eskem mundos narrativos 1

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Mundos narrativos, mundos imaginarios y La cooperaci ón El texto narrativo en la infancia y sus niveles Educar al lector (y al autor) en la cooperación El lector, por medio de las estructuras interpretativas que posee y gracias a los códigos que emplea frecuenta grados de lectura siempre más complejos. Existen múltiples lectores del mismo texto que ofrecen más interpretaciones diferentes. El objetivo del lector es el de comprender, los mensajes del texto, y para ello se dispone a penetrar él mismo en la lectura; de esta forma Una obra de arte, en su equilibrada armonía interna, puede calificarse como abierta en el momento que es objeto de interpretaciones muy diferentes, sin que por ello se violen su unicidad y peculiaridad. Frente a la obra literaria, el adulto puede inducir simplemente al niño a realizar una comprensión cerrada: entender el sentido del texto, los significados de las palabras y de las frases y la lógica gramatical y sus montajes internos. Actuando así no formaremos un buen lector, Una vez introducido dentro de las figuras del texto, el lector utiliza sus propios códigos en un esfuerzo que va mucho más allá de la simple comprensión del texto. Incitar al lector a adentrarse en el Traspasar la superficie del texto para apoderarse de los tesoros que esconde: esta práctica formativa implica una adecuación pedagógica sofisticada y exige también una estrategia didáctica que no se limite ni a la lectura entendida Dado un texto concreto, el destinatario identificará el topic (es decir, el epicentro temático) mediante códigos culturales y códigos de lectura. Los códigos culturales y los códigos de lectura de un joven son profundamente distintos, desde su estructura hasta su modo de Ya hemos explicado que la función propia del lector es de re- construir el sentido. La lectura exige competencias en términos de respuesta- al-texto. La relación entre texto La cooperación interpretativa encuentra, gracias y por medio del texto, todos los presupuestos necesarios para una correlación entre autor y lector. Hasta aquí se ha demostrado la importancia y el carácter decisivo de los trayectos interpretativos del lector en su actividad de cooperación y actualización del texto. El texto literario es el banco de pruebas del lector: en él emplea todas sus capacidades interpretativas. Cada lectura es diferente de las demás, y las interpretaciones posibles serán tantas como sean las lecturas realizadas por los posibles lectores. Los niveles de interpretación tenderán, sin embargo a aglutinarse en torno a dos polos: a) La búsqueda del objeto del relato, o sea, el análisis del establecimiento formal sobre el que se fundamenta el relato. b) La búsqueda del sujeto del relato, o sea, el análisis de las implicaciones subjetivas que la narración exige o

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Page 1: Eskem mundos narrativos 1

Mundos narrativos, mundos imaginarios y mundos artísticos

La cooperación

textualEl texto narrativo

en la infancia y sus

niveles de interpretación

Educar al lector (y al autor) en la cooperación

interpretativa

El lector, por medio de las estructuras interpretativas que posee y gracias a los códigos que emplea frecuenta grados de lectura siempre más complejos.

Existen múltiples lectores del mismo texto que ofrecen más interpretaciones diferentes.

Un mismo lector de un texto ofrece, pasado del tiempo, actuaciones interpretativas diferentes.

El objetivo del lector es el de comprender, los mensajes del texto, y para ello se dispone a penetrar él mismo en la lectura; de esta forma actualiza el contenido.

El texto mismo contribuye a producir una competencia.

Una obra de arte, en su equilibrada armonía interna, puede calificarse como abierta en el momento que es objeto de interpretaciones muy diferentes, sin que por ello se violen su unicidad y peculiaridad.

Frente a la obra literaria, el adulto puede inducir simplemente al niño a realizar una comprensión cerrada: entender el sentido del texto, los significados de las palabras y de las frases y la lógica gramatical y sus montajes internos.

Actuando así no formaremos un buen lector, sino más bien un sistematizador. Nunca un intérprete.

La palabra deja huellas concretas en la mente de quien la escucha y la lee. Las imágenes mentales evoca penetran en el imaginario colectivo e individual.

Una vez introducido dentro de las figuras del texto, el lector utiliza sus propios códigos en un esfuerzo que va mucho más allá de la simple comprensión del texto.

Incitar al lector a adentrarse en el texto significa introducirlo en una operación intelectual y cultural compleja pero cautivadora.

Traspasar la superficie del texto para apoderarse de los tesoros que esconde: esta práctica formativa implica una adecuación pedagógica sofisticada y exige también una estrategia didáctica que no se limite ni a la lectura entendida como valor instrumental ni a la lectura considerada como técnica de mera asunción de un sentido.

La cooperación interpretativa encuentra, gracias y por medio del texto, todos los presupuestos necesarios para una correlación entre autor y lector.

Hasta aquí se ha demostrado la importancia y el carácter decisivo de los trayectos interpretativos del lector en su actividad de cooperación y actualización del texto.

El texto literario es el banco de pruebas del lector: en él emplea todas sus capacidades interpretativas.

Cada lectura es diferente de las demás, y las interpretaciones posibles serán tantas como sean las lecturas realizadas por los posibles lectores.

Los niveles de interpretación tenderán, sin embargo a aglutinarse en torno a dos polos: a) La búsqueda del objeto del relato, o sea, el análisis del establecimiento formal

sobre el que se fundamenta el relato. b) La búsqueda del sujeto del relato, o sea, el análisis de las implicaciones

subjetivas que la narración exige o evoca desde su historia más íntima y también desde la historia personal del lector.

Dado un texto concreto, el destinatario identificará el topic (es decir, el epicentro temático) mediante códigos culturales y códigos de lectura.

Los códigos culturales y los códigos de lectura de un joven son profundamente distintos, desde su estructura hasta su modo de utilización, de los de un adulto.

Se diferencian también de los del autor porque éste es un adulto y porque escribe como un adulto.

Dado un texto concreto, el destinatario identificará el topic (es decir, el epicentro temático) mediante códigos culturales y códigos de lectura.

Los códigos culturales y los códigos de lectura de un joven son profundamente distintos, desde su estructura hasta su modo de utilización, de los de un adulto.

Se diferencian también de los del autor porque éste es un adulto y porque escribe como un adulto.

Ya hemos explicado que la función propia del lector es de re-construir el sentido. La lectura exige competencias en términos de respuesta-al-texto.

La relación entre texto y mundo extra textual se convierte en uno de los objetivos más difíciles de descifrar para el lector.