flacsoandes · como las del milenio puedan tomarse como compromiso firme de estado. de hecho,...

25

Upload: others

Post on 17-Mar-2021

0 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: FLACSOANDES · como las del Milenio puedan tomarse como compromiso firme de Estado. De hecho, además de otras incertidumbres con las que hay que lidiar en las proyecciones a mediano
Page 2: FLACSOANDES · como las del Milenio puedan tomarse como compromiso firme de Estado. De hecho, además de otras incertidumbres con las que hay que lidiar en las proyecciones a mediano
Page 3: FLACSOANDES · como las del Milenio puedan tomarse como compromiso firme de Estado. De hecho, además de otras incertidumbres con las que hay que lidiar en las proyecciones a mediano
Page 4: FLACSOANDES · como las del Milenio puedan tomarse como compromiso firme de Estado. De hecho, además de otras incertidumbres con las que hay que lidiar en las proyecciones a mediano
Page 5: FLACSOANDES · como las del Milenio puedan tomarse como compromiso firme de Estado. De hecho, además de otras incertidumbres con las que hay que lidiar en las proyecciones a mediano
Page 6: FLACSOANDES · como las del Milenio puedan tomarse como compromiso firme de Estado. De hecho, además de otras incertidumbres con las que hay que lidiar en las proyecciones a mediano

71

Los tiempos y los compromisos de latransformación de la sociedadLejanos parecían los tiempos de los planes quinquenales y los atis-bos de pensamiento prospectivo de los sistemas de planificaciónde los sesenta. Habían sido barridos por el cortoplacismo de lospresupuestos anuales y la casi imposibilidad jurídico-administrativade establecer compromisos plurianuales de recursos para accio-nes estatales proactivas que, así fragmentadas, impiden incluso lamás mínima racionalidad instrumental.

La SENPLADES y, por tanto, el Gobierno ecuatoriano se planteanahora la cuestión de las posibles estrategias para lograr la inclusiónsocial, y nos invitan a pensar con un inusual horizonte temporal(2008-2020), que cabalga sobre aquel período de 15 años (2000-2015) que todo parece indicar resultó no demasiado largo sinodemasiado corto para los estados que se comprometieron a cum-plir las llamadas “Metas del Milenio”. 1

Hablar de desarrollo es hablar de transformación económica,social y política profunda. Ello requiere tiempo, medido en déca-das y no en años, pero el problema no será solo de tiempo, sinode voluntad política y, para no caer en el voluntarismo, de losesquemas mentales que orientan la concepción de los procesos

* Director académico de la maestría enEconomía Social de la UniversidadNacional de General Sarmiento(Argentina).

1 “En septiembre de 2000, en la Cumbre delMilenio de las Naciones Unidas, losdirigentes mundiales acordaron una seriede metas y objetivos medibles paracombatir la pobreza, el hambre, lasenfermedades, el analfabetismo, ladegradación del medio ambiente y ladiscriminación en contra de la mujer parael año 2015. Estas metas, que constituyenel centro de la agenda mundial, se conocenactualmente con el nombre de Objetivosde Desarrollo del Milenio”.(http://www.undp.un.hn/odms.htm). Cabedestacar que no solo es un compromiso decada Estado de la periferia, sino uncompromiso del sistema interestatal. Ya enla Cumbre Mundial de 2005 se hizotambién evidente la falta de voluntad delos países del centro, en especial los del G-8, de acordar el alivio de la deuda externapara los países más pobres y otros apoyos(aumento de la Ayuda para el Desarrollo)considerados necesarios según los mismosmodelos predominantes de vinculaciónentre variables “económicas” y “sociales”(sobre esta diferenciación volveremos)para poder cumplir las metascuantificables.

INTRODUCCIÓN

Page 7: FLACSOANDES · como las del Milenio puedan tomarse como compromiso firme de Estado. De hecho, además de otras incertidumbres con las que hay que lidiar en las proyecciones a mediano

72

de cambio. Tenemos una experiencia reciente (las Metas delMilenio) que parece registrar la incapacidad estatal y paraestatalpara concebir y establecer incluso pocas y modestas metas y avan-zar en su cumplimiento. Esto aun cuando se dieron 15 años y seexpresó la voluntad manifiesta de los estados representados porsus gobiernos de turno de cumplirlas con el apoyo de los organis-mos de las Naciones Unidas. Se aprecia ya en los actores públicosnacionales e internacionales la convicción de que el año 2015 está“demasiado cerca” y las evaluaciones de progreso indican que, engeneral, varias de las metas no podrán ser cumplidas en muchospaíses.

Con esa experiencia en mente, pensar al año 2020 puede ser vistocomo una oportunidad para retomar y reafirmar las Metas delMilenio con más tiempo, o bien como una oportunidad para pen-sar la puesta en marcha de otros procesos con un compromiso detransformación no solo de las variables de resultado sino de lasestructuras que producen esos resultados.2

En esta ponencia vamos a sostener que la significación de esa con-vocatoria al país para pensarse a futuro dependerá no solo delvalor de las metas ni del compromiso de gasto público, sino de losprocedimientos de construcción de compromisos nacionales parala definición de lo deseable y posible al año 2020, tanto como paraacordar su seguimiento, rectificación consensuada y control, con elprotagonismo de la sociedad organizada para lograr tales transfor-maciones. Si hay continuidad, 12 años es un tiempo suficiente parainstitucionalizar otra relación entre sociedad y política. En particu-lar, si la sociedad fortalece y articula sus organizaciones para avan-zar simultáneamente en la democratización de la gestión pública yen la resolución inmediata de sus acuciantes problemas cotidianos,lo que implica poner en marcha un proceso de transformación delas estructuras económicas. A ello apunta la propuesta de la eco-nomía social y solidaria.

La centralidad del papel de la sociedad organizada no implica queel Estado no sea un actor protagónico indispensable para poneren marcha procesos de transformación mayor que permitangarantizar el cumplimiento de los derechos humanos. Todo lo con-trario, nos parece una significativa renovación que el Estado plan-tee que hay que pensar en otro desarrollo y no en el mero aliviode la pobreza al que nos ha pretendido reducir la banca interna-cional metida a mega asistente social. Pero el análisis de otras par-tes del sistema internacional de Naciones Unidas y la experiencia

2 Para dar un ejemplo: no solo la tasade escolarización sino el sistema quepretende educar. El problema con losmodelos no es siempre su estructurade causalidades supuesta sino lamisma definición acrítica ytecnocrática (no se consulta a lassociedades) de las variables. Cómodefinir y medir indigencia, pobreza,riqueza, etc., son parte fundamentaldel análisis (no del analiticismo)económico.

Page 8: FLACSOANDES · como las del Milenio puedan tomarse como compromiso firme de Estado. De hecho, además de otras incertidumbres con las que hay que lidiar en las proyecciones a mediano

73

muestra que los estados de la región no solo no venían garanti-zando los derechos básicos, expresados o no en metas, sino quebien podían imponer regresiones brutales en la calidad de vida delas mayorías de nuestra región. Es más, aunque las Metas delMilenio debieron ser un compromiso de Estado, al haber sido fir-madas por los gobiernos de turno, tanto los partidos que asumie-ron el gobierno posteriormente como los que estarán durante el2015 pueden no considerarse responsables respecto al incumpli-miento de ese compromiso. Y el sistema de las Naciones Unidasno cuenta con mecanismos efectivos para hacerlos obligatorios.3

Resulta importante la lección que esto arroja. Debe al menoshaber un acuerdo nacional pluripartidista y con amplio compromi-so de actores sociales colectivos para que incluso metas limitadascomo las del Milenio puedan tomarse como compromiso firmede Estado. De hecho, además de otras incertidumbres con las quehay que lidiar en las proyecciones a mediano plazo, no es adecua-do pensar como reaseguro que los actuales gobernantes, o suproyecto político, van a estar a cargo del gobierno durante todoel período considerado en las estrategias, lo que reafirma que lasociedad organizada misma debe ser co-garante de su cumpli-miento. Sin embargo, poner tal condición abriría un espacio dedebate público no solo sobre las condiciones de viabilidad sinosobre la suficiencia de metas de ese tipo, algo que muchos gobier-nos prefieren evitar.

La inviabilidad por falta de recursos será una excusa que daránmuchos gobiernos. Pero entonces cabe preguntarse cómo se ins-titucionalizó lo económico para que produjera escasez de recur-sos para encarar condiciones mínimas de sobrevivencia de secto-res mayoritarios de la población.

Esto no debe llevar a la inacción y al pesimismo, sino a vincularfuturos compromisos por el logro de metas y transformaciones demediana y larga duración con una institucionalización de lo econó-mico que asegure su continuidad como compromiso de toda lasociedad (sobre esto volveremos).4

3 Si bien la justificación predominanteserá la escasez de recursos, existendocumentos internacionales queindican explícitamente que losestados no podrán aducir la falta derecursos como causal para nogarantizar los derechos humanos(individuales, cívicos y sociales).Como lo pone Dussel: “Cuando lafactibilidad técnica se sitúa en elnivel de la escasez económica delmercado, bajo el criterio decompetitividad, eficacia de laracionalidad instrumental, puedenegar la posibilidad de lareproducción y desarrollo de la vidadel sujeto humano”. (Dussel, 1998).

4 Así, la institucionalización de laparticipación activa de la población–organizada o movilizadacoyunturalmente– es necesaria tantopara movilizar los recursos,capacidades y fuerzas sociopolíticasque requiere una transformaciónsignificativa de la sociedad y sueconomía, como para reasegurar elcompromiso del Estado y lossucesivos gobiernos en impulsarlas.

Page 9: FLACSOANDES · como las del Milenio puedan tomarse como compromiso firme de Estado. De hecho, además de otras incertidumbres con las que hay que lidiar en las proyecciones a mediano

UTOPÍA,UTOPÍSTICA Y

POLÍTICA

74

El ver, el percibir, el saber, el saber hacer, no son atribuciones exclu-sivas de la ciencia, pero la ciencia es un modo de conocimientoque ha venido predominando por sobre otros saberes y sin dudadebe ser tenida en cuenta con una perspectiva crítica. Para FrankHinkelammert, las utopías sociales juegan un papel fundante de lasciencias sociales. Es necesario concebir lo mejor como idea lógica-mente articulada, una realidad imposible, para descubrir lo mejorrealmente posible, la idea sometida al criterio de factibilidad(Hinkelammert, 1984). Las utopías orientan las decisiones sobre labuena sociedad, y en particular las prácticas políticas cuyo sentidoes la transformación progresiva de las sociedades existentes, peroevitando la ilusión de que las utopías se pueden realizar. Que lasutopías generen ilusiones es inevitable, pero no puede por esonegarse su función en la construcción de marcos categoriales parael pensamiento social. Sin embargo, las propuestas de acción paraun mundo mejor no pueden basarse en ilusiones, no solo porqueserían instrumentalmente ineficaces, sino por razones éticas.5

Immanuel Wallerstein nos propone el ejercicio de lo que denomi-na “utopística”. Por tal entiende “la evaluación seria de las alterna-tivas históricas, el ejercicio de nuestro juicio en cuanto a la racio-nalidad material de los posibles sistemas históricos alternativos. Esla evaluación sobria, racional y realista de los sistemas socialeshumanos y sus limitaciones, así como de los ámbitos abiertos a lacreatividad humana. No es el rostro de un futuro perfecto (e inevi-table), sino el de un futuro alternativo, realmente mejor y plausi-ble (pero incierto) desde el punto de vista histórico. Es, por lotanto, un ejercicio simultáneo en los ámbitos de la ciencia, la polí-tica y la moralidad” (Wallerstein, 1998: 3-4).

Aunque se diferencian respecto a la utilidad de las utopías, ambospensadores entienden que la política es la práctica que intentaconcretar visiones de futuro en transformaciones reales y posibles,donde “el problema político no puede consistir en la realizaciónde tales sociedades perfectas, sino tan solo en la solución de losmuchos problemas concretos del momento”. (Hinkelammert,1984: 28). Si bien las visiones de un sistema social mejor operanefectos en la valoración de la realidad actual, es aterrizando en laidentificación de problemas concretos y, por tanto, complejos,diagnosticando rigurosamente sus causas y tendencias y experi-mentando vías de acción eficaces para resolverlos como la cienciacontribuye a la política.6 La racionalidad instrumental tiene allí sulugar, pero subordinada a la racionalidad material que, en últimainstancia, es la conservación y reproducción en condiciones siem-

5 Enrique Dussel lo plantea así: “Elprincipio de factibilidad éticadetermina el ámbito de lo quepuede-hacerse (factibilia: lo que estécnico-económicamente posible deser efectuado) dentro del horizonte:a) de lo que está éticamentepermitido-hacerse; b) hasta lo quenecesariamente debe-operarse. Esehorizonte encierra todas las acciones,con factibilidad-ética (operabilia).No es simplemente lo que puede-hacerse (aunque no responda a lasexigencias éticas) ni meramente loque confusamente se enuncia comolo deseable-de-ser-operado. Laexigencia propiamente ética…obliga a operar aquello que no-puede-dejar-de-obrarse desde lasexigencias de la vida y la validezintersubjetiva moral”. (Dussel, 1984:268). Ahora bien, tener una utopía nogarantiza ningún principio ético. Losneoliberales se movilizan por lautopía del mercado perfecto, y lapretensión de acercarse a él haprobado ser destructiva de lasociedad, a comienzos del siglo XX yen la actualidad.

6 Aquí nos centramos en elconocimiento científico, pero lasepistemologías poscoloniales enproceso de elaboración indican quehabrá que incorporar otras formas desaber. Por ejemplo, es evidente quelas ciencias y la filosofía occidentalhan avanzado en el conocimiento delos procesos ecológicos y la reflexiónsobre las relaciones sociedad-naturaleza como para derivar nuevasreglas de acción y para hacerpredicciones que, sin embargo, yaestaban planteadas hace siglos porlos modos de conocer de los pueblosoriginarios de América.

Page 10: FLACSOANDES · como las del Milenio puedan tomarse como compromiso firme de Estado. De hecho, además de otras incertidumbres con las que hay que lidiar en las proyecciones a mediano

75

pre mejores de la vida de todos. Muchas morales son posibles yno son decidibles objetivamente, pero hay un principio ético basa-do en juicios de hecho (ver Hinkelammert, 2003): sin la reproduc-ción de la vida no es posible gozar de ninguna libertad, y la vidade toda persona es vida en sociedad, no hay yo sin otros. Es desdeesta racionalidad fundante que se debe reconstruir el sistema eco-nómico y pensarse la relación entre economía y sociedad (sobreesto volveremos).

Volviendo a las Metas del Milenio, en aquellos países donde no selograrán, o bien no fueron un buen ejercicio de conocimiento delo posible, o la moralidad vigente no estuvo fundada en la ética dela vida, o falló la política… consideramos que en ningún casopuede aceptarse que no hubo (en cada país y en el mundo) sufi-cientes recursos, porque la escasez es una construcción política yno un dato de la naturaleza. Sobre esta base, vamos a proponeralgunos puntos para el debate.

En primer lugar, es posible que el problema no sea que las metasfueron complejas y muy ambiciosas, sino que fueron simplistas ypoco ambiciosas. Contrariamente al sentido común, adicto a loconcreto definido como lo empírico y visible, es problemático queantes que cambios estructurales, en aquel evento del año 2000solo se propusieran y acordaran resultados cuantitativos aisladossobre variables observables que, en su conjunto, darían comoresultado una mejor calidad de vida tal como la definen los mis-mos técnicos. Esas metas eran supuestamente acotadas, separablesy asignables a responsables sectoriales, a ser obtenidas entoncespor las mismas estructuras socioeconómicas y políticas, y dentrode la misma lógica de gestión pública instalada por 30 años deneoliberalismo. Esto es típico de la metodología de programaciónpor resultados que imperó hegemónica entre las élites de técni-cos de organismos internacionales, nacionales e incluso muchasONG.7

En segundo lugar, para comprender lo anterior y pensar lo posiblees preciso evaluar la combinación de saberes y matrices cognitivasque fueron utilizados para diagnosticar y proponer las metas. Anuestro juicio, es falsa la idea de que “ya tenemos suficientes diag-nósticos”, usualmente oída en nombre del pragmatismo y la racio-nalidad instrumental superficial, para la cual no importan los pro-

SOBRE LACONSTRUCCIÓN

DE VISIONES DEFUTURO Y LA

FIJACIÓN DEMETAS

7 Para un análisis de la factibilidadeconómica (posibilidad del gastosocial requerido) pero también de lanecesidad de reconocer estructurasde interacción entre variables quesuelen ser tratadas comoindependientes o como exógenas,ver León, Rosero y Vos, 2007. Desdela perspectiva de este trabajo, esevalioso estudio sigue limitando elanálisis a relaciones insumo-producto de variables de la economíamonetaria (incluida la producción debienes públicos gratuitos que puedenser costeados por el gasto social) ypredominantemente mercantil, conlo cual el importantísimo sector de laeconomía subterránea popular dondese juega buena parte de lareproducción y desarrollo de la vidasigue fuera de consideración.

Page 11: FLACSOANDES · como las del Milenio puedan tomarse como compromiso firme de Estado. De hecho, además de otras incertidumbres con las que hay que lidiar en las proyecciones a mediano

76

cesos profundos sino los resultados evidentes. Se necesitan diag-nósticos, pero otros diagnósticos, participantes, con un soporteteórico crítico donde técnicos, profesionales, agentes políticos y lasociedad (organizada o no) definan los problemas, la direccióndeseada de los cambios, las vías y medios para lograrlos y el papelde cada parte en lograrlas dentro de plazos vitales.8,9

En tercer lugar, es preciso cambiar la matriz de pensamiento sobrela buena práctica política y su relación con la moral acerca delcambio social. En cuestiones de cambio social es inaceptable laidea de la neutralidad valorativa sobre fines y medios. Y las cues-tiones de moral son difícilmente decidibles en base a criteriosobjetivos (qué meta priorizar, cómo definir calidad de vida, cuántaequidad y cómo lograrla, cuánta y qué tipos de desigualdad soninsoportables, qué derechos son inalienables en términos absolu-tos y cuáles pueden graduarse en su cumplimiento, etc.). Y, sobretodo, ¿quién decide estas cuestiones? Aquí, antes que a la verdad,es inevitable apelar a la democracia, a la construcción de unacomunidad política donde quepan todos y se reconozcan mutua-mente como miembros de una sociedad sin excluidos.

En cuarto lugar está la cuestión de la eficacia política en la cons-trucción de lo posible. Una administración tecnocrática de mode-los ligando variables instrumentales y metas está lejos de movilizarlas fuerzas sociales y crear las condiciones de balance de podernecesarias para producir cambios sociales contrarios a las tenden-cias del sistema de acumulación capitalista periférica vigente ennuestros países. Una estrategia de transformación a mediano plazo(¿dos generaciones?) orientada por el principio e inclusión detodos (no de algún porcentaje mayor)10 requiere, para ser soste-nible, la convocatoria efectiva y creíble de las mayorías de trabaja-dores del campo y la ciudad, generando “…aspiraciones, expecta-tivas y esperanzas populares…” (Wallerstein, 1998),11 así como suposicionamiento creciente como sujeto y no objeto de la acciónpública y social. En tal sentido, no pueden ser creíbles metas –máso menos ambiciosas- producidas por el mismo sistema analíticoque enajenó a las mayorías del sistema de decisiones públicas y lodejó en manos de expertos. No importa cuántas veces se use lapalabra “participación” en los documentos oficiales si no hay efec-tiva participación, y las metas y calidad de los procesos no sondefinidos en base al aprendizaje de la sociedad hecha cargo de supropio futuro, con derechos y responsabilidades concientementeasumidos, planteando y asumiendo sus desafíos por voluntad pro-

8 El concepto de corto, mediano y largoplazos fue precisado en la teoríaeconómica neoclásica, referidos a latemporalidad de procesos materiales deinversión productiva. Así, el cortoplazo no es un número determinado demeses o años sino que se refiere a unproceso limitado estructuralmente paraincrementar la producción mediante laampliación de la capacidad instalada,pudiendo solo aumentar los factoresvariables de la producción. Dada laimportancia de la temporalidad en estaconvocatoria, sería útil debatir acercade los criterios de clasificación de lostiempos materiales de transformacióndentro y entre estructuras y su difícilexpresión en tiempos de calendario.En todo caso, habría tiempos distintospara diversos contenidos de lastransformaciones políticas,económicas, sociales, culturales,ecológicas, etc. Una referenciasignificativa en términos de la vidahumana son los tiempos de los ciclosde vida: una, dos o tres generaciones.

9 Más allá de las intenciones de muchosde quienes participaron en eseproceso, de hecho las Metas delMilenio fueron resultado de otroejercicio de sustitución de los pueblospor sus representantesgubernamentales y de diagnósticos yprognosis de expertos siguiendometodologías economicistas, sin elaporte de los saberes de los sujetos-objeto sociales a los que se pretendíabeneficiar. Por lo demás, no hubodiagnósticos estructurales (salvo lospseudodiágnósticos basados en“aprioris” neoliberales), que evaluaranlos sistemas y las instituciones, y lascausalidades que generaron losproblemas (como el librefuncionamiento del mercado, lasreformas del Estado, los programas deajuste estructural, la tendencia asustituir la política por la gestiónpública, etc.).

Page 12: FLACSOANDES · como las del Milenio puedan tomarse como compromiso firme de Estado. De hecho, además de otras incertidumbres con las que hay que lidiar en las proyecciones a mediano

77

pia. Las decisiones abarcan desde definir las reglas de las decisio-nes colectivas hasta elegir las opciones en cada ámbito y para cadaproblema. Procesos de decisión abiertos, donde la experimenta-ción responsable y el aprendizaje alimentan la creatividad y lacapacidad de rectificar y mejorar lo logrado.

En quinto lugar, un desafío que se presenta con el cambio radical-mente democrático en sociedades periféricas es que los sistemasque se deben modificar son complejos, y las interdependencias yconsecuencias mutuas entre cambios son difíciles de anticipar y decomprender. Un proceso democrático implica transparencia, par-ticipación conciente y, por tanto, comprensión de las mayoríassobre las acciones de transformación, qué se espera de ellas, quépapel debe jugar cada sector en su procesamiento. El maquiavelis-mo puede rendir frutos, pero sería conveniente suponer que talesfrutos van a ser fácilmente reversibles si cambia la relación de fuer-zas políticas. La visibilidad de los actores colectivos y los grandesconglomerados de poder económico es tan fundamental comoque se creen espacios públicos plurales donde los diversos intere-ses y valores puedan expresarse. En eso hay un mecanismo yaprobado en Brasil en relación a los planes directores que sería unainnovación institucional mayor: cuando por ley se establece que unproceso de planificación y/o gestión debe ser participativo, conuna adecuada representación de la sociedad involucrada, es posi-ble interponer un recurso legal que anula decisiones que no cum-plan con esa condición de construcción y acuerdo participativosegún las reglas establecidas.12

En sexto lugar, respecto a los tiempos: luego del huracán de la glo-balización, la escasez de certidumbres y el predominio del prag-matismo que ve la realidad impuesta por los poderes globales ynacionales como la única alternativa ante la cual solo cabe apren-der a adaptarse, parece de ciencia ficción que un gobierno proyec-te a dos décadas y más. Sin embargo, toda madre piensa en sucotidianeidad por el futuro de sus hijos y nietos. La economíapopular es una mezcla de acciones inmediatistas para la sobrevi-vencia y sueños y acciones (el “irse a volver”, la conservación dela tierra o la construcción de la casa propia para heredarla a loshijos, el estudio como inversión para mejorar la calidad de vida delas familias). De la misma manera, amplios sectores de nuestrospueblos participan de imaginarios milenarios en su perspectivaretrospectiva y a futuro. Por último, el conservadurismo y su pro-grama neoliberal tuvieron una clara visión histórica de los avancesde las clases trabajadoras durante la posguerra (los “30 dorados”)

10 Un ejemplo de meta con pretensión deinclusión total es la de “Hambre cero”,planteada en Brasil.

11 Como las que inspiró la Revoluciónfrancesa.

12 Esto es muy diferente que “abrirespacios de participación” cuyaefectivización depende de la voluntadpolítica de los responsables locales,sectoriales, etc., o de la disposiciónpara participar de una sociedadincrédula. En el caso de Argentina, sedispuso por ley que el principalprograma de la política de EconomíaSocial y Desarrollo Local debía serconsolidado y supervisado por consejoslocales, pero de varios miles demunicipios apenas unos cincuentaimplementaron realmente ese espacio,convirtiendo esa propuesta deinstitucionalización en una formalidadvacía de contenido. Otras formas de“consulta”, como las audienciaspúblicas no vinculantes, son tambiénformas de participación pero de pocaefectividad. El PresupuestoParticipativo es una forma deinstitucionalizar una parte del procesode decisión pública que ha mostradoser eficaz, aplicabilidad a sociedades yniveles muy diversos de la región, yque es posible superar la contradicciónentre las formas de representaciónelectoral (consejos deliberanteslocales) y otras formas (como lacombinación de asambleas de escalacreciente con formas alveolares derepresentación de abajo arriba y elretorno de las decisiones para surevisión o convalidación).

Page 13: FLACSOANDES · como las del Milenio puedan tomarse como compromiso firme de Estado. De hecho, además de otras incertidumbres con las que hay que lidiar en las proyecciones a mediano

78

y actuaron con la perspectiva de avanzar sin otros límites espaciotemporales que los que plantean los desbalances insoportables deconcentración del poder político, la fuerza militar, la riqueza, y losprocesos ecológicos. Son la ciencia y la tecnología las que hanretrocedido en el campo de la transformación social progresiva.Por eso es tan significativo que Ecuador se plantee otro horizon-te temporal para la política.

Finalmente, es preciso matizar lo dicho hasta aquí: siendo impor-tantes como logros en sí y como condiciones de otro desarrollo,ni la democratización ni el reconocimiento del otro ignorado (lasidentidades étnicas, de género, de edad, de orientación sexual,etc.) sustituyen la necesaria transformación del régimen de acu-mulación, y se vacían si no van acompañadas del proceso de reins-titucionalización de lo económico con la protagónica acción de lostrabajadores.13 Para ponerlo en términos de Polanyi, se trata dereabsorber la economía (que se ha venido convertido en un auto-maton autoregulado, particularmente en lo que hace al mercadofinanciero) en la sociedad (Polanyi, 2003). Pero esa tarea requiereredefinir la buena sociedad, pues la reabsorción progresista de laeconomía en esta sociedad que produjo la economía de mercadono es suficiente ni posible.

Efectivamente, liberado el mercado capitalista, la economía se havenido autonomizando de controles políticos y sociales que velenpor la cohesión social, y es usual pensar que la economía se auto-rregula con la ayuda de expertos navegantes que velan por la esta-bilidad de la moneda y el irrestricto derecho de propiedad priva-da. En la utopía liberal, la sociedad debería ser una sociedad demercado, es decir una donde cada persona se ubica según losresultados que haya logrado obtener tomando iniciativas y compi-tiendo en el mercado. Ante la exclusión masiva y la pérdida deexpectativas positivas que han producido 30 años de neoliberalis-mo, el imperativo de gobernabilidad exige un trabajo de legitima-ción de ese sistema cercano ya al límite de lo insoportable. Por esarazón, o por razones morales, se admite que el Estado (y crecien-temente el mismo capital de manera directa, con la consigna de la“responsabilidad social de las empresas”) debe redistribuir algo delexcedente acumulado de modo que la injusticia social pueda seraliviada por una política social compensadora, pero de manera queminimice su costo para el capital.

POLÍTICA SOCIALY POLÍTICA

ECONÓMICA

40 El término “trabajadores” no es aquíusado para referirse exclusivamentea la clase obrera industrial ni a lossectores asalariados, ni a los quetienen menores ingresos. Abarca unamplio espectro de miembros de lasociedad que no pueden lograr lareproducción ampliada de sus vidassin realizar de manera continuada sufuerza de trabajo, de maneradependiente o autónoma. Abarca atrabajadores dependientes delcapital y del Estado, a trabajadoresen actividades de producciónmaterial o de servicios, así como atrabajadores, predominantementemujeres, a cargo del trabajo dereproducción doméstica ocomunitaria, que produce riqueza ysatisfactores de un amplio espectrode necesidades, aunque no bajoforma mercantil (ver Coraggio,2004).

Page 14: FLACSOANDES · como las del Milenio puedan tomarse como compromiso firme de Estado. De hecho, además de otras incertidumbres con las que hay que lidiar en las proyecciones a mediano

79

Dado su proyecto estratégico de ganar la libertad del capital acosta de los trabajadores, la política social neoliberal se ha defini-do a partir de la pretensión de anular la cultura de derechoshumanos universales y de centrarse directamente en carenciasextremas de sectores de la población consideradas riesgosas parala gobernabilidad. Esas carencias han sido definidas principalmenteen términos de acceso (lo que lógicamente parece un paso pre-vio para la calidad) a condiciones de vida (alimentos, refugio, salud,educación, ingreso de un dólar diario) definidas como mínimas(¿básicas?) por técnicos del sistema interestatal y adoptadas porlos gobiernos. Se pasó así del Estado garante de derechos univer-sales –reforzados por mandatos de discriminación positiva paraalgunos grupos específicos de la población que se concretaron ensucesivas declaraciones de derechos sociales– a la adopción de unmandato de asistencia para la sobrevivencia física a los más vulne-rables mediante la focalización. Es en la última etapa de ese pro-ceso de redefinición de la política social que aparecen las Metasdel Milenio.

El proceso social por el cual sociedades periféricas heterogéneas,con intereses agónicos y antagónicos, iban concretando los dere-chos que el Estado debía garantizar fue interrumpido violenta-mente (incluso por dictaduras, comenzando con la de Pinochet en1973), pero a la vez se empoderó a las élites de especialistas enpolítica social para definir metas cuantificables, como decimos, másen términos de acceso (el caso de la educación es paradigmáticoy dramático) que de calidad, relevancia, pertinencia y, por tanto, efi-cacia para mejorar las condiciones de la calidad de vida de los ciu-dadanos “beneficiarios”. La focalización fue el caballo de Troya delos valores del mercado en el ámbito público, con su manto moralde priorizar a los más pobres entre los pobres en un contextonaturalizado de escasez de recursos públicos que fue en realidaduna construcción política que respondía a claros intereses econó-micos y políticos.

Cuando Polanyi planteó la necesidad de un “doble movimiento”,por el cual, luego de varias décadas de laissez faire la sociedaddebía reaccionar protegiéndose del mecanismo autorregulado demercado, no anticipaba que luego de 30 años de socialdemocra-cia y socialismo estatista volvería el mercado con fuerza redobla-da por la nueva onda de globalización y con toda la potencia deuna revolución tecnológica dominada por las grandes corporacio-nes globales. La catástrofe social, los cataclismos ecológicos y lavulnerabilidad de una economía global dominada por la economía

Page 15: FLACSOANDES · como las del Milenio puedan tomarse como compromiso firme de Estado. De hecho, además de otras incertidumbres con las que hay que lidiar en las proyecciones a mediano

80

de casino responden uno a uno a sus anticipos de lo que significa-ría la mercantilización libre de las capacidades humanas, de la natu-raleza y del dinero. Pero lo que no adelantó es que en el segundodoble movimiento, el que parece estar comenzando en esta déca-da en América Latina, ya no tendría sentido la reabsorción de laeconomía en la sociedad sin transformar la sociedad misma y suimaginario.

Hoy podemos constatar intentos expresos de amplificar la absor-ción de la sociedad por la economía. Esto se hace evidente cuan-do la persona se vuelve “capital humano”, y se advierte que si nose invierte algo en salud y educación los excluidos no tendránposibilidad siquiera de competir por los puestos que necesite elcapital global. “Invertir en la gente” no se diferencia mucho deinvertir en la reproducción ampliada de la fuerza de trabajo querequiere el capital de modo que haya un mercado realmentecompetitivo. Y eso se complementa con las nuevas políticas socia-les de “formación de patrimonio” individual, que aspiran a que losque construyeron su propia vivienda puedan regularizarla paradarla en garantía y acceder al crédito, camino para multiplicar tam-bién los aspirantes a ser capitalistas, incrementando la competen-cia para que emerjan por selección natural una camada de “verda-deros” capitalistas.14

Si existe una relación dialéctica entre utopías, teorías, motivacionesy organización para la acción colectiva e individual, si admitimosque un problema que ha caracterizado los 30 horrorosos años1976-2006 es la hegemonía del pensamiento individualista y mer-cadocentrista, estos talleres deben partir de una crítica a la eco-nomía, la sociedad y la política social neoliberales y reforzar unatransición de esquemas conceptuales para pensar en estrategiasde transformación estructural y no solo en un mayor progresismoen el gasto social (políticas que favorezcan la sobrevivencia inme-diata de los sectores más pobres, los desocupados, las mujeres, losindígenas, los niños, etc.).

Como resultado de 30 años de reingeniería conservadora delEstado, del mercado y sus relaciones con la sociedad, se han gene-rado situaciones de injusticia y de ineficiencia social que trascien-den la idea de emergencia coyuntural: concentración de la rique-za, destrucción de las fuerzas productivas logradas mediante laindustrialización, mercantilización del sistema político, desequilibriode ecosistemas, pérdida del desarrollo de capacidades de genera-ciones de niños desnutridos, individualismo, etc., que llevará variasdécadas de acción consistente revertir. 14 Hernando de Soto es un claro

exponente de esta propuesta.

Page 16: FLACSOANDES · como las del Milenio puedan tomarse como compromiso firme de Estado. De hecho, además de otras incertidumbres con las que hay que lidiar en las proyecciones a mediano

81

Pero en el contexto de este taller consideramos que no es posi-ble separar y tratar con lógicas distintas las respuestas a las gravesemergencias sociales que deben ser compensadas inmediatamen-te de las dirigidas a iniciar los procesos de reversión o de cons-trucción de nuevas estructuras de acción y procesamiento socialde lo económico.15

Una clave de esta vinculación entre economía y sociedad y entrelo inmediato y lo estructural está, a nuestro juicio, en la revisión delconcepto y, por tanto, del esquema que permite pensar lo posiblepara la reproducción material de estas sociedades: lo económicoy su institucionalización en la sociedad.

Entendemos por economía el sistema de instituciones, valores yprácticas que se da en una sociedad para que sus miembros y lasociedad toda se ubiquen en la división social del trabajo global,organizando la producción, distribución, circulación y consumo debienes y servicios a fin de realizar el metabolismo socio-natural(intercambio de energía entre los hombres en sociedad y el restode la naturaleza), de modo que satisfaga de la mejor manera posi-ble (reproducción ampliada de la vida en cada momento históri-co) las necesidades y deseos legítimos de todos los miembros deesa sociedad (incluyendo las generaciones futuras).

Un aspecto crucial de ese sistema de instituciones es la maneracomo pauta las formas de definir, movilizar, distribuir/apropiar yorganizar los recursos y capacidades humanas como medios paralograr el fin de la economía.

Siguiendo a Polanyi, la sociedad institucionaliza lo económico deacuerdo a cinco principios (Polanyi solo consideró los cuatro pri-meros): administración de la unidad doméstica, reciprocidad, redis-tribución, intercambio y plan (Polanyi, 1992).16 A continuaciónsugerimos lineamientos con los que la economía social y solidariacontribuiría a la reinstitucionalización de la economía, construyen-do, a la vez, un sector orgánico de economía social y solidariacapaz de disputar recursos y orientaciones públicas con la econo-mía del capital.

- Administración de la economía doméstica (oikos). Propender a la mayor autarquía de subsistencia posible de laseconomías domésticas, definidas como la articulación de familiasen comunidades o cooperativas, donde cada unidad doméstica

UNADEFINICIÓN

SUSTANTIVISTADE LA

ECONOMÍA

15 Lo que se hace para la emergencia(cómo se alivia el hambre “de cortoplazo” según el BM) puede sercontradictorio con la puesta enmarcha de procesos de desarrollo deautonomía material y política de lossectores populares; la concentraciónen la problemática del acceso alsistema educativo de los excluidospuede posponer programas dereforma estructural de todo elsistema educativo, que no puede serdividido en segmentos y secuencias(los profesores del futuro se estánformando en los primeros años de laescuela primaria, en la secundaria yen la universidad).

16 Ver también Laville, comp. (2004).Los lineamientos sobre cómoavanzar en cada principio deinstitucionalización fueron tomadosde Coraggio (2007).

Page 17: FLACSOANDES · como las del Milenio puedan tomarse como compromiso firme de Estado. De hecho, además de otras incertidumbres con las que hay que lidiar en las proyecciones a mediano

82

o comunidad procura atender a sus necesidades con sus pro-pios recursos, particularmente su trabajo. En lo que se refierea alimentación, esto implica recuperar la producción con bio-diversidad y evitar caer en la especialización extrema para elmercado. Esto se facilita en las unidades rurales, pero puedeaplicarse incluso a unidades domésticas urbanas, como mues-tran los programas de huertos familiares o comunitarios queproducen frutas, verduras, hortalizas y ganadería menor (parael autoconsumo de sus trabajadores o asociados a comedo-res escolares y hospitalarios, abasteciendo redes de intercam-bio dentro de asociaciones barriales, etc.). En lo que hace a lavivienda y el hábitat, implica transferir recursos de materiales,financieros y técnicos, que permitan mejorar sustancialmentelas condiciones de habitabilidad de los sectores popularesrurales y urbanos a través de la autoconstrucción preferente-mente comunitaria en base a los materiales que provee elpropio medio local.

- ReciprocidadPropiciar las relaciones de reciprocidad, basadas en la simetría delas donaciones y ayudas mutuas. En esas relaciones, de fuertepresencia en el mundo popular, se da y recibe y se atiende alotro como a uno mismo, sin que haya reglas de intercambiocomo las de mercado, combinando el acceso a seguridad y abienes necesarios o deseados con el tejido de lazos socialesque permiten la convivencia entre las comunidades, la seguri-dad ante emergencias personales, etc. El regalo o el serviciovoluntario al otro vincula y obliga, de lo cual la minga es testi-monio vivo en el mundo andino. La donación debe evitar launilateralidad (las transferencias de recursos para cumplimen-tar derechos ciudadanos o comunitarios no son donacionessino efectivización de derechos) para no realimentar el clien-telismo político.

- RedistribuciónProfundizar la redistribución progresiva, con el Estado desempe-ñando el papel de centralizador y recaudador de recursosfinancieros de los que más tienen para redistribuirlos de mane-ra que las comunidades se reproduzcan mejor. Se combinarála distribución a individuos (como el reconocimiento pleno deltrabajo de reproducción que hacen las mujeres en los hoga-res) con la constitución de fondos de desarrollo –a fondo per-dido y revolventes– a nivel de comunidades o asociaciones,

Page 18: FLACSOANDES · como las del Milenio puedan tomarse como compromiso firme de Estado. De hecho, además de otras incertidumbres con las que hay que lidiar en las proyecciones a mediano

83

permitiendo que éstas se fortalezcan al poder decidir demanera autónoma el mejor uso de esos recursos. Otra vía serála inversión pública de bienes públicos (educación, salud, trans-porte, energía, agua, servicios sanitarios, acceso de la tierra aquien trabaja con ella, justicia, seguridad social, etc.) acordada ydirigida al fortalecimiento de las capacidades y el acceso arecursos.

- IntercambioRegulación del intercambio en los mercados, interviniendo desdeEstado y sociedad para evitar tanto abusos de monopolios,intermediarios e importaciones que son competitivas en basea la sobreexplotación de trabajadores o la expoliación derecursos naturales en otros países, como la competencia rui-nosa entre la pequeña producción, organizando y vinculandodirectamente la producción con la demanda local, regional eincluso internacional en una relación virtuosa de responsabili-dad por el otro, donde los precios de intercambio entre ofe-rentes y demandantes se fija no por el juego mecánico de laoferta y la demanda en un campo competitivo en que cadauno busca obtener ventaja, sino siguiendo criterios de preciosjustos, vinculados principalmente al trabajo directo e indirectoque insume la producción y circulación de bienes y servicios.Las imperfecciones del mercado por la desigual distribucióndel poder y los recursos hacen necesario regular los mercadosy favorecer la consolidación de poder de compra o ventacolectiva de parte de la economía popular. La vigilancia sobrelas actividades agiotistas deberá unir la presencia de la socie-dad organizada con el poder legítimo del Estado. La reingenie-ría del sistema financiero, canalizando el ahorro popular haciala economía social, es otra línea de prioridad. Especial atencióntiene aquí la organización de formas comunitarias de autoges-tión de necesidades básicas de los ciudadanos (cooperativaslocales de servicios públicos, grupos de compra conjunta,redes de trueque y moneda social, etc.).

- PlanPlanificación participativa y normatividad, basada en el reconoci-miento de las organizaciones y redes de la economía social ysolidaria, su organicidad y representación en el espacio de defi-nición de políticas públicas, y la coordinación conciente de lasacciones económicas de los múltiples agentes independientespara aunar fuerzas y recursos, organizando la división social del

Page 19: FLACSOANDES · como las del Milenio puedan tomarse como compromiso firme de Estado. De hecho, además de otras incertidumbres con las que hay que lidiar en las proyecciones a mediano

LACONSTRUCCIÓN

DE UNAECONOMÍA

SOCIAL YSOLIDARIA EN

CONTRAPOSICIÓNCON LA POLÍTICA

SOCIALNEOLIBERAL

84

trabajo dentro de las microregiones y entre ellas, produciendobienes colectivos, evitando la competencia destructiva, antici-pando, regulando o evitando efectos socialmente no deseablesdel juego de mercado.

Si, de manera consecuente con lo dicho anteriormente, se nospidiera definir una utopía para la economía social y solidaria podrí-amos adelantar como rasgo fundamental que es una economíadonde la combinación de principios de institucionalización y enparticular el mercado está subordinada a la lógica de reproducciónde la vida de todos, donde las diversas motivaciones humanas coe-xisten y se integran en diversas culturas (no se aspira a la homo-geneización global), donde el afán de lucro es una entre otras,pero ubicada entre otras motivaciones y claramente limitada porla racionalidad reproductiva intergeneracional, donde los trabaja-dores se organizan y autogestionan sin el dominio de patrones, enuna multiplicidad de formas de producción y reproducción. Porcontraposición a la economía del capital, ésta sería una economíade la vida y el trabajo. Dicho lo cual, la coherencia indica que estau otras propuestas son solo eso, propuestas para el debate, y queuna utopía tendrá efectos organizadores del pensamiento y laacción cuando logre hegemonía en un sistema democrático, sien-do posible que coexistan varias que comparten algunos principios,valores y objetivos estratégicos. Los rasgos indicados no incluyenni la abolición del mercado ni del dinero, aunque propugnan suregulación y la derrota de la propuesta neoliberal del mercadototal, para la cual todas las actividades humanas deben organizar-se como un mercado y todos los productos ser producidos comomercancías.

Otras diferencias básicas con el pensamiento único son: el concep-to de riqueza no se limita a la riqueza mercantil y al valor de cam-bio, sino que incluye todos los bienes y servicios útiles para satis-facer –directa o indirectamente– necesidades y deseos legítimosde los miembros de la sociedad; la calidad de vida no se vinculaexclusivamente al momento de consumo, sino que incluye las for-mas de realización de las capacidades humanas y su desarrollo(condiciones de trabajo), los modos de consumo y los sistemasculturales de socialización y de estructuración de la personalidad.17

Desde esta perspectiva, la usual combinación de una tasa de cre-cimiento del PIB (riqueza mercantil que excluye una parte funda-

17 Algunas de estas condiciones son deimposible separación en la realidad,aunque analíticamente permitenaproximaciones disciplinarias que,sin embargo, deben ser articuladasen un trabajo interdisciplinario, noeconomicista. Los importantesavances desde la perspectiva deldesarrollo humano incorporanvariables “no económicas” para elpensamiento único, pero que laeconomía social y solidaria síconsidera económicas.

Page 20: FLACSOANDES · como las del Milenio puedan tomarse como compromiso firme de Estado. De hecho, además de otras incertidumbres con las que hay que lidiar en las proyecciones a mediano

85

mental de la economía real) con políticas sociales asistencialistas,compensatorias y focalizadas (que confirman la dualidad social y elcarácter estigmatizante de las intervenciones públicas) habríademostrado ya su ineficacia social: esa economía no cumple con elsentido primordial de resolver las necesidades y deseos legítimosde todos los ciudadanos ni resguarda el sustrato natural querequiere la conservación de la vida intergeneracionalmente.

En cuanto a los enfoques redistribucionistas, que antes que focali-zar en sectores indigentes para que superen algunas carencias ele-mentales, proponen asegurar una distribución más igualitaria delos ingresos generados por la economía (como las propuestas desalario ciudadano), siguen sin salir de la esfera del valor de cambio,no reconocen la riqueza material producida fuera de esa esfera nidiferencian entre estructuras de producción y trabajo alternativascomo componente de la calidad de vida, incluyendo valores comu-nes como la soberanía o la autodeterminación.

La economía social y solidaria incluye mecanismos redistributivos,no solo desde la perspectiva de la solución de problemas indivi-duales, sino como reaseguro de la reproducción de una sociedadmás igualitaria, cohesionada por la solidaridad y la justificación delas diferencias resultantes, y pone el acento en las relaciones socia-les de producción, circulación y consumo.

La economía social y solidaria es, entonces, un modo de hacereconomía, organizando de manera asociada y cooperativa la pro-ducción, distribución, circulación y consumo de bienes y servicios,no en base al motivo de lucro privado, sino a la resolución de lasnecesidades, buscando condiciones de vida de alta calidad paratodos los que en ella participan, sus familiares y comunidades, encolaboración con otras comunidades, para resolver las necesida-des materiales y a la vez estableciendo lazos sociales fraternales ysolidarios, asumiendo con responsabilidad el manejo de los recur-sos naturales y el respeto a las generaciones futuras, consolidandovínculos sociales armónicos y duraderos entre comunidades, sinexplotación del trabajo ajeno.

La promoción socioeconómica así encarada atiende tanto lasnecesidades materiales como los valores y relaciones sociales, y sucoherencia ética exige que los programas concretos sean acorda-dos conjuntamente entre las instancias públicas y las diversas orga-nizaciones de la sociedad en cada nivel de decisión relevante, conespecial atención al nivel local. Siendo necesario que el Estadoproponga líneas de acción y asignación de recursos, su diseño y

Page 21: FLACSOANDES · como las del Milenio puedan tomarse como compromiso firme de Estado. De hecho, además de otras incertidumbres con las que hay que lidiar en las proyecciones a mediano

86

aplicación contará con las capacidades, recursos e iniciativas popu-lares y atenderá a las prioridades y formas de acción conjuntaacordadas democráticamente por los actores de base expresandosus valores culturales. Diversas formas de presupuestación, progra-mación y gestación participativa serán diseñadas, sin modelo pre-vio, con los actores, asumiendo públicamente compromisos delado y lado que podrán ser monitoreados por la población.

Mientras en la política neoliberal se hablaba, sin lograrlo, de lainclusión en el sistema excluyente de mercado, en esta concepciónse trata de la inclusión en una sociedad multicultural pero igualita-ria, a través del reconocimiento y articulación de sistemas de pro-ducción alternativos, con la mira puesta en los derechos sociales ypolíticos, individuales y colectivos, que deberán desarrollarse simul-táneamente. No hay contradicción entre individuos y comunida-des a las que pertenecen si predominan valores y relaciones desolidaridad. El Estado cumplirá así con su obligación de garantizarla efectivización de los derechos de la ciudadanía y de las comuni-dades que establecen los compromisos constitucionales y legales,fuera ya de un sistema estigmatizador, fortaleciendo la autodeter-minación de las comunidades de producción y reproducción.

Se trata de proponer y asumir políticas socioeconómicas, dirigidasa construir un sector de organizaciones económicas basadas en eltrabajo asociado, autónomo de patrones capitalistas, orientadas nopor el lucro sin fin sino por la resolución siempre mejor de lasnecesidades de sus miembros, y a la vez articuladas en redes yacciones colectivas dirigidas a la resolución solidaria de las necesi-dades de todos.

Este sector en construcción cuenta con el trabajo reproductivo(trabajo de producción de valores de uso para el propio consu-mo), el mismo que ha venido reproduciendo la fuerza de trabajopara asalariar.18 Cuenta también con una base ampliamente exten-dida de emprendimientos individuales y familiares con los que enbuena medida se conforma el llamado sector informal. Cuenta conuna masa de trabajadores desocupados con experiencia de traba-jo, así como de jóvenes sin experiencia ni formación laboral.Cuenta con la motivación de la reproducción ampliada de la vidapropia y de los descendientes.

18 La importancia del trabajoreproductivo, ignorado por lacontabilidad social centrada en lariqueza mercantil, ha sido estimadaen un 20% en Argentina o un 40%del PIB en Francia. Si hace falta undato: es esta economía popular, conestrategias de sobrevivenciainternacionales, la que genera lasremesas que aumentan la entrada dedivisas de muchos de nuestros países.

ALGUNASPROPUESTAS

Page 22: FLACSOANDES · como las del Milenio puedan tomarse como compromiso firme de Estado. De hecho, además de otras incertidumbres con las que hay que lidiar en las proyecciones a mediano

87

Cuenta con las redes que se han ido tejiendo para mejorar lasprobabilidades de supervivencia: cooperativas, mutuales y asocia-ciones tradicionales de diverso tipo, y una gran proliferación deotras informales: compra y/o comercialización conjunta, ayudamutua, grupos de crédito solidario, mercados de trueque o conmoneda social local, redes de madres cuidadoras, de ayuda esco-lar, de construcción de infraestructura para el consumo o la pro-ducción local, redes de educación popular, red global de softwarelibre (que incorpora a más de 30.000 programadores y se basa enla reciprocidad de sus integrantes que comparten sus productos),construcción del propio hábitat (en casos como Villa El Salvador,que abarca hasta 700.000 habitantes), redes de comercio justo,instituciones de presupuestación y gestión participativa de recur-sos públicos, etc., etc.

Las unidades domésticas cuentan además con viviendas, tierras,conocimientos prácticos, y sus estrategias de sobrevivencia hanmultiplicado los microemprendimientos que atienden a una lógi-ca internamente solidaria pero dispuesta y expuesta a una ferozcompetencia externa en el mundo informal que caracteriza a laeconomía popular dentro de la economía capitalista. El imagina-rio que acompañó la instauración del neoliberalismo acentuó elindividualismo en general, aunque también dio lugar a respuestassolidarias.

La subjetividad de la solidaridad –individual y colectiva– debeconstruirse junto con las nuevas formas económicas, no está dis-ponible y lista para actuar ni es fácil de lograr, pero es posible (verVeríssimo Veronesse, 2007). El movimiento de reforma urbana enBrasil, que viene logrando afirmar el derecho a la ciudad en basea la Constitución del 89, o las centrales de trabajadores que incor-poran a los movimientos de desocupados en Argentina (CTA), losmovimientos por los derechos humanos, o los movimientos queluchan por la tierra para el que la trabaja (MST en Brasil), los movi-mientos de usuarios de servicios públicos, de consumo responsa-ble, de comercio justo, los movimientos ecologistas, étnicos, femi-nistas, de cuestionamiento de la deuda externa, etc., vienen de-sarrollándose y haciendo contribuciones valiosas a las luchas porotra economía, realizando asimismo aportes significativos en elcampo teórico. El trabajo de técnicos y profesionales de progra-mas sociales en el territorio comienzan a generar una nueva cul-tura de la responsabilidad profesional y del intercambio de sabe-res (como es el caso de programas sociales para la pequeña agri-cultura familiar en Argentina).

Page 23: FLACSOANDES · como las del Milenio puedan tomarse como compromiso firme de Estado. De hecho, además de otras incertidumbres con las que hay que lidiar en las proyecciones a mediano

88

La política social neoliberal ha incorporado recientemente varian-tes de la economía social, pero entendida como microempresaria-lismo de los pobres. La monetarización de una parte del gastosocial bajo la forma de subsidios o bonos (principalmente focaliza-dos en madres indigentes) ha ido acompañada de la proliferacióndel microcrédito, en muchos casos perdiendo su vocación redistri-bucionista inicial y tomando formas abiertamente comerciales. Esimprescindible resignificar esos recursos desde una perspectiva noasistencialista.

Existen diversas corrientes de la economía social en la región, y untema que las diferencia es el papel del Estado. En nuestra perspec-tiva, sin una política pública que redistribuya recursos del sector deeconomía empresarial capitalista y del mismo sector público (ren-tas captadas de los sectores primarios concentrados) al sector deeconomía social, los tiempos de maduración de esa organicidad yde nuevas subjetividades serán insoportablemente lentos y losprocesos de deterioro seguirán operando efectos regresivossobre la economía popular. Buenas tierras, crédito en cantidadessuficientes para emprendimientos colectivos y a tasas subsidiadas,fondos para el financiamiento de programas participativos de de-sarrollo local, con un componente de soberanía alimentariaimprescindible para ganar autonomía, educación pertinente y dealta calidad, adecuada a los ciclos productivos y reproductivos, pla-taformas locales o regionales de investigación, asesoría técnica yservicios productivos disponibles de manera permanente, un sis-tema de seguridad social universal que cubra a todos los ciudada-nos por igual, regulación del mercado de trabajo, formas de ingre-so mínimo vinculadas a actividades de producción o reproducción,una política fiscal efectivamente redistributiva, amplitud en las for-mas de apropiación y propiedad, reconociendo formas de “pro-piedad” comunitaria, patrimonio cultural y ecológico, recuperacióndel conocimiento como bien libre, normativa que reconozca fácil-mente los emprendimientos de la economía social y solidaria, con-trol de las tasas de servicios públicos de primera necesidad (agua,energía, transporte, etc.).

Siempre será necesario contar con redes de asistencia para catás-trofes, para grupos en riesgo por situaciones particularmente difí-ciles (como los refugiados), pero lo que la economía social y soli-daria propone no es que desaparezca sino que se transforme elgrueso de la política social asistencialista y focalizada en una polí-tica pública, no centralista sino con un centro estratégico abierto

Page 24: FLACSOANDES · como las del Milenio puedan tomarse como compromiso firme de Estado. De hecho, además de otras incertidumbres con las que hay que lidiar en las proyecciones a mediano

89

a la participación y la creatividad de grupo, localidades y regiones,dirigida a la construcción socialmente conciente de otra econo-mía, cuyo inicio es el desarrollo de sectores cada vez más poten-tes y solidariamente orgánicos de trabajadores autónomos asocia-dos, de comunidades étnicas, territoriales, capaces de gestionar suspropios recursos y de incidir en los recursos públicos, a la vez quede poner límites al capital depredador de las capacidades huma-nas y naturales.

Construir esa economía requiere poder social, ideológico y políti-co. A ello puede contribuir la formación de una alianza progresiva,integrada por múltiples actores colectivos, sociales, culturales, eco-nómicos y políticos, que a pesar de sus diferencias y conflictos deintereses, o de otro tipo, se sostenga en base a ciertos acuerdosbásicos compartidos que los constituyen en una comunidad polí-tica democrática capaz de definir senderos de acción políticaorientados éticamente por lograr una sociedad más justa, másigualitaria, más democrática, donde todos estén social y económi-camente incluidos y se den modos de acción conjunta, seamediante convergencias programadas o circunstanciales en elmarco de ese objetivo compartido.

Un gran acuerdo básico requerido es el relativo a los criterios delegitimidad de las acciones de personas y grupos en los diversoscampos de acción –económico, político, social– (ganancias razona-bles del capital privado, transparencia y equidad en las accionespúblicas, formas de protesta, manifestación y acción social, partici-pación en lo público, etc). Institucionalizar de otra manera lo eco-nómico implica otros valores, otras prácticas innovadoras y quedesafíen el sentido común neoliberal.

La calidad de la comunicación, el reconocimiento del otro nocomo antagónico sino como un otro agónico y el carácter refle-xivo de esta alianza son también fundamentales. Igualmente, lascapacidades de diálogo, de aprendizaje compartido, de negocia-ción entre sí y con otros, la posibilidad de combinar organizaciónpermanente con flexibilidad, dado que más que una mega orga-nización la alianza es una red de organizaciones, personas y gru-pos que en determinadas coyunturas pueden converger y produ-cir efectos de transformación que establezcan nuevos límitesestructurales.

Page 25: FLACSOANDES · como las del Milenio puedan tomarse como compromiso firme de Estado. De hecho, además de otras incertidumbres con las que hay que lidiar en las proyecciones a mediano

90

REFERENCIAS

- Coraggio, José Luis (2004), De la emergencia a la estrategia, Buenos Aires, Espacio Editorial.-

- –––––– (2007) “Crítica de la política social neoliberal: las nuevas tendencias”, artículo presentado en el CongresoLatinoamericano de Ciencias Sociales, organizado por FLACSO-Ecuador (50 aniversario de la FLACSO), Quito, 29-31 deoctubre.

- Dussel, Enrique (1998), Ética de la liberación. En la edad de la globalización y de la exclusión, Madrid, Editorial Trotta.

- Hinkelammert, Franz J. (1984), Crítica a la razón utópica, San José, DEI.

- Laville, Jean-Louis, comp. (2004), Economía Social y Solidaria. Una visión europea, colección Lecturas sobre economíasocial, Buenos Aires, UNGS / ALTAMIRA / OSDE.

- León, Mauricio, José Rosero y Rob Vos (2007), “El reto de alcanzar los objetivos de desarrollo del Milenio en Ecuador. Unanálisis de equilibrio general de los requerimientos de financiamiento”, Quito y Nueva York, mayo.

- Polanyi, Kart (1992), La Gran Transformación, Los orígenes políticos y económicos de nuestro tiempo, México, Fondo deCultura Económica.

- –––––– (2003), La Gran transformación, México, Fondo de Cultura Económica.

- Veríssimo Veronesse, Marilia, org. (2007), Economía Solidaria y Subjetividad, Buenos Aires, UNGS / Altamira.

- Wallerstein, Immanuel (1998), Utopística o las opciones históricas del siglo XXI, México, Siglo XXI editores.

- –––––– (2003), El sujeto y la ley. El retorno del sujeto reprimido, EUNA, Heredia.