historia de una muchacha delgada
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8/9/2019 Historia de Una Muchacha Delgada
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http://marcocar.blogspot.com
HISTORIADEUNAMUCHACHADELGADAMarco CAR
Un tiempo trabaj limpiando una mega tienda por las noches. Era un trabajopesado y aburrido. La actividad que ms detestaba era pulir el piso. La mquina
que debe usarse vibra y hace mucho ruido. Para evitar ese ruido me pona a pensar
en Mxico, en la familia o en ella. O vea las cosas de la tienda seleccionando al
paso de los anaqueles qu productos me gustara comprar. Tambin miraba los
enormes anuncios pegados en lo alto de las paredes. Haba uno que me miraba a
m. Era el de una muchacha casi en los huesos, rubia, de rostro blanco y ojos
grandes que modelaba no s que marca de Blue Jeans.
Ese anuncio estuvo todo el verano. Desde la seccin de juguetes hasta el rea de
ropa para damas, donde el anuncio estaba pegado, la muchacha pareca seguir consus ojos sin brillo mi paso con la pulidora y su zzzzzzzzz permanente. Mi amiga del
verano.
Pas tantas veces por ese pasillo puliendo el piso, o barrindolo o lavndolo, que a
veces pareca sostener un dilogo con la modelo del anuncio. Necesito otro
trabajo a veces pensaba mientras la vea en el cuadro enorme pegado a la pared.
A dnde se va lo que comes? reflexionaba cuando vea sus brazos como dos
jirones de piel colgndole.
Sus pmulos hundidos parecan los de alguien que ha sido succionado hacia
adentro de su propio cuerpo. Y pese al obvio trabajo de efectos digitales, sus ojosno tenan ese brillo que una mano mgica le haba puesto con el photoshop. Era el
rostro feliz, de una nia brillando, generado por un software.
Un da, fui a cambar los vales de descuento que la tienda daba a los empleados
para comprar no s qu cosa sin importancia y pas frente al anuncio. Ah, una
muchacha norteamericana miraba a mi amiga del anuncio con atencin.
Era una muchacha delgada, de la forma como las muchachas delgadas deben ser:
con la piel esponjada, los pmulos encendidos y la garganta vencida por la vida.
Apenas un lejano el esbozo de una madonna del renacimiento.
Vea a la modelo y luego se vea a ella misma en un espejo empotrado cerca de unmostrador.
La noche siguiente, otros empleados de la tienda quitaban el anuncio mientras yo
haca mi recorrido con la mquina zumbando. En el lugar colocaron otro anuncio,
esta vez de una nia de unos 14 aos, modelando ropa de otoo. Su rostro, blanco
y brillante, tambin esconda en sus trazos digitales una vida succionada. Esa sera
mi amiga hasta el fin del invierno.Al salir del trabajo, tomando un caf y mirando un
peridico en el Starbucks de enfrente, leo que una modelo brasilea falleci de
anorexia. La muchacha que muri no era mi amiga del verano, pero pudo ser. O
podra ser la muchacha norteamericana que se comparaba con la modelo en el
espejo. Y es que a veces no basta ser como uno mismo. Te exigen ser otro. Un
extrao, s pero que es ms agradable para los otros