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El Decreto de la Alhambra o Edicto de Granada

Fue un decreto promulgado en la Alhambra el 31 de marzo de 1492 por los reyes recin llamados Reyes Catlicos, Fernando II de Aragn e Isabel I de Castilla, mediante el cual se expulsaba a los judos de la pennsula Ibrica con trmino el 31 de julio de 1492, aunque por diversos motivos logsticos, se prorrog este plazo hasta el 2 de agosto a las doce de la noche.

El da 2 de agosto de 1492, a las 12 de la noche, coincidi con la partida de Cristbal Coln hacia el descubrimiento de una nueva ruta a las Indias, viaje que acab con el descubrimiento de Amrica. Esta coincidencia a dado pie a la teora del origen judo de Coln expuesta, entre otros, por Simn Wiesenthal en su libro Operacin Nuevo Mundo, la misin secreta de Cristbal Coln. Se dice que en ese primer viaje de Coln le acompaaban tripulantes 6 judos

El rey Fernando II de Aragn, el Catlico, promulgara y firmara otro decreto para el reino de Aragn. Ambos decretos o edictos reales partan de un mismo borrador elaborado por Toms de Torquemada, el inquisidor general en Espaa, al que el cronista Sebastin de Olmedo, llam el martillo de los herejes, la luz de Espaa, el salvador de su pas, el honor de su orden. El nombre de Torquemada, como parte de la leyenda negra de la Inquisicin espaola, se ha convertido en un apodo para la crueldad y el fanatismo al servicio de la religin

La base de los argumentos oficiales esgrimidos fueron redactados por Tomas de Torquemada y se fundamentaba en 3 principios bsicos:

1 - Combatir de forma definitiva la hertica influencia que los judos extendan por las Coronas de Aragn y Castilla.

2 - Erradicar el dao que los judos ejercan sobre la comunidad cristiana al intentar sustraer la santa fe catlica de los fieles cristianos y pervertir su creencia y opinin.

3 - El edicto se apoyaba adems en otras medidas de expulsin y segregacin tomadas con anterioridad en la pennsula para defender la colectividad y cohesin del reino.

La expulsin y sus condiciones

Tomas de Torquemada

Se ordenaba salir con carcter definitivo y sin excepcin a todos los judos, y no solo de los reinos peninsulares, sino de todos aquellos territorios que se encontraran bajo el poder de los Reyes Catlicos.

El plazo era de 4 meses a partir de la firma de edicto, es decir, que el 31 de julio no deba quedar en el reino ni un solo judo. En un edicto posterior, Torquemada ampli el plazo 10 das, para compensar el tiempo que transcurri entre la promulgacin y el conocimiento del decreto.

La desobediencia a este edicto supondra la condena a muerte y la confiscacin de los bienes.

Los Reyes ofrecieron su seguro real para que los judos negociaran su fortuna y se la llevaran, si as era su deseo en forma de letras de cambio, puesto que haba una ley que prohiba que se sacaran oro, plata, monedas, armas y caballos del pas. Aunque en el edicto no se haca referencia a una posible conversin, esta alternativa estaba implcita, y muchos individuos pertenecientes a la lite hebrea se acogieron a la conversin para evitar ser expulsados, inicindose la Segunda Dispora, tras la Primera Dispora juda que comenz cuando los judos fueron exiliados a Babilonia por Nabucodonosor en el 586 a.C. Segn la tradicin hebrea, los judos que vivan fuera de Israel se consideraban a s mismos exiliados (en hebreo, galut).

Los sefardes actuales son los descendientes de los judos que vivieron en la Pennsula Ibrica hasta el 2 de Agosto de 1492.

Sefarad, la tierra occidental del mundo

Sefarad (del hebreo 'espaoles') es el nombre que los hebreos daban a Hispania y Sephardm era el trmino que ya usaban los judos de Iberia, que recuerda a los habitantes de la ciudad bblica de Sepharad, mencionada en las profecas de Obadiah, (Abdas) a la unos identifican como la ciudad de Sardis, la actual Sart, capital de Lidia, en Asia Menor y otros con una localidad de Mesopotamia, cerca de Babilonia. Sin embargo, la tradicin juda tiende a ubicar Sefarad en la parte occidental del mundo conocido entonces, es decir, la pennsula ibrica.

Si bien es cierto que convivieron en poca medieval con los hispano-musulmanes y los cristianos, no lo hicieron de forma pacfica. Durante siglos y su cultura prosper gracias a la poltica filo-juda de algunos monarcas anteriores a la intronizacin de los Trastmara.

Durante la Edad Media, los hebreos de Hispania fueron reconocidos como los lderes de la fe y cultura judas en aquellos siglos, ejercieron un liderazgo religioso y cultural, que se prolong incluso durante varios siglos tras la expulsin.

Cuentan que a la promulgacin del Edicto de expulsin de 1492 por los Reyes Catlicos, conocido como el Decreto de la Alhambra o como el Edicto de Granada, los judos espaoles no reaccionaron de manera homognea frente al terrible dilema que se les planteaba, por lo que el xodo y las conversiones en masa fueron parte del caos y de la desestructuracin social que gener el Edicto de Granada.

Quienes optaron por partir formaron parte de las largas filas humanas que avanzaron con lo poco que podan trasportar -no pudiendo llevarse oro ni plata, la huda desesperada gener improvisadas subastas a precios irrisorios- hacia el norte de frica, el antiguo Imperio Otomano, Holanda (de donde muchas familias emigraron a las colonias de Curaao, Surinam, y Aruba), Inglaterra, Alemania, Dinamarca, Austria, Suiza y Hungra, donde se establecieron en comunidades y conservaron su patrimonio cultural. Durante siglos conservaron una variedad de castellano llamada jaqueta o judeoespaol, que se desarroll de forma aislada respecto al espaol de Espaa y Amrica.

En la lengua del Israel contemporneo, la palabra "sefard" incluye a las comunidades judas que inmigraron de los pases del Medio Oriente, notablemente de Yemen, Iraq e Irn, aunque no tienen conexiones ancestrales con los judos de Espaa y Portugal. Judos de estas comunidades medio-orientales son a veces llamados "judos orientales" por el equivalente hebreo "mizrajim". Anteriormente fueron conocidos como "judos rabes", pero lo inconveniente de esta expresin la hizo caer en desuso.

El trmino "Nusaj Sefarad" no se refiere a la liturgia que se recita por sefarditas generalmente, sino a una liturgia europea alternativa que es usada por muchos jasidistas. Tradicionalmente, los sefardes utilizan la Nusaj Edot Hamizraj para orar (liturgia de las congregaciones de Oriente) que es conocido, como "Nusaj Sefaradi" tambin.

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