el consumo de alimentos y la situación...

20
El consumo de alimentos y la situación nutricional Maritza Landaeta-Jiménez. Fundación Bengoa. Yaritza Sifontes. Dpto. Ciencias de la Salud Pública. Escuela de Nutrición y Dietética. UCV, Fundación Bengoa. La Organización Mundial de la Salud (OMS), considera que una buena nutrición es aquella caracterizada por una dieta suficiente y equilibrada combinada con actividad física regular como un elemento fundamental de la buena salud, bienestar y calidad de vida. Mantener una buena nutrición requiere del acceso a alimentos saludables disponibles y de recursos económicos suficientes para costearlos. Para lograr el estado de bienestar, es indispensable que el hogar tenga seguridad alimentaria, es decir que incluya los cuatro pilares fundamentales, descritos por (Lahoz, 2006, Menchú 2002): la disponibilidad de alimentos (producción e importación, el acceso físico y/o económico), el consumo de alimentos, la utilización biológica de los alimentos ingeridos (acceso al agua potable, saneamiento, servicios de salud y educación) y la estabilidad, condición que deben cumplir los tres componentes anteriores. El presente estudio considera dos de las cuatro dimensiones de la seguridad alimentaria 1 , la disponibilidad de alimentos e indicadores de acceso a los alimentos (índice nacional de precios al consumidor y costo de la canasta de alimentos) y el consumo de alimentos; con los cuales se persigue mostrar la evolución del patrón alimentario del venezolano en el último quinquenio. La valoración del consumo de alimentos emplea las hojas de balance de alimentos (HBA) y las encuestas nacionales de consumo de alimentos, ambos instrumentos generan información que no se sustituye y por el contrario se complementa (Aular, 2000). Además se incluye la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI) y el Estudio Venezolano de Nutrición y Salud, así como investigaciones e informes de instituciones, organismos privados y de agencias internacionales. 1 La carta magna venezolana conceptualiza la seguridad alimentaria como la disponibilidad suficiente y estable de alimentos en el ámbito nacional y el acceso oportuno y permanente a éstos por el consumidor. Aun cuando se reconoce la importancia fundamental de la producción nacional para el desarrollo económico y social del país, también sentencia, que se dictarán las medidas necesarias para garantizar los niveles estratégicos de autoabastecimiento y las acciones… para compensar las desventajas propias de la actividad agrícola (Art 305 CRBV).

Upload: others

Post on 07-Jun-2020

1 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: El consumo de alimentos y la situación nutricionalredagroalimentaria.org/archivos/documentos/agropol222.pdfconocida como CLAP: Comités Locales de Abastecimiento Popular (CLAP) (relanzada

El consumo de alimentos y la situación nutricional

Maritza Landaeta-Jiménez. Fundación Bengoa.

Yaritza Sifontes. Dpto. Ciencias de la Salud Pública. Escuela de Nutrición y Dietética. UCV, Fundación

Bengoa.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), considera que una buena nutrición es aquella

caracterizada por una dieta suficiente y equilibrada combinada con actividad física regular

como un elemento fundamental de la buena salud, bienestar y calidad de vida. Mantener

una buena nutrición requiere del acceso a alimentos saludables disponibles y de recursos

económicos suficientes para costearlos.

Para lograr el estado de bienestar, es indispensable que el hogar tenga seguridad

alimentaria, es decir que incluya los cuatro pilares fundamentales, descritos por (Lahoz,

2006, Menchú 2002): la disponibilidad de alimentos (producción e importación, el acceso

físico y/o económico), el consumo de alimentos, la utilización biológica de los alimentos

ingeridos (acceso al agua potable, saneamiento, servicios de salud y educación) y la

estabilidad, condición que deben cumplir los tres componentes anteriores.

El presente estudio considera dos de las cuatro dimensiones de la seguridad alimentaria1, la

disponibilidad de alimentos e indicadores de acceso a los alimentos (índice nacional de

precios al consumidor y costo de la canasta de alimentos) y el consumo de alimentos; con

los cuales se persigue mostrar la evolución del patrón alimentario del venezolano en el

último quinquenio.

La valoración del consumo de alimentos emplea las hojas de balance de alimentos (HBA)

y las encuestas nacionales de consumo de alimentos, ambos instrumentos generan

información que no se sustituye y por el contrario se complementa (Aular, 2000). Además

se incluye la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI) y el Estudio

Venezolano de Nutrición y Salud, así como investigaciones e informes de instituciones,

organismos privados y de agencias internacionales.

1 La carta magna venezolana conceptualiza la seguridad alimentaria como la disponibilidad suficiente y estable de

alimentos en el ámbito nacional y el acceso oportuno y permanente a éstos por el consumidor. Aun cuando se reconoce la

importancia fundamental de la producción nacional para el desarrollo económico y social del país, también sentencia, que se dictarán las medidas necesarias para garantizar los niveles estratégicos de autoabastecimiento y las acciones… para

compensar las desventajas propias de la actividad agrícola (Art 305 CRBV).

Page 2: El consumo de alimentos y la situación nutricionalredagroalimentaria.org/archivos/documentos/agropol222.pdfconocida como CLAP: Comités Locales de Abastecimiento Popular (CLAP) (relanzada

Disponibilidades y consumo de alimentos

Disponibilidades alimentarias. Entre 2012 y 2014 las hojas de balance de alimentos

(INN-HBA, 2012-2014) mostraron un aporte de energía y una fórmula calórica constante,

representada por 2.600 kcal, distribuidas en: 12 % de proteínas, 31 % de grasas y 57% de

carbohidratos.

Las calorías provenientes de las proteínas y grasas resultaron principalmente importadas

(63,5%; 63,2% y 74,4%, respectivamente). Cinco grupos de alimentos: cereales, grasas

visibles, azúcares y miel, carnes y leche y derivados aportaron 80 % de las calorías; siete

de cada diez de las calorías disponibles provenía de cereales, grasas visibles y azúcares y

miel, vulnerando el principio de alimentación saludable, al convertir la combinación en

cantidades inadecuadas de estos alimentos en un factor de riesgo cardiometabólico. (Fig.

1).

Figura 1. Venezuela. Patrón de las disponibilidades por grupos de alimentos.

Años. 2012-2014

Fuente: INN- HBA (2012 y 2014). Cálculos propios

Por otra parte, destacó la disminución de la disponibilidad de los alimentos de origen

animal, principales fuentes proteicas, lo que trae como consecuencia, que la población

consuma una dieta de pobre calidad, baja en proteínas, retinol y vitamina C y deficiente en

calcio. La adecuación de calcio fue insuficiente (<95%), la vitaminas: A se ubicó en el

33,1 30,8 37,4

16,9 17,9 15,1

9,1 9,9 8,7 9,7 9,4 8,2

17,8 18,3 19,2

0

20

40

60

80

100

120

2012 2013 2014

Po

rcen

taje

(%

)

Años

Cereales Raíces, tub y otr Azúcares y miel Leguminosas

Nueces, sem oleg Hortalizas Frutas Carnes

Huevos Pescados y mariscos Leche y derivados Grasas Visibles

Especias Estimulantes

Page 3: El consumo de alimentos y la situación nutricionalredagroalimentaria.org/archivos/documentos/agropol222.pdfconocida como CLAP: Comités Locales de Abastecimiento Popular (CLAP) (relanzada

nivel de suficiencia precaria (>100 y <110%) en tanto que la C, se mantuvo en suficiencia

plena, aunque con tendencia a la reducción (>110 %) (Fig. 2).

La escasez y la reducción en la adecuación de la disponibilidad de alimentos fuentes de

energía y nutrientes específicos es un proceso de instalación lenta, que se prolonga en el

tiempo, debido a una política que confiscó y redujo la producción nacional y estimuló la

importación de alimentos sin una auténtica política de seguridad alimentaria (Fig. 2).

Figura 2. Venezuela. Adecuación de energía y nutrientes de las disponibilidades

alimentarias. Años 2012-2014

Fuente: INN- HBA (2012 y 2014). Cálculos propios.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Nutrición (FAO), las

disponibilidades alimentarias en Venezuela se redujeron y la adecuación energética cayó de

113% a 104% entre 2012-2014 y 2014-2016, llegando a la insuficiencia precaria (FAO

2017). Esta situación de vulnerabilidad alimentaria que aqueja a la población, al no poder

cubrir la demanda de energía y de algunos nutrientes, puede ser más crítica, incluso para

nutrientes que en promedio parecen estar cubiertos con los alimentos disponibles para la

venta al detal; debido a que las hojas de balance de alimentos enmascaran el impacto de

algunos determinantes del consumo tales como el género, la edad, la situación

socioeconómica, el tamaño de la familia y la distribución de alimentos en cada hogar.

11

7,1

12

7,9

79

,1

14

2,9

12

8,5

14

2,2

16

7 1

77

,6

14

5,7

11

8 1

30

81

,7

14

2

12

2,9

13

6,8

16

3,1

18

0,1

15

9,9

11

5,2

12

2,3

74

,2

13

5,7

10

4,0

13

1,4

15

3,3

16

8,1

11

4,6

70

95

120

145

170

195

Po

rcen

taje

de

adec

uac

ión

(%

)

2012 2013 2014

Page 4: El consumo de alimentos y la situación nutricionalredagroalimentaria.org/archivos/documentos/agropol222.pdfconocida como CLAP: Comités Locales de Abastecimiento Popular (CLAP) (relanzada

Sobre la distribución de alimentos, Aponte (2018) ha señalado la insuficiente e inefectiva

respuesta de la Misión Alimentación, destinada también a beneficiarios de otras misiones

sociales, aun cuando ha sido de todas la que alcanzó la mayor cobertura. En particular esta

misión ha experimentado diversos cambios organizacionales desde sus inicios como Misión

Mercal (2003-2007), Misión Alimentación (Mercal, PDVAL y abastos bicentenarios y

casas de alimentación 2008-2016), Gran Misión Abastecimiento Soberano y Seguro, mejor

conocida como CLAP: Comités Locales de Abastecimiento Popular (CLAP) (relanzada en

abril del 2016), especie de subsidio indirecto de la población de recursos menores y medios

con alimentos, principalmente importados.

Sin embargo el incremento en los porcentajes de población subalimentada entre 2010 y

2016 desde 3,7%, a 13% según FAO-OPS, no reflejan el impacto de ésta y otras medidas

sobre la precaria situación alimentaria y nutricional del venezolano (Aponte 2018).

Los CLAP considerados inicialmente como una modalidad transitoria, se han quedado para

afrontar los problemas alimentarios y nutricionales de los venezolanos. Según ENCOVI,

2017 fueron adquiridos por 88% de los hogares, sin embargo, al discriminar las cifras

según frecuencia, éstas no resultan tan alentadoras: 31%, mensualmente; 16% cada dos

meses y 53% sin periodicidad definida, además, requiere afiliación política partidista y el

mayor número de beneficiarios se concentra en la Gran Caracas (Aponte, 2018).

Inicialmente el CLAP consistían en una caja o bolsa de alimentos, de frecuencia mensual,

pero a la distribución irregular se ha venido sumando la reducción del número de

productos, la insuficiente calidad de los alimentos que no alcanza a cubrir las necesidades

nutricionales de la familia promedio, ni siquiera para una semana y la imposibilidad de un

número importante de las familias más empobrecidas para adquirirlo, aún con los costos

reducidos y la ocasional e insuficiente ayuda monetaria con bonificaciones del Estado para

algunas familias, lo cual no compensa la arremetida inflacionaria (Aponte, 2018).

En general en el país existe un control estatal de la importación, distribución y venta de

alimentos subsidiados con debilitamiento de los lugares habituales de compra y la

consolidación de un mercado negro y contrabando de alimentos (Tapia y col 2018).

Consumo de alimentos

Encuesta de Seguimiento al consumo de alimentos (ESCA)-INE. La ESCA entre 2012-

2014, registra una reducción de 520 calorías en el consumo promedio diario y el porcentaje

Page 5: El consumo de alimentos y la situación nutricionalredagroalimentaria.org/archivos/documentos/agropol222.pdfconocida como CLAP: Comités Locales de Abastecimiento Popular (CLAP) (relanzada

de adecuación calórica, de por si en niveles críticos (99%), pasa en 2013 a insuficiente

(85%) y cae a 77% en el primer semestre del 2014 (Fig. 3).

Figura 3 Porcentaje de adecuación de energía, proteínas, calcio, hierro y vit. A.

Años 2012-2014

Fuente

: INE-

ESCA

(2012

y

2013)

y I

semest

re

2014. Cálculos propios.

Las proteínas se ubican en el límite inferior de la suficiencia plena, el calcio se mantiene en

el nivel de insuficiencia y la disminución se intensifica en 2014 debido a la menor

adquisición de leche y queso. Esta situación produce severos problemas en la población,

con mayor impacto en los grupos más vulnerables y en los sectores de menores recursos. La

fórmula calórica se mantiene en porcentajes semejantes para las proteínas, grasas y

carbohidratos entre 2012 y 2014 (Proteínas 15,8%, Grasas 27,5% y Carbohidratos 56,7%).

(INE-ESCA, 2014)

Encuesta Nacional de consumo de alimentos (INE- ENCA). El consumo promedio es

normal de 2252,7 kcal (94,1%) y el de proteínas 77,7 g (110,8 %), insuficiente en los

mayores de 18 años iguales o inferiores a 89% igualmente en las regiones central (Aragua y

Carabobo), sur (Amazonas, Bolívar y Delta Amacuro) y oriental (Anzoátegui, Monagas,

Nueva Esparta y Sucre).

Tanto en los mayores de 18 años como en los habitantes de las regiones deficientes en

calorías (entre 6 y 7 y medio millones de personas), la proteína se estaría utilizando como

combustible energético y no para sus principales funciones estructurales, defensivas,

transportadoras, enzimáticas, reguladoras, entre otras.

99

139

48

167 177

85

124

43

146 165

77

111

32

132 144

0 20 40 60 80

100 120 140 160 180 200

Calorías Proteínas (g) Calcio (mg) Hierro Vitamina A

Po

rcen

taje

2012 2013 2014

Page 6: El consumo de alimentos y la situación nutricionalredagroalimentaria.org/archivos/documentos/agropol222.pdfconocida como CLAP: Comités Locales de Abastecimiento Popular (CLAP) (relanzada

La deficiencia de calcio afecta a toda la población con excepción de los menores de 6 años.

Aproximadamente 1 millón 700 mil personas, 6 % de la población, consumen dos o menos

comidas al día y se encuentran en riesgo nutricional. (INE- ENCA-2016).

En el Cuadro 1, se observa el descenso en el consumo de hortalizas, tubérculos y plátanos y

frutas (17.7% a 0.5%) y bebidas no alcohólicas (22,8% a 16,8%) entre 2013 y 2015. Las

principales preparaciones reportadas fueron arepa asada y queso o huevo en el desayuno y

cena, arroz, carne o pollo en el almuerzo, café negro o con leche en el desayuno y jugo

natural en el almuerzo y cena. (INE- ENCA-2016).

Cuadro 1. Venezuela. Consumo real de alimentos. ENCA 2013-2015

Alimentos más consumidos ENCA

2013 (%)

ENCA 2015

(%)

28,8 29,4

Aceites/grasas visibles 2,6 3,2

Carnes y pescados 10,2 21,5

Bebidas no alcohólicas 22,8 16,8

Lácteos y huevos 9,3 9,3

Leguminosas 2,4 5.7

Hortalizas 4,2 2,2

Otros alimentos 4,2 4,8

Tubérculos y plátanos 5,8 3,6

Frutas 17,7 0,5

Alcohol 0,09 0,013 Fuente: Encuesta Nacional de Consumo de Alimentos. ENCA (INE, 2013, 2015)

Según la FAO, en Venezuela entre 2014 y 2016 las personas subalimentadas se

incrementan a 4.103.863 millones, aproximadamente 13% de la población (FAO, 2017).

Estas personas con necesidades alimentarias insatisfechas, están limitadas para trabajar a

plenitud y tienen mayor riesgo a condiciones de salud precarias, debido a que no disponen

de la capacidad para ahorrar e invertir, pues en ellos, el hambre es a la vez causa y efecto de

la pobreza (FAO, 2003).

Estudio Venezolano de Nutrición y Salud. El Estudio Latinoamericano de Nutrición y

Salud (ELANS-2015) en ocho países, Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Chile,

Ecuador, Perú y Venezuela, se plantea obtener información acerca de la alimentación,

situación nutricional y actividad física. En Venezuela se seleccionaron 1132 personas entre

15-65 años (Herrera Cuenca et al y col, 2017).

Page 7: El consumo de alimentos y la situación nutricionalredagroalimentaria.org/archivos/documentos/agropol222.pdfconocida como CLAP: Comités Locales de Abastecimiento Popular (CLAP) (relanzada

La ingesta promedio de calorías por recordatorio de 24 horas fue de 1.925 kcal, diferente

por sexo (hombres 2210 kcal, mujeres 1.749 kcal) y, la de proteínas, grasas y carbohidratos

de 77,7g; 65,1g y 254,3 g, respectivamente, todas disminuyen con la edad. Las calorías

provienen 16,3% proteínas, 30,2% grasas, 52,4% carbohidratos y 1,1% alcohol.

En el estudio se identificaron 5 patrones de consumo: patrón 1 (2.891 kcal) altos niveles de

adecuación calórica presente en 6% de la población en estudio, el patrón 2 (2.156 kcal) en

17%, característico de la región andina y central ( nivel adecuado de consumo menos en

pescado, huevo y leguminosas) ; el patrón 3 (2.198 kcal) en 22%, en los llanos y la región

occidental (alto consumo de carne, grasas y cereales); el patrón 4 (1.764 kcal) en 19%

característico de la región oriental y Guayana(alto consumo de pescado y frutas) y el

patrón 5 (1.564 kcal) con marcada inadecuación por déficit en todos los nutrientes y

presente en 35% de la población bajo estudio.

La ingesta resultó deficiente en calorías (79%) y en proteínas (25,6%) siendo el déficit

superior en los hombres (33,5% vs 18,1%) y el exceso superior en las mujeres (47,8% vs

31,5%). El déficit de calcio fue de 87,8% y el de zinc 77,3%, superior en mujeres calcio

(92,9%), hierro (42,2%), zinc (76,6%) y folatos (39,5%).

Cuando la ingesta de energía en adultos y adolescentes es inferior a 2000 kcal/día, las

necesidades de vitaminas no descienden proporcionalmente, por lo que ante restricciones

energéticas de este orden, se debe insistir en mantener un mínimo de ingesta vitamínica al

nivel de 2000 kcal/día, a manera de evitar un deterioro en la ingestión de los

micronutrientes (UNU-FC, 1988)

Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI). Estudio multipropósito que

considera variables de alimentación, indicadores socioeconómicos, de salud, educación,

vivienda, empleo, pobreza, programas sociales, seguridad, pensiones entre otros, por

iniciativa de las Universidades Católica Andrés Bello, Simón Bolívar y Central de

Venezuela y Fundación Bengoa en los años 2014 al 2017. (ENCOVI 2017).

Durante este periodo se redujo la compra semanal de alimentos en los hogares, en especial,

en cereales, proteínas de origen animal (pollo carne, leche), hortalizas y frutas. El arroz,

pan y pasta, huevo, grasas, café y azúcar se compraron menos que en 2014, pero se

adquirieron más en 2017 que en 2016. Leguminosas, queso y tubérculos incrementaron su

compra en 2017. Desde el 2016 la proteína animal desapareció y los cinco principales

alimentos resultaron fundamentalmente energéticos. En 90% los hogares el ingreso fue

insuficientes para la compra de alimentos y 80% de los hogares presentaron inseguridad

alimentaria. En consecuencia, cuando el poder de compra de alimentos se deteriora, los

Page 8: El consumo de alimentos y la situación nutricionalredagroalimentaria.org/archivos/documentos/agropol222.pdfconocida como CLAP: Comités Locales de Abastecimiento Popular (CLAP) (relanzada

cereales se convierten en el foco de atención de los consumidores y su compra aumenta

para compensar las deficiencias calóricas. (Cuadro 2).

Cuadro 2. Venezuela. Cinco primeros alimentos en la preferencia de

la compra semanal en hogares Años 2014-2017

2014 2015 2016 2017

Harina Harina Harina Arroz

Arroz Arroz Arroz Pan y pasta

Pan y pasta Pan y pasta Pan y pasta Harina

Grasas Grasas Hortalizas Tubérculos

Pollo Pollo Tubérculos Grasas

Fuente: UCAB, USB, UCV, Fundación Bengoa. ENCOVI: 2014-2017

Acceso a los alimentos y poder adquisitivo

En el trienio 2012-2014 el Índice de Precios al Consumidor (INPC) registró un incremento

en los gastos totales de la canasta familiar, superior al gasto en alimentos y bebidas no

alcohólicas. En 2012 la familia invirtió 25% de su presupuesto en alimentos, mientras que

en 2014, la pérdida del poder adquisitivo rondó 87%. De tal manera que la canasta

alimentaria normativa: para una familia de 5,2 miembros en noviembre de 2014 reportó un

costo de Bs 6.382,62 . (INE-CAN 2014).

Canasta alimentaria-CENDA: esta mide el costo mensual de 60 alimentos y cuya

información proviene de una encuesta de consumo familiar mensual aplicada a familias

trabajadoras, de 5 miembros, en zonas populares con ingreso menor a 5 salarios mínimos

(Fig. 4), registró en los primeros meses de 2018, un incremento sostenido de los precios de

todos los alimentos, lo que impide a las familias la adquisición de alimentos básicos para

suplir los requerimientos de calorías y nutrientes. La hiperinflación destruye el salario y

deja a la familia en inseguridad alimentaria grave. Una familia de 5 miembros que solo

cuente con dos salarios mínimos podría escasamente comprar alimentos para menos de una

semana, aun considerando dentro de los ingresos familiares el beneficio de alimentación.

Page 9: El consumo de alimentos y la situación nutricionalredagroalimentaria.org/archivos/documentos/agropol222.pdfconocida como CLAP: Comités Locales de Abastecimiento Popular (CLAP) (relanzada

Figura 4. Venezuela. Variación (%) intermensual de precios por rubros de alimentos.

Canasta alimentaria. CENDA Enero -Marzo 2018.

Costo Canasta (Bs) 12.681.164,77 19.806.617,15 28.635.190,65

Fuente: CENDA 2018. (Cálculos propios).

La difícil situación alimentaria y nutricional de la población ha conculcado el derecho a una

alimentación saludable y condenado a los más vulnerables a un estado de múltiples

carencias que aumenta el riesgo de enfermar y morir, estableciendo un entorno que

perjudica el desarrollo infantil, físico, emocional y espiritual, pero que también impacta

negativamente en la nutrición de las mujeres embarazadas (23% son adolescentes) y en los

adultos mayores. El incremento de la mortalidad infantil y de la mortalidad materna

confirma el deterioro del estado de salud y de nutrición de estos grupos vulnerables,

agravado por la escasez de medicamentos.

28,6

72,3

31,1

117,3

36,1

64,4

28,6

61,7

128,9

28

72,6

20,9

24,5

41,9

51,4

58,2

67,2

75,3

92,4

95,3

99,3

103,9

167,2

51,3

11,5

33,2

27,5

72,9

36,8

44,6

66,1

44,7

40,3

0 30 60 90 120 150 180

grasas y aceites

carnes y sus preparados

azúcar y similares

pescados

leche, quesos y huevos

raíces, tubérculos y otros (verduras

frutas y hortalizas” subió

semillas, oleaginosas y leguminosas (granos)

bebidas no alcohólicas”

productos alimenticios (mayonesa, salsa de tomate, vinagre)

cereales y productos derivados

Porcentaje (%) Marzo Febrero Enero

Page 10: El consumo de alimentos y la situación nutricionalredagroalimentaria.org/archivos/documentos/agropol222.pdfconocida como CLAP: Comités Locales de Abastecimiento Popular (CLAP) (relanzada

El impacto de la inflación sobre los precios de los alimentos ha reducido la capacidad

adquisitiva en los hogares a tal punto que según la ENCOVI, 2016, en 9 de cada 10 hogares

los ingresos percibidos son insuficientes para la compra de alimentos.

Las personas tienen el derecho a acceder a alimentos nutricionalmente adecuados e

inocuos, según la Declaración Universal de los Derechos Humanos. La Red Defendamos la

Epidemiología Nacional y la Sociedad Venezolana de Salud Pública (2017) encontraron

que las enfermedades trasmitidas por los alimentos van en ascenso. En el quinquenio 2007-

2011 se produjeron 137 brotes de ETA, con un promedio de 37,4 brotes anuales; mientras

que en el período 2012-2016, el número de brotes de ETA aumentó a 279, dos veces más,

con un promedio de 55,8 brotes anuales.

En los momentos actuales en la inocuidad no hay certeza, debido a la presencia en los

anaqueles de alimentos de distintos países, algunos con un etiquetado nutricional confuso y

sin información oficial al respecto. Un estudio sobre enfermedades transmitidas por

alimentos y agua En el estado Mérida, encuentran la mayor incidencia de las ETA en los

municipios rurales,. 27 brotes notificados (316 casos en 2011 y 453 en 2012), 37% en el

ámbito escolar y 30% en el hogar, principalmente en lácteos (37%), hortalizas y legumbres

(33%), agua y aves (26% cada uno) y entre los agentes etiológicos coliformes (47%),

Staphylococcus aureus (26%) y Escherichia coli (22%), pero sólo se pudo demostrar

inocuidad en 15% de los alimentos analizados (Vergara Uzcátegui y col 2014).

La contaminación se agrava por la creciente informalidad laboral, en la producción de

servicios, que da origen a la proliferación de productos artesanales o de vendedores

ambulantes o callejeros con malas prácticas en la elaboración, manipulación, conservación

y transporte de los alimentos.

Estrategias de sobrevivencia de las familias.

En la actualidad la falta de seguridad alimentaria en el hogar y la interrupción de los

servicios públicos del suministro de agua, electricidad, gas doméstico, transporte y escasez

de los productos de la cesta básica conforman una situación compleja y preocupante para la

familia. Cabe recordar que la compra de alimentos es directamente proporcional a la

disponibilidad y al acceso de la familia, que en este momento no tiene la capacidad de

cambiar estos factores determinantes.

Los mecanismos de control en la distribución y comercialización de los productos a precios

regulados por números de la cédula de identidad según el día de la semana, modifica la

práctica habitual de compra y genera otras distorsiones: salida de productos del país, venta

Page 11: El consumo de alimentos y la situación nutricionalredagroalimentaria.org/archivos/documentos/agropol222.pdfconocida como CLAP: Comités Locales de Abastecimiento Popular (CLAP) (relanzada

de puestos en las colas, duplicidad del documento de identidad, falsificación del documento

de identidad, todo ello para hacer compras simultaneas en diferentes establecimientos o en

el mismo establecimiento varias veces.

Una situación muy lamentable es la incorporación de los escolares para hacer las colas, que

pueden llegar incluso a ser desplazados del sistema educativo para dedicarse a esta

actividad. Recientemente se ha incorporado, la modalidad de precios sustancialmente más

bajos para incentivar el pago en efectivo, ya de por si escaso y desestimular el pago

electrónico, que en la mayoría de los casos puede llegar hasta quintuplicar los costos en

relación al efectivo. Esta actividad ha creado un mercado paralelo, sin control, donde

muchos especulan y unos pocos, han encontrado una manera de obtener algún ingreso extra

para el núcleo familiar, revendiendo por altísimas sumas de dinero los alimentos, en

especial los regulados.

Las familias compran pocos alimentos en su mayoría 5 a 7 productos, reducen el tamaño

de la ración que sirven a sus comensales y concentran el consumo de alimentos en cereales

y tubérculos, que no aportan una alimentación equilibrada, pero que rinden más y pueden

mitigar la sensación de hambre; la proteína animal deja de ser una prioridad y las grasas

son también desplazadas por el grupo de alimentos que fundamentalmente aporta calorías.

Una de las estrategias, es disminuir el número de comidas, así ENCOVI reportó que 27%

de la población hacía 2 comidas o menos al día. Los adultos dejan de comer para que

coman los más pequeños o comen menos porque no han conseguido alimentos que puedan

comprar. (ENCOVI, 2017).

En las familias de escasos recursos la economía energética es uno de los ajustes más

importante, es decir, pocos alimentos proveen la mayor proporción de las calorías de la

dieta entre 60% y 80%.

Las familias ante las dificultades para adquirir los productos orientan su sabiduría hacia

sustituciones que no siempre son adecuadas, de manera, que nos encontramos con una dieta

que pierde su identidad tradicional y de menor calidad nutricional, pero que puede saciar el

hambre. Esta dieta básicamente da preferencia a cereales y tubérculos (yuca), es pobre en

nutrientes, proteínas, grasas, minerales y vitaminas, es desequilibrada, es una dieta blanca,

generadora de carencias nutricionales y malnutrición que no cumple con los principios

básicos de ser variada, equilibrada, moderada, en movimiento, y además compartida.

Las estrategias anteriores fueron descritas por Bengoa (1987) en un modelo que dividió los

ajustes realizados por las familias en sus hogares, según la gravedad de la crisis. Así cuando

la crisis era moderada, las familias emprendían sus estrategias comenzando a utilizar los

Page 12: El consumo de alimentos y la situación nutricionalredagroalimentaria.org/archivos/documentos/agropol222.pdfconocida como CLAP: Comités Locales de Abastecimiento Popular (CLAP) (relanzada

“colchones de reserva”, se da la disminución del ahorro, del cual se empieza a disponer, se

reducen a la mínima expresión los gastos menos vitales (entre ellos recreación, vestido y

calzado), lo cual se acompaña del incremento en el gasto de alimentación y del aumento en

el gasto de alimentos, aprovechamiento al máximo de todas las partes del alimento y de la

comida preparada con una reducción del desperdicio. La compra de alimentos se modifica y

con ello la estructura de la dieta para dar paso a más alimentos energéticos rendidores y

menos productos de origen animal.

Al agravarse la crisis se instala una reducción del consumo calórico, pérdida de peso,

disminución de la actividad física y disminución de la productividad, este mismo autor

sostiene que ya Ancel Keys había manifestado que por cada 10% de pérdida de peso

corporal ocurre una merma del 20% de la productividad. En los niños se incrementa la

vulnerabilidad a las infecciones y las formas moderadas y graves de desnutrición.

Las personas con necesidades alimentarias insatisfechas están limitadas de trabajar a pleno

potencial, tienen incrementado su riesgo a condiciones de salud precarias y adolecen de la

capacidad para ahorrar e invertir. El hambre es a la vez causa y efecto de la pobreza (FAO,

2003).

Programas de alimentación en la escuela

Estudiar se ha convertido en uno de los escollos más importantes que debe superar la

familia. Según ENCOVI 2016, una cuarta parte de la población escolarizada de 3 a 17 años

presentó dificultades para asistir regularmente a clases ante la imposibilidad de poder

satisfacer sus necesidades de alimentación, este porcentaje sube a casi 40% en los dos

quintiles más pobres. El testimonio de los docentes es que las madres no envían sus hijos a

la escuela porque no tienen cómo alimentarlos.

El programa de alimentación escolar, confronta problemas en la distribución de los insumos

en las escuelas, debido a la escasez de productos y la hiperinflación que impacta el

presupuesto del programa. De allí que en las escuelas, donde funciona, lo hace de una

manera irregular, pero lo más delicado, es que en muchas localidades solo llevan algún

cereal, yuca y auyama en cantidades que alcanzan para uno o dos días, sin proteínas. Esta

situación viene generando descontento y dificultad en las actividad escolar, debido a que

muchos niños asisten a la escuela más por comer que por aprender, en especial, los hijos de

las familias más pobres (Fundación Bengoa, 2018).

Page 13: El consumo de alimentos y la situación nutricionalredagroalimentaria.org/archivos/documentos/agropol222.pdfconocida como CLAP: Comités Locales de Abastecimiento Popular (CLAP) (relanzada

Situación de la malnutrición infantil y en adultos

Los objetivos del desarrollo sostenible, se proponen la erradicación del hambre y de todas

las formas de malnutrición para el 2030 (ODS, 2016). El compromiso es disminuir la

prevalencia de la subalimentación, la inseguridad alimentaria moderada o severa y poner

fin a todas las formas de malnutrición, incluso para que en 2025, se logren las metas

convenidas internacionalmente sobre el retraso del crecimiento y la emaciación de los niños

menores de 5 años. El retraso del crecimiento en la niñez es uno de los obstáculos más

significativos para el desarrollo humano y actualmente afecta a 162 millones de niños

menores de 5 años.

El retraso del crecimiento, o talla baja para la edad, es una alteración en el crecimiento

físico y funcional, en gran medida irreversible, debido a una nutrición inadecuada y brotes

de infección repetidos durante los primeros 1000 días de vida. Este retraso tiene una serie

de efectos a largo plazo para los individuos y las sociedades entre los cuales se encuentran:

disminución del desarrollo cognitivo y físico, reducción de la capacidad productiva, mala

salud y aumento del riesgo de enfermedades degenerativas como la diabetes. Otro problema

nutricional es la emaciación o desnutrición aguda y el sobrepeso y la obesidad. (Unicef,

2016).

Malnutrición infantil. La Fundación Bengoa, en tres escuelas ubicadas en las ciudades de

Maracaibo, Mérida y Caracas, en zonas periurbanas, de niveles socioeconómicos bajos,

vigila la condición nutricional de los niños (2014 a 2017). (Fundación Bengoa 2017). La

prevalencia de retraso de crecimiento (talla baja y talla muy baja) se incrementa desde 6,7%

a 11,7% y los niños en riesgo desde 10,1% a 14,9%. El retraso severo afecta a 12 niños de

cada 100, los cuales tienen alterado su crecimiento físico y lo más grave, es que puede

haberse lesionado su desarrollo intelectual. La situación de vulnerabilidad se complica al

observar que 15 de cada 100 niños se encuentran en situación de riesgo de talla baja.

Las madres expresan que los ingresos son insuficientes para cubrir las necesidades

nutricionales, que se agrava debido a la irregularidad en el suministro del programa de

alimentación escolar, por lo tanto, el aporte de calorías y nutrientes que el niño necesita se

reduce, debido a que la familia tiene limitaciones económicas. (Fig.5).

Page 14: El consumo de alimentos y la situación nutricionalredagroalimentaria.org/archivos/documentos/agropol222.pdfconocida como CLAP: Comités Locales de Abastecimiento Popular (CLAP) (relanzada

Figura 5. Porcentaje de Talla-edad en niños de 3 a 5 años de Maracaibo, Mérida, Caracas

2014-2017

Fuente: Fundación Bengoa. Escuelas en zonas populares de Maracaibo, Mérida y Caracas.

2014-2017.

En estas escuelas, igualmente el deterioro nutricional se expresa en el incremento del

porcentaje de niños severamente desnutridos agudos, emaciados y emaciados severos que

triplica su valor de 4,3% a 12,2% y el porcentaje en riesgo se dispara de 6,8% a 44,8%. La

vulnerabilidad de estos niños en el año 2017, es muy alta, 12 de cada 100 presentan

desnutrición aguda y 45 de cada 100 presentan alto riesgo de descompensarse. (Fig. 6). Las

maestras refieren que los niños asisten a la escuela más por comer que por estudiar, por esta

razón, cuando no hay alimentos las madres no envían a los niños a clases.

Figura 6. Malnutrición por peso/talla en niños de 3 a 5 años de Maracaibo, Mérida y

Caracas. Años 2014- 2017

Fuente: Fundación Bengoa. Escuelas en zonas populares de Maracaibo, Mérida y Caracas. 2014-2017.

Centros Centinelas de Caritas Venezuela. En los Centros Centinelas en los estados

Miranda, Vargas, Zulia y Distrito Capital, 68% de los niños menores de 5 años,

2,1

10

,1

15

,7

1

9,4

6,1

0,5

12

12

,5

1,2

14

,9

11

,7

0

5

10

15

20

Talla alta Riesgo de talla baja Talla baja-muy baja

Axi

s Ti

tle

2014 2015 2016 2017

4,3

2,6

4,9

3,4

2,9

4,1

7,2

5,6

4,3

15

,7

29

0,4

0

10

20

30

40

Desnutrido-emaciado Riesgo Sobrepeso-obesidad

Po

rcen

taje

s

2014 2015 2016 2017

Page 15: El consumo de alimentos y la situación nutricionalredagroalimentaria.org/archivos/documentos/agropol222.pdfconocida como CLAP: Comités Locales de Abastecimiento Popular (CLAP) (relanzada

presentan algún grado de desnutrición o están en riesgo de caer en esta condición en las

parroquias evaluadas durante 2017. (Cuadro 5).

Cuadro 5. Desnutrición en niños menores de 5 años. 2017

Índice peso/talla Abril/agosto

2017 (%)

Septiembre/diciembre

2017 (%)

Sin déficit 32 36

En riesgo 32 26

Desnutrición leve 32 12

Desnutrición moderada 11 10,2

Desnutrición severa 4 15,6

Fuente: Centros Centinelas de Caritas Venezuela estados Miranda,

Vargas, Zulia, Distrito Capital.

Hospital de niños J.M de Los Ríos, Caracas. El incremento en el volumen de niños que

acuden a este centro con desnutrición, es una muestra palpable del grave deterioro en el

estado nutricional de los niños, victimas silenciosas de la difícil situación que presenta

el país. La desnutrición es la causa que subyace como principal determinante del

incremento en la mortalidad infantil en los últimos años. Entre 2015 y 2017 la

desnutrición en los niños se incrementa de 65% a 85% y la desnutrición grave de 5% a

20% ( Soto de Sanabria, 2017). (Cuadro 6).

Cuadro 6. Desnutrición en el JM de los Ríos. Caracas

2015

%

2016

%

2017

%

Desnutrición 65 75 84

Desnutrición

grave

5 16 20

Sobrepeso 20 15 4

Total niños 557 671 500

Malnutrición en adultos. En los adultos el sobrepeso y la obesidad son un problema de

salud pública, debido a las altas prevalencias que registran los estudios entre 2010

(INN, 2012) y 2015 (ELANS-Venezuela, 2015). La obesidad varía entre 25-28% y el

sobrepeso entre 29-33% que incrementa con la edad. El sobrepeso es más intenso en

hombres (36,7% vs 30,3%) y la obesidad en mujeres (31,6% vs 24,9%). De cada 10

venezolanos 3 están en riesgo de padecer enfermedades crónicas tales como, diabetes,

cardiovasculares y cerebrovasculares. entre otras, lo más importante es el desarrollo

temprano, que puede afectar a varias generaciones.

Page 16: El consumo de alimentos y la situación nutricionalredagroalimentaria.org/archivos/documentos/agropol222.pdfconocida como CLAP: Comités Locales de Abastecimiento Popular (CLAP) (relanzada

Cuadro 7. Prevalencia de malnutrición en adultos

Sobrepeso y obesidad 13 a 40 años. Venezuela 2008-2010. INN

Edad Obesidad Sobrepeso Normal Déficit

Años n % n % n % n % Total

13 a 17 627 9,3 808 12,0 4.120 61,3 1.162 17,3 6.717

18 a 40

258

2 25,4 2.997 29,5 4.216 41,5 356 3,5

10.15

1

Estudio de nutrición, actividad física y salud. ELANS. Venezuela 2015

15-19 21 13,5 28 18,1 106 68,4 0 0 155

20-34 92 34,6 159 30,0 191 41,6 17 3,7 459

25-49 127 39,0 122 40,6 57 18,2 7 2,2 313

50-65 80 33,8 69 39,2 54 26,5 1 0,7 204

Total 320 28,3 378 33,4 408 36,1 25 2,2 1131

Mujer 183 31,6 176 30,3 207 35,7 14 2,4 580

Hombre 137 24,9 202 36,5 201 36,7 11 2,0 551

El acelerado empobrecimiento de la población, la escasez de alimentos y la

hiperinflación ha generado inseguridad alimentaria en 8 de cada 10 hogares, mayor en

los estratos socioeconómicos más desfavorecidos.

Los grupos más afectados son los niños menores de cinco años, los escolares de

sectores más desfavorecidos, las mujeres embarazadas y los adultos mayores. El costo

social y humano del hambre y la desnutrición es muy alto. El incremento de la tasa de

mortalidad infantil de 15,1 a 18 por 1.000 nacidos vivos registrados entre 2010 y 2016

(MPPS, 2010, Boletín Epidemiológico, 2016), es el indicador incontrovertible de la

muerte prematura de niños que pudieron salvarse, con una atención adecuada, pues

detrás de cada uno de ellos está el flagelo de la desnutrición.

Por otra parte, se encuentra una pérdida no controlada de peso en la población adulta de

8,7kg, 2016 y 11,4kg, 2017, como consecuencia de la falta de alimento en el hogar,

ingresos insuficientes e incremento de la actividad física, ante la ausencia de medios de

transporte público que obliga a caminar grandes distancias para desplazarse a sus sitios

de trabajo. (ENCOVI, 2016, 2017).

Page 17: El consumo de alimentos y la situación nutricionalredagroalimentaria.org/archivos/documentos/agropol222.pdfconocida como CLAP: Comités Locales de Abastecimiento Popular (CLAP) (relanzada

Iniciativas de actores sociales, sociedad civil, ONG para enfrentar la

problemática

El número de personas subnutridas, es una señal inequívoca, de que las políticas

públicas asumidas para combatir el hambre no han sido lo suficientemente efectivas.

(FAO, 2017). Un aspecto a considerar en la formulación de las diferentes iniciativas es

que se ha comprobado que las intervenciones nutricionales eficaces, tienen un momento

crucial, que abarca desde el embarazo hasta los 24 meses de vida, periodo después del

cual, el daño en el ser humano puede ser irreversible, afectando su vida adulta y con

consecuencia en las generaciones siguientes. Se ha demostrado que estos niños alcanzan

menos años de escolaridad y obtienen menores ingresos durante la edad adulta y se

perjudica su desarrollo cognitivo y su potencial económico (Bhutta y col 2008; Blackc

y col 2008).

La experiencia internacional indica que es menos costoso invertir en erradicar la

malnutrición infantil que sufrir sus consecuencias sociales y económicas. Pero para

lograrlo, no sólo se requieren recursos, políticas técnicamente bien definidas y modelos

de gestión que maximicen el impacto y la eficiencia, sino también, el compromiso y

participación activa de todos los sectores de la sociedad.

La complejidad del problema nutricional requiere de acciones conjuntas de diversas

instituciones, internacionales y nacionales, con el impulso de los parlamentarios, las

organizaciones no gubernamentales (ONG), las instituciones universitarias, las

fundaciones filantrópicas y los particulares. El sector privado ha de desempeñar una

función importante, sobre todo en el perfeccionamiento de nuevas tecnologías y en la

gestión del flujo de la producción agrícola internacional, así como también, en la

agroindustria. Sin embargo, es fundamental una mayor participación en la producción

de alimentos saludables e inocuos y mayor compromiso y estímulo con el consumo

responsable.

En las condiciones actuales, la sociedad civil organizada, ha venido desarrollando una

serie de iniciativas para ayudar a las familias más desfavorecidas. Entre ellas destaca

por su alcance y compromiso social, la iniciativa de Caritas Venezuela, de asistencia

nutricional y de salud en parroquias de varios estados del país, que tiene entre sus

fortaleza, el apoyo nutricional con suplementos, así como una serie de actividades con

las comunidades. En este sentido, la población más desasistida viene beneficiándose de

algunas iniciativas de congregaciones y comunidades religiosas o no, que operan en el

país.

Page 18: El consumo de alimentos y la situación nutricionalredagroalimentaria.org/archivos/documentos/agropol222.pdfconocida como CLAP: Comités Locales de Abastecimiento Popular (CLAP) (relanzada

Organizaciones como Fe y Alegría ha emprendido proyectos para contribuir a

compensar el déficit nutricional de la población que asiste a sus instituciones. Así como

también, son múltiples las iniciativas de otras organizaciones y de personas que ante la

gravedad de la alimentación se organizan para brindar ayuda. La solidaridad de los

venezolanos dentro y fuera del país es realmente admirable.

También son importantes algunas iniciativas que se vienen desarrollando desde los

gobiernos municipales, orientadas a mantener mercados de alimentos más accesibles a

la población.

Sin embargo, la magnitud del problema alimentario, nutricional y de salud es muy

complejo, requiere del concurso de todos los sectores para tomar las medidas

indispensables que permitan la recuperación progresiva, pero segura de la

alimentación, la nutrición, la salud y el bienestar de las familias. Los venezolanos han

demostrado ser resilientes, es decir tener la capacidad de tratar con el cambio y

continuar desarrollándose, esperamos que pronto se retome el tan deseado camino del

desarrollo con rostro humano.

Page 19: El consumo de alimentos y la situación nutricionalredagroalimentaria.org/archivos/documentos/agropol222.pdfconocida como CLAP: Comités Locales de Abastecimiento Popular (CLAP) (relanzada

Bibliografía

Aponte C. (2018). Misión Alimentación: De la gran red MERCAL a las bolsas CLAP. Radiografía del

fracaso CENDES - UCV. Transparencia Venezuela. https://transparencia.org.ve/project/mision-

alimentacion-la-gran-red-mercal-las-bolsas-clap/ (Consultada 10/06/2018

Aular Alfonzo A R. (2000)..Estudio comparativo de datos sobre encuestas de consumo alimentario y

hojas de balance de alimentos An Ven Nutr;3(2).

en: http://www.analesdenutricion.org.ve/ediciones/2000/2/art-3/(Consultado 12/05/2018).

Bengoa JM (1987). A modo de síntesis. En la nutrición ante la crisis. Simposio de la Fundación

Cavendes, Maracaibo, del 9 al 12 de abril de 1986. Ediciones Fundación Cavendes. Caracas,

Bhutta ZA, Ahmed T, Blakc RE, Cousens S, Dewey K, Giugliani E y col. (2008). What Word?

Interventions for maternal and child undernutrition and survival. 371, 1, 417-440. www. thelancet.com.

(Consultado 24/04/2018).

Blakc RE, Allen L, Bhutta ZA, Caulfield LE, Onis De M. (2008). Maternal and child undernutrition:

global and regional exposures and health consequences.;371 (1):243-260. www. thelancet.com

(Consultado 14/04/ 2018).

Caritas de Venezuela. (2017). Proyecto Saman. Boletines del monitoreo centinela de los estados

Miranda, Vargas y Zulia.

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. (1999). Disponible en:

http://www.asambleanacional.gob.ve/documentos_archivos/constitucion-nacional-7.pdf

FAO (2003). Programa de lucha contra el hambre. Enfoque de doble componente para la reducción del

hambre: prioridades para la actuación a nivel nacional e internacional. Roma. Disponible en

www.fao.org/docrep/006/J0563S/j0563s02.htm. (Consultada 20/05/2018).

FAO (2009). El estado de la inseguridad alimentaria 2010. La inseguridad alimentaria en crisis

prolongadas. Roma. http://www.fao.org/docrep/013/i1683s/i1683s02.pdf (Consultada15/05/2018).

FAO (2017). El Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo.2017. Fomentando la

Resiliencia en Aras de la Paz y la Seguridad Alimentaria. Roma 2017. http://www.fao.org/3/a-

I7695s.pdf(Consultada 20/05/2018).

Freitez A (2017). Garantizar el derecho a la educación. Retos para las políticas sociales y educativas.

En: Venezuela la caída sin fin ¿hasta cuándo? Encuesta Nacional de Condiciones de Vida. ENCOVI

2016. Freites A (coord.). Universidad Católica Andrés Bello, Caracas, Colección Visión, 2017: pp. 77-

96.

Fundación Bengoa (2017). Vigilancia nutricional de niños de 3 a5 años en escuelas de sectores

populares entre 2014 y 2017. (Informe técnico).

Fundación Bengoa (2018). Encuesta de seguridad alimentaria en comunidades rurales (En prensa).

Herrera M, Landaeta-Jiménez M, Ramírez G, Vásquez M, Hernández P, Méndez B y col (2017).

Estudio Venezolano de Nutrición y Salud: Datos locales venezolanos del Estudio Latinoamericano de

Nutrición y Salud (ELANS-EVANS) .An Venez Nutr; 30 (1):5-16.

Instituto Nacional de Estadística (INE) (2014). Canasta Normativa Alimentaria. Consultada

18/02/2018

http://www.ine.gov.ve/documentos/Economia/CanastaNormativaAlimentaria/html/CANMes.html

Instituto Nacional de Estadística (INE) (2014). Encuesta de Seguimiento al Consumo de Alimentos

ESCA. [Online]. 2014 [Consultada 08/02/2018, feb 08]. Disponible en: http://www.ine.gov.ve.

Instituto Nacional de Estadística (INE) (2016). Encuesta Nacional de Consumo de Alimentos. ENCA

2015,Caracas;http://www.ine.gov.ve/documentos/Social/ConsumodeAlimentos/ pdf/informe_enca.pdf.

Instituto Nacional de Nutrición (INN) (2012). Sobrepeso y obesidad en Venezuela (Prevalencia y

factores condicionantes). Caracas: Gente de Maíz; 2012.

Instituto Nacional de Nutrición (INN)., Hoja de Balance de Alimentos(HBA 2010-

2015).https://www.inn.gob.ve/innw/wp-content/uploads/2015/06/HBA-2010-2013-01-06-15.pdf).

Lahoz C (2006). El papel clave de las mujeres en la seguridad alimentaria. En: Seminario Internacional

sobre Seguridad Alimentaria y Lucha contra el Hambre. Universidad de Córdoba, España. Disponible

en: http://www.ieham.org/html/docs/documentacion2.asp?cat=12&val=1&lengua=1.(Consultado

12/06/2018).

Landaeta-Jiménez M, Herrera Cuenca M, Vásquez M, Ramírez G. (2017). La alimentación de los

venezolanos. En: Venezuela la caída sin fin ¿hasta cuándo?. Encuesta Nacional de Condiciones de

Page 20: El consumo de alimentos y la situación nutricionalredagroalimentaria.org/archivos/documentos/agropol222.pdfconocida como CLAP: Comités Locales de Abastecimiento Popular (CLAP) (relanzada

Vida. ENCOVI 2016. Freites A (coord.). Universidad Católica Andrés Bello, Caracas, Colección

Visión; pp. 51-75.

Ministerio del Poder Popular para la Salud. República Bolivariana de Venezuela. Anuario de

Mortalidad. Año 2013. [Online]. 2015 [Consultado en: 2018, jun 08]. Disponible en:

https://www.ovsalud.org/publicaciones/documentos-oficiales/.

PNUD(2016).Objetivos de Desarrollo Sostenible.

http://www.undp.org/content/undp/es/home/sustainable-development-goals.html.

La Red Defendamos la Epidemiología Nacional y la Sociedad Venezolana de Salud Pública.(2017).

Especialistas alertan sobre calidad e inocuidad de alimentos importados por el Gobierno. (Consultado

http://cronica.uno/especialistas-alertan-sobre-calidad-e-inocuidad-de-alimentos-importados-por-el-

gobierno/

Soto de Sanabria I (2018). La desnutrición en el Hospital de niños. (Comunicación Personal , 2018)

Tapia MS, Puche M, Pieters A, Marrero JF, Clavijo S, Gutiérrez A y col (2017). Seguridad

alimentaria y nutricional en Venezuela. Secuestro agroalimentario de un país: visión y

compromiso.(Consultada 15 de mayo 2018) .ianas.org/index.php/books/ianas-publications.

UNICEF. Una oportunidad para cada niño. Estado Mundial de la Infancia.2016 .

https://www.unicef.org/spanish/publications/files/UNICEF_SOWC_2016_Spanish.pdf (Consultada 18

de mayo 2018).

Universidad de Córdoba (2008). Derecho a la alimentación y soberanía alimentaria / [Oficina de

Cooperación Internacional al Desarrollo, Diputación de Córdoba: Servicio de Publicaciones.). España.

Disponible en: http://www.dhl.hegoa.ehu.es/ficheros/0000/0525/Libro_Derea_1_.pdf. (Consultada

25/05/2018).

UNU-Fundación Cavendes (1988).Metas nutricionales y guías de alimentación para América Latina.

Bases para su desarrollo. Caracas.

Vergara Uzcátegui CE Arteaga M N N, Segovia L, Márquez L M (2014). Caracterización

epidemiológica de enfermedades transmitidas por alimentos y agua en el Estado Mérida en el periodo

2011–2012. MedULA 30(1): 5-9.

WHO (2009). Child growth standards and the identification of severe acute malnutrition in infants and

children. A joint statement. Ginebra, OMS, 2009.

http://apps.who.int/iris/bitstream/10665/44129/1/9789241598163 eng.pdf, (Consultada 18 de mayo de

2018).