la memoria olvidada historia de los pueblos indigenas de chile, 2004

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I I NTRODUCCIÓN

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  • IINTRODUCCIN

  • II

    LA MEMORIA OLVIDADA

    MIDEPLAN, ha comprometido su esfuerzo en la difusin de este libro

    GOBIERNO DE CHILEMINISTERIO DE

    PLANIFICACIN Y COOPERACIN

  • III

    INTRODUCCIN

    La memoria olvidada. HISTORIA DE LOS PUEBLOS INDGENAS DE CHILECompilacin del Informe de la Comisin de Verdad Histrica y Nuevo Trato

  • IV

    LA MEMORIA OLVIDADA

  • VINTRODUCCIN

    La memoria olvidadaHISTORIA DE LOS PUEBLOS INDGENAS DE CHILE

    Jos BengoaCompilador

    Subcomit Identidad e Historia

    Comisin Bicentenario

    CUADERNOS BICENTENARIO

    PRESIDENCIA DE LA REPBLICA

  • VI

    LA MEMORIA OLVIDADA

    Primera edicin : noviembre de 2004I.S.B.N.: 956-7892-04-0

    Editor: Arturo Infante ReascoEdicin de textos: Jorgelina MartnDiseo: Patricio Andrade.Impresin: Andros impresores, Santiago de Chile

    Esta publicacin no puede ser reproducida,en todo o en parte, ni registrada o transmitidapor sistema alguno de recuperacin de informacin enninguna forma o medio, sea mecnico, fotoqumico,electroptico, por fotocopia o cualquier otro, sinpermiso previo, por escrito de la Secretara Ejecutiva dela Comisin Bicentenario.

    Comisin Bicentenario, Presidencia de la RepblicaNueva York 9, piso 17, Santiago de ChileTelfono: (56-2) 672 9565. Fax: (56-2) 672 9623Correo electrnico: [email protected]

    BENGOA, JOS

    La memoria olvidada. Historia de los pueblos indgenas de Chile / JosBengoa, compiladorSantiago: Publicaciones del Bicentenario, 2004768 p.; 16 x 26 cm

    I.S.B.N.: 956-7892-04-0

    HISTORIA DE CHILE983

  • VII

    INTRODUCCIN

    A Armando de Ramn,

    profesor y amigo,

    Premio Nacional de Historia

    y Miembro de la Comisin de

    Verdad Histrica y Nuevo Trato

  • VIII

    LA MEMORIA OLVIDADA

  • IX

    INTRODUCCIN

    NDICE

    Prlogo del seor Patricio Aylwin, ex Presidente de la Repblica y presidente

    de la Comisin de Verdad Histrica y Nuevo Trato

    Presentacin del compilador

    Reconocimientos

    INTRODUCCINCronologa de la historia indgena

    Del perodo anterior a la Conquista a la consolidacin de la Repblica de

    Chile

    Perodo de la asimilacin forzosa

    La radicacin y reduccin del pueblo mapuche

    Perodo de la integracin frustrada

    Fracaso de las polticas de integracin

    PRIMERA PARTELA LARGA HISTORIA INDGENA DE CHILE

    CAPTULO I. LA DOMESTICACIN DEL TERRITORIONuestros primeros antepasados

    La formacin del Norte Grande

    Los primeros habitantes de Atacama

    Tiwanaku

    Esplendor de los pueblos de los oasis de Atacama y del Loa

    Los inkas y su influencia hasta la Zona Central

    Poblaciones del Norte Chico

    Poblaciones de la Zona Central

    Los mapuches

    Poblaciones del extremo Sur

    Captulo II. LA DESAPARICIN DE LOS INDGENAS DE LA ZONA CENTRALChile Central al momento de la invasin europea

    ANEXO 1. WAJONTU MAPU PIKUNCHE (LIMAR-BIOBO)Frontera Norte del Wajontu Mapu

    Poblamiento y divisin territorial del pikunmapu

    La destruccin de la poblacin del Chile Central

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    74

  • XLA MEMORIA OLVIDADA

    ANEXO 2. LOS TRASLADOS DE POBLACIN

    Los Pueblos de Indios

    Defensa y resistencia de los Pueblos de Indios

    Voces a favor de los indgenas

    El orden republicano y la nacionalizacin de los indgenas

    SEGUNDA PARTELOS PUEBLOS DEL NORTE

    Captulo III. LOS AYMARAS DEL NORTE DE CHILEEl inicio del orden colonial: indgenas en la institucin de la

    encomienda

    Circulacin y distribucin espacial de los indgenas en el siglo XVII

    Extirpacin de idolatras y abusos en el siglo XVII

    El Perodo Colonial Tardo: los levantamientos anticoloniales andinos

    del siglo XVIII

    La independencia y el Perodo Republicano peruano (1821-1854)

    El Perodo Salitrero

    Las polticas del Estado chileno y la chilenizacin

    Polticas del Estado chileno a mediados del siglo XX

    El impacto de la doctrina de Seguridad Nacional

    Comunidades aymaras, minera y reajuste en las economas

    tradicionales

    Migraciones aymaras en la Regin de Tarapac

    Situacin actual y nuevas demandas

    ANEXO 3. LA VERDAD DEL PUEBLO AYMARA

    Captulo IV. LOS ATACAMEOS DE LOS OASIS DEL DESIERTOEl dominio espaol en Atacama

    Transformaciones en el siglo XVIII

    Los movimientos de resistencia

    Atacama y la poblacin atacamea en el proyecto de formacin de un

    Estado nacional boliviano (1825-1879)

    La economa y sociedad atacamea en el siglo XIX

    El perodo salitrero

    Atacama y el Estado chileno

    Arrieros, productores y mineros

    El patrn de integracin regional atacameo del siglo XX

    Una sociedad atacamea translocalizada

    La cultura atacamea y las industrias culturales

    La democracia y la nueva legislacin indgena durante los 90

    Realidad actual y nuevas demandas

    Captulo V. LA COMUNIDAD QUECHUA HABLANTE DE OLLAGEEl antiguo poblamiento

    El perodo colonial

    La incorporacin del territorio al Estado chileno

    Territorio y control estatal

    Comunidad quechua de Ollage en la actualidad

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  • XI

    INTRODUCCIN

    Captulo VI. LOS COLLAS DE LA CORDILLERA DE ATACAMALos collas de la CordilleraEl origen de los collasMigracin colla desde el Noroeste argentino a la Cordillera de AtacamaLlegada de los collas a la Cordillera de AtacamaEl territorio ocupado por los collasLos collas y la hacienda Potreros de la IglesiaConflictos ambientales, territoriales y migraciones collasLa lucha por la tierra (1950 a 1973)Los aos difcilesReconocimiento y demandas de las comunidades colla

    Captulo VII. LOS DIAGUITAS DE LA QUEBRADA DEL HUASCOOcupaciones prehispnicas: espacios, recursos y vida socialComplejo El MolleEl Complejo Las nimasLa cultura diaguita hasta los albores de la ConquistaDe la Conquista al siglo XVIIEl Pueblo de Indios de Huasco Alto: un refugio diaguita

    Los diaguitas del HuascoaltoEl territorio huascoaltino

    La descendencia diaguita

    TERCERA PARTEEL PUEBLO MAPUCHE

    Captulo VIII. CONQUISTA, RESISTENCIA Y PARLAMENTOSLa organizacin social de los antiguos mapuchesInvasin, destruccin y transformacinLa cuestin de los ParlamentosANEXO 4. EL SISTEMA DE PARLAMENTOS

    Parlamento de YumbelParlamentos de Negrete y NascimientoParlamento de Tapihue

    La sociedad mapuche al finalizar la Colonia

    Captulo IX. LA REPBLICA Y LA INVASIN DE LA ARAUCANALas primeras miradas posteriores a la Independencia

    La guerra a muerteLas leyes de ciudadanaEducacin indgenaLa inmigracin europeaLa situacin econmica y su impacto en la ocupacin de la Araucana

    ANEXO 5. EL PARLAMENTO DE TAPIHUE AL FINALIZAR LA GUERRA A MUERTELa invasin de la AraucanaLas reducciones, la radicacin y la entrega de Ttulos de MercedLa Comisin Radicadora de Indgenas

    ANEXO 6. EL PROCESO DE RADICACINTierras y usurpacin entre los ros Biobo y MallecoLas tierras de AraucoLos remates de las tierras mapuches

    NDICE

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  • XII

    LA MEMORIA OLVIDADA

    La ColonizacinLa radicacin

    Radicacin en colonias de indgenasRadicaciones judiciales (1875 a 1882)Radicacin con Ttulos de Merced (1884-1929)

    La Comisin Parlamentaria de ColonizacinLos informes de los Protectores de IndgenasSobre los abusos cometidos por particulares en contrade los indgenas y la incapacidad de los protectores para defenderlosPropuestas de transformacin al protectorado, para hacerms efectiva la accin de los protectores de indgenasLista de reclamos en las audiencias pblicas de laComisin Parlamentaria

    Captulo X. LA INTEGRACIN FRUSTRADALa usurpacin de tierrasANEXO 7. LOS JUZGADOS DE INDIOS Y LA PRDIDA DE TIERRAS MAPUCHES

    El fracaso de la integracinDivisin de las comunidades y Propiedad AustralEl horizonte de la integracin respetuosaLos mapuches y la Reforma Agrariaa) El problema indgena y las reivindicacionesb) La Reforma Agraria durante la Unidad Popularc) El Golpe de Estado y la Contrarreforma Agraria

    ANEXO 8. DEVOLUCIN Y TRANSFERENCIA DE PREDIOS DESPUS DE LA REFORMA AGRARIALa divisin de las tierras mapuchesLa lucha por el reconocimiento

    Captulo XI. LAS TIERRAS PERDIDASTtulos de Merced y prdida de tierrasa) Revocacin de la radicacin con Ttulos de Mercedb) Superposicin de deslindes de fundos colindantes sobre el Ttulo de

    Merced, en forma parcial o totalc) Prdida parcial o total de tierras por enajenacin de hijuelas en

    comunidades mapuche divididasTipologa de prdidas de tierras mapuche en los Ttulos de Merceda) Divisin y prdida de tierras en los Ttulos de Mercedb) Tipos de ocupantes al interior de los Ttulos de MercedMetodologa del estudioa) Fuentes cartogrficas de roles de propiedadb) Identificacin de los propietarios y nombres de los prediosc) Identificacin de los Ttulos de Merced sobre el mosaico prediald) Identificacin inicial de los casos de Ttulos de Merced con prdida de

    tierrase) Anlisis de la muestra y discriminacin de roles de particulares al interior

    de un Ttulo de Mercedf) Clculo de superficie del Ttulo de Mercedg) Clculo de la superficie de tierra prdida en los Ttulos de Mercedh) Restricciones y potencialidades de la informacin presentada

    a) Restricciones del estudiob) Potencialidades del estudio

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  • XIII

    INTRODUCCIN

    Presentacin de la informacin

    a) Cuadros estadsticos

    b) Mapa Ficha

    Resultados del estudio por regin, provincias y comunas

    Cuadros estadsticos

    Tierras perdidas en los Ttulos de Merced por provincia, comuna y nmero

    de Ttulo de Merced

    Captulo XII. LOS PEHUENCHES DE LA CORDILLERA

    Los pehuenches durante la Colonia

    El orden republicano

    La irrupcin del Estado

    El latifundio y la radicacin

    El rgimen de propiedad individual

    Captulo XIII. LOS HUILLICHES DE VALDIVIA Y OSORNO

    El perodo colonial

    La Independencia y la desregulacin de la propiedad

    La apropiacin de las tierras huilliches: los fundos de particulares

    y la inmigracin

    La Comisin Radicadora

    La Ley de Propiedad Austral

    Las comunidades huilliches: demandas y conflictos de tierras

    Gobierno militar y segundo perodo de subdivisin

    Captulo XIV. EL TERRITORIO HUILLICHE DE CHILO

    Los Ttulos Realengos

    La anexin de Chilo al territorio chileno. La Firma del Tratado de Tantauco

    y la Repblica

    Los mecanismos de prdida de tierras

    La Ley de Propiedad Austral

    Las organizaciones mapuche-huilliche y los conflictos por tierras

    CUARTA PARTE

    LOS PUEBLOS AUSTRALES

    Captulo XV. LOS PUEBLOS CAZADORES DEL SUR

    LOS ANIKENK

    a) Los primeros contactos con el hombre blanco

    b) La accin del Estado chileno

    LOS SELKNAM

    a) Los primeros contactos con el hombre blanco

    b) La accin del Estado chileno: la colonizacin del territorio mediante las

    concesiones ganaderas

    c) Los resultados de la Misin de San Rafael y la accin de la Sociedad

    Explotadora de Tierra del Fuego

    d) El colapso demogrfico

    NDICE

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  • XIV

    LA MEMORIA OLVIDADA

    Captulo XVI. LOS PUEBLOS CAONEROS DEL SURLOS KAWSQAR

    a) Los primeros contactos con el hombre blanco. Las relaciones con los

    gobernadores de Magallanes

    b) Las relaciones con cazadores de lobos marinos y el trfico comercial

    c) El descenso numrico de la poblacin. Las nuevas condiciones de vida

    en el siglo XX

    d) El caso de Lautaro Edn

    e) Las ltimas dcadas del siglo XX

    LOS YAGN

    a) Los primeros contactos con el hombre blanco. La misin anglicana

    b) La accin del Estado chileno: la colonizacin

    c) El siglo XX y las condiciones actuales del pueblo yagn

    ANEXO 9. INTERVENCIN DEL SEOR JUAN CARLOS TONKO PATERITO ANTE LA COMISIN

    DE VERDAD HISTRICA Y NUEVO TRATO ACERCA DE LA SITUACIN DEL PUEBLO

    KAWSHKAR

    QUINTA PARTELOS RAPA NUI DE TEPITO TE HENUA

    Captulo XVII. EL PUEBLO RAPA NUIEl poblamiento ancestral

    Los barcos: esclavitud y colapso demogrfico

    Misioneros y primeros colonos europeos (1864-1882)

    El Acuerdo de voluntades entre el Ariki Atamu Tekena y el Capitn de

    Corbeta Policarpo Toro

    Explotacin ganadera e inquilinaje

    Inscripcin de la Isla de Pascua en el Registro Conservador de

    Bienes Races

    La administracin de la Armada (1953-1965)

    a) El lunes fiscal

    b) La mirada naval de la justicia

    c) El calabozo de los castigos

    El Gobierno civil a partir de 1965

    La situacin a partir de 1990

    ANEXO 10. EXPOSICIN DEL SR. ALBERTO HOTUS, PRESIDENTE DEL CONSEJO DE ANCIANOS

    ANTE LA COMISIN DE VERDAD HISTRICA Y NUEVO TRATO EN SU SESIN DEL 28 DE

    MAYO DEL AO 2001

    NDICES Y GLOSARIOS

    NDICE DE CUADROSNDICE DE MAPASGLOSARIO ONOMSTICOGLOSARIO TCNICOGLOSARIO DE VOCES INDGENASBIBLIOGRAFABIBLIOGRAFA GENERAL COMPLEMENTARIA

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  • 1INTRODUCCIN

    PRLOGO

    Patricio Aylwin

    Ex Presidente de la Repblica

    Presidente de la Comisin de Verdad Histrica y Nuevo Trato

    El Comit Editorial de la Comisin Bicentenario ha tenido la feliz idea deincluir entre sus publicaciones el presente libro sobre LA MEMORIA OL-

    VIDADA. Historia de los Pueblos Indgenas de Chile, obra que se edita bajo la

    responsabilidad con el modesto calificativo de compilador del desta-

    cado profesor Jos Bengoa.

    Nada ms justo y necesario que la inclusin de este trabajo con mo-

    tivo de la conmemoracin del Bicentenario de nuestra independencia.

    Porque es preocupante, en mi concepto, el poco conocimiento o mejor

    dicho, la ignorancia que prevalece en la sociedad chilena acerca de los

    pueblos indgenas que forman parte de nuestra nacin y ocupan lugar en

    la historia patria.

    El presente texto es, en lo substancial, fruto del trabajo realizado por

    la Comisin de Verdad Histrica y Nuevo Trato de los Pueblos Indgenas

    que cre el Presidente de la Repblica en enero de 2001 para asesorarlo

    en el conocimiento de la visin de nuestros pueblos indgenas sobre los

    hechos histricos de nuestro pas y formularle recomendaciones para

    una nueva poltica de Estado que permita avanzar hacia un nuevo trato

    de la sociedad chilena y su reencuentro con los pueblos originarios. Tuve

    el honor de presidir esa Comisin, de la que formaron parte entre otros

    destacados especialistas en el tema los catedrticos Jos Bengoa Cabello,

    Armando de Ramn y Lautaro Nez.

    Fruto del trabajo de esa Comisin fue el Informe que entregamos a

    S.E. el Presidente de la Repblica don Ricardo Lagos Escobar, en ceremo-

    nia que tuvo lugar en La Moneda el 28 de octubre del ao ltimo. Dicho

    Informe estuvo formado por varios volmenes, el primero de los cuales

    vers especficamente, en su Primera Parte, sobre La Historia de los Pue-

    blos Indgenas de Chile y su relacin con el Estado y en su Segunda Par-

    te, sobre Propuestas y Recomendaciones para un Nuevo Trato entre el

    Estado, los pueblos indgenas y la sociedad chilena.

    El texto que en esta edicin publica la Comisin Bicentenario bajo el

    acertado ttulo LA MEMORIA OLVIDADA. Historia de los Pueblos Indgenas

  • 2LA MEMORIA OLVIDADA

    de Chile corresponde a la primera parte del referido Informe, cuya redac-

    cin el profesor Bengoa ha perfeccionado.

    La publicacin de este trabajo constituye un valioso aporte para que

    la sociedad chilena conozca la verdad histrica acerca de los pueblos ind-

    genas que forman parte de nuestra patria, lo que por s solo merece entu-

    siastas felicitaciones.

    PATRICIO AYLWIN AZCAR

  • 3INTRODUCCIN

    PRESENTACIN DEL COMPILADOR

    Jos Bengoa

    Compilador

    Este es un libro colectivo, pero que pretende ser ledo como un relatounitario. Es un libro que incorpora numerosas voces, tambin diferentes

    memorias. Por ello se mantienen expresamente muchos temas abiertos o

    incluso interpretaciones diferentes. Habla de una larga historia, muchas

    veces olvidada por nuestra sociedad, pero viva en la memoria de los pue-

    blos indgenas de Chile.

    Este libro es la publicacin de una compilacin de textos resultantes

    de los trabajos de la Comisin de Verdad Histrica y Nuevo Trato y entre-

    gados al Presidente de la Repblica. El presidente de la Comisin, seor

    Patricio Aylwin Azcar, ex Presidente de la Repblica de Chile, entreg un

    total de ocho tomos. El primero consista en el resultado de la Subcomi-

    sin de Revisin Histrica, que ha servido de base e hilo conductor al libro

    que ac presentamos. Para confeccionar este libro se han revisado y edita-

    do los textos guardando la fidelidad de los originales. Se han cambiado

    ttulos y subttulos de modo de hacer un texto ms fcil para el lector no

    especialista.

    Junto a esta voz proveniente de intelectuales indgenas y no indge-

    nas reunidos en un esfuerzo comn, se han adjuntado los resultados de

    algunos Grupos de Trabajo, en particular aymaras y mapuches, y algunos

    testimonios, que entregan voces diferentes y en algunos casos opiniones

    diversas, a partir de un legtimo nosotros. Por razones de dimensin del

    texto no se han podido incorporar ms anexos, los que se encuentran en

    la versin completa del informe.

    Se ha incorporado un captulo con los resultados de la investigacin

    que realiz la Comisin de Verdad Histrica sobre los Ttulos de Merced

    entregados por el Estado al Pueblo Mapuche. Se trata de una investiga-

    cin nica en su gnero y de gran importancia para la comprensin de los

    fenmenos actuales que ocurren en el sur de Chile.

    Este libro es una compilacin de los conocimientos adquiridos acerca

    de la historia de los pueblos indgenas de Chile. En muchos casos, el espe-

    cialista conocer las fuentes sobre las cuales se han construido los textos.

  • 4LA MEMORIA OLVIDADA

    Encontrar tambin temas y asuntos no publicados y quiz una mirada

    nueva sobre los mismos. En cambio, para un pblico amplio seguramente

    ser de utilidad en la medida que resume una numerosa bibliografa que

    se puede consultar al final y conocimientos expuestos por investigadores

    indgenas y no indgenas, especializados en estos temas.

    El libro tiene por objeto principal la relacin de los Pueblos Indgenas

    con el Estado. Esta perspectiva central ha impedido incorporar una serie

    de temas de mucha importancia. Por una parte, ha sido compleja la inser-

    cin de la cosmologa propia de los Pueblos Indgenas y su particular vi-

    sin de la historia. En este sentido no se trata de una historia de los ind-

    genas realizada por los propios indgenas, sino una suerte de intento de

    historia intercultural, en la que se produce un encuentro entre las pers-

    pectivas indgenas y no indgenas. Por otra parte, una mirada histrica de

    tan largo plazo, como la adoptada, ha dejado en la sombra una serie de

    procesos y situaciones recientes, entre ellas la de los indgenas urbanos.

    En este libro no se han podido detallar estos procesos sociolgicos actuales

    y muchos otros.

    Finalmente este libro no incorpora otros aspectos y trabajos realiza-

    dos por la Comisin de Verdad Histrica, en particular los referidos a las

    polticas conocidas como Nuevo Trato, las de carcter legislativo o de

    desarrollo econmico social, las que pueden ser consultadas en la versin

    completa.

    JOS BENGOA

  • 5INTRODUCCIN

    RECONOCIMIENTOS

    La Comisin de Verdad Histrica y Nuevo Trato realiz un enorme traba-jo contando con la participacin y aporte de una gran cantidad de perso-

    nas, profesionales, historiadores, intelectuales indgenas y no indgenas,

    que hicieron finalmente posible, entre otros logros, la obra que aqu pre-

    sentamos. La Comisin fue presidida por el ex Presidente de la Repblica

    don Patricio Aylwin Azcar y formada por Antonio Alcafuz Canquil, Jos

    Bengoa Cabello, Sandra Berna Martnez, Sergio Contreras Navia, Enrique

    Correa Ros, Armando de Ramn Folch, Alberto Hotus Chvez, Francisco

    Huenchumilla Jaramillo, Aucn Huilcamn Paillama, Carlos Inquiltupa

    Tito, Felipe Larran Bascun, Jos Llancapn Calfucura, Jos Santos Mi-

    llao Palacios, Sonia Montecino Aguirre, Samuel Palma Manrquez, Carlos

    Pea Gonzlez, Ivonne Quispe Osorio, Galvarino Raiman Huilcamn, Ri-

    cardo Rivadeneira Monreal, Vctor Caniulln Coliir, Jos Quidel Linco-

    leo y Rosamel Millamn Reinao.

    El texto principal de este libro proviene de la Primera Parte del Infor-

    me presentado al Presidente de la Repblica titulado Historia de los Pueblos

    Indgenas de Chile y su Relacin con el Estado, que cont con la participacin

    de los miembros del Grupo de Trabajo Revisin Histrica, y de una Comi-

    sin Redactora, adems de otros especialistas en diversas reas que abarca

    el tema indgena. Dichas contribuciones se expresaron en la redaccin de

    borradores, formulacin de sugerencias y observaciones, en la revisin y

    correccin exhaustiva de los captulos que formaron parte del informe y

    que en este libro se han tratado de transcribir en forma fidedigna, habien-

    do sido solamente editados y seleccionados para facilitar la lectura de un

    pblico amplio. La responsabilidad del texto que aqu se presenta cabe

    finalmente al compilador.

    Si bien el trabajo fue colectivo, es preciso sealar y reconocer algunos

    nfasis y contribuciones especficas. El profesor Lautaro Nez, Premio Na-

    cional de Historia (2003), junto a la profesora Andrea Seelenfreund, super-

    visaron y corrigieron el captulo primero, La domesticacin del territorio de Chile.

    El captulo segundo, Los Indgenas de Chile Central, fue escrito sobre la base de

  • 6LA MEMORIA OLVIDADA

    un trabajo preparado especialmente para la Comisin por el profesor Leo-

    nardo Len Sols. La segunda parte, titulada Los Pueblos Indgenas del Norte,

    comprende cinco captulos. El primero de ellos, sobre El Pueblo Aymara, cont

    con la importante colaboracin, tanto en el aporte de contenidos como en

    la correccin del texto, del profesor Jorge Hidalgo, Premio Nacional de His-

    toria (2004). En la elaboracin de los captulos El Pueblo Atacameo y El

    Pueblo Quechua, el profesor Jos Luis Martnez entreg valiosa informacin

    y contribuy en la correccin de sus contenidos; asimismo, el profesor Lau-

    taro Nez colabor en la preparacin y correccin del texto. Los captulos

    El Pueblo Colla y El Pueblo Diaguita fueron confeccionados a partir del trabajo

    realizado por el gegrafo seor Ral Molina Otrola. La preparacin de la

    parte referida al Pueblo Mapuche y sus diferentes captulos se realiz en base

    a los aportes hechos por los profesores Rosamel Millamn, Jos Quidel,

    Vctor Caniulln, Rolf Foerster, Jorge Pinto, Hctor Painequeo, Ral Moli-

    na, Martn Correa, Manuel Muoz Millalonco y Ana Mara Olivera. El pro-

    fesor Jorge Pinto de la Universidad de La Frontera tuvo a su cargo la super-

    visin de las versiones finales. La elaboracin y coordinacin del estudio

    que dio lugar al Informe relativo a la situacin de las Tierras y Territorio

    mapuche, que se presenta en el Captulo las Tierras perdidas, estuvo a

    cargo del gegrafo Ral Molina O., quien trabaj junto a Pamela Carvajal,

    cartgrafa, de mucha experiencia, quien hizo la cartografa digital, Pedro

    Campos Sarmiento, antroplogo, que hizo el trabajo de terreno, y a los

    profesionales de la Secretara Ejecutiva y el equipo de redaccin, sobre la

    base de un estudio inicial realizado por Juan Sebastin Barros. La parte

    sobre Los Pueblos Indgenas del Extremo Sur y los captulos que la conforman,

    Los Anikenk, Los Selknam, Los Yagn, Los Kawsqar, cont con las importan-

    tes observaciones obtenidas en el trabajo realizado con los miembros de las

    organizaciones Kawsqar y Yagn, en sendos encuentros realizados en Punta

    Arenas y Puerto Williams, en los que participaron y los que fueron sistema-

    tizados por los antroplogos Carmen Gloria Godoy y Oscar Mendoza. Tam-

    bin se cont con la valiosa cooperacin de la profesora Andrea Seelenfre-

    und en la revisin de estos captulos. La ltima parte, El Pueblo Rapa Nui, fue

    redactada por la profesora Andrea Seelenfreund, junto a Alejandra Griffe-

    ros (historiadora), Paloma Hucke (antroploga) y Jos Miguel Ramrez (ar-

    quelogo), a la que se incorporaron correcciones y observaciones realizadas

    por el Consejo de Ancianos Rapa Nui. Debemos agradecer al profesor Grant

    McCall de la Universidad de Gales del Sur, Sidney, Australia, por los docu-

    mentos que puso a consideracin del Informe y que aqu se transcriben.

    Monseor Sergio Contreras, integrante de la Comisin, revis cuidadosa-

    mente en particular los captulos referentes al Pueblo Mapuche. Finalmen-

    te, el profesor Armando de Ramn, recientemente fallecido, Premio Nacio-

    nal de Historia e integrante de la Comisin, revis y formul detalladas

    observaciones al conjunto de los captulos.

  • 7INTRODUCCIN

    El Grupo de Revisin Histrica se reuni constantemente y analiz y

    discuti los textos que se presentan en este libro, los que fueron hechos

    suyos por la Comisin de Verdad Histrica y Nuevo Trato, integrndolos al

    Informe Final que puso a consideracin del Presidente de la Repblica. El

    grupo estuvo formado por Eugenio Alcamn Toloza: antroplogo e histo-

    riador; Margarita Alvarado Prez: profesora del Instituto de Esttica de la

    Pontificia Universidad Catlica de Chile; Jos Bengoa (Coordinador), pro-

    fesor de la Escuela de Antropologa de la Universidad Academia de Huma-

    nismo Cristiano; Martn Correa Cabrera: historiador, investigador en His-

    toria Indgena; Cornelio Chipana Herrera: profesor de Historia y Geografa;

    Rolf Foerster Gonzlez: antroplogo, profesor de la Facultad de Ciencias

    Sociales de la Universidad de Chile; Jorge Hidalgo Lehued: etnohistoria-

    dor, profesor de la Facultad de Filosofa y Humanidades de la Universidad

    de Chile y Premio Nacional de Historia 2004; Leonardo Len Sols: histo-

    riador, profesor de la Facultad de Filosofa y Humanidades de la Universi-

    dad de Chile; Jos Luis Martnez Cereceda: etnohistoriador, profesor de la

    Facultad de Filosofa y Humanidades de la Universidad de Chile y de la

    Escuela de Antropologa de la Universidad Academia de Humanismo Cris-

    tiano; Rosamel Millamn Reinao: antroplogo, profesor de la Carrera de

    Antropologa de la Universidad Catlica de Temuco; Ral Molina Otrola:

    gegrafo; Manuel Muoz Millalonco: antroplogo, profesor Universidad

    ARCIS, Patagonia; Lautaro Nez Atencio: arquelogo, profesor del Insti-

    tuto de Investigaciones Arqueolgicas y Museo Gustavo Le Paige S. J.,

    Universidad Catlica del Norte, San Pedro de Atacama, Premio Nacional

    de Historia 2002; Hctor Painequeo Pailln: profesor del Departamento de

    Lenguas, Literatura, Comunicacin e Investigador del Instituto de Estu-

    dios Indgenas de la Universidad de La Frontera; Jorge Pinto Rodrguez:

    historiador, profesor del Departamento de Ciencias Sociales de la Uni-

    versidad de La Frontera, vicedecano de la Facultad de Educacin y Hu-

    manidades de la Universidad de La Frontera; Andrea Seelenfreund Hirs-

    ch: arqueloga, profesora de la Universidad Academia de Humanismo

    Cristiano. La Comisin redactora entrevist a numerosas personas para

    conocer su opinin sobre estos tpicos, entre ellos, seores Gonzalo Vial,

    Armando Marileo, Antonio Alcafuz, Roberto Morales, Mara Eugenia

    Queupumil, Teresa Durn, Augusto Nahuelpn, Jos Manuel Zavala, Car-

    los Lincomn.

    Se han adjuntado como anexos los resultados de varios grupos de

    trabajo. En el caso del Grupo de Trabajo Aymara se cont con la activa

    participacin de:

    Zenn Alarcn Rodrguez: presidente de la Asociacin Indgena Con-

    fraternidad de Agrupaciones Folclricas Andinas de Arica; Carmen Alar-

    cn Rodrguez: presidenta de la Asociacin Indgena Aymara para la Sa-

    lud Aymara Collasuyo; Cornelio Chipana Herrera: profesor de Historia y

    RECONOCIMIENTOS

  • 8LA MEMORIA OLVIDADA

    Geografa, Subdirector Nacional CONADI-Norte; Carlos Choque Marino:

    Programa Orgenes, Reinaldo Elguero Cmara: representante de Ancia-

    nos Quechuas Yachay wasi; Carlos Fernndez Blanco: ex Consejero Con-

    sejo Nacional Aymara de Arica; Emilio Fernndez Canque: coordinador

    Magster en Educacin Intercultural Bilinge, Universidad de Tarapac,

    Arica; Alejandra Flores Carlo: representante Aymara en Ecuador; Aldo

    Garca Colque: consultor Minera Cerro Colorado; Joaqun Garca Cho-

    que: presidente Comunidad Indgena Pisiga Centro; Marcela Gmez Ma-

    mani: ex presidenta Consejo Nacional Aymara, presidenta Comunidad

    Indgena de Muyuri; Carlos Inquiltupa Tito: consejero CONADI; Fernan-

    do Lzaro Lzaro: Comunidad Indgena Aymara de Camia; Juan Pablo

    Len: presidente de la Asociacin Gremial de Propietarios Andinos

    (AGPRA), profesor Liceo A-1, Arica; Antonio Mamani Mamani: coordi-

    nador Asociacin Municipios Rurales; Lino Mamani Vicente: supervisor

    Fondo de Tierras y Aguas de CONADI-Arica; Fortunato Manzano Manza-

    no: Yatiri, Arica; Wilfor Moscoso Moscoso: presidente Asociacin Andina

    de Deporte y Recreacin; Gilda Palape Rojas: dirigenta del Consejo Pro-

    vincial Aymara (COPRAY); Javier Vilca Ticona: dirigente del Consejo Pro-

    vincial Aymara (COPRAY) y la Secretara Ejecutiva estuvo a cargo de Fran-

    cisca Fernndez, antroploga.

    La Comisin autnoma de trabajo mapuche, COTAM, reuni a un

    importante equipo de profesionales y dirigentes en la ciudad de Temuco

    que produjo un documento que, integrado al Informe Final de la Comi-

    sin, fue presentado al Presidente de la Repblica y del cual se presentan

    algunos captulos seleccionados en este libro. El trabajo de la COTAM es-

    tuvo coordinado por los seores Jos Quidel, profesor de la Universidad

    Catlica de Temuco; Rosamel Millamn, profesor de la Universidad Cat-

    lica de Temuco; Vctor Caniulln, machi; Maurico Huenchulaf, ingeniero,

    y cont con la participacin de Jorge Abello Romero, de la Asociacin

    Consejo de Lonkos Pikun Huilli Mapu; Marcial Coln Lincolao, dirigente

    mapuche de Villarrica; Francisco Chureo Ziga, presidente Asociacin

    Indgena Perale Lawen de Makewe; Fernando Huaiquil Paillal, presidente

    de Consejales y Alcaldes Mapuche IX Regin; Manuel Muoz Millalonco,

    antroplogo y werken Consejo de Caciques Futaka Huilli Mapu Chilo;

    Galvarino Raimn Huilcamn, dirigente del Territorio Negche Malleco; y

    Santos Reinao Millahual, dirigente de las Comunidades del rea de Desa-

    rrollo Indgena del Lago Lleu Lleu, todos ellos integrantes de la COTAM.

    Se ha compilado en este libro parte del Tomo Segundo referido a Tierras y

    Territorios cuya primera parte cont con la participacin y redaccin de

    los profesionales Jimena Pichinao Huenchuleo, Fresia Mellico Avendao,

    Ernesto Huenchulaf Cayuqueo, Ral Molina Otrola, Martn Correa Ca-

    brera, Nancy Yez Fuenzalida, Carole Sinclaire Aguirre y Ximena Nava-

    rro Harry. La segunda parte fue realizada en base al trabajo de Ral Moli-

  • 9INTRODUCCIN

    na Otrola, Martn Correa Cabrera y Nancy Yez Fuenzalida. En el infor-

    me de COTAM y en particular en los otros captulos del Informe que por

    referirse a otros temas o por razones de espacio no se incluyen en este

    libro, participaron los profesionales Mara Salamanca Huenchulln, Ra-

    mn Maureira Huircamn, Javier Quidel Cabral, Vernica Nez Gallar-

    do, Ronny Leiva Salamanca, Noelia Carrasco H., Ren Montalba N., Hc-

    tor Mora N., Aldo Vidal H., Dra. Teresa Durn, Marcelo Berho, Gabriel

    Llanquinao, Alvaro Ugueo, Loreto Eyzaguirre, Rodrigo Contreras, Patri-

    cio Burgos, Juan Miguel Castillo, Ana Mara Alarcn, Enrique Hauens-

    tein, Rodrigo Lillo, Rosa Huenchulaf, Gloria Melipil, Jos Araya Cornejo,

    Victorino Antilef, Beatriz Chocori Huenullanka, Jorge Abello Romero, Eva

    Barriga, Jorge Hueque, Prosperina Queupun Ch., Noelia Carrasco, Lore-

    to Eyzaguirresa Benard, Miguel Cheuquemn, Luxciardo Monsalves, Juan

    Pimentel, Bjorn Seyl y Daniel Stosiek. El estudio Pueblo Williche de Chi-

    lo fue ejecutado por el Consejo General de Caciques de Chilo, y su

    autora es del equipo tcnico compuesto por Manuel Muoz Millalonco,

    Ana Mara Olivera Fuentes y Mara del Carmen Espoz L.

    El trabajo colectivo del Informe de la Comisin de Verdad Histrica

    presentado al Presidente de la Repblica fue organizado y coordinado por

    el antroplogo Gerardo Ziga N. quien tambin ha participado activa-

    mente en la elaboracin y cuidado del libro que aqu presentamos. Una

    Comisin redactora reuni los borradores, redact prrafos y finalmente

    le dio orden a los documentos. En diferentes momentos participaron en

    ella Claudio Espinoza Araya, antroplogo, quien coordin la ltima fase

    del estudio y prepar los captulos sobre los mapuches; Cecilia Osorio,

    profesora de Historia, quien coordin la primera fase del estudio; Antonio

    Garca Quiroga, antroplogo, quien tuvo a su cargo particularmente la

    redaccin de los captulos pehuenches y huilliches; Carmen Gloria Godoy

    Ramos, antroploga, quien tuvo a su cargo especialmente el estudio de los

    indgenas del norte chico y del extremo sur y particip en la preparacin

    de la Bibliografa y del glosario de voces indgenas que se presenta en este

    libro; Marie Karolina Nez Srytr, antroploga, a cargo de los captulos

    sobre el pasado prehispnico y los indgenas del Norte. Colaboraron con

    este equipo Oscar Mendoza Uriarte, antroplogo; Rebeca Pizarro, profe-

    sora de Castellano; Ral Rupailaf Maichin, tcnico en Gestin Pblica y

    Planificacin Social; Pedro Wild del Campo, antroplogo; Francisco Cas-

    tro Arredondo, ingeniero comercial; Nancy Ynez Fuenzalida, abogada,

    que colaboraron en diversas fases de los estudios. Los planos y la cartogra-

    fa han sido supervigilados por Ral Molina Otrola, gegrafo, y la inves-

    tigacin y realizacin por Pamela Carvajal Dervich, cartgrafa, ambos con

    larga experiencia en la cartografa indgena de Chile.

    El apoyo de la secretara ha sido realizado por Mario Rojas Contre-

    ras, programador en Computacin; Mnica Asenjo Gonzlez, secretaria;

    RECONOCIMIENTOS

  • 10

    LA MEMORIA OLVIDADA

    Nancy Vsquez Kaufmann, secretaria; Mara Mercedes Arredondo Huer-

    ta, profesora, secretaria.

    Finalmente es necesario sealar que el proyecto de este libro fue aco-

    gido por el Comit Editorial de la Comisin Bicentenario, el que es presi-

    dido por su Secretaria Ejecutiva Patricia Roa y formado por Sonia Monte-

    cino, Horacio Salinas, Gutenberg Martnez, Carlos Montes y Arturo Infante,

    quienes apoyaron la publicacin de este texto. La Secretara Ejecutiva de

    la Comisin Bicentenario ha dado el apoyo necesario, eficiente y entu-

    siasta para que se publique esta compleja obra.

    JB

  • 11

    INTRODUCCIN

    INTRODUCCIN

    Esta es una historia olvidada, tambin, en ciertos casos, negada, no pocasveces, ocultada: es la memoria olvidada de nuestra sociedad, la historia de

    los pueblos indgenas de Chile, de los que hoy existen y de los que desapa-

    recieron.

    Este libro tiene por objeto recuperar esa memoria, aunque sea par-

    cialmente.

    Cada pueblo indgena, como es evidente, tiene su propia historia. Es

    una historia que se trasmite de padres a hijos. En ella se da cuenta de los

    orgenes, de los padres fundadores, de los sucesos mticos que explican la

    existencia de una sociedad, de una cultura, de un territorio, de la vida

    humana en esa singular parte del mundo. Kai Kai y Tren Tren, Mama Ojlo

    y Manco Capac, Hotu Matua, y tantos otros relatos explican el origen del

    mundo de los humanos de acuerdo a cada tradicin ancestral. Las histo-

    rias de familias, de sucesos, de atropellos y esperanzas, se suceden inter-

    minables en noches de recuerdos. Es una historia a la cual los extraos

    tienen difcil acceso. No solo est la barrera de la lengua, del idioma ver-

    nculo, sino tambin el modo de narrar la historia, las historias. A veces

    llegamos a conocer pequeos retazos.

    Muy distinta es la historia de las relaciones de los pueblos indgenas

    con las culturas occidentales primero y con el Estado nacional posterior-

    mente. Es la historia de encuentros y desencuentros, de sobrevivencia,

    resistencia y tambin de humillaciones y atropellos. Esta historia la pode-

    mos reconstruir, mediante la memoria, los documentos, los testimonios

    arqueolgicos, el trabajo paciente de la ciencia, la reflexin, la investiga-

    cin. A esta historia se refiere este libro, este trabajo que aqu se presenta.

    La mayor parte de los pueblos indgenas de Chile, que habitaron el

    territorio de Chile, se desarroll, asimismo, a lo largo de cientos de aos o

    ms, con relativa independencia, unos de otros. En algunos casos hubo

    contactos, pero en otros, los mismos eran muy lejanos o inexistentes. Isla

    de Pascua y el pueblo rapa nui, por ejemplo, han tenido seguramente ms

    relaciones con la Polinesia y muy pocas o ninguna con los mapuches del

  • 12

    LA MEMORIA OLVIDADA

    Sur de Chile, y estos, por su parte, escasas con aymaras y otros pueblos del

    Norte del pas. Cmo comprender entonces de manera adecuada la his-

    toria de todos los pueblos indgenas que habitan el territorio chileno ac-

    tual? Es sin duda un asunto complejo y el desafo de este trabajo.

    Existe un largo perodo de la historia de los pueblos indgenas en el

    que cada uno se desenvuelve de manera relativamente autnoma. Sin

    embargo, no es despreciable el conjunto de relaciones ocurridas en tiem-

    pos precolombinos entre pueblos vecinos e incluso entre aquellos que vi-

    van a grandes distancias. An sabemos muy poco de ello. Ser, por lo

    tanto, el proceso de expansin de la conquista europea el que ir reunien-

    do y dando sentido genrico a la historia de la mayora de los pueblos

    indgenas. Estos pueblos se vieron obligados a reaccionar y enfrentar bru-

    talmente al nuevo actor, situacin comn y presente en toda Amrica. El

    accionar de la empresa conquistadora los expondr a todos, a cada uno de

    los pueblos y agrupaciones indgenas, a presiones semejantes, tales como:

    apropiacin de territorios, trabajo servil, dominacin poltica, imposicin

    cultural y religiosa. Cada uno de los pueblos responder de manera diver-

    sa a estos procedimientos1. A partir de all, la historia indgena, cada histo-

    ria, es inseparable de los factores externos que la determinan.

    La Conquista es por ende el fenmeno histrico determinante de la

    historia que tratamos de describir y relatar. No cabe duda de que los pue-

    blos americanos tienen un evidente antes y un despus. El perodo ante-

    rior a la Conquista ha quedado en las sombras y no es fcil de rescatar. La

    arqueologa y la etnohistoria nos brindan conocimientos, muchas veces

    1 La definicin, hoy da internacionalmente aceptada, de pueblos indgenas, realizada porel Relator Especial de las Naciones Unidas, seor Martnez Cobo, establece la conquistacomo un elemento central. Sera ese aspecto el que diferenciara a los grupos indgenas deotros grupos minoritarios donde no se produjo este fenmeno. La definicin es la siguiente:Son Comunidades, Pueblos y Naciones Indgenas, los que, teniendo una continuidad his-trica con las sociedades anteriores a la invasin y precoloniales que se desarrollaron en susterritorios, se consideran distintos de otros sectores de las sociedades que ahora prevalecenen esos territorios o en partes de ellos. Constituyen ahora sectores no dominantes de lasociedad y tienen la determinacin de preservar, desarrollar y trasmitir a futuras generacio-nes sus territorios ancestrales, y su identidad tnica como base de su existencia continuadacomo Pueblo, de acuerdo con sus propios patrones culturales, sus instituciones sociales ysus sistemas legales. (E/CN.4 / Sub. 2 / 1986/7/Add. 4, prr. 379) El Convenio 169 de laOrganizacin Internacional del Trabajo Sobre Pueblos Indgenas y Tribales en pases inde-pendientes define en el mismo sentido del anterior: ... considerados indgenas por el he-cho de descender de poblaciones que habitaban en el pas o en una regin geogrfica a laque pertenece el pas en la poca de la Conquista o la Colonizacin o del establecimiento delas actuales fronteras estatales y que, cualquiera sea su situacin jurdica, conservan todassus propias instituciones sociales, econmicas, culturales y polticas o parte de ellas.... (Con-venio 169 OIT. Parte 1. Poltica General. Artculo 1. Letra b) La ley indgena N 19.253,vigente, de 1993, seala en su Art. 1: El Estado reconoce que los indgenas de Chile sonlos descendientes de las agrupaciones humanas que existen en el territorio nacional desdetiempos precolombinos, que conservan manifestaciones tnicas y culturales propias siendopara ellos la tierra el fundamento principal de su existencia y cultura. (Ttulo 1, De losindgenas sus culturas y comunidades. prr. 1).

  • 13

    INTRODUCCIN

    parciales, de los que tratamos de dar cuenta. La vida humana en el conti-

    nente, y en lo que hoy es Chile, comenz hace miles de aos. Desde los

    primeros cazadores recolectores que cruzaron las montaas y valles ac-

    tualmente habitados, hasta los agricultores prsperos que encontraron los

    espaoles al ingresar al territorio, pasaron miles de aos. La Conquista

    constituy una ruptura violenta. Muchos pueblos desaparecieron, reas

    densamente ocupadas quedaron vacas, como la zona central de Chile,

    otros fueron diezmados, a pesar de lo cual mantuvieron su existencia,

    defendindose, adaptndose, resistiendo y tambin mezclndose con los

    recin llegados. Nuevos pueblos nacieron de este profundo cataclismo so-

    cial. Es el origen, querido o no, aceptado o rechazado, de todos nosotros,

    los chilenos y los indgenas.

    La cuestin indgena surge de esta palpable situacin histrica. Un

    pueblo mestizo, compleja combinacin de invasores e invadidos, va sur-

    giendo del desencuentro inicial. Al finalizar la Colonia ya es una realidad

    no solamente demogrfica, sino crecientemente consciente de su carcter,

    ni espaol, ni indgena. Los indgenas mantienen algunos espacios territo-

    riales, en algunos casos derechos especficos y ciertas caractersticas dis-

    tintivas del resto de la poblacin. Es en ese momento que comienza una

    segunda etapa de la historia, la Republicana, en la que la relacin de los

    pueblos indgenas se establecer con el Estado nacional.

    El territorio de Chile colonial no es exactamente el mismo que exis-

    ti durante la Repblica2. Fue durante el siglo XIX cuando cambia, se

    expande y consolida3. En este proceso, el Estado se encuentra con la exis-

    tencia de numerosos pueblos indgenas que habitaban esos espacios, en

    los que no se ejercitaba la soberana de manera efectiva o simplemente no

    pertenecan a la nacin chilena. El actual territorio en que el Estado de

    Chile ejerce su soberana se constituye definitivamente apenas en los ini-

    cios del siglo XX y se consolida recientemente con el delineamiento defi-

    nitivo de sus fronteras. Es por ello que la historia de la Conquista y del

    Perodo Colonial va a estar mayormente marcada por la relacin de los

    europeos con los mapuches del Centro y Sur del pas. La relacin entre el

    Estado y los pueblos indgenas del Norte, de Rapa Nui y del extremo Sur

    vendr recin a establecerse a fines del siglo XIX, en el momento en que

    se consolida el actual territorio nacional, el Chile contemporneo.

    2 Recordemos que durante la Conquista y parte de la Colonia el denominado Reyno deChile abarcaba, por ejemplo, entre otros, los territorios de Cuyo y Tucumn. En este trabajoobviamente no nos hacemos cargo de la situacin planteada con los indgenas de esos terri-torios, quienes posteriormente no formaron parte de la Repblica de Chile. Hay numerososcasos de traslado de indgenas desde la vertiente argentina de la Cordillera al lado chileno,como es el caso de los llamados indios huarpes, sobre los que no nos detendremos en esteestudio.3 Uno de los cambios no expansivos ms importantes fue el Tratado de Lmites con Argen-tina en 1881, en que parte de la Patagonia pas a la soberana argentina.

  • 14

    LA MEMORIA OLVIDADA

    A partir de fines del siglo XIX todos los pueblos indgenas que habita-

    ban el territorio nacional ya constituido enfrentarn las mismas polticas

    estatales y tendrn como interlocutor al mismo Estado. Es en ese momen-

    to en que podemos decir que las historias de los diferentes pueblos indge-

    nas empiezan a reconocerse en un relato comn, en cuanto van a estar

    influidas en su desarrollo particular por las acciones y polticas delineadas

    por el Estado. Se produce entonces una historia que va a ir unificando,

    paulatina y crecientemente, las diferentes historias indgenas, en la

    medida que se unifica el interlocutor y sus problemas. Podemos hablar

    con propiedad, a partir de ese momento, de una historia indgena, en la

    medida en que la situemos dentro de las relaciones con el Estado4. Ms

    an, esto, en el caso de Chile, es parte de una realidad histrica, ya que, a

    partir de las ltimas dcadas del siglo XIX, el Estado chileno, altamente

    centralizado, ha llevado a cabo polticas semejantes y especficas, tanto en

    el Norte del pas como en Isla de Pascua, en el extremo Sur y en el rea

    mapuche, expresando todas ellas una coherencia interna en relacin con

    los intereses y visiones predominantes en cada perodo. Es por ello que

    vamos a sealar que todos los pueblos indgenas desde ese momento esta-

    rn sometidos a un mismo tipo de accin poltica estatal y su historia se

    aunar desde esa situacin y punto de vista5.

    CRONOLOGA DE LA HISTORIA INDGENA

    La cronologa de la historia indgena de Chile no es necesariamente la

    misma que la de la historia de Chile. Por cierto, como se ha dicho, se

    verifica una primera escisin entre el mundo precolombino y el posterior

    a la Conquista. Hay varios subperodos en el tiempo colonial, pues hubo

    diversos tratos y maneras de abordar la cuestin indgena por parte de la

    Corona espaola. Se habla en este trabajo de la Baja Colonia o perodo

    de la conquista, y de la Alta Colonia, correspondiente al siglo y medio

    final del Imperio Espaol, marcado por una poltica de carcter ms pro-

    4 Por esta razn sealamos que este Informe no es propiamente una historia desde elexclusivo punto de vista indgena. La historia de cada pueblo indgena puede ser construidadesde s misma y no teniendo como eje las relaciones con el Estado, criterio adoptado eneste caso y que es central. Un ejemplo de ello son las historias de linajes, de familias, las queel centro est colocado en la propia sociedad y no en sus relaciones externas.5 Esta construccin de una historia indgena comn a los diversos pueblos indgenas deChile es un proceso abierto y an lejos de estar concluido. Como se trata de una historia derelaciones, puede haber diversas interpretaciones. En este caso se ha tratado de que la in-terpretacin sea de carcter intertnico, esto es, de un encuentro respetuoso en la interpre-tacin y no una visin unilateral, en este caso de los no indgenas. Por cierto hay otrasposibilidades interpretativas. La Comisin de Verdad Histrica y Nuevo Trato acogi inter-pretaciones propias de las actuales dirigencias de los pueblos indgenas, las que se encuen-tran en los documentos entregados al Presidente de la Repblica y cuyos contenidos se hantratado de incorporar de la mejor y leal manera posible en este trabajo, en algunos casoscomo captulos anexos, mostrando de este modo la diversidad interpretativa de un fenme-no tan complejo y de este modo eludiendo una interpretacin nica y mucho menos oficial.

  • 15

    INTRODUCCIN

    tector hacia los indgenas del continente. La independencia de las colonias

    americanas, y concretamente la de Chile, no fue necesariamente un mo-

    mento de quiebre profundo para los indgenas y su historia6. Para muchos

    de ellos nada cambi, por lo que en la cronologa seremos cuidadosos en

    no asimilar los tiempos de la sociedad chilena a los de la sociedad indge-

    na. En el caso del Sur de Chile, la independencia de la Zona Central signi-

    fic que la guerra entre patriotas y realistas se trasladara hacia all, en lo

    que se denomin la Guerra a Muerte7.

    La cronologa indgena cambia notablemente a fines del siglo XIX.

    En ese tiempo se anexan al territorio nacional las provincias del Norte

    Grande donde habitaban y habitan aymaras, quechuas y atacameos. En

    el ao 1879 comienza la denominada Guerra del Pacfico, la que se ex-

    tiende hasta el ao 1883, firmndose, en el mismo ao, el Tratado de

    Ancn8 con el Per. En el mismo perodo, el 9 de septiembre de 1888, se

    suscribe el Acuerdo de Voluntades entre el pueblo rapa nui, liderado

    por el Ariki Atamu Tekena, y el capitn Policarpo Toro, que tuvo como

    consecuencia la incorporacin de Isla de Pascua al territorio y a la sobera-

    na nacional. En esa misma dcada se produce el avance expansivo hacia

    el Sur de las lneas de fronteras establecidas en el ro Malleco en el ao

    1866, concretndose la ocupacin completa de la Araucana por parte del

    ejrcito chileno. El 24 de febrero de 1881 es fundado el Fuerte Temuco y

    el 1 de enero de 1883 se refunda la ciudad de Villarrica. Coincidentemen-

    te con estos hechos, en el extremo Sur se inicia la ocupacin ganadera de

    la Patagonia e Isla de Tierra del Fuego, que tendr efectos desastrosos so-

    bre las poblaciones indgenas que all habitaban y, en especial, para los

    pueblos anikenk y selknam. Efectivamente, la primera concesin de tie-

    rras a empresas ganaderas se concreta en el ao 18859. Es por todo lo

    6 Fue en la zona central de Chile donde las leyes liberales, dictadas por el joven gobiernorepublicano, tuvieron mayor impacto. Efectivamente, los denominados Pueblos de Indiosfueron desafectados de las polticas proteccionistas de la Corona, por medio de las leyesdictadas en los primeros aos de la Repblica. En las dcadas siguientes, con ritmos diferen-ciados, las tierras de esos pueblos fueron siendo adquiridas o simplemente absorbidas porlas haciendas circunvecinas. En muchos casos implic la desaparicin de esos poblados y lafusin de sus habitantes mediante el mestizaje. Este tema se trata en el Captulo Los ind-genas de Chile Central.7 Esta materia se trata en la parte del Informe titulada El pueblo mapuche, en el CaptuloPrimero: Los mapuche en la historia y el presente. Apartado 6.1. Los primeros aos des-pus de la Independencia: entre la valoracin y la negacin del mapuche.8 Dicho tratado dejaba subordinada la situacin geopoltica de las ciudades de Arica y Tacnaa un plebiscito que deba realizarse en 1893, pero que, sin embargo, nunca se llev a cabo.Esta situacin se prolong por casi cincuenta aos, hasta 1929, cuando Tacna es reincorpo-rada al Per y Arica queda bajo la soberana de Chile. Ver: II. Los pueblos indgenas delNorte, Captulo Primero, El pueblo aymara. Apartado 5.1. Las primeras polticas del Esta-do chileno y la chilenizacin.9 Se trata de la Sociedad Werhahn y Ca. a la que se conceden 123 mil hectreas en Tierra delFuego, lugar habitado por los selknam. Esta materia se trata en la parte correspondiente aLos pueblos indgenas del extremo sur, Captulo segundo, Los selknam. Apartado 3. Laaccin del Estado chileno: la colonizacin del territorio, mediante las concesiones ganaderas.

  • 16

    LA MEMORIA OLVIDADA

    anteriormente expuesto que el segundo gran hito histrico, despus de la

    conquista europea, en la Historia de los pueblos indgenas de Chile, ser el

    proceso expansivo del Estado de fines del siglo XIX.

    Hasta poco ms all de la primera mitad del siglo XIX, como se ha

    visto, el territorio ocupado efectivamente por el Estado chileno era muy

    diferente al del siglo XX. La mayor parte de esos espacios, considerados

    por el Estado como baldos, estaba habitada por indgenas. La accin

    expansiva del Estado en esos aos fue muy grande. Avanz hacia el Norte,

    hacia el Sur y hacia el Pacfico. En todo este proceso no hubo polticas de

    proteccin hacia los indgenas que fueran efectivas. Ms bien se los consi-

    der como un obstculo para incorporar econmicamente esas nuevas

    reas a la economa nacional. Generalmente, como se trataba de zonas

    muy lejanas, el Estado en su afn de hacer efectiva su soberana sobre el

    territorio encomend a empresas privadas la explotacin de los recursos

    naturales y la civilizacin de los indgenas que all vivan. Esas empresas

    fueron, en gran medida, las responsables de la cuasi desaparicin o exter-

    minio de los habitantes originarios del extremo austral, y del sometimien-

    to del pueblo rapa nui a un rgimen que, entre otras cosas, contemplaba

    su reclusin forzosa, que les impida el libre desplazamiento por los cam-

    pos de la isla. No fue muy diferente la poltica de concesiones desarrollada

    en vastos territorios de la Araucana, origen de muchos de los conflictos

    que perduran hasta hoy.

    Desde la dcada de los 80 del siglo XIX, hasta la dcada de los 30 del

    siglo XX, se abre un perodo que hemos denominado de asimilacin for-

    zada. Se caracteriza por la aplicacin de polticas de Estado hacia los pue-

    blos indgenas, con el objetivo de transformarlos en ciudadanos chilenos,

    bajo un concepto de identidad nacional homogneo, sin considerar la di-

    versidad cultural existente. En el Norte, la poltica oficial ser conocida

    como chilenizacin, aplicada compulsivamente en las primeras dcadas

    del siglo XX, debido a los conflictos fronterizos. En el Sur, este perodo

    estar en manos la Comisin de Radicacin de Indgenas y es cuando se

    constituirn las reservaciones o reducciones indgenas, que limitan y

    fragmentan el territorio que estos ocupaban. En Isla de Pascua se produci-

    rn fenmenos semejantes, siendo concentrada la poblacin rapa nui en

    Hanga Roa, y entregndose el territorio restante en arriendo. En el extremo

    Sur, frente a la accin depredadora de las as denominadas empresas explo-

    tadoras, un gran nmero de miembros de los pueblos selknam y kawsqar

    fueron trasladados a la Misin de San Rafael en Isla Dawson, con el doble

    propsito de alejarlos de los cazadores de indios e introducirlos en la vida

    civilizada, lo que tuvo trgicas consecuencias. Durante este perodo mu-

    chos observadores creyeron ver el exterminio de los indgenas de Chile.

    El perodo que se inicia en las ltimas dos dcadas del siglo XIX

    perodo de la asimilacin forzada tiende a cambiar en los aos 30 del

  • 17

    INTRODUCCIN

    siglo XX. All comienza un largo perodo caracterizado por las polticas de

    integracin, basadas fundamentalmente en la educacin, castellanizacin

    y comprensin de los indgenas como campesinos y partes integrantes no

    diferenciadas de la sociedad y pueblo chilenos. Lo denominamos de inte-

    gracin frustrada, porque, a pesar de las intenciones del Estado, los pue-

    blos indgenas no se integraron plenamente, logrando sobrevivir al pero-

    do anterior, manteniendo su identidad y sus propias caractersticas

    culturales. Con pequeas diferencias y momentos histricos especficos,

    esta poltica se extiende desde 193110 hasta la dcada del 70, en que se

    dictan leyes de mucha importancia para algunos no todos de los pue-

    blos indgenas de Chile. La Reforma Agraria, en el caso de los mapuches

    del Sur, va a jugar un papel central en ese perodo, al igual que la ley

    relativa a Isla de Pascua11.

    Durante este largo perodo del siglo XX hay diversos subperodos, en

    algunos de los cuales se reforzarn elementos de integracin y, en otros,

    se impulsarn polticas de fomento, proteccin e incluso desarrollo. Es por

    ello que en el texto distinguimos lo que ocurre en los aos 30 y 40, carac-

    terizados principalmente por la asimilacin; de los aos 50 y parte de los

    60, signados por el indigenismo, y, fines de los 60 y comienzo del 70,

    marcados por la Reforma Agraria y los cambios estructurales a que se vio

    sometido el conjunto de la sociedad chilena y del que no fueron ajenos los

    pueblos indgenas. Finalmente, incorporamos algunos elementos de la

    historia contempornea, esto es, desde 1973 en adelante, perodo carac-

    terizado por diversas relaciones entre el Estado y los pueblos indgenas. La

    cercana de estos hechos histricos y su carcter muchas veces confronta-

    cional nos ha conducido a no encerrar la interpretacin en un marco ex-

    cluyente y ser extremadamente prudentes con los juicios emitidos en este

    Informe, incorporando datos objetivos y abriendo ms preguntas que res-

    puestas hacia el futuro.

    DEL PERODO ANTERIOR A LA CONQUISTA A LA CONSOLIDACIN

    DE LA REPBLICA DE CHILE

    Los pueblos indgenas que existen y existieron en Chile son descendientes

    de los pueblos originarios que habitaron el continente americano. Espec-

    ficamente en Chile, estos pueblos poseen un pasado de larga duracin, su

    historia es extensa y se remonta a miles de aos. Junto con ello, estos

    10 La fecha de 1931 corresponde a la dictacin de las leyes indgenas, destinadas al pueblomapuche, que rene las leyes del ao 1927 y leyes de colonizacin, y que de una u otraforma regularn las relaciones con el Estado durante buena parte del siglo XX.11 La Ley N 16.441 del ao 1966, conocida como Ley Pascua, crea el Departamento deIsla de Pascua en la provincia de Isla de Pascua, fijando normas para la organizacin yfuncionamiento de diversos servicios pblicos y facultando al Presidente de la Repblicapara otorgar ttulos de dominio en terrenos fiscales urbanos de Rapa Nui a personas natura-les. Ver: III. El pueblo rapa nui. Apartado 9. El Gobierno civil a partir de 1965.

  • 18

    LA MEMORIA OLVIDADA

    primeros habitantes realizaron una apropiacin del territorio y una do-

    mesticacin12 de los recursos naturales, que les permiti vivir en estas tie-

    rras desarrollando sociedades y culturas nicas y originales. En este senti-

    do, las organizaciones polticas prehispnicas dan cuenta de su propia

    historia. Son los primeros pueblos constituidos en el territorio que hoy

    ocupa Chile. En este trabajo se trata de rescatar un eje fundamental de y

    para la cultura del pas: la larga ocupacin territorial y la diversidad de

    sociedades que en estas tierras han vivido13.

    El segundo momento estudiado considera la invasin europea y la

    constitucin del orden colonial. No cabe duda, siguiendo la metodologa

    anteriormente expuesta, que es el principal hito histrico que provoc un

    antes y un despus en los pueblos indgenas. La Conquista correspondi,

    como es evidente y sabido, a la expansin econmica y poltica de Europa

    y, al mismo tiempo, fue vista como un proyecto civilizatorio y religioso.

    La Conquista se realiz por medio de acciones militares de gran violencia,

    a las que se sum la introduccin de enfermedades infectocontagiosas,

    frente a las cuales los pueblos americanos carecan de defensas. En este

    trabajo no hay necesariamente un juicio sobre la Conquista, sino intentos

    por comprender sus resultados y consecuencias para los pueblos indgenas

    de Chile. La apertura del debate es ms importante que su cierre en una u

    otra posicin.

    El orden colonial constituido signific la instauracin de hecho de

    un sistema de clases y castas en el que las personas catalogadas como

    indgenas ocuparon, casi siempre, un lugar de subordinacin. Hubo un

    primer perodo colonial de gran violencia en el que los indgenas fueron

    sometidos al servicio de las encomiendas y al trabajo forzado. En la mayo-

    ra de los casos ofrecieron resistencia y en algunos, como el mapuche,

    recuperaron espacios de libertad, aunque vieron constreidos sus movi-

    mientos y debieron acomodarse internamente, manteniendo relaciones

    polticas con el Estado colonial. En este sentido, es preciso destacar que los

    pueblos indgenas poco a poco y a medida que avanzaba el proceso colo-

    nial, fueron reconocidos como tales. Ejemplos de esto ltimo son los tra-

    tados y los parlamentos. Este reconocimiento implicaba la conciencia de

    la particularidad y diversidad de los habitantes del territorio. Una de las

    12 Domesticacin se refiere, por una parte, al conocimiento sobre las plantas cultivadas, lasplantas medicinales y, en general, la nominacin de la flora del lugar. En segundo lugar, serefiere a la domesticacin propiamente tal de los animales y tambin al conocimiento deta-llado y la nominacin de la fauna. Finalmente, el concepto amplio de domesticacin dicerelacin con el conjunto del territorio, el cual es nombrado (toponimia), recorrido, conoci-do, utilizado, en fin, transformado en un espacio donde el ser humano habita y del que seprovee.13 El Captulo Primero resume el conocimiento que existe hoy en da del largo perodo depoblamiento del territorio, que actualmente ocupa Chile. A la Comisin le pareci impor-tante afirmar la calidad de originarios y primeros ocupantes de los actuales pueblosindgenas de Chile.

  • 19

    INTRODUCCIN

    caractersticas, por tanto, del perodo colonial tardo especialmente se-

    gunda mitad del siglo XVII y siglo XVIII es la ambigedad y contradiccin

    de las polticas: si bien hubo reconocimiento por parte de la Corona, tam-

    bin se produjeron sangrientas represiones de los indgenas como la de

    Tupac Amaru en el Cuzco, Alto Per, alcanzando tambin al Norte de

    Chile.

    De esta forma, los pueblos sometidos al control colonial se vieron

    presionados a reformular muchos elementos de su cultura, lo que les per-

    miti adaptarse e influir sobre las condiciones coloniales. Sus liderazgos,

    concepciones religiosas, relaciones con el Estado se fueron transforman-

    do, considerando las nuevas circunstancias, con el objeto de preservar sus

    costumbres, memoria, lengua y territorio. Son historias mltiples, pro-

    fundas y constantemente reinventadas. Los pueblos indgenas, durante el

    largo perodo colonial, existieron en una compleja relacin de resistencia,

    adaptacin, cambio cultural, reafirmacin de sus tradiciones y creativi-

    dad. Este trabajo quisiera dar cuenta de estos procesos y no presentar una

    imagen de quietismo e inmovilidad de los pueblos y comunidades ind-

    genas, sino mostrar su carcter creativo y dinmico.

    Durante la ltima parte del perodo colonial las relaciones de la Co-

    rona, especficamente en el caso del pueblo mapuche, estuvieron regula-

    das por los parlamentos. Los acuerdos logrados en ellos por lo general

    giraron en torno al establecimiento de condiciones de convivencia entre

    ambos. La estrategia parlamentaria comienza con la suscripcin del trata-

    do de Quiln en 1641, en el que se reconoci la frontera del territorio

    mapuche en el ro Biobo y la autonoma de sus habitantes al Sur de dicho

    deslinde. Las clusulas del parlamento de Quiln estipularon condiciones

    de paz, entre el gobierno colonial y las autoridades mapuches, en las que

    se estableci el reconocimiento del territorio mapuche comprendido en-

    tre los ros Biobo y Toltn, el despoblamiento espaol de los territorios

    mapuches ocupados, y, a su vez, el compromiso de los mapuches de no

    vulnerar la frontera, devolver a los prisioneros y dejar predicar a los mi-

    sioneros en su territorio14. En este sentido, el tema de los parlamentos

    tiene una importancia evidente para el debate jurdico actual.

    Los criollos, descendientes de los conquistadores, nacidos en Amri-

    ca, y muchas veces mestizos, se rebelaron y apropiaron del Estado colo-

    nial, independizndose de la Corona espaola, y acometieron la construc-

    cin del Estado-Nacin. La voluntad fundadora inicial supuso,

    principalmente, la unificacin de la poblacin teniendo como base la ciu-

    dadana jurdica comn y la supresin del sistema de castas existente al

    14 Con posterioridad al de Quiln, se suscribieron varios otros parlamentos, entre los quedestacan: Parlamento de Yumbel de 1692; Parlamento de Negrete de 1726; Parlamento deTapihue de 1774; Parlamento de Negrete de 1803.

  • 20

    LA MEMORIA OLVIDADA

    final de la Colonia15. En este contexto, se excluy en la prctica la partici-

    pacin del indgena en su calidad de tal en el sistema poltico, no recono-

    cindosele especificidad16. No obstante, la poblacin que dio vida a la nueva

    Repblica era mestiza e indgena, y es la base de la actual poblacin del

    pas. A pesar de que hoy los chilenos y chilenas se consideren blancos o

    blancos mestizos, existe un fuerte componente indgena en su sangre que

    ha sido obviado en pos de construir e imponer la imagen de una nacin

    homognea, tanto cultural como tnica y racialmente.

    Asimismo, se ha definido un momento histrico que engloba lo que

    se puede llamar la constitucin y consolidacin del orden republicano. Al

    respecto, es importante considerar que la ideologa de los criollos estuvo

    dominada por concepciones liberales, que intentaron desarrollar y adap-

    tar al nuevo orden interno. La crtica a los ttulos de nobleza y la defensa

    de la ciudadana jurdica los llev tambin a eliminar los curacazgos o

    cacicazgos, con lo cual la poblacin autctona perdi sus representantes,

    muchas veces aceptados en el orden colonial e incluso reconocidos por el

    poder dominante. Es necesario hacer notar que Chile se benefici de un

    proceso fecundo que llev, en efecto, a la consolidacin temprana de las

    instituciones republicanas, pero la contracara de dicho proceso fue la ex-

    clusin y negacin de lo indgena.

    En este perodo se tendi, adems, a considerar y privilegiar los dere-

    chos individuales, aunque no para defender a los indgenas, en cuanto

    tales, sino para facilitar su inclusin y la apropiacin de sus territorios.

    Esta poltica asimilacionista fue especialmente eficaz en la zona central de

    Chile, donde las leyes de ciudadana dictadas por la joven Repblica con-

    dujeron a la supresin de los Pueblos de Indios, de sus tierras y a la asimi-

    lacin de sus habitantes. Sin embargo, para el caso mapuche, hacia me-

    diados del siglo XIX se debati acerca de su reconocimiento en la legislacin

    e incluso se sancion legalmente la diferencia, discutindose en el Parla-

    mento acerca de la ocupacin de Arauco y establecindose una poltica y

    relacin especfica entre el pueblo mapuche y el Estado.

    La sociedad chilena durante el siglo XIX se imagin a s misma ligada

    a la cultura europea y trat de establecer fronteras con las races indgenas

    o con los pueblos y culturas indgenas que la rodeaban. De este modo, no

    15 El anlisis de la formacin del Estado en Chile y la dictacin de leyes de ciudadana en lasque se abola la sociedad de castas y la proteccin de los indgenas, es un asunto central enla comprensin de la historia de los pueblos indgenas de Chile. Estas leyes se encuentrananalizadas en la Tercera Parte del libro, Captulo IX, las primeras miradas posteriores a laIndependencia.16 Aun cuando gobernantes como Bernardo OHiggins los incorpora en el discurso funda-cional de la chilenidad, especialmente al pueblo mapuche. En 1817, se refera a l como ellustre de la Amrica combatiendo por su libertad. Ver el captulo sealado en la nota ante-rior, p. 314 y ss.

  • 21

    INTRODUCCIN

    es de extraar que se desconozca profundamente en esa poca la existen-

    cia de estos pueblos, se incentive la migracin extranjera y se emprendan

    polticas de concesiones para la explotacin extractiva de los recursos na-

    turales ubicados en sus territorios.

    Un aspecto importante para la construccin de este imaginario na-

    cional no indgena es lo que ocurri en la Zona Central del pas donde los

    denominados Pueblos de Indios fueron absorbidos durante el siglo XIX.

    La cuestin indgena fue expulsada a las fronteras del Estado, en la

    medida que en la zona central no se perciba la existencia de descendien-

    tes de esas poblaciones.

    Durante este perodo hubo numerosos pueblos indgenas que no es-

    taban an en el territorio nacional de Chile de ese entonces y con los que

    el Estado chileno no tena contactos, como los rapa nui, aymaras, ataca-

    meos y otros del Norte del pas. Las relaciones con los indgenas del ex-

    tremo Sur eran muy escasas y solo algunos viajeros sealaban su existen-

    cia. Las relaciones se establecan principalmente con los mapuches, tanto

    con aquellos que an vivan en Pueblos de Indios, en la zona central del

    pas17, como con quienes habitaban hasta ese momento en la regin de la

    Araucana, zona que mantena su independencia.

    PERODO DE LA ASIMILACIN FORZOSA

    El segundo perodo que se analiza es el que corresponde a las dos ltimas

    dcadas del siglo XIX y las primeras tres del XX, tiempo marcado por la

    mayor indefensin de los indgenas. Este perodo se caracteriza por las

    polticas liquidacionistas del Estado y lo hemos denominado de asimi-

    lacin forzosa. Es este el lapso (1881-1931) en que se produce la ocupa-

    cin de la Araucana y el sometimiento de los indgenas mapuches a re-

    servaciones o reducciones. Es el tiempo en que, tras su incorporacin a

    la soberana chilena, el ao 1888, se entregar la Isla de Pascua completa

    como concesin, primero en 1895, a Enrique Merlet, de origen francs, y

    luego a la empresa britnica Williamson & Balfour, conocida tambin como

    la Compaa Explotadora de Isla de Pascua18, que transform a Rapa Nui

    en una estancia ovejera, manteniendo a la poblacin pascuense, como ya

    se mencion, forzada a habitar solo en el sector de Hanga Roa.

    Es el tiempo tambin en que las concesiones entregadas por el Esta-

    do a empresas en las tierras australes y especialmente en Tierra del Fuego

    condujeron a la muerte y desaparicin fsica de pueblos enteros, como

    sucedi con los selknam, frente a lo cual el Estado se mantuvo pasivo.

    17 De hecho, las leyes de ciudadana de los indgenas en las que se les permite comprar yvender se aplicaron casi exclusivamente en la zona central del pas, en los as llamadospueblos de indios.18 Este perodo de la historia de la Isla de Pascua est tratado en la Quinta Parte de Tepito teHenua en el subttulo Explotacin ganadera e inquilinaje.

  • 22

    LA MEMORIA OLVIDADA

    Este es un caso que podra ser calificado en el lenguaje contemporneo

    como de genocidio. Este estudio analiza en detalle y considera este hecho

    en todo su peso e importancia19. Es el perodo, adems, de la anexin de

    los territorios del Norte Grande y de la poltica conocida como de chileni-

    zacin forzosa, la que, referida al caso indgena, tuvo profundas conse-

    cuencias. Efectivamente, la chilenizacin fue muy compulsiva, al me-

    nos en las primeras tres dcadas del siglo XX, y fue aplicada por el gobierno

    central, el que, por razones geopolticas, no consider las diferencias cul-

    turales y regionales. Esta tendencia hacia la homogeneizacin cultural

    caracteriz las polticas estatales hasta casi finales del siglo XX, implicando

    ante todo el establecimiento de slidas estructuras gubernamentales en la

    regin: desde municipios hasta cuarteles de frontera. Asimismo, la socie-

    dad aymara y su economa quedaron afectadas por el sistema de fronteras

    que gener controles estrictos de la circulacin de mercancas y grupos.

    Para la poblacin aymara, esta parte de la historia en relacin con el Esta-

    do de Chile se denomina des-aymarizacin, desnaturalizacin que se

    vali de la violencia, el amedrentamiento, la intolerancia y la imposicin

    de costumbres ajenas. En ese contexto, adems, se produce el auge sali-

    trero, la destruccin de las comunidades tradicionales de los valles, gene-

    ralizndose el desconocimiento de las especificidades de las comunidades

    indgenas de esa regin. De igual manera, a comienzos del siglo, la presin

    sobre las comunidades atacameas condujo prcticamente a la desapari-

    cin de la lengua kunza y de varias otras vernculas. Los atacameos su-

    frieron, al igual que los otros pueblos indgenas, un largo perodo de ocul-

    tamiento.

    Es una etapa en la que, en el plano internacional, se dan tambin

    procesos semejantes, enmarcados en la expansin del capitalismo mun-

    dial sobre tierras, territorios y culturas, hasta ese momento fuera de su

    alcance. La mayor parte de los observadores de esas primeras dcadas del

    siglo XX consideran que las poblaciones indgenas van a sucumbir ante la

    presin y, a veces, ante el ataque frontal de que son objeto20. Es lamenta-

    blemente el momento en que las diversas historias que en este texto se

    relatan se unen, de una manera por momentos terrible, en una sola histo-

    ria, la de las relaciones entre el Estado chileno, la sociedad chilena y los

    pueblos indgenas de Chile, historia que oscila entre la reduccin territo-

    rial y el exterminio. Hasta ese momento han sido por lo general historias

    19 Ver: Cuarta Parte. Los Pueblos Australes, Captulo XIV. Los pueblos cazadores del sur. Losselknam. El colapso demogrfico.20 En los primeros aos del siglo XX hay muchos estudiosos, tanto chilenos como extran-jeros, que tratan de rescatar lo que ellos pensaban eran los ltimos vestigios de las cultu-ras indgenas. En el primer caso, don Toms Guevara escribe Las ltimas familias araucanas,el Padre de Moesbach el famoso libro dictado por el cacique Pascual Coa y muchos otrosmisioneros tratan de dejar escritos los testimonios de esas sociedades sometidas a fuertespresiones externas.

  • 23

    INTRODUCCIN

    separadas, independientes unas de otras. A partir de ahora, el Estado tiene

    una poltica comn que se expresa en Isla de Pascua, en los valles y altipla-

    no chilenos, Tierra del Fuego y la costa de Temuco. El Estado y por ende la

    sociedad asumen el costo de esas polticas y sus responsabilidades.

    Es muy importante sealar que las medidas aplicadas a los indgenas

    durante este perodo (1881 a 1931) son debatidas en el Congreso nacio-

    nal, adquiriendo el estatus de leyes de la Repblica, y no son simplemente

    el resultado de la accin improvisada de aventureros, agentes espont-

    neos o situaciones incontrolables, que si bien las hubo, siempre estuvie-

    ron sujetas a las leyes y a la accin del Estado.

    Va a ser en esta poca, dcada del 70 y 80 del siglo XIX principalmen-

    te, en la que se producir una grieta insalvable entre la vida chilena, en

    particular santiaguina, y la forma de vida de los indgenas del Sur de Chi-

    le. Se pensaba estereotipadamente a los mapuches, a los ojos evolucionis-

    tas de la sociedad criolla, como una raza en decadencia, degradada por

    el alcohol, en definitiva, seres que estaban muy lejos de ser los hroes

    relatados por Alonso de Ercilla. Se multiplicaban los artculos en la prensa

    que se referan en estos peyorativos trminos a los pobladores de la Arau-

    cana. El pas del centro comienza a formarse una imagen distorsionada

    de los indgenas del Sur, y circula la idea de que los mapuches, adems de

    estar acabados, eran cada vez menos. Comenz a afirmarse que quedaban

    muy pocos indgenas en el Sur y que las tierras estaban desocupadas. El

    pas del centro se imagin algo que no era tal, pero que le serva para

    justificar la ocupacin de la Araucana y someter a los indgenas al rgi-

    men reduccional.

    Hay un primer momento de la ocupacin de la Araucana, denomi-

    nado colonizacin espontnea, que consisti en la penetracin y ocupa-

    cin de tierras en territorio mapuche por parte de chilenos, particulares,

    desde la primera mitad del siglo XIX. Para el caso pehuenche este proceso

    comenzar antes, ya que la infiltracin chilena se inicia en 1840 con el

    ingreso de hacendados, que arriendan pastizales e internan ganado. Esta

    primera etapa de apropiacin efectiva ser la base para un posterior y

    rpido proceso de incautacin de tierras mediante compras de carcter

    fraudulento. En el caso huilliche, esto es al Sur del ro Toltn, inmediata-

    mente producida la Independencia se intensifica el proceso de compras de

    tierras indgenas con el posterior establecimiento de haciendas, situacin

    que ya vena ocurriendo desde la poca colonial. Durante la Colonia, sin

    embargo, exista un estricto control sobre estas compras; el gobernador de

    Valdivia le encargaba a los capitanes de amigos, al Comisario de nacio-

    nes, una serie de trmites destinados a verificar los lmites y condiciones

    de las compras. Sin embargo, a partir de 1820 las normas dejan de respe-

    tarse y se ignoran. En vista de esta situacin, el Intendente Jos de Cava-

    reda decide reponer el cargo de Comisarios de Naciones, siguiendo el

  • 24

    LA MEMORIA OLVIDADA

    modelo que imperaba durante la Colonia. Estos funcionarios van a entre-

    gar entre 1824 y 1848 los denominados Ttulos de Comisario a los caci-

    ques de la zona, por lo que las familias huilliches no tan solo tendrn la

    posesin material de algunos de sus predios, sino tambin el reconoci-

    miento legal del dominio.

    Un segundo momento de ocupacin de las tierras mapuches tiene

    relacin con polticas explcitas del Estado. En 1866 se dictan las primeras

    leyes de ocupacin que, entre otras materias, establecen al territorio ma-

    puche como zona de colonizacin, declarando sus tierras como fiscales.

    Con ello se buscaba evitar que estas fueran apropiadas por aventureros y

    especuladores que no dejaran espacio para la colonizacin extranjera,

    objetivo primordial de las autoridades.

    Los mapuches resisten esta invasin chilena hasta 1881, ao en que

    entran las tropas del ejrcito chileno. All se fundan fuertes, entre ellos

    Temuco, y se avanza hacia Villarrica. Las ruinas de la antigua ciudad espa-

    ola, arrasada casi trescientos aos antes, se haban transformado en un

    smbolo, tanto para los mapuches como para los chilenos. El descubri-

    miento de las mismas en medio de un espeso bosque y la nueva fundacin

    de la ciudad que existe actualmente marcaron el final de la campaa.

    En el caso de la cordillera, donde habitaban los pehuenches, la gue-

    rra oscil entre el ejrcito chileno y tambin el argentino. En 1880, como

    consecuencia de la primera fase de la campaa del desierto como se

    denomin a la accin del ejrcito argentino respecto a los indgenas del

    Sur de esa nacin 14.000 indgenas son reducidos, hechos prisioneros o

    muertos. Muchos se van a refugiar en la cordillera. Despus de ocupada la

    Araucana, el ejrcito chileno se dirige al Alto Biobo y construye varios

    fuertes, con el doble objetivo de, por una parte, consolidar la ocupacin

    del territorio para que los pehuenches no se unieran a la resistencia ma-

    puche en el valle y, de otra, contener la avanzada de tropas argentinas que

    vena en busca de indgenas fugados.

    Junto con las tropas llegan a la Araucana los agrimensores, dirigidos

    entre otros por el conocido ingeniero Don Teodoro Schmidt. A medida

    que se va estudiando la real situacin de la ocupacin de las tierras, se

    dieron cuenta las autoridades de que no estaban vacas como se pensaba

    en Santiago. Todo el territorio estaba subdividido entre los caciques y po-

    blado por familias mapuches. La idea de un Sur deshabitado, tejida en el

    centro del pas, era falsa. Los mapuches ocupaban densamente la Arauca-

    na y haba una suerte de propiedad establecida, con deslindes bastante

    claros. Es en este contexto, entonces, donde surge la idea de reducir las

    tierras indgenas para entregar las sobrantes a remate.

    A la par, muchas personas, particulares del centro de Chile, vieron

    una posibilidad cierta de hacerse de tierras en el Sur del pas de una ma-

    nera relativamente fcil. Las leyes de radicacin pretendan entregar las

  • 25

    INTRODUCCIN

    tierras declaradas fiscales a colonos extranjeros y nacionales, disendose

    un plan para ello. Sin embargo, nada pudo impedir la entrada de inescru-

    pulosos particulares quienes, recurriendo a las ms variadas argucias, no

    dudaron en expulsar y arrebatarles sus tierras a numerosos indgenas.

    LA RADICACIN Y REDUCCIN DEL PUEBLO MAPUCHE

    El proceso de radicacin, reduccin y entrega de Ttulos de Merced, entre

    los aos 1884 y 1929, estuvo acompaado de abusos contra los mapuches

    y tuvo consecuencias que transformaron de manera profunda a esta so-

    ciedad. La reduccin signific que los mapuches perdieran la mayor parte

    de sus tierras, quedando reducidos a cerca de 500 mil hectreas que el

    Estado entreg como Ttulos de Merced.

    Por otro lado, la forma de radicar consisti en que la Comisin Ra-

    dicadora encargada del proceso nombrara a un determinado cacique,

    entregando las tierras y otorgando el Ttulo a su nombre. Junto a dicho

    cacique ubicaba a otras familias extensas que tenan sus propios caciques

    o jefes, transformndolas en dependientes del nominado con el Ttulo de

    Merced. Este hecho provoc un quiebre crtico en la sociedad mapuche,

    ponindose en cuestin el orden social imperante hasta ese momento. De

    esta manera, el Estado chileno rompi con los sistemas de organizacin

    internas constitutivos de la sociedad mapuche, los agrup en forma arbi-

    traria y los oblig a vivir de una forma completamente artificial.

    Adems, el proceder de la Comisin Radicadora fue lento, engorroso

    y arbitrario. Por ejemplo, la misma estableca que se entregaran en Mer-

    ced los terrenos ocupados por indgenas, debiendo estos probar la pose-

    sin efectiva y continua por lo menos de un ao, lo cual implic, entre

    otras cosas, el desconocimiento de las tierras de pastoreo. El trabajo de la

    Comisin era extremadamente lento, por lo que cuando llegaba a un sec-

    tor, muchas de las tierras mapuches ya haban pasado a manos de particu-

    lares, siendo imposible probar la posesin efectiva. En muchas ocasiones

    se repartieron tierras a particulares, en donde ya se haban radicado ma-

    puches, entregando al particular una parte o la totalidad del Ttulo de

    Merced, como sucedi en la comunidad Huenucal Ivante de Lonquimay,

    la que fue expulsada de sus tierras por los nuevos dueos, a pesar de

    haber recibido con anterioridad el Ttulo de Merced. En otros casos, se

    radic a mapuches al lado de tierras rematadas y adjudicadas a particula-

    res. La ambicin de los colonos poco a poco llev a las corridas de cerco y

    a la progresiva usurpacin de los Ttulos de Merced. Finalmente, la Comi-

    sin de Radicacin Indgena, en muchas ocasiones, no entreg lo que real-

    mente corresponda en Ttulo de Merced a los mapuches, reduciendo an

    ms la superficie en su poder.

    En el caso pehuenche, el Estado no tuvo la capacidad de establecer

    dominio efectivo sobre las tierras cordilleranas, por lo que solo se limit a

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    LA MEMORIA OLVIDADA

    verificar las compras por parte de particulares. En muchos casos, el Estado

    trat de imponer un control mnimo al proceso de colonizacin. Sin em-

    bargo, su accin se vio permanentemente dificultada por la oposicin de

    los particulares amparados por los tribunales. En la zona pehuenche, la

    enajenacin de las propiedades indgenas tuvo distintas maneras de ope-

    rar. Por ejemplo, en el caso de Trapa Trapa, en 1881, se compraron accio-

    nes y derechos de un terreno de dos mil cuadras, en tanto que los deslin-

    des implicados llegaban a cifras superiores a las diez mil cuadras. En otros

    casos, y como fue una tnica en todo el territorio mapuche, no se concre-

    taba ninguna compraventa, sino que los particulares llegaban y ocupaban

    terrenos expulsando a los mapuches, expandiendo sus propiedades a la

    fuerza. Otros casos en la zona pehuenche se relacionan con que despus

    de entregado un Ttulo de Merced, esos mismos terrenos eran puestos a

    remate a particulares. Por ejemplo, en el valle de Quinqun, las mismas

    tierras de la comunidad Paulino Hueiquilln, que recibe su Ttulo de Mer-

    ced en 1906, son entregadas a remate a particulares en 1911.

    En el caso huilliche, las prdidas de tierras se relacionan con los

    mismos mecanismos utilizados en la Araucana, esto es, compras frau-

    dulentas y apropiacin por la fuerza. La Comisin Radicadora comenz

    a operar en territorio huilliche recin en 1908, y en declaraciones su

    presidente seala la dificultad de encontrar terrenos con indgenas, ya

    que muchas tierras estaban en manos de particulares. Por otro lado, al-

    gunos huilliches se niegan a ser radicados pues consideran que sern

    reducidos a una porcin de tierra que no se condice con sus derechos.

    En total, fueron entregados en territorio huilliche alrededor de 500 T-

    tulos de Merced.

    En resumen, para el caso mapuche, a partir de 1884 y hasta 1929,

    actu la Comisin Radicadora de Indgenas, entregando Ttulos de Mer-

    ced a las comunidades mapuches que quedaron en el territorio ocupado

    por el Estado chileno. En los territorios de las actuales provincias de

    Arauco, Biobo, Malleco y Cautn, con una superficie aproximada de

    cinco millones de hectreas, se otorgaron 434.063,65 hectreas, lo que

    representa un 11,5 % del territorio de estas provincias que en la actua-

    lidad forman parte de la VIII y IX regiones. En esta superficie se radica-

    ron 74.534 personas, con un promedio de tierras per cpita