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Alfa Omega Diálogo Ciencia-Fe Diálogo Ciencia-Fe Nº 386/22-I-2004 SEMANARIO CATÓLICO DE INFORMACIÓN EDIC. NACIONAL

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Alfa Omega

Diálogo Ciencia-Fe

Diálogo Ciencia-Fe

Nº 386/22-I-2004 SEMANARIO CATÓLICO DE INFORMACIÓN EDIC. NACIONAL

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SUMARIO

Etapa II - Número 386Edición Nacional

Edita:

Fundación San Agustín.Arzobispado de Madrid

Delegado episcopal: Alfonso Simón Muñoz

Redacción: Calle de la Pasa, 3.

28005 Madrid.

Téls: 913651813/913667864

Fax: 913651188

Dirección de Internet:http://www.alfayomega.es

E-Mail: [email protected]

Director: Miguel Ángel Velasco Puente

Redactor Jefe: José Francisco Serrano Oceja

Director de Arte: Francisco Flores Domínguez

Redactores: Anabel Llamas Palacios,

Ricardo Benjumea Vega,

Juan Luis Vázquez,

Carmen María Imbert Paredes,

Jesús Colina Díez (Roma)

Secretaría de Redacción:Rut de los Silos Antón

Documentación:María Pazos Carretero

Elena de la Cueva Terrer

Internet: Beatriz Jaso Ollo

-Imprime y Distribuye: Diario ABC, S.L.-

Depósito legal: M-41.048-1995.

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...y además

8 La foto

9 Criterios

10 Cartas

11 Ver, oír y contarlo

Aquí y ahora

12 Sadam Hussein,

o la fractura de la división.

13 Santa Gema Galgani,

la sonrisa de la «mística»

Iglesia en Madrid

12 Carta pastoral, preparatoria

del Sínodo diocesano: Muchos viven

como si Dios no existiera.

13 La voz del cardenal arzobispo

14 Testimonio

15 El Día del Señor

16-17 Raíces

Diócesis de Jaén:

En la Escuela de María

18 España

Acuerdos Iglesia-Estado:

Al servicio de las personas.

21 Mundo

Histórico encuentro entre cristianos,

judíos y musulmanes:

Apremiante necesidad

de reconciliación

22-23 La vida

Desde la fe

26-27 Riesgo del laicismo:

aparición de guetos.

28 Cine.

29 Libros.

30 Televisión.

Con ojos de mujer.

31 No es verdad.

32 Contraportada

Fe y ciencia: en busca de la verdad.La ciencia de la Cruz.El engañoso materialismo

Venezuela: urge la paz

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EscribemonseñorJuan del Río, obispo de Asidonia-Jerez:Violenciadoméstica:¡no seas sucómplice!

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Ya desde los primeros años de vida, lacabeza de los niños parece haberseconvertido en un ilimitado almacén

de datos, bien compartimentado en asigna-turas: Matemáticas, Lengua, Ciencias Na-turales... Todos los padres –como buenospadres– buscan para sus hijos los mejorescolegios y la mejor educación, aquella queles otorgue una buena profesión y una bue-na situación en el mundo. Sin embargo, mu-chos de ellos olvidan que todo nuestro vivires prestado, y así la vida se acaba convir-tiendo en una asignatura pendiente. Cono-cemos muchas cosas, pero ¿sabemos vivir?En el hombre –en todos los hombres– exis-te una inclinación a conocer la verdad; esalgo que nos viene dado: nadie quiere que leengañen. Esta inclinación es ilimitada: to-dos deseamos conocer más y más, desde lasúltimas noticias aparecidas en los mediosde comunicación, hasta el estado de ánimode nuestros seres queridos; y, especialmen-te en determinados momentos de la vida,nos hacemos las preguntas esenciales:¿Quién soy?; ¿para qué vivo?; ¿qué ocu-rrirá cuando me muera?

Dos fenómenos especialmente nocivosatentan contra la búsqueda de respuestas aestas cuestiones fundamentales: por un lado,el intelectualismo, que reduce al hombre a unmero gestor de datos –a la manera de unchip informático– con los que producir ytrabajar; y la especialización que conlleva lafragmentación del saber, lo que hace que se-pamos mucho acerca de muy poco, y sea-mos unos completos ignorantes en el artede vivir. Si, en épocas pasadas, los pocosque estudiaban intentaban abarcar todas lasáreas del conocimiento, ahora la universali-zación de la educación pone a disposiciónde muchos un saber cada vez más concretoy cada vez más técnico, al mismo tiempoque deja de lado las Humanidades, por con-siderarlas poco útiles.

Juan Pablo II afirma, en la Carta encícli-ca Fides et ratio: «Una razón llena de inte-rrogantes ha desarrollado sucesivamente sudeseo de conocer cada vez más, y más pro-fundamente. Se han construido sistemas depensamiento complejos, que han producidosus frutos en los diversos ámbitos del saber,favoreciendo el desarrollo de la cultura y dela Historia. La antropología, la lógica, lasciencias naturales, la Historia, el lenguaje...,de alguna manera se han abarcado todas lasramas del saber. Sin embargo, los resulta-dos positivos alcanzados no deben llevar adescuidar el hecho de que la razón misma,movida a indagar de forma unilateral sobreel hombre como sujeto, parece haber olvi-dado que éste está también llamado a orien-tarse hacia una verdad que lo transciende.Sin esta referencia, cada uno queda a merceddel arbitrio, y su condición de persona aca-ba por ser valorada con criterios pragmáticosbasados esencialmente en el dato experi-mental, en el convencimiento erróneo de

Fe y ciencia: en busca de la verdad

«Fe empirista. Ni somos ni seremos./ Todo nuestro vivir es prestado./ Nadatrajimos; nada llevaremos»: estos versos de Antonio Machado, de su libro Camposde Castilla, contienen la sabiduría de quien ha conocido paisajes y paisanajes, y cuya mirada –como decía de él Rubén Darío– era «tan profunda que apenas sepodía ver». Si sobre el templo de Delfos se podía leer la expresión Conócete a timismo, los versos de Machado son una primera aproximación al misterioprofundo de la vida humana, a la mera existencia desnuda –en palabras de ViktorFrankl– del hombre sobre la tierra: Nada trajimos, nada llevaremos. La vida del hombre sobre la tierra es un paréntesis que se cierra en un momento que noestá en sus manos prever; quizá por ello, todas nuestras fuerzas deberían dirigirse a conocer a Quien nos ha prestado este vivir nuestro

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que todo debe ser dominado por la técnica.Así ha sucedido que, en lugar de expresarmejor la tendencia hacia la verdad, bajo tan-to peso, la razón se ha doblegado sobre símisma, haciéndose, día tras día, incapaz delevantar la mirada hacia lo alto para atre-verse a alcanzar la verdad del ser».

Una ciencia desorientada

En los últimos años, el progreso está de-jando atrás millones de vidas humanas: niñosarrebatados del seno materno durante susprimeros días o meses de vida; ancianos queestorban, porque su enfermedad o su vejezhace de ellos una pesada carga, y a los que seles aplica la eutanasia; miles de embrionesque son desechados, porque son portadoresde una enfermedad, víctimas de una discri-minación sin entrañas; embriones congeladosen todo el mundo, olvidados ya por sus pa-dres, que están en el codicioso punto de mi-ra de unos científicos sin formación humanaque se frotan las manos ante la posibilidad desu disección... Todo ello, bajo la bandera delprogreso.

La ciencia, hoy en día está, en gran parte,desorientada; sólo responde al incierto es-tímulo de un pragmatismo al servicio de larentabilidad: la inocente concepción de unatécnica que avanza para el bien de la Hu-manidad ha dejado paso a una investigaciónencaminada a hacer la vida más conforta-ble, un mundo feliz, al estilo del que denun-ciaba Aldous Huxley en la novela del mismotítulo, donde los pocos que puedan pagarsus avances puedan llevar una vida sin su-frimientos, a costa de lo que sea y de quiensea. Recientemente, una votación en la ONU

acerca de la clonación decidió posponer pordos años el debate sobre la clonación tera-péutica, con lo que se ha preferido investigarprimero, y sólo después preguntarse por elsentido de tal investigación. Por todas partessurgen los llamados comités de ética, mu-chos de cuyos miembros son víctimas de laantropología que ve al hombre como un me-ro cuerpo que produce y consume; así, la

El progreso del cristianismo

En la civilización cristiana, y sólo en ella, se handesarrollado las ciencias tal como hoy las

conocemos. La primera razón la tenemos en que lasdemás civilizaciones son paganas, es decir, creen ennumerosos dioses, que andan mezclados con lasrealidades materiales del universo. Así la existenciade los hombres se creía dominada por ciegas fuerzasde carácter sobrenatural: el fatum o destino. Con elcristianismo, la situación cambia radicalmente, puesenseña que hay un único Dios, trascendente almundo, el cual ha entregado a los hombres como suheredad, para que lo cuiden y trabajen. El hombre esradicalmente libre; el destino inexorable no es señorde su vida, sino que cada persona queda en manosde su propia responsabilidad. El mundo no esresultado de la casualidad ni de ciegas fuerzasdesconocidas: es obra de un Dios personal, que esInteligencia y Amor, y que ha hecho al mundointeligible, dotándolo de unas leyes y un orden queel hombre puede y debe descubrir. No hay, por lotanto, misterios en la naturaleza, sino el orden deuna racionalidad que Dios mismo le ha dado.

Pero la influencia del cristianismo no se halimitado a crear una mentalidad que haga posible lasciencias, pues también se deben al cristianismo losmedios concretos y prácticos que han conducido aldesarrollo, de hecho, de las ciencias. La principal delas instituciones creadas por la Iglesia para alcanzarese fin es la universidad. Las civilizaciones nocristianas consideraban los conocimientos como unafuente de poder sagrado, que procuraban manteneroculto toda una casta de magos, brujos, chamanes yhechiceros. En la universidad, la Iglesiaproporcionaba los medios para progresar en elconocimiento, y era un lugar en el que se practicabauna de las primeras y más importantes obras decaridad y misericordia: enseñar al que no sabe.

Tirso de Andrés Argentede Cristianismo y progreso

Ilustración de Avvenire

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discusión ética ha quedado reducida a lo quese permite y lo que se prohíbe, sin conside-rar qué es lo bueno para el hombre en todassus dimensiones, no sólo la material.

Esta concepción está calando poco a po-co en la sociedad: los diarios de todo elpaís sacan frecuentemente a sus páginas fra-ses como éstas: «Una de cada 100.000 per-sonas está condenada a enfermar»; «Mi mu-jer tuvo que abortar porque el feto era por-tador de una enfermedad»; «Por ignorancia,traen personas al mundo que cuestan másque los tratamientos»... Asimismo, es co-mún la manipulación del lenguaje para tra-tar de enmascarar la mentira y edulcorar elmal; así, se distingue entre embrión y pre-embrión; entre vida humana y ser humano;se sustituye la expresión aborto por la falsa«interrupción» voluntaria del embarazo; sehabla de un presunto gen homosexual, con loque parece que quien lo portase estaría de-terminantemente condenado a ser homose-xual; en aras de una supuesta neutralidad,la educación sexual en los colegios se redu-ce a la simple genitalidad, completamentedesgajada del amor. ¿Quién nos puede salvarde esta idolatría del cientificismo? ¿Quiénpuede librar hoy a la ciencia de su patentedesorientación?

El delirio de la omnipotencia

La única voz que se enfrenta a los abusosde un progreso mal entendido es la de laIglesia. Durante muchos años, el diálogoentre fe y razón, entre los hombres de cien-cia y los teólogos, fue especialmente tenso.Los descubrimientos acerca del origen delhombre y del mundo pusieron en entredi-cho, para algunos, la misma existencia deDios. Un punto de inflexión importante enesta discusión fue el nacimiento de la filo-sofía racionalista, de la mano de René Des-cartes. Ante las evidencias que parecíancuestionar la existencia de Dios, Descartespretendió demostrar su existencia a travésde la sola razón; el resultado fue un Diosprisionero en la mente del hombre, ajeno a sudiscurrir en el mundo. La existencia de Diosquedaba demostrada, pero quedaba una ra-zón huérfana y omnipotente, abandonada así misma, expuesta a cualquier exceso. Alpretender demostrar a Dios con un métodocientífico y racional, lo único que Descartesconsiguió fue reducirle –y con él, toda nor-

ma que pudiera orientar la existencia hu-mana– al ámbito privado de la intimidad decada hombre. La consecuencia principal queha tenido este modo de pensar racionalista,en el diálogo con la ciencia, es que la fe enDios ha quedado sustituida por la fe en losaxiomas de los científicos y en sus descu-brimientos. La acusación de dogmatismoque muchos científicos hacían a la Iglesiacatólica ha dejado paso a un dogmatismocientífico demoledor.

Los resultados han sido espectaculares: si,durante los primeros días de la RevoluciónFrancesa, se tiraron abajo las imágenes de lossantos en la catedral de Nôtre Dame, de Pa-rís, para sustituirlas por otra que representabaa la diosa Razón, hoy en día el icono cultu-ral más venerado es el de la diosa Ciencia.Los dos últimos siglos han sido testigos dedescubrimientos científicos asombrosos, im-pensables en el pasado, como el hecho deque el hombre pudiera pisar la luna, o cu-

rarse de enfermedades letales gracias a lasvacunas. Sin embargo, muchos de estosavances han atentado contra el propio hom-bre; las dos guerras mundiales constataronque el deseo del hombre por conocer el mun-do y dominarlo también puede servir parahacer el mal; la euforia por el avance de laciencia ha dejado paso a la perplejidad por sucapacidad destructiva. El mito del progre-so indefinido y el de su supuesta neutrali-dad se hicieron añicos durante el siglo pa-sado; muchos habitantes de nuestro planeta,asediados por el hambre, las guerras y lasenfermedades cuya investigación no es ren-table, son aún sus principales víctimas.

El Rector de la Pontificia UniversidadLateranense, monseñor Rino Fisichella, afir-ma que «la trasgresión de Adán equivalehoy a que es el hombre el que decide qué eslo que está bien y qué es lo que está mal, yesto supone caer en el delirio de la omnipo-tencia y en el del poder de un hombre sobre

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La ciencia de la Cruz

Uno de los principales objetivos de la ciencia es la eliminación o la disminución del sufrimiento, la enfermedad y el dolor.Es precisamente en esos momentos difíciles de la vida del hombre, en los que más se hacen patentes su precariedad y

finitud, cuando muchos se vuelven a Dios buscando ayuda; cada vez más médicos y psicólogos recomiendan la oración comoun coadyuvante en la curación del enfermo, y periódicamente aparecen estudios acerca de sus beneficios en los casos decáncer u otras enfermedades graves. El Estado del bienestar ha hecho de la salud un ídolo que hay que mantener a toda costa;la Iglesia también se ha dedicado con todas sus fuerzas a paliar los efectos de la enfermedad –las innumerables Órdenesreligiosas dedicadas a ello son una muestra más que suficiente–, pero siempre ha luchado contra la falsa religiosidad que hacede Dios un instrumento de bolsillo, a nuestro servicio siempre que queramos que nos quite un sufrimiento, y sometido anuestra voluntad. Muchos padecen la tentación de pedirle cuentas a Dios por sus males; sin embargo, éstos son unapreciosísima oportunidad de reflexionar sobre el sentido de su vida y volverse a Dios. Contra esa religiosidad que intentavalerse de Dios para nuestros deseos, y contra una fe basada en un traicionero sentimentalismo que nos puede conducir alautoengaño y la alienación, Dios se manifiesta en nuestra Historia con el acontecimiento del sufrimiento y la Cruz,precisamente para desalienarnos de falsos y efímeros placeres y preocupaciones, y llevarnos a acogerle a Él. Aceptar elsufrimiento sin estoicismos ni falsas heroicidades, sabiendo que es un don precioso de Dios, un detalle de amor paraencontrarnos con Él, supone descansar en la Cruz y empezar a recibir ya la vida eterna. Frente a un mundo y una ciencia quepretenden quitar la Cruz –no sólo de las escuelas u hospitales, sino de la misma vida–, la Iglesia posee el tesoro de un Dios queen Cristo nos ama tal como somos. Al fin y al cabo, la ciencia no lo puede curar todo; sólo el amor de Cristo es más fuerte quela muerte.

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otro. Me sorprende la testadurez del hom-bre en su búsqueda de nuevas formas de au-todestrucción. La historia de Babel no nos haenseñado nada; el deseo de ser Dios resurgea cada momento. El hombre, sin embargo,tiene un límite, y este límite supone tomarconciencia de lo que el hombre es. Éste es elúnico límite que reconozco: el hombre nopuede ser Dios».

«Ningún método es inocente», afirmabaPaul Ricoeur. Tampoco lo es el método em-pírico, pues siempre tendrá detrás la pre-comprensión de quien lo utiliza. Una con-cepción previa acerca del hombre, del mun-do, e incluso de la existencia o no de Dios,condicionan de hecho la labor de cualquiercientífico. Según la agencia Aciprensa, uninforme elaborado por los historiadores Ed-ward Larson, de la Universidad de Georgia,y Larry Witham, del Instituto Discovery, deSeattle, reveló que sólo el 40 por ciento delos científicos en Estados Unidos cree en unSer Supremo y en la existencia de una vidadespués de la muerte, mientras que la ma-yoría rechaza la sola posibilidad de la exis-tencia de un ser trascendente. Así, según elinforme, el 45 por ciento de científicos en-cuestados niega la existencia de Dios y sedeclara ateo, mientras que un 15 por cientode indecisos se declara agnóstico. Esta pre-comprensión de la realidad no podría dejarde influir en el trabajo cotidiano de los hom-bres y de las mujeres dedicados a la investi-gación; un sentido moral distorsionado, decorte materialista y ajeno a cualquier orien-tación externa, sólo puede ofrecer avancescientíficos cuestionables, aunque el motivode dicho trabajo científico sea, presunta-mente, el bien del ser humano.

Un enriquecimiento mutuo

La Iglesia no ha dejado de recordar quela ciencia tiene necesidad de la guía de la fe,

y la fe tiene necesidad de la contribuciónde la ciencia al bien de la Humanidad. DonManuel García Doncel, en su intervenciónen las III Jornadas de Teología, del Insti-tuto Teológico Compostelano, sobre Fe enDios, y ciencia actual, subraya las si-guientes palabras del Papa Juan Pablo II:«Tanto la religión como la ciencia debenpreservar su autonomía y su peculiaridad.Mientras cada una debe y puede apoyar a laotra como dimensiones distintas de una cul-tura humana común, ninguna puede supo-ner que constituye una premisa necesariapara la otra. La oportunidad sin preceden-tes que tenemos hoy es la de lograr una re-lación interactiva común, en la que cadadisciplina conserve su integridad y, al mis-mo tiempo, esté radicalmente abierta a losdescubrimientos y concepciones de la otra.La ciencia se desarrolla mejor cuando susconceptos y conclusiones se integran en lagran cultura humana y en su interés por elsentido y valor últimos. Por ello, los cien-tíficos no pueden mantenerse totalmente almargen de las cuestiones tratadas por losfilósofos y teólogos. Al mismo tiempo, laciencia puede liberar a la religión del errory la superstición; y la religión puede puri-ficar la ciencia de idolatría y falsos abso-lutos».

Y en dichas Jornadas, don Manuel Ca-rreira concluía así su ponencia: «Todo nues-tro conocimiento del mundo físico, decíaEinstein, es incompleto y pueril, pero para élera lo más precioso que tenemos. Conocer laobra de Dios en cualquier aspecto de su gran-deza es una labor ennoblecedora, y puede ydebe hacerse sin prejuicios ni miedos. Comoha dicho Carl von Weiszacker, el primer sor-bo de la copa de la ciencia aparta de Dios,pero cuanto más se bebe de ella, más clarose ve en su fondo el rostro del Creador».

Juan Luis Vázquez

Una Iglesia pionera

La mala imagen que la Iglesia católica tiene enalgunos ámbitos científicos se debe a que es una

presencia molesta, contraria al todo vale eninvestigación. Sin embargo, la Iglesia siempre se hapronunciado a favor del progreso del ser humano, ysiempre ha buscado su bien material y espiritual, nosólo en el campo asistencial o en el relacionado conla enseñanza, sino también en el campo científico.Pocos saben que el Observatorio Vaticano es uno delos centros astronómicos más antiguos del mundo. ElPapa Gregorio XIII ya había creado una comisióncientífica encargada de estudiar los elementosnecesarios para la realización de la reforma delcalendario litúrgico que tuvo lugar en 1582. Desdeentonces, el papado ha apoyado la investigaciónastronómica. Para responder a quienes acusaban a laIglesia de oponerse a la ciencia, el Papa León XIII, en1891, fundó formalmente la Specola Vaticana(Observatorio Vaticano) y lo colocó en una montañadetrás de la basílica de San Pedro. Durante cuatrodécadas, la investigación astronómica de estainstitución, que llegó a realizar un famoso programade gran prestigio científico para trazar un mapa delas estrellas, tenía lugar a la sombra de San Pedro.

Asimismo, la Academia Pontificia de las Cienciases, actualmente, la única Academia de las Cienciascon carácter supranacional existente en el mundo.Tiene como fin honrar la ciencia dondequiera que seencuentre, asegurar su libertad y favorecer lasinvestigaciones, que constituyen la baseindispensable para el progreso de las ciencias. Nacióen 1603 de la mano del Papa Clemente VIII, y estácompuesta por 80 académicos elegidos entre losinvestigadores internacionales más punteros de lasciencias matemáticas y experimentales, sin ningúntipo de discriminación religiosa. Se ocupa deestudiar temas tan dispares como las armasnucleares o la ecología, y fue denominada por Pío XIcomo el Senado científico de la Iglesia.

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En 1998, la National Academy of Scien-ce, de Estados Unidos, afirmó, en unpequeño folleto, que la ciencia es neu-

tral con respecto a la cuestión de Dios. Dichaafirmación tiene claras consecuencias: lasafirmaciones que desde ella se hacen, ne-gando o afirmando la existencia de Dios–por ejemplo, las que algunos investigado-res de Atapuerca han hecho en los últimosaños–, no son científicas. Partiendo de po-siciones filosóficas materialistas, no es deextrañar que lleguen a conclusiones inclui-das en sus premisas. No hay muchos avancesen la investigación.

La relación entre ciencia y fe no ha deconsiderarse desde la perspectiva de la cien-cia positiva, pues las realidades a las que lafe se refiere no son verificables científica-mente, y viceversa. La relación existe, perohay que ponerla en su justo lugar, que es eldel análisis de la ciencia como actividad ra-cional, y en la interpretación de lo que laciencia descubre del universo y del hombre.La ciencia es un ejercicio de la razón quebusca la verdad, y en esta búsqueda no sesiente satisfecha cuando se para en los datoso en verdades parciales, que no satisfacentotalmente al hombre. Éste lleva en si la bús-queda de la verdad total, de la verdad última.Y para tener certezas en esta búsqueda, larazón debe subir dos peldaños: primero de-be analizarse a sí misma, descubrir sus pro-pios límites, formular los primeros princi-pios a partir de los cuales se piensa bien.Después debe buscar una explicación de loque ve y de sus leyes. Es esta explicaciónla que no pueden dar los que tienenplanteamientos materialistas: si sólo existe lamateria, si no hay nada aparte de la mate-ria, ¿cuál es el origen de ésta? ¿Y por quéla materia tiene estas leyes, y no otras? ¿Pue-de una estructuración de complejidad cre-ciente de materia producir pensamiento yconsciencia?

Las respuestas que hoy se dan desde laciencia a la primera pregunta, a veces, pre-sentan al universo surgiendo a partir de unafluctuación de la nada cuántica, y se llega aidentificar la solución a este problema cien-tífico con la creación del universo. En bue-na lógica uno tiene que afirmar que, paraque algo fluctúe, tiene primero que existir,pues lo que no existe no fluctúa. Por tanto,no se explica la existencia del universo, sinosólo un cambio de éste. Lo que existe tienesu origen en otro, en un Alguien que lo hacreado, pues no puede salir nada de la na-da. Podía existir o no existir, pero existe. Eslibre quien lo ha hecho.

La respuesta a la segunda pregunta nosllevaría muy lejos. Simplemente, el que exis-ta una ley en la materia es algo que un ma-terialista no puede explicar, pues supondríaintroducir un principio distinto de la materiaque selecciona, entre todas las leyes posi-bles, las que de hecho tiene la materia; y es-

to es algo que al materialista tiene prohibido.Y no sólo esto, sino que ese conjunto de le-yes que rige el universo muestra que ha sidoposible el que surja la vida inteligente en latierra. Ciertamente es muy inteligente el queha pensado esas leyes.

Un ejemplo elocuente

La respuesta a la última pregunta es tam-bién fácil: no es posible que una estructura-ción de complejidad creciente de materiaproduzca pensamiento o consciencia. Haceno muchos años, un matemático de famamundial, Penrose, propuso un ejemplo paraexplicar cómo el cerebro era cualitativa-mente superior a la estructuración de lasneuronas: imaginemos que un número depersonas aproximadamente igual al de neu-ronas de un cerebro, se conectan entre sí co-mo están conectadas éstas. Imaginemos,además, que están programadas para pasar-se mensajes como lo hacen estas células.Nadie diría que dicha estructura es cons-

ciente o que es capaz de conocimiento abs-tracto de la realidad. La conclusión se im-pone: utilizando como instrumento el cere-bro humano, hay algo unido a éste que po-sibilita nuestros pensamientos y nuestrosquereres; algo que, en definitiva, nos hacepersonas. El que nos ha hecho nos ha hechocapaces de conocer y de querer.

No nos asustemos porque hoy haya cien-tíficos que se profesan materialistas. Gran-des científicos del siglo XX han descubier-to al Dios libre, inteligente, que quiere re-velarse a quienes ha hecho capaces de co-nocer y amar, a nosotros. Así como loscientíficos son muy competentes en sus cam-pos, no tienen por qué serlo en campos queno son los suyos. Si no tenemos que seguira un biólogo cuando habla de economía, o aun físico cuando habla de Historia, ¿por quénos ha de preocupar que un científico hablede religión, cuando puede que sea un igno-rante en este campo?

Javier Igea

El engañoso materialismoEl mayor riesgo del método científico es la concepción del mundo y del hombre como sola materia.

Uno de los más conocidos astrofísicos del mundo, Carl Sagan, llegó a afirmar: «Soy un conglomerado de agua, calcio y moléculas llamado Carl Sagan». Javier Igea, sacerdote y astrofísico, que ha sido miembro del Observatorio

Vaticano y profesor de Cosmología filosófica, desenmascara en estas líneas la ilusión del materialismo

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LA FOTOΩΩ8

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La costumbre de las paterasmpresiona cada vez que ocu-rre, pero, desgraciadamente, es-tá ocurriendo tantas veces y tana menudo que casi podría de-cirse que nos hemos acostum-brado a lo que no deberíamosacostumbrarnos, y que la im-presión que suscita cada vez es

menor: la foto de ese ser hu-mano ahogado en el marmientras intentaba ganar lacosta española en busca deuna vida más digna, no esmenos trágica que la otrofoto, tremenda, de esa filade ataúdes con los restosmortales de los 16 primerosemigrantes que han perdi-do la vida en este año 2004.¡Ojalá fueran los últimos!

añana podrías ser misionero e ir almundo a proclamar el Evangelio ...;pero no hace falta que esperes a quellegue este futuro. Hoy ya puedesser misionero»: éste es el mensajeesencial que monseñor Francisco

Pérez, arzobispo castrense y Director Nacional de las Obras Mi-sionales Pontificias en España, ha lanzado con motivo de la Jor-nada de la Infancia Misionera, que, en España, se celebra el 25de enero, y cuyo cartel reproducimos. Con el 56% del presu-puesto recaudado por Infancia Misionera, se ha atendido 167 pro-yectos de colaboración para niños desfavorecidos en África;Asia ha recibido un 40% de la recaudación; y América, un 3%.La mayoría de los proyectos es de educación escolar (129), deprotección de la vida (42), y de pastoral de la infancia (41).

I

«M

Niños misioneros

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CRITERIOS 22-I-2004 ΩΩ9 AA

El alma

La negación de la realidad delalma y su reducción al cuerpo

ya eran teorizadas porimportantes escuelas filosóficasde la antigüedad.

Entre los científicos de nuestraépoca, no faltan quienes creenque pueden reducir nuestrainteligencia y nuestra libertad alfuncionamiento del cerebro. Sinembargo, un análisis riguroso delas características de nuestrainteligencia y de nuestralibertad, de sus maneras deactuar y de los resultados quealcanza, puede mostrar losproblemas que implica sureducción al cerebro. Ladebilitación del interés por elalma está ligada a la cerrazón enlo relativo, en lo que se puedeexperimentar. Su significado esel de la negación de la existenciade una realidad que no sea lanaturaleza, lo que no dejaespacio ni para el alma espiritualni para la existencia de Dios.

Ante esta situación, hoy vale lapena interrogarse sobre la muer-te, pues, a pesar de que sigue sien-do obviamente un dato absoluta-mente seguro, ha sido sumamentemarginada de nuestra experienciaconcreta. Algunas corrientes, co-mo las teologías de la liberación,han subrayado más el futuro quehay que construir en la Historia,y no tanto el futuro que hay queesperar, como don, tras la muer-te. Precisamente, esto exige ahoraun nuevo esfuerzo al pensamien-to teológico para demostrar quees creíble la vida después de lamuerte, de manera que la prome-sa de la vida eterna no parezca al-go ajeno y, al final, incompatiblecon nuestra realidad concreta.

A decir verdad, la teología delsiglo XX ha insistido mucho en laescatología, que no se limita a lacuestión de la muerte y a las rea-lidades que están después de lamuerte. El sentido y los motivosde la debilitación de la esperanzaen la inmortalidad se comprendenmejor a la luz de un fenómenoque, desde hace tiempo, ha lla-mado la atención de algunos pen-sadores: la pérdida de confianzaen la salvación que viene de Dios,en la Redención y en la gracia, fe-nómeno que, por primera vez, pa-rece darse en los países europeos.

cardenal Camillo Ruinien Avvenire

Ciencia, fe… y razón

i la vida son dos días –reza lacanción del último anuncioque promete sustanciosas ga-nancias en el bombo de lasuerte–, ponle ilusión y ale-gría». Se oye a todas horas,como un soniquete simpáticoque, por lo que se ve, cumplea las mil maravillas su obje-tivo: hacer dinero. De un mo-do lúdico y, aparentemente,

inocuo se ha evitado el peligroso uso de la razón.¿Cómo es posible ilusionarse y alegrarse, de unmodo razonable, si la vida, realmente, tuviera fe-cha de caducidad? No es precisamente ilusio-nante, para quien se tiene por ser racional y libre,lo que decían ya los antiguosescépticos de la vida: «Co-mamos y bebamos –es de-cir, vivamos alocada e ins-tintivamente, sin pensar–,que mañana moriremos».Quienes no estamos dis-puestos a dimitir de la ra-cionalidad, si la vida fuerande veras dos días, no pode-mos por menos que recono-cer la evidencia de la crudaafirmación de Sartre: «Elhombre no es más que unapasión inútil»; es decir, unailusión sin cumplimiento, in-capaz de alcanzar alegría al-guna verdadera. Ni raciona-lidad alguna, ni tampoco ciencia alguna, ni fe al-guna verdaderas. ¿No dijo acaso san Pablo, con to-da rotundidad, que si no hay resurrección, si la

vida son dos días, vana es nuestra fe y aún estamosen nuestros pecados?

La ciencia, como la vida entera, deja de tenersentido alguno si no responde a esa exigencia deeternidad que constituye el ser mismo de todohombre y mujer; es decir, la exigencia de la fe, elreconocimiento de que sólo el Infinito puede lle-nar el deseo infinito que somos todos y cada unode los seres humanos; de tal modo, que la fe, lejosde presentarse como algo para gentes iletradas oantiguas, como una especie de anacrónico añadi-do de la vida, se muestra como la primera y másfundamental exigencia de la razón. Bien claro loha dejado el Papa Juan Pablo II en su espléndidaencíclica Fides et ratio, luminosa respuesta a lamás oscura tragedia de nuestro tiempo: «la sepa-ración, el divorcio –en palabras ya de su antecesorPablo VI– entre la fe y la vida».

El tema de portada de este número, la cienciay la fe, y sus mutuas relaciones, no es en absolu-to algo abstruso para grandes genios, teóricos dela filosofía y la teología, sino para la gente de la ca-lle, para todos y cada uno de los seres humanos,que caminamos y vivimos, como muestra el di-bujo que ilustra este comentario, acompañadosde esa sombra que bien puede significar el refle-jo del Sol infinito cuya imagen constituye la en-traña misma de toda vida humana, por el hechode serlo, desde el instante mismo de su concep-ción; no así para hombres y mujeres empujadosciegamente por la falsa ilusión y la alegría irra-cional de premios millonarios destinados a pu-drirse en sólo dos días, «breves instantes de emo-ción, ¡y eso en el caso de que ésta no se haya con-sumido ya en la desilusión del mismo primer ins-tante!», como ha escrito, el pasado 24 dediciembre, Luigi Giussani en el diario italiano Av-venire, a propósito de la Navidad, mostrando que«sin Cristo es imposible la alegría».

La ciencia y la fe, como todo aquello que con-forma y teje la vida entera de los hombres y delos pueblos, la educación y la política, el valor dela familia y de la nación, la construcción europeay un orden internacional que sirva de verdad a lapaz y a la libertad, no será más que esa pasióninútil que decía Sartre si le falta la primera y másesencial exigencia de la razón: la vida eterna quenosotros no podemos jamás darnos a nosotrosmismos. Sin este horizonte de eternidad, no sólola vida, y con ella la ciencia, no avanza, sino quese desprecia hasta su completa destrucción. ¿Aca-so puede llamarse avance la multiplicación im-

parable de los abortos, la eu-tanasia, la manipulación ydestrucción de embriones hu-manos, el comercio de niños,y hasta de sus órganos? Esoportuno, ciertamente, evo-car esa radical pregunta deJesús que no pierde en abso-luto actualidad: «¿De qué mesirve estar muy sano y nadaren la abundancia del dinerosi me pierdo a mí mismo?»El auténtico progreso de laciencia, y de todas las reali-dades humanas, exige, comosu primera y más indispen-sable necesidad, no perder larazón; o sea, recuperar la

esencialidad de la fe, que, ¡mira por dónde!, nospermite afirmar con certeza que la vida no son,precisamente, dos días.

«S

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CARTASΩΩ10

22-I-2004AA

La «Carta a un padre», que publicamos hace dos semanas,ha suscitado un eco excepcional entre nuestros lectores.He aquí tres de las cartas que hemos recibido:

Queridísimo amigo:

No te conozco de nada, no sé tu edad, pero por tu cartapresiento que has tenido la suerte de ser educado con

espíritu cristiano. Estoy segura de que todo este sufrimientopoco a poco te está haciendo madurar; ese dolor, ese vacíode no sentirnos queridos cuando nuestra alma está supli-cando sólo un poco, un poco de ese cariño que es necesa-rio para seguir viviendo... Y eso no cuesta dinero, es lo úni-co que es gratis; una sonrisa, un beso, un abrazo, un silen-cio compartido… Eso no cuesta nada, ¿pero sabes cuánto va-lor tiene?

Es muy triste que haya personas que no sepan ni les ha-yan enseñado a dar ese cariño ni a recibirlo, y les ciegueel poder. ¿A dónde quieren llegar sin esa base firme y vitalque necesitamos y que se llama amor?

¡Si supieras cómo te comprendo!; yo también he sentidoy vivido ese dolor como madre, y para mí es terrible ver có-mo mis hijos, fruto de mi donación de amor hacia su pa-dre, no son queridos por él.

Sólo quiero decirte que la vida no te odia; al contrario,creo que debemos sentirnos afortunados por ser capacesde sentir, amar y luchar, aunque esos sentimientos no seancorrespondidos. ¡Qué pena aquellos a los que en su vidales falta este motor fundamental! Y ¡qué suerte has tenido ytienes de tener el lujo de esa madre que –estoy segura– teadora!

MaríaLas Rozas (Madrid)

Distinguido amigo:

Aunque no tengo el privilegio de conocerte –lo que megustaría mucho, para así alentarte y paliar en lo posible

tu congoja–, me tomo el atrevimiento de entrometerme enel mal momento por el que estás pasando. Al leer las letrasque has enviado a este semanario, se me ha hecho grandí-simo el corazón con el fin de dar cabida a ti y a tantos hijos

en tu misma situación. Sin ser yo un dechado de virtudes, meatrevo a dirigirte mi ánimo para que tu corazón se ponga endisposición de perdonar setenta veces siete.

A mí, como padre, me has hecho reflexionar en mi con-ducta; por ello, te aseguro que tu padre también ha meditadosobre la desazón que siente tu corazón y la pena que se-guro a él también le acompaña por la falta de unión con suquerido hijo. No debes dudar en acudir una vez más a él,con un: «Te quiero y te necesito, papá, admíteme en tu co-razón como soy; con tu ayuda y con tus palabras de alien-to voy a mejorar en todo, por ti y para ti, para recuperar tuamor y hacer que te sientas orgulloso de mí, aunque no seabrillante en todo. Gracias, papá, no voy a defraudarte, ne-cesito mucho que seamos felices ambos a la vez». Distin-guido amigo, no debes dudar en demostrar una vez más tuhumildad, yo estoy convencido de que tu padre va a re-compensar la honorable gallardía que has tenido al acudira él con tanta demostración de amor con un: «Perdona miserrores de antaño, hijo mío; te quiero muchísimo y desde hoyeres toda mi ilusión; tu actitud merece una grandísima re-compensa, la cual te doy con este: Gracias, hijo mío, voy ahacer méritos con muchísimo cariño hacia ti, para que nun-ca más llore tu corazón. ¡Qué orgulloso estoy de que seas mihijo!» Gracias a todos los padres; gracias a todos los hijos.Gracias a ambos por su acercamiento, por su mutuo amor.

Pedro Rodrigo AguadoMadrid

Querido hijo mío:

En la edición de la pasada semana leí una Carta a un pa-dre, de un joven palentino, que me dejó colgado, como

soléis decir vosotros ahora. Se necesita valor, decisión y una dosis inabarcable de

sufrimiento para escribir semejante misiva a ese padre. Yme ha hecho pensar, hijo querido, en las veces que contigohe podido confundir autoridad con poder, educación conprepotencia, bienestar común con propio egoísmo, y buenoso malos resultados en tu vida con soberbia o ira en la mía.Quizás no fuesen muchas, pero seguro que las hubo. Y has-ta es posible que, en alguno de los casos, te sintieras comoese hijo de Palencia, que tanto dolor y odio encierra.

«Tú sabes que te quiero», dijo Pedro aJesús en cierta ocasión. Hoy quiero ha-cer mía esa frase con toda la profundaverdad que encierra. Porque, si bien escierto que la Verdad nos hace libres,es el Amor el que nos lleva a plenitud. Ayer sentí tristeza leyendo aquellas pa-labras desesperanzadas. Hoy encuen-tro en mi alma el gozo de sabermeamado por ti. Porque ese amor suplecon mucho el esfuerzo y la dificultadque supone ser padre, en medio delfragor descompasado de esta sociedaddesequilibrada que nos ha tocado ha-bitar.

En su día te dediqué un poema, queresume algo de lo antes dicho. Sé queentonces lloraste tiernas lágrimas dehombre, afloradas de tu interior. Hoyme hubiera gustado publicarlo paraque otros hijos crean en sus padres –apesar de sus defectos–, y algunos deéstos descubran en su corazón lo quepor ti siento. Y no tengan rubor de pro-clamarlo. Te quiero.

Luis Carlos Mendías MárquezSevilla

Las cartas dirigidas a esta sección deberán ir firmadas y con DNI, y tener una extensión máxima de 20 líneas. Alfa y Omega se reserva el derecho de resumir su contenido

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¿Serán las próximas elecciones lasde la Idea de España? El hispa-nista Harold Raley, en un muy

recomendable ensayo para estos tiempos,titulado El espíritu de España, nos recuerdaque «hoy hablamos locuazmente de la épo-ca poscristiana, asumiendo como un hecholo que aún tenemos que demostrar como po-sibilidad. Porque, hasta donde yo sé, la His-toria no ofrece ningún precedente, al menoscon éxito, de un pueblo capaz de florecertras haber perdido el rasgo definitorio quelo elevó a la grandeza. Pocos pueblos tie-nen una segunda oportunidad en la Histo-ria. El romano sin el sostén de la virtud, elnorteamericano o el inglés sin una empresapróspera, y el español sin su fe apasionada,están en peligro de convertirse en una acu-sadora burla de quienes un día fueron».

ABC

Escribía Benigno Pendás, en una Terce-ra, de ABC, titulada Decisión constituyente,el pasado sábado: «Pasa algo raro. Vienenelecciones y conviene disimular: por eso to-dos los partidos, aunque con ritmo diferen-te, exhiben programas y anuncian ofertas.Pero la gente habla casi de un referéndumsobre la forma de organización territorial yla propia idea de España».

La Razón

Para Dalmacio Negro, sobre Antieuro-peísmo constitucional, de La Razón, el mar-tes 13 de enero de 2004: «El caso español,único en Europa, se elogia en España porhaber conseguido el Estado más descentra-lizado, sin que falte en Europa quienes lomiren, según los casos, como ejemplo a se-guir o como una especie de caballo de Tro-ya dentro de la Unión Europea, aunque demomento todos aguardan a ver el resultado.El falso concepto de las nacionalidades, im-puesto constitucionalmente y tratado, mi-mado y fomentado con toda clase de cuida-dos por la clase política, no sólo falsifica larealidad histórica (con la ayuda interesada demultitud de pseudointelectuales), y con ellotodo el tinglado establecido, tal como está re-sultando cada vez más fácil de percibir, sinoque, paradójicamente en contra de la ideo-logía europeísta –la modernización de Es-paña– inseparable del mismo, distancia ca-da vez más a España de Europa, al hacerlamás diferente. Posiblemente sea esto una delas causas –aunque hay las otras– de la dis-tancia que quieren tomar respecto a Españafranceses y alemanes».

La Gaceta de los Negocios

Luis Suárez, en La Gaceta fin de sema-na, del 10 de enero pasado, aclaraba, en unamplio estudio sobre La nación española,que, «en su origen, el término nación carecede las anotaciones políticas que en el sigloXIX se le asignaron. Significa únicamentenaturaleza o nacimiento. En los EstudiosGenerales, origen de nuestras universida-

des, se empleó para agrupar a profesores yalumnos de acuerdo con el lugar de proce-dencia. Y esto no era nada riguroso; porejemplo, en la Universidad de París, a losque procedían de la Península se les inser-taba en la nación picarda, porque no eransuficientes para constituir un grupo propio.Es preciso llegar al Concilio de Constanza(1412-1414) para que se obtenga una defi-nición más concreta. Se dijo entonces quela Cristiandad, es decir, Europa, estaba or-denada en cinco naciones: Italia, Alemania,Francia, España e Inglaterra. Cada una deellas contaba con una pluralidad en las es-tructuras políticas y administrativas, si biense reconocía que poseían vínculos de uni-dad. Se recordó, además, que el origen detodas se hallaba en el Imperio romano, yaque su Derecho, su cultura intelectual y has-ta sus doctrinas habían venido de allí. Elcristianismo se había incardinado en el Im-perio en forma tal que se admitía que éstehubiera sido preparado por la Providenciapara permitir su expansión. Y ahora la ca-beza de esa Cristiandad se hallaba en Ro-ma».

La Ilustración liberal

El siempre polémico Pío Moa publica,en el último número –18– de la revista LaIlustración liberal, un artículo titulado Elmoralismo español, en el que dice: «Los ri-cos españoles, y quienes les apoyaban (losmilitares y los curas, en cabeza), eran losmás miserables, crueles, oscurantistas y chu-los de todo el mundo, o por lo menos de to-da Europa. Así sigue siendo la línea hege-mónica en la historiografía profesional yacadémica sobre la guerra civil, espoleadadesde fuera por los Preston, Jackson y com-pañía. José María Pemán, uno de los teori-

zadores de la dictadura de Primo de Rive-ra, señalaba como rasgo característico delos españoles una acusada exigencia moral.Esto no sólo lo decía él, pues cita a Keyser-ling: En lo ético, España se encuentra a lacabeza de la actual Humanidad europea. Ylo han apreciado otros muchos observadores,como se trasluce en la manera como Bre-nan analiza el anarquismo hispano (podríasostenerse que el anarquismo arraigó en Es-paña, ante todo, por su moralismo). Es tam-bién cierto que, en la propaganda de las iz-quierdas –en menor medida, quizá, de lasderechas–, la apelación moral surge con ex-traordinaria fuerza a cada instante. Comoseñala Pemán, en otros países de Europaexiste una mayor frialdad para separar loutilizable de cada persona (su talento, suhabilidad), de su fondo moral; en España,ni el talento, ni la elocuencia, ni el aciertopolítico bastaron nunca, al cabo, para hacerolvidar las claudicaciones éticas. Aquí, porejemplo, un tanto fundamental en la apre-ciación de los líderes políticos era la de suausteridad y limpieza moral. En apariencia,esto es buena cosa, si consideramos que elser humano es, ante todo, un animal moral,antes que intelectual. Pero ya Ortega señalócómo la popularidad de algunos políticos yteorizadores republicanos –creo que se re-fería a Pi y Margall– se asentaba en el pres-tigio de su personal sobriedad, y no, desdeluego, en el fundamento de sus ideas, me-diocres cuando no disparatadas. Así comoinnumerables estupideces ideológicas se hancolado en todas partes gracias a venir pre-sentadas en un envoltorio de cursilería, enEspaña el envoltorio preferido de la nece-dad ha sido la pretensión moral».

José Francisco [email protected]

VER, OÍR Y CONTARLO 22-I-2004 ΩΩ11 AA

España

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AQUÍ Y AHORAΩΩ12

22-I-2004AA

«Sadam Hussein nunca ha repre-sentado el modelo de hombre re-ligioso, lo que sí ha hecho ha sido

instrumentalizar el Islam en favor de sus in-tereses políticos», explica doña Gema Mar-tín, experta arabista y profesora en la Uni-versidad Autónoma de Madrid. Pero, en re-alidad, Sadam Husein es tan laico que uno desus mayores detractores era Osama Ben La-den. De hecho, mientras que Estados Unidosespeculaba con la posible relación entre Sa-dam, Ben Laden y los atentados del 11-S,las voces de los más prestigiosos expertosen Oriente Próximo recordaban a la super-potencia que, al contrario, Ben Laden habíalanzado, en más de una ocasión, proclamasen contra del autócrata iraquí.

Para muchos musulmanes, Sadam ha da-do la última muestra de su laicismo al de-jarse capturar vivo por las tropas estadou-nidenses. «¿Por qué no se pegó un tiro?»,se preguntaban los miembros del ConsejoIraquí, el Gobierno interino instaurado bajola tutela de Estados Unidos. Sin embargo,Sadam Hussein utilizó la religión a su an-tojo para controlar al pueblo. «Cuando lageneración política dominante en el mundoárabe era la nacionalista árabe de tendenciasecularizadora, asumió esos valores. Más

tarde, desde la guerra del Golfo, cuando fueconsciente de que la nueva generación polí-tica resaltaba la identidad islámica, asumióa su vez dichos valores y se hizo adalid delos mismos», explica la profesora Martín.

El Islam en Iraq está dividido en tres ra-mas distintas: los sunníes, seguidores de Ma-homa y de su vida (la sunna), rama minori-taria a la que pertenece Sadam Husein; loschiíes, mayoritarios, seguidores del yernode Mahoma, Alí, y de los doce imames des-cendientes de éste; y los kurdos, que danpoca importancia a su credo y mezclan as-pectos sunníes con ritos ancestrales. Ade-más, hay aproximadamente un tres por cien-to de cristianos, entre católicos, caldeos, nes-torianos y asirios, cuya «convivencia e in-tegración con los musulmanes» ha sido lacaracterística predominante. De hecho, elVicepresidente y ministro de Asuntos Exte-riores del régimen de Sadam, Tarek Aziz,era cristiano.

Sadam comenzó sus persecuciones polí-tico-religiosas con los kurdos. Las sanguina-rias matanzas genocidas perpetradas con ar-mas químicas contra la población kurda, sonuno de los argumentos que se empleará con-tra el ex dictador en el juicio que se está pre-parando en Iraq, y que el Papa ha pedido que

se llevara a cabo de acuerdo con el Derechointernacional y con total respeto a la justicia.Los kurdos, aunque sunníes como el propioSadam y los miembros de su partido Baath, seopusieron al régimen de Bagdad durante lacruenta guerra de desgaste que mantuvo conel vecino Irán entre 1980 y 1988. Desde en-tonces, el odio de Sadam contra los kurdos,mezclado con la insatisfacción kurda por unaindependencia que no consiguen, ha levan-tado en armas a guerrillas y grupos terroristascomo Ansar al Islam. Pero la causa kurda esprincipalmente política, y nace del sueño deun Kurdistán independiente, que cayó en sa-co roto tras la primera guerra mundial. Con lallegada de los estadounidenses, «el beneplá-cito absoluto que están concediendo a loskurdos está generando sentimientos hostileshacia ellos por parte de las otras comunidades,que en absoluto están siendo tratadas de lamisma manera».

La guerra contra los chiíes procede de laantigüedad, porque cada una de las dos ra-mas se siente verdadera. El régimen de losayatolás iraníes es chií. Para esta vertientedel Islam, religión y política no pueden se-pararse, de modo que, si triunfaran sus te-sis, sería poco probable un nuevo Iraq laico.Sadam siempre tuvo miedo a ese 60 porciento de población chií, a la que tenía opri-mida bajo el poder sunní. Pero fue tras lainvasión de Kuwait, en 1991, cuando se diocuenta del potencial de este pueblo, que sepodía sublevar en cualquier momento y de-rrocarle. Por eso comenzó con los ataquesmasivos y las fosas comunes que ahora seestán descubriendo. Pero cuando los necesitópara luchar contra el invasor occidental, nodudó en dar pábulo a sus creencias. Inclusollegó a permitir que los chiíes celebraran laAshura, la fiesta en la que conmemoran elmartirio de once de los doce imames –el de-cimosegundo, Mahdi, vive oculto y esperansu regreso–. Ahora podrían intentar tomarsela revancha, aunque, como afirma la profe-sora Martín, «han declarado de manera ex-plícita que quieren un modelo de Estado des-centralizado, donde se reconozcan los de-rechos de todas las identidades iraquíes».Eso incluye a las comunidades cristianas,que ya mostraron su preocupación cuando elarzobispo asirio-católico, Matti Shaba, Ma-tota, señaló que los cristianos «no aceptare-mos que los religiosos musulmanes tomen elpoder, queremos un Gobierno laico». Se hanpublicado esperanzadoras noticias según lascuales, a través de la Decisión 87 del Go-bierno interino iraquí, se establecía la obli-gatoriedad de devolver las iglesias, escue-las y mezquitas confiscadas durante el ré-gimen de Sadam.

María Altaba

Sadam Hussein, o la fracturade la división

Para mantener oprimido al pueblo, Sadam Hussein supo maniobrar para castigar a las distintas ramas del Islam que conviven en Iraq. Ahora, esa división que generó el ex dictador puede pasar factura a los intentos

de democratización y pacificación de la comunidad internacional

Un niño iraquí,después de un atentadoen Bagdad

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AQUÍ Y AHORA 22-I-2004 ΩΩ13 AA

La ponencia más esperada, Santa Gema,¿era histérica?, de Giandomenico Muc-ci –jesuita y director de Civiltà Cattoli-

ca–, fue leída por un sustituto, ya que Muc-ci no pudo asistir a la jornada. En su mensaje,extraído de un artículo aparecido en esta re-vista sobre Santidad e histeria. El caso deGema Galgani, Mucci desmiente que fuerauna histérica, tal como la definió uno de susmédicos, y comenta, en cambio, que estasanta era «muy sensible, proclive a la com-pasión y al afecto, y con un deseo de amar aJesucristo hasta la imitación más perfecta».Según el padre Mucci, la calificación de his-terismo estuvo motivada por un excesivo ra-cionalismo del médico que visitó en una oca-sión a la santa, afectada de estigmas, visio-nes y éxtasis. Para Mucci, «la exclusiónapriorística de lo sobrenatural comporta dog-matismo».

Santa Gema Galgani es conocida comola mística de la Pasión. Nacida en 1878 enBorgonovo di Camigliano (Lucca), sintióde muy joven locuciones interiores. Sufrióvarias enfermedades, incomprensiones fa-miliares, y nunca pudo ingresar en un con-vento, como habría sido su ilusión. Su con-figuración a la pasión de Cristo le llevó asufrir estigmas, apariciones y éxtasis fre-cuentes. Conocida como la pobre Gema,esta muchacha murió el 11 de abril del1903. El 2 de mayo de 1940 la canonizóPío XII.

En una sala del Teresianum romano, aba-rrotada por miembros de la Familia Pasio-nista, a la cual la santa estuvo siempre muyligada, debido a su interés por la pasión deJesucristo, el pasionista Tito Zecca, uno desus mejores conocedores, ilustró cómo estasanta tiene una mística basada en san Pablode la Cruz, el fundador de los Pasionistas.«Gema amaba la pobreza y sufrió mucho

por no poder hacerse monja», explicó Zecca,quien recordó que, en el momento de lamuerte de esta virgen laica, «la vistieron depasionista, pues, si no llegó nunca a serlo,en su corazón formó parte de esta espiritua-lidad».

François M. Lethel, carmelita y miem-bro de la Academia Pontificia de Teología,resaltó que «Gema vivió una experiencia decomunión con Jesucristo crucificado», y ladefinió como la mística de la Cruz, y comola encarnación de una teología vivida de laRedención. «Gema es un ejemplo de la teo-logía de rodillas, pues lleva a la vida lo quemuchos autores occidentales pensaron y es-cribieron sobre la teología de la Redención»,dijo. «Gema amó a Jesucristo como hija yesposa, y al prójimo como madre y herma-na».

La sonrisa de Gema Galgani fue el temaescogido por el profesor carmelita BrunoMoriconi, que propuso «recuperar la sonri-sa de Gema y presentarla en su cotidianidad,y no como un ser de otro mundo».

La ciudad de la santa, Lucca, prepara uncongreso del 19 al 21 del próximo febrero,que retomará estas cuestiones y que contará,entre otros, con la participación del teólogoPiero Coda y de la religiosa Marcella Farina.

Alfa y Omega

Padre Mucci, director de La Civiltá Cattolica: «La exclusión apriorísticade lo sobrenatural comporta dogmatismo»

Santa GemaGalgani,la sonrisa

de la místicaSanta Gema Galgani (1878-1903) «no fue una histérica», sino una

mujer que experimentó «una teología vivida de la Redención». Así lo expresaron distintos especialistas en esta santa de Lucca (Italia)

durante un reciente acto académico celebrado en la PontificiaFacultad Teológica Teresianum, de Roma. La jornada sirvió pararebatir algunas acusaciones de histerismo contra la joven santaque se han vertido en la prensa italiana en los últimos meses

La aceptación de la CruzHasta el momento, existen 250 casos documentados de santos y Beatos que han tenido losestigmas. El padre pasionista Tito Zecca ha profundizado, en el sentido y misión de este particularfenómeno místico. Ha afirmado:

«Hasta ahora, se ha subrayado la intensa relación personal que han mantenido con Cristo laspersonas que llevan los estigmas. Sin embargo, se ha profundizado muy poco en la misión

particular que está ligada a ellos. Se trata de una experiencia de alegría y dolor. Los destinatarios delos estigmas consideran esto como una inmensa gracia, de la que no se sienten dignos; de hecho,piden al Señor que se la quite, pues se avergüenzan. Esta actitud es evidente en el padre Pío, quemuestra claramente cuál es la misión de quien lleva los estigmas: funda grupos de oración y ungran hospital para aliviar los sufrimientos físicos. Además, a través de la oración, profundiza en lacapacidad de intercesión de las personas unidas a él. Es un servicio que la Iglesia necesita en unmomento particular de la Historia, para recordar a los hombres las cosas esenciales, es decir, laconformación con Cristo y la salvación de Cristo que, con sus llagas, nos ha rescatado.

En cierto sentido, todos nosotros llevamos los estigmas, pues, con el Bautismo, estamossumergidos en la vida, muerte y resurrección de Cristo. Si la llevamos con fe, esperanza y fortaleza,estas llagas pueden servir para curar a los demás. En definitiva, los estigmas representan laaceptación consciente de la Cruz vivida espiritualmente».

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IGLESIA EN MADRIDΩΩ12

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La importancia de la preparación del IIISínodo diocesano, el camino de con-versión que supone la peregrinación a

Santiago, la necesaria lectura del Evange-lio, o las raíces cristianas de Europa sonalgunos de los temas que el cardenal arzo-bispo de Madrid, don Antonio María Rou-co Varela, menciona en su reciente Cartapastoral que ha titulado Discípulos de Je-sucristo, testigos de la esperanza. Con unespecial recuerdo a las imperecederas pa-labras del Papa en Cuatro Vientos, el pa-sado mayo, el arzobispo de Madrid subra-ya que «es preciso cultivar con primor es-piritual la gracia recibida en esos días ben-ditos de la Visita del Santo Padre, el 3 y 4de mayo pasado, si queremos un nuevo cur-so pastoral fecundo en frutos renovadoresde vida cristiana, especialmente entre losjóvenes».

Respecto al III Sínodo diocesano, donAntonio María informa en su Carta que, «afinales del pasado mes de julio, cerca de2.500 grupos de consulta habían entregadosus propuestas sobre los dos primeros te-mas, que ahora son leídas y ordenadas. (…)Es comprensible que algunos piensen que loverdaderamente importante en el procesosinodal no es su preparación, sino la cele-bración de la Asamblea Sinodal que se reu-

nirá, Dios mediante, en el curso 2004-2005.No es del todo exacto. ¿Quién puede negarque la participación en los grupos de con-sulta está produciendo ya resultados muypositivos? Vosotros mismos lo habéis ma-nifestado en repetidas ocasiones. El primerfruto ha consistido en el mero hecho de reu-nirse para hablar de la propia fe, en un cli-ma de oración y de búsqueda de la voluntadde Dios. Hemos sentido la fortaleza que nosda la Palabra en momentos de prueba, elgozo interior que encontramos en ella, lanecesidad de transmitirla a otros y lo difícilque resulta a veces vivir cristianamente enuna sociedad tan paganizada como la nues-tra. Otro fruto muy valioso ha sido el de ha-ber examinado, con los ojos de la fe y unasincera actitud de conversión, las situacio-nes que vivimos en la sociedad, en nuestrasparroquias o asociaciones y en nuestra fa-milia».

El cardenal recuerda la necesidad delanuncio misionero del Evangelio en la so-ciedad: «La comunidad diocesana ha de atre-verse a entrar en el campo abierto de la mi-sión, en búsqueda de los que no pertenecena la Iglesia y de los que están unidos a ellasólo por lazos muy tenues. Es incontestableel hecho de los muchos que, en Madrid, noconocen el Evangelio, y de los muchos más

que viven como si Dios no existiera. (…)En la preparación del Sínodo hemos de apre-der a mirar con amor a las personas a lasque somos enviados por la Iglesia, movidospor los mismos sentimientos del Señor mi-sericordioso, humildemente, sin desahuciarni rechazar de entrada a nadie. Hay que afi-nar el alma para llegar a reconocer las hue-llas de la gracia de Dios en ella».

«Tratar de reavivar las raíces cristianasde Europa –explica don Antonio María Rou-co–, lejos de responder a una nostalgia ro-mántica o a un sueño imposible, equivalemás bien a dar un nuevo impulso al com-promiso de la evangelización: a empeñarseen un nuevo y valiente testimonio de fe yen la construcción de una sociedad cada vezmás humana, en torno a la tutela y promo-ción de la dignidad inviolable de la persona:de su valor supremo frente a cualquier be-neficio económico o hedonista y frente alegoísmo y la indiferencia por los que su-fren».

Alerta: falta de interioridad

«El Papa ha dado la señal de alerta so-bre la falta de interioridad que aqueja a lacultura europea actual», dice el arzobispode Madrid en la Carta. «Es su drama, nosha dicho en Cuatro Vientos, sólo superablepor la vía de la oración contemplativa. Sisabemos mirar a Cristo y dejarnos mirar porÉl, si contemplamos los misterios de su vi-da, pasión, muerte y resurrección, reposaday devotamente, si abrimos el corazón a suEvangelio, irá creciendo y madurando ennosotros la vida interior. (…) Como un pri-mer paso para responder al reto de Juan Pa-blo II, nos proponemos promover la lecturaasidua de la Sagrada Escritura en toda ladiócesis: en las parroquias, comunidades,asociaciones y movimientos, incluso en laspropias familias». También invitó a los jó-venes a que realicen esta práctica, en parro-quias, colegios, o dondequiera que vivan suvocación cristiana.

El arzobispo de Madrid hace una llama-da especial a superar la superficialidad conque puede considerarse la peregrinación aSantiago, explicando todo lo que una pere-grinación así puede aportar a nuestras vi-das: «El camino de peregrinación, con susmomentos de silencio, es tiempo propiciopara orar, reflexionar y dejar que afloren enla conciencia las preguntas fundamentales,que el ajetreo de la vida ordinaria suele man-tener en segundo plano. Permite ver con másclaridad, por el desapego y la distancia, elvalor del tiempo y de las cosas y las res-puestas a los grandes interrogantes de laexistencia».

A. Llamas Palacios

Carta pastoral del cardenal arzobispo de Madrid, preparatoria del Sínodo diocesano

«Muchos viven como si Dios no existiera»

La Iglesia:comunidad de vida orante y misionera

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IGLESIA EN MADRID 22-I-2004 ΩΩ13 AA

Otra vez estáis de vuelta al colegio,pero seguro que en esta ocasión,después de las bonitas vacaciones

de Navidad, en las que todos hemos cele-brado con mucha alegría el Nacimiento deJesús, nuestro Salvador, no os cuesta ningúntrabajo. Sin duda os lo habéis pasado muybien, habéis comido muchos dulces y los Re-yes os han traído muchos regalos, pero sobretodo habéis estado con vuestros padres y her-manos, con los abuelos y toda la familia,muy unidos unos con otros, y ese amor entretodos es el mejor de los regalos, porque esla señal inequívoca de que Jesús está en me-dio de nosotros. Por eso estamos contentos,y es algo estupendo poder ir al colegio, estaren casa y hacer todas las cosas. Con Jesúsen medio de nosotros, más aún, dentro denosotros, la vida entera es distinta. Inclusocuando las cosas no van bien, y hay sufri-mientos y dificultades, la certeza de que Je-sús está con nosotros y nunca nos abandonanos da fuerzas y esperanza, y hace posibleque siempre tengamos paz y alegría verda-dera en el corazón. Esto es, sobre todo, loque quiero deciros con esta carta que os es-cribo, como en años anteriores, al acercarsela Jornada de la Infancia Misionera, para de-searos de todo corazón, a vosotros y a vues-tras familias, esa paz y esa alegría que Jesúsnos ha traído a la tierra, y un Año Nuevo2004 lleno de sus bendiciones.

La Jornada de la Infancia Misionera, lla-mada también de la Santa Infancia, fue ins-tituida hace ahora 161 años, y nació para re-cordaros a todos los niños y niñas que ha-béis tenido el don inmenso de conocer yamar a Jesús, que sois verdaderos misione-ros y misioneras. Tú también eres misione-ro es, precisamente, el lema elegido para es-te año 2004. Ya el día en que fuisteis sem-bradores de estrellas, en vísperas de la No-chebuena, habéis tenido la oportunidad deser auténticos misioneros, de anunciar porlas calles de Madrid que este Jesús, que he-mos acogido y adorado recién nacido comoNiño de todos y para todos, es en verdad elSalvador del mundo. Y también habéis si-do misioneros poniendo el belén en vuestracasa, y siempre que habéis ido ante él en-cendiendo luces de colores y rezando o can-tando villancicos, y sobre todo cuando habéisasistido, con vuestros padres y hermanos, ala Santa Misa de Navidad, y siempre queparticipáis en la Eucaristía, donde recibís aJesús, todos los que habéis hecho ya la Pri-mera Comunión, para acogerlo en vuestrocorazón y para comunicarlo a los demás,proclamando en todo momento y en todaspartes que Jesús está con nosotros, y que es-tá para darnos vida, la vida verdadera queno acaba nunca, ¡la vida eterna!

Todos los hombres necesitan a Jesús, yquienes ya estamos unidos con Él tenemosque entregárselo. Esto es ser misionero. Yentregamos a Jesús hablando de Él a todos yacercándoles adonde Él está personalmente,a los sacramentos de la Iglesia, al maravillo-

so de la Confesión, donde nos perdona lospecados dándonos el abrazo de su misericor-dia infinita, y sobre todo a la Eucaristía. Sa-bed, queridos niños y niñas, que entregamosa Jesús cuando amamos como Él nos ama, atodos sin distinción, cuando nos acercamos yayudamos a tantos niños y niñas que aquímismo, en Madrid, no tienen lo que vosotrostenéis; algunos de ellos han venido de paíseslejanos, con sus padres, y a todos ellos tene-mos que acogerlos con mucho cariño. En elamor a todos, pequeños y mayores, especial-mente a los más necesitados, está la pruebamás clara de la presencia de Jesús entre no-sotros. Él mismo nos lo ha dicho: «Todo loque hicisteis a uno de estos hermanos míosmás pequeños, a mí me lo hicisteis».

Sin salir de Madrid

Cuando seáis más mayores, seguro quealgunos de vosotros sentiréis la llamada deJesús para ser misioneros en tierras lejanas,pero debéis recordar que ya, ahora mismo,estáis siendo misioneros aquí, en vuestra ca-sa, en el colegio, con vuestros amigos, entodas partes. Sin salir de Madrid, hay mu-chas personas que todavía no conocen a Je-sús, o se han alejado de Él, ¿cómo podránconocerlo, o volverlo a encontrar, si nadiese lo muestra? No hace falta que esperéis aser mayores ni a marchar a países lejanospara ser misioneros. ¿Verdad que vais a ser-lo ya, ahora?

Y no os olvidéis de algo que todos he-mos de hacer siempre, y que es un modo

maravilloso de ser misioneros: la oración.Debéis rezar mucho, en primer lugar, paraestar todos vosotros muy unidos a Jesús, ypara que, a través de la oración, estéis muyunidos también con todos los misionerosque están en países lejanos, pidiendo y ofre-ciendo algún sacrificio por ellos, para quenunca les falte la fuerza y la alegría de anun-ciar el Evangelio de Jesús, y pidiendo portodos los niños y mayores a los que han deacercar a Jesús, para que todos le conozcany le amen cada día más. Con vuestra ora-ción y vuestro sacrificio, también estáis sien-do de algún modo misioneros en todos esoslugares lejanos. Especialmente el próximodía 25, el domingo en que celebramos esteaño la Jornada de la Infancia Misionera, to-dos tenemos que rezar mucho por las mi-siones en todo el mundo. Ya desde ahora de-bemos prepararnos para vivir muy bien es-te día tan importante para todos los niñosdel mundo.

Antes de despedirme, quiero recordarosque nadie mejor que la Virgen María os en-seña y os ayuda a ser misioneros. Ella es laprimera Misionera, porque es la Madre quenos ha dado a Jesús. Vamos a pedirle a Ella,a la que llamamos, como Patrona de todoslos madrileños, Santa María de la Almude-na, que todos sus hijos, los niños y tambiénlos mayores, sepamos ser siempre verdade-ros misioneros.

Con un beso para todos, recibid mi ben-dición,

+ Antonio Mª Rouco Varela

La voz del cardenal arzobispo

Tú también eres misioneroNuestro cardenal-arzobispo ha escrito una Carta a todos los niños de Madrid con motivo de la Jornada de la InfanciaMisionera, que,bajo el lema Tu también eres misionero, se celebra este domingo, 25 de enero. Dice en ella:

El cardenalAntonio María

Roucoy monseñor

Francisco Pérez,arzobispo cas-

trense y DirectorNacional de las

Obras MisionalesPontificias,

en el encuentroque se celebró

en MadridLos niños,

misioneros deltercer milenio

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TESTIMONIOΩΩ14

22-I-2004AA

Desde hace 10 años, he sido testigo di-recto de las últimas guerras o post-guerras en las que el Ejército espa-

ñol ha participado en misiones de manteni-miento de paz o de estabilización, como enIraq.

Bosnia, año 1993 (la guerra había empe-zado en el verano del 1992). Hasta llegar allípensaba que era la gran aventura de mi vida.Pero llegué a Mostar el día en el que el puen-te emblemático caía bombardeado al río Ne-retva y separaba el barrio católico del mu-sulmán. Descubrir los horrores de la guerra,no sólo en la cara de la ciudad: edificios, ca-lles, parques, sino en la cara de los niños, delos mayores, de las mujeres, cuando no ensus cuerpos mutilados por alguna granadacargada de odio, ha sido la experiencia másimpotente y triste de mi vida. De aquellaépoca lo que recuerdo con más satisfacciónes haber sido portador de cartas, paquetes,noticias entre familias que habían quedado adistintos lados de la contienda. Nunca olvi-daré las lágrimas y los abrazos agradecidosde las madres o padres a los que les daba no-ticias de su hijo vivo y sus nietos.

Macedonia en el verano de 2001 vivió lamayor inestabilidad de los últimos años. La

guerrilla albano-kosovar dio batalla, prime-ro en los montes; después, en otros foros.Fueron seis meses de cautiverio, ya que nopodíamos salir del pequeño destacamento.Volvimos a oír el rugido de los cañones. Entodo ese tiempo, no faltó en el rincón delcofrade, ante la imagen de Nuestra Señoradel Rocío, ni una sola noche, a las 10 enpunto, la Salve rociera cantada, como si enla ermita fuera, por los soldados españoles.Y María, Madre, nos guardó a todos.

El 9 de abril de 2003 el buque Galiciaatracaba en el puerto de Unm Kassar. Ese díalas tropas de la coalición habían tomado Bag-dad. La Unidad Mixta del Ejército de Tierradesplegó en el puerto, y su Escalón Médico,y con ellos este capellán, en el campo de pri-sioneros Camp Buca, en medio del desierto,alcanzando temperaturas de 68 grados, sinaire acondicionado y con durísimas condi-ciones de vida. A esto había que añadirle lasterribles tormentas de arena que todos los dí-as nos visitaban. Se prestaba servicio reli-gioso a los soldados españoles y america-nos, pero también se colaboraba en la atenciónhumanitaria de los 8.000 presos que aproxi-madamente habitaban allí, en jaimas, y se-parados, ya fueran civiles o militares, civiles

adultos o niños, militares de distintas gra-duaciones o mercenarios llegados de otrasnaciones para participar en la guerra, y, losmás fuertemente vigilados, los de Al-Qaeda.Uno había visitado cárceles, incluso habíavisto, anteriormente, prisioneros, pero no a8.000 prisioneros. Sin noticias del exterior,con un trato digno, aunque acorde a la con-dición y los méritos por los que estaban acu-sados, los días eran para ellos la rueda quesólo les podía traer la esperanza del juicio enel que les liberasen, o tuviesen que seguir pe-nando. Y uno recordaba, cada vez que losacompañaba en una u otra situación, a donMiguel de Unamuno cuando decía: «El pre-so grita libertad y el libre canta amor». Fue enesta época cuando conocí, casi por casuali-dad, al arzobispo de Basora, monseñor Ga-briel T. Kassab, y a la comunidad de cristia-nos, 1.200 familias, para quienes la nueva si-tuación no les era favorable. Ni les sigue sien-do. Hoy son señalados, perseguidos,despreciados, incluso algunos han sido ase-sinados. Ser cristiano hoy en Iraq es un ries-go añadido a las convulsiones e inestabilidadque vive el país. Tradicionalmente, las cris-tianas llevaron la cabeza descubierta. Hoy,por esa amenaza velada, la llevan tapada. Pe-ro monseñor Kassab, que visitó España esteverano de la mano de otro ángel, el padreÁngel García, por encargo expreso del Papasigue repartiendo, gratuitamente, las medi-cinas en la pequeña farmacia adosada a laiglesia de Nuestra Señora de Fátima, «pri-mero a los musulmanes, y luego a los cris-tianos». En esa farmacia, el frigorífico luceuna leyenda: «Regalo de los soldados espa-ñoles».

El 15 de agosto llegué a Diwaniyah(Iraq), y permanecí hasta el 19 de diciem-bre, en las mismas vísperas de la Navidad.La he pasado en España, pero mi corazónha estado, de un modo especial, con los sol-dados españoles en Diwaniyah, sobre todoen la Nochebuena. Sé que celebraron, in-tensa y gozosamente, la Misa del Gallo. Sinduda más plenamente sin el ambiente con-sumista que tanto nos invade aquí.

Éstos son algunos senderos de ese cami-no ya largo, más de dos años y medio de mi-siones de paz, acompañando a los militaresespañoles. Con ellos, entre ellos –intencio-nadamente los dejo para el final–, gracias asu generosidad, el Cristo doliente de hoy loes menos. No en vano ya pasan de 100 lasvidas ofrecidas en la plenitud de la vida. Loque distingue al soldado español del restode los soldados del mundo es la generosi-dad. El soldado español tiene temple de hé-roe y alma de niño, y puedo asegurar que esfácil caminar junto a ellos, y también en elcamino de la fe, porque, en conjunto, nopierden el paso.

José Francisco Nistal Martínez,

En los escenarios de la guerra, junto a los soldados españoles en Iraq

«Gracias a ellos, el Cristodoliente de hoy lo es menos»

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EL DÍA DEL SEÑOR 22-I-2004 ΩΩ15 AA

El ministerio de Jesús enGalilea empieza con unaescena que podemos lla-

mar paradigmática: cuandoen la sinagoga de Nazaretafirma: «Hoy se cumple estaEscritura que acabáis de oír».Lo que anunciaba Isaías so-bre el Mesías se hace reali-dad en ese Jesús de Nazaretque inicia su ministerio me-siánico.

El relato evangélico seña-la: «Toda la sinagoga tenía losojos fijos en Él». Siempre hasido así: el encuentro con Je-sús es la base de cualquierconversión auténtica. El cris-tiano lo es porque, mediante la fe, ha tenido un encuen-tro con Jesús y mantiene su adhesión personal a Él. Lossantos son quienes han vivido con mayor intensidad esaadhesión, fruto del encuentro amoroso con el Señor.

Fue el encuentro personal con Jesús lo que hizo de-jar las barcas y las redes a Pedro, Andrés, Santiago yJuan, para convertirse en pescadores de hombres y de-rramar su sangre para dar testimonio de la fe en el Señorcomo apóstoles. La conversión de Saulo de Tarso se de-be, también, a su encuentro con Jesús. Fue el encuentrodel perseguidor, Saulo, con el perseguido, Cristo, muer-to y resucitado unos años antes, lo que transformó com-pletamente la vida de quien es san Pablo. De persegui-dor se convirtió en evangelizador.

Encuentro personal con Jesús. Él es quien tiene siem-pre la iniciativa. En el cristianismo no es principalmen-te el hombre quien busca a Dios, sino que es Dios quiense le hace realmente presente en Jesucristo, para ha-blarle de Él y para indicarle el camino por el cual podrállegar a Él. La vida cristiana, más que una moral, es unencuentro personal con el Señor de la gloria. Su origi-nalidad reside en la referencia a su persona, a su vida, asu muerte y a su resurrección. Cuando se acoge estemisterio jubiloso que renueva las relaciones de los hom-bres con Dios y las relaciones de los hombres entre sí, separticipa del misterio pascual.

Para conseguir con plenitud el sentido auténtico de lavida, hay que tener el deseo de aquellos peregrinos de ha-ce dos mil años, quienes, llegados a Jerusalén para la

fiesta de la Pascua, pidieron al apóstol Felipe: «Quere-mos ver a Jesús». Ese mismo deseo es el que se en-cuentra en lo más íntimo del corazón del hombre ac-tual: ver a Jesús, conocer a Dios. Hoy se da un gran va-cío interior en muchísimas personas, tras buscar conafán el sentido de la vida en ofertas de consumo o enideologías que dejan cada vez más vacío el corazón. Enel fondo del deseo de ver a Jesús, aparece el anhelo de laauténtica felicidad que Dios ha sembrado en nosotros.

Hoy, muchos hombres y mujeres, en cierta manera,piden a los creyentes, quizás no siempre de manera cons-ciente, ver el rostro de Cristo. Juan Pablo II se pregun-ta: «¿No es quizá cometido de la Iglesia reflejar la luz deCristo en cada época de la Historia y hacer resplandecertambién su rostro ante las generaciones del nuevo mi-lenio?» Y el Papa añade: «Nuestro testimonio sería enor-memente deficiente si nosotros no fuésemos los prime-ros contempladores de su rostro».

Para contemplar el rostro de Cristo es necesaria lafe. Cuando Pedro confiesa que Jesús es el Hijo de Diosvivo, el Señor le responde: «Eso no te lo ha revelado nila carne ni la sangre, sino mi Padre del cielo». La ex-presión carne y sangre evoca el hombre y su maneranatural de conocer. Esa manera de conocer, en el caso deJesús, no es suficiente: hace falta una gracia, una reve-lación que viene del Padre.

+ Lluís Martínez Sistacharzobispo de Tarragona

Las circunstancias de vida del hombre moderno en el aspecto social y cultural han cambiado profundamente, tanto que se puede hablar con razón deuna nueva época de la historia humana. Por ello, nuevos caminos se han abierto para perfeccionar la cultura y darle una mayor expansión. Caminos

que han sido preparados por el ingente progreso de las ciencias naturales y de las humanas, incluidas las sociales; por el desarrollo de la técnica, ytambién por los avances en el uso y recta organización de los medios que ponen al hombre en comunicación con los demás. De aquí provienen ciertasnotas características de la cultura actual: las ciencias exactas cultivan al máximo el juicio crítico; los más recientes estudios de la psicología explicancon mayor profundidad la actividad humana...; los hábitos de vida y las costumbres tienden a uniformarse más y más; la industrialización, laurbanización y los demás agentes que promueven la vida comunitaria crean nuevas formas de cultura (cultura de masas), de las que nacen nuevosmodos de sentir, actuar y descansar; al mismo tiempo, el creciente intercambio entre las diversas naciones y grupos sociales descubre a todos y a cadauno con creciente amplitud los tesoros de las diferentes formas de cultura, y así poco a poco se va gestando una forma más universal de cultura, quetanto más promueve y expresa la unidad del género humano, cuanto mejor sabe respetar las particularidades de las diversas culturas.

Los teólogos, guardando los métodos y las exigencias propias de la ciencia sagrada, están invitados a buscar siempre un modo más apropiado decomunicar la doctrina a los hombres de su época; porque una cosa es el depósito mismo de la fe, o sea sus verdades, y otra cosa es el modo deformularlas, conservando el mismo sentido y significado. Hay que reconocer y emplear no sólo los principios teológicos, sino también losdescubrimientos de las ciencias profanas, sobre todo en psicología y en sociología, llevando así a los fieles a una más pura y madura vida de fe.

Constitución Gaudium et spes, 54.62

Esto ha dicho el Concilio

III Domingo de Tiempo ordinario

Los ojos, fijos en ÉlEvangelio

Ilustre Teófilo: Muchos han empren-dido la tarea de componer un relato

de los hechos que se han verificado en-tre nosotros, siguiendo las tradicionestransmitidas por los que primero fue-ron testigos oculares y luego predica-dores de la Palabra. Yo también, des-pués de comprobarlo todo exactamen-te desde el principio, he resuelto escri-bírtelos por su orden, para que conozcasla solidez de las enseñanzas que has re-cibido.

En aquel tiempo, Jesús volvió a Ga-lilea, con la fuerza del Espíritu, y su fa-ma se extendió por toda la comarca.Enseñaba en las sinagogas y todos loalababan. Fue Jesús a Nazaret, donde sehabía criado, entró en la sinagoga, co-mo era su costumbre los sábados, y sepuso en pie para hacer la lectura. Leentregaron el libro del profeta Isaías y,desenrollándolo, encontró el pasajedonde estaba escrito:

«El Espíritu del Señor está sobre mí,porque él me ha ungido. Me ha envia-do para dar la Buena Noticia a los po-bres, para anunciar a los cautivos la li-bertad, y a los ciegos, la vista. Para darlibertad a los oprimidos; para anunciarel año de gracia del Señor».

Y, enrollando el libro, lo devolvióal que le ayudaba, y se sentó. Toda la si-nagoga tenía los ojos fijos en Él. Y Élse puso a decirles: «Hoy se cumple es-ta Escritura que acabáis de oir».

Lucas 1, 1-4; 4,14-21

Los Apóstoles (ante Cristo). Duccio di Buoninsegna. Museo dell´Opera del Duomo. Siena

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Hoy, el pueblo cristiano de ladiócesis de Jaén ha recogidolas manifestaciones artísticas,históricas y devocionales quela oración del Rosario ha ido

sedimentando a lo largo de su historia, y lasha mostrado en la exposición Rosarium Vir-ginis Mariae, que ha tenido lugar en la ca-tedral jienense.

La muestra se ha dividido en seis sec-ciones: Promotores de la devoción del Ro-sario; Comentarios y obras de espirituali-dad; Elementos litúrgicos y ejercicios pia-dosos; Documentos y objetos pertenecientesa cofradías; Pinturas; y Esculturas. El re-sultado es un reflejo variado y fiel de la ve-neración que el pueblo jienense ha tenidohacia la Virgen María a través de los siglos;junto a retratos de Papas y obispos, se pue-den ver cantorales, devocionarios, esculturasde la Virgen del Rosario traídas de toda Es-paña, grabados y pinturas que representanesta advocación…, además de una nutrida

colección de rosarios. Lejos de ser una ora-ción mecánica, o basada en un sentimenta-lismo hueco, el Rosario es –así lo considerael Papa en su Carta apostólica Rosarium Vir-ginis Mariae– una oración marcadamentecontemplativa, que «actualiza las obras rea-lizadas por Dios en la Historia de la Salva-ción, que tienen su culmen en el propio Cris-to. Si la liturgia es acción Salvífica por ex-celencia, el Rosario, en cuanto meditaciónsobre Cristo con María, es contemplaciónsaludable. En efecto, penetrando, de miste-rio en misterio, en la vida del Redentor, ha-ce que cuanto Él ha realizado y la liturgiaactualiza sea asimilado profundamente yforje la propia existencia». Siguiendo las in-dicaciones del Papa en dicha Carta, la ex-posición realizada en Jaén ha pretendido re-cuperar este tesoro de la Iglesia, y sus más de11.000 visitantes han tenido la oportunidadde acogerlo, como María, en su corazón.

J.L.V.

RAÍCESΩΩ16

22-I-2004AA

Exposición Rosarium Virginis Mariae, en la catedral de Jaén

En la Escuela de M

El 29 de octubre de 1978, dos semanasdespués de ser elegido para la Sede de Pedro, el Papa Juan Pablo II se refería al Rosariocomo su oración predilecta, y subrayaba su dimensión cristológica: «El Rosario es una plegaria maravillosa en su sencillez y en su profundidad. En efecto, con el trasfondo de las Avemarías, pasan ante los ojos del alma los episodiosprincipales de la vida de Jesucristo». A través de los siglos, la sabiduría del pueblo santo de Dios no ha pasado por alto la poderosa simplicidad de esta corona de cuentas, y la ha transmitido de generación en generación –en especial, dentro de las familias– para una mayorcomunión con Cristo, a través de su Madre

Casulla del Santo Rosario (siglo XIX). Convento de las Madres Dominicas de Torredonjimeno. A la derecha: Nuestra Señora del Rosario, de Andrés Montero

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RAÍCES 22-I-2004 ΩΩ17 AA

María

Virgen del Rosario(siglo XVI), anónimo.

Detalle del Cantoral de la Fiesta del Rosario (siglo XVII);

Una imagen de la exposición de Cantorales

Santo Domingo de Guzmán (siglo XVII), anónimo.

La Transfiguración, detalle de otro Cantoral (siglo XVI)

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Los tres ex-ministros que participaronen el acto conmemorativo de aquellafirma, el 3 de enero de 1979, de los

Acuerdos entre el Estado español y la San-ta Sede, son antiguos colegiales del San Pa-blo, lo cual –reconocieron– se plasmó enuna sensibilidad dentro del Consejo de Mi-nistros que contribuyó a desbloquear lastensiones en las relaciones Iglesia-Estadode los últimos años del franquismo y de lapresidencia de don Carlos Arias Navarro.Destacaron, además, la contribución per-sonal del Rey, cuya renuncia al derecho depresentación de obispos marcó el inicio deun fructífero diálogo con la Santa Sede. Es-te diálogo, según sus propios protagonis-tas, tuvo en consideración el proceso polí-tico global de la transición española, y noculminó en los Acuerdos definitivos hastadespués de la entrada en vigor de la Cons-titución. Todos los gurpos parlamentariospaticiparon en la redacción de los Acuer-dos, concebidos para perdurar, al margende los vaivenes políticos.

Para el Secretario General de la Confe-rencia Episcopal Española, ésta es «una efe-mérides de singular trascendencia históricay también cargada de futuro». Los Acuer-dos «son el instrumento jurídico por el quese regula y hace efectiva la libertad de laIglesia en el marco general de un régimende libertades». Con ello, «aspiran a dar cau-ce jurídico a un derecho fundamental –la li-

bertad religiosa en España–, más allá del co-lor y de las coyunturas políticas particula-res, de las alternancias en el Gobierno y aunde los posibles cambios de régimen políti-co». El padre Martínez Camino expresó,además, su deseo de que este 25 aniversariode los Acuerdos sea una «ocasión para en-tenderlos en su verdadero sentido y para lle-varlos a la práctica cada vez mejor. Está enjuego, con la libertad de la Iglesia, la liber-tad de religión y la libertad sin más de to-dos los españoles».

La financiación de la Iglesia

Los Acuerdos –dijo el ministro de Justi-cia, don José María Michavila– «respiran yson fruto de los valores y principios de laConstitución. Ese modelo constitucional, alque luego se da forma mediante los Acuer-dos, se resume» en la no confesionalidaddel Estado, y en el mandato a los Gobier-nos de cooperar con la Iglesia católica y lasdemás confesiones. Es una cooperación «connombre y apellidos en el caso de la Iglesiacatólica, y abierta a cualquier otra confesiónreligiosa, como, con decisión e impulso, yhechos concretos, viene haciendo, desde ha-ce tantos años, la Dirección General deAsuntos Religiosos, dependiente de un Mi-nisterio que hoy se llama de Justicia, y queen Europa se sigue llamando de Justicia yGracia y Asuntos Religiosos».

«En los momentos trascendentales de latransición política española –subrayó donMarcelino Oreja–, los Acuerdos constituye-ron un paso decisivo para que la cuestión re-ligiosa no sólo no fuese un obstáculo para launidad de los españoles, sino que constitu-yese un apoyo y un paso decisivo en el lo-gro de esa misma unión». Iglesia y Estadocoincidieron en cuál debía ser el principiorector para ambos: «el servicio al bien de laspersonas».

El ex ministro de Justicia, don Landeli-no Lavilla, destacó que los Acuerdos fueronconcebidos para el largo plazo. «Y se nego-ció al compás y en coherencia con el proce-so constituyente, hasta el punto de que lostextos no se cerraron hasta que estuvo cerra-do el texto de la Constitución». Entonces,«el ministro de Asuntos Exteriores y el deJusticia expusimos los Acuerdos a la consi-deración de los representantes de los diversosgrupos parlamentarios, y ellos hicieron sussugerencias y observaciones. No es cierto,como se ha dicho, que no tuvieran partici-pación. Se hicieron modificaciones a ins-tancia suya, y la Iglesia fue comprensiva».

El señor Lavilla, al comentar el Acuerdosobre asuntos económicos, dijo que, «a estasalturas, haría años que la Iglesia tendría quehaber resuelto el problema de la autofinan-ciación». Con este Acuerdo, se sustituyó ladotación a la Iglesia con cargo a los Presu-puestos Generales del Estado por un siste-ma en el que los católicos pueden destinar ala Iglesia un porcentaje de su Declaraciónde la renta; esta cantidad es complementadaen los Presupuestos, atendiendo al serviciopúblico que presta la Iglesia, de forma aná-loga a como se subvencionan iniciativas so-ciales, políticas o culturales de toda índole. LaConferencia Episcopal, en diversas ocasio-nes, ha respondido que está abierta a consi-derar todas las opciones. En Alemania, porejemplo, en la tarjeta fiscal de cada trabaja-dor figura su confesión, a la que se destinaparte de su retención.

El ex ministro señor Otero Novas y el Pre-sidente de la Fundación Universitaria SanPablo-CEU, don Alfonso Coronel de Palma,resaltaron que, a lo largo de los últimos 25años, se han producido diversos intentos delimitar la libertad de enseñanza, asunto quetrata uno de los cuatro Acuerdos con la San-ta Sede. «Para aquellos neototalitarios quequieren siempre imponer poderes coactivos,frente a la libertad y la dignidad de la perso-na humana», dijo el señor Coronel de Pal-ma que aquellos Acuerdos, más que «los de-rechos de la Iglesia», protegen «los derechosde las personas».

Ricardo Benjumea

ESPAÑAΩΩ18

22-I-2004AA

25 aniversario de la firma de los Acuerdos entre el Estado español y la Santa Sede

Al servicio de las personasLos Acuerdos entre el Estado español y la Santa Sede han cumplido 25 años de vigencia. El Colegio Mayor San Pablo,

de Madrid, lo ha conmemorado con un acto académico, que presidió el ministro de Justicia, don José María Michavila.Participaron el Secretario General de la Conferencia Episcopal, padre Juan Antonio Martínez Camino, y tres singulares

personalidades políticas de la época, protagonistas de aquellos acontecimientos históricos: el entonces ministro deAsuntos Exteriores, don Marcelino Oreja, el titular de Justicia, don Landelino Lavilla, y el ministro de la Presidencia,

don José Manuel Otero Novas

Los miembrosde la mesa presidencial del acto conmemorativo,en el ColegioMayor SanPablo deMadrid, de la firma de los AcuerdosIglesia-Estado

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DESDE LA FE 22-I-2004 ΩΩ19 AA

taciones que los niños están viendo en losmayores. Repasen y vean letras de cancio-nes, películas en casa y en el cine. Contem-plen la agresividad de los llamados espec-táculos deportivos, y un largo etcétera.

Desde la perspectiva cristiana, la violen-cia de género tiene su mejor antídoto en el re-conocimiento de la igual dignidad de hom-bres y mujeres, juntamente con el mensajepacífico de las Bienaventuranzas y del man-damiento del amor. Este reconocimiento yenseñanza están en la entraña misma delmensaje de Cristo, como ha recordado JuanPablo II en su Carta apostólica Mulieris dig-nitatem: «Cristo fue ante sus contemporá-neos el promotor de la verdadera dignidadde la mujer y de la vocación correspondien-te a esta dignidad... En las enseñanzas de Je-sús, así como en su modo de comportarse,no se encuentra nada que refleje la habitualdiscriminación de la mujer propia de su tiem-po; por el contrario, sus palabras y sus obrasexpresan siempre el respeto y el honor de-bido a la mujer... Por lo tanto, cada hombre hade mirar dentro de sí y ver si aquella que le hasido confiada como hermana en la humani-dad común... no se ha convertido para él enun objeto: objeto de placer, de explotación».

La aportación de la Iglesia

La principal aportación de la Iglesia con-tra la violencia de género seguirá siendo elmultiplicar los esfuerzos en educar en la paz,mediante el vínculo del amor mutuo, desdelas claves cristianas y humanistas, para lle-gar a entender, como diría Erich Fromm,«que el amor es hijo de la libertad, nuncade la dominación». En cuanto a medidas es-tructurales, la Iglesia, como maestra en hu-manidad que es, crea, apoya y fomenta aque-llos programas e instituciones orientados a laprevención y erradicación de toda forma deviolencia contra cualquier ser humano. Ca-be destacar cómo Cáritas, y otras institu-ciones asociadas a diversas Órdenes y con-gregaciones religiosas, han sido pioneras enestos campos y continúan desempeñandoun destacado papel en la atención a las mu-jeres maltratadas y a los niños y jóvenes conproblemas de desarraigo familiar. Esto, pe-se a que su labor, muchas veces, es silen-ciada, y otras, ridiculizada por determina-dos ámbitos culturales y de poder de la so-ciedad secularizada. No obstante, la Iglesianunca se cansará de enseñar el mandamien-to del amor, que nos lleva siempre a tratar alos demás como queremos que ellos nos tra-ten a nosotros.

Juan del Río Martín

No es una buena noticia para nadie queel año se abra con la primera víctimamortal de la violencia de género. Los

datos oficiales arrojan una cifra de víctimasde, al menos, 68 mujeres y 10 hombres en2003. También se ha detectado un impor-tante aumento de las denuncias por violencia,aunque se calcula que sólo el 10% de lasmujeres víctimas de maltrato la presentan, yel resto prefieren, equivocadamente, aguan-tar en silencio tan injusto e inhumano atro-pello a su dignidad. Algunas estadísticas ha-blan de que en España hay dos millones demujeres que sufren algún tipo de violencia desu pareja, y, no solamente ellas, sino tam-bién sus hijos, que son los espectadores im-potentes de un drama familiar que les mar-ca para toda la vida.

Ante los malos tratos de mujeres y niños,a veces hay un silencio cómplice (o cobarde)de vecinos, amigos y conocidos que se am-paran en vagas expresiones como: «Son co-sas de los matrimonios»; o: «De puertas pa-ra adentro, cada casa es un mundo». Creoque es el momento de decir claramente: ¡bas-ta ya de considerar la violencia domésticacomo un mero asunto privado! Esta lacraatenta contra el corazón mismo de la socie-dad y de la convivencia humana y nos in-cumbe a todos. Por lo tanto, el mirar a otrolado, el ser centinelas silenciosos o perrosmudos, trátese de personas o instituciones,nos hace cómplices de esta epidemia queataca a todos los sectores de la sociedad.

Educar en la no violencia

La superación de este mal vendrá por laconfluencia de una serie de factores. En pri-mer lugar, por una recuperación positiva delvalor del matrimonio como unión del hom-bre y la mujer para construir un hogar y unespacio para el amor. Por otro lado, es ne-cesaria una mayor conciencia y reacción detoda la sociedad ante el problema de la vio-lencia doméstica, así como la desapariciónde los factores de violencia estructural quesirven de marco a este fenómeno. Y no po-demos olvidar la implicación de aquellosque tienen cargos públicos sociales, políticosy jurídicos, de tal manera que las mujeresen situaciones vulnerables, o sufriendo fuer-tes conflictos, estén realmente protegidaspor la sociedad. No olvidemos, además, quelas leyes están para ejecutarlas con justicia yequidad, buscando siempre el bien de losmás débiles. Un factor clave, que con fre-cuencia se pasa por alto, es la educación enla no violencia, y en esto nuestra sociedaddeja mucho que desear. Piensen por un mo-mento en los gritos, voces y malas contes-

Habla monseñor Juan del Río, obispo de Asidonia-Jerez

Violencia doméstica: ¡no seas su cómplice!

Ante el acuciante y dramático problema de los malos tratos dentro del matrimonio, el obispo de Asidonia-Jerez,monseñor Juan del Río, reflexiona sobre las posibles soluciones

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MUNDOΩΩ20

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referencia al Presidente Hugo Chávez, queha llegado a definir a la Iglesia como el cán-cer de la revolución. Lejos quedan los díasen que, amenazada su permanencia en elpoder –e incluso su vida–, pidió ayuda alrecientemente fallecido cardenal IgnacioVelasco, arzobispo de Caracas, para ver siestaba dispuesto a defender su vida y ayu-darle a que pudiera salir del país.

Un signo de esperanza

A mediados del mes pasado, la Confe-rencia Episcopal de Venezuela, reunida enAsamblea Plenaria, hizo pública la Exhor-tación Seamos auténticos servidores delpueblo, para denunciar la situación socialque atraviesa el país, cada vez más encona-da, y llamar a la conversión y a la paz a to-dos los ciudadanos. En dicho documento,el episcopado venezolano advierte del peli-gro de «cambiar el modelo democráticoconstitucional por un proyecto revolucio-nario exclusivo y excluyente, promovien-do, por la fuerza del poder, un proceso decambios socio-económicos, jurídico-polí-ticos, culturales y hasta religiosos, prescin-diendo del consenso de la población. Co-mo consecuencia, se ha profundizado la di-visión entre los venezolanos, lo cual ha pro-vocado una polarización sin precedentes.La intolerancia ha derivado en odio, fana-tismo y violencia.

El rumbo que se le está imprimiendo alpaís pone en tela de juicio la democraciaparticipativa y la independencia de los po-deres públicos. Tiende a favorecer más bienel centralismo, el estatismo y el mesianismo.Continúa la práctica nefasta del excesivogasto público, lo cual ha favorecido la co-rrupción y las prácticas clientelares y po-pulistas, todo ello facilitado por el debili-tamiento y la inoperancia de los organis-mos controladores. Existen ambiciones degrupos y líderes políticos que no generanconfianza acerca de una sincera voluntadde querer encontrar salida a la grave crisisnacional, sino que suscitan la sospecha debuscar sus propios intereses».

Los obispos de Venezuela ven en el ho-rizonte «un signo de esperanza en el cami-no hacia la paz y la reconciliación en Ve-nezuela: el referéndum revocatorio. El re-curso a una consulta de la población y a lasalida electoral, para superar la crisis, es elcamino constitucional que fortalece la de-mocracia. Por otro lado, hemos de empe-ñarnos todos en construir un país que tengacomo centro la dignidad de la persona hu-mana y, a la vez, permita el desarrollo in-tegral del hombre, así como la consolida-ción de la justicia social, la equidad, la so-lidaridad y la participación. Como Iglesia,ahora más que nunca, los cristianos debe-mos mostrarnos como auténticos servido-res del pueblo y del bien común».

Alfa y Omega

Venezuela: urge la pazMesianismo, estatismo, populismo…, son las graves realidades que el Episcopado venezolano denunciaen el régimen de Hugo Chávez, Presidente de la República de Venezuela, según la Exhortación Seamos

auténticos servidores del pueblo, hecha pública recientemente

La República de Venezuela está viviendotiempos turbulentos. Desde la llegadaal poder del Presidente Hugo Chávez

–antiguo militar golpista– en 1999, la situa-ción política, económica y social de este pa-ís iberoamericano –uno de los más ricos delcontinente, gracias a sus abundantes reservasde petróleo– se ha crispado notablemente.

La Comisión Económica para AméricaLatina y el Caribe (CEPAL), organismo de-pendiente de la ONU, ha afirmado, en unreciente informe, que Venezuela es el úni-co país iberoamericano, junto con Repúbli-ca Dominicana, cuya economía ha experi-mentado una caída en el año 2003. En losúltimos años, una gran cantidad de venezo-lanos se han visto obligados a emigrar fue-ra del país, especialmente a Estados Uni-dos, debido a una tasa de paro cada vez máscreciente, que ya alcanza el 30%. Pero lomás grave es la situación social, polarizadaentre los seguidores acérrimos del Presi-dente Chávez y sus opositores, y que tiene alpaís dividido, con revueltas, descalificacio-nes y escenas de violencia cada vez más fre-cuentes. El último episodio de estos acon-

tecimientos es la iniciativa de la oposición derecoger firmas para la convocatoria de unreferéndum revocatorio del régimen de Chá-vez. Para lograrlo, deben conseguir la fir-ma de, al menos, el 20 por ciento de los do-ce millones de personas con derecho a fir-mar, es decir, unos 2.400.000 ciudadanos.

En medio de esta incierta situación, laIglesia está ejerciendo un papel importantea la hora de defender la democracia y losderechos políticos y sociales de los ciuda-danos, cada día más amenazados. Debidoa ello, desde el poder se intenta desacreditarsu voz y su presencia, y desde la calle se laintenta cohartar con amenazas y ataquesviolentos; en los últimos meses, han sidofrecuentes las profanaciones de templos,imágenes e incluso sagrarios en diversoslugares del país. El informe sobre La liber-tad religiosa en el mundo, redactado por laorganización Ayuda a la Iglesia Necesitada,con datos del año que acaba de finalizar,afirma que «la Iglesia en Venezuela ha sidoobjeto de controles y amenazas por partede la policía, y no han faltado tampoco lasinjurias al máximo nivel institucional», en

Manifestaciónen Caracas

a favor de la paz

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Juan Pablo II sigue sor-prendiendo con gestos his-tóricos, como los que han

caracterizado sus veinticincoaños de pontificado. Históri-ca fue precisamente el adjetivoque utilizó la embajada de Is-rael ante la Santa Sede para ca-lificar la audiencia del Pontí-fice, el pasado 16 de enero, alos dos rabinos jefes de Isra-el.

Jona Metzgher, rabino as-quenazí, y Slomo Amar, rabi-no sefardí, vinieron al Vatica-no para participar, al día si-guiente, en el Concierto de lareconciliación entre judíos,cristianos y musulmanes, quese celebró en la Sala de las Au-diencias Pablo VI.

En momentos en los que elescenario mundial ha queda-do sobrecogido por el conflicto en OrienteMedio, el obispo de Roma presidió el con-cierto teniendo a su derecha al rabino eméritode la ciudad eterna, Elio Toaff, y a su izquier-da al Rector de la mezquita romana, la másgrande de Europa, Abdulawahah Husein Go-maa. En el acto, sin precedentes, participótambién el Secretario General del World Isla-mic Call Society, Mohamed Ahmed Sharif, asícomo representantes de las Iglesias ortodo-xas, de la Federación de Iglesias Evangélicasy de la Comunión Anglicana.

Al finalizar el encuentro musical, el Pontí-fice tomó la palabra para reconocer que loscreyentes de las religiones monoteístas «nopueden aceptar que la tierra esté afligida por elodio, que la Humanidad quede trastornada porguerras sin fin. La historia de las relacionesentre judíos, cristianos y musulmanes estámarcada por luces y sombras y, por desgra-cia, ha experimentado momentos dolorosos»,siguió reconociendo el Papa. «Hoy se siente laapremiante necesidad de una reconciliaciónsincera entre los creyentes en el único Dios».

La valentía de la paz

«Juntos expresamos el deseo de que loshombres se purifiquen del odio y del mal quecontinuamente amenazan a la paz, y sepan ten-derse recíprocamente manos desnudas de vio-lencia y dispuestas a ofrecer ayuda y consue-lo a quien se encuentra en la necesidad», afir-mó el Santo Padre, que ha recuperado clari-dad de locución. El miércoles anterior, porejemplo, había improvisado al responder a lossaludos de los peregrinos, congregados conmotivo de la audiencia general.

«El judío honra al Omnipotente como pro-tector de la persona humana y Dios de laspromesas de vida –explicó–. El cristiano sabeque el amor es el motivo por el que Dios entraen relación con el hombre y que el amor es larespuesta que se espera del hombre. Para elmusulmán, Dios es bueno y sabe llenar al cre-yente de sus misericordias. Apoyados en estasconvicciones, judíos, cristianos y musulma-nes no pueden aceptar que la tierra esté afligidapor el odio, que la Humanidad quede trastor-nada por guerras sin fin. ¡Sí! –exclamó, tra-tando de dar más fuerza a su voz–. Tenemosque encontrar en nosotros la valentía de la paz.Tenemos que implorar de lo Alto el don de lapaz. Y esta paz se extenderá como el aceite,si recorremos sin descanso el camino de la re-conciliación».

El Concierto de la reconciliación conme-moró el primer encuentro de líderes religio-sos por la paz, presidido, hace 18 años, porJuan Pablo II en Asís, y fue ofrecido por laPittsburgh Symphony Orchestra y coros deAnkara, Cracovia, Londres y Pittsburgh, di-rigidos por el maestro Gilberto Levine, judío,amigo personal de Karol Wojtyla, pues fue di-rector de la Orquesta Sinfónica de Cracovia.

En el acto se interpretó, por primera vez,el Abraham, de John Harbison, en el que sepresenta la figura del Patriarca consideradocomo padre en la fe por judíos, cristianos ymusulmanes, así como la Sinfonía nº 2 de Gus-tav Mahler, Resurrección (movimientos I, IVy V), inspirada en el poema Dziady, del ilustredramaturgo polaco Adam Mickiewicz, uno delos preferidos de Karol Wojtyla.

Jesús Colina. Roma

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Habla el Papa

Oración por la unidad

«Mi paz os doy». Estas palabrasde Jesús, tomadas del evan-

gelio de Juan constituyen el tema de laanual Semana de Oración por la uni-dad de los cristianos que hoy co-mienza. Es significativo que el temahaya sido propuesto por las Iglesiasde Oriente Medio, donde la unidad yla paz son las prioridades más senti-das.

Durante los próximos ocho días,en todas las partes del mundo, los cris-tianos de las diferentes confesiones ytradiciones se reunirán para pedir in-tensamente al Señor que refuerce elcompromiso común por su plena uni-dad. Lo harán precisamente a partirde la riqueza contenida en la prome-sa de Cristo, meditando, día a día, ensu don evangélico de la paz y en loscompromisos que ésta comporta.

Al prometer su paz, Cristo aseguróa los discípulos el apoyo en las prue-bas. Y, ¿no es acaso una prueba dolo-rosa la duradera división entre los cris-tianos? Por este motivo, sienten la pro-funda necesidad de dirigirse a su úni-co Señor, para que les ayude a vencerla tentación del desaliento en el difícilcamino que lleva a la comunión ple-na.

En un mundo sediento de paz, esurgente que las comunidades cristia-nas anuncien el Evangelio de maneraacorde. Es indispensable que testimo-nien el Amor divino que les une y quelleven alegría, esperanza y paz, con-virtiéndose en levadura de nueva hu-manidad.

Deseo de corazón que esta Sema-na de Oración produzca abundantesfrutos para la causa de la unidad delos cristianos. Que sea una ocasiónpropicia para que quienes creen enCristo se intercambien un abrazo fra-terno, en la paz del Señor. Que la in-tercesión materna de la Virgen María,Madre de Cristo, nos alcance este don.

(18-I-2004)

Histórico encuentro entre cristianos, judíos y musulmanes

Apremiante necesidadde reconciliación

El pontificado de Juan Pablo II vuelve a sorprender con la audiencia en el Vaticano a los dos rabinos jefes de Israel y con un concierto que reunió a algunos de los máximos

representantes de las tres religiones monoteístas

Juan Pablo II saludaefusivamente

al rabino emérito de la ciudad

de Roma, Elio Toaff,

con ocasión del Concierto

de la reconciliación,el pasado

17 de enero

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Nuevo número de Ars Sacra

Ésta es la portada del número 26-27 de Ars Sacra,revista del Patrimonio Cultural, archivos, artes

plásticas, arquitectura, museos y música, que dirigedon Ángel Sancho Campo. Este número estádedicado especialmente a las catedralesextremeñas, las de Coria, Cáceres, Badajoz yPlasencia, y ofrece asimismo un espléndidoreportaje sobre la recuperación del monasterio deYuste y sobre Guadalupe.

Encuentro de obispos de España y Portugal

Los obispos españoles y portugueses promoverán ante el Papa Juan Pablo II que san Juan deÁvila sea declarado Doctor de la Iglesia: es una de las conclusiones del encuentro que han

celebrado en Madrid los Presidentes y los Secretarios de las Conferencias Episcopales de Españay de Portugal. El Rector del Pontificio Colegio Español de Roma, don Lope Rubio Parrado,sacerdote operario diocesano, ha sido nombrado Postulador de la Causa para la elección de sanJuan de Ávila como Doctor de la Iglesia.

La situación de la Religión en la escuela y cuestiones de bioética, particularmente sobre elaborto y las leyes de reproducción asistida, fueron otros temas principales del diálogo, delintercambio de opiniones y de la reflexión durante este encuentro; también los nuevosfenómenos migratorios y las acciones de acogida por parte de la Iglesia en Portugal y en España.

Número extraordinario de Altar Mayor

Acaba de aparecer el número extraordinario que la revista AltarMayor, que edita la Hermandad de la Santa Cruz y Santa

María del Valle de los Caídos, dedica a las X Conversaciones enel Valle, que desde el 30 de mayo al 1 de junio del año pasado secelebraron en el Valle de los Caídos, sobre el tema Las culturas dela mundialización, tras una presentación a cargo del director dela revista, Emilio Álvarez Frías, escriben sobre el tema, entreotros, el profesor Luis Suárez Fernández, Gustavo Morales,monseñor Delicado Baeza, Juan Velarde, Dalmacio Negro,Alfredo Amestoy, Luis Eugenio Togores, Ángel Palomino, etc...

«Creo en Dios Padre..., y en la vida eterna»

La pasada semana, el Señor ha llamado a su presencia a don Joaquín Juárez García-Gasco,hermano mayor del Vicario episcopal de Asuntos Económicos y Ecónomo diocesano de

Madrid, don Tomás Juárez, que asimismo es Patrono-Tesorero de la Fundación San Agustín, de laarchidiócesis de Madrid, que edita nuestro semanario Alfa y Omega. Desde estas páginas nosunimos, a él y a toda la familia, en el dolor por la muerte del ser querido y en la esperanzacristiana de la vida eterna; oramos por el eterno descanso de don Joaquín, y para que el Señorconforte a su viuda, hijos y nieto, a sus hermanos y demás familiares. La Misa funeral por sueterno descanso será en la catedral de la Almudena mañana, viernes, 23 de enero, a las 20 horas.

También ha fallecido la pasada semana doña María Elisa González Ispizúa, esposa de donJosé Antonio Carmona Utrera, miembro del Consejo Económico de la diócesis madrileña ytambién Patrono de la Fundación San Agustín, editora de nuestro semanario. Doña Elisa murió enla paz del Señor, rodeada de su esposo y sus hijos. Madre de nueve hijos y abuela de ya casitreinta nietos, deja tras de sí el testimonio de una vida cristiana y apostólica llena de fecundidad,a través de toda su vida y de más de veinte años de labor evangelizadora como catequista, juntocon su esposo, en el Camino Neocatecumenal, en la parroquia de Santa Catalina de Siena, deMadrid. Enviamos a don José Antonio y a su gran familia nuestra condolencia y, asimismo,nuestra unión en la esperanza de la vida eterna. La Eucaristía por el eterno descanso de doñaElisa tendrá lugar mañana, viernes 23 de enero, a las 20,30 horas en la citada parroquia de SantaCatalina de Siena, en la calle Juan de Urbieta esquina Amado Nervo, de Madrid.

La belleza de la fe católica brilló en la celebración de la muerte de estos dos hermanos. Susfamiliares y sus hermanos en la comunión de la Iglesia, junto con el dolor por la separación delos seres queridos, han mostrado el rostro gozoso de la Misericordia, que hace posible proclamarcon paz y convicción: «Creo en Dios Padre..., en la resurrección de la carne y en la vida eterna».

LA VIDAΩΩ22

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NombresEl Papa Juan Pablo II recibe mañana en audiencia a don

José María Aznar, Presidente del Gobierno de Es-paña. Será la cuarta vez que se encuentran.

El cardenal Rouco Varela, arzobispo de Madrid, y Pre-sidente de la Conferencia Episcopal Española, pro-nunciará la conferencia de apertura de las III Jor-nadas Internacionales de Caridad y Voluntariado,que se celebrarán del 23 de febrero al 7 de marzopróximos en la Universidad Católica San Antonio,de Murcia. El cardenal hablará sobre Fundamentosde la acción socio-caritativa. Participarán tambiénmonseñor Cordes y el director del Instituto de Cien-cias de la Caridad de Friburgo, señor Pompey, ElNuncio Apostólico y el obispo diocesano, mon-señor Ureña, clausurarán las Jornadas.

Monseñor Eugenio Romero Pose, obispo auxiliar deMadrid, ha tomado posesión como miembro dela Real Academia de Doctores de España. Pro-nunció su discurso sobre el tema La investigaciónsobre la primera teología cristiana (significado yalcance de la obra de A. Orbe). Recibió solemne-mente la medalla 101 de dicha Real Academia,adscrita a la Sección de Teología.

El periodista Rafael Ortega, director de emisoras te-rritoriales de Radio Nacional de España y del pro-grama sociorreligioso Frontera, ha sido reelegidoPresidente de la Unión Católica Internacional dePeriodistas en España (UCIP-ESPAÑA), para unnuevo período de 3 años.

La asociación Orantes por la paz celebra la Jornada deoración el próximo día 24 en la parroquia madri-leña de Santa Cruz (calle Atocha 6). A las 18 h.:Hora Santa; y a las 19 h.: Misa concelebrada.

El sacerdote don Germán Rodríguez Prada ha sidonombrado Presidente del Secretariado español deAyuda a la Iglesia Necesitada. Sucede al padremercedario Alfonso López Quintás. El nuevo Pre-sidente de AIN-España nació en Orense en 1938.Ha desarrollado su ministerio sacerdotal como mi-sionero en Rodesia del Sur, actual Zimbawe. Des-de 1993 trabaja en AIN-España, incardinado en ladiócesis de Madrid y trabajando pastoralmente enla parroquia de Nuestra Señora del Camino.

El Nuncio Apostólico en España, monseñor ManuelMonteiro, presidió el pasado domingo la Corona-ción canónica de la Virgen de Linarejos, Patrona dela ciudad de Linares, y la Eucaristía de clausuradel Año del Rosario en la diócesis de Jaén, junta-mente con el obispo diocesano, monseñor GarcíaAracil. El próximo día 27 presidirá la Eucaristía dela fiesta de Santo Tomás de Aquino, en la Univer-sidad Pontificia Comillas, de Madrid.

El Cabildo de la catedral de la Almudena, de Madrid,ha aceptado el proyecto artístico de decoracióndel ábside del templo, que ha presentado Kiko Ar-güello, fundador del Camino Neocatecumenal, yPremio Nacional de Pintura. Éste ha manifestadoque espera lograr concluir los trabajos en pocomás de dos meses, antes de la boda del Príncipe deAsturias, junto a doce artistas internacionales quele ayudarán. En Tierra Santa acaba de pintar, en laCasa de Galilea, cerca del actual santuario de lasBienaventuranzas, frente al lago de Tiberiades, lacapilla de un centro construido por el Camino Ne-ocatecumenal. El día de la Dedicación de esta ca-pilla, monseñor Sabbah, Patriarca de Jerusalén,dio lectura a un mensaje del Papa Juan Pablo IIen el que recuerda que celebró la Eucaristía en esacapilla, en el monte de las Bienaventuranzas.

Monseñor Julián López, obispo de León, ha clausura-do, en la basílica de San Isidoro, el Año Santo, ce-lebrado el 2003, con ocasión del VIII Centenariodel Tránsito de Santo Martino, de León.

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LA VIDA 22-I-2004 ΩΩ23 AA

Libros

La Historia del Reino visigodo españolconstituye el primer capítulo de la

historia de la naciónespañola. Losvisigodos, enapariencia tanremotos a los ojosactuales,construyeronEspaña comounidad nacional.Difícilmente unlibro puede estarprecisamente hoymás de actualidadque éste, queexpone las grandes

líneas de la vida en la Península Ibéricadesde las invasiones germánicas, en el sigloV, hasta la desaparición de los visigodosfrente al Islam. El profesor José Orlandis,sacerdote y catedrático de Historia delDerecho, es un prestigioso y reconocidoexperto en la España visigótica y en elpasado de la Iglesia medieval en Occidente.En estas 450 páginas que ha editado Rialp,ha conseguido aunar su reconocidomagisterio con un estilo literario ydivulgativo que hace que el libro se leacomo si se tratara de una novela, en la quese entrelazan lo político, lo cultural, loreligioso, lo social, lo económico, locomercial; la realidad viva de un tiempofundamental.

José Antonio Martínez Puche, sacerdotedominico y periodista, Ignacio H. de la

Mota y el padreRafael del Olmo,agustino, haneditado en laBiblioteca mariana,de Edibesa, estaespléndidaEnciclopedia de laVirgen. En sus 1.900páginas recogeexhaustivamente,por ordenalfabético, todocuanto tiene quever de algún modo

con la virgen María: sus raíces en la Biblia,el magisterio de la Iglesia sobre Ella, ladoctrina de los Padres de la Iglesia, de losgrandes teólogos y escritores; los grandesmisterios marianos, las fiestas ymanifestaciones de devoción, los nombresde quienes han escrito, pintado o esculpidoimágenes de la Virgen; las advocaciones,apariciones, santuarios, instituciones ycongregaciones marianas; y también lapoesía y prosa literaria mariana encastellano de los 10 últimos siglos. Aúnanestas páginas la universalidad propia de unaenciclopedia y la entrañable popularidaddel amor de los hijos a su Madre.

M.A.V.WWWW WWWW WWWWCon el objetivo de ayudar a los empresarios católicos en el ejercicio de su profesión, el portal

Catholic.net ha creado una Comunidad de empresarios católicos, con una página web queofrece la doctrina social de la Iglesia acerca de la responsabilidad empresarial, además de noti-cias y un foro de discusión.

http://es.catholic.net/comunidades/categorias.phtml?ts=28

La dirección de la semana

El chiste de la semanaMingote, en ABC

Nuevo obispo de Teruel y Albarracín

La Nunciatura Apostólica en España comunicaque el Papa ha nombrado nuevo obispo de

Teruel y Albarracín a don José Manuel LorcaPlanes, hasta ahora Vicario General de ladiócesis de Cartagena y titular de la parroquiade San Miguel Arcángel. Sucede a monseñorAlgora, quien desde el 18 de mayo de 2003 esobispo de Ciudad Real. Monseñor Lorca tiene 54años, nació en la localidad murciana deEspinardo, es licenciado en Teología Bíblica y hasido Rector de los Seminarios Mayor y Menor dede la diócesis de Cartagena.

Un libro sobre el Rosario

Ésta es la portada del precioso volumen que Noticias cristianasacaba de editar, con ocasión del año dedicado al Rosario.

Reproduce la Carta apostólica de Juan Pablo II Rosarium VirginisMariae y diversos estudios, muy bellamente ilustrados, deprofesores de la Universidad de Navarra sobre este documentopontificio. Noticias cristianas es una iniciativa editorial creadapara ofrecer literatura de espiritualidad cristiana, fiel al magisteriode la Iglesia católica, que distribuye gratuitamente libros apersonas necesitadas.

Más información: Tel. 93 434 26 00.

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Que vuelvan las iglesias a ser refu-gio. Que abran sus puertas en abra-zo amplio donde quepan todos los

muchos cansados de hoy: los agobiados, losque siempre andan con prisa, los que siententristeza, o soledad, o angustia; las personascon el alma en pena, o los que sufren hastío,o miseria, o preocupación; los niños que vi-ven en la calle, los ancianos que no sabendónde ir, los jóvenes apagados, o los muytímidos, o los demasiado lanzados.

Que cada persona pueda entrar en la igle-sia con su agobio a cuestas, y salga con lapaz encima. Que cada niño o joven, u hom-bre o mujer que tenga una ansiedad –y vivi-mos en una sociedad que mantiene estable ydesde hace años un 10% de deprimidos–,entre en la iglesia, en cualquier iglesia desu barrio o del centro, y salga con un alivio,salga con cara de contento. Aunque a la vuel-ta de la esquina aparezca de nuevo la male-za diaria. Aunque dure poco. Pero, claro,hace falta un cambio. Un cambio drásticoen mentalidad, y no menos drástico en de-coración del interior de las iglesias.

Empecemos por lo más difícil. La menta-lidad, en general, del clero y la del seglar hoy.El clero no puede vivir –más bien malvivir–del presupuesto del Estado y cumplir tan po-ca labor asistencial y, sobre todo, religiosa en

relación al inmenso desierto ético en que seha convertido el ambiente ciudadano. No bas-ta con cumplir unas horitas de despacho pa-rroquial y echar el cierre en la iglesia, tras lamisa de diez y media. Abrir por la tarde decinco a siete, y volver a echar el cierre; así díatras día, hasta el domingo en que sí hay unpoco más de trasiego y se rellenan los ban-cos. Demasiada mies para tan pocos trabaja-dores. Por eso hace falta también un cambio dementalidad en el seglar. Los creyentes segla-res tendríamos que cumplir –casi obligato-riamente, al menos desde el corazón– con unnúmero de horas de labor parroquial. Pero node despacho. De Iglesia Abierta, de ofrecercafé, música, conversación y compañía a todoslos que de nuevo se acogiesen a sagrado.

Para orar y encontrarme

Y sigamos con lo más costoso, pero nomenos difícil, que también supone un cam-bio de mentalidad: el interiorismo de lasiglesias. Y escribo sobre interiorismo, puesnada digo sobre el aspecto arquitectónicoexterior de las iglesias, ya que algunas sonbellas reliquias históricas y otras verdade-ros monumentos. Aunque muchas recientesiglesias padecen el feísimo arquitectónicoque ha impregnado el siglo XX. ¡Qué le va-

mos a hacer! No tiene más remedio que elpeso del tiempo. Paciencia.

El interior de las iglesias no es precisa-mente acogedor. Pero es que, además, en laiglesia no hacen falta bancos. Hace falta es-pacio. Espacio para orar y espacio para en-contrarse, para acogerse a sagrado. En todocaso los domingos, para las celebracionescomunitarias, que dispongan de sillas ple-gables. Que las hay cómodas y no demasia-do feas. Lo que es fundamental del interior detoda iglesia, lo absolutamente preciso hoy, escrear el ambiente para poder encontrar aDios. Ambiente de misterio, soledad, silen-cio; sí, claro, esencial. Pero en estado de cla-ra y pura belleza, como cuando se entra en unclaustro de clausura: fuentes, pájaros, na-ranjos, cielo y tierra en armonía, también.Unidos. Es preciso indagar en el silencio dela iglesia el camino propio, pero rodeado debelleza, con equilibrio de formas, y si es po-sible con un fondo de música, ¡con el incre-íble tesoro que la Iglesia guarda!, que al si-lencio la música no estorba. Y más bienacompaña en la búsqueda de Dios trascen-dente, encarnado y accesible. Visible y cer-cano en forma humana. En el más próximo.

Es necesario que el sacerdote se sienta ro-deado de sus fieles, aunque sean cuatro. Quelos cuatro puedan aproximar la silla al altar,para sentirse bien cercanos al Dios que alegrael corazón.

Otro de los problemas del interior de lasiglesias son las luces. Son abrumadoramen-te feas, planas, altas y tenues. Una ilumina-ción indirecta y potente realzaría los hallaz-gos arquitectónicos si los hubiera, o disimu-laría los espantos si los hubiese, y fomenta-ría la creación de diferentes ambientes. Comoen las antiguas catedrales existían diferen-tes capillas, la buena arquitectura de interio-rismo –que existe– permite hoy, a base deluz, crear diferentes ambientes entrelazados:el ambiente de misterio, el ambiente de aco-gida, el ambiente de trabajo. Un foco pun-tual cercano, en una mesita, permitiría leer oescribir en soledad y presencia. Una lámpa-ra sobre una mesa camilla podría ser el cen-tro de acogida. El Sagrario tiene afortuna-damente la lamparilla de cera encendidasiempre, y es el centro del Misterio.

Con todo lo que los expertos conocen, laverdad es que crear un ambiente acogedoren el espacio amplio de una iglesia, para quevuelva a ser por definición y meta el mejorcentro de acogida, no es difícil. Lo difícil esla labor que cada cual previamente ha de re-alizar: despertar el propio corazón para quetenga siempre, y al mismo tiempo, la sufi-ciente generosidad de acogida frente al pró-jimo, y la humildad necesaria para acoger-se a sagrado cuando él mismo lo necesite.En fin, un milagro.

Leticia Escardó

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Acogerse a sagrado, mañanaHace unos cuantos siglos, en medio de toda refriega callejera, alguien gritaba: «Me acojo a sagrado», y entraba en la iglesia. Bastaba pisar el atrio para estar a salvo. Ya nadie podía prenderte, asaltarte, robarte ni perseguirte. Sólo paz, esperanza, sopa, pan, calor y buena música. Un refugio para pecadores y santos. Lo malo era después

la salida. Pues bien, yo tengo un deseo para este 2004: que las iglesias a diario y entre horas, vuelvan a estar llenas de personas, no de bancos vacíos

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DESDE LA FE 22-I-2004 ΩΩ25 AA

Otro gran problema de la lepra es quetarda años en manifestarse. Por eso es tanimportante detectar la enfermedad cuantoantes, para evitar que las secuelas sobre elsistema nervioso sean aún mayores. Fonti-lles trabaja para lograr que los sistemas sa-nitarios de los países con más lepra seancapaces de reconocer la enfermedad, ata-jarla con el tratamiento adecuado y llevarun seguimiento de los enfermos. «Quere-mos enseñarles a pescar –dice don Max Ebs-tein, que relata los casos de Brasil e India,donde la lepra está más extendida–; lo im-portante es concienciar a la población paraque, en cuanto se vean una pequeña man-chita blanca, acudan al médico; y a los mé-dicos, para que piensen inmediatamente enla lepra cuando vean esos síntomas». La la-bor de Fontilles en el campo de la formaciónes muy destacada, y es la vía más eficaz pa-ra que las poblaciones sepan cómo actuary, sobre todo, cómo evitar el contagio, conhigiene y una buena alimentación que au-mente las defensas.

«El verdadero problema de la lepra es lapobreza. Si se acaba con la pobreza, se habráacabado con la enfermedad–dice Ebstein–; esfundamental el seguimiento, porque, si no,cada enfermo contagia a otras tres personas».

En realidad, el control de los leprosos esla parte más difícil. El tratamiento que seestá aplicando ahora es bastante eficaz y,además, los laboratorios Novartis se com-prometieron a facilitar los medicamentosgratis. «Lo caro es colocar los blisters en ellugar donde están los enfermos, distri-buirlos entre la población y seguir la evo-lución de los enfermos», dice Ebstein. Da-das las circunstancias, parece poco proba-ble que se cumplan las predicciones de laOrganización Mundial de la Salud, queafirmaba que se habría acabado con la en-fermedad para 2005. «No hay que olvidar–añade Ebstein con cierta sorna– que laOMS es un organismo político con objeti-vos políticos». La ILEP fue expulsada porla OMS cuando puso de manifiesto sus se-rias dudas sobre la posibilidad de erradicarla lepra tan pronto. «Al fin y al cabo, sillevamos dos mil años hablando de la lepra,sólo hay tratamiento desde los años ochen-ta, y cada año hay 700.000 nuevos infec-tados; ¿cómo se va a acabar con ella contanta facilidad?», sentencia este valencia-no, que empezó a ir a Fontilles cuando aúnera un niño.

María Altaba

Castigo divino: así aparece la lepra enel Antiguo Testamento. Y esa idea deimpureza ha quedado tan marcada a

fuego en la sociedad, que ni el hecho de queCristo sanara a los leprosos o compartieracon ellos mesa y mantel ha servido para mi-tigar el estigma que pesa sobre estos enfer-mos. La lepra, que ya existía en tiempos delantiguo Egipto, no ha desparecido en nues-tros días; y la leyenda negra que la acom-paña, tampoco. El 25 de enero se celebra elDía mundial contra la lepra, con 700.000enfermos más cada año. Y aunque se estálejos de poder hablar del final de esta do-lencia, los datos son halagüeños, y las pers-pectivas de futuro hacen pensar que, en unosaños, la enfermedad estará controlada y re-ducida a casos esporádicos.

Aun así, incluso en España hay lepro-sos. Fontilles es una asociación valencianaque regenta dispensarios y leproserías portodo el mundo, y cuenta con un hospital enEspaña desde 1909. Allí hay internados cer-ca de 70 enfermos, y más de 150 recibentratamiento ambulatorio. «Muchos de nues-tros pacientes no han dicho en sus casas quetienen lepra. Prefieren que no lo sepan nisus familias», explica Max Ebstein, miem-bro de la Junta de Gobierno de Fontilles ydel Consejo de Dirección de ILEP (Fede-ración Internacional de Asociaciones contrala Lepra). La lacra de la enfermedad pesatanto en el primer mundo como en los paí-ses en vías de desarrollo y los subdesarro-llados. De hecho, el problema de la leprano es tanto la enfermedad en sí, como la po-breza y marginación en que sume a quie-nes la padecen.

Para sacarles de esa situación, es im-prescindible la labor de sensibilización, esdecir: desmitificar la lepra. Por ejemplo, hayque olvidar el tópico sobre que la lepra esextremadamente contagiosa. Esa idea pro-cede de la Edad Media, cuando se trataba alos leprosos como apestados y se les obli-gaba a llevar campanillas o castañuelas pa-ra que todos se retiraran a su paso. Hoy se sa-be que la lepra es una enfermedad de trans-misión oral y que «hace falta una conviven-cia prolongada y tener las defensas muybajas para contagiarse», según explica Ebs-tein. El noruego Hansen descubrió hace 20años el bacilo que provoca esta enfermedad,que afecta tanto a la piel como al sistemanervioso. La lepra en sí no es mortal; sinembargo, deja al organismo indefenso antelas agresiones externas, y, además, al per-der la sensibilidad, el enfermo no se da cuen-ta del dolor y se queman o se cortan con fa-cilidad.

Contra la lepra, hay queacabar con la pobreza

El 25 de enero se celebra el Día mundial contra la lepra, una enfermedad bíblica que sigue causando estragos y generando marginados entre las poblaciones más desfavorecidas. Sin embargo, los datos hacen pensar

en una tendencia al control de esta dolencia, de cura relativamente sencilla. El principal problema sigue siendo la pobreza, que genera falta de higiene y defensas bajas

Enfermos de lepra

en una leproseríade Calcuta, India

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La drástica medida del Presidente Jac-ques Chirac, que sin duda levantará am-pollas entre las confesiones religiosas

–y, en especial, en la minoría musulmana–,intenta paliarse con otras medidas favora-bles, como la introducción en la escuela pú-blica de la enseñanza del hecho religioso.Soluciones que pretenden reinterpretar –yadaptar a la realidad de la sociedad francesadel siglo XXI– el principio de laicidad delEstado que proclama el artículo 2 de la Cons-titución de la República Francesa. El Presi-dente, con esta proposición de ley, hace su-yas las conclusiones que, una semana antes,le elevara una comisión de sabios, elegidapara el estudio de la cuestión religiosa enFrancia, presidida por el político BernardStasi. Se da por hecho que la ley será apro-bada por la Asamblea Nacional y entrará envigor en el curso académico 2004-2005.

¿Qué ha sucedido en el vecino país paraque se adopte una medida tan radical? ¿Porqué en una sociedad plural, como la france-sa, donde en sus escuelas, como en las nues-tras, la identidad de los alumnos y su ads-cripción a tribus hacen florecer los pier-cings, los pelos de color fosforescente..., o

los símbolos religiosos? ¿Molestan tanto es-tos últimos? ¿Por qué prohibir lo que debeconsiderarse una manifestación –hay queentender que libremente escogida– de lascreencias y convicciones del alumno?

La medida desempolva una cierta con-cepción de la laicidad de combate que in-trodujera la vieja Ley de Separación de 1905,prácticamente en el olvido desde que impe-rasen las concepciones, hoy en plena vi-gencia, de la primacía de los derechos indi-viduales y colectivos. Dicha laicidad impri-me en el ser y actuar del Estado un conte-nido ideológico: la defensa de los valoresnacionales, fundados en la razón y en laigualdad entre los ciudadanos, que debenser salvaguardados en las instituciones pú-blicas, especialmente en la escuela. La es-cuela, santuario de la laicidad, como la de-nominó Chirac –el uso de términos del cris-tianismo es, paradójicamente, irresistible–,ha de mantener la neutralidad absoluta paracumplir convenientemente su objetivo pri-mordial: enseñar a los niños los valores se-culares y racionalistas, en que se funda lasociedad francesa. Las ideas religiosas debenquedar fuera, en el hogar y los templos. La

escuela es el crisol donde se funden las dife-rencias, a fin de formar a los ciudadanos delmañana. Esta concepción de la laicidad decombate se dirigió en los siglos XIX y XX aapartar de la escuela pública la enseñanza detoda visión trascendente, especialmente lade la fe cristiana. La lucha con la Iglesia ca-tólica y sus instituciones educativas fue lar-ga y penosa. Hoy es el Islam el que polarizalos miedos de la laica Francia. Precisamenteun asunto menor, el del pañuelo islámico delas muchachas que acuden a la escuela pú-blica francesa, ha sido el casus belli que en-frentara al Islam de la emigración con la se-cularizada sociedad francesa.

Una larga historia

La historia comienza el 1989, cuando tresalumnas magrebíes de enseñanza Secundariade un colegio de Creil, a las afueras de París,fueron advertidas de expulsión por el direc-tor del Instituto público si no se quitaban eltradicional hiyab, o pañuelo islámico. Unade ellas, de origen tunecino, persistió en suactitud y fue expulsada. Surgen protestas ymanifestaciones contrarias a la decisión. Nue-vas expulsiones se suceden en poblacionescon alta concentración de inmigrantes mu-sulmanes. La gravedad del problema haceque el Consejo de Estado francés, a instanciadel ministro de Educación, Lionel Jospin,emitiera un Dictamen, en noviembre de esemismo año, que inspirará y guiará las medi-das adoptadas a partir de entonces.

El texto del Dictamen parte de un con-cepto amplio de laicidad: si bien este prin-cipio debe garantizar la neutralidad de lasenseñanzas, respetando la libertad religiosade los estudiantes, también se ha de tutelar elderecho de los alumnos a manifestar su cre-do religioso dentro de la escuela. Llevar sím-bolos religiosos –expresión de ese derecho–no es, en sí, contrario a la laicidad, y no pue-de ser prohibido con carácter absoluto en losreglamentos de los centros. Ahora bien, co-mo todo derecho, éste encuentra sus límitesen los derechos y libertades de los demásalumnos, y en el cumplimiento de los fines dela escuela pública: si los símbolos obstacu-lizan la educación –como el negarse a asistira clases de asignaturas en las que portar unsímbolo o vestimenta religiosa pueda poneren peligro la salud o la vida del alumno–; oson ostentosos o reivindicativos, constitu-yendo un acto de presión, provocación o pro-selitismo; o, en fin, atentan contra la dignidado la libertad de los otros estudiantes, han deser prohibidos.

El Dictamen del Consejo de Estado fran-cés –que considero enfoca adecuadamenteel problema, intentando armonizar los dis-tintos derechos en conflicto que convergen enel siempre espinoso asunto de la garantía delos derechos fundamentales en la escuela–no pudo evitar una espiral de problemas cau-sados por el aumento de las niñas con velo y

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El 17 de diciembre, el Presidente de la República Francesa, Jacques Chirac,comparecía ante los medios de comunicación para anunciar oficialmente suintención de proponer a la Asamblea Nacional una ley que prohíba cualquiersímbolo religioso en la escuela pública. Don Agustín Motilla, catedrático deDerecho Eclesiástico del Estado, reflexiona sobre este nuevo episodio delfenómeno del laicismo y su posible traslación a nuestro país:

Riesgo del laicismo:aparición de guetos

Manifestaciónde mujeresmusulmanas elpasado 17 deenero enMarsella(Francia), con-tra la intencióndel gobierno deprohibir lossímbolos reli-giosos en laescuela pública

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DESDE LA FE 22-I-2004 ΩΩ27 AA

El Estado de Derecho español, como elde la mayor parte de los Estados que for-man parte de la Unión Europea, tiene co-mo valor supremo, reconocido en la Cons-titución, la dignidad de la persona y la ga-rantía de los derechos inviolables que le soninherentes. El Estado, en la escuela o enotros establecimientos públicos, ha de ase-gurar la neutralidad para que sean sus titu-lares, los individuos, quienes los ejerzan enlibertad. Entre esos derechos destaca la li-bertad religiosa y de creencias de los pa-dres a la formación de sus hijos de acuerdocon sus convicciones, y de los propios hijos.Portar símbolos religiosos es una manifes-tación, como ha afirmado el Tribunal Eu-ropeo de Derechos Humanos, del derecho aexpresar libremente las creencias. La edu-cación de los menores de edad, o el respetoa los derechos de los demás alumnos, po-drán limitar un uso abusivo o proselitistade los símbolos, siempre que el motivo de lalimitación quede convenientemente proba-do. Pero prohibir radicalmente a los alum-nos llevar símbolos –argumentándolo en lasupremacía de una pretendida cultura na-cional racionalista, o por considerar su fun-

damento religioso discriminatorio de la mu-jer, o ser un símbolo de integrismo–, cuan-do quede probada la libre voluntad de la ni-ña o la joven a llevarlo como expresión desus creencias o de su extracción cultural,supone, en mi opinión, una injustificablelesión de la libertad religiosa de los mis-mos.

En España, nuestro sistema constitucio-nal y el grado de tolerancia que demuestra lasociedad frente a los musulmanes puedeninmunizarnos frente al defecto francés quepusiera de relieve Chesterton –si bien refi-riéndolo a la Inglaterra victoriana– de con-siderar que «la libertad religiosa significaque todo el mundo es libre para hablar dereligión, pero en la práctica significa que acasi nadie se le permite ni siquiera nom-brarla». La pacífica convivencia en las es-cuelas de Ceuta y Melilla, donde el pañueloes algo natural y cotidiano en las niñas deorigen magrebí, es un ejemplo a imitar. Conello se evitarán tensiones y hostilidades que,considero, se producirán de seguir el cami-no marcado por Francia.

Agustín Motilla

las expulsiones de liceos e institutos. Desdela perspectiva de las comunidades musul-manas, el velo es el ejemplo más notorio dediscriminación, por cuanto otros símbolosreligiosos, como la kippa judía, no han oca-sionado disposición limitativa alguna. Pe-ro, en gran medida, la raíz del problema es-triba en cómo percibe la cuestión la opiniónpública francesa.

El pañuelo islámico representa la visua-lización personal del Islam de la emigracióny su progresión en número y presencia social–como los minaretes de las mezquitas en lasciudades europeas significan la islamiza-ción del espacio público–. No obstante, es elpañuelo de niñas y mujeres lo que princi-palmente es considerado como un ejemplodel auge del fundamentalismo islámico, deposturas teocráticas e intolerantes que po-nen en peligro los valores de la civilizaciónoccidental. Para extensos sectores, tanto dela derecha xenófoba como de la izquierdarepublicana y laica, la marea musulmana in-tegrista ocupa escuelas y calles, pretendien-do, como escribiera Oriana Fallaci, «cam-biar nuestro sistema de vida. Nuestros prin-cipios, nuestros valores...; sería como echara nuestra civilización». La cuestión del pa-ñuelo se presenta ante la sociedad como lapunta de lanza de la lucha entre el integris-mo y la República.

Una medida equivocada

No es de extrañar que, como último acto,hasta ahora, de esta pretendida batalla, elPresidente Chirac, utilizando una impresio-nante e inusual puesta en escena, haya que-rido cortar por lo sano, apartándose inclusode la jurisprudencia del Consejo de Estadocon la propuesta de ley de prohibición desímbolos religiosos en la escuela. Y con ello,para que no le acusen de discriminar a losmusulmanes, suprime también las kippasjudías o las cruces cristianas ostentosas –co-mo si los alumnos, en el caso de las cre-encias cristianas, acostumbraran a acudir alas escuelas o liceos vestidos de nazarenos,o cargando con cruces, de camino hacia ima-ginarios Gólgotas–.

Dentro del respeto a la tradición republi-cana y laica de nuestro vecino país, me pa-rece que la medida es equivocada; y lo espor razones políticas y, también, jurídicas.Políticamente, las comunidades musulma-nas tenderán a radicalizar sus posturas alconsiderar, con razón, que el Islam es trata-do como una religión extranjera, toleradaen el ámbito privado, pero a la que, en elpúblico, no se le reconocen los mismos de-rechos que a otras confesiones religiosas, oa las ideologías laicas y seculares. Ante unacierta islamofobia social, que reduce a me-ro fanatismo e integrismo distintas mani-festaciones de un Islam complejo y plural, elriesgo que existe de crear guetos sociales,de dificultar la integración de los musulma-nes o, incluso, de incentivar la huída haciaposiciones fundamentalistas, es evidente.Prueba de ello es que, en los demás países dela Unión Europea donde se ha respetado eluso del pañuelo –y en Estados con una altaconcentración de musulmanes, como GranBretaña y Alemania–, no han surgido con-flictos. La escuela se convierte en un espacioplural de convivencia entre las distintascreencias, que se manifiestan en libertad yrespeto mutuo.

Un momento de la Jornada

Mundial de la Juventud,

con el PapaJuan Pablo II,

en París. 1997

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Julia Roberts vuelve a las pantallas con La sonrisa de Mona Lisa, una versiónfemenina y algo torpe de El club de los poetas muertos. La película está diri-gida por Mike Newell, muy conocido por Cuatro bodas y un funeral, o Don-

nie Brasco, y que ahora prepara la cuarta entrega de Harry Potter. A la Roberts leacompañan en esta cinta una profusa galería de actrices nada desdeñable y el ac-tor Dominic West. Pero, detrás de tanto oropel, hay no pocas dosis de ideología, tanevidentes, que impiden que nos podamos tomar en serio la película.

La historia se centra en una de las escuelas femeninas más prestigiosas y con-servadoras de la América de los cincuenta, el Wellesley College. Allí, Katherine Wat-son –Julia Roberts– llega como la nueva profesora de Historia del Arte. El objetivode esta escuela era moldear esposas perfectas y abnegadas a las que encontrarcuanto antes un reputado marido. Pero la profesora Watson tiene otros planes ensu cabeza: formar mujeres modernas e independientes, capaces de tomar sus pro-pias decisiones al margen de maridos y planes de boda. Entre sus alumnas, en-contrará fervientes seguidoras, pero también una frontal enemiga, defensora del mo-delo tradicional de mujer, esposa y madre. De todas formas, Katherine Watsondescubre que, bajo la apariencia retrógrada y alienante de la institución, se es-conde mucha hipocresía y depravación disimuladas.

A La sonrisa de Mona Lisa, a pesar de contar con algunos buenos ingredien-tes, le pesa un guión cargado de lugares comunes y carente de originalidad. Esmás, las subtramas que podían haber salvado la película están insuficientementeresueltas. Por otra parte, la película identifica simplistamente la idea de tradicióncon la de falta de libertad, y ridiculiza –o niega– el derecho de la mujer a renunciar,si quiere, a una profesión para formar una familia. «Buscar la verdad más allá dela tradición» es la frase que solemnemente cierra la película. En realidad, el filmno nos deja alternativa, pues ninguna de las salidas que ofrece es humanamente sa-tisfactoria. De hecho, frente a un agobiante modelo machista, propone el lesbia-nismo, la contracepción y la promiscuidad como formas de liberación de la mujer.Así, las mujeres más libres de la película son una profesora lesbiana a la que ex-pulsan por repartir anticonceptivos a las chicas, y una alumna que se acuesta concualquiera que pase de los cuarenta, incluido su profesor de italiano.

Lo que podía haber sido una inteligente crítica al machismo y a ciertas formasinadecuadas de entender el matrimonio, se queda en una historia que vuela bajo yque es tan obvia que sucumbe a menudo en la demagogia. Por lo demás, el re-parto es bueno, la música, formidable –con canciones de la época–, y los ele-mentos visuales impecables. Pero, como siempre, la credibilidad de la películase juega en el guión.

Juan Orellana

Con bombo y platillo, incluida visita folclóri-ca de Tom Cruise, se ha estrenado en España

El último samurai, de Edward Zwick. Detrás deuna típica historia épica, calcadita de Bailandocon lobos, con samurais en vez de indios, se es-conde la aburrida propuesta orientalista de mo-da, de moral estoica, religiosidad panteísta y unacargante sobredosis de artes marciales.

Una superproducción al servicio del gurú de laCienciología, Tom Cruise, El último samurai noscuenta una historia ambientada a finales del sigloXIX, cuando Nathan Algren, un oficial americano–cómo no, con un pasado que le atormenta– esllamado a Tokio para adiestrar a los soldados delEmperador, que ha decidido occidentalizarse. Elprimer objetivo de las nuevas tropas imperialeses sofocar la rebelión de los samurais, guerrerostradicionales que se oponen a la vertiginosa mo-

dernización del Japón. El oficial americano –TomCruise–, fascinado por la forma de vida samurai,decide pasarse al enemigo y así redimir sus pre-téritas culpas. Él será el último samurai.

La película, como pueden imaginar, sigue alpie de la letra las convenciones del género, aun-que muy sobrada de inverosimilitud –¡cómo sepueden recibir tantos tiros y cuchilladas y per-manecer siempre indemne!– Escenas bien roda-das, aventuras amenas, mucha lucha cuerpo acuerpo y una excelente banda sonora, adereza-da de paisajes idílicos, garantizan una buena co-secha en taquilla. Pero el argumento y sus temasno resisten el análisis, y es una ofensa compa-rarla con el cine de Kurosawa, como el mismoCruise ha pretendido.

La película destila eclecticismo, presentandolas formas de vida y religiosidad orientales, con

su mística panteista y su dudoso respeto a la vi-da como don, como el referente necesario paraun Occidente materialista y decadente. La ob-sesión de los protagonistas por el destino nada tie-ne que ver con la providencia cristiana. A esto seañade la moda cansina de las artes marciales,que ha contagiado todos los géneros cinemato-gráficos. En lo positivo destaca un siempre en-cantador Timothy Spall, y un jefe samurai bas-tante cinematográfico.

En fin, la película, que con tanto honor pre-senta el harakiri, es un auténtico harakiri de latradición occidental. Entre el creciente fanatis-mo islámico y nuestra entrega al orientalismonew age, ya no sabemos ni quiénes somos ni adónde vamos.

J. O.

Cine: La sonrisa de Mona Lisa

Un alegato feminista y demagógico

El enésimo samurai

La protagonista de La sonrisa de Mona Lisa, en una escena del film

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DESDE LA FE 22-I-2004 ΩΩ29 AA

Punto de vista

La regeneracióndemocrátrica

Nuestra Constitución consagra elderecho de participación de los

ciudadanos en los asuntos públicos,instando al Estado a facilitar esaparticipación en la vida política,económica, cultural y social. Sin embargo,lamentablemente, en nuestra democracia seha extendido la creencia errónea de reducirla participación ciudadana al ejercicio delderecho de sufragio en unas elecciones.Asimismo, junto a la consideración de quelos partidos políticos son instrumentofundamental para la participación política,la Constitución admite otros entesasociativos distintos de los partidos, quetambién contribuyen a expresar elpluralismo político, concurrir a laformación y manifestación de la voluntadpopular y ser instrumentos para laparticipación política. Pero,desafortunadamente, nuestra sociedadentiende, de forma equivocada, que laúnica vía para participar en los asuntospúblicos es a través de los partidospolíticos, los cuales gozan de unprotagonismo excesivo.

Un auténtico régimen democrático no esel que proclama que los poderes procedendel pueblo, sino aquel que, además,articula los mecanismos para llevar a efectoy hacer realidad esa afirmación. NuestroEstado de Derecho contiene talesmecanismos; pero, ¿por qué en Españafunciona una democracia más formal quesustantiva? ¿Por qué en España lademocracia es más política que social,económica o cultural? ¿Por qué, al díasiguiente de unas elecciones, nosolvidamos –o se olvidan de nosotros–, demanera que el ejercicio de nuestro derechoa la participación se atrofia hasta loscomicios siguientes?

Existe cierto grado de insatisfacción odesencanto en los ciudadanos ante elsistema democrático, el funcionamiento delos partidos y, en concreto, ante la figuradel político. Un estudio del Centro deInvestigaciones Sociológicas, de septiembrede 2003, dice que el 71,3% de losciudadanos mayores de 18 años está deacuerdo con la frase: «Los políticos no sepreocupan mucho de lo que piensa la gentecomo yo»; y el 68,8% se identifica con lafrase: «Esté quien esté en el poder, siemprebusca sus intereses personales». Lo másgrave es que, desde 1989, estos porcentajesse han incrementado en 10 puntos.

¿Está en crisis nuestra democracia? ¿Espreciso regenerar el cuerpo democrático?Lo cierto es que la libertad del individuo ysu derecho a participar en los asuntospúblicos no radican en votar cada cuatroaños, sino en lograr una participación másplena en todos los ámbitos de la vidapública.

Raúl Mayoral Benito

L I B R O S

Libros así confortan nuestra fe, nuestra esperanza y nuestra caridad. Li-bros así legitiman las razones de nuestra fe, de nuestra esperanza y denuestra caridad. Si podemos hablar de Dios, ahora y en un futuro, co-

mo lo fue en un pasado, es porque Dios, previamente, ha hablado de símismo. Karl Barth nos diría que «sólo Dios habla de Dios». La legitimidadde la elocuencia, como pretensión salvífica de la palabra cristiana, nacede la primacía de la caridad en el alma humana. Dios aparece en el hombrecomo deseable y, después, o al mismo tiempo, como deleitable. Pensarsobre Dios es primera tarea. Si algo ha puesto en duda, en sospecha, lamodernidad –y no digamos nada la postmodernidad– es el pensamiento so-bre Dios, mejor dicho, la comprensión y aceptación humilde del hecho deque Dios ha pensado-amado previamente al hombre desde toda la eterni-dad y se ha revelado; una revelación que se hace presente, en su integridad,por la acción de Dios en el tiempo de la Iglesia por medio del Magisterio.Este libro es un poco, o un mucho, una historia de no sólo la idea de Dios,sino de la vida de Dios en el hombre, y de la búsqueda, y del encuentro delhombre con Dios. Dios y nosotros, primero; nosotros y Dios, después, bi-

nomio de radical implicación para la vida y para el pensamiento, que no pude dejarnos indiferentes. Libros así bien merecen ser pórtico y atrio de una colección de clásicos de teología del siglo XX, co-

mo la que con este volumen se inicia. Sorprende la agilidad con la que la editorial Cristiandad está, pocoa poco, dando una vuelta de ciento setenta y nueve grados al horizonte de las publicaciones de teología enEspaña. Y, desde hace bien poco, sin olvidar que su capacidad de acreditación se conjuga en un pretéri-to de éxitos que todos recordamos, y que han marcado mucha de la renovación elíptica de la teología y dela pastoral de la Iglesia. Bien lo dice, en fondo y forma, el profesor de Teología César Izquierdo, respon-sable de la amplia y cuidada introducción de este texto y de la mencionada colección. Ylo dice recordandola trayectoria intelectual del padre Daniélou, leída desde el hontanar de sus escritos autobiográficos, pa-sados unos años del Concilio Vaticano II, probablemente los suficientes. Cuando Pablo VI le nombra car-denal, en la ceremonia de su consagración episcopal, en la capilla des Crames, del Instituto Católico deParís, un grupo lanzó desde el coro octavillas acusándole de haber traicionado su libre magisterio teoló-gico, y su giro a la cerrazón dogmática. Pero dejemos que el padre Daniélou hable en sus Memorias:«Se ha comentado mucho que he evolucionado, que he pasado de una fase de aceptación respecto del mun-do moderno a otra crítica y polémica, que el progresista se había convertido en un conservador, cuandono en un integrista. Pero no, no he cambiado: me encuentro abierto al mundo, aunque detesto ciertasposturas de complacencia y complicidad. (…) Lo que, tanto a mí personalmente, como a algunos amigosmíos, tales como los padres De Lubac y Urs von Baltasar y otros muchos, nos ha parecido grave dentrode la historia religiosa de estos últimos treinta años, es el deslizamiento operado desde un interés apertu-rista del pensamiento a una actitud de abandono (démission)».

Quiso el padre Daniélou, y queremos nosotros, en un mundo en el que Dios parece ausente, como siDios no existiese, hacer memoria de los momentos y de las etapas por las cuales Dios se ha manifestadoy por las que se le puede encontrar.

José Francisco Serrano

El Dios de JesucristoTítulo: Dios y nosotrosAutor: Jean DaniélouEditorial: Ediciones Cristiandad

La educación es una misión compleja, en la complejidad del objeto de la edu-cación y del sujeto que es educado. Hay un proceso ineludible, que nace de la

realidad de nuestra naturaleza: la educación de los sentidos, que lo es, en granmedida, de nuestros sentimientos. Si hay una tarea compleja en este universo deimágenes es la educación en la gramática del ver, para pensar, para sentir, para gus-tar. Sobremanera en un cosmos ficticio de impulsos y de estimulaciones. El pro-fesor José Julio Perlado nos ofrece una serie de ensayos, muy cuidados estilísti-camente, sobre los ejercicios del ver, de la mirada, y del pensar, en nuestro mun-do, a caballo entre la estética de lo conocido y la ética del ejercicio del conocer.

J. F. S.

Gramáticas del mirarTítulo: El ojo y la palabraAutor: José Julio PerladoEditorial: Palabra

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Gentes

Televisión Con ojos de mujer

Un espacio de olores

El anuncio era asequible y llamásteis. El miedo a la procedencia aso-maba. Fue difícil contestar, con acento peruano, a la primera pre-

gunta: «¿Eres español?» Lo conseguisteis, y eso les otorgó el derecho dealquilaros lo único que no temían que estropeáseis, un bajo comercial de

40 metros cuadrados. Noos preguntaron si era paravivir (lo sabían), ni cuántosérais; esta vez no interesa-ba; mejor no saber, no nosvaya a traicionar el senti-do común.

Una va a clase a apren-der, y de camino, sin que-rer, aprende. La vida se en-carga. Me enseñáis: creovuestro espacio a base deolores. El olor es fuerte enese instante en el que dejoatrás vuestra puerta; siem-pre está entreabierta cuan-do paso, como si hubieranllamado abajo. No hay te-mor. Ya no importa lo quepueda suceder, cualquiermiedo es más pequeño.Veo pasar vuestro mundo:historias en verde, tan dis-tinto al que os observa ca-da día.

Los niños siempre están;parecen haberse escapado

de otro sitio cuando ríen. Paradojas de la vida: el adulto busca motivos,y a los niños casi siempre les sobran, cuando se trata de una sonrisa.Puerta de lata y vistas: de la habitación al baño, de la cocina a la habita-ción...; un olor, el de todos en una casa, muy fuerte, se sale por los ojos.Alguien me pregunta: «¿Qué te pasa?» Yo le digo: «¿No lo hueles?»

Rosa Puga Davila

Miguel Horacio, cantante

Norberto Bobbio, filósofo

Gilles Lipovetski, sociólogo

¡Todos a leer!

Chicho ha salido airoso del trabajo de Hércules que supone el estreno de unnuevo programa. Hubo momentos en los que llegó a alcanzar los 12 millones

de espectadores. Esto va a provocar, indudablemente, un desplazamiento de pro-gramación en las otras cadenas, justamente debido a un formato-dinosaurio que to-dos pensaban que estaba más para inspirar lástima que alegrías. Un, dos, tres... estan viejo como la primavera, que ya está inventada, pero siempre anda con sor-presas, y en este caso las sorpresas vienen con consigna: ¡todos a leer!

En mi modesta opinión, no me apetece que se me impongan las cosas por decreto,o porque toca, o porque no tienes más remedio que acceder para estar en la po-mada de lo que hay. Es como si desde el puesto de socorrista en la playa de LaLanzada se nos dijera a golpe de megáfono: «¡Ahora, todos a bañarse!»; y, de re-pente, la horda de turistas se desparramara al unísono a batirse con las olas. Pues no,yo me meto en el mar cuando el calor me revienta los poros, o cuando dejo el ca-pítulo suelto de una novela y me apetecen unos larguitos. Además, tampoco soy taningenuo de pensar que los programadores de la televisión pública se han vueltolocos y creen que deben incitar al público televidente a la gran cruzada de educaren la lectura. No me lo creo, porque si el Un, dos, tres... no funciona, estará fueraa la de tres, seguro. Y a por otra cosa que dé dividendos. Los nuevos programas dela televisión están tan encerrados en sí mismos que, si no medran, se desechan,sean sus intenciones adorables o abominables.

La educación en la lectura es una de las tareas más personales que existen; setransmite con la misma delicadeza como la naturaleza habla de Dios, que, «sinque hable ni pronuncie, a toda la tierra alcanza su pregón». Mi cuñado dejó un díasobre la mesa de mi sobrino un tocho de cuatrocientas y pico páginas que hablabande una historia fantástica, con malos y buenos, con tentaciones y fidelidades; era laprimera parte de El Señor de los anillos. Mi sobrino, con sus ocho añitos, empezóa dedicar su tiempo libre a desentrañar aquel tesoro, y, gracias a la perseverancia desu padre, ha llegado a la meta después de un par de añitos. Estas cosas se enseñande cerca; el canon de los títulos imprescindibles y la pasión por los libros sólo noslas proponen quienes más nos quieren. Los cuatro o cinco privilegiados que han po-dido ver la película-reportaje de Nicholas Philibert Ser y tener, que anda de estre-no estos días en España, habrán percibido que las maneras del buen educador sonlas de un hombre que se toma su tiempo en cada alumno, con el tono adecuado, contodo el entusiasmo y toda la dedicación. Chicho no nos va a educar en la lectura, si-no a entretener con el Un, dos, tres... de toda la vida.

Javier Alonso Sandoica

Nadie puede cambiarse a sí mismo. La llamadaa la conversión es imposible sin una intervencióndirecta de Dios. Hoy olvidamos que el mensajecentral de los cristianos es Él: Jesús.También decimos que es mejor que los demásnoten nuestra fe mirando nuestras acciones; es-to es válido, pero incompleto. Es necesario, hoymás que nunca, dar razón verbal de nuestra fe enCristo. Es como si alguien encuentra en el patiode su casa el antídoto a un virus mortal que es-tá acabando con la Humanidad y se lo calla. Lasalvación de Dios es Jesús; cuando alguien leencuentra no puede callar.

El derecho de la mujer y el de la sociedad, que sesuele presentar unidos para justificar el aborto, sonsecundarios. En cambio, el derecho del concebidoa nacer no se puede transgredir, y debe ser satisfe-cho dejándolo nacer.

El arte contemporáneo es muy repetitivo y com-pletamente vacío. Es una especie de vaga curio-sidad donde uno se plantea qué es lo que ha que-rido decir el artista. Parece que las obras artísticasllegan a muy poca gente, cuando, sin embargo, elamor al arte es universal. Cada vez hay más artistasque hacen obras que interesan poco, que provo-can menos y que suscitan menos emociones. Encambio, la mejor obra es la que expresa algo pro-fundo sobre el amor y la muerte…, y que es unproducto bien hecho.

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No es verdad

En tiempos, como los actuales, de guerrasmiserables, que nada resuelven –porqueninguna guerra puede resolver nunca nada–,no está mal la viñeta que acompaña estecomentario, en la que El Roto ve la pequeñapantalla de la televisión en la boca de tiro deun tanque. Nadie se ha puesto a contar lasvíctimas de la televisión en todo el mundo;sería tarea muy ardua. Recientes encuestasdel Centro de Investigaciones Sociológicasseñalan que nada menos que el 55,8% de losespañoles cree que la televisión es vulgar yde mal gusto..., pero la siguen viendo.Afortunadamente, y poco a poco –muy pocoa poco–, las personas más lúcidas handecidido dejar de ver televisión, puesto quehay otras muchas cosas más útiles que hacer.Incluso profesionales del mundo del cine,del teatro y de la televisión se han empezadoa dar cuenta –un poco tarde, pero más valetarde que nunca– del mal y del dañoirreversibles que determinados programasde televisión causan. No hace mucho, unode ellos se lamentaba, en una entrevista deperiódico, de que, si esos estragos ya songraves de por sí, más grave es todavía que,como el aborto, la eutanasia, etc., seanconsiderados, con toda naturalidad, comonormales por una sociedad que, no sólo haperdido el rumbo, sino que no quiere niencontrar la brújula. Sorprende y abochornaque muchos de esos intolerables programassean aceptados en cadenas televisivasregidas por personas que, teóricamente, sedicen cristianas. El Papa Juan Pablo II hadicho recientemente: «Sólo hombres nuevospueden hacer cosas nuevas». Pensar que laenferma sociedad actual puede cambiar, sinque cambiemos los hombres y mujeres quela constituimos, es como pedir peras alolmo. A lo mejor, lo del cambioimprescindible hacia una televisión dignatiene el mismo secreto que la felicidad,secreto que consiste, como es sabido, no en

hacer lo que se quiere, sino en querer lo quese hace.

Hasta veinte mil euros puede alcanzar lamulta impuesta a quien abandone a unanimal; quienes han abandonado a su abuelahan sido penados con una multa de 240 ¤.Más que una multa parece una invitación adesembarazarse de los pobres viejos quetanto molestan por cuatro perras. Esto noocurre en la estratosfera. Acaba de ocurrir ennuestra España actual. En una civilizaciónllamada progresista. Todas las civilizacionesancestrales tenían como norma el respeto alos ancianos. En las tribus llamadasprimitivas, ese respeto por los ancianos de latribu sigue existiendo, pero la civilización haacabado con eso. Y a eso le llaman progreso.Ahora, cuando hay –y si no la hay, se creainmediatamente– la figura del Defensor delPueblo, del Menor, de la Mujer, del Perro,¿dónde está la figura del Defensor delMayor? Y, puestos a preguntar, ¿quién nosdefenderá de nuestros defensores?

Ha sido clamorosa la reciente noticia deque Maragall y Carod pagarán a sushermanos –colocarlos ha sido lo primeroque han hecho nada más entrar a mandar–casi 5 millones más de las antiguas pesetasal año de lo que cobra el Presidente delGobierno. Los comentarios irónicos ysatíricos no han tardado en producirse:desde el que ironiza sobre La familia quegobierna unida, hasta el que ridiculiza:«Dicen Maragall y Carod que no sonespañoles, cuando han hecho la traducciónal catalán de una institución tan hondamenteespañola como la de Mienmano». Y éstosson los que se presentan en sociedad bajolemas como cambio, renovación y similares.Evidentemente, no es verdad.

Gonzalo de Berceo

Punto de vista

La separación

Después de 41 años casados, mi esposaMaría Elisa y yo nos hemos separado

provisionalmente. Cuarenta y un años, trassiete de novios, son mi vida; entonces tenía ella17 años: carrera juntos, planes y deseos deboda, espera larga para sellar nuestro amor queexistía y deseaba ser satisfecho. Desde entonceshasta ahora, días y días sin poder dejar de estarjuntos: alegres, enfadados, tristes, en elesplendor, en el ocaso.

Hijos, hijos, e hijos hasta nueve, porque ella,brillante universitaria, decía que aprendióintegrales matemáticas para partir tartas decumpleaños; y alta administración, para podercompartir su amor con todos los suyos sin queninguno se sintiera perjudicado.

Nietos, nietos, y nietos hasta veintiocho; ylos que irán llegando; porque sus hijos siemprehan visto generosidad y nunca obligación en sumadre, y han conocido que tener vida está porencima de cualquier bien y es el más preciadodon.

Los últimos veintinueve años de esta unión,los hemos dedicado juntos a conocer aJesucristo, y, habiéndole conocido, poderlomostrar a los demás; sus hijos y nietos en esa fede la Iglesia católica superan con creces los dela carne. Desde hace dos años, sin mermar suentrega generosa, pero sí su incansableresistencia, ha luchado contra el cáncer,obedeciendo a sus médicos, animando a susenfermeras, consolando a todos y, sobre todo–como lucha siempre el cristiano–, rezando,rezando mucho para poder aceptar la voluntadde Dios, segura de que, siendo como es Amor,nada malo podía engendrar su voluntad; ysabiendo que esa realidad de Amor tambiénllegaría a ese número de personas que, desde suentrega, han visto ese amor que tanto necesitanuestra generación.

¡Pero se ha ido, tenía que llegar antes alencuentro con el Padre! Nunca pensé ensobrevivirla yo. ¡Siempre fue más lista que yo, yse me ha adelantado! Se ha dado la separaciónde cuerpos, que nunca de sentir. ¿Cómo,después de tantos años, puedo sentir sin tenerpresente siempre a mi otro yo? ¡Cuánto mecuesta el no verla –que sí sentirla, porque encada uno de mis gestos y de mis palabras sientocómo reaccionaría, que diría, cómo meayudaría–!

¡Qué dolorosa separación! Sólo en laoración para estar junto a Dios, y así compartircon ella, está mi consuelo. La ayuda y entrega anuestros hijos en la fe me hablará y recordarásu ayuda y entrega a todos.

¡Qué consuelo en la Iglesia! Este consuelome ha llevado en estos días a intuir, acomprender lo duro que deben de seracontecimientos semejantes fuera de ella.¿Cómo puede uno asumir ese dolor sin el apoyode la Iglesia, una Iglesia que ayuda, consuela yda paso a esa vida añorada por todos: la vidaeterna? El dolor que ahora siento, sabiendo quetambién viene de Dios, me hace bendecir esebrazo que lo produce, porque es el mismobrazo que ahora acoge a mi esposa.

José A. Carmona Utrera

El Roto, en El País

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na buena noticia para los amantes del arte yde la arqueología –y también para quien,simplemente, esté animado de un vivo sen-timiento religioso– llega del sur del Líba-no: un equipo de arqueólogos franceses harestaurado la gruta de Caná, lugar del pri-mer milagro de nuestro Señor y meta de nu-merosos peregrinos, dañada por una incur-sión del ejército israelí y por la lógica ab-

surda de la guerrilla. Al término de una calleserpenteante, que lleva hacia Caná a travésde un paisaje ondulado y reposado, lleno deolivos y viñedos, se llega a un claro en elque sobresale un espolón rocoso; en uno desus lados se abre una gruta profunda, de unaquincena de metros: es el símbolo del mi-lagro de las bodas, donde Jesús transformóel agua en vino, ante sus atónitos huéspe-

des. En su interior, peregrinos y miembros dela comunidad cristiano-maronita de Tiro,importante centro urbano cercano a Caná,imágenes, flores y exvotos; en el exterior,sobre la pared rocosa, estatuas con la imagende Jesús, María y los esposos recuerdanaquel extraordinario evento y, todavía hoy,emocionan a los visitantes.

El sur del Líbano, como toda la Alta Ga-lilea, es una tierra de fermento religioso, pe-ro también de inestabilidad política y vio-lentas acciones militares. Aquí actúan losmiembros del Hezbollah filoiraní, en con-tinua oposición al ejército de Tel Aviv. Al-gunos de ellos han utilizado la gruta comoescondrijo para sus armas, confiando en laseguridad que le confiere su carácter reli-gioso: así, han escondido los fusiles kalash-nikov y los mortales misiles katiusha, conlos que atacan las posiciones enemigas alotro lado de la frontera.

Los israelíes se informaron y, en una oca-sión, hicieron una incursión nocturna en lagruta de Caná, esperando encontrar al odia-do enemigo y sus armas; en su lugar: nada denada. Probablemente avisados por un soplo,los miembros de Hezbollah abandonaron ellugar por un tiempo, pero esta incursión sereveló funesta para los adornos y objetos li-túrgicos de la gruta: el ejército israelí entróa sangre y fuego en su interior y todo resul-tó quemado, mientras que las estatuas delexterior quedaron ennegrecidas por el hu-mo.

Hoy, la asociación Solidère –que, porcuenta del Gobierno de Beirut, está proce-diendo a la restauración de los bienes artís-ticos y arqueológicos del país– ha encarga-do a un grupo de expertos del Centro de In-vestigaciones Científicas francés la restau-ración de la gruta de Caná. En el curso deunos pocos meses, los estudiosos transalpi-nos han arreglado el santuario –valiéndosetambién del asesoramiento de la Iglesia cris-tiano-maronita del Líbano–, y han vuelto acolocar estatuas, imágenes, exvotos y ofren-das florales; en el exterior, han limpiado lasestatuas con un barniz especial que las haceresplandecer.

Hoy, una patrulla de soldados de las Na-ciones Unidas vigila para que nadie vuelvaa utilizar la gruta como escondrijo, y paraque el flujo de peregrinos –que se ha reco-brado con normalidad– no vea obstaculiza-da su devoción religiosa.

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Alfa y Omega agradece la especial colaboración de:

Caná, la gruta del milagroYa han terminado las labores de reconstrucción de la gruta donde la tradición enmarca el milagro de las bodas

de Caná, destruida en uno de los episodios más funestos del eterno conflicto que asola Tierra Santa. El diario italiano Avvenire ha recogido en sus páginas los últimos avatares del lugar

donde Cristo se manifestó como el vino nuevo, alegría de los que creen en Él:

U

Las bodas de Caná, de Egino

G. Weinert