de frutas, otros en Gamarra. Yo trabajo en construccin pero ahora estoy parado. En los ltimos aos no he trabajado mucho, depende de las obras, no hay mucho, no se consigue. En suma, lo que podemos obtener como resultado es una poblacin cuya situacin laboral es bastante inestable y sin posibilidades de obtener ingresos mnimos para sobrevivir. Por ltimo, sera interesante saber cmo una poblacin con estas caractersticas entabl sus relaciones iniciales con Sendero Luminoso. Pero, antes de abordar este tema sera necesario recalcar que la opinin que se form sobre los habitantes de Raucana fue considerarlos, a todos ellos, como senderistas en alguna forma. Una manera de argumentar esta afirmacin era que si no eran militantes senderistas al menos saban quines s y los protegan. Tambin serva para este enfoque el hecho de saber que Sendero condujo y organiz la invasin y, por lo tanto, favorecan pasivamente los intereses polticos de esta organizacin.

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En efecto, casi no hubo personas entre las entrevistadas que negaran desconocer la presencia de Sendero en la invasin de Raucana. Sin embargo, un enfoque ms profundo permite vislumbrar la existencia de una particular argumentacin en la que los pobladores aceptaban esto pero sin que ello significara alinearse tras la opcin poltica que les proponan los senderistas. El seor P1 resume as esta situacin: La idea de alguien o la iniciativa de alguien, ese alguien debe ser una persona que tenga vocacin de servicio al que necesita, bajo esta vocacin buscan otros segundos motivos, objetivos, prcticamente en ese punto realmente todos lo que estamos ac hemos buscado la necesidad de techo, pero la iniciativa vino como bien se sabe de la poltica que ya nos caus dao, pero eso no quiere decir tambin, por eso justamente yo voy. Porque esa necesidad poltica a veces una parte nos deja dao pero por otra nos soluciona esas necesidades, lamentablemente. En una situacin donde casi no exista opcin alguna para hacerse de un lote de terreno utilizando vas formales, Sendero les abri una oportunidad utilizando mtodos, y es necesario recalcar esto, que no eran ajenos a cualquier invasin ocurrida en las periferias de Lima. Lo que marcaba la diferencia, en todo caso, no tena que ser un factor que deban evaluar los invasores en tanto el objetivo se reduca exclusivamente a la adquisicin del terreno: la intencin poltica que impuso Sendero sobre este evento. PJ afirm que no conoca a los dirigentes que inscriban en su lugar de origen Andahuaylas- ya que el haba llegado invitado por un amigo. Ya en Raucana se enter de la existencia de Sendero: Aqu lo conoc a Hctor [supuesto senderista], aqu decan que el vecino era pe ... De igual manera, la seora V1 dijo no saber que la invasin era conducida por Sendero. No, no saba nada, inocente vine, no vine por el partido ni por nada, slo vine por un techo que necesitaba. Ya ac adentro nos hemos enterado ya ... Asimismo, hubo tambin un estilo de relacin que los senderistas establecieron con los invasores que marcaba la diferencia con los habituales traficantes de terrenos, con lo que la comunicacin entre ambas instancias tuvo una base de confianza bastante grande. Como coment la seora V2, al ponerse a buscar una salida ante la agobiante situacin que le significaba pagar un alquiler cada vez ms caro en el cerro El Pino, busc a una amiga cuyo esposo era dirigente de la invasin. Del dirigente su seora venda cajones en el Pino, a ella le dije Berta un favor all en la invasin tienes, alqulame eso, mucho estoy pagando, cada vez me sube. Me dijo no ms vaya all a Vitarte porque en Vitarte mi esposo est repartiendo terreno. Me vine, llegu y el dirigente me dijo s hay, le dije al dirigente le brindar una gaseosita o una cerveza porque me das el terreno, me dijo esas cosas no me gustan, ms bien para la construccin del local me das una bolsa de cemento. Encantada pagu con plata la bolsa de cemento y en la tarde me vine con mi esposo y mi hijo, hice mi choza, me cambi como 3 veces. Otra versin manifiesta los cuidados que ponan los dirigentes en conocer a quines recepcionaban como invasores, algo que bien poda revelar la naturaleza poltica de lo que estaba sucediendo pero que no pareca importar sobremanera al que peda ser incorporado. La seora Carmen Astucuri, quien llega das despus de la invasin, recuerda: ... haba una sola puerta por donde se entraba pero todo estaba revisado, esa vez me dijeron no puede ser usted venga como un infiltrado. Me presentaron a una directiva que esa vez haban formado entre los vecinos ... Llegu a ellos y me aceptaron pero con la condicin de que me quede ese da y durante todo el tiempo porque estaban con el problema del desalojo y tena que apoyar, me qued, ped permiso esa noche para avisar en mi casa que no voy a llegar ... Ya pues me qued.

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Por qu estos cuidados con la seora Astucuri? Sus caractersticas sociales, econmicas y culturales la hacen una excepcin en el conjunto de Raucana y ello, al parecer, la hacan blanco de sospechas que los senderistas trataron de despejar y slo as permitir su ingreso. La invasin Terminada la inscripcin, durante la noche del 27 de julio los invasores fueron movilizados de sus respectivos sitios de origen. P1 refiere Me han comentado que de hecho siempre debe haber una organizacin un poco ms anticipada en cualquier acto o cosa que se hace, una coordinacin, eso eran por sectores segn me dijeron tanto por Los Angeles, Andahuaylas, eran algo de 7 sitios que han venido. Yo me entere justo cuando ya estaban ac. Al parecer, el grupo ms numeroso fue el de Andahuaylas. Segn PJ de ese lugar vinieron 150 personas, ms o menos, el resto era de 100, 80 as noms, pero a medida que hemos venido la gente vena y se inscriba como necesitaba tener terrenos. El dirigente Cipriano Snchez confirma este dato, aunque estim que la cantidad de personas provenientes de Andahuaylas era mayor, tenan como 300 personas, los otros tenan 250, 200, eran como 7 grupos. Esta importancia cuantitativa se tradujo, segn Snchez, en una cualitativa, pues los dirigentes de Andahuaylas eran los que conducan la invasin: Claro, los que dirigan eran generalmente Andahuaylas, cada grupo que se formaba tena su dirigente, ellos coordinaban 15 decan vamos a hacer tal trabajo, con ellos coordinbamos . El sitio donde fueron conducidos era, como se sabe, una caballeriza de los Isola de Lavalle. Los alrededores estaba ya poblado con los asentamientos humanos Amauta, San Gregorio, San Antonio, Mara Parado de Bellido y otros. Como recuerda PJ Todo estaba poblado, lo nico que recin estaba era la Cooperativa Las Amricas y ms arriba. Los grupos fueron entrando paulatinamente, en el transcurso de la noche del 27 y la madrugada del 28 de julio. PJ dice que los reunieron a las 11 12 de la noche, de all hemos partido y llegamos ac a las 1. No sabamos dnde iba a ser la invasin, de un momento a otro me dijeron vamos cuando iba a la casa de mi ta. La seora V1 afirm que era como las 11 que salimos de all, ya no me acuerdo, entramos por una ventanita, nos metimos adentro, luego nos repartimos los lotes con las esteras. Snchez seal que entr a las 3 de la madrugada del 28 de julio en 1989 [sic], creo. En el lugar se encuentra con gente proveniente de Andahuaylas, Nocheto y otros que eran de Santa Clara. l entr con el grupo de San Gregorio, conformado por una cantidad ms o menos de 40 socios Contina Snchez, con esa cantidad de socios el seor que estaba encargado nos dijo van a traer sus esteras, palos y su vinagre para proteccin, ya, muy bien dijimos y trajimos todo eso. Un camin nos trajo, en la noche amanecimos aqu. El camin que vino con palos y esteras lo detuvo la polica. Cuando llegamos ac nos encontramos que todo era hueco, lleno de rboles y un criadero de caballos, eran los mejores, dicen, para el hipdromo de Monterrico. Al explicar la presencia de los caballos, Snchez comenta: Si, esto era del seor Isola. Al fondo la parte donde ahora estn los lotes L, all era el sitio dnde estaba el corraln de los caballos, nosotros encontramos ac caballos comiendo su pasto. Ese rato un grupo de personas dijo vamos a llevar todos los caballos al corraln, lo llevaron y los encerraron. A las 5 de la maana a todos nos hicieron formar para poner orden y que no entre la polica, esto era un corraln cerrado. Efectivamente, algo que no era esperable fue la existencia de un muro perimtrico que demarcaba la propiedad de los Isola. Las reacciones ante esta circunstancia fueron diversas y bien pueden ilustrar las actitudes ante un momento de suma ansiedad. Por ejemplo, a la seora V1 le caus15

Lo que revela Snchez estara eventualmente negando la afirmacin generalizada de que los lderes de Raucana provenan de El Agustino.

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sorpresa: ... nos hemos sorprendido, yo no saba dnde era, yo vine por inquieta de repente, nunca saba lo que es invasin, en ese momento me sorprendi ..., aunque, agreg luego, ... me alegre que voy a tener un terreno propio, vivamos en una casa familiar y no era igual .... En idntica forma, PJ al ser preguntado Cundo viniste ac viste que el terreno estaba cercado, no te sorprendi eso?, respondi Si, tena miedo dije que voy a hacer ac, pero me dijo [un amigo] vamos noms, no tengas miedo. El carro nos dej en la esquina, vinimos caminando, entramos por el fondo y luego lleg mucha otra gente, la mayora ya estaba adentro, nosotros fumos los ltimos. Por el contrario, para Snchez la existencia del muro no fue algo importante: ... prcticamente yo estaba decidido a tener terreno, tener un sitio, nosotros dijimos hay que defender como sea este terreno, entonces comenzamos a enfrentarnos a la polica .... Llega la polica Como sucede en toda invasin, los pobladores fueron preparados para un probable enfrentamiento con las fuerzas del orden. Y efectivamente, este moment lleg rpidamente, cuando los grupos no terminaban de ingresar al recinto escogido. Para los planes de Sendero era indispensable que as ocurriera y, por lo mismo, desde el inicio mismo de la invasin se esmer en la preparacin militar de la poblacin. De esta manera, asuma, ira formndose entre los movilizados la conciencia de que el Estado no respondera dando satisfaccin a su demanda sino, por el contrario, reprimindolos lo que sancionara la certeza de su consigna combatir y resistir. Desde la perspectiva de Sendero, la incorporacin organizada de las masas en esta fase de equilibrio estratgico debera desatar una respuesta genocida por parte de las fuerzas del orden y por ello, adems de alentar actitudes provocadoras, intentaba conducir la situacin a lmites extremos en la cul sea por inaccin del Estado o por una repuesta represiva de ste, siempre terminara obteniendo ventajas polticas. Entonces, sobrevino la intervencin policial. Segn los relatos de los testigos, la primera aparicin debi haber ocurrido alrededor de las tres de la madrugada (para otros fue un poco despus, hacia las 5.30 a.m.). Un grupo de efectivos, no muy numeroso, se concentr en la esquina de la avenida La Esperanza y desde all empez a desplazarse hacia Raucana, disparando sus armas. Al parecer, este grupo policial no se encontraba en condiciones apropiadas y, tal como los apreci PJ, estaban con copas, y estando as disparaban. Todo parece indicar que el momento ms violento se gener alrededor de la 7 a. m. Para unos, el primer grupo policial se haba retirado y regres despus con efectivos de refuerzo. Para otros testigos, el contingente inicial no se haba retirado, al que se le sum en algn momento no determinado los refuerzos. PJ relata as los hechos: ... esa noche estbamos en el grupo 3. Haba gente de distintos sitios, Granja Azul, Nocheto, Andahuaylas, haban siete grupos, estbamos organizados. Nos dijeron que el sector 3 ocupara este lugar, estbamos por este lado [la actual entrada a Raucana]. La mayora no dejaba que venga la polica, pero ellos no hacan caso, empezaban a disparar. Como era de noche no se vea nada, no haba luz, como estaban borrachos y nosotros ramos bastantes se fueron y regresaron al da siguiente, a eso de la 7 de la maana. Cuando regresaron ya eran entre 400 a 500. En esas circunstancias, la polica intent ingresar al recinto pero, como dice el dirigente Cipriano Snchez, ... no pudo entrar porque nosotros estbamos en el corraln con nuestras piedras y nuestro vinagre, cuando nos tiran la bomba [lacrimgena] no nos afecta, eso era nuestra proteccin [el muro] y nuestras piedras, con eso corrimos a la polica. No pudieron entrar, 13

quedamos all y estbamos prcticamente ganando el combate como se dice, de all yo tena que ir a mi trabajo. Cuando la poblacin vio que los efectivos policiales avanzaban hacia donde estaban emplazados, salieron a hacerles frente. Snchez afirma: Hemos salido porque ellos estaban avanzando, todo estaba cerrado, estaban por la esquina donde est el hospital ahora, justo all haba un torren bien alto y ellos estaban al frente venan equipados con sus bombas lacrimgenas nosotros no nos hemos quedado as noms sino nos sacaban y perdamos el terreno, obligado salimos con nuestras piedras, con botellas con gasolina para que se retiren. Es en este enfrentamiento que se escenific en los contornos del asentamiento cuando muere Jorge Flix Raucana. PJ recuerda que Raucana ... viva ac abajo, era vecino de San Antonio, como era 28 estaba tambin un poquito tomado. Haban nios que gritaban porque disparaban bombas lacrimgenas, seguro que su hijo lo despert, sali y se fue primero, todos estbamos corriendo normal pero se cay, lo volteamos, bot un poco de sangre noms y all qued. Esto es confirmado por Snchez, Raucana muere por torpe, este pata no era para que muera, le dijeron que no se meta muy adelante y l se meti noms y se amarr con trapo, estaba medio ebrio y se meti noms dijo no, qu me van a hacer a m, soy de la clase trabajadora, estoy por defender un techo, no le interes que la polica le apuntaba con un arma. Contina con su relato: El pata Raucana se avent, le dije retrocede, retrocede, no avances ms!, l dijo qu me van a hacer esos traidores malditos y le dispararon al cuerpo porque a un polica le cay una molotov y se incendi su uniforme. Se amargaron ms, comenzaron a decir son malditos estos desgraciados, hay que matarlos! y comenzaron a meter bala al cuerpo con perdigones, a una seora le hicieron hueco en sus piernas, en el estmago. Ese da murieron como 3, el que muri primero fue Raucana. Toda la gente deca que ese es un hombre valeroso que defendi nuestro terreno, lo trajimos ac, hicimos su misa y pusimos el nombre de Raucana. Este es el hombre hroe de la invasin y de aqu en adelante se llamar la tierra Flix Raucana. Pasada la emergencia, los pobladores se dispusieron a cumplir con sus quehaceres diarios pero el momento era excepcional y, por lo tanto, debieron aceptar situaciones no previstas. Cipriano Snchez comenta que luego de repeler a la polica se prepar para salir a trabajar: Tena que ir a mi trabajo, pero me dicen [los dirigentes] aqu nadie sale ... el que se va pierde su terreno. Nos quedamos sufriendo las inclemencias del fro. Insist en que deba ir a trabajar porque si en dos das no iba me botaban, pero me dijeron el que se va pierde su terreno, me tuve que quedar. Nos quedamos todo el da, los vecinos se agruparon para conseguir latas de aceite, los palos medio secos de los rboles para hacer arroz con pollo en latas, as comamos, el agua lo traamos de un pozo de San Antonio en baldes hasta ac. Los invasores de lo que ahora es Raucana haban pensado ponerle el nombre de La Estrella o La Esperanza al asentamiento humano que empezaban a formar. Sin embargo, la represin policial cre un aspirante a hroe local, que pronto fue apropiado y perennizado por los dirigentes de la invasin. Esto no fue una decisin guiada simplemente por una cuestin afectiva. Es cierto que hubo mucho de ello pero, no era la primera vez que Sendero promova mrtires populares como forma de legitimar su lucha armada. El caso de Jorge Flix Raucana es un buen ejemplo de ello, aunque la construccin del cono heroico termin siendo defectuoso. En lneas generales, si bien la poblacin valora el sacrificio de esta persona, no termin idealizndola. El recuerdo que se tiene de Jorge Flix Raucana es de una persona que muri para que otros pudieran obtener un lote de terreno, pero fue una muerte que bien pudo evitar si no hubiera estado bajo los estragos de alcohol. Es decir, las caractersticas humanas asociadas firmemente a su persona evit su transformacin en hroe popular. Por otro lado, un segundo rasgo que impidi la idealizacin de Jorge Flix Raucana fue que no era invasor, sino poblador del cercano asentamiento humano San Antonio. Este dato confirma lo que 14

habamos aseverado lneas arriba, cuando se describi cmo Sendero haba sentado presencia firme entre las poblaciones que rodeaban a esta nueva invasin y, muy probablemente, moviliz a grupos de personas desde all para la defensa ante la presencia policial. Organizndose para combatir y resistir El primer enfrentamiento con la polica no fue sino el inicio de un periodo en el que los invasores de Raucana tendran que defender permanentemente el terreno conseguido. Ellos lo saban perfectamente. Era imposible negar o, ms importante an, negarse que la satisfaccin de sus necesidades se estaba realizando irrumpiendo los derechos de propiedad de otras personas. Esta situacin origin nuevas inestabilidades entre ellos. Decidieron involucrarse en la aventura de una invasin buscando superar la angustia provocada por no tener un lugar seguro en donde cobijarse. Luego de instalar su choza en el lote asignado provisionalmente en su nueva residencia tomaron conciencia de que el desalojo de un sitio que legalmente no les perteneca era un peligro siempre presente. Ante esta circunstancia, los dirigentes deban actuar en dos niveles. Primero, construir una justificacin que calmara las ansiedades derivadas de la comisin de un acto ilegal. Segundo, y paralelo a los primero, una vez convencida la poblacin de la pertinencia de sus actos, proceder a organizarla para resistir los intentos de desalojo. Sobre tal base fue establecindose el punto en que se imbricaron los objetivos materiales de los pobladores -el lote de terreno- con los objetivos polticos de Sendero Luminoso crear un comit popular abierto en Lima-. Empez a difundirse el argumento que lo realizado, en trminos estrictos, no estaba fuera de la ley. Como la manifest el ex secretario general, Flix Cndor, durante su intervencin en el acto organizado por la CVR en Raucana, el 7 de setiembre del 2002, La Constitucin Poltica del Estado, en cuyo tenor, uno de ellos, dice que el Estado est en la obligacin de velar por el trabajo, la educacin y la vivienda. A todos los trabajadores que han trabajado en empresas, a todos ellos, les pregunto algunos de ustedes conoce una obra con aportes a FONAVI? As como ellos, yo tambin he trabajado muchas veces. Los aportes al Estado no conozco la plata donde ha ido. Encuentro otro ejemplo en la Ley Orgnica de Municipalidades. En otras palabras, lo que quiso decir Cndor era que el Estado estableca su obligacin de garantizar la vivienda a todos los peruanos y, en ese sentido, se irrog la potestad de crear el FONAVI con los aportes de los trabajadores que, sin embargo, no eran beneficiados con este fondo. La lgica de este discurso era muy conocida en Sendero. Tena que poner en evidencia las contradicciones entre lo que deca la letra de las leyes y lo que se manifestaba en la realidad, es decir, las distancias entre lo justo y lo legal. No est dems recordar que los senderistas optaban por autoerigirse como personificacin de lo justo y develadores de la falsedad de la ley. Esta interpretacin fue importante para lograr el consentimiento de la poblacin ya que daba respuesta a las incertidumbres que generaba un hecho a todas luces ilegal quedando sentado entre ellos la preeminencia de lo justo sobre la ley. Esta estrategia la desarrollaron an ms. Bajo el principio de que el Estado deba velar por los derechos de sus ciudadanos, los dirigentes de Raucana se movilizaron por diversas instancias del aparato pblico, incluyendo el Congreso. Como afirm el mismo Cndor, En el mes de abril, antes de mi detencin, antes del golpe de Estado del 5 de abril, yo estuve trabajando conjuntamente con los seores de la Cmara de Senadores, de la Cmara de Diputados, tratando de solucionar el litigio que llevbamos aqu en este lugar.

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Asimismo, se sabe que la presentacin de los asuntos de Raucana que hizo el primer secretario general de Raucana, Valentn Capcha Espritu, en el Congreso de la Repblica, con la intencin de construir una cobertura formal a la invasin fue el punto de inicio para el seguimiento policial que terminara con su captura. De igual manera, los dirigentes recurrieron a la municipalidad de Ate-Vitarte logrando que esta instancia emitiera comunicados apoyndolos ante la accin policial. Una segunda manera fue la invencin de una interpretacin histrica, que nos hizo llegar un poblador annimo. ste nos manifest que durante muchos aos llegaron al Per japoneses e italianos, que se apoderaron de todas las tierras de la costa. Nosotros, que somos los descendientes de los verdaderos dueos de este pas, lo nico que hacemos es recuperar lo que nos pertenece y que alguna vez nos quitaron los extranjeros. As, se explica por qu los documentos y discursos senderistas siempre subrayaban la condicin de italianos de los Isola, propietarios del terreno en donde se levant Raucana: no hay mencin a esta familia que no est antecedida de este gentilicio. Esto mismo constatamos en nuestro trabajo de campo en la comunidad autogestionaria de Huaycn, en donde se hizo la misma operacin con la familia Poppe. Entonces, luego de apoderarse del terreno, los medios de comunicacin que empezaban a cubrir tenuemente el hecho destacaban el supuesto de que los invasores se haban organizado inmediatamente en comits de defensa, cuyas primeras tareas fueron levantar barricadas, abrir zanjas para impedir el trnsito de vehculos y formar los piquetes de lucha. A decir verdad, nada de esto era novedoso sino ms bien la exacerbacin de prcticas cuasi militares habituales en este tipo de hechos. Pero eso no fue la nica distorsin informativa que empezaba a formarse respecto a Raucana. Al sobredimensionar lo adjetivo, es decir, las acciones de defensa ante un desalojo que era inminente, dejaron de lado el aspecto sustantivo de la invasin. Desde el inicio mismo, Sendero se esforz en llevar a cabo un rpido, amplio y profundo trabajo poltico con la poblacin. Esto ser un tema que saldr a la luz algn tiempo despus promovido, adems, por la propia propaganda subversiva y no por iniciativa de la prensa. Otra apreciacin errnea fueron los supuestos criterios utilizados por Sendero para organizar el espacio invadido. Se afirmaba que haba puesto de lado lo que era habitual en estos casos (una plaza de armas rodeada de mercados, iglesia, escuelas y otros servicios pblicos). En realidad, Sendero no aplic una distribucin espacial alternativa a las que se estilaban en las invasiones, cuyo fundamento principal era una divisin transitoria mientras no se asegurara la permanencia definitiva en el terreno. Por eso, como veremos luego, durante el tiempo que dur su influencia en Raucana el panorama general del poblado era de un conjunto abigarrado de chozas, que daban la impresin de la ausencia de algn orden aunque ste en realidad s existi. Una siguiente cuestin que llam la atencin entonces era la obvia utilizacin del muro perimtrico como instrumento de defensa. Aunque algunas versiones, las ms despistadas, afirmaron que haba sido construido bajo la iniciativa de Sendero, ste ya exista pues fue levantado por los propietarios para evitar precisamente su invasin. Las puertas de ingreso, que eran dos, fueron ensanchadas para facilitar el ingreso de esteras, palos y dems materiales utilizados para levantar las chozas e instalaron all puestos de vigilancia en el que se turnaban grupos de pobladores. De esta manera, Raucana empez a tener la fisonoma de una fortaleza ms que de una invasin.

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LA VIDA COTIDIANA CONDUCIDA POR SENDERO Alcanzado exitosamente el objetivo inicial de ingresar al lugar escogido y resistir el embate policial, los dirigentes se abocaron a organizar casi todos los aspectos vitales de la poblacin de Raucana. Por otro lado, la maquinaria de Sendero Luminoso proclamaba ante el mundo su logro poltico: La direccin cohesion firmemente al Ejrcito Guerrillero Popular (EGP) con el programa del Partido y las citas del Presidente Mao. La misma situacin determin realizar [sic.] en las masas previamente organizadas en sectores, cada uno de los sectores con su propio responsable; se organiz el Movimiento Clasista Barrial, y se realiz una remocin en toda la masa reafirmndole 16 en la violencia revolucionaria, en la disciplina proletaria y sujecin a la direccin del Partido ... Casi un ao despus de ocurrido el evento, el semanario Caretas contradeca lo dicho por los voceros senderistas. Manifestaba que un sector de estos invasores tena un sueo que ms bien va a resultar siendo una pesadilla .... Desarrollaba luego esta idea: A pesar de la resistencia que encontr en la mayora de la gente que comenzaba a construir sus viviendas con lo que poda, paulatinamente amenazas y preparativos de amedrentamiento de por medio- los infiltrados de SL lograron desplazar a los dirigentes autnticos y se hicieron del manejo organizativo del poblado. Y, efectivamente, con el correr de los das, pas a ser refugio y campo de entrenamiento de los febriles seguidores de Guzmn Reinoso. Incluso, fueron los mismos infiltrados quienes lograron rechazar a la polica, cuando sta lleg al da siguiente para desalojarlos del terreno. Prrafos adelante, afirmaba: Es cierto que no todos los moradores del lugar son subversivos, pero la mayora de ellos los conocen bien y si no los denuncian es porque viven bajo amenaza. Y eso ocurre no solamente con el AH en cuestin: en varios otros pueblos jvenes de Lima los sanguinarios proslitos de Guzmn Reinoso actan con la impunidad que les da la sombra y la ferocidad de sus crmenes. Amenazan y agreden en diversos grados de violencia- a quienes se 17 les resisten y as obtienen alguna forma de callada colaboracin ... La nota es acompaada de una profusa documentacin grfica (nueve fotos y un plano), en la que se expone escenas del entrenamiento a que era sometida la poblacin por los terroristas (un joven practicando lanzamientos de bombas molotov contra el muro que circundaba Raucana). Otra ms capta una marcha con banderas al interior de la invasin. En una cuarta se ve a un grupo de hombres corriendo en formacin, con bombas molotov en la mano, que la publicacin rotula al interior del asentamiento humano, terroristas haciendo gala de su fsico. Todos llevan una molotov en su mano. No son muchos, pero utilizan a los invasores del A. H. Flix Raucana, como carne de can. Las otras fotografas son de un contingente policial que entr en accin el 6 de agosto de 1991, las zanjas abiertas en el permetro externo de Raucana, una toma de un grupo de pobladores en plena accin y, finalmente, una panormica del asentamiento humano tomada desde las alturas del cerro que limita la parte posterior de la invasin. Una ms grafica los estragos que produjo el atentado 18 contra una de las fbricas de la familia Isola ese 6 de agosto . Qu podemos sacar como conclusiones parciales de estas versiones, tanto la senderista como la periodstica que utiliza fuentes policiales?

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PCP: Un Mundo Que Ganar . No. 21, 1995

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Caretas: Teora y ... prctica. Lima, 12 de agosto de 1991. Sera interesante conocer el origen de estas fotografas. No consignan crdito alguno y, dado que en el texto se afirma que utilizaron fuentes policiales para su elaboracin, es posible que hayan sido realizada por personal de inteligencia. Como veremos luego, semanas despus de haberse publicado dichas fotografa, los dirigentes de Raucana capturaron en el poblado a tres agentes de ese servicio. Cabe preguntarse si esta publicacin no los alert sobre la infiltracin que se estaba llevando a cabo.

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Para Sendero, las masas de Raucana estaban firmemente cohesionadas bajo sus consignas polticas y, toda ella, consciente de estar movilizndose para y por el partido. Desde esta perspectiva, en Raucana no exista otro inters que no sea el del partido y para ello debi hacerse un previo trabajo de remocin [sic]. No hay dudas. Para los senderistas Raucana era un comit base del Movimiento Clasista Barrial. Para la versin periodstica, Sendero era un grupo dentro de Raucana que a travs del miedo y prcticas terroristas ha logrado subordinar al resto de la poblacin. Sus dirigentes naturales haban sido defenestrados y los militantes de esta organizacin se impusieron para convertir esta zona en un campo de entrenamiento y refugio. Esto los haca colaboradores pasivos a los cules hay que entender porque viven amenazados. Para el caso, los senderistas eran febriles, sanguinarios, violentos y feroces y, por ello, la poblacin no pudo negarse a ser entrenada para enfrentarse con las fuerzas del orden que, en pocas palabras, es lo que intenta demostrar el material grfico. Un denominador comn en ambas versiones es que tenemos a una poblacin pasiva ante las exigencias de Sendero. Ambos lados se erigen como la expresin de sus intereses, uno, ante el Estado reaccionario al cual hay que destruir y, el otro, ante la salvaje violencia terrorista. Dadas de esta manera las cosas, parece que nadie atin a averiguar cul era la opinin del poblador comn y corriente de Raucana. Aunque, tambin se debe asumir que durante ese periodo de polarizacin cada vez ms radical era, seguramente, muy difcil que pudiera expresarse o, peor an, ser entendido. Pasado el tiempo y al ser requerido sobre esta poca, las respuestas no dejan de ser sorprendentes. A continuacin, trataremos de reconstruir a partir de las versiones recogidas cmo era la vida y cmo pensaban los principales actores de esta aventura. La organizacin interna Durante los primeros meses, antes de pensar como tendran que organizarse socialmente, los pobladores de Raucana debieron resolver cmo organizar sus respectivas familias para enfrentar esta etapa en sus vidas que, si culminaba exitosamente, les permitira acceder a la ansiada casa propia. La gran mayora de los invasores, conscientes del alto grado de violencia imperante, opt por no llevar a sus hijos. La seora Astucuri nos dice: ... al principio no estbamos con nuestra familia completa, mayormente estbamos uno o dos, pareja, pap y mam para defender la tierra que hemos invadido, los hijos estaban guardaditos y cuidados con otras familias que los podan tener. Lleg un momento en que nos obligaron, decan personas que realmente necesitan un terreno tiene que vivir con toda su familia, eso garantiza ante todo el pas que realmente necesitamos. De igual manera se refiri la seora V1. ... despus de un mes o dos meses recin los hemos trados [a los hijos], yo al menos slo vine con un hijo, mi hijo no tena dnde dejar .... Pero, tambien acota que hubo casos que no eran as, ... haban otras madres que venan con varios hijitos, cocinaban con lea, todo. Hemos pasado necesidades. Durante el primer mes julio y agosto de 1990- la gente sigui llegando a Raucana y el contingente inicial, que lo compona entre 400 y 500 personas, aument hasta llegar a promediar 1,200 a 1,500 personas. Durante este periodo fue que empieza a delinearse la estructura dirigencial del asentamiento humano. Se crea una dirigencia transitoria, muy simple, conformada por una junta directiva, delegados por cada sector (que eran siete al comienzo y luego se aument a ocho) y subdelegados que apoyaban a los anteriores. 18

Pero, sobre esta red visible actuaba un ncleo de dirigentes que resultaban ser cuadros senderistas, el comit central o como refieren habitualmente los pobladores de Raucana, la central. Era un organismo paralelo, clandestino y desde donde se generaban las decisiones ms importantes. Esto no quiere decir que parte de los dirigentes visibles no simpatizaran o no fueran lisa y llanamente militantes de Sendero, pero los que determinaban qu deba hacerse estaban concentrados en esta denominada central. Ms an, a pesar de no tener certeza plena debido a la ausencia de informacin precisa, todo parece indicar que algunos dirigentes visibles especialmente los primeros secretarios generaleseran tambin miembros de esta central. Algunas versiones entre los pobladores, afirman que Valentn Capcha, Flix Cndor y Santiago tenan esa condicin. Lo que s es indudable es que un cuarto personaje, Rubn Galvn Borja, quien nunca tuvo un cargo dirigencial pero que, sin 19 embargo, se le sindica como el organizador de la invasin, perteneca a este ncleo . A pesar de su naturaleza reservada, la existencia de la central no era desconocida por los pobladores. La seora Carmen Astucuri confirma esto cuando dice Mire, la verdad que s haba dos personas, me acuerdo mucho de dos personas que organizaban ... Al respecto, la seora V1 recuerda que Haba uno [un grupo] como dirigente para todo Raucana, tambin tenamos delegados por cada sector ... un grupo que saba, que nos ayudaba despus poco a poco se desapareci cuando vino la represin de la polica. Por otro lado, estaban las organizaciones de sobrevivencia (comedores, minigranjas) y de seguridad que, a diferencia de otros lugares, no se desarrollaron como organismos naturales sino dependientes de la estructura dirigencial. Asimismo, desde este nivel organizativo centralizado emanaban y se transmitan las iniciativas para las faenas comunales. Para estos casos, existen varias versiones acerca de cmo se formaban las decisiones. Para algunos pobladores eran mandatos verticales originados por la central y dados a conocer a la poblacin a travs de sus dirigentes. Para otros, los delegados efectivamente transmitan las ordenes de arriba hacia abajo pero los delegados tambin servan para elevar sugerencias de la poblacin. Para un tercer grupo, las acciones se componan en asambleas. Sin embargo, hay que anotar que los que pensaban de esta ltima forma haban sido en alguna oportunidad dirigentes de base, delegados o subdelegados. Es muy probable que s haya existido convocatorias a este nivel, es decir, plenarias de delegados. Entonces, tenemos una concepcin organizativa cuya naturaleza vertical y centralizada era bastante evidente. Sin embargo, cabe indagar cules eran los lmites de esta forma de organizacin y hasta qu punto poda imponer lo que determinaban sus lderes. Una primera cuestin en este sentido es que la decisin de cada dirigente de base acerca de su vinculacin con Sendero era, probablemente, un asunto particular de ste y el partido no quera o no poda actuar autoritariamente. El actual dirigente Cipriano Snchez comenta que Hubo casos en que la gente del partido estaban infiltrados, pero ellos decan que no haban venido a obligarnos eso depende de cada persona que quiera incluirse. A m me dijeron, como estaba puntual en mis aportaciones, me dijeron que asuma un cargo, fui subdelegado de un sector, diriga para hacer trabajos generalmente como picar la tierra, trabajar que el local, yo asum esa responsabilidad no por el19

Rubn Galvn fue capturado por la Dincote el 18 de octubre de 1996, en el mercado de artesanas Gran Chim, ubicado en la cuadra 54 de la Av. Petit Thouars. Fue presentado a la prensa el 18 de noviembre de ese ao. Se le acus de ser miembro de Socorro Popular y cabecilla de diversas invasiones en el cono este de Lima, entre ellas, la de Raucana.

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partido sino por el bienestar del sector, por ganarme el terreno. Yo no me inclino por ningn partido poltico, yo vine por el terreno. Lo mismo podramos decir respecto a la poblacin en general. Como afirma el poblador P1, era innegable que las directivas de los senderistas eran para tomarlas en cuenta pero ... obedecan en el aspecto de una necesidad ac, a una necesidad de lo que nos falta en la asociacin que antes era AAHH Raucana, si algo se tena que hacer por el asentamiento s se tena que obedecer pero ms de all para afuera ya eran sus decisiones de cada dirigente, de cada persona ya, en eso ya nada tena que ver. La seora Carmen Astucuri es sumamente clara al enfatizar que los dirigentes controlados por Sendero no empleaban mtodos coercitivos y, por ello, los recuerda con respeto: ... pero yo vea que lo que hablaban y lo que decan [los dirigentes de la central] era para bien de nosotros, no era cosa de que ellos te decan vas a hacer esto, vamos a hacer lo otro y a nosotros nos pareca que estaba mal, no. La manera de organizar era cmo hacer la guardia, los elementos que tenamos que tener, por ejemplo, ese da para bloquear la Carretera Central nos decan tienen que llevar vinagre para la vista y, ms que todo, nos dijeron deben llevar piedras chicas para las hondas, era para defensa. Ellos dijeron que si nos agreden hay que responder de esa manera, si haba personas, por eso yo los respeto, porque no nos obligaban a hacer cosas. Yo llegu y no saba nada de esas cosas, de cmo organizarse. Yo llegu y no saba cmo organizarse para hacer el rancho que le llambamos esa vez. Como ellos ya saban nosotros nos agrupbamos en grupos de 10 que le tocaba la cocina, cuando llegu yo me acuerdo que eran por sector, ramos 7 sectores, yo estaba en el 5, cada sector tena su delegado, el delegado era el que tena reuniones con esas personas y llevaba lo que nosotros sugeramos, luego bajaban a los sectores si estaba bien aceptbamos y si estaba mal no, decamos esto no debe ser as, debe ser as. As trabajbamos .... Snchez incide en las continuas reuniones que se realizaban durante esa poca: Esa lucha nos dur cerca de un ao y medio, todos los das hacer nuestra olla comn, reuniones en las noches. Llegabas de tu trabajo, yo sal despus de 3 das, en la empresa me perdonaron la tardanza, las reuniones eran a las 9 de la noche a veces duraban hasta la 1 de la maana. Se coordinaba cmo iba a ser la compra del terreno, comenzamos a construir comedores, cada sector hizo su comedor .... Ahora bien, luego de haber transcurridos doce aos de esta experiencia, sera interesante saber cmo evalan los entonces invasores su experiencia con este tipo de organizacin. Por ejemplo, P1 afirma que la organizacin si estaba magnfica, porque a travs del esfuerzo de ellos se hizo todo, un ao ms o menos dur el trabajo. Como le vuelvo a decir, el objetivo era cuidar el terreno, en eso nos exigamos todo, no solo ellos, nosotros conscientemente sabiendo nuestros objetivos, nuestra necesidad tenamos que asumir a conciencia, no esperar tampoco que nos obliguen. Los que no queran se han ido. Hemos entrado muchos, un montn, los que realmente no necesitbamos a los traficantes de terreno acostumbrados a buscar terrenos por ac, por all. Los otros se fueron, ms de la mitad se han ido. [No hubo trfico de terrenos] en ese aspecto ramos conscientes que despus de darnos cuenta que estbamos apoyados por Sendero ramos conscientes de que no se poda estar jugando en ese aspecto, de hecho tampoco ellos no nos obligaban que vayamos a asumir en otro sitio, vayamos asumir de ac para afuera ... PJ resalta el relativamente poco tiempo que fue evidente la presencia de Sendero y la exageracin de los medios de comunicacin. Eso ha sido poco tiempo, hasta que lleg el Ejercito. Claro que venan [los senderistas] pero no como sala en la televisin: Raucana es zona roja, base nmero 2 de Sendero, as salan en los medios de comunicacin, Huaycn decan era zona uno, no s cada uno con su zona. No era as, ac venan nuestros familiares a visitarnos, tambin .... 20

Pero, el comentario de Cipriano Snchez resulta ser muy importante en la medida de que estima que el sobredimensionamiento de la presencia senderista en Raucana tambin era resultado de la accin propagandstica de este grupo. ... ya se deca que en provincias el terrorismo estaba aumentando, ac tambin haba. Eran pocos, no eran todos o a veces uno por temor de que nos iban a botar se inclinaban, pero no eran todos. Ellos tambin hacan mucha publicidad, comenzaban a votar globos con la hoz y el martillo en el aniversario de la asociacin, eso vio la gente y dijo que era el foco de Sendero Luminoso, pero no era verdad, era un grupito noms. Cuando se le pregunt si la poblacin alguna vez consider perjudicial la presencia de Sendero, manifest lo siguiente: No, nos decan ms bien los compaeros que el partido era para el bienestar del pueblo, para que progrese y no se deje engaar por los yankis y los partidos democrticos. Ellos lo que queran era luchar con la verdad, no dejarse engaar porque sabemos que en las empresas a los trabajadores los explotan, no les pagan el sueldo como debe ser, los explotan y les pagan mal, como sucede ahora, por ejemplo, eres un buen trabajador y la empresa no sabe valorar la calidad humana del trabajo, igualito te paga una miseria, eso est mal .... En suma, el sentido que la gente de Raucana le dio a su relacin con los senderistas es muy diferente al que estimaban tanto estos ltimos como los imaginados por la prensa y, lo que es peor an, a las evaluaciones de los servicios de inteligencia. No eran ni los frreos combatientes comunistas que hubiera querido Sendero, pero tampoco las temerosas personas subyugadas por el terror que supuestamente le imponan los subversivos. Entre Sendero y la poblacin, en el caso particular de Raucana, se dio una relacin que para el momento de establecerse no era, seguramente, la experiencia generalizada en el pas, pero bien puede servir como pauta para conocer el inmenso espacio de las funciones de la violencia poltica en los sectores marginales de la ciudad, que hasta la fecha no ha sido estudiado a profundidad. Luego de doce aos de ocurrida la invasin de Raucana, sigue mantenindose ideas que por sustentarse sin mayor anlisis estn evidentemente equivocadas. Los pobladores no desempearon el rol pasivo que se supona, puesto que eran conscientes de la presencia de Sendero entre ellos, la aceptaban y la valoracin de esta circunstancia no era, en definitiva, negativa. Asimismo, el comportamiento de los mandos senderistas no tena como base la imposicin del terror sino la utilizacin de mecanismos legitimadores, ideolgicos y polticos, tratando de fundir en un discurso las necesidades de la gente con sus objetivos polticos. La percepcin general en Raucana sobre ellos es de consideracin y respeto. Ya a nivel conjetural, puede suponerse que esto es as porque el proyecto de Sendero termin antes de evidenciar su insostenibilidad. Estaba claro que tal como plantearon las cosas, el equilibrio logrado entre ellos y la poblacin se tena que hacer cada vez ms precario hasta desatar conflictos irresolubles por vas diferentes a la violencia. Una manera de apoyar esta suposicin sera traer a colacin los escenarios de violencia aguda en la que terminaron los otros proyectos subversivos levantados en las zonas rurales durante los aos 80. Tal como sucedi en Raucana, muchos de ellos tuvieron altos niveles de legitimidad en sus inicios, que fue perdindose a medida que pas el tiempo y ponerse en evidencia su inacapacidad para presentarse como una alternativa que haga realidad las expectativas populares.

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Pero, la legitimidad de Sendero no puede explicarse nicamente por la pobreza y su correlato en la necesidad del terreno. Como hemos estado viendo, cuando los pobladores de Raucana se refieren a los integrantes de esta organizacin rescatan de manera muy clara el apoyo que les daban en otros rubros, adems del lote. Esto remite a las capacidades, conocimientos e, incluso, recursos simblicos para asumir las consecuencias derivadas de la accin invasora a una propiedad ajena. Si bien gran parte de la poblacin de Raucana refiere un origen provinciano, tambin es cierto que no eran migrantes recientes y llevaban algn tiempo de residencia en Lima sin que hayan podido lograr niveles mnimos de seguridad. Adems de ejercer ocupaciones eventuales, para el caso de la vivienda no haban podido establecerse en un lugar en el que mes a mes no sintieran las angustias de ser desalojado, de no poder pagarlo o, en trminos globales, de sentirlo como propio. De alguna manera, se muestran las caractersticas generales de la poblacin marginal limea: no ha terminado de procesar el desalojo de sus zonas de origen y, por otro lado, no ha empezado su asimilacin al contexto urbano. Esto fomenta un ambiente cultural muy dbil, en el que se hace difcil impulsar solidaridades capaces de cristalizarse en formas organizativas dinmicas, participativas y autnomas. Por eso, como veremos a continuacin, Sendero no slo se preocup de las acciones contra el desalojo sino que organiz casi todos los aspectos de la vida diaria de los pobladores. Para el que es ajeno a la experiencia de Raucana esto pudo parecer algo circunscrito a las caractersticas autoritarias y verticales de su organizacin. Pero, no es solamente eso. Tambin es una forma de respuesta ante los requerimientos de la poblacin, en un ambiente en donde ella no muestra argumentos suficientes como para desenvolverse frente a los retos cotidianos con cierta probabilidad de xito. El terreno y la vivienda Un primer aspecto que abordaremos es el que concierne al terreno y la vivienda. Los invasores fueron organizados por sectores, formados segn el lugar de inscripcin de cada uno. Como dice P1, los dirigentes ayudaban mucho en este sentido: ... Ah s, organizaban los sectores , los grupos, nos ayudaban .... Contina su relato, diciendo al da siguiente cuando pas el accidente [intervencin policial] nos hemos organizado, aqu se necesitaba dnde estar viviendo ms tranquilo, nos organizamos, como estaba acordonado, hicimos que entrara una sola persona noms, la puerta principal de nosotros era un poco ms ancho para que entren la cosas ... Nos organizbamos por sectores ... los que estamos en este sitio somos de Andahuaylas, nosotros hemos defendido esto, este lado, cada uno dijo ya hay que quedarnos .... Es interesante subrayar este ltimo criterio para asignar los terrenos, que revela P1. Parece sugerir que los dirigentes tomaron en cuenta en que parte se ubicaban los grupos durante la defensa, para decidir luego en donde instalarlos. Si fuera as, estamos ante un mecanismo que premiaba la combatividad e iniciaba una vinculacin entre el nuevo poseedor y el terreno invadido. Apenas instalados, los invasores deban ver la forma de cobijarse ante el hmedo fro del invierno limeo, que era agravado por el hecho de que el terreno, al ser una caballeriza, tena partes inundadas para permitir de esa manera el crecimiento del forraje utilizado en la alimentacin de los animales. Otro problema que debieron afrontar los invasores fueron los parsitos. La presencia de caballos los atraa, especialmente a las pulgas. Sobre este ambiente instalaron sus campamentos en tortuga o U. La seora Carmen Astucuri recuerda: justo era el mes de julio, con un fro atroz, con la llovizna imagnate dormir bajo esas chocitas, nosotros le decamos nuestro nicho, como nichos de cementerio. Lo que ms no hacan sufrir eran las pulgas, esto era una caballeriza y haba pulgas, pero as tenamos que estar ....

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Segn Cipriano Snchez, yo que viva en Lince me choc, pero qu voy a hacer, as es la vida para luchar por el terreno, incluso cuando dorma en esteritas en U me picaban las pulgas .... Este ambiente dur un ao y medio. Durante la poca que predomin Sendero, los antiguos dueos haban entablado un juicio y mientras ste no se resolviera el desalojo era una eventualidad siempre presente. Ms an, como veremos luego, esta amenaza fue un aspecto central de la vida en Raucana durante todo este tiempo. Al respecto, Cipriano Snchez afirma, El problema con Isola fue duro, no quera dar su brazo a torcer, hasta all no estbamos seguros, derrepente nos sacan o nos quedamos, pero nosotros hacamos una lucha constante para que no nos saquen hacamos locales, torreones, jardines, huertos, esto ha sido movido, la hemos luchado. Por eso, fue relativamente largo el periodo en que tuvieron que vivir en lotes asignados provisionalmente en los que, desde luego, no podan construir. Ese era el problema principal que les impeda construir sus viviendas pero tambin hubo otros, tal como lo remarca P1 cuando dice que Por entonces no haba nada de eso porque inclusive no se poda lotizar en general porque como haba mucha gente, terreno no alcanzaba y no poda hacerse una lotizacin definitiva y en eso sabamos que haban oportunistas que tenan su terreno cerca inclusive y por hacer dinero noms han estado y tampoco la nueva directiva no les ha botado, no les ha obligado vyanse .... Segn las referencias de los pobladores, en Raucana hubo dos o tres procesos de lotizacin y en cada uno de ellos sala gente e ingresaban otras personas, lo que dio motivo a las sospechas de trfico de tierra de la que habla P1. La seora V1 confirma esto: ... Si nos lotizaron, despus dijeron que estaba mal y nuevamente lotizaron, as estbamos. El agua y los servicios higinicos Una de las cuestiones a resolver inmediatamente era el abastecimiento de agua. En el caso de Raucana, no pudo utilizarse la forma tradicional que empleaban las invasiones para esta provisin. Los camiones cisternas no podan ingresar al lugar porque, segn los vecinos, la movilidad no llegaba hasta ac, se quedaban en San Gregorio y para reafirmar esto decan que para trasladarse a otros lugares deban caminar hasta Lima. Esto parece sugerir la ausencia de calles y vas por donde podan transitar los camiones, pero en realidad no fue as. Nuevamente, no olvidemos que estamos en un lugar que fue destinado a la crianza de caballos finos y, por lo tanto, la llegada y salida de camiones debi haber sido frecuente. Adems, Raucana estaba rodeado de otras poblaciones que tenan sus vas de acceso. Lo que est detrs de esas afirmaciones es que no podan entrar debido a las profundas zanjas que se haban cavado en los caminos para evitar la entrada de los vehculos de las fuerzas del orden. La solucin momentnea fue salir a las poblaciones vecinas, como San Antonio y San Gregorio, con baldes y tinas para abastecerse diariamente. La solidaridad no estuvo ausente en este sentido, aunque tuvo sus lmites, como seala la seora V1: ... buscbamos agua en San Antonio, la gente de all nos negaba agua, suframos bastante, no haba a veces qu comer, a veces comamos camote sancochado y su agita nos tombamos ... la gente de San Antonio no nos quera dar, nos negaba, a veces sacbamos a la media noche, a las 3 de la maana para poder siquiera cocinar algo ... los primeros das no tenamos ni para lavar ropa, andbamos todo sucios .... La seora Astucuri tambin puntualiza la necesidad del agua para la higiene personal: El otro problema era del agua, no tena agua, nos bamos a San Gregorio por un poronguito de agua, me acuerdo mucho de la higiene de mis hijos, los traje porque no tena con quien dejarlo, 23

siempre tuve en la mente que vivir pobre no es vivir sucio, con dos tazas de agua los baaba, cmo haca?, con una taza mojaba un trapo, lo jabonaba bien y con eso les pasaba todo el cuerpecito y con otra taza lo enjuagaba, siempre me acuerdo de eso .... Para el lavado de la ropa se recurra a otros mtodos ... Para lavar la ropa, como no haba agua, nos tenamos que ir al ro, de ac saliendo por la avenida Esperanza de frente salas al ro .... Estas tribulaciones acabaron cuando decidieron probar si en el subsuelo de Raucana existan corrientes subterrneas. Procedieron a realizar sondeos y, efectivamente, haban depsitos a una profundidad de 17 a 18 metros. Sacaron pruebas y las llevaron a los laboratorios para asegurar si era apta para el consumo humano y los exmenes tambin salieron positivos. A partir de ese momento el asunto a resolver era cmo aprovechar estos depsitos subterrneos. Fue cuando se dise un plan de faenas comunales que tena como objetivo abrir ocho pozos, uno por cada sector, con la sola fuerza humana disponible en el asentamiento. Todos los domingos se armaban las cuadrillas de trabajadores, por sectores, controlados mediante una relacin previamente elaborada. Las jornadas individuales eran aproximadamente de tres horas semanales otras versiones hablan de dos horas-. Se excavaba con lampa, pico y barreta, se extraa la tierra en baldes y se evitaban los derrumbes mediante la tcnica del chicoteo con cemento. Un entusiasmado Cipriano Snchez recuerda estas faenas: Cada jefe de grupo deca, compaeros hay que hacer un pozo porque no tenemos agua, todos van a traer su lampa y su pico, cada sector haca su pozo, excavamos 18 20 metros de profundidad, con soga jalamos la tierra, trabajbamos duro... Sabe qu? ponamos un palo ac y al centro un tronco y con una polea ponamos una soga gruesa amarrado a una lata y con eso bajbamos, igualito para que se baje la persona que iba a trabajar, lo amarramos de la cintura bajaba con su pico y su lampa, era rotativo, terminaba sus dos horas y entraba el otro, cada dos horas se tena que cavar hasta llegar al agua... cuando comenzbamos a sacar agua con eso preparbamos nuestra olla comn. De igual manera, los servicios higinicos tambin se construyeron inicialmente mediante faenas comunales y eran usados colectivamente por todo un sector. Por sector tambin hacamos silos grandes y para prevenir las enfermedades le echbamos cal a los pozos, afirma la seora Astucuri. Transcurri poco tiempo para que esta solucin que aparentaba ser si no definitiva al menos de una vigencia larga mostrara problemas graves. A medida que se iba asentando la poblacin en el lugar, los grandes silos comunales dejaron de usarse y los pobladores empezaron a construir el propio en sus respectivos lotes. Esta proliferacin de silos hizo que pronto las corrientes de agua del subsuelo se contaminaran. Al inicio del problema se intent una solucin mediante el uso de cloro. Pero, pronto esta medida result tambin intil. Luego se puso en uso el sistema de tanques de rebote. Recin entre el 2001 y el 2002 se instalaron redes de agua y desage en Raucana, aunque todava no estn en pleno uso. Esto quiere decir que vivieron durante una buena cantidad de aos bajo las condiciones de insalubridad que hemos descrito lneas arriba.

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Salud Este servicio; a diferencia de lo adoptado para resolver el problema del agua y desage as como todo lo referente a la alimentacin y ciertos aspectos de la seguridad, como veremos luego; tuvo un sistema especial. La central senderista haba organizado un botiqun que controlaba directamente. Es decir, a diferencia de las otras facetas organizativas, en donde notamos un criterio de descentralizar las acciones, en este aspecto no suceda as. Una respuesta tentativa a ello podra ser que este botiqun o tpico, como lo llaman algunos pobladores- adems de brindar servicios de primeros auxilios a los habitantes de Raucana habra dado cobertura a los senderistas heridos durante sus acciones y, por ello, la necesidad de controlarlo puntualmente. Para algunos, como PJ, las medicinas que all existan eran abastecidas por los que salan a trabajar. Explicando esto, PJ dijo que no eran compradas con su dinero sino que buscaban que 20 sean donadas . Pero otras versiones, que no se contradicen con la de PJ sino que seguramente se complementan, hablan de un stock de medicinas formado por los propios senderistas. Cipriano Snchez, por ejemplo, dice que ...nos curaban y slo se pagaba por la medicina ... no se de dnde conseguan [los compaeros] pero nos traan medicinas, o sea iban y confiscaban, nos hacan sentir bien, que no nos falte nada ... As, el que se enfermaba, se iba al botiqun y se le curaba. En dicho botiqun atenda un joven que estaba en el ltimo ao de medicina, una seora o un encargado. Para cualquiera de estas referencias, podemos sacar en conclusin de que no era una sola persona sino varias y ellas no estaban integradas a la comunidad pues no las conocan, entraban y salan. Evidentemente, estamos ante un mecanismo de seguridad desplegado sobre un mbito muy delicado para una organizacin levantada en armas, como es la salud. Por otro lado, los pobladores sentan que los protegan. La seora Astucuri describe el uso que le daban a este botiqun que los senderistas haban puesto a disposicin de los pobladores de la siguiente manera: ... en la central que se dice, haba un cuarto dnde haba medicamentos. Me acuerdo que haba un joven que estaba en el ltimo ao de medicina y siempre vena de apoyo, apoyaba a la gente enferma, vena, nos examinaba, si tena medicinas que podan darnos, nos daban. Mi hijo sufri un accidente, se rompi el labio y el joven, doctor le decamos, me dijo que si lo llevaba al hospital all lo iban a coser y le quedara la cicatriz, le puso una curita para juntar los labios que se haba partido. La seora V1 construye su relato en relacin a las necesidades de salud que tenan en esos momentos. ... Haba bastante pulgas, bastante agua, lleno de agua hemos entrado, los nios sufran enfermedades de granos y caracha que le dicen, la mayora, hasta mi hijo tambin se ha enfermado con eso. Por eso abrieron un pequeo botiqun para curarnos.... Al salir los senderistas en el ao 1991, dicho botiqun dej de funcionar. El 15 de agosto del presente ao se inaugur un local especializado en enfermedades infantiles, con el apoyo de la cooperacin internacional. Recin volvieron a tener servicios de salud cerca de su lugar de residencia.

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Salir a trabajar en el sentido que le da PJ es simplemente salir de Raucana. Ante las restricciones impuestas a la salida de los pobladores y el sentido de autosubsistencia que le impona la dirigencia a la invasin, PJ supone, como tambin suponan los dirigentes, que se sala de all solo porque se tena que trabajar. El privilegio de salir a trabajar deba ser retribuido con la cesin de una parte de lo ganado: Los que salamos a trabajar tenamos que traer pastillas, ampolletas, esa libertad tenan los que salan a trabajar, nos donaban.

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Alimentacin Organizarse para la alimentacin durante el primer ao, es uno de los aspectos ms apreciados en los recuerdos de los pobladores de Raucana. Al percatarse que estaban sobre un terreno agrcola, la central tom la iniciativa y propuso organizar huertos familiares. Esto era factible porque al estar todava en una situacin incierta respecto a la propiedad nadie haba construido y, por lo tanto, exista espacio disponible en cada lote. Pero, hay otro factor existente entonces que contribuy de manera determinante en la legitimacin de los dirigentes senderistas, cuando plantearon la organizacin para la produccin. Como se indic, la invasin ocurri a fines de julio de 1990 y semanas despus sobrevino el anuncio del denominado fujishock que descalabr las economas familiares, especialmente la de los pobres bajo una ambiente, como se recuerda, de completa desorganizacin del aparato asistencialista que deba socorrer a los ms afectados. La remembranza de esas pocas aun provoca angustias en las personas, como es el caso de Carmen Astucuri cuando dice: ... comamos lo que haba, pero fue tan doloroso y justo en esos das fue el paquetazo, el schock, no haba de dnde comer, las tiendas se cerraron, los mercados tambin se cerraron y lo nico que podamos conseguir era el atn y el arroz, hacamos atn y arroz, no haba cebolla, no haba nada, as lo pasamos .... De igual manera, P1 afirma