el colegio de michoacan

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EL COLEGIO DE MICHOACAN CENTRO DE ESTUDIOS ANTROPOLÓGICOS ETUCÚARO, LA RECONSTRUCCIÓN DE LA COMUNIDAD CAMPO SOCIAL, PRODUCCIÓN CULTURAL Y ESTADO TESIS que para optar por el grado de Maestro en Antropología Social presenta José Luis Escalona Victoria Zamora, Michoacán, México julio de 1996

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Page 1: EL COLEGIO DE MICHOACAN

EL COLEGIO DE M ICHOACANCENTRO DE ESTUDIOS ANTROPOLÓGICOS

ETUCÚARO, LA RECONSTRUCCIÓN DE LACOMUNIDAD

CAMPO SOCIAL, PRODUCCIÓN CULTURAL YESTADO

TESISque para optar por el grado de

Maestro en Antropología Social presenta

José Luis Escalona Victoria

Zamora, Michoacán, M éxico

julio de 1996

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I

ETÚCUARO: LA RECONSTRUCCIÓN DE LA COMUNIDADCAMPO SOCIAL, PRODUCCIÓN CULTURAL Y ESTADO

INDICE

I INDICEIII AGRADECIMIENTOS

1 INTRODUCCIÓN

11 CAPÍTULO IRELACIONES DE PODER Y RECONSTRUCCIÓN DE LA LOCALIDAD

11 1 Introducción: estructura centro-periferia14 2 Periodización28 3 Conclusión

35 CAPÍTULO IILOS SUJETOS ANTROPOLÓGICOS:ETÚCUARO Y LAS LOCALIDADES DE LA REGIÓN

35 1 Grupos de clase35 2 Etúcuaro38 3 Grupos de clase en otros lugares42 4 Polos de coherencia cultural43 5 Ideología de raza47 6 Costumbre y progreso48 7 Ricos y pobres49 8 Conclusión

51 CAPÍTULO IIIREFUNCIONALIZACIÓN E INCORPORACIÓN

51 1 Etúcuaro al iniciar el siglo58 2 Las revoluciones, la dotación del ejido y la liga64 3 Reconstrucción de la comunidad (1938-1965)72 4 Reconstrucción de la comunidad ( 1965-1995)77 5 Conclusión

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II

CAPÍTULO IVEL PASADO EN EL PRESENTE1 La comunidad indígena2 El cerro y el valle3 Indios y arrimados4 Ecuaro libre5 Historia6 Conclusión

CAPÍTULO VRECONSTRUCCIÓN DEL PASADO1 Rancheros-ejidatarios y la comunidad campesina2 El valle y la socialización3 Ejidatarios como grupalidad (distinción)4 Ejido y comunidad (representación)5 Discurso de historia6 Empleados: corrupción y propinas7 Conclusión

CAPÍTULO 6LUCHA SIMBÓLICA Y GRUPOS EMERGENTES1 Transformación de la comunidad2 Lucha por el prestigio3 Grupos y facciones: la disputa por la comunidad

CONCLUSIÓN

BIBLIOGRAFÍA

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ni

AGRADECIMIENTOS

El trabajó que aquí se presenta no hubiera sido posible sin la beca que me fue otorgada por la Universidad Autónoma de Chiapas para realizar estudios de postgrado. Agradezco el apoyo económico que esta institución me brindó siendo yo miembro del personal docente de la Facultad de Ciencias Sociales. Deseo agradecer también el apoyo económico que recibí del proyecto de investigación sobre las reformas a la legislación agraria y su impacto en el medio rural a cargo del maestro David Myhre, del Centro de Estudios México-Estados Unidos de la Universidad de California. La beca que recibí -otorgada a estudiantes de postgrado que examinan las transformaciones en el medio rural mexicano ante las recientes reformas- facilitó la realización de la última fase del trabajo de campo en 1995. También el Colegio de Michoacán me brindó el appyo en infraestructura y recursos para la realización de la investgación.ci")El trabajo estuvo bajo la orientación del Doctor Andrew Roth Seneff , a quien agradezco su interés y su permanente apoyo. Agradezco también a los demás miembros del Centro de Estudios Antropológicos por sus comentarios a lo largo del trabajo, así como a los lectores del mismo para el examen profesional, el Doctor William Roseberry y el Maestro Trevor Stack.Mi agradecimiento también a los muchos etucuarenses que me permitieron hacer el trabajo en su pueblo, en sus conversaciones, asambleas, fiestas así como en sus casas y lugares de trabajo. Lo mismo expreso a los responsables de los archivos referidos al final de la bibliografía por permitirme llegar a los documentos.Finalmente, agradezco la compañía de Verónica y de mis hijas Viridiana y Ana Luisa, quienes estuvieron conmigo durante la realización de esta investigación.

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1

INTRODUCCION

1

En 1931-1932, M oisés Sáenz encabezó una "Estación Experim ental de Integración

del Indio" que fue instalada en Carapan, en "la cañada de los once pueblos", una de las

cuatro regiones purhépechas de M ichoacán. Con la finalidad de "integrar al indio" a la

"nación m exicana" se desarrollaron varios proyectos (de salud, de educación y de

capacitación agrícola entre otros) bajo la coordinación de la estación. E sta experiencia se

constituyó en un antecedente de lo que sería un am plio program a gubernam ental para la

población indígena de todo el país.

Etúcuaro es un pueblo de esa región; sin em bargo, no estaba considerado del m ism o

m odo en esos proyectos; no era el pueblo que necesitaba de la integración sino, por el

contrario, era el ejem plo. D ice Sáenz, en el libro que escribió sobre esta experiencia:

"Cada día afirm aba m i buena im presión de los ejidatarios. Son gente definitivam ente em ancipada. Los anima una reconfortante am bición de progreso y de claro optim ism o sobre las ventajas de la civilización. Poseen absoluta confianza en su propia capacidad de adelanto. M e regocijo en esta constatación sobre todo porque Etúcuaro es ahora lo que C arapan y Huáncito y los m illares de pueblos indígenas de todo M éxico pueden ser m añana" (Sáenz 1936: 284).

¿Por qué este pueblo dejó de ser indígena y se "integró a la nación"?, se preguntaba

Sáenz: ".... m irar hacia afuera, espaciar la vista, tener expedita la salida ... (278) decía,

haciendo referencia a su ubicación, fuera de la cañada, frente al fértil valle agrícola de

Tangancícuaro. "<...> El latifundio voraz los hubiera exterm inado, pero hubo dos salidas: la

revolución y la em igración a los Estados U nidos" (279).

Sáenz veía con adm iración la m anera en que los etucuarenses habían abandonado

algunas prácticas com o el uso de la lengua purhépecha, la asistencia regular a la iglesia y la

celebración de costosas fiestas religiosas; pero, tam bién la form a en que habían aceptado

fácilm ente la asistencia regular a la escuela, la participación en el recién fundado ejido

(Etúcuaro había sido dotado de tierras ej idales en 1926) y la estrecha relación entre las

autoridades del pueblo y los agentes de los gobiernos postrevolucionarios. E ran los años en

que desde el gobierno federal en M éxico se im pulsaba una política anticlerical, en favor de

un gobierno laico, así com o la formación de núcleos de productores agrícolas sobre la base

de la organización de ejidos colectivos; y los agentes de esa política encontraron en los

pueblos como Etúcuaro prácticas "comunitarias" suceptibles de una reinterpretación en los

térm inos dom inantes del im aginario nacional de "m exicanización":

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2

"Y aquí está Etúcuaro, devuelto al suelo y a la vida, con la experiencia de los viajes y el recuerdo del sufrim iento, elaborando más o m enos a ciegas una nueva m anera de vivir. Reinterpretación m exicana : gente de overol y de gorra, de cham arra en vez de tilm a; que quiere escuela en lugar de iglesia, agrónom o m ás bien que cura < ...> (SAENZ, 1936; 279, cursivas mías).

Sáenz celebraba así la m anera en que los etucuarenses habían decidido, de m anera

voluntaria, el cam ino de la integración. Los cam bios en el pueblo , en ese m om ento (cerrar

el tem plo, quem ar los santos, im pulsar la organización en tom o al ejido colectivo) son

interpretados por Sáenz com o expresión de esa voluntad.

A ños después, cuando el ejido colectivo se había convertido en parcelas de

usufructo particular y la iglesia había sido abierta nuevam ente, S im ón Ram írez, un m aestro

de escuela que vivió en Etúcuaro entre los años cuarentas y cincuentas, dejaría otro

testim onio acerca de los cam bios en el pueblo. Ram írez no hab la de los "ejidatarios" sino de

los "campesinos":

"El hom bre de cam po m e enseño a ser lo que soy, y tam bién m e dio la sensibilidad hum ana que tengo com o hombre.

"Para elogiar sus virtudes, escribo estas experiencias y hago público m i agradecim iento al cam pesino por la ocasión que m e brindó de hacer realidad algunas de sus aspiraciones (Ram írez 1978: 19)".

Pero, en el libro que Ram írez escribió acerca de esa experiencia, lam enta que

finalm ente su obra quedó inconclusa debido a que tuvo que dejar el pueblo. A lgunos

proyectos que dice haber im pulsado, com o la introducción de nuevos frutales y variedades

de maíz, cerdos y pollos, el aprendizaje de algunos oficios (corte y confección, repostería,

taquim ecanografía, m úsica), fueron abandonados después de su partida:

"Cuando quise regresar a Etúcuaro no fue posible; m is am igos <superiores y com pañeros en la burocracia^ no m e lo perm itieron; m e d ieron la plaza de director y después la de inspector. Y por necesidades del servicio había que ir a donde estaba la plaza. Sin em bargo, m e salí de Etúcuaro cuando todos m e querían, eran m is am igos, había unificación en el pueblo, habían aprendido a resolver los problem as que afectaban a las m ayorías, y habían perdido la noción de lo individual y pensaban siem pre en función de todos (Ram írez 1978: 202)".

Hay ciertam ente algunas diferencias entre am bos testim onios1. Sin em bargo, a pesar

de esas diferencias, en ambos casos los agentes de las políticas gubernam entales celebraban

1 En la interpretación de Ramírez, la "integración" de los "campesinos" no era sólo producto de la voluntad de esos etucuarenses sino que era parte de lo que estaba siendo promovido por la escuela, una escuela concebida como estrechamente vinculada con la comunidad (una escuela que hace realidad

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3

la m anera en que los etucuarenses habían em prendido el cam ino del "progreso",

incorporando dentro de su "com unidad" instituciones del estado postrevolucionario como la

escuela y el ejido. D esde estas perspectivas la "integración" a la nación de estos

"ejidatarios" o "cam pesinos", fundada no en el centro coordinador indigenista sino en esas

otras instituciones translocales, ha sido producto no de un abandono total de la com unidad

indígena, sino de una reelaboración de la "com unidad" por parte de los etucuarenses, dentro

de los m arcos de una nueva jerarquía estatal postrevolucionaria.

Por su parte, con placas y con un especial orgullo en la p lá tica coloquial, en

Etúcuaro se conm em ora; cómo orientados por un renovado sentido de com unidad J o s

etucuarenses h icieron posible la construcción de escuelas, cam inos, obras de agua potable,

una plaza y un tem plo religioso, todo a través de "faenas" (trabajo colectivo gratuito); y

tam bién, cóm o fue posible la recaudación de "cuotas" para las m ás diversas actividades,

desde la celebración de la fiesta patronal, hasta el pago de gastos de las com isiones que se

desplazaban hasta los asientos de la burocracia gubernam ental (en distintas ciudades) para

el arreglo de problem as de lím ites de tierras con los pueblos vecinos. E n la conversación

sobre la historia del pueblo y la identidad de los etucuarenses aparecen constantem ente sus

relaciones con los em pleados de la burocracia, con los docum entos oficiales y las prácticas

burocráticas de sanción oficial, así com o distintas interpretaciones del papel de instituciones

com o el ejido y la escuela en la v ida com unitaria local y sus cam bios a lo largo de este

siglo. La reorientación de las prácticas com unitarias institucionalizadas hacia una nueva

jerarquía estatal, im aginada a partir de esas experiencias de encuentros con la burocracia

gubernam ental, son parte importante de la reconstrucción de la com unidad.

2En el presente trabajo se hace una revisión de la dinám ica cultural que ocurrió en

Etúcuaro: una com unidad "indígena" (con su jerarquía de prácticas institucionalizadas) que

se volvió una com unidad "mestiza". Sin em bargo, la com unidad m estiza exam inada aquí,

com o un im aginario colectivo y sus form as correlacionadas de ordenación y jerarquización

de prácticas e instituciones, no constituye un resultado de la propia d inám ica de la cultura,

una especie de destino de la cultura nacional o de resultado natural de la m ezcla de culturas

algunas de las aspiraciones de los propios campesinos). Pero, el agente gubernamental, en este caso Ramírez, se identifica como el receptor y promotor de las "aspiraciones" de los campesinos. La idea de "comunidad" (frente a "la noción de lo individual") se presenta en parte como un producto de la promoción de la escuela.

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4

o de sangres (que constituyen algunos de los significados de "m estizaje"). En este trabajo se

propone que la com unidad es una construcción sociohistórica.

La reconstrucción (imagen y representación) de la com unidad en Etúcuaro fue

producto de la m anipulación de elem entos culturales: refuncionalización de instituciones

"indígenas" e incorporación de instituciones translocales (como el ejido y la escuela rural).

Esa construcción fue producida en un contexto de interacción de individuos y grupos de

individuos en un pueblo con una com posición sociocultural plural. Este estudio trata

entonces de la dinám ica cultural en una sociedad plural (Schryer 1990).

Por ello, el problem a no se puede plantear sólo en térm inos de la interacción entre

culturas distintas, o la otredad de difer^ñtes "puntos de vista". Esa interacción no se produce

sólo como difusión o comunicación transparente sino que se realiza en un contexto

organizado por el poder, "cultura regional" según Lom nitz-A dler (1992: 27-42)2 . La tarea,

en térm inos m etodológicos, es entonces exam inar las formas de producción de im aginarios

colectivos, en condiciones al mismo tiem po hom ogeneidad de experiencias com partidas y

de heterogeneidad y cam bio en los grupos con expriencias com partidas, es decir, a partir de

la dinám ica de cam bio sociohistórico. Si la reconstrucción de la com unidad fue producida

como parte de la interacción entre agentes sociales dentro de m arcos de interacción

organizados por el poder, la estructuración de relaciones a partir del poder resulta

fundam ental para una aproxim ación a la dinám ica cultural. Se puede decir que es a partir de

esta estructuración de relaciones entre individuos y grupos de individuos que se producen

los procesos de diferenciación y "clasificación" relevantes para la form ación de

grupalidades con entendim ientos com partidos, lo que R oseberry llam a los "sujetos

antropológicos" (1989: 125).

Se propone aquí que los procesos de estructuración de relaciones sociales por el

poder y sus correlatos en términos de cam bio en la com posición social (de clase) tienen una

relación con la dinám ica de la cultura; y esta relación se m anifiesta en procesos de

m anipulación sim bólica o selección de elem entos culturales para negociar las posiciones de

2 Lomnitz-Adler propone un conjuntó de conceptos para explicar lo que él llama la produción cultural en espacios internamente diferenciados. No se trata de cultura sólo como entendimientos compartidos, sino de la organización de relaciones entre grupos con distintas "culturas íntimas" (como "culturas de clase en su contexto localizado específico") a partir de lo que el llama "cultura de relaciones sociales" (símbolos compartidos por fetichización y alienación, junto con los marcos de interacción). Así, la producción cultural no se explica sólo a partir de la dimensión de la cultura, pues la interacción está organizada también a partir de otras dimensiones, que Lomnitz-Adler trata como matrices de la producción de cultura regional (los sistemas económicos y políticos regionales, o en general, la organización social del espacio por el poder y sus distintas dimensiones). Por ello define la cultura de relaciones sociales como "campo simbólico en el que las relaciones de poder entre culturas íntimas son 'objetivamente' establecidas" (Lomnitz-Adler 1992: 29).

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5

los agentes en el cam po social. Es decir que los hechos de la cultura están relacionados con

los procesos de producción de ideología y de la búsqueda de hegem onía. Paralelam ente, la

cultura constituye una parte fundamental de la constitución de los agentes sociales. Los

procesos de estructuración de relaciones de poder están tam bién constreñidos por prácticas

y clasificaciones que tienen su origen en esquem as de acción com partidos. Es decir, no hay

sólo una dinám ica de manipulación de la cultura; las experiencias y conocim ientos

com partidos se incorporan y forman parte de las orientaciones de clasificación, ordenación

y acción (B ourdieu 1990). Se establece así una dialéctica entre cultura y poder. En este

trabajo se pretende hacer una aproxim ación a esa dialéctica.

3Sáenz anotó en su libro lo que aproxim adam ente dijo a los etucuarenses en una de

sus visitas al pueblo:

”... Parece que en efecto, sois hom bres libres. Os escapásteis del cerco indígena y habéis entrado a la m ás am plia, libre y satisfactoria v ida de M éxico. D ejastéis de ser indios y os habéis hecho m exicanos. Vuestra liberación nació dentro de vosotros m ism os, germ en inm ortal de aliento y ambición; ... yo os encarezco que, ciudadanos m exicanos com o sois conservéis vuestra lealtad indígena. Sois com o un herm ano mayor, el herm ano que, llegado a la m adurez, se ha situado en el terreno m ás parejo, fácil y agradable de la v ida de M éxico. N o olvidéis a los m enores que habitan todavía los riscos y las tierras duras, que no hablan la lengua de M éxico, que sufren de m iseria y de ignorancia; que no saben m ás que de sus pueblos pobres y olvidados, desconociendo el am paro de la patria grande!" (Sáenz 1936: 282).

En este discurso se pueden encontrar algunos elem entos del im aginario de

com unidad nacional que se forjaba en los años posteriores a las confrontaciones arm adas de

la revolución m exicana; un discurso que habla de la ciudadanía y de la com unidad nacional

en térm inos de "m exicanidad": hablar la lengua de M éxico, gozar del am paro de la patria

grande y de la liberación m estizo-m exicana. Estos elem entos tam bién refieren a la nación

en térm inos de polos en una línea de progreso: la civilización y el adelanto frente al indio

desam parado, atrapado en la pobreza y la ignorancia. La m etáfora de los herm anos y de los

ciclos de v ida es em pleada para dar lugar (jerarquizar) a los m iem bros de esa "com unidad

nacional": el m exicano, herm ano m ayor que ya ha alcanzado la m adurez debe ser leal al

indio, herm ano m enor (¿infante?), y enseñarle el cam ino. Etúcuaro entonces, a través de

Sáenz, ingresaba al im aginario nacional com o pueblo ejem plar, representante del pueblo

indio que eligió el progreso, la reinterpretación m exicana.

Este im aginario de nación, que tiene elem entos de profundas raíces históricas (los

indios com o m enores, a los que hay que tratar de m anera paternal), se exploraba en ese

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6

m om ento com o proyecto de nación, y se proyectó en las localidades rurales pequeñas a

través de instituciones gubernam entales, translocales, com o una concresión de ese

im aginario estatal-nacional postrevolucionario. Así, en la pequeña localidad rural, el Estado

se presenta com o conjunto de instituciones que, de distintas form as, son expresión concreta

de un im aginario de organización de la interacción de los m iem bros de la com unidad

nacional en térm inos de divisiones y jerarquías. Por ejem plo, la je rarqu ía m estizo - indio

que establece una diferente m em bresía para "indios" y "m exicanos" en térm inos de

instituciones ju ríd icas (propiedad, por ejem plo) y entidades gubernam entales (una escuela

rural frente a una escuela bilingüe, o el conjunto de secretarías de asuntos agrarios y de

producción agrícola frente a un centro coordinador indigenista). El Estado aparece así como

m odelo de organización de la interacción bajo ciertas form as de ordenación y

jerarquización de las divisiones sociales (en "sectores" y al m ism o tiem po en "grupos

étnicos", por ejem plo), asociado, en el caso de M éxico, con un im aginario m estizo de la

com unidad nacional, como com unidad im aginada (Anderson: 1993).

Pero, ¿acaso este im aginario y su proyección en instituciones y prácticas tiene una

significación en la dinám ica de la cultura?; ¿qué papel han jugado, por ejem plo, el centro

coordinador indigenista o el ejido en la ree la io ración o desplazam iento de las culturas

"indígenas" o "rurales" en M éxico?. U na aproxim ación al caso de Etúcuaro, a la experiencia

de reconstrucción de la com unidad que vivió a lo largo del presente siglo, podría ilum inar

algunos aspectos de las relaciones entre la dinám ica cultural e im ágenes del estado, que

aparece desde las experiencias cotidianas de contacto con la burocracia estatal, como

jerarquía estatal3 . Se exam ina entonces la condición estatal de los m arcos de interacción de

grupos locales, en el periodo de construcción del estado postrevolucionario, a través de un

estudio de caso: Etúcuaro. En este trabajo se propone que los im aginarios de estado-nación

y sus expresiones concretas en instituciones participan de la producción cultural, al

participar en la (ía)creación de m arcos de interacción entre grupos locales y aún en la

producción de los m ism os grupos. Se exam ina un caso en el que instituciones translocales

como la escuela y el ejido, han jugado un papel im portante en la transform ación de los

im aginarios de la "com unidad11 y en los térm inos de interacción entre grupos en una

localidad rural.

3 Se meplea aquí lo propuesto por Gupta (1990) en su trabajo sobre las imágenes del estado que analizó a partir de los discursos de corrupción y la cultura pública (los diarios y la televisión) en la India. En este caso se trata también de examinar la manera en que en los discursos sobre historia del pueblo, en los que aparecen los contactos con instituciones gubernamentales, son también construidos (imaginados y representados) grupos, comunidades y el propio estado.

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4

A unque Etúcuaro se localiza en los m árgenes del valle de Tangancícuaro, es uno de

los poblados de la región conocida com o "la cañada de los once pueblos". Sin em bargo, a lo

largo del siglo X X Etúcuaro sufrió m odificaciones im portantes en la com posición social y

cam bios en el im aginario social, especialm ente en el im aginario de com unidad y su

orientación hacia el estado. De lo que se trata en este trabajo es de exam inar esa dinám ica

cultural m ás allá de los esquem as de m estizaje o m exicanización. Se propone entonces que

los cam bios ocurridos en Etúcuaro, particularm ente la reconstrucción de la com unidad, son

parte de una reorganización de relaciones sociales entre agentes y grupos de agentes

em ergentes en un cam po social; com plem entariam ente se propone que para ésto resultaron

fundam entales los im aginarios colectivos producidos en el período postrevolucionario y sus

im plicaciones en térm inos de conform ación de grupos, jerarquías y prácticas en la

localidad.

En los capítulos I y II de este trabajo se exam inan las coordenadas m ás relevantes

para entender la estructuración de relaciones sobre la base de la lucha por la apropiación del

trabajo social objetivado y sus correlatos en térm inos de com posición de clase e interacción

en distintas localidades. En el prim er capítulo se expone el m arco m ás general de la

estructuración: la econom ía política y la organización político-adm inistrativa (la

organización de relaciones sociales por el poder). Se propone que el origen de una

estructuración de relaciones (entre una agricultura capitalista y una de tipo cam pesino) se

ubica a finales del siglo pasado, y se expresa en cam bios fundam entales en la apropiación y

orientación de las tierras y recursos del valle irrigado de Tangancícuaro, así com o en

m odificaciones en la frontera étnica y la jerarquía de asentam ientos. Los cam bios en el

paisaje social, las obras de control de aguas construidas dentro de las haciendas y pueblos,

la introducción de nuevos cultivos, la construcción de cam inos así com o la reorganización

de las fronteras entre los m unicipios, se presentan como correlatos de las tranform aciones

en la estructuración de relaciones. En base al exam en de esta transform ación, en un segundo

capítulo, se hará un acercam iento a los cam bios en la com posición de clases (en el sentido

de "clase en el papel" de B ourdieu (199O )0bara una presentación de los agentes o sujetos

antropológicos en Etúcuaro. Finalm ente, se señalarán algunos discursos ideológicos

dom inantes, a partir de los cuales se construyen grupos de identidad y m arcos de

interacción entre grupos (tanto al interior de Etúcuaro, como en la relación de este poblado

con los "indios" de los pueblos de la cañada o los "blancos" de los poblados del valle). A

partir de este análisis Etúcuaro se presenta como un pueblo plural, atravesado por

diferencias de clase y por una frontera étnica, pero con un discurso de identidad transclase

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producido com o parte de la com petencia con los pueblos vecinos (sangre india y actitud

progresista).

En el capítulo III se exam ina de m anera particular el proceso de reconstrucción de la

com unidad en este pueblo plural, a partir de la refuncionalización de instituciones indígenas

com o la faena y el cabildo, y la incorporación de instituciones translocales com o la escuela

y el ejido com o parte del im aginario de com unidad. Se trata de una presentación de carácter

historiográfico que servirá de base a la exposición posterior de distintas com unidades

im aginadas, desde perspectivas de grupo de clase contrastantes, y la m anera en que se

generan las negociaciones acerca de los significados de la com unidad entre los distintos

grupos residuales y emergentes.

Así, en los capítulos IV y V se presentan dos discursos e historias de vida

contrastantes (en térm inos de posiciones relativas: dom inante y residual) que perm iten

hacer un acercam iento a los agentes y grupos, a sus m odelos culturales (con sus

im plicaciones en térm inos de jerarquización de prácticas e im ágenes de com unidad) y a la

producción de discursos ideológicos (con los que los agentes negocian el lugar de la cultura

propia en el m arco de las interacciones, produciendo a su vez im ágenes y clasificaciones de

los otros agentes). El prim er caso, Jesús, se trata de un sem brador de "ecuaros" (en este

caso, unidades de producción de m aíz de autoconsum o) que reiv indica com o válida para el

presente una form a de vida que él ubica en el pasado (vive el pasado en el presente) aunque

su pequeña unidad dom éstica no tenga la capacidad pará una reproducción cultural m ás allá

de la v ida de sus m iem bros actuales. En su discurso hay una exaltación del trabajo (en la

m ilpa o "ecuaro") que da seguridad a la casa, y de lo gratuito (en oposición a lo com prado),

elem entos que han sido tem as relevantes a la literatura antropológica sobre el cam pesino.

Se tra ta de un caso m arginal en el pueblo y su discurso nos ofrece una síntesis de una

cultura residual en la com posición sociocultural local, exam inada com o un im aginario de

"com unidad indígena" y un esquem a de clasificación social y jerarquización de prácticas e

instituciones.

El capítulo V refiere a los "ejidatarios", especialm ente a A lfredo, un "cam pesino,

ejidatario" que está en una condición dom inante en el cam po social. Com o parte del reparto

agrario y sus secuelas se estableció e institucionalizó en Etúcuaro una división que clasifica

a los habitantes del pueblo com o "ejidatarios" y "no ejidatarios". E sta división tiene com o

fundam ento la diferencia entre acceso o no a tierras irrigadas del valle a través del ejido

(antes bajo el control de una hacienda), y con ello a la posibilidad de participar en la

producción com ercial, la contratación de peones y el acceso a créditos. El valor exaltado en

el discurso de estos ejidatarios es el de arriesgar en el m ercado. Paralelam ente, la división

ejidatarios - no ejidatarios se estableció com o parte de la "invocación" que los agentes del

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gobierno de la revolución hicieron de los "campesinos" (qdèm o sector fundam ental del

im aginario nacional dom inante); a partir de ésta se generó en la localidad una grupalidad

que proclam ó una distinción frente a la diversidad de agentes locales y extralocales (tanto

residuales com o em ergentes). Así, esa clasificación está relacionada con la form ación de

una grupalidad que proclam a ciertas prácticas organizativas y de trabajo com o propias y

que ha construido un im aginario de com unidad en el cual sus prácticas e instituciones son

centrales4 .

E n estos dos casos, com o discursos sobre la h isto ria y la identidad del pueblo, se

presenta la posibilidad de hacer un acercamiento a distintos entendim ientos com partidos, en

los cuales se puede encontrar contrastantes imágenes de com unidad (y al m ism o tiem po de

grupos, y del estado). A m bos entendim ientos se prestan a un análisis de tipo estructuralista,

uno com o transform ación del otro, como se observará en el capítulo VI. Sin em bargo, es el

proceso de interacción entre agentes lo que ha dado origen a estas configuraciones

particulares de prácticas y entendim ientos com partidos, y no un conjunto de reglas de

transform ación. Se A p á rte que los entendim ientos culturales sintetizados y los im aginarios

de com unidad y grupos, presentes en los discursos y expresados o representados en

prácticas de trabajo, propiedad y organización colectiva, y en ideología localista, fueron

producidos a partir de la propia interacción entre agentes que ocupan posiciones distintas en

un m ism o cam po social. Inclusive, algunos de los elem entos de estos entendim ientos

culturales tienen que ver con las exigencias de "distinción" en la conform ación de un grupo

y en la negociación del lugar de grupo en las relaciones desiguales entre los agentes. En el

capítulo VI se hace un análisis comparativo de algunos de los elem entos de las

com unidades exam inadas en los capítulos anteriores, para dar paso a un exam en de la

negociación de los significados de la comunidad. L a localidad es exam inada en ese capítulo

4 Un parte importante del trabajo de campo consistió en registrar lo que se denomina aquí discursos sobre historia e identidad de los etucuarenses, que consiste en aquello que contaban los informantes como historia del pueblo (o de un asunto en particular) y el lugar de "la comunidad" frente a los pueblos, ciudades vecinos (y en algunos casos con referencia a los Estados Unidos, pues hay un número importante de jornaleros que migran regularmente a ese país). A través de esos discursos se puede hacer una aproximación a la forma en que se construyen entendimientos compartidos y sus cambios, así como a la distinción y valoración de formas particulares de vida (estilos). Sin embargo, resulta muy importante la relación entre este discurso y la historia de vida, puesto que muchos aspectos de ese discurso son producidos desde una particular forma de inserción en esa historia. El discurso y la historia de vida fueron elaborados a lo largo de vahas entrevistas dirigidas, pero también en conversaciones cotidianas y durante paseos o algún acontecimiento en particular en el pueblo. Especialmente con Jesús las conversaciones, sostenidas en su casa, la calle, la iglesia y durante algunos recorridos que hicimos por el pueblo y por otros pueblos de la región, se convirtieron en una fuente privilegiada de trabajo. Incusive, en algún momento no fue el habla sino la interpretación de canciones y bailes una parte importante del acercamiento al entendimiento cultural.

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com o arena en donde se realizan los procesos de negociación en tom o a los im aginarios

sociales. Estos im aginarios no son igualm ente significativos ni están dotados de un sólo* . *

significado; por el contrario, están constantem ente confrontando tensiones por las

relaciones de poder que perm ean la interacción. De hecho, en el m om ento del trabajo de

cam po había cam bios en ese cam po social -em ergencia de agentes- que se expresaban eq

revisiones y críticas de la visión dom inante de com unidad.

L a reconstrucción de la com unidad se puede tratar entonces com o parte de un

proceso sociohistórico de producción de un cam po social, en el sentido de B ourdieu

(1984)5 : un espacio de com petencia por el control sobre la apropiación del trabajo social

pasado y su orientación presente, com petencia que se expresa particularm ente en una lucha

tam bién por la visión y división del m undo social (una lucha sim bólica); es decir que se

puede entender este campo social com o espacio de objetivación de relaciones (de poder).

Lo im portante en este caso es que los térm inos de la visión local dom inante se hqá

articulado con una visión oficial acerca de "los cam pesinos" com o uno de los grandes

"sectores" del im aginario nacional postrevolucionario. Los sím bolos de ese im aginario

nacional y algunas de las instituciones translocales, com o el ejido y la escuela, que se

produjeron com o correlato institucional de ese im aginario, fueron integrados en la localidad

como parte de la visión de com unidad y, al m ism o tiem po, transform aron las condiciones

de producción y reproducción de grupos locales.

5 La teoría del espacio social implica un perspectiva relacional, una pluridimensionalidad y la consideración de las luchas simbólicas (luchas por la representación del mundo social). Se trata del espacio construido sobre principios de diferenciación y distribución constituidos por las propiedades capaces de conferir fuerza, poder, a quien las posea. Los agentes y grupos de agentes se defínen por sus posiciones relativas en ese espacio (la clase es definida aquí como región de posiciones cercanas en el espacio social). Las propiedades actuantes (como principios de construcción del espacio social) "son las diferentes especies de poder o de capital vigentes en los diferentes campos o subcampos". El capital en estado objetivado (propiedades materiales) o incorporado (capital cultural) representa un poder respecto de un campo, más precisamente del producto acumulado del trabajo ya realizado y de los mecanismos para asegurar la producción de una categoría particular de bienes (y así de un conjunto de ingresos y beneficios); "... a cada campo o subcampo le corresponde una especie particular de capital, vigente como poder y como lo que está en juego en ese campo" (Bourdieu 1982: 282).

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CAPITULO I: RELACIONES DE PODER Y RECONSTRUCCION DE LA

LOCALIDAD.

1 Introducción: estructura centro-periferia

Etúcuaro está ubicado en la cuenca del río Duero. Este río corre de oriente a

poniente atravezando una cañada ancha y después un pequeño valle, antes de llegar a la m ás

am plia planicie de Zam ora y continuar su cam ino hasta unirse con el río Lerm a. Entre esa

prim era zona de la cuenca, conocida como "la cañada de los once pueblos", y la segunda, el

pequeño valle de Tangancícuaro1, se encuentra ubicado Etúcuaro (ver m apas 1 y 2).

La cañada y el valle son parte de una región económ ica m ucho m ás am plia, cuyo eje

es una agricultura agrocom ercial. Las relaciones establecidas a partir de esta econom ía

pueden ser entendidas com o una estructuración de relaciones entre dos polos

interconectados: por un lado, una agricultura de contratación de peones y jornaleros, de

diversas form as de arriendo y subarriendo de tierras, con su orientación principalm ente

hacia el mercado de productos agropecuarios; por otro lado, una agricultura de subsistencia

(autoconsum o), de producción artesanal y producción de m ano de obra. El eje de esta

econom ía sería una agricultura capitalista, a pesar de que su desarrollo ha im plicado m ás

que la expansión de la em presa capitalista en la agricultura, una proletarización desigual

acom pañada de una "cam pesinización" producto del reparto agrario. En otros térm inos, el

polo central estaría integrado por una agricultura fundada en relaciones m ercantilizadas

(incluyendo no sólo la tierra y los productos sino sobre todo la mano de obra) y otro polo de

agricultura basada en relaciones no m ercantilizadas, cuya expresión más concreta serían los

espacios de relaciones personales y de trabajo no rem unerado de la unidad dom éstica (por

ejem plo, el acceso a tierra com unal a partir de redes de parentesco, el trabajo por faenas, y

el em pleo de la unidad dom éstica como unidad de trabajo). M ercantilización no refiere a

una integración o no al intercam bio com ercial, sino a la orientación o no del trabajo hacia la

producción de m ercancías. Se podría tam bién presentar en térm inos de una distinción entre

una econom ía que produce m ercancías (o valor, com o parte de un proceso de acum ulación

de capital) frente a una econom ía que produce valores de uso (Roseberry 1989: C apítulo

ocho, especialm ente la nota núm ero 3) . ,

1 Denomino a éste "valle de Tangancícuaro", pero Gustavo López lo refiere como "valle de Guadalupe". Enun documento de 1760 el valle esta dividido en tres partes, de norte a sur: valle de Guadalupe, valle de Canindo y Valle de Tangancícuaro. Cf. páginas adelante.

2 Por otra parte, Rosberry sugiere que el campesino es un producto del mismo proceso histórico que haproducido el capitalismo. El proceso de proletarización (como transformación de la fuerza de trabajo en mercancía) implicó una "liberación" de los trabajadores en dos sentidos: por un lado del trabajo compulsivo del esclavo o el siervo; y por otro lado, la separación de los trabajadores de los medios de producción. La liberación en su primer sentido implicó la creación del campesino libre,

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En la actualidad, las tierras del valle de Tangancícuaro (com o las del valle de

Zam ora) son em pleadas principalm ente para el cultivo de productos com erciales, por su

disponibilidad de riego . Esa producción orienta el trabajo y los recursos del valle hacia los

centros regionales y extrarregionales de m ercado, introduciendo adem ás m aquinaria,

abonos y pesticidas, así com o sistem as de riego y form as propias de financiam iento,

regulación gubernam ental y com ercialización. A unque tam bién hay pequeñas propiedades,

la m ayor parte de las tierras son parcelas ejidales; pero, a pesar de los lím ites legales para

ello se han desarrollado form as de "renta" y "venta" de tierras, así com o "contratos" entre

las em pacadoras o los com erciantes y los ejidatarios, con lo cual el trabajo en las parcelas

se subordina a las regulaciones y exigencias de los "com pradores". La producción agrícola

para este m ercado ha im plicado la ocupación, perm anente o estacional, de jornaleros

agrícolas que provienen regularm ente, en el caso del valle de Tangancícuaro, de los pueblos

de la m ism a zona y de los poblados de la cañada.

L a producción se orienta hacia distintos m ercados: las hortalizas y el m aíz se

venden en las plazas de Cherán, Paracho y otros pueblos de la "M eseta Tarasca" (localizada

al suroriente de la cañada), o en las plazas sem anales de las cabeceras m unicipales locales

(Chilchota y Tangancícuaro) y Zam ora; el janam argo, entre los ganaderos de la m ism a zona

o de los pueblos aledaños a Zam ora; el trigo, en los m olinos de harina que hay en

Tangancícuaro y Jacona (poblado conurbado a Zam ora). Las plantas em pacadoras de fresa

y de otras hortalizas están instaladas en Zam ora y Jacona. N o se ha desarrollado una

industria im portante en esta configuración regional. A parte de la cigarrera "La Libertad",

son las em pacadoras de hortalizas y los m olinos de trigo los principales unidades de tipo

"agroindustrial". Sin em bargo, en Chilchota, cabecera m unicipal de la cañada, operan

y esto ocurrió como parte del mismo proceso histórico (historia como proceso social material) que dio origen al capitalismo. Así el campesino no es un punto original en la historia, sino un producto histórico (Roseberry 1990: 207-212). El punto de partida, en el proceso histórico de proletarización, es la comunidad de productores: "The union o f producer with means o f production is mediated by the union o f producers with each other, and the process o f dissolution necessary for the emergence o f labor power as a commodity is a dissolution of the community as well as a separation o f producer from means of production (Roseberry 1990: 210). Estas distinciones son importantes también para el presente estudio. En este capítulo el polo campesino no es sólo el del campesino independiente: por un lado, se trata de áreas de trabajo no mercantilizadas estrechamente vinculadas a formas de comunidad de productores, pero subordinadas a procesos de proletarización desigual; por otro lado, se examina un proceso de formación de campesinos independientes, también bajo formas de proletarización desigual, pero que reconstruyen el imaginario de comunidad y refuncionalizan instituciones de trabajo no mercantilizado, ''comunitario", como la "faena".

3 Aunque durante la temporada de trabajo de campo (1994-1995) los pobladores de Etúcuaro decían que la crisis económica había llevado a algunos agricultores a dejar los productos comerciales (janamargo, trigo) porque "no resulta", y a emplear entonces la tierra sólo para sembrar lo necesario "para la casa".

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algunos talleres de producción de azahares que cuando no son em presas de trabajo fam iliar

em plean m ano de obra de los alrededores; igual sucede con algunas ’’panaderías" y

"ladrilleras" (éstas, localizadas en varios poblados) cuyos propietarios contratan "peones"

para el trabajo. En el caso de los azahares se suele em plear tam bién el trabajo a dom icilio,

pagado a destajo4 .

En el otro extrem o, en algunas tierras que no disponen de suficiente riego, en el

valle o laderas de los cerros, la producción se orienta básicam ente hacia la subsistencia, lo

que llam aría Lom nitz-A dler una agricultura "cam pesina"5 . Es en tierras de tem poral donde

una parte de los habitantes de los pueblos siem bra el m aíz que se consum e "en la casa" y, en

m enor m edida, se destina a la venta al interior de la localidad o en las localidades vecinas.

Sin em bargo, la unidad dom éstica com o unidad de trabajo de la agricultura de subsistencia

está articulada tam bién a formas de trabajo asalariado y de producción para el m ercado. Por

un lado, está la elaboración de distintas m ercancías de producción artesanal: pan y otros

alim entos (C arapan y Chilchota, E túcuaro), cerám ica (O cum icho, Patam ban y H uáncito) y

ladrillo (Los N ogales, Chilchota y otros poblados de la cañada). Estos productos se dirigen

a la com ercialización en las propias localidades, en la orilla de la carretera, o en las

cabeceras m unicipales y Zamora. A lgunas veces son los productores los que directam ente

venden sus productos, pero hay otros que venden a interm ediarios que habitan en sus

m ism os pueblos. Por otro lado, una de las actividades m ás im portantes es el trabajo como

jornaleros en las tierras del valle, o la m igración de m ano de obra hacia otros lugares (la

ciudad de Zam ora y sobre todo como jornaleros agrícolas a los Estado Unidos).

Com o correlato geográfico y poblacional de esta estructuración, Tangancícuaro

(cabecera m unicipal y plaza semanal) y Zam ora se localizan en los valles, en tanto que

Chilchota (tam bién cabecera y plaza) se ubica en la parte m ás ancha y baja de la cañada. La

m ayor parte de los pueblos y rancherías están en los m árgenes del valle de Tangancícuaro y

en la parte baja de la cañada; otros están en las m ontañas (com o Patam ban y O cum icho).

Los pueblos de la cañada (con excepción de Tanaquillo), así como Patam ban y Ocum icho,

no tienen acceso a tierras del valle, sino sólo a estrechos terrenos de los alrededores de los

asentam ientos, a veces irrigados, o a las tierras de tem poral de los cerros contiguos. La

población identificada como indígena se localiza principalm ente en estos pueblos. En

cam bio, en los m árgenes del valle y las faldas de la cañada está ubicado Etúcuaro, y dos

kilóm etros al norte, V alle de Guadalupe.

4 Un grupo de aproximadamente diez mujeres en Etúcuaro se dedica a hacer flores de migajón para talleres ocomerciantes de azahares en Chilchota.

5 Me refiero al caso de Morelos, para el cual habla de una región nodal en la que se estructuran las relacionesentre una agricultura capitalista y una agricultura campesina (Lomnitz-Adler 1992: 62).

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2 Periodización

2.1 Etúcuaro como pueblo de la cañada

La producción de trigo para los m olinos de harina debió ser el eje de los

intercam bios económ icos entre pueblos de la región durante la colonia. A lgunas referencias

acerca de la im portancia del trigo se pueden encontrar en inform es sobre pueblos y tributos

en la región (O choa, edit. 1985 <1579>; M azín, edit. 1986 <1760>).

"Cójese m ucho trigo en este pueblo de Chilchota y sus sujetos, de tenporal y rregadio, y si los yndios no fuesen tan haraganes cojerian m ucho m as, por tener como tienen tan buen rriego...",

informó el C orregidor Pedro de B illela en 1579, contestando a una encuesta que el gobierno

colonial prom ovió para conocer diversos aspectos de sus dom inios en la N ueva España

(Ochoa, edit. 1985, p 65).

El trigo, jun to con el m aíz fueron los productos m ás im portantes del período

colonial, jun to con el ganado en el siglo X V III (G onzález 1994; 51-57). La transform ación

de las ciénegas en tierras fértiles, es decir el control sobre las aguas y tierras y la posibilidad

de encontrar m ano de obra para la producción triguera, debieron haber sido tareas centrales.

A unque en esos inform es no se da noticia de las m aneras en que se trabajaba ni de las

propiedades en que se cultivaba ese producto en el valle de Tangancícuaro, es im portante

notar que con reiterada insistencia el autor habla de lo "haraganes" que eran los indios

debido a su poco interés por el trigo (lo cual podría ser un indicador de las dificultades para

el reclutam iento de m ano de obra en ese m om ento o para la orientación del trabajo indio

hacia los productos de interés para los colonos españoles y sus descendientes).

Chilchota como centro de mercado y administración.

A m ediados del siglo XVI, el C orregim iento de C hilchota tenía linderos con

"Tasasalca" al norte, con "Sabina" al este, con "Xacona" al oeste y, al sur, con dos pueblos

sujetos de "Xiquilpa" <Patam ban y O cum icho, según la relación de X iquilpan (Ochoa, edit.

1985; 63, 73-74)>. Etúcuaro era parte del corregim iento de C hilchota6 ; m ientras que Valle

de G uadalupe no aparece registrado aún. Por su parte, el pueblo de Tangancícuaro estaba

sujeto a otro centro regional, Jacona (entonces cabecera en el valle de Zam ora).

6 "Etúcuaro es un pueblo de hasta veynte vezinos, está una legua del pueblo <Chilchota> hacia el norte, tiene mucho riego del propio rrío nonbrado y tiene el temple algo más caliente que Chilchota y en todo corresponde al pueblo de Chilchota como los demás, y en la lengua y tratos y granjerias Así reportó el Corregidor de Chilchota al pueblo de Etúcuaro en 1579 (OCHOA, 1885; 70). En lo único que no "corresponde", al parecer, a los demás sujetos, es en que no tenía capilla.

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Para 1760, Chilchota estaba subordinado a la A lcaldía M ayor de Tlazazalca. El

capellán, licenciado Cristóbal Ignacio Escobar y Llamas, reportó que el curato de Chilchota

<y la adm inistración del teniente dependiente de la A lcaldía de T lazazalca> abarcaba ya los

once pueblos que hasta hoy se identifican com o parte de la cañada: C arapan, Tacuro, Ichán,

Zopoco, Santo Tom ás, Huáncito, A cachuén, Tanaquillo, Urén, C hilchota y Etúcuaro. Sin

em bargo, los linderos de C hilchota abarcaban terrenos m ás allá de la cañada7 . Los lím ites

se describen de la siguiente forma:

"Lo que tendrá de distancia esta cañada será cuatro leguas de oriente a poniente en que deja form ados varios vallecitos angostos en que están fundados los pueblitos y éste <Chilchota>. Y corriendo desde este pueblo las otras dos leguas la cañada deja form ado a la banda del poniente un gran valle que siendo todo uno le nom bran G uadalupe a una parte; a otra Canindo, am bos de m i adm inistración y el resto se llam a el valle de Tangansícuaro ..." (M azín, edit. 1986; 138).

Así, para el siglo XVIII los once pueblos de la cañada ya estaban establecidos e

identificados com o ahora. En cam bio, V alle de G uadalupe y C anindo eran apenas

referencias geográficas, sin aclarar si se trata de poblaciones y de qué tipo. C hilchota fue

por m ucho tiem po la cabecera de una adm inistración que abarcaba tanto la cañada como el

valle, aunque una parte de éste correspondió siem pre al pueblo de Tangancícuaro, sujeto de

Jacona. Chilchota, localizada desde el inicio del período colonial en la parte más am plia y

baja de la cañada, fue el centro de m ercado y adm inistración m ás im portante en esa zona.

Los dem ás pueblos de la cañada y el valle estaban en las partes bajas de los cerros, pero sus

tierras se extendían sobre las m ontañas. Adem ás, las tierras del valle siguieron siendo en

buena parte tierras de ciénegas e inundaciones .

Sin em bargo, en el siglo X IX se inició una serie de m odificaciones en esta

configuración regional que afectó la frontera entre la cañada y el valle, y a pueblos

localizados en ella: Etúcuaro y V alle de Guadalupe.

7 Al norte limitaba con el curato de Tlazazalca (Alcaldía Mayor), al suroriente con los curatos deTangancícuaro (dependiente de Xacona, Alcaldía mayor de Zamora) y de Patamban (dependiente de la Alcaldía Mayor de Xiquilpan), al este con el curato de Zacapu (Alcaldía mayor de Pátzcuaro) y al sur con el curato y Alcaldía Mayor de Paracho. Para este momento, el pueblo de Jacona está subordinado a Zamora en la jerarquía administrativa.

8 Los accidentes naturales regulares, reportados en documentos de principios de siglo, son los incendios en laépoca de secas (especialmente de marzo a abril) y las inundaciones o desbordamientos de los cauces de agua en época de lluvias (especialmente de junio a septiembre), ritmos naturales que continúan hasta el presente. En agosto de 1995 el río Duero se desbordó aún en varios lugares del valle de Tangancícuaro y en los alrededores de la ciudad de Zamora.

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2.2 Etúcuaro como pueblo del valle

La estructuración regional basada en las relaciones entre una agricultura capitalista y

otra cam pesina, relevante a este trabajo, se inició desde fines del siglo XIX, y se expresó en

dos procesos sim ultáneos: el reparto de tierras de los pueblos convirtiéndolas en

propiedades privadas, acom pañado de la form ación de nuevas propiedades y poblados; y la

construcción de obras de control de aguas en el valle de Tangancícuaro para increm entar su

potencial agrícola com ercial. Estos procesos im plicaban la expansión de la m ercantilización

de la tierra y el trabajo y su reorientación acelerada hacia un m ercado capitalista.

La "desaparición" de las tierras com unales de los pueblos, o tierras "indivisas" como

se les llam a en docum entos de principios de siglo, aparece com o elem ento central en la

transform ación de la propiedad en ese período. La política de reparto de tierras "indivisas"

era una continuación de la visión liberal de la propiedad y el individuo de la época de la

reform a (desde el triunfo de los liberales y la instauración de nuevas leyes y una nueva

constitución entre 1854 y 1857). En la circular 23 del 14 de ju lio de 1902, em itida por el

gobierno del estado de M ichoacán se habla de ello:

"El G obierno considera que debe dejarse a cada persona el cuidado de sus propios intereses, y no pretende constituirse en guardián o tu tor de individuos que, com o m ayores de edad, tienen el pleno ejercicio de sus derechos; y cuando habla de proteger a los indígenas, se refiere <...> a la intervención que al Estado corresponde tratándose de puntos que la acción individual no puede atender por vicios de la antigua organización, que ahora se trata de m odificar.

"La extinción de las com unidades de indígenas acabó con una personalidad que no puede tener representación alguna <...>; y por eso es tan difícil la defensa de la propiedad invadida o sustraída, bajo las apariencias de un contrato, del goce que de ella corresponde a sus partícipes".

Según este docum ento, los fines de esa m edida son: "... dar a la propiedad raíz la

circulación que la conveniencia económ ica aconseja y que la ley fundam ental determ ina, y

de favorecer los intereses de la clase indígena"9 .

A l parecer, esa desaparición legal de las tierras de com unidades facilitó la form ación

de pequeños ranchos en la zona. Con ello se desataron litigios entre pueblos y rancheros, y

entre los m ism os pueblos, por defin ir sus lím ites territoriales. Eso m ism o ocurría en

Etúcuaro.

N o fue sólo la venta directa el m ecanism o de apropiación de tierras. E n varios

docum entos se habla de un m ecanism o llam ado "retroventa": una persona rentaba tierra

9 Legajo 1, expediente 81, ramo de gobernación, Archivo Municipal de Zamora; que contiene documentos relativos a la tramitación de la división de las tierras indivisas de las comunidades de indios, según la ley expedida el 14 de junio de 1901 por Congreso del estado de Michoacán. Sin embargo, los documentos también refieren a las múltiples dificultades que enfrentaban mediadas como ésta y la reiteración con que se impulsaron desde mediados del siglo pasado, sin alcanzar su objetivo.

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com unal a cam bio de un préstam o en dinero, por un cierto tiem po. A l final si no era

devuelto el dinero del préstam o (y aunque lo devolviera, en algunos casos) el prestam ista se

quedaba con la tie rra10. En algunos casos (com o el de E túcuaro) el dinero que pedía la

com unidad indígena era precisam ente para los gastos de los trám ites que se tenían que

hacer para defender las tierras.

En una plática con un etucuarense, de m ás de 90 años de edad, referí a docum entos

existentes en el archivo m unicipal de Zam ora sobre el reclam o que el doctor V icente V aca

Silva (de Chilchota) hacía sobre las tierras de A viña, un m anantial de E túcuaro, al norte del

asentam iento (ver m apas 3 y 4). El doctor alegaba que había com prado esas tierras a la

com unidad de Chilchota. El etucuarense entonces m e explicó que en realidad la com unidad

de Etúcuaro se las había "rentado" a cam bio de un préstam o en dinero que los etucuarenses

le fueron pagando poco a poco. A l final, éstos term inaron de pagar, pero el doctor ya no

quería dejar la tie rra11. U na versión sem ejante a ésta se da en la declaración de Porfirio Ixta

en 1905, entonces representante de la "com unidad indígena de E túcuaro"12.

Esto tiene que ver tam bién con un litigio entre Etúcuaro y C hilchota por la posesión

de un fracción de terreno entre las tierras de am bos poblados. En un docum ento de 1903 el

entonces "representante de la com unidad indígena de Etúcuaro", Porfirio Ixta, declaraba

(como parte del proceso legal de división de tierras de com unidades) que las tierras de ésta

abarcan no sólo el cerro contiguo al poblado sino tierras de los alrededores, incluyendo

parte de V alle de G uadalupe por el norte (aunque por el poniente reconocía su lindero con

la hacienda La G uarucha tal como estaba, lindero que la gente llam a "la cerca del potrero de\ i i

la N opalera") . Sin em bargo, Ram ón H errera V aca, Presidente M unicipal de Chilchota,

quien fuera consultado por el prefecto (la prefectura estaba en Zam ora) al respecto de esa

declaración, dijo que "... los datos son enteram ente falsos ( ...... ) por el contrario existen

entre estos pueblos y Etúcuaro propiedades bastante extensas que siem pre han pertenecido a

Chilchota (Abril 17 de 1903)14.

10 Archivo de la receptoría de rentas de Chilchota; expedientes de los años 1902, 1903 y 1905. Allí seencuentran varias referencias a "retroventas" acordadas y consumadas. La interpretación de la retroventa no es mía sino de Jiménez Castillo (1985: pp. 105-108, en donde se habla de los convenios de "pacto-venta" en la región).

11 Entrevista con Jesús Rosas, febrero 26 de 1995.12 Según los documentos de ese mismo expediente, el doctor usaba ese terreno para rentarlo a su vez a

productores de mezcal, pues ahí había muchos magueyes. Legajo 1, expediente 86, ramo gobernación. "Expediente relativo a la queja del señor doctor Vicente Vaca Silva, de Chilchota, contra los indígenas de Etúcuaro". Año de 1905. Archivo Municipal de Zamora.

13 Por el norte y oriente decía que las tierras de Etúcuaro limitaban con las de Huáncito, Tanamécuaro(hacienda) y Tlazazalca. Documento fechado en Marzo 26 de 1903 (ver la siguiente nota).

14 Legajo 1, expediente 3. Ramo gobernación. "Relativo a la repartición de tierras de Etúcuaro". Año de1903. Archivo Municipal de Zamora.

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Por otra parte, ai iniciar el siglo hay una franja de pequeñas propiedades (rancherías

y potreros) entre las haciendas y los cerros de las com unidades15. Es un periodo tam bién de

arribo a los poblados indígenas de población no indígena que adquirió propiedades a los

alrededores de los asentam ientos. Así, la pretención de dar a la tierra "la circulación que la

conveniencia económ ica aconseja" está relacionada con los litigios por lím ites y la

inm igración de personas de otros pueblos a tierras de las "com unidades indígenas" (en ese

m om ento denom inadas "extintas com unidades indígenas" en los docum entos oficales

relativos a la división de tierras).

Paralelam ente se construyó una infraestructura de irrigación, contem poránea a la

desecación de la ciénega de Zacapu y de una parte del lago de Ghapala, aunque con obras

de m enor dim ensión. Desde principios del siglo X X se dieron im portantes avances en la

transform ación de una zona cenegosa en un valle fértil, y de las corrientes de agua, en

canales y ríos que se aprovecharían en distintas actividades y que respetarían así los

cam inos y los asentam ientos hum anos. A l inicio del siglo había un orden en la propiedad, el

uso de recursos y los asentam ientos. Las tierras fértiles del valle eran parte de las haciendas,

entre las que destacaban Canindo y La G uaracha, localizadas al centro del valle, divididas

por el río Duero.

L a G uaracha, al norte del río, abarcaba la m ayor parte de la depresión central del

valle. A principios de este siglo se hicieron diversas obras de control de aguas en la

hacienda. Se construyó una presa o "dompe" que servía para "enlagunar" la depresión

central entre los m eses de jun io y septiem bre, con lo que se preparaba la tierra para el

cultivo del trigo (que se siem bra en noviem bre y se cosecha en m ayo-junio). U n canal,

llamado "El Tajo", que sale del Duero y atravieza la depresión, fue construido tam bién para

evitar el desbordam iento sin control del río. El nivel de agua en la parte enlagunada se

controlaba con una com puerta en el "dom pe"16. La corriente adem ás era aprovechada para

el m olino de harina de la hacienda, ubicado en la parte más occidental de sus terrenos.

Otros m olinos estaban en Tangancícuaro y C hilchota (ver m apa 3).

15 Los documentos consultados en la Receptoría de Rentas de Chilchota refieren a compras y ventas deterrenos en las laderas de los cerros, tanto en la cañada como hacia el valle, así como de conflictos entre propietarios y "extintas comunidades indígenas". Rancherías como El Pedregal, inmediatamente al sur de Etúcuaro, podrían tener su origen en esa inmigración. En el discurso de la gente esos inmigrantes no eran "indígenas", sino "blancos", especialmente de los alrededores de Purépero y Tlazazalca, centros de comercio importantes en el siglo XIX.

16 Mucha gente en Etúcuaro recuerda esas obras, pues se emplearon hasta fines de los años cincuentas parafertilizar la tierra y eliminar plagas. Aún están allí el dompe y la compuerta.

17 En un documento del archivo municipal de Tangancícuaro se habla de la existencia de 4 molinos de trigoen Tangancícuaro el 1896: el Molino de la Guaracha, fundado en 1877, propiedad del señor Luis Verduzco López residente en Zamora; el Molino de Gomar (posteriormente Molino Aurora) fundado en 1868, propiedad de Esteban García; el Molino de la Concepción, fundado en 1838,

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19

El trigo fue, hasta los años cincuentas del siglo XX, el principal producto com ercial

y sus ciclos se enlazaban con los del agua y con las obras para controlarla. A dem ás, la gente

en Etúcuaro cuenta que su ciclo de producción (noviem bre a jun io) era com patible con el

del m aíz de tem poral (mayo- septiem bre) que se sem braba en la parte baja del cerro

(ecuaros o ranchos), en terrenos húm edos del lado sur del pueblo ("G uarió" y "la isla") o

en algunas partes del valle (ver mapa 3). Así, la m ano de obra podía com binar el trabajo en

am bos cultivos. Tam bién era com patible con el ganado, pues se podía com binar su cultivo

con la obtención del pasto "carretilla", que se usaba com o forraje en una tem porada de poco

pasto en los potreros (mayo). Todo el trigo iba a los m olinos de la p rop ia región. Los

trabajos se hacían con peones que habitaban en las haciendas, pero se contrataba tam bién

mano de obra de los pueblos, especialm ente durante la siem bra y la cosecha. Los peones

eran contratados directam ente por los adm inistradores de la hacienda o a través de

medieros.

Los habitantes de la actual Guarucha, un pequeño pueblo, y de V alle de Guadalupe,

hablan tam bién de la producción de lenteja en la época de la hacienda, posiblem ente con las

m ism as form as de trabajo que se daban en el cultivo del trigo. Pero este producto se vendía

a los pueblos de los alrededores de Purépero y Tlazazalca, al nororiente del valle.

AL oriente de Etúcuaro, se construyó un canal, el "canal de la yegua", que llevaba

agua del río D uero hasta este poblado y a V alle de Guadalupe (ver m apa 3). E l agua era

ocupada en la siem bra de hortalizas y en la producción de m ezcal (para am bas labores, pero

especialm ente para esta últim a, se em pleaban peones). U n habitante de V alle de Guadalupe

y uno de Etúcuaro eran quienes se dedicaban a las "vinatas".

El m aíz se sem braba en ecuaros y ranchos de la franja periférica del valle y en las

laderas de la cañada. H ay tam bién testim onios de cultivo de m aíz en la hacienda Canindo

(que abarca las tierras m enos irrigadas del valle) y en tierras periféricas de la Guarucha,

propiedad de José Dolores Maciel; y el Molino de la Purísima, fundado en 1821, propiedad de Juan Tapia y Florencio Prado, todos los últimos vecinos de Tangancícuaro. El valor anual de la producción de los molinos era de 49,600 pesos, produciendo 6,200 cargas de 12 arrobas cada una (885.6 toneladas, a 11.5 kilos por arroba). Todo el trigo, se asegura, provenía del propio valle. Los cuatro molinos eran movidos por fuerza hidráulica; cada uno contaba con un empleado, con un sueldo de 50 centavos diarios, y cinco operarios, con sueldo de 37 centavos diarios. Estos datos permiten apreciar que el proceso de producción implicaba poca concentración de mano de obra en el molino pero seguramente mucha en la producción triguera. ("Respuesta al cuestionario relativo a la industria en general en la República Mexicana". Manuscrito. Tangancícuaro, 1896. Transcrito y comentado en el Boletín VEREDAS, TANGANCICUARO; FUENTE DE AGUA BUENA. No 16. Zamora, enero-mayo de 1994. pp. 6-9).

18 Ecuaro es una unidad de producción de maíz de temporal principalmente para el autoconsumo. Por lo menos así era, pues ahora se les llama así también a lotes cercanos a manantiales, al sur del pueblo, donde se puede sembrar maíz junto con tomate o frijol. Se trata de un cambio de significado que trataré de explicar en los capítulos III y IV.

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20

sem bradas por m edieros. Sin em bargo, para el trabajo con los m edieros y en las tierras de la

hacienda se em pleaba a peones, distinto al parecer a lo que ocurría en los ecuaros, donde se

em pleaba el trabajo familiar. La ganadería y el cultivo y venta de hortalizas por un lado, y

la elaboración de productos "artesanales" en los pueblos por el otro com plem entaban el

com plejo de actividades en las distintas unidades de trabajo.

A sí pues, la irrigación en el valle correspondía principalm ente a la producción para

el m ercado y el trabajo se hacía por m edio de peones, perm anentes o tem porales, y

m edieros; m ientras que el m aíz para subsistencia se sem braba en las tierras de tem poral y se

dirigía al consum o en los pueblos y rancherías, o al autoconsum o. U na econom ía de

autoconsum o se localizaba paralelam ente e interconectada a la econom ía m ercantilizada y

sem iproletarizada. En Etúcuaro, la gente habla de una gran diversidad de recursos

relacionados con esa econom ía: de los ríos, canales, enlagunam ientos y ciénegas se extraía

tule para fabricar petates; tam bién plantas com estibles y algunos peces que se em pleaban en

la casa o para elaborar tam ales que se vendían en los pueblos de la cañada19. A dem ás, en

los cerros se encontraban algunos anim ales incorporados a la dieta; tam bién, algunas raíces,

plantas y flores para diversos usos; en las partes altas se obtenía m adera para la

construcción, leña y para la fabricación de yuntas.

Tangancícuaro, Valle de Guadalupe y Etúcauro

D esde 1831 la región (la cañada y el valle) se dividió básicam ente en dos

m unicipios: Chilchota y Tangancícuaro. El de Chilchota abarcaba la cañada y parte del

valle, m ientras que Tangancícuaro solo incluía parte de las tierras planas. Sin em bargo, en

los dos prim eros años del siglo XX, E túcuaro y Valle de G uadalupe (junto con N oroto, una

hacienda pequeña) fueron cam biados del m unicipio de C hilchota al de Tangancícuaro. Los

discursos locales en Etúcuaro hablan de conflictos con C hilchota por la construcción del

"canal de la yegua", por los lím ites entre am bas "com unidades indígenas" y por el m altrato

de que eran objeto los etucuarenses por parte de la cabecera. E n cam bio, en docum entos

oficiales se hace alusión a una reorganización de la adm inistración territorial como la razón

19 En su catálogo de comidas de la cañada, Carlos Basauri (quen llegó a la zona junto con Moisés Sáenz) habla de los Tamales de pescaditos: "De un lago cercano a Etúcuaro, llevan a la cañada tamales de pescados, que son muy pequeños y van envueltos, asados, en hojas de maíz" (Basauri, 1990 <1949>; tomo III, 506). Ese lago posiblemente conrrespondería a las tierras "enlagunadas". Es importante hacer notar que en este catálogo de alimentos de los Tarascos de la cañada (como parte de lo que llama Cultura Material) Basauri consigna 37 alimentos elaborados con maíz y 17 con trigo, lo cual habla de la importancia que ya tenía el trigo en el consumo local (aunque muchos alimentos de trigo eran elaborados a imitación de los de maíz: tamales, tortillas).

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21

20del traslado de Etúcuaro, N oroto y V alle de Guadalupe al m unicipio de Tangancicuaro .

De este m odo la frontera m unicipal se estableció sobre la propia línea entre pueblos del

valle y pueblos de la cañada. Etúcuaro, un pueblo purhépecha de la cañada, y V alle de

Guadalupe, una población de "blancos" con relaciones hacia T lazazalca y Purépero,

reorientaban sus actividades hacia el valle.

A l inicar el siglo, las cabeceras m unicipales (Purépero, Tangancicuaro, C hilchota)

eran los lugares de plaza, de registro civil, de registro de la propiedad y pago de im puestos.

A dem ás allí estaban las parroquias, de las que dependían las capillas de todos los dem ás

poblados de la región (tenencias m unicipales y encargaturas, en térm inos de adm inistración

m unicipal; pueblos, y rancherías y haciendas en térm inos de población; o capillas, por la

jerarquía religiosa). Purépero fue un centro im portante de em igración de m estizos hacia los

pueblos indígenas de la Cañada, y una plaza dom inical a la que acudían m uchos

com erciantes y hortelanos a expender sus productos. A llí los etucuarenses conseguían cal

para nixtam al y "vino" (alcohol de caña). Es probable que por ser parte de las rutas de

arriería haya sido un im portante centro de m ercado; pero, al parecer, su im portancia decayó

al quedar fuera de las líneas de ferrocarril que conectaban a Zam ora y a Zacapu con la ruta

G uadalajara - M éxico. Por su parte, Tangancicuaro era el centro em ergente. En la época de

la hacienda algunos adm inistradores de las haciendas (quienes tam bién tenían sus propias

tierras) y propietarios de m olinos de trigo habitaban en esta cabecera. C hilchota en cam bio

había perdido im portancia relativa con la reorganización de la frontera m unicipal.

Por su parte, la ciudad de Zam ora era asiento de oficinas del gobierno estatal, pues

era cabecera del D istrito o Prefectura al que pertenencían, entre otros m unicipios,

Tangancicuaro y Chilchota. La prefectura tenía injerencia en los asuntos de litigios de aguas

y tierras en la región ; y tenía la tarea de im plem entar las políticas de división de bienes de

las com unidades indígenas. Adem ás, desde 1862-1864 (época durante la cual los

"conservadores" retom aron el poder en M éxico tratando de frenar algunas de las reform as

liberales) es sede del obispado al que pertenecen las parroquias y capillas de aquellos

m unicipios (G onzález 1994 <1978>: 118-119). En Zam ora estaban el sem inario y otros

centros de educación; era tam bién la sede de un im portante m ercado regional adem ás del

asiento de algunas pequeñas fábricas (como la fábrica de cigarrillos "La Libertad").

20 Al mismo tiempo (como se verá en el capítulo III) las autoridades de la "congregación" de Valle deGuadalupe, "encargatura" de la "jefatura" de Etúcuaro, solicitaron su erección en tenencia municipal, para no depender de ésta, alegando ser "gente de razón" (Legajo 1, expediente 124, ramo de gobernación. "Expediente relativo al la erección de Tenencia de la Congregación del Valle de Guadalupe. Año de 1904. Archivo Municipal de Zamora).

21 Algunos informantes en Etúcuaro dicen que el permiso para construir el "canal de la yegua", al inicio delsiglo, lo obtuvieron en la ciudad de Zamora.

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22

Finalm ente, en esa ciudad habitaban los "ricos", como el dr. V icente V aca Silva, quien tenía

casa en Zam ora y Chilchota, o el lie. R icardo V erduzco, político destacado en la ciudad y

propietario de la hacienda L a Guarucha. U n cam ino principal que conectaba a los centros

regionales partía de Zam ora y pasaba por Jacona, Tam ándaro, el Platanal y Tangancícuaro.

A llí el cam ino continuaba por la parte sur del valle hasta el rancho de N oroto y los N ogales;

llegaba a Chilchota y pasaba por la cañada.

2.3 Reparto agrario.

Los sucesos del periodo de "las revoluciones" (que abarcaría aproxim adam ente

entre 1918 y 1938) y los de la década siguiente, no tuvieron consecuencias en la

estructuración entre los polos económ icos y la jerarquía político-adm inistrativa, aunque sí

en la propiedad y en las relaciones entre los pueblos (por el reparto agrario y la em ergencia

de los ejidatarios como un grupo nuevo de "cam pesinos", así com o la desaparición de la

élite terrateniente).

El reparto agrario inició en la región en 1926, dotando a Etúcuaro de tierras de las

haciendas La G uarucha y Canindo , aunque después le fueron confirm adas sólo las

correspondientes a la prim era. La parte oriental de la hacienda, a partir del "dom pe", fue

entregada a Etúcuaro; y unos años después, el lado poniente fue dotado a los ejidatarios de

V alle de Guadalupe. Finalm ente, una parte quedó para los expeones de la hacienda. D e esta

m anera Etúcuaro y V alle de Guadalupe afianzaron sus vínculos hacia el valle24.

Por su parte, los pueblos de la cañada y algunos del valle recibieron restitución de

tierras com unales: los cerros (y los conflictos por lím ites). Los pueblos de la cañada (con

excepción de Tanaquillo) recibieron sólo la restitución de sus "bienes com unales". En

cam bio, Etúcuaro y V alle de Guadalupe fueron dotados de ejido en las tierras de las

haciendas, adem ás de que se les reconoció propiedad sobre los cerros del lado oriente de

am bos asentam ientos, como tierras com unales.

22 La gente en Etúcuaro llama "las revoluciones" a distintos acontecimientos ocurridos entre 1912 y 1938: en1918 las tropas de Inés Chávez, originario de Purépero, recorrieron algunos pueblos de la región; en 1918 y hasta los años veintes, tropas de la cañada (comandadas por Ernesto Prado) hacían incursiones en Etúcuaro; también en esos, años fueron movilizados ejidatarios para perseguir cristeros; y finalmente en los treintas, los grupos armados del coronel Ernesto Prado y las defensas rurales emprendieron, desde Tanaquillo y hacia toda la cañada (incluido Etúcuaro) una persecución contra los que llamaban "fanáticos". Inclusive la gente de Etúcuaro habla de que Ernesto Prado intentó llevarse la cabecera municipal de Chilchota a Tanaquillo.

23 Oficio de dotación del ejido, con fecha 24 de junio de 1926. Archivo de la Procuraduría Agraria, Zamora.24 Tangancícuaro recibió tierras de la hacienda de Canindo, lo mismo que Tanaquillo. Los trabajadores de

Noroto se quedaron con las tierras de esa pequeña hacienda.

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23

Las ’’pequeñas propiedades" fueron respetadas po r la reform a agraria. E n Etúcuaro,

habitaban desde principios del siglo algunos propietarios de pequeñas fracciones en los

alrededores del asentam iento, sin tener al parecer conflictos con la "com unidad indígena" .

A lgunos de estos propietarios se volverían ejidatarios, o se vincularían fuertem ente con

ellos. E n cam bio los etucuarenses establecieron distancias m arcadas con propietarios que no

habitaban en el pueblo . D esde entonces, E túcuaro cuenta con tierras bajo el régim en

ejidal a) poniente del pueblo, con tierras de com unidad en el cerro contiguo, y con pequeñas

propiedades hacia el norte y el sur del poblado. U na distribución sem ejante de tierras es la

que tiene V alle de G uadalupe (ver m apa 4).

Las épocas de cosecha de trigo y m aíz en E túcuaro significaban la ocupación de

abundante m ano de obra, reclutada entre los vecinos o fam iliares en el m ism o pueblo,

aunque tam bién provocó una nueva oleada de inm igración. La m ano de obra disponible

(incluidos los ejidatarios) en ciertos períodos ten ía tam bién la opción de ir a trabajar "al

norte": a la p izca de algodón a Sonora o a los Estados U nidos. H abía así una especie de

contratación por relevos: unos llegaban al pueblo o eran contratados allí m ism o, m ientras

otros (a veces los em pleadores etucuarenses) se iban a em plearse a los Estados U nidos.

Paralelam ente, va a aparecer un pequeño grupo de jo rnaleros itinerantes.

Los ejidatarios de Etúcuaro m antuvieron la técn ica del hacendado de enlagunar las

tierras bajas con el objetivo de preparar la tierra para la siem bra del trigo. Pero, debido a la

parcelación de las tierras se construyeron nuevos canales m enores que llevaban agua a todas

las parcelas, así com o cam inos y puentes. Por otra parte, el trabajo en las parcelas no era

sólo fam iliar, ni la producción era sólo de subsistencia, sino que im plicaba form as de

peonaje, m ediería y rentism o y una insersión en el m ercado capitalista a través de la

p roducción triguera.

Asentamientos

Las cabeceras continuaban concentrando las actividades de m ercado, p laza sem anal

y servicios. El registro de propiedades se hacía en Tangancícuaro y Chilchota, lo m ism o

que el pago de im puestos po r com ercio y com pra-venta de ganado. Pero, después del

reparto agrario y con la llegada de nuevas carreteras, Purépero dejó de ser central para la

reg ión de la cañada y el valle de Tangancícuaro; lo m ism o ocurrió con Chilchota. En

cam bio, Tangancícuaro, con el reparto agrario tuvo una form a nueva de acceso a las tierras

25 A pesar de que algunos habían ocupado las tierras de Guarió, que eran antes para el gasto del carguero dela Virgen. Entrevista con Jesús Rosas, mayo 11 de 1994.

26 Como ejemplo está el pleito ya referido entre "la comunidad indígena" y el doctor Vicente Vaca Silva, deChilchota. Ramo Gobernación. Legajo 1, Expediente 86. "Expediente relativo a la queja del Sr. Dr.Vicente Vaca Silva, de Chilchota, contra los indígenas de Etúcuaro". Afío de 1905.

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24

del valle a través de los ejidatarios. En Tangancícuaro adem ás, se desarrollaron m ecanism os

específicos para la prom oción de la contratación de m ano de obra para el trabajo en "el

norte". Por otra parte, con la caída de los m olinos de las haciendas, el M olino A urora de

Tangancícuaro m onopolizó el acaparam iento y financiam iento de la m ayor parte de la

producción triguera del valle. Los dueños del m olino proporcionaban créditos para financiar

la siem bra del trigo, que cobraban con interéses en la época de la cosecha, m uchas veces en

el m om ento m ism o de entrega del trigo al m olino. En Etúcuaro algunos recuerdan como la

cosecha de trigo se vendía por "adelantado" para obtener dinero en época de la siembra;

otro cuenta que la cosecha de trigo era llevada al m olino con carretas, "rodado", y allá lo

poco que se les pagaban era gastado por los etucuarenses (a veces sólo en alcohol); así, los

productores regresaban finalm ente al pueblo cansados y sin dinero. A lgunos m ás recuerdan

que el señor Enrique García, dueño del m olino A urora, tuvo uno de los prim eros carros que

llegaron al pueblo y que traía una m áquina trilladora que rentaba en época de cosecha.

Los cam inos que salían de E túcuaro revelan m ucho acerca de las relaciones entre

este pueblo y los dem ás asentam ientos. A l inicio del siglo, Etúcuaro estaba alineado a lo

largo de un cam ino que iba de sureste a norte. Por el sur conducía a Chilchota, la antigua

cabecera m unicipal; y por el norte, hacia V alle de G uadalupe, San A ntonio, Urepetiro y

Tlazazalca. En este cam ino había un entronque hacia el poniente que llevaba hacia La

Guarucha y Tangancícuaro, por el cual se llevaba el trigo recién cosechado, por m edio de

carretas (el cam ino desem bocaba exactam ente a las puertas del m olino A urora). Finalm ente,

por el lado noreste, había un cam ino hacia Purépero por el que se iban los etucuarenses a la

plaza sem anal de aquella población, a la venta de hortalizas y petates (ver m apa 3).

Pero en 1935 se inició la construcción de una carretera nacional casi sobre el camino

de Zam ora a Tangancícuaro y la cañada (que vinculó a esa región con Zacapu, L a M eseta

Tarasca, U ruapan y M orelia). Etúcuaro fue conectado con esa carretera en 1958, y el

asentam iento em pezó a cam biar de orientación, ahora de oriente a poniente. M ientras tanto,

los cam inos hacia L a Guarucha, Valle de G uadalupe y Purépero decayeron en im portancia,

producto en parte de la em ergencia de una nueva agricultura agrocom ercial bajo el control

de las em presas instaladas en Zam ora y el área conurbada.

2.4 Nuevo mercado agrícola.

A fines de los cincuentas se dejó de "enlagunar" la parte baja del ejido de Etúcuaro.

Se siguió sem brando trigo, pero aparecieron otros productos com erciales en todo el valle: el

janam argo, la fresa y la papa. El j anam argo encontró un m ercado im portante entre los

ganaderos de poblados de los alrededores de Zam ora, quienes llevaban a agostar a sus

anim ales a las tierras del valle en la época de secas. La ganadería local tam bién se

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increm entó, em pleando como agostaderos las parcelas de janam argo en la época de secas y

los potreros del cerro, en la de lluvias.

Tam bién se siguió sem brando m aíz y por disponibilidad de agua se podían hacer

dos cosechas al año. El rastrojo del m aíz se está introduciendo com o forraje en lugares en

donde en las secas no se dispone de lugares de agostadero (com o sucede en algunos pueblos

de la M eseta tarasca).

La producción de hortalizas continúa; se com ercian en plazas com o antes, pero

tam bién se venden en los m ercados de Zam ora y Guadalajara. H ay hortalizas, com o el

tom ate verde, que se venden a com erciantes de Zam ora, sin cosechar (para que el

com prador fertilice y coseche). La papa, introducida desde los años cincuentas, fue

cultivada a través del m ecanism o de "rentar" la tierra al productor de Zam ora, quien es al

m ism o tiem po el que cosecha y lleva el producto al m ercado de esa ciudad.

Paralelam ente, la instalación de las congeladoras en Zam ora y Jacona ha introducido

nuevos cultivos y form as de trabajo en el valle de Tangancícuaro. Por ejem plo, la gente

habla de productores de fresa, de Zam ora o del m ism o pueblo, que "rentaban" parcelas en el

ejido de Etúcuaro, contratando a la gente del pueblo como jornaleros. L a fresa, que requiere

de m ucha hum edad, ha im plicado un nuevo reparto del agua y la introducción de nuevos

créditos e insum os, regularm ente controlados tam bién por los propietarios de las

congeladoras, algunas agencias gubernam entales y las organizaciones de productores .

Asentamientos

Con el reparto agrario la centralidad económ ica y política de Z am ora perdió fuerza;

pero, la aparición de las agroindustrias, em pacadoras o procesadoras de algunos productos

agrícolas, volvió a colocar a Zam ora en el centro de la jerarqu ía de asentam ientos. Zam ora,

como Tangancícuaro y C hilchota es tam bién una plaza-m ercado central; sin em bargo, la red

de m ercancías abarca un am bito m ás am plio pues tiene relación con centrales de abastos de

G uadalajara y M éxico (y con Estados Unidos). En esa ciudad se encuentran las

em pacadoras de hortalizas y ñu tas, adem ás de los com ercios de insum os agrícolas y

herram ientas. Zam ora y Jacona atrajeron población de jornaleros tem porales para el trabajo

en las hortalizas, población que form ó nuevos barrios a los alrededores de am bas

poblaciones.

A dem ás, las oficinas y servicios gubernam entales y el crecim iento del com ercio y

los servicos hicieron que se am pliara un grupo de "sectores m edios" en la ciudad: los

27 Algunos habitantes de Etúcuaro culpan a los pesticidas empleados en la producción fresera de ladesaparición de especies comestibles de los ríos y canales, como los pescaditos usados en laelaboración de tamales.

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bancos que dan financiam iento a los productores agrícolas de la región y las oficinas de

asuntos relacionados con la producción y la tierra (la de la Secretaría de A gricultura y

Recursos H idrahúlicos desde los sesentas y la de la Secretaría de la R eform a A graria -antes

D epartam ento de A suntos A grarios y Colonización- instalada desde los años setentas) .

A llí se encuentran tam bién los centros de educación superior para la región y m uchos

com ercios y servicios especializados (venta de autom óviles, transporte foráneo).

Chilchota continuó siendo cabecera m unicipal de la cañada y un m ercado

im portante, adem ás de que allí se han desarrollado los talleres de azahares y las panaderías.

Los azahares tienen un m ercado m uy am plio (que llega hasta los Estado Unidos).

Tangancícuaro sigue siendo m ercado y plaza im portante. A dem ás, cuenta con tiendas y

com ercios especializados (papelería, abarrotes, farm acia), algunos de los cuales surten a las

tiendas de los pueblos cercanos. Tam bién cuenta con otros servicios: hoteles, gasolinería y

bancos, adem ás de oficinas de servicos públicos, clínicas e inspección escolar, por ejem plo,

a los que deben acudir los habitantes de su dem arcación. Así, aparte de los ejidatarios y

jornaleros en Tangancícuaro se encuentran los pequeños industriales, com erciantes y

prestam istas, una "pequeña burguesía" (igual que en las otras cabeceras). Tam bién se

em pieza a am pliar la burocracia y los profesionistas (m aestros, em pleados del gobierno

m unicipal y de clínicas públicas y privadas).

D e los años cincuentas en adelante las cabeceras m unicipales siguieron siendo

plazas com erciales sem anales im portantes y centros adm inistrativos. Sin em bargo, varias

escuelas prim arias y secundarias se han abierto en los pueblos, adem ás de que algunas

capillas han sido elevadas a la categoría de Parroquias. Etúcuaro y V alle de Guadalupe

tienen ahora categoría de parroquias; am bos pueblos cuentan con escuela hasta el nivel

secundaria. Otro es el caso del pueblo de La Guarucha, ahora llam ado Francisco J. M újica,

form ado con los antiguos peones de la hacienda quienes se instalaron en los alrededores del

"jacal" del hacendado cuando se les dotó de ejido. Los tres son tenencias m unicipales del

m unicipio de Tangancícuaro.

N inguno de estos pueblos cuenta con m ercado establecido ni p laza sem anal. En el

caso de Etúcuaro, los com ercios establecidos son regularm ente de algún ejidatario o

pequeño propietario. N orm alm ente el local está en la propia casa del propietario, aunque

tam bién hay establecim ientos separados' de m ayor tam año que la "tienda" (uno de ellos en

V alle de G uadalupe es conocido com o "Superm ercado"). Son el dueño y su esposa o hijos

quienes se dedican a atenderla. V enden artículos diversos: latas, frituras, alcohol y

refrescos; pero algunos tienen tam bién frutas y verduras, m edicinas, papelería, algunas

28 En Uruapan también hay oficinas de la SRA donde se tratan los asuntos de los Bienes Comunales de la mayor parte de las poblaciones de la Meseta y la Cañada.

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27

herram ientas e insumos para la agricultura, alim entos para anim ales de corral y a veces

cam bian dólares. M uchos van a Tangancícuaro o Zam ora a surtirse de los artículos que

venden, pero tam bién hay com erciantes de abarrotes de Tangancícuaro que llegan en sus

cam iones a vender m ercancía a cada tienda. R ecientem ente han aparecido algunos

com ercios especializados (funeraria y farm acia) en V alle de G uadalupe. Hay clínica pública

en E túcuaro, así como m édicos particulares en V alle de G uadalupe.

E n los tres pueblos hay pequeños propietarios y ejidatarios. Pero una buena parte de

los trabajadores jóvenes y adultos se va a los Estados U nidos a trabajar como jornaleros

agrícolas. M uchos de los jóvenes de ahora van a Estados U nidos por medio de las redes de

apoyo que han creado sus papás y abuelos, e inclusive algunos han nacido allá. El trabajo

en la parcela con jornaleros tem porales, la renta de tierras a distintos productores y la

m igración a los Estados Unidos son las actividades m ás im portantes en térm inos de

ingresos para los habitantes de estos pueblos, adem ás del com ercio.

Sobre una franja de tierras entre le valle y la cañada o los cerros periféricos se

localiza la m ayor parte los asentam ientos del valle de Tangancícuaro. A lgunos de estos son

rancherías, que en térm inos adm inistrativos son encargaturas m unicipales dependientes de

alguna tenencia m unicipal. Su capilla corresponde a la parroquia de algún pueblo contiguo.

El Pedregal y la Cofradía, poblaciones al sur de Etúcuaro, sobre unas lomas pedregosas, son

asentam ientos de ese tipo. La gente se dedica a la agricultura de tem poral, o de riego

cuando cuenta con m anatiales o lugares cercanos a los ríos. En el caso de El Pedregal,

algunos terrenos son lugares de recreo para habitantes de Zam ora, con canchas de

basquetbol o alberca. Hay pequeñas tiendas como las del tipo ya referido en el caso de los

pueblos.

L a m ayor parte de los poblados considerados com o indígenas están localizados en la

periferia. Son jefaturas de tenencia y la m ayoría cuentan con parroquia. En lugares como

Patam ban, O cum icho o los pueblos de la cañada se dispone de tierras com unales en los

cerros contiguos, en donde se puede encontrar algunos terrenos para producción de

tem poral. M uchos de los habitantes de los pueblos de la cañada trabajan com o jornaleros

agrícolas o peones en las ladrilleras o, en la albañilería; tam bién existen allí pequeños

talleres fam iliares de pan, ladrillo o cerámica. La excepción de estos pueblos es Tanaquillo,

poblado que dispone de tieras de ejido en la parte baja e irrigada, aunque el poblado está al

centro de la cañada . Pero en esos m ism os pueblos tam bién hay pequeños propietarios de

tierras y de talleres de ladrillo que contratan mano de obra local. A dem ás, hay algunos

interm ediarios de los productos locales y otros com erciantes propietarios de pequeñas

29 Su acceso a tierras del valle tiene que ver con el papel de Ernesto Prado durante los años treintas, y su relación con Lázaro Cárdenas.

Page 32: EL COLEGIO DE MICHOACAN

28

tiendas en las cuales se puede encontrar una gran variedad de productos (debido a la

cercanía de los pueblos a la carretera).

3 C onclusión

Al iniciar el siglo varios centros regionales se disputan y com parten el control sobre

la región. Tangancícuaro aparece com o un centro em ergente en esta configuración regional.

Pero hay una preponderancia de Zam ora. En el período de las revoluciones se genera una

com petencia entre centros regionales por su influencia sobre los pueblos. En este período se

continuó con el reacom odo de la je rarqu ía de asentam ientos que se inició con la creación de

los m unicipios y la reasignación de algunos poblados al m unicipio de Tangancícuaro.

E túcuaro com o pueblo lim ítrofe sufría de las cam biantes influencias a veces desde la

cañada y otras desde el valle. F inalm ente se estableció una jerarquía , ordenada prim ero

desde Tangancícuaro (m olino, cabecera m unicipal, créditos, m ercado) y luego po r Zam ora

(oficinas gubernam entales, m ercados, carretera, servicios, agroindustrias).

Estos cam bios en la jerarquía de asentam ientos y la reorganización de las fronteras

regionales pueden ser entendidos com o correlatos geográficos de un proceso de

estructuración de relaciones sociales a partir de la interrelación entre una agricultura

cam pesina y una agricultura capitalista. A l m ism o tiem po, los cam bios exam inados aquí en

las form as de apropiación del trabajo y de orientación de la propiedad y los recursos son

parte de procesos de proletarización y m ercantilización de las relaciones de trabajo. Se trata

entonces de una estructuración de relaciones sociales entre áreas de m ercantilización y

proletarización desigual y aquellas de producción de subsistencia y de relaciones de trabajo

no m ercantilizadas. Todo ello se puede exam inar de m anera particular a partir de la

com petencia por el trabajo pasado acum ulado (presas y obras de control de aguas) y el

trabajo presente (peonaje y jom alerism o, así com o interm ediación com ercial), y su

orientación hacia ciertas formas de producción y consum o. Sobre estas coordenadas es

posible hacer una aproxim ación a la com posición social (de clases, com o "clases en el

papel" - B ourdieau 1990) según las posiciones de los agentes en esta estructuración social,

y con ello hacer un acercam iento a lo que R oseberry llam a los sujetos antropológicos

(1989: 125). Estos aspectos de la com posición social son claves para analizar la form ación

de grupos, la producción del discurso ideológico y la construcción de la localidad como

m arco de interacción, com o se exam inará en los siguientes capítulo.

Page 33: EL COLEGIO DE MICHOACAN

29

CUADRO 1 : ESTRUCTURACION DE RELACIONES ENTRE CENTRO Y PERIFERIA.PERIODIZACIÓN, 1900-1995

PERIODO CENTRO PERIFERIA

HACIENDA1900-1926

* Haciendas: control de tierra y agua/ Producción mercantilizada, peonaje

* Pueblos: ranchos y mediería/ huertas, potreros y vinatas/Tiendas

* Cabecera municipal: ranchos y mediería/ molinos de harina/plazas semanales

* Ciudad: servicios, plaza semanal, mercado regional/. Burocracia, propietarios de haciendas

* Lucha por control sobre tierras de los pueblos (comunales)Producción de subsistencia/ artesanía/ mano de obra temporal

REFORMAAGRARIA1926-1960

* Dotación ejidal a pueblos y cabecera/ producción comercial/ contratación de jornaleros y mediería/ migración de mano de obra al "norte".

* Cabecera municipal: Molino, compra y financiamiento de trigo/ Plaza semanal/ contratación de jornaleros y mediería/ migración de mano de obra al "norte".

* Ciudad regional: Molinos, compra y financiamiento de trigo/ Plaza semanal y mercado regional/ servicios y burocracia/ contratación de jornaleros y mediería/ migración de mano de obra al "norte"

* Restitución de tierras comunales y dotación de ejidos/ producción de subsistencia/ artesanía/ mano de obra temporal

AGRO-INDUSTRIA

1960-1995

* Ciudad regional: agroindustria transnacional/ servicios y burocracia/ Plaza semanal, mercado regional/ contratación de jornaleros, mediería y renta de tierras/ inmigración de pueblos - emigración a agroindustria a Estados Unidos y a ciudades del centro de México.

* Cabecera municipal: molino de trigo, talleres de azahares, pan y ladrillo/jornaleros y migración a ciudades y a agroindustria en Estados Unidos. ~~

* Pueblos: nuevos cultivos, insumos y sistemas de crédito/ rentismo y venta de parcelas/ cultivos comerciales/ contratación dé jornaleros y migración a agroindustria en estados Unidos y a ciudades

* Producción de subsistencia/ artesanía/ mano de obra temporal (jornaleros - trabajo a domicilio)/ migración a ciudad y al "norte".

Page 34: EL COLEGIO DE MICHOACAN

30

CUADRO 2: TIPO DE ASENTAMIENTO SEGUN LA JERARQUIA DE MERCADO Y LA JERARQUIA POLITICO - ADMINISTRATIVA

TIPO DE

ASENTAMIENTO

JERARQUIA DE MERCADO JERARQUIA POLITICO-

ADMINISTRATIVA

Pueblo periférico * Agricultura de subsistencia, artesanía y

jomalerismo

* Agricultura comercial y manufactura

* Intermediarios comerciales

♦ Jefatura municipal.

♦ Escuela primaria y secundaria

♦Parroquia

Ranchería central * Agricultura de subsistencia y comercial

* Intermediario comercial y prestamista

♦ Encargatura municipal

♦ Escuela primaria

♦ Capilla

Pueblo central * Agricultura de subsistencia y comercial

* Intermediario comercial y prestamista

♦Tienda y comercio especializado

♦ Jefatura de tenencia

♦ Escuela Primaria y secundaria

♦ Clínica

♦ Parroquia

Cabecera

municipal

* Agricultura de subsistencia y comercial

* Plaza semanal

* Mercado agropecuario

* Agroindustria (trigo)

♦Tienda, comercio y servicios

especializados

♦ Cabecera Municipal

♦ Escuelas primaria, secundaria y

preparatoria

♦ Oficinas de Hacienda del estado

♦ Oficinas de comités municipales de

partidos políticos

Ciudad regional * Agricultura de subsistencia y comercial

* Plaza semanal

* Mercado Agropecuario

* Agroindustria (trigo y fresa)

* Tienda, comercio y servicios

especializados

* Cabecera municipal y de distrito

♦ Escuelas de educación básica y superior

♦ Oficinas del gobierno estatal y federal

* Comités municipal y estatal de Partidos

políticos

Page 35: EL COLEGIO DE MICHOACAN
Page 36: EL COLEGIO DE MICHOACAN
Page 37: EL COLEGIO DE MICHOACAN

MAPA 3 ‘- E T U a m o a l \MtCU\fr EL SIGLO X X« * VAU.E OE

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Page 38: EL COLEGIO DE MICHOACAN

APA H: ETÜCUARO AL FINALIZAD EL SIGLO XX

Page 39: EL COLEGIO DE MICHOACAN

35

CAPITULO 2: LOS SUJETOS ANTROPOLOGICOS: ETUCUARO Y LAS

LOCALIDADES DE LA REGION

1 Grupos de clase

La estructuración de relaciones entre una agricultura capitalista (con formas

desiguales de proletarización) y una agricultura de autosubsistencia periférica (con

instituciones fundadas en el trabajo del grupo dom éstico y en redes de relaciones

personales); así com o el tipo de asentam iento según las jerarquías de m ercado y político

adm inistrativa, constituyen coordenadas fundam entales para una aproxim ación a la

interacción de agentes y grupos de agentes. A partir de estas coordenadas se puede

presentar una com posición de clase en térm inos de clase probable1. D e esta form a, las

localidades pueden ser vistas como lugares de interacción entre grupos de clase . C on ello

se pretende hacer un replanteam iento de la pregunta acerca de las im plicaciones que tiene

esta organización espacial en la form ación de grupalidades. U na pregunta concreta

relevante a este argum ento sería: ¿por qué en E túcuaro los cam bios que Sáenz denom inó

"m exicanización" se dieron en cuatro generaciones, m ientras que en los pueblos de la

cañada, después de los años treintas y cuarentas hubo una revitalización de los m odelos de

organización com o el cabildo, los cargos y el im aginario de una com unidad indígena?. La

com posición de clase es una parte fundam ental de la explicación de esos procesos .

El análisis de la com posición de clase se realizará a partir de datos sobre grupos de

clase diferenciables en Etúcuaro. Sobre esta base se podrá referir a una com posición

regional de clase, hasta donde sea pertinente para este trabajo, y después será posible hacer

una aproxim ación a cultura como "polos de coherencia cultural", com o m odelos de cultura

de los cuales las grupalidades de clase locales son transform aciones.

2 Etúcuaro.

En E túcuaro se puede hablar de varios grupos de clase, que en térm inos de "cultura

íntima" serían transform aciones de dos culturas de clase: "campesina" y "ranchera". Sobre

la base del control sobre las tierras de riego (ya sea a través de propiedad, renta o m ediería)

1 Como "regiones" de agentes con posiciones cercanas en el espacio social constituido por relaciones depoder o distintas formas de "capital", en términos de Bourdieu (1990: 284-287), y "cultura de clase" como abstración, en términos de Lomnitz-Adler (1992:27-33).

2 Lo que Lomnitz-Adler llama "culturas íntimas", que son transformaciones de cultura de clase.3 Lomnitz-Adler propone que para entender una "cultura íntima" y sus cambios es necesario ubicarla en la

organización de la interacción entre distintas culturas íntimas dentro de una cultura regional. En un análisis espacial de cultura, las prácticas culturales de ciertos grupalidades se pueden entender como "culturas íntimas", es decir, como cultura de clase localizada.

Page 40: EL COLEGIO DE MICHOACAN

36

y la capacidad para contratar peones e invertir en productos com erciales, se establece una

división social que en térm inos de categorías locales tiene variaciones en el tiem po. A l

iniciar el siglo se habla de "rancheros", "medieros" y "hortelanos", quienes contrataban

"peones" locales, la m ayor parte sólo de m anera tem poral según los ciclos de trabajo. En

ese sentido se podría hablar de dos grandes grupos de clase, diferenciados pero

relacionados: el "cam pesino" o "ecuarero", que se dedicaba a la siem bra "para la casa"

(maíz) con trabajo fam iliar no rem unerado, al peonaje y/o a alguna actividad artesanal

com plem entaria. O tro grupo estaría com puesto por los "rancheros" que contrataban peones

para el trabajo agrícola, cuya cosecha en parte se iba a m ercados locales y en parte a la casa;

algunos de estos productores se dedicaban tam bién al com ercio o la arriería, a la

elaboración de artículos com o los petates de tule y en algunos casos a la producción de

mezcal. Esta división se reprodujo con nuevas categorías en el período posterior a la

reform a agraria.

El grupo "cam pesino-ecuarero" paso de ser dom inante a residual. Su trabajo está

orientado hacia la siem bra para el consum o de la casa. A dem ás, com o com plem ento de esta

actividad, trabaja com o peón o elaborando algunas "artesanías" (petate, alfarería, alim entos

preparados) para venderlas y generar ingresos m onetarios a la unidad dom éstica. Su

siem bra es regularm ente de tem poral, estableciendo una coordinación entre los ciclos de

siem bra cosecha y el trabajo asalariado en otros lugares. Se trata entonces del trabajo

conjugado de los m iem bros de la unidad dom éstica, en donde se com bina el ecuaro con la

"artesanía" y su traslado para la venta en la carretera, en los centros recreativos cercanos o

en la cabeceras y en la ciudad. A hora tam bién se puede com binar con la m igración de los

m ás jóvenes a la ciudad (sobre todo m ujeres, que se em plean com o trabajadoras

dom ésticas) o a los Estados U nidos (sobre todo los hom bres com o jornaleros). Este tipo de

grupo de clase "cam pesina" podría ser lo suficientem ente am plia, especialm ente en los

pueblos periféricos; no así en Etúcuaro, que es pueblo central y donde otro grupo em ergió y

se constituyó en dom inante.

El acceso a tierras del valle por m edio del reparto agrario resultó en la form ación de

una nueva categoría de cam pesino, transform ación del ranchero (que, com o se exam inará en

capítulos posteriores, im plicaría la form ación de un grupo diferenciado dentro de la

localidad). A unque al principio se form aba tanto por ecuareros com o por rancheros y

m edieros pronto se volvió un grupo propio, a partir de su organización y sus relaciones con

ejidatarios de otros poblados y con la burocracia estatal. El "cam pesino-ejidatario" (como el

"ranchero") siem bra para consum ir y tam bién para el m ercado: "arriesga" en cultivos

com erciales, contratando a veces créditos (con algún prestam ista, con el m olino, con la

em pacadora, con alguna organización de productores o con el banco). En algunas ocasiones

Page 41: EL COLEGIO DE MICHOACAN

37

renta sus tierras a algún productor del m ism o ejido o pueblo, o a abastecedores del m ercado

de Zam ora. A lgunos com binan sus actividades con la m igración laboral hacia los Estados

Unidos. Los ejidatarios prósperos cuentan con m aquinaria agrícola (tractores y trilladoras)

que rentan durante los períodos de siem bra y cosecha a otros productores; en otras

ocasiones m antienen pequeños com ercios en la localidad, o com pran ganado. A lgunos m ás

envían dinero a sus hijos que estudian en la ciudad (y quienes después los retribuyen al

inscribirlos al seguro social o enviándoles dinero de lo que ganan como em pleados de la

burocracia).

El "ranchero" o "pequeño propietario" -de dom inante a residual, pero con m ayor

estabiliad que el "ecuarero"- orienta su producción hacia el consum o y el m ercado. En el

caso de Etúcuaro algunos m antienen pequeños com ercios, ganado y m áquinaria agrícola o

m edios de transporte (antes m ulas, bestias y yuntas, ahora cam iones y tractores). E n

Etúcuaro la relación entre estos pequeños propietarios y los ejidatarios es m uy estrecha.

A lgunos habitantes de este pueblo tienen acceso tanto a pequeña propiedad com o a parcela

ejidal por m edio de m atrim onio o la herencia. Se podría decir que en el caso de Etúcuaro y

tal vez de V alle de Guadalupe, pertenecen a un m ism o grupo de clase. Sin em bargo, en las

rancherías son un grupo distintivo, lo m ism o que en algunos pueblos periféricos y en las

cabeceras m unicipales (especialm ente durante el periodo posterior al reparto agrario).

El "peón o jornalero" es un grupo em ergente y subordinado que ha pasado por

varias transform aciones. Actualm ente, parte de la población en E túcuaro vive del trabajo

asalariado. Y a desde el inicio de siglo ha habido grupos de peones, pero algunos de ellos

eran jóvenes que esperaban convertirse en jefes de fam ilia (a través del m atrim onio o de la

ocupación del lugar del padre a su m uerte) para tener acceso a tierras de cultivo propio;

m ientras otros sólo eran peones tem porales. Ahora, la franja de peones se ubica sobre todo

entre los m ás jóvenes e inclusive entre las m ujeres y los niños; m uchos de ellos no

accederán a terrenos propios. U na buena parte de los jóvenes varones se van a la ciudad o a

los Estados U nidos como jornaleros o peones perm anentes4 .

4 Desde una perspectiva que considerara sólo el proceso desigual de proletarización, dos de los grupos mencionados (el del campesino-ecuarero y el del peón) formarían parte de un sólo grupo de semiproletarios; inclusive habría que establecer una diferenciación al interior del grupo de rancheros-ejidatarios, en base a la condición de semiproletarios de sectores del mismo grupo. Sin embargo, resulta importante la distinción de grupos en base no sólo al proceso de proletarización sino también a un proceso mayor de mercantilización de las relaciones sociales y las posibilidades de la presencia de espacios de producción autónoma sobre la base de relaciones no mercantilizadas ni proletarizadas. De ese modo, el grupo campesino ecuarero (con sus espacios de producción de autoconsumo y de trabajo doméstico no remunerado, así como sus instituciones basadas en redes de relaciones personales no mercantilizadas) ocupa un lugar distinto en el espacio social que el peón que vende su fuerza de trabajo de manera casi permanente, aunque itinerante. Por otra parte, es desde el punto de vista de las relaciones en la localidad que el grupo ranchero-ejidatario se

Page 42: EL COLEGIO DE MICHOACAN

38

Los "profesionistas'’ son un grupo em ergente en el pueblo (com o en otros pueblos

de la región). Sin em bargo, hasta esta generación están m uy vinculados con los

"cam pesinos", especialm ente con los "ejidatarios"; m uchos son hijos de cam pesinos. Por

ello no constituyen un grupo diferenciado en el pueblo. Sin em bargo, sí lo son en las

cabeceras m unicipales y en la ciudad regional, apareciendo com o los "sectores m edios"

em ergentes. Al parecer, E túcuaro ha podido jugar un papel central en térm inos de su lugar

en las influencias políticas debido a que algunos etucuarenses ocupan puestos en la

burocracia o en em presas parestatales, en las ciudades de Zam ora, M orelia y M éxico.

3 Grupos de clase en otros lugares

Se puede observar que en Etúcuaro estos grupos de clase no constituyen clases

diferenciadas del todo5 . Sin em bargo, en otro tipo de asentam iento sí se pueden presentar

como grupos de clase diferenciados, especialm ente los pequeños propietarios y ejidatarios,

que se conform an como pequeña burguesía en las rancherías o en otros pueblos, y los

"profesionistas" como los "sectores m edios", parte de la "pequeña burguesía" en la ciudad;

adem ás de los jornaleros, como "proletariado" en las cabeceras y la ciudad.

En los pueblos com o Etúcuaro, los com erciantes son tam bién ejidatarios o pequeños

propietarios. Hay casos en que no son ejidatarios ni propietarios, pero invierten su dinero en

las actividades agrícolas, rentando tierras o adm inistrándolas en periodos en que los dueños

no las atienden (por estar en las ciudades o en los Estados U nidos trabajando). Sin em bargo,

en algunos pueblos periféricos el grupo de rancheros-com erciantes fue un grupo

diferenciado, al parecer con form as de vida distintivas (que se planteaban en térm inos de

"blancos" habitando entre "indios"). Sáenz refiere a ellos cuando habla de personas de

Purépero, Chilchota, Tangancícuaro y Zam ora que tom aron tierras o establecieron

com ercios en los pueblos de la cañada; los llam a "acaparadores y agiotistas" por sus

actividades en estos pueblos (Sáenz 1936: 255-257). Fueron ellos los que ocuparon los

puestos públicos m ás im portantes en las com unidades y en C hilchota durante las prim eras

décadas del siglo. Este podría ser un grupo sem ejante al que, para el caso de las aldeas

periféricas de M orelos, Lom nitz-A dler identifica com o "caciques" (1992: 115-116). Ernesto

distingue como tal, debido a su condición de empleadores de peones para una producción de carácter comercial. Todos en ese sentido son productores de mano de obra, pero unos lo hacen desde una agricultura autónoma, otros desde una agricultura mercantilizada y con distintos grados de proletarización, mientras que otros lo hacen ya dentro de los procesos mismos de proletarización.

5 Hasta muy recientemente se distinguen por la división entre ejidatarios y no ejidatarios. Pero otros ejes de diferenciación se han estado poniendo enjuego durante el período de estudio. Ver capítulo VI.

Page 43: EL COLEGIO DE MICHOACAN

39

Prado, coronel de reserva que es conocido como "cacique" de la cañada y m iem bro de una

fam ilia de pequeños propietarios que habitaban en varios pueblos de la cañada, fue entre los

años veintes y cuarentas líder de una facción de esta clase que com batía con otras facciones

por el control de los cargos públicos en el m unicipio; al m ism o tiem po com batía a los»

grupos de cam pesino-ecuareros de la región (identificados com o los "fanáticos") com bate

que se expresaba especialm ente a través de una lucha contra ciertas prácticas religiosas, que

no eran m ás que los cargos, el ciclo de fiestas y sus gastos y consum o ritual. Por o tra parte,

en Tangancícuaro, aunque los "rancheros" m antuvieron una equilibrada lucha contra los

"ejidatarios" por el control del m unicipio, después de los años de las "revoluciones" am bos

grupos form aron parte de una pequeña burguesía local en las cabeceras m unicipales

(integrada por ejidatarios y rancheros prósperos, com erciantes e industriales) que

m antendría el control sobre los puestos públicos. En las cabeceras m unicipales y en la

ciudad los com erciantes aparecen como un grupo distintivo, tam bién parte de una pequeña

burguesía local. U n im portante com erciante de Tangancícuaro (Julio D uarte) era nativo de

V alle de G uadalupe y ahora su hijo es un com erciante próspero m iem bro de los sectores

adinerados e influyentes en esa cabecera. En las cabeceras m unicipales y en la ciudad

regional están tam bién los pequeños industriales, sobre todo los vinculados con el m ercado

agrícola regional, con el trigo y el ganado en el caso de Tangancícuaro. Sin em bargo,

tam bién están los propietarios de m anufacturas com o la de los azahares de boda en

Chilchota.

Sobre este grupo en la ciudad de Zam ora no cuento con inform ación. Parece que

algunos negocios de los años cincuentas tenían su origen en la inm igración de los "ricos" de

pueblos y cabeceras de los alrededores, como V alle de G uadalupe (G onzález 1994 <1978>;

159-160, 174). U n pequeño industrial de Zam ora en los años cuarentas y cincuentas (Pedro

Rocha) era originario de V alle de Guadalupe, y la fortuna fam iliar se originó, al parecer, en

la producción de m ezcal en ese pueblo.

El "sector m edio" urbano está formado por la buracracia gubernam ental, la privada

y la eclesiástica. Este grupo se ha am pliado m ucho en las cabeceras y las ciudades, sobre

todo con el crecim iento de los servicios gubernam entales (educación y salud) y privados

(profesionistas como m édicos y veterinarios) y con la expansión del com ercio. Su

crecim iento en Zam ora tiene que ver con los cam bios en la econom ía que se d ieron a partir

de 1950, y la adm inistración gubernam ental a partir de los años setentas, cuando m uchas

oficinas de asuntos agropecuarios se instalaron en Zam ora com o parte de un program a de

decentralización de servicios del gobierno federal.

Los "grandes industriales" em ergieron después de los años cincuentas con la

instalación de las congeladores exportadoras de productos agrícolas, m uchas de ellas

Page 44: EL COLEGIO DE MICHOACAN

40

originadas en capitales externos a la región. E n cam bio, el grupo de ’’hacendados"

constituye un grupo de clase desplazado de la configuración de clases a partir del reparto

agrario.

El "proletariado" es un grupo em ergente, pero aún sin presencia distintiva. Las

formas predom inantes de trabajo en la región han dado origen a los jo rnaleros m óviles,

entre los servicios, la "industria" y la agricultura; entre el trabajo local y la m igración hacia

el norte. En los pueblos algunas form as de trabajo asalariado involucran a los m ás jóvenes y

en algunos casos a m ujeres y niños (como es el caso de la cosecha de la fresa y la papa). En

algunos casos no se dan las relaciones a partir de la form a salarial sino de pago a destajo

sobre trabajo a dom icilio (com o en los azahares). A sí que no se trata de un grupo

diferenciado sino que aparece como parte del m ism o cam pesinado de la región. Sin

embargo, algunos no van a alcanzar tierras, o ya no las tienen. M uchos jóvenes salen a

trabajar a los Estados U nidos o a G uadalajara y M éxico y se quedan allá com o trabajadores.

Cuando regresan a sus pueblos por tem poradas se m uestran con m aneras públicas de

distinción, que tienen que ver con el consum o: carros, vestido, bebidas alcohólicas, y

m úsica -especialm ente aquella que tiene su origen entre los m exicanos en los Estados

Unidos, tocada por bandas o grupos. L a gente en Etúcuaro llam a "cholos" a esos grupos de

jóvenes. D urante sus estancias en la región esos grupos de jóvenes se apoderan de las plazas

de los pueblos, cabeceras y la ciudad, las tardes de los dom ingos y los días festivos. Cuando

se van la vida en los pueblos vuelve a ser predom inantem ente "cam pesina", aunque ahora,

en Etúcuaro, se puede hablar de un grupo em ergente de jornaleros y jornaleras, com o los y

las jóvenes que llegan al pueblo a las dos de la tarde provenientes de los cam pos de fresa,

cubriéndose del sol con gorras y suéteres.

En Zam ora, al parecer, no hay ningún grupo antiguo de "proletariado". Tal vez por

eso es más significativa la presencia de organizaciones de productores agrícolas o de

ejidatarios (com o algunos que se integraron a El B arzón, o la agrupación de productores de

hostalizas que m ontó su propia em pacadora en la ciudad) que de sindicatos. Estos se

form an más bien con los em pleados gubernam entales6 .

6 Por ejemplo, el sindicato de policías del estado, el cual organizó un paro en los primeros meses de 1995 demandando aumento salarial. Otro caso es el de los maestros de escuelas públicas, con una organización sindical de nivel estatal y nacional, cuyas demandas se dirigen sobre todo en contra de las autoridades en la capital del estado o la del país (aunque sus paros de labores tienen consecuencias loclales importantes).

Page 45: EL COLEGIO DE MICHOACAN

41

CUADRO 3: LOCALIDADES Y GRUPOS DE CLASE (SEGUN CATEGORÍAS LOCALES)

ANTES DE LA REFORMA AGRARIA

DESPUÉS DE LA REFORMA AGRARIA

60s - 90s

Pueblo Ecuarero/ peón Ecuarero/ peón Ecuarero/ jornaleroperiférico

Ranchero Pequeño propietario Pequeño propietario/Comerciante Comerciante comerciante/

propietario de taller

Pueblo Ecuarero/ peón Campesino/ peón Campesino/jornaleroCentral

Ranchero/ mediero/ Pequeño propietario y Pequeño propietario ycomerciante ejidatario, rentista

Comerciante/ prestamistaejidatario rentista

Comerciante prestamista y agricultor comercial

Peón Peón/ jornalero-migrante

Profesionista

Jornalero

Profesionista

Cabecera Ecuarero/ peón Campesino/ peón Campesino/ peónmunicipal

Ranchero/ mediero/ Pequeño propietario/ Pequeño propietario/comerciante/ ejidatario rentista/ ejidatario rentista/

administradores de hacienda Propietarios de Molinos de

comerciante comerciante

trigo Agroindustrial y prestamista

Agroindustrial e inversionista de servicios

Profesionistas Profesionistas/ burocracia

Jornaleros

Profesionistas/ burocracia

Jornaleros y trabajadores

Ciudad Ecuarero/ peón Campesino/ peón Campesino/ peónRegional

Ranchero/ mediero/ Pequeño propietario/ Pequeño propietario/comerciante/ administradores ejidatario rentista/ ejidatario rentista/

de haciendas comerciante comerciante

Hacendados/ propietarios Propietarios de Molinos Agroindustriales de lade molinos de trigo de harina,/ banqueros fresa, banqueros y

comerciantes de insumos agrícolas

Profesionistas/ burocracia Profesionistas/ burocracia Profesionistas/ burocracia

Peón agrícola Peón/j omalero migrante Jornalero itinerante/ trabajadores de servicios

Page 46: EL COLEGIO DE MICHOACAN

42

4 Polos de coherencia cultural

L a localización de la cultura de clase, a partir de grupos o "culturas íntim as" perm ite

entender las particularidades de la diferenciación y la organización de la interacción cultural

en distintos espacios. Lo que Lom nitz-A dler sugiere en térm inos m etodológicos es partir de

los "polos de coherencia cultural" en tom o a los cuales se podría com prender las distintas

"culturas íntim as" (1992: 37-39). En este caso se podría hablar de tres polos im portantes de

cultura de clase.

U n polo sería la cultura cam pesina, centrada en la com unidad y la m em bresía en

ella. Esta cultura está relacionada con la propiedad sobre un territorio com unal, el gasto

ritual en celebraciones religiosas, la relación entre ciclos rituales y los ciclos de vida, la

colaboración en trabajos colectivos, es decir que tiene que ver con la "com unitas"

cam pesina y su ritualización. L a com unidad im plica una jerarqu ía establecida en tom o a la

categoría de "respeto" (com o se exam inará en los capítulos IV y V). Por otra parte, las

relaciones establecidas en la com unidad im plican form as de trabajo no m ercantilizadas,

incluso se podría hablar de reciprocidad: la faena (trabajo com unitario), la pepena

(recolección de granos que quedan después de la cosecha), el pago del trabajo agrícola en

maíz, el trabajo fam iliar no rem unerado, y la m ism a propiedad com unal sobre la tierra (que

im plica que el acceso a ella está condicionado a la m em bresía y participación en la

com unidad: parentesco, cargos religiosos y civiles, faenas y cuotas). Las transform aciones

de esta cultura están presentes principalm ente y son tal vez dom inantes en la periferia.

O tro de los polos sería la cultura ranchera (o del cam pesino independiente) fundada

en el individualism o com petitivo (en contraste con las redes de relaciones en com unidad),

la apropiación privada sobre la tierra (com o m ercancía) y la producción com ercial en base a

relaciones de patrón - peón. En el discurso ranchero hay un énfasis en la diferencia de

sangre entre los indios y ellos m ism os (discurso que se repite en form a inversa entre los

propios "indios"). Este tipo de polo de coherencia cultural se podría encontrar en pueblos

com o V alle de G uadalupe, pero tam bién en rancherías com o El Pedregal. U n tercer polo

debería ser la cultura pequeño burguesa, especialem ente en C hilchota y Tangancícuaro,

pero carezco de inform ación acerca de ella.

Se puede esperar que las culturas íntim as en Etúcuaro, y en los pueblos de la región,

sean transform acinones de estos polos de coherencia cultural, que acom pañaron a la

reorganización de la configuración regional. Las localidades y la m ism a configuración

regional son espacios constituidos a partir de estas transform aciones y de la dinám ica de

em ergencia, perm anencia o desaparición de grupalidades y la organización de la interacción

cultural. M ás adelante se tratará la relación entre grupos de clase, cultura e ideología en

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Etúcuaro, al hacer un análisis de las visiones contrastantes de com unidad (en los capítulos

IV y V).

5 Ideología de raza

U na fuerte com petencia entre los habitantes de Etúcuaro y V alle de G uadalupe se ha

desarrollado por lo m enos desde el m om ento de la reorientación de Etúcuaro hacia el Valle.

Esta com petencia revela algunos de los discusos ideológicos dom inantes acerca de la

negociación del lugar de los agentes en el espacio social . A dem ás perm ite hacer una

aproxim ación com parativa acerca de las diferencias entre las jerarquías de prestigio que

orientan a los im aginarios de com unidad en V alle de G uadalupe y Etúcuaro.

A lgunos de los fundam entos de esa com petencia entre las dos poblaciones se

encuentran en las disputas por las tierras y por el control y m anejo del agua. E túcuaro se

encuentra en una situación priv ilegiada puesto que el río D uero entra al valle por sus

linderos, adem ás de que varios m anantiales están dentro de sus tierras. En el archivo de la

je fa tu ra de tenencia se encuentran distintos docum entos que hablan de recurrentes

discusiones entre las autoridades de Etúcuaro con las de V alle de G uadalupe, Francisco J.

M úgica y Tangancícuaro, discusiones relativas al m anejo del agua. En algunos casos se

trata de acordar la distribución del agua entre las labores agrícolas de los distintos

productores, pero en otras tam bién se tra ta de quejas por las inundaciones que provoca el

desbordam iento de los canales por falta de limpieza. Los docum entos datan de los años

cincuentas, aunque estas discusiones debieron ser recurrentes desde el reparto agrario

(cuando las obras de control del agua pasaron a m anos de los pueblos, especialm ente de

Etúcuaro). En mayo y jun io de 1995 (durante la tem porada de trabajo de cam po) el

presidente del com isariado ejidal se quejaba de que, por falta de lim pieza de los canales del

lado de los ejidos de V alle de G uadalupe y Tangancícuaro, algunas parcelas de trigo del

ejido de Etúcuaro se estaban m ojando en plena época de la trilla (cuando el trigo debe estar

seco y el terreno duro para el uso de trilladora mecánica).

Pero la com petencia se estableción tam bién por el lugar dentro de la jerarquía-

político adm inistrativa. Por ejem plo, los etúcuarenses presum en de su escuela com o m ás

7 Se trata de ideología en su sentido pragmático: sistematizar elementos de una cultura para ejercer poder (Lomnitz-Adler 1992: 34; Friedrich 1989: 300-302); lo que Lomnitz-Adler llama una ideología localista: "ideologías acerca de la naturaleza y lugar de una cultura íntima en la sociedad más amplia.." (1992: 34). Aunque ".. las ideologías localistas son construidas por medio de elementos de culturas íntimas ... pueden ser usadas para crear grupos de identidad transclase" (Lomnitz-Adler 1992: 37). En este caso se empleará ese sentido de ideología localista: una ideología que es usada para crear un grupo de identidad transclase en Etúcuaro y negociar su lugar en una competencia con los vecinos de Valle de Guadalupe.

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8 • •antigua que la de V alle de G uadalupes ; además, reclam aban com o injusto que la capilla de

E túcuaro estuviera por algunos años (entre los cuarentas y cincuentas) subordinada a la

Parroquia de Valle de G uadalupe, puesto que Etúcuaro es "pueblo más antiguo".

Desde el otro extrem o, un docum ento de 1904 habla del reclam o que hacían los

habitantes de V alle de G uadalupe por estar subordinados a Etúcuaro en térm inos de la

adm inistración m unicipal (pues era una encargatura de la je fa tu ra de tenencia de Etúcuaro).

En la solicitud que hacían al gobernador para que se erigiera como tenencia a ese pueblo,

los guadalupeños decían que:

"... dado el núm ero de sus habitantes <....>. La im portancia de su com ercio, su agricultura consistente en productivos terrenos de labores de m aíz y trigo y otras sem illas, su m agnifico tem plo, su establecim iento de Instrucción prim aria obligatoria lo hacen presentar un aspecto de verdadero pueblo y no de sim ple congregación ... Por razón de raza, é idiom a, sus habitantes en su totalidad son de razón y no indígenas, por cuanto a sus aptitudes la m ayor parte poseen los conocim ientos de Instrucción de prim er grado capaces de d irigir los destinos de un pueblo ..." .

Es im portante hacer notar el señalam iento que se hace de la com posición de la población

"por razón de raza": "gente de razón" e "indígenas", puesto que el discurso racial es uno de

los m ás fuertes en la ideología localista hasta el presente.

Rodolfo (un etucuarense de cincuenta años) explica que la gente de V alle de

Guadalupe y la gente de Etúcuaro son de distinta "raza". A quellos tienen "sangre española"

y los etucuarenses tienen "sangre indígena". Sin em bargo, los de sangre indígena están m ás

aclim atados a estos lugares y por eso son m ás resistentes. Esa es la razón por la cual los

habitantes de V alle de G uadalupe envejecen m ás rápido, les salen canas m ás jóvenes, y

aguantan m enos, viven m enos tiem po10. Durante un paseo por V alle de G uadalupe, un niño

etucuarense de 12 años decía que las "viejas" de V alle de G uadalupe son m uy bonitas, pero

al prim er hijo se ponen viejas, huesudas y feas11.

U na visión que sintetiza la com petencia y diferencia entre am bos pueblos a partir de

una ideología racial, de sangre, la presenta R icardo (nacido en 1923). D ice que sólo

Etúcuaro, Huáncito y Carapan son "pueblos fundados"; los dem ás fueron creados durante la

8 Un etucuarense recuerda con orgullo que Pedro Rocha, el más "rico" de Valle de Guadalupe hizo susprimeros estudios en la escuela de Etúcuaro; venían los "ricos de Valle", pues en aquel pueblo no había escuela (Conversación con Porfirio Ixta, mayo 12 de 1995). Sin embargo, en el documento que cito más adelante uno de los argumentos que presentaban los guadalupeños era que contaban con establecimiento de instrucción primaria ya en 1904.

9 Archivo Municipal de Zamora. Legajo 1, expediente 124. Ramo de Gobernación. "Expediente relativo a laerección de Tenencia de la congregación de El Valle de Guadalupe". Documento con fecha 19 de septiembre de 1904.

10 Conversación y paseo con Rodolfo Báñales, mayo 18 de 1994.11 Conversación y paseo con Francisco Villanueva, Juan Luis Reyes y José Alejandro Vaca, niños de 12 años.

abril 21 de 1994.

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colonia12. Se llam a desde esos tiem pos Etúcuaro de Santa M aría: "¡Cóm o tenían idea, los

antiguos, de la religión, que así llam aban a su pueblo: de Santa M aría!". V alle yn

Chilchota tenían sacerdote, pero Etúcuaro no. Los de V alle "se apegaban a que su pueblo

era parroquia antigua". Por eso Ricardo trabajó haciendo gestiones para que Etúcuaro

tuviera sacerdote, y escribió una historia de E túcuaro, ayudado por un sacerdote, para

m ostrar que es pueblo m ás antiguo y m erece un cura de planta (lo que se logró en 1965).

Para él Etúcuaro fue indígena y sigue siendo parte de la cañada: "me duele que m e digan

que Etúcuaro ya no es de los once pueblos". La diferencia entre V alle y Etúcuaro es de

sangre, y es que "el V alle es una sangre; nosotros som os de otra, nosotros som os indios".

"La raza indígena ... ha dado tantos m úsicos, m aestros, em pleados .."14. "Aquí -dice

R icardo- som os indios, descendientes de indios, de la m ism a sangre". En una ocasión, otro

etucuarense le argum entaba que ya no son indios, pues han dejado la lengua; pero Ricardo

decía que puede ser que ya no se hable "el tarasco" en el pueblo, pero de todas form as se

lleva la sangre de ind io15. Los de V alle son de sangre distinta, por eso "no conviven". Si el

agua fuera de allá, o viniera de allá hacia Etúcuaro, "no nos darían agua"16.

Otro etucarense m e decía que "Etúcuaro ten ía títulos de los españoles, pero se los

recogieron y los llevaron a M éxico". "Los de V alle se creen Españoles". "Pura raza blanca

hay allí". "Ellos han hecho m uchas calum nias contra Etúcuaro. Hubo enfrentam ientos ..." .

Es a través de esta ideología racial, de diferenica de sangre, que se p iensa y se

establece (se objetiviza) la disputa con el pueblo vecino. Pero tam bién desde el pueblo

vecino se m aneja esa ideología (como se ilustra en el docum ento citado en páginas

anteriores). Felipe N avarrete, de Valle de G uadalupe, dice: "en aquel tiem po en que

com enzam os a vivir aquí, viéndonos con ellos <los etucuarenses> la gente ten ía otra ...,

cómo le diré, otro pensam iento .... Peleábam os los grandes y yo no sé a qué se debía eso".

"Como ellos son indígenas y nosotros no somos pues, quien sabe haya sido por eso.

12 Dicen que -comenta Ricardo- en la punta del cerro hay restos de una iglesia, de los primeros pobladores,los "aztecas". Después, el pueblo se trasladó a un lugar llamado "shaapar'o", que la gente conoce como Rosales. Allí había un manatial y matas de aguacate. Después se fue a otro lugar conocido como la capilla, más abajo aún.(Entrevista con Ricardo Ixta, abril 15 de 1994).

13 Chilchota -dice Ricardo- quizo llevarse el pueblo, juntarlo con él. Pero los de Etúcuaro no quisieron. Lagente de Chilchota no quería que se hiciera el canal de la Yegua (el canal que corre por el oriente del pueblo); se querían llevar al pueblo para allá; se llevaban las limosnas de la iglesia y hasta la cera del día de la fiesta. Por eso hubo enfrentamiento cuando uno de Etúcuaro dio aviso a los de Chilchota de la apertura del canal. Además, durante "la liga" (ver capítulo III) fueron gentes armadas de Tanaquillo y Chilchota las que, junto con algunos del pueblo, quemaron los santos y tomaron la iglesia...

14 Entrevista con Ricardo Ixta, abril 15 de 1994.15 Conversación con Ricardo Ixta, mayo 18 de 1995.16 Conversación con Ricardo Ixta, mayo 31 de 1995.17 Entrevista con Alfredo Rodríguez, abril 24 de 1994.

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<Som os> com o por allá de esos pueblitos <dice señalando hacia Tangancícuaro, G óm ez

Farías ...> Y no se si es la diferencia en la sangre o qué será" .

E sta ideología racial que habla de diferencia de sangre com o fundam ento de la

diversidad de localidades y costum bres, refiere sobre todo a la relaciones entre los

rancheros y los indios. Al parecer esta ideología podría provenir del período colonial y el

establecim iento de las relaciones entre la población autóctona y los colonos y sus

descendientes asentados en sus villas, pero debió funcionar tam bién com o ideología de

relaciones entre los rancheros que em pezaron a recolonizar los pueblos y las tierras de

indios durante el siglo pasado. El hecho de que la com prensión de los conflictos entre los

pueblos en térm inos de "sangre" tengan que ver con los que eran niños y adultos al iniciar

el siglo así lo indica.

Sin em bargo, es un discurso con tal fuerza que sigue siendo una form a de explicar

las diferencias entre pueblos en la actualidad (incluso se presenta entre niños). La

reivindicación de esa diferencia de sangre (una form a de naturalización de la diferencia) en

el discurso de los etucuarenses (tom ar com o fundam ento la "sangre india" para negociar la

superioridad -resistencia, adaptación, antigüedad- de los etucuarenses y de los indios como

grupo de identidad m ayor frente a otros grupos) sirve com o base para que los etucuarenses

se expliquen otros aspectos de su propio "carácter": lo abierto, festivo, am igable de los

etucuarenses en com paración con los guadalupeños (cerrados y desconfiados, tristes). Hay

otras diferenciaciones pensadas sobre esta base: los guadalupeños com o gente rica,

ahorrativa, frente a los etucuarenses, pobres y derrochadores. Próspero, otro etucuarense de

aproxim ádam ente cincuenta años, dice que platicando con un señor de Tangancícuaro,

concluyeron am bos que los habitantes de V alle son "... m ás listos pa' la tratada", "más

ricos", "gente m ás ahorrativa, económ ica". En cam bio, los de Etúcuaro, explicaba Próspero,

"somos tarascos ... otro sistem a .. prietitos ... nos gusta trabajar, gastar lo que tenem os". "Al

etucuarense, le gusta gastar lo que gana". A quí -pone com o ejem plo- la fiesta patronal dura

una sem ana, allá sólo un d ía19.

Felipe N avarrete y Ricardo Ixta coinciden en que ahora ya se están revolviendo los

de Etúcuaro con los de Valle, se realizan m atrim onios com unes y ya no hay peleas . De

alguna m anera, la m ezcla de sangre perm ite tam bién pensar la superación de las diferencias.

18 Entrevista con Felipe Navarrete. Valle de Guadalupe, mayo 8 de 1995.19 Conversación con Próspero Gerónimo, junio 6 de 1995.20 Conversación con Ricardo Ixta. mayo 31 de 1995.

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6 costumbre y progreso

Por otro lado, frente a los pueblos de la cañada los etucuarenses explican sus

diferencias com o diferencias de grado. H ay una diferenciación establecida a partir de una

ideología de progreso, por lo que en ese caso se habla de diferencias de costum bres. Por

ejem plo, A m ador com entó, durante la fiesta del 12 de diciem bre de 1994, que Etúcuaro fue

uno de los once pueblos de la cañada, fue purhépecha. A hora sólo se conservan algunas

constum bres. Según él, la fiesta del 12 de diciem bre es parecida a las que se hacen en los

pueblos, sólo que allá dura más, dura varios días; en cam bio aquí sólo dura un día .

M uchos presum en de la organización en el pueblo. En una larga asam blea en donde

se presentaban cortes de caja había de vez en cuando un poco de desorden y el presidente de

la asam blea, Isidro, llam aba constantem ente la atención, sobre todo a los jóvenes que se

sientan al fondo de la gran sala: ".. orden chavos, ... eso es a lo que vienen nomás?".

H ablaba de la im portancia de los cortes de caja: "Todo con inform e al pueblo, porque son

cooperaciones que hem os aportado todo el pueblo en general". E n otra intervención dijo:

"es una tradición que tenem os ... som os celosos de los ingresos y egresos de la com unidad

... <y lo digo> especialm ente para los que son nuevos en la reunión" . Por su parte, un

taxista de Los N ogales al hablar de la construcción del tram o de carretera a Etúcuaro decía:

los etucaurenses "..son unos indios m uy organizados" .

E n otra ocasión Isidro explicaba que los etucuarenses m ilitantes de un partido de

oposición en el pueblo "no saben de historia ...no conocen el progreso". L a ciencia y el

progreso, m e explicó, así son: "poco a poco vem os com o estam os en otro sistem a, en otra

cultura, podríam os decir, m ás adelantada. Es com o el que hace un cohete, lo ve que sube,

pero sólo un kilóm etro, entonces se pregunta por qué <y continua trabajando>. A hora ya

hay gente en el espacio, cam inando allá arriba ...". "Aquí la p laza estaba sin kiosco. Eran

unos charcos con ranas, no había calles en el pueblo .... A hora ya hay plaza ... estam os

superándonos en nuestra cultura"24.

N uevam ente Ricardo Ixta ofrece una síntesis de esta ideología de progreso: "Aquí

<com o en los pueblos de la Cañada> tam bién som os indios. <Sin em bargo> este pueblo

progresa ... m ientras que aquellos pueblos siguen igual, con sus fiestas, su lengua, sus

costum bres". "Creo que después que se apartó <Etúcuaro de C hilchota> entró la25

civilización ... escuela, ejido ... todo"

21 Conversación con Amador Rodríguez, danzante de los "maringos". 12 de diciembre de 1994.22 Asamblea general del día 25 de enero de 1995.23 Conversación con Taxista, mayo 17 de 1995.24 Conversación con Isidro Castell, abril 16 de 1995.25 Conversación con Ricardo Ixta. mayo 31 de 1995.

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7 Ricos y pobres

H ay una clasificación que refiere a "ricos" y "pobres", que está presente tam bién

como distinción entre localidades. Seguram ente tiene que ver con ciertas ideologías de

"clase" producidas durante las revoluciones. Ausencio (1900 aprox), quien participó en el

ejército de Inés Chávez, dice que M iguel Regalado fue quien inició en la región de Zam ora

el m ovim iento de quitar tierras a las haciendas, "en contra del capital" . Por su parte, Isaac

(1908 aprox), quien no participó en la revolución aunque sí persiguió cristeros ya com o

ejidatario, dice que "el capital y el clero son pues los ricos. E llos escondían el m aíz 'no hay,

no hay', decían". Por eso Inés Chavez llegó a Tangancícuaro a abrir las casas, las tiendas y

el m olino y a sacar los costales de m aíz a la calle (lo que se recuerda com o "m anos libres").

Esa es la interpretación que tiene Isaac de esos acontecim ientos . A m bos, A usencio e

Isaac, coinciden en que los ricos estaban en Zam ora, y que por ello el "gobierno" -el

ejército federal- estaba m ás preocupado en defender la ciudad que los pueblos y rancherías.

Lo m ism o dice Felipe N avarrete, de Valle de Guadalupe.

R icardo aplica esta dicotom ía a la diferenciación entre m ás ricos en el V alle de

G uadalupe y m ás pobres en Etúcuaro . Tam bién los n iños hablan de eso; durante un

recorrido por V alle de G uadalupe unos niños etucuarenses hacían com paraciones entre la

m ayor cantidad de casas de cem ento ("m odernas") y de antenas parabólicas en V alle de

Guadalupe de las que hay en Etúcuaro. Eso era para ellos indicador de la diferencia entre

am bos pueblos29.

Los discursos de clase ya están presentes en los docum entos oficiales desde inicios

de siglo, pero se referían a indígenas como clase (es decir, em pleaban una ideología racial

como fundam ento de clasificación en "clases sociales"). A sim ism o se desarrolló un

discurso de clase con los bandos de revolucionarios que se m ovilizaban en la región,

adem ás de los discursos de los prim eros gobiernos de la revolución. Pero al parecer es la

m ism a ideología racial la que funciona como fundam ento de la división entre indios y gente

de razón, lo m ism o que para la de ricos y pobres . Sin em bargo, es probable que se pueda

estar presentando un desplazam iento de aquella ideología de sangre por form as distintas de

clasificación y de negociación del lugar. Antes, dice un etucuarense, las m uchachas de

6 Entrevista con Ausencio Alvarez, mayo 19 de 1994.27 Entrevista con Isaac Aguilar, mayo 9 de 1994.28 Entrevista con Ricardo Ixta, abril 15 de 1994.29 Conversación y paseo con Francisco Villanueva, Juan Luis Reyes y José Alejandro Vaca, niños de 12 años.

abril 21 de 1994.30 Ver adelante el debate acerca de la identidad de Porfirio Ixta, "blanco, pero indio tarasco".

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V alle de G uadalupe discrim inaban a los de Etúcuaro que buscaban novia, aunque tuvieran11

dinero y tierras. Pero ahora ya hay m atrim onios entre am bos pueblos .

8 Conclusión

En térm inos de la clasificación de tipos de asentam iento, Etúcuaro y V alle de

G uadalupe se presentan com o dos localidades con m uchos paralelos, com o se ha referido en

el capítulo anterior. Inclusive, el m ism o proceso de estructuración de relaciones entre una

agricultura cam pesina y una capitalista, y sus correlatos espaciales en térm inos de

m odificación de la je rarqu ía de asentam ientos, fue el que produjo un paralelism o histórico

entre Etúcuaro y V alle de G uadalupe com o dos pueblos em ergentes del valle.

Sin em bargo, en térm inos de com posición de clase las dos localidades presentan

im portantes diferencias que se m anifiestan en una orientación hacia jerarquías de prestigio

diferentes. Por un lado, Etúcuaro está orientado principalm ente hacia los centros de la

burocracia gubernam ental del estado postrevolucionario. E n cam bio, las relaciones de V alle

de Guadalupe parecen estar orientadas hacia otra jerarquía, aquella que tiene com o polo

central la pequeña burguesía en la cabecera m unicipal y la ciudad regional. Por o tra parte,

esto im plica jerarquías de prestigio diferentes al in terior de cada localidad: aquella

orientada por el polo cultural cam pesino y su im aginario de com unidad indígena

reinterpretados am bos después del reparto agrario; éste, orientado por la cultura ranchera.

La orientación hacia una jerarqu ía estatal postrevolucionaria y el establecim iento de

las diferencias entre Etúcuaro y los pueblos vecinos en base a las ideologías articuladas de

sangre y progreso, han servido de base para la producción de una identidad transclase en la

localidad, una identidad en térm inos de etnicidad m estiza (sangre india y progreso). A su

vez, la reorientación de E túcuaro hacia el valle y la com petencia entre los pueblos de la

frontera entre el valle y la cañada, establecida en térm inos de sangre y progreso, estuvo

acom pañada de una reconstrucción de la comunidad: a fines del siglo pasado, E túcuaro era

uno de los once pueblos tarascos de la cañada, pero en el transcurso del siglo X X Etúcuaro

dejó de ser un pueblo purhépecha. Este cam bió puede ser entendido com o una

reinterpretación de los significados de la "comunidad". Las referencialidad m utua entre las

instituciones locales ha cam biado (Lom nitz-A dler 1992: 37-39) con la incorporación de

nuevas instituciones y la refuncionalización de otras ya existentes. Lo que se propone es

que la reorganización cultural está orientada por distintos im aginarios de com unidad,

31 Conversación con Próspero Gerónimo, junio 6 de 1995.

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construidos desde visiones contrastantes dentro de la localidad. En el siguiente capítulo se

revisarán los cam bios en las instituciones locales, para en los subsiguentes, presentar los

distintos im aginarios de com unidad.

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CAPITULO III: REFUNCIONALIZACION E INCORPORACION

La reorganización de la jerarquía de asentam ientos y los cam bios en la com posición

de clase en la región dejan ver un E túcuaro com o pueblo plural desde el inicio del siglo. Por

un lado, era una localidad atravesada por diferencias de clase fundadas en la estructuración

regional de las relaciones entre una agricultura cam pesina y una agricultura de tipo

capitalista. Por o tra parte, los cam bios en la jerarqu ía político-adm inistrativa colocaron a

Etúcuaro entre los polos culturales cam pesino-indígena y ranchero. Los discursos de

identidad del pueblo fundados en diferencias de sangre y progreso, reflejan esa situación

limítrofe.

L a reorientación de Etúcuaro hacia el valle y la com petencia con los otros pueblos

estuvieron acom pañados de una reconstrucción del im aginario de com unidad. En este

capítulo se presentan algunos elem entos de esa reconstrucción, particularm ente lo relativo a

las prácticas com unitarias institucionalizadas, su refim cionalización y reinterpretación, así

como la incorporación de instituciones translocales com o la escuela y el ejido.

I Etúcuaro al iniciar el siglo1

Etúcuaro se localiza a 500 mts. al norte del lugar por donde el río D uero entra al

valle. C uenta con varios m anantiales y con el "canal de la yegua" que conduce agua del río

Duero sobre la parte alta del pueblo. D urante las dos prim eras décadas del siglo el pueblo

fue un sólo núcleo de población, apenas unos "ranchitos", dice la gente, con una capilla y

sin plaza en el centro. La única calle era el cam ino que venía de C hilchota y atravesaba

hacia el norte, hacia Purépero y Tlazazalca. A lo largo de esa calle estaban las casa de

algunos de los m edieros y pequeños propietarios. N o había m ás que veredas entre las casas,

y no existía puentes para pasar de un lado a otro de los arroyos y barrancas (ver m apa 3).

A cerca de la propiedad sobre la tierra es difícil tener una idea clara. En los registros

de propiedad de la receptoría de rentas se encuentran docum entos sobre com pra-venta,

"retroventa" y herencia de tierras en las partes bajas de la cañada y la franja entre ésta y el

valle; pero sólo cinco (de 1904) hablan de propiedades en Etúcuaro. E n uno se habla de un

1 La memoria sobre lo que era el pueblo es muy vaga y hay pocos documentos que hablen de ello. Aunque muchos recuerda a un representante, nadie da nombres de los que ocuparon cargos. Inclusive, sólo un informante pudo dar los nombres de los cargos de la virgen; solo tres informantes (nacidos entre 1900 y 1915) hablaron de la danza de "los negritos". Se trata de informantes que nacieron y llegaron a adultos antes de los grandes cambios que significó el ejido. Es importante ésto porque en el pueblo los adultos varones son "jefes de familia" cuando se casan o sustituyen al padre cuando ha falecido. Ello significa tener que dar "servicios" a la comunidad y ocupar cargos religiosos o civiles, además de participar en asambleas, faenas y en el pago de cuotas (o sea representar prácticas comunitarias).

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terreno que vendió M aría Justa a Rafael Ortiz, aclarando que "... la vendedora hubo el

predio descrito por tradición de sus antepasados" . O tros tres docum entos hablan de la

venta de terrenos que hizo M áxim o Cervantes a sus hijos Faustino, Luis y M axim iana3 . El

último refiere a un terreno com prado por Cleofas A guilar a Sotero A lvarez en 19014 . Los

inform antes, por su parte, dan algunos nom bres: Porfirio Ixta, tenía propiedades al poniente

del pueblo; los A lvarez, al sur, al norte y al oriente; Juan Gerónim o, al norte; A polonio

Rodríguez, al oriente, a unos 100 m etros de la actual plaza; Faustino Cervantes, al norte y al

sur del pueblo. A sí se puede ver que aunque era una com unidad indígena, con sus tierras

comunales, en ese m om ento "indivisas", estaba rodeada de pequeñas propiedades, m uchas

de ellas sobre las tierras de la com unidad5 .

Ecuaros, huertas, potreros, vinatas y hacienda

M ás im portante que la propiedad para aproxim arse a las instituciones del pueblo era

el tipo de unidades de trabajo. El "ecuaro" era un cultivo hecho en lotes de las partes m ás

llanas del cerro, tierras que eran propiedad de la com unidad indígena de E túcuaro (aunque

había problem as de lím ites con los poblados vecinos de C hilchota y V alle de Guadalupe).

Se trataba de una unidad de producción de m aíz de tem poral orientado al autoconsum o que

regularm ente se hacía con trabajo fam iliar (lo que representa una form a de trabajo poco

m ercantilizada y no asalariada). A lfonso Castell decía que su abuelo m aterno, C lem ente

2 Expediente Avisos Notariales 1904. Archivo de la Recptoría de Rentas. Chilhcota. (Oficio fechado enTangancícuaro, el 21 de abril de 1904).

3 Se trata de varios lotes con distinta ubicación: uno en el punto llamado "La Virgen" que lindaba con SoteroAlvarez, Martín Ixta y Antonio Ixta; otro en el punto llamado "Santa Cruz", lindaba con Octaviano Cervantes, Faustino Cervantes, Pablo Ixta, Severo Cruz y Manuel Barajas; otro en "los tepetates", con lineros con Faustino Cervantes, Anastacio Ixta, Porfirio Ixta, Pablo Ixta Hernández y Severo Cruz; otro en "la loma" (ahora barrio) que lindaba con el de Crispin Fernández, con herederos de Juan Gerónimo "y por el norte con terreno de la excomunidad de este pueblo <Etúcuaro>"; otro terreno en el punto llamado "la lima", que linda con terrenos de Camilo Vaca, Nicolás Ixta, Leonardo Acevedo y Félix Gerónimo; otro en el punto "condembo" (?) que linda con terrenos de Cesáreo Rodríguez y los herederos de Octaviano Cervantes; otro en "El fresno" lindando con propiedades de Luis Cervántes, Julián Vaca y Julián Gerónimo; otro en el punto "el Guaje", que linda con herederos de Octaviano Cervantes y de Pablo Hernández y los de Vicente Rodríguez; otro en el punto llamado "Juan Palmo", que linda con terrenos de la excomunidad, con los de herederos de Luis Alvarez y los de Antonio Cervantes (DC06 146-148. Expediente "Avisos Notariales 1904". Archivo de la Recptoría dé Rentas. Chilchota).

4 Expediente "Avisos Notariales. 1904", archivo de la Receptoría de Rentas, Chilchota.5 Hay una toponimia en el pueblo que podría indicar algunas de las originales ocupaciones de tierras como

propiedades particulares. Por ejemplo, hay un lugar conocido como el Rincón de los Alvarez (propiedad actualmente de los hijos de Rafael Alvarez). Probablemente "Aviña", "Soto" y "Rosales" (lugares al nororiente y oriente del poblado) hagan referencia a antiguos ocupantes de esos sitios. Sin embargo, éstos sitios son ahora parte de los terrenos comunales. Tal parece que la distinción entre terrenos comunales y pequeñas propiedades era ambigua en ese momento.

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Duarte, se dedicaba a sem brar m aíz y frijol en "ecuaritos", con "azadón"6 . Jesús Rosas,

recuerda del m ism o m odo el trabajo en el ecuaro, y dice que así trabajaban "los antiguos" .

Por otro lado, en las "huertas" se cultivaba productos com erciales (chile y tom ate

verde o "de tecata", principalm ente). La hortalizas se sem braban en traspatio o en algunos

terrenos del sur y poniente del pueblo, que contaban con agua suficiente. Se hacía en

propiedades particulares o en tierras de la hacienda. Se trataba de em presas fam iliares,

aunque en ocasiones se requería de "peones" (trabajadores pagados). L a producción iba en

buena parte a las plazas sem anales de algunos pueblos de la cañada y la m eseta tarasca,

adem ás de Chilchota, Purépero y Tangancícuaro. M uchas veces el m ism o hortelano era

vendedor en las plazas. Julián Vaca, el suegro de Jesús Rosas, sem braba hortalizas al lado

poniente del pueblo: chile, repollo, cebolla, jitom ate y tom ate . Pedro C ervantes Paz

(nacido en 1895 aprox.) tam bién se dedicaba a sem brar y com erciar hortalizas9 . Lo m ism o

hacía Félix G erónim o, quien aparte era m ediero de la hacienda10. E llos se encargaban de

transportar y vender las hortalizas en Zam ora, Purépero o los pueblos de la cañada y la

m eseta tarasca11.

Algunas unidades eran denom inadas "potreros" y en ellas se com binaba el ganado

con m aíz de tem poral. Las vacas com ían rastrojo y abonaban la tierra para el m aíz (aún hoy

se em plea esa com binación). Varias pequeñas propiedades al norte y oriente del pueblo se

recuerdan com o potreros. Lo m ism o ocurría con algunas tierras de la hacienda, que eran

trabajadas "a m edias" y eran em pleadas como "pasteaderos" para los anim ales de la

hacienda. El m ás im portante era el "Potrero de la N opalera", localizado entre el pueblo y la

hacienda la Guarucha.

A lgunos terrenos se dedicaban a la producción de mezcal. Por ejem plo, Francisco

Rocha, de V alle de Guadalupe, y Sotero A lvarez de Etúcuaro tenían terrenos de m agueyeras

en donde se "jimaba" la planta; esos terrenos estaban en la parte baja del cerro, aunque las

"vinatas" se localizaban en lugares con disposición de agua (que se usaba en la

6 Entrevista Alfonso Castell; Tanaquillo, mayo 23 de 1994.7 Entrevista con Jesús Rosas, mayo 11 de 1994. Por su sordera avanzada, Jesús emplea muchas veces señas

con las manos y el cuerpó, o expresiones faciales para decir algunas cosas. Cuando fuimos a su ecuaro yo veía como saludaba a algunas personas en el camino, diciéndoles cosas con señas: con el brazo saludaba y sonreía con el rostro; luego indicaba la dirección que llevábamos con un movimiento de brazo, y finalmente decía "voy a trabajar", flexionándose un poco al frente y simulando jalar con ambos brazos un azadón. Todo sin abrir la boca. Los que sembraban ecuaros de temporal también se dedicaban a otras actividades complementarias (elaboración y venta de tamales de pescado, petates de tule) y al peonaje. Pero es probable que hubiera ya otras formas de entender y trabajar el ecuaro, según lo que se revisará más adelante, en el siguiente periodo.

8 Entrevista con Jesús Rosas; mayo 11 de 1994.9 Entrevista con Pedro Cervantes; junio 1 de 1994.10 Entrevista con Jesús Gerónimo, nieto de Félix; junio 16 de 1994.11 Especialmente en los pueblos con comercio regular como Cherán o Paracho.

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ferm entación y destilación de la "tuba"). En estos casos se contrataba "peones", y en

algunos testim onios se habla de que parte del pago se hacía en "vino".

Finalm ente, estaba como alternativa la hacienda, en cuyas tierras m uchos trabajaban

com o "peones" (cuadrillas reclutadas por el m ediero o arrendatario de la hacienda en el caso

de L a G uarucha, o contratados directam ente por le adm inistrador de la hacienda en el caso

de Canindo) especialm ente en periodo de cosecha. A dem ás se ten ía la práctica de la

"pepena", que consistía en que las cuadrilas de trabajadores cortaban el m aíz o el trigo y

después algunos, los más pobres, regularm ente niños o ancianos, recogían, para ellos, lo

que iba quedando detrás de la cuadrilla .

Así, las distintas unidades de producción im plicaban relaciones de trabajo que iban

desde la producción de autoconsum o de la unidad dom éstica, hasta el peonaje. Sin

em bargo, en m uchas de esa unidades al parecer se em pleaban relaciones personales o

com unitarias (propiedad com unal, por ejem plo) para desarrollar el proceso de producción.

Inclusive el reclutam iento para el peonaje en la hacienda se hacía por m edio de relaciones

entre conocidos (auque los pagos eran en dinero). U na m ujer, por ejem plo, m e narró en

pocas palabras com o era la vida en la casa y las propiedades de Porfirio Ixta: Porfirio tenía

tierras en "Jacuaro" y en "el Plan", am bos jun to a "la alberca" (un m anantial ubicado al

poniente del pueblo -ver m apa 3). A llí, Porfirio cosechaba trigo y m aíz, y adem ás tenía

vacas; trillaba con bestias y contrataba "peones" en el m ism o pueblo. E n la casa, algunas

m ujeres ayudaban a M argarita Equihua, la esposa de Porfirio, y casi todas eran

"parientes"13.

A u to rid a d e s locales

Etúcuaro, como los otros pueblos de la C añada -excluyendo a U rén- era ya Jefatura

de Tenencia (segundo nivel en la jerarqu ía de la adm inistración m unicipal). El jefe de

tenencia era parte de la jerarquía m unicipal y su cargo duraba un año, com o la del propio

presidente m unicipal. A lgunos dicen que se elegía en asam blea, a la que acudían sólo los

hom bres "jefes de fam ilia"14. En cam bio, una m ujer nacida en 1908 dice que era en el

"cabildo" donde se nom braba al je fe , al representante y al síndico, adem ás de los

"cargueros" para las fiestas religiosas; otra m ujer, nacida en 1911, asegura que era en la

12 Entrevista con Jesús Rosas. Junio 7 de 1994. La "pepena" era una forma de ayuda a los más pobres, perotambién aparece como una obligación del hacendado o el arrendatario-mediero para con el pueblo, o como una forma de pago al trabajo (El dueño de la tierra se quedaba con rastrojo para el ganado y parte de la cosecha, el mediero con otra parte y los peones recibían parte del pago en moneda y otra en permiso para pepenar).

13 Entrevista con Ofelia Gerónimo, nieta de Porfirio; mayo 13 de 1994.14 Entrevista con Gildardo Vaca, Alfredo Rodríguez y Elizondo Rodríguez. Abril 10 de 1994.

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casa del "juez" y en año nuevo cuando se hacía el cam bio de "autoridades"15. De todas

formas se trata de un cargo dentro de la jerarquía de la adm inistración m unicipal y debía ser

confirm ado con un "nom bram iento" por parte de la presidencia m unicipal, según

docum entos del archivo de la Prefectura en Zam ora. El je fe de tenencia contaba con su

secretario, algunos "mandaderos" que la gente conoce com o "topiles", y policías locales,

nom brados igual que el jefe (por asam blea y/o por el cabildo).

Las autoridades más im portantes, aparte del je fe de tenencia, eran el "juez" y el

"representante". El "juez" era quien se encargaba de la "vara de la justic ia", sím bolo del

"respeto"16. Se trataba, dice un inform ante, del "juez de ju stic ia", quien tenía la vara y

nom braba a los "principales" para las fiestas . Por otra parte estaba el "representante de la

com unidad indígena". En docum entos del archivo de Zam ora se encuentran referencias al

nom bram iento de "representante" o "apoderado" de las tierras de la com unidad com o parte

de los trám ites para la división de las tierras "indivisas" o com unales . A l parecer no había

un período preestablecido para estos puestos y sólo la asam blea del pueblo los podía

rem over. Porfirio Ixta fungió com o "representante de la com unidad indígena" por casi

treinta años (1902-1932 aproxim adam ente).

M uchas de las obras públicas de entonces se hicieron con faenas (entendidas com o

trabajo prestado por todos los "jefes de familia" del pueblo, para "obras de la com unidad").

Las dos obras m ás im portantes fueron la am pliación y reparación de la capilla, y la

construcción del "canal de la yegua", para llevar agua del río D uero hacia el pueblo (agua

que al parecer era aprovechada principalm ente por los sem bradores de hortalizas y los que

se dedicaban a elaborar m ezcal)19.

15 Entrevista con Elena Gerónimo, Mayo 12 de 1994. Entrevista con Ofelia Gerónimo, mayo 13 de 1994. Esimportante el hecho de que, para los "asuntos de la comunidad", había y hay aún una marcada diferenciación por género. En ese entonces las mujeres no participaban en las asambleas ni en los puestos. Incluso cuando eran viudas sólo participaban a través de un representante o de su hijo varón mayor. Por ello, lo que estas mujeres cuentan es relativo, tal vez, a un imaginario colectivo del "comunitas" indígena y resulta por ello más revelador como modelo de organización que como "dato" histórico.

16 Beals habla de un cargo semejante en Chilchota en los años cuarentas: el Regidor. (Beals, 1992 <1945>;502-503).

17 Entrevista con Ricardo Ixta, Mayo 31 de 1995.18 Legajo 11, expediente 191. "Expediente relativo a las gestiones hechas por los indígenas de Etúcuaro

pidiendo la remoción de su representante Porfirio Ixta". Año de 1908. Archivo Municipal de Zamora.

19 La apertura del canal, aproximadamente en 1900, significó un conflicto con la cabecera municipal, quedesembocó en la ocupación del pueblo por un grupo armado de Chilchota y el asesinato del "representante de la comunidad indígena" de Etúcuaro, Jesús Ixta. Este conflicto entre pueblos pone de manifiesto la importancia que adquirían en ese momento el control sobre el agua y las tierras. En esos años (como ya se indicó en el capítulo I) los pueblos trataban de obtener la sanción oficial sobre el que consideraban su territorio, aunque lo hacían para integrarlo al programa oficial de reparto de tierras indivisas. El canal debió significar para los etucuarenses una base para hacer

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Cabildo, cargos y fiestas

El Cabildo estaba integrado por estas "autoridades", aparte de los "m ayores", que

según algunos inform antes eran personas m ayores de edad y que conocían los asuntos del

pueblo . En las reuniones de cabildo, que se celebraban a finales del año y principios del

siguiente, se nom braba a los "cargueros" de las principales celebraciones re lig iosas21.

La fiesta principal era la de la V irgen de la Asunción. Según un inform ante los tres

cargos eran, en orden de im portancia: el "Dioshpari", el "keñi" y el "prioste". Ellos (sin

especificar que correspondía a cada uno) se encargaban de la fiesta del 15 de agosto, del

cuidado del tem plo (abrir y lim piar) a lo largo del año, y de ir por el cura a C hilchota o a

Valle de Guadalupe para que viniera al pueblo a celebrar m isa22.- El "prioste" podía sem brar

las tierras del "guarió" para ayudarse con los gastos de la fiesta . E sta fiesta se celebró en

la segunda sem ana de agosto, en tom o al d ía 15, hasta los años treintas24. El viernes de esa

sem ana, llam ado de "corpus", salían a bailar por las calles del pueblo los que desem peñaban

un oficio, aventando pan, hortalizas, yuguitos y petatitos de tule25.

El cabildo nom braba tam bién a la "ventonera", una m ujer que se encargaba de

organizar a las "guananchas", m ujeres jóvenes que bailaban en distintas fechas entre

diciem bre (el 24) y febrero (el carnaval) . Tam bién se nom braba al carguero del niño dios,

o "chichihua", quien se encargaba de la fiesta del 24 de diciem bre, a la cual acudía el

cabildo a un ritual com plejo com binado con "los viejitos" y "la pastorela". "Los viejitos"

eran un gm po de bailarines que vestidos con m áscaras de m adera llegaban el 24 de

diciem bre a la m esa del cabildo, instalada en casa del "chichihua" o en los portales de la

plaza del pueblo, y sostenían un diálogo con los m iem bros del cabildo, preguntando por el

nacim iento del niño. Los viejitos se dirigían con respeto a las autoridades, pero al m ism o

tiem po era una representación llena de brom as, aguardiente y baile. El d ía 25 de diciem bre

por la m añana el cabildo, los viejitos y el "chichihua" se iban a la ig lesia a la "m isa de

gallo", algunos ya m uy tom ados. Al m ism o tiem po que el "coloquio" del cabildo y los

viejitos se desarrollaba una pastorela, en base a un guión contenido en un libro. V arios

personajes participaban en ella y representaban el nacim iento de Cristo y la v isita de los

producir tierras que antes eran sólo de temporal, y de ese modo poder legitimar su ocupación ante las autoridades del gobierno.

20 Sin embargo, poca gente sabe del cabildo "antes dé la liga" y me hacen referencia al que apareció despuésde la liga (de 1940 en adelante).

21 Entrevista con Ricardo Ixta, Mayo 31 de 1995.22 Entrevista con Ricardo Ixta, mayo 31 de 1995. Entrevista con Elena Gerónimo, mayo 11 de 1994.23 Conversación con Jesús Rosas, mayo 11 de 1994.24 Entrevista con Alfonso Castell, nacido en 1902. Mayo 23 de 1994.25 Entrevista con Elena Gerónimo, mayo 11 de 1994.26 Entrevista con Elena Gerónimo, mayo 11 de 1994.

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pastores y otros personajes. Esta representación tam bién term inaba al am anecer.

Paralelam ente, en días cercanos al 24 de diciem bre, "los negritos" salían a bailar y cantar

por el pueblo acom pañados de una banda y pidiendo cooperación de la gente para pagar la

música. "Los negritos" se vestían con m áscaras de color negro, calzón y cam isa de m anta y

un sombrero con listones de colores. El encabezado se colocaba al centro de un círculo de

bailarines y todos bailaban y cantaban una canción. Todas estas representaciones se

concentraban en los m eses de diciem bre y enero, ju s to en el tiem po de cam bio de los

cargueros de las fiestas y del je fe de tenencia27.

En las prim eras dos décadas del siglo, E túcuaro no contaba más que con un profesor

particular, que daba clases en un salón. Era, com o dicen, escuela "de paga". Sólo daba

doctrina y elem entos de escritura y números. L a escuela funcionaba com o centro de

doctrina, aunque no precisam ente de la enseñanza de las form as de la religiosidad local.

Para obtener educación prim aria com pleta la gente debía trasladarse a las cabeceras o a

Zamora.

Para estos prim eros años del siglo, entonces, las fiestas religiosas (principalm ente

las fiestas de fin de año) estaban relacionadas con los ciclos de cam bio de cargos religiosos

y de autoridades civiles, a pesar de que estos requerían la sanción de la burocracia

gubernam ental (com o el de je fe de tenencia y el de representante). Sin em bargo, el eje de

esta jerarquía parece ser el cabildo, y el valor fundam ental el "respeto". Es interesante el

hecho de que en los años treintas todavía la "vara de la justic ia", elem ento del "respeto" en

27 Según un informante, la danza de los negros estaba asociada con los trabajadores de las vinatas de los Rocha, de Valle de Guadalupe. Los negros eran, dice él, los "esclavos" de Pedro Rocha, y recibían en pago aguardiente. Por eso cantaban:

"machucar panocha prieta machucar panocha prieta

prieta prieta como yo prieta prieta como yo"

Entrevista con Ricardo Ixta, mayo 31 de 1995. En esa misma representación se cantaba una canción nombrada el "aguacero" en la cual se habla de los oficios de los pueblos de la región. Por otra parte, la representación del cabildo y los viejitos, la"farsa" (como la llama una de las informantes), es una representación en la cual las autoridades revisan e impiden de distintas maneras el paso de los viejitos a ver al niño: los revisa el doctor, les piden documentos que los identifiquen, les ponen multas en cargas de. aguardiente y cigarros ... En cambio, en la pastorela hay una canción que dice: "éstas si son pascuas y las otras no ...". Esto podría ser una representación ritual de una jerarquía social. En el centro estarían los mestizos con su pastorela, en medio los indios en diálogo con las autoridades, y en la periferia los negros-esclavos. ¿Se trataba de una representación de la jerarquía imaginaria del mundo colonial, trasladada hasta los primeros años del siglo a las condiciones locales de interacción de grupos culturales en un pueblo plural como Etúcuaro?. Tal vez resultaría interesante ver el desarrollo de esta fiesta en otros pueblos plurales, así como en pueblos con una mayor homogeneidad y coherencia cultural.

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m anos del "juez" (cargo central en el cabildo) apareciera en los inventarios anuales de la

jefatura de tenencia, lo que habla de una im bricación entre los asuntos civiles y religiosos.

La relación entre los ciclos de fiesta y los de cam bio de autoridades y cargos, así como la

relación entre je rarqu ía de autoridad civil y el "respeto" constituyen elem entos centrales del

carácter de "com unidad indígena" que E túcuaro presentaba al iniciar el siglo.

Sin em bargo, tam bién existe para ese m om ento una diferenciación social fundada en

distintas relaciones de trabajo y su orientación, aunque esas relaciones de trabajo se

encontraran ligadas estrecham ente a relaciones personales: en unos casos el grupo

dom éstico, en otros casos los grupos de conocidos para reclutam iento de cuadrillas. La

diferenciación se expresaba tam bién en térm inos de propiedad sobre la tierra; pero, estaba

establecida una superposición entre tierras com unales y tierras apropiadas de m odo privado.

Por ejem plo, en la com petencia con los pueblos vecinos los etucuarenses buscaron legitim ar

su territorio haciendo las gestiones para la división de las tierras com unales, lo que

im plicaba por un lado el reconocim iento oficial de las tierras del pueblo, pero por otro lado

la búsqueda del reparto privado de esas tierras entre los etucuarenses. Para ello nom braron a

un pequeño propietario (ranchero en térm inos de grupos de clase), Porfirio Ixta, como

"representante de la com unidad indígena" por casi trein ta años. El m ism o sería parte del

grupo que al gestionar las tierras com unales obtuvo la dotación de ejido. El im aginario de

"com unidad indígena" y algunas instituciones estaban, entonces, ya refim cionalizadas para

la articulación de distintos grupos de clase.

Sin em bargo, m uchos cam bios en esta com unidad sobrevinieron en las décadas del

reparto agrario y "la liga". Por ejem plo, un hom bre nacido en 1902, dice que en los años

veintes era en la reunión del cabildo donde se nom braba a los responsables de algún puesto:

jefe de tenencia, juez, representante de la com unidad, entre otros. E ra el cabildo el que

proponía, y la gente votaba para elegir a uno; se hacía una votación por cada puesto "como

las votaciones que hay ahorita". Sin em bargo, para 1926 algunos de los m iem bros del

cabildo ya eran los dirigentes del recién form ado ejido .

2 Las revoluciones, la dotación del ejido y la liga

D urante las revoluciones Etúcuaro estuvo entre un flujo cam biante de influencias

del V alle y la Cañada: en 1918 aproxim adam ente, tropas de la cañada invadieron Etúcuaro

y la gente huyó hacia Tangancícuaro, Jacona, y Zam ora; el agrarism o en 1925-1926 llegó a

28 Entrevista con Alfonso Castell, Tanaquillo, mayo 23 de 1994.

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29Etúcuaro com o inflencia de los agraristas de A tacheo y Zam ora; en cam bio, la liga , en los

años treintas, estaba organizada desde Tanaquillo en la cañada. En los años cuarentas los

ejidatarios locales iniciaron un vínculo m ás estrecho con sus sim ilares de los pueblos del

valle de Tangancícuaro.

El abandono del pueblo, por huida y por m uerte, llevó a que actividades como la

siem bra de ecuaros se redujeran. Jesús R osas cuenta que en los años veintes solo él y

C rispin Fernández sem braban ecuaros. Sin em bargo, en esos años había otros que al parecer

tam bién lo hacían. Se habla, por ejem plo, de pleitos con V alle de G uadalupe por la posesión

de las tierras del cerro y se reclam a que los de Valle tom aron ecuaros ya sem brados por

etucuarenses y se los quedaron. A lgunos cuentan que Ignacio V aca fue sacado de su ecuaro

y asesinado por gente de Valle de G uadalupe . V alentín A lvarez, un pequeño propietario,

tam bién sem braba ecuaro en esos años, pero contratando peones . Tam bién Isaac Aguilar,

siendo ejidatario, sem braba ecuaro, pero la cosecha la uso para solventar los gastos que le

im ponía echar a andar la parcela ejidal (sem illa y yunta)32. Y a en los años treintas algunos

ecuaros en el cerro fueron abandonados y varios argum entan que esa fue la razón por la que

los agricultores de C hilchota volvieron a posesionarse de una parte del cerro ahora en

litigio.

Los pequeños propietarios salieron del pueblo, pero volvieron y siguieron

sem brando sus tierras, respetadas por el reparto agrario. A lgunos incluso recibieron parcela

ejidal, aunque parece que sus propiedades no eran tan grandes com o para ser m ayores a la

parcela que recibían, puesto que ya se habían fraccionado las propiedades originales a

través de ventas sucesivas o de herencia. A lgunos casos pueden ilustrar esta relación entre

propietarios y ejidatarios.

A l m om ento del reparto agrario, los A lvarez, Sotero y V alentín, teían "la tierra del

Encino", al sur del pueblo, lim itando con tierras de El Pedregal y Chilchota. Sotero había

com prado esos y otras tierras poco antes del reparto agrario, cuando el gobierno prohibió la

fabricación de "vino"33. Durante las revoluciones R am ón A lvarez, hijo de Sotero, ya tenía

29 Se trata de la Liga Antialcohólica y Antirreligiosa, organización que pretendía combatir el "fanatismo" eimpulsar nuevas prácticas de organización colectiva en tomo al nuevo ideal laico del Estado. Moisés Sáenz y sus trabajos para la integración del indio llegaría a la cañada en el momento en que la liga ya estaba actuando cerrando iglèsias y quemando santos.

30 Conversación con Alfredo Rodríguez y Aarón Madrigal, abril 26 de 1994. Nuevamente parece que laocupación de las tierras y el trabajo en ellas era parte de la disputa por la posesión y después de la propiedad legalmente sancionada.

31 Entrevista con Issac Aguilar; mayo 9 de 1994.32 Entrevista con Issac Aguilar; mayo 9 de 1994.33 Sotero invirtió sus ganancias en tierras: 3 has de riego y 10 de seco en el Encino; después dos potreros de

cinco hectáreas y finalmente otras dos hectáreas (algunas las compró a sus hermanos Valentín y Justo, al sur del pueblo, otras estaban por el manantial "la alberca"). Además, compró 9 hectáreas

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60

un potrero llam ado "las canoas", al sur del pueblo, y se dedicaba tam bién al com ercio,

com prando en Zam ora y Tangancícuaro y vendiendo en E túcuaro, Patam ban y Ocum icho.

Por eso ni Sotero, ni sus hijos A lberto y R am ón recibieron parcela ejidal. Solo otro hijo de

Sotero, Rafael, quedó en el censo de ejidatarios34 (aunque tam bién tenía un terreno en el

sur del pueblo que repartió entre sus 9 hijos ).

Francisco H ernández (hijo de una señora de Purépero que llegó a v iv ir al pueblo a

fines del siglo XIX) tenía tierras com pradas al poniente del poblado (por el lugar conocido

com o "Jacuaro") y m antenía una tienda pequeña, donde vendía cosas que tra ía en m ulas de

Purépero y de Zam ora. El recibió parcela ejidal . Lo m ism o sucedió con C arlos G erónim o

(líder de los ejidatarios y m iem bro de la iglesia Evangélica) quien era dueño de un terreno

de tres hectáreas jun to al panteón actual . Ese terreno lo heredó de su papá Juan, quien

dividió su propiedad entre sus tres hijos y otras cinco personas .

Igual ocurrió con Severo Cruz quien tenía un terreno al sur del pueblo. Su hijo,

tam bién llam ado Severo, tenía "m uchas derritas" -dice su hija-, pero fue vendiendo lotes

hasta que se acabó todo (aunque sus hijos F lora y Eduardo todavía heredaron unos lotes al

sur del pueblo) . Pedro Cervantes Gerónim o tenía terrenos al norte y al sur del pueblo,

heredados de su padre Faustino y tam bién se hizo ejidatario40. A polonio R odríguez heredó

a sus hijos Juan, Francisco y Salvador el terreno que tenía casi dentro del pueblo41 ;

Francisco se hizo ejidatario y, m ás recientem ente, Salvador. Porfirio Ixta conservó hasta su

m uerte sus tierras, pero sus hijos las fueron vendiendo al heredarlas42. A lgunos de los

m uchos nietos de Porfirio son ejidatarios.

Pero algunos no recibieron parcela ejidal. Tal es el caso de Crispin Fernández quien

"apareció" com o dueño de los terrenos donde después se fundó el barrio de "La lom a", al

norte del poblado original, con los nuevos m atrim onios (ver m apa 4). C rispin fue quien

vendió los lotes para las nuevas casas43.

de riego y tres de seco en Chilchota, y una hectárea en Tangancícuaro -el Sabino. Por su parte, Justo Alvarez, tenía tierras en "San José", junto al canal conocido somo "Tajo", cerca de "Jacuaro". Entrevista con Sotero Alvafez, hijo de Ramón y nieto de Sotero; junio 16 de 1994.

34 Entrevista con Isaac Aguilar; mayo 9 de 1994.35 Entrevista con Ana María Alvarez, hija de Rafael; mayo 31 de 1994.36 Entrevista con Ernestina y Rafael Gerónimo; mayo 5 de 1994.37 Entrevista con Ernestina y Rafael Gerónimo; mayo 5 de 1994.38 Entrevista con la profesora María de la Luz Gerónimo, hija de Carlos; junio 8 de 1994.39 Entrevista con Flora Cruz, hija de Severo; junio 8 de 1994.40 Entrevista con Pedro Cervantes Vaca, hijo de Pedro; junio 1 de 1994.41 Conversación con Jesús Hernández, sobrino político de Apolonio; febrero 15 de 1995.42 Entrevista con Pedro Ixta; mayo 12 de 1994.43 Entrevista con Ernestina y Rafael Gerónimo; mayo 5 de 1994. Al parecer Crispin era originario de otro

poblado del valle.

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El ejido

La dotación ejidal significó la organización de un am plio grupo de personas en e'

pueblo en tom o a la propiedad y el trabajo en las nuevas tierras, adem ás de una relaciór

estrecha con em pleados del gobierno. A lgunos de los dirigentes del los prim eros años erar

pequeños propietarios o m iem bros de fam ilias con m ayores recursos económ icos. Le

organización en tom o al ejido pronto reorientó la je rarqu ía de instituciones locales, aunque

para eso pasó un período de pruebas (producto de enfrentam iento entre las facciones de]

nuevo gm po de ejidatarios).

Fueron algunos herederos de pequeñas propiedades quienes solicitaron las tierras,

aunque lo que hacían realm ente era tratar de resolver su problem a de lím ites con Chilchota.

La dotación fue así, para la gente del pueblo, parte de su viejo litigio con los pueblos

vecinos. E n la solicitud de dotación la "com unidad indígena de Etúcuaro" estaba

representada por el pequeño propietario Porfirio Ixta y por el tam bién pequeño propietario

Carlos Gerónim o (m iem bro adem ás de una iglesia evangélica)44.

La dotación de las tierras de la hacienda "La G uarucha" para E túcuaro está

relacionada con la m ovilización cristera que am enazaba con arribar a la región en esos años.

En el archivo m unicipal de Tangancícuaro se encuentran algunos docum entos referidos al

hallazgo de propaganda en favor del Ejército N acional L ibertador (cristeros), que

involucran a personas de Zam ora, Tangancícuaro y V alle de Guadalupe; tam bién hay

docum entos referidos a la organización de la "D efensa Civil" (cuerpo civil arm ado por el

gobierno para contrarrestar a las bandas de cristeros) en la cabecera m unicipal y en los

pueblos45. D e hecho, los ejidatarios de Etúcuaro fueron solicitados para contrarrestar a la

revolución cristera y algunos fueron arm ados para actuar en pequeñas escaram usas

acontecidas en el valle de Tangancícuaro. Como parte de esa cam paña se cerró el tem plo

del pueblo y se uso por un tiem po com o bodega de granos de la cosecha en el ejido46.

Posteriorm ente, en los años treintas, algunos agraristas, jun to con m aestros de

escuela y otros em pleados gubernam entales trataban de convencer a los pobladores de los

pueblos del valle y la cañada de abandonar las fiestas religiosas y el alcohol. P rom ovía en

cam bio la asistencia de los niños y los adultos a la escuela y a otras actividades sociales47.

44 En el pueblo había un pequeño grupo de evangélicos desde aproximadamente 1924, fundado poretucuarenses que habían estado algunos años trabajando en los Estados Unidos. Carlos Gerónimo era uno de ellos.

45 Folder clasificado como "Guerra 1929", del paquete "Gobierno 1929". Caja "Presidencia, No deExpediente 1.1, años 1921-1927. caja 1". Archivo Municipal de Tangancícuaro.

46 Entrvista con Jesús Rosas, junio 7 de 1994.47 Como el Centro Social de Moisés Sáenz en Carapan. En el archivo de la Jefatura de Tenencia se

encuentran actas de acuerdos de asambleas de los años trintas y cuarentas en las que se habla de sanciones para los padres que no mandaban a sus hijos a la escuela, junto con "listas" de niños

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Para el trabajo en las tierras se organizó a los ejidatarios de form a colectivista: se form aron

"uniones'' para el trabajo en las parcelas y se laboraba por "faenas" durante la cosecha y la

siem bra; se introdujo la prim era m áquina trilladora de em pleo colectivo. En cam bio, la

pepena fue prohibida48.

La Liga y la ecuela

En el extremo radical y arm ado de este proyecto estaba la "Liga antialcohólica y

antirreligiosa", que operaba en todos los pueblos de la cañada. En los años veintes, el

tem plo fue cerrado por los agrariastas como parte del com bate contra los "cristeros". En

Etúcuaro los agrarista em plearon el templo com o "jacal" -para guardar granos y

herram ientas. Después, hubo otra cam paña de cierre de tem plos, por parte de los

"ligueros"49. En el archivo de la je fa tu ra de tenencia se encuentra un oficio que m andó el

subjefe de la oficina Federal de H acienda en Tangancícuaro al entonces je fe m unicipal en

Etúcuaro donde se solicita inform ación acerca de la denuncia hecha por incendio y robo de

objetos del tem plo de Etúcuaro por parte de "... un grupo de radicales de este pueblo, de

V alle de G uadalupe y de Tanaquillo" (17 de Octubre de 1935). H abía una estrecha relación

entre los ligueros y algunos m aestros de la escuela. En el archivo de la jefatu ra se

encuentran algunos docum entos de la L iga A ntialcohólica y A ntirreligiosa, de principios de

1935, y algunos están firm ados por una de las m aestras de la escuela prim aria.

D urante unos años, especialm ente entre 1935 y 1938, el tem plo estuvo cerrado, las

fiestas no se celebraron y la presencia de santos y cura fue clandestina, en casas de algunos

que se atrevían a continuar con sus creencias. M uchas fiestas, dice la gente, dejaron de ser

celebradas. A lgunos de los que después se encargaron de abrir el tem plo o lo m antenían

abierto en estos años huyeron por un tiem po, uno hacia Zam ora (R icardo Ixta) y otro a

Sonora, a la pizca de algodón (Jesús Rosas).

E n un prim er m om ento, se estableció la prim era Escuela Rural Federal y a través de

ella se prom ovía a estudiantes para ir a proseguir sus estudios a "La H uerta", a "La

Industrial" y a "la N icolaita" (la U niversidad estatal), todas en M orelia (capital del esatdo

de M ichoacán) o en los alrededores de esa ciudad. De allí se tenía tam bién posibilidades de

continuar estudiando en Chapingo (M éxico), en la U niversidad A graria A ntonio N arro

(Coahuila) o en el Instituto Politécnico N acional (D istrito Federal), escuelas creadas

durante el régim en de Lázaro Cárdenas (1936-1940). Inclusive la gente en E túcuaro dice

faltistas que los profesores entregaban a las autoridades en tumo para que se encargaran de aplicar la sanción al padre del niño.

48 Entrevista con Jesús Rosas. Junio 7 de 1994.49 Entrevista con Ausencio Alvarez, mayo 19 de 1994.

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63

que el edificio de la escuela construido en 1935 fue inaugurado por el propio Cárdenas. A

partir de esos años la presencia de la escuela fue m ás im portante en la localidad. En el

archivo de la Jefatura he encontrado "listas" de alum nos que no asistían a la escuela, que

eran presentadas por los m aestros al je fe de tenencia para que obligara a los padres de estos

alum nos a m andarlos a las clases. Estas m edidas se acordaba en asam bleas generales. Al

m ism o tiem po se prom ovió la alfabetización de los adultos (la gente recuerda a aquellos

com o los "nocturnos").

Autoridades locales

Etúcuaro continuaba como jefa tu ra de tenencia, adem ás de que tenía su

"representante de la com unidad". Sin em bargo, el ju ez o jueces cam biaron. H asta 1935 la

"vara de la justicia" aparecía en el inventario que el nuevo Jefe de tenencia p resentaba a la

asam blea; pero a partir de 1936 ya no fue reportada en los inventarios anuales de la jefatura.

A parecieron otros puestos im portantes de autoridad: la directiva del ejido y el

com andante de la guardia rural. El com andante era m iem bro de las antiguas m ilicias de

algún bando revolucionario. Por ejem plo, A usencio A lvarez, quien anduvo en la

"revolución" de Inés Chávez, ocupó el cargo de "com andante" en los años de "la liga"50.

Según los etucuarenses en este pueblo se reúnen en asam blea de vecinos para la

elección de autoridades y así debió ocurrir a inicios de siglo. Sin em bargo, no he

encontrado docum entos que me confírm en esto. Es probable que sí se celebraran reuniones

para nom bram iento de algunos puestos, pero no se puede saber con exactitud. D e todas

form as estas jun tas debieron ser diferentes a las que posteriorm ente se celebraron y se

siguen celebrando, las cuales tienen el form ato de "asamblea" y de las que se guarda un

registro cuidadoso en el archivo de la je fa tu ra m unicipal. El registro m ás antiguo es de

finales de los años trin tas51. Las faenas y las cuotas están registradas en el archivo desde

esos años, por m edio de "listas" de jefes de fam ilia, y algunos oficios hablan de sanciones

(m ultas) para quienes no cum plían con esas tareas colectivas.

Desde los años treintas el pueblo se com puso de dos barrios: "el centro", en donde

vivían la m ayor parte de los ejidatarios y pequeños propietarios y "la lom a" a donde se

fueron los nuevos m atrim onios. El em pedrado de algunas calles, la construcción de la plaza

central y del edificio de la escuela fueron algunas de las obras im portantes de esa época,

50 Entrevista con Ausencio Alvarez, nacido en 1900 aproximadamente, mayo 19 de 1994.51 En un expediente de la Prefectura de Zamora se habla de reuniones en las que se eligió y confirmó a

Porfirio Ixta como representante. Sin embargo, el acta de la reunión fue levantada por una autoridad de la cabecera municipal, y no se consigna nada al respecto del formato de la reunión (Ramo de gobernación, legajo 11, Expediente 191 "Relativo a las gestiones hechas por los indígenas de Etúcuaro pidiendo la remociónd e su representante Porfirio Ixta". Año de 1908).

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64

todas com o resultado de faenas y cuotas y con la intervención en algunos casos de los

m aestros de la escuela .

Así, durante los años de las "revoluciones" y la "liga" las prácticas de organización

colectiva sufrieron cam bios im portantes y pasaron por una reordenación de sus relaciones

mutuas. L a persecusión violenta contra las m anifestaciones religiosas y los m ecanism os

para obligar a la gente a m andar a sus hijos a la escuela y a cum plir con trabajos colectivos

(faenas) hablan de la necesidad de reinterpretar esas prácticas y reorientarlas hacia un ideal

laico de com unidad. Esto sentó las bases de un proceso de reconstrucción del im aginario de

com unidad que se iría dando entre los años trintas y las siguientes seis décadas.

3 Reconstrucción de la comunidad (1938-1965).

A fines de los treintas los dirigentes del pueblo se enfrentaron en luchas entre

pequeños grupos políticos, lo que derivó en algunas m uertes y la expulsión o salida del

pueblo de los m iem bros de la liga. Sin em bargo, los jóvenes ejidatarios que tom aron la

dirección del pueblo continuaron con la reorientación de instituciones colectivas como la

faena y el cabildo dentro de un im aginario de com unidad reconstruido.

De fines de los años treintas a m ediados de los sesentas fueron realizadas m uchas

"obras de la com unidad" a través de faenas y cuotas . Se hicieron, por ejem plo, la nueva

carretera y los puentes que conectaron a Etúcuaro con la carretera Zam ora-M orelia

bordeando el valle; para las faenas de la carretera se organizó cuadrillas de cincuenta

personas cada día, bajo el m ando de "cabos". Tam bién se am plió la escuela prim aria con

nuevos salones de clase, un teatro y una "alberca". Varias calles del pueblo fueron abiertas

y em pedradas, especialem ente las del centro (en este caso la faena colectiva sólo se

em pleaba para acarrear la piedra, los beneficiados -los vecinos de las calles

correspondientes- eran quienes se tenían que encargar de hacer el em pedrado o pagar por la

realización de la obra). Se pusieron algunas tom as de agua y se le hicieron arreglos a la

plaza, entre ellos la colocación de unas bancas en 194854. A la Iglesia en cam bio no se le

hizo m ucho. Inclusive la gente dice que los dirigentes del ejido querían tom ar el curato para

52 En este caso la gente refiere más a la actividad de la maestra Alta Gracia Villanueva, de quien dicen teníauna amistad cercana con Lázaro Cárdenas. A ella se atribuye la construcción de la plaza, la primera plaza modesta de piso de tierra y jardines cercados con palos, y la edificación de los salones de la escuela. Por el contrario, a los maestros de la "liga" sólo se les recuerda como los que dividieron al pueblo.

53 Sin embargo, muchos salían del pueblo a trabajar como jornaleros en los Estados Unidos, por lo que eratambién común que esos pagaran a algunos que se quedaban en el pueblo para que los substituyeran en las faenas.

54 Las bancas registran los nombres de las personas que las donaron (los etucuarenses destacados de. aquellosaños que pudieron gastar dinero para las bancas), aunque en el archivo se encuentran documentos que hablan de cooperaciones colectivas para la colocación de éstas.

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65

instalar su oficina, y que el m aestro quería tom ar esos m ism os locales para convertirlos en

aulas. Sin em bago, se m antuvieron el terreno y las m odestas construcciones de la iglesia: la

capilla y el curato.

Entre los años treintas y cincuentas llegaron y se quedaron en el pueblo fam ilias de

otras poblaciones. A lgunos de ellos form aron las prim eras casas de un nuevo "barrio" del

pueblo: "la colonia". Los inm igrados com praron lotes en las tierras com unales m ás cercanas

al asentam iento. Así, el pueblo adquirió sus fisonom ía actual com puesta de tres "barrios": el

centro, la lom a y la colonia. El cobro de cuotas se hacía dividiendo el pueblo en "secciones"

o "barrios". H ay en el archivo listas de los barrios "norte" y "sur" (y a veces "nororiente");

pero, estas particiones no correspondían a las divisiones del asentam iento entre el centro, la

lom a y la colonia.

Tierras comunales, pequeñas propiedades y ejido

En los años cuarentas y cincuentas el cerro fue concebido com o "bosque" o

"astillero" de uso com ún para todos55. La parte m ás cercana al pueblo fue lotificada para

fundar "la colonia" y por distintas razones (entre las cuales estaba el hecho de que ahora se

tenía tierras irrigadas en el valle) algunas tierras dedicadas al cultivo fueron dejadas sin

sembrar. D e todas form as se sigueron sem brando ecuaros, inclusive en tierras del pueblo

vecino, con el cual seguía el litigio por lím ites, en el cerro. Luis Calderón, entonces recién

inm igrado, sem braba ecuaro en terrenos "com unales" de Chilchota, "propiedad" de Taurino

Valdés. El trato era que después de cosechar se dejaba la pastura para el ganado del

"propietario". Luis com binaba ese ecuaro de siem bra "para la casa" con el trabajo com o

peón en el ejido y con los ingresos del hijo com o jornalero tem poral en Estado U nidos56. A

m ediados de los cuarentas (1945-1948) hubo arreglos entre los pueblos para establecer los

lím ites. Los etucuarenses dicen que sólo fue posible establecer acuerdos con los ejidatarios

de Valle de Guadalupe y reclam an que los chilchotenses no respetaron los acuerdos y

retuvieron (hasta la fecha) un terreno plano en el cerro en donde siem bran m aíz de

tem poral.

Las huertas continuaron; m uchos hablan de cóm o durante el "corpus" (viernes de la

sem ana de agosto en que se celebra la -fiesta de la V irgen de la A scención) salían los

hortelanos bailando y aventando chiles, repollos, cebollas y tom ates . Rodolfo, un hom bre

de cincuenta años, dice que lanzaban chiles secos que sem braban en febrero o m arzo.

55 Conversación con Alfredo Rodríguez, Elizondo Rodríguez y Gilldardo Vaca; abril 10 de 1994.56 Entrevista con Guadalupe Calderón; junio 16 de 1994.57 Entrevista con Rodolfo Báñales; mayo 12 de 1994; conversación con Elena Gerónimo, mayo 12 de 1994.

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66

A dem ás, por algún tiem po, habitantes de los pueblos vecinos iba a E túcuaro porque allí

podían encontrar fruta .

D espués de los años de conflicto faccional aparecieron otras pequeñas propiedades

al poniente y al norte del pueblo59. A lfredo Rodríguez adquirió tierras del ejido al poniente

del pueblo, donde recientem ente les dio a sus hijos para que fincaran sus casas60. A l norte

estaban las tierras del m aestro de prim aria Sim ón R am írez (poco m enos de 4 hectáreas,

según Isaac A guilar; 9 hectáreas según Rodolfo Báñales). Sim ón, quien había recibido el

terreno com o regalo de la com unidad, le vendió la tierra a V icente Solorio61. D olores Ixta,

nieta de Porfirio, tam bién com pró en ese lugar 7 hectáreas, invirtiendo así el dinero que

había ganado en Estado U nidos .

En los inicios de los cuarentas, siendo A lfredo R odríguez el presidente del

com isariado ejidal, se hizo una reasignación de parcelas individuales (después de la

expulsión de algunos de los m iem bros de la "liga" del pueblo). A pesar de que la

m aquinización de la trilla im plicaba una organización colectiva, las parcelas fueron

usufructuadas com o em presas particulares. El trabajo en las parcelas, que entonces se

dedicaban principalm ente al trigo y al maíz, im plicaba la contratación de m ano de obra por

tem poradas. A lgunas celebraciones relacionadas con la cosecha del trigo y el m aíz son

recordadas especialm ente por los que en esos años sem braban las parcelas. Para la cosecha

del trigo, la trilladora obligaba a la gente a reunirse y a organizar la trilla por tum os. En esas

fechas (m ayo-junio) había m ucha gente de otros pueblos que llegaba a trabajar o a vender

com ida en puestos instalados en la plaza. Para la cosecha del m aíz se hacía el "com bate",

que consistía en que el dueño de la parcela daba com ida y alcohol a los peones y a sus

amigos. La pepena se reinstauró; algunos que eran niños en esa época ("la época del trigo")

recuerdan que sacaban algunos "centavos" vendiendo a algunos com erciantes locales el

trigo que levantaban en la pepena. El cultivo de trigo im plicaba una fuerte orientación del

trabajo hacia el m olino A urora, ubicado en Tangacnícuaro. La gente dice que todo el trigo

iba al m olino, y recuerdan que para sem brar se vendía por adelantado la cosecha a precios

desventajosos o se obtenía créditos, por parte de com erciantes de las cabecera m unicipal o

del propio dueño del molino.

58 Entrevista con Amulfo Escobar, 78 años; "La Guarucha" hoy Francisco J. Múgica, mayo 6 de 1995.59 Conversación con Alfredo Rodríguez y Aarón Madrigal; abril 24 de 1994.60 Entrevista con Alfredo Rodríguez; febreso 28 de 1995.61 Conversación con Guadalupe Solorio; abril 26 de 1994; entrevista con Isaac Aguilar; mayo 9 de 1994.62 Entrevista con Pedro Ixta; mayo 12 de 1994.63 Pero no todas las parcelas eran sembradas por el ejidatario, pues había también renta y aun venta de

parcelas.

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67

La "asamblea", "la comisión", "las planillas" y la escuela

A finales de los treintas, y después de violentos enfrentam ientos entre facciones de

ejidatarios en el pueblo, las instituciones de representación y autoridad vuelven a sufrir un

reordenam iento. Com o parte de una reorganización de los puestos de autoridad se propuso

la creación de algo que se llamó "la com isión". R egularm ente había com isiones nom bradas

en asam blea para desem peñar algunas tareas particulares (com ité del cerro -para trám ites de

docum entos de los bienes com unales- o com ité pro-carretera, por ejem plo); pero esta

"com isión" era una entidad con otro carácter. O riginalm ente se creó con el fin de hacer una

auditoría a la adm inistración de la je fa tu ra saliente, pero después se quedó com o un órgano

perm anente de consulta. Esta com isión se conform aba con las autoridades en tum o pero

tam bién con las personas, hombres, m ás experim entados, conocedores de los asuntos del

pueblo. Se encargaban de estudiar o discutir los asuntos y de llevar propuestas a la

asam blea. A dem ás, se encargaban de proponer "planillas" para el nom bram iento de

autoridades del pueblo en la asam blea general. D ice un inform ante (electo Jefe de tenencia

a través de "la com isión" y "la planilla" en 1951) que la "com isión" la conform aban "las

autoridades y la gente de respeto en el pueblo". E sta com isión hacía una "planilla" y la

asam blea hacía otra; y en la junta, se hacía una sola p lanilla de las dos, con los que ganaban

las votaciones64. L a com isión proponía a quien fuera persona "legal", "honrada", con

"voluntad de servicio" y que no tuviera "antecedentes"65.

Sobre el "juez" hay poca información. A l parecer para este período había dos cargos

de juez: juez de paz, encargado de asuntos de perm isos para "contracción de casas"; y juez

de sangre, que se hacía cargo de los casos de "heridos"66.

E ra en las asam bleas donde los habitantes (representados com o hasta ahora por los

"jefes de fam ilia") discutían problem as de "la com unidad", tom aban acuerdos y asignaban

tareas: com ités, faenas, cuotas y multas. La asistenacia a las asam bleas y la participación en

las com isiones, faenas y cuotas era de carácter obligatorio, com o se asienta en distintas

"actas" de asam bleas y "listas" de cuotas y faenas encontradas en el archivo de la je fa tu ra de

tenencia. En las asam bleas se recibían tam bién los "cortes de caja" de los responsables de

llevar las cuentas y gastos de alguna comisión. Sin em bargo, en los años en que el profesor

64 La planilla al parecer es parte del formato oficial de las asambleas de ejidatarios y comuneros. Revisandodocumentos de la Promotoría Agraria (de la Secretaría de la Reforma Agraria) encontré formatos impresos de asambleas de elección de autoridades en donde se nombraban dos "planillas" con nombres de colores: "círculo rojo" y "círculo azul". La planilla ganadora en las elecciones ocupa los cargos correspondientes al comisariado ejidal, mientras que la perdedora ocupa los del "consejo de vigilancia". Estos formatos funcionaron sin grandes variaciones desde los años sesentas hasta los ochentas, según se puede apreciar en los documentos del archivo.

65 Entrevista con Espiridión Campos, febrero 15 de 1995.66 Entrevista con Eduardo Cruz, febrero 12 de 1994.

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68

Simón Ram írez estuvo en el pueblo, él tam bién asistió a las asam bleas, participó en las

sesiones y en algunos casos llevó las actas y fue nom brado com o m iem bro de algunas

com isiones . El propio profesor retrata lo que entonces era el gobierno local, y la nueva

jerarquía de autoridad que se había establecido:

"El pueblo está gobernado por un je fe m unicipal y un juez, que por elección popular son propuestos al C. Presidente M unicipal de Tangancícuaro, que es la cabecera del m unicipio, para que extienda los nom bram ientos debidos y aquéllos puedan legalem ente entrar en fondones. Adem ás, hay una Com isión, constituida por personas m ayores, que han desem peñado con éxito cargos dentro de la com unidad, que de acuerdo con el jefe , juez y el com isariado Ejidal, fallan en los asuntos de carácter local; de no serlo, pasan a la cabecera para que sean juzgados" (RAM IREZ, 1978; 17).

En los años treintas ya había en el pueblo una escuela rural con 4 grados de

primaria. A los alum nos que podían seguir se les tram itaba un exam en de p rim aria y se les

prom ovía para asistir a escuelas de M orelia y Pátzcuaro. En 1944 la escuela rural foe

tom ada a cargo por el profesor Sim ón R am írez, un m aestro que la constituyó en los años

siguientes en una escuela de dem ostración y consiguió fondos de distintas agencias (Centro

Regional de Educación Fundam ental para la A m érica Latina -C R EFA L , dependiente de

las N aciones U nidas-, Gobierno del Estado y G obierno Federal) para llevar adelante

algunos proyectos dentro del pueblo: granjas de cerdos y gallinas de razas nuevas en el

pueblo, huertas frutales y prom oción del cultivo del "maíz híbrido" -prom ovido por el

gobierno m exicano. L a escuela rural federal se volvió de dem ostración con seis grados y un

año de form ación en un "oficio", en los años cuarentas. A lgunos de sus egresados fueron

prom ovidos para estudiar en escuelas de M orelia y la ciudad de M éxico. M uchos alum nos y

contem poráneos de Sim ón hablan de ésto, y el m ism o m aestro narra parte de su experiencia

en el pueblo en un libro (Ram írez 1978). A l parecer, la escuela y especialm ente el maestro,

jugaron un papel destacado en la reorganización de prácticas locales. V arias generaciones

de egresados de esa época hablan de la im portancia que tenía la escuela para la vida

67 El profesor Simón Ramírez, ex-fránciscano y en ese momento profesor del sistema federal, llegó al puebloaproximadamente en 1944. Para 1947 y 1948 ya participaba en las comisiones que debían arreglar los litigios de los bienes comunales. Pero también desarrollaba su propio programa de trabajo y empleaba la asamblea para proponer y recibir la autorización para, por ejemplo, introducir razas nuevas de cerdos de traspatio, o variedades de árboles finíales; a través de él fue posible incorporar el "maíz híbrido" a los cultivos en el ejido. Gabriel Ramos Millán, senador en los años cuarentas, presidía la comisión de maíz híbrido a nivel nacional, y la gente asegura que Simón Ramíres y Gabriel Ramos eran "amigos".

68 En el archivo de la Jefatura de Tenencia se encuentra un documento en el que el CREFAL agradece laparticipación de los etucuarenses en su ceremonia de inauguración. Fechada en Pátzcuaro el 5 de mayo de 1951. El propio Simón Ramírez, según testimonios orales, estudió en esa institución en los años cincuentas.

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cotidiana de la gente, y de cómo el m aestro en una asam blea solicitó a los padres que les

entregara a sus hijos de tiem po com pleto, que no les asignaran otras tareas de la casa o del

trabajo agrícola, para poder cum plir con los requerim ientos de la escuela. Con el profesor

los alum nos de los grados más avanzados debían dedicarse al cuidado de los gallineros, de

las porquerizas y de la huerta que se habían instalado en el terreno de la escuela,

recientem ente am pliado. El m aestro habla con orgullo de la estrecha relación que hubo

entre la "escuela" y la "comunidad" en esos años (Ram írez 1978: 19-21, 35-42). Sin

em bargo, aún para esa fecha existen en el archivo de la je fa tu ra "listas" de estudiantes

faltistas que eran entregadas por los m aestros a las autoridades locales para forzar a los

padres a m andar a sus hijos a clases.

Capilla, fiestas, cabildo

La capilla no fue cerrada del todo, pero había una pugna local por su integración al

pueblo. Los líderes del ejido seguían dem andando terreno adjunto al tem plo para hacer su

oficina; m ientras que los defensores del tem plo reclam aban que era terreno de la iglesia. N o

había sacerdote, y hubo problem as porque no se deseaba depender del cura de V alle de

Guadalupe (por la com petencia que m antenían am bos poblados). S im ón R am írez habla en

su libro de la pugna que se sostenía en los años cuarentas entre los dirigentes del ejido y el

propio profesor frente al sacerdote de C hilchota que quería que se construyera un nuevo

tem plo en E túcuaro. El profesor narra esos acontecim ientos de una m anera que se puede

interpretar com o una verdadera pelea por el destino m ás adecuado para los esfuerzos

(trabajo colectivo y dinero) de los etucuarenses (Ram írez 1978: 182-192).

Pero desde los años cuerentas se volvió a reunir el cabildo del pueblo para nom brar

cargos de las fiestas. U n docum ento del 24 diciem bre de 1944 es un citatorio del Jefe

M unicipal (G enaro Equihua) para que se reunieran el "cabildo" y los "chichihuas". U n

hom bre que nació en 1921 m e habló del cabildo de los años cincuentas. D ijo que no sabía

como eran nom brados sus m iem bros, pero que se com ponía de las autoridades

(representante de la com unidad indígena, com isariado ejidal, síndico, ju ez de paz, jefe de

tenencia, secretario) y se "com pletaba con personas de edad que concocían de leyes, la

Bilbia, algo así". E n el cabildo, dice, se tom aban acuerdos. Se reunían el 24 de diciem bre, el

año nuevo y el 6 de enero. Para el año nuevo el Juez "tom aba acuerdos" de todos los cargos

para el año venidero: cargueros de la danza de los viejitos, topiles, carnaval, bailadoras,

música; pero no sobre el je fe de tenencia, que se elegía en asam blea. "Era <el cabildo> una

cosa respetable, todos lo respetaban". Cuando el cabildo se reunía y se sentaban sus

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m iem bros a la m esa "se respetaban"; era "lo m ejor del pueblo ... la crem a y nata del

pueblo"69.

Otro inform ante dice que en esa fiesta del 24, celebrada en la casa del "chichihua"

había "coloquio" (entre el cabildo y los viejitos), que duraba toda la noche, term inaba al

amanecer. Los v iejitos bailaban, pero tam bién los "cabilderos": "autoridades, m aestros,

viejos de nacim iento" (acerca del m aestro se dice que alguna vez llegó a la reunión del

cabildo el profesor S im ón R am írez ). El juez era el que llevaba la vara de la justicia .

Todos los viejos besaban la vara; todos la respetaban m ucho. Por la m añana se hacía la

pastorela. D espués los viejitos se iban por todas las casas a bailar, pidiendo dinero para

pagar la m úsica. En el cabildo se nom braban distintos cargos: prioste, keñi, ayudantes del

sacerdote, je fa de bailadoras, encargado de los "negritos", encargado de los viejitos. C ada

encargado buscaba gente para que participara con él. El ju e z era parte del cabildo, uno de

los más im portantes. Pero en 1965 el cabildo term inó .

Dos inform antes, Espiridión y Eduardo, quienes fueron jefes de tenencia en 1951 y

1958 respectivam ente, dicen que el cabildo era cosa de respeto, y que en 1958 aún sacaron

la "vara de la justicia" el 24 de diciem bre . Otro, nacido en 1915, dice que los m iem bros

del cabildo duraban hasta su m uerte. Al m orir alguno se elegía a un sustituto, quien debía

ser hom bre, nativo del pueblo y de avanzada edad . E l cabildo, por tanto, m antenía

algunos elem entos en relación al de antes del reparto agrario, pero su com posición aparece

m odificada con la participación de autoridades civiles y del m aestro, por ejem plo; adem ás,

está relegado al ám bito de la fiesta de diciem bre y del nom bram iento sólo de los cargos

religiosos. La subordinación del cabildo a las autoridades civiles y su constreñim iento al

ám bito ritual significó una reorientación de esa institución hacia una nueva jerarqu ía de

autoridad.

Por su parte, la fiesta de agosto adquirió una form a diferente en este período. U n

inform ante (señalado com o liguero) recuerda que ya en los años treintas la fiesta de la

virgen se organizaba no con cargueros sino con "representantes" y "cuotas". D ice tam bién

que hasta los años en que él habitó en el pueblo (1939) la fiesta se celebró el 15 de agosto.

Agrega, adem ás, que la diferencia entre la fiestas de la V irgen (agosto) y la del N iño

(diciem bre) es que en ésta la cooperación era forzosa, en cam bio para la del 24 de

69 Entrevista con Espiridión Campos. Febrero 15 de 1995.70 Entrevista con Jesús Rosas. Mayo 11 de 1994.71 Entrevista con Pedro Ixta, nacido en 1912, mayo 12 de 1994.72 Entrevista con Espiridión Campos y entrevista con Eduardo Cruz. Febrero 15 de 1994.73 Entrevista con Isaac Aguilar, mayo 12 de 1994.

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diciem bre era voluntaria pues la m ayor parte de los gastos los hacía el "encargado de la

fiesta"74.

Para la década de los cuarenta, la fiesta de agosto ya se celebraba en la tercera

sem ana del mes. A lgunos inform antes explican que la fiesta fue cam biada de fecha para que

no se em palm ara con la fiesta patronal de Tangancícuaro, la cabecera m unicipal, y de ese

m odo esperar la asistencia de m ás com erciantes, juegos m ecánicos y visitantes. Según

algunos docum entos guardados en el archivo de la je fa tu ra esa fiesta se organizaba a través

de un com ité y por m edio de "cuotas" que eran colectadas dividiendo al pueblo en

"barrios". Para el viernes, salían "los oficios", tal com o lo hacían antes, aunque algunos

recuerdan, por ejem plo, que alguna vez participó una m ujer representando a la "enferm era".

Sin em bargo, fue en este período, a fines de los cuarentas que se incorporó la "costum bre"

de aventar harina. L a m ayor parte de los adultos saben de este cam bio en la fiesta (de los

oficios a la harina) pues m uchos lo vievieron como jóvenes o niños.

Esas eran las fiestas principales: la del cabildo-viejitos-pastorela, en diciem bre, que

se celebraba de m anera voluntaria a través de los cargueros, y la fiesta de la V irgen en

agosto, organizada por m edio de cuotas obligatorias de todos los je fes de fam ilia y a cargo

de com ités nom brados en asam blea. Pero había otras fiestas m enores. El 2 de febrero (la

"Candelaria") se hacían "fogatas", y un inform ante recuerda que cuando era niño (en los

años cincuentas) se jun taban los niños al rededor de las fogatas y sim ulaban una batalla

entre el centro y la lom a .

Se celebraban tam bién el carnaval (el m artes previo al m iércoles de ceniza), la

sem ana santa, el día de la virgen de la A sención (que im plicaba que la v irgen de Etúcuaro

hiciera una v isita a Huáncito) y la fiesta de la v irgen de G uadalupe. Para estas fiestas había

"encargados" nom brados en el cabildo y estos a su vez reclutaban sus ayudantes. L a danza

de "los viejos" se seguía representando con voluntarios que conocían el baile y los diálogos.

Lo m ism o que para los "m aringos", unos danzantes que al parecer fueron introducidos en

este período al ciclo de rituales festivos del pueblo.

Para este m om ento entonces la jerarquía de autoridad estaba orientada por aspectos

profanos com o la experiencia en cargos de adm inistración pública, y no por la categoría de

74 Entrevista con Alfosno Castell, nacido en 1902'. Tanaquillo, mayo 23 de 1994.75 Entrevista con Rodolfo Báñales, mayo 12 de 1994; ¿Se trataría de la ritualización de una distinción social

establecida entre los habitantes del centro, casi todos rancheros-ejidatarios, frente a las nuevas familias de la periferia?. Algo equivalente sucede ahora, pero entre los habitantes de "el centro" y los de "la colonia", sólo que no se expresa en fiestas sino en discusiones acerca de "las obras de la comunidad" en la asamblea. "Los de la colonia" desean hacer una plazoleta y una capilla con faenas de todo el pueblo; mientras que "los del centro" reclaman que si se tiene recursos se dediquen a la plaza central con faenas colectivas, y que la obra en la colonia (que no es de todos) debe quedar a cargo sólo de los vecinos de ese barrio.

Page 76: EL COLEGIO DE MICHOACAN

72

respeto relacionada con lo sagrado (aunque esta tam bién es invocada). L a com isión

resultaba así una cristalización de esa nueva orientación de autoridad; a su lado estaban el

je fe m unicipal y el juez , cargos sancionados por la burocracia gubernam ental. F inalm ente el

cabildo seguía funcionando dentro de la autoridad para la celebración de los ritos religiosos

anuales, aunque se establecía una diferencia entre el carácter voluntario de la participación

en estas celebraciones frente al carácter obligatorio de los asuntos de carácter profano. La

propia celebración de la fiesta patronal había pasado a m anos de la asam blea y se

organizaba con com isiones y cuotas obligatorias (una fiesta patronal organizada ahora

como feria anual). L a presencia del com isariado ejidal y del m aestro de escuela en el centro

de la jerarquía de autoridad em ergente resultaba de la im portancia que ten ían la dotación

ejidal, la organización de los ejidatarios y la escuela en la localidad y resultan así

fundam entales para entender la reconstrucción del im aginario de com unidad. Los

rancheros-ejidatarios se ubicaban en el centro de este proceso de reconstrucción en un

m om ento en que las tierras del valle habían sido incorporadas com o parte de la

territorialidad del pueblo y de la reorientación de las relaciones de peonaje entre los

etucuarenses.

4 Reconstrucción de la comunidad (1965-1995).

Ahora, el asentam iento está com puesto de tres "barrios" : el centro, la lom a y la

colonia. El crecim iento del asentam iento ahora se está dando ahora hacia el oriente, hacia

los "bienes com unales", sobre una franja de tierra que se denom inó recientem ente "zona

urbana".

La plaza fue rem odelada nuevam ente, introduciendo un kiosco y en su parte baja

una tienda C O N A SU PO -C om isión N acional de Subsistencias Populares, dependencia del

gobierno federal-, adem ás se cam biaron los viejos árboles por otros m ás jóvenes. A la

m uerte del profesor S im ón Ram írez (en 1986) se colocó un busto en su m em oria. Se

am pliaron los servicios educativos en los años setentas y ochentas. Por ello se construyeron

nuevos edificios escolares: un jard ín de niños y una telesecundaria (sobre terrenos

com unales) adem ás de un nuevo edificio para la prim aria (en el centro, ju n to a la antigua

escuela). Estos edificios fueron contruidos dentro de program as del gobierno federal, con

planos y recursos gubernam entales; pero fue em pleada tam bién la "faena". Se construyó

tam bién, en los ochentas, una clínica del IM SS-Solidaridad (Instituto M exicano del Seguro

Social, tam bién del gobierno federal) que presta servicio gratuito a la población (aunque en

asam blea se acordó contribuir con trabajo o dinero para la clínica a cam bio del servicio); y

se edificó la nueva oficina de la jefatura de tenencia (construida dentro del Program a

Page 77: EL COLEGIO DE MICHOACAN

73

N acional de Solidaridad en 1993-1994, utilizando tam bién la "faena"). L a pavim entación

del tramo de cinco kilóm etros de carretera tam bién se hizo en este período (por parte de la

D elegación estatal de la Secretaría de Com unicaciones y Transportes).

Por otra parte, en las partes bajas del cerro, los "ecuaros" de trabajo fam iliar y

orientados al autoconsum o casi han desaparecido, y en su lugar han surgido potreros

cercados con piedra. U n hom bre de cuarenta años dijo que "el cerro era com o pasteadero de

los ejidatarios ... se siem bran ecuaros en el cerro, pero solicitando perm iso a los que tienen

allí sus potreros"76.

Subsiste la idea de que la tierra es com unal. Jesús Rosas, de 94 años de edad, dice

que para sem brar allá no se necesita nada, solo que la tierra no esté ocupada. Lo único que

se podría reclam ar es la cerca que se construye para proteger la siem bra . Jorge M adrigal,

un señor de trein ta años de edad, dijo tam bién que la tierra en el cerro no se puede vender o

comprar. Si alguien deja su ecuaro o su potrero, y otro lo tom a, lo único que puede cobrar

es la cerca de p iedra que construyó el que deja ese sitio . Sin em bargo, ahora algunos

proponen que las tierras del cerro se dividan y sean repartidas entre los "com uneros" .

A lgunas personas en Etúcuaro siem bran ecuaros "rentando" tierras de los vecinos de El

Pedregal o de C hilchota . Esos son ahora los ecuaros del pueblo que se riegan con agua de

lluvia, según A lfredo R odríguez . Pero tam bién ha aparecido un nuevo tipo de "ecuaro",

en tierras húm edas. Se trata lotes pequeños de propiedad privada en la parte sur del pueblo,

en tom o al m anantial de Guarió. Por la hum edad se puede sem brar m aíz y tom ate, o m aíz y

frijol, para consum o y para venta .

M uchos tienen huertas ahora. Jesús R osas siem bra atrás de su casa, para consum o0-2

de la unidad dom éstica . A arón M adrigal, un hom bre de poco m ás de sesenta años que

estuvo varios años viviendo del otro lado de la frontera norte, tiene un huerto de frutas y

76 Entrevista con Alfredo Rodríguez, Elizondo Rodríguez y Gildardo Rosas, abril 10 de 1994. Estainterpetación de la relación entre cerro, ecuaros y ganado representa una inversión de términos que será examinada también en el capítulo V, cuando se hable de la versión de la historia del pueblo construida por los rancheros ejidatarios, en la cual los rancheros y sus vacas llegaron al lugar antes que los indios.

77 Conversación con Jesús Rosas, junio 7 de 1994.78 Entrevista con Jorge Madrigal, junio 7 de 1994.79 Entrevista con Francisco Madrigal; mayo 31 de 1994.80 Hay que recordar que ni los vecinos del Pedregal ni los de Chilchota cuentan con tierras de ejido, por lo

que seguramente hay un interés más marcado en las tierras comunales al grado de que se tienen como propiedad de alguien y se rentan a los ecuareros de Etúcuaro. Así, la gente no trabaja en "el cerro" sino en la "propiedad" de alguien.

81 Entrevista con Alfredo Rodríguez, mayo 17 de 1995.82 Entrevista con Trinidad Rosas, febrero 28 de 1995.83 Entrevista con Jesús Rosas; abril 26 de 1994.

Page 78: EL COLEGIO DE MICHOACAN

74

84experim enta con sem illas traídas de Estados U nidos . M uchos tienen frutales en sus

solares, para consum o dom éstico. Pero hay huertas para la siem bra de productos

com erciales. Sem brar tom ate, dice G ildardo, es "costum bre" en el pueblo. U n caso especial

es el de un señor que empezó llevando una caja de tom ate y ahora tiene dos cam iones y la

ayuda de sus hijos, para acudir cada sábado a la plaza de C herán . Este hom bre ya no solo

com ercia con lo que se produce en el pueblo, sino que com pra y vende frutas y verduras

surtiéndose en el m ercado de Zam ora.

Las propiedades privadas se han ido fraccionando y son los nietos de aquellos

propietarios de incios de siglo los que ahora las siem bran. Pero tam bién hay nuevas

com pras de tierras. M anuel Ixta, por ejem plo, recibió en herencia una parte en "la isla" y

com pró otro lote al lado de "la lom a". Adem ás es ejidatario . Pedro Solís (originario de

Zopoco, casado con una h ija de Carlos Gerónim o) tiene un lote cerca del río D uero .

A lgunos han com prado tierras en m ayor cantidad, com o Roberto Equihua, quien se hizo de

dinero en el norte (algunos dicen que pasando gente a Estados U nidos) y regresó al pueblo a

com prar varias hectáreas que disponen de riego y donde siem bra fresa. A dem ás com pró por

lo m enos un lote urbano aparte del que tiene para su casa y "adm inistra" una parcela ejidal.

Pero no es necasario tener tierras para m ovilizar dinero. La m edieria y la renta de

tierras (privadas o ej idales, con gente del pueblo o gente de fuera) han prosperado com o

form as de trabajar la tierra. Rafael Gerónim o siem bra a m edias las tierras que V icente

Solorio le com pró a Sim ón . A dem ás, siem bra su parcela con m aíz y tiene la parcela de su

suegra con fresa; contrata m ujeres para el corte de la fresa y niños para el trabajo tem poral

en los potreros (recoger "pasojo" -escrem ento de caballo- y cuidar anim ales). Carlos

H ernández sem bró fresa en varias hectáreas de riego al norte del pueblo, rentando tierras

ejidales. A arón M adrigal, da rentada su parcela m ientras se va a los Estado Unidos.

Parroquia.

Otras de las "obras de la com unidad" que se realizaron en este periodo por m edio de

cuotas y faenas fueron la contrucción de un nuevo tem plo católico (al lado de la antigua

capilla) y la rem odelación del curato. V alle de G uadalupe fue parroquia m ucho antes que

Etúcuaro. Por eso el cura de V alle de Guadalupe o los de C hilchota o Tangancícuaro eran

los encargados de celebrar la m isa en Etúcuaro. Sin em bargo, hubo m uchos pleitos para que

84 Entrevista con Aarón Madrigal; mayo 12 de 1994.85 Conversación con Gildardo Vaca; febrero 28 de 1995.86 Conversación con Manuel Ixta, marzo 10 de 1995; conversación con Manuel Ixta, febrero 28 de 1995.87 Conversación con Pedro Solís, marzo 10 de 1995.88 Conversación con Mariana Cervantes; mayo 19 de 1994.

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75

hubiera sacerdote en el pueblo. Fue hasta 1965 que la capilla de Etúcuaro se volvió

parroquia; y desde entonces un sacerdote de planta está asignado para ese pueblo.

Los sacerdotes de Tangancícuaro que visitaban antes el pueblo se quejaban del

carácter de las celebraciones religiosas, especialm ente la del 24 de diciem bre (el cabildo y

los viejitos). Pero fue la llegada del sacerdote de p lan ta lo que al parecer detuvo la

continuación del cabildo. Adem ás, la pastorela se m odificó, reduciéndose el tiem po de la

representación y celebrándose sólo en la noche del 24. Las fiestas se em pezaron a realizar

ahora a través de "encargados", que eran registrados en listas de participación por el propio

cura de la parroquia. Durante poco m ás de 17 años un sacerdote vivió en el pueblo y

estableció lazos m uy estrechos con algunos pobladores (dos herm anas del cura se casaron

con etucuarenses). En ese tiem po el sacerdote se encargó de la organización de la fiesta

patronal. Sin em bargo, hace cinco años la asam blea y las autoridades civiles retom aron a su

cargo los asuntos profanos de la fiesta: la feria y el com ercio. L a fiesta patronal, que se

celebra en la tercera sem ana de agosto, volvió a estar a cargo de un com ité (presidente,

secretario, tesoreso) nom brado por la asamblea. Los gastos son por cooperación de los jefes

de fam ilia, según las listas que están en poder de la je fa tu ra m unicipal. A hora sólo las m isas

están a cargo del sacerdote: el "trido" (las m isas de lunes, m artes y m iércoles) y la m isa del

jueves. Adem ás, las autoridades del pueblo, je fe de tenencia y com isariado ejidal, se

encargan de organizar una com ida el día jueves para invitados especiales . Por otra parte,

tam bién la asam blea ha dem andado el derecho de opinar sobre los asuntos del tem plo, al

cual se le están haciendo ampliaciones. "La iglesia es de la com unidad" reclam a la gente90.

A dem ás de las fiestas de la com unidad y la celebración de bautizos, bodas y

defunciones, se celebran ahora m isas de graduación de los egresados de las escuelas de la

localidad, adem ás de una m isa el d ía de las m adres91. Estas celebraciones se acom pañan

89 En 1995 a la fiesta llegaron el ingeniero Javier Hernández, etucuarense que es alto funcionario de laSecretaría de Comunicaciones y Transportes del gobierno federal, acompañado de dos de sus subordinados. Allí, algunos de los que ocupan cargos de dirección en el pueblo aprovechan para "negociar" algunos apoyos materiales para la localidad. En este caso, se trataba de pedir apoyo para pavimentar la calle de entrada y las calles que circundan la plaza central.

Por otro lado, algunos habitantes del pueblo organizaron una comida para recibir al candidato de un partido de oposición a la presidencia municipal, pues se aproximaban las elecciones. Esta comida fue realizada en casa de un etucuarense militante de ese partido. Acerca de esta competencia entre grupos locales, ver el capítulo VI.

90 Conversación con Jesús Rosas, Mayo 11 de 1994, La llegada de un nuevo sacerdote, a quien la genterelaciona con un partido de oposición, ha provocado un distanciamiento entre el sacerdote y las autoridades. Este distanciamiento se ha manifestado en las discusiones acerca de la organización de la fiesta y de las obras de ampliación del templo, sostenidas tanto en las asambleas como en conversaciones informales.

91 La celebraciónd el día de las madres adquirió importancia también desde los años de estancia en el pueblodel maestro Simón, a quien se atribuye haber organizado "serenatas" con sus alumnos para celebrar el 10 de mayo.

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76

con festejos en las escuelas (donde participan tam bién las prom otoras de la clín ica y las

catequistas de la iglesia) y com idas en las casas, donde se sirve tam ales, m ole o "churipo"

(las m ism as com idas que se preparan para las fiestas de diciem bre o de agosto).

Autoridades.

Com o consecuencia de los trám ites realizados para ganar el litigio con C hilchota se

resolvió registrar com o bienes com unales los terrenos del cerro. A sí en 1965 se integró el

prim er "com isariado de bienes com unales", que sustituyó al "representante de la com unidad

<indígena>". Sin em bargo, en el pueblo se siguió eligiendo en la asam blea de ejidatarios al

que ocupaba el cargo. A pesar de ello, desde 1978 hasta el presente, un grupo de

"com uneros" está reclam ando que se form e una asam blea de com uneros separada de los

ejidatarios, con su propio "representante" (no com isariado) .

H asta hace pocos años las asam bleas eran exclusivas de hom bres. Pero ahora las

m ujeres tam bién asisten a esas reuniones. Inclusive dos m ujeres han ocupado cargos por

designación de la asam blea. U na de ellas es la síndico segunda para 1995. L a o tra fue juez

del pueblo hasta ese m ism o año. E lla dice que la nom bró la asam blea hacía cinco años, pero

entonces no iban m ujeres y sólo le m andaron a avisar de la designación po r m edio del

presidente del com isariado. D ice ella que el juez, que está encargado del registro de lo civil

en el pueblo y sus encargaturas, es electo en asam blea y después le llega un nom bram iento

de Tangancícuaro . Sin em bargo, en 1995 la ju ez fue sustituida por un em pleado del

registro civil, sin consultar a la asamblea. El ju ez ahora tiene su escritorio en la je fa tu ra de

tenencia, y es un licenciado originario de Tangancícuaro. Pero no se trata del m ism o juez

del cabildo, que era otro "tipo" de juez que, dice un inform ante, "tenía m ás autoridad que el

je fe y que el representante de la com unidad"94.

En cuanto al je fe de tenencia, la presidencia m unicipal ha estado pidiendo que se

m antenga en el cargo por tres años, com o lo hace el presidente m unicipal y lo establece la

ley orgánica de la adm inistarción m unicipal. A unque algunos en el pueblo se m uestran de

acuerdo con eso el je fe se sigue eligiendo por un período de un año95.

92 Entrevista con Francisco Madrigal, mayo 31 de 1994. Esta diferencia de categorías es importante para elreconocimiento oficial de los comuneros puesto que el nombramiento de un "representante" implicaría también reconocer que se trata de tierras de una antigua comunidad indígena que ahora son reclamadas por un núcleo de comuneros, y que éstos no son ejidatarios. Los ejidatarios hablan de comisariado porque eso implica que se trata de bienes comunales que forman parte de un ejido dotado en 1926. Esta pugna por "categorías" (representante o comisariado) es parte de una pugna por la sanción oficial. Sobre esto mismo, ver el capítulo VI.

93 Entrevista con Socorro Vacajunio 7 de 1994.94 Entrevista con Gildardo Vacajunio 7 de 1994.95 El jefe de tenencia en 1994, sin embargo, estuvo dos años en el cargo. El justificó eso dando dos razones:

la primera era que le habían pedido en la asamblea continuar para concluir con la reconstrucción

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77

Los topiles y los policías son nom brados tam bién por la asam blea, pero ahrora se

hace de entre una lista de jóvenes recien casados a quienes se adjudicó un lote en la colonia

(vendido a bajo precio). Los policías y topiles están excentos de faenas y de cuota para la

fiesta, por el "servicio" que hacen a la "com unidad".

La asam blea, que se reúne regularm ente y en la que participan todos los jefes de

fam ilia, es una institución m uy fuerte. En las reuniones o "juntas" se nom bra una m esa de

debates, se propone un orden del día y se tom an decisiones que son registradas

cuidadosam ente en actas. A llí se nom bran autoridades y ayudantes, com isiones para obras

públicas, trám ites y eventos (com o la fiesta de agosto). Las jun tas tiene carácter obligatorio

y se m ulta a los que no asisten, al igual que aquellos que no cum plen con las cuotas y

faenas fijadas por la asam blea. C ada asam blea dura en prom edio tres horas y se celebran

aproxim adam ente cada mes.

En los años recientes, especialm ente de 1988 en adelante, aparecieron partidos

políticos, com o instituciones que recutan grupos de interés en el pueblo.

5 C onclusión

Las instituciones, tanto en sus m utuas relaciones com o en sus cam bios en los

distintos periodos, perm iten tener una idea de los cam bios en los im aginarios de

"com unidad". Pero tam bién la relación que se establece entre esta cultura local y las

instituciones translocales perm itirá referir al papel de las jerarquías estatales en estos

cam bios culturales.

Al iniciar el siglo se puede apreciar en esta m em oria sobre las instituciones un

m odelo de com unalism o indígena, que com binaba santos y ciclos festivos con autoridad

civil; com binaba tam bién "respeto", "mayores", "justicia" con la representación de la

propiedad sobre las tierras com unales. El lugar m ás alto de la jerarquía lo ten ía el cabildo,

en donde estaban el representante, el jefe de tenencia y el juez ("justicia" y "respeto")

adem ás de los m ayores. Le seguían los cargueros de las fiestas. Uno de esos cargos estaba

asociado con la celebración de la Virgen y con las tierras de la V irgen, "G uarió", lo que

im plicaba que la delim itación de lo sagrado ten ía tam bién una referencia m aterial y

territorial. Lo m ism o se puede decir del representante de la com unidad indígena, puesto que

aludía al territorio (y por lo cual los pleitos de tierras con los vecinos y los trám ites ante el

del edificio de la jefatura municipal, desarrollado dentro del programa de Solidaridad (la mitad de los gastos aportadas por el gobierno y la otra mitad aportada por los vecinos del pueblo por medio de faenas). La otra razón que dio fue que él estaba completando el periodo de tres años del jefe de tenencia que lo antecedió.

Page 82: EL COLEGIO DE MICHOACAN

78

gobierno para asuntos de tierras com unales eran tratados con esta figura). ¿Los cargos

civiles serían elegidos del m ism o m odo, o se hacían en ’’asam blea" com o sugiere la gente a

través de su experiencia actual?. Es algo que no he podido averiguar. Entre m is inform antes

m ujeres prevalece un m odelo que sería coherente con este im aginario de com unidad

jerarquizada: las autoridades civiles eran nom bradas por el cabildo; sin em bargo, las

asam bleas eran asunto de hom bres. Esta organización de instituciones integraba la

representación del pueblo en la je ra rqu ía político adm inistrativa, a través del je fe de

tenencia y del m ism o "representante" (la com unidad com o una corporación de propiedad

ante el gobierno).

Pero el pueblo era plural y había diferencias im portantes entre sus habitantes. Las

instituciones de trabajo y de propiedad sobre la tierra dejan ver eso. U n grupo de rancheros

convivía en esta localidad con un grupo de cam pesinos. Es interesante el hecho de que un

próspero pequeño propietario (Porfirio Ixta) haya estado com o representante de la

com unidad indígena. Eso podría indicar una refim cionalización de los cargos, en base a las

relaciones cotidianas entre los indígenas y los propietarios que habitaban en la localidad. El

m ism o asentam iento podría reflejar eso: los pequeños propietarios ocupaban las casas jun to

al cam ino, y sus tierras estaban en las partes m ás favorables para la agricultura de riego

(incluso para los años veintes algunas de las pequeñas propiedades estaban dentro de las

antiguas "tierras de la virgen"). El peonaje funcionaba com o form a de trabajo que vinculaba

ambos grupos y podría pensarse entonces que form as de patronazgo en el trabajo se

trasladaban a la organización de la com unidad.

Por otro lado la escuela, que todos recuerdan com o "de paga", estaba a cargo de un

m aestro "m estizo", originario de Purépero. A sí, sólo los hijos de los que podían pagar

asistían a estudiar con ese maestro, en español. Finalm ente, en los años veintes aparecen en

el pueblo los m iem bros de una iglesia evangélica (entre gente que había hecho una estancia

en los Estados U nidos) además de las m ilicias de "las revoluciones" y las nuevas

instituciones translocales del estado postrevolucionario.

L a creación del ejido dio origen a nuevas form as de organización, pero sobre todo,

en tom o al ejido se fue conform ando un nuevo gm po social, que se encargó (en sus pugnas

faccionales y en sus tareas recurrentes) do transform ar las instituciones locales y sus m utuas

relaciones. U na im portante refim cionalización de instituciones se dio durante el período de

los ejidatarios (1940-1970 aproxim adam ente). A lgunas instituciones previas como el

cabildo cam biaron de significado y fueron integradas en una nueva configuración jerárquica

de instituciones. D ice Isaac, un hom bre nacido en 1915, que en la pared del "juzgado"

(jefatura) estaba colgada la vara de la justicia . El 24 de diciem bre el je fe la llevaba a casa

del carguero, para que hubiera orden. El cabildo -dice- era una "com isión" de 15 a 20

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79

personas, quienes le ayudaban al je fe aconsejándole acerca de algunos asuntos, o le

"autorizaban" a hacer cosas96. U n inform ante más joven (nacido a fines de los años veintes

y quien viv iera m uchos años fuera del pueblo) m e dijo que el cabildo "era un grupito que

entre ellos se favorecían", prestándose dinero o dándose entre ellos los puestos públicos. El

PRI97, dice, im ponía a sus "planillas", de tal m anera que aunque había elecciones era sobre

una o dos p lanillas propuestas por ese m ism o "grupito" . Es cierto que m ucha gente de esa

edad y algunos m ás jóvenes (nacidos antes de 1940) m e han aclarado que el cabildo y la

com isión eran dos cosas distintas. Sin em bargo, todos concuerdan que los integrantes del

cabildo lo eran tam bién de la "com isión". Es probable que por ello Isaac asum iera en una

plática que eran lo m ism o. Lo que se puede ver aquí es un m odelo de com unidad en donde

hay una fusión e interrelación entre varias instituciones de d istintos orígenes (com isión,

cabildo) que se colocaba por encim a de la jerarqu ía de autoridad, m anejando el

nom bram iento de cargos públicos civiles y religiosos y colocándose incluso sobre figuras

como el je fe de tenencia o el juez. Esta articulación entre instituciones correspondería al

m om ento en que los ejidatarios, y especialm ente sus dirigentes, ocupaban la m ayor parte de

los puestos públicos. El m odelo de com unidad se basaba en la asam blea de los pobladores

que nom braba a sus autoridades, aunque había una com isión con experiencia que proponía

autoridades civiles y religiosas, así com o obras: la escuela y la carretera (y convertir el

curato en oficina agraria, proyecto que no se realizó). El territorio del pueblo era concebido

como una unidad dividida en dos partes: el ejido y el cerro. Sin em bargo, la adm inistración

de las tierras del cerro no excluyó a los ejidatarios e inclusive m uchos de ellos fueron

autoridades de los bienes comunales.

L a presencia de un m aestro, o el hecho de que el m aestro participara en com isiones

(especialm ente en la com isión para recuperar tierras ocupadas por C hilchota) y en

asam bleas im plicaba una nueva organización entre instituciones locales y translocales. Los

trám ites y las relaciones con los em pleados se establecieron a partir de esta experiencia: los

buenos em pleados con los que habría buenas relaciones, los "am igos" (com o Sim ón99) y

los otros que sólo buscan dinero (a los que habría que evitar negociando directam ente con

el gobierno)100.

96 Entrevista con Isaac Aguilar, mayo 12 de 1994.97 Partido Revolucionario Institucional, el partido en el gobierno.98 Entrevista con Aarón Madrigal, mayo 17 de 1994.99 Simón a su vez se refiere al senador Gabriel Ramos Millán como un "amigo comprensivo y bueno que

entendía nuestra necesiades" (RAMIREZ, 1978; 135), y el busto de la plaza dedicado al senador lo llama "amigo de los campesinos".

100 Este tema será desarrollado más ampliamente en el capítulo V.

Page 84: EL COLEGIO DE MICHOACAN

80

C on la llegada del cura y la desaparición del cabildo parece que las instituciones se

separan, m arcándose claram ente lo correspondiente a lo civil y lo religioso, aunque se

sostiene en el discurso que el tem plo y las fiestas son asuntos del pueblo y no del sacerdote

(tam bién allí se han dado diferencias entre "buenos" y "malos" sacerdotes: con unos hay

estrecha relación, con los otros hay evitación y reafírm ación de lím ites).

El "com unitas" im aginado perm anece centrado en la asam blea, en donde se

depositan facultades de elección y nom bram iento de autoridades, así com o de decisión

sobre las actividades colectivas y form a de realizarlas. Sin em bargo, para las obras públicas

y para el nom bram iento de cargos se debe enfrentar algunas circunstancias que surgen del

carácter translocal de m uchas instituciones "de la com unidad": el ejido, la escuela, la

iglesia, la je fa tu ra de tenencia o los partidos políticos, por ejem plo. E n el periodo de trabajo

de cam po se discutía si el je fe debe ser electo por uno o tres años, y de hecho se les nom bró

un ju ez desde fuera; algunos están pugnando por el nom bram iento de com uneros y

com isariado ejidal separados de los ejidatarios; e incluso se discute si el cura tiene derecho

a hacer m odificaciones al tem plo sin consultar a la asam blea. L a presencia de un grupo de

"profesionistas", gente form ada en escuelas superiores en la ciudad y con una experiencia

de trabajo en la burocracia gubernam ental, introduce el debate sobre asuntos de

"com petencia legal" y "atribuciones" según la ley de distintas instancias.

Por otro lado, las diferencias m arcadas entre generaciones y entre grupos de clase en

Etúcuaro van generando un "extrañam iento" en relación a ciertas prácticas establecidas,

que preocupa a los más grandes y que refieren com o una pérdida del deseo de "servir a la

com unidad". Los jóvenes que viven en Estados U nidos ven en G uarió un lugar de paseos;

las fiestas com o m om entos de baile, juegos y uso de sím bolos de distinción; adem ás,

procuran evadir faenas y cuotas. Sin em bargo, algunos se organizan en los Estados Unidos

para, de m anera voluntaria, aportar dinero para la fiesta de la V irgen, celebran allá las

fiestas cuando no asisten a ellas en Etúcuaro y la gente dice que la m ayor parte de jóvenes

eligen a etucuarenses como esposas. A ún allí es posible encontrar ese im aginario y sus

expresiones territoriales (en la división entre lugar de trabajo y lugar de descanso), en los

ciclos festivos y en las preferencias m atrim oniales. A l m ism o tiem po las facciones locales

em ergentes han encontrado nuevas form as de distinguirse, en base a categorías nuevas:

ejidatarios-com uneros, priistas-perredistas101.

A sí la referencialidad en las instituciones ha cam biado, a pesar de una búsqueda de

coherencia que se articula en distintos periodos a partir del im aginario de "com unidad

indígena" o el de "com unidad cam pesina". En el m om ento del trabajo de cam po la

101 PRD, Partido de la Revolución Democrática. Partido de la oposición con importante prersencia en el estado de Michoacán, y particularmente en los pueblos de la cañada.

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81

pluralidad aparecía com o el elem ento m ás visible, y los discursos podían ser v istos com o

fragm entos. Sin em bargo, ese im aginario colectivo de "com unidad" y sus instituciones

perm iten entender estos fragm entos com o transform aciones de ese im aginario, que se

expresan en distintas jerarquías de prácticas institucionalizadas.

U na aproxim ación a la m anera en que son producidas distintas im ágenes de

com unidad, orientaciones de la jerarqu ía y significados de las prácticas de organización

colectiva, trabajo y propiedad, perm itirá plantear la relación que existe entre esta

recontrucción de la com unidad y los cam bios en la com posición social y cultural en el

pueblo. Por ello, los siguientes tres capítulos exam inan las com unidades im aginadas desde

distintos "puntos de vista" dentro de esa com posición de grupos de clase, o "culturas

íntim as", y de esa m anera se hace una aproxim ación a la d inám ica cultural de la em ergencia

de grupos sociales en un espacio sociohistórico.

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82

CAPITULO IV: EL PASADO EN EL PRESENTE

1 La comunidad indígena

Existe en Etúcuaro una configuración de prácticas y entendim ientos propios de lo

que podríam os llam ar una cultura residual (cultura íntim a residual, en térm inos de Lom nitz-

A dler 1992: 37-39). Llam aré a este conjunto "com unidad indígena" com o un m odelo de

com unidad en el cual se articulan, jerarquizan y adquieren significación diversas prácticas

institucionalizadas de organización colectiva, de trabajo y de propiedad.

Jesús R osas M adrigal, a pesar de tener un prestigio local com o buen católico y

hom bre trabajador, se ubica en los m árgenes de las prácticas organizativas en el pueblo.

Nació en Etúcuaro el 10 de abril de 1901 (según su h ija Trinidad, "Trina"). Su padre, Lucio

Rosas, fue je fe de tenecia del pueblo aproxim adam ente en 1900 (cuando se dio el

enfrentam iento entre Chilchota y Etúcuaro por la construcción del "canal de la yegua").

Lucio aparece tam bién en los registros de m arcas de ganado de 19021 (sin em bargo, la

relación de Jesús con las labores del ganado no es significativa para él).

Sobre la escuela Jesús cuenta: "... asistí a la escuela, en Tangancícuaro y Chilchota,

pero no agarré nada". Cuando ya estaba casado, volvió a ir a la escuela, esta vez a la

nocturna y en esa ocasión aprendió a leer y a firm ar -"sí agarré algo" .

Jesús fue alguna vez Prioste de la V irgen, cuando tenía poco tiem po de casado

(1920); pero ya no le tocó ayudarse de las tierras del "Guarió", com o lo hacía antes el

Prioste, pues para entonces esas tierras estaban en m anos de pequeños propietarios que

habitaban en el m ism o pueblo. En los años treintas, en la época de la "liga" y del trabajo

colectivo en el ejido, Jesús fue integrante de la "ronda" (la po lic ía local) y en 1940 fue

"topil" ("m andadero" de la jefatura de tenencia) . Todos esos cargos o puestos públicos son

de carácter subordinado (del cabildo, del com andante y del je fe de tenencia

respectivam ente) y Jesús nunca ocupó un cargo público de dirección.

M uchas veces salió del pueblo a trabajar com o peón en la agricultura o en la

construcción, pero sólo por tem poradas cortas. U na de sus salidas m ás prolongadas (que

duró tres años, a Torreón Coahuila), fue en la época m ás difícil de persecusión religiosa y

de conflictos con la liga, cuando en todos, los pueblos de la cañada y el valle se cerraron las

iglesias, se quem aron los santos y se prohibió el culto religioso. C uando regresó, él y otras

dos personas se encargaron de abrir la capilla y cuidar su lim pieza, con la oposición de

algunos de los entonces dirigentes en el pueblo.

1 Archivo Municipal de Tangancícuaro.2 Entrevista con Jesús Rosas. Abril 24 de 1995.3 Entrevista con Jesús Rosas, junio 7 de 1994.

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83

Jesús tuvo cinco hijos, pero solo dos m ujeres llegaron a adultas. E llas no se casaron

y no tuvieron hijos. Para 1995, Jesús y sus hijas (por tener m ás de setenta años de edad)

están excentos de prestar servicios com unitarios (faenas y cuotas) y de asistir a asam bleas,

aunque algunas veces asistió Trina a éstas durante el período de trabajo de cam po.

Jesús no tiene tierras propias ni parcela ejidal, pero siem pre, dice él, sem bró

"ecuaro". S in em bargo, en 1995, Jesús dejó de hacerlo, pues ya tiene 94 años de edad y no

tiene la fuerza suficiente (aunque sí el deseo de hacerlo). Son las hijas quienes m antienen la

casa lavando ajeno, recogiendo "pasojo" (escrem ento de caballo que se vende a los que

fabrican ladrillo en los pueblos vecinos4 ), acarreando leña y sem brando elote de traspatio.

A dem ás de eso, reciben maíz, frijol y ropa de obsequio de parte de algunos fam iliares, y a

su vez ellos ayudan a otros "viejecitos" pobres y solos, dándoles de com er5 .

Los padres de Jesús tenían su casa en la orilla norte del pueblo, y no era esa una de

las casas que estaban junto al cam ino que atravesaba la población6 . E n los años treintas,

con herencia de su esposa, Jesús com pró un lote en la nueva extensión del pueblo, "La

Lom a", aún m ás al norte que la casa de sus padres. Jesús y su esposa e hijas fueron

construyendo la casa, haciendo los adobes y levantando las paredes del prim er cuarto;

tam bién recibieron regalados algunos adobes la casa de algún vecino (de los que fueron

substituyendo el adobe con ladrillo y cem ento). U na vez, dice su h ija "Trina" (Trinidad), se

fueron a p izcar fresa en las parcelas del ejido y con lo ganado construyeron el segundon

cuarto de la casa . H asta 1995 la casa tenía una estancia grande y dos cuartos pequeños,

adem ás de una cocina con fogón de leña separada del resto de la casa (aunque en la estancia

grande tienen estufa de gas, suelen usar por igual el fogón y la estufa). Toda la construcción

es de adobe y piso de tierra. Jesús y sus hijas viven allí su v ida frugal.

4 Esta actividad, realizada en los potreros, esta considerada como secundaria al resto de las actividades de laganadería. Otras personas que se dedican a eso son algunos niños, quienes en sus ratos libres o periodos de vacaciones escolares levantan pasojo y lo venden por costales a los fabricantes de ladrillo, que llegan al pueblo con sus camionetas a comprarlo. En algunas ocasiones lo ganado se incorpora al gasto familiar, pero unos niños me decían que se dedicaban a eso para tener dinero para gastarlo en las "maquinitas" (juegos eléctronicos de monedas).

5 Entrevista con Trinidad Rosas, mayo 11 de 1994. Esta ayuda brindada a otros más desfavorecidos es partede un conjunto de prácticas de reciprocidad que funcionan entre algunos habitantes en el pueblo. En este caso, el intercambio recíproco no está dirigido hacia los mismos "viejecitos", aunque una de las "viejecitas" contribuía a veces barriendo la banqueta y calle del frente de la casa de Jesús, de tierra y piedras, o aportando leña recogida en la parte baja del cerro. Se trata más bien de una práctica religiosa de ayuda a los pobres, para ganar la gracia divina.

6 La "casa troncal", como dice la gente del mismo pueblo a la casa de los padres.7 Entrevista con Jesús Rosas, abril 24 de 1994.

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2 EI cerro y el valle

Peonaje, hortalizas y pepena.

La experiencia de peonaje de Jesús fue m uy diversificada. Siendo niño, Jesús

trabajó en la casa de Porfirio Ixta, en ese entonces "representante de la com unidad

indígena", com o "bueyero" (cuidador de bueyes, trabajo que regularm ente se asignaba a

niños).

D espués trabajó, de m anera esporádica, en las "vinatas" (unidades de fabricación de

m ezcal) de la fam ilia R ocha de V alle de G uadalupe . Jesús recuerda la danza de "los

negritos" en la que él participaba cuando era joven y soltero, y gustaba de tom ar

aguardiente jun to con sus am igos (dice que dejo de tom ar poco después de casarse). El

bailaba, pero el "encabezado" (quien dirigía el baile) era otro9 . U na parte de la danza de

"los negritos" es sobre la "panocha prieta", relacionada con la fabricación de mezcal:

"m achucar panocha prieta m achucar panocha prieta

prieta, prieta com o yo prieta, prieta com o yo"

Quienes bailaban la danza, dice otro inform ante, eran los "esclavos" de la v inata de Pedro

Rocha, de V alle de G uadalupe10.

Jesús trabajaba, desde que estaba soltero y tam bién cuando ya se había casado,

como peón en las haciendas, especialm ente en Canindo, y tam bién en los ranchos y tiendas

de algunos habitantes de Tangancícuaro. Por ejem plo, trabajó en Tangancícuaro

descargando costales en la tienda de Julio D uarte, guadalupeño que m ontó un

establecim iento com ercial cerca del centro de la cabecera m unicipal (ahora en m anos de

Julio D uarte hijo). Tam bién trabajó descargando bultos de m aíz que llegaban en carretones

a la casa de un señor de apellido M aciel, quien dice Jesús era el segundo m ayordom o de la

hacienda Canindo. Esa casa estaba jun to a la iglesia de Tangancícuaro, en pleno centro11.

Y a casado, trabajó en la construcción del tram o C hilchota-C arapan de la carretera

nacional (en 1935 aproxim adam ente) . A fines esa década se fue a trabajar a la pizca de

algodón a Sonora, Torreón (Coahuila) y a Texas (Estados U nidos); y en años siguientes, de

los cuarentas hasta los sesentas, trabajó en Zam ora com o peón de albañil o en las tierras del

ejido y en la cañada, com o peón agrícola. E n los años cuarentas estuvo trabajando en la

8 Entrevista con Ricardo Ixta.mayo 31 de 1995.9 Conversación con Jesús Rosas. Mayo 21 de 1995.10 Entrevista con Ricardo Ixta. mayo 31 de 1995.11 Conversación con Trinidad y Jesús Rosas, paseo por Tangancícuaro. Mayo 14 de 1995.12 Conversación con Jesús Rosas y paseo por Tangancícuaro. mayo 14 de 1995.

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I ^cosecha de m aíz en algunos lugares de la C añada y recuerda que le pagaban con m aíz

Tam bién en esos años trabajó en Zam ora como peón de albañil, en el "sindicato"14.

Jesús tam bién se dedicó al transporte y com ercio de hortalizas en algunas plazas

sem anales, especialm ente desde que se casó (en 1920 aproxim adam ente) con Francisca

Vaca, h ija de un hortelano y vendedor de hortalizas, de una fam ilia "más acom odada" -dice

Jesús. El la conoció porque trabajaba com o peón del papá de F rancisca15. "C uando m e casé

no tenía ni som brero, calzón de m anta só lo"16. Com o su suegro (hortelano y exitoso

vendedor de "recaudo" -hortalizas- en varias plazas) Jesús se dedicó tam bién a la venta de

tom ate y chile en la plazas dom inical de Purépero, aunque con m enos recursos que aquel.

Incluso llegó a sem brar tom ate "a m edias con la hacienda" . Posteriorm ente iba tam bién a

las plazas de Patam ban y Ocum icho, los jueves y los viernes, respectivam ente .

Pero, el trabajo en el com ercio que Jesús recuerda con agrado, tiene tam bién algunos

riesgos. D urante un paseo que hicim os por el m ercado de Tangancícuaro encontram os a

Salud Canindo, una alegre etucuarense quien le proponía entre risas a Jesús que fueran a

cortar tule com o antes (am bos ahora em plean bordón para cam inar). E lla y otras m ujeres

estaban vendiendo en la plaza, com o lo hacía Jesús antes. E n esa ocasión Salud llevaba

"cebollas de un pedaso que sembré". E lla brom eaba diciéndole a Jesús que ahora él ya es de

los "ricos" porque no iba a vender a la plaza, sino a gastar (diciendo con eso que los ricos

son los que van a la p laza a com prar, y los pobres los que van a vender). Luego Trina, Jesús

y Salud se quejaron de que lo del pobre "no vale", en cam bio lo del rico cada vez vale m ás

(refiriéndose a los precios de las cosas) y pusieron el ejem plo de la harina de trigo, que ha

subido de precio sin que eso signifique que le han pagado m ás al productor del trigo por el19

grano .

13 Conversación con Jesús Rosas. Paseo por el manantial de Carapan. Mayo 21 de 1995.14 Conversación con Trinidad Rosas y paseo por Purépero. Mayo 21 de 1995.15 Entrevista con Jesús Rosas, mayo 3 de 1994.16 Entrevista y recorrido por el cerro con Jesús Rosas, mayo 11 de 1994.17 Conversación con Jesús y recorrido por Purépero. Mayo 21 de 1995.18 Conversación con Trinidad y Jesús Rosas, paseo por Tangancícuaro. Mayo 14 de 1995. Tanto Purépero

como Patamban y Ocumicho se encontraban en zonas en las que no existían grandes extensiones de tierra en donde se pudiera contar con agua permanente. Por eso, productos como la calabaza, el tomate y el chile podían ser producidos en tierras con riego controlable y llevadas a vender con éxito a aquellos pueblos, lo mismo que sucedía en algunos pueblos de la meseta tarasca.

Conversación con Jesús y Trinidad Rosas y con Salud "Canindo" en la plaza de Tangancícuaro. Mayo 14 de 1995.

19

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Agua, tule y pescados

La danza de los negritos, que recuerda con claridad y entusiasm o, hab la en una de

sus partes ("el aguacero") de un m odelo de organización de actividades entre los pueblos

del valle y la cañada:

Tangancícuaro lucido, Tangancícuaro lucido (¿?) Patam beños loceros, patam beños loceros, O cum icheños zapateros, ocum icheños zapateros San José baqueteros, San José baqueteros C hilchoteños esquineros, chilchoteños esquineros U reneños higueros, ureneños higueros Tanaquillo chayoteros, Tanaquillo chayoteros A cachuén chirim oyeros, A cachuén chirim oyeros Santo Tom ás Loceros, Santo Tom ás Loceros Zopoqueños tam boreros, zopoqueños tam boreros Huanciteños cebolleros, huanciteños cebolleros Ichaneños quirinderos, ichaneños quirinderos (de "corundas" o tam ales)Tacureños m alacateros, tacureños m alacateros (m alacate para m anta)Carapeños botijeros, carapeños botijeros (botas)Purepeños tam aleros, purepeños tam aleras Tlazazalca charaperos, Tlazazalca charaperos (charape: bebida alcohólica)San A ntonio pulqueros, San Antonio pulqueros (pulque: bebida alcohólica)Guadalupe lentejeros, Guadalupe lentejeros G uarucheños harineros, Guarucheños harineros Etucuareños zas y zas, Etucuareños zas y zas

20"Zas y zas" representa la elaboración de petate . Jesús sabe hacer petates; dice que

aprendió de su m am á y que a principios del siglo X X m uchos en E túcuaro sabían (según los

testim onios de él y de m uchos otros en el pueblo). "Todo el pueblo trabajaba el petate, <con

tule> que sacaban de las ciénegas. Había m uchas ciénegas, hasta El Pedregal y hasta

Urepetiro; hasta los n iños trabajaban eso. Se teje el petate y con una p iedra se va golpeando

... saz y saz, saz y saz, así ..." decía m ientras m ovía la m ano inclinando un poco su

cuerpo . Por un tiem po, cuando Jesús ya era casado, se quedaba a dorm ir ju n to a su ecuaro

en el cerro para cuidarlo de los anim ales. Para eso construyó un jacal pequeño en una piedra

hueca, con techo de pencas de maguey. Allí pasaba la noche para cuidar el maíz, y al

m ism o tiem po se llevaba tule para hacer petates . Los petates de tule eran vendidos

20 Entrevista con Jesús Rosas y Trinidad Rosas. Etúcuaro, Abril 26, 1994.21 Entrevista con Jesús Rosas. Abril 24 de 1994.22 Conversación y recorrido por el cerro con Jesús Rosas, mayo 11 de 1994.

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principalm ente en la plaza de Purépero. Jesús iba, prim ero con su m am á y después solo, a

vender petates a aquella plaza, todos los dom ingos .

De los depósitos de agua y canales extraía tam bién pescados pequeños (adem ás de

"chapos" y carpas) que su esposa preparaba en tam ales y Jesús llevaba a vender en los

pueblos de la cañada24.

Ecuaro y casa

D ice Jesús que él era "peón", "petatero" y "ecuarero", refiriéndose a su vida de

joven en los años treintas y cuarentas del siglo . Pero entre esas actividades el ecuaro

parecía tener un lugar predom inante. Los ecuaros estaban en las faldas del cerro de

Etúcuaro. A llí Jesús sem braba "m aíz de hum edad", que se siem bra en m ayo con las

prim eras lluvias y que se dirige al consum o en la casa. Jesús cuenta con orgullo cóm o fue

capaz de sem brar hasta tres m edidas de m aíz, m ás que suficiente para asegurar el consum o

de la casa durante un año.

Lo gratuito/lo comprado. Lo amplio/lo estrecho

A dem ás del ecuaro, Jesús aprovechaba diversos recursos que ofrecían el cerro y

algunas partes del valle. U na vez, durante un recorrido que hacíam os por los ecuaros (que

ahora apenas son rastros de ellos) Jesús com paró la v ida del pueblo con la v ida de la ciudad.

M e dijo que en M éxico todo es reducido y com prado (el vivió un tiem po en la ciudad, pues

su hija estaba trabajando com o em pleada dom éstica allá). En cam bio, aquí, en el pueblo -

decía Jesús-, el terreno es amplio y hay cosas que no cuestan. U no puede com er del cerro:

quelites, nopales y m ostaza. Antes, con una red, se podía pescar peces chiquitos, "shapos",

ranas y tortugas en los canales y arroyos. Todo eso no cuesta. "Aquí -dice- lo que nos hace

falta es ham bre ... aquí hay m ucho que com er" .

Del cerro adem ás se extaían otros recursos: m adera, plantas para lavar ropa y para

barrer, lo m ism o que gusanos de un tipo de panal que se com ían tostados; tam bién "hita", o

fibra de m aquey para elaborar o rem endar ropa .

23 Conversación y recorrido por el cerro con Jésús Rosas. Etúcuaro, mayo 11 de 1994, Conversación conJesús y recorrido por Purépero. Mayo 21 de 1995.

24 Otro informante señala a Ricardo Ixta y Jesús Rosas como dos de los que vendían tamales de pescado enla cañada. Entrevista con Rafael Gerónimo, marzo 6 de 1995.

25 Conversación y recorrido por el cerro con Jesús Rosas. Etúcuaro, mayo 11 de 1994.26 Conversación y recorrido por el cerro con Jesús Rosas. Etúcuaro, mayo 11 de 1994.27 Entrevista con Jesús Rosas y Trinidad Rosas. Etúcuaro, Abril 26, 1994; Conversación con Jesús Rosas y

Trinidad Rosas. Etúcuaro, mayo 3 de 1994; Conversación y recorrido por el cerro con Jesús Rosas. Etúcuaro, mayo 11 de 1994; Conversación con Jesús Rosas. Etúcuaro, agosto 19 de 1994.

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Cuenta Jesús que antes (entre los veintes y cincuentas) com praba pocas cosas: cuero

para huaraches, sal y cal, pero a veces tam bién m aíz. M ás tarde la fam ilia usaba el dinero

para pasajes y algo de ropa y zapatos. Su hija Trina, desde los años cuarentas, em pezó a

contribuir al ingreso, trabajando como em pleada dom éstica en Tangancícuaro, Zam ora y el

D istrito Federal (en estos lugares trabajó varios años con los fam iliares de los dueños del

M olino de harina "G uadalupe", de Jacona, de apellido Jim énez) .

Se puede observar que el trabajo en esta unidad dom éstica está orientado por un

m odelo de subsistencia, e incluso de autoconsum o en el caso del ecuaro. El ecuaro es el

centro de esta concepción del trabajo y está asociado con lo que se com e en casa y con la

realización de un ideal de hom bría (sem brar suficiente). Los-recursos de la tierra y las

ciénegas, ríos y canales son parte de lo "gratuito" que se puede disfrutar com o m iem bro de

la comunidad. El intercam bio com ercial en plazas celebradas en otros lugares y el peonaje

son concebidas com o form as de trabajo com plem entarias a la subsistencia.

3 Indios y arrimados

Cerro y ecuaros: herencia de los antiguos.

D urante nuestro paseo por los ecuaros, Jesús se detenía y decía: "si esta tierra

hablara le d iría quién la trabajó". M e iba contando lo que él había hecho en esas tierras:

rem ovió piedras, hizo cercas y diques y niveló terrenos. D ecía que todo eso, ahora sin

cultivar, se sem braba; pero no todo al m ism o tiem po: un año se sem braba una parte, y el

siguiente año, otra. Estas tierras son, dice, "herencia de los antiguos <...> ellos sem braban

aquí"29. De esta m anera, en esta concepción del ecuaro hay una relación entre la herencia

del trabajo de los pasados y las actividades de producción y consum o para la casa. Los

antiguos, los originales habitantes del pueblo, así trabajaban.

Ahora, en el pueblo viven personas cuyos padres y abuelos no nacieron en Etúcuaro

y Jesús sabe m uy b ien distinguirlos, pues conoció a m uchos de aquellos. A dem ás, tam bién

hay gente inm igrada ya durante las últim as décadas, com o algunos habitantes de "la

colonia". Jesús los llam a con el térm ino genérico de "arrim ados". A sí Jesús establece un

contraste ente los antiguos -quienes sabían sem brar ecuaro y hacer petates- y distintas

generaciones de "arrim ados".

28 Conversación con Trinidad Rosas.mayo 21 de 1995.29 Conversación y recorrido por el cerro con Jesús Rosas. Etúcuaro, mayo 11 de 1994.

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89

Hablar más lenguas; hablar sólo una.

Jesús se dice a sí m ism o "indio, nacido, de Etúcuaro, natural, tarasco"30. Hace

énfasis en que él nació en E túcuaro de padres y abuelos etucuarenses y que com o ellos que

eran "bilingües" él puede entender conversaciones en tarasco . Cree inclusive que podría32

hablarlo si viviera en un pueblo de hablantes de tarasco .

Pero ahora, en el pueblo ya nadie lo habla, "ya no se usa" ; y dice Jesús que no les

enseñó a sus hijas por la m ism a razón34. Sin em bargo, en una conversación com entó que es

m ejor saber hablar dos o m ás idiom as, así uno puede platicar con m ás gente. Los m estizos

dicen que los indios "no saben", pero -dice Jesús- "es m ás indio el que no sabe", puesto que

los indios saben m ás idiom as .

Ser parte de la com unidad es conocer la elaboración de petates y disfrutar del

consum o de chapos y pescado (a diferencia de los habitantes de otros pueblos,

especialm ente de los "blancos", como los habitantes de L a G uarucha, V alle de G uadalupe y

otros pueblos del valle). O tros inform antes hablan de conductas com o el asco que al parecer

producía a los habitantes de aquellos pueblos el ver com er pescado ; m ientras que, por su

parte, un habitante de L a G uarucha recuerda cóm o efectivam ente ellos no sabían com er

pescado37.

Así, Jesús propone una clasificación de grupos a partir de ciertas prácticas de

distinción com o el saber idiom as (ser bilingüe), saber hacer petates y sem brar ecuaros.

R eivindica de m anera positiva la cultura propia, del indio natural, del peón, ecuarero y

petatero, frente a otras prácticas culturales. En esta visión, el indio sabe m ás y tiene raíces

m ás profundas en el pueblo.

4 Ecuaro libre

Ecuaro libre, seguridad de la casa

Jesús m e ha dicho que el ecuaro es "libre". A ntes, dice, los ecuaros eran de la

comunidad. E ra "libre", pues cualquiera podía sem brar y había am plitud para hacerlo. Si

uno dejaba de sem brar, otros podían ocupar la tierra; pero tam bién se podía heredar un

30 Conversación y recorrido por el cerro con Jesús Rosas. Etúcuaro, mayo 11 de 1994.31 Entrevista con Jesús Rosas, abril 26 de 1994.32 Conversación y recorrido por el cerro con Jesús Rosas. Etúcuaro, mayo 11 de 1994.33 Entrevista con Jesús Rosas y Trinidad Rosas. Etúcuaro, Abril 26, 1994.34 Entrevista y recorrido por el cerro con Jesús Rosas. Etúcuaro, mayo 11 de 1994; Entrevista con Jesús

Rosas. Etúcuaro, mayo 17 de 1994.35 Entrevista con Jesús Rosas, febrero 28 de 1995.36 Conversación con Ricardo Ixta, mayo 18 de 1995.37 Entrevista con Amulfo Escobar, "La Guarucha, marzo 6 de 1995.

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ecuaro. Los ecuaros son "herencia de los antiguos, ellos sem braban aquí", dice Jesús, y su

propio ecuaro era herencia de su abuelo, quien originalm ente lo rodeó con una cerca de

piedras . "Aquí lo que se reclam a <como propiedad> es la cerca, no la tierra" .

El ecuaro tam bién es "libre" porque no se siem bra con préstam os o créditos. En el

ecuaro uno siem bra y cosecha el m aíz necesario para consum o de la casa, un m aíz de diente

grande y que sabe m ejor que el m aíz "híbrido" que alguna vez intentaron introducir al

ejido40. Sem brar ecuaro, así, proporciona seguridad para el consum o en la casa.

Ejido, valle, ’'conveniencias", arriesgar-perder.

Pero el ecuaro tam bién es libre por oposición a otras form as de trabajo,

especialm ente al ejido. Al parecer, los com prom isos que se han contraído con el ejido

im plican una incongruencia con el sentido que Jesús da a la actividad agrícola en el ecuaro.

Esos com prom isos son fundam entalm ente los de la producción para el m ercado, la

introducción de nuevos cultivos (m aíz híbrido, j anam argo, fresa, papa), pero tam bién las

obligaciones colectivas y la autoridad de la directiva en el m anejo del trabajo y de la

producción. Adem ás, el ejido no es libre porque se requiere de créditos y a veces el que

siem bra no saca nada41. Sem brar de esa m anera es inseguro42.

Por otra parte, para ser ejidatario, me explica Jesús, él hubiera tenido que participar

en las "conveniencias" en las que entraron los prim eros ejidatarios, especialm ente la

directiva. Jesús no heredó propiedades ni tiene parcela ejidal; aunque si recibió parcela en la

prim era dotación del ejido, la perdió en la depuración que se hizo del censo de ejidatarios y

la reducción de las tierras dotadas43.

38 Conversación y recorrido por el cerro con Jesús Rosas. Etúcuaro, mayo 11 de 1994.39 Entrevista con Jesús Rosas, junio 7 de 1994.40 Entrevista con Jesús Rosas. Febrero 28 de 1995.41 Entrevista con Jesús Rosas. Febrero 28 de 1995.42 Otro habitante de Etúcuaro, que siembra ecuaros en tierras del vecino pueblo de Chilchota argumenta que

es mejor sembrar en ecuaros que en el ejido. Incluso dice que él, sembrando 14 medidas (4 hectáreas) de maíz, tiene suficiente para vender y deja para "el gasto" (el consumo de la casa). En cambio los ejidatarios a veces no sacan ni para su casa ni para sembrar el siguiente año, y le vienen a comprar maíz a él. "Son ellos <los> que más ocupan a uno; a los que menos <tienen>". Cuenta además que cuando su único hijo se iba a ir a Estados Unidos, él le decía que era mejor trabajar en ecuaros (o acarreando leña del cerro para vender en la época de secas) pues proporciona suficiente para la casa y algo de dinero: "nos la pasamos bien". En cambio, "... ¿trabajar para otro?, no ... <es> sólo hacer dinero al patrón ... <además> se acaba uno", (conversación con Salvador Bravo, junio 2 de 1995). El es habitante de la colonia, de una familia que migró al pueblo en los años cincuentas, cuyos miembros llegaron a trabajar como peones y/o propietarios de ganado que compraban forraje en el ejido. Se casó con la hija de otro inmigrado, también habitante de la colonia. Ahora se reúne y mantiene amistad con los militantes de un partido de oposición en el pueblo.

43 Hay un Jesús Rosas entre los ejidatarios de 1926 -según documentos de la dotación de los que hay copia enel archivo de la Procuraduría Agraria en Zamora. Según ese documento la primera dotación fue en

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Con "conveniencias" se refiere al acaparam iento de decisiones que realizaron

algunos de los que ocuparon cargos directivos en el ejido en los prim eros años. Se refiere,

por ejem plo, a una cuota que cobraron los directivos del ejido para o torgar las parcelas

después de la depuración del censo, cuota que Jesús se negó a pagar y por lo cual perdió su

parcela44. A cusa igualm ente que las prim eras cosechas en el ejido, levantadas con trabajo

colectivo a través de "faenas", fueron acaparadas y vendidas por los dirigentes agraristas sin

aportar nada a los que contribuyeron en el trabajo. Tam bién habla de la poca precaución

que tuvieron aquellos dirigentes para defender la dotación original, que abarcaba hasta las

tierras de Canindo. Según Jesús, un ingeniero les había advertido a los ejidatarios que se

iban a presentar "astillas": "no se dejen, com pren sus armas".- Poco tiem po después le

redujeron al ejido la cantidad de tierras dotadas. "¿Se vendió la directiva con él?" -se

pregunta Jesús refiriendo a un diputado que decía ser am igo de "los cam pesinos", pero que

prom ovió la reducción de las tierras de la dotación45.

Paralelam ente, dice que todos los presidentes después de la revolución han sido

"m alos", sólo viven de robar a la gente. El gobierno, para él, consite tam bién en "puras• „46

conveniencias .

Anticlericalismo y religiosidad.

D espués del reparto agrario los ejidatarios se vieron involucrados en la lucha contra

los cristeros y en un proyecto anticlerical, especialm ente con la llam ada liga antirreligiosa y

antialcohólica. A lgunos en el pueblo atribuyen a éso el hecho de que Jesús no tenga parcela.

G ildardo V aca (quien aún no nacía en la época de la liga), dijo en una.plática que "muchos

dejaron la parcela <poco después del reparto> porque no querían ir a la m ilicia; por

ejem plo, don Chuchito"47. Issac, uno de los prim eros ejidatarios, m e dijo que Jesús no

1925 (por parte de agentes del gobierno estatal) y abarcaba parte de las tierras de La Guarucha y parte de Canindo. Pero en 1926 (con la dotación por resolución presidencial) se "depuró" el censo de ejidatarios y se redujeron las tierras de dotación sólo a las de la primera hacienda. Después de eso hubo varias "depuraciones" internas del censo y reasignación de parcelas y en una de ellas Jesús debió perder su membresía en el ejido.

44 Entrevista con Jesús Rosas, junio 7 de 1994.45 Entrevista con Jesús Rosas. Etúcuaro, junio 7 de 1994; Entrevista con Jesús Rosas y Trinidad Rosas.

Etúcuaro, Abril 26, 1994.46 Sin embargo -dice Jesús-, Lázaro Cárdenas fue distinto, pues él no fue presidente sino "solo gobernador"

(Conversación con Jesús Rosas. Mayo 10 de 1995). Aquí vemos también cómo se presenta una imagen del estado desde la perspectiva de los contactos de Jesús con la burocracia y las instituciones gubernamentales en el pueblo. Para él el estado se define por las "conveniencias" como prácticas en las cuales participan todos aquellos que aceptan tener contacto con las instituciones gubernamentales o sus agentes. Los directivos del ejido para él le sirven para ilustrar cómo los intereses particulares se sobreponen al interés colectivo (las tierras del ejido).

47 Entrevista con Gildardo Vaca, Elizondo Rodríguez y Alfredo Rodríguez, abril 10 de 1994.

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92

recibió parcela "porque venía m ucho al tem plo ... Los padres de entonces am enazaban con

excom ulgar a los que robaran las tierras a los hacendados" , e Isaac considera que Jesús

Rosas creyó siem pre en la palabra de los curas. El hecho es que Jesús no es ejidatario.

Sin em bargo, ahora Jesús y su h ija T rina cuentan cóm o los que fueron ligueros

tuvieron o están teniendo una fea m uerte: quedan con la lengua de fuera. Jesús, en cam bio,

prefirió seguir fiel a su fe católica y alejarse de los ejidatarios. Contrariam ente a los líderes

del ejido y del pueblo (quienes estaban prim ero contra la religión y después pedían no estar

subordinados al cura de Valle de Guadalupe) Jesús fue siem pre fiel a su fé religiosa. Fue de

los que abrieron el tem plo en la época que no había cura ni "cargueros" responsables de

ello. En ese tiem po, dice Jesús no se "acabalaban" cuatro pesos al m es para pagar la m isa49.

Jesús siem pre habla de su buena am istad con los sacerdotes, incluyendo a un cura de V alle

de Guadalupe al que los etucuarenses im pidieron que celebrara m isa en la capilla local en

los años cuarentas. Jesús, en una ocasión, se opuso a la decisión de los dirigentes del pueblo

de no aceptar al cura de Valle de G uadalupe y asistió a la m isa, lo que le costó pasar unas

horas en la cárcel local.

A hora Jesús acude todos los días a m isa a las seis de la m añana, y él y sus hijas son

m iem bros del grupo de Renovación en el Espíritu Santo que se reúne todos los días a las

cinco de la tarde en la capilla vieja del pueblo. El es el único hom bre que asiste con

regularidad (y de hecho solo hay dos hom bres que acuden a esas reuniones, entre más de

veinte m ujeres). Jesús y sus dos hijas han asistido a los encuentros de grupos de

Renovación, uno de ellos celebrado en Zam ora hace más o m enos dos años. Jesús, hace

tiem po que utiliza un bordón o bastón resistente para ayudarse a cam inar, aunque no lo

requiere m ás que en terrenos m uy pedregosos o de pendiente. Sin em bargo, aseguran Jesús

y sus hijas, T rina y Chona, que él estaba m uy m al de salud y ya casi no podía cam inar;

pero, en un encuentro del Grupo de R enovación en el Espíritu Santo Jesús se curó, y dejó el

bordón. Jesús "es m uy religioso, tal vez por eso D ios lo fortalece", dice E lena Gerónim o al

com pararlo con una anciana que recien había fallecido (esposa de un liguero tam bién ya

fallecido) y con un anciano que ha perdido capacidades m entales, am bos contem poráneos

de Jesús50.

Se puede entonces entender que existe en el discurso de Jesús una asociación

establecida entre el ecuaro libre, relacionado con el cultivo para la casa, sin riesgos

(seguridad), y la firm eza en las convicciones religiosas. Esta relación se establece por

oposición con el ejido como form a de trabajo sujeta a "conveniencias" organizativas y a

48 Entrevista con Isaac Aguilar, mayo 9 de 1994.49 Conversación con Jesús Rosas. Mayo 21 de 1995.50 Conversación con Elena Gerónimo. Mayo 17 de 1995.

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93

siem bras riesgosas, adem ás asociado con la ruptura de la fe y perd ida de la gracia. De esa

m anera reivindica al ecuarero y creyente fírme frente a los ejidatarios y ligueros. A usencio

A lvarez es quien ponía Jesús com o el opuesto de su ideal y con el cual, de alguna m anera,

m antenía una com petencia: A usencio, un ejidatario, era de la m ism a edad que Jesús, pero -

dice éste- sus padres no eran del pueblo, "nunca trabajó" y "no sabe nada" de la historia del

pueblo. A usencio A lvarez fue uno de los que encabezaron a los ligueros51.

5 Historia.

Los antiguos.

Jesús dice que lo que m e cuenta lo sabe porque lo escuchaba de sus padres y

abuelos, aparte de todo lo que él m ism o ha presenciado en su larga vida. Cuando le dije que

había algunas personas en el pueblo que decían que los indios habían sido traídos para acá

para fundar el pueblo por otros que ya estaban habitando aquí, él trato de relacionar esa idea

con lo que conoce: "yo creo que no había pueblo aquí" ... "los inditos rentaron a Chilchota

el m anantial" <los indios rentaron el lugar actual de E túcuaro a C hilchota>; "el V alle

rentaban <los de Chilchota> a los ricos ... <y éstos> tra jeron ganado y bestias" "... y

pagaron <los inditos a los de C hilchota> pero no les entregaron los de C hilchota las

escrituras ... Tem am os m ucha tierra, pero ahora sólo el m ogote <cerro>" .

Para él entonces los "inditos" son propietarios legítim os de Etúcuaro y sus tierras,

que antes abarcaban un territorio m ayor. Sin em bargo, C hilchota no ha querido reconocer

los pagos hechos por la ocupación ("renta") de las tierras. V alle de G uadalupe tiene un

origen sim ilar, pero ellos eran "ricos", con "ganado y bestias", y no "inditos" com o los

etucuarenses.

Porfirio Ixta, indio-blanco. Representante.

D ice Jesús que Porfirio Ixta "era un hom bre blanco, pero indio tarasco. E ra de los

que encabezaban al pueblo, era representante de la com unidad". Porfirio Ixta fue

"representante de la com uniad indígena" durante las tres prim eras décadas del siglo, y

51 Conversación y recorrido por el cerro con Jesús Rosas. Mayo 11 de 1994. Ausencio efectivamente era hijo de personas de la ranchería del El Pedregal.: Fue comandante de la guardia local y miembro de la liga, y tuvo que salir del pueblo aproximadamente en 1938 acusado de la muerte de un ejidatario. Después de una estancia breve en la cárcel de Zamora y de viajes para trabajar en el norte regresó al pueblo a reclamar su parcela. Por acuerdos en el pueblo hechos en los años cincuentas varios exligueros regresaron y fueron dotados con parcelas ejidales. Sin embargo, Ausencio siempre reclamó que la parcela que le asignaron por segunda vez era de muy mala calidad y pidió siempre la restitución de su parcela original. Murió en 1995.

Entrevista con Jesús Rosas. Mayo 8 de 1995.52

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94

según Jesús sustituyó en el cargo a su herm ano, Jesús Ixta, quien fue asesinado p o r la gente

de C hilchota que ocupó Etúcuaro cuando se abrió el canal de la yegua <entre 1900 y

1902>53. Se puede ver com o la división racial étnica es el lenguage de la diferenciación

frente a V alle de Guadalupe, pero al m ism o tiem po perm ite crear una identidad grupal

transclase en E túcuaro54.

Pero, a diferencia de los "inditos", o de "blancos pero indios tarascos" com o Porfirio

Ixta, otros etucuarenses de aquella época (a principios del siglo) llegaron de fuera. Sin

em bargo, dice Jesús que ahora ya todo está m uy revuelto, "así com o trigo y n ix tam al"55.

E jid o y co m u n id ad . P é rd id a de significados.

"La com unidad se acabó con el ejido" dice Jesús. A partir de entonces em pezaron

las conveniencias y el abandono de la religión. A hora, se queja su hija Trina, "ya no hay

tem or de Dios".

H ay pocas referencias a la fiesta de agosto en el discurso de Jesús, a pesar de que

fue Prioste de la V irgen en los años veintes: ".. era apenas una m usiquita ahí en el centro

"56. Pero dice que la gente ya no sabe lo que quiere decir la fiesta de corpus, ya sólo es puro

"relajo" y los jóvenes no saben lo que quiere decir la harina (que representa al oficio del

panadero, quien antes salía aventando panes en la llam ada fiesta de los "oficios", el viernes

de festejos de la V irgen de la A scención) . Nadie, según él, puede platicarm e sobre "los

negritos" ni los cantos que se cantaban en diciem bre por el "nacim iento" .

El se enorgullece de haber participado en las faenas, por ejem plo, las de la carretera.

Pero, dice: "la gente de ahora está a m anos lim pias gozando del trabajo de los antiguos"59.

D ijo Jesús (señalando hacia el horizonte desde las faldas del cerro, desde los

antiguos ecuaros ahora abandonados) que en Etúcuaro hay m ucha tierra, pero que ahora

toda la gente m ejor dice "vam os pa'l norte" y nadie siem bra ecuaros60.

En una ocasión T rina y Jesús m e hablaron de su v ida fam iliar entre los años treintas

y cincuentas, y en la conversación se cruzaban visiones de añoranza con la definición de

ciertas prácticas com o "pobreza". Jesús recordó que cuando m uchacho con dos centavos

com praba un "montón" (m ontón como m edida com ercial para com prar y vender papa,

calabaza, chayóte, etc.), y con m edio centavo de cal y otro m edio centavo de sai podían

53 Entrevista con Jesús Rosas. Mayo 17 de 1994.54 Ver el capítulo II y las referencias a Porfirio Ixta en el capítulo V.55 Entrevista con Jesús Rosas. Mayo 8 de 1995.56 Entrevista con Jesús Rosas, abril 24 de 1994.57 Conversación con Jesús Rosas. Etúcuaro, "Viernes de corpus", agosto 19 de 1994.58 Entrevista con Jesús Rosas. Abril 7 de 1995.59 Entrevista y recorrido por el cerro con Jesús Rosas. Mayo 11 de 1994.60 Conversación y recorrido por el cerro con Jesús Rosas, mayo 11 de 1995.

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preparar el nixtam al. E n cam bio T rina dijo: "mi m am á sufrió m ucha pobreza". Relató

cómo, a pesar de lo barato, pasaron "m ucha pobreza". Cuando Jesús tenía com o cuarenta

años, recordaron T rina y él, andaban con "pura ropa parchada". Ellas llevaban sólo el

vestido y el calzón; sólo una m uda tenían. Cuando iban a lavar la ropa, se la quitaban, se

envolvían en una colcha y esperaban a que se secara. Iban a A viña a lavar, donde había un

m anantial. U saban lodo para lim piar la ropa; tam bién usaban "conguera", una m azorquita, o

tam bién "am olé" o "pachagua", unos cam otitos, que hacían una especie de jabón. U saban

huaraches de tres correas que Jesús elaboraba. Para rem endar la ropa usaban "hita" -fibra de

m aguey- o hebras de m anta. Jesús trabajaba m ucho y "yo pensaba -dijo Trina- ¡ay, que se

m uera m i papá para que ya descanse, porque estaba negro su hom bro ... no tenía cam isa".

A hora ya no tienen problem a de ropa, porque los que vienen del "norte" les regalan cosas.

Jesús dice que le gustan las gorritas (cachuchas)61.

6 Conclusión

Las actividades laborales de Jesús se orientan en el sentido de la producción de

subsistencia; adem ás son explicadas a partir de un discurso sobre seguridad asociado con la

hom bría y la fé religiosa firme. Es desde esa perspectiva que "el ecuaro es libre", pues está

relacionado con form as de trabajo fundadas en las relaciones personales de la casa (trabajo

fam iliar) y de la com unidad (propiedad com unal sobre la tierra); adem ás aparece

relacionado con form as de ayuda m utua y reciprocidad sancionadas a través de la religión.

Sin em bargo, es a través de esas m ism as prácticas incorporadas de trabajo y de vida

colectiva que Jesús participa en una am plia red de relaciones e intercam bios en la región,

entre áreas de producción cam pesina relativam ente autónom a y áreas de expansión de las

formas de trabajo asalariado y de circulación m ercantil. E l com ercio y el peonaje, aunque

de m anera secundaria en el discurso, form an parte de este com plejo de prácticas de trabajo

y se encuentran articuladas con los ciclos de actividades de subsistencia.

Por o tra parte, este discurso de seguridad y libertad se produce en un cam po social

que im plica relaciones entre individuos y. grupos de individuos al interior de una localidad

plural. Los elem entos articulados de ecuaro y producción para la casa, petates y hortalizas

para vender, lengua y religiosidad, y la relación con los antiguos, perm iten a Jesús

establecer elem entos de distinción frente a otros agentes (blancos de otros pueblos, pero

tam bién ejidatarios locales, así como los jóvenes actuales). Es a partir de esos térm inos que

61 Entrevista con Jesús Rosas y Trinidad Rosas. Etúcuaro, Abril 26, 1994.

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establece su prestigio. A l m ism o tiem po es a partir de esos térm inos que Jesús negocia el

lugar de su ideal de vida frente a las de los dem ás (ideología). Es a la je ra rqu ía de prácticas

de organización colectiva, de trabajo y de propiedad im plícita en el discurso de Jesús, a la

que llamo la "com unidad indígena".

El discurso de identidad e historia de Jesús trata principalm ente de la organización

del trabajo y la reproducción de un grupo que se enfrenta a grandes m odificaciones en los

referentes espaciales: la no especialización productiva de los pueblos tal com o se presenta

en la canción que cantaban los "negritos" (de hecho ahora ya nadie hace petates en el

pueblo), la desecación de las ciénegas y la desaparición de algunas especies de plantas y

anim ales, el crecim iento del jom alerism o agrícola, la separación entre institución

eclesiástica y religiosidad. Hay que señalar que adem ás de que Jesús representa un grupo de

clase residual en la com posición sociocultural del pueblo, tam bién es parte de una cohorte

que llegó a la v ida adulta (a ser je fe de fam ilia a través del m atrim onio) antes de los grandes

cam bios que significó la dotación del ejido en 1926. Los entendim ientos en tom o a los que

él se m ueve y organiza su vida orientaron y orientan aún su participación en la propia vida

del pueblo. De alguna m anera, el pasado sirve de esquem a de acción para el presente. Las

alternativas de proyectos para la "com unidad", en las que participó Jesús, no se presentaron

m ás que en form a de defensa de algunas prácticas (abrir el tem plo, aceptar al cura, sem brar

ecuaro), frente a los otros (los dirigentes del ejido que asum ieron una actitud beligerante

hacia las actividades religiosas, desde 1927 hasta los años cincuentas, aspectos que serán

revisados en el siguiente capítulo).

Los cam bios ocurridos en el pueblo se presentan a Jesús com o una pérdida de los

auténticos significados de las cosas, y Jesús se coloca en su propio discurso com o el único

que los conoce. Jesús acepta las cuotas y las contribuciones, pero acusa que los "nuevos"

disfrutan de lo que hicieron los antiguos, aunque no lo entiendan ni sepan cóm o se hizo.

Jesús, adem ás, no tiene a quién enseñarle lo que quieren decir las cosas.

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CAPITULO V: RECONSTRUCCION DEL PASADO

1 Rancheros-ejidatarios y la comunidad campesina

L a em ergencia del grupo de rancheros-ejidatarios y su papel central en la

com posición sociocultural en el pueblo ha implicado la aparición de un discurso que exalta

la tom a de riesgos en el m ercado antes que el cultivo seguro para la casa, adem ás de un

desplazam iento del ideal cultural de "com unidad indígena" (exam inada en el capítulo

anterior com o una cultura residual). Sin em bargo, la em ergencia de este grupo no significó

la ruptura con el im aginario de com unidad, sino más bien su reconstrucción, com o ya se ha

exam inado en el capítulo III. En el presente capítulo se exploran algunos elem entos de la

cultura y el discurso ideológico de ese grupo ranchero-ejidatario. A excepción de Isaac

A guilar (1905) quien proviene de una fam ilia de ecuareros y petateros, los discursos que se

em plean en este capítulo corresponden m ás bien a un "grupo" que denom inaré "rancheros-

ejidatarios".

A lfredo es nieto de Cesáreo R odríguez y de M argarita Ixta (fam iliar de Jesús y

Porfirio Ixta, representantes de la com unidad indígena al in iciar el siglo). Cesáreo tenía un

terreno en el valle, dentro de la ranchería El Pedregal; pero v iv ía en el pueblo, ju sto frente

al tem plo, sobre la única calle que hab ía1. A llí vivieron tam bién sus hijos, A nastacio y

Jesús R odríguez Ixta, y ahora su nieto A lfredo, quien sale a "som brear" a m edio día en

alguna banca de la plaza. A lfredo nació en el pueblo en 1911 . D ice que no sabe si su

abuelo era de Etúcuaro o si hablaba tarasco; su papá, A nastacio, no lo hablaba. A lfredo era

niño cuando "las revoluciones". R ecuerda que cuando Inés C havez llegó a Tangancícuaro

(1918), él y sus padres, jun to con las hijas de Porfirio Ixta, se refugiaron en la casa de

Enrique García, el dueño del m olino Aurora. Las tropas de Chávez entraron a esa casa, pero

no hicieron daño a los etucuarenses. Según Alfredo eso sucedió porque éstos prepararon la

com ida para la gente de C hávez que ocupó la casa; pero tam bién porque en las tropas de

Chávez venía G regorio Rodríguez, fam iliar de Anastacio. (Jesús R osas iría ese m ism o día a

recoger granos al m olino, cuando las tropas de Chávez lo abrieran, pero salió perseguido

por tropas federales venidas desde Zam ora) .

1 Entrevista con Jesús Rosas, junio 7 de 1994. Empleo las líneas paternas porque, en este caso, son las líneasde herencia.

2 Entrevista con Alfredo Rodríguez, abril 10 de 1994.3 Esta anécdota permite presentar, de otra manera, la composición plural en el pueblo al iniciar el siglo. Las

diferentes condiciones de un hijo de pequeño propietario y las de un ecuarero se expresan en este acontecimiento: mientras el primero tiene la posibilidad de refugiarse en la casa del dueño del molino en la cabecera municipal, el otro acude al lugar junto con los "pobres" para conseguir granos para subsistir.

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Parece que Alfredo fue a la escuela en Zam ora4 ; pero él m ism o no m e h a hablado

de ello. A lfredo es ejidatario, aunque "... no fue de los prim eros ejidatarios. El ejidatario era

su papá, pero éste le dio <la parcela> a A lfredo"5 . Tam bién heredó un par de hectáreas de

las tierras de su abuelo, y otras al surponiente del ejido, pasando el río Duero. D esde 1985

se retiró del trabajo y ahora la parcela de Alfredo la tienen sus dos hijos varones6 , quienes

volvieron al pueblo después de habitar por varios años en la ciudad de M éxico. Y a no asiste

a las asam bleas ni visita las oficinas de la Jefatura o del C om isariado Ejidal. A lfredo recibe

servicio m édico en la ciudad de M éxico, pues está asegurado por m edio de "am igos" y de

sus h ijos7 .

Jesús Gerónim o Andrade es nieto de Félix G erónim o, un m ediero de la hacienda La

G uarucha quien adem ás tenía un potrero al norte del pueblo. Según Jesús, su abuelo

sem braba hortalizas y vendía chile y tom ate en la cañada; hablaba tarasco. A lfonso

G erónim o, el papá de Jesús, tam bién fue arriero y vendedor de hortalizas, pero no bilingüe.

Jesús nació en 1922. Estudió la prim aria en Etúcuaro y a m ediados de los treintas fueg

prom ovido para estudiar el nivel m edio en escuelas-internado de la ciudad de M orelia .

Pero no term inó de estudiar; regresó a trabajar al pueblo com o "bueyero" y después com o

agricultor, en la "época del trigo". Recibió una parcela ejidal com o sucesor de su padre9 y

después com pró una fracción en el cerro, de aproxim adam ente una y m edia hectáreas10. Se

casó con una m ujer de La Guarucha; la "robó"11 en abril (en la época de la trilla, com o lo

h icieron m uchos de los que se casaron en esa época). A hora Jesús y su esposa viven en la

que fue casa del abuelo y del padre de Jesús, a unos m etros de la plaza central; pero la

m itad del año están en Estados Unidos. Jesús m igro durante 17 años a la pizca de m anzana

en California; ahora viven en Estados Unidos todos sus hijos y nietos .

Pedro Ixta Lázaro (1912) cuenta que su abuelo, Porfirio Ixta, era "cam pesino".

Porfirio tenía tierras en propiedad al surponiente del pueblo, que heredaron sus hijos y

4 Porfirio Ixta (nieto), Angel Ixta, Alberto Ixta y Alfredo Rodríguez "tenían modo" <dinero para estudiarfuera>. Entrevista con Gildardo Vaca, junio 7 1994.

5 Entrevista con Isaac Aguilar, mayo 9 de 1994.6 Entrevista con Alfredo Rodríguez, febrero 28 de 1995.7 Entrevista con Alfredo Rodríguez, abril 24 de 1994. Hay que señalar que en este sentido también hay un

contraste con Jesús Rosas, quen busca curación a sus males en los encuentros del grupo de Renovación en el Espíritu Santo y en lá iglesia.

8 Conversación con Jesús Gerónimo, mayo 31 de 1995.9 Etrevista con Jesús Gerónimo Andrade, junio 16 de 1994.10 Conversación con Jesús Gerónimo, mayo 17 de 1995.11 El rapto o robo de la novia era un 'ritual' de matrimonio común desde el inicio del siglo, y hay casos

recientes (1994). Se supone que había acuerdo entre los novios, aunque he escuchado historias que hablan de mujeres que "no se querían casar".

Entrevista con Jesús Gerónimo Andrade, junio 16 de 1994; conversación con Jesús Gerónimo, mayo 17 de 1995.

1 2

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nietos, aunque casi todos vendieron su fracción. Porfirio tenía su casa en el centro, frente a

la plaza. Pedro dice que no recuerda si su abuelo hablaba tarasco. Pedro estudió hasta

tercero, pero no pudo continuar porque m urió su padre ("cam pesino" y m aestro en la

escuela de la hacienda L a Guarucha). E n 1927 Pedro heredó la parcela que hacía un año le

habían dado a su papá. Salió del pueblo en 1968 y desde entonces vive en la ciudad de

M orelia; pero pudo m antener su parcela puesto que -asegura- servía en el gobierno com o

"agente fiscal". Sus hijos (7) fueron alum nos del profesor Sim ón Ram írez, director de la

prim aria local en los años cuarentas y cincuentas. Todos "hicieron carrera" y uno de ellos,13

abogado, quedó com o albacea del profesor Sim ón

2 El valle y la socialización

haciendas, potreros, ranchos y ejido

Entre la época de las haciendas y la del ejido hubo continuidad en el com plejo

productivo m aíz-trigo-ganado y sus ciclos de trabajo. Cuenta A lfredo que "la gente de

Etúcuaro trabajaba en Canindo <en la hacienda, durante la cosecha>; ... salía del pueblo a

las cuatro de la m añana; llevaba alim entos o pagaba a alguno para que les llevara la com ida

en "chundes". A m edio día se prendía un "lum brero" y se calentaban los alim entos...". De lo

que les pagaban se les descontaba la ración de m aíz que les daba el hacendado14.

D espués del reparto de tierras en 1926 los ejidatarios siguieron sem brando trigo

como en la época de la hacienda: con yuntas rentadas, guardadas en los potreros, y

enlagunando las tierras bajas entre ju lio y agosto, usando los canales, el "dompe" y la

compuerta. E n la parte norte del pueblo había un terreno que se usaba com o agostadero en

tiem pos de la hacienda y después los ejidatarios lo ocuparon para dejar a pastear sus yuntas.

En época de siem bra de trigo (noviem bre-diciem bre), se rentaban yuntas en A cuiceram o,

pagando en tiem po de cosecha15.

El conocim iento del trabajo con las yuntas era parte de la socialización de los hijos,

y se dice que era parte del pasaje de joven a adulto. Jesús Gerónim o recuerda que de joven

cuidaba bueyes por las noches jun to con otros jóvenes del pueblo, hasta que aprendió a

uncir un buey y pasó a la agricultura, actividad desarrollada durante el día. Isaac Aguilar,

huérfano de padre, dice que recibió rentada su prim era yunta cuando dem ostró que sabía

am arrar un yugo.

13 Entrevista con Pedro Ixta, mayo 12 de 1994.14 Entrevista con Alfredo Rodríguez, Elizondo Rodríguez y Gildardo Vaca, Abril 10 de 1994.15 Entrevista con Alfredo Rodríguez. Abril 24 de 1994. Acuiceramo es un poblado cercano a Purépero. Los

entonces recientes ejidatarios cuentan que casi todos rentaban yuntas en ese pueblo o en Valle de Guadalupe.

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100

agricultura y fiestas

El enalgunam iento de las tierras ej idales y los periodos de cosecha, de los años

veintes a los cincuentas, m arcaban los ciclos de trabajo y descanso. M anuel Ix ta16 dice que

cuando se inundaba el ejido, se iba la gente para allá, llevaba com ida y unas tablas para

rem ar, "com o un paseo" .

Entre los ejidatarios se recuerda tam bién el tiem po de la cosecha del trigo (mayo y

jun io) com o de fiesta. Para usar la trilladora fija, la gente debía reunirse en un lugar común

y allí, al m ism o tiem po que en la plaza del pueblo, se hacía una "vendim ia". La cosecha

atrajo jornaleros y vendedores de otros pueblos que participaban de estos festejos de

carácter no religioso. Adem ás, la época de trilla era tam bién la m ás adecuada para el "rapto

de la novia", puesto que los jóvenes contaban con dinero o con productos agrícolas para

aventurarse a iniciar su propia fam ilia.

Otro festejo se daba durante la cosecha del m aíz (en noviem bre). E n éste, el dueño

de la parcela preparaba alim entos para sus am igos y trabajadores, y los consum ían con

alcohol en el lugar de trabajo. A esta celebración se le llam aba "com bate".

D esde la época de la hacienda y luego con el ejido, dice A lfredo, se trabajaba todo

el día. A sí que en los años cuarentas y cincuentas, durante el descanso m asculino al

anochecer, algunos de los ejidatarios se reunían en la tienda de Francisco H ernández (otro

ejidatario), donde había radio; escuchaban las noticias y platicaban .

catolicismo y anticlericalismo

A lfredo sabe poco de los asuntos de la iglesia; incluso es señalado com o de los que

se oponían a la religión - aunque, com o católico, bautizó a sus hijos y asiste a veces a misa.

Dice que cuando se perseguía a los curas el tem plo fue cerrado y la gente iba a los sevicios

religiosos a Zam ora o Tlazazalca (él m ism o debió bautizar a su prim er hijo en Tlazazalca).

Dice, que entonces no había algo com o ayudante del cura o catequista que se encargara del

tem plo19. A lfredo habla sólo superficialm ente de algunas fiestas (la del 24 de diciem bre, las

"guananchas"); pero es de los pocos que hablan del día de San Juan, cuando se hacían

16 Manuel Ixta Silva (1930 aprox.) es hijo de Esteban Ixta, pequeño propietario. Es también hermano del lie.Jesús Ixta Silva, quien vive en la ciudad de México y ocupa un alto cargo burocrático. Vive a dos cuadras del centro, tiene parcela ejidal y compró lotes en "la isla" (al sur del pueblo) y al poniente de "La Loma" (colonia del norte del asentamiento).

17 Conversación con Manuel Ixta, febrero 28 de 1995.18 Conversación con Rafael Gerónimo, sobrino de Francisco, mayo 5 de 1994. Los que allí se reunían aparte

de Francisco Hernández eran Alfredo Rodríguez, Angel Ixta, Alberto Ixta, Pedro Ixta, todos señalados también como "representantes", "autoridades" y "miembros del cabildo" entre los años cuarentas y cincuentas.

19 Entrevista con Alfredo Rodríguez, abril 10 de 1994.

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101

dem ostraciones de destreza en el caballo, corriendo y atrapando objetos prendidos de una

cuerda20.

O tros ejidatarios, en cam bio, dan m ás detalles de algunas fiestas: la del 24 de

diciem bre (el "cabildo” y la "pastorela") y la de la Virgen, la tercera sem ana de agosto (los

"oficios"). Pedro Ix ta dice que los "cabilderos" eran "autoridades", "m aestros", "viejos de

nacim iento", "juez" . El mismo participaba com o "viejito" (en los cincuentas) y se vistió

de "viejita" en 195822. Pedro, como A lfredo Rodríguez, fue "cabildero" varios años23.

En cam bio, Isaac A guilar fue C hichihua (encargado de la fiesta del 24, en donde se

presentan el cabildo y los viejitos). Tam bién salía en los "oficios" com o albañil o agricultor

(junto con A lfredo Rodríguez24 ) y participaba tam bién en la pastorela25.

ejido

A lfredo trabajó como agricultor en tierras del valle: com o peón, com o pequeño

propietario y com o ejidatario. N unca sem bró ecuaros ni trabajó en las tierras del cerro .

Otros ejidatarios, com o Isaac, si sem braron ecuaros, pero su relación principal era con las

tierras del ejido. Los ciclos de trabajo en el valle se relacionan con fiestas profanas y con

prácticas com o el rapto de la novia . Es en este com plejo de prácticas donde fueron

socializados los hijos de los prim eros ejidatarios que se volverían a su vez ejidatarios, pero

tam bién aquellos que entre los treintas y cincuentas em pezaron a salir a estudiar y trabajar

en la ciudad, o a m igrar a los Estados U nidos com o jornaleros.

3 ejidatarios como grupalidad (distinción)

trabajo y virtud

¿Por qué no todos en el pueblo recibieron parcela ejidal?. A lfredo dice que los que

no recibieron tierra ejidal "no querían llevarle la contra a los propietarios" . En cam bio,

Isaac (quien no ten ía tierras en propiedad privada) dice que no se dio parcela a los que ya

20 Entrevista con Alfredo Rodríguez, abril 10 de 1994. Entrevista con Alfredo Rodrígez, Gildardo Rosas yElizondo Rodríguez. Abril 10 de 1994.

21 Entrevista con Pedro Ixta, mayo 12 de 1994.22 Conversación con Eduardo Cruz, febrero 15 de 1995. La "viejita" era un hombre vestido de mujer que

acompañaba al "viejo mayor" en la celebración del 24 de diciembre.23 Conversación con José Isabel Rodríguez, mayo 12 de 1994.24 Entrevista con Espiridión Campos, febrero 15 de 1995.25 Entrevista con Ricardo Ixta, mayo 31 de 1995.26 Entrevista con Alfredo Rodríguez, mayo 17 de 1995.27 Pero no hay una relación muy clara con las fiestas religiosas, lo cual fue examinado en otro capítulo (III),

relativo a la coherencia cultural y los procesos de refuncionalización de instituciones.Entrevista con Alfredo Rodríguez. Abril 10 de 1994.28

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102

tenían pequeñas propiedades y a los que iban m ucho al tem plo y creían las am enazas del

sacerdote. Para él, había una relación entre hacendados, cristeros y curas .

Jesús Gerónim o tiene otro argum ento: después de la dotación, el hacendado y los

em pleados del gobierno vinieron a Etúcuaro a "sortear" gente y "rebajaron" del censo de

ejidatarios a "..el que tom aba, el que jugaba, el enam orador ..." ; d ijo que su padre le había

contado que los que fueron sacados del censo eran los "borrachos, m ujeriegos y31

jugadores" .

M anuel Ixta, dice que sem brar en la parcela del ejido im plica el riesgo de no sacar

nada o salir perdiendo (por los créditos y los costos de sem brar productos com erciales);

pero quien verdaderam ente vale es el que puede levantarse de esas situaciones con la

siguiente cosecha. Por eso, para él, los que se negaron a recibir parcela son "flojos", gente

que "no quiere trabajar" .

L a im agen del ejidatario desde estos testim onios es la de un hom bre trabajador y de

valor en m uchos sentidos: valor para enfrentar a los hacendados y curas; valor para

arriesgar en productos com erciales; virtudes de hom bre que sabe adm inistrar lo que gana.

trabajar para la comunidad

Pero "trabajar" tam bién tiene otros sentidos. Espirid ión Cam pos decía, por

ejem plo, que Jesús R osas ha sido de los que "no se preocuparon po r el pueblo; si hacían

faenas y cooperaciones pero nadam ás", refiriéndose a los trabajos en com isiones y en

puestos de autoridad que sí hicieron A lfredo Rodríguez, A ngel Ix ta o él m ism o34. Varios de

los aquí referidos han ocupado cargos en la adm inistración local, y se enorgullecen de ello.

A lfredo "encabezó" al pueblo en puestos diversos, desde finales de los años treintas hasta

m ediados de los ochentas. Fue m iem bro del com isariado ejidal varias veces, je fe de

tenencia y llegó a ser presidente m unicipal en 1960 . Tam bién fue m iem bro del cabildo

y de "la com isión". A dem ás, participó en otras com isiones: pro-carretera, para arreglar el

litigio por tierras com unales en los cuarentas y de padres de fam ilia. Por su parte,

29 Entrevista con Isaac Aguilar, mayo 9 de 1994.30 Entrevista con Jesús Gerónimo Andrade, mayo 31 de 1995.31 Entrevista con Jesús Gerónimo Andrade, junio 16 de 1994.32 Entrevista con Manuel Ixta, febrero 28 de 1995.33 Otro ejidatario (1921), hijo de un ejidatario quien nació en Tangancícuaro pero, dice él, fue "criado" en

Etúcuaro. Su madre era Pabla Ixta, hija de Porfirio. Conversación con Espiridión Campos, febrero 15 de 1995.

34 Entrevista con Espiridión Campos. Febrero 15 de 1995.35 Entrevista con Gildardo Vaca, abril 10 de 1994.36 Entrevista con José Isabel Rodríguez, mayo 12 de 1994.37 Archivo de Jefatura de Tenencia expediente de 1946.

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103

Espiridión C am pos habla con orgullo de su gestión com o jefe de tenencia en 1958, cuando

se inició la construcción de la carretera.

M ás recientem ente (en los setentas y ochetas), Jesús Gerónim o ha ocupado varios

puestos directivos. Fue dos veces Presidente del com isariado, entre 1979 y 198538 y

presum e que en su gestión se dieron tierras para varias obras, especialm ente la clín ica local

y los terrenos para el ja rd ín de niños y la secundaria (aunque todos esos terrenos son parte

de la zona urbana o los bienes com unales); fue suplente del jefe de tenencia y m iem bro de

la directiva pro-construcción del nuevo edificio de la escuela prim aria39. M anuel Ixta, por

otra parte, ha sido tesorero del com isariado de B ienes C om unales en 1979-198240 y era

m iem bro del com ité de "zona urbana" en 1994.

Trabajar "para la com unidad", cuidar lo que se gana, arriesgar y levantarse de un

período de pérdidas económ icas aparecen así, en el discurso, como signos de distinción.

4 ejido y comunidad (representación)

el ejido y el cerro

A lfredo argum enta que, aunque hay una diferencia entre las tierras del valle y el

cerro, cuando se dotó el ejido el plano incluía las tierras de la hacienda, las pequeñas

propiedades y el cerro de Etúcuaro41. Jesús G erónim o alega tam bién que el título

(resolución) incluía el ejido y el terreno pastal-cerril42. "... todo es ejidal ... <pero lo>

pastal cerril se disfrutó ejidatarios y com uneros ... ¡se disfrutará! <dice la resolución, no se

poseerá>". A unque hay representante de bienes com unales aparte, su plano es el m ism o que

el del ejido43.

Desde este punto de vista, los no ejidatarios tienen derecho sólo a usufructo, no a

posesión separada (com o reclam an ahora algunos que se autodenom inan "com uneros"). El

plano se volvió el referente para identificar las tierras de Etúcuaro. El territorio identificado

de ese m odo se em plea en la negociación de lugares, posiciones, al in terior de la

"com unidad" (frente a los no ejidatarios); pero tam bién en la negociación del lugar de la

localidad entre los pueblos de la región.

38 Documentos del expediente Etucuaro de la Promotoría Agraria.39 Entrevista con Jesús Gerónimo Andrade, junio 16 de 1994.40 Documentos del expediente Etúcuaro del Archivo de la Promotría Agraria.41 Entrevista con Alfredo Rodríguez, mayo 18 de 1995.42 Entrevista con Jesús Gerónimo Andrade, junio 16 de 1994.43 Conversación con Jesús Gerónimo, mayo 31 de 1995.

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104

Chilchota

Alfredo hab la de su participación en com isiones para tratar de arreglar los "litigios"

de lím ites con C hilchota y V alle de G uadalupe, m arcados en el plano de la dotación. Entre

1943 y 1947, A lfredo participó en com isiones de los tres pueblos para "transar" y arreglar

los litigios. Las com isiones fueron a "transar" en el D epartam ento A grario y en la oficina de

A suntos Indígenas, en la ciudad de M éxico44.

Con C hilchota los acuerdos consistían en una perm uta de los terrenos en litigio, que

cultivaban algunos agricultores de C hilchota, por terrenos de bosque45. Sin em bargo,

afirm a A lfredo, la gente de C hilchota no regresó las tierras ocupadas ni entregó los terrenos

de bosque; y el problem a sigue porque C hilchota no ha respetado la resolución presidencial

ni los acuerdos.

Valle de Guadalupe

La com petencia entre Valle de G uadalupe y Etúcuaro, se expresaba de m uchas

formas. Jesús G erónim o recuerda que en la prim aria, cuando la m aestra los llevaba al

m anantial de A viña (al norte del pueblo, sobre terrenos en disputa) los niños pelearon

algunas veces a pedradas con los niños de V alle de G uadalupe46.

La clausura del tem plo de E túcuaro que se hizo una ocasión fue, según Alfredo,

porque el cura venía de la parroquia de V alle de Guadalupe47. Tam bién se tenía un litigio

por tierras. A lfredo explica que "Etúcuaro tenía títulos de los españoles, pero se los

recogieron y los llevaron a M éxico". "Los de V alle se creen Españoles". "Pura raza blanca

hay allí". "Ellos han hecho m uchas calum nias contra Etúcuaro". A lgunos habitantes de

Valle de G uadalupe reclam aban terrenos que sem braban los de E túcuaro, y en una ocasión

aquellos entraron a ecuaros ya trabajados y se quedaron con las tierras. Pero - dice Alfredo -

con los ejidatarios de V alle de G uadalupe si se pudo llegar a un acuerdo en tom o al

problem a de lím ites en los cuarentas (dividiendo entre am bos pueblos la zona de litigio) .

44 Entrevistas con Alfredo Rodríguez, abril 10 de 1994; abril 24 de 1994; mayo 18 de 1995. Aunque elreclamo se fundaba en la dotación (y por eso los trámites eran en el Departamento Agrario), se alegaba también ser un pueblo con tierras comunales desde la época colonial (por lo que también tenían que hacer parte de los trámites en Asuntos Indígenas). A los etucuarenses les estaba ayudando el licenciado Jesús Ixta Silva, magistrado en la ciudad de México, hermano de Manuel Ixta.

45 La comisión del pueblo alegaba que querían el cerro como "astillero", no para sembrar. Esta manera deentender el cerro por parte de los ejidatarios concuerda con la de documentos oficiales de los años treintas y cuarentas, que hablaban de la erradicación de la práctica de quemar el rastrojo o la hierba para sembrar.

46 Conversación con Jesús Gerónimo, mayo 31 de 1995.47 Jesús Rosas en esa ocasión fue metido a la cárcel por oponerse a la decisión.48 Entrevista con Alfredo Rodríguez, abril 24 de 1994.

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105

Así, la territorialidad de la com unidad, identificada a partir del plano de la dotación,

perm itió que los ejidatarios representaran a la com unidad dentro de la negociación del lugar

de Etúcuaro en el conjunto de las relaciones entre los pueblos vecinos, aunque am bos

litigios eran sobre tierras com unales y no ejidales.

Tangancícuaro

D ice A lfredo que desde 1926, cuando se repartió el ejido, él es del PRI. C uenta que

en Tangancícuaro la Presidencia era disputada en los años cuarentas entre "ejidatarios" y

"pequeños propietarios". Por eso, unos "am igos" de él, ejidatarios de Tangancícuaro, le

pidieron su ayuda para ganar la presidencia m unicipal, el apoya de su com unidad para su

candidato. A lfredo pidió a los etucuarenses el apoyo al candidato de los ejidatarios, y así se

hizo de ese año en adelante49.

Sin em bargo, las relaciones entre pequeños propietarios y ejidatarios en el

m unicipio no eran siem pre de oposición. A lfredo dice que tam bién tuvo "amigos"

propietarios que llegaron a ser presidentes m unicipales. H abla por ejem plo, de Pedro Vera,

ex adm inistrador de la Guaracha, quien fue "amigo de los ejidatarios" y logró que se diera

"propina" o sueldo a los policías de los pueblos: en esos años "se estaba trabajando en

bien". O tro propietario "amigo de los ejidatarios", apoyó a A lfredo dando autorización a la

jefatura de tenencia para cobrar 10 pesos de cooperación a los com ercios del pueblo. U n

"amigo" m ás lo apoyó en el em pedrado de calles y con un pago de 60 pesos m ensuales para

el secretario de la je fa tu ra50.

A partir de su distinción com o grupo y la representación que hicieron de la

com unidad, los ejidatarios establecieron relaciones (de "am istad", apoyo político) con

ejidatarios y pequeños propietarios de otros pueblos sim ilares ubicados en el valle y, al

m ism o tiem po, negociaban la posición de E túcuaro dentro de la jerarqu ía m unicipal.

5 Discurso de historia

rancheros e indios

Alfredo siem pre habla de lo que él vivió. N o están presentes, en su plática, los

"antepasados" (en contraste a lo que ocurre con el discurso de Jesús Rosas). Sin em bargo,

hay una versión acerca de la fundación del pueblo (elaborada por los ejidatarios) que

contrasta con lo que cuenta Jesús Rosas. L a m ejor síntesis de ella m e la ha contado Pedro

Ixta. D ice que su abuelo contaba que los "Ixta" vinieron de M éxico, y que su bisabuelo,

49 Entrevistas con Alfredo Rodríguez, abril 24 de 1994; mayo 18 de 1995.50 Entrevista con Alfredo Rodríguez, abril 24 de 1994.

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106

quien "se casó con una española", fue com isionado para venir a habitar a Etúcuaro. E n ese

entonces el lugar era conocido como "Las Partidas", pues la gente de tierra caliente

transportaba ganado y pasaba a descansar. D aban adem ás sal a los anim ales, los

"salitreaban", y por eso E túcuaro quiere decir "lugar de sal". Para entonces, ya era un

pueblito. Tiem po después, una partida del barrio de San Pedro en C hilchota51, "puros

tarascos", se vino a vivir al pueblo. Esos fueron los que trabajaron el tule aprovechando las52

ciénegas .

M uchos otros m e han dado tam bién esa versión del significado de "Etúcuaro": se

llam a así porque arrieros que transportaban ganado daban aquí sal a los anim ales. O tros

dicen que eran ganaderos venidos de Chilchota, y suele decirse que los Ixta, los A lvarez y

los Castell "pertenecen a C hilchota"53.

Lo im portante de la versión es que im plica que fueron los ganaderos los que dieron

nom bre al pueblo54 ; los tarascos en esta versión son traídos después. Com o lo expresa Jesús

Gerónimo: "dicen" que los que hablaban tarasco v in ieron de Patam ban, O cum icho y

H uáncito55.

amistad entre empleados y campesinos

"El pueblo -dice A lfredo- siem pre ha sido m uy unido"56. "En la época en que yo fui

autoridad no había dinero del gobierno, todo era por cooperación" ... "el pueblo tiene que

dar parte" <....> "las contribuciones se tienen que pagar"57. L a asam blea del pueblo

aparecía como la institución central en la tom a de decisiones, aunque la "com isión",

51 No hay un barrio de San Pedro en Chilchota, aunque entonces el pueblo de Urén, San Pedro, eraconsiderado barrio de la cabecera.

52 Entrevista con Pedro Ixta, mayo 12 de 1994.53 (Conversación con Martín Castell, abril 28 de 1994). Etúcuaro, dice Alfonso Castell (1902), era como una

colonia de Chilchota; fueron las familias Rodríguez y Madrigal de Chilchota las que fundaron Etúcuaro. (Entrevista con Alfonso Castell, mayo 23 de 1994). Una versión más: Chilchota tenía terrenos muy extensos que abarcaban hasta Valle de Guadalupe; pero , hace mucho tiempo, rancheros de Chilchota se vinieron a vivir aquí, pues había tres manantiales para dar de beber al ganado y terreno para darles sal. Cuando se asentaron definitivamente llamaron al lugar Etúcuaro, porque "etucua" en tarascó quiere decir sal. Se asentaron esos rancheros y empezaron a reclamar tierras a Chilchota. Desde entonces surgió ese pleito entre Chilchota y Etúcuaro. "Supongo que así debió haber sido". (Entrevista con Rafael Gerónimo (1933), mayo 5 de 1994).

54 En estas versiones se habla de una relación con Chilchota, de "pertenecer" a Chilchota. Sin embargo, otroshacen referencia a una relación con Valle de Guadalupe. Julián Madrigal (1882 aprox), dice su nieto, era de "por ay", del rumbo de Casas Viejas -¿Guanajuato?-. Vino por acá y se quedó, "cuando las ordas andaban nómadas". Parte de los que venían juntó con él se instalaron en Valle de Guadalupe y otra parte, los menos, en Etúcuaro. (Entrevista con Aáfón Madrigal, mayo 12 de 1995).

55 Conversación con Jesús Gerónimo, mayo 31 de 1995.56 Entrevista con Alfredo Rodríguez, mayo 18 de 1995.57 Entrevista con Alfredo Rodríguez, abril 24 de 1994.

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107

form ada por gente con experiencia en cargos de autoridad, se encargaba de elaborar y

estudiar propuestas de trabajo a la asamblea. M uchas de las obras públicas construidas en

ese período son ahora m otivo de orgullo de aquellos que fueron autoridades (y de quienes

sim plem ente contribuyeron con faenas y cuotas).

En esa época (de los cuarentas a los setentas) hubo una buena relación con algunos

"em pleados". A lfredo y el profesor Sim ón R am írez tuvieron una buena relación que se

estrecho con el m atrim onio de Alfredo con M arina E quihua y de S im ón con A m ada Cruz

(ellas eran m edias herm anas). Uno de los hijos de A lfredo salió a estudiar y trabajar a la

ciudad de M éxico con ayuda del profesor (como m ucho otros egresados de la prim aria

local).

Alfredo sólo recuerda de M oisés Sáenz que estuvo en el pueblo dando conferencias.

En cam bio habla m ucho del profesor Sim ón R am írez quien, dice, "era una persona m uyc o

activa" . "Fue él quien inició la construcción de la carretera". O rganizaba las faenas:

grupos de cincuenta personas que salían cada tercer d ía (lunes, m iércoles y viernes).

"Llevaban sus tortillas, su com ida, igual que en las faenas del cam po"59.

H ablar de historia del pueblo con gente com o A lfredo Rodríguez o Jesús G erónim o

es hablar de las obras construidas, de las gestiones hechas por ellos y de lo trabajadores que

son todos en el pueblo. Esa "historia" se plasm a en algunos m onum entos y placas: uno de

los m onum entos de la plaza está dedicado al profesor Sim ón Ram írez, ".... po r su labor

educativa, social y m aterial realizada en la com unidad ..."60. Las bancas de la plaza,

puestas allí durante la rem odelación de la plaza en 1948, recuerdan con nom bres im presos a

los que donaron cada una de ellas (entre éstos, A lfredo R odríguez e Isaac Aguilar).

Igualm ente, a la entrada del pueblo está la placa que conm em ora la apertura del cam ino

carretero en 1958, recordando que se hizo durante la gubernatura de D avid Franco

R odríguez61. Esa época es recordada como el tiem po en que había unidad en el pueblo y

por ello se podía trabajar (otros se refieren a ésta com o la época del trigo).

El otro m onum ento de la plaza es de Gabriel R am os M illán a quien la gente atribuye

la llegada al pueblo del m aíz híbrido y de los instrum entos para la banda m usical que

dirigía el profesor Sim ón Ram írez. Fue iniciativa del profesor m ontar ese m onum ento. La

gente dice que el profesor Sim ón era "amigo" de D avid Franco y de G abriel R am os; a su

vez, la placa de éste en el m onum ento lo tiene por "gran amigo de los cam pesinos de

M éxico, y m uy especialm ente de los vecinos de este pueblo ...". A sí, el uso de las

58 Entrevista con Alfredo Rodríguez, mayo 18 de 1995.59 Entrevista con Alfredo Rodríguez, abril 10 de 1994.60 Simón falleció en 1986 y fue sepultado en Etúcuaro (aunque era originario de un pueblo de Guanajuato).61 Aunque Espiridión Campos recuerda que nunca envió las herramientas que prometió como ayuda.

Entrevista con Espiridión Campos, febrero 15 de 1995.

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relaciones personales de "am istad” sirve com o m etáfora que explica las relaciones entre el

grupo de ejidatarios em ergente y la burocracia de los gobiernos postrevolucionarios. Los

discursos sobre las relaciones con la burocracia y las instituciones gubernam entales,

definidas a través de la categoría de "am igos" tam bién perm iten explorar la im agen del

estado que se producía en esos contactos, com o se exam inará un poco m ás adelante.

E tu c u a re n se s , gente t ra b a ja d o ra

Dice A lfredo que "la gente en E túcuaro es trabajadora. Trabajan aquí m ism o o van

al V alle <de G uadalupe>. Antes venía un cam ión de la congeladora y se llevaba m uchachas

a trabajar a Zam ora; así tam bién las regresaba en la tarde. La gente vive de su trabajo. El

problem a es que no hay en que em plearse, hace falta una industria. H ay gente, hay agua,

hay m uchos ojos de agua; pero no hay industria" . Pero, adem ás, A lfredo se queja de que

ahora los peones trabajan por horas, sólo hasta las dos de la tarde. A rgum enta que desde

que se em pezó a trabajar con la fresa "se im puso esa costum bre" .

E jid o y titu lac ió n

Le pregunté a Alfredo que pensaba de lo que está pasando con el ejido, con el

Program a de C ertificación de Derechos A grarios -PRO C ED E- y las m odificaciones a la ley

agraria y al artículo 27 de la Constitución (reform as em prendidas durante el sexenio de

Carlos Salinas). U na vez dijo que estaba b ien que se volvieran propiedad las parcelas; pero

en otra ocasión A lfredo m e dijo que con la nueva titulación de las parcelas y la posibilidad

de venderlas va a volver a haber acaparadores de tierra. A lfredo no ve b ien que se puedan

vender las tierras ej idales porque quien tenga dinero va a com prar64.

Jesús G erónim o una vez m e decía que ten ía "miedo", porque ahora "no hay unión ...

y ahora peor con lo de las escrituras, cada quien va a querer hacer lo que le convenga"65.

Dice que ahora se pueden vender o rentar parcelas, lo que antes solo se daba en casos 66

raros .

Pedro Ix ta fue uno de los prim eros en vender su parcela después del program a. Al

hablar de eso, Espiridión Cam pos decía que es bueno que las parcelas se vuelvan

propiedades, pero tem e que algunos lo tom en "com o negocio" y puso el ejem plo de Pedro.

62 Entrevista con Alfredo Rodríguez, abril 24 de 1994.63 Entrevista con Alfredo Rodríguez, abril 24 de 1994.64 Entrevista con Alfredo Rodríguez, abril 10 de 1994.65 Conversación con Jesús Gerónimo, mayo 31 de 1995.66 Entrevista con Jesús Gerónimo Andrade, junio 16 de 1994.

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109

Sin embargo, argum enta que en realidad Pedro nunca fue ejidatario -aludiendo a que m ucho67

tiem po ha vivido fuera: "el ejidatario era su papá"

Partidos y división

Alfredo dice que las autoridades ahora no m andan, no se m ueven, y por eso no

arreglan nada. Puso com o ejem plo el litigio de lím ites con Chilchota. "Antes se iba directo

a negociar al departam ento agrario ... no licenciados porque solo le dan largas al asunto".

"La cosa es m uy diferente ahora. H ay m ucha am bición en cuestión de los dineros. La gente¿o

hace cada quien lo que quieren". "Es por cuestión de partidos" .

Antes, dice A lfredo, había "com uneros"; pero no había problem as con ellos,

trabajaban unidos69. Todo em pezó con los "com uneros", que quisieron separar el cerro del

ejido. "Los apoyó el PRD y un ingeniero de la Prom otoría". Los com uneros jun taron dinero

vendiendo tierra com unal y tal vez, dice A lfredo, usaron el dinero para hacer "pachangas" al

ingeniero. Com o no saben de linderos en su plano dejaban 200 hectáreas a Chilchota. U n

licenciado prom etió a los ejidatarios que iba a investigar m ás sobre el caso, pero "los

licenciados siem pre le dan largas a los problem as". "<pero eso no se puede hacer

legalm ente pues> los terrenos fueron vendidos sin la autorización del pueblo. Los papeles

<de "venta" de terrenos com unales> deben llevar las firm as del jefe , del com isariado ejidal

y del representante de B ienes Com unales" . "Los del PRD desconocieron los planos;

levantaron un plano en el que dejaban 200 hectáreas a favor de Chilchota. El

<"em 'pleado"> de la Prom otoría <Agraria> los está respaldando. Yo creo que no pueden

haber registrado ese plano <el de los bienes com unales> ... porque, ! claro \, ahí deben tener

los planos anteriores <el de la dotación de 1926>" .72

En otra ocasión m e dijo que la "división" em pezó con un "panista" que vino al

pueblo. Los panistas se hicieron después perredistas. "Y eso de la div isión hace mal a la

67 Conversación con Espiridión Campos, febrero 15 de 1995. Aunque el mismo Espiridión ha vivido enEstados Unidos mucho tiempo.

68 Entrevista con Alfredo Rodríguez, abril 10 de 1994. .69 Entrevista con Alfredo Rodríguez, Elizondo Rodríguez y Gildardo Vaca, abril 10 de 1994.70 Entrevista con Alfredo Rodríguez, Elizondo Rodríguez y Gildardo Vaca, abril 10 de 1994; entrevista con

Alfredo Rodríguez, abril 24 de 1994.71 Entrevista con Alfredo Rodríguez, abril 24 de 1994.72 Militantes del Partido Acción Nacional. En realidad es una confusión de términos, pues aquel grupo surgió

como "parmista", o sea del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana, que postuló a Cuauhtémoc Cárdenas para la presidencia del país en 1988.

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110

com unidad. El ingeniero Javier H ernández ayudaba a pavim entar < la carretera^ y ahora ya

no ayuda, por la división que hay en el pueblo" .

Así, frente a los argum entos de agentes em ergentes estos ejidatarios ahora m ayores

de edad reclam an la centralidad de los ejidatarios y del ejido m ism o com o institución, y la

representación que hacen aquellos de la com unidad. A dem ás, anteponen la organización

local a las lealtades fundadas entre los vecinos del pueblo y algunos "em pleados",

"licenciados" y "partidos" (entendiéndose estos como partidos de oposición solam ente). Las

lealtades por am bición y dinero son enfrentadas con llam ados a la recuperación de la unidad

que se tenía en el pasado, pero a partir de una visión de com unidad pensada como

com unidad cam pesina, integrada por ejidatarios y no ejidatarios. A l m ism o tiem po, m ostrar

unidad ayuda a m ejorar las relaciones y la posición del pueblo frente a los "em pleados"

(aunque en este caso se refieren a un ingeniero que es originario del pueblo).

6 Empleados: Corrupción y propinas

En dos m om entos, la relación con los em pleados está m arcada en el discurso com o

una relación desfavorable: uno es el m om ento en que se perdieron tierras de la dotación

original, y otro es en el m om ento en que se inició un debate acerca de la legitim idad de los

ejidatarios com o posesionados del cerro.

Sobre el prim er caso A lfredo dice que un "licenciado" y "diputado", A gustín

M éndez M acías74, al parecer pariente del dueño de la hacienda de Canindo, fue quien quitó

la parte de esa hacienda que le habían dado a Etúcuaro .

A l respecto del segundo m om ento (el de la división y la am bición referido arriba) un

sobrino de A lfredo dice "no es la razón lo que manda, es el dinero". "Al em pleado lo que le

gusta es el dinero ... así se m ueven, de joder al pobre ... si no hay dinero no se m ueven". Por

eso, la "com isión" debe integrarse con gente con experiencia, que sepa tratar con los

"em pleados"76.

73 Entrevista con Alfredo Rodríguez, abril 24 de 1994. Javier Hernández, durante la temporada de campo, erafuncionario de alto rango en la residencia de la Secretaría de Comunicaiones y Transportes en Michoacán. Javier Hernández es etucuarense, hijo del ejidatario Francisco Hernández.

74 Luis González (1994; 139) señala a Agustín Méndez Macías como ".. el zamorano ... que hizo cumplir <enZamora> la prohibición de usar vestiduras eclesiásticas, prohibió el toque de las campanas, solicitó la reducción del número de sacerdotes, retiró las alcancías del Santuario de Guadalupe ....". Era, dice Luis González, uno de los colaboradores de la "operación antisotana" emprendida por Calles. Esto coincide con los años de la dotación de tierras en Etúcuaro (1926-1927).

75 Entrevista con Alfredo Rodríguez, abril 26 de 1994.76 Conversación con José Isabel Rodríguez, junio 2 de 1995.

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I l l

Jesús Gerónim o conversaba una vez conm igo sobre algunos litigios surgidos entre

sucesores de parcelas y m e decía que "el pueblo es el que debe arreglar eso, no los

licenciados, que sólo sacan dinero .... los em pleados lo que quieren es d inero"77.

Sin em bargo, durante una asam blea en la que se discutía el traer un ingeniero,

em pleado del ayuntam iento de Tangancícuaro, para ayudar en el trazo de las calles de la

"zona urbana", M anuel Ixta propuso que se le llam ara "... dándole ahí tam bién una

propina", y com o respuesta inm ediata se escucharon unos "de acuerdo, ta' bien", de parte de

algunos asistentes a la reunión .

Al parecer los ejidatarios han incorporado una capacidad de m anejarse en sus

relaciones con la burocracia gubernam ental; son com petentes en ello. Ese trato con los

em pleados, licenciados, ingenieros, doctores, se ha incorporado (com o parte de su capital

cultural). Las relaciones entre grupos son entendidas en térm inos de las relaciones de

"am istad": se habla de "am igos de los ejidatarios" en el caso de "pequeños propietarios", y

de "am igos de los cam pesinos" en el de los "em pleados" .

Por otra parte, este discurso de am istad con los em pleados y de corrupción perm ite

hacer una aproxim ación a la construcción del estado y de grupos (G upta 1995). El estado

aparece com o fragm entado en distintas instituciones y aún en distintas personas, con las

cuales se puede tener relaciones de am istad (o clientelism o). Pero al m ism o tiem po, los

etucuarenses conocen y saben em plear distintos niveles de la burocracia (acudir a las

oficinas centrales y no a los "licenciados") de tal form a que se construye una im agen del

estado com o jerarquía. Paralelam ente, en estos discursos se invoca grupalidades com o los

"em pleados", los "licenciados" . La "am istad" en este caso sería la capacidad de interpretar

el papel de clientes de los "em pleados" . Esta habilidad o capacidad se ha

institucionalizado y ha tracendido a los ciclos rituales. D urante las últim as fiestas de agosto,

el día jueves se ha organizado una com ida para invitados especiales, "em pleados" de la

burocracia principalm ente; en esa com ida la esperanza es conseguir apoyos para obras y

servicios para la localidad. Tal vez los antecedentes de esta prática estén en las distintas

77 Conversación con J. Gerónimo, mayo 31 de 1995.78 febrero 12 de 1995.79 Las relaciones definidas como de amistad son la manera en que se puede estar indicando ciertas

homologías, en términos de Bourdieu (1988 <1986> y 1990), entre los lugares o posiciones de agentes dentro del campo social, en algunos momentos. Esto indicaría relaciones entre grupos emergentes de la burocracia, los pequeños propietarios y los ejidatarios, confrontando a los hacendados y a la iglesia. En contraste, resulta interesante que Jesús Rosas diga que él siempre ha sido "amigo" de todos los sacerdotes que visitan Etúcuaro.

80 En una ocasión dos etucuarenses platicaban de cómo las autoridades habían sido criticadas por pedir unacooperación para un trámite que les permitiría conseguir el apoyo gubernamental para una obra en el pueblo. Alegaban que en realidad se le daba cierta cantidad al empleado, ciertamente, pero se obtenía una obra que valía mucho más a cambio. Pare ellos, era un trato lógico y benéfico.

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112

com idas que organizaran las autoridades y el m aestro R am írez en los años cincuentas, para

recibir a los visitantes del CREFA L y de la Secretaría de Educación (los "maestros" dice en

los papeles del archivo de la jefatura), o la com ida que se preparó para recibir al Senador

Ram os M illán tam bién en esos años. En la fiesta de 1995, a la com ida sólo asistió Javier

H ernández con algunos subordinados; pero aún así se tenía la espoeranza de poder negociar

la pavim entación de la calle principal y las que rodean a la plaza.

7 Conclusión

A lfredo vivió com o agricultor el cam bio en el patrón trigo - m aíz - forraje hacia uno

de hortalizas y fresa. El m ism o es señalado como uno de los que sem bró papa en el ejido a

fines de los cincuentas . A dem ás, otro ejidatario lo m encionó com o uno de los que

iniciaron una "Sociedad" para com prar m aquinaria agrícola (com puesta por ejidatarios, pero

sólo por algunos que podían invertir en ello), aproxim adam ente en 1980 . Pedro Ixta

tam bién participó en esa sociedad (1985 y 1986) jun to con Isaac A guilar (1986) . Sin

em bargo, los recuerdos de A lfredo, com o los de Isaac, siem pre refieren a la "época del

trigo", de la trilladora colectiva del ejido y de la venta para el m olino Aurora. A lfredo se

queja que ahora el trigo, el cultivo m ás im portante de antes, "no tiene precio". Para el

"campesino" solo queda sem brar "agostadero" y m aíz de elote . M uchos inform antes se

quejaban, especialm ente en 1995, que sus productos "no tienen precio", que "no resulta"

sem brarlos. A unque en el período de 1982-1985 fue todavía secretario auxiliar de crédito

del com isariado ejidal, desde 1985 A lfredo dejó de trabajar por problem as de salud , y en

la "Sociedad de m aquinaria" pronto lo suplió su hijo Elizondo.

Alfredo e Isaac, y después de ellos Jesús, Pedro y M anuel, pertenecen a una cohorte

que fue socializada a partir de la relación con el valle, y que llegó al status de adulto

(m atrim onio, cuotas y faenas, derecho de tener parcela com o "jefe de fam ilia") después del

reparto agrario y en la época del com plejo de productos m aíz-trigo. A partir de la dotación

81 Entrevista con Gildardo Vaca, abril 19 de 1994.82 Entrevista con Aarón Madrigal, mayo 12 de 1994. Además, su nombre está en la lista de los solicitantes de

un crédito refaccionario a BANRURAL (Banco de Crédito Rural, institución dependiente del gobierno federal) para comprar maquinaria, según documentos del expediente de Etúcuaro en las oficinas de la Promotoría Agraria; expediente: "Etúcuaro: ejido y comuniad indígena", Oficios s/n del 8 de noviembre de 1985 y del 18 de agosto de 1986.

83 Archivo de la Promotoría Agraria.84 Entrevista con Alfredo Rodríguez, abril 10 de 1994.85 Archivo de la Promotoría Agraria, expediente "Etúcuaro ..."; acta de asamblea ejidal del día 26 de abril de

1982.

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113

ejidal su relación con el valle se estrechó y produjeron una ideología que invoca la

centralidad del ejido en la localidad.

En su discurso se encuentra una reconstrucción del pasado que se constituye en una

de las partes fundam entales de la reconstrucción de la com unidad, puesto que antepone en

el tiem po la cultura de los rancheros a la de los indios. A dem ás, a partir de esa

reconstrucción del pasado estos ejidatarios producen un discurso justificatorio de su

posición en la localidad, de la representación que hacen del pueblo y de la centralidad del

ejido en la jerarquía de instituciones locales. La división dom inate en esa com unidad

cam pesina se traza entre "ejidatarios" y "no ejidatarios", estableciendo entre estas dos

categorías una jerarquía fundada en el "valor"; y esa división se consagra en una historia

oficial de unidad y progreso concretizada con placas, obras y eventos públicos. Los

ejidatarios, con todo esto, reconstruyeron la com unidad y establecieron una nueva

"tradición": el pueblo unido y trabajador, con am igos en el gobierno e hijos estudiando para

hacerse "profesionistas".

Sin embargo, el lugar de los ejidatarios en el cam po social se ha m odificado en

térm inos relativos con la em ergencia de nuevos agentes, y eso se expresa en un nuevo

proceso de revisión de los sentidos de com unidad. E n el siguiente capítulo se hará una

com paración entre la visión del ecuarero-petatero y la de los ejidatarios para analizar de

m anera particular los contrastes entre ambas visiones de com unidad; pero al m ism o tiem po

se hará referencia a algunos hechos que apuntan hacia una negociación de los significados y

prácticas de la visión dom inante desde puntos de v ista surgidos a partir de la diferenciación

social reciente, en térm inos de una com posición social em ergente.

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114

CAPITULO VI: LUCHA SIMBOLICA Y GRUPOS EMERGENTES

1 Transformación de la comunidad

Los discursos e historias de v ida presentados en los capítulos anteriores nos han

perm itido aproxim am os a dos contrastantes síntesis de ideales o m odelos culturales,

producidos desde distintas posiciones relativas dentro del cam po social. A l m ism o tiempo,

los discursos refieren a diferentes jerarquizaciones de prácticas e instituciones; ofrecen así

im ágenes contrastantes de lo que es la com unidad , analizadas com o "com unidad indígena"

y como "com unidad campesina".

El cuadro de la siguiente página ofrece un esquem a com parativo de algunos de los

elem entos de esos m odelos, que son analizados desde distintos ejes: qué es lo que se

privilegia com o "valor" en ese ideal y o torga prestigio; cóm o se jerarquizan algunas

prácticas relativas a la organización colectiva y su relación con aquellos valores; y cóm o se

establece una jerarqu ía de prácticas de trabajo y propiedad (que im plican form as de

apropiación del trabajo acum ulado) adem ás de la orientación de éstas según el ideal

referido.

En este caso, ambos m odelos pueden ser exam inados com o transform aciones uno

del otro. Se puede observar aquí que en los discursos se presentan distintas jerarquías entre

prácticas e instituciones que se correlaciona con las oposiciones valle-cerro, ejido-ecuaro,

indio-m estizo, casa-m ercado, religiosidad-política. Por un lado, Jesús argum enta la

prioridad del com plejo cerro, ecuaro, religión y casa. La seguridad del abastecim iento de la

casa y la conservación de la gracia aparecen com o polo opuesto a dos m undos de riesgo: las

conveniencias políticas y las pérdidas en la agricultura. Tal vez por eso Jesús utiliza la

m etáfora del m ercado para hablar de las "conveniencias" políticas: ¿se vendió la directiva

<del ejido>?".

Por su parte, los "ejidatarios" hablan de la preponderancia del com plejo valle, ejido,

mercado y política. El valor entendido com o capacidad de pelear por la tierra y arriesgar

dinero (en em presas económ icas pero tam bién políticas) se opone a la carencia de valor:

tem or a los curas y los hacendados, flojera para el trabajo1.

1 Un análisis que integrara también el otro polo de coherencia cultural, el "ranchero", permitiría completar este esquema. Tuve una conversación con un joven "vaquero" de Noroto, quien llegaba al pueblo a "pastiar" sus vacas en terrenos de janamargo en el ejido. Su insistente necesidad de reafirmar su hombría (soy cabrón, soy chingón) frente a los etucuarenses; sus alardes de poseer un buen caballo y de tener el dinero suficiente y la independencia para gastarlo en cervezas que invita a sus amigos; el desagrado que, me confesó a solas, tenía por el pueblo ("Túcuaro" pronunciaba él) porque es "pobre" y no hay "trabajo"; y su orgullo porque es un hombre que se hizo solo (cuando él no pudo seguir estudiando la preparatoria su padre lo hecho de la casa muy joven, con tres vacas) podrían ser elementos de una ideología ranchera que se esperaría encontrar en algunas localidades de los

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CU AD RO 4: C O M PA R A C IO N DE IDEALES C U LTU RA LES DE "ECU A RERO" Y"EJIDATARIO"

ECU A R ER O (JESUS) EJID A TA RIO SPRESTIG IO * Ecuaros, libertad,

herencia de los antiguos* Ser indios, ser bilingües, saber más* Trabajo y seguridad para la casa* Fe religiosa fírme,

salvación y sanación

* Sangre india y actitud de progreso

* Valor para luchar por las tierras* Valor para arriesgar en el mercado* Educación para los hijos,

unidad y trabajo colectivo

*Arrimados, monolingües no conocen, no saben

* Ejido: conveniencias y rechazo de la religión

* Desinterés por el trabajo colectivo

* Iglesia, fanatismo; curas y hacendados

D ESPRESTIG IO * División, ambición por el dinero

PRA CTICA S DEO RGA N IZA CIÓNCO LECTIV A

* Cumplir con cargos religiosos* Asistir al templo* Participar en faenas

* Trabajos "de la comunidad": faenas, cuotas, fiestas y comisiones.

* Escuela para los hijos* Saber tratar con los "empleados"

CENTRALES

PRA CTICA S DE TRA BA JO Y PRO PIED A D

* Ecuaros en el cerro* Producir para la casa* Lo amplio y lo gratuito* Petate y comercio

* Parcelas ejidales y pequeñas propiedades en el valle

* Arriesgar en productos comerciales* Jornalerismo temporal en el norte* Hijos: jornaleros migrantes

o profesionistas

SECUNDARIAS* Peonaje y riesgos en

el valle y la ciudad* Cerro: bosques y pastos

Sin em bargo, en el discurso de los ejidatarios no es la am bición por el dinero lo que

debe dom inar ese valor, esa hom bría individualista. Por el contrario, estos ejidatarios

hablan de organización y unidad, de trabajo colectivo a partir de instituciones com o las

"faenas" para las obras públicas y el "cabildo" para la celebración de fiestas religiosas

(elem entos del polo cultural de la com unidad indígena que son sacados e incorporados,

refuncionalizados, en esta sistem atización del ideal cultural ranchero-ejidatario).

alrededores. Sin embargo, no cuento con el trabajo de campo suficiente para integrar este otro polo al análisis.

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116

Am bos ideales culturales se presentan así como transform aciones el uno del otro.

Pero esta transform ación se ha producido en un contexto de interacción entre agentes en un

cam po social, con distintas posiciones (como polos locales) y condiciones (control sobre las

condiciones de reproducción del grupo). M ás aún, la lucha por el significado de com unidad

puede ser entendida com o una com petencia por el pueblo m ism o, po r las prácticas de

trabajo, el territorio, los recursos (especialm ente aquellos que tienen que ver con las obras

de riego en el valle y las que hacen factible la agricultura de barbecho en el cerro) y

tam bién por el trabajo fundado en relaciones no m ercantilizadas (la faena), así como por su

orientación en la producción de ciertos bienes, relacionados a su vez con estilos de vida

particulares; im plica pues una com petencia (desigual) por el control del trabajo pasado

acum ulado y su orientación presente.

2 Lucha por el prestigio

Los discursos, vistos como discursos ideológicos (que negocian el lugar de la

cultura propia, el estilo de vida distintivo, dentro del espacio social), son producidos como

parte de una com petencia por el establecim iento de la visión dom inante de com unidad.

Precisam ente por ello los agentes producen discursos sobre historia e identidad, im aginarios

de com unidad y versiones de la h istoria local.

Jesús participa en esta disputa sim bólica principalm ente al negar significado a las

prácticas de los ejidatarios, pero tam bién al revivir y reinterpretar viejas danzas y cantos,

ahora olvidados. Sin em bargo, su condición no le perm ite entrar en una com petencia

abierta; su visión es residual en el contexto sociocultural local.

A diferencia de Jesús, los ejidatarios invocan la centralidad de su propia grupalidad

y a partir de ello im aginan la com unidad y la representan. En esta visión, instituciones

como la propiedad com unal del cerro o el respeto al cabildo aparecen com o subordinadas al

ejido. Así, el ejido como eje en la concepción de la territorialidad del pueblo y su

representación, jun to con la clasificación ejidatarios - no ejidatarios constituyen esquemas

de interpretación fundam entales en la reproducción de ese im aginario de com unidad

cam pesina.

La división ejidatarios/no ejidatarios, com o división de status institucionalizado,

está presente en prácticas rituales institucionalizadas com o la fiesta patronal. Para la

realización de esa festividad se han establecido contribuciones m onetarias o cuotas

diferenciadas para "ejidatarios" y "no ejidatarios", asum iendo que los ejidatarios están en

condiciones de contribuir con más dinero para tal efecto. Así, aun en acontecim ientos en

que la com unidad es ritualizada sin ninguna referencia directa a las diferencias, se

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117

reestablecen las distancias sociales entre grupos de identidad al interior del pueblo sobre la

clasificación ejidatarios-no ejidatarios.

Por otra parte, la com unidad cam pesina im aginada se presenta en las placas

conm em orativas de obras públicas, elem entos de objetivación de una versión de la historia

local (al estilo de una "historia oficial"). Paralelam ente, en la tradición oral, se ha

desarrollado una versión reconstruida (y tam bién invertida en relación a la de Jesús) del

pasado: los rancheros fundaron y dieron nom bre al pueblo.

En esta com petencia por el significado y práctica de com unidad la sanción oficial ha

jugado un papel central. M ientras que la com unidad indígena interpretada por Jesús no se

orienta hacia la jerarquía estatal postrevolucionaria, los ejidatarios están en una posición en

la cual la sanción oficial es fundam ental. Por un lado, la reconstrucción de la com unidad

(con la refim cionalización de instituciones de la com unidad indígena y la incorporación de

la escuela y el ejido como parte de la com unidad cam pesina) está relacionada con la

form ación de una alianza regional de "cam pesinos" (ejidatarios y pequeños propietarios) y

"em pleados", frente a la iglesia y los hacendados. Pero adem ás, la centralidad del ejido

com o institución y de la form ación escolar para los hijos tienen com o fundam ento la

sanción oficial: la resolución presidencial y el plano del ejido (en el cual se incluyen los

bienes com unales) y los certificados escolares. La com unidad cam pesina es así una

construcción elaborada dentro de la jerarqu ía estatal postrevolucionaria (construida en el

m ism o proceso) particularm ente en lo referente a la división de la sociedad nacional en

sectores (el "sector cam pesino") y en grupos étnicos (el "m estizo" y su papel central en el

im aginario nacional), así como a la separación entre lo religioso y lo político (el Estado

laico). A l m ism o tiem po, la reconstrucción de la com unidad ha im plicado al construcción

paralela de im ágenes del estado, en el caso de los ejidatarios com o una jerarquía estatal y un

conjunto de prácticas clientelares entendidas con el térm ino de "am istad" (lo que para Jesús

aparece com o conveniencias, prácticas en las cuales Jesús no acepta participar).

3 Grupos y facciones: la disputa por la comunidad

L a com petencia por la visión de, la com unidad puede ser revisada com o lo que

M allon (1995; 6-7) denom ina un proceso hegem ónico2 , en este caso a nivel de la localidad.

2 Mallon habla de "hegemonía" en dos sentidos: por un lado, como procesos de hegemonía "... through which power and meaning are contested, legitimated, and redefined at all levels o f society" (6). En todos los niveles se puede entender lo político como arenas de contestación, donde los procesos hegemónicos operan. "The interaction among different levels, locations, or organizations in a given society -say, between families and communities, communities and political parties, or regions and a central state- redefines not only each one o f this political arenas internally but also

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La com unidad sería la arena de una lucha por poder y significado: la com unidad cam pesina

y los significados actuales de ésta, frente a la com unidad indígena.

El proceso hegem ónico, la com petencia por la im posición de una visión del m undo

com o dom inante, se expresa en la com petencia desigual entre ecuarero y ejidatario, que ya

se exam inó en los anteriores párrafos y capítulos. Sin em bargo, la em ergencia de otros

agentes sociales va desplazando el debate hacia otros ejes de oposición.

Por un lado, una nueva generación de ejidatarios está desplazando a la de Alfredo

Rodríguez. M uchos de ellos prosperaron por su posición privilegiada en las redes de

relaciones en la localidad, adem ás de aquellas que tienen que ver con la m igración de

jornaleros a los Estados U nidos y con la m igración de estudiantes y em pleados a las

ciudades. A lgunos son "em pleados" o ex-"m igrantes" que regresaron al pueblo después de

estancias largas en otros lugares del país o en los Estados Unidos. Son ahora los hijos o

yernos de los anteriores ejidatarios, aunque tam bién hay un num eroso grupo de esposas de

éstos. Los m ás prósperos reinvirtieron su dinero en tierras particulares, tiendas, m aquinaria

(asociados con otros), casas y ganado. Fue esta nueva generación de ejidatarios la que

aceptó entrar en el Program a de Certificación de Derechos A grarios, que im plica, entre

otras cosas, que las parcelas, bajo ciertas condiciones, pueden ser vendidas y rentadas

legalm ente4 .

the balance o f forces among them" (6). Por otro lado, hegemonía se define también como el ' resultado de ese proceso: "... is an actual end point, the result of hegemonic processes. An always

dynamic or precarious balance, a contract or agreement, is reached among contesting forces. Because hegemonic processes have contributed to the emergence of a common social and moral project that includes popular as well as elite notions of political culture, those in power are then able to rule through a combination of coercion and consent" (6).

En la compleja interacción entre espacios de conflicto y alianza (arenas de contestación y balance entre arenas) hay momentos de grandes cambios, que se pueden explicar analizando la articulación histórica de diferentes procesos hegemónicos en un movimiento político o de coalición más amplio. "The leaders of a particular movement or coalition achieve hegemony as an endpoint only when they effectively garner to themselves ongoing legitimacy and support. They are successful in doing so if they partially incorporate the political aspirations or discourses o f the movement's supporters. Only then can they rule through a combination o f coercion and consent and effectively bring about a "cultural revolution" " (7). Cuando el resultado hegemónico ha sido alcanzado las contribuciones y luchas de los grupos subalternos son reorganizadas y redefinidas, y parcialmente enterradas. "The first definition o f hegemony, therefore, is always useful in the análisis ofprocess of political conflict and alliance. The' second, however, becomes useful only when a coalition achieves broader influence" (7).

3 Algunos de ellos acumularon dinero ayudando a los más jóvenes a pasar la frontera (lo que en el pueblo yen muchos lugares se conoce como pollero).

4 Formalemente las tierras poseídas bajo el régimen ejdial no podían ser arrendadas, vendidas, ni embargadas,sino hasta las Reformas al artículo 27 de la Constitución impulsadas durante la administración del Presidente Carlos Salinas. Pero, en realidad la "renta" y "venta" de parcelas se venían haciendo desde mucho tiempo atrás, aunque entendidas según instituciones como la siembra a medias, o el préstamo de la tierra para su cuidado mientras el ejidatario salía a otro lugar a trabajar. Ahora se trata de formalizar esos acuerdos como operaciones mercantiles sancionadas por la ley.

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En los discursos, especialm ente en las discusiones tenidas en las asam bleas, estos

ejidatarios representan la com unidad en los térm inos ya institucionalizados de la com unidad

cam pesina, y han tenido que reafirm ar la centralidad del ejido y la subordinación de los

bienes com unales, especialm ente por la am enaza de una reinterpretación de los térm inos

por parte de los que se denom inan los "com uneros". Estos han venido dem andando el

reparto de las tierras com unales entre los no ejidatarios desde la década de ios setentas.

Entre los que com ponen el grupo que invoca la existencia de los "com uneros" hay

una gran heterogeneidad de posiciones relativas en la com posición social. Por un lado,

están algunos com erciantes y agricultores con vínculos m enos estrechos hacia las redes

controladas por los ejidatarios, pero que han desarrollado una experiencia m ayor en el

m ercado agrocom ercial, rentando tierras irrigadas, sem brando fresa y contratando jóvenes,

niños y m ujeres de la localidad como jornaleros (lo que ha im plicado una com petencia con

los cultivadores de m aíz, trigo y janam argo por el agua y el trabajo para sus respectivos

cultivos). En ocasiones se trata de hijos de ejidatarios pero que carecen de tierra

form alm ente5 . Por otro lado, se encuentran algunos "profesionistas" que han regresado al

pueblo a v ivir después de su jubilación o su liquidación en un em pleo industrial o de

servicios. Finalm ente, tam bién hay nuevos ecuareros - jornaleros.

’’comuneros” y ’’perredistas"

A l parecer la denom inación de "com uneros" se desarrolló m ás bien por oposición a

los ejidatarios, pues abarca en térm inos generales a todos los que no tenían form alm enteA

parcela ejidal. Sin em bargo, se ha dado una lucha por constituir al grupo a través de una

reinterpretación de los térm inos de la división social interior, de la h istoria local y de la

sanción oficial (de la com unidad cam pesina en su conjunto).

Entre los que reclam an ser com uneros están los que actualm ente se identifican como

"perredistas", un pequeño grupo de am igos, algunos com padres entre ellos, que se reúnen

regularm ente para platicar. Son ellos los que invocan en cada asam blea una com posición y

división del pueblo distinta a la establecida: "ejidatarios y com uneros". En las asam bleas,

inclusive en aquellas en que se fija la. cuota para la fiesta patronal, insisten en que se

reconozca la existencia de los "comuneros", y son m ás enfáticos en aquellas en que se trata

el tem a de los bienes comunales. En sus discusiones y argum entaciones acerca de este

asunto siem pre reclam an que "la com unidad fue prim ero que el ejido", cronológicam ente, y

que por lo tanto el ejido no puede pretender anteponerse a la com unidad en su conjunto. Por

5 Aunque muchas veces sí tienen acceso a tierras ejidales a través de sus relaciones de parentesco: la esposa o la madre son la ejidataria y él "administra", se "asocia" o trabaja la tierra en nombre de ella. Inclusive la representa en algunas asambleas.

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120

ello proponen que la adm inistración de los bienes com unales se separe de la del ejido, y que

las tierras com unales deben ser repartidas en parcelas particulares entre cada uno de los

com uneros.

Este grupo fundam enta su posición en el hecho de que existe una resolución

presidencial por separado de los bienes com unales (de 1948), jun to con un censo de

com uneros (a principios de los ochentas) y el reconocim iento a un com isariado de bienes

com unales (desde 1965)6 . D e hecho, a m ediados de los ochentas, algunos "com uneros” se

organizaron para no dejar que los "ejidatarios" llevaran su ganado al cerro sin pagar. Com o

respuesta, los "ejidatarios" dejaron de contratar a los "com uneros" com o peones para susn #

labores en el ejido . Esta m ism a com petencia se ha presentado en la disputa por los puestos

públicos, especialm ente por el de je fe de tenencia m unicipal y por la participación en el

com ité encargado de la fiesta patronal. L a com petencia tam bién ocupa lugares en los

rituales. E l "jueves de corpus" de 1995 las autoridades realizaron una com ida e invitaron a

varias autoridades externas y "em pleados", entre ellos al presidente m unicipal. Sin

em bargo, sólo acudió "el ingeniero" Javier H ernández, quien ocupa una cartera de alto nivel

en la D elegación estatal de la Secretaría de C om unicaciones y Transportes. La intención,

como ya se señaló en el capítulo V, era conseguir su apoyo para la pavim entación de la

6 Consulté una copia de la resolución presidencial y el censo de comuneros en los archivos de la oficina de laPromotoría Agraria, de la Secretaría de la Reforma Agraria, en la ciudad de Zamora. Según este documento en 1982 vecinos del pueblo presentaron una solicitud de reconocimiento y titulación de sus terrenos comunales. En 1987 se integró un expediente y se publicó la solicitud en el Diario Oficial de la Federación el 4 de marzo de 1988. En ese mismo documento se dice que, según los trabajos de reconocimiento y titulación, una resolución presidencial publicada el 3 de abril de 1948 reconoce los bienes comunales de Etúcuaro por confirmación (es decir que no presentaron documentos probatorios, pero demostraron poseer esos terrenos "desde tiempo inmemorial"). Se levantó un censo de 365 comuneros ("Visto para resolver en única instancia el expediente de Reconocimiento y titulación de bienes comunales, del poblado denominado Etúcuaro, ubicado en el municipio de Tangancícuaro, del Estado de Michoacán. Dada en el Palacio del Poder Ejecutivo de la Unión, en México, Distrito Federal, a los 3 de mayo de 1989. Firman el Presidente de la República Carlos Salinas de Gortari y el Secretario de la Reforma Agraria Victor Cervera).

7 En este caso se puede apreciar como son los litigios y conflictos los que han llevado a la búsqueda de lasanción oficial. Al parecer Etúcuaro contaba con documentos coloniales sobre sus tierras, pero los documentos fueron entregados a la Prefectura de Zamora al inicio del siglo, como parte de la búsqueda de reconocimiento de esos terrenos en disputa con Chilchota (Ramo de Gobernación, Expediente 3, legajo, del año de 1903 "Relativo a la repartición de tierras de Etúcuaro"; Ramo de Gobernación Expediente 101, legajo 1 del año 1904, "Relativo a asuntos del reparto de Etúcuaro"). Por otra parte, la resolución de 1948 fue la que concluyó el litigio entre Valle de Guadalupe y Etúcuaro acerca de los límites entre los bienes comunales de ambos pueblos. En 1965, según la copia de un acta que se encuentra en el archivo de la jefatura de Tenencia, se instaló el primer comisariado ejidal en el pueblo, como parte del reconocimiento oficial que buscaban los etucuarenses para recuperar tierras ocupadas entonces por Chilachota. Finalmente, los "comuneros" utilizaron esos antecedentes legales para reclamar su existencia separada de los ejidatarios, solicitaron una confirmación de los buenes comunales y levantaron un censo de comuneros en los años ochentas.

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1 2 1

calle principal y las que circundan la plaza del pueblo. Pero, paralelam ente a esa com ida los

"perredistas" organizaron otra comida, en casa de uno de ellos, para recibir al candidato del

PRD a la presidencia m unicipal y a sus colaboradores. A m bas com idas se celebraron

paralelam ente, com o un paralelism o en las prácticas de am istad entre los etucuarenses y los

"em pleados" o "políticos"; pero al m ism o tiem po, cada com ida se opone a la otra en

térm inos de lo que se buscaba y a quienes se convidaba.

" jó v en es”

Otro es el caso de los jóvenes jornaleros, en el cual la negociación de los

significados de la com unidad no se expresa m ás que en form as am biguas de alejam iento de

la "tradición". Para ello hay que recurrir a lo que acontece en las asam bleas locales. En estas

reuniones hay una com posición regular: los adultos hom bres y en m enor núm ero m ujeres

(quienes, asegura la gente, tienen pocos años de haber em pezado a asistir) se sientan en las

bancas del frente y en m edio; los grupitos de am igos (por edad y tam bién po r "partido") se

sientan en lugares próxim os, de m anera reconocible. Los jóvenes, hom bres casi todos,

ocupan en cam bio la parte de atrás y algunos perm anecen jun to al portón de la sala,

m irando desde fuera (ver esquem a al final este capítulo).

Las intervenciones se concentran en el frente y en m edio de la sala. A lgunos de los

asuntos, sin em bargo, refieren a los jóvenes, quienes por ejem plo son requeridos para

"servir a la com unidad" (com o topiles -m andaderos del Jefe de Tenencia- o com o policías)

y cum plen con esos servicios de m anera m uy irregular, según lo que se discute

recurrentem ente en las asam bleas. A lgunos se van a trabajar fuera del pueblo y prefieren

pagar para que otros los sustituyan en su servicio.

De la parte de atrás del salón, donde están los jóvenes, suelen salir los gritos de "ya

vám onos", "tengo ham bre" durante las sesiones que duran entre dos y cuatro horas (como

una form a de queja vedada en contra de la práctica de la asam blea y el servicioQ

obligatorios) . L a asam blea y el servicio a la com unidad no parecen atractivos para los

jóvenes que salen a trabajar como jornaleros agrícolas o peones de albañil, a m enos que a

cam bio del servicio se les perm ita com prar un lote en la parte baja del cerro, dentro de los

terrenos com unales, para constriur su casa (com o se ha em pezado a hacer desde 1995, a

través de un "com ité de zona urbana").

Es por eso que en las discusiones acerca de la adm inistración de los bienes

com unales (desde los "com uneros" o desde los "m atrim onios jóvenes") se encontró, durante

el período de trabajo de cam po, el escenario central de la negociación en tom o a la visión

8 En ese contexto están inscritos los discursos de Isidro -referidos en el capítulo II, en la parte relativa a la ideología de progreso- en su papel de presidente de asamblea.

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122

dom inante de la com unidad. Es en la dispura por el cerro que se producían discursos que

hablaban de "la com unidad", "lo com unal" y "los com uneros".

Otro escenario de esa lucha por la interpretación de la visión dom inante se expresa

tam bién en las versiones que se han desarrollado en tom o a la h istoria del pueblo,

especialm ente en tom o al propio periodo de la reconstm cción de la com unidad com o

com unidad cam pesina. El tem a que expresa esa revisión es el papel de A lfredo en esa

historia. Pedro, un ingeniero que regresó a vivir al pueblo, m iem bro del grupo de los

"perredistas" de Etúcuaro, m e dijo que A lfredo "es del grupo que ha m angoneado el

pueblo"9 . A ngel, etucuarense que vive en Zam ora y está relacionado con los "perredistas"

locales, m e dijo que A lfredo "es priísta, de los que controlaron todo en el pueb lo"10. Un

joven albañil, Jorge M adrigal, que se dice apartidista y que por no ser católico se niega a

contribuir con la cuota para la fiesta, dice que A lfredo "es cacique"11. En cam bio José

Isabel, ejidatario de la nueva generación, dice: ".. es m i tío , A lfredo, y no es que m anipule,

es que da la m ejor opinión y entonces todos la aceptan" .

Así, las m odificaciones en la com posición social en la localidad son entendidas a

partir de los esquem as de clasificación ya existentes. L a com unidad cam pesina sigue siendo

el im aginario social de referencia, con sus form as de asam blea, faenas y cuotas colectivas.

Sin em bargo, en el período de trabajo de cam po, los térm inos en que estaba p lan teada la

división entre ejidatarios y no ejidatarios, así com o la centralidad y representación de los

ejidatarios, estaban siendo negociados intensam ente. A l m ism o tiem po se invocaba a

nuevas grupalidades, y se producían discursos ideológicos distintos a los exam inados aquí.

Lo que se está discutiendo ahora, en el caso de los com uneros, son los térm inos de

diferenciación (que im plican una redefinición de grupos de identidad). A hora las divisiones

son pensadas tam bién en térm inos de "partidos políticos" y de "generaciones", y en los

discursos sobre la "historia de la com unidad" son im aginadas nuevas grupalidades

empleando nuevas categorías.

9 Entrevista con Pedro Cervantes, junio 1 de 1994.10 Conversación con Angel Gerónimo, abril 7 de 1994.11 Conversaciones con Jorge Madrigal, abril 26 de 1994; febrero 28 de 1995.12 Conversación con José Isabel Rodríguez, junio 2 de 1995.

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123

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124

CONCLUSION

1

La reconstrucción de la com unidad en Etúcuaro, que Sáenz contem pló con

entusiasm o com o el ejem plo de lo que se debía provocar con la po lítica de integración del

indio en todo M éxico (y que integró a Etúcuaro en el im aginario nacional

postrevolucionario com o pueblo ejem plar) era apenas un m om ento en un proceso cuya

dinám ica no era exclusivam ente cultural, com o se ha tratado de m ostrar en este trabajo.

El exam en del particular im aginario de com unidad construido en E túcuaro en el

periodo postrevolucionario requirió de plantear paulatinam ente preguntas relativas tanto a

la propia dinám ica de la cultura, com o lo que B ourdieu llam a la génesis social (Bourdieu

1988 <1986>, 1990) de la producción de cultura. En otras palabras, un estudio de lo que

llam a Schryer una sociedad plural (sociedad com puesta por d istintos grupos étnicos

reunidos en un m ism o sistem a económ ico y político-adm inistrativo -Schryer 1990;

Introducción) o de una cultura regional en el sentido de Lom nitz-A dler (cultura en un

espacio social diferenciado y segm entado por el poder -1992: 22-27) requiere de una

aproxim ación a la relación y determ inación m utua entre cultura y poder; y po r ello, de una

m irada antropológica a los procesos históricos y una m irada h istórica a los hechos de la

cultura. Este trabajo pretende m ostrar que los im aginarios de com unidad (y de estado)

exam inados aquí son resultado de esa relación.

En lo que aquí se expuso se plantea que la dinám ica de em ergencia de grupos de

clase y la com petencia establecida entre ellos está relacionada con la producción del

im aginario social con el que se piensan y establecen las relaciones y las divisiones entre

grupos. M uy particularm ente se exam inó aquí a la localidad com o un m arco de interacción

de grupos y sus distintas visiones, significados y prácticas de "com unidad”. E l exam en de la

reconstrucción de la com unidad desde una perspectiva de espacio social perm ite entender a

los grupos com o agentes en esa reconstrucción, agentes que construyen un im aginario

social con el que establecen divisiones sociales en base a categorías de clasificación y

prácticas institucionalizadas, y con ello grupos de identidad; pero que al m ism o tiem po

están construyendo esa división a partir de una com posición de clase y de los procesos de

em ergencia de grupos de clase en el escenario local.

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125

2

La dotación de tierras en 1925-1926 y la organización de la población en tom o al

ejido constituyen una de las experiencias críticas en la reconstrucción de la com unidad.

Pero la dem anda de tierras y aguas tiene su origen en una com petencia entre los pueblos y

haciendas por el control de esos recursos (que significaban ecuaros para cam pesinos o

recursos de otro tipo para ganaderos, vinateros, hortelanos y hacendados). E túcuaro

m antenía una com petencia tanto con las antiguas poblaciones tarascas de la cañada com o

con los "blancos" del valle.

En el im aginario local esa com petencia se establece en térm inos de sangre y

progreso. Frente a los pueblos del valle la diferencia es pensada a partir de la "sangre" (con

sus im plicaciones en térm inos de organización com unitaria y gasto ritual); pero frente a los

pueblos indios se habla de una actitud abierta al progreso (construcción de obras públicas,

escuela y form ación de profesionistas). La reunión de esos elem entos ideológicos perm itió

establecer una autoidentificación en térm inos de "mezcla" frente a los otros.

Ese sentido de m ezcla se expresó tam bién de otra m anera. A partir de la dotación de

tierras ej idales (la reorientación de E túcuaro hacia el valle y la supresión de la hacienda) se

generó una reordenación de las relaciones entre prácticas de organización y trabajo al

interior del pueblo. En un nivel del análisis la reconstm cción de la com unidad im plicó una

selección de elem entos culturales ya existentes y su reordenación en una novedosa jerarqu ía

de prácticas institucionalizadas. Tal fue el caso de las faenas, o trabajo colectivo para la

realización de "obras de la com unidad", que en algún m om ento tam bién fueron em pleadas

para el trabajo en el ejido colectivo poco después de la dotación agraria. La propiedad

com unal del cerro tam bién se m antuvo, pero fue subordinada a la dotación de tierras en el

valle, lo que im plicó una redefinición de la territorialidad del pueblo. Inclusive instituciones

com o el cabildo indígena fueron m antenidos por un tiem po, a pesar de los prim eros intentos

por suprim ir cualquier expresión religiosa de la com unidad indígena; pero el cabildo fue

relegado al m undo de la fiesta, de una fiesta, sustrayéndole su autoridad sobre la totalidad

del m undo sagrado (el "respeto", el nom bram iento de cargos y la celebración de las fiestas

religiosas). L a instalación de la parroquia en 1965 contribuyó a la desaparición final del

cabildo. L a dualidad cabildo-com isión (y la presencia en ellos del presidente del

com isariado ejidal y en algunos m om entos del profesor de la escuela) m antenida durante un

periodo de veinte años aproxim adam ente refleja un cam bio en los ideales culturales: del

respeto y la autoridad asociados con la religión a la autoridad em anada del valor y la

organización profana.

Paralelam ente, la reconstrucción de la com unidad im plicó la incorporación de

instituciones com o el ejido y la escuela dentro del im aginario de com unidad. El plano de

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126

dotación del ejido, se volvió el sustento legal, la sanción oficial, de la territorialidad del

pueblo en la com petencia con los pueblos vecinos y entre grupos locales. A l m ism o tiem po,

la dotación ejidal no abarcó a la totalidad de sus pobladores y por ello resultó en el

establecim iento de una división al interior de la com unidad entre ejidatarios y no ejidatarios

(térm ino am biguo, una definición en sentido negativo). Esa clasificación trasciende el

estatuto legal, y se ha constituido en un lenguaje de definición de grupos en una jerequ ía

im aginada (fundada en el valor en m uchos sentidos: enfrentar a los hacendados, arriesgar en

el m ercado, saber tratar con los em pleados). La clasificación se desplazó incluso a la

celebración de la fiesta patronal en la que se reconoce que los ejidatarios deben dar una

cuota m ás alta puesto que están en una m ejor posición para ello. Así, en la fiesta m ism a se

restablecen las distancias sociales.

Por su parte, la escuela y las form as coersitivas que se fueron presentando para que

todos los niños del pueblo asistieran a ella resultaron tam bién en una reorientación de los

ideales culturales, al incorporar a los ciclos de v ida y trabajo la form ación escolar, las

fiestas cívicas y los certificados oficiales. E l propio ejido se funda en el certificado oficial:

la resolución presidencial. Todo ello indica una orientación de la com unidad reconstruida

hacia una jerarquía estatal postrevolucionaria, laica y cam pesina, tam bién im aginada. La

contraparte de esta experiencia bien puede ser ilustrada con lo que vivieron algunos pueblos

cristeros: el rechazo violento de los m aestros rurales, la escuela y el ejido; adem ás de la

organización, inclusive la m ilitar, orientada por la je rarqu ía relig iosa (y en m om entos

eclesiástica).

3

L a clasificación ejidatarios - no ejidatarios se ha institucionalizado com o fuente de

la distinción de grupos, y se sanciona como legítim a en eventos com o la fiesta patronal, lo

que B ourdieu denom inaría el sentido de lugar (B ourdieu 1988 <1986>, 1990). Pero este

esquem a de clasificación y todas sus im plicaciones en térm inos de prácticas de

organización com unitaria a través de las cuales se reproduce la propia v isión de

com unidad, ha tenido una génesis social.

En este trabajo se p lantea que lá reconstrucción de la com unidad opera sobre una

base de división social fundada en el acceso diferencial a las tierras irrigadas del valle, y

con ello a la producción para un am plio y cam biante m ercado agrocom ercial, al crédito y a

la contratación tem poral de peones o jornaleros (todo ello asociado en los discursos al valor

de "arriesgar"). La diferenciación social en la localidad está fundada entonces en las

distintas posiciones de los agentes en una am plia red de relaciones de trabajo que van de la

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127

producción "segura" para la casa hasta la m igración a los Estados Unidos com o jornaleros

agrícolas o el cultivo de fresa rentando varias parcelas ejidales y contratando jo rnaleros en

el propio pueblo.

Los procesos desiguales de proletarización y m ercantilización produjeron una

com pleja estructuración de relaciones entre form as de trabajo fundadas en relaciones

personales no m ercantilizadas (com o las del trabajo dom éstico en el ecuaro) y form as de

subsunción form al (com o en el caso de la producción de azahares) y de trabajo asalariado

(com o el jom alerism o en la agricultura). Esta com pleja configuración de relaciones fue

exam inada (capítulo I) com o una estructuración de relaciones entre una agricultura

cam pesina y una agricultura capitalista, y al interior de cada una de ellas. A partir de ese

plano se puede entender la com posición de clase y los procesos de em ergencia y

transform ación de grupos de clase en el escenario local (capítulo II). Así, la estructuración

de relaciones por los sistem as económ icos y político-adm inistrativos resultan críticos para

el acercam iento a la form ación e interacción, en escenarios locales, de los sujetos

antropológicos (Roseberry 1989: 140-144).

L a reconstrucción de la com unidad operó a partir de la em ergencia y transform ación

de grupos de clase, en este caso de cam pesinos, rancheros-ejidatarios y peones-jornaleros.

En los capítulos III y V se p lantea que la reconstrucción está relacionada con el punto de

vista de los rancheros-ejidatarios. Los contrastantes d iscursos ideológicos (ideologías

pragm áticas, exam inadas en los capítulos IV, V y V I) producidos a partir de una selección

de elem entos culturales para negociar el lugar de la cultura propia en el espacio social,

expresan esa relación entre poder y cultura. La localidad se entiende así com o m arco de

interacción de esos grupos de clase; a través de la reconstrucción del im aginario de

com unidad el grupo de rancheros-ejidatarios se constituye en grupalidad diferenciada y

central en el orden social reconstruido.

Sin em bargo, la relación entre cultura y clase se presenta com o una relación

com pleja: m ientras que las localidades de Valle de G uadalupe y Etúcuaro pueden presentar

una com posición social sem ejante desde el inicio del siglo, la com petencia entre am bos

poblados dada a partir de esas ideologías de sangre y progreso esta acom pañada po r una

contrastante jerarquía de prestigio: en el caso de Etúcuaro, la com unidad cam pesina se

presenta como transform ación de la com unidad indígena, orientada hacia una jerarqu ía

estatal postrevolucionaria; en el de V alle de G uadalupe la com unidad cam pesina parece ser

una transform ación de la cultura ranchera. Es sobre la base de las ideologías de sangre y

progreso que se ha elaborado en Etúcuaro una identidad transclase (una etnicidad

"m estiza") frente a los poblados vecinos. Por ello es que la pluralidad del pueblo desde el

inicio del siglo, la convivencia de distintos ideales culturales en una localidad atravesada

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128

por diferencias de clase, es el punto de arranque del proceso particular de reconstrucción de

la com unidad en Etúcuaro.

4

La construcción de la com unidad cam pesina resultó de una lucha entre grupos en la

localidad (fundada en la apropiación y reorientación del trabajo objetivado: el cerro, el ejido

y el asentam iento; las obras públicas y los canales, el trabajo vivo y las posibilidades

m ercantiles de los recursos). Esa lucha se expresa en la com petencia por el im aginario

social de la com unidad y sus im plicaciones en térm inos de prácticas y clasificaciones (lucha

sim bólica). Así, la localidad se constituyó en arena de negociación acerca de los

significados y prácticas de la "com unidad". A unque esta negociación puede ser considerada

perm anente hubo dos m om entos en la historia de E túcuaro en la que esa negociación se

presentó de m anera m ás intensa. Uno de ellos fue después del reparto agrario, cuando la

centralidad del ejido colectivo y el anticlericalism o desplazaban de m anera violenta

prácticas com o la pepena después de la cosecha o las fiestas religiosas (aunque no pasó lo

m ism o con la faena, que fue reinterpretada com o práctica colectivista). O tro m om ento

coincide con la em ergencia de nuevos grupos y se expresa en nuevos procesos de

negociación al respecto de los significados y prácticas de las instituciones: el cerro como

propiedad colectiva o particular y la relación entre cerro y ejido. A l m ism o tiem po se debate

en tom o a las clasificaciones dom inantes (ejidatarios-no ejidatarios).

La com unidad cam pesina im plicó, com o ya se dijo, la refuncionalización y la

incorporación de instituciones, la reorganización de la jerarqu ía entre éstas y una definición

de grupos a partir de la clasificación entre ejidatarios y no ejidatarios. Pero es en la

producción de un discurso, y una form a particular de discurso, sobre la h istoria del pueblo,

en donde se m anifiesta de m ejor m anera esa lucha por los significados y prácticas de la

comunidad. L a h istoria del pueblo en su versión m ás visible, la dom inante, se convierte en

historia escrita y m onum ental, se objetiva en placas y en obras públicas. A l m ism o tiem po

la historia oral presenta elem entos de una reelaboración del pasado. El m ism o nom bre del

pueblo adquiere un significado particular en la v isión de los rancheros-ejidatarios:

"Etúcuaro" lugar para dar sal al ganado de los rancheros que llegaron prim ero a este lugar.

Así, al establecer la versión "campesina" de la com unidad com o dom inante se desarrolló

tam bién una reconstrucción del pasado.

Los ejidatarios, en esta lucha por la concepción de com unidad invocan su original

lucha por la tierra, la representación que han hecho de la com unidad en la defensa de las

tierras, la realización de obras públicas y la unidad del pueblo; invocan tam bién la sanción

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129

oficial a partir de su autoidentificación com o "cam pesinos" y sus am igos los "em pleados".

Las relaciones de los "campesinos" con los "em pleados" de la burocracia postrevolucionaria

fueron y son entendidas a partir de una m etáfora de las relaciones de am istad. O tras formas

de sanción son la propia resolución presidencial y los planos del ejido. Paralelam ente, la

identidad de m ezcla indio-blanco que acom paña a este discurso histórico y a la

reconstrucción de la com unidad en su conjunto encontró en el discurso oficial del estado

postrevolucionario una sanción positiva, particularm ente en la voz de uno de los

precursores del indigenism o oficial, M oisés Sáenz.

Sin em bargo, la em ergencia de nuevos grupos de clase (a raíz de una profundización

en las diferencias sustenadas en las capacidades de invertir en el m ercado agropecuario y el

com ercio) ha llevado a un debate al respecto de los significados y prácticas de la

com unidad. Por un lado, los sucesores de los rancheros ejidatarios que han am pliado sus

relaciones personales hacia la burocracia estatal, que han prosperado po r el control de redes

de m igración de jornaleros a los Estados U nidos, y que tam bién han m antenido sus

relaciones al in terior del pueblo a través de la m ediería, la pepena y el m ism o peonaje,

tratan de m antener el significado de la com unidad com o com unidad cam pesina.

Por el contrario, algunos cultivadores y com erciantes independientes (quienes han

participado m ás intensam ente en la renta de tierras ej idales para sem brar cultivos

com erciales com o la fresa; y quienes carecen de las am plias relaciones de los ejidatarios al

interior del pueblo) jun to con profesionistas reincorporados a la com unidad después de

largos periodos de tiem po de habitar en ciudades, luchan por reconstruir nuevam ente la

com unidad. L a com petencia se establece en tom o al tem a del cerro: para unos fuente de

pastos para ganado en época de secas, para otros posibilidad de una propiedad raíz (cobrar a

los ganaderos por el uso de los pastos). La lucha se presenta en la reinterpretación de la

clasificación dom inante, al proponer una nueva categoría, ahora en sentido positivo, para

los no ejidatarios: "com uneros" (invocación de una nueva gm palidad). L a jerarqu ía entre

ejido y tierras com unales es invertida en térm inos de una revisión de la historia: la

com unidad fue prim ero que el ejido, por eso las tierras com unales no pueden ser de los

ejidatarios. Tam bién en este caso el grupo em ergente busca la sanción oficial de los

"com uneros", a través de una resolución presidencial y de "em pleados am igos". Sin

em bargo, las relaciones creadas a partir de la com unidad cam pesina y la clasificación

ejidatarios - no ejidatarios sigue siendo dom inante.

En am bos casos, "ejidatarios" y "com uneros", la reconstm cción de la com unidad ha

im plicado una m anipulación de algunos elem entos de la com unidad indígena,

especialm ente la propiedad comunal sobre el cerro. En el capítulo IV se revisaron algunos

elem entos de esa com unidad indígena. En esta visión de la com unidad la div isión en grupos

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de identidad se funda en la clasificación indios-arrim ados, clasificación que contrasta

totalm ente con las establecidas por los ejidatarios después del reparto agrario. La

com unidad indígena, im plica una jerarqu ía distinta, un im aginario social construido sobre

otros esquem as de diferenciación y sobre otras prácticas y significados de la com unidad. La

invocación que Jesús (quien se define a sí m ism o com o indio-natural y peón-ecuarero-

petatero) hace de esa com unidad, a través de la siem bra del ecuaro y de la rem em oración de

cantos y fiestas antiguas, constituyen elem entos de un proceso de hegem onía cancelado,

residual en la com posición sociocultural de Etúcuaro (aunque la reconstrucción de la

com unidad operó en parte con la m anipulación de algunos elem entos de esa com unidad

indígena). Esta com unidad indígena no se orienta por la- sanción del im aginario

postrevolucionario del cam pesino; la sanción que Jesús busca es de carácter divino, y su

propia vida constituye, para algunos de sus contem poráneos, una prueba de la obtención de

esa sanción.

Así, en los discursos sobre la h istoria de "la com unidad" y la identidad de los

etucuarenses, se construyen al m ism o tiem po categorías para la definición y autodefinición

de grupalidades y com unidades, así como im ágenes del estado. Todo eso resulta de una

com petencia entre agentes desigualm ente colocados en el cam po social, com petencia que

tiene com o parte sustantiva una lucha sim bólica, una lucha por los im aginarios colectivos.

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131

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ARCHIVOS CONSULTADOS:

A rchivo de la Jefatura de Tenencia de E túcuaro, M unicipio de Tangancícuaro, M ichoacán.

A rchivo M unicipal de la presidencia M unicipal de Tangancícuaro, M ichoacán.

A rchivo de la R eceptoría de Rentas del gobierno del estado; Chilchota, M ichoacán.

A rchivo M unicipal de Zam ora, M ichoacán.

A rchivo de la ofic ina de la Prom otoría A graria de la Secretaría de la R eform a A graria. Zam ora, M ichoacán.

A rchivo de la ofic ina de la Procuraduría A graria en Zam ora, M ichoacán.

Otros documentos:

B oletín V ER ED A S. Organo independiente de literatura y ensayo con fines de

com unicación y de d ifusión cultural. Im preso p o r Im presora litográfica R eyes, en Zam ora,

M ichoacán. N úm eros 14 (enero-junio de 1993), 15 (julio-diciem bre de 1993) y 16 (enero-

m ayo de 1994).