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8/10/2019 La Huella de Mariátegui en Fausto ReinagaVersiónCorta http://slidepdf.com/reader/full/la-huella-de-mariategui-en-fausto-reinagaversioncorta 1/37 1 La huella de Mariátegui en Fausto Reinaga 1  Fabiola Escárzaga 2  Resumen Se analiza la influencia de la obra del intelectual mestizo peruano José Carlos Mariátegui (1894- 1930) en el proceso de formación intelectual y formulación del pensamiento indianista del intelectual indio boliviano Fausto Reinaga (1906-1994), a partir de la revisión de algunos de los textos más importantes de éste, para dar cuenta de los cambios operados en su concepción sobre la  problemática india en Bolivia, en el proyecto de transformación y estrategia de lucha que propone y en su percepción de los planteamientos de su maestro y modelo. Se definen los planteamientos centrales de cada una de su etapas (socialismo marxista, nacionalismo revolucionario, indianismo y amautismo) y los contextos en que se producen y se muestran los paralelismos en las biografías de ambos autores. Palabras clave: Fausto Reinaga, José Carlos Mariátegui, Indianismo, El indo en Bolivia, Marxismo latinoamericano Mariátegui footprint in Fausto Reinaga This article analize the influence of the work of the Peruvian intellectual and mestizo thinker José Carlos Mariátegui (1894-1930) in the process of intellectual development and growth in the thought of the Indian intellectual and Bolivian indianista Fausto Reinaga (1906-1994) from reviewing some of his most important texts, to give an account for the changes in Reinaga's conception of the Indian  problem in Bolivia, in the transformation project and fight strategy and his perception of the  particular approach of his teacher and model. The article defines the core assumptions of each of its stages (Marxist socialism, revolutionary nationalism, Indianism and amautismo) and the contexts in which they occur and shows the parallels in the biographies of both authors. Keywords: Fausto Reinaga, José Carlos Mariátegui, Indianism, Indigenous issues in Bolivia, Latin American Marxism 1  Revista América Latina No. 13, PROSPAL, Universidad ARCIS, Santiago de Chile, en prensa 2  Socióloga mexicana, maestra y doctora en Estudios Latinoamericanos por la FCPyS de la UNAM. Profesora-investigadora del Departamento de Política y Cultura de la UAM-Xochimilco.

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1

La huella de Mariátegui en Fausto Reinaga1 

Fabiola Escárzaga2 

Resumen

Se analiza la influencia de la obra del intelectual mestizo peruano José Carlos Mariátegui (1894-

1930) en el proceso de formación intelectual y formulación del pensamiento indianista del

intelectual indio boliviano Fausto Reinaga (1906-1994), a partir de la revisión de algunos de los

textos más importantes de éste, para dar cuenta de los cambios operados en su concepción sobre la

 problemática india en Bolivia, en el proyecto de transformación y estrategia de lucha que propone y

en su percepción de los planteamientos de su maestro y modelo. Se definen los planteamientos

centrales de cada una de su etapas (socialismo marxista, nacionalismo revolucionario, indianismo y

amautismo) y los contextos en que se producen y se muestran los paralelismos en las biografías de

ambos autores.

Palabras clave: Fausto Reinaga, José Carlos Mariátegui, Indianismo, El indo en Bolivia, Marxismo

latinoamericano

Mariátegui footprint in Fausto Reinaga

This article analize the influence of the work of the Peruvian intellectual and mestizo thinker José

Carlos Mariátegui (1894-1930) in the process of intellectual development and growth in the thought

of the Indian intellectual and Bolivian indianista Fausto Reinaga (1906-1994) from reviewing some

of his most important texts, to give an account for the changes in Reinaga's conception of the Indian

 problem in Bolivia, in the transformation project and fight strategy and his perception of the

 particular approach of his teacher and model. The article defines the core assumptions of each of its

stages (Marxist socialism, revolutionary nationalism, Indianism and amautismo) and the contexts in

which they occur and shows the parallels in the biographies of both authors.

Keywords: Fausto Reinaga, José Carlos Mariátegui, Indianism, Indigenous issues in Bolivia, Latin

American Marxism

1 Revista América Latina No. 13, PROSPAL, Universidad ARCIS, Santiago de Chile, en prensa2  Socióloga mexicana, maestra y doctora en Estudios Latinoamericanos por la FCPyS de la UNAM.

Profesora-investigadora del Departamento de Política y Cultura de la UAM-Xochimilco.

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Introducción 

La influencia de la obra ensayística y la personalidad del intelectual mestizo peruano José Carlos

Mariátegui (1894-1930) sobre la obra y posicionamientos del intelectual indio boliviano Fausto

Reinaga (1906-1994), fueron decisivas para la formulación del pensamiento indianista de éste.

Influencia presente no sólo en la etapa formativa en que adhirió al marxismo y las ideas del peruano

ocuparon un lugar central en sus planteamientos sobre Bolivia, inspirados en los formulados por

Mariátegui sobre Perú, sino más adelante cuando se distancia de él y cuestiona a Mariátegui como

marxista occidentalizado, pero mantiene algunos de los temas centrales de aquel como eje de su

discurso indianista. El discurso indianista de Reinaga se sustenta en algunos planeamientos

marxistas y fundamentalmente mariateguistas que asumió en su juventud como parte de su proceso

formativo, cuando el boliviano se identificaba políticamente con el socialismo marxista y con su

 perspectiva indigenista radical cuya conjunción Mariátegui elaboró de una manera sistemática y

coherente3. Mariátegui fue su maestro en el conocimiento de las particularidades de las sociedades

andinas. Lo consideraba como el intelectual andino más consistente y coherente en su

caracterización de las estructuras sociales y sobre la condición del indio en su país y por extensión

en los países andinos. De él tomo ideas centrales para caracterización de las estructuras sociales y

sobre la condición del indio en su país y por extensión en los países andinos, porque Mariátegui

desarrolló un marxismo situado en los Andes.

Por ello rastrearemos en las obras de Reinaga las referencias hechas sobre el Amauta4 peruano en

sus distintas etapas, sus acuerdos y sus crecientes desacuerdos. Mostraremos también cómo el

 proyecto de revolución socialista elaborado por Mariátegui en 1928 sirvió como modelo para la

construcción del proyecto de revolución india en Bolivia que Reinaga se propuso elaborar, para

orientar el proceso de constitución de los indios como sujetos políticos autónomos, que no se limita

a la formulación de un programa político sino que asume la tarea de construir al sujeto colectivo,

que tampoco es solo el partido que habrá de dirigirla sino la conducción de una necesaria revolución

cultural que constituya al sujeto indio rebelde. Y veremos cómo asumió también a Mariátegui como

el modelo del intelectual orgánico para la construcción de un bloque histórico indio5, Reinaga buscó

ser el Amauta boliviano tal como lo fue Mariátegui en Perú. Objetivo en el que más tarde debió

destruir al modelo para asumir su papel. Pese a sus críticas a Mariátegui por mestizo y marxista

3 Ver Mariátegui. 7 Ensayos… y Aniversario y balance.4 Sabio en quechua.5 Retomo la categoría formulada por Gramsci que es semejante a la idea del papel del mito de Mariátegui y

que Reinaga aprende del peruano.

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occidentalizado, nunca dejó de reconocerlo como modelo ético, de austeridad, congruencia y

entrega de su vida a la causa de la transformación social y la igualdad entre los hombres.

El discurso indianista formulado por Fausto Reinaga en la década de los 60s plasmado en sus textos

de 1970 La revolución india y el Manifiesto del Partido Indio de Bolivia, es el punto de partida del

 proceso de constitución de los indios aymaras y quechuas en Bolivia como actores políticos

autónomos, proceso iniciado en los años 70s y concretado en los 80s por estudiantes aymaras

residentes en La Paz, quienes pudieron gracias a la obra del intelectual indio contar con una lectura

de la historia boliviana desde la perspectiva india, argumentos para la revaloración de su identidad,

elevar su autoestima y enfrentar el racismo imperante, y un programa de lucha política, elementos

sobre los cuales sustentar sus procesos organizativos bajo la forma de katarismo 6  y su influencia

sigue vigente.

Biografías paralelas

A partir de varios fragmentos autobiográficos que aparecen en diversos textos suyos, encontramos

datos sobre nuestro autor que en conjunto muestran una gran similitud con la biografía de

Mariátegui, sobre niños de origen humilde, campesino y mestizo el peruano, y campesino indio el

 boliviano; que gracias a su inteligencia extraordinaria y esfuerzo continuado lograron el tránsito

étnico y social a través de la educación en la cultura occidental, el paso del trabajo manual al

intelectual y acumularon un capital cultural muy por encima del promedio; que combinando sus

capacidades intelectuales con las inquietudes políticas de izquierda lograron la conjunción como

 políticos e intelectuales y fueron perseguidos por sus ideas. Otra coincidencia es que ambos fueron

derrotados en las coyunturas políticas inmediatas en las que combatieron, fueron profetas ignorados

o despreciados por sus orígenes sociales, por su originalidad y por su radicalidad, pero su obra

quedó como el fundamento de procesos políticos posteriores en sus respectivos países.

Como Mariátegui7, Reinaga también tuvo una limitación física, la pérdida (el desgarro, lo llama él)

del brazo derecho a los pocos meses de vida, pero ésta no le impidió como a Mariátegui el paso por

6 El movimiento katarista toma su nombre del caudillo aymara Tupaj Katari, pseudónimo de

Julián Apaza, indio del "común" nacido en Ayo-Ayo, que dirigió la rebelión de 1781 en la parte aymara de los

Andes.7 Incapacitado de la pierna izquierda por un golpe en la rodilla en una riña en la escuela a los 8 años, dejó de

asistir a la misma y estudió por su cuenta en el hospital en que permaneció tres meses y después en su casa,

 pues no volvió más a la escuela. Fue un autodidacta. Nunca recuperado del todo, desarrolló sus actividades

 pese a su cojera. Desde los 15 años comenzó a trabajar en el diario La Prensa, primero como obrero de la

imprenta, mensajero, y finalmente reportero y periodista, actividad que fue el ámbito de su formación

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la escuela y la universidad, aunque tardíamente. Por el contrario, porque esa limitación lo

inhabilitaba para el trabajo manual en su comunidad, le allanó el camino a la especialización

intelectual, poco común en un niño y joven pobre de origen indio. Este es el relato íntimo que hace

a su amigo Guillermo Carnero Hoke sobre la pérdida y sus secuelas, en carta del 17 de febrero de

1970:

Hacia el año de 1903, 4, ó 6 de nuestro siglo, en este país hubo tal arremetida contra el indio que

 poblaciones enteras perdieron sus vidas y sus tierras por consiguiente. Mi madre, descendiente de

Tomás Katari, siempre fue una dirigente de categoría. En las sublevaciones indias del altiplano aymara

y keswa es conocida su historia. Siempre estuvo en las primeras líneas del combate… Y sucedió en

Chusequeri. El gamonal era Juan Berindoague. Cayó prisionera cargada de su hijo de meses. Se la

condujo a la Casa de la Hacienda. Y a su vista y paciencia, le desgarraron el bracito derecho de su

criatura; y cuando iban a desgarrarle el otro brazo…mi madre pidió ir al lugar del combate y a ordenar

que los indios se replieguen, y dejen de luchar…Y así sucedió. A la voz de mi madre; cesó el combate;los indios dejaron el campo de batalla. Tornó mi madre a la Casa de Hacienda; y con su hijo mutilado

fue conducida a la Cárcel de Colquechaca…donde gracias a un gringo Carlos Sauter (amante de una

 prima de mi madre), el niño fue curado por el Méd ico de la mina de dicho gringo…Y aquel niño, mi

querido hermano Guillermo, era yo…Ahora entenderás el POR QUE de mi odio al cholaje blanco-

mestizo y a la Europa criminal… 

Existe leyendas sobre mi desgarro; muchas leyendas; pero la cicatriz en mi carne que ha crecido

conmigo es el testimonio de mi tragedia…Qué raro: “No hay mal que por bien no venga”, dice el

refrán. Si no me hubiera sucedido este desgarro; yo no hubiera aprendido a leer. Y sin esta tragedia

hace rato que yo hubiera muerto en la mina o en la Guerra del Chaco…8

 

intelectual. Viajó a Europa y permaneció allí tres años y medio (1919-1923) donde enriqueció su formación

marxista, se casó con la italiana Ana Chiappe y tuvieron un hijo. Su motricidad, luego de su regreso al Perú,

se vio más limitada pues en abril de 1924 le fue amputada la pierna derecha debido a la presencia de un tumor

maligno en el muslo, lo que lo ató a una silla de ruedas. Su conocimiento de las luchas indias y obreras, su

contacto con dirigentes de estos sectores y sus iniciativas organizativas como la creación del Partido

Socialista Peruano (PSP) en 1928, y la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP) en 1929, y

los proyectos intelectuales como la revista Amauta (1926-1930) los concretó pese a esta circunstancia. A sucasa concurrían intelectuales, estudiantes, obreros y campesinos a escuchar sus ideas y consejos y de ellos

obtenía la información de lo que ocurría en lugares a los que no podía desplazarse y que alimentaban su

investigación sobre la realidad peruana y su reflexión teórica. Su temprana muerte en 1930, a los 36 años, fue

consecuencia de su lesión, y acelerada por el clima hostil que enfrentó en los últimos meses de su vida,

 perseguido por el gobierno y enfrentando la disputa por el poder al interior del PSP de parte de los elementos

elegidos por la Tercera Internacional para tomar su lugar en la dirección de la organización. (Escárzaga, 1987)

8 La correspondencia de Fausto Reinaga con Guillermo Carneto Hoke y Guillermo Bonfil Batalla, en

 preparación. Proporcionada por Doña Hilda Reinaga. 

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Su tránsito por la escuela le produjo crecientes frustraciones, pues allí resintió en carne propia la

magnitud del racismo boliviano, la experiencia de la discriminación lo llevó a cuestionar con real

conocimiento de causa el carácter oligárquico de la sociedad boliviana.

Otro elemento compartido en sus trayectorias vitales es la precariedad material con la que

acometieron su labor intelectual y política, fuera de los espacios estatales de reproducción cultural,

del financiamiento externo o de un partido, ya que estaban comprometidos con iniciativas

organizativas radicales que no podían sostener a sus cuadros; no obstante, lograron resolver

relativamente esa desventaja a través de estrategias de sobrevivencia audaces y con ellas se dotaron

de una autonomía material que les permitió gozar de una gran libertad de pensamiento e

independencia política, elementos fundamentales en sus apuestas políticas radicales y volvieron

ventaja lo que era una desventaja, aunque con grandes sacrificios y contratiempos. Mariátegui vivió

del periodismo, publicaba sus artículos en periódicos nacionales por los que era remunerado; sus

artículos eran avances parciales de su investigación que luego quedaron integrados en los dos libros

 publicados, cuyo plan era esbozado previamente9. Reinaga vivió modestamente (como indio) de la

venta de sus libros10, en ellos se puede seguir el proceso de investigación que desarrolló fuera de

todo ámbito institucional o académico, y sus avances graduales en la formulación de una

caracterización de la sociedad boliviana y de un proyecto político para su transformación, que

 primero fue marxista, luego nacionalista revolucionario, más tarde indianista y después amautista.

Reinaga sintetiza así su objetivo en su primera carta a Carnero Hoke del 20 de octub re de 1969: “En

la elaboración de cada una de estas obras, he ido mejorando en la concreción de nuestro GRAN

OBJETO: la resurrección del socialismo preamericano."11 Excluido de la Universidad pública, sus

libros fueron su escuela, su magisterio y su sustento, se sentía muy orgulloso de ser el único escritor

 boliviano que vivía de sus libros.

De la misma manera que Mariátegui usó el ensayo como forma escritural lo usa Reinaga, a través

del cual se busca argumentar unas tesis de contenido histórico o sociológico, pero centralmente

 político. Porque es una forma adecuada para responder a la urgencia que da la política y también a

la precisión que exige el compromiso con el conocimiento de una realidad compleja, asumido como

9  La escena contemporánea, Lima, Editorial Minerva, 1925 y 7 Ensayos de interpretación de la realidad

 peruana, Lima, Editorial Minerva, 1928. La creación de la empresa Editorial Minerva en sociedad con su

hermano Julio César en 1925, y con el apoyo de su esposa Ana Chiappe, le permitió la publicación de sus

libros y de la revista Amauta y el sustento familiar. La vasta colección de sus artículos en una veintena de

volúmenes temáticos fue publicada por su viuda y sus cuatro hijos después de su muerte como Biblioteca

Amauta. Escárzaga, 1987)10 Publicó 31 títulos, uno de ellos América india y Occidente (1974), fue traducido al francés en 1979 y al

alemán en 1980. (Reinaga, Hilda, 2001)11 Correspondencia de Fausto Reinaga...

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 base de la acción política. Durante su larga vida Reinaga vuelve sobre los mismos temas una y otra

vez, para profundizarlos o corregirlos en sus diferentes libros, más preocupado por el fondo que por

la forma, sin pretensiones eruditas o academicistas. Probablemente siguiendo la divisa de

Mariátegui en el prefacio a los 7 Ensayos…: “Volveré sobre estos temas cuantas veces me lo

indique el curso de mi investigación y mi polémica…Ninguno de estos ensayos está acabado: no loestarán mientras yo viva y piense y tenga algo que añadir a lo por mi escrito, vivido y pensado.”

(Mariátegui, 1976:11)

Ambos usaron seudónimos, Mariátegui en sus primeros años como periodista firmó sus artículos

como Juan Croniqueur, lo abandonó en 1918, a los 24 años, poco antes de su viaje a Italia y declaró

superada su edad de piedra, como él la llamó, renegando de su pasado bohemio y afirmando su

nuevo compromiso socialista. En esa su etapa formativa sus intereses eran más literarios que

 políticos, plasmados en su militancia en el grupo de la revista Colónida, también expresaba su

misticismo católico, sus artículos periodísticos hacían la crónica de la “vida política criolla” con la

que por cierto no se identificaba, pero le daba de comer. En la nueva etapa privilegió sus intereses

 políticos de izquierda, su adhesión al socialismo marxista y su compromiso de dar su voz y su

 pluma a las organizaciones obreras, fundó en ese tiempo un Partido Socialista. Reinaga, por su

 parte, usó el seudónimo de Ruy Ripaj para firmar artículos y dos libros entre los años 1952 y 1956,

sobre todo para evitar las represalias de los MNRistas por sus críticas, pero también como marca de

su nueva identificación con lo indio.

Ambos autores, si bien se centran en los problemas políticos, no dejan por ello de abrevar en la

literatura como fuente de conocimiento de la sociedad y de las visiones del mundo existentes, en

tanto que expresión de la vida humana; reconociendo la cultura como un espacio fundamental en la

disputa entre las visiones antagónicas, de reproducción de la ideología dominante y de acción

revolucionaria indispensable para construir la conciencia de los sujetos de esa lucha transformadora.

Aunque Reinaga no lo reivindique como uno de sus méritos, su búsqueda no se limitó pues a las

fuentes filosóficas, históricas o sociológicas, dirige también su crítica a la literatura de ficción

 producida por los intelectuales bolivianos primero, y luego latinoamericanos, para analizar la visión

racista sobre el indio de esos autores mestizos y cuestionarla. La etapa de elaboración del

indianismo (1960-1969) la dedica a la crítica de la literatura boliviana y latinoamericana.

Igual que para Mariátegui, la curiosidad de Reinaga por el mundo era insaciable, el conocimiento

del mundo era un camino para profundizar en el conocimiento de su país, era pues un cosmopolita

que al mismo tiempo elaboraba un pensamiento situado. Pese a las dificultades materiales para

acceder a la literatura extranjera, accedía a ella a través de las redes que fue construyendo, estaba al

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día sobre los autores cercanos a sus vastos intereses, sus fuentes eran siempre muy actuales. Los

viajes eran otra vía de conocimiento importante para él y de ellos sacó mucho provecho, estuvo en

Lima, México, EEUU, Argentina y algunos países de Europa. Todos ellos marcan en alguna medida

sus cambios de perspectiva.

Reinaga no recibió el reconocimiento como intelectual y organizador que merecía y que sí obtuvo

Mariátegui en su corta vida, de parte de correligionarios y adversarios en el plano intelectual y en

 particular entre los sectores obreros e indígenas sobre los que se propuso incidir, sus iniciativas

organizativas fueron bien acogidas y era llamado por ello el Amauta. Hecho que fue opacado por su

enfrentamiento con la Tercera Internacional el año previo a su muerte. La organización exigía en

esa etapa que los partidos socialistas de los distintos países de todo el mundo adoptaran

acríticamente su estrategia, formulada como la línea de clase contra clase, que significaba asumirse

como comunistas y enfrentar abiertamente a los gobiernos, rompiendo las alianzas con la burguesía

o la pequeña-burguesía que estaban recomendadas en la etapa anterior. Mariátegui había formulado

sus ideas y el programa del Partido Socialista Peruano (PSP), fundado bajo su conducción en 1928,

a partir de las condiciones concretas existentes en Perú y no aceptó plegarse a un programa y a una

línea impuestos desde fuera que no consideraba esas condiciones concretas12

. Todo ello ocurre en

circunstancias muy difíciles para Mariátegui que además de enfrentar la presión de la Tercera

Internacional tenía al aparato represivo del gobierno peruano sobre él y estaba muy enfermo.

Finalmente muere en abril de 1930 y en mayo la nueva dirección del partido acepta el cambio de

nombre a comunista y acata los 21 puntos exigidos por la Tercera Internacional. Mariátegui es

condenado por la organización como populista por postular al indio como sujeto político central de

la lucha por el socialismo y durante varias décadas su pensamiento fue olvidado en su país. Hecho

que Reinaga retomará en varios de sus textos, como veremos más adelante.

Las dificultades de Reinaga para la publicación de sus libros fueron constantes, varios de ellos

fueron publicados gracias a concursos en los que el premio era la publicación de la obra, otras

12 La definición del problema indígena y la solución impuesta por la Tercera Internacional a los partidos

comunistas de los países latinoamericanos era la misma que en la construcción de la URSS se le había dado al

 problema de las nacionalidades oprimidas dentro del Imperio Ruso, caracterizadas como minorías nacionales.Vittorio Codovilla, representante de la Tercera Internacional en América Latina censuró la particular

caracterización del problema indígena peruano hecho por Mariátegui, que partía de su identificación como

mayorías y de la inexistencia de la nación peruana donde ellas se pudieran integrar como supuestas minorías,

 planteamientos hechos en los 7 ensayos y el Programa del Partido Socialista Peruano, ambos de 1928; y “El

 problema de las razas en América Latina” y “Punto de vista antimperialista”. Presentados en los Congresos

Sindical y de Partidos Políticos de Montevideo y Buenos Aires en 1929, respectivamente, elaborados con este

fin. (Escárzaga;1987). En las décadas siguientes la cercanía del mexicano Lombardo Toledano con la URSS,

lo convirtió en el promotor más eficiente de la solución soviética al problema indígena en América Latina,

una solución general para todos los países que los declara minoría nacional. (Gámez, 2010) 

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fueron financiadas por organizaciones políticas o sindicales de las que participaba, la mayoría debió

financiarlos él mismo13. Básicamente se sostuvo de la venta de sus libros, se hacía cargo del

cuidado de la edición y contrataba alguna imprenta que los producía; él los distribuía, algunas veces

trocaba libros por víveres con los campesinos interesados en su mensaje. Sus libros no circularon y

no circulan en los circuitos de la cultura dominante, que los rechaza, sino por circuitos alternativos,

su público era otro. A partir de 1964, año en que su sobrina Hilda Reinaga Gordillo de 14 años, que

había quedado huérfana, fue a vivir con él, ella lo apoyó en todas estas tareas 14. Como intelectual

siempre vivió en una condición marginal, ignorado deliberadamente por sus adversarios quienes le

hicieron vacío, según se quejó amargamente en muchos de sus libros.

Los tránsitos y los libros de Reinaga

La larga vida de Reinaga está marcada por reiteradas frustraciones políticas y por diversos tránsitos.

Un primer nivel de sus tránsitos es el del proyecto político al que adhiere: inicia como socialista y

marxista (1930-1944), luego es nacionalista revolucionario (1944-1960), más tarde indianista

(1960-1974) y finalmente amautista o reinaguista (1974-1994). Considerando la matriz

epistemológica de sus ideas podemos identificar dos etapas únicamente: la marxista (1930-1960) y

la indianista (1960-1994). El otro nivel es el de sus tránsitos identitarios: el primero de

desindianización (1924-1953) marcado por la formación occidental adquirida a través de la

escolarización a partir de la cual busca insertarse en el mundo intelectual dominante; y el segundo

tránsito es de reindianización (1953-1994) en el que los fracasos experimentados lo llevan a la

decisión de volver a ser indio. Este proceso más intimo, ilustra de manera dramática los estrechos

límites que el racismo presente en las estructuras sociales de Bolivia ofrecía a un intelectual de

ascendencia indígena, los mismos que enfrentaba la población indígena en general: el cierre total de

los mecanismos de ascenso social por la vía del mestizaje a través de la educación y el esfuerzo y

méritos personales, porque los privilegios de las élites se sustentaban en la afirmación rígida de las

fronteras étnicas y Reinaga se estrelló constantemente contra esos límites hasta que los vuelve su

 propia plataforma política.

La presencia de Mariátegui en las obras de Reinaga

13 Mitayos y yanaconas (1940) y Tierra y libertad.  La Revolución Nacional y el indio (1953).14 Y continúa hasta el día de hoy difundiendo su obra. 

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Analizaremos algunas de las obras de Reinaga, las más representativas de sus diferentes etapas y

aquellas en que Mariátegui es citado y comentado, para identificar sus argumentos centrales y el

 proyecto que formula para los indios y mostrar en qué consisten los cambios entre una etapa y otra,

así como las ideas que retoma de Mariátegui y su posicionamiento sobre él y también los cambios

en éstos. Adelantamos una observación general sobre los títulos de sus libros, en particular los que

analizan la problemática india, la mayoría contienen una conjunción de dos términos uno de los

cuales es el indio o lo indio; en las etapas marxista y nacionalista, es el caso de  Mitayos y

Yanaconas (1940) y Tierra y libertad. La Revolución Nacional y el indio (1953), el indio aparece

como segundo término frente al primero, al que se concede centralidad. En la etapa indianista la

relación se invierte, es el indio o lo indio lo que aparece en primer término:  El indio y el chojale

boliviano (1964), El indio y los escritores de América (1968) y América india y Occidente (1974) lo

que expresa el giro que ha hecho en su pensamiento, asumiendo la centralidad del indio como sujeto

de la historia.

Mitayos y yanaconas, 194115 

En esta obra Reinaga analiza dos períodos de la historia de su país: el incanato y el feudalismo

colonial desde una perspectiva marxista (dialécticamente) para “comprender, a través de la historia

la cuestión social que palpita en la carne de Bolivia” (Reinaga;1941:9) que se concreta en dos

sujetos: mitayos y yanaconas. El eje de su indagación son las condiciones de trabajo en las minas y

en el campo durante las dos etapas señaladas para demostrar y denunciar que las actualescondiciones de trabajo no han cambiado desde la etapa colonial. Ofrece hacer en el futuro un

análisis de la etapa republicana16, pero adelanta una hipótesis que sintetiza los nudos de su

 planteamiento del problema histórico de Bolivia: la ausencia de una síntesis nacional:

…Porque la República no es más que una mezcla de elementos supervivientes de esas dos

sociedades, y una avasalladora y letal intromisión imperialista. Pues, Bolivia no ha asimilado aún en

función karyoquinésica, aquellos elementos  – incanismo y coloniaje- para elaborar o esculpir su

 personalidad histórica. Su “YO” de pueblo. Se ha quedado en el pasado, con los despojos del ayllo-

comunidad y el latifundio del feudo medieval…Y a la otra orilla, el efecto egoísta y rapaz de la

inundación del capital financiero, que ha dado por resultado el advenimiento de las grandes masas

15 Oruro, Imprenta Mazuelo, 1941, 135 p. Es una parte de su tesis de licenciatura en Derecho, Ciencias

Sociales y Políticas, presentada en 1934 en la Universidad San Francisco Xavier de Chuquisaca, Sucre. El

título original fue La cuestión social en Bolivia, que según señala se extravió y tuvo que reconstruir el texto.16 Período que analiza en La Revolución india y en el Manifiesto del Partido Indio de Bolivia , ambas

 publicadas en 1970.

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mineras y la aparición de ciudades y villorios en torno a las bocaminas, donde la vida de los

trabajadores es sólo dolor. Hambre y piojo; barbarie y miseria; perenne atmósfera de desolación y

muerte. (Reinaga;1941:10)17 

Los mitayos eran los hombres que las comunidades enviaban a trabajar a las minas en beneficio del

Inca, el sostenimiento de la fuerza de trabajo corría a cargo de la comunidad de origen. La mita era

una de las formas del tributo de las comunidades al Inca y en la Colonia se utilizó como una de las

formas del tributo indígena a la Corona española. El antiguo mitayo es pues el actual trabajador

minero. Los yanaconas con los campesinos siervos, es el indio de comunidad que está obligado a

trabajar para el terrateniente sin retribución varios días a la semana. Ambos, mitayos y yanaconas,

los actuales mineros e indios fueron y son los productores de la riqueza de Bolivia, riqueza

apropiada por otros, retomando la idea de Mariátegui sobre el parasitismo de las élites, su

incapacidad para dirigir los procesos productivos y generar riquezas. Queda en su planteamiento

esbozada, aunque sin desarrollar todavía, la idea del origen común, indio, de ambos elementos.

Reinaga no emplea el término campesino, llama indios a los indios, pero no cuestiona todavía el uso

del término indígena.

El texto es un ejercicio de traducción de las categorías marxistas a la especificidad boliviana en un

esfuerzo de leer con las categorías marxistas una realidad que es difícil de encajar en ellas y que

expresa una visión diferente marcada por esa realidad particular, hay un indianismo en ciernes

surgido de los propios datos de la realidad. Como señalamos antes, en el título aparecen en primer

lugar los mineros y en segundo los indios, lo que consideramos es una expresión de suidentificación con la perspectiva marxista, en la que el obrero es el elemento central, activo, donante

del programa socialista a la conjunción, y el indio es el elemento subordinado, pasivo. Su

concepción marxista se evidencia en varios elementos presentes en el texto, como la división

temática que ofrece para ambas etapas históricas analizadas, en estructura económica y

superestructura, sin minimizar la importancia de ésta última que es resultado de la anterior pero

también es condición para su reproducción y perpetuación; también está en la caracterización de

cada una de las etapas hecha a partir de las relaciones de producción que las conformaron: el

Incanato como comunismo incaico y la Colonia como feudalismo indoamericano o colonial. Así

mismo en el capítulo que sigue al titulado “Superestructura incásica” en el que presenta una tesis y

una antítesis para debatir sobre el carácter comunista del régimen incaico, la tesis es la negación de

tal postulado, perspectiva que él cuestiona y la antítesis es la defensa de esa idea y la que él asume.

17 Esta es una caracterización de la compleja articulación entre feudalidad e imperialismo semejante a la

 propuesta por Mariátegui en los 7 Ensayos… La dualidad 

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 No aparece la síntesis que podríamos especular, es el indianismo que elaborará más adelante, pero

del cual aparecen algunos destellos en el análisis.

Otro elemento marxista es el uso de la categoría de lucha de clases empleada para analizar el

conflicto social en la etapa colonial, no en el incaico, en el subtítulo así denominado cita a R. G.

Moreno18  cuando afirma: “…La sociedad Colonial está dividida en dos clases antagónicas: el

español togado o de cogulla, encomendero o minero, constituyen la clase explotadora. El criollo, el

mestizo, el mulato, el indio; artesano, jornalero. Encomendado, pechero, yanacona o postillón o

mitayo, forman la clase explotada…” (Reinaga;1941:94-95). Asumiendo la clasificación de

Moreno, en la que sólo la élite blanca gobernante y los dueños de los medios de producción son

explotadores y el resto de las categorías étnicas y sociales son explotadas, y también la concepción

del Estado en sentido estrecho del autor citado.

Más adelante analiza la rebelión de Tomás Catari y Tupac Amaru 19  desde categorías marxistas,

como lucha de clases y no como lucha de razas, la negación de la lucha de razas es una declaración

marxista central en ese momento. Llama a esa rebelión, “Revolución india”, para marcar su

magnitud y calidad semejante a las revoluciones reivindicadas por los marxistas, y como no

sublevación porque no tuvo un carácter aislado, elitista o improvisado, fue “una revolución

gigantesca y formidable” y citando a Moreno, “un incendio que se propagó en todas las

direcciones” y “sacudió los cimientos de la sociedad colonial de uno y otro Perú” 20. Afirma que “se

cumplió el proceso de una revolución en todas sus fases”. La primera fase abarca una década de

incubación y preparación, en la que se formuló una ideología incano-indianista o indoamericanista

que revolucionarizó la psiquis del indio: su sentir, pensar y querer, que expresa la condición

alcanzada de clase para sí   de los indios rebeldes, y fue motivada en razones económicas, la

explotación feudal de la que son objeto a través de la mita y el yanaconaje. La segunda y tercera

fase21 es la política, que se concretaba en la captura del poder estatal (expresada en los diferentes

ataques y sitios militares de las ciudades sedes del poder virreinal de la época (Chuquisaca, La Paz,

Cuzco, etc.). La cuarta fase era la técnica, en la que había una meta clara propuesta por los

caudillos: la implantación del comunismo-agrario-incanista. Retomando a Moreno señala que la

causa o móvil era el factor económico, el derecho al pan; y de ningún modo el resentimiento rácico,

18 G. R. Moreno. Bolivia y Perú.19 En el título del capítulo aparecen los dos señalados, pero en el cuerpo del texto menciona también al tercer

caudillo indio, el aymara, al que nombra Tomás Tupac Catari (o Julián Apasa, que era comunero y no noble

como los otros dos, de cuyos nombres compone su nombre de guerra: Tupac Catari). También menciona a

Bartolina Sisa y otras mujeres que fueron caudillas de la rebelión. (Reinaga;1941:121)20 Cita a R. G. Moreno, “Últimos días coloniales en el Alto Perú” p. 55. (Reinaga;1941:112)21 Así las enumera.

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el prejuicio raza. (Reinaga;1941:111-114) Más adelante aclara citando a Uriel García 22  “no

combaten solo por los indios sino por la nacionalidad integral” (Reinaga;1941:119), e insiste en que

no fue lucha de razas y cita el manifiesto de Tupac Amaru en el que dice: “Mi único ánimo es cortar

el mal gobierno de tanto ladrón que nos roba la miel de nuestros panales”, tomado también de Uriel

García (Reinaga;1941:120)23 

Todo ello muestra el reconocimiento por el autor de la validez del marxismo como herramienta de

análisis de la realidad boliviana, en una mezcla de las categorías del marxismo clásico, tal vez

ortodoxo, con las aportaciones mariateguistas al análisis concreto de la realidad peruana, un

marxismo situado que se evidencia en sus análisis. Una muestra más de su adhesión y su

concepción marxista es que al final del penúltimo capítulo dice: “Hemos tenido que extendernos un

tanto, porque la doctrina marxista enseña detenerse. Abrir la observación al análisis, al espíritu

crítico ante los hechos, aún contrariando, hasta desechando las mismas teorías. Porque “los hechos

son cosa porfiada”” (Reinaga;1941:124)24 

Es también clara su aceptación de la revolución socialista como el programa de transformación

social para el indio. Por ello, en su análisis la Revolución india no es todavía la revolución que

harán los indios en el futuro, su propia revolución, sino la de 1780. Pero es ya el reconocimiento de

las grandes hazañas hechas por los indios en el pasado y la búsqueda en ellas del programa indio. El

 peso de mitayos y yanaconas en las estructuras económicas coloniales, su función como

 productores, como creadores de la riqueza social se proyecta a la superestructura en la condición de

sujeto activo, de su capacidad de agencia para formular un programa propio expresado en la

Revolución india de 1780.

El último capítulo, el VIII, titulado “Carácter de la cultura”, cuestiona la exclusión de las clases

oprimidas, el indio y el mestizo, del acceso a la cultura y la incapacidad de las élites criollas para

generar cultura en las Universidades, en donde la ciencia se somete a la teología y sólo fueron

imitadoras de la literatura española. Retomando a Mariátegui afirma que la cultura incaica no llegó

a la escritura y se detuvo con la Conquista y sus diversas expresiones no fueron absorbidas por la

literatura española porque las despreció, anuló y enterró en vida. La ausencia de síntesis entre

ambas resultó en la impotencia de la cultura dominante y la vitalidad de la cultura dominada

22  El nuevo indio. 23 Afirmación que muestra tanto el afán de Reinaga por colocarse en la perspectiva marxista y que el

argumento del racismo indio como descalificación de sus luchas estaba presente desde aquella época y era

asumido también por los marxistas.24 La cita es de Lenin, El imperialismo, fase superior del capitalismo. 

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fundada en los valores persistentes de la tierra y la tradición andinas, en este punto retoma a Uriel

García. (Reinaga;1941:131-134)

Relacionado con este problema hay una cita de Mariátegui muy elocuente que corresponde a la

 primera nota del segundo de los 7 Ensayos… titulado “El problema del indio. Su nuevo

 planteamiento”, en el que Mariátegui cita un largo fragmento de su prólogo a Tempestad en los

 Andes, obra de Luis E. Valcárcel, en el que afirma su elección del socialismo frente al indigenismo

de Valcárcel, aunque reconoce sus coincidencias con él. Reinaga cita:

 No es la civilización, no es el alfabeto del blanco lo que -ha levantado25- y levanta el alma del indio.

Es el mito, es la idea de la revolución socialista, la esperanza indígena es absolutamente

revolucionaria…La consanguinidad del movimiento indigenista con las corrientes revolucionarias

mundiales es demasiado evidente… El socialismo nos ha enseñado a plantear el problema indígena

en nuevos términos… (Reinaga,1941:123-124)

Hay un claro esfuerzo por ir más allá del planteamiento marxista ortodoxo, que encuentra en

Mariátegui las claves para desarrollar un marxismo situado en los Andes y en particular en Bolivia.

La mayoría de las fuentes que refiere son históricas y una muy pequeña proporción son autores

marxistas, recurre a ellas sólo para precisar algunos planteamientos teóricos26

, retoma un total de

ocho autores bolivianos, sobre todo para caracterizar el período colonial 27, y para caracterizar el

 período incaico recurre sobre todo a los peruanos Luis E. Valcárcel, Mariátegui y Uriel García. De

éstos, el primero es el más citado28

.

El texto contiene 8 referencias a los 7 E nsayos… y una al “Prólogo a Tempestad en los Andes” de

Valcárcel, de Mariátegui, y una perspectiva de análisis coincidente con la del Amauta. Retoma

varias ideas de él: la centralidad del indio en la historia andina y en la sociedad del presente, el

 papel del mito (que en un sentido simplificado sería el proyecto socialista) como elemento

aglutinador de las masas en torno a un proyecto de transformación radical; el planteamiento del

 problema indígena desde la perspectiva socialista y marxista; la sobrevivencia del ayllu como un

factor aprovechable en la construcción del socialismo futuro, y la reivindicación del comunismo

25 Este paréntesis lo añade Reinaga.26 Bogdanoff, Engels, Bujarin y Lenin y de ellos hace un total de 10 referencias; hay dos referencias a Hegel,

una a La Biblia. Son 27 los autores que refiere y 35 textos, y un total de 90 referencias bibliográficas a lo

largo del texto.

27 Prudencio Bustillos, Urquidi, Franz Tamayo, G. R, Moreno, Julio Paz y Tristán Maroff.28 Son tres los textos del peruano que refiere: Del ayllu al imperio (1925), con 17 llamados; Apuntes para la

filosofía de la cultura incaica. (1931) un artículo publicado en La prensa de Buenos Aires, con 5 referencias; y

Tempestad en los Andes (1928), con una.

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agrario del incario como creación de la sociedad, de la comunidad, y no del Estado Inca. En el que

este autor peruano propone la forma de organización colectivista incaica como modelo de

organización social para el futuro. La autoridad de Mariátegui queda de manifiesto en una larga cita

de los 7 ensayos…29 ubicada en un lugar central del texto, en el que refuta la quinta tesis que afirma

que el Imperio Inca no fue socialista ni comunista. Al iniciar su argumentación apela a la autoridad

del peruano y se refiere a él como “el más grande y conspicuo espíritu marxista, que ha producido

la Indoamérica” (Reinaga;1941:67).

Tierra y libertad, la revolución nacional y el indio, 1953

Esta obra expresa su posicionamiento como nacionalista revolucionario, más que MNRista, que

tiene momentos significativos previos30 pero se expresa centralmente en el programa del gobierno

de Villarroel31, en el se propone definir las tareas de la Revolución Nacional, que no es la que han

hecho los MNRistas sino la esbozada por las movilizaciones previas de indios y mineros, sobre

cuya fuerza los MNRistas se montaron para llegar al poder en 1952, y ya en él incumplieron el

 programa esbozado por la movilización de indios y mineros. Hay una relativa ambigüedad en el

 planteamiento de Reinaga que tal vez proviene de la propia realidad, subraya el papel activo y

 protagónico de las masas indias y mineras, su capacidad insurreccional, su beligerancia frente al

oportunismo de las direcciones mestizas del MNR, pero reivindica la aportación y/o función

indispensable de los caudillos-presidentes militares como Villarroel y sus antecesores, que también

son mestizos o cholos, para concretar el programa radical de los indios y mineros movilizados.

29 De las páginas 55 a la 59, que cubren de la 69 a la 78 del libo de Reinaga.30 Los gobiernos de Busch y Toro.31 Fue diputado por Oruro durante el gobierno del coronel Gualberto Villarroel (1944-1946) y el desempeño

de otras tareas derivadas del cargo. Este período es probablemente el más traumático de su vida y le deja una

marca indeleble en, sus posturas políticas y epistemológicas están definidas por él, es el transito del

socialismo marxista al nacionalismo revolucionario. Producto de las circunstancias en que terminó el

gobierno de Villarroel, el 21 de julio de 1946, cuando una turba india, azuzada por los comunistas del PIR y la

oligarquía, linchó al presidente y lo colgó de un farol de la Plaza Murillo, luego de un confuso incidente de

represión de una protesta india del que se culpó al presidente, suceso que ocurre cuando se desarrollaba en la

capital el Congreso Indigenal, auspiciado por el presidente, en el que se planteaba entre otras demandas la

abolición de la servidumbre. Los caciques indios que participaban en el congreso y estaban hospedados en lacasa presidencial fueron asesinados junto con el presidente. De esa manera se hizo abortar a un gobierno que

se identificaba con los intereses del campesinado indígena y enfrentaba a los terratenientes. Al terminar el

gobierno de Villarroel, Reinaga viaja exiliado a la Argentina, al igual que una parte de la dirigencia del MNR,

allí establece contacto con el presidente Perón y es apoyado por él, en 1947 es expulsado del MNR. En 1949,

de regreso en La Paz, publica el folleto Víctor Paz Estenssoro en el que acusa al líder máximo del MNR del

trágico desenlace del gobierno de Villarroel por no apoyarlo con firmeza, en tanto era su ministro de

Economía. Cuando más tarde Paz Estenssoro asume la presidencia de Bolivia, después de la Revolución de

1952, inicia la persecución contra Reinaga quien se aleja del MNR y comienza su militancia en

organizaciones indígenas y obreras. (Reinaga;1947) 

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La tarea fundamental de la Revolución Nacional, dice, es liquidar al gamonalismo-latifundista-

feudal, en consecuencia, entregar la Tierra al indio para liberarlo del servaje (servidumbre). La

segunda es obtener la libertad de pensamiento, de acción política y de actividad sindical para la

liberación del proletariado. (Reinaga;1953:13) Y complementariamente, extirpar los nidos del

 pensamiento rosco-gamonal (en las universidades, la prensa, etc.), el ámbito de reproducción de la

ideología dominante. La Revolución Nacional es la que hacen las masas obreras e indias en contra

de la clase terrateniente, de la oligarquía. Reconoce la vigencia de la lucha de clases entre estas

clases enfrentadas.

Caracteriza a la insurrección del 10 y 11 de abril de 1952 como proletaria-popular, es decir obrera e

india, concediéndole al elemento obrero el papel activo, como vanguardia, aunque no usa este

término. (Reinaga;1953:4) Reconoce que el MNR es el caudillo de la Revolución, pero el problema

es que ese partido no es ni se identifica con las masas mineras, fabriles e indias. Por ello su

capacidad de conducir el avance de la Revolución depende de qué sector se imponga dentro del

MNR, el proletario (ala izquierda), o el reaccionario (ala derecha golpista). La militancia de

Reinaga en el MNR busca incidir en la inclinación de la balanza hacia el ala izquierda, pero no lo

logra. El racismo imperante en el partido le cierra las puertas. La Revolución nacional con la que se

identifica es la del 20 de diciembre de 1943, es decir, el golpe militar que llevó a Villarroel a la

 presidencia, quien a diferencia de los MNRistas si se identificó con las masas mineras, fabriles e

indias, por las cuales abogó y les reconoció derechos durante su gobierno.

Como comentamos ya, en el subtítulo del libro aparece en la conjunción en primer lugar la

Revolución Nacional y en segundo término el indio. Es decir, la tarea por hacer es la Revolución

 Nacional y el indio se debe incorporar a ella, para obtener la tierra y por ello se debe subordinar a

ella, que no es su revolución y Reinaga no cuestiona todavía este hecho. El sujeto protagonista de la

revolución es el proletariado, su victoria puede favorecer al indio, no está caracterizada claramente

la relación entre ambos, ¿es alianza o qué cosa? Se subraya la fuerza del indio como recurso

fundamental para el cumplimiento de sus objetivos, que apenas son la tierra y la libertad, no todavía

el poder.

Reinaga se autodefine por primera vez como “indio por ascendencia y cuna, por carne y alma, por

sangre y espíritu, por ello sus actos y libros exigen la libertad del indio y su incorporación a la vida

civil de la Nación” (Reinaga;1953:13), es decir, la integración del indio a la sociedad mestiza, a la

nación. Reivindica su ascendencia india pero es todavía un cholo, no ha iniciado su proceso de

reindianización. Todavía está en la perspectiva clasista, marxista y socialista y desde ella lee la

Revolución Nacional. Asume una actitud paternalista hacia el indio, es indigenista. En su lectura del

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conflicto social el indio está en el centro en tanto fuerza social de masas, en su condición de

mayoría y fuerza social para enfrentar a la oligarquía, pero no es todavía el sujeto revolucionario y

el mestizo o cholo todavía no es el enemigo.

Llama movimiento de liberación india al de Tomás Catari, Tupac Amaru y Tupac Catari, ya no

Revolución india, no es claro si esto significa una devaluación frente a la Revolución Nacional o

una mayor valoración que ésta. Reivindica también la insurrección india de Belzu (1848-1855), que

es algo parecido a la experiencia de Villarroel: un desafío a la hegemonía terrateniente oligárquica

encabezada por un caudillo militar que valora la fuerza social de los indios y se compromete con

sus reivindicaciones.

Un argumento central que formula es el rechazo del término campesino impuesto como nueva

denominación a los indios a partir de la reforma agraria de 1953 por el gobierno del MNR, que

impone la forma sindical de organización como condición para acceder a la tierra (tierra que los

indios habían recuperado en la movilización previa a la Revolución y que es apoyada por el

movimiento minero, como él anota), medida que significa una estrategia desindianizadora al

reemplazar las formas de organización comunitaria por las sindicales y también la captura de la

fuerza social de los indios mediante la estructura sindical para subordinarla al Estado MNRista. En

oposición al término campesino reivindica el término indio. Incluye en el libro su proyecto de

revolución agraria, no de reforma, formulada por él y propuesta en su condición de diputado

durante el gobierno de Villarroel en 1945 y que fue rechazada por el MNR.

Compara México con los países andinos, y afirma que en el primero hay un mayor mestizaje que en

éstos; y compara a Bolivia con los otros países andinos y concluye que hay menor mestizaje en

Bolivia que en Perú y Ecuador debido a su condición de aislamiento mediterráneo, donde no ha sido

mellada la potencia y la integridad indias. Todavía no ha identificado que esta potencia e integridad

se expresa en la fuerza de lo comunitario, menor en los otros países andinos y en México.32 

En cuanto a los temas mariateguistas recuperados en este texto, mantiene la valoración positiva de

la idea del mito y la revolución socialista como programa válido en el futuro. Retoma la idea de que

la sobrevivencia de la comunidad ofrece posibilidades para la organización socialista del futuro. El

 programa es básicamente el planteado por Mariátegui y los temas centrales de su análisis también:

la caracterización semifeudal de la sociedad, la centralidad del indio y su importancia en el

32 En abril de 1946 viajo a México y Estados Unidos para participar en representación del gobierno boliviano

en dos eventos realizados en la ciudad de México, su breve experiencia mexicana le será útil para identificar

las grandes diferencias en la cuestión indígena respecto de los países andinos. 

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 programa de la revolución democrático-burguesa. No hace ningún comentario en particular sobre el

autor peruano pero cita de él los textos 7 Ensayos… y El Programa Agrario. Tesis al Congreso de

la CSLA, en el Capítulo III titulado  El latifundio y la comunidad india, cita dos párrafos en que el

autor peruano caracteriza al gamonalismo, que se refiere al poder que el hacendado ejerce al nivel

local a través de toda una red de agentes políticos (el juez, el subprefecto, el corregidor, el cura, el

comisario, el maestro, el recaudador) que sirven al latifundista y que se benefician directamente del

dominio servil que ejerce sobre el indio, y sobre esta economía semi-feudal no pueden prosperar ni

funcionar instituciones democráticas y liberales.33  (Reinaga;1953:43) Más adelante cita otros dos

fragmentos de Mariátegui para caracterizar a la comunidad. (Reinaga;1953:45-46)

Franz Tamayo y la Revolución boliviana, 1956

El texto está dedicado a quien Reinaga consideraba el más grande intelectual boliviano del siglo

XX, autor del libro Creación de la pedagogía nacional en Bolivia, de acuerdo al capitulado del

libro Tamayo fue ideólogo, filósofo, poeta, político y maestro, pero representaba los intereses de la

casta gamonal y la Rosca y por eso era el enemigo más peligroso de la Revolución Nacional con la

que en este momento Reinaga se identificaba plenamente. De este texto resaltaremos su

 posicionamiento frente a Mariátegui hecho en contraste con la figura de Tamayo, que se encuentra

en el Capítulo sexto titulado Tamayo y el indio. Reconoce a Tamayo como “el más grande precursor

del pensamiento indio en América”, pese a sus limitaciones, conviene aclarar que lo que Reinaga

denomina así es al indigenismo, no todavía al indianismo. Reinaga cita un fragmento de un artículo

suyo dedicado a Mariátegui34  en el que hace uno de los mayores elogios entre sus textos: lo

reconoce como el inspirador de la Revolución Nacional boliviana y señala los elementos que el

Amauta peruano aportó a los nacionalistas revolucionarios bolivianos y en realidad al propio

Reinaga, en la disputa con los “comunistas criollos” y los MNRistas, en la reivindicación de lo

indio, párrafo que expresa la gran importancia que las ideas de Mariátegui tuvieron para la

elaboración de su pensamiento y la gran admiración que le profesaba hasta esta etapa nacionalista

revolucionaria expresada en los adjetivos que le aplica:

33 Para Mariátegui el gamonalismo significa también la condición parasitaria del latifundista y sus allegados

que viven a costa del trabajo del indio, idea que es también central en el planteamiento de Reinaga. La palabra

significa originalmente un insecto parásito.34 “José Carlos Mariátegui es más nuestro…y su herencia ideológica vibra en la conciencia de la vanguardiaobrero campesina nacionalista.” Rumbo Sindical, No. 6, julio 1953, p. 5.  

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Cierta casta de “comunistas criollos”, enfrentándose al gran teórico indio que fue Mariátegui,

negaron el colectivismo comunista incaico; y sostuvieron la tesis de que el gobierno de los Incas, era

un totalitarismo redondo, que tenía al pueblo en la más cerrada de las esclavitudes.

Frente a este criterio que amputaba la savia de la tradición de nuestra historia, los teóricos del

nacionalismo sostuvimos y defendimos la tradición milenaria del incanato: esto es, vitalizando la

verdad que dice que el comunismo incaico era una evidencia; era un comunismo agrario, distinto del

de Marx, Sorel y Lenin, etc. que es industrial; y nos pusimos del lado del indio, para arrojar a pleno

rostro de los comunistas europeizantes, este puñado de verdades y esperanzas: en el indio es en quien

reside la energía nacional que permitirá superar la ignominiosa etapa feudal del país; en el indio vive

la potencia virginal de la raza que transformará la ética, el derecho y la filosofía de la vida; en suma,

igual que el gran José Carlos, planteamos el dilema; la Revolución Nacional tiene que optar por el

gamonal o por el indio. No existe un tercer camino… (Reinaga;1956:127)

Le atribuye a Mariátegui haber pronunciado en 1928 el nombre del partido que acaudilla la

Revolución Nacional de Bolivia, hablando de China: Movimiento Nacionalista Revolucionario y

termina con esta idea “Mariátegui, si estuviera vivo hoy, hay que estar seguro, que habría estado a

la cabeza de la Revolución boliviana…” y agrega ya fuera de la cita de 1953 “Es de imaginar lo que

Mariátegui hubiera hecho por esta Revolución que sanguínea y espiritualmente es suya…hubiera

sido gran soldado y gran capitán en la trinchera ideológica de la Revolución.” (Reinaga;1956:128)

Del texto Revolución, cultura y crítica que aparece como apéndice del libro que abordamos en este

apartado y que está dedicado a responder a la crítica que sobre su libro Belzu hizo Juan Quirós,

sobre la que no nos detendremos, nos parece importante recuperar su planteamiento sobre la

necesidad de hacer una Revolución Cultural que complete a la Revolución Nacional de 1952 en

curso, que apuntale a través de la cultura la necesaria transformación de las mentalidades de los

sujetos, las transformaciones económicas logradas hasta ese momento, identificar la función que le

confiere, las dificultades para hacerla y su cuestionamiento a los conductores de la Revolución que

no la han hecho ni se proponen hacerla. Tales ideas muestran el programa que orientará la labor

intelectual que desarrollará más adelante y evidencian la influencia del marxismo de Mariátegui (un

marxismo no dogmático) que lo inspiran. Y que nos recuerdan la idea de reforma intelectual y

moral de Gramsci, semejante al planteamiento del papel del mito en Mariátegui. Reinaga parte de

una concepción amplia de la cultura:

La lucha de clases en el mundo de nuestro tiempo penetra y satura toda obra humana. Las más sutiles

manifestaciones del arte y la filosofía tienen su intención y tinte de clase. El pensamiento es una

“fuerza física” de clase…( Reinaga;1956:183)

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…La cultura (ciencia, arte, religión, filosofía) no es una cosa sin vida, cosa aislada e independiente

de la economía y la política de los pueblos, Todo lo contrario…en una sociedad no puede existir la

cultura sin la economía; el factor económico es el que originalmente determina la cultura. La cual

como cosa viva y en bullente interacción, influye cuantitativa y cualitativamente en el movimiento

social. (Reinaga;1956:187)

Su diagnostico sobre lo hecho por el MNR es pesimista y la empresa que se propone a sí mimso, no

es menor ni fácil de cumplir:

Desde 1900 hasta la Guerra del Chaco…Del brazo de la Rosca económica camina la Rosca

intelectual en Bolivia. La Rosca ha implantado una dictadura totalitaria en el reino del espíritu,

sometiendo al tenor de sus intereses los más preciados dones de la personalidad humana: la idea y el

 pensamiento. En Bolivia no se pensaba, sino aquello que la Rosca quería que se pensase. Aunque

 parezca una paradoja, hoy por hoy, subsiste aún ese estado de cosas. La Revolución Nacional no ha

tocado un pelo a la Rosca intelectual… (Reinaga;1956:188)

Y precisa los contenidos de tal revolución cultural en clave nacionalista, que es la revaloración y la

apropiación por la nación mestiza en construcción de la cultura producida por los indios:

Hay que hacer un frente cultural revolucionario, para llevar a las masas el pan del saber. Para

arrancar toda la energía de nuestro grandioso pasado Tiahuanacota-Incaico, de nuestros cien años de

turbulenta y heroica vida de cholos. Para entender y llevar por el mundo los colores de nuestra tierra,

el tono y la gama infinita de nuestra música. El portentoso paisaje vital que resulta de la unión de la

tierra con el hombre: paisaje de tan fuerte originalidad que no tiene par… (Reinaga;1956:189) 

Más tarde, el desarrollo de este programa que se centrará en el estudio de los escritores bolivianos

del bando oligárquico y del nacionalista revolucionario, lo llevará a alejarse del nacionalismo, del

marxismo criollo y del propio Mariátegui y a la formulación del indianismo, como veremos en lo

que sigue.

El indio y el cholaje boliviano. Proceso a Fernando Diez de Medina35, 1964

Es su primer texto indianista. Nos detendremos en el prólogo, porque en él establece claramente su

nueva perspectiva, en las menciones a Mariátegui y en las conclusiones políticas que formula al que

llama decálogo en el capítulo V, y menos en el contenido en su conjunto porque el tema del libro es

35 Término de eco mariateguista, que tiene el sentido de enjuiciamiento. El cuarto ensayo de Mariátegui es se

titula El Proceso a la instrucción pública y el séptimo es El proceso de la literatura. (Mariátegi;1976)

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la crítica de la intelectualidad chola de Bolivia como colonizada e impotente para crear una cultura

nacional boliviana36. Se centra en la obra literaria y en la trayectoria política del escritor que da

título al libro37

, pero a través de ellas aborda los posicionamientos de un conjunto mayor, el de los

escritores del país, al que llama la intelligentsia del cholaje boliviano38  que produjo la literatura

indigenista, para cuestionar su visión del indio y de los problemas sociales del país y su racismo.

Vayamos pues al prólogo en donde define en nuevos términos el núcleo del conflicto social en

Bolivia, afirma que “Este ensayo es el primer estudio de la sociedad boliviana desde un punto de

vista indio; sociedad que tras paciente investigación y experiencia no hemos encontrado más que

dos fuerzas étnicas, dos razas, en perpetua lucha: indios y cholos.”(Reinaga;1964:5)39 De manera

que ha reemplazado la lucha de clases por la lucha de razas, que es la que se da entre indios y

cholos, porque derrotada la oligarquía, son éstos los nuevos enemigos del indio.

Recuerda el origen del término cholo: “…se le llama “cholo” como hace notar Garcilazo de laVega, en forma de un despectivo con que en Guatemala en los primeros días de la Conquista se

designaba a los perros lanudos, feos y sucios…” (Reinaga;1964:7) Identifica al cholo con todas las

denominaciones étnico clasistas que se encuentran por encima del indio en la jerarquización social

de Bolivia, y que viven a costa de su trabajo, como parte del bloque dominante, así dice: “cholo,

conocido también con los nombres de k´ara, k´ala, mussu, misti, mestizo, criollo, huiracocha,

caballero, etc.” (Reinaga;1964:7) Lo que constituye un posicionamiento nuevo en cuanto a su

contundencia, frente a sus textos anteriores, donde se expresaba cierta ambigüedad entre asumir las

clasificaciones clasistas y lo que él percibe desde su experiencia de vida.

En el otro lado de la ecuación, identifica a los mineros como indios y rechaza las categorías

europeas como inapropiadas para nombrar a los sujetos:

36 Tema planteado por Mariátegui pero en otros términos, era la burguesía la incapaz de conducir a los obreros

e indios en la revolución democrático burguesa por su debilidad y dependencia hacia la oligarquía hacendada.

Pero en ambos casos se trata de la incapacidad de la clase representante de la modernidad que es impotente

 para sepultar a su antecesora por falta de capacidad de dirigir un proyecto alternativo en el que los sectores

dominados se sientan identificados, no puede, en términos de Gramsci construir una nueva hegemonía, un

nuevo bloque histórico. Y para ambos autores es el indio el que aparece como el sujeto fundamental de éste proceso, para Mariátegui como parte del proyecto socialista, y para Reinaga cada vez de manera más

autónoma frente a este. Volveremos sobre este tema.37 Fernando Diez de Medina durante los gobiernos del MNR presidió la Comisión de Reforma Educacional en

1955, Ministro de Educación y Bellas Artes de 1956 a 1957; y fue Ministro sin Cartera de 1966 a 1968

durante el gobierno del General Barrientos. (Cruz;2011:194)38 Si el término cholo es la manera despectiva de los blancos para nombrar a los mestizos, Reinaga emplea su

derivado cholaje como una forma más despectiva aún para llamar a los mestizos por parte de los indios.39 En “El Cuzco que he sentido”, artículo periodístico del año anterior están planteados los puntos centrales de

su nuevo posicionamiento.

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En las minas hay indios mineros y en el agro hay indios labradores; no existe en Bolivia proletarios

ni campesinos al estilo de Europa; y cuando toda la gama de cacasenos intelectuales llaman a los

indios de las minas y del agro: proletarios y campesinos, no es difícil descubrir su intención: que el

cholaje (liberal, socialista, nacionalista, fascista o “comunista”) trata de defender su condición de

zángano de la miel que con sudor y sangre elabora el indio…Llamando, nombrando, CAMPESINO

al indio tratan de hace consentir, pretenden hacer creer que el INDIO es una persona con pleno goce

y ejercicio de la dignidad humana. Lo cual es un fraude, un engaño criminal… (Reinaga;1964:6)

Y en seguida denuncia que en diciembre de 1963 el gobierno militar movilizó a los indios de

Ucureña contra los indios mineros de Catavi y Siglo XX. “Por el momento los indios asesinan a sus

hermanos en provecho de sus propios enemigos. Los indios están sirviendo todavía como esclavos

militarizados a sus opresores del cholaje boliviano; se están matando entre ellos, ¿para qué? para

que el cholaje, de turno en el Poder, siga montado sobre la nuca del indio…” (Reinaga;1964:7)

Por ello propone que “…en tanto el descendiente del Imperio del Tahantinsuyu reconquiste su

soberana libertad, como raza, como pueblo y como Nación, y recobre su propio nombre de INKA

(hombre inka), lo racional es no cambiarle su nombre al INDIO.” (Reinaga;1964:7) Reivindica así

la denominación de indio para los indios.

Establece por primera vez la distinción entre indigenismo e indianismo, pero todavía sólo como

expresiones literarias de acuerdo al tema del libro. Las define así: “El indigenismo es una corriente

literaria y política producida y salida de la pluma del cholaje intelectual boliviano acerca del indio.

Los indigenistas de cualquier ángulo o latitud ideológica se sitúan en un punto de vista PRO-INDIO…”. En tanto que “La literatura india o el indianismo es la literatura producida por el

intelectual auténticamente indio. Conociendo y comprendiendo la razón de la causa india, el cholaje

intelectual puede crear y hacer una literatura india.”40 (Reinaga;1964:9)

El indigenismo tanto en el Perú como en Bolivia, ha querido y quiere ahora la integración del indio

en el cholaje; desindianizar al indio para acholarlo; que la sub-raza chola asimile a la raza india; que

el indio se diluya en el cholaje. Ningún indigenista desea la liberación del indio, de la raza india. El

indigenismo desde Fray Bartolomé de las Casas hasta Mariátegui41 y Carlos Medinaceli, sólo desean

a través de la cristianización antes y la civilización occidental ahora, conquistar, asimilar e incorporar

a su propia sociedad al indio.” (Reinaga;1964:14)

40 Aquí todavía no excluye a los cholos de la posibilidad de identificarse con los indios y hablar por ellos,

como hará después en el mismo texto.41 Esta es la única mención de Mariátegui y lo ubica en el bando contrario, el de los cholos, no obstante en el

capítulo quinto del libro titulado “Literatura Boliviana” y el pensamiento del cholaje republicano comienzacon una cita textual de los 7 Ensayos… que deja implícito su reconocimiento a la autoridad del peruano en la

materia que aborda, la crítica literaria y asumiendo la perspectiva que él propone.

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Aclara que los indios “no somos adversos al marx ismo, todo lo contrario, creemos y pensamos que

el marxismo en Bolivia no tiene otro objeto que la liberación de la raza india: puesto que el indio es

en este país el único ser esclavizado, oprimido y explotado…en cuanto indio, no solamente como

clase social propicia a la extorsión, sino en su situación y por su condición de indio”.

(Reinaga;1964:15) No cuestiona todavía al marxismo sino la aplicación que de él hacen los

intelectuales cholos, como una copia mecánica de programas ajenos, europeos, que no dan cuenta

de la realidad concreta y de la forma de presentación del conflicto social boliviano, y que es mero

oportunismo político.

Hay otra mención más explícita sobre Mariátegui más adelante:

El indigenismo del corte y estilo de Tamayo, Mariátegui y Medinaceli, para no citar sino a las

eminencias cimeras, ha sido superado. El espíritu de la Revolución socialista de que se halla saturado

el indianismo de nuestro tiempo, no existe ni en Tamayo ni en Medinaceli. En Mariátegui, sí; pero nocomo la Revolución de una raza o una Nación oprimida, sino como una pose romántica, como un

grito quijotesco de una emoción socialista… Por eso “el proletariado indigenista espera su Lenin” de

los cholos indigenistas, ha devenido en pura palabra, en una frase vacía o en una trampa para seguir

esclavizando y oprimiendo al indio.” y continúa: 

La insurgencia india “…tendrá ahora la autonomía y fisonomía propia y personalísima. No debe ser

un movimiento acholado, bastardo. El cholo no deberá ni tendrá por allá que asomar las narices. Ni

 protectorado ni tutelaje cholo, sino el indio puro y desnudo deberá dirigir y conducir su movimiento

de liberación. Las masas indias se levantarán otra vez ante el reclamo de los Tomás Katari, Tupac

Amaru, Tupak Katari de nuestro tiempo en los lustros o decenios que se nos vienen… Con una

ideología social clara y a través de un partido político indio férreamente organizado por un Programa

científico, los indios conquistarán el Poder y organizarán una República de trabajo, justicia y

libertad: su República.” (Reinaga;1964:72)

Afirma de esta manera la autonomía política del indio frente al cholo sea del partido o ideología que

sea. Su ruptura frente a Mariátegui es necesaria para fundar la autonomía de su pensamiento

indianista y del programa político del indio que él formula, que es la conquista del poder.

Autonomía expresada también en el título del libro donde aparecen primero los indios y en segundo

lugar su antagonista: los cholos.

En el decálogo los tres primeros puntos tienen un contenido político y como balance de lo hecho y

no hecho por la revolución de 1952: en el primero plantea que “la feudal burguesía ha desaparecido

del agro”; en el segundo afirma que también ha desaparecido la servidumbre del indio; pero

“persiste y recrudece la esclavitud, explotación y opresión de la raza. Al indio ahora se lo oprime, se

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lo explota porque es indio.” En el tercero dice que las ciudades de los distintos niveles se hallan

“cercadas42, rodeadas por “la población autóctona” y que en ellas y en toda actividad productiva “el

indio es quien trabaja con sus manos todo, todo en Bolivia: sólo el indio gana el pan con el sudor de

su frente, y sólo el indio crea la riqueza nacional.” Un planteamiento presente en todos sus textos y

de reminiscencia mariateguista. Los siguientes cinco puntos corresponden al tema de la Revolución

cultural: el cuarto habla sobre el fracaso en la castellanización del indio, de su asimilación por la

lengua, porque el aymara y el kheshua no sólo permanecen sino que se ensanchan y penetran en las

ciudades. Por ello “la erradicación del analfabetismo y la ignorancia” debe hacerse a través de esas

lenguas y no del castellano, y deben crearse los respectivos alfabetos y el lenguaje escrito

autóctono. En el quinto punto plantea que en las escuelas indias se debe enseñar la historia real del

indio que los cholos han adulterado o enterrado en el silencio. En el sexto dice que la religión

 protestante sólo ha penetrado de manera superficial el alma india y que el indio “anímica y

ritualmente, sigue inalterable ante sus dioses. El Inti y la Pachamama, guían hoy como ayer su

universo y protegen su humanidad.” En el séptimo afirma que “los motivos literarios y hasta

filosóficos de la “intelligentzia” bolivianos han sido tomados de la cultura autóctona” que el arte

indio permanece y contagia a los cholos blancoides porque “el cholaje nada propio posee, no ha

creado nada; no tiene arte ni pensamiento”. En el octavo plantea que “el Kollasuyu indio aymara y

kheshua…se halla hoy  en pleno proceso de concretar…una ideología social, suya, propia, para

intervenir en la política, con propia fisonomía y personalidad, vale decir, como raza, como pueblo,

como Nación oprimida. Por tanto se impone la formación de un Partido Político de Indios.” En el

noveno punto señala “ante la experiencia vivida en las grandes concentraciones, los asedios y sitiosa las poblaciones cholas” y señala varios de tales eventos ocurridos entre 1962 y 1963, “ha llegado a

adquirir una especie de DEBER CATEGÓRICO: ARMARSE.”  (Reinaga;1964:74-77)

Ya está planteada en el texto la centralidad política del indio y la tarea de formular la ideología que

lo coloque como protagonista de la transformación que está en curso. Postula como sujeto de este

 proceso al indio aymara y kheshua del Kollasuyu que se halla hoy en pleno proceso de concretar.

Ya están pues los elementos del programa político que formulará en el Manifiesto del Partido Indio

de 1970, pero todavía no están ordenados.

42 Vale la pena llamar la atención sobre la idea de cerco que sólo describe una condición espacial y no militar.

Será a partir del 2000 que Felipe Quispe formule la idea estratégica de que ese cerco se convierta en un hecho

militar a partir de las movilizaciones y bloqueos aymaras encabezadas por la CSUTCB, en una explícita

intensión de replicar la estrategia militar de Tupak Katari en 1781. (Escárzaga, 2012)

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El indio y los escritores de América, 1968

En este texto extiende la crítica a la perspectiva indigenista mestiza de la literatura boliviana del

libro anterior hacia escritores de otros países latinoamericanos, Argentina, Perú, Ecuador, México e

incluye Bolivia con nuevos autores, para mostrar lo que han planteado sobre el problema del indio y

su perspectiva indigenista que cuestiona, pero nos centraremos en el análisis que hace de la

literatura indigenista peruana en la segunda parte del libro. Reconoce al indigenismo como una

creación peruana43 y considera que los escritores ecuatorianos y bolivianos sólo han repetido lo que

los peruanos dijeron. Los más importantes escritores indigenistas son para él Luis E. Valcárcel,

Uriel García, Haya de la Torre y Mariátegui a quienes reconoce su originalidad. Establece una

distinción entre ellos: Valcárcel, Haya y Mariátegui son escritores cholos que formularon la

ideología del indigenismo; y Uriel García y José Varallanos son neo-indios y producen el cholismo

que es fundamentalmente narrativa. (Reinaga;1968:68)

Cuestiona a la ideología occidental y al mestizo “que jamás harán nada bueno en Indoamérica, y

concretamente en el Tahuantinsuyu del siglo XX, que es carne y espíritu inka”. Cuestiona al

mestizo como el instrumento que usa el blanco para oprimir al indio. Afirma que la cruza del

“blanco” español y la india-inka, ha dado origen al cholaje del Perú, Bolivia y Ecuador y que las

más sublimes ideas humanistas del Occidente, en el cerebro del cholaje solo han servido para armar

al mestizo contra el hermano indio. Pero también cuestiona la herencia española traída con la

Conquista, en concreto por el uso de una violencia extrema que aplicó para dominar a la población

nativa y entre los propios conquistadores. Afirma que el español vino a América “con su carga

ancestral, la sangre mora mezclada con la ibera, que en el Ande ha sido fatal”. Ejemplifica con la

guerra civil entre los Pizarro y los Almagro (1537-1538), que “fue una lección de crimen y crueldad

inimaginable e inaudita para los pacíficos y laboriosos indios. Todos los conquistadores se

devoraron.” Y que continúa hasta la actualidad, como muestra la guerra civil española de 1936 que

“ha reeditado la tragedia, pero corregida y aumentada en crueldad y barbarie. España ha sido

siempre así”. (Reinaga;1968:77-78) Cuestiona del mestizo la mezcla y sobre todo su herencia

española, lo contrario del discurso racista de los dominadores que desprecian al mestizo por su

herencia india.

Cuestiona también a los marxistas mestizos como traidores “ pues no buscan la liberación del indio

sino el Poder para sí mismos y el indio era solo un trampolín para ellos”. Para ilustrar esto retoma el

análisis de la frustrada rebelión de campesinos quechuas del Cusco dirigida por el trotskista Hugo

43 En 1956 le había atribuido el mérito a Franz Tamayo.  

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Blanco en 1962-196444, quien  bajo la consigna de “Tierra o Muerte” y la estrategia de

sindicalización campesina logró la recuperación de tierras por los campesinos y promulgó una

reforma agraria para defenderlas, que contó con el muy inconsistente apoyo de la organización

trotskista latinoamericana SLATO, que pretendía convertir el conflicto en un foco insurreccional.

La movilización campesina liderada por Blanco estimuló también la creación en 1965 de varios

focos guerrilleros en territorio peruano en torno a dos organizaciones, el Movimiento de Izquierda

Revolucionaria (MIR) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), ambos apoyados por Cuba.

Reinaga cuestiona la incapacidad de Blanco y los otros grupos marxistas mestizos peruanos para

crear el Partido Indio que dirigiera esos procesos, que sólo fueron

…un conglomerado de trotskistas, comunistas, leninistas, castristas, apristas, etc., y una masa de

indios, en cuyos sesos rebeldes no podían anidar las ideas del marxismo occidental. Si Hugo Blanco

hubiera escudriñado, arañado el corazón y la conciencia del indio, acaso habría descubierto la fuerza

milenaria de la raza; piedra angular para un Partido  –  NO CAMPESINO- sino un PARTIDO

INDIO…Porque el indio es una fuerza contenida por cuatro siglos de opresión “blanca”. He aquí el

quid; y Hugo Blanco no dio con la tecla histórica. (Reinaga;1968:90)

De la experiencia analizada deriva una caracterización del conflicto central del momento en los

 países andinos que consiste en la existencia de

…dos Naciones; dos culturas: la nación mestiza con su cultura occidental; y la nación india con su

cultura inka45. b) El indio, desde hace cuatro siglos y medio repele la cultura occidental; y el

mestizo…se empeña en vivir una cultura occidental superficialmente, simiescamente, e intentaasimilar al indio a dicha cultura. c) El socialismo de nuestro tiempo, como antes el liberalismo, no

 puede ni podrá redimir al indio, liberar al indio; porque su asimilación, su integración al Occidente,

no es su liberación. d) Su liberación es la reconquista de su Patria y el renacimiento de su propia

cultura. (Reinaga;1968:90)

De manera que indigenismo y marxismo deben ser hechos a un lado porque los indios se han puesto

en movimiento, han iniciado el desborde y por ello ha llegado la hora en que los auténticos y

verdaderos indios, indios de sangre y espíritu, irrumpan en la “república de las letras”, y aparezcan

cerebros indios produciendo pensamiento indio: el indianismo cuya meta es la Revolución India.Porque el indio no es clase social explotada es raza, Nación oprimida y la revolución que debe hacer

no es socialista sino india. “Sólo la Revolución india, liberará al indio. El indio se liberará con su

Revolución solamente…Esto quiere decir, no sólo hay que devolver su tierra al indio; hay que

44 Se basa en el libro de Víctor Villanueva. Hugo Blanco y la rebelión campesina. Lima, 1967.45 Polaridad que caracteriza antes de la lectura de la obra de Carnero Hoke en 1969, que comentaremos más

adelante.

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devolverle su patria; y la Patria es Poder…La Reforma Agraria es un peldaño; el Poder es la meta

(que requiere) de la formación de un Partido indio, y en la conquista del Poder por el indio hecho

Partido. (Reinaga;1968:91)

A partir de estos planteamientos, ahora cuestiona a Mariátegui por su condición de mestizo, su

identificación con lo europeo y por su alejamiento de lo indio, dice de él:

En Mariátegui, el más grande escritor del Perú y de Indoamérica, conviven dos pensamientos, dos

ideas, dos sentimientos. Dos mundos y dos culturas. Mariátegui lleva en su cerebro y corazón al

Occidente y a América en constante pugna. Junto al europeizante marxista se halla el más esclarecido

indio-amauta… La tesis y la antítesis en Mariátegui no llegan a la síntesis… Mariátegui es una

frustración trágica del choque entre el “blanco” heleno-cristiano y el indio inka-sabeísta.

(Reinaga;1968:72)

En seguida cita en extenso textos que ilustran esa dualidad (Reinaga;1968:73-74), ese conflicto

interior, y concluye. Su alma india se refleja en la caracterización del problema indígena, el papel

del mito, su crítica a la literatura indigenista que no es todavía la voz del indio, pero en los que el

indio es raza, pueblo, espíritu y carne de una nación oprimida. Para enseguida reducir y encajar al

indio bajo la categoría de clase social, como cualquier otra clase de una sociedad europea. Y

cuestiona la frase multicitada: En vez de decir, “El proletariado indígena espera su Lenin”, (frase

tomada de Valcárcel) debió haber dicho: la raza india, el pueblo indio, el espíritu indio espera su

Inka; o bien, el indio espera su Tupaj Amaru de nuestro tiempo. (Reinaga;1968:76-77)  

Reinaga acompaña la crítica lapidaria con los mayores elogios posibles a su mentor y modelo:

Mariátegui el europeizante no habla queshwa. Tiene a una gringa italiana por esposa y la madre de

sus hijos. Echa la simiente del Partido Comunista del Perú (PCP)46. Escribe “Defensa del marxismo”

y “Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana”, sus obras fundamentales. Y como

revolucionario de verdad, padece el martirologio de la persecución, la cárcel, la miseria y el hambre,

 para acabar rindiendo el homenaje de su muerte a su Ideal. (Reinaga;1968:72)

Afirma que “Mariátegui propone para la liberación del indio, una Revolución socialista a la

europea, vale decir, a la bolchevique. Y es a este idólatra de la Revolución soviética, con el correr

del tiempo, los soviéticos lo tomaron como a un fariseo, y lo echaron de “su” paraíso como a un

réprobo”  (Reinaga;1968:77). Fue acusado por la Academia leninista de Moscú de idealista,

46 De manera que tiene claro el dato de que creó el PSP y no el PCP.

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 pequeño-burgués reformista cuyas desviaciones populistas solo sirven al enemigo de clase47  y

concluye Reinaga:

 No obstante la expulsión infamante de la ideología marxista, que hicieron los soviéticos de

Mariátegui, en los hechos es Mariátegui, quien con su pensamiento ha guiado hasta ahora las

diversas fases y etapas del proceso de la Revolución latinoamericana. Así confuso como es, así como

en veces es Europa, y otras veces es indio-inka. Mariátegui es el que ha inspirado el espíritu de la

Revolución Nacional de 1952 en Bolivia, la “rebelión campesina (1963-1964) en el Perú, y todas las

guerrillas del Che Guevara que han estallado en Latinoamérica… (Reinaga;1968:77)

Así de contradictorio es también el posicionamiento de Reinaga respecto a Mariátegui, que

 podríamos acusar de anacronismo cuando va aumentando su distancia frente a él y cuestiona lo que

antes elogió, pero esto se explica por el peso central de la obra del peruano en la formulación del

 pensamiento de Reinaga y como brújula en sus cambios de perspectiva.

La Revolución india y el Manifiesto del Partido indio de Bolivia, 1970

Ambos textos contienen la síntesis más política de la propuesta indianista elaborada por Reinaga en

el proceso intelectual, político y vital durante los años 60, analizado antes. El indianismo es el

discurso y el proyecto político indio de liberación frente a las condiciones de opresión y explotación

vigentes sobre la mayoría india del país en beneficio de las élites blancas y mestizas. Afirma el

 papel protagónico de los indios en la historia boliviana y su capacidad para luchar por sus propias

reivindicaciones y bajo su propio programa, liderazgos y organizaciones. Rechaza el término

campesino y reivindica el término indio como auto denominación de la población originaria para

revertir así la connotación estigmatizante del término dado por los opresores blancos y mestizos.

Denuncia que la palabra campesino es un disfraz blanco. Al llamarnos campesino nos disfrazan. Así

como nos han puesto zapatos, cuello y corbata, así quieren hacernos creer que nos han puesto otra

cara, otro cuero, otra alma; en suma, en vez de nuestra persona se proponen, quieren ponernos otra

 persona. Lo cual es un crimen. El indio fue indio, es indio y tiene que liberarse indio.

(Reinaga;1970:143)

Las formas de acción política que propone son la creación de un partido político indio y transitar

 por un proceso de concientización a largo plazo para la descolonización mental del indio, que le

47 Cita el texto de V. Miroshevsky. “El populismo en el Perú. Papel de Mariátegui en la historia del pensamiento social latinoamericano”, Dialéctica, La Habana, mayo-junio de 1942. En Aricó, 1985.

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 permita la revaloración de su cultura y la autoafirmación y el orgullo de su identidad y para que los

que han renunciado a su identidad porque han sido contaminados por la cultura occidental se

reindianicen, proceso que él mismo ha vivido. Esa nueva conciencia permitirá a los indios la

impugnación activa de los mecanismos racistas que han perpetuado su exclusión y legitimado bajo

el argumento de su inferioridad su explotación extrema. La elaboración y difusión de sus libros

 buscan contribuir a esos objetivos. Lo que amplía el alcance de lo que antes había identificado

como Revolución cultural. El Partido indio operará bajo la ideología indianista para que el indio se

constituya en un actor político autónomo respecto de las ideologías, intereses y partidos políticos

formulados en los años 60-70s por mestizos de centro e izquierda, en particular frente al

nacionalismo del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) y frente al marxismo de los

grupos y partidos de izquierda: prosoviéticos, maoístas, trotskistas y guevaristas, que por igual

utilizan a los indios como base social subordinada a sus proyectos nacionalista o clasista (obrerista),

sin considerar sus intereses específicos y su condición de indios, pues ambos pretenden

desindianizarlos porque los consideran el factor de atraso del país: el obstáculo a la modernización

o a la Revolución. Cuestiona el proyecto de nación mestiza que los blancos y mestizos pretenden

imponer a la población india y postula la posibilidad de construir una Nación india.

Su indianismo se define también en oposición al indigenismo, la ideología elaborada por mestizos

expresada como programa político, política gubernamental, y/o corriente artística en la literatura y

artes plásticas en los países con significativa población indígena, a partir de los años 20 del siglo

XX, que pretendió representar los intereses de los indígenas para integrarlos de manera subordinada

a la hegemonía mestiza, asimilarlos culturalmente a la nación mestiza y adscribirlos políticamente

al proyecto mestizo de construcción del estado-nación antioligárquico, en fin, para volverlos

mestizos. Y que no representa ningún beneficio para los indios, sobre todo por su incumplimiento.

De Mariátegui recupera su diagnóstico sobre la impotencia de los mestizos de clase media para

asumir la conducción de una revolución democrático burguesa que enfrente a la oligarquía y

construya una nación que incluya a los indios; así como la afirmación de la condición protagónica

de los indios para construir la nación peruana; y la posibilidad de aprovechar las persistentes formas

de organización comunitaria como base para la construcción del socialismo. Las referencias a su

 persona son pocas, lo llama, junto con otros personajes, indio occidentalizado. (Reinaga;1970:140)

Otra fuente que enriqueció su propuesta fueron los historiadores indigenistas peruanos como Luis E.

Valcárcel, que en los años 20 propusieron como programa la reconstrucción de la organización

social inca como una forma de organización social alternativa. De los ideólogos de la negritud como

Frantz Fanon recupera el uso del resentimiento que provoca la exclusión como fuerza para la lucha.

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Los ejes de su discurso indianista son la existencia de dos Bolivias irreconciliables, la mestiza

europeizada y la kolla-autóctona o india, la de los opresores y la de los oprimidos, enfrentadas de

manera permanente (Reinaga;1970:172-183); el parasitismo de las élites criollas y de los mestizos

subordinados a ellas, incapaces de desarrollar el capitalismo y de construir un estado y una nación

soberanos frente al dominio extranjero que incluya a los indios. Reivindica en cambio, la

 potencialidad y el derecho de los indios para construir su propia nación, el Kollasuyo48. Postula que

la sociedad alternativa se funda en la posibilidad de recuperar, actualizado, el sistema de

organización social que los gobernantes inkas alcanzaron antes de la llegada de los conquistadores

españoles: la reconstitución del Tawantinsuyo, una forma de socialismo propio, más adecuado a las

condiciones locales de la mayoría indígena y a la persistencia de las formas de producción

comunitaria que el proyecto socialista formulado por la vertiente occidental marxista, que fue

asumido acríticamente por los marxistas criollos de los países andinos.

Para autores como Alvizuri (2008:104) y Quispe (2011:35), Reinaga retoma el tema de las dos

Bolivias del peruano Guillermo Carnero Hoke, quien planteó la existencia de los dos Perú 49: el Perú

urbano, criollo y mestizo de la costa, y el Perú de las comunidades indígenas de la sierra. Pero,

como vimos, el planteamiento ya aparece en su libro de 1968, El indio y los escritores de América,

un año antes de su contacto con la obra de Carnero. El planteamiento de la existencia de dos Perú

viene en realidad de Mariátegui, que habla del “Perú profundo”, el de la sierra y el Perú de la costa,

el criollo (Mariátegui;1976). En todo caso, la diferencia entre los planteamientos de Carnero y

Reinaga es que éste le da una mayor densidad y diferente solución a esa división, pues ambas

Bolivias no están separadas geográficamente sino en interacción constante en el mismo espacio, la

ciudad y el departamento de La Paz, el altiplano. La solución para Reinaga no es la integración

entre ambas como propone Carnero para el Perú, sino el reemplazo de la Bolivia chola por la india;

Reinaga no reclama el respeto a la autodeterminación como mecanismo de inclusión de la nación

india en la mestiza. Cuestiona el análisis del problema nacional asumido por los marxistas que no

aporta nada a la comprensión de la realidad boliviana. No hay “nacionalidades indígenas”, afirma,

“esos son clisés stalinistas, importados de la URSS, el indio es una sola nación, la raza india no es

una minoría étnica, una nacionalidad oprimida y desahuciada de la lucha por su propia liberación,

que espera y confía en liberarse por obra y gracia de la Nación opresora, de la Bolivia chola, ellos

son la minoría étnica y sin embargo son el opresor de la mayoría.” El problema no es la inclusión

48 El Tawantinsuyo o imperio Inca estaba dividido en cuatro suyos o regiones, el Kollasuyo era la parte

aymara, que abraca el sur del Perú, Bolivia, el norte de Argentina y el norte de Chile.49 Guillermo Carnero Hoke. Nueva Teoría para la insurgencia. Lima, Amerindia, 1968.

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como minoría nacional a la nación (Reinaga;2001:169). Posicionamiento que recupera la

 perspectiva mariateguista. 

Abandona la categoría de análisis marxista de lucha de clases y la reemplaza por la lucha de razas,

afirma que en Bolivia, antes y primero que la lucha de clases está operando la lucha de razas, pero

rechaza la acusación de racismo indio que hacen los mestizos a sus planteamientos, en todo caso el

racismo blanco hacia el indio y el posible racismo del indio hacia el blanco no son equivalentes,

Mientras que los blancos imponen la esclavitud, el indio lucha por la libertad. Su revolución es

libertaria, no esclavista. Los indios no buscan la muerte del cholaje, lo que quieren es que los cholos

entiendan la razón de la libertad del indio. El indio está por encima de los terribles prejuicios de la

discriminación, de la segregación que el cholaje blanco practica con el autóctono... Queremos, los

indios que el hombre no oprima ni esclavice al hombre por causa del color de su piel. Queremos que

el hombre arranque y fundamente su valor, no en el color de su pigmento, sino en el contenido de su

 personalidad…Los indios de Bolivia…no somos racistas. (Reinaga;1970:125)

La solución al problema nacional propuesta por Reinaga no es la eliminación de los blanco-

mestizos por los indios a través de una masacre, escenario que es reiterado en el imaginario blanco-

mestizo desde la rebelión de Tupak Katari en 1781, la solución es menos sangrienta: es la

asimilación del blanco-mestizo al indio. Al liberarse el indio, libera a su nación y la de su opresor

antagónico. Al liberar su nación libera a la nación mestiza del cholaje. Luego, la Revolución india,

superando la yuxtaposición de la nación mestiza sobre la nación india, “unirá carne y alma,

orgánica y psicológicamente, y hará de ambas naciones una sola nación; hará de las dos Bolivias,una sola Bolivia”. Reinaga plantea así el problema del poder: la posibilidad del autogobierno de los

indios, de construir un estado propio en el que el resto de la población no india quede incluida, la

reconstitución del kollasuyo.

América india y Occidente, 1974

Este texto marca su tránsito de la etapa indianista a la amautista o reinaguista50. En él abandona el

 plano boliviano o andino para identificar la contradicción en un nivel más amplio: el contrapunto

50 Su desencanto frente al oportunismo que observa también presente entre los dirigentes indígenas con los

que participó en varias iniciativas organizativas en la etapa anterior, amén de que su indianismo ha sido

asumido por las organizaciones indígenas como katarismo, lo lleva a desvincularse de la actividad

directamente política, y a la dedicación central a su gran tarea que es la producción de ideas, de programas y

la crítica de la política que hacen los otros. Una vía que asume posible desde los años 70 para intervenir

 políticamente es el acercamiento a los gobiernos militares de izquierda, el de Ovando, el de Torres, a quienes

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entre la visión del mundo de Occidente y la cosmovisión de la América India como conjunto51.

Postula que Occidente es guerra y muerte a partir del principio de desigualdad entre los hombres

que la sustenta y que la reciente posesión de la Bomba Atómica (BA) por EEUU y por la URSS y

China, con la amenaza de destrucción de la humanidad que ello representa, que considera la

evidencia de que no hay diferencia entre el mundo capitalista y el socialista y que éste sigue siendo

 parte de Occidente.

Señala que la gran diferencia epistemológica entre Occidente y la América India es que aquel

separa al hombre de la naturaleza, postula dos leyes distintas, una para el cosmos y otra para el

espíritu humano, escinde al hombre del cosmos, y el ser humano se siente aislado o independiente

del cosmos y de allí nace el individualismo que produce la propiedad privada, la explotación y la

guerra, la destrucción de la naturaleza y de la humanidad. Mientras que la civilización preamericana

considera al hombre como parte de la naturaleza, el hombre como el resto de los elementos de la

naturaleza colaboran entre sí y de ahí surge lo comunitario. En la comunidad se produce para la

satisfacción de las necesidades humanas y no para la acumulación de riquezas. Se colabora con la

naturaleza y no se la agrede porque la tecnología y la ciencia generada por el hombre se

corresponden con las leyes de la naturaleza, no las desafía. Estos conocimientos y formas de

organización social son el legado del hombre americano, de la América India a la humanidad como

un proyecto de organización alternativo, que no son las utopías imaginadas por los hombres

occidentales sino realidades existentes y persistentes a pesar de la voluntad de los dominantes

occidentales de desaparecerlas.

Su mirada crítica se dirige a la historia larga de Occidente y a sus pensadores, numerosos autores

europeos de todas las épocas son reseñados y también latinoamericanos. Reconoce la posición

diferenciada de Sócrates y Marx y de otros pensadores más, por su compromiso, sinceridad y

coherencia en cuanto al principio de la igualdad entre los hombres y a la búsqueda de ella en la

construcción de una sociedad alternativa52

. Pero considera que su limitación fue querer hacerlo en el

marco de la sociedad occidental o desde ella, cuyos principios se oponen a este objetivo. De

Sócrates a Marx y de Marx a Einstein, han soñado una sociedad mundial, hija de la razón, del

espera poder convencer de la necesidad aplicar el programa indio formulado por él y eventualmente llevar a la

vicepresidencia del país a un indio, que puede ser él. La memoria del gobierno de Villarroel alimenta esta

esperanza. 51 Dimensión de conjunto que su contacto con el peruano Guillermo Carnero le facilitará, este desarrolló un

discurso indianista en México, a partir de literatura sobre la cosmovisión maya a la que Reynaga pudo acceder

 por esta vía. 52 La pobreza en la que vivieron estos pensadores es un criterio central de la autoridad que les reconoce,

resultado de no buscar el poder, no venderse y no transigir. La autoidentificación con ellos es clara, él también

ha vivido en la pobreza lo que muestra su compromiso con la causa que pretende representar, la del indio.

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espíritu y de la conciencia. Pero Occidente ha hecho de la razón, una “razón genocida”; del espíritu,

un “espíritu rufián”; y de la conciencia, una “conciencia prostituta”.  Y por ello el desenlace: la

 posesión de la BA y el fracaso en la construcción de socialismo, como traición a los postulados de

Marx y Lenin, es el resultado inevitable de mantenerse en los marcos limitantes de la sociedad

occidental.

Porque después de Sócrates, dice, Platón fue el pilar de la filosofía occidental basado en el principio

de la desigualdad humana, la justificación de la esclavitud, etc. y ese es el sustento de la civilización

occidental. Por ello, la conciencia humana no está en Occidente, hay que buscar fuera. Y la América

India es la Sociedad Perfecta y su conciencia es la conciencia humana. Por ello, el MODELO para

la sociedad de la era nuclear es la América India. Una sociedad que está de pie como presencia y

espíritu vivo. El hombre, la humanidad, al encaminarse hacia este MODELO, no dará “un paso

desconocido”; todo lo contrario; dará “un paso seguro”; y ahí está la conciencia humana. 

(Reinaga;1974:19)

Descalifica a los cronistas, historiadores, literatos, científicos, filósofos de Occidente que han

estudiado a la América india y también a investigadores, arqueólogos, antropólogos, etnólogos,

folkloristas, etc., que hayan nacido en tierras de América, y aún que tengan sangre india, “porque

llevan dentro del cerebro a Europa. Han estudiado con el pensamiento europeo; y han hablado en

lengua europea.” (Reinaga;1974:23)

Su descalificación de Occidente es la base para la afirmación de la América India, es necesario

negar radicalmente al otro para afirmar radicalmente al yo. Reinaga se autodesigna como voz de la

América india, ahora se reivindica como el Amauta, que no son ni Garcilazo ni Mariátegui que dice,

son “híbridos colonos de Occidente, cuya alma, lengua, forma de vida; pensamiento, sensibilidad y

conciencia son occidentales. Mientras que esta América es india; y mi voz es la de ella…”

(Reinaga;1974:13) Y su misión es la de postular el Poder Indio, “como ejemplo, como pensamiento,

como fuerza “partera de sociedades”, como conciencia humana enfrentada a una conciencia de

monstruos, el Poder Indio ya no está dormido…Y cuando estalle será un volcán…Oleaje de

montañas de fuego y lava sepultarán a Occidente…Y, entonces, para el hombre de todo orbe, habrá

llegado un amanecer estelar y cósmico…! (Reinaga;1974:14)

Vayamos ahora a su posicionamiento sobre Mariátegui en este texto. En el capítulo I  Preamérica53,

dentro del subcapítulo Tawantinsuyo hay un parágrafo titulado  El imperio de los Inkas en el que

cita un párrafo de media página de los 7 Ensayos… (Mariátegui;1976:56-57) en que el autor debate

53 Término tomado de Carnero Hoke (1968)

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con Aguirre Morales sobre el tema de la libertad en el que aquel apela al relativismo cultural para

valorar si había o no libertad en la vida inkaika y concluye que la libertad occidental (de imprenta,

de especulación y creación literarias, de comercio, etc.) no eran una necesidad para el hombre del

Tawantinsuyo. (Reinaga;1974:46-47) Argumento que Reinaga utiliza para refutar la idea de que el

ordenamiento o planificación incaica sacrificó la libertad. Tema ya abordado desde Mitayos y

yanaconas (1941)

En el capítulo  II Occidente, dedica un parágrafo a Mariátegui (Reinaga;1974:101-103). En el que

aborda nuevamente el tema desautorización que la Tercera Internacional hizo de sus ideas y

 proyecto político en 1929, (ya comentado) y los presenta como un hecho paradójico dado el

 posicionamiento muy crítico de Mariátegui, en esa misma etapa, frente a la idea del Renacimiento

inca y la recuperación del modelo comunista inca, que es el argumento con el que Reinaga

descalifica y rompe definitivamente con su mentor ideológico. Ofrecemos el párrafo en el que

Mariátegui cuestiona la rebelión que dirigió el caudillo indio Pedro Pablo Atusparia en 1885 en

Huaraz, Perú, y a partir de la cual condena también la de Tupac Amaru y todas las que le

siguieron54, en el que de acuerdo a Reinaga, Mariátegui “enjuicia el movimiento del Inca Tupaj

Amaru, el más grande movimiento de liberación”:

…El caudillaje de Atusparia y la misión que Montestuque le asignó, ubican el movimiento en la serie

de tentativas de filiación aristocrática y racista, en que se destaca, próxima a la Independencia, el

movimiento de Tupac Amaru. Insurrecciones encabezadas por curacas, por descendientes de la

antigua nobleza indígena, por caudillos incapaces de dar a un movimiento de masas otro programa

que una extemporánea e imposible restauración. Supérstites de una clase disuelta y vencida, los

herederos de la antigua aristocracia india, no podrán acometer con éxito la empresa de una

revolución. (Mariátegui;1988:187)

Planteamiento que Reinaga cuestiona así:

Mariátegui es racista. Y todo “marxista latinoamericano” es racista. Mariátegui, abrió el derrotero detodos los Partidos comunistas de la América mestiza. La jauría de lobos stalinistas, trotskistas,

maoístas arrancan de Mariátegui.

Mariátegui, es la traición cainista de nuestro tiempo. El más repugnante Felipillo de la América

india. Mariátegui, el “marxista convicto y confeso”, es el indio con ideas blancas que, de rodillasecha incienso a los pies de Occidente: el monstruo genocida y racista. Mariátegui, con su pluma, su

verbo y su muleta, se halla en la trinchera de la “fiera rubia” contra la América india: su pueblo, suraza.

54 En el prefacio al texto novelado El Amauta Atusparia de Ernesto Reina, publicado por entregas en la

Revista Amauta y que después la Editorial Minerva de Mariátegui publicó como libro en 1930.  

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Mariátegui, encarnado en el partido comunista peruano, ha llegado a ser: heraldo, centinela y perro

 policía de la dinastía militar tercermundista de América. (Reinaga;1974:102)

 No obstante no deja de reconocer la otra faceta que para Reinaga era muy importante:

Empero, Rodó, Ingenieros, Vasconcelos y Mariátegui, acomodaron su vida a su norma de pensar.

Fueron consecuentes. No eran diablos predicadores. Lucharon a su manera por la libertad. Rindieron

culto a la dignidad humana y al valor del ejemplo. No adoraron el oro. Todos ellos murieron en la

miseria. Eran sinceros. (Reinaga;1974:103)

 No viven en Paris; luchan en América; muerden hambre y mueren en la más extrema miseria.

(Reinaga;1974:128)

El encuentro del texto sobre Atusparia, texto desafortunado, redactado tal vez con la intensión de

congraciarse o atenuar la crítica de la Tercera Internacional a sus concepciones indianistas,

representa la pieza que a Reinaga le hacía falta para romper definitivamente con Mariátegui,continuar su propio derrotero y afirmar la autonomía política del indio.

Comentarios finales

Hemos tratado de reseñar y analizar el largo proceso de elaboración de la ideología indianista hecho

 por Reinaga, resaltando en él el papel central que ocuparon el pensamiento y la personalidad de

Mariátegui, como maestro en el aprendizaje de un marxismo crítico y situado en el Perú como

herramienta para la comprensión de la realidad boliviana, y también como modelo ético de

compromiso revolucionario que ayudó a Reinaga a enfrentar la hostilidad del medio cultural y

 político boliviano extremadamente racista, y sobreponerse a las dificultades provocadas por su

limitación física. Encontramos que esta relación fue siempre intensa y crecientemente

contradictoria, en la medida en que Reinaga iba construyendo su propio pensamiento se alejaba del

de Mariátegui o de algunos elementos de ella, mantuvo su total admiración hacia él hasta la década

de los 60 en que fue abandonando el marxismo y elaborando el indianismo, su ruptura es radical

cuando llega a la última etapa de su pensamiento, el amautismo, sin dejar nunca de reconocerlo

como modelo ético. Pero como señalamos antes, Reinaga debe destruir a su modelo para tomar su

lugar.

Los 7 Ensayos...  le ofrecen a Reinaga un programa de conocimiento sobre la sociedad, una

epistemología marxista, crítica y radical que traslada a Bolivia, no de manera mecánica o acrítica

sino asumiendo las distancias necesarias y aprovechando lo avanzado por Mariátegui. Su

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mariateguismo es la suma de conocimiento situado y compromiso político con un sujeto: el indio, lo

que puede rastrearse desde Mitayos y yanaconas hasta que formula al indianismo como una visión

alternativa al marxismo, cubriendo la amplitud que aporta el marxismo: visión del mundo, filosofía,

epistemología, teoría política y sociología.

Intentamos también marcar las diferencias entre uno y otro: Mariátegui era mestizo y Reinaga indio.

El primero vivió una vida breve de 36 años, en la que logró plasmar una gran síntesis los 7

 Ensayos…y el segundo tuvo una larga vida de 88 años en la que vivió grandes frustraciones

 políticas que marcaron su pensamiento y motivaron diversos tránsitos teóricos y políticos, su gran

síntesis es  La Revolución india  de 1970, pero el proceso intelectual que se expresa en sus obras

anteriores y posteriores no es menos rico y aleccionador que esa síntesis y por ello nos parece

 provechoso el seguimiento de las obras que hemos hecho, para comprender en su complejidad al

sujeto histórico que su proyecto e ideología indianistas representan y al hombre de carne y hueso

que asumió la tarea de hablar por ellos y desde ellos.

Mariátegui busca la revolución socialista y encuentra al indio como sujeto, mientras que Reinaga en

tanto indio busca desde el inicio la liberación del indio y como medio para lograrlo encuentra

inicialmente al socialismo, que luego le resulta insuficiente y busca y encuentra el nacionalismo

revolucionario mestizo, que luego resulta insuficiente y encuentra el indianismo, que más tarde

resulta insuficiente y encuentra el amautismo. Que ya no sólo coloca en el centro al indio como

sujeto político autónomo de su propia liberación, sino que propone a la sociedad india preexistente

y persistente como modelo para la transformación necesaria de la forma de vida de la humanidad.

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