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EL PARO COMO PROBLEMA DE COHERENCIA PSICO-SOCIAL
Gabriel Ginebra i Serrabou
El discurso político dominante acerca del desempleo emite en clave neoclásica. Ministros,
expertos y catedráticos cantan al unísono una melodía de muy pocos acordes y de ritmos algo
transnochados. Cualquier ciudadano que intente seguir lo que se dice del paro en los media sabe
de memoria las recetas convencionales para prevenirlo: flexibilización de plantillas, reducción de la
indemnización por despido, reducción de la cobertura de desempleo, reducción de las cargas
laborales, eliminación del salario mínimo. Pero la realidad del paro es todavía más tozuda que sus
curanderos y su persistente gravedad delata insuficiencias en su diagnóstico.
Esta comunicación pretende ayudar a enriquecer el debate actual sobre el desempleo. Es
necesario -y urgente- ampliar el campo y los métodos habituales de observación usados hasta el
momento. El paro debe ser tratado con variables de orden superior. La propuesta presentada en
este trabajo queda abierta, tanto por la necesaria brevedad del texto como porque es en sí misma
una propuesta abierta. A pesar de ello pienso que apunta trazas significativas para enfocar futuros
trabajos. No se pretende exponer un inventario único de recetas sino más bien indicar los
territorios donde éstas se pueden hallar y retar a iniciar su búsqueda.
El primer apartado presenta una crítica al planteamiento neoclásico del mercado de trabajo,
como cuerpo básico que es de la economía "comunmente aceptada" y principio inspirador de otros
muchos desarrollos. El segundo apartado intenta hacer justícia a algún planteamiento alternativo
importante del mercado de trabajo. La part construens del artículo la constituyen el apartado
tercero. En él se plantea primero el problema del paro en su máxima generalidad con una
propuesta de las variables mínimas que deberían incluirse en su análisis. Y después se propone una
tentativa gráfica de cómo desarrollar la lógica propuesta. El texto concluye con una reflexión
metodológica como invitación a emprender la ruta sugerida: entretenerse en la contemplación de
la psicología, la sociología y la cultura del paro. Desarrollar una auténtica economía social.
i) ANÁLISIS DEL PLANTEAMIENTO NEOCLÁSICO DEL EMPLEO
Sigue a continuación una re-exposición del planteamiento convencional neoclásico sobre el
paro. Pienso que esta relectura vale la pena -a pesar de ser archi-conocida- porque ayuda a tomar
la medida justa de esta andadura intelectual y descubrir los contornos que la limitan. Resulta
también interesante el repaso porque a lo largo de las décadas se siguen manteniendo idénticas
argumentaciones, a pesar de los refinamientos técnicos que se puedan introducir como la moderna
teoría de las expectativas. He podido comprobar -por citar un caso- hasta que punto son
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coincidentes los argumentos básicos utilizados por Von Mises en 1927 en su libro "Liberalismus"
con el informe de 1994 del grupo CEPR (Center for Economic Policy Research) sobre el paro en
España1. Este amplio consenso sobre el caso abarca tanto a académicos como a gobernantes. Es
revelador ver cómo en los debates de la recientísima reunión del G-7 en la ciudad francesa de Lille
se admitía colectivamente la necesidad de una “desregulación profunda” de los mercados como
principal vía contra el paro.
A) La economía neoclásica plantea el mercado de trabajo como el de bienes2
La ley fundante de un mercado es la ley de la oferta y la demanda. El espacio mercantil es
una correspondencia entre precios y cantidades. El ofertante sigue una conducta directamente
proporcional al precio: a más alto precio más cantidad de producto ofrece. Por su lado el
demandante sigue una conducta inversa: a más alto precio menor cantidad demanda. Las
sensibilidades contradictorias de ofertantes y demandantes ante una misma variable conducen
felízmente a un equilibrio. Existe un precio y una cantidad que están entre las situaciones más
deseables para el ofertante (forman parte de su función de oferta) y están entre las situaciones más
deseables para el demandante (forman parte de su función de demanda). El carácter antitético de
los intereses de ofertante y demandante permiten que el mercado se resuelva en un sistema de
ecuaciones. Los intereses individuales y autónomos de la oferta y la demanda convergen
espontáneamente hacia un punto. Por ello este punto tiene carácter de natural y de óptimo. Los
intereses de los participantes aun siendo rivales conducen a una solución.
El análisis del mercado de trabajo de la economía neoclásica está montado sobre la plantilla
conceptual del mercado de productos. Se trata únicamente de cambiar producto por trabajo y
precio por salario. De esta forma se podrá hablar de oferta de trabajo, en lugar de oferta de bienes
y de demanda de trabajo, en lugar de de demanda de bienses. Y de igual forma definiremos un
salario de equilibrio en lugar del precio de equilibrio.
1 "El Paro en España: ¿Tiene solución?", Consejo Superior de Cámaras de Comercio, Industria y Navegación. 2 Puede encontrarse un tratamiento convencional del tema en cualquier manual clásico, como DORNBUSCH & FISCHER, "Macroeconomía", 1991. La lógica no varía nisiquiera en el reciente "Economics" (1993) de J.STIGLITZ.
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SALARIO
(precio)
PUNTO DE EQUILIBRIO
(S*, T*)
TRABAJO (cantidad)
Empleo de equilibrio
Salario
equilibrio
Oferta de empleo
Demanda de empleo
(Figura 1)
De esta forma el espacio laboral es una correspondencia entre salarios y niveles de empleo.
El ofertante de empleo (el trabajador) sigue una conducta directamente proporcional al salario: a
más salario más tiempo ofrece. El demandante de empleo (el empresario) sigue una conducta
inversa: a más salario menos demanda. Existe un salario (S*) y un empleo (T*) que están entre las
situaciones más deseables para el ofertante (forman parte de su función de oferta) y también están
entre las situaciones más deseables para el demandante (forman parte de su función de demanda).
Existen unas coordenadas ( S*, T*) que definen el punto de equilibrio. Hay un salario y un empleo
que son “la solución del empleo”. El mercado de trabajo se resuelve en un sistema de ecuaciones.
Las fuerzas de la oferta y la demanda convergen espontáneamente hacia un punto que tiene así
carácter de natural y de óptimo. Los intereses rivales de patronos y empleados tienen un punto de
solución.
Sin interferencias externas -si el mercado de trabajo evoluciona con total espontaneidad- se
encontrará siempre en una situación natural de pleno empleo (en el punto de equilibro de
coordenadas P* y T*). Trabajarán todas las personas que quieran trabajar y las empresas pagarán
el salario que les convenga pagar. El pleno empleo no significa que el paro registrado sea nulo,
sino que todo el paro es paro natural. Es natural que haya un paro ocasionado por personas que
están en un proceso de cambio de un trabajo a otro (paro friccional), y, sobre todo, es natural que
esté en el paro quien tiene pocas ganas de trabajar o vende sus horas a un precio demasiado alto.
La variable salario es el mecanismo de ajuste posibilitador de esta felíz coincidencia.
A pesar del paralelismo que tiene el planteamiento del mercado de trabajo con el
planteamiento del mercado de productos hay también sutiles y significativas diferencias que
encontraremos si tratamos de traspasar la mera formulación abstracta y visualizar su dinamismo
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real. En un mercado de productos la oferta tiene una prioridad ontológica sobre la demanda. Es
más consistente el concepto de cantidad de productos ofertados que el de demanda potencial de
los mismos. La curva de oferta tiene una entidad más sólida que la curva de la demanda. La oferta
se mide en productos mientras que la demanda se refiere a dinero (flujo fictício). La oferta es la
producción empresarial real mientras que la demanda es un principio subjetivo de apetencia o
necesidad. Por ello es fácil imaginarse que nos encontramos en una situación de exceso de oferta.
Los comercios tienen excesivos stocks de productos en sus almacenes y estos stocks ejercen una
gran presión para bajar los precios. No es tan intuitiva, en cambio, una situación de exceso de
demanda. De hecho ni el exceso de demanda ni el defecto de demanda pueden darse mas que
cómo principios dinamizadores sobre la oferta de productos, que és en última instancia el factor
limitante. En el mercado de bienes los movimientos se producen sobre la línea de la oferta.
En el mercado de trabajo la situación es inversa. Los movimientos se dan más bien sobre la
línea de la demanda de trabajo. La demanda de trabajo se refiere a la materialidad de los puestos,
mientras que la oferta de trabajo se refiere a la subjetividad de unas apetencias laborales. La
economía realmente producida es la que se produce en la empresa que hace el papel de oferta en el
mercado de bienes y de demanda en el mercado de trabajo.
B) Posibilidades de aumentos de empleo según el modelo neoclásico.
Moviéndonos en el interior de la cartografía laboral definida por la figura-1 existen dos
posibles formas de aumentar la cantidad de empleo efectivo en una economía.
1) Movimientos hacia el punto de equilibrio, desplazamientos sobre las curvas.
2) Movimientos del punto de equilibrio, traslados de las curvas.
1) Movimientos sobre las curvas:
El empleo que exite realmente es el que demandan las empresas. Por ello -como se ha dicho-
los movimientos en el mercado de trabajo se dan sobre la curva de demanda. Como esta curva es
inversamente proporcional al nivel de salarios la regla de oro es que a menos salario más empleo.
Cómo tampoco es plausible que se llegen a contratar más trabajadores de los que están
dispuestos a ser contratados, la única zona de la figura-1 sobre la que es verosímil encontrarse es
la parte superior de la curva de demanda de trabajo -hasta el cruce con la oferta de trabajo o punto
de equilibrio. De hecho el máximo objetivo posible para el empleo es lograr que nos encontremos
precisamente en el punto de equilibrio. Y el mayor obstáculo posible es la existencia de
interferencias (rigideces) que impidan que se baje por la pendiente de la demanda de trabajo. Las
dos principales resistencias a la bajada de salarios son la existencia de salarios mínimos y la fuerza
política de sindicatos y trabajadores que forzarán mejoras salariales excesivas.
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Pero el máximo nivel de empleo que podemos lograr moviéndonos por encima de las curvas
es T*. Si queremos ir más allá debemos conseguir traslados de las curvas.
2) Traslados de las curvas de oferta y demanda de trabajo
Se pueden lograr desplazamientos hacia la derecha del punto de equilibrio cuando:
1) La curva de demanda de trabajo se desplaza hacia la derecha
2) La curva de oferta de trabajo se desplaza hacia la derecha.
La situación 1) se da si los empresarios están dispuestos a contratar más trabajo para un
mismo nivel de salarios. Esto puede suceder porque el empresario ve disminuir su riesgo debido a
la flexibilización laboral, o porque ve reducido el coste real de los salarios gracias a la disminución
de las cotizaciones salariales.
La situación 2) se da si los trabajadores están más dispuestos a trabajar por el mismo salario.
Esto se consigue disminuyendo la cobertura de desempleo o consiguiendo que se reduzcan la
exigencia salarial de los trabajadores.
C) Observaciones sociales que el mismo modelo neoclásico permite hacer
El seguimiento desde dentro del planteamiento neoclásico permite deducir algunas pistas en
la dirección de este escrito que es profundizar en la dimensión social del desempleo.
1) Destacar el papel de las condiciones subjetivas de los agentes económicos en la
determinación del empleo
El mercado de trabajo queda más determinado por los cambios en las curvas
(desplazamientos, cambios de pendientes) que por cambios por encima de las curvas.
Los cambios en las curvas están causados por cambios en las condiciones (económicas y
subjetivas) de los agentes. O bien los trabajadores tienen más ganas de trabajar o bien los
empleadores tienen más deseos de emplear (cambian sus expectativas).
2) División de los sujetos entre ofertantes y demandantes
Una segunda observación social que puede deducirse del modelo neoclásico es la necesidad
de estimular la iniciativa empresarial. Todo el dinanismo de determinación del empleo en una
economía surge de la distinción entre oferta de empleo y demanda de empleo y su interacción
mútua. La cantidad de empleo realmente contratado depende de una cierta proporción entre
demanda de trabajo y oferta de trabajo. Pero no existe una clasificación de las personas a priori
entre ofertantes y demandantes. Las personas pueden alinearse del lado de la oferta o del lado de
la demanda dependiendo del rol que adopten.
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Una vía para aumentar el empleo es aumentar la proporción de demandantes de trabajo
sobre la población activa, conseguir que los ofertantes se pasen a demandantes. En cada economía
hay una proporción distinta de la población que asume el papel de demandante de trabajo,
aumentar esta proporción es modificar las condiciones del equilibrio del mercado y aumentar la
ocupación.
3) Determinación estructural de la pendiente de la oferta de trabajo
Los mecanismos neoclásicos del dinamismo del mercado de trabajo dejan abierta la puerta a
un debate sobre la pendiente de la curva de oferta que estaría determinada por condiciones
estructurales -de la misma manera que se ha hecho con la curva de oferta agregada.
Si la curva de oferta es vertical el número de trabajadores empleados es inamovible. Ni los
cambios de precios ni los movimientos de la curva de demanda de trabajo pueden tener ningún
efecto sobre la cantidad de empleo efectiva. Pero en cambio si la curva de oferta de trabajo es
horizontal la expansión del empleo sólo depende de la expansión de la demanda de trabajo. Habrá
tantos trabajadores como se soliciten, y ello sin provocar incrementos salariales. La tercera
posibilidad es tomar una curva de oferta mixta con un primer tramo bastante horizontal y un final
vertical. En este caso, a corto plazo los aumentos de demanda de trabajo incrementarían el empleo
sin apenas aumentar los salarios. A partir de un determinado nivel de ocupación costará más
aumentar el empleo y se producirán importantes aumentos en el nivel de salarios.
Lo que aquí interesa es que en cualquier caso la eficacia de los mecanismos básicos está
determinados por problemas de estructura socio-económica. El impacto de los salarios sobre el
nivel total de empleo no puede deducirse a priori. Es necesario tener en cuenta las condiciones
cualitativas de la economía de una sociedad.
D) Implícitos del modelo neoclásico:
El modelo neoclásico parte de unos implícitos de partida que lo hacen muy reduccionista.
1) Determinación salarial del mercado laboral.
El salario es el quicio sobre el que se asienta todo el planteamiento. Las preguntas que el
modelo sabe responder legítimamente -y las respuestas que sabe dar- son preguntas y respuestas
salariales: ¿qué efecto tienen los cambios salariales en las variables macro?, ¿qué variables
cualitativas afectan las condiciones salariales? El salario lo liga y lo determina todo. Cualquier
variable puede ser investigada a condición -y en la medida- en que está determinada por el salario.
El salario es la caja negra de transmisión de la causalidad laboral. Su alcance -y su limitación-
nacen de aquí: de la relación que tienen los salarios con la oferta y la demanda de trabajo. Las
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variables dependientes e independientes que queramos estudiar no se vinculan entre ellas
inmediatamente sino a través de la derivada salarial, que actúa como único parámetro interno del
sistema. El planteamiento neoclásico del fenómeno del paro podría llamarse también "estudio de la
función del salario en el empleo", y en la economía en general.
La dimensión salarial del empleo es el implícito reduccionista básico del planteamiento
neoclásico. Y manifesta el cuantitativismo subyacente del entero sistema. El dinero es siempre la
realidad económica más medible. Y el salario es el dinero que mide el trabajo.
2) El trabajo es un mal y la vagancia es un bien3.
Las hipótesis sobre las que se justifica la curva de oferta de trabajo son idénticas a las que
sirven para justificar la curva de demanda de productos: curvas de indiferencia y restricción
presupuestaria. En el mercado de bienes el decisor posee una cantidad determinada de dinero que
utilizará comprando la combinación de productos que le reporte mayor satisfacción. De igual
manera en el mercado de empleo, el trabajador dispone de una cantidad fija de horas que debe
distribuir entre el bien del ocio y el bien del salario. El hombre es perezoso por naturaleza, pero
está dispuesto a renunciar a parte del ocio a cambio del salario. Como la utilidad marginal de las
horas de vagancia es decreciente y el salario por hora constante, el trabajador encontrará una
distribución óptima de su tiempo entre trabajo y vagancia. En el punto óptimo el placer marginal
de la vagancia coincidirá con el placer marginal de lo que obtiene mediante el salario. En este
modelo no cabe una inclinación natural a trabajar4. Los ricos no tienen razón para trabajar. La
motivación que se tiene en cuenta es exclusivamente salarial.
Esta hipótesis de partida lleva además a la curiosa paradoja del efecto renta. Si suben los
salarios trabajar compensa más. Pero que trabajar compense más no quiere decir que compense
trabajar más. Cuanto más dinero me den por hora más ganas tendré de trabajar. Pero resulta que si
me dan más sueldo por las mismas horas mis deseos de consumo quedarán antes satisfechos y
antes se acabarán mis ganas de trabajar. Cuanto más salario tengamos, más ricos seremos, y
cuanto más ricos seamos, menos ganas tendremos de trabajar. En conclusión, el alza de los
salarios me empuja simultáneamente a trabajar más y a trabajar menos. La economía convencional
se queda satisfecha bautizando los términos de la paradoja: efecto sustitución versus efecto renta.
Pero no es legítimo obviar la paradoja. Si el efecto renta fuera más fuerte que el efecto sustitución,
la oferta de trabajo sería inversamente proporcional al salario y el juego de oferta y demanda no
3 Los economistas neoclásicos no se dan cuenta de que esta hipótesis es más que discutible. A este respecto es ya clásica la obra de Lafargue, “El derecho a la pereza” de 1966. 4 En términos de la actual teoría de la motivación laboral diríamos que sólo contempla una parte de la motivación
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nos llevaría a ningún equilibrio. Sería necesario un replanteamiento del enfoque sino su misma
renuncia5.
3) Oferta y demanda indiferenciada
El carácter globalizante y marginalista del análisis neoclásico del mercado de trabajo -
también tomado directamente del modelo teórico de economía competitiva- exige entender los
puestos de trabajo y entender a los trabajadores como comodities indiferenciadas. Se habla de "el
salario" y "el trabajo" sin posibilidad de estudiar "los salarios" y "los trabajadores" de cada sector,
de cada categoría profesionales, de cada nivel de estudios, de cada sexo, de cada tipo de
poblamiento, etc. Este planteamiento impide detectar desequilibrios locales en el mercado de
trabajo. Tanto en su dimensión vertical (por niveles de cualificación) como en su dimensión
horizontal (por sectores de actividad).
4) La rentabilidad marginal del trabajo es decreciente
La justificación de la curva de demanda de trabajo decreciente se apoya en una función de
producción y en una función de coste clásica. Estos supuestos también limitan el alcance del
análisis del mercado de trabajo. Si se da por supuesto que la productividad marginal del trabajo es
decreciente se hace difícil introducir conceptos como el factor directivo, la mejora en la
organización de la producción, el aprendizaje productivo o la cultura productiva. Además se está
suponiendo que la productividad de un trabajador es perfectamente objetivable en términos de
unidades físicas producidas. En el fondo el trabajador es entendido como un apéndice de la
máquina (como un coste proporcional asociado al capital), o como una máquina en sí mismo.
E) Balance del modelo
En realidad el empleo no ocupa un lugar central en la economía neoclásica. El mercado del
dinero y el mercado de bienes son más fundamentales y son estudiados antes y con más precisión.
El mercado de trabajo y sus condiciones se especifican en una segunda vuelta, se elaboran para dar
cuenta de la curva de oferta agregada. El gran cuerpo macroeconómico está centrado en la
expansión monetaria, el gasto público, el nivel de precios, los tipos de interés. En un segundo
lugar se habla del crecimiento. Sólo en tercer lugar -y no sin perplejidad- se habla del empleo.
extrínseca. La afirmación de que sin sueldo no trabajaríamos no permite deducir que trabajamos en función del sueldo. 5 El tratamiento que hace STIGLITZ del problema es sintomático. Reconoce que existe la aporía, y que esto llevaría a curvas de oferta contradictorias. Pero en los desarrollos posteriores da por supuesto que el efecto sustitución es mayor que el efecto renta, y que la curva de oferta de trabajo es directamente proporcional a los salarios. Op. cit. 314 y ss.
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La opción de fondo que sesga todo desarrollo de inspiración neoclásica es la opción por las
observaciones monetizables. Este sesgo no sería pernicioso si no tuviera pretensiones totalizadoras
que ciegan el estudio de aspectos más cualitativos -y en mi opinión más decisivos- del trabajo.
F) Evidencias empíricas de difícil explicación desde la lógica neoclásica
Las limitaciones tanto metodológicas como de puntos de partida del modelo neoclásico le
hacen muy mal explicador de una serie de contundentes realidades empíricas del desempleo.
1)- La anatomía del paro:
Existe gran heterogeneidad en porcentaje de paro entre grupos de edad, nivel de estudios,
sexo y otras variables sociales que no pueden comprenderse desde un planteamiento de trabadores
indiferenciados6.
• Los jóvenes y las mujeres duplican las tasas de desempleo de sus complementarios7.
• El paro es más frecuente en las familias que ya tienen otro miembro en paro8. Y dentro de
cada familia varía según se trate del cabeza de familia, del conyuge o de los hijos9.
• El paro varía mucho en función del nivel de estudios10.
• La mitad de la desocupación es permanente (personas que permanecen desocupadas más
de un año)11. No parece darse un dinamismo competitivo de recambio y recuperación de puestos
de trabajo vía fluctuaciones en salarios.
2)- Hay gran disparidad de índices de paro entre los distintos países12
desarrollados y entre los territorios de un mismo estado13.
6 Probabilidad de estar parado para una mujer andaluza 52,8%; para un varón navarro 7,8%. (EPA cuarto trimestre 1991). Mujer italiana de menos de 25 años 30,1%, varón de más de 25 años 2,3% (ILO, Yearbook of Labour Statistics 1988). 7 Probabilidad de estar parado para los varones 28%; para las mujeres 48%. Para personas de 25-29 años 29%; para mayores de 50 años 8%. (EPA citada). El paro desciende consistentemete con el aumento de la edad, a excepción de la cohorte de edad de más de 55 años. 8 Probabilidad de estar parado si se forma parte de una familia con otro parado 43% sino 28%. 9 Porcentaje de paro entre cabezas de familia 10%, conyuges 22%; hijos 32%. (EPA Primer trimestre 1993). Desempleo entre varones casados 11%, no casados 30%, mujeres casadas 25% no casadas 36,6% (EPA segundo trimestre del 95). 10 Se suele aceptar que en general el nivel de paro desciende con el nivel de estudios, pero esta correspondencia dista mucho de ser exhaustiva. El porcentaje de paro entre los titulados medios ha sido en España significativa y consistentemente menor que entre los titulados superiores: 11,01% contra 14,62% (EPA Diciembre del 92). En ese mismo momento el paro entre los titulados en Humanidades era del 36% muy por encima de la media estatal. El desempleo entre los titulados de magisterio era del 30% y sólo del 1% entre los titulados en ingeniería de telecomunicacions. En la EPA del cuarto trimestre del 95 el desempleo de las personas con sólo estudios primarios era del 20% frente al 26% para los de estudios medios y técnicos. Estos ejemplos ponen en evidencia la dificultad de hacer generalizaciones y la necesidad de estudiar con detalle la sociología de la educación y la preparación profesional. 11. Este hecho pone en evidencia la necesidad de un tratamiento diferenciado de los colectivos de parados.En este caso nos referimos a España que supera con creces el 50%. (OCDE. Employment Outlook. 1991). De todas formas es un fenómeno generalizado para los paises con cierto nivel de desempleo como Italia, Irlanda o Bélgica.
10
3)- No existe una correlación general entre niveles de protección social y niveles de
paro14.
4)- La mayoría de los paises de la OCDE registran simultáneamente importantes
flujos laborales inmigratorios y desempleo.
5)- El desempleo varía mucho entre los micro-sectores de actividad.
Si se estudian con detenimiento los sectores e incluso los perfiles de puestos de trabajo se
observan evoluciones muy significativas. Por ejemplo me refiero a que el número de trabajadores
dedicados al envasado disminuye mientras que cada vez hay más personas dedicadas al diseño en
un sentido ámplio. A medio plazo se da un corrimiento sectorial de la ocupación hacia sectores de
nueva demanda social. Por este motivo incluso en los momentos de mayor crisis hay sectores que
siguen generando empleo15 .
6)- Las empresa se encuentran simultáneamente contratando y descontratando
trabajadores.
7)- Las distintas categorías de parados presentan diferente sensibilidad al ciclo
económico16.
ii) MODELOS ALTERNATIVOS EXPLICATIVOS DEL DESEMPLEO.
La patentes limitaciones de la explicación neoclásica del desempleo han sido contestadas
desde ópticas diversas desde los años cuarenta. Es imposible resumir aquí todas esas críticas que
van desde pequeñas precisiones hasta enmiendas a la totalidad; desde enfoques empresariales
12En 1990 Irlanda tenía un paro del 14%, Canadá del 8% y Suecia del 1,6%; Portugal 5%, Francia 8,9%. (OCDE Employment Outlook). 13 El INEM registraba el mes de julio un paro medio del 16%, y sólo un 7% en la provincia de Lleida. La EPA del cuarto trimestre del 92 registraba un 33% en Extremadura y un 11% en Baleares. Para el cuarto trimestre del 95 la província de Cádiz tenía un desempleo del 45% y la de Huesca 9,35% para una media estatal de 23,5%. 14 Sé que está afirmación es muy controvertida. No puedo ahora detenerme en su justificación. Sólo apuntaré que el mercado laboral de Japón es aleccionador; que Holanda, Portugal y Suecia tienen poca flexibilidad laboral; y que Irlanda es el estado más liberal de la CEE y el segundo en desempleo. Algun análisis más riguroso a este respecto puede encontrarse en NOVELLA, Joaquim. “Mercado de Trabajo en España (1974-1988) y Política Económica”. Cuadernos de Economía. Vol 16, 447-499, 1988. 15 A lo largo del recesivo año 92 los puestos de ingenieros aumentaron un 2,9% mientras que los de auxiliar administrativo descendían en un 4%. Ministerio de Economía y Hacienda, agosto 1993. Durante el periodo 74/88 en España el sector textil perdió un 4,7% de los puestos de trabajo mientras que el sector “otros servicios” aumentó en un 1,9%. En el periodo 85-88 el comercio aumentó un 16% mientras que la agricultura perdía un 5,8%. J. Novella. Op.cit. 16 Al principio de la actual crisis el paro se cebó en los puestos mejor remunerados. En estos momentos carga más sobre los trabajos poco cualificados. El aumento del paro de licenciados en España durante el periodo junio-diciembre del 92 fue del 29% frente al incremento general del 13% (EPA). La ocupación femenina también resultó al principio menos afectada por la crisis
11
como los de la Escuela de Relaciones Industriales de Dunlop y Kerr17, hasta los planteamientos
marxianos centrados en la lucha de clases y la atribución de la plusvalía de autores como
Braverman, Edwards y Gintis18. Se puede afirmar que en líneas generales las propuestas basculan
entre refinar el planteamiento neoclásico sin renunciar a sus supuestos o cambiar de metodología.
A) Capital Humano
Dentro del primer grupo de propuestas es obligado mencionar la Escuela del Capital
Humano representada por el Nobel de economía Gary Becker. Esta escuela se fija en que las
empresas no necesitan mano de obra inepta e indiferenciada sino personal preparado para ocupar
puestos específicos de trabajo. Para ocupar estos puestos es necesario adquirir una preparación
específica. Los años que las personas dedican a su formación profesional se conceptualizan como
una inversión (capital humano) cuyo retorno se obtiene en los mayores niveles retributivos para los
puestos más cualificados. Cada persona escoge la inversión personal que considera óptima,
teniendo en cuenta su factor individual de descuento (su impaciencia por la renta).
La colocación profesional se modeliza como un proceso en dos tiempos: escoger formación
y entrar a competir por los trabajos. El grado de formación escogido determina el grado de
remuneración del puesto de trabajo. La dinámica rectora de la segunda fase del juego sigue, al pie
de la letra, los presupuestos clásicos. El enfoque del capital humano consiste en aplicar la product
differentiation al mercado laboral clásico.
El implícito básico del modelo neoclásico sigue en pie: la determinación salarial de la oferta
laboral. Se da por supuesta también la existencia de salarios de equilibrio para cada uno de los
niveles de capacitación, y la existencia de un "equilibrio general" entre inversión en estudios y
nivel retributivo. Este modelo sigue interpretando la vagancia como un bien, aunque ahora la
vagancia no es sólo resistencia a trabajar, sino resistencia a formarse. El ansia de trabajar
inmediatamente es una forma de pereza que impide adquirir la formación que hubiera permitido
ocupar mejores puestos de trabajo.
La escuela del Capital Humano deja sin explicar la impaciencia para la formación. No
contempla la posibilidad de niveles de paro diferenciados entre titulados del mismo nivel pero de
distinta area. Además tampoco parece que la lógica realmente empleada por los jóvenes para
escoger estudios sea la descrita pues el desconocimento de los jóvenes de los niveles salarial es
proverbial.
17 La obra de T.Dunlop "Industrial Relations Systems", 1958 puede servir de pista bibliográfica. 18 Braverman, Harry:"Labor and Monopoly Capital" (1974); Edwards, Richard: "The Tranformation of the workplace in America" (1979); Gintis, Herbert: "The Nature of Labor Exchange and Theory of Capitalist Production" (1976).
12
Con todo la aportación de la escuela de capital humano es importante. Permite aproximar la
correlación que existe entre nivel de estudios y nivel de desocupación. Y da pistas para entender el
alto porcentaje de desocupación que recae sobre la población residual. La escuela del Capital
Humano es un claro avance en la dirección apuntada por esta comunicación. a) El mercado laboral
está determinado por otras variables aparte del salario (paciencia, formación). b) El mercado de
trabajo posee segmentos de ocupación -tanto verticales como horizontales- con dinámicas
parcialmente independientes. c) La demanda de trabajo no siempre está dominada por la estrategia
del bajo coste.
B) Piore
La escuela más sólida entre las que plantean un cambio metodológico, es la encabezada por
Michael Piore, que se ha llamado teoría institucionalista del mercado de trabajo19. Sus trabajos
acometen el estudio del mercado laboral directamente, tratando de entender las condiciones que
explican el funcionamiento real del empleo. Este estudio le lleva a constatar la segmentación del
mercado de trabajo. Existe un sector primario de trabajos seguros y socialmente bien
conceptuados. Las empresas consideran a quienes ocupan estos puestos parte de su capital, algo
permanente. Existe también un sector secundario, de trabajos sucios, no cualificados. Estos
puestos están en constante proceso de recambio.
A partir de aquí, Piore se encamina hacia consideraciones psico-sociológicas: ¿qué hace que
las personas pertenezcan a un sector o a otro?, ¿cómo inciden las estructuras urbanas, familiares y
educativas en esta división? Piore también estudia la lógica interna de las empresas para contratar
y remunerar a los trabajadores. Se interesa por los convenios colectivos, por el papel de los
sindicatos en las empresas, por las estructuras empresariales, por la división del trabajo, y por el
tema clave del desarrollo tecnológico.
La escuela institucionalista propone que para entender el mercado laboral es necesario
ampliar los supuestos sobre los que se ha venido trabajando. La economía del empleo requiere un
enfoque más psicológico, social, cultural y político -antropológico en definitiva- que monetario,
macroeconómico y determinista.
iii) PAUTAS PARA UN PLANTEAMIENTO SOCIAL DEL PARO
Propongo a continuación unos elementos marco para una aproximación integral del
problema del paro que podría llamarse la teoría de las dos manos: la mano que ofrece trabajo y la
mano que la consume.
19"Dualism and Discontinuity in Industrial Societies" (1980); "Notes for a Theory of Labor Market Stratification" en M. Reich and D. Gordon: "Labor Market Segmentation" (1975).
13
A) El Equilibrio General del empleo:
Un agente económico ordinario dispone de un doble papel: por un lado produce y por otro
lado consume. Es como si tuviera una mano para hacer y otra para tomar. En una economía
individual se está en perfecto equilibrio si lo que hace una mano coincide con lo que toma la otra.
La regla de oro del equilibro podría ser el “yo me lo guiso, yo me lo como”. A partir de aquí
podemos enfocar el estudio de la distribución del trabajo a nivel de toda una sociedad. Sólo es
necesario agregar todas las conductas económicas en su doble vertiente de producción y de
consumo. Se trataría de sobreponer todos los individuos, de consolidar todas las manos activas y
pasivas de una economía.
El equilibrio agregado estará en la coherencia entre las dos macro-manos de la economía. La
receta mágica para que no exista desempleo en la comunidad consistirá en el equilibrio psico-
social general: que coincidan los distintos trabajos/servicios que queremos que se hagan (deseos
pasivos) con los distintos trabajos/servicios que queremos hacer (deseos activos).
SISTEMA
SOCIAL
DESEOS ACTIVOS
DESEOS PASIVOS (Figura 2)
El equilibrio laboral se logra por la correpondencia entre oferta y demanda de trabajo
entendida en su mayor generalidad. OFERTA DE TRABAJO = lo que queremos hacer.
DEMANDA DE TRABAJO= lo que queremos que sea hecho.
Desde esta perspectiva queda claro que el problema del trabajo es un problema de
incoherencia -en diversas direcciones- y de distribución. Aquello que deseamos consumir no
encaja con aquello que deseamos producir. Los deseos agregados de la sociedad no son
coherentes: queremos tener lo que no queremos hacer; o bien, queremos hacer lo que no
queremos tener; o bien, queremos que unos hagan mucho y otros no hagan nada. Se trata de un
puro problema social interno y de un problema de desigualdad. Y resulta especialmente perjudicial
14
enfocar su estudio como si dependiera de factores externos de entorno cuando depende
básicamente del “intorno”.
Para obtener un cuadro más comprensivo del fenómeno real del desempleo es necesario
introducir tres elementos estructurales adicionales 1) capacitación profesional, 2) el factor
maquinaria o tecnología, y 3) el saldo exterior.
1) Capacidades profesionales
El equilibrio del sistema socio-laboral general no consiste en un puro equilibrio de
veleidades, hay que estudiar las capacidades que se interponen entre los quereres. El desequilibrio
no se da sólo entre quereres sino entre querer y poder. Puede ser que no sepamos hacer aquello
que queremos que se haga y como consecuencia nos veamos obligados a importarlo.
2) El factor maquinaria o tecnología
Como la producción económica no consiste en servicios puros inmediatos hay que analizar
tanto las capacidades personales (qué se sabe hacer) como las condiciones técnicas de producción
(qué y cómo se puede hacer). Las técnicas productivas distorsionan la correspondencia inmediata
entre demanda social y empleo. El sistema productivo interpone un factor técnico de
productividad entre la oferta de productores y la demanda de productos. Podemos imaginar que
un sólo trabajador con una máquina fantástica fuera capaz de producir la totalidad de lo necesario.
Entonces quedaría claro que se trataría de un problema de distribución entre las personas y las
máquinas.
3) Demanda exterior
En una economía globalizada es indispensable analizar el saldo exterior de demanda de
trabajo, estudiar lo que demandamos del exterior y lo que nos demandan desde el exterior. Pienso
que es grande la conciencia de la dependencia económica que existe del sector exterior. Pero hay
una gran inconsciencia sobre los determinantes micro -de carácter socio-cultural- que producen
estos fenónemos. Pocas personas son conscientes, por ejemplo, de cómo el prestigio de las
consultoras americanas afecta a las posibilidades laborales de los locales que quieran ejercer la
consultoría20.
Con la introducción de estos tres elementos podemos presentar ya un cuadro más completo
del equilibrio general del empleo:
20 Esta falta de conciencia de los determinantes del saldo exterior es lo que hace que en este país se considere pura insensatez apostar por un nacionalismo en el consumo. En cambio en Francia una empresa tan importante como el grupo Auchan -para más ironía propietaria en España de la gran superficie Alcampo- está realizando campañas y estudios fomentando el nacionalismo en la compra de electrodomésticos.
15
PE
RS
ON
AS
CONSUMEN
HACEN
PRODUCTOS
EXTERIOR
CAPACI
TACION
MAQUINAS
EMPLEO
(Figura 3)
El sistema de trabajo y de consumo comienza y acaba en las personas. Estas personas por un
lado consumen y por otro elaboran esas cosas que desean consumir. Para poder elaborar las cosas
deben pasar por un proceso de capacitación21. Las personas una vez terminada la capacitación se
aplican a la tarea propiamente productiva. Esta producción es el resultado de una combinación de
máquinaria y trabajo. Finalmente esta producción retorna a las personas o se vierte al exterior22.
Este esquema también permite visualizar los diferentes puntos de encaje del sistema, y por
tanto dónde se pueden producir desequilibrios que afectan al mercado laboral
21 Se ha tomado el término capacitación para distingirlo del término más genérico formación. Me parece un grave error identificar formación con capacitación laboral, pues la formación cubre funciones que poco tienen que ver con el sistema productivo que este esquema pretende replicar. 22 Sólo se ha representado la interacción exterior a nivel de balanza de productos y servicios. Aunque también se puede intercambiar con el exterior maquinaria, empleo o capacitación.
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PE
RS
ON
AS
CONSUMEN
HACEN
PRODUCTOS
EXTERIOR
CAPACI
TACION
MAQUINAS
EMPLEO
1
2
34
5
6
(figura 4)
1) Puede producirse una desproporción entre las personas que consumen y las personas que
hacen. La demografía es uno de los elementos estructurarales para una sociología del desempleo.
2) Puede alargarse o acortarse el tiempo dedicado a la pura capacitación profesional. El
sistema educativo, el sistema de formación profesional, la duración y la demanda de estudios
universitarios son claves para aproximar el comportamiento real del empleo.
3) Puede darse un desfase entre la capacitación y las necesidades objetivas del sistema de
producción. Es necesario enfocar una política de capacitación profesional selectiva, fomentando la
formación en unos perfiles y desincentivando otros.
4) Puede haber una mala combinación productiva entre maquinaria y trabajo, de forma que
la primera tenga un excesivo protagonismo.
5) Puede haber una desproporcionada apetencia por productos elaborados en el extranjero
que nosotros no sabemos realizar.
6) Puede haber una caída de demanda para productos que hasta el momento fabricábamos.
B) Variables estructurales básicas
Como refleja el esquema la problemática del desempleo afecta a importantes dimensiones
estructurales del sistema socio-laboral y de consumo.
1) Gustos de consumo o necesidades:
En el campo de esta variable estructural deben estudiarse los valores de consumo de la
sociedad; la prospectiva de preferencias por sectores y modas; los efectos renta, substitución y
otras conductas concretas de consumo. También podemos preguntarnos cuál es el grado de auto-
17
consumo en cada nivel de identidad local y en cada sector: ¿nos satisfacen los abogados del
municipio?, ¿los médicos, los profesores?, ¿los medios de comunicación de la comarca?
2) Preferencias laborales:
Temas determinantes de esta variable son: el estatus social de las distintas profesiones; la
continuidad profesional intergeneracional; los colegios profesionales, los sindicatos y otras
instituciones configuradoras de colectivos profesionales. Qué información social existe sobre las
profesiones: nivel de salarios, contenido de trabajo, capacidades necesarias. Análisis e información
de prospectiva laboral. Estudio del grado de bovarismo social (movilidad social exclusivamente
ascendente) y de la psicología laboral. Programas de configuración de opiniones profesionales.
3) Capacitación profesional:
Estudio de la capacitación antecedente para las profesiones, capacitación simultánea y
capacitación consecuente o de reconversión profesional. Ordenación universitaria. Preferencias,
rutas y discriminación en el sistema educativo.
4) Dimensión tecnológica:
El estudio del impacto del desarrollo tecnológico sobre el empleo es inaplazable. No vale
tomar la proporción capital/empleados como un parámetro. No vale tampoco seguir diciendo
dogmáticamente que las máquinas no destruyen empleo sino que lo trasladan expulsando
servidores de máquinas e induciendo fabricadores de máquinas. Las máquinas son eficientes por su
productividad. Una máquina que para su fabricación necesitara tantas horas-hombre como las que
reemplaza sería una máquina inútil. La única manera de que la expulsión de trabajadores por
máquinas salga rentable en términos de empleo es que los recursos liberados -fuerza de trabajo y
renta- produzcan más empleo en un uso alternativo. Pero entonces los nuevos empleos tendrán
menor productividad comparativa y consecuentemente menor sueldo23.
5) Saldo exterior:
La componente nacionalista del consumo ha sido continuamente anatematizada desde la
teoría clásica, pero un enfoque serio no puede seguir obviando este hecho. ¿Cuál es el prestigio
interior y exterior de los productos?, ¿qué determina la propensión marginal a importar?, ¿cómo
modificarla?
6) Población:
Un determinante estructural del desempleo son las cuestiones demográficas y socio-demográficas.
Emigración e inmigración. Demografía (absoluta y por grupos de población). Estratificación
social. Movilidad social. Estructura familiar. Papel de la mujer.
18
C) Una tentativa gráfica de análisis social del desempleo:
A partir del marco general planteado para el desempleo se abre un abanico de posibles
análisis de detalle, tanto de sus variables estructurales como de su mútua articulación. En esta
dirección voy a esbozar una tentativa gráfica de análisis del mercado laboral que se reduce a las
dimensiones de preferencias laborales y gustos de la población, e introduce segmentación de
puestos de trabajo.
Definimos el espacio laboral mediante la curva de oferta laboral "los trabajos que queremos
hacer" (línea continua), y la de demanda laboral "los trabajos que se necesitan" (línea discontinua).
bajo
alto
nivel
del
trabajo
Puestos de Trabajo
Equilibrios
puntuales
(Figura 5)
La longitud del recorrido de una línea expresa la cantidad de puestos de trabajo. Ya sean
puestos que se quieren realizar (línea de oferta), o puestos por cubrir (línea de demanda).
En la situación que describe la figura 5 el equilibrio que se observa es total: una línea está
plegada a la otra. Se ofrecen exactamente el mismo número y tipo de trabajos que se necesitan.
Este equilibrio total consiste en una colección de equilibrios puntuales. El equilibro en un punto no
implica en absoluto el equilibrio en otro. El pleno empleo se da en la medida, y en los puntos, en
que una curva se pliegua a la otra. En los puntos de no sobreposición habrá o bien desempleo o
bien déficit de trabajadores.
Esta situación de pleno empleo quedará alterada cuando haya cambios en las curvas.
23 Sobre este particular es de gran utilidad el libro de Alfred Sauvy "La máquina y el paro", 1980.
19
a) La curva de empleos necesarios puede quedar alterada por cambios en las tecnologías de
producción o en los gustos de los ciudadanos.
b) La curva de empleos apetecidos puede quedar alterada por variaciones en la
composición de la población o en las preferencias profesionales de la misma.
Supongamos que un progreso tecnológico generalizado exige una mayor cualificación para
todos los empleos. Esto se expresará gráficamente como un deslizamiento de la curva de trabajos
demandados hacia arriba.
bajo
alto
Puestos de Trabajo
Empleo efectivo
Paro
Déficit de Trabajadores
(Figura 6)
El desplazamiento de la curva de trabajos necesarios producirá un doble desequilibrio:
a) El segmento de trabajos de más alto nivel deja empleos vacantes. Se da un déficit de
trabajadores, o falta de oferta de trabajo24.
b) En el segmento de trabajos de bajo nivel habrá desempleo o exceso de oferta de trabajo.
En el supuesto de un desplazamiento de la capacitación y ambición profesional de la
población -un desplazamiento de la curva discontinua de oferta laboral- se produciría también un
doble desequilibrio pero de signo inverso. El desempleo se produciría en los trabajos de alto nivel
y el déficit de empleados se dará en los trabajos sencillos.
El papel que juegan los salarios en este modelo es limitado. Las tensiones salariales no son
los determinantes del equilibrio sino un efecto de segundo orden de situaciones de
24 Una característica de este mini-modelo es que las capacidades profesionales y los requerimientos profesionales
20
equilibrio/desequilibrio forjadas en instancias tecnológicas, psicológicas y sociales. En la situación
de la figura 6 la falta de personal de alto nivel haría que los salarios de estos profesionales
subieran, mientras que los salarios de los trabajos sencillos tenderían a bajar. El abanico salarial
total se estiraría. En cambio en la situación descrita en el párrafo siguiente los salarios de la parte
alta tenderían a bajar mientras que los de la parte baja subirían. En ese caso se produciría una
nivelación general de salarios. Los salarios cumplen una función de ajuste, de segunda vuelta,
después del ajuste principal que se da entre lo que las personas quieren que se haga -mediatizado
por la tecnología- y lo que la personas quieren y saben hacer. La dimensión salarial es una
dimensión secundaria. Desde este punto de vista un determinado nivel de salarios puede estar en
equilibrio con cualquier nivel de empleo.
Podemos representar otras situaciones socio-laborales con la siguiente situación :
a) Supongamos que las necesidades laborales de las empresas no tienen una estructura
proporcional al nivel de los trabajos. Las condiciones de producción exigen un número mayor de
puestos de alto nivel que de bajo nivel.
b) Supongamos que la estructura de trabajadores disponibles sí es proporcional al nivel.
nivel del
trabajo
bajo
alto
Puestos de Trabajo
Empleo total
Zona deficitaria en
trabajadores
Zona de Paro
Zona deficitaria en trabajadores
(Figura 7)
a) Hay déficit de trabajadores en la zona de trabajos de alto nivel. Hay más puestos por
cubrir que personas disponibles. Esto puede deducirse gráficamente porque en la región más alta
hay más longitud de curva de necesidades que de recta de disponibilidades.
están en equilibrio en cada punto. La gente no quiere ocupar trabajos para los cuales no está capacitado.
21
b) Hay paro en la zona de trabajos intermedios: más trabajadores disponibles de los que se
necesitan. Esto puede deducirse gráficamente porque en la región intermedia hay más longitud en
la recta de disponibilidades que en la curva de necesidades.
c) Hay una tercera zona, inferior, donde hay trabajos necesarios pero no trabajadores
dispuestos. Se trata de otra zona con déficit de trabajadores.
Más allá del malabarismo de unas gráficas más o menos ocurrentes mi objetivo es destacar
las posibilidades de un análisis del espacio laboral que salte por encima de los presupuestos
clásicos. Una observación que no esté centrada en los niveles salariales sino en aspectos más
cualitativos. Los principales determinantes de las preferencias profesionales están en órdenes
extra-salariales: familia, amistades, valoración social, prestigio televisivo. Y para su ponderación
se barajan aspectos tales como contenido de trabajo, posibilidades de brillo social, necesidades
sociales, calidad de vida profesional, etc.
CONCLUSION : Un problema metodológico
Son muchas las realidades del mercado de trabajo que la economía neoclásica tiene
dificultades por justificar. La lógica de la contratación es distinta de la lógica de la
descontratación. Pocos procesos sociales son reversibles. Las subidas de salarios no son
equiparables con las bajadas. Las empresas no contratan personal genérico, sino personas de
confianza, gente industriosa, vendedores, directivos, ingenieros, técnicos. El dinamismo laboral
presenta situaciones auténticamente novedosas, imposibles por tanto de formular. La anatomía del
paro se resiste a un análisis cuantitativista.
El modelo de observación neoclásico es metodológicamente miope ante el desempleo. La
teoría neoclásica toma a los trabajadores como simple mano de obra, susceptible de ser sumada
restada e integrada. El mercado laboral real está regido por variables socio-culturales. La
diversificación de la oferta de trabajo no permite una macro-fórmula sintetizadora, si no es a costa
de perder aspectos esenciales del fenómeno. El espacio laboral se resiste a ser encorsetado en una
función. El análisis marginal o la estática comparativa resultan miopes cuando las variables
psicológicas determinan los mercados, y sus cambios reestructuran el mercado. El mercado laboral
escapa, en buena medida, al cálculo macroeconómico.
La realidad del desempleo nos pone ante los ojos la necesidad de volver a poner al hombre
en el centro del debate económico. Las estructuras familiares, las identidades colectivas, las
ambiciones y los deseos de la población, son los desencadenantes últimos del paro. Y esto es
necesario investigarlo desde una auténtica economía social.
22
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