el misterio de los psicópatas -...

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Copyright © 2015 The New York Times DOMINGO 11 DE OCTUBRE DE 2015 Una colaboración con INTERNATIONAL WEEKLY VENTANA Por MARGOT SANGER-KATZ Hace cinco años, el alcalde Michael A. Nutter propuso un impuesto sobre los refrescos en Filadelfia y la industria se levantó para repeler el ataque. Es una historia conocida. Los impues- tos a los refrescos también han fracasa- do en el estado de Nueva York y en San Francisco. Hasta la fecha, sólo la super- liberal ciudad de Berkeley, California, ha logrado adoptar una medida así por enci- ma de las objeciones de la industria. Las empresas de refrescos están ganando las batallas de políticas sobre el futuro de sus productos. Pero el panorama mayor indi- ca que las compañías de refrescos están perdiendo la guerra. Incluso mientras quienes abogan con- tra la obesidad, como Nutter, no han lo- grado que se aprueben estos impuestos, han recordado a la gente que las bebidas sin alcohol —un ingrediente clave de la cultura estadounidense— no es un pro- ducto muy saludable. En los últimos 20 años, las ventas de los refrescos con calorías se han desplomado más de un 25 por ciento en Estados Uni- dos. Hoy, el agua embotellada se perfila para rebasar en dos años a los refrescos como la categoría de bebida más grande, de acuerdo con por lo menos una proyec- ción de la industria. La caída en el consumo de refrescos representa el cambio más sustancial en la dieta estadounidense en la última dé- cada. De 2004 a 2012, los niños consumieron 79 menos calorías derivadas de bebidas endulzadas con azúcar por día, reveló un amplio estudio gubernamental, repre- sentando una disminución de calorías del 4 por ciento en total. A medida que ha disminuido la ingesta calórica, los índices de obesidad entre los niños de edad escolar parecen haberse nivelado. En Filadelfia, donde no se lo- gró imponer el impuesto, pero el debate desalentó a la gente de beber refrescos, el consumo entre los adolescentes cayó marcadamente —en un 24 por ciento— de 2007 al 2013. El mes pasado, el Depar- tamento de Salud Pública de la ciudad reportó una reducción sostenida en la obesidad infantil durante los últimos sie- te años. Este verano, los ejecutivos de la in- dustria de las bebidas sin alcohol se re- unieron en Nueva York. El evento anual, organizado por la revista Beverage Di- gest, incluyó a conferencistas de los tres productores principales de refrescos — Coca-Cola, PepsiCo y el Dr. Pepper Sna- pple Group— junto con empresas adve- nedizas, como SodaStream, la compañía de fabricación casera de soda, y Talking Rain, que produce bebidas de frutas con gas y sin calorías llamadas Sparkling Ice. Eventos así brindan a las compañías una oportunidad de mostrar sus produc- tos y alardear de sus éxitos, pero el am- biente no se sentía ligero. “Ha sido una década realmente complicada. Hubiera sido mucho peor de no haber sido por el agua embotellada”, dijo John Sicher, edi- tor de Beverage Digest, en su discurso de apertura. A medida que han caído las ventas en EE.UU. de los productos tradicionales de las compañías, éstas se han apresurado a ofrecer nuevos productos mejor adecua- dos a los gustos del consumidor. Los tes helados, bebidas deportivas y aguas sa- borizadas son segmentos más pequeños, pero de rápido crecimiento, de la indus- tria de los refrescos. Los patrones cambiantes del consumo de refrescos parecen derivarse, en parte, de una campaña por erradicar las sodas. SCOTT OLSON/GETTY IMAGES; ABAJO, MONICA ALMEIDA/THE NEW YORK TIMES Los refrescos pierden gas por cambio de gustos El dilema de Iglesia y Estado La separación de Iglesia y Es- tado es un concepto considerado como sagrado en EE.UU. y otros lu- gares, aunque esa separación dista mucho de tener una definición sencilla. Donde una persona ve que las creen- cias privadas están invadien- do el dominio público, otra ve al Gobierno restringiendo la libertad reli- giosa personal. La línea divisoria es borrosa. Corea del Sur tiene décadas de castigar a los Testigos de Jehová por rehusarse a cumplir con el servicio militar como objetores de conciencia. En alguna época eran golpeados, a veces torturados e incluso asesinados. Ya quedaron atrás esos días, pero entre 600 y 700 aún son enviados a prisión ca- da año, normalmente condenados a 18 meses. “Estaba predestinado a con- vertirme en reo porque creía en el Creador”, dijo Kim Min-Hwan a The New York Times. Kim fue liberado de prisión hace dos años, pero afirma que lo sigue el estigma de ser un objetor de conciencia. No ha podido hallar un buen empleo. El Tribunal Constitucional ahora considera apelaciones de los Testigos de Jehová, pero mien- tras tanto, los objetores en Corea del Sur siguen yendo a prisión, o marchándose a otros países. Entre esos países figura EE.UU., donde los conflictos entre Iglesia y Esta- do a veces también son resueltos en una celda. El mes pasado, una funcionaria en Kentucky pasó cin- co días en la cárcel por rehusarse a cumplir con su deber de emitir licencias matrimoniales a parejas gay, a lo que se oponía por motivos religiosos. Las cosas por lo común no llegan tan lejos en EE.UU. en la actuali- dad, pero a menudo son puestos a prueba los límites de las libertades religiosas, incluso en asuntos más sencillos. Algunos críticos han al- zado la voz contra un movimiento reciente por muchas dependencias policiales para pegar calcomanías en sus patrulleros con estas cuatro palabras: “In God We Trust” (En Dios confiamos). “La idea de alinear a la fuerza policial con Dios es algo atemo- rizante”, declaró Annie Laurie Gaylor, corpresidenta de la Funda- ción Freedom From Religion, a The Times. “Eso es lo primero que uno esperaría ver en una teocracia”. Sin embargo, resulta que esas cuatro palabras son el lema nacio- nal de EE.UU., respetado en los tribunales. Johnny Moats, sheriff del con- dado de Polk, Georgia, dijo que los detractores no tenían nada qué temer. “Puedes ser un adorador de demonios satánicos, y mientras seas un ciudadano respetuoso de la ley y necesites ayuda, vamos a darla”, aseguró. Sí, hasta los adoradores satáni- cos entran en la división de Iglesia y Estado. Un grupo llamado Templo Sa- tánico se ha adjudicado parte del crédito por la remoción por manda- to judicial de un monumento a los Diez Mandamientos, en el capitolio de Oklahoma. El Templo Satánico cree que influyó en la decisión con su plan de colocar junto al monu- mento una estatua de Bafomet, una deidad mística con cabeza de cabra. Los cofundadores del Templo son Lucien Greaves y Malcolm Jarry. Esos no son sus nombres verdaderos, pero está bien: no son satánicos de verdad. “Greaves”, también llamado Douglas Mesner, ve el satanismo como un símbolo de la solidaridad de los margina- dos, los que han sido juzgados. “Auténticamente creo que ésta es toda una religión: esta identi- dad cultural, esta narrativa que contextualiza tu vida, tus obras y tus metas”, dijo a The Times. “Y tienes estas creencias profundas que si son violadas, representa una transgresión a uno mismo”. Lo que no suena muy distinto a un Testigo de Jehová en Corea del Sur. ALAN MATTINGLY Sus comentarios son bienvenidos en [email protected]. INTELIGENCIA En Rodas, la historia es palpable. PÁG. 2 CIENCIA Y TECNOLOGÍA Plantas que matan para comer. PÁG. 6 EL MUNDO China descarrila en Latinoamérica. PÁG. 4 ARTE Y DISEÑO Ve ‘queer tango’ gran aceptación. PÁG. 8 El misterio de los psicópatas Este artículo fue escrito por N. R. Kleinfield, Russ Buettner, David W. Chen y Nikita Stewart. Se han convertido en una de las ca- lañas del mal más alarmantes y más tristemente célebres. Personas que, visto en retrospectiva, parecían raras, no vestían bien, eran ensimismadas y albergaban una amargura que ardía en su interior. Y luego tomaron armas y salieron y mataron al mayor número de perso- nas que pudieron. Después, surgen las mismas pre- guntas: ¿por qué nadie supo?, ¿por qué no se los detuvo? Ahora esas preguntas se hacen res- pecto a Christopher Harper-Mercer, quien masacró a nueve personas en el Umpqua Community College, en Rose- burg, Oregon, el 1 de octubre. Se han hecho sobre el hombre que mató a nue- ve personas en una iglesia en Charles- ton, Carolina del Sur, en junio. Sobre el hombre que asesinó a seis personas en Isla Vista, California, el año pasado. Y sobre el que mató a una docena de personas en el Washington Navy Yard en el 2013. Generar un perfil del asesino pú- blico masivo, a partir de los hilos que han sido identificados, puede revelar los contornos gruesos de un cierto tipo de individuo. Pero esos contornos son lo suficientemente indistintos como para aplicarlos en infinidad de otras personas que nunca tomarán un arma ni saldrán a asesinar. “El gran problema es que el tipo de patrón que los describe también describe a decenas de miles de esta- dounidenses, incluso a personas que escriben cosas terribles en Facebook o internet”, dijo James Alan Fox, cri- minólogo en la Northeastern Univer- sity, en Boston, que ha estudiado a ase- sinos en serie. “No podemos arrestar a todas las personas que nos asustan”. Grant Duwe, criminólogo en el De- partamento Correccional de Minneso- ta, ha estudiado más de 1.300 asesina- tos masivos que ocurrieron desde 1900 hasta 2013. De ellos, clasifica a 160 co- mo tiroteos públicos masivos, en los que al menos cuatro personas fueron baleadas y asesinadas en un periodo concentrado. Pocos se dieron antes de los sesenta. Duwe dijo que el episodio que, en opi- nión de algunos académicos, “introdu- jo a la nación la noción de un asesinato masivo en un espacio público” sucedió en 1966, cuando Charles Whitman su- bió a una torre en la Universidad de Texas, en Austin, y mató a 16 personas. Con base en datos compilados por Duwe, el Servicio de Investigación del Congreso de Estados Unidos emitió un reporte este año que trazaba un incremento en estos tiroteos desde entonces, de un promedio de uno al año durante los setenta a cuatro en la primera década de este milenio, y un ligero repunte en los últimos años. Quienes estudian estos tipos de asesinos en masa han encontrado que casi siempre son varones. La mayo- ría de ellos son solteros, separados o divorciados. La mayoría es de raza blanca. Con la excepción de tiradores estudiantiles en escuelas secundarias o primarias, por lo general son mayo- res que el asesino típico, a menudo ma- yores de 30 años y menores de 50. Varían en ideología. Por lo general compraron sus armas legalmente. Muchos tenían evidencia de enferme- dad mental, particularmente aquellos que perpetraron asesinatos masivos al azar. Pero otros no, y la mayoría de las per- sonas con enfermedad mental no es violenta. “Están deprimidos”, dijo Fox. “No están des- conectados de la reali- dad. No oyen voces. No creen que las personas a las que les disparan sean roedores”. ‘Historial de frustración’ De acuerdo con Fox, los asesinos en masa tienden a ser “personas aisladas de la sociedad sin sistemas de apoyo que les ayuden a superar tiempos difí- ciles y a ver la realidad del mundo. “Tienen un historial de frustración”, continuó. “Externalizan la culpa. Na- da jamás es su culpa. Culpan a otras personas aun cuando éstas no sean culpables. Se consideran personas buenas maltratadas por otros”. Jeffrey Swanson, profesor de psi- quiatría y ciencias de la conducta en la Universidad Duke, en Durham, Caroli- na del Norte, dijo que estos individuos a menudo carecen del sentido de perte- nencia, sin embargo, frecuentemente Continúa en la página 2 Continúa en la página 2 Muchos encajan en un perfil típico, al igual que otros que no asesinan Flores en el orificio de una bala en la Universidad de California. Un memorial en Umpqua Community College (arr.). RUTH FREMSON/THE NEW YORK TIMES En la Feria Estatal de Washington, dos comensales acompañaron su comida de muchas calorías con agua, en lugar de bebidas sin alcohol.

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Copyright © 2015 The New York Times

DOMINGO 11 DE OCTUBRE DE 2015Una colaboración con INTERNATIONAL WEEKLY

VENTANA

Por MARGOT SANGER-KATZ

Hace cinco años, el alcalde Michael A. Nutter propuso un impuesto sobre los refrescos en Filadelfia y la industria se levantó para repeler el ataque.

Es una historia conocida. Los impues-tos a los refrescos también han fracasa-do en el estado de Nueva York y en San Francisco. Hasta la fecha, sólo la super-liberal ciudad de Berkeley, California, ha logrado adoptar una medida así por enci-ma de las objeciones de la industria. Las empresas de refrescos están ganando las batallas de políticas sobre el futuro de sus productos. Pero el panorama mayor indi-ca que las compañías de refrescos están perdiendo la guerra.

Incluso mientras quienes abogan con-tra la obesidad, como Nutter, no han lo-grado que se aprueben estos impuestos, han recordado a la gente que las bebidas sin alcohol —un ingrediente clave de la cultura estadounidense— no es un pro-ducto muy saludable.

En los últimos 20 años, las ventas de los refrescos con calorías se han desplomado más de un 25 por ciento en Estados Uni-dos. Hoy, el agua embotellada se perfila para rebasar en dos años a los refrescos como la categoría de bebida más grande, de acuerdo con por lo menos una proyec-ción de la industria.

La caída en el consumo de refrescos representa el cambio más sustancial en

la dieta estadounidense en la última dé-cada.

De 2004 a 2012, los niños consumieron 79 menos calorías derivadas de bebidas endulzadas con azúcar por día, reveló un amplio estudio gubernamental, repre-sentando una disminución de calorías del 4 por ciento en total.

A medida que ha disminuido la ingesta calórica, los índices de obesidad entre los niños de edad escolar parecen haberse

nivelado. En Filadelfia, donde no se lo-gró imponer el impuesto, pero el debate desalentó a la gente de beber refrescos, el consumo entre los adolescentes cayó marcadamente —en un 24 por ciento—de 2007 al 2013. El mes pasado, el Depar-tamento de Salud Pública de la ciudad reportó una reducción sostenida en la obesidad infantil durante los últimos sie-te años.

Este verano, los ejecutivos de la in-

dustria de las bebidas sin alcohol se re-unieron en Nueva York. El evento anual, organizado por la revista Beverage Di-gest, incluyó a conferencistas de los tres productores principales de refrescos —Coca-Cola, PepsiCo y el Dr. Pepper Sna-pple Group— junto con empresas adve-nedizas, como SodaStream, la compañía de fabricación casera de soda, y Talking Rain, que produce bebidas de frutas con gas y sin calorías llamadas Sparkling Ice.

Eventos así brindan a las compañías una oportunidad de mostrar sus produc-tos y alardear de sus éxitos, pero el am-biente no se sentía ligero. “Ha sido una década realmente complicada. Hubiera sido mucho peor de no haber sido por el agua embotellada”, dijo John Sicher, edi-tor de Beverage Digest, en su discurso de apertura.

A medida que han caído las ventas en EE.UU. de los productos tradicionales de las compañías, éstas se han apresurado a ofrecer nuevos productos mejor adecua-dos a los gustos del consumidor. Los tes helados, bebidas deportivas y aguas sa-borizadas son segmentos más pequeños, pero de rápido crecimiento, de la indus-tria de los refrescos.

Los patrones cambiantes del consumo de refrescos parecen derivarse, en parte, de una campaña por erradicar las sodas.

SCOTT OLSON/GETTY IMAGES; ABAJO, MONICA ALMEIDA/THE NEW YORK TIMES

Los refrescos pierden gas por cambio de gustos

El dilema de Iglesia

y EstadoLa separación de Iglesia y Es-

tado es un concepto considerado como sagrado en EE.UU. y otros lu-gares, aunque esa separación dista mucho de tener una definición

sencilla. Donde una persona ve que las creen-cias privadas están invadien-do el dominio público, otra ve al Gobierno restringiendo la libertad reli-

giosa personal. La línea divisoria es borrosa.

Corea del Sur tiene décadas de castigar a los Testigos de Jehová por rehusarse a cumplir con el servicio militar como objetores de conciencia. En alguna época eran golpeados, a veces torturados e incluso asesinados. Ya quedaron atrás esos días, pero entre 600 y 700 aún son enviados a prisión ca-da año, normalmente condenados a 18 meses.

“Estaba predestinado a con-vertirme en reo porque creía en el Creador”, dijo Kim Min-Hwan a The New York Times.

Kim fue liberado de prisión hace dos años, pero afirma que lo sigue el estigma de ser un objetor de conciencia. No ha podido hallar un buen empleo.

El Tribunal Constitucional ahora considera apelaciones de los Testigos de Jehová, pero mien-tras tanto, los objetores en Corea del Sur siguen yendo a prisión, o marchándose a otros países. Entre esos países figura EE.UU., donde los conflictos entre Iglesia y Esta-do a veces también son resueltos en una celda. El mes pasado, una funcionaria en Kentucky pasó cin-co días en la cárcel por rehusarse a cumplir con su deber de emitir licencias matrimoniales a parejas gay, a lo que se oponía por motivos religiosos.

Las cosas por lo común no llegan tan lejos en EE.UU. en la actuali-dad, pero a menudo son puestos a prueba los límites de las libertades religiosas, incluso en asuntos más sencillos. Algunos críticos han al-zado la voz contra un movimiento reciente por muchas dependencias policiales para pegar calcomanías en sus patrulleros con estas cuatro palabras: “In God We Trust” (En Dios confiamos).

“La idea de alinear a la fuerza policial con Dios es algo atemo-rizante”, declaró Annie Laurie Gaylor, corpresidenta de la Funda-ción Freedom From Religion, a The Times. “Eso es lo primero que uno esperaría ver en una teocracia”.

Sin embargo, resulta que esas cuatro palabras son el lema nacio-nal de EE.UU., respetado en los tribunales. 

Johnny Moats, sheriff del con-dado de Polk, Georgia, dijo que los detractores no tenían nada qué temer. “Puedes ser un adorador de demonios satánicos, y mientras seas un ciudadano respetuoso de la ley y necesites ayuda, vamos a darla”, aseguró.

Sí, hasta los adoradores satáni-cos entran en la división de Iglesia y Estado.

Un grupo llamado Templo Sa-tánico se ha adjudicado parte del crédito por la remoción por manda-to judicial de un monumento a los Diez Mandamientos, en el capitolio de Oklahoma. El Templo Satánico cree que influyó en la decisión con su plan de colocar junto al monu-mento una estatua de Bafomet, una deidad mística con cabeza de cabra.

Los cofundadores del Templo son Lucien Greaves y Malcolm Jarry. Esos no son sus nombres verdaderos, pero está bien: no son satánicos de verdad. “Greaves”, también llamado Douglas Mesner, ve el satanismo como un símbolo de la solidaridad de los margina-dos, los que han sido juzgados.

“Auténticamente creo que ésta es toda una religión: esta identi-dad cultural, esta narrativa que contextualiza tu vida, tus obras y tus metas”, dijo a The Times. “Y tienes estas creencias profundas que si son violadas, representa una transgresión a uno mismo”.

Lo que no suena muy distinto a un Testigo de Jehová en Corea del Sur. ALAN MATTINGLY

Sus comentarios son bienvenidos en [email protected].

INTELIGENCIA

En Rodas, la historia es palpable. PÁG. 2

CIENCIA Y TECNOLOGÍA

Plantas que matan para comer. PÁG. 6

EL MUNDO

China descarrila en Latinoamérica. PÁG. 4

ARTE Y DISEÑO

Ve ‘queer tango’ gran aceptación. PÁG. 8

El misterio de los psicópatas

Este artículo fue escrito por N. R. Kleinfield, Russ Buettner, David W. Chen y Nikita Stewart.

Se han convertido en una de las ca-lañas del mal más alarmantes y más tristemente célebres. Personas que, visto en retrospectiva, parecían raras, no vestían bien, eran ensimismadas y albergaban una amargura que ardía en su interior.

Y luego tomaron armas y salieron y mataron al mayor número de perso-nas que pudieron.

Después, surgen las mismas pre-guntas: ¿por qué nadie supo?, ¿por qué no se los detuvo?

Ahora esas preguntas se hacen res-pecto a Christopher Harper-Mercer, quien masacró a nueve personas en el Umpqua Community College, en Rose-burg, Oregon, el 1 de octubre. Se han hecho sobre el hombre que mató a nue-ve personas en una iglesia en Charles-ton, Carolina del Sur, en junio. Sobre el hombre que asesinó a seis personas en Isla Vista, California, el año pasado. Y sobre el que mató a una docena de personas en el Washington Navy Yard en el 2013.

Generar un perfil del asesino pú-blico masivo, a partir de los hilos que han sido identificados, puede revelar los contornos gruesos de un cierto tipo

de individuo. Pero esos contornos son lo suficientemente indistintos como para aplicarlos en infinidad de otras personas que nunca tomarán un arma ni saldrán a asesinar.

“El gran problema es que el tipo de patrón que los describe también describe a decenas de miles de esta-dounidenses, incluso a personas que escriben cosas terribles en Facebook o internet”, dijo James Alan Fox, cri-minólogo en la Northeastern Univer-sity, en Boston, que ha estudiado a ase-sinos en serie. “No podemos arrestar a todas las personas que nos asustan”.

Grant Duwe, criminólogo en el De-partamento Correccional de Minneso-ta, ha estudiado más de 1.300 asesina-tos masivos que ocurrieron desde 1900 hasta 2013. De ellos, clasifica a 160 co-mo tiroteos públicos masivos, en los que al menos cuatro personas fueron baleadas y asesinadas en un periodo concentrado.

Pocos se dieron antes de los sesenta. Duwe dijo que el episodio que, en opi-nión de algunos académicos, “introdu-jo a la nación la noción de un asesinato masivo en un espacio público” sucedió en 1966, cuando Charles Whitman su-bió a una torre en la Universidad de Texas, en Austin, y mató a 16 personas.

Con base en datos compilados por Duwe, el Servicio de Investigación del

Congreso de Estados Unidos emitió un reporte este año que trazaba un incremento en estos tiroteos desde entonces, de un promedio de uno al año durante los setenta a cuatro en la primera década de este milenio, y un ligero repunte en los últimos años.

Quienes estudian estos tipos de asesinos en masa han encontrado que casi siempre son varones. La mayo-ría de ellos son solteros, separados o divorciados. La mayoría es de raza blanca. Con la excepción de tiradores estudiantiles en escuelas secundarias o primarias, por lo general son mayo-res que el asesino típico, a menudo ma-yores de 30 años y menores de 50.

Varían en ideología. Por lo general compraron sus armas legalmente. Muchos tenían evidencia de enferme-dad mental, particularmente aquellos que perpetraron asesinatos masivos

al azar. Pero otros no, y la mayoría de las per-sonas con enfermedad mental no es violenta.

“Están deprimidos”, dijo Fox. “No están des-conectados de la reali-dad. No oyen voces. No creen que las personas

a las que les disparan sean roedores”.

‘Historial de frustración’De acuerdo con Fox, los asesinos en

masa tienden a ser “personas aisladas de la sociedad sin sistemas de apoyo que les ayuden a superar tiempos difí-ciles y a ver la realidad del mundo.

“Tienen un historial de frustración”, continuó. “Externalizan la culpa. Na-da jamás es su culpa. Culpan a otras personas aun cuando éstas no sean culpables. Se consideran personas buenas maltratadas por otros”.

Jeffrey Swanson, profesor de psi-quiatría y ciencias de la conducta en la Universidad Duke, en Durham, Caroli-na del Norte, dijo que estos individuos a menudo carecen del sentido de perte-nencia, sin embargo, frecuentemente

Continúa en la página 2

Con tinúa en la página 2

Muchos encajan en un perfil típico, al igual que otros que no asesinan

Flores en el orificio de una bala en la Universidad de California. Un memorial en Umpqua Community College (arr.). 

RUTH FREMSON/THE NEW YORK TIMES

En la Feria Estatal de Washington, dos comensales acompañaron su comida de muchas calorías con agua, en lugar de bebidas sin alcohol.

INTERNATIONAL WEEKLY

NANCY LEE Editora ejecutivaTOM BRADY Editor en jefeALAN MATTINGLY Editor

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E L M U N D O

2 DOMINGO 11 DE OCTUBRE DE 2015THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY

FEBRERO 2015

Roof fue acusado del delito menor de posesión de Suboxone, medicamento por receta vendido a menudo de manera ilegal en las calles.

ABRIL 2015

Compró un arma en una tienda de West Columbia, Carolina del Sur. Se le debió haber prohibido a Roof comprar un arma porque había admitido la posesión de drogas, pero el agente del FBI que realizó la revisión de antecedentes no obtuvo el reporte policiaco del incidente de febrero.

JUNIO 17, 2015

Roof se unió a un grupo de estudio de la Biblia en la Emanuel A.M.E. Church y abrió fuego con el arma que compró en abril.

DICIEMBRE 14, 2012

2009

Lanza se graduó de preparatoria. Algunos compañeros dijeron que él había sufrido bullying en la preparatoria. Luchó con un trastorno del desarrollo y fue descrito como muy tímido, no se le conocían amigos cercanos.

DESPUÉS DE LA PREPARATORIA

"No recibió ningún tratamiento en los años previos al tiroteo" para sus problemas psiquiátricos y físicos, como ansiedad y trastorno obsesivo-compulsivo, encontró un reporte estatal.

ANTES DEL TIROTEO

Su madre, Nancy Lanza, entusiasta de las armas, obtuvo legalmente y registró una gran colección de armas y a menudo llevaba a su hijo a campos de tiro.

DICIEMBRE 14, 2012

Lanza utilizó armas de su madre para asesinar a ella y a otras 26 personas.

JULIO 20, 2012

MARZO 2012

En cuatro meses, Holmes compró legalmente más de 3 mil rondas de municiones para pistolas, 3 mil rondas para un rifle semiautomático y 350 cartuchos para una escopeta calibre .12, todo por internet.

MAYO 2012

Consultaba a un psiquiatra y estaba en el proceso de retirarse de un programa de graduados del Campus Médico Anschutz de la Universidad de Colorado en Denver.

JULIO 20, 2012

Abrió fuego en el cine, matando a 12 personas.

James E. Holmes, de 24 años, mató a 12 personas e hirió a 70 en un cine en Aurora, Colorado, usando un rifle semiautomático Smith & Wesson, una escopeta Remington y una pistola semiautomática Glock calibre .40.

OCTUBRE 1, 2015

2008 2009

Se graduó del Switzer Learning College en Torrance, California, que instruye a estudiantes con problemas de aprendizaje y emocionales.

ANTES DEL TIROTEO

En total, Harper-Mercer tenía 14 armas, todas compradas legalmente mediante un distribuidor de armas de fuego con licencia federal, informó un funcionario federal. Algunas fueron compradas por Harper-Mercer, y algunas por familiares suyos.

OCTUBRE 1, 2015

Mató a nueve personas en Roseburg, Oregon.

Christopher Harper-Mercer, de 26 años, mató a nueve personas en el Umpqua Community College, en Oregon, donde era estudiante. Llevaba seis armas, entre ellas una pistola Glock, una Smith & Wesson, una Taurus y un rifle de asalto Del-Ton, reporta la AP.

Harper-Mercer estuvo un mes en el Ejército, pero fue dado de baja sin terminar el entrenamiento básico.

JUNIO 17, 2015

Dylann Roof, de 21 años, es acusado de matar a nueve personas con una pistola Glock calibre .45 en una histórica iglesia de raza negra en Charleston, Carolina del Sur.

Adam Lanza, de 20 años, asesinó a su madre en su casa, luego mató a 26 personas, en su mayoría niños, en la escuela primaria Sandy Hook en Newtown, Connecticut, usando un rifle Bushmaster XM-15 y un rifle Savage Mark II calibre .22.

ANTES DEL TIROTEO

En los 60 días previos al tiroteo, compró cuatro armas legalmente en armerías locales. El que estuviera consultando con unpsiquiatra, incluso por una seria enfermedad mental, no lo descalificó para comprar un arma.

Nota: la información sobre la versión precisa o año de fabricación de cada arma no siempre estuvo disponible, así que se muestra una versión del modelo. Las pistolas usadas por Christopher Harper-Mercer se omiten porque no se han revelado los modelos. Las armas de Adam Lanza no incluyen la que usó para suicidarse.FUENTE: GOBIERNO Y AUTORIDADES JUDICIALES THE NEW YORK TIMES

La gente da la espalda a refrescos

Perfiles dejan dudassobre asesinos masivos

Viene de la página 1

Viene de la página 1

viven en “poblados pequeños donde la pertenencia realmente importa”.

Harper-Mercer mostraba señales de ese aislamiento y desesperación. Igual que otros, parecía embelesa-do por anteriores asesinos masivos. “Los ven como héroes”, dijo Fox.

Elliot O. Rodger, estudiante univer-sitario de California, de 22 años, no había tenido amigos desde la escuela primaria. Las pocas interacciones que tenía parecían ser en línea, mien-tras jugaba el videojuego World of Warcraft. Los videojuegos violentos atraen a muchos asesinos masivos, igual que a muchos hombres jóvenes en general, aunque esto podría ser más un síntoma de su aislamiento que una causa de su violencia.

La madre de un compañero de la escuela primaria dijo que su esposo se había negado a permitir que su hijo pasara la noche con Rodger, quien se escondía en la casa de ellos cuando iba de visita.

En la adolescencia, fue diagnosti-cado con un trastorno del desarrollo.

En el Santa Barbara City College, Rodger chocó con sus compañeros de dormitorio y llevó una vida en línea. Dejó de asistir a clases y subía videos en los que decía que las mujeres lo re-chazaban.

Poco tiempo antes de que actuara, subió un video a YouTube. En éste aparecía sentado detrás del volante de su BMW, despotricando sobre su aislamiento, sobre las mujeres que no habían mostrado interés en él y sobre su decepción por ser virgen. Se que-jaba también de todos los hombres sexualmente activos que disfrutaban de la vida.

“Todo tiene que llegar a esto”, di-jo Rodger en el video. “Mañana es el día de la venganza. El día que me vengaré de la humanidad. De todos ustedes”.

El 23 de mayo de 2014, mató a pu-ñaladas a tres hombres en su depar-tamento, luego se fue en su auto y les disparó a otros tres desde el vehículo. Después de dos tiroteos con agentes de la oficina del alguacil, se suicidó.

Matar a ciertos extrañosLos expertos creen que la mayo-

ría de los tiradores masivos van tras personas en específico. Escritos ex-plícitos o publicaciones en medios so-ciales a veces revelan su motivación. Puede tratarse de un resentimiento contra su jefe y compañeros de tra-bajo, o cualquier persona que casual-mente esté en el lugar de trabajo de ellos, como fue el caso con la racha de tiroteos en las oficinas de correos. O sus esposas e hijos.

Sin embargo, en ocasiones las razo-nes pueden ser claras sólo para ellos. Hace casi un año, Jaylen Ray Fry-berg, un popular jugador de futbol americano, de 14 años, en las afueras de Seattle, texteó a dos primos y tres amigos para que se reunieran con él y luego abrió fuego contra ellos antes de quitarse la vida. Cuatro murieron. Había publicado mensajes enigmáti-cos en las redes sociales: “me quie-bra... realmente sí... sé que parece co-mo que aguanto... Pero no... y nunca podré”.

Otros asesinos masivos atacan contra categorías amplias: un grupo religioso o inmigrantes o mujeres.

En julio, Mohammod Youssuf Abdu-lazeez, de 24 años, mató a cinco sol-dados en un tiroteo en dos sitios mi-litares en Chattanooga, Tennessee, antes de que un oficial de la Policía le disparara y lo matara.

Dylann Roof, el desertor de secun-daria de 21 años y de raza blanca acu-sado de la masacre en junio de nue-ve personas en la iglesia Emanuel A.M.E. Church, en Charleston, se ha-bía registrado en un sitio en internet donde publicó una diatriba de cuatro páginas sobre sus búsqueda de la su-premacía blanca.

La variación menos común es la matanza pública indiscriminada: cuando mueren personas porque casualmente se encontraban donde estaba el asesino.

Kurt Myers apenas se las arregla-ba para sobrevivir en el pueblo de Mo-hawk, en el norte del estado de Nueva York. Tenía 64 años, no había tenido un empleo desde 2006 y tenía deudas por más de 21.000 dólares. Pero no te-nía un historial conocido de enferme-dad mental o de interacciones con la justicia, salvo un arresto en 1973 por conducir en estado de ebriedad.

En la mañana del 13 de marzo de 2013, se cree que Myers incendió su departamento. Tomó una escopeta. Condujo a una peluquería cercana, donde disparó a cuatro personas, matando a dos, para luego dirigirse a un establecimiento de lavado y en-grasado de autos y asesinó a dos más. Se refugió en un bar abandonado, donde fue abatido por la Policía al día siguiente.

Myers no había tenido mucho que ver previamente con las personas asesinadas o con los lugares donde las mató.

¿Enfermos mentales?Fox cree que en el caso de las ma-

sacres de familias, los perpetrado-res, por lo general, “no son enfermos mentales de gravedad, sino que los impulsa la venganza”. Pero “en el caso de los atacantes meramente al azar, es ahí donde uno encuentra el pensamiento psicótico. Cuánto más indiscriminado, más probable es que haya una enfermedad mental seria”.

De sus 160 casos de asesinos ma-sivos públicos, Duwe concluyó que el 61 por ciento tenía un serio trastorno de salud mental. La esquizofrenia paranoide era el padecimiento más común, seguido por depresión.

En septiembre de 2013, Aaron Alexis, de 34 años, ex reservista de la Marina que trabajaba para una com-pañía de informática, se plantó arri-ba de un atrio en el Washington Navy Yard y le disparó a toda persona que veía, matando a 12. Finalmente, fue abatido por la Policía.

Un mes antes de los tiroteos, Alexis estaba viajando cuando discutió con una familia en un aeropuerto en Virginia. Glynda Boyd recordó que Alexis le había preguntado, “¿por qué se ríe de mí?”. Se refería a la tía de 78 años de la mujer, en silla de ruedas.

Tras llegar a un hotel en Middle-town, Rhode Island, se quejó de que oía voces que provenían de una coci-na que no estaba cerca de su cuarto. Un huésped del hotel pidió ser cam-biado de habitación luego de que Alexis empezó a tocar a las puertas en busca de las voces.

Las investigaciones muestran que la personas con esquizofrenia, depre-sión mayor o trastorno bipolar pre-sentan un riesgo modestamente más alto de violencia. Pero Swanson dijo que sólo el 7 por ciento de la gente con enfermedad mental podía hacer algo violento, “y eso es algo tan menor co-mo darle un empujón a alguien”.

En el caso de muchos de los asesi-nos, las señales son de ira, decepción y soledad.

“Uno no puede salir y arrestar a to-dos los jóvenes enojados y alienados”, dijo Swanson.

Las cafeterías escolares y las máqui-nas expendedoras ya no contienen sodas regulares. Y muchos lugares de trabajo y oficinas gubernamenta-les también han prohibido su venta.

Las embotelladoras resienten los cambios. “Yo diría que estamos per-diendo de 1.5 a 2 por ciento de nuestro negocio cada año”, dijo Harold Honic-kman, presidente del Grupo Honick-man, uno de los distribuidores de re-frescos más grandes en la región del Atlántico medio.

Para muchos que abogan por la salud pública, los refrescos se han convertido en el nuevo tabaco: un producto tóxico que debe ser prohibi-do, gravado y estigmatizado. Queda claro que las calorías de los refrescos contribuyen al aumento de peso y a la obesidad, pero el que su impacto es mayor que el de otros alimentos poco saludables no ha sido demostrado de manera contundente. Sin embargo, el cambio ya se está dando.

“Los refrescos siempre existirán, pero creo que la era en que era acep-table que los niños bebieran soda to-do el día está pasando lentamente”, dijo Marion Nestle, profesora de nu-trición en la Universidad de Nueva York.

Hasta los refrescos de dieta están experimentando un marcado decli-ve en sus ventas. Gary A. Hemphill, consultor de la industria, proyecta que el agua rebasará a los refrescos

en ventas en 2017 y se convertirá en la categoría de bebidas más grande en Estados Unidos.

Aunque las tres grandes compa-ñías de refrescos venden agua embo-tellada, no están muy emocionadas con la tendencia.

Los clientes parecen tener menos lealtad de marca a las marcas de agua que hacia Coca-Cola o Pepsi, y es más difícil competir en la tienda de comestibles, donde las empresas de pocos márgenes que se especiali-zan en agua pueden imponer precios mucho más bajos a los paquetes de botellas de agua que los que quieren imponer los embotelladores.

Estas compañías están expan-diendo sus ventas en el extranjero, que ha ayudado a mantener a flote su desempeño accionario. Pero en Estados Unidos, a todas les preocupa perder ventas de bebidas incluso no tradicionales ante un competidor. Al-guien podría ser un ferviente fan de Coca-Cola, pero preferir el té helado Snapple que Honest Tea, una marca de Coca-Cola.

Hay otra amenaza existencial que podría ser más peligrosa que un im-puesto. Históricamente, las preferen-cias de bebidas se establecen en la adolescencia. “Los niños hoy crecen con todas estas otras opciones y hay algunos padres que dicen, ‘realmen-te quiero que mis hijos beban jugo o agua embotellada’”, dijo Hemphill.

INTELIGENCIA/ROGER COHEN

Rodas y la vida equilibradaRODAS, Grecia

Contemplando a Rodas bajo un cielo azul, fui asaltado por la idea de que la fu-ria de los intentos para trazar líneas cla-ras étnicas, nacionalistas y religiosas a través de las realidades de la mezcla del crisol de razas es igualada sólo por su inutilidad.

Subí a la torre del reloj. A mis pies, bañada por el viento, yacía la ciudad de Rodas: el castillo de la Orden Católica de los Caballeros de San Juan, quienes durante más de dos siglos convirtieron a Rodas en el cuartel general de su lucha por Tierra Santa; los alminares de las mezquitas construidas por los otoma-nos que vencieron a los Caballeros de Rodas en 1522; la Plaza de los Mártires Judíos, donde un monumento recuerda la exterminación nazi de los judíos de Rodas y Cos.

Cristianos, musulmanes y judíos caminaron por estas piedras tersas y luminosas. Sí, pelearon. También con-vivieron y permitieron que sus respectivos sitios de alabanza se ir-guieran a poca distancia entre sí. El cónsul turco salvó a docenas de judíos

de los alemanes.Más allá de los muros de la ciudad ya-

ce el mar. Miré al otro lado de él, imagi-nando a Alepo y el cementerio de Siria, no muy lejos. Allí, arde la lucha por tra-zar nuevas líneas sectarias. Sunitas y chiitas, kurdos y alauitas, potencias ex-ternas y funcionarios del régimen libran una batalla en la tierra de un dictador asesino y un culto yihadísta bárbaro.

Los judíos de Siria ya partieron hace mucho y ahora, muchos cristianos ha-cen lo mismo. El presidente Vladimir Putin cree poder poner orden en lo que queda del país ejerciendo poder desde la Madre Rusia. Buena suerte para él en ese osario.

El agotamiento de la guerra también llegará a Siria, como nos lo enseña la historia. Pero, como sucedió con las guerras religiosas europeas del siglo 17, podrían necesitarse décadas para ello.

Siria se ha convertido en el epicentro de todo fanatismo engendrado por di-

visión religiosa, represión del Estado y levantamiento popular en el nombre de la representación.

Estas fuerzas, en un Medio Oriente disfuncional, no amainarán pronto. No contemplamos los sucesos contempo-ráneos desde alguna torre de reloj, sino desde su interior, en la somera cacofonía del ahora.

Deambulé calle abajo —junto a gatos callejeros, hojas secas bailando sobre piedras pulidas por el tiempo y niños tocando acordeones endebles— hasta la sinagoga Kahal Kadosh Shalom. Estaba cerrada. Esto me dejó perplejo.

Leyendo el cartel, pensé que la sina-goga debería estar abierta, antes de que Mel Rosenberg y Benny Duanis, visi-tantes de Israel, me recordaran que era sábado, el único día que decía el cartel que la sinagoga estaba cerrada.

“Shabat Shalom”, dije.“Shabat Shalom”, dijeron.Nos pusimos a hablar.

Me llamaba la atención que estuviera una sinagoga cerrada en el Shabat, pero el hecho es que sólo quedan unas cuan-tas docenas de judíos en Rodas.

La sinagoga sirve en parte como mu-seo. Difícil reunir al minyán, comentó Rosenberg, en referencia al quórum mínimo de 10 adultos, o mayores de 13 años, requerido según el judaísmo para realizar ciertos rituales, cumplir ciertos preceptos o leer ciertas oraciones.

Resultó que Rosenberg había pasado gran parte de su vida tratando la ha-litosis. Incluso había inventado un en-juague bucal que aún se vende extensa-mente. “Pero después de tratar a 10.000 personas con mal aliento, decidí que era suficiente”, me dijo. Ahora se dedica a libros infantiles. Eso sí que es cambiar radicalmente de ocupación. Estábamos felices de estar hablando, fuera del cer-cano Medio Oriente, en un lugar donde la historia se ha apaciguado.

De la sinagoga, es una caminata corta

a la Plaza de los Mártires Judíos. Un monumento honra a los “1.604 mártires judíos de Rodas y Cos que fueron asesi-nados en los campamentos de muerte nazis”.

Fueron arrestados en el verano de 1944 y transportdos a Auschwitz en el última envío de judíos griegos. Qué con-cienzudos fueron los alemanes, arres-tando judíos en islas distantes mientras se desintegraba el Tercer Reich.

El fanatismo es de lo más infame. El poeta W.B. Yeats capturó sus ilusiones electrizantes: “Habíamos alimentado el corazón con fantasías, y éste se ha em-brutecido con la dieta”.

Me perdí, embriagado por la belleza del lugar. El aire, la luz y la temperatura eran perfectos. Senderos afortunados de placer llevaron a una plaza sombreada. Me senté y comí un plato de calamar.

Después, me puse a hablar con el pro-pietario del restaurante sobre los brindis griegos —”A nuestra salud”, que es lo que se dice hoy, y “A la vida equilibrada”, preferido, sugirió, en la antigua Grecia.

Pareció apto terminar este lindo in-terludio de chapiteles, alminares y mo-numentos judíos con la idea socrática de que el hombre debe evitar los extremos, rehuir el exceso y buscar el equilibrio.

Envíe sus comentarios [email protected].

Alain Delaquérière contribuyó con investigación a este artículo.

La preocupación porla obesidad merma demanda por sodas.

E L M U N D O

DOMINGO 11 DE OCTUBRE DE 2015 3THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY

En Turquía persiguen a periodistas opositores

Europa Oriental rechaza a posibles inmigrantes

Por RICK LYMAN

SOFÍA, Bulgaria — En Ale-mania, la llegada del millón de inmigrantes esperado este año es vendido como una manera de inyectar vigor a un país enveje-cido.

Para las ex naciones comu-nistas de Europa Oriental, don-de las poblaciones se contraen aún más rápido y las economías están en apuros, el influjo de inmigrantes parecería ser una solución perfecta.

Pero no si uno le pregunta a la gente en la región. “El sentir es que los inmigrantes sobran, no que faltan”, dijo Ivailo Kalfin, vi-ceprimer ministro de Bulgaria para políticas demográficas y sociales.

Tal es la paradoja de la cri-sis migratoria para Europa Oriental. Incluso mientras la región enfrenta la implosión de-mográfica más alarmante del continente, ha resultado la más resistente a aceptar a los inmi-grantes.

Y aunque la amenaza perci-bida de la inmigración resuena profundamente en el área, la combinación persistente de economías precarias y gobier-nos corruptos en cualquier caso no ha hecho que los países sean muy atractivos para los inmi-grantes. De hecho, Bulgaria resulta poco atractivo incluso para los búlgaros. En el reporte más reciente de Perspectivas de la Población Mundial, de la ONU, los 10 países que se prevé perderán más población entre ahora y 2050, per cápita, están

en Europa Central y Oriental, con Bulgaria en primer lugar.

“Es un argumento racional y pragmático que estos países podrían hacer uso de los inmi-grantes”, dijo Aleksander Smo-lar, presidente de la Fundación Stefan Batory, en Varsovia, que promueve la democracia y los asuntos cívicos. “Pero necesi-tamos recordar que ellos, a dife-rencia de países en el Occidente, nunca tuvieron que desarrollar grandes políticas migratorias”, explicó. “Los países en Europa Oriental y Central nunca han sido países de inmigración, sino más bien de emigración”.

En 1990, después de la caída

del comunismo, Bulgaria tenía alrededor de 9 millones de ciu-dadanos. Hoy, la población ofi-cial es de 7.2 millones y las pro-yecciones son que perderá el 12 por ciento de su población para 2030 y el 28 por ciento para 2050.

Rumania no se queda muy atrás, ya que se prevé que perde-rá el 22 por ciento de su población para 2050, seguido por Ucrania (una caída del 22 por ciento), Moldavia (20 por ciento), Bosnia y Herzegovina (19 por ciento), Letonia (19 por ciento), Litua-nia (17 por ciento), Serbia (17 por ciento), Croacia (16 por ciento) y Hungría (16 por ciento).

Ruslan Stefanov, analista del

Centro para el Estudio de la De-mocracia, en Sofía, indicó: “hoy, cerca del 80 por ciento de la cla-se médica se va tras graduarse. La gente siente que la vida es demasiado impredecible aquí”.

La ausencia de tantos jóvenes puede producir un vacío que los inmigrantes podrían llenar, pe-ro también da una señal de que podrían tener que seguir a los emigrados búlgaros hacia el po-niente para vivir en el tipo de so-ciedades abiertas que desean.

“Bulgaria es mi patria: quie-ro vivir aquí”, dijo Stefaniya Bo-neva, estudiante de Medicina de 25 años en Alemania. “Pero algo tendría que cambiar muy drásticamente para que vuelva. Probablemente sea sólo un sue-ño idealista”.

Y las familias que se quedan atrás —muchos de las cuales dependen del dinero de familia-res en el extranjero— no están muy ansiosas de cambiar los hi-jos y las hijas que se han ido por una comunidad desconocida de forasteros inmigrantes. Lo que se necesita, dijo Smolar, es más debate tranquilo. “Muchos políticos prefieren explotar los temores de la gente”, dijo.

Stoyan Dodnikov tenía 6 años cuando su madre se mudó a Cha-lkida, una pequeña ciudad al nor-te de Atenas, donde limpia casas y envía la mayor parte de sus ingresos a su familia en la aldea de Patalenitsa. Stoyan ya tiene 13 años y vive con sus abuelos. “Sobrevivimos”, dijo su abuela, Petrunka Yankova, de 52 años.

Stoyan espera quedarse en Bulgaria. “Mi plan es iniciar mi propio negocio”, dijo. “Tengo muchas ideas y puedo hacer que funcionen”.

Por CEYLAN YEGINSU

ESTAMBUL — Horas des-pués de que el presidente Recep Tayyip Erdogan fustigó a un pe-riódico prominente en Estam-bul, la capital de Turquía, una muchedumbre furibunda com-puesta por sus simpatizantes atacó la sede de la publicación, haciendo añicos las ventanas, gritando obscenidades y tra-tando de irrumpir en el edificio.

Dos días después, mientras el Gobierno guardaba silencio respecto a lo sucedido, Erdogan arremetió nuevamente contra el periódico, al criticar al perso-nal del rotativo por distorsionar sus palabras en un mensaje de Twitter.

El ataque desató una segunda ola de manifestaciones violen-tas, provocando que el director del periódico huyera del edificio y lanzara una súplica televisada en vivo pidiendo la intervención de la Policía.

“Tengo 40 años de ser perio-dista y es la primera vez que he sido objeto de un ataque que in-volucra palos y piedras”, comen-tó Sedat Ergin, director editorial de Hurriyet, uno de los periódi-cos más influyentes de Turquía.

Los ataques son parte de una creciente campaña de intimi-dación contra los medios noti-ciosos de oposición en Turquía. Recientemente, tres periodistas extranjeros han sido deporta-dos de Turquía; veintenas de personas han sido investigadas por acusaciones de haber insul-tado al presidente; y una revis-

ta y una organización de medios noticiosos de oposición han sido objeto de redadas, con algunos de sus ejecutivos investigados bajo cargos de terrorismo.

Incluso para Turquía, conoci-da como un entorno hostil para periodistas y clasificada en el lu-gar 149 de 180 países en el índice de libertad de prensa de Repor-teros sin Fronteras, la ofensiva ha sido intensa, con una nueva tendencia de ataques violentos inspirada por políticos turcos.

Uno de los líderes de la prime-ra manifestación contra Hurri-yet, el 6 de septiembre, fue Ab-durrahim Boynukalin, un dipu-tado para el gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo. En un discurso afuera de las ofici-nas del periódico, juró hacer de Erdogan un presidente todopo-deroso al asegurar que su parti-do gane la mayoría absoluta en las elecciones de noviembre.

En un video que surgió tras el episodio, Boynukalin es visto hablando ante un grupo de sim-patizantes del Partido de la Jus-ticia y el Desarrollo expresando pesar por no haber atacado an-tes a los periodistas de Hurriyet. “Nuestro error fue no haberlos golpeado antes”, aseveró.

Algunos periodistas a favor del Gobierno han participado en la campaña de desprestigio.

En una columna el mes pasa-

do, Cem Kucuk, del periódico Star, acusó a Ahmet Hakan, un veterano editorialista de Hurri-yet, de apoyar a rebeldes kurdos que han estado luchando contra las fuerzas de seguridad del Go-bierno en la volátil región sures-te del país.

“Podríamos aplastarte como una mosca si quisiéramos”, es-cribió Kucuk.

El primer ministro Ahmet Davutoglu ha expresado su con-dena al ataque contra Hurriyet, pero algunos grupos a favor de los derechos de los medios han criticado al Gobierno por su len-titud para responder.

Muchos analistas dicen que las tácticas de intimidación parecen estar funcionando, con algunos medios noticiosos censurando su cobertura de la creciente violencia en el sureste kurdo por temor a ser enjuicia-dos por terrorismo. Pero tras los ataques contra Hurriyet, la presidenta del rotativo, Vuslat Dogan Sabanci, reunió a los miembros del staff y prometió seguir produciendo periodismo independiente.

“Nuestros lectores y espec-tadores deben estar seguros de algo: ser el blanco de ataques intimidatorios por grupos que portan garrotes y lanzan pie-dras no nos puede y no nos va a atemorizar”, declaró.

REUTERS

Nacionalistas turcos protestan frente al diario Hurriyet. La intimidación parece funcionar, dicen los analistas.

DMITRY KOSTYUKOV PARA THE NEW YORK TIMES

Petrunka Yankova ayuda a su nieto Stoyan a ponerse un conjunto de ropa tradicional.

Boryana Dzhambazova y Joanna Berendt contribuyeron con reportes a este artículo.

Se resisten a repoblar Bulgaria con inmigrantes.

E L M U N D O

4 DOMINGO 11 DE OCTUBRE DE 2015THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY

Por PAULINA VILLEGAS

CIUDAD DE MÉXICO — Como símbolo de herencia cultural y cam-bio, la Torre Reforma es algo impre-sionante: un rascacielos moderno de 244 metros de altura fusionado

en su base con una mansión rosa estilo veneciano de los veinte.

Es el esfuerzo más reciente por contrarrestar las críticas de los con-

servacionistas, que han señalado que la Ciudad de México está per-diendo su encanto histórico.

En este caso, los arquitectos han tomado una de las pocas casas del siglo 20 inspiradas en estilos euro-peos que quedan sobre el elegante Paseo de la Reforma y agregaron un rascacielos detrás de ella.

Se espera que el edificio, a punto de ser concluido, sea el segundo más alto en Latinoamérica, detrás de una torre de 300 metros en Chile.

“Simplemente no entiendo por qué alguien querría colocar aquí un edificio de oficinas feo y sin vida, en lugar de conservar la belleza y la identidad de la mansión histórica”, expresó Rubén Ochoa, un arquitec-to.

La avenida fue bautizada ori-ginalmente como Paseo de la Emperatriz, en honor a Carlota, la esposa de Maximiliano I, quien fue nombrado emperador de México. Hoy conocida como Paseo de la Re-forma, la señorial avenida del siglo 19 sirve como una metáfora visual de la lucha de la ciudad entre afe-rrarse al pasado y acoger el futuro. En los últimos 50 años, una colec-ción ecléctica de edificios, hoteles, bancos y centros comerciales ha reemplazado a casi el 90 por ciento de las mansiones.

Algunos expertos en diseño urba-

no argumentan que la demolición no es mala. “La ciudad debe crecer verticalmente, no horizontalmente”, dijo Benjamín Romano, arquitec-to a cargo del proyecto de Torre Reforma. “Tenemos que repoblar el centro. Pero debemos hacerlo preservando e integrando los espa-cios antiguos y originales con los nuevos”.

Tras la construcción de la señorial avenida, en la década de 1860, una línea de emperadores, presidentes y gobernadores puso su marca a lo largo de ella.

Algunos expertos sostienen que gran parte de la herencia arquitec-tónica ha sido hecha añicos para hacer espacio a edificios modernos sin tomar en cuenta la planificación o el diseño urbano. Y los pocos ejem-plos que quedan, como la mansión de granito rosa, han sido, en el mejor de los casos, despojados de su distin-ción cultural.

Hoy, el Paseo de la Reforma tiene los valores inmobiliarios más altos de México. Entre sus inquilinos figu-ran HSBC, Deloitte Consulting y la Bolsa Mexicana de Valores. La ave-nida sigue figurando entre las más emblemáticas de la capital.

“Creo que es un buen ejemplo de los contrastes y las contradiccio-nes de esta ciudad”, apuntó Jaime Bautista, un contador, mientras ca-minaba frente a la Torre Reforma. “Nos representa bien, por fea que sea”.

Sin embargo, otros tienen pre-ocupaciones más urgentes que la integridad arquitectónica. Lourdes Moreno, de 43 años, madre de cuatro hijos, trabaja como empleada de lim-pieza en un edificio cerca de allí.

“Para ser sincera, realmente no tengo tiempo de pensar en eso”, comentó.

Por JACK KERR

MELBOURNE, Australia — Los fans de la selección nacional de Timor Orien-tal estarían en lo correcto al considerar que ésta es la era dorada del equipo. Ti-mor Oriental, que no disputó un partido de clasificación para la Copa Mundial hasta 2007 y no ganó uno hasta este año, avanzó por primera vez a la segunda ron-da de clasificación para la Copa Mundial.

Bajo circunstancias normales, la selec-ción sería cálidamente recibida. Pero en lugar de eso, fans enfurecidos en Timor Oriental, una antigua colonia portugue-sa frente a la costa norte de Australia, plantean interrogantes sobre cómo se formó el equipo: aparentemente, la fede-ración nacional se volcó en un frenesí de compras de jugadores en Brasil.

Las selecciones nacionales están limi-tadas a jugadores nacidos  en el país o que califican como ciudadanos debido a un vínculo directo con el mismo. Parece ser que Timor Oriental ha hecho caso omiso de esta distinción. Durante los úl-timos años, ha naturalizado a más de una docena de futbolistas nacidos en Brasil.

Los nuevos jugadores han mejorado sin duda alguna la suerte de Timor Oriental en el futbol; la selección, que es-taba casi en el último lugar de la tabla de clasificación mundial de la FIFA en 2012, había ascendido 60 lugares para junio.

El problema es que nadie parece poder explicar qué es, exactamente, lo que hace timorenses a los nuevos jugadores. “Los jugadores brasileños sólo llegan, pasan un día y reciben un pasaporte timorense y juegan para la selección”, dijo Jose Luis de Oliveira, organizador del grupo local de activistas de futbol Amantes Bola.

Cuando se le pidió que explicara cómo es que tantos brasileños habían termi-nado jugando para ese país, Patrick Fa-

biano, originario de São Paulo, dijo que algunos habían sido atraídos por medio de una relación con un entrenador o fun-cionario del equipo, o después de jugar profesionalmente en Asia. “En cuanto a mí”, dijo Fabiano, quien en ocasiones es conocido como Patrick Alves, “recibí una invitación de ellos y dijeron: ‘te damos el pasaporte y tú juegas para nosotros. Apreciamos tu estilo de futbol, necesita-mos un delantero como tú’”.

Las reglas de nacionalidad de la FIFA son bastante complacientes con jugado-res que desean cambiar sus lealtades.

Pero en 2008, después de que Togo y

Qatar hicieron arreglos para llevar bra-sileños a sus selecciones, la FIFA cambió las reglas. Bajo el nuevo reglamento, se prohibió a los estados miembro natura-lizar jugadores a menos de que hayan vi-vido cinco años de forma continua en su nuevo país después de cumplir 18 años. Un jugador también podría elegir repre-sentar un país del que son originarios sus padres o abuelos, pero la migración timo-rense-brasileña es minúscula.

Por ahora, lo único que podría evitar que la selección nacional de Timor Orien-tal esté totalmente conformada por bra-sileños es la reacción negativa de sus fans. Varios de los jugadores originarios de Brasil no participaron en un encuen-tro reciente, un partido de clasificación en Arabia Saudita para el Mundial, como forma de apaciguar a los partidarios lo-cales, dijo Fabiano. Culpó a esas omisio-nes por la derrota 7-0 de Timor Oriental.

Otros ven un problema más grande en la búsqueda de triunfos a corto plazo. Fernando da Encarnação, presidente de Sport Dili e Benfica, un club de futbol de la capital, dijo que la elección de jugado-res de la federación negaba a los jugado-res locales acceso a la selección.

“Esos brasileños no juegan en las com-petencias locales y por lo tanto no mejo-ran ni contribuyen realmente a mejorar los estándares y nivel del deporte de Ti-mor Oriental”, dijo.

Por DAVID BARSTOWy SUHASINI RAJ

BISADA, India — Los justicieros de Save the Cow (Salven a la vaca) entra-ron en acción tan pronto escucharon el rumor de que se habían hallado los restos de una vaca masacrada cerca de un transformador de luz, en la aldea de Bisada. Hicieron sonar rápidamente la alarma vía mensajes de texto y llamadas telefónicas. Se le pidió a un sacerdote hin-dú local que alertara a los aldeanos desde el altavoz de su templo.

No había señales de que se hubiera sa-crificado una vaca, un símbolo sagrado para los hindúes, pero unos mil hombres fueron al hogar del sospechoso, Moham-med Ikhlaq, uno de los pocos musulma-nes que viven en esta aldea, 50 kilóme-tros al este de Nueva Delhi.

Ikraman, esposa de Ikhlaq, dijo haber escuchado a alguien gritar “mátenlos”. Ella, su esposo y el hijo de ambos, Da-nish, de 20 años, se refugiaron tras una puerta de madera gruesa, pero la turba la derribó.

La muchedumbre aporreó a su esposo con la máquina de coser de ella y golpeó a su hijo en la cabeza con un ladrillo, narró la mujer. Luego arrastraron a Ikhlaq has-ta la carretera principal junto al transfor-mador.

Ikhlaq fue declarado muerto horas después del ataque; su hijo terminó en condición crítica. Pero en entrevistas recientes, los miembros de Save the Cow expresaron poco remordimiento por lo sucedido. Culparon a Ikhlaq por incitar la furia de la gente al sacrificar y comer-se una vaca, una acusación desestimada por la familia Ikhlaq y por la Policía, que ha acusado a 10 hombres de asesinato.

“No era nuestra intención matarlo”, aseguró Vichitra Kumar Tomar, uno de los líderes de Save the Cow, quien no se contó entre los acusados. Miembros de Save the Cow dijeron haber sido motiva-dos el 28 de septiembre a hacer sonar la alarma debido a su devoción religiosa. “Tenemos mayor apego a la vaca que a nuestros propios hijos”, aseveró Inder Nagar.

Muchos líderes de Save the Cow en Bi-sada también son prominentes organiza-dores locales en el partido nacionalista hindú Bharatiya Janata, o BJP, del pri-mer ministro Narendra Modi, que busca derrocar al partido socialista que gobier-na en Uttar Pradesh, un enorme estado en el norte de India con más de 200 millo-nes de residentes, entre ellos los 20.000 en Bisada. Ellos y otros líderes de BJP culparon al partido gobernante en Uttar Pradesh del ataque en Bisada.

“Si la administración hubiera hecho su labor de proteger bien a nuestras va-cas, estos hombres no se habrían visto forzados a hacer justicia por su propia mano”, dijo Lakshmikant Bajpayee, presidente del BJP en el estado, en una

entrevista telefónica.Los líderes de Save the Cow y de BJP

en Bisada han condenado la decisión de la Policía de presentar cargos de asesina-to. En su opinión, la muerte de Ikhlaq fue el resultado involuntario de una situa-ción caótica provocada por él mismo. “Se resbaló, se golpeó la cabeza en la carrete-ra y murió”, apuntó Tomar. “Estas cosas suceden. Es una turba”, agregó.

Mahesh Sharma, ministro de Cultura de Modi y representante de esta región en el Parlamento, declaró a The Indian Express que la muerte de Ikhlaq “debía ser considerada un accidente”.

Pratap Bhanu Mehta, presidente del Centro para Investigación de Políticas, un importante grupo pensante indio,

acusó a Modi de alentar tácitamente la intolerancia y la violencia de turbas hin-dúes al no criticarla.

El sacrificio de vacas está prohibido en Uttar Pradesh, pero muchos funcio-narios de BJP insisten que los casos de matanza de vacas están en alza. Acusan a los musulmanes de robar vacas y lle-varlas a mataderos secretos. Dicen que la Policía no hace nada porque el partido gobernante está desesperado por votos musulmanes.

Días después del homicidio, la familia Ikhlaq seguía en shock. “Si sospechaban que habíamos sacrificado una vaca, ¿por qué no nos denunciaron con la Policía?”, preguntó la hija de Ikhlaq, Shaista, de 18 años.

Por SIMON ROMERO

LUCAS DO RIO VERDE, Brasil — Las ambiciones son descomunales, algunas de las más impresionantes en Latinoa-mérica desde que miles de obreros pere-cieron construyendo ferrocarriles a tra-

vés de las imponentes selvas de Brasil hace más de un siglo.

China ha buscado construir un “canal se-co” en la forma de un ferrocarril a través de Colombia, que conecte

al Caribe con el Pacífico. Los inversionis-tas chinos anunciaron otra enorme em-presa en Honduras: dos puertos y un tren de 600 kilómetros de mar a mar. Luego, en junio de este año, China anunció otro megaferrocarril más —casi 10 veces más largo— a través de Brasil y Perú, para co-nectar una costa de Sudamérica a la otra.

Pero por toda la región, los chinos es-tán lidiando con las duras realidades de las políticas latinoamericanas, la resistencia de grupos ambientalistas y un creciente recelo hacia China. Y las preocupaciones por el crecimiento eco-nómico de China despiertan hoy incluso más dudas.

El enorme ferrocarril transcontinen-tal Brasil-Perú “será una prueba crucial del temple de China como potencia global y del potencial para una mayor acepta-ción en Sudamérica de los planes que China tiene para nuestros recursos”, dijo José Eustáquio Diniz Alves, un estudioso brasileño.

“Estamos experimentando la desven-taja de nuestra excesiva dependencia de

China ahora que la opaca economía china está en constante cambio”, añadió. “Ima-ginen qué sucederá si este ferrocarril de alguna manera avanza, trayendo con él devastación ambiental y aún más venta-ja para China en nuestros asuntos”.

Hace más de 100 años, los estadouni-denses llegaron a Sudamérica con ambi-ciosos planes de construir ferrocarriles. Miles de trabajadores murieron en el Amazonas construyendo lo que se ga-nó el apodo del Ferrocarril del Diablo, abandonado después del colapso en los precios del caucho.

Hoy, China es el que sufre una varie-dad de reveses en proyectos ferroviarios por toda la región, en un momento en que la demanda por materias básica de Latinoamérica —como soja, mineral de hierro, cobre y petróleo— ha disminuido.

En noviembre, México canceló una lici-tación encabezada por China para cons-truir un sistema ferroviario de alta velo-cidad de 4.300 millones de dólares tras

acusaciones de que el gobierno mexicano había favorecido a contratistas que eran parte del consorcio.

En Honduras, han transcurrido dos años desde que inversionistas chinos anunciaron un ferrocarril que conecta al Mar Caribe con el Pacífico. Sin em-bargo, Miguel Servellón, funcionario en la dependencia estatal que promueve el proyecto, dijo que “aún falta mucho para que suceda”, citando obstáculos como un complejo proceso de aprobación ambien-tal.

Hace cuatro años, el presidente colom-biano, Juan Manuel Santos, dijo que Co-lombia y China tenían un plan que estaba “muy avanzado” para construir un ferro-carril que uniría al Pacífico con el Caribe, pero el ánimo ha cambiado considerable-mente desde entonces.

“Es un tema que fue mencionado en 2011 y subsecuentemente tuvo mínima relevancia”, dijo Daniela Sánchez, di-rectora de la Cámara Colombo China de

Inversión y Comercio.En Venezuela, compañías chinas de

hecho colocaron la primera piedra para un ferrocarril de alta velocidad de 460 kilómetros. Sin embargo, el proyecto ha estado plagado durante años por paros laborales y escasez de dinero por parte de Venezuela. Las autoridades chinas di-cen que se ha construido más de la mitad del ferrocarril, aunque los medios noti-ciosos venezolanos reportaron en junio que los campamentos de trabajo en la ruta habían sido abandonados.

China ha seguido adelante con el fe-rrocarril de 10.000 millones de dólares a través de Brasil y Perú, construyendo sobre el comercio entre China y Latinoa-mérica que se disparó de 12.000 millones de dólares en 2000 a 285.000 millones de dólares en 2014, de acuerdo con cifras del FMI. Lucas do Rio Verde, un poblado agrícola de 70.000 personas, podría en-contrarse casi a la mitad de la propuesta ruta de 5.300 kilómetros.

“No dudo que China tenga el dinero y la experiencia para hacer que esto suce-da”, dijo Ricardo Tomczyk, presidente de un grupo industrial que representa a productores de soja. Pero “sabemos que la burocracia de Brasil es más tremenda que construir un ferrocarril por las cum-bres de los Andes”.

Otros proyectos de infraestructura china han hecho progreso en Latinoa-mérica. En Argentina, donde compañías chinas están modernizando una dete-riorada red de carga, las importaciones de materiales ferroviarios y trenes de China alcanzaron unos 700 millones de dólares en 2014, comparados con los 50 millones de dólares de 2011.

En Ecuador, bancos de propiedad chi-na ya han invertido casi 11.000 millones de dólares, construyendo una presa, ca-rreteras, autopistas y hospitales.

Mejoran su selección con jugadores de Brasil

DIARIO DE LA CD. DE MÉXICO

La bellezahistórica

deja lugaral progreso

Violento ataque de una turba hindú tiene tintes políticos

Descarrilan proyectos chinos en Latinoamérica

MANISH SWARUP/ASSOCIATED PRESS

Asghari Begum (arr.) llora la muerte de su hijo Mohammed Ikhlaq, atacado en Bisada, cerca de Nueva Delhi.

Pasado y futuro chocan en una avenida del siglo 19.

MARIZILDA CRUPPE PARA THE NEW YORK TIMES

Trabajadores de una empacadora en Lucas do Rio Verde, Brasil, punto medio en un proyecto ferroviario que reta la ambición china.

MOHD RASFAN/AGENCE FRANCE-PRESSE — GETTY IMAGES

Patrick Fabiano (izq.), delantero brasileño,

juega para Timor Oriental en elimina-

toria con Malasia, para el Mundial.

ADRIANA ZEHBRAUSKAS PARA THE NEW YORK TIMES

Los conservacionistas se quejan de la falta de planificación en la Ciudad de México.

Frances Robles, Paulina Villegas, Jonathan Gilbert, Andrea Zarate, Susan Abad, y Patricia Torres Uribe contribuyeron con reportes.

D I N E R O Y N E G O C I O S

DOMINGO 11 DE OCTUBRE DE 2015 5THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY

Buscan agua y sueñancon posibles ganancias

Cortejan a milenariosmediante emojis y apps

En una Grecia sin dinero compran llantas con carne

Gigantes tecnológicos de EE.UU. miran a IndiaPor VINDU GOEL

BANGALORE, India — Las compa-ñías estadounidenses de tecnología de-sean desesperadamente congraciarse con gente como Rakesh Padachuri y su familia.

Padachuri, quien dirige una construc-tora en esta ciudad, utiliza su teléfono inteligente para reservar lugares en el cine vía BookMyShow y para ordenar pizzas de Domino’s. Su esposa, Vasavi, ordena ropa de Myntra y Amazon.com y descarga videos y juegos de YouTube y de la tienda Google Play para entretener a su hija de 4 años. A su cuñada, Sonika, le gusta subir selfies a Facebook y sigue las reflexiones en YouTube de Lilly Singh, una comediante indocanadiense.

Se mantienen en contacto entre sí me-diante un grupo de chat que han creado en WhatsApp, un servicio de mensa-jes gratuitos propiedad de Facebook. “No hay necesidad de llamarnos unos a otros”, dijo Padachuri. Casi no hay nece-sidad de salir de casa: los comestibles, un pastel de cumpleaños e incluso una esti-lista pueden ser solicitados por medio de una app.

El amor de la familia Padachuri por la

tecnología ayuda a explicar por qué India y sus 1.250 millones de habitantes se han convertido en la oportunidad de creci-miento más popular —la nueva China— para las compañías estadounidenses de internet.

“Miran a India y piensan, ‘hace cinco años era China y probablemente no me subí al barco allí. Ahora tengo una opor-tunidad de realmente hacer esto’”, dijo Punit Soni, ex ejecutivo de Google que fue atraído de regreso a India reciente-mente para convertirse en director de productos en Flipkart, una empresa en desarrollo de comercio electrónico simi-lar a Amazon, con sede en Bangalore.

Hace dos años, el ascenso de India co-mo nación digital era difícil de imaginar. La penetración de internet era modes-ta, las redes de teléfonos móviles eran sumamente lentas y los smartphones apenas existían en un mar de teléfonos básicos.

Sin embargo, desde 2013 se ha dispara-do el número de usuarios de smartpho-nes en India y llegará a 168 millones este año, predice la firma de investigación eMarketer, y se espera que haya 277 mi-llones de usuarios indios de internet.

India ya realiza más búsquedas móvi-les en Google que cualquier país aparte de Estados Unidos. No obstante, “apenas estamos rascando la superficie de la dis-ponibilidad de internet para las masas”, apuntó Amit Singhal, vicepresidente se-nior de Google encargado de búsquedas, quien emigró de India a EE.UU. hace 25 años.

Desde hace mucho tiempo, a los indios les ha gustado conectarse entre sí en lí-nea, lo que explica gran parte del creci-miento de las primeras redes sociales, como Friendster. Por consiguiente, no es sorprendente que Facebook ya cuente con 132 millones de usuarios indios, sólo detrás de EE.UU.

Bajo una iniciativa global llamada In-ternet.org, Facebook también trabaja con un operador local de telefonía celu-lar para ofrecer un paquete de servicios gratis, incluyendo noticias, oportunida-

des de empleo y versiones con sólo texto de Messenger a aquellos que no pueden solventar un plan de datos.

Si bien los ingresos son diminutos has-ta la fecha, las compañías de internet dicen que juegan a futuro, enfocándose en poner a más personas en línea ahora y obtener ganancias después.

Google, por ejemplo, quiere a 500 mi-llones de indios en línea para 2017. La ma-yoría de estos recién llegados usará te-léfonos con el sistema operativo Android de Google, que representa la mayor parte del mercado de smartphones de India. Eso permitirá que la compañía exponga a estos usuarios a sus demás servicios, como búsquedas y YouTube, así como anuncios. “Siempre hemos creído que lo que es bueno para internet es bueno para Google”, señaló Sandeep Menon, direc-tor de mercadotecnia en India.

Para hacer frente a las deficientes co-nexiones móviles, Google está compri-miendo páginas web en sus servidores de manera que usen 80 por ciento menos datos y se carguen más rápido.

Por supuesto, nada de esto importa a aquellos que nunca han usado internet. Para llegar a ellos, Google se ha asocia-

do con Intel y una organización local de caridad para enviar a tutoras a miles de pueblos para instruir a las mujeres rura-les.

La inmadurez del mercado de internet permite que compañías como Twitter, que tiene sólo 20 millones de usuarios en India, lo traten como un laboratorio.

“Éste es un mercado donde podemos hacer pruebas”, dijo Amiya Pathak, di-rector de administración de productos en Twitter. “Pruébenlo en India primero y llévenlo a otros mercados”.

Por LIZ ALDERMAN

ATENAS — Durante meses, Thodoris Roussos, un carnicero, había pospuesto cambiar las llantas de su camioneta de reparto porque la crisis financiera de Grecia había reducido sus ventas. Pero recientemente encontró un precio inme-jorable.

“Las llantas normalmente cuestan 340 euros, pero nada de dinero cambió de manos”, dijo Roussos. “Le pagué al tipo con carne”.

Al tiempo que Grecia lucha con un de-clive continuo, el trueque está crecien-do. Artistas gráficos canjean diseños por aceite de oliva. Contadores inter-cambian consejos por suministros para oficina. En el corazón agrícola del país, más personas canjean frutas, verduras y otros cultivos por equipo, ropa y ser-vicios.

“Hay un importante problema de liqui-dez en Grecia”, dijo Roussos, que conoció al vendedor de llantas y veintenas de clientes nuevos a través de Tradenow, un club de trueque en línea con sede en Ate-nas que creó su propia moneda llamada tradepoints. “La gente encuentra que es

más práctico hacer canjes porque el dine-ro no está fácilmente disponible”.

La actividad de trueque sigue siendo modesta y no dará una solución dura-dera a los problemas de Grecia, pero representa una oportunidad para que los griegos naveguen la incertidumbre mientras lidian con controles de capital y un sistema bancario inestable.

“La economía sigue deteriorándose”,

dijo Yiannis Deligiannis, fundador de Tradenow. “La gente tiene que encon-trar otras maneras de hacer funcionar las cosas. Le ofrecemos una alternati-va”.

Gran parte se hace de forma virtual a través de redes en línea. Después de que se impusieron los controles de capital en junio, unos 6.000 usuarios se apunta-ron en Tradenow, además de los 25.000

miembros ya registrados.Un tradepoint equivale a un euro en el

sistema, que deja que los usuarios hagan trueques directamente o acumulen la moneda digital. Los usuarios también pueden comerciar con una mezcla de eu-ros y puntos.

La actividad puede tener un efecto multiplicador en la economía, al generar ventas y negocios nuevos.

En la carnicería de Roussos, los pri-meros 20 pollos y 20 paquetes de carne de carne molida que anunció por 7 tra-depoints cada uno se vendieron rápido. Duplicó sus ofertas, y nuevos clientes hicieron fila.

“Se tornó viral”, dijo. “La gente quiere hacer trueque porque tiene poco dinero con que comprar”.

Algunas ofertas no eran aceptables. “Una persona quería que cambiara un CD de Madonna por un pollo”, indicó. “Pero le dije que no. El CD de Madonna definitivamente no valía un pollo”.

Para las llantas de su camioneta, Rous-sos pagó con carne para un mes y trade-points, que el vendedor usó para conse-guir un iPad.

Una tarde reciente, Dimitris Mourou-lis, un diseñador de internet, echó un vis-tazo a una serie de pantallas de computa-

dora en la cochera de la casa de su familia en Atenas, que convirtió en un moderno espacio de trabajo en parte con servicios de Free Economy, un club de trueque en línea que fundó en 2011.

Con sólo 85 miembros, Free Economy difícilmente es un universo económico paralelo. Pero para algunos, el sistema se ha convertido en un salvavidas.

Jorgos Kazianis, eléctricista de 59 años, no había encontrado trabajo con-tinuo desde 2010 hasta que oyó sobre la red de Mouroulis. Instaló el alambrado en la cochera de Mouroulis a cambio de moneda alternativa, que usó para conse-guir aceite de oliva, alimentos y piezas de motocicleta. Otras personas empezaron a contactarlo mediante la plataforma de trueque, y ahora uno de cada cinco pro-yectos es un trato de canje.

Kazianis dijo que ve el trueque como una manera de aliviar parte de la desdi-cha que el dinero ha causado a la socie-dad griega.

“Desde tiempos antiguos, cuando no había dinero, las transacciones se hacían a través del trueque”, dijo. “Esta crisis es el efecto secundario de en lo que se ha convertido el dinero, donde hay mucho en manos de pocos y un déficit para la mayoría de los demás”.

Por NELSON D. SCHWARTZ

CADIZ, California — Al asomarse de un avión de turbohélice que sobrevo-laba el principal activo de su compañía —14.000 hectáreas en el Desierto de Mojave con miles de millones de litros de agua dulce encerrados en las profun-didades de la tierra salpicada de artemi-sas— Scott Slater pinta un retrato exu-berante que ha seducido a inversionistas desde hace un cuarto de siglo.

Sí, admite Slater, su compañía, Cadiz, no ha ganado dinero del agua. Y recono-ce que se necesitarán al menos otros 200 millones de dólares para cavar docenas de pozos, filtrar el agua y transportarla casi 70 kilómetros a través del desierto por una nueva tubería antes de que los californianos sedientos puedan beber una gota.

Las ganancias reales podrán ser casi tan escasas como la nieve en las monta-ñas californianas, pero Wall Street ve po-tencial al tiempo que California padece su peor sequía en décadas.

“Invertir en la industria del agua es una de las grandes oportunidades en las décadas venideras”, dijo Matthew J. Di-serio, de Water Asset Management, una firma neoyorquina que es un importante respaldo financiero de Cadiz. “El agua es un recurso escaso que definirá al si-glo 21, muy parecido a como el petróleo abundante definió al siglo pasado”.

Sin embargo, hasta la fecha esta autén-tica “fiebre del oro” ha sido un fracaso.

En el curso de la última década, Cadiz ha acumulado pérdidas por 185 millones de dólares, y los ingresos de sus huertas de limón y sus viñedos en el Mojave han sumado muy poco: 7.1 millones de dóla-res desde 2005.

Para desarrollar el proyecto, la compa-ñía gasta de 10 a 20 millones de dólares al año, al sufragar una batalla en juzgados y salones de conferencias para obtener permisos y para cubrir los sueldos de sus 10 empleados de tiempo completo.

Cadiz ha generado ese dinero obte-niendo préstamos y emitiendo periódi-camente más acciones, lo que hace que los escépticos se pregunten si, de hecho, algún día producirá agua, ni se diga ga-nancias.

“Es un juego complicado”, señaló John Dickerson, de Summit Global Manage-ment, una firma de San Diego que in-vierte en compañías de infraestructura del agua, proveedores locales de agua y derechos del agua, dentro y fuera de EE.UU.

“Pero ahora, la pregunta difícil para ellos es, ¿dónde está su agua realmente y cuándo podremos beberla?”, apuntó.

Cerca de San Diego, Poseidon Water, una compañía privada, está a punto de concluir una planta de desalinización que construyó tras 15 años de enfrentar demandas presentadas por grupos am-bientalistas y esperar la aprobación de reguladores.

Luego de que la nueva planta de Posei-

don empiece a producir agua desalini-zada a fines de año, el recibo mensual de agua de un consumidor típico en el área de San Diego aumentará unos 5 dólares, a 80 dólares, indicó la autoridad regional del agua.

Las instalaciones, junto al Océano Pa-cífico, deben producir hasta 189 millones diarios de agua potable, si no es que más, incrementando en casi un 10 por ciento el suministro de agua de la región.

No obstante, para Adam Scow, de Food and Water Watch, grupo ecológico sin fi-nes de lucro que se opone al proyecto de desalinización, cualquier control privado sobre el suministro de agua es demasia-do.

“No puede ser administrada para be-neficio de unas cuantas personas como los inversionistas de Poseidon”, dijo Scow.

Los funcionarios de Poseidon recha-

zan esos argumentos.De hecho, pese a los temores de que

Wall Street está lucrando con la sequía, hasta la fecha los inversionistas de Posei-don han sido en gran medida los que han sufrido pérdidas. 

Para los que tienen un horizonte de tiempo lo suficientemente extenso, el agua aún podría resultar ser una buena inversión.

Water Asset Management supervisa más de 500 millones de dólares para pla-nes de pensión, fondos soberanos y fa-milias acaudaladas, y su fondo líder por lo general ha tenido mejor desempeño que los índices accionarios de referen-cia a nivel mundial desde sus inicios en 2006.

“Pensamos en el agua como algo segu-ro, pero ya no está garantizado un acceso confiable”, aseveró Disque D. Deane Jr., de Water Asset Management.

Por SYDNEY EMBER

David Perel pasa al menos una ho-ra diaria en su iPhone 6. Ve deportes televisados en vivo y programas de entrevistas, pero raras veces sintoni-za series en horario estelar. No tiene una suscripción de Netflix, pero está considerando obtener una.

Perel, de 26 años, es un miembro típico de una generación que se crió con internet. Estos adultos jóvenes ven menos televisión tradicional y no se destacan por leer revistas o perió-dicos impresos. Se saltan los comer-ciales en línea y bloquean la publici-dad en sus navegadores de internet y teléfonos.

No es sorprendente que los merca-dólogos sienten como si empezaran de nuevo.

“Con los milenarios, es un mundo y un juego totalmente distinto”, ex-presó Laura Desmond, del Starcom MediaVest Group.

Para los anunciantes, eso significa menos comerciales de 30 segundos y más emojis y apps.

Los consumidores en este grupo, de 18 a 34 años, son jóvenes e influ-yentes, y muchos se casan y están te-niendo hijos. Tienen ingreso disponi-ble y realizan compras importantes, como casas y autos. También están decidiendo a qué marcas probable-mente seguirán siendo fieles el resto de sus vidas.

También tienden a tener periodos de atención más cortos y variar rápi-

damente entre teléfonos inteligentes, computadoras portátiles y computa-doras de escritorio.

Gran parte del esfuerzo de los anunciantes va dirigido al desarrollo de nuevas maneras de conectar con los milenarios en smartphones y ta-blets, dijo Matt Britton, de MRY, una agencia de mercadotecnia digital.

Por ejemplo, algunas marcas in-tentan averiguar cómo utilizar los emojis, un lenguaje pictográfico de caras felices y corazones que es im-portante para los milenarios. Gene-ral Electric presentó una campaña publicitaria en Snapchat en la que los usuarios podían enviar emojis a GE y la compañía les devolvía un mensaje con un experimento científico. Y los clientes de Domino’s Pizza pueden ordenar pizza al textear o tuitear el emoji de una pizza.

Los anunciantes señalan que el mayor obstáculo es que los milena-rios pasan gran parte de su tiempo en dispositivos móviles, particular-mente teléfonos. Ese cambio en la conducta ha sido complicado para los anunciantes. Por un lado, explican, la publicidad tradicional de banners no luce tan bien en las pantallas pe-queñas de los dispositivos móviles. Y es más difícil teclear y dar clic a imá-genes en celulares, lo que dificulta particularmente a los anunciantes encaminar a los consumidores a las compras. Aún peor para los anun-ciantes, los milenarios pasan una cantidad excesiva de tiempo en apps móviles, muchas de las cuales están libres de publicidad, en lugar de en navegadores de internet.

“Éste es el grupo más difícil de cap-tar porque realmente son el primer grupo demográfico que no es prede-cible”, dijo Chad Stoller, de IPG Me-dia Lab. “Se mueven constantemente y son mucho más astutos”.

Dimitris Bounias contribuyó con reportes a este artículo.

EN LÍNEA: SE DIGITALIZANUn vistazo a la tecnología en la vida cotidiana en India.nytimes.com Busque ‘India tech’

KUNI TAKAHASHI PARA THE NEW YORK TIMES

Sonika Padachuri observa a su hija y sobrina usando apps, en Bangalore, India.

FOTOGRAFÍAS POR EIRINI VOURLOUMIS PARA THE NEW YORK TIMES

MONICA ALMEIDA/THE NEW YORK TIMES

Huertas de limón regadas por goteo en tierras propiedad de Cadiz, compañía que ha perdido 185 millones de dólares en la última década.

‘El CD de Madonna definitivamente no valía un pollo’.

Los retos de llegar a un tipo astuto de consumidor.

Ante la falta de dinero, muchos griegos como Thodoris Roussos, un carnicero, estan intercambiando sus mercancias y servicios. Jorgos Kazianis, un electricista, abajo, inspecciona un termotanque solar.

C I E N C I A Y T E C N O L O G Í A

6 DOMINGO 11 DE OCTUBRE DE 2015THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY

Por CARL ZIMMER

Al tiempo que los inuits se extendían por todo el Ártico, desarrollaron una de las dietas más extremas en la Tierra. No cultivaban frutas, verduras o granos. No había muchas plantas silvestres que recolectar. En general, comían lo que podían cazar: ballenas, focas y peces. Durante mucho tiempo, los científicos occidentales han sentido fascinación por su dieta definitivamente no occiden-tal. Pese a comer tanta carne y pescado graso, los inuits no sufrían muchos in-fartos.

En los setenta, unos investigadores daneses que estudiaban el metabolismo inuit propusieron que los ácidos grasos omega-3 encontrados en el pescado te-nían un efecto protector. Esas conclusio-nes llevaron a la recomendación de que los occidentales comieran más pescado para ayudar a prevenir las enfermeda-des cardiacas y enviaron a decenas de millones de personas a comprar pastillas de aceite de pescado.

Sin embargo, pruebas recientes no han confirmado que las pastillas de aceite de pescado impidan los infartos o las em-bolias. Y ahora la historia tiene un giro nuevo.

Un estudio publicado en la revista Science, en septiembre, reportó que los ancestros de los inuits desarrollaron sin-gulares adaptaciones genéticas para me-tabolizar los omega-3 y otros ácidos gra-sos. Esas variantes genéticas tuvieron efectos drásticos en los cuerpos inuits, al reducir su estatura y peso.

Rasmus Nielsen, genetista en la Uni-versidad de California, en Berkeley, y uno de los autores del nuevo estudio, dijo que el hallazgo plantea preguntas sobre si las grasas omega-3 realmente tienen un efecto protector para todo el mundo, a pesar de ser recomendadas para la salud durante décadas. “La misma dieta pue-de tener efectos diferentes en personas diferentes”, dijo.

Los alimentos son una fuerza poderosa en la evolución. Cuántos más nutrientes

consiga un animal, más probable es que sobreviva y se reproduzca. Cuando los humanos encuentran un alimento nuevo, la se-lección natural bien podría favorecer a los que tienen mutaciones genéticas que les ayuden a mantenerse sanos al consu-mirlo. Es posible que con tanta omega-3 adicional en su dieta, los inuits desarro-llaron una manera de restablecer un equilibro saludable en los niveles de áci-dos grasos en la sangre.

“Parece que la adaptación genética ha contrarrestado la alta ingesta de ácidos grasos omega-3”, señaló Marit E. Jor-gensen, autora del estudio de la Univer-sidad del Sur de Dinamarca.

Nielsen y sus colegas planean inves-tigar los efectos de largo plazo sobre la salud de las variantes genéticas que han encontrado. Podrían ayudar a explicar por qué algunos de nosotros metaboliza-mos las grasas más efectivamente que otros y por qué los omega-3 no han sido el suplemento para la salud cardiaca que alguna vez se esperaba.

“Muy pronto, estos resultados podrían traducirse en ayuda para las personas con sus decisiones alimenticias”, dijo Nielsen.

Por NATALIE ANGIER

Los científicos que estudian las plantas carnívoras las ven como modelos para explorar una variedad de preguntas im-portantes, entre ellas la forma en que los organismos se adaptan a la adversidad y escasez extremas y cómo es que seres sin músculos ni cerebros pueden ser más há-biles que seres móviles con ambas cosas.

Las plantas carnívoras podrían gene-rar derivados prácticos. Varias enzimas en las plantas carnívoras se mantienen excepcionalmente estables bajo condi-ciones de altas temperaturas y acidez que acabaron con la mayoría de las enzi-mas comunes.

“La industria podría aprender mucho sobre cómo hacer a las enzimas más to-lerantes a condiciones extremas simple-mente estudiando a la Venus atrapamos-cas”, dijo Rainer Hedrich, de la Universi-dad de Wurzburgo, en Alemania.

Las 590 o más especies conocidas de plantas carnívoras son miembros le-

gítimos y clorofílicos del reino vegetal. Utilizan la fotosíntesis, al unir azúcares tomados del agua, dióxido de carbono y luz solar. Pero las plantas también nece-sitan nitrógeno, fosfato y azufre, que la mayoría de las especies absorbe del sue-lo. Sin embargo, las carnívoras colonizan hábitats marginales con suelo empobre-cido y tienen que absorber sus nutrientes de fuentes alternativas. La carne animal resulta útil para ello.

Las plantas carnívoras han desarro-llado una serie de técnicas para atrapar insectos, ranas, peces e incluso mamífe-ros pequeños. Algunas, como las insectí-voras, adoptan un enfoque de trampa de caída, al retener agua de lluvia en la base

de una cavidad de color brillante y añadir un toque de tentador néctar y enzimas di-gestivas a la mezcla y tal vez lubricando el labio y los lados del depósito con cera o polvo.

Otras operan como una trampa de lan-gosta-olla, con ranuras en espiral y pelos que apuntan hacia adentro y guían a la presa a través de un conjunto anidado de barreras cada vez más estrechas que la conducen al centro digestivo.

Cuando una Venus atrapamoscas tiene hambre, su trampa de dos lóbulos, ahora sonrosada con atractivo pigmento rojo, se abre y expone los pelos sensores de la planta. En caso de que un insecto se pose sobre ella y toque un pelo, dijo Hedrich, “eso desencadena el primer potencial de acción”. Y si en los siguientes 30 segun-dos el desafortunado visitante toca otro cabello, la trampa se cierra en una déci-ma de segundo, tres veces más rápido que un parpadeo.

Naturalmente, el insecto intenta esca-

par, dijo Hedrich, “pero eso sólo lleva a más malas noticias”. Los movimientos desesperados desatan más potenciales de acción, al estimular a la planta a que inunde su trampa con ácido clorhídrico, enzimas del grupo de la pepsina y la trip-sina, así como quitinasa para perforar el exoesqueleto del insecto y licuar su carne.

Las plantas carnívoras no siempre bus-can matar. Según parece, la Nepenthes hemsleyana, una planta carnívora en los bosques de pantanos de agua turbia de Borneo, menosprecia cada vez más la carne a favor de las ofertas ricas en nitró-geno de un murciélago insectívoro.

Tal como se reportó en Current Biolo-gy, investigadores en la Universidad de Greifswald, en Alemania, descubrieron que el murciélago lanudo de Hardwicke y la planta carnívora han iniciado una sociedad mutuamente satisfactoria. La planta ofrece al murciélago un lugar per-fecto para posarse y el murciélago ferti-liza a la planta con sus heces.

Hay plantas carnívoras que son depredadoras desde la raíz

Buscan soluciones en la dieta de los inuits

Sigue la carrera para crear chips más veloces

EN LÍNEA: TRAMPA MORTALFatídico trayecto de un caracol por una Venus atrapamoscas: nytimes.comBusque ‘flytrap’

Por JOHN MARKOFF

En la primera Conferencia Interna-cional de Circuitos de Estado Sólido en Filadelfia, en 1960, un joven ingeniero computacional de nombre Douglas En-gelbart introdujo a la industria electró-nica al concepto notablemente sencillo, pero innovador, de “scaling” (ajuste a escala).

Engelbart, quien más tarde ayudaría a desarrollar el “ratón” computacional y otras tecnologías de computación per-sonal, presentó la teoría de que a medida que los circuitos electrónicos fueran más pequeños, sus componentes se volverían más rápidos, requerirían menos poten-cia y se volverían más baratos de produ-cir, todo a un ritmo acelerado.

Sentado ese día entre el público se en-contraba Gordon Moore, que después ayudaría a fundar Intel Corporation, el fabricante de chips más grande del mun-do.

En 1965, Moore cuantificó el principio de “scaling” y expuso lo que tendría el impacto de una Carta Magna de la era computacional. Predijo que el número de transistores que podrían ser grabados en un chip se duplicaría anualmente du-rante por lo menos una década, llevando a incrementos astronómicos el potencia computacional.

Su predicción, más tarde llamada la Ley de Moore, apareció en la revista Electronics en abril de 1965. Y su obser-vación sobre la economía de una joven industria terminó siendo cierta durante medio siglo.

Un transistor, más o menos del ancho de una fibra de algodón, costaba alrede-dor de 8 dólares, en dólares actuales, a principios de los sesenta; Intel fue fun-

dado en 1968. Hoy, miles de millones de transistores pueden ser comprimidos en un chip del tamaño de una uña y los costos de los transistores han caído a una fracción de un centavo de dólar.

Esa mejora —la simple premisa de que los chips computacionales harían más y costarían menos— ayudó Silicon Valley a traer impresionantes avances al mun-do, desde la PC y el teléfono inteligente hasta internet.

Sin embargo, la aceleración pronosti-cada por la Ley de Moore ha decaído en años recientes. Las velocidades de los chips dejaron de aumentar hace casi 10 años y el costo de los transistores indivi-duales se ha estancado.

Los tecnólogos creían que las nuevas generaciones de chips llegarían más len-tamente, quizá cada dos años y medio o tres. Y temían que para mediados de la próxima década las leyes de la física dic-

taran que los transistores, para entonces compuestos de sólo un puñado de molé-culas, no funcionarían confiablemente. Entonces llegaría a su fin la Ley de Moo-re, a menos que ocurriese un nuevo avan-ce tecnológico.

El 1 de octubre, científicos de IBM re-portaron que ahora creen que ven un camino que superará los límites. En un artículo en la revista Science, los cien-tíficos señalaron haber encontrado una nueva forma de hacer transistores a partir de filas paralelas de nanotubos de carbono.

El avance se basa en una nueva forma de conectar cables de metal ultradelga-dos a los nanotubos que harán posible seguir encogiendo el ancho de los cables sin incrementar la resistencia eléctrica.

Pero ¿qué sucederá si mejores velo-cidades, una menor demanda de elec-tricidad y menores precios no pueden

ser mantenidos?El impacto se dejará sentir más allá

de la industria computacional, afirmó Robert P. Colwell, ex ingeniero eléctrico de Intel. “Miren a los automóviles, por ejemplo”, dijo Colwell. Controladores de motores, frenos antibloqueo, sistemas de navegación y de seguridad han prove-nido de semiconductores de costos cada vez más bajos.

Estos temores van contra la narrativa central de Silicon Valley. Durante más de 30 años, la industria ha argumentado que la computación se volverá más rápi-da, logrará una capacidad más alta y se volverá más barata.

Hay esperanzas de que la creatividad que extendió a la Ley de Moore pueda ha-cer que la tecnología de chips siga avan-zando.

Hay varios candidatos vanguardis-tas, como la computación cuántica, que —si se vuelve práctica— podría acelerar enormemente el tiempo de procesamien-to, y la espintrónica, que en el futuro leja-no podría mover la computación a com-ponentes de escala atómica.

Los chips de potencia ultra baja que empezarán a aparecer a finales de es-ta década en algunos casos ni siquiera requerirán baterías; funcionarán con energía solar, vibración, ondas de radio o incluso sudor.

¿A qué productos podrían llevar esos chips? Nadie sabe aún, pero los diseña-dores de productos se verán obligados a pensar diferente sobre lo que están construyendo. Las computadoras se han vuelto más y más pequeñas, pero esen-cialmente han seguido el mismo concep-to de chips, hardware y software en una caja cerrada.

Por MARGOT SANGER-KATZ y JOHN SCHWARTZ

El engaño perpetrado por Volkswagen con los motores diesel liberó toneladas de contaminantes adicionales en Estados Unidos. Mientras que no representa una preocupación de seguridad en las carreteras, hay intranquilidad en el aspecto de la salud.

A diferencia del defecto en la igni-ción en los vehículos General Motors que causó la muerte de por lo menos 124 personas en accidentes auto-movilísticos, es más difícil vincular la contaminación de Volkswagen a muertes individuales. Sin embargo, los investigadores dicen que los contaminantes ambientales que emitieron ilegalmente los autos da-ñan la salud y tienen fórmulas para el número de vidas perdidas de la contaminación excesiva en general. The New York Times calculó un nú-mero de fatalidades en EE.UU. que no difiere mucho de las causadas por el defecto de GM.

Volkswagen dio a conocer el mes pasado que había instalado en 11 millones de autos diesel un software que engañaba las pruebas de emi-siones, permitiendo a los vehículos emitir muchos más contaminantes que los permitidos por las regulacio-nes. Nuestros estimados examinan sólo el impacto en la salud pública en Estados Unidos, pero los efectos negativos probablemente fueron sustancialmente mayores en Eu-ropa, donde estos autos son mucho más comunes.

Las sustancias químicas emitidas por los autos Volkswagen —cono-cidos como óxidos de nitrógeno o NOx— han sido vinculadas con en-fermedades respiratorias y cardio-vasculares, así como con muertes prematuras. Los óxidos de nitróge-no son un derivado de la quema de combustibles fósiles a alta tempera-tura, ya sea en automóviles, plantas de energía u otras máquinas. Las sustancias pueden ser dañinas para los humanos y también pueden con-vertirse en ozono a nivel del suelo, o smog, y contaminación de partícu-las dañinas.

El dióxido de nitrógeno y el ozono irritan los pulmones y pueden mer-mar la resistencia a enfermedades

respiratorias, como la gripe. Las personas de edad son particular-mente vulnerables.

Para calcular el daño en Estados Unidos utilizamos dos modelos cien-tíficos para los efectos en la salud de la contaminación con óxido de nitrógeno.

Uno proviene de cuando nuevas regulaciones sobre la contamina-ción de las plantas de energía provo-caron que algunos países redujeran su contaminación de óxido de nitró-geno.

Un equipo de investigadores es-tudió los índices de mortandad y el gasto médico antes y después del cambio. Encontraron que la menor contaminación fue responsable de alrededor de cinco muertes menos cada año por cada 100.000 personas en los países afectados.

La contaminación estimada de Volkswagen, unas 46.000 toneladas desde fines de 2008, equivale a alre-dedor del 4 por ciento de la reducción en contaminación de plantas de energía que examinaron, lo que sig-nifica que se esperaría que causara unas 106 muertes si tuviera efectos similares.

En el otro modelo, Noelle Eckley Selin, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) revisó los efectos de mortandad de la conta-minación producida por los óxidos de nitrógeno, utilizando cifras em-pleadas por el Gobierno para hacer estimaciones de salud. Eso arrojó alrededor de 40 muertes más en el periodo como efecto.

Por supuesto, elaborar modelos de los efectos de las emisiones es com-plicado. El daño a causa de la con-taminación del óxido de nitrógeno depende de qué tan cercanas están las personas a las carreteras, así como de la topografía y los patrones climáticos.

De hecho, Don Anair, de la Unión de Científicos Preocupados, dijo que desde que entraron en efecto los estándares de contaminación para autos en Estados Unidos, de 2004 a 2009, las emisiones de óxidos de nitrógeno han sido 90 por ciento menores.

“No va a contrarrestar la mayoría de los beneficios de estos estánda-res, pero habrá algún impacto”, dijo.

LIANNE MILTON PARA THE NEW YORK TIMES

La contaminación también puede ser mortal. FOTOGRAFÍAS POR CHRIS HARDY PARA THE NEW YORK TIMES

ANDREW TESTA PARA THE NEW YORK TIMES

Los inuits, aquí pesando peces, tienen

pocos infartos pese a una dieta llena de

carne y pescado graso.

ANÁLISIS NOTICIOSO

El engaño de VW

impacta en la salud

Una Drosera filiformis en el Vivero de Plantas Carnívoras de California. Una venus atrapamoscas es alimentada, izquierda.

La velocidad con que funcionan los chips, y su costo, avanza más lento que en el pasado, pero eso puede cambiar. Un laboratorio computacional en 2011.

V I A J E S

DOMINGO 11 DE OCTUBRE DE 2015 7THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY

Una aldea en China llama la atención

Un puebloal borde del colapso

En el Sarajevo de hoypersiste el optimismo

Por JIM YARDLEY

CIVITA DI BAGNOREGIO, Italia — Hay que disculpar a Sandro Rocchi si parece algo complacido mientras goza de una copa de vino a mediodía en el restaurante de sus hijos y disfruta del improbable resurgimiento de este impo-nente poblado en la cima de una colina. Se marchó en los setenta debido a la fal-ta de perspectivas. Ahora hay tiendas, restaurantes, propiedades boutique y multitudes de turistas.

“El lugar ha vuelto a la vida”, dijo Roc-chi.

Sin embargo, hay un pequeñísimo problema.

Civita di Bagnoregio se derrumba, de manera lenta y sostenida, y tiene siglos de hacerlo.

Los derrumbes han erosionado pro-gresivamente los acantilados, llegando al grado de derribar la antigua residen-cia de piedra del hijo más famoso del poblado, Giovanni di Fidanza, el teólo-go medieval canonizado como San Bue-naventura. Durante años, esta guerra perdida de desgaste geológico no era algo grave debido a que apenas si había gente viviendo en Civita y pocas perso-nas iban de visita.

La población durante todo el año aún es diminuta —tal vez seis u ocho per-sonas— pero Civita, a 120 kilómetros al norte de Roma, en la región central de Italia, es ahora un dínamo turístico,

que se espera reciba a más de 500.000 visitantes este año. Es candidata para convertirse en Patrimonio de la Hu-manidad de la Unesco. Es la atracción principal de una campaña regional de turismo y es promocionada en autobu-ses urbanos en Roma. Todo el mundo coincide en que es una maravilla.

Un geólogo local calcula que Civita había sufrido aproximadamente 10 de-rrumbes durante el último año.

“La lluvia es el problema principal”, dijo el geólogo, Giovanni Maria Di Bu-duo, quien supervisa un museo local. “La lluvia se mete en las grietas de la piedra volcánica y crea alteraciones. En los últimos cinco siglos, hemos visto una reducción de casi un 20 por ciento en el acantilado debido a derrumbes”.

Los etruscos construyeron Civita hace más de 2.500 años, una de muchas

aldeas en las cimas de las colinas, forti-ficadas para protegerse de invasores en los valles a sus pies. Pero con el paso de los siglos, las aldeas quedaron cada vez más aisladas. Un terremoto en el siglo 17 no ayudó; el gobierno local fue reu-bicado en lo que había sido el suburbio adyacente de Bagnoregio, que el día de hoy sigue a cargo de Civita.

Los derrumbes transformaron al po-blado en una isla compacta, al tiempo que un puente de tierra que conectaba a Civita con Bagnoregio gradualmente se derrumbaba (más tarde fue reempla-zado por un puente peatonal de acero y concreto).

No hace mucho años, el deterioro pa-recía inevitable, lo que quizás explica el apodo de Civita: Il paese che muore, o El pueblo que muere. Salvo que no ha muerto. Las autoridades de turismo en Lazio promovieron a Civita en campa-ñas publicitarias nacionales. Reportes en los medios noticiosos difundieron la novedad de una aldea medieval en la cima de un acantilado escarpado, que lidiaba con la erosión. Era irresisti-ble.

“La fragilidad de Civita es grave, pe-ro también lo que la hace singular”, dijo

Luca Profili, vicealcalde de Bagnoregio. “Es la idea de que existe hoy, pero no se sabe si existirá mañana”.

Ahora, restaurantes y tiendas de re-galos atienden a flujos de visitantes que llegan durante el día. Varios edificios de piedra han sido convertidos en po-sadas. Se organizan carreras de burros en la pequeña plaza dos veces al año. En Viernes Santo, el enorme crucifijo de la Catedral es llevado en una procesión a Bagnoregio, y siempre es devuelto, ya que la leyenda sostiene que Civita co-lapsará si el crucifijo no regresa para la medianoche antes de la Pascua.

Para Rocchi, de 70 años, el resurgi-miento de Civita es un deleite inespera-do. Muchas generaciones de su familia vivieron ahí hasta que él se fue en los desesperados setenta. Hoy, su hijo Maurizio y su hija Alessandra operan Alma Civita, un popular restaurante. Rocchi pasa las mañanas en las laderas cercanas, recolectando trufas, antes de regresar para comer.

“Yo les dejo trufas y ellos me preparan la comida”, dijo.

No es un mal trato en un poblado que, quizás, no está muriendo después de todo.

Por EDWARD WONG

YANGSHUO, China — Con ambas manos sujetando una pértiga, Deng Hongyou impulsaba a una balsa de bambú que transportaba a una pareja y su hija de 2 años por el tranquilo Río Yulong una mañana. Un relieve kárstico parecido a jorobas de camello y tapiza-do de plantas se levantaba de los már-genes del río.

“El río Yulong es igual de hermoso que el río Li”, dijo Deng, de 53 años, al comparar este río en el sur de China con el otro más famoso a poca distan-cia de allí. “Aquí el agua es mucho más tranquila. Si cae un niño en el río, puedo saltar y salvarlo. En el río Li hay dema-siados barcos grandes que crean olas”.

La mayoría de los chinos ha oído ha-blar del río Li, uno de los sitios turísticos más populares del país. El relieve kárs-tico a lo largo de sus márgenes ha sido inmortalizado en un lado de un billete de 20 renminbis. Menos conocido es el Yu-long, cerca de Yangshuo. Es una arteria fluvial más estrecha y mansa bordeada

por la misma clase de montañas.Al igual que el río Yulong, Yangshuo

tiene una reputación como un tranquilo remanso rural. Tiene años de recibir a excursionistas en sus hostales y cafés.

Ahora, el gobierno del condado de Yangshuo está buscando impulsar al río Yulong y a Yangshuo a primer pla-no. Los funcionarios aquí ansían la prominencia que durante décadas ha disfrutado el río Li y la cercana y bulli-ciosa ciudad de Guilin. Han solicitado al gobierno central que designe al área alrededor del río Yulong como el Par-que Nacional Geológico de Yulong para, declara la propuesta, “proteger mejor estas reliquias geológicas obsequiadas por la naturaleza”.

Ningún rincón de China fuera del área de Yangshuo encarna mejor el panora-ma imaginado del país: colinas de pie-dra karst, bosquecillos de bambú, arro-zales y aldeas, todo ello ocasionalmente envuelto en niebla. Es una tradicional pintura china que ha cobrado vida.

“La mayoría de la gente que visita Guilin viene a Yangshuo sólo si tiene tiempo”, dijo Li Zilong, gerente general del resort Yangshuo.

Pero los perfiles de Yangs-huo y el río Yulong han esta-do en alza. En los noventa, Yangshuo se convirtió en un punto popular en el sendero de ex-cursionismo por China. Esos viajeros, extranjeros en su mayoría, pasaban un buen rato en los restaurantes y casas de té en alguna calle tranquila en el centro del pueblo, mientras que los viajeros chinos y los participantes en tours pre-ferían hospedarse en elegantes hoteles en Guilin.

Hoy, a medida que se ha incrementa-do el turismo, otras partes de la región de Yangshuo se han vuelto más concu-rridas. Al caer la noche en Yangshuo, miles de visitantes atiborran la orilla del río para presenciar un espectáculo de luz y sonido creado con la ayuda de Zhang Yimou, el director de cine más afamado de China, y que involucra la

participación de decenas de bailarines en trajes étnicos.

“Guilin ha sido una metrópoli desde la dinastía Tang y tiene las casas mejor preservadas de la dinastía Ming”, dijo Yang Yongde, fundador del Instituto de Investigación Turística en la Universi-dad Guangxi. “Yangshuo tiene auténti-cas aldeas rurales y campos. Los dos se complementan”.

El otorgamiento de estatus de parque nacional al río Yulong y sus aldeas cer-canas “daría a Yangshuo y a Guilin un estatus más equitativo en el itinerario del turista promedio”, dijo Yang.

“¿Dónde más puedes dar un paseo así en una balsa? No en el río Li”, dijo Deng, parado en la suya.

Por REIF LARSEN

En noches cálidas, Ferhadija, un cami-no peatonal del siglo 16 que atraviesa el Viejo Sarajevo, se llena y vibra con gente que ha salido a ver y ser vista, a pasear y asimilar los ritmos de la ciudad.

Repleto de cafés, Ferhadija comienza en el monumento con llama eterna a la Segunda Guerra Mundial en la calle Ma-riscal Tito y avanza al este, retrocedien-do en el tiempo: los edificios de concreto de la era socialista dan paso a elaboradas fachadas con cornisas y colores pastel del periodo astro-húngaro de la ciudad, antes de finalmente terminar en Bascar-sija, el viejo distrito otomano, donde uno pasa junto a serenos patios llenos de fie-les musulmanes, el susurro de una fuente pública de siglos de antigüedad y puestos que venden un arco iris de especias, tra-dicionales cafeteras de cobre y el ubicuo cevapi, un pan pita relleno de un glorioso guisado de carne.

Siempre que recorro las laberínticas calles de Sarajevo, me sorprende que no esté llena de más turistas, porque mien-tras que el tamaño compacto de la ciudad

hace que se sienta accesible, su compleja colisión de culturas le brinda un aire de misterio perdurable.

“Sarajevo es una ciudad latitudinal”, explicó Amir Vuk-Zec, quizá el arquitec-to más famoso en Bosnia y Herzegovina. “Para entender el alma de esta ciudad, uno debe ver cómo corre de poniente a oriente. Es una cuenca larga, ¿ven? Es una ciudad palpable”.

Sarajevo ha visto eventos más tumul-tuosos en los últimos 150 años que cual-quier otra ciudad de su tamaño. Ha sido testigo de primera mano de la entrega del gobierno otomano al austro-húngaro; el asesinato del archiduque Francisco Fer-nando, que dio inicio a la Primera Guerra Mundial; el ascenso y la caída del fascis-mo; el ascenso y la caída del socialismo, y luego esa horrenda guerra en los noven-ta, una de las peores contiendas bélicas cuyas atrocidades fueron televisadas en tiempo real para una audiencia global.

Y, sin embargo, la hermosa, cosmopoli-ta y sofisticada ciudad que ha persistido sigue siendo un tesoro escondido para el visitante, como una mini Estambul ocul-

ta en los Alpes Dináricos. Visitar Saraje-vo es atestiguar tanto las mayores tris-tezas de nuestra civilización moderna como los mayores triunfos.

La mezcla cultural de Sarajevo se da contra un telón de fondo de montañas alpinas que rodean a la ciudad en tres costados. Y éstas fueron las mismas montañas que fueron sede de las Olim-piadas de Invierno de 1984, la gloriosa fiesta de presentación en sociedad de Sa-rajevo. Y éstas fueron las mismas mon-tañas que, apenas ocho años más tarde, permitieron que el Ejército de los Serbios de Bosnia rodeara la ciudad y torturara a su población durante 44 meses, lanzando un promedio de 300 proyectiles diarios, y matando a más de 11.000 personas. La to-pografía de Sarajevo, fuente de su impre-sionante belleza, también se convirtió en su gran maldición.

“Estas montañas donde alguna vez ju-gué de niño, ahora se habían vuelto este lugar de muerte”, dijo Nihad Kresevl-jakovic, director artístico del Teatro de la Guerra de Sarajevo, que fue fundado durante el sitio y ahora monta produccio-

nes bosnias contemporáneas.Justo antes de la medianoche del 25

de agosto de 1992, el famoso Vijecnica, o Palacio Municipal, construcción seudo morisca que se había convertido en la Biblioteca Nacional y Universitaria de Bosnia y Herzegovina, fue atacado con proyectiles incendiarios por el Ejército de los Serbios de Bosnia.

El edificio ardió durante tres días. Se perdió más de un millón de libros. Pero la restauración del Vijecnica fue completa-da en 2014, con una cantidad inimagina-ble de trabajo destinado a recrear cada detalle del diseño original, hasta el color de pintura usado cuando fue construido en 1896.

Sin embargo, varias personas dijeron

que habrían deseado que más estructu-ras hubieran sido dejadas en ruinas, con-geladas como monumentos silencioso.s

Esta ciudad y sus habitantes avanzan poco a poco. Una nueva generación de jóvenes nacidos durante o después de la guerra moldean la ciudad inspirados, no agobiados, por la historia.

Uno de los ejemplos más fuertes pue-de verse en el puente peatonal Festina Lente, terminado en 2012, sobre el río Miljacka. El puente fue diseñado por tres estudiantes. Su plano que desafía a la gravedad con un círculo elevado de aluminio y acero ganó una competencia internacional de más de 40 participan-tes. En las tardes cálidas, encontrarán una mezcla de estudiantes, turistas y jubilados sentados en su interior tipo hé-lice. Festina Lente significa “apresúrate lentamente” en latín.

Este verano, mientras daba mi últi-ma vuelta por Ferhadija, no pude evitar sentirme optimista por el futuro de Sa-rajevo. La ciudad descubre poco a poco cómo presentarle al mundo su marca de “festina lente”.

Gaia Pianigiani contribuyó con reportes a este artículo.

Mia Li contribuyó con investigación desde Beijing.

La histórica ciudad ve más allá de las cicatrices de sus conflictos.

Miles deturistas llegan para ver al Pueblo que muere.

GILLES SABRIE PARA THE NEW YORK TIMES

FOTOGRAFÍAS POR TODD HEISLER/THE NEW YORK TIMES

Los funcionarios del condado de Yangshuo

buscan que el área alrededor del río Yulong

sea parque nacional.

Un chef dice que hay que visitar Haití

Por SHIVANI VORA

José Andrés, chef de 46 años nacido en España, tiene 21 restaurantes por todo EE.UU. y Puerto Rico. Pero últimamen-te, es su amor por Haití lo que genera atención.

Andrés conduce el programa de televisión pública “Undiscove-red: Haiti With José Andrés”. La idea del programa nació cuan-do visitó Haití tras el te-rremoto en 2010. Desde

entonces, ha regresado más de 20 veces. A continuación, fragmentos de una con-versación con Andrés.

P. ¿Qué fue tan inolvidable de tu primer viaje a Haití, y cómo llevó a este docu-mental?R. Me encantaron las calles bulliciosas de Puerto Príncipe, las costas y playas

vírgenes, las montañas y los bosques exuberan-tes. Es un lugar fasci-nante, pero la mayoría de la gente lo relaciona con el sismo, la pobreza y otros retos. Así que dije, vamos a cambiar eso y mostrar al mundo el verdadero Haití.

P. Estableciste el grupo sin fines de lucro World Central Kitchen para ayudar a los haitianos. ¿Cómo los ayuda?R. Fortalecemos a cinco comunidades al ofrecerles soluciones inteligentes con-tra el hambre.

Una meta importante es educarlos sobre cocinas limpias, que usan energía solar y gas natural. En Haití, cuando la gente utiliza combustibles de cocina limpios en lugar de leña, se preservan bosques y las industrias agrícola y pes-quera, porque cuando usan demasiada madera, se produce la deforestación, luego llegan las lluvias y debilitan la tierra que utilizarían los agricultores. También le enseñamos a la gente cómo cocinar para que se alimente a sí misma de manera sustentable.

P. ¿Cuáles son tus principales aventuras en ese país?R. Visitar la Ciudadela de Laferrière en Cabo Haitiano, en el norte de Haití. Quedé impactado con esta increíble fortaleza construida a inicios del siglo 19, durante la revolución de los esclavos, como un refugio para el recién formado estado haitiano.

P. ¿Por qué se debería considerar a Haití como lugar de vacaciones?R. En un mismo día puedes probar comi-da extraordinaria en la calle, nadar en una cascada en la selva y en playas que no están saturadas de gente.La historia también es increíble. Haití fue uno de los primeros lugares donde tocó tierra Cris-tóbal Colón en 1492 y es el único lugar del mundo donde los esclavos derrocaron a sus amos, vencieron al ejército de Napo-león y establecieron una república.

José Andrés

NADIA SHIRA COHEN PARA THE NEW YORK TIMES

Con los siglos, los acantilados de Civita, un poblado etrusco, han ido erosionando sus cimientos.

La biblioteca Vijecnica, destruida

en 1992, fue restaurada.

Ferhadija, ext. der.,

un camino peatonal

del siglo 16 repleto de

cafés.

A R T E Y D I S E Ñ O

8 DOMINGO 11 DE OCTUBRE DE 2015THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY

¿Era o no era? La pregunta de una sociedad cambiante.

Ofrecen a los niños autistas una escapada apacible al teatro.

El tango queer se ponede moda y altera las reglas

Conciben una obra dirigida a niños con autismo

Inauguran muestra sobre la prostitución

Cineastas piden que vean sus filmes y salven al mundoPor CARA BUCKLEY

Dos películas nuevas, “Racing Ex-tinction” (Carrera contra la extinción) y “This Changes Everything” (Esto lo cambia todo) exploran la devastación que la humanidad ha provocado en el mundo natural. Sin embargo, en lugar de enfocarse sólo en lo que muere y se pier-de, ambos filmes ofrecen mensajes de esperanza, retratando a personas que han ayudado a detener, animal por ani-mal, hectárea por hectárea, el saqueo de la vida silvestre y la tierra.

La pregunta es si la gente irá a ver las películas. Los relatos del calentamiento global tienden a dejar paralizados y de-primidos a aquellos que no son apáticos, y las historias de extinción y crueldad animal pueden ser demasiado desgarra-doras para soportarlas.

Louie Psihoyos, el director de “Racing Extinction” que ganó un Óscar por su documental de 2009 “The Cove”, sobre la matanza anual de delfines en Japón, dijo que la gente aún le dice que no tiene el va-lor de ver ese filme. Y Naomi Klein, quien adaptó “This Changes Everything”, ba-

sada en su libro del mismo nombre, co-mentó que un distribuidor de películas le dijo que comercializaría la película sólo si la mercadotecnia no incluía referen-cias al cambio climático.

“Si le das a la gente en la cabeza con vergüenza, culpa y desesperanza, obtie-nes exactamente lo que esperas: la gen-te se da la vuelta y trata de olvidarse de ello”, dijo Shawn Heinrichs, fotógrafo y activista que figura en “Racing Extinc-tion”.

Conscientes de tales sentimientos, los equipos detrás de cada filme desarro-llaron planes similares: enfocarse en la gente más apasionada sobre lo que está en riesgo y apoyarse en ellos para atraer a otros.

Igual como lo hizo con “The Cove”, Psihoyos buscaba crear un “thriller”, usando espías encubiertos para exponer a traficantes de animales al tiempo que destacaba proezas ambientales. “Racing Extinction” arrancó con su mensaje este verano cuando el director y sus colabo-radores proyectaron imágenes de ani-males en peligro de extinción sobre el

edificio Empire State. La película abrió el mes pasado y la tienen en la mira para la temporada de premios. (Ayuda el he-cho de que Psihoyos es reconocido gra-cias a su victoria en el Óscar). Pero saber si “Racing Extinction” tiene un impacto más amplio quizá no quede claro hasta el 2 de diciembre, cuando el Discovery Channel planea transmitirla en horario estelar en unos 220 países y territorios.

John Hoffman, vicepresidente ejecuti-vo de documentales y especiales de Dis-covery, dijo que los directivos del canal decidieron darle todo su apoyo a la cinta tras su premiere en el Festival de Cine de Sundance en enero.

“Hemos transmitido cosas a nivel mundial, pero nunca como este tipo de

llamado a la acción”, indicó Hoffman. “Tenemos que decirle al mundo, ‘por un momento, tenemos que hacer una pausa y analizar estas problemáticas’”, que plantea el filme.

La fecha del 2 de diciembre es estraté-gica: COP21, la Conferencia sobre Cam-bio Climático de la ONU, se realizará en París del 30 de noviembre al 11 de diciem-bre.

De igual manera, Klein y Avi Lewis, su esposo y director de la cinta, se apre-suraron para estrenar “This Changes Everything” mucho antes de la COP21.

El filme se centra en movimientos po-pulares que frustraron a compañías pe-troleras y en comunidades que adopta-ron la energía renovable. Klein y Lewis, veteranos periodistas y activistas, em-pezaron a crear apoyo para el documen-tal cuando ella comenzó a realizar inves-tigación para su libro, hace cinco años. Contrataron a un director de promoción comunitaria y trabajaron con grupos co-mo 350.org, Greenpeace y Amigos de la Tierra para planear proyecciones. Esas organizaciones pueden atraer audien-

cias, explicó Klein.“Las películas no cambian al mundo,

los movimientos sí”, añadió.“This Changes Everything”, estrena-

da el 2 de octubre, también fue exhibida en varias ciudades el mes pasado, entre ellas Amsterdam, donde fue proyectada en una central de energía eléctrica ali-mentada con carbón.

Los promotores de “Racing Extinc-tion” hicieron equipo con Paul Allen, cofundador de Microsoft, y su compañía Vulcan para presionar por leyes que pro-híban el tráfico de especies en peligro, y exhortaron, vía redes sociales y un sitio web, a que sus partidarios hicieran lo mismo.

Todo es parte del esfuerzo para hacer que la gente vea la cinta. El mensaje que Psihoyos propone es que cada voz y cada acción cuenta: la indignación generada por “The Cove” ayudó a reducir la ma-tanza de delfines en Japón.

“Armamos un coro de gente haciendo cosas impresionantes, para que la gente quiera unirse a nosotros, en lugar de des-esperarse”, dijo Psihoyos.

Sus documentales tratan de ir más allá de despertar vergüenza.

Por ELAINE SCIOLINO

PARÍS — Una falda levantada por en-cima de su tobillo. Un lunar pintado en la mejilla. Una mirada directa. Estar senta-da sola en un café, bebida en mano.

Estos eran algunos de los indicios de que una mujer en el París del siglo 19 bien podría ser una mujer galante.

Las ambigüedad hacia las prostitutas en el espacio público es un tema central de “Esplendor y miseria: imágenes de prostitución 1850-1910”, en exhibición en el Museo de Orsay parisino hasta el 17 de enero. Tomando su título de la novela “Esplendor y miserias de las cortesanas” de la “Comedia Humana” publicada por Honoré de Balzac a mediados del siglo 19, es publicitada como la primera exhibi-ción importante sobre la representación artística de la prostitución en París.

Durante este periodo, París era una ciudad en transformación. Su población de un millón en 1850 casi se había dupli-cado para 1870 al tiempo que hombres y mujeres abandonaban el campo para ir-se a la capital. Las estructuras sociales y los códigos de comportamiento se vi-nieron abajo. El surgimiento de una rica clase urbana gracias al comercio y a la industria significó dinero en abundancia para gastar.

En esta frenética era de comercio, la prostitución —ya legal y considerada un mal necesario— hizo explosión.

La prostitución se volvió tan central para la imaginación artística, que el poeta Charles Baudelaire escribió en su diario personal: “¿Qué es arte? Prostitu-ción”.

En esta muestra, el museo ha reunido obras maestras de artistas de la época, incluyendo a Edgar Degas, Henri de Toulouse-Lautrec, Édoard Manet, Ed-vard Munch, Vincent Van Gogh y Pablo Picasso.

Los artistas exploraron sólo el mundo de la prostitución femenina; la prostitu-ción masculina era tratada como un acto homosexual sujeto a acción penal. Sin embargo, la exhibición incluye reportes policiales y fotografías de hombres jun-tos en poses sexualmente sugestivas.

También hay artículos del oficio, in-cluyendo tokens pagados por clientes a prostitutas en lugar de efectivo; guías de burdeles para turistas; y tarjetas de presentación promocionando servicios ambiguos.

Están incluidas pinturas de Toulou-se-Lautrec, en las que las prostitutas no son retratadas como víctimas ni como mujeres fatales, sino como trabajadoras.

La exhibición incluye la pintura de 1892 “Sur le boulevard (La Parisienne)”, de Louis Valtat, de una mujer muy ma-quillada luciendo zapatos negros con tacos altos y una larga boa negra. Está levantando su falda varios centímetros para mostrar su tobillo, señal de que es

una prostituta.La muestra también explora el mundo

de las cortesanas, el rango más alto de la jerarquía. Estas eran mujeres manteni-das cubiertas de regalos e instaladas en mansiones lujosas. Una pintura de Val-tesse de la Bigne, una de las cortesanas más afamadas de París, la muestra en un vestido blanco con volantes, sosteniendo un parasol blanco, con una media sonri-sa en los labios. No hay nada que sugiera que vende su cuerpo. Sin embargo, en una vitrina cercana está su bastón y un látigo de seis correas con delgadas pun-tas de metal que puede ser ocultado en su interior.

Con el desarrollo de la fotografía lle-gó un nuevo medio para representar la prostitución. A los fotógrafos se les prohi-bía trabajar en el interior de los burdeles, así que recreaban estas escenas en sus estudios. Las fotos eran vendidas ilegal-mente.

Detrás de cortinas de terciopelo ro-jo están dos salas para mayores de 18 años. En ellas cuelgan fotografías por-nográficas de actividad heterosexual y homosexual y mujeres en diversas poses sexuales.

Más impresionantes en la muestra son fotografías de 1910-1912 de mujeres cuyos rostros y cuerpos han sido desfigurados por la sífilis.

La muestra termina con el retrato mo-ralista de la prostitución por artistas de los albores del siglo 20. Para entonces, Francia sufría de altos índices de alcoho-lismo y sífilis, y las mujeres fueron consi-deradas corruptoras de hombres.

Por MARINA HARSS

Para muchos, la palabra tango evoca a un bailarín con agilidad de pantera y pelo relamido, en un abrazo apasio-nado con una compañera flexible y extasiada que lleva puesta una falda abierta hasta el muslo. Ésa es la ima-gen que promueven los espectáculos importantes de tango: rigurosamente heterosexual y dominado por varones, envuelto en una dinámica de deseo fe-menino y seducción masculina.

Sin embargo, concebido por tres bai-larines alemanes —Ute Walter, Marga Nagel y Felix Volker Feyerabend— el movimiento Tango Queer se ha exten-dido: a Berlín, París, Copenhague, San Francisco, Seattle y Roma e, incluso pese a la legislación antigay en Rusia, a San Petersburgo y Moscú.

Hombres bailan con hombres, mu-

jeres con mujeres; las mujeres guían y los varones las siguen. A menudo, los roles cambian a medio baile.

En Buenos Aires, que aún tiene al-gunas milongas, o reuniones de tango, sumamente tradicionales en las que hombres y mujeres se sientan a lados opuestos de la pista de baile y ellas esperan pacientemente a ser sacadas a bailar, el Festival Internacional de Tango Queer ha sido, desde 2007, un evento anual del calendario dancísti-co. “Pensé que iban a ir tras nosotros con antorchas”, dijo Augusto Balizano, cofundador del festival. “Pero para mi sorpresa, tuvo gran aceptación entre la comunidad del tango aquí”.

Walter Pérez y Leonardo Sardella, una pareja sentimental y de baile que

se presenta como Malevaje Tango, han adoptado la causa. Durante cuatro días este mes, presidieron su primer Fin de Semana de Tango Queer en Nueva York, que incluye talleres de maestros eminentes como Graciela González, fiestas de baile y eventos, como una ga-la inspirada en Rodolfo Valentino.

Se realizó un Festival de Tango Queer en Nueva York, en 2010, organi-zado por el productor y bailarín Sergio Segura, pero no se ha repetido. “Fue demasiado pronto”, declaró hace poco.

“El movimiento de tango queer nació de la necesidad de la gente del mismo sexo de poder bailar junta, y logramos eso”, dijo Perez.

En una clase para principiantes de unas 10 personas impartida por Pérez y Sardella para adultos mayores LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transgé-nero), hombres bailaban con mujeres, mujeres con otras mujeres, pero la úni-ca pareja masculina del mismo sexo era la de Pérez y Sardella.

Muchas de las mujeres usaban ta-cones y faldas, pero Phi Lee Lam, una cineasta de Singapur, lucía en su ele-mento deslizándose en zapatos oxford blanco y negro y pantalones caqui, moviendo delicadamente a sus parejas sobre la pista.

Lam prefiere bailar con mujeres por-que, según explicó, “a los varones les gusta mostrarte lo que pueden hacer, en vez de realmente dejarse llevar y sentir la conexión”.

Para alguien como yo que habla es-pañol, es extraño pensar que mucha gente que toma parte en este estilo li-berado de tango no pueda entender las letras melancólicas y a veces realmen-te sombrías de las canciones que están bailando. 

Algunos argentinos pueden resumir su actitud hacia el tango con las pala-bras de Ezequiel Martínez Estrada de 1933: Es “un baile de pesimismo, de tristeza expresada por todas las extre-midades del cuerpo”.

Esto tiene poco qué ver con el tango según lo viven quienes lo bailan. La mi-longa cumple una función social en Ar-gentina y, desde el auge del tango en los ochenta, en todo el mundo. Éstos son lugares que atraen a gente en busca de contacto humano, expresión creativa y algo divertido. En cierta forma, el mo-vimiento del tango queer está logrando algo esencial. 

Birthe Havmoeller, escritora y acti-vista danesa que editó una colección de ensayos sobre el tema del tango queer, aseveró: “hay una tristeza en las can-ciones; uno baila para dejar atrás esta tristeza y alcanzar la dicha”.

Por STEVEN McELROY

Le asignan a uno su propio miembro del elenco, quien te acompaña hasta el es-pacio donde se presenta la obra y se sien-ta junto a uno durante toda la función.

Aún para los estándares del teatro participativo, “Up and Away” promete ser distintiva. Creada por la compañía teatral Trusty Sidekick, es una obra para jovencitos en el espectro autista.

El que si se debe llevar a un niño au-tista al teatro es un interrogante difícil. En una reciente función en Broadway de “El rey y yo”, algunos miembros del pú-blico refunfuñaron por un niño que hizo alboroto, provocando que un actor expre-sara su propia frustración en Facebook. “Como gente de teatro, actores y público, ¿cuándo llegamos a preocuparnos tan-to por nuestra propia experiencia que perdimos la compasión por los demás?”, escribió.

Un incidente así no debe ser un proble-ma en “Up and Away”, que se presenta hasta el 25 de octubre.

Desde 2011, el Theater Development Fund ha organizado funciones amiga-bles para autistas de producciones de Broadway que incluyen ajustes en los ni-veles de sonido e iluminación. Pero “Up and Away” fue concebida con la ayuda de alumnos de escuelas que se especializan en trabajar con niños autistas.

La idea de una escapada apacible entre las nubes surgió durante estos talleres,

explicó Jonathan Shmidt Chapman, di-rector artístico de Trusty Sidekick. El guión de Drew Petersen se inspiró en “La vuelta al mundo en 80 días”.

“Realmente nos impactó el personaje de Phileas Fogg, que, de hecho, exhibe una conducta autista muy estereotípi-ca”, dijo Chapman. “Emprende este viaje literalmente por todo el mundo, yendo a estos lugares hermosos y exóticos, y en lo único en lo que se fija es en llegar allí a tiempo y concluir la ruta”.

Chapman precisó que el enfoque en niños autistas era un territorio inexplo-rado.

La obra comienza con un video que explica qué esperar. Los ocho miembros del público se reúnen con los integrantes del elenco en el lobby y se les da tiempo para aclimatarse antes de ser llevados a una terraza. El grupo entonces se dirige al espacio donde transcurre la obra, don-

de están colocados globos aerostáticos. Uno es para los músicos de la obra y los otros son para que se siente el público, dos personas por globo, en asientos aco-jinados, con sus acompañantes detrás de ellos y un miembro del reparto a su lado. Cualquier niño que se quiera marchar, puede simplemente caminar de vuelta

a la terraza; su miembro del reparto lo acompañará.

“Uno de los principios que sentimos era realmente importante es que no hay manera correcta de experimentar la obra”, apuntó Chapman. “Si tienes ex-pectativas sobre cómo se debe compor-tar un niño, estás equivocado”.

EMON HASSAN PARA THE NEW YORK TIMES

“Up and Away” fue creada específicamente para niños autistas, y está inspirada en “La vuelta al mundo en 80 días”.

EN EL SENTIDO DEL RELÓJ DE LA IZQUIERDA: BIBLIOTHÈQUE NATIONALE DE FRANCE, PARÍS; FRANCK RAUX/RMN-MUSÉE D’ORSAY; MATHIEU RABEAU/RMN/FONDATION BEMBERG

Obras en una exhibición en el Museo de Orsay (en el sentido del reloj), “La belle Otéro” de Léopold Reutlinger, “L’attente” de Jean Béraud y “Sur le boulevard (La Parisienne)” de Louis Valtat.

WILLIE DAVIS PARA THE NEW YORK TIMES

El movimiento de tango 1ueer se propaga a nivel global. Una clase donde mujeres bailan con mujeres, y hombres con hombres.

Los roles pueden cambiar en la mitad de una canción.