joven rico en sinopsis
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es un trabajo exegéticoTRANSCRIPT
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El joven Rico en sinopsis Pbro. Juan Lisandro Scarabino
1. El relato en sinopsis
Mateo 19, 16-30 Marcos 10, 17-31 Lucas 18, 18-30 17. Y, saliendo él de camino,
16. Y he aquí que
uno Uno, 18. Y cierto jefe
llegándose donde (él) corriendo donde (él)
y cayendo de rodillas
(ante) él,
le preguntaba: le preguntó
le dijo: diciendo
“Maestro, “Maestro bueno, “Maestro bueno,
¿qué (de) bueno ¿qué ¿qué
haré haré haciendo,
para poseer para heredar heredaré
vida eterna?”. vida eterna?”. vida eterna?”.
17. Ahora bien, él le dijo 18. Ahora bien, Jesús le dijo: 19. Ahora bien, le dijo Jesús:
“¿Por qué me preguntas
“¿Por qué me dices “¿Por qué me dices
acerca de lo bueno, bueno? bueno?
Uno es el Bueno. Nadie (es) bueno si no uno, Nadie (es) bueno si no uno,
Dios, Dios.
Si quieres
entrar en la vida,
guarda
19. Sabes 20. Sabes
los mandamientos. los mandamientos: los mandamientos:
18. Le dice:
“¿Cuáles?”
Jesús manifestó:
“El no asesinarás, No asesines,
no cometerás adulterio, no cometas adulterio, No cometas adulterio,
no asesines,
no robarás no robes, no robes,
no darás falso testimonio, no des falso testimonio, no des falso testimonio,
no defraudes,
19. honra al padre y a la madre; honra a tu padre y a (tu)
madre”.
honra a tu padre y a (tu)
madre”.
y amarás
a tu prójimo
como a ti mismo”.
20. Le dice 20. El le manifestó: 21. El dijo:
el joven:
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“Maestro,
“Todo eso (lo) he guardado; todo eso (lo) he guardado “Todo eso (lo) he guardado
desde mi juventud”. desde mi juventud”.
¿de qué estoy falto todavía?”
21. Jesús 21. Jesús, 22. Oyéndo(lo) Jesús,
mirándole,
le amó
le manifestó: y le dijo: le dijo:
“Si quieres ser perfecto,
“Una sola cosa te falta: “Una cosa te queda todavía:
marcha, marcha,
cuanto tienes todo cuanto tienes
vende vende(lo) vende(lo)
tus bienes
y da(lo) y da(lo) y distribúye(lo)
a (los) pobres, a los pobres, a (los) pobres,
y tendrás un tesoro en (los) y tendrás un tesoro en (el) y tendrás un tesoro en (los)
cielos; cielo; cielos;
y ven, sígueme”. y ven, sígueme”. y ven, sígueme”.
22. Mas el joven, 22. Más él, 23. Más él,
oyendo estas palabras, ensombrecido por estas
palabras,
oyendo esto
se fue entristecido, se fue entristecido, se puso muy triste,
pues tenía muchas posesiones. pues tenía muchas posesiones. pues era rico sobremanera.
23. Y, mirando en torno 24. Ahora bien, viéndole
23. Ahora bien, Jesús dijo Jesús, dice Jesús, dijo:
a sus discípulos: a sus discípulos:
“En verdad os digo
“¡Qué difícilmente “¡Qué difícilmente
que un rico los que tienen riquezas los que tienen las riquezas
difícilmente
entrará entrarán entrarán
en el reino de los Cielos. en el reino de Dios!” en el reino de Dios!
24. Los discípulos estaban
estupefactos
por las palabras.
Jesús,
24. De nuevo tomando la palabra de nuevo,
os digo: les dice:
“Hijos, ¡qué difícil es
entrar en el reino de Dios!
Más fácil es 25. Más fácil es 25. Pues más fácil es
que un camello que un camello que un camello
entre por un orificio de aguja atraviese por el ojo de la aguja entre por un orificio de aguja
que un rico que un rico entre que un rico entre
en el reino de Dios”. en el reino de Dios”. en el reino de Dios”.
25. Ahora bien, oyéndo(lo) los
discípulos,
26. Ahora bien, los que (lo)
habían oído
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estaban sobremanera
impresionados
26. Ellos estaban más
fuertemente impresionados
diciendo: diciendo Dijieron:
entre sí mismos:
“¿Quién, pues “Y ¿quién “Y ¿quién
puede salvarse?” puede salvarse? puede salvarse?”
26. Ahora bien, mirándo(les) 27. Mirándoles
Jesús, les dijo: Jesús, dice: 27. Ahora bien, él dijo:
“Para los hombres esto es
imposible,
“Para los hombres, imposible, “Las (cosas) imposibles para
los hombres
mas mas no para Dios;
pues
para Dios todas (las cosas son)
posibles”.
todas (las cosas son) posibles
para Dios”.
son posibles para Dios”.
27. Entonces, tomando la
palabra
Pedro, le dijo: 28. Comenzó a decirle Pedro: 28. Ahora bien, dijo Pedro:
“He aquí que nosotros “He aquí que nosotros “He aquí que nosotros,
hemos dejado todo hemos dejado todo dejando lo propio (nuestro),
y te seguimos. Y te hemos seguido”. te seguimos”.
¿Qué tendremos, pues?”
28. Ahora bien, Jesús les dijo: 29. Manifestó Jesús: 29. Ahora bien, él les dijo:
“En verdad os digo, que
vosotros que me habéis seguido,
en la regeneración, cuando se
siente el hijo del hombre en (el)
trono de su gloria, os sentaréis
también vosotros en doce tronos
juzgando a las doce tribus de
Israel.
“En verdad os digo, “En verdad os digo...
29. Y todo aquel que haya
dejando
nadie hay que haya dejado que nadie hay que haya
dejado
casa casa casa
o mujer
o hermanos o hermanas o hermanos o hermanas o hermanos
o padre o madre o hijos o madre o hijos o padres o hijos
o campos o campos
a causa de mi nombre, a causa de mí
y a causa del evangelio, a causa del reino de Dios,
recibirá muchas veces más 30. que no reciba cien veces
más
30. que no reciba muchas
veces más
y heredará
ahora, en este tiempo, en este tiempo,
casas y hermanos y hermanas
y madres
e hijos y campos, con
persecuciones,
y en el mundo venidero y en el mundo venidero
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vida eterna. vida eterna. vida eterna”.
30. Muchos primeros 31. Muchos primeros
serán últimos serán últimos
y últimos, primeros”. y últimos, primeros”.
2. Relato según el Evangelio de San Marcos (10, 17-31) Ubicación dentro del evangelio. Contexto.
El evangelio de San Marcos, se puede dividir en dos partes: la primera que va
desde 1,1 hasta 8,30 y la segunda que abarca desde 8,31 hasta 16,8. La primera nos dice
quién es Jesús y la segunda nos orienta hacia su muerte y culmina con la profesión de fe
del centurión: “Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios” (15, 39).
Este relato se ubica en la segunda parte. Y se encuentra en el contexto de tres
enseñanzas éticas: la primera sobre el matrimonio (10, 1-12), la segunda sobre las
riquezas, la cual analizaremos (10, 17-31) y la tercera sobre los honores (10, 35-45).
Exégesis
v17: “Y, saliendo él de camino, uno corriendo donde (él) y cayendo de rodillas
(ante) él, le preguntaba: “Maestro bueno, ¿qué haré para heredar vida eterna?”
Tanto el hecho de arrodillarse como el de llamarlo Maestro Bueno, expresan una
veneración exaltada. Ya que no era una costumbre de la época llamar al Maestro de esta
forma (Rabbi tãbã). Ya que el título de Maestro era suficiente. Bueno era solo Dios. De
aquí se entiende la respuesta de Jesús, del versículo 18.
Por otra parte, la pregunta que le hace, según Gnilka, anuncia que el interlocutor
tiene la intención de entrar en juicio consigo mismo. Esta pregunta es por una
interpretación de la Ley, ya que el conocimiento de la Ley no bastaba. Cito textualmente
al mismo autor: “Diversas exégesis de la torá, concretamente hasta el rigorismo de la
torá practicado en Qumram, al que se consideró allí como el vinculante camino de
salvación, podría haber contribuido a que muchos piadosos del país fueran presa de la
mayor confusión en el tema de la salvación”.
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V18: Ahora bien, Jesús le dijo: “¿Por qué me llamas bueno? 6adie (es) bueno si
no uno, Dios”.
Esta persona que se le acerca no sabía que le hablaba al Mesías. Si observamos
los versículos precedentes (13-16), Jesús se encuentra acariciando a los niños, Jesús es
bueno en el sentido humano. Cristo, entonces, aprovecha este apelativo para que la
persona profundice en el conocimiento de aquel a quien le pregunta y eleva el apelativo
al sentido absoluto y ya no moralmente humano. Pero el hombre a esto no dice nada. Lo
que sí queda claro es que el Señor orientó la pregunta hacia Dios, hacia el supremo
Bien. Ilumina Gnilka que Cristo, en su respuesta, no pretende rechazar la pregunta de la
vida eterna, sino más bien corregir la postura del hombre; ya que el que está preocupado
por esta pregunta, sólo puede esperar la respuesta de Dios, ya que no existe otra
respuesta paralela o superior.
V19. “Sabes los mandamientos: no asesines, no cometas adulterio, no robes, no
des falso testimonio, no defraudes, honra a tu padre y a (tu) madre”.
Con esta respuesta el Señor le está diciendo que para heredar la vida eterna, hay
que cumplir la Ley y ya que el interlocutor sabía la tabla de los mandamientos le
menciona solamente los de la segunda tabla. Marcos agrega el precepto de no defraudar,
el cual no se encuentra en Ex 20, 12-21, pero sí aparece en Dt. 24, 14.
V20. Él le manifestó: “Maestro todo eso (lo) he guardado desde mi juventud”.
El hombre responde sinceramente: él ya los cumplía desde su juventud. Esta era
una respuesta satisfactoria. Si alguien cumplía la Ley era considerado un justo.
V21. Jesús mirándole, le amó y le dijo: “una cosa te falta: marcha, cuanto
tienes vénde(lo) y da(lo) a los pobres, y tendrás un tesoro en (el) cielo; y ven y
sígueme”.
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Ante la respuesta que le dio el hombre, Jesús lo miró con amor. Según Gnilka
esta mirada y los gestos amorosos de Jesús preparan lo que viene a continuación. Luego
de mirarlo le dice lo que le faltaba hacer. Jesús amó a este hombre justo, por esto reveló
lo que le faltaba, le reveló lo que debía hacer para heredar la vida eterna. Cristo le pide
más a este hombre, le pide que aspire a cumplir aquello que le falta: que renuncie de una
vez para siempre a las riquezas. Esta es una nueva exigencia. Pero la respuesta del
Señor no termina aquí, sino que le dice que lo siga. Este seguimiento significa mucho
más que la mera observancia de los mandamientos y más que la pobreza voluntaria y el
socorro a los pobres. Aunque esto es condición para poder seguirlo. En última instancia
le está pidiendo lo que le pidió a los demás discípulos. Leemos en el mismo Evangelio:
“Y ellos (Juan y Santiago), dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros,
se fueron tras Él” (1, 20).
V22. Más él, ensombrecido por estas palabras, se fue entristecido, pues tenía
muchas posesiones”.
Nos relata el evangelista, que este hombre era rico, ya que tenía muchas
posesiones. Por esta razón y por el poder que ejercían estas riquezas en su vida fue
imposible que lo siguiera al Señor. Y por esto mismo se marchó triste, ya que Cristo le
exigía algo superior a lo que estaba dispuesto hacer. Así como este hombre llega
corriendo, se arrodilla, le consulta sobre la vida eterna y responde sinceramente que
cumplía los mandamientos, ahora en cambio, se marcha triste, ya que el Maestro Bueno,
le dijo lo que debía hacer y él no pudo, porque las riquezas atan. Como bien explica
Schmid, el signo de poseer riquezas, para el pueblo judío, era una bendición de Dios.
Las riquezas eran una prueba del beneplácito divino. Por esto el hombre no logra
comprender la propuesta de Jesús. Como judío que era, sabía que las limosnas eran una
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obra piadosa. Pero aquí Jesucristo no le pide que de una parte de su dinero, sino que lo
dé todo.
V23: Y, mirando en torno Jesús, dice a sus discípulos: “¡Qué difícilmente los
que tienen las riquezas entrarán en el reino de Dios!”.
El hombre se alejó entristecido y Jesús aprovecha la escena para instruir a los
discípulos, tomando como punto de partida lo ocurrido. Cristo se da cuenta de la fuerza
que tienen las riquezas sobre el corazón de los hombres. Inclusive llegan a dominar los
más altos deseos de los seres humanos: este hombre pone en peligro la vida eterna que
quería alcanzar, por no desprenderse de sus bienes. De acá se entienden estas palabras
del Señor.
V24: Los discípulos estaban estupefactos por sus palabras. Jesús tomando la
palabra de nuevo, les dice: “Hijos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios! V25 Más
fácil que un camello atraviese por el ojo de la aguja que un rico entre en el reino de
Dios”.
Los discípulos estaban confundidos y sorprendidos, ya que, las riquezas eran
signo del beneplácito de Dios. Y ante este estupor, Jesús vuelve a repetir su sentencia.
Cristo, en el versículo 24, no solo se refiere a los ricos, sino a todos los hombres. E
ilustra lo que acaba de enseñar: es tan difícil que un rico entre en el reino de los cielos,
como que un camello pase por el ojo de una aguja. Tómese esta frase en sentido literal o
en sentido figurado, lo cierto es que el Señor contrapone a un animal grande con una
abertura pequeña. Con esto quiere significar una verdadera imposibilidad: el hombre
que se apega a las riquezas no puede entrar en el reino, le es imposible. Ya que no se
puede servir a dos señores (Mt. 6, 24).
V26 Ellos estaban fuertemente impresionados diciendo entre sí mismos: “Y
¿quién pude salvase?
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Claro, que un camello pase por el ojo de una aguja es imposible y si así es la
salvación, nadie se podrá salvar. De ahí lo que ellos decían entre sí. Según Gnilka, en
último término este interrogante apunta al mismo blanco que la pregunta del hombre
rico, del versículo 17, sólo que ahora presupone la experiencia del rechazo del rico.
V27 Mirándoles Jesús, dice: “Para los hombres, imposible, mas no para Dios;
pues todas (las cosas son) posibles para Dios”.
Ante la impresión de los discípulos, el Señor subraya esa imposibilidad, pero
solamente por parte del hombre y añade la seguridad de que Dios, sí puede salvar. Así,
el rico y todo hombre, se podrá salvar con la ayuda de Dios. Ilustra Gnilka que con esta
respuesta, Jesús, libera a sus discípulos de la ansiedad ante el futuro, fuente de su
interrogante. La salvación será accesible para quien siga a Jesús.
V28 Comenzó a decirle Pedro: “He aquí que nosotros hemos dejado todo y te
hemos seguido”.
Pedro nuevamente toma la palabra y le recuerda al Señor que ellos, sí hicieron lo
que no se animó a cumplir el hombre rico: ellos dejaron todo y lo siguieron al Señor.
Según Schmid, en ese “todo” está expresado la verdadera conciencia que tenían de la
magnitud y del mismo mérito que tiene el acto de lo que ellos hicieron.
V29 Manifestó Jesús: “En verdad os digo, nadie hay que haya dejado casa o
hermanos o hermanas o madre o hijos o campos a causa de mí y a causa del evangelio,
V30 que no reciba cien veces más ahora, en este tiempo, casas y hermanos y hermanas
y madres e hijos y campos, con persecuciones, en el mundo venidero vida eterna”.
Jesús le responde a Pedro. Le promete, a los que han dejado todo a causa de su
nombre y del evangelio, una doble recompensa: una primera, el centuplicar los bienes
abandonados y la segunda, la vida eterna en el mundo venidero, en el futuro. Sin
embargo este pago centuplicado, no se puede entender como un pago terreno, sino
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celestial. Ya que Cristo pensaba en un parentesco espiritual. Precisamente será la
caridad, la que una. Pero esta recompensa se recibirá a pesar de las persecuciones que se
estaban sufriendo en el momento en que fue escrito este evangelio. Las mismas
persecuciones que ya encontramos predichas en otras partes de la Escritura: por ejemplo
en Mateo 5, 11: “Bienaventurados seréis cuando os injurien y os persigan y digan con
mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa.”
V 31 Muchos primeros serán últimos y los últimos, primeros.
Con esta frase, nuestro Señor está invirtiendo el orden de las categorías humanas
en el mundo futuro. Señala Schmid que este versículo guarda una relación muy débil
con lo anterior, y, por lo tanto, no se sabe si Cristo, está pensando como una promesa a
los discípulos o como un aviso contra el orgullo. Los primeros, pueden entenderse
también, como los primeros del mundo, o sea, los ricos y los últimos son los pobres, los
que a los ojos humanos, no tienen nada.
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3. Comparación con el Evangelio de San Mateo (19, 16-30)
Este relato, según cómo lo relata Mateo, ofrece algunas diferencias con el de
Marcos. Sobre todo hay dos muy significativas. La del versículo 16 y las del versículo
21. Estas grandes diferencias están resaltadas.
V16. “Y he aquí que uno, llegándose donde (él), le dijo: “Maestro, ¿qué (de)
bueno haré para poseer la vida eterna?”
En Marcos en cambio, encontramos el apelativo bueno, al lado de Maestro. Lo
cual como dijimos, no era común en el mundo judío. Mateo, que les estaba escribiendo
a los judíos, evita esto para no generar problemas dogmáticos y conflictos.
V17 Ahora bien, ´l le dijo: “¿Por qué me preguntas acerca de lo bueno? Uno es
el Bueno. Si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.
Según Schmid, al responder Jesús que Uno solo es el Bueno, dice que esta es
una respuesta un tanto forzada (él utiliza el término “violenta”), con respecto a la
pregunta que le hace el joven. Y con esto se evidencia que el relato de Marcos es más
antiguo que éste. Mateo, con esta respuesta del Señor, sigue el hilo del relato de Marcos.
V18a. Le dice: “¿Cuáles?”
A diferencia del relato de Marcos, en este el joven le pregunta cuáles son los
mandamientos. En el anterior evangelio, el Señor le dice que “lo sabes”.
V18b y 19: Jesús manifestó: “El no asesinarás, no cometerás adulterio, no
robarás, no darás falso testimonio, honra al padre y a la madre y amarás a tu prójimo
como a ti mismo”.
Nuevamente el Señor enumera los mandamientos que debe cumplir, pero a
diferencia del anterior Evangelio, no menciona el precepto de no defraudar y suma el de
“amar al prójimo como a ti mismo”. Este precepto, que si bien no está en el decálogo, lo
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encontramos en Levítico, 19, 18 y en el mismo Evangelio de Mateo 22, 40, en donde lo
considera como compendio de la Ley.
V20. Le dice el Joven: “Todo eso (lo) he guardado; ¿de qué estoy falto
todavía?”.
Aclara el evangelista quién era el interlocutor del Señor: un joven (por esto la
tradición ha llamado a este episodio el “joven rico”). Al respecto Marcos no dice nada,
ya que al comenzar el relato, en el versículo 17, dice escuetamente que “uno” se le
acercó. El mismo Mateo reiterará, en el versículo 22, que es un joven.
Omite Mateo, como también lo hace Lucas, la mirada y el amor de Jesús.
V21. “Jesús le manifestó: “Si quieres ser perfecto, marcha, vende tus bienes y
da(lo) a (los) pobres, y tendrás un tesoro en (los) cielos; y ven, sígueme”.
En Mateo, el Señor, le propone lo que tiene que hacer para ser perfecto, que
tiene el mismo sentido de “una sola cosa te falta” que encontramos en Marcos. Con este
cambio, Mateo, expresa de una manera más clara y categórica, que el mero
cumplimiento de los preceptos, de la Ley es una obra imperfecta. Hace falta la entrega
total al Señor. Esta entrega consiste en renunciar a toda posesión terrena y seguir al
Señor.
V23 Omite lo que se encuentra en Marcos, en el versículo 24, el cual nos relata
que los discípulos quedaron estupefactos antes las palabras del Señor.
V27 Agrega Mateo una pregunta de Pedro, que no figura en el evangelio de
Marcos: “¿Qué tendremos, pues?”. Con esto, se hace explícito, que Pedro, junto con
los discípulos estaban esperando algo a cambio por aquello que habían dejado. El joven
rico, no se atrevió a dejar sus riquezas, para seguirlo al Señor, ellos sí, luego ¿qué
tendrán a cambio? Es una pregunta lógica.
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V28 Acá hay bastantes diferencias con el relato de Marcos: en primer lugar
aclara Mateo, que esta recompensa será para los que lo hayan seguido. Esto es lo más
perfecto de la invitación del Señor: el seguirlo. Nuevamente el abandono de las riquezas
queda en segundo plano. También Mateo, habla de la “regeneración”, está llevando a
sus discípulos a otro plano, ya no en el meramente natural. Esta frase, va unida a la
Parusía del Hijo del hombre y del juicio. Los doce, se sentarán en los doce tronos para
juzgar. En este evangelio, encontramos una promesa que no hallamos en Marcos: los
doce participaran del juicio.
V29: hay una diferencia con Marcos a la hora de enumerar los bienes dejados.
Tampoco encontramos, una repetición de los bienes que heredarán cien veces más. No
encontramos, a su vez, la mención a la persecución. Y por último el motivo de haber
dejado todo, es a causa de su nombre, sin mencionar el “y a causa del evangelio”, de
Marcos.
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4. Comparación con el Evangelio de San Lucas (18, 18-30)
Este relato no tiene grandes diferencias como el de Marcos, pero tiene algunos
puntos que no son idénticos, los cuales señalaremos.
V18. Y cierto jefe...
Para Lucas el interlocutor es un cierto jefe, uno de los principales. Se puede
entender, que en Lucas el diálogo ya no es entre un hombre y Cristo, sino que al ser un
jefe, representa al Pueblo de Israel, por lo que el diálogo se realiza entre Cristo y el
Pueblo elegido.
V20. Sabes los mandamientos: no cometas adulterio, no asesines, no robes, no
des falso testimonio, honra a tu padre y a (tu) madre”.
Este hombre era un jefe, por lo tanto tenía que saber los mandamientos. Por eso
el interlocutor no se los pregunta. Y, al igual que Mateo, omite el precepto de no
defraudar. Y altera el orden de los preceptos: Marcos pone en primer lugar el no
asesinar y luego no cometer adulterio. San Lucas los presenta al revés.
V22 Omite, al igual que Mateo, la mirada y el amor del Señor.
V23. Más él, oyendo esto, se puso muy triste, pues era rico sobremanera.
No dice que se marcha entristecido, sino sólo que se puso triste. Cómo es una
característica de este evangelista, el jefe al no marcharse no queda tan mal parado como
en los otros evangelios.
V24. Toda esta enseñanza del Señor sobre las riquezas, está dicha en presencia
de este jefe, que no se marchó (como sí lo hace en los otros evangelios). Lucas no
menciona que les hablara a los discípulos, aunque en el versículo 26 encontramos que
había otros oyentes, aparte del “cierto jefe”.
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Al igual que Mateo, San Lucas omite la sorpresa de los oyentes. Y va un poco
más lejos que Mateo, ya que no solamente omite la primera impresión, sino también la
segunda.
V29 No menciona, a la hora de enumerar los bienes dejados, a la madre, ni a los
campos, y agrega a la mujer. También sustituye el “a causa de mi nombre y del
evangelio”, por “a causa del reino de Dios”.
Tampoco habla de las persecuciones, ni enumera los bienes que se recibirán
“muchas veces más”. A su vez, omite completamente el versículo 31. Sin embargo esto
mismo lo encontramos en el mismo Evangelio de Lucas, pero en otro lugar, en 13, 30.
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5. Conclusión
Esta perícopa que acabamos de analizar, presenta matices diferentes en cada
Evangelio.
El relato más completo y con más detalles lo encontramos en San Marcos, el
cual describe de una forma muy pintoresca todo este episodio.
En cambio San Mateo omite algunos detalles, corrige el estilo de redacción y
hace dos grandes precisiones, que podríamos llamar teológicas. La primera de ellas, la
encontramos en el versículo 16, en donde no llama al Maestro bueno, para evitar toda
controversia teológica. Y la segunda en el versículo 21, en donde, con el cambio que
hace, deja bien en claro que para ser perfecto no basta cumplir la Ley.
San Lucas, como es una de sus características, deja bien parado al rico, ya que
no se marcha y escucha toda la enseñanza del Señor.
Para concluir, simplemente aclarar por qué el nombre de este trabajo fue titulado
“El Rico”. Esto se debe a que el interlocutor, en San Marcos, es un hombre; en San
Mateo, en joven y en San Lucas un cierto jefe.
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6. Bibliografía utilizada
Fuente
• Biblia de Jerusalén. Nueva edición revisada y aumentada. Desclée de
Brouwer, Bilbao, 1998.
Estudios
• Benoit, P., Boismard, M.E., Malillos, J.L., Sinopsis de los cuatro evangelios.
Desclée de Brouwer, Bilbao, 1975.
• Gnilka, J., El evangelio según San Marcos, Volumen II, Sígueme, Salmanca,
1986.
• Schmidt, J., Comentario al Evangelio de Marcos, Herder, Barcelona, 1975.
• Schmidt, J., Comentario al Evangelio de Mateo, Herder, Barcelona, 1975.
• Schmidt, J., Comentario al Evangelio de Lucas, Herder, Barcelona, 1975.
18
Índice
1. EL RELATO E3 SI3OPSIS ................................................................................................................. 2
2. RELATO SEGÚ3 EL EVA3GELIO DE SA3 MARCOS (10, 17-31) ............................................. 5
UBICACIÓ" DE"TRO DEL EVA"GELIO. CO"TEXTO. ................................................................................... 5
EXÉGESIS .................................................................................................................................................. 5
3. COMPARACIÓ3 CO3 EL EVA3GELIO DE SA3 MATEO (19, 16-30) ................................. 11
4. COMPARACIÓ3 CO3 EL EVA3GELIO DE SA3 LUCAS (18, 18-30) ................................... 14
5. CO3CLUSIÓ3 ................................................................................................................................. 16
6. BIBLIOGRAFÍA UTILIZADA ....................................................................................................... 17
FUE"TE .................................................................................................................................................. 17
ESTUDIOS ................................................................................................................................................ 17
Í3DICE ..................................................................................................................................................... 18