el estudiante proletario nº6

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El repunte en la combatividad obrera que indicábamos en artículos anteriores como un fenómeno que se comenzaba a observarse en Eu- ropa, se ha transfor- mado en Francia en una realidad palpable y definida, un proceso en expansión que crece alimentándose de sí mismo y propor- ciona a la clase obrera mundial ejemplos y experiencias que constituyen un gran paso adelante en la lucha, aún en sus al- bores, por la emanci- pación proletaria mundial. La oleada de huel- gas, reivindicaciones, manifestaciones,etc. que se han desarro- llado en el país galo, nos muestra a gran- des rasgos cuáles son las líneas a seguir, que no son otras que las que marca el pro- pio trabajador, que ad- quiriendo conciencia en la lucha se desem- baraza de su armazón de ideas, prejuicios y comportamientos bur- gueses, para autoges- tionar críticamente sus propias reivindica- ciones, adquiriendo éstas un carácter mar- cadamente clasista cuando son desarro- lladas por Asambleas y Órganos Interprofe- sionales, fruto de la extensión de la solida- ridad y combatividad obrera contra la atomi- zación e individuali- dad propias de la sociedad burguesa. “La dinámica de los acontecimientos revo- lucionarios se halla di- rectamente determinada por los rápidos, tensos y vio- lentos cambios que sufre la psicología de las clases de la revo- lución” . En este sentido, la experimentada clase obrera francesa ha respondido a las exi- gencias del momento histórico, y la prolifera- ción y unificación de la lucha sólo ha sido po- sible por el abandono de los principios bur- gueses y la acepta- ción y difusión de la solidaridad y la empa- tía, elementos funda- mentales de la esencia proletaria. Más que un análisis cronológico, nos dis- ponemos a realizar un somero estudio de las enseñanzas y leccio- nes que nos han apor- tado las numerosas huelgas generales y, en definitiva, el con- glomerado de protes- tas ocurridas en territorio galo. En primer lugar, la historia nos vuelve a demostrar que el éxito de una reivindicación proletaria es directa- mente proporcional a la fuerza con la que la clase obrera sea capaz de dirigirla, al margen de los dirigen- tes sindicales. La In- tersindical francesa, que aúna en su seno a sus principales fuerzas sindicales, ha sido desde la primera huelga en Marzo hasta las últimas jor- nadas en Noviembre una institución plena- mente arraigada en el apacible triunvirato que forma con Estado y Patronal, constitu- yendo un peligro mor- tal para los intereses de los trabajadores. El 24 de Octubre, tras cinco huelgas ge- nerales y un descon- tento creciente, el secretario de la multi- millonaria CGT tuvo la osadía de declarar que: “el objetivo último es la apertura de ne- gociaciones con los sindicatos sobre el fu- turo de las pensio- nes” . Mientras, en París, en Tourse, en Lyon, en Marsella, en Toulouse, proliferan las Asambleas Gene- rales Interprofesiona - les, que llegaron a reunir en su momento álgido a más de 400 personas; los grupos que instan al proleta- riado a tomar las lu- chas en sus manos, los debates que apor- tan contenido y radi- calizan las mismas manifestaciones, etc. La sindical com- prendió que las pen- siones es una causa mínima y una simple chispa, por lo que hizo todo lo que estaba en sus manos por frenar el avance de la refle- xión de la clase traba-  jadora. Entendieron que los trabajadores que han salido a la calle no se conforma- rán con un manteni- miento de la edad de  jubilación (que de igual modo no va a ocurrir). Desean acabar con la precariedad, con los sueldos paupérrimos, con los contratos ba- sura, con las dificulta- des para conseguir vivienda, con las ele- vadas tasas de paro, con la privatización de la sanidad... El prole- tariado se lanza a la conquista de objetivos que exceden la capa- cidad que tiene para otorgar concesiones un sistema capitalista en descomposición, que se apoya una vez más en los sindicatos para confundir y des- orientar a la masa. Observamos de igual manera que la expe- riencia histórica no se olvida, que el proleta- riado sale al ruedo plenamente conoce- dor de las derrotas que ha sufrido EL ESTUDIANTE PROLETARIO Publicación mensual del Colectivo Revolucionario Espartaquista Estudiantil Nº6, noviembre-diciembre 2010 Precio de colaboración: 0.20 euros SUMARIO “El aburrimiento es siempre contrarrevolucionario. Siempre.” Guy Debord “Metro, trabajo, tumba”. CREE. Alicante-Sevilla “Metro, trabajo, tumba” En portada Los mineros chile- nos, estafados por el capital Página 3 Marcelino Camacho nos dice adiós Página 4 Proletarios engaña- dos en el Sáhara: luchas obreras y consignas nacionalistas Páginas 5 y 6 Carta de saludo del GEC al CREE Página 6 Los sindicatos con- tra el proletariado (II): los salvajes años sesenta Páginas 7 y 8 Panfletos tirados desde aviones en las playas por los sindicatos para subyugar al obrero ideológicamente Los ataques de la burguesía se suceden. La respuesta obrera a los mismos, también

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El repunte en lacombatividad obreraque indicábamos enartículos anteriorescomo un fenómenoque se comenzaba aobservarse en Eu-ropa, se ha transfor-mado en Francia enuna realidad palpabley definida, un procesoen expansión quecrece alimentándosede sí mismo y propor-ciona a la clase obreramundial ejemplos yexperiencias queconstituyen un granpaso adelante en lalucha, aún en sus al-bores, por la emanci-

pación proletariamundial.La oleada de huel-

gas, reivindicaciones,manifestaciones,etc.que se han desarro-llado en el país galo,nos muestra a gran-des rasgos cuáles sonlas líneas a seguir,que no son otras quelas que marca el pro-pio trabajador, que ad-quiriendo conciencia

en la lucha se desem-baraza de su armazónde ideas, prejuicios ycomportamientos bur-gueses, para autoges-tionar críticamentesus propias reivindica-ciones, adquiriendoéstas un carácter mar-cadamente clasistacuando son desarro-lladas por Asambleasy Órganos Interprofe-sionales, fruto de la

extensión de la solida-ridad y combatividadobrera contra la atomi-zación e individuali-dad propias de lasociedad burguesa.

“La dinámica de los

acontecimientos revo-

lucionarios se halla di-

r e c t a m e n t e

determinada por los

rápidos, tensos y vio-

lentos cambios que

sufre la psicología de

las clases de la revo-

lución” .En este sentido, la

experimentada claseobrera francesa harespondido a las exi-gencias del momentohistórico, y la prolifera-ción y unificación de lalucha sólo ha sido po-sible por el abandonode los principios bur-gueses y la acepta-

ción y difusión de lasolidaridad y la empa-tía, elementos funda-mentales de laesencia proletaria.

Más que un análisiscronológico, nos dis-ponemos a realizar unsomero estudio de lasenseñanzas y leccio-nes que nos han apor-tado las numerosashuelgas generales y,en definitiva, el con-

glomerado de protes-tas ocurridas enterritorio galo.

En primer lugar, lahistoria nos vuelve ademostrar que el éxitode una reivindicación

proletaria es directa-mente proporcional ala fuerza con la que laclase obrera seacapaz de dirigirla, almargen de los dirigen-

tes sindicales. La In-tersindical francesa,que aúna en su senoa sus principalesfuerzas sindicales, hasido desde la primerahuelga en Marzohasta las últimas jor-nadas en Noviembreuna institución plena-mente arraigada en elapacible triunviratoque forma con Estadoy Patronal, constitu-yendo un peligro mor-tal para los interesesde los trabajadores.

El 24 de Octubre,tras cinco huelgas ge-nerales y un descon-tento creciente, elsecretario de la multi-millonaria CGT tuvo laosadía de declarar que: “el objetivo último

es la apertura de ne-

gociaciones con los

sindicatos sobre el fu-turo de las pensio-

nes” . Mientras, enParís, en Tourse, enLyon, en Marsella, enToulouse, proliferanlas Asambleas Gene-rales Interprofesiona-les, que llegaron areunir en su momentoálgido a más de 400personas; los gruposque instan al proleta-riado a tomar las lu-

chas en sus manos,los debates que apor-tan contenido y radi-calizan las mismasmanifestaciones, etc.

La sindical com-

prendió que las pen-siones es una causamínima y una simplechispa, por lo que hizotodo lo que estaba ensus manos por frenar el avance de la refle-xión de la clase traba-  jadora. Entendieronque los trabajadoresque han salido a lacalle no se conforma-

rán con un manteni-miento de la edad de  jubilación (que deigual modo no va aocurrir).

Desean acabar conla precariedad, con lossueldos paupérrimos,con los contratos ba-sura, con las dificulta-des para conseguir vivienda, con las ele-vadas tasas de paro,con la privatización de

la sanidad... El prole-tariado se lanza a laconquista de objetivosque exceden la capa-cidad que tiene paraotorgar concesionesun sistema capitalistaen descomposición,que se apoya una vezmás en los sindicatospara confundir y des-orientar a la masa.Observamos de igualmanera que la expe-riencia histórica no seolvida, que el proleta-riado sale al ruedoplenamente conoce-dor de las derrotasque ha sufrido →

EL ESTUDIANTE PROLETARIO 

Publicación mensual del Colectivo Revolucionario Espartaquista Estudiantil  Nº6, noviembre-diciembre 2010 

Precio de colaboración: 0.20 euros

SUMARIO

“El aburrimiento es

siempre

contrarrevolucionario.

Siempre.” 

Guy Debord

“Metro, trabajo,tumba”.CREE. Alicante-Sevilla

► “Metro, trabajo,

tumba” 

En portada

► Los mineros chile- 

nos, estafados por el 

capital Página 3

► Marcelino Camacho

nos dice adiósPágina 4

► Proletarios engaña- 

dos en el Sáhara:

luchas obreras y 

consignas

nacionalistasPáginas 5 y 6

► Carta de saludo del 

GEC al CREE Página 6

► Los sindicatos con- 

tra el proletariado (II):

los salvajes

años sesentaPáginas 7 y 8

Panfletos tiradosdesde aviones enlas playas por lossindicatos para

subyugar al obreroideológicamente

Los ataques de laburguesía se

suceden.La respuestaobrera a los

mismos, también

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El Estudiante Proletario Colectivo Revolucionario Espartaquista Estudiantil  Página nº2

→ en el pasado, de susaciertos y de sus errores.No se trata únicamentede si son dos o tres mi-llones de trabajadores enla calle, se trata de un“ser colectivo dotado de

innumerables ojos, oídos

y tentáculos” , en cuyoseno surgen los sectoresmás avanzados que in-tenta llevar al resto por elcamino de la autoorgani-zación.

La burocracia sindical

es más débil de lo quefue, pues llegó a necesi-tar la creación de huel-

gas reconducibles parallevar al engaño a los tra-bajadores bajo la falsailusión de que ellos con-trolaban el movimiento.Aunque el combate, eneste caso, no haya idocontra los sindicatos;empezamos a descubrir pequeños focos de ver-dadero enfrentamiento

abierto. Obreros hu-yendo en masa de lamayoritaria CGT, enfren-tamientos con los dele-gados sindicales queparaban refinerías se-cundarias y no iban a lasreservas de crudo delpaís; manifestacionessalvajes que obligaban alos sindicatos a avisar ala policía para que detu-viera el avance inexora-ble de los trabajadores;etc. Todos ellos logrosparciales para un paístan apegado a esta per-niciosa tradición del mo-vimiento obrero como esel sindicalismo.

Después de la jornadadel 12 de octubre, en laque aparecieron por pri-mera vez las asambleasinterprofesionales y lasamenazas de corte desuministros de combusti-

ble (que luego no fuetal); los sindicatos hicie-ron intentos de enfriar elmovimiento procla-mando jornadas huel-guísticas aisladas yreivindicando objetivos

mínimos que deben ser conseguidos de formapacífica; pero decenasde miles de trabajadoresentraron en huelga por tiempo indefinido, blo-quearon carreteras, in-fringieron grandes daños

a la red de comunicacio-nes del país.Los sindicatos, ante

este fulgor revoluciona-rio, no pudieron más quedividir todo lo posible elmovimiento: aislaronprotestas dentro de lasfábricas pese a que lostrabajadores queríansalir fuera a converger con sus hermanos, vo-taban resoluciones almargen de las asam-

bleas; llegaron al ab-surdo de proclamar asambleas por sectores¡dentro de una mismaempresa! No es de ex-trañar ante este pano-rama que, al igual queLuis XVI cuando obser-vaba con desprecio al“populacho” en 1789,Sarkozy ni se inmutara;actuando con el descaroy la soberbia de quien secree superior e intocable.

Obligó so pena de cár-cel a muchos obreros avolver a trabajar, ordenóla entrada de los gendar-mes en refinerías,… Lossindicatos le siguieron el  juego, y comenzó unabatalla jurídica cuyo ob-  jetivo no era otro queapaciguar a las masas ytrasladar la batalla a lastranquilas salas de Justi-cia. Se estaba jugandouna partida de ajedrezsobre la sangre y el

sudor de los obreros.Pese a este percance,

no podemos más quealegrarnos ante laenorme muestra de ma-durez de parte del prole-tariado francés, quedescubrió una vez más,

como tantas veces hanhecho sus hermanos in-ternacionales en otrasocasiones, que todalucha que persiga objeti-vos los conseguirá entanto en cuanto posi-cione a los sindicatos enel bando rival y combatacontra ellos con la du-reza y determinación su-ficiente.

Las experiencias de1995, 2003, 2006 y 2009no se olvidan, las Asam-bleas Interprofesionalesmarcaron un antes y undespués en la lucha con-tra la división que tratande imponer desde lasburocracias sindicales.

El proletariado conoceque es imprescindibleuna colaboración con losestudiantes en estasmismas Asambleas, re-cuerda que la brutalidadpolicial ya se dio en1986, y que ha de ser uti-lizada como un factor que incremente las lu-chas y su intensidad, ynunca como un ele-mento desmoralizador.

La lucha de clases esun proceso lento, repleto

de goles y retrocesosque los politólogos y so-ciólogos burgueses con-sideran definitivos. Noobstante, como el avefénix, el proletariado re-surge siempre, másfuerte, más inteligente,más concienciado. En

este sentido hay quedestacar la gran labor que han desempeñadolas minorías obreras envarias ciudades france-sas, manteniendo vivo loaprendido durante tantosaños de combate contrala burguesía, proporcio-nando al proletariadouna respuesta cuandoabrumado por las cir-cunstancias históricas ycasi sin respirar por laestrechez de las relacio-nes de propiedad en lasque se mueve, realizauna vez más la transcen-dental pregunta: ¿qué

hacer? 

Otra lección que nodebemos dejar pasar esla activa participación dela juventud en estas con-vocatorias. Huelgas enuna cuarta parte de losinstitutos, universidadesbloqueadas, colabora-ción regional de los di-versos sectores enlucha. Las provocacio-nes policiales supusieronuna gran perdición paraeste movimiento estu-

diantil, se procedió a lamanipulación de mediosde comunicación parapresentar a estos jóve-nes como “ladrones” o“vándalos”, cuando loúnico que desean arre-

batar al Gobierno es loque es suyo: su futuro.

Lenin consideraba ne-cesario el contacto entrerevolucionarios de diver-sas generaciones parallevar a cabo una revolu-ción con éxito. En estas  jornadas francesas, uni-versitarios, estudiantesde instituto, jubilados,trabajadores del sector público y privado, traba- jadores sindicalizados yno sindicalizados, acti-vos y parados, decidie-ron unirse en órganoscomunes y cantaron jun-tos la Internacional, can-tos que se repetían endiversos lugares del paísgalo. Se oyen los prime-ros cantos de sirena, loscuernos de batalla queanuncian tiempos difíci-les para la burguesíamundial, que aterrada yacongojada observacómo antes en Barce-

lona, en Turquía o enGrecia y ahora en Tou-louse una pancarta apa-rece: “Asalariados,

desempleados, estu-

diantes, jubilados, tome-

mos la lucha en nuestras

 propias manos” . ■

Claves para entender las luchasen Francia

● Los sindicatos quisieron asestar el golpe definitivo almovimiento convocando una jornada de lucha a las puer-tas del verano, pero más de 2 millones de trabajadoresen las calles hicieron reconsiderar su táctica.● Los estudiantes no estaban dispuestos a permitir quelles impusieran una peor vida que a sus padres y abuelos.La perspectiva de un oscuro futuro empujó su solidaridadde clase y las experiencias del CPE les dotó de fuerza.● La Intersindical se granjeó el apoyo de gobierno y pa-

tronal por su “sentido de la responsabilidad sindical” alconvocar movilizaciones aisladas en septiembre cuandoel movimiento era una onda expansiva con mucho peli-gro.● Los “izquierdistas” no pudieron hacer nada por refrenar el ímpetu autoorganizativo de los trabajadores y estudian-tes, tampoco así la policía aunque fuese su objetivo.

El férreo control sin-dical dejó a las

famosashuelgas

reconducibles

en nada

En más de diezciudades se

reprodujeron lasasambleas

interprofesionales

Las refineríasparalizaron; pero lasreservas de gasolina

del Estadopermanecieron

intocables

Las minorías proleta-rias revolucionaiqasfrancesas abren laperspectiva de lu-

chas masivas

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El Estudiante Proletario Colectivo Revolucionario Espartaquista Estudiantil  Página nº3

Los obreros de la mineríahan vuelto a las primeras pla-nas de los periódicos en los úl-

timos meses. Casi por ensalmo, la imagen del monoazul y el casco blanco mancha-dos de hollín ha tomado por asalto las conciencias de millo-nes de personas en todo elmundo. El estoque lo daban lostrabajadores leoneses de la mi-nería, que entraban en conflictopor el impago de unas nóminasy por la tardanza del gobiernoespañol a firmar el Decreto Leyque primaba el consumo decarbón nacional frente al ex-

tranjero. Simultáneamente, 33mineros chilenos quedan atra-pados en las minas de SanJosé. A los pocos días, se da aconocer la noticia de que varioscientos de mineros chinos hanmuerto; cifra ésta que no re-sulta significativa en un paíspretendidamente “comunista”en el que mueren al año másde dos mil mineros en misera-bles condiciones de trabajo yde vida. Lo más reciente: toda

la minería del norte de Chileestá recorrida por una Huelgaen respuesta sindical a la com-batividad que los mineros esta-ban empezando a mostrar enel país y que amenazaba conírsele de las manos. Los mine-ros vuelven a la carga, y estavez ya no están solos.

La radiografía a aplicar enestos casos es bien compleja.Pensemos, en primer lugar,que la mayoría de los paísescon un desarrollo minero inci-

piente son países de la perife-ria capitalista. El capitalaprovecha los pingües benefi-cios que aquí podrá obtener enla capitalización de un plusva-lor logrado con inversiones pí-rricas en salarios y medios de

subsistencia para los trabaja-dores. Las condiciones de tra-bajo en estas explotacionesmineras semejan las que exis-tían en el siglo XIX y los empre-

sarios tienen la espalda biencubierta por unos gobiernosque no están dispuestos a sa-crificar el flujo monetario activoque entra en su país gracias aesta actividad.

Eventualmente, todos estosfactores que operan en la in-fraestructura productiva y quenosotros no podemos ver emergen a la luz con toda sucrueldad. Durante años, en lasconciencias de los trabajadores

se va gestando tímidamente larespuesta ante estas misera-bles condiciones laborales y devida a las que el capitalismo lesaherroja. Cuando se da el alda-bonazo para que los dichos seconviertan en hechos, la luchade clases aparece en toda sumagnificencia y a la burguesíale entra el medio porque sesabe vencida antes de empe-zar. Su historia es la historia demás de doscientos años inten-tando evitar lo inevitable: sudestrucción por el proleta-riado en tanto que destruc-ción del orden productivoque engendra su poder . Suarma más preciada es la repre-sión, aunque no menoscaba laprofusa labor ideológica quelleva adelante a fin de intentar convertir al enemigo en amigo.

De tal manera, en la minaSan José (Copiapó) el capita-lismo tenía muchas cosas en

  juego. Y supo salvar la situa-ción como de costumbre. Tras69 días de calvario, los 33 mi-neros atrapados a más de 600

metros de profundidad fueronrescatados ante la mirada ex-pectante de todo un planeta yel gozo de una burguesía quehabía sabido montar un “show”

como nunca antes. Desde elprimer día, no tardó esta un se-gundo en tender su putrefactamano a los trabajadores atra-pados, llevando por bandera unburdo discurso de “reconcilia-ción nacional” en el que vícti-mas y verdugos quedaban enel mismo saco. El empresariode la empresa encargada de laexplotación de la mina derrum-bada fue el primero en ofrecer su “ayuda” desinteresada para

sacar a los trabajadores. Peroel desinterés no es un con-cepto que aparezca reseñadoen el ideario burgués; y si el pa-trón tenía razones para interve-nir de urgencia en la soluciónde la catástrofe era porque:

1. Él era el responsable delos trabajadores atrapadosen su mina. Si ellos habíanquedado allí abajo durante su

 jornada de trabajo, las cuentaslas debía rendir la empresa quelos tenía bajo contrato.

2. Como no dejaba de ser sumina, cada día que no se traba-

  jaba en el yacimiento era unapérdida de dinero para él de-bido a la desvalorización de lastecnologías productivas y delas materias primas (capitalconstante) y la imposibilidad decontinuar con la producción devalor.

3. Una inspección técnicadel año 2007 confirmó que lamina no era segura para los

trabajadores y debía ser inme-diatamente cerrada. Dar estoa conocer a la opinión públicaera echarse la soga al cuello yhacerse un nudo y echar altraste todo el circo “intercla-sista” que se había montado;por lo que gobierno, empresa-

rios y medios de comunicacióncallaron el particular. Segura-mente nada de importante o re-levante era para lo que en SanJosé sucedía.

La creación de la “causacomún” en torno a la liberaciónde los atrapados como pro-yecto “humanitario” daba en-trada en escena a un nuevoelemento: la “nación”. En elsubsuelo, los mineros chilenos

colocaron la bandera de supaís. Para el boliviano, teníanpreparado en la superficie aEvo Morales, aunque final-mente no apareciera. En lacápsula Phoenix que los res-cató, de nuevo el nombre deChile. A la salida, el presidenteSebastián Piñera se fundía enabrazos con todos y cada unode ellos y cantaba su heroici-dad y abnegación. Por todoslos medios había que evitar laescalada del conflicto obrerosobre la base de una expresiónmás del irreconciliable conflictoentre trabajo y capital. Y nadamejor que hacer “piña” aunquea la burguesía le importe unaverdadera mierda que los tra-bajadores queden atrapados omueran.

Pero la estratagema les hasalido rana a los burgueses, yel camino de la revolución seabre cada vez con mayor fuerza en el medio minero. Lo

aprendido en el circo San Joséestá haciendo mucho por elcombate del proletariado y nin-gún partido o sindicato ha en-señado nada a estos valerosostrabajadores. ■

Los mineros chilenos, estafados por el capitalCREE. Sevilla

La minería es la trampamortal de miles de

trabajadorescada año

Piñera, los mass media y lapatronal trataron de hacer 

piña para evitar unaescalada del conflicto

obrero

EL ESTUDIANTE PROLETARIO, órgano propagandístico mensual delColectivo Revolucionario Espartaquista Estudiantil , lo encontrarás en:

► Pidiéndolo a través de nuestro correo: [email protected]► En la Universidad de Sevilla y en la Universidad Miguel Hernández de Elche.► En los puestos de venta de las facultades y zonas fabriles de Sevilla.► En formato PDF en nuestro blog: http://espartaquismoestudiantil.wordpress.com► En el servidor Scribd.com (*nota: para ver con calidad hay que descargar con cuenta de Scribd o Facebook).

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El Estudiante Proletario Colectivo Revolucionario Espartaquista Estudiantil  Página nº4

Con él se va todo untestimonio vivo de losacontecimientos que sa-cudieron el país hace

más de treinta años,cuando el movimientoobrero que dio el pistole-tazo de salida en lashuelgas mineras de losaños sesenta estuvo apunto de tirar por tierra ladominación burguesamientras que los políti-cos jugaban a hacer “de-mocracia”. MarcelinoCamacho, secretario ge-neral del sindicato Comi-siones Obreras, con másde catorce años de cár-cel y represión a la es-palda por su combate afavor de las “libertades”;fue sin duda una figuradestaca de la Transicióndemocrática tanto comodirigente de CCOOcomo militante y miem-bro de altura del PCE, yes por ello que en sumuerte toda la izquierdahonra su trayectoria.

Tras haberle dado por muerto cuando sólo es-taba gravemente en-fermo, finalmente los 92años de edad y las com-plicaciones propias de lasenectud acabaron consu vida. A la capilla ar-diente instalada en lasede de ComisionesObreras en Madrid sehan desplazado antiguosy actuales compañerosdel combate que él lideró

hace ya muchos años: elcombate contra el pro-letariado. En la burgue-sía de izquierdas sólohay palabras de elogiopara un hombre que en-tregó al movimientoobrero a los leonescuando la amenaza de lainsurrección proletaria

en España llamaba a laspuertas del sistema quecon tanto sacrificio y ab-negación habían defen-dido compañeros suyoscomo Santiago Carrillo oDolores Ibárruri

La burguesía debemucho a la figura deMarcelino Camacho,porque la verdad sobresu condición en los tur-bulentos años sesenta-setenta se encuentra,precisamente, allí dondelos que ahora se llaman“herederos” no se atre-ven a arrojar luz. Por mucho que pretendan

ensalzar su condición“obrera” o “socialista”, elsindicalista que fuenunca puso en jaque ladominación burguesacapitalista cuando suamenaza estaba en elpunto más álgido jamásconocido.

El movimiento asam-bleario que se desarrollópor aquel entonces le-vantaba los mayores te-mores en una burguesía

que echó mano de aque-llos que mejor saben li-diar con los conflictoscuando de obreros ha-blamos: los sindicatos.Y entre ellos, el sindicatoque emergió de las mis-mas asambleas que ani-quiló cuando no les hizoya más falta: ComisionesObreras.

El recurso a la memo-ria de su figura como lu-chador incansable queorquestan sin cesar losizquierdistas calla yoculta otra memoria, la

memoria de una genera-ción de trabajadores quevivió en sus propias car-nes lo que fue la totalsubyugación del movi-miento obrero autónomo,constituido en las Comi-siones Obreras que pla-garon la geografíaespañola desde las huel-gas del ’62, a los desig-nios de la estructuraburocrática y antiobreradel Partido Comunista,que no tardó en aprove-char para apoderarse dela dirección de lasCCOO en todo el Estadoespañol (véase el caso

de Barcelona, donde lasCCOO fueron creadaspor el PSUC para ha-cerse con el control delmovimiento huelguísticoen toda la ciudad), dispu-tándoselas con losmaoístas, y convirtiéndo-las en sindicato-aparejode pesca de la burguesíacuando de echar manode trabajadores se tra-taba. La autoorganiza-ción del proletariado

quedó así aplastada, y elpapel que Marcelino Ca-macho jugó no fue preci-samente secundario.

Pepe Gutiérrez-Álva-rez dice en un panegíricoa la memoria de Cama-cho que el PCE no acep-taba ninguna disidenciaen el seno del movi-miento obrero y que por ello Camacho jugó elpapel que jugó en losPactos de la Moncloa en

calidad de diputado alCongreso como comu-nista. ¡Es la revolucióndemocrático-nacional,estúpidos! Nada impor-taba un movimientoobrero más fuerte quenunca ni un sistema tam-baleante. El sindicato yel partido de clase se pu-

s i e r o nmanos a laobra: habíaque aplas-tar el mo-v i m i e n t oobrero re-voluciona-rio. Luegoes más fácil echar lavista atrás y arrepentirse,como hizo varias vecesMarcelino, una vez elsindicato ni siquiera lenecesitaba ya para sub-yugar a los trabajadoresporque ya era mayor deedad y tenía una largatrayectoria en esa em-

presa.Comisiones Obreras,el sindicato de la clasetrabajadora, podrido ensu estructura desde elmismo momento en quese pusieron las basespara construir un sindi-cato, y éstas son impen-sables sin el señor al quehoy tantos y tantos rin-den homenaje, inclu-yendo los que más ledeben: los burgueses.

Los focos subversivosno quedaban limitados aEspaña. Francia, Italia,Bélgica, Cuba, etc. Elmundo entero era un pol-

vorín, y Moscú no dabaabasto; puesto queMoscú lo último que ne-cesitaba era una revolu-ción socialista quepusiera en entredicho subloque hegemónico dedominación burguesahecha pasar por “socia-lismo”. No quería que el

proletariado español einternacional le rasgaralas vestiduras y quedaraal descubierto su verda-dera faz. El PCE siemprefue un satélite de laURSS, como siempre lofueron Carrillo, DoloresIbárruri y compañía (in-cluyendo a Marcelino

Camacho). Otra cosa esque fueran realmenteconscientes de ello, perosi algo nos enseña elmaterialismo dialécticoes a poner sobre la mesalos intereses de claseque participan en elpapel que cada uno juega en el seno del mo-vimiento obrero. Y elpapel del señor Cama-cho ha quedado lo sufi-cientemente retratado

ya.Pese a todo lo ante-

rior, enviamos nuestroapoyo a sus familiares(especialmente a su es-posa) porque no deja deser una persona que fa-llece y una familia rotapor el dolor. Hasta siem-pre, Marcelino. Contigose va una parte de la his-toria de este país; y elCREE  confía en que,contigo, se vaya también

ese fardo que hoy pesademasiado a las espal-das de las masas traba-  jadoras y que túllamabas y nosotros lla-mamos: sindicalismo. ■

Marcelino Camacho nos dice adiósCREE. Sevilla

Marcelino Camacho, histórico dirigente de CCOO

El papel jugado por CCOO fue crucialpara asesinar el

movimiento obreroautónomo que segestó durante la

Transición

El capital, lamonarquía y la

burocracia sindicalreunidos para

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8/8/2019 El Estudiante Proletario nº6

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La noticia saltaba este do-

mingo 24 de octubre cuandotropas del Ejército marroquía un vehículo que no sehabía detenido al darle alto yque se dirigía hacia un asen-tamiento ilegal a las afuerasde El Aaiún, la ciudad másimportante del Sáhara Occi-dental. Nayem Elgarhi, unniño de catorce años, moríavíctima de las balas de lasfuerzas de represión marro-

quíes. Aparte, otras cincopersonas fueron heridas ytres de ellas se encuentranen paradero desconocidotras haber pasado variosdías en un hospital engrille-tados.

Todo ello como resultadodel cerco de policías y fuer-zas del orden que Marrue-cos ha puesto como cordónde seguridad a la multitudi-naria concentración de jai-mas que se han concentradoa 18 kilómetros de El Aaiúncomo medida de protestapor las miserables condicio-nes de vida de las clases ex-plotadas en suelo marroquí.Lo que comenzó siendo ideade unos pocos jóvenes dis-puestos a protestar por el re-conocimiento de sus máselementales derechos,acabó convirtiéndose en

todo un movimiento defuerza contra el Estado capi-

talista marroquí; en el que se

dan cita trabajadores/as, pa-rados y demás gentes explo-tadas de la sociedadsaharaui occidental. Dosveces arrasado por la poli-cía, el campamento llegó acontar con más de 6.000 jai-

mas a razón de unas cincopersonas por  jaima. Tras lasintervenciones anteriores,era de esperar que Marrue-cos hiciera de nuevo acto de

presencia como tiene por costumbre hacer siempreque hablamos de disidencia,más si cabe cuando del Sá-hara ocupado se trata.

El ataque se inició a las6:45 horas de la mañana,cuando los helicópteros delejército de Mohammed IVcomenzaron a lanzar aguacalienta y gases lacrimóge-nos para “invitar” a la disper-sión de la concentración.Aparecieron destacamentosde policía y ejército de tierraque, acompañados de auto-buses, se llevaron de la zonabrutalmente a mujeres yniños para proceder, poste-

riormente, a arrasar confuego el campamento

Gdaim Izik.Se bloquea-ron las sali-das paratodos aque-llos que esta-ban dentrotodavía mien-tras las lla-mas no

dejaban nadaen el camino.Cuando los

arrestos die-ron a su fin enGdaim Izik, el

ejército y

la policíadesplaza-ron suc e n t r ooperativohacia laciudad deEl Aaiún.Se cerra-ron las en-tradas posibles a la ciudad ycomenzó la cacería de disi-

dentes saharauis. Los dispa-ros de soldados yhelicópteros se sucedieroncon virulencia con la ciudadya sitiada; pero fueron res-pondidos mediante la organi-zación de guerrillas dedefensa que se sumaban alos combates que en el inte-rior de las casas al tratar elejército de asaltarlas de ma-nera totalmente arbitraria.

Un camión antidisturbios(aunque también se hablade dos en total) fue arreba-tado y con él se llevaba ade-lante la defensa de la ciudad,concentrada esta sobre todoen el centro y en el este, conespecial atención al barriode Hayd el Auda, el más cer-cano al campamento.

Para dar un sabor esper-péntico a esta escena debarbarie, la policía marroquí

incitó a su población asen-tada en El Aaiún y otras ciu-dades a destruir propiedades saharuis. La lla-mada fue ampliamente res-pondida: Smara y El Aaiúnfueron recorridas por pro-marroquís equipados conarmas blancas y enarbo-lando banderas de su país.Hay que sumar a los trecemuertos encontrados, entre

los que se halla un niño pe-queño, las miles de víctimasque el asalto al campamentosupuso y las que estos ele-mentos lumpenproletariospuedan cometer y sigan co-

metiendo en las ciudades si-tiadas.

Lo más sangrante de lasituación es que el partido enel gobierno de la RepúblicaÁrabe Saharui Democrática,el Frente Polisario, vivíaestos acontecimientos a laespera de iniciar negociacio-

nes con Marruecos enNueva York. Los mismosque no tardaron en salir alencuentro de la protesta ensus inicios para darle uncariz nacionalista que enmodo alguno poseía, aguar-daban impacientes poder so-lucionar un conflicto querehuía de su pérfida banderaburguesa. Los asentados enGdaim Izik eran proletarios a

los que tan siquiera el capi-talismo podía asegurar la po-sibilidad de enajenar sufuerza de trabajo a cambiode un salario, no se pronun-ciaron por la autodetermina-ción del Sáhara ocupadohasta que el Frente Polisa-rio, las organizaciones deDerechos Humanos y los “iz-quierdillos” decidieron queera momento de hablar ensu nombre y reconducir laprotesta.

El final de la misma erapoco menos que esperado,sobre todo a tenor de las ab-surdas exhortaciones que →

El Estudiante Proletario Colectivo Revolucionario Espartaquista Estudiantil  Página nº5

Proletarios engañados en el Sáhara: luchas obrerasy consignas nacionalistasCREE. Sevilla

El campamento Gdaim Izik, arrasado por las fuerzas de asaltomarroquíes

En respuesta a Marruecos

El sábado 13 de no-viembre se dieron cita enMadrid miles de perso-nas “por la libertad delpueblo saharaui”. La pro-testa, animada por lascríticas a Marruecosante la brutal represióncontra Gdaim Izik y por la actitud pasiva y dile-

tante del gobierno, con-gregó a multiplicidad decolectivos sociales y per-sonalidades del mundopolítico y cultural.Lo que debería haber 

sido un verdadero ejerci-

cio de solidaridad prole-taria e internacionalistase convirtió en una pro-testa pestiche con airespacifistas y nacionalis-tas; en la que lo mismose tildaba acertada-mente al PSOE de fas-cista que se enarbolabapor bandera la Declara-

ción de los DerechosHumanos. El acto ter-minó con la toma simbó-lica de la sede del PSOEen Ferraz com forma deprotesta ante el silenciocómplice del Gobierno.

Las miserablescondiciones de vida y la

falta de trabajo, ejescentrales de la protesta

en sus incios

El ejército marroquíreprimió brutalmente,

como si de unenfrentamiento militar 

se tratse

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El Estudiante Proletario Colectivo Revolucionario Espartaquista Estudiantil  Página nº6

Textos recomendados

Jan Appel

Como cada mes, en estas páginas de El Estudiante Proletario volvemos a traer una selección de textos que, desde elCREE , consideramos esenciales para el debate sobre cuestiones de trascendencia para el proletariado en su luchapor su emancipación internacional. Para acceder a ellos, pídenoslos a nuestro correo electrónico:[email protected]

◘ Notas para el análisis de la revolución rusa. Jean Barrot (Guilles Dauvé)◘ Los consejos obreros en Alemania. Anton Pannekoek (Ediciones Mayo-37)◘ Nación o clase. Corriente Comunista Internacional (*en digital en nuestr blog Lucha Proletaria)

◘ Burocracia y capitalismo de Estado. Ignacio Iglesias◘ Ni parlamentos ni sindicatos. ¡Los consejos obreros! VV.AA.

→ se proferían para que lospaíses de la ONU sanciona-ran a Marruecos por lo acon-tecido. Con Francia yEspaña jugándose tanto enMarruecos, el resultado nopodía ser más que el mirar para otro lado de Trinidad Ji-ménez cuando hasta los pro-pios periodistas españoleseran retenidos para que no

pudieran informar, violandoel ejército marroquí flagran-temente ese derecho bur-gués que, con tanto celosuelen defender al otro ladodel Estrecho. Tantos intere-ses cifrados en Marruecosno pueden hacer más quevolver la vista cuando traba-  jadores a los que se lesniega esa condición son cri-

minalmente masacrados. Yla estulticia de aquellos queaún creen que existe una justicia más allá de la clasea la que ésta sirva, de aque-llos que no ven que el FrentePolisario es más de lomismo de lo que hay en Ma-rruecos; ha dejado en la so-ledad de las  jaimas a lossaharuis que protestaban

por mejores condiciones devida y de trabajo como lo hi-cieran en su momento enMelilla los jóvenes marro-quís. Corriendo, corriendotras una bandera burguesa13 saharuis han muerto,miles han resultado heridosy nos echamos las manos ala cabeza en gesto de indig-nación e incredulidad. ■

Estimados compañeros delCREE :

Hemos podido leer un artí-culo suyo titulado “Los mine-

ros chilenos estafados por el 

capital” . Gracias a esto, sabe-mos ahora de su presenciadentro del proletariado. Y cré-annos, saludamos con el másprofundo calor de clase queaparezcan minorías conscien-tes que tengan una visión in-ternacionalista, proletaria,comunista y revolucionaria.

Como presentación, les in-formamos que somos elGrupo de Esclarecimiento Co-munista – G.E.C. Estamos for-mados por proletarios de todosector, como también estu-diantes. Somos un grupo  joven, en nuestro tiempo deexistencia y en las edades delos militantes. Es por eso quenos sentimos identificadoscon ustedes por ser tambiénuna organización joven quesale de las entrañas de lalucha de clases, rompiendocon el izquierdismo, refor-mismo, estudiantilismo, y pro-poniendo un trabajo devanguardia en el conjunto delos esclavos asalariados.

Aunque residimos en el

Perú, el sentimiento que nosune rompe toda frontera im-puesta por los Estados capita-listas. Un sentimiento desolidaridad y unión, que tiene

bases materiales reales en laexplotación que sufrimoscomo clase, como clase mun-dial. De la misma forma enten-demos que los sucesos delucha que se producen entodo el mundo ahora y en lahistoria de nuestra clase nossirven para enfrentar el pro-yecto comunista que tenemosencargado. Y bien sabemos,ustedes como nosotros, esmundial o no es real.

En el artículo mencionanque los mineros en Chile hansido estafados por el capital alser comprados por jugosospremios económicos y reco-nocimiento “social”. Pues biencompañeros, es importantesaber que la actual crisis capi-talista se pone de manifiestode diversas formas, ustedes lopueden apreciar con lo quesucede en Europa con lasleyes de austeridad, el pro-blema de las pensiones paralos jubilados, etc. Esto nece-sita una actuación contunden-temente ideológica y social de

los capitalistas y de sus Esta-dos en contra de la organiza-ción y toma de consciencia denuestra clase (lo peor que lespuede suceder es que nos-otros tomemos nuestra luchaen nuestras manos). Lo deChile es un claro ejemplo deque se ha hecho todo lo “bur-

guesamente” posible para queno haya un análisis materia-lista y de clase sobre lo suce-dido para que no se produzcauna reacción del proletariadoen Chile.

Es importante por eso sutoma de posición, y las delresto de minorías ya que es laúnica luz que se enciende,dentro de toda esta oscuridada la que nos tiene acostum-brados el sistema. Por eso es

importante que las minoríasparticipen en los espacios dedebate, de esclarecimiento denuestra clase, y el trabajo paraabrir estos espacios. Y en estecaso particular, como ustedesmencionan, “para valerse de

esta experiencia para denun-

ciar sin contemplación ni con-

descendencia sus miserables

condiciones de trabajo y las

de toda la clase trabajadora

minera” . Nosotros nos fortale-

cemos de la experiencia denuestra clase.

Esto sería todo por ahoracompañeros, les reiteramos

los saludos de clase de partede nuestra organizaciónG.E.C., que como ustedes,está en la brega de contribuir al desarrollo de la lucha autó-noma de nuestra clase a nivelinternacional. Esperamosmantener mutua comunica-ción, ya que uno de los princi-

pales puntos del ProgramaHistórico Comunista es el detrabajar para formar y estable-cer lazos entre las minoríasrevolucionarias del mundo en-tero, no sólo por contribuir alesclarecimiento sino porquenecesitamos establecer unalucha organizada a nivel mun-dial y conectar las luchas quese producen y se producirán

en estos próximos años.Adelante con la lucha, se-

guimos adelante, y si pode-mos vernos con ojosproletarios, nos daremoscuenta que el Comunismo noes un “hermoso sueño” sinoun futuro real, nosotrossomos prueba fehaciente deesto. Nuestra existencia y delas minorías que surgen anivel mundial son prueba deello. hora más que nunca laburguesía tiembla ante una re-volución comunista, nosotrosno tenemos nada que perder excepto nuestras cadenas. ■

Carta de saludo del GEC al CREE Grupo de Esclarecimiento Comunista. Perú

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El Estudiante Proletario Colectivo Revolucionario Espartaquista Estudiantil  Página nº7

Los sindicatos contra el proletariado (II):los salvajes años sesentaCREE. Alicante-Sevilla

En la primera entrega de esta serie, Los sin- 

dicatos contra el proletariado, analizábamos

el repunte de la combatividad obrera en Italiadurante y después de la I Guerra Mundial y el 

 papel jugado por las dos más grandes orga- 

nizaciones del proletariado italiano, la CGT y 

el PSI. En este segundo número volvemossobre Italia, 40 años después para enmarcar 

las luchas obreras italianas en un proceso

mucho más complejo que se estaba operando

a escala internacional: la caída de la ilusión

del estalinismo, los sacrificios megalómanos

llevados a cabo por los países europeos pararetomar el camino de la acumulación roto por 

la II Guerra Mundial, el descontento obrero,

las disidencias. El regreso, en definitiva, de la

clase obrera al espacio político.El maoísmo y el guerrillerismo, así como

los movimientos hippies y “antisistemas” 

anarquistas o anarquizantes eran todo lo que

la burguesía podía ofrecer para encauzar la

combatividad obrera. Muchos cayeron, pero

muchos más se mantuvieron firmes en el ca- mino. Las viejas lecciones del pasado volvían,

casi por ensalmo, a tener una actualidad pe- 

rentoria.

El proletariado renegaba de partidos y sin- dicatos, volvía a autoorganizarse, volvía a

tomar el poder en sus manos. El proletariado

quiso ser y pudo ser de nuevo proletariado.

No podemos hablar deun día D y una hora H apartir de la cual poder observar un cambio en lacorrelación de fuerzas aescala internacional. Ni

tan siquiera la II GuerraMundial había dejado ala clase trabajadora total-mente sometida, pueslos focos explosivos nofueron pocos aunque sídébiles. Aparte, aunqueimperceptible, existe unhilo rojo (nunca mejor dicho) que recorre la his-toria del combate de laclase trabajadora contrael capital y que nunca hapodido ni podrá rom-

perse; uniendo luchasaquí y allá aun si éstasse desconocen mutua-mente.

Sin embargo, podría-mos localizar el inicio deverdaderas acciones demasas contra el capitalen la “socialista” Poloniaen 1953, en una serie deviolentas revueltas obre-ras que acabaron en1956 en Poznan, en unahuelga insurreccional

aplastada por el ejércitopero que puso en jaquea todo el bloque sovié-tico.

Tres años antes, unanueva sublevación en eleste, en la Alemaniaoriental, irrefrenable aúncon los tanques soviéti-cos en la misma Berlíndisparando contra lamultitud y la declaracióndel estado de sitio. Elpapel jugado por el sindi-cato comunista en estosdos casos fue atacar alos obreros simultánea-mente con el palo y lazanahoria: se los ganabacon bonitas promesas de

reducción de la jornadalaboral y de los preciosde los alimentos básicosy se mandaba a los mili-tares para hacerles en-trar en razón.

Las similitudes deestos casos con los querecientemente hemospodido vivir en otros re-gímenes “comunistas”como China no nos debehacer pensar en una es-

pecificidad del mundo dela hoz y el martillo o deregímenes totalitarios.Los años cincuenta, se-senta y setenta fueronun tsunami de huelgas“salvajes” que recorrió laEuropa “democrática” ;en todas ellas los sindi-catos de todo tipo y co-horte jugaron el mismopapel contrarrevolucio-nario.

Pero hay que hacer 

una precisión: si en losaños cincuenta el movi-miento de huelgas salva-  jes era un esporádicoestallido frente a la zapasindical y a las misera-bles condiciones de vidaobreras, en los años se-senta y setenta el movi-miento se generaliza,se articula intrínseca-mente, se levanta con-tra el capital y contra laracionalización del ca-pitalismo moderno, quesuponía una flagrantecontradicción entre el ca-rácter cada vez más in-humano y absurdo deltrabajo y las posibilida-

des cada vez mayoresde la producción.

Gran BretañaEl propio término de

huelga salvaje proviene

del inglés: “wild-catstrike”, huelga fuera de lalegalidad, no aprobadapor el sindicato corres-pondiente afiliado a laTrade Union Council .Éste no tenía estructurasen la fábrica, por lo quelos acuerdos se arregla-ban con el patrón siem-pre al margen de laverdadera realidad de lafábrica.

Los trabajadores sen-

tían al sindicato comootro enemigo de clasemás, por lo que la articu-lación de las reivindica-ciones se hacíaconforme al “shop ste-ward” o delegado de ta-ller. Elegidos en lamisma fábrica, ellos le-vantaban a los trabaja-dores contra el patrón yel sindicato oficial. Po-dían ser revocados encualquier asamblea y en

sus manos residía elpoder de los trabajado-res; un poder tal que seintentó retirar al términode las más de 500 huel-gas salvajes que reco-rrieron el país de norte asur de 1955 hasta 1957.

Sindicatos y patronos,al margen de los trabaja-dores, firmaron acuerdosen diferentes luchas sinhaber sido por ellos pro-movidas que los obrerosrespondieron en la callea base de manifestacio-nes unitarias y gritos pi-diendo la cabeza de losdelegados sindicales enGlasgow y Manchester.

No era sino el co-mienzo de una oleadaaún mayor de huelgassalvajes masivas que lossindicatos no convoca-ron y en las que partici-

paron redoblandoesfuerzos por suprimir-las. En otros casos, nomenos sangrantesdesde la posición sindi-cal, las huelgas se inicia-ban con elconsentimiento sindicalpero terminaban conéste totalmente deslegiti-mado.

Las asambleas marca-ban el rumbo mientraslos sindicatos seguíancon la labor negociadorade subidas pírricas desalario que los trabajado-res rechazaban deplano. Caso éste de lahuelga de la huelga sal-vaje de tres meses del

bus de Londres, que seenormemente al entrar en contacto con los esti-badores del puerto, tam-bién en Huelga por aquelentonces.

FranciaDurante los años cin-

cuenta, Francia era elvivo ejemplo del plura-lismo sindical. No podíanexistir huelgas “salvajes”etimológicamente ha-blando porque ningunode los sindicatos teníapor qué oficializar lahuelga. El peso del so-cial reformista PCF entreel proletariado francés

era enorme, como así loera su sección sindical,CGT. A través de ella, loscomunistas hacían el juego a la burocracia so-viética llevando al prole-

tariado al camino sinsalida de la lucha econó-mica y el parlamenta-rismo político.

En el contexto antesplanteado de la evolu-ción del desarrollo capi-talista post-guerra, losobreros de todo elmundo y especialmenteeuropeos dieron al trastecon las viejas direccio-nes sindicales y políticaspara plantear un com-

bate que se dirigía, enprimer lugar, a aquellosque se pretendían comosu “vanguardia” o comolos “generadores” deconciencia obrera.

En agosto de 1953,cuatro millones de traba- jadores entran en huelgasin pedir permiso a lascentrales sindicales. Yse inicia allí donde no seesperaba, en el sector público. Achicando agua

con cubos de fregona, laCGT hace todo lo posi-ble por evitar que el mo-vimiento se extienda alsector privado.

Dos años después, enNantes y Saint-Nazaireentran en huelga los es-tibadores del puerto des-pués de diecinueve añosde delación y confor-mismo; tomando en susmanos las luchas y eva-didos de cualquier con-signa sindical. Todo araíz de una disminuciónde salario de 0.40 fran-cos. La lucha de los tra-bajadores alza la antañoajada y de nuevo →

El combate obreroautónomo comenzóen las pretendidas

repúblicassoviéticas

Obreros pedían lacabeza de los

representantessindicales, quienesnegociaban a sus

espaldas

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El Estudiante Proletario Colectivo Revolucionario Espartaquista Estudiantil  Página nº8

→ revitalizada banderaroja en los edificios.

Los aires de revolu-ción soplan y la calmatensa que precede a latormenta se hace huecoen los corazones de lospatronos, convencidosde solucionar el pro-blema con una subidasalarial. Mientras tanto,5.000 obreros se dancita en un mitin sindicaldonde se criminalizan los“excesos” de los trabaja-dores, capaces de hacer frente unidos a las pro-pias fuerzas de asalto.

El movimiento se ex-tiende a Nantes, dondela negociación sindicalse logra ante unos pusi-

lánimes burgueses quedicen haber firmado elacuerdo “bajo coacción”.La respuesta es terrible:bombas contra los CRS,destrucción del periódicolocal, asalto a la cárcel.

Lo más llamativo delmovimiento de Nanteses que los trabajadoresentran en una armería aarmarse. Ningún PartidoBolchevique, ningunaconsigna dada. No hay

vanguardia que tengaque darles indicacio-nes porque ellos sabende sobre qué han dehacer. Sin embargo, elmovimiento muere pi-llado en la horquilla deunos sindicatos quehacen lo posible por des-trozarlo y un lock-out dela patronal que se ex-tiende durante semanas

y deja a los trabajadoressin posibilidad de llevar hacia delante el combatepor no haber convergidocon los compañeros deSaint-Nazaire.

El “mayo rampante”italiano y la matanza dePiazza Fontana

Las huelgas masivasen Francia fueron la granescuela de miles de tra-bajadores jóvenes reciénincorporados a la indus-tria, pues sacaron laslecciones necesariasque luego les llevaron aser el sector más deci-dido y radical de loscombates del famosoMayo del 68 francés.

De igual manera, fuela juventud obrera lle-gada de las atrasadaszonas rurales sureñas si-cilianas la que conmo-cionó al proletariadointernacional desde 1960hasta 1973. Sin sindica-lizar y sin ser política-mente militantes dealgunas de las organiza-ciones tradicionales delproletariado en Italia(PSI, PCI), sentían más

que ningún otro lo queera trabajar a destajo, sincualificación y sin espe-ranza de hacer carreraen la fábrica. El despar-pajo y la rebeldía juvenilhicieron el resto.

Aunque el combate seinicia ya en 1960 comoreacción al libre albedríocon el que actuaban losneofascistas y los ardi-

des sindicales que ha-bían puesto en la calle a7 mil trabajadores de laFIAT; encontramos uncambio cualitativo en elmismo a tenor de la ex-plosión de las luchas es-tudiantiles, el famosoMayo del ’68 de los estu-diantes italianos, surgidopor el contagio de la pa-sión revolucionaria quesacudía Francia por aquel entonces.

No tardaron estos enmirar a la clase obrera, yla presencia de piquetesdelante de las fábricasera lo consuetudinario.Así, cuando FIAT dio elaldabonazo, los estu-diantes no tardaron en

converger en el movi-miento masivo revolucio-nario que sacudió todaItalia de norte a sur. Loscomités de fábrica susti-tuyeron a los viejos co-mités de empresa, laforma central de controlsindical en las empresas.

“Todos somos delega-

dos” , era la consignacentral que se fue ha-ciendo fuerte conformeel movimiento se exten-

día. La oposición a lamediación sindical erapalpable. Los obreros seponían en huelga (pen-sadas para hacer el má-ximo de daño a laproducción con el mí-nimo esfuerzo) sin contar con las directrices sindi-cales. La lucha se retro-alimentaba del combateque se desarrollaba más

allá de la propia fábrica,tal era el espíritu de laclase trabajadora.

Una de las limitacio-nes más importantes delmovimiento del proleta-riado italiano es quenunca hubo un enfreta-miento abierto contra elsindicalismo. Se avanzó,sin embargo, en la expe-riencia autoorganizativa,como en el caso del Co-mité Unitario de Base deMilán. En los meses si-guientes, los jornalerosagrónomos y la vanguar-dia estudiantil se su-maba a la lucha abiertacontra el capitalismo y elorden burgués que seestaba perfilando. Y el

Comité Unitario de Basequedó pequeño y los de-legados de las distintassecciones en lucha in-tentaron dar luz a unaprimigenia forma de só-viet obrero.

La fuerza que cobró-

ada en los sucesivosmeses hacía presagiar que, de no plantear lanecesidad de armarse ypreparar el combate con-tra el enemigo de clase,éste cargaría sin condes-cendencia: primero, lossindicatos, agazapadosen un rincón y superadospor el movimiento, vol-vieron a salir a la luz;

como así el león ataca alciervo más débil y en-fermo del grupo. Perocomo nada pudieron, sedio inicio a la estrategiade la tensión, tras la quese encontraban los servi-cios de inteligencia italia-nos.

El cierre de filas entorno a las institucionesdemocráticas, tan ame-nazadas por el levanta-miento obrero y laamenaza de que si-guiera extendiéndose ygeneralizándose, hizoque el poder se vieseobligado a valerse de latáctica del terrorismo deEstado usando comobrazo armado cuadrillas

fascistas.La burguesía sabe re-producir su dominaciónuna y otra vez, a travésde diferentes personajesy modos de ejecución.Como Italia era un polvo-rín, no quedaba más queamenazar a los obrerosrevolucionarios con car-nicerías que infundieranel temor.

Italia fue el último re-ducto de las grandiosas

luchas obreras que losaños sesenta trajeronconsigo. El nuevo re-punte en la combatividadobrera nos obliga a pen-sar la historia del movi-miento obrero para quesaquemos las leccionespertinentes para lostiempos que se aveci-nan. ■

Múltiples grupospolíticos obreros

italianos buscaronposicionesproletarias

√ Puedes contactar con nosotros en: [email protected]√ Visítanos en nuestro blog: http://espartaquismoestudiantil.wordpress.com√ También nos encontrarás en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla

y en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Miguel Hernández  de Elche.

-Somos un partido político comunista,un grupo estudiantil que trabaja por laarticulación de las reivindicacionesobreras y estudiantiles sobre la basede una mutua comprensión de los pro-

blemas y una acción conjunta y radi-cal.- Somos herederos de las grandes lu-chas obreras y estudiantiles de la His-toria; tomamos ante ellas una posicióncrítica que nos permita aprender sus

ecciones y aprender de sus errores.-Somos comunistas y revolucionarios,no una secta ni un grupúsculo. Nues-tras posiciones son nuestra mejor arma, con las que intervenimos en losórganos de lucha unitarios estudianti-les y obreros: las asambleas o con-

sejos obreros, verdadera expresiónde democracia obrera y estudiantil.- Intentamos imprimir a las luchas enlas que participamos una dimensiónmás amplia y radical, valiéndonos denuestra presencia en los consejos y

asambleas.- Somos marxistas antiautoritarios, co-munistas espartaquistas e intransi-gentes internacionalistas. Somostrabajadores y estudiantes dispuestosa todo por la emancipación obrera in-ternacional.

- Somos radicales en la medida enque las circunstancias exigen que loseamos.- No somos vanguardia. Somos ex-plotados, no explotadores.

 Sobre nosotros