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Foto 1. Tapias de piedra y taludes formando linderos entre parcelas cultivadas. cultivos forestales Diversificación del paisaje agrario mediante la implantación de vegetación forestal Elección de la especie forestal a introducir en función de la parcela de actuación y de la climatología de la zona La presencia de vegetación forestal en el interior de áreas mayoritariamente ocupadas por cultivos agrícolas ofrece al medio rural la oportunidad de obtener beneficios adicionales generados por esta vegetación: madera, frutos, forraje, aumento de la producción agrícola y del bienestar del ganado, mejora paisajística, etc. No obstante, para la optimización de estos resultados, las actuaciones a realizar deben diseñarse de manera correcta. Así, la restauración y/o creación de estas estructuras vegetales agroforestales debe seguir un proceso metodológico específico, adaptado en parte del que se sigue en las repoblaciones forestales, y en el que todas y cada una de sus fases deberán ser cuidadosamente estudiadas para conseguir el objetivo que se pretende. I as superficies cubiertas de vegetación forestal existen- tes entre los cultivos agríco- las reportan múltiples bene- ficios tanto al agricultor como al medio rural en general. Así, como beneficios directos económicos podemos citar los productos y subproductos procedentes de su aprovechamiento: madera, leña, forraje, frutos. Sin embargo, los principales beneficios generados por esta vegetación son indirec- tos, tanto de tipo económico —au- mento de las producciones al suavizar las condiciones meteo- rológicas adversas en su área de influencia, mejora del balance hí- drico del suelo, mejora de las con- diciones de bienestar del gana- do, favorecimiento del control na- tural de plagas, constitución de hábitat para las poblaciones de caza menor—, como ambiental —conforman corredores ecológi- cos y hábitat para especies de flo- ra y fauna silvestre— o social —me- joran sensiblemente el valor pai- sajístico de las excesivamente simplificadas áreas agrícolas—. La intensificación de la agri- cultura producida desde el pri- mer tercio del siglo XX trajo apa- rejada la destrucción de la mayor parte de las manchas de vegeta- ción forestal que habían sobrevi- vido dispersas entre los cultivos. Para invertir esta tendencia, y lo- grar que esta vegetación ofrezca los beneficios arriba referidos, se hace necesario plantear medi- das para su conservación, mejo- ra y restauración. Y aunque cada una de las tipologías de estas formaciones (setos y linderos de separación de fincas, herrizas o bosques isla, sotos de ribera, ve- getación de pequeños humeda- les, plantaciones lineales corta- vientos, infraestructuras históri- cas y/o tradicionales) presentan sus características diferenciado- ras, el proceso de actuación ha de pasar por una serie de fases comunes. Así, siempre se partirá del es- tudio de la parcela en la que se quiere crear estas estructuras ve- getales agroforestales para, pos- teriormente y tras fijar el objetivo principal, proceder a la elección de la especie forestal a introducir (cuadro 1). La última fase, el dise- ño de la formación vegetal, es uno de los procesos más impor- tantes para lograr el objetivo que se pretende. 1 Definición de la parcela de actuación La diversidad de casos que pueden plantearse hace que sean también distintas las solu- ciones que se proponen. No obs- tante, las pautas generales apli- cables en lo que se refiere al plan- teamiento inicial de la actuación son las siguientes (Ibero, 1998): - Tamaño de parcela. Se bus- cará el equilibrio entre beneficio obtenido y perjuicio por la dismi- nución de tierra de cultivo. - Objetivos. Pueden ser va- rios: ornamentales, cortavientos, producción forestal, refugio para el ganado o la fauna silvestre, restauración ecológica, incre- mento de la producción agrícola y ganadera. Se encuentran directa- mente relacionados con el tipo de formación a crear. - Elementos naturales y semi- naturales presentes y futuros. Condicionarán en parte el diseño de las actuaciones, pues marca- rán zonas a conservar y/o a res- taurar que deberán ser conecta- Ricardo Blanco Roldán. Ingeniero de Montes. 28/Vida Rural/15 de noviembre 2007

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Page 1: Diversificación del paisaje agrario mediante la ... · Diversificación del paisaje agrario mediante la implantación de ... sotos de ribera, ve- ... ño de la formación vegetal,

Foto 1. Tapias de piedra y taludes formando linderos entre parcelas cultivadas.

cultivos forestales

Diversificación del paisaje agrariomediante la implantación devegetación forestal

Elección de la especie forestal a introducir en función de la parcela de actuación y de la climatología de la zona

La presencia de vegetaciónforestal en el interior deáreas mayoritariamenteocupadas por cultivosagrícolas ofrece al mediorural la oportunidad deobtener beneficiosadicionales generados poresta vegetación: madera,frutos, forraje, aumento de laproducción agrícola y delbienestar del ganado, mejorapaisajística, etc. Noobstante, para laoptimización de estosresultados, las actuaciones arealizar deben diseñarse demanera correcta. Así, larestauración y/o creación deestas estructuras vegetalesagroforestales debe seguirun proceso metodológicoespecífico, adaptado enparte del que se sigue en lasrepoblaciones forestales, yen el que todas y cada unade sus fases deberán sercuidadosamente estudiadaspara conseguir el objetivoque se pretende.

I

as superficies cubiertas devegetación forestal existen-tes entre los cultivos agríco-las reportan múltiples bene-

ficios tanto al agricultor como almedio rural en general. Así, comobeneficios directos económicospodemos citar los productos ysubproductos procedentes de suaprovechamiento: madera, leña,forraje, frutos. Sin embargo, losprincipales beneficios generadospor esta vegetación son indirec-tos, tanto de tipo económico —au-mento de las producciones alsuavizar las condiciones meteo-rológicas adversas en su área deinfluencia, mejora del balance hí-drico del suelo, mejora de las con-diciones de bienestar del gana-do, favorecimiento del control na-tural de plagas, constitución dehábitat para las poblaciones decaza menor—, como ambiental

—conforman corredores ecológi-cos y hábitat para especies de flo-ra y fauna silvestre— o social —me-joran sensiblemente el valor pai-sajístico de las excesivamentesimplificadas áreas agrícolas—.

La intensificación de la agri-cultura producida desde el pri-mer tercio del siglo XX trajo apa-rejada la destrucción de la mayorparte de las manchas de vegeta-ción forestal que habían sobrevi-vido dispersas entre los cultivos.Para invertir esta tendencia, y lo-grar que esta vegetación ofrezcalos beneficios arriba referidos,se hace necesario plantear medi-das para su conservación, mejo-ra y restauración. Y aunque cadauna de las tipologías de estasformaciones (setos y linderos deseparación de fincas, herrizas obosques isla, sotos de ribera, ve-getación de pequeños humeda-les, plantaciones lineales corta-vientos, infraestructuras históri-cas y/o tradicionales) presentan

sus características diferenciado-ras, el proceso de actuación hade pasar por una serie de fasescomunes.

Así, siempre se partirá del es-tudio de la parcela en la que sequiere crear estas estructuras ve-getales agroforestales para, pos-teriormente y tras fijar el objetivoprincipal, proceder a la elecciónde la especie forestal a introducir(cuadro 1). La última fase, el dise-ño de la formación vegetal, esuno de los procesos más impor-tantes para lograr el objetivo quese pretende.

1 Definición de laparcela de actuación

La diversidad de casos quepueden plantearse hace quesean también distintas las solu-ciones que se proponen. No obs-tante, las pautas generales apli-cables en lo que se refiere al plan-teamiento inicial de la actuaciónson las siguientes (Ibero, 1998):

- Tamaño de parcela. Se bus-cará el equilibrio entre beneficioobtenido y perjuicio por la dismi-nución de tierra de cultivo.

- Objetivos. Pueden ser va-rios: ornamentales, cortavientos,producción forestal, refugio parael ganado o la fauna silvestre,restauración ecológica, incre-mento de la producción agrícola yganadera. Se encuentran directa-mente relacionados con el tipo deformación a crear.

- Elementos naturales y semi-naturales presentes y futuros.Condicionarán en parte el diseñode las actuaciones, pues marca-rán zonas a conservar y/o a res-taurar que deberán ser conecta-

Ricardo Blanco Roldán. Ingeniero de Montes.

28/Vida Rural/15 de noviembre 2007

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Figura 1.PROPUESTA DE LINDERO DE SEPARACIÓN DE FINCAS.

PIE DE GRAN PORTE PIE DE PORTE MEDIO

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(Fuente: elaboración propia a partir de De Andrés eta!. 2002).

das por la nueva vegetación im-plantada.

Debido a que uno de los obje-tivos buscados es la diversifica-ción paisajística, estas actuacio-nes tendrán que priorizarse enlos bordes de los caminos y enlas cercanías de los núcleos depoblación, pues son éstas las zo-nas más sensibles para el con-junto de los potenciales visitan-tes de la zona (Burel y Baudry,2002). Asimismo, y desde unpunto de vista ecológico, la cone-xión de estas estructuras vegeta-les entre sí conseguirá la crea-ción de corredores ecológicos.

I Propuestas deactuación

Una vez seleccionado el obje-tivo principal a lograr y teniendoen cuenta las características dela parcela de actuación, se proce-derá a la elección del diseño de laplantación. Se exponen seguida-mente algunas de las posibilida-des existentes, en función de losdiferentes tipos de formacionesagroforestales y del objetivo bus-cado.

Setos y linderos de separaciónde fincas

Su procedencia puede sermuy variada: taludes, bordes decaminos, acequias de drenaje(foto 1). En grandes parcelas seprocurará la integración de setosy linderos con otros elementos li-neales, como pantallas corta-vientos, arbolado a lo largo de ca-minos y sotos de ribera.

Por sí solos constituyen pe-queños corredores ecológicos li-neales, que en zonas de cultivosintensivos juegan un importantepapel en el control de plagas ycomo refugio de fauna silvestre,incluso cuando la vegetación dela que se compone sea matorral yhasta especies herbáceas (DGde la RENP y SS.AA., 2002).

En lo que se refiere al diseñode la plantación, el óptimo pareceser la creación de una sucesiónde árboles o arbustos situadosmuy cerca unos de otros en una,dos o tres hileras, con uno o dosestratos arbóreos, un estrato ar-bustivo alto y otro bajo y un estra-to herbáceo, combinados en va-

dos esquemas posibles (De An-drés eta!., 2002):

• Pies de gran porte separa-dos entre sí 12 m entre los queaparece, equidistante, un pie deporte medio; el lindero se rellenacon arbustos de diferente porteseparados entre sí 1 m (figura 1).

• Un pie de gran porte sepa-rado 5 ó 6 m de otro de porte me-dio; el lindero se rellena con ar-bustos de diferente porte separa-dos entre sí 2 m.

• Pies de gran porte separa-dos 2 m entre sí.

• Pies de gran y medio porteseparados entre sí 2 m; por de-lante y por detrás de esta líneaaparecen, a una distancia de 1 m,arbustos de diferente porte sepa-rados entre sí 2 m.

• Arbustos de diferente porteseparados entre sí 1 ó 2 m.

La propuesta más razonableparece ser la implantación de fi-las de árboles de medio porte, se-parados entre sí de 1 a 2 m, bus-cando la linealidad y regularidaden la actuación. Esta línea vege-tal puede completarse intercalan-do arbustos y matorrales de me-nor porte.

Hertizas o bosques islaSon pequeños bosquetes

que se han generado debido aque las malas condiciones pun-tuales para el aprovechamientoagrícola (pedregosidad, escasaproductividad, encharcabilidad)no han aconsejado o permitidosu puesta en cultivo. Su exten-sión facilita que en ellos puedadesarrollarse la vida silvestre (flo-ra y fauna). Además, se mantie-nen por querencia del agricultor oganadero, al ofrecer una sombrapara descanso o refugio del ga-nado (De Andrés et al., 2002).Desde un punto de vista ecológi-co, se corresponden con los pun-tos de paso, estriberones o corre-dores discontinuos, especial-mente si la distancia entre elloses pequeña y permite el movi-miento de la fauna por los espa-cios agrícolas abiertos con des-plazamientos cortos (DG de laRENP y SS.AA., 2002).

En estas zonas se puede irhacia la creación de formacionesforestales más evolucionadas,teniendo siempre en cuenta las li-

mitaciones edáficas presentes.Así, se podría pensar en la im-plantación de bosquetes de enci-nas, alcornoques, robles u otrasespecies nobles de crecimientolento protegidas por un borde dematorral espeso a base de espi-nos, majuelos, cornicabras, cos-cojas o zarzas. En áreas impro-ductivas se puede dejar que la ve-getación evolucione de maneranatural dos o tres años para, unavez mejoradas de manera naturallas condiciones edáficas, proce-der entonces a la implantación devegetación (Ibero, 98).

Una propuesta de diseñopara la creación de este tipo deformaciones forestales es laplantación de filas de pies arbó-reos de gran y medio porte y de ar-bustos de diferente porte separa-dos entre sí 2 m, de tal maneraque no aparezcan juntos dos piesarbóreos en una misma fila. Al fi-

nal formarán una banda de 4-6 mde anchura o un bosquete (De An-drés eta!., 2002) (figura 2).

En conclusión, en estas herri-zas se buscará una mayor irregu-laridad en sus esquemas de plan-tación y que estén compuestaspor el mayor número posible deespecies arbóreas, arbustivas yde matorral.

Sotos de riberaLos bosques de ribera han

sido una de las formaciones ve-geta les más alteradas por la acti-vidad humana: cambios de usodel suelo, dragados y canalizacio-nes, obras de defensa contra ave-nidas, extracción de áridos, agri-cultura y plantación de choperas,pastoreo, actividades recreativas(foto 2). La necesidad de su res-tauración radica, además de enrazones económicas y ecológicas(corredores ecológicos de ribera),

15 de noviembre 2007/Vida Rural/29

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Figura 3.REFORESTACIÓN DE SOTOS DE RIBERA POR EL SISTEMA DE MÓDULOS.

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tdulo A

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(Fuente: elaboración propia a partir de González del Tánago y García de Jalón, 1998).

Foto 2. Bosque de ribera 'unto a campo de leguminosas.

cultivos forestales

en consideraciones paisajísticasy estéticas (González del Tánago yGarcía de Jalón, 1998).

En el ámbito de actuación fija-do en este artículo, y aunque pun-tualmente pueda incluirse algúncurso de importancia, normal-mente nos referimos a pequeñosarroyos, incluso temporales, quediscurren entre los campos de la-bor y que, en ocasiones, constitu-yen límites entre fincas o térmi-nos municipales o lindes de víaspecuarias. La vegetación que apa-rece en ellos será arbustiva y/ode matorral y, puntualmente, arbó-rea, presentándose ésta normal-mente con una sola especie.

La condición mínima a cumplirserá su restauración o conserva-ción a lo largo de toda la ribera so-bre la que se pueda actuar, siendouna anchura idónea de actuaciónentre 5 y 10 m, que irá variando detal manera que aproveche al má-ximo la zona libre de uso agrícolay conforme una banda de vegeta-ción con un ancho irregular (Ibero,1998).

Partiendo de esta base, sebuscará la mejora del soto o riberamediante su diversificación con lacreación de bosquetes de una es-pecie a lo largo del curso de agua,entre los que se intercalarán piesaislados de otras, realizando laplantación al tresbolillo y dejandouna distancia de en torno a 1 mentre pies. La primera línea de ve-getación deberá tocar la línea deagua (De Andrés eta!., 2002).

Para actuaciones más ambicio-sas, en cursos de agua de gran im-portancia ecológica, económicay/o paisajística, las fases por laque se tendrá que pasar serán(González del Tánago y García deJalón, 1998): establecimiento delespacio ripario, disminución de laspendientes laterales del cauce, re-vegetación del espacio ripario, re-cuperación de la sinuosidad delcauce, formación de rápidos y re-mansos y creación de zonas húme-das y bosques aluviales. En lo quese refiere a la implantación de ve-getación, habrá que tener en cuen-ta una serie de consideraciones:

- La revegetación debe plante-arse como una etapa final, des-pués de haber logrado la recupe-ración de la morfología del cauce.

- En todo caso, se deberá res-

petar el desarrollo natural de la ve-getación preexistente, que en es-tas zonas suele tener gran vigor.

- Habrá que tener presenteque la creación de una banda ri-paria de ancho excesivo ofrecemayores posibilidades para quesea alterada por actuaciones hu-manas.

Cuando las orillas presentenun estado inadecuado, se proce-derá a restaurarlas en dos etapas(García de Jalón y Schmidt,1995): estabilización de las ori-llas mediante estructuras (esco-lleras de piedra, empalizadas demadera, entramado Krainer o ga-viones) y revegetación.

Por último, hay que aludir al di-seño de revegetación de riberasbasado en módulos de planta-ción. Se fijarán dos o tres módu-los distintos, compuestos por unao dos especies arbóreas y variasarbustivas, ubicadas en diferen-tes posiciones. Estos módulos seirán repitiendo de manera aleato-ria y combinada a lo largo de la ri-

bera, de forma que entre módulo ymódulo se deje un espacio libre (2a 3 m) para acceso al curso (figu-

ra 3). Con el tiempo, este espaciose verá colonizado, con lo que losmódulos se desdibujarán y seconseguirá una mayor integraciónpaisajística (González del Tánagoy García de Jalón, 1998).

La reforestación de los sotosse basará, pues, en la implanta-ción de módulos compuestos poruna especie arbórea principal y va-rias arbustivas y de matorral, cuyoresultado debe ser la creación deuna banda de vegetación de an-chura variable. En estos espacioslineales deberá respetarse al má-ximo la regeneración de la vegeta-ción preexistente, priorizando lasactuaciones en aquellas zonas enlas que no sea posible su recupe-ración a medio plazo.

Vegetación de pequeñoshumedales

Entre los cultivos pueden apa-recer humedales o pequeñas su-

perficies que se encharcan perió-dicamente, lo que dificulta la laboragrícola en ellas. Esto puede favo-recer el que se intente su revege-tación (González del Tánago y Gar-cía de Jalón, 1998).

Es posible plantear la conser-vación de la vegetación naturalque crece en estas zonas y dejar-la evolucionar en una franja dedos o tres metros a su alrededor(Ibero, 1998). Se constituyen enpuntos de paso o estriberones,especialmente para las avesacuáticas y migratorias.

Igualmente, puede ser intere-sante la formación de zonas hú-medas de pequeña superficie me-diante la conexión con cursos deagua cercanos, fomentando acontinuación el desarrollo de lavegetación asociada a las creci-das periódicas de dichos cursos.

En todo caso, habrá que teneren cuenta las siguientes pautasgenerales de actuación en estospequeños humedales (RequesRodríguez, 2005):

• Se buscará la creación deformaciones agroforestales queexijan un mínimo mantenimiento.

• Se procurará, en conse-cuencia con lo anterior, que la na-turaleza actúe por sí misma, evi-tando en todo lo posible la modifi-cación de los complejos procesoshidrodinámicos (cambios en la su-perficie y/o volumen del hume-dad).

• El cercado de las charcas-abrevadero del ganado puede fa-cilitar el desarrollo de vegetaciónsilvestre entre dicha cerca y la lá-mina de agua. Esta medida consi-gue, adicionalmente, un más fácilcontrol y mantenimiento de la sa-lubridad de las charcas.

• La creación de humedalesde considerables extensiones enlas cercanías de las poblacionesaumenta las posibilidades de uti-lización del medio natural (agrofo-resta!) en actividades de educa-ción ambiental.

Plantaciones linealescortavientos

Una barrera protectora arbó-rea aislada produce una reduc-ción en la velocidad del vientotanto sobre los terrenos situadosa barlovento como sobre los desotavento. Este efecto da lugar a

Continua en pág. 32 •

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Cerealista, ha llegado el momento de la siembra. Tradicionalmente se fertilizabaen sementera con un fertilizante complejo y una segunda aportación en cobertera.Le proponemos fertilizar más adelante, cuando la planta realmente necesita losnutrientes para su desarrollo; en el ahijado. De esta manera evitará pérdidas de

Nitrógeno por lixiviación y volatilización, y de Fósforo por retrogradación.YaraNlila Tm Actyva cuenta con Fósforo en forma de polifosfatos, aportando mayormovilidad y penetración en el perfil del suelo.

Absorción de P 205 (kg/ha) de trigo con 4,5 t/ha de cosecha

[email protected]

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Figura 4.PROFUESTA DE ROMPEVIENTOS AGRICOLA.

(Fuente: elaboración propia a partir de García, 1966a).

200m150 m

ROMPEVIENTOS DENSO DE TRES FILAS(BARRERA PRINCIPAL)

ROMPEVIENTOS DENSO DE DOS FILAS(BARRERA SECUNDARIA)

lanerl principal Barrera wecumlzr Barry. yrInep.1

Foto 3. Plantación lineal de álamos en el borde de un camino de acceso.

cultivos forestales

una serie de mejoras en las con-diciones microclimáticas de susáreas de influencia que puedenser aprovechadas para conseguirun aumento en las produccionesagrícola y ganadera, a la vez quese consigue una notable mejora ydiversificación paisajística.

Comenzando con los rompe-vientos agrícolas, la protecciónrequiere el establecimiento debarreras principales y otras se-cundarias intermedias, situandolas primeras en los bordes a par-tir de donde se quiere comenzarla protección, y las segundas en-tre las anteriores, a una distanciade 150-200 m de ellas. Dos posi-bles diseños son los siguientes(figura 4) (García, 1966a):

• Rompevientos denso dedos filas: una fila de la especieprincipal con una distancia entrepies de dos metros. Detrás apa-rece otra de la especie secunda-ria, colocada a tresbolillo de la an-terior.

• Rompevientos denso detres filas: una fila de la especieprincipal con una distancia entrepies de 2,75 m. Detrás apareceotra de la especie secundaria, co-locada a tresbolillo de la anterior.Por último, una tercera fila de laespecie terciaria o accesoria, co-locada a tresbolillo de la interme-dia y a una distanciade 1,5 m. Las alturasson descendentes.

Otros diseñosque se proponen sebasan en la suce-sión de líneas para-lelas con especiesde varios portes yque cumplan las si-guientes condicio-nes (Merino, 1991):

• Distancia culti-vo-cortavientos: mí-nimo 5 m en frutalesy 2 m en herbáceas.

• Establecimien-to: mínimo dos añosantes que el cultivo,para aumentar elefecto protector.

En cuanto a losrompevientos utiliza-dos para la ganade-ría, producen efec-tos beneficiosos enla mejora de los pas-

implantarán de tal manera que di-vidan el pastizal en varias parcelaso redondas. Serán lineales, pe-queños bloques o en forma de L.

Estos tres diseños de rompe-vientos se conformarán median-te la alineación de especies prin-cipales, secundarias y acceso-rias, estando las principales en lazona central en 3 ó 4 líneas, lassecundarias en una línea a los la-dos de la franja central y las ac-cesorias a continuación de lassecundarias e incluso en el inte-rior de toda la franja. La distanciaentre pies oscilará entre 1 y 3 men función de si la especie es

principal o accesoria. Laanchura total del rompe-vientos puede ser de 10,15 y hasta 25 m. El objeti-vo final es la conformaciónde un rompevientos con unperfil trapecial, para am-pliar la protección a sota-vento.

Por último, acerca delos rompevientos protecto-res de edificaciones rura-les, se suelen utilizar com-binaciones de varios corta-vientos, normalmente condos direcciones perpendi-culares: una, la principal, alos vientos dominantes yotra a los vientos secunda-rios. Los principales ten-drán mayor anchura y den-sidad que los secundarios,estando formados por unnúcleo de dos filas de unaespecie principal rodeadopor otra fila de una especiesecundaria. La distancia

de la pantalla vegetal a la edifica-ción estará en función de la alturaque se consiga en el rompevien-tos, oscilando entre 4 y 5 vecesdicha altura (García, 1966c).

Para la formación de estas lí-neas cortavientos puede ser ade-cuado proceder en primer lugar ala elección de una especie de cre-cimiento rápido para, una vezconseguido el efecto buscado,implantar la especie definitiva(García, 1966a).

Por lo dicho es fácil compren-der que en los rompevientos esde suma importancia lograr unadecuado diseño, al buscarse unefecto productivo más importan-te que el estético. Estarán com-puestos por especies arbóreasde gran porte, buscando siemprela regularidad de la formación.

Infraestructuras históricas ytradicionales

Podemos incluir dentro deellas a carreteras y ferrocarrilesabandonados, muros y cercas depiedra, infraestructuras hidráuli-cas (pozos, fuentes, pilares, ace-quias, albercas, aljibes, balsas),construcciones rurales (vivien-das, tenadas, corrales, majadas),monumentos y restos histórico-artísticos (De Andrés et al.,2002).

Para la integración de los ca-minos rurales en el medio, lapráctica más utilizada es la remo-delación de los taludes con sueloprocedente del desbroce sincompactar y posterior recubri-miento con especies vegetalesautóctonas. También se puedepensar en la plantación de hilerasde árboles grandes en el bordede los mismos, entre los que sepueden intercalar árboles máspequeños o arbustos (Ibero,1998) o la implantación de pe-queños bosquetes (foto 3).

Sea como fuere, la creaciónde líneas de vegetación a los la-dos de las vías rurales produciráuna gran cantidad de efectos pro-tectores, paisajísticos y orna-mentales: embellecimiento gene-ral, generación de sombras,acondicionamiento de áreas deinterés, protección contra la ero-sión hídrica, estabilización del ta-lud, efecto cortavientos, servir decorredor verde, de filtro de conta-

tizales en los que se implantan yen el propio ganado (protecciónfrente a lluvia, sol, viento y nieve).Tanto la ubicación como el diseñodel cortavientos dependerá de latopografía del terreno, siendo lossiguientes algunos de los mode-los propuestos (García, 1966b):

• En valles se situarán para-lelos a las diferentes vaguadas,en las crestas de separación en-tre ellas y perpendiculares al cur-so principal.

• En las lomas pueden insta-larse en la parte alta, formandoun bosquete.

• En terrenos accidentados se

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Cuadro I. 1

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Especies para actuaciones de diversificación del paisaje agrario(fuente: elaboración propia a partir de Ibero, 1998).

ESPAÑA SECA:0111~1111M

SETOS Y LINDEROS

ESPAÑA HÚMEDA:

SETOS Y LINDEROS

Acebo (1/ex aguifolium)Arce (Acer campestre, A. platanoi-des, A. pseudoplatanus)Avellano (Corylus avellana)Castaño (Castanea sativa)Cerezo silvestre (Prunus avium, Ppadus)Espinos (Prunus spinosa, P insititia)Fresnos (Fraxinus excelsior, E angus-tifolia)Haya (Fagus sylvatica)Laurel (Laurus nobilis)Mostajos (Sorbus torminalis, S. aria)Nogal (Juglans regia)Olmos (Ulmus minor, U. glabra)Robles (Quercus robur, Q. petraea)Serbales (Sorbus domestica,S. aucuparia)Tejo (Taxus baccata)Tilos (77/ja platyphyllos, T cordata)

SOTOS DE RIBERA

Álamo negro o chopo (Populus nigra)Álamo temblón (Populus tremula)Aliso (Alnus glutinosa)Avellano (Corylus avellana)Espinos (Prunus spinosa, P insititia)Fresno (Fraxinus excelsior)Olmos (Ulmus minor, U. glabra)Sauces (Salix alba, S. fragilis)

1966c). En las plantaciones line-ales para separación de lindes sepuede conseguir algún objetivosecundario con la utilización dedeterminadas especies: chopo ogranado, para consolidar desa-gües; ciprés, chopo u olivo en se-tos piramidales, para cortavien-tos; chopo u olmo, para aprove-chamiento de la madera; morera,para aprovechamiento de la hoja;olivo, naranjo o frutales en gene-ral, para aprovechamiento del fru-to (Flórez, 1965). Para la creaciónde líneas arboladas en los bordesde los caminos se buscaránaquellas especies de fácil im-plantación, crecimiento rápido,capacidad de formar cubiertadensa en corto plazo y de acredi-tados vigor y resistencia a los da-ños (Ministerio de Obras Públicasy Urbanismo, 1990), siendo idó-neas las que por su tendencia na-tural o por la poda a la que se lessomete dejan despejado el cen-tro del camino. Se aconsejantambién especies con valor orna-mental, como la palmera datilera,

el chopo, el naranjo o el cipréscombinado con la adelfa (Flórez,1965).

• Cuarta fase: estudio de loscondicionantes económiAquí se incluirá el análisis de lassubvenciones concedidas por lasAdministraciones Públicas en elámbito de las medidas agroam-bientales y la reforestación de tie-rras agrarias. Además, se tendráen cuenta la producción de fruto,madera o forraje.

Una vez superadas estas cua-tro fases, se suele llegar a listasintegradas por similares espe-cies, con características comu-nes a ellas como son su carácterautóctono y su rusticidad, con elfin último de conseguir el éxito enla plantación. Por su simplicidad,se presenta la propuesta del cua-dro I. II

Bibliografía

Existe una amplia bibliografía a dispo-sición de nuestros lectores que pue-den solicitar en el e-mail: [email protected]

Acebuche (O/ea europaea)Alcornoque (Quercus suber)Algarrobo (Ceratonia siligua)Almez (Celtis australis)Boj (Buxus sempervirens)Cerezo silvestre (Prunus mahaleb)Cornicabra (Pistacia terebinthus)Encina (Quercus ¡/ex)Espinos (Prunus spinosa, P insititia)Fresno (Fraxinus angustifolia)Lentisco (Pistacia lentiscus)Madroño (Arbustus unedo)Melojo o rebollo (Quercus pyrenaica)Olmo (Ulmus minar)Palmito (Chamaerops humilis)Quejigo (Quercus faginea)Tarays (Tamarix gallica, T africana)

Álamo blanco (Populus alba)Álamo negro o chopo (Populus nigra)Almez (Celtis australis)Espinos (Prunus spinosa, P insititia)Fresno (Fraxinus angustifolia)Loro (Prunus lusitanica)Olmo (Ulmus minar)Sauces (Salix alba, S. fragilis)Tarays (Tamarix gallica, T africana)

minación producida por los vehí-culos o de base para la expan-sión de vegetación forestal(MOPU, 1990).

Finalmente, hay que decir quela restauración de las tapias depiedra puede tener efectos muypositivos sobre la flora y la faunasilvestre al proporcionarles hábi-tat y refugio, pudiendo ademásactuar de cortavientos y corta-es-correntía de manera similar acomo lo hacen los setos. Se pue-de fomentar el crecimiento de ve-getación a su lado, incluso dandolugar a tapices que las cubran(DG de la RENP y SS.AA., 2002).

II Elección de especies

El proceso de elección de es-pecie será similar al utilizadopara las repoblaciones forestales(Serrada, 1995), aunque incorpo-rando ciertos matices por las es-peciales características y objeti-vos buscados con la creación deestas formaciones agroforesta-les. Puede sintetizarse en las si-guientes fases:

• Primera fase: estudio de losfactores ecológicos (fitogeogra-fía, climatología, edafología), dan-

do como resultado la obtenciónde una lista de especies compati-bles con el lugar en el que se va arealizar la plantación.

• Segunda fase: estudio delos factores biológicos (fitosocio-logía, simbiontes, riesgo de pla-gas y enfermedades).

•Tercera fase: estudio de res-tricciones particulares, en fun-ción del objetivo de la plantación.Por ejemplo, en setos y linderosse evitarán especies que compi-tan con el cultivo, que tengan ho-jas que tarden mucho tiempo endescomponerse o que al hacerlogeneren productos tóxicos, y es-pecies cuya polinización coincidacon la del cultivo, en el caso deque éste sea leñoso, para evitarcompetencia en la polinización(De Andrés et al., 2002). En cor-tavientos, se utilizarán especiescon follaje homogéneo pero nocompacto, de madera flexiblepero no quebradiza, de crecimien-to medio-rápido y de floración nocoincidente con las especies aproteger. En los rompevientos deedificaciones rurales se podráelegir entre una especie u otra enfunción de criterios estéticos o deproducción de frutos (García,