declaración política de la junta promotora de la nueva central de trabajadores

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1 LOS RETOS DE LOS TRABAJADORES ANTE UN NUEVO CAPÍTULO EN LA HISTORIA DE MÉXICO. Desde que se inició el proceso formal de construcción de la Nueva Central de Trabajadores (NCT), el 10 de marzo del 2012, sabíamos que la clase trabajadora y la Nación estábamos por enfrentar una violenta ofensiva para despojarnos de nuestros más preciados derechos laborales e imponernos la privatización de nuestros recursos energéticos. Los hechos nos han dado la razón y nos obligan, a todos los trabajadores conscientes y dignos, a redoblar el esfuerzo para culminar la gran tarea de unificarnos. La siguiente Declaración representa una necesaria actualización de este propósito. Los tiempos cambian… lo mismo tenemos que hacer nosotros. (DECLARACIÓN DE LA JUNTA PROMOTORA PARA LA CONSTRUCCIÓN DE UNA NUEVA CENTRAL DE TRABAJADORES) Se abre un nuevo capítulo en nuestra historia. México acaba de sufrir la pérdida de su dominio sobre el Petróleo y la Electricidad. En 140 días, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos ha recibido un golpe letal con la imposición de las contrarreformas laboral, educativa, hacendaria, energética y política. Desde el Congreso de la Unión, los neoliberales han impuesto nuevas bases jurídicas para forzar la explotación intensiva de nuestros recursos naturales estratégicos y la fuerza de trabajo de millones de mexicanos, trastocando por completo el orden constitucional emanado de la Revolución Mexicana. Una élite gobernante de políticos sin escrúpulos ha pasado por encima de los derechos del pueblo y de los intereses de la nación para imponer un modelo de reproducción del capital asentado en el saqueo de los bienes nacionales, la precariedad del trabajo, el desmantelamiento de los derechos sociales y la privatización de los servicios públicos; procesos que en su conjunto profundizan la desigualdad y aceleran la polarización social en nuestro maltrecho país, azotado además por la violencia, la militarización y la criminalización de la protesta social. Con ello pretenden obtener nuevos privilegios y amasar nuevas fortunas, postrándose servilmente ante los intereses geopolíticos de los Estado Unidos y el poder económico de las grandes empresas trasnacionales. La oligarquía y la clase política en el poder reniegan de nuestra historia, convertidos en servidumbre propia de un protectorado. El gobierno se asume como un ente ajeno a los sentimientos de

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Los tiempos cambian... lo mismo tenemos que hacer nosotros.

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Page 1: Declaración política de la Junta Promotora de la Nueva Central de Trabajadores

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LOS RETOS DE LOS TRABAJADORES ANTE UN NUEVO CAPÍTULO EN LA HISTORIA DE MÉXICO.

Desde que se inició el proceso formal de construcción de la Nueva Central de Trabajadores (NCT), el 10 de marzo del 2012, sabíamos que la clase trabajadora y la Nación estábamos por enfrentar una violenta ofensiva para despojarnos de nuestros más preciados derechos laborales e imponernos la privatización de nuestros recursos energéticos. Los hechos nos han dado la razón y nos obligan, a todos los trabajadores conscientes y dignos, a redoblar el esfuerzo para culminar la gran tarea de unificarnos. La siguiente Declaración representa una necesaria actualización de este propósito.

Los tiempos cambian… lo mismo tenemos que hacer nosotros.

(DECLARACIÓN DE LA JUNTA PROMOTORA PARA LA CONSTRUCCIÓN DE

UNA NUEVA CENTRAL DE TRABAJADORES)

Se abre un nuevo capítulo en nuestra historia. México acaba de sufrir la pérdida de su dominio sobre el Petróleo y la Electricidad. En 140 días, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos ha recibido un golpe letal con la imposición de las contrarreformas laboral, educativa, hacendaria, energética y política. Desde el Congreso de la Unión, los neoliberales han impuesto nuevas bases jurídicas para forzar la explotación intensiva de nuestros recursos naturales estratégicos y la fuerza de trabajo de millones de mexicanos, trastocando por completo el orden constitucional emanado de la Revolución Mexicana. Una élite gobernante de políticos sin escrúpulos ha pasado por encima de los derechos del pueblo y de los intereses de la nación para imponer un modelo de reproducción del capital asentado en el saqueo de los bienes nacionales, la precariedad del trabajo, el desmantelamiento de los derechos sociales y la privatización de los servicios públicos; procesos que en su conjunto profundizan la desigualdad y aceleran la polarización

social en nuestro maltrecho país, azotado además por la violencia, la militarización y la criminalización de la protesta social.

Con ello pretenden obtener nuevos privilegios y amasar nuevas fortunas, postrándose servilmente ante los intereses geopolíticos de los Estado Unidos y el poder económico de las grandes empresas trasnacionales. La oligarquía y la clase política en el poder reniegan de nuestra historia, convertidos en servidumbre propia de un protectorado. El gobierno se asume como un ente ajeno a los sentimientos de

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la Nación, negándole a los mexicanos un proyecto de vida digna y un futuro propio. Un ejemplo, a propósito de la contrarreforma laboral, su tesis central era que con su puesta en marcha se generaría un millón de empleos estables y bien remunerados en un año; sin embargo, las cifras del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) y el IMSS, muestran todo lo contrario: al último trimestre del 2013, 2 millones 600 mil mexicanos en edad productiva se encontraban en situación de desempleo y al cierre de diciembre pasado, el IMSS reportaba apenas 463 mil nuevas afiliaciones contra 711 mil del 2012. Mientras que 29 millones de mexicanos subsisten en la informalidad. Por eso afirmamos, que se vislumbra un largo período de intensa lucha social para poder remontar el abismo al que nos han arrojado 30 años consecutivos de neoliberalismo y 20 años de Tratado de Libre Comercio de América del Norte. La desenfrenada descomposición de las instituciones del Estado no tiene límite. Los tres órdenes del Estado, los poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, así como los partidos políticos, se han convertido en una implacable máquina de guerra al servicio de los intereses del capital y los vendepatrias. La corrupción y complicidad con la delincuencia organizada, han hecho del Estado Mexicano una entidad incapaz de proveer derechos sociales y seguridad a los ciudadanos. De ahí que en distintas regiones del país surjan distintas expresiones de autodefensa civil que se ven obligadas a defender, a cualquier precio, su integridad, sus bienes y la vida de sus comunidades. En lugar de una transición democrática se ha instaurado un régimen político autoritario que no respeta la voluntad

popular, que alterna partidos en los gobiernos para implementar las mismas políticas neoliberales y tiende a restringir el libre ejercicio de las libertades democráticas consagradas en la Constitución. Todo ello, en complicidad con el papel manipulador de los medios de comunicación que sirven a este régimen autoritario. Pese a ello, la implantación de las reformas estructurales y la continuidad del régimen autoritario inevitablemente encontrará a su paso múltiples expresiones de resistencia popular; en el rechazo al despojo del agua y la tierra de las comunidades indígenas y campesinas; en la resistencia de los trabajadores de PEMEX, CFE, el IMSS y otros que están amenazados de ser despedidos; en el obrero fabril, que agotado por la extenuantes jornadas de trabajo pagadas con salarios de hambre, remontará su miedo y sabrá librar impostergables batallas; por el movimiento estudiantil que encontrará la fórmula para salir de su reflujo momentáneo y por una juventud que, ante la pérdida de toda perspectiva de futuro, se rebelará en contra de la desesperanza. No habrá derrota en el campo popular. Los tiempos cambian… lo mismo tenemos que hacer nosotros. De frente a los difíciles tiempos que se avecinan, las y los trabajadores deberemos replantear nuestra lucha. Después de décadas de dominación sobre el trabajo asalariado a través del control corporativo del sindicalismo charro, los contratos de protección y corrupción de las Juntas de Conciliación y Arbitraje, la clase trabajadora tendrá que asumir el reto de reorganizar sus fuerzas para defender sus conquistas y abrirse paso entre la multitud de obstáculos que le impiden constituirse en una clase social consciente y protagónica capaz de alcanzar su emancipación. Para eso queremos una Nueva Central de Trabajadores autónoma democrática, solidaria e internacionalista.

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Irónicamente, la barbarie neoliberal habrá de ser el caldo de cultivo para la reorganización autónoma de una nueva clase trabajadora, independiente del gobierno y de los partidos políticos del sistema. La Nueva Central de Trabajadores debe convertirse en una alternativa de lucha rebelde, que le de voz y organización a los jornaleros agrícolas, a los obreros fabriles, a los trabajadores de la educación, a los mineros, electricistas, petroleros, sobrecargos y pilotos que ahora luchan por restablecer sus derechos humanos y laborales. No permitiremos que nuestra fuerza sirva para encumbrar liderazgos despojados de todo compromiso con la emancipación de clase trabajadora. No ayudaremos a subir un peldaño al oportunismo político que sólo ve en nosotros un botín electoral para asegurarse un modesto lugar en el festín neoliberal y el reparto de poder con los de arriba. Vemos con desconfianza a los que han contribuido, desde el llamado “Pacto por México”, a la imposición de las reformas estructurales de los neoliberales, por más que ahora se distancien en el apresurado afán de recuperar una mínima credibilidad ciudadana que les permita seguir siendo parte de la clase política gobernante. La Nueva Central debe darnos altura de miras para poder mirar más allá de nuestras luchas inmediatas de carácter gremial o regional. Debe darnos los instrumentos organizativos y lineamientos políticos que nos permitan actuar, como clase social en todo el territorio nacional, en forma unitaria y desplegar una actividad orientada a fortalecer nuestra correlación de fuerzas, de frente al periodo que las reformas estructurales han puesto en marcha.

En este periodo, no podemos continuar ofreciendo respuestas inmediatistas, sin mayor alcance, que nublan la posibilidad de una sólida construcción de un proyecto alternativo fundado en la solidaridad y principios de clase que permita impulsar y articular la lucha de los trabajadores a nivel nacional. Hace falta asentar un proyecto de largo alcance que en todo el país entreteja miles de procesos organizativos y ponga al alcance de la resistencia de los trabajadores del campo y la ciudad los instrumentos jurídicos, políticos, de formativos y de comunicación que les permitan consolidar y expandir su lucha. Asumimos como tarea inmediata la reorganización política de la clase trabajadora mexicana, construyendo organizaciones estatales de la Nueva Central en todo el país, federaciones democráticas de trabajadores, en distintos ramas o sectores productivos, la integración de consejos comunitarios de organizaciones sociales y ciudadanas afines a la Nueva Central. Partiendo de lo que ya existe vamos desplegar una actividad planificada de construcción de unidades organizativas de base en miles de centros de trabajo de las ciudades, el campo, el mar y el aire para la defensa irrestricta de los intereses de los trabajadores. En la lucha en contra del régimen autoritario que se nos quiere imponer, la Nueva Central marchará al lado de la lucha democrática de la sociedad civil confluyendo con todas aquellas expresiones que aporten al rescate de la Nación y permitan sumar esfuerzos en la dura batalla en contra del despotismo de los neoliberales. Luchar consecuentemente por la defensa de las libertades democráticas en el preciso momento en que el Estado endurece su postura en contra de los movimientos sociales es indispensable para preservar la perspectiva de nuestra lucha emancipadora. En esa ruta reconocemos la necesidad de una

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Nueva Constituyente como resultado de todo un proceso de reorganización y empuje de todas las fuerzas sociales que luchan por un México con libertad, justicia y democracia. Las organizaciones convocantes a la construcción de la Nueva Central de Trabajadores aspiramos a dar un paso histórico en la reivindicación de nuestra independencia y autonomía de clase, lo hacemos desde la probada resistencia de nuestras organizaciones. No tenemos de otra, lo asumimos así o nuestras luchas aisladas sucumbirán al neoliberalismo que ahora se pretende profundizar y expandir su dominio. Encubriéndose en la hipocresía, los de arriba pretenden recrear un sistema de dominación fundado en la desinformación mediática, el control corporativo y la represión que dure cien años. No se los permitiremos, no más resignación, no más indiferencia, no más complicidad ni colaboracionismo.

Para nosotros está claro que la verdadera emancipación de los trabajadores pasa por la construcción de un México soberano, justo, libre y democrático. A eso nos comprometemos.

¡¡VIVA LA NUEVA CENTRAL DE TRABAJADORES!!

¡¡ALTO A LA CRIMINALIZACIÓN

DE LA LUCHA SOCIAL!!

¡¡UNIDOS VENCEREMOS!!

México, DF, a 25 de enero del 2014.

JUNTA PROMOTORA PARA LA

CONSTRUCCIÓN DE UNA NUEVA CENTRAL DE TRABAJADORES.