cuentos practico n1

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INSTITUTO SUPERIOR DE FORMACIÓN DOCENTE “NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED” PROFESORADO DE EDUCACION PRIMARIA LENGUAJE, ESCRITURA Y ORALIDAD Prof. Ana María TRÁPANI Cuentos 1

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Cuentos Practico N1

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INSTITUTO SUPERIOR DE FORMACIN DOCENTE

INSTITUTO SUPERIOR DE FORMACIN DOCENTE

NUESTRA SEORA DE LA MERCED

PROFESORADO DE EDUCACION PRIMARIA

LENGUAJE, ESCRITURA Y ORALIDADProf. Ana Mara TRPANI

Cuentos

Alumnas: De La Colina Micaela

Luquin Beln

Kalbermatter Noelia

Crdoba, 12 de junio 2014

Laura Devetach

Naci en la provincia de Santa Fe. Es Licenciada en Letras Modernas, por la Universidad Nacional de Crdoba. Ha escrito cuentos, obras de teatro y libretos de televisin, adems de realizar un importante trabajo de recopilacin de relatos, poemas, dichos y coplas populares. Colabor en los medios Clarn, Vivir, Billiken y Humi. Fue directora de colecciones de libros para nios; coordinadora de talleres de escritura y grupos de reflexin sobre temas de Literatura y Literatura para nios; coordinadora de talleres y encuentros con nios y adultos en todo el pas; panelista invitada en congresos nacionales e internacionales.

Entre sus obras para adultos se encuentranOficio de palabreraySe me pianta un lagrimn. Entre las obras para chicos,La torre de cubos; Monigote en la arena; Quin se sent sobre mi dedo; Un cuento puaijjj; Muchas patas; El ratn que quera comerse la luna; Una caja llena de....; Cuentos que no son cuento; El paseo de los viejitos; El hombrecito verde y su pjaro. Recibi muchsimos premios, entre ellos, Integrante de la Lista de Honor de la Organizacin Internacional para el libro juvenil (IBBY) 1986, y Premio Casa de Las Amricas 1975, en el rubro Literatura infantil-juvenil, porMonigote en la arena. Premio estmulo a la produccin literaria Fondo Nacional de las artes 1964, porLa torre de cubos. Premio Argentores 1972, porBichoscopio, Buenos Aires. Premio Trayectoria ALIJA. Lista de Honor de ALIJA 1993, por el texto deMilongas tamao alpiste, poemas. Lista de Honor de ALIJA, 1996 por Libro Total:Pobre MariposaySe me pianta un lagrimn. Su libro tericoLa construccin del camino lectorrecibi la distincin Destacado ALIJA 2008.

El hombrecito verde y su pjaro

El hombrecito verde de la casa verde del pas verde tena un pjaro.

Era un pjaro verde de verde vuelo. Viva en una jaula verde y picoteaba verdes semillas. El hombrecito verde cultivaba la tierra verde, tocaba verde msica en su flauta y abra la puerta verde de la jaula para que su pjaro saliera cuando tuviera ganas.

El pjaro se iba a picotear semillas y volaba verde, verde, verdemente. Un da en medio de un verde vuelo, vio unos racimos que le hicieron esponjar las verdes plumas.

El pjaro picote verdemente los racimos y sinti una gran alegra color naranja. Y vol, y su vuelo fue de otro color. Y cant, y su canto fue de otro color.

Cuando lleg a la casita verde, el hombrecito verde lo esperaba con verde sonrisa. Hola, pjaro! le dijo.

Y lo mir revolotear sobre el silln verde, la verde pava y el libro verde. Pero en cada vuelo verde y en cada trino, el pjaro dejaba manchitas amarillas, pequeos puntos blancos y violetas.

El hombrecito verde vio con asombro cmo el pjaro pona colores en su silln verde, en sus cortinas y en su cafetera.

Oh, no! dijo verdemente alarmado.

Y mir bien a su pjaro verde y lo encontr un poco lila y un poco verde mar.

Oh, no! dijo, y con verde apuro busc pintura verde y pint el pico, pint las patas, pint las plumas.

Pero cuando el pjaro cant, no pudo pintar su canto.

Y cuando el pjaro vol, no pudo pintar su vuelo.

Todo era verdemente intil.

Y el hombrecito verde dej en el suelo el pincel verde y la verde pintura.

Se sent en la alfombra verde sintiendo un burbujeo por todo el cuerpo. Una especie de cosquilla azul.

Y se puso a tocar la flauta verde mirando a lo lejos.

Y de la flauta sali una msica verde azul rosa que hizo revolotear celestemente al pjaro.

Gnero: Literario, narrativo. Especie: Cuento.

Tema: Obsesin, el enanito verde no logra adaptarse a la idea que sea posible que exista otro color. Personajes principales: -Hombrecito verde: Obsesivo, ya que, le cuesta mucho desprenderse de lo que cree es lo normal.-Pjaro: este personaje le brinda una nueva mirada sobre el mundo por eso, lo tomamos como una gua para el hombrecito verde. Cita textual: El hombrecito verde cultivaba la tierra verde, tocaba verde msica en su flauta y abra la puerta verde de la jaula para que su pjaro saliera cuando tuviera ganas Sntesis del argumento: El hombrecito verde deja en general su vida verde para comenzar a ver los matices del mundo, su compaero el pjaro verde lo llevar por un camino donde podr conocer distintos sentimientos con distintos colores, logrando abandonar su obsesin y consiguiendo disfrutar de las emociones que estos cambios pueden ofrecerle.Hace referencia sobre la diversidad, la fantasa y la importancia de atreverse a cambiar. Valoracin personal: Uno puede estar obsesionado en hacer las cosas como uno quiere pero tenemos que saber y tener presente que los dems poseen la libertad de tomar sus propias decisiones, de las cuales podemos aprender y sacar provecho de las mismas, por eso hay que respetar cada eleccin.

Bibliografa: Devetach, Laura (2012) El hombrecito verde y su pjaro. Ed. Alfaguara Infantil.Mara Elena WalshEscritora, compositora y cantante argentina, nace en Ramos Meja, provincia de Buenos Aires, en 1930.

En 1945 a los 15 aos, comienza a publicar poemas en el diarioLa Naciny las revistasSuryEl Hogar.Su primer libroOtoo Imperdonable, de 1947, merece el Premio Municipal de Poesa.Egresa de la Escuela Nacional de Bellas Artes como Profesora de Dibujo y Pintura en 1948. El poeta espaol Juan Ramn Jimnez la invita a los Estados Unidos. Con una beca de la Fundacin Williams, viaja en 1948. Asiste a cursos en la Universidad de Maryland en calidad de oyente.

Entre 1952 y 1956 reside en Pars, donde integra, junto con Leda Valladares, el doLeda y Maray actan en diversas ciudades de Europa como intrpretes de msica folklrica. Graba varios discos en Pars y Londres. All comienza a crear canciones infantiles. En 1956 regresa a Buenos Aires, donde alterna la publicacin de libros con la realizacin de guiones y libretos para televisin (para nios y adultos) que le dan gran popularidad. Por ellos recibe el Martn Fierro, galardn mximo de la TV argentina.

En 1960 publica su primer libro infantil:Tut Maramb.Le seguirn, entre otros,El Reino del Revs, Zoo Loco, Dailan Kifki, Chaucha y Palito, Manuelita dnde vas?,que formarn parte junto con sus canciones, del bagaje cultural de mayores y nios en la Argentina y en otros pases de habla hispana.

En 1962 estrena en el Teatro Municipal General San Martn su primera comedia musical infantil:Canciones para mirary, al ao siguiente,Doa Disparate y Bambuco, representadas en teatros de la Argentina, Amrica y Europa hasta hoy.

En 1968 comienza su serie deRecitales unipersonalespara adultos, continuando en giras internacionales hasta 1978, ao en que se retira de los escenarios. Sus canciones continan siendo reeditadas y tambin, especialmenteComo la cigarraySerenata para la tierra de uno,incluidas en repertorios de grandes intrpretes internacionales.

En 1971 escribe, produce y acta en el filmeJuguemos en el Mundo, dirigido por Mara Herminia Avellaneda. Es autora delleit motivy las canciones deLa historia oficialde Luis Puenzo, primer filme argentino en ganar el Oscar a la mejor pelcula extranjera. Asimismo, su personaje Manuelitainspir el exitoso filme de Garca Ferr.

En 1979 el diarioClarnpublicaDesventuras en el Pas-Jardn de Infantes, denunciando la censura vigente, con gran repercusin internacional.

En 1984 publicaLos poemas, que rene su obra potica.

En 1986 dirige y traduce centenares de cuentos infantiles para la enciclopediaVeo Veo, publicada en la Argentina y otros pases de Amrica.

En 1990 publicaNovios de Antao, su primera novela para adultos. En 2008,Fantasmas en el parque, inclasificable como gnero (entre novela, memorias y ficcin) y tambin perteneciente a su obra para adultos.

En 1994 publicaLas Canciones, recopilacin completa de canciones para nios y adultos. En 2008 se editan en forma de libro, por primera vez, sus comedias musicalesCanciones para miraryDoa Disparate y Bambuco.

Mara Elena Walsh ha obtenido numerosas distinciones: Premio Municipal de Poesa (1948); Premio ARGENTORES; Gran Premio SADAIC; Premio Fundacin Argentina para la Poesa; Gran Premio de Honor del Fondo Nacional de las Artes; Highly Commended del Premio Andersen (IBBY); la Orden de la Sonrisa (Polonia); Premio Mundial de Literatura Jos Mart (Costa Rica, 1995); Premio Gabriela Mistral (Chile, 1996); Premio Internacional de La Paz de la Masonera Argentina y Premio de la Universidad de Tel Aviv (1997).

En 1985 es nombrada Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires; en 1990, DoctorHonoris Causade la Universidad Nacional de Crdoba, Argentina; en 2008, Reconocimiento Pblico de la Academia Argentina de Letras.

Fue integrante de la Comisin de Honor de la Sociedad Argentina de Autores y Compositores (SADAIC).

Sus libros y canciones han sido traducidos al ingls, francs, hebreo, italiano, guaran, fins, dans, sueco y vietnamita. Numerosas escuelas, bibliotecas y plazas de la Argentina llevan su nombre. Sus obras literarias han vendido ms de un milln de ejemplares solo en Argentina.Angelito

Haba una vez un angelito que viva en el cielo sin hacer nada, feliz entre los otros ngeles. Algunas veces tocaba el arpa y otras cantaba una cancin que deca as:

Un angelito canta y vuela.No hace mandados ni va a la escuela.Nadie lo reta, nadie le pega,anda descalzo, juega que juega.

Una vez San Pedro lo llam: Angelito!Mande le contest el ngel.Andamos con problemas all en la Tierra le dijo San Pedro.No me diga, San.As es; ven, mira.San Pedro lo llev hasta su balcn de nube, donde se vea la Tierra como una manzana acaramelada toda cubierta de maz tostado.All hay un chico que nos est dando mucho dolor de halo, un tal Juancito.No me diga, San le contest Angelito, distrado.Travieso, el muchacho sigui San Pedro, jugando con las llaves para descargar su preocupacin. Ya van cuatro ngeles de la guarda que nos gasta. Ninguno puede con l.Quiere que pruebe yo, don San Pedro?Y, ya que ests aqu sin hacer nada...Ya me estoy yendo...Espera; no seas tan atropellado. Es una misin peligrosa. Mira que ese chico nos ha devuelto a un custodio con las alas rotas, a otro con tres chichones y al Rafaelito con un ojo negro.Angelito silba, impresionado.Claro que el chico no saba que eran ngeles, pero qu le vamos a hacer, ese es nuestro secreto.As es, San, no debemos decir nada le dijo Angelito, que se mora por contarle a todo el mundo que era ngel.Vamos a intentar contigo sigui San Pedro. En primer lugar no vas a ir a la Tierra volando, como todos, sino en plato volador, que es ms rpido y seguro.Angelito se puso a saltar de entusiasmo.Espera, Angelito, no seas tan atropellado...Angelito sali corriendo, trep a la cabina y...10... 9... 8... 7...Espera, Angelito, que no te di las instrucciones...A la orden, mi comandante.Primero, vas a ir disfrazado.San Pedro le pleg las alas y despus lo visti con una camiseta, un pantaloncito y unas zapatillas rotosas. Tambin le dio una maletita con un guardapolvo y los tiles de la escuela. Ah, y una pelota de ftbol, claro. Y qu hacemos con el halo, don San Pedro?Cierto, brilla mucho... Por el halo te conocern. Vamos a esconderlo adentro de la pelota.San Pedro la descosi, guard el halo adentro y volvi a cerrarla.Bueno, me voy. 6... 5... 4...Espera, Angelito, no seas tan atropellado... Todava no te di las seas del chico que tienes que custodiar.San Pedro le tendi un papel y esta vez s Angelito trep a su plato volador y...4... 3... 2... 1... Cero!... Hasta la vuelta, don San Pedro!Juancito andaba por el campo, solo como siempre, triste y sin amigos. Haba faltado a la escuela y se aburra.Tena ganas de jugar con alguien.De pronto le pareci or un zumbido, all arriba... Quizs un avin... pero no. No vio nada por el cielo. Ni nube ni pjaro ni mquina.Angelito aterriz muy despacio, escondiendo su OVNI tras un rbol, cosa bastante intil pues el artefacto era completamente invisible.Se acerc a Juan, jugando con la pelota y silbando distrado. Juan lo mir con desconfianza. De dnde has salido? le pregunt.De por ah noms.Dame esa pelota.No le dijo Angelito; tengo que ir a la escuela.No; mejor qudate aqu y juguemos le contest Juan.No; primero te acompao a la escuela.Y ah noms Juan lo atac para robarle la pelota. El ngel no la soltaba. Juancito le pegaba y l, como era ngel, se dejaba pegar hasta que se cans y domin a su contrincante con un buen pase de yudo.Juan se qued quieto, enfurruado y lloriqueando. Angelito le tendi la mano: Somos amigos?Juan no contest.Al da siguiente fueron a la escuela juntos; Angelito comprob que era cierto lo que le dijeran en el cielo. Juan pasaba la maana molestando, chillando, haciendo borrones, arrojando tiza, tirndole del pelo a las nias, rompiendo cuadernos y dibujando monigotes con cola y cuernos que, desgraciadamente, causaban mucha gracia a sus compaeros.Angelito le daba consejos y hasta trataba de sujetarle las manos. Intil. Una tarde lo llev a pasear al campo y all trat de sermonearlo: que tena que portarse bien, y que patatn y que patatn. Juancito se tap los odos y le sac la lengua. Entonces el ngel se qued triste y callado, y al fin dijo, por decirle algo bueno:Te regalo la pelota.Juan se puso contento. Angelito no se acordaba para nada del tesoro encerrado en la pelota.Jugaron los dos un buen rato, hasta que la pelota fue a parar a un alambrado y all se desgarr toda contra las pas, que nunca faltan en este mundo. Juan recogi la pelota y vio sorprendido que de adentro sala luz. No se anim a romperla del todo pero la desgarr un poquito ms y vio algo que brillaba...Sac delicadamente un crculo livianito como el aire... un aro de oro... un hilo redondo y como de miel. Y esto?Nada, es mi sombrero contest el ngel. A ver cmo te queda?El ngel se puso el halo, que brillaba como una tajadita de sol.Entonces, eres un ngel? dijo Juan.Claro, tonto; soy tu ngel guardin. Y por qu no me lo dijiste?Porque es un secreto. Nosotros nunca decimos nada; ni siquiera se nos Ve. Qu lstima! dijo Juan. Por qu que lstima?Porque si yo hubiera sabido que tena un ngel me habra portado bien.Ahora ya lo sabes.Aj dijo Juan.Y se fue caminando despacito, abrazado a los restos de su pelota, mientras el ngel volva a su OVNI para seguir cuidando a Juan desde el cielo.En las altas esferas lo esperaban para amonestarlo por haber revelado el secreto de su misin.Juan oy un zumbido, mir para arriba y no vio nada, pero se imagin y dijo adis con la mano. Despus fue a su casa, abri el cuaderno y cuando se puso a hacer los deberes le salieron todos con letras de oro.

Un angelito canta y vuela,hace mandados y va a la escuela.Nadie lo ve ni lo very aunque se vaya se quedar.

Gnero: Literario: narrativo. Especie: Cuento.

Tema: Todos tenemos un ngel que nos protege, lo importa es dejarse ayudar y tomar las crticas en forma positiva.

Personajes principales: -Angelito: Perseverante y apresurado.

-Juancito: Travieso, solitario, triste, bruto, peleador. Cita textual: Porque es un secreto. Nosotros nunca decimos nada; ni siquiera se nos Ve. Qu lstima! dijo Juan. Por qu que lstima?Porque si yo hubiera sabido que tena un ngel me habra portado bien.Ahora ya lo sabes Sntesis del argumento: Juancito se da cuenta que no se encuentra tan solo como piensa, en definitiva siempre estuvo acompaado pero nadie pudo encontrar la mejor forma de acompaarlo; hasta que llega su angelito apresurado, quien lo har reflexionar y le brindar seguridad. Valoracin personal: Siempre necesitamos de alguien que nos gue para saber tomar buenas decisiones, muchas veces pensamos que estamos solos pero en realidad tenemos un ngel guardin o alguien que nos acompaa constantemente. Esta en nosotros dejarnos ayudar y aprender a pedir ayuda cuando lo necesitamos. Bibliografa: Walsh, Mara Elena (1974) Angelito Coleccin: Cuentos para seguir contando. Editorial EstradaElsa BornemannUna de las escritoras ms importantes de la Literatura infantil y Juvenil de Latinoamrica.

Naci en Buenos Aires. Fue Profesora en Letras, egresada de la Universidad de Buenos Aires. Ejerci la docencia en todos los niveles, dict numerosos cursos y conferencias, integr variedad de mesas redondas y jurados. Comenz a publicar libros para nios y adolescentes en los aos 70, y su Literatura sigue vigente, siempre recolectando el aprecio de sus lectores que se renuevan generacionalmente. Fue una de las ms destacadas escritoras argentinas y recibi por su labor un amplio reconocimiento nacional e internacional. Entre sus numerosos premios se destacan: Lista de Honor del Premio Internacional "Hans Christian Andersen" porUn elefante ocupa mucho espacio, galardn otorgado por IBBY (International Board on Books for Young People) por primera vez para un escritor argentino al considerrselo un ejemplo de literatura con Importancia Internacional (sic); sede Suiza de IBBY, 1976; la Faja de Honor de Sade (Sociedad Argentina de Escritores), 1972, porEl espejo distrado; Cuadro de Honor en la seleccin The White Ravens, Alemania 1988 porEl ltimo mago o Bilembambudn; Medalla Alicia Moreau de Justo, Comisin de Reconocimiento Mujeres a Mujeres, 1995, por el conjunto de su obra literaria. Diploma al Mrito del Premio Konex, 1994 y 2004 y Konex de Platino por las dcadas 1984-1994 y 1994-2004.

Falleci en Buenos Aires el 24 de mayo de 2013.

Un elefante ocupa mucho espacio

Que un elefante ocupa mucho espacio lo sabemos todos. Pero que Vctor, un elefante de circo, se decidi una vez a pensar "en elefante", esto es, a tener una idea tan enorme como su cuerpo... ah... eso algunos no lo saben, y por eso se los cuento:verano. Los domadores dorman en sus carromatos, alineados a un costado de la gran carpa. Los animales velaban desconcertados. No era para menos: cinco minutos antes el loro haba volado de jaula en jaula comunicndoles la inquietante noticia. El elefante haba declarado huelga general y propona que ninguno actuara en la funcin del da siguiente.-Te has vuelto loco, Vctor?- le pregunt el len, asomando el hocico por entre los barrotes de su jaula. -Cmo te atreves a ordenar algo semejante sin haberme consultado? El rey de los animales soy yo!La risita del elefante se desparram como papel picado en la oscuridad de la noche:-Ja. El rey de los animales es el hombre, compaero. Y sobre todo aqu, tan lejos de nuestras selvas...- De qu te quejas, Vctor? -interrumpi un osito, gritando desde su encierro. No son acaso los hombres los que nos dan techo y comida?- T has nacido bajo la lona del circo... -le contest Vctor dulcemente. La esposa del criador te cri con mamadera... Solamente conoces el pas de los hombres y no puedes entender, an, la alegra de la libertad...- Se puede saber para qu hacemos huelga? -gru la foca, coleteando nerviosa de aqu para all.- Al fin una buena pregunta! -exclam Vctor, entusiasmado, y ah noms les explic a sus compaeros que ellos eran presos... que trabajaban para que el dueo del circo se llenara los bolsillos de dinero... que eran obligados a ejecutar ridculas pruebas para divertir a la gente... que se los forzaba a imitar a los hombres... que no deban soportar ms humillaciones y que patatn y que patatn. (Y que patatn fue el consejo de hacer entender a los hombres que los animales queran volver a ser libres... Y que patatn fue la orden de huelga general...)- Bah... Pamplinas... -se burl el len-. Cmo piensas comunicarte con los hombres? Acaso alguno de nosotros habla su idioma?- S -asegur Vctor. El loro ser nuestro intrprete -y enroscando la trompa en los barrotes de su jaula, los dobl sin dificultad y sali afuera. En seguida, abri una tras otra las jaulas de sus compaeros.Al rato, todos retozaban en los carromatos. Hasta el len!Los primeros rayos de sol picaban como abejas zumbadoras sobre las pieles de los animales cuando el dueo del circo se desperez ante la ventana de su casa rodante. El calor pareca cortar el aire en infinidad de lneas anaranjadas... (Los animales nunca supieron si fue por eso que el dueo del circo pidi socorro y despus se desmay, apenas pis el csped...)De inmediato, los domadores aparecieron en su auxilio:- Los animales estn sueltos!- gritaron acoro, antes de correr en busca de sus ltigos.- Pues ahora los usarn para espantarnos las moscas!- les comunic el loro no bien los domadores los rodearon, dispuestos a encerrarlos nuevamente.- Ya no vamos a trabajar en el circo! Huelga general, decretada por nuestro delegado, el elefante!- Qu disparate es este? A las jaulas! -y los ltigos silbadores ondularon amenazadoramente.- Ustedes a las jaulas! -grueron los orangutanes. Y all mismo se lanzaron sobre ellos y los encerraron. Pataleando furioso, el dueo del circo fue el que ms resistencia opuso. Por fin, tambin l miraba correr el tiempo detrs de los barrotes.La gente que esa tarde se aglomer delante de las boleteras, las encontr cerradas por grandes carteles que anunciaban: CIRCO TOMADO POR LOS TRABAJADORES. HUELGA GENERAL DE ANIMALES.Entretanto, Vctor y sus compaeros trataban de adiestrar a los hombres:- Caminen en cuatro patas y luego salten a travs de estos aros de fuego! Mantengan el equilibrio apoyados sobre sus cabezas!- No usen las manos para comer! Rebuznen! Mallen! Ladren! Rujan!- BASTA, POR FAVOR, BASTA! - gimi el dueo del circo al concluir su vuelta nmero doscientos alrededor de la carpa, caminando sobre las manos-. Nos damos por vencidos! Qu quieren?El loro carraspe, tosi, tom unos sorbitos de agua y pronunci entonces el discurso que le haba enseado el elefante:- ... Con que esto no, y eso tampoco, y aquello nunca ms, y no es justo, y que patatn y que patatn... porque... o nos envan de regreso a nuestras selvas... o inauguramos el primer circo de hombres animalizados, para diversin de todos los gatos y perros del vecindario. He dicho.Las cmaras de televisin transmitieron un espectculo inslito aquel fin de semana: en el aeropuerto, cada uno portando su correspondiente pasaje en los dientes (o sujeto en el pico en el caso del loro), todos los animales se ubicaron en orden frente a la puerta de embarque con destino al frica.Claro que el dueo del circo tuvo que contratar dos aviones: En uno viajaron los tigres, el len, los orangutanes, la foca, el osito y el loro. El otro fue totalmente utilizado por Vctor... porque todos sabemos que un elefante ocupa mucho, mucho espacio...

Gnero: Literario: narrativo. Especie: Cuento. Tema: Huelga en el circo. Personajes principales: -Vctor: Delegado, justiciero, reflexivo y entusiasta.-Loro: Traductor.

-Animales: desconcertados, trabajadores y compaeros. Cita textual: La gente que esa tarde se aglomer delante de las boleteras, las encontr cerradas por grandes carteles que anunciaban: CIRCO TOMADO POR LOS TRABAJADORES. HUELGA GENERAL DE ANIMALES.Entretanto, Vctor y sus compaeros trataban de adiestrar a los hombres:- Caminen en cuatro patas y luego salten a travs de estos aros de fuego! Mantengan el equilibrio apoyados sobre sus cabezas!- No usen las manos para comer! Rebuznen! Mallen! Ladren! Rujan!

Sntesis del argumento: Vctor propone hacer valer los derechos que poseen los animales, encontrando obstculos al principio pero nunca dejando de perseverar para lograr lo que se propone. Los animales al ver la intensidad con la que lucha, deciden apoyarlo y todos unidos obtienen resultados favorables. Valoracin personal: Como aporte personal destacamos la importancia de ponernos en el lugar del otro, de ver como nos sentiramos si nosotros estuvisemos en ese lugar. Nos da a pensar que no tenemos que ser tan egostas y pensar ms en el otro. Bibliografa: Bornemann, Elsa (1976) Un elefante ocupa mucho lugar. Coleccin: La Lechuza. Editorial:AlfaguaraGraciela Montes

Graciela Montes naci en Buenos Aires en 1947. Es escritora, editora y traductora. Ha publicado libros para nios y jvenes que circulan por todos los pases de habla hispana, han sido traducidos al alemn, al cataln, al coreano, al griego, al hebreo, al italiano, al portugus y al tailands, y han obtenido importantes distinciones. Es autora, adems, de las novelas El umbral (1998) y Elsabet (1999) y de los ensayos La frontera indmita (1999) y El corral de la infancia (2001). La Fundacin El Libro le otorg en 1999 el Premio Pregonero de Honor, una distincin que tiene como objetivo fundamental dar pblico reconocimiento a los difusores de la literatura infantil y juvenil argentina. En 2004 la Fundacin Konex distingui su trayectoria profesional con el Diploma al Mrito en la categora "Literatura Infantil", galardn que se otorg a los escritores ms destacados en los ltimos diez aos. Por la obra El turno del escriba, escrita en coautora con Ema Wolf, gan el VIII Premio Alfaguara de Novela 2005.Doa Clementina queridita, la achicadora

Cuando los vecinos de Florida se juntan a tomar mate, charlan y charlan delascosasquepasaronenelbarrio.Seacuerdandelladrnde banderines debicicletas; decuando, porculpa de la mquina del tiempo, se les hel el agua de las canillas en pleno diciembre. Peromsquedeningunaotracosalesgustahablardedoa ClementinaQueridita,laAchicadora de Agustn lvarez. DoaClementinanohabaempezadosiendounaAchicadora:por ejemplo, alos dos aos era unanenita llena democos quese agarraba con fuerza del delantal de su mam y a los diez, una chica con trenzas que juntaba figuritas de brillantes CuandodoaClementinaQueriditaseconvirtienlaAchicadorade Agustn lvarez era ya casi una vieja. Tena un montn de arrugas, un poquito de pelo blanco en la cabeza y un gato fortachn y atigrado al que llamaba Polidoro. A doa Clementina los vecinos la llamaban "Queridita" porque as era como ella les deca a todos: "Hola, queridita, cmo amaneci su hijito estamaana?,Manolo,queridito,meharaselfavorcitodeirala estacin a comprarme una revista?.Pero, aunque todos laconocan desde siempre, doa Clementina, solo llegafamosacuando empez con los achiques.Y los achiques empezaron una tarde del mes de marzo, cuando doa Clementina tena puesto un delantal a cuadros y estaba pensando en hornear una torta de limn para Oscarcito, el hijo de Juana Mara, que cumpla aos. En el preciso momento en que doa Clementina estaba por agarrar los huevosdelahuevera,entrPolidoro,elgato,maullandobajitoy frotndose el lomo contra los muebles.- Poli! Tens hambre, pobre! -se sonri doa Clementina, y volviendo a dejar los huevos en la huevera, se apur a abrir la heladera para buscar el hgado y cortarlo bien finito.- Aqu tiene mi gatito! -dijo, apoyando el plato de lata en un rincn de la cocina.Y ah noms vino el primer achique. El gordo peludoyfortachn Polidoro empez a achicarse y a achicarse hasta volverse casi una pelusa, del mismo tamao que cada uno de los trocitos de hgado que haba colocado doa Clementina en el plato de lata. El pobre gato, bastante angustiado, erizaba los pelos del lomo y corrade un lado al otro dando vueltas alrededor del plato, mschiquito que una cucaracha pero, sin embargo, peludito y perfectamente reconocible. Era Polidoro, de esono caba duda,pero muchsimo ms chico. Doa Clementina,asustadsima, lehizo upaenseguida: lepareca muy peligrosoquesiguiera corriendo por el piso; al fin de cuentas poda matarlo la primera miga de pan que se cayera desde la mesa Lo sostuvo en la palma de la mano y lo acarici lo mejor que pudo con un dedo. En medio delapelusitaatigradabrillabandoschispasverdes:eranlosojosde Polidoro, que no entendan nada de nada. Se ve que la enfermedad del achique es muy violenta porque despus del de Polidorohubo como quince achiques ms, todos en el mismo da. Doa Clementina se sac el delantal a cuadros, agarr el monedero y corri a la farmacia.- Ay, don Ramn! -le dijo al farmacutico, un gordo grandote y colorado, vestido con delantal blanco-. Don Ramn, algo le est pasando a Polidoro. Se me volvi chiquito! Don Ramn busc un frasco de jarabe marca Vigorol y lo puso sobre el mostrador.- Y usted cree que este jarabito le va a hacer bien, don Ramn? pregunt doa Clementina mientras miraba con atencin la etiqueta, que estaba llena de estrellitas azules.Y en cuanto termin de hablar, el frasco de jarabe se convirti en un frasquito, en un frasquitito, el frasco ms chiquito que jams se haya visto .Don Ramn, el farmacutico, corri a buscar una lupa: efectivamente, ahestaba el jarabe de antes, muy achicado, y, si se miraba con atencin, podan divisarse las estrellitas azulesde la etiqueta.- Ay,donRamn,donRamoncito!Nosloquevamosahacer!- llorique doa Clementina con el frasquito diminuto apoyado en la punta del dedo.Y donRamn desapareci.- Don Ramn! Dnde se metiusted, queridito? -llam doa Clementina.- Ac estoy! -dijo una voz chiquita y lejana.

Doa Clementina se apoy sobre el mostrador y mir del otro lado. All abajo, en el suelo, apoyado contra el zcalo, estaba don Ramn, tan gordo y tan colorado como siempre, peromuchsimo ms chiquito."Pobre hombre!", pens doa Clementina."Qu solito ha de sentirse all abajo...! Voy a llevarlo con Polidoro, assehacen compaa."De modo que doa Clementina se llev a don Ramn en un bolsillo y al frasquito de jarabe en el otro. Entr en su casa y llam:-Poli Poli Estoy ac. Pero Polidoro no vino. Se haba cado en el fondo de la huevera y desde all maullaba pidiendo auxilio. Entonces doa Clementina se dio cuenta deque lashueveras eranmuy tiles para conservar achicados. Sin pensarlo dos veces, sac los huevos que quedaban, los puso en un plato y en la huevera puso a don Ramn, que la miraba desde el fondo, perplejo, y algo le deca, pero en voz tan bajita que era casi imposible orlo. En fin, basta con que les cuente que, en esos das, doa Clementina llen la huevera, ytuvo queinaugurar dos hueveras ms, que contenan:-un gatoPolidoro desesperado,-un don Ramn agarrado al borde, que cada tanto peda a los gritos algnjarabe,-un frasquito de jarabe Vigorol conuna etiqueta llena de estrellitas,-el "kilito" de manzanas que doa Clementina le haba comprado al verdulero,-la"sillita"deJuanaMara,enlaquesehabasentadocuandofueal cumpleaos de Oscar,-el propio "Oscarcito", al que de prontose le haba acabado el cumpleaos,-un "arbolito", al que se leestaban cayendo las hojas,-un "librito de cuentos",-siete"velitas"(encendidasparacolmo),yotrasmuchascosasque resultaban invisibles a los ojos -como un "tiempito", un "problemita" y un " amorcito"- todas chiquitas.Y, claro, doa Clementina no saba qu hacer con sus achicados; le daba muchavergenzaesahorribleenfermedadquelaobligabaaandar achicando cosas contrasu voluntad.Era poresoque, encuantoalgo o alguienseleachicaba(gente,bicho,cosaoplanta),seapurabaa metrselo en el bolsillo y despus corra a su casa para darle un lugarcito en la huevera. Con las "manzanitas", la "sillita", las "velitas", el "jarabito" y el "librito de cuentos" no haba conflicto. Pero con Polidoro, y sobre todo con don Ramn y con Oscarcito era otra cosa. En el barrio no se hablaba de otra cosa que de su misteriosa desaparicin. La mujer de don Ramn no saba qu pensar: haba encontrado la farmacia abiertay sola,sin rastros del farmacutico por ninguna parte.Y Juana Mara y Braulio, los padres de Oscarcito, andaban desesperados en buscadelhijotantraviesoqueseles habaescapadojustoeldadel cumpleaos. As pasaron cinco das. Doa Clementina Queridita, la Achicadora de Agustn lvarez, cuidaba con todo esmero a sus achicados: al arbolito le pona dos gotas de agua todas lasmaanas, aOscarcito loalimentaba con miguitas de torta delimn (su torta favorita) y a don Ramn le preparaba churrasquitos de dos milmetros vuelta y vuelta. Dos veces al da, doa Clementina vaciaba las hueveras sobre la mesa de la cocina. OscarcitojugabaconPolidoroylosdosserevolcabanhastaquedar escondidos debajo de la panera; don Ramn, en cambio muy formal, se sentaba enla sillita y leexplicaba adoa Clementina cosas que ellajams entenda, mientrasmordisqueaba unamanzana (perdnuna manzanita).En el quinto da de su vida, en la huevera Oscarcito se puso a llorar. Fue cuandovio,apagadasychamuscadas,lassietevelitasdesutortade cumpleaos. Doa Clementina se puso a llorar con l: Oscarcito era su preferido entre los chicos delbarrio.No saba quhacerparaconsolarlo;era tantoms grandota quel queni siquiera poda abrazarlo...-Bueno, Oscar, no llores ms -le deca mientras le acariciaba el pelo con la punta del dedo.-Cmo vas a llorar si ya sos un muchacho? Un muchachote de siete aos! Entonces Oscar creci. Creci como no haba crecido nunca. En un segundo recuperelmetroquincedeestaturaquelehaballevadosieteaos conseguir. Y se abraz a la cintura de doa Clementina, la Achicadora de Agustn lvarez, que por fin, haba encontrado el antdoto para curar a sus pobres achicados. Doa Clementina corri a agarrar algato Polidoro y le dijo,entusiasmada:-Gatn! Gatote! Gatazo!YPolidoro crecitantoque hastapodra decirseque qued unpocoms grande delo quehaba sido antes del achique. Le tocaba el turno a don Ramn. Doa Clementina dud un poco y despus llam:-Don Ramonn!Y don Ramn volvi aser un gordo grandote y colorado, con delantal blanco, que ocup ms de la mitad de la cocina.Ytodoscorrieronacasadetodosacontarlahistoriaestadelos achiques, que con el tiempo, se hizo famosa en el barrio de Florida. Desde ese da, doa Clementina Queridita cuida mucho ms sus palabras, y nunca le dice anadie " queridito" sin agregar "queridn".La sillita de Juana Mara, el frasquito con la etiqueta de estrellitas azules y el libritode cuentos siguieron siendo chiquitos. Estn desde hace aos en un estante del Museo de las Cosas Raras del barrio de Florida, adentro de una huevera.

Gnero: Literario: narrativo. Especie: Cuento.

Tema: Los pensamientos de Doa Clementina causaban que las cosas se achicaran, pero eso lo concibe despus de pasar diversas situaciones y logra que todo vuelva a su forma normal cuando deja de minimizar las cosas, nombres, etc. Personajes principales: -Doa Clementina: Distrada, cariosa, particular a la hora de hablar y sensible.-Polidoro: Peludo y compaero.-Oscarcito: Travieso y amable

-Don Ramn: Farmacutico, colorado y grandote. Cita textual: Doa Clementina Queridita cuida mucho ms sus palabras, y nunca le dice anadie " queridito" sin agregar "queridn". Sntesis del argumento: El vecindario todo est alborotado porque, cada vez que Doa Clementina abre la boca, aquel a quien se dirige se vuelve ms chiquito. Como si fuera poco, macedonio tiene una casa tejida, don Ramn habla con un pez que sali de la canilla y los cabellos de Julia no dejan de crecer... Cuentos donde ocurren cosas tan fantsticas que no se pueden creer. Valoracin personal: Este cuento nos deja como enseanza que muchas veces nos preocupamos porque las cosas cambian y no sabemos como hacer para revertirlas. Clementina nos ensea que la respuesta o solucin esta adentro de nosotros y solo basta esperar un poquito de tiempo para que todo lo que se modifico, vuelva a ser como antes o mejor aun. Bibliografa: Montes, Graciela (1985) Doa Clementina Queridita, la Achicadora. Editorial : Ediciones ColihueMara Teresa Andruetto

Naci en la provincia de Crdoba, en 1954. Vive en una pequea granja en las sierras de Crdoba. Public novelas, cuentos, poemas, obras de teatro y libros informativos para adultos, para nios y para jvenes, Particip en diversas publicaciones colectivas y algunos de sus libros han sido editados en otras lenguas. Recibi por su escritura, entre otras distinciones, los White Ravens 1994, 1998 y 2002 de la Internationale Jugendbibliothek de Munich, el Premio Luis de Tejeda 1993 y el Premio Novela 2002 del Fondo Nacional de las Artes. Fue secretaria de redaccin de Piedra Libre, revista especializada en literatura infantil/juvenil y codirectora de la coleccin Novelas/Cuentos/Poemas/Inclasificables de Ediciones del Eclipse. Entre sus libros para nios y jvenes se encuentranStefano, El anillo encantado, Huellas en la arena, Dale Campen, Solgo, La mujer vampiro y otros cuentos, El pas de JuanyVeladuras. Ganadora del Premio Hans Christian Andersen 2012.La mujer del moito

Haca pocos das que Longobardo haba ganado la batalla de Silecia, cuando los prncipes de Isabela decidieron organizar un baile de disfraces en su honor.El baile se hara la noche de Pentecosts, en las terrazas del Palacio Prpura, y a l seran invitadas todas las mujeres del reino.Longobardo decidi disfrazarse de corsario para no verse obligado a ocultar su voluntad intrpida y salvaje.Con unas calzas verdes y una camisa de seda blanca que dejaba ver en parte el pecho victorioso, atraves las colinas. Iba montado en una potra negra de corazn palpitante como el suyo.Fue uno de los primeros en llegar. Como corresponde a un pirata, llevaba el ojo izquierdo cubierto por un parche. Con el ojo que le quedaba libre de tapujos, se dispuso a mirar a las jvenes que llegaban ocultas tras los disfraces.Entr una ninfa envuelta en gasas.Entr una gitana morena.Entr una mendiga cubierta de harapos.Entr una campesina.Entr una cortesana que tena un vestido de terciopelo rojo apretado hasta la cintura y una falda levantada con enaguas de almidn.Al pasar junto a Longobardo, le hizo una leve inclinacin a manera de saludo.Eso fue suficiente para que l se decidiera a invitarla a bailar.La cortesana era joven y hermosa. Y a diferencia de las otras mujeres, no llevaba joyas sino apenas una cinta negra que remataba en un moo en mitad del cuello.Risas.Confidencias.Mazurcas.Ella giraba en los brazos de Longobardo. Y cuando cesaba la msica, extenda su mano para que l la besara.Hasta que se dej arrastrar en el torbellino de baile, hacia un rincn de la terraza, junto a las escalinatas.Y se entreg a ese abrazo poderoso.l le acarici el escote, el nacimiento de los hombros, el cuello plido, el moito negro.-No! - dijo ella-. No lo toques!-Por qu?-Si me amas debes jurarme que jams desataras ese moo.-Lo juro -respondi l.Y sigui acaricindola.Hasta que el deseo de saber qu secreto haba all le quit el sosiego.La besaba en la frente.Las mejillas.Los labios con gusto a fruta.Obsesionado siempre por el moito negro.Y cuando estuvo seguro de que ella desfalleca de amor, tir de la cinta.El nudo se deshizo y la cabeza de la joven cay rodando por las escalinatas.

Gnero: Literario, Narrativo. Especie: Cuentos.

Tema: Obsesin. Personajes principales: -Longobardo: intrpido, salvaje, vanidoso y obsesivo. -La cortesana: misteriosa y enamoradiza.

Cita textual: Obsesionado siempre por el moito negro.Y cuando estuvo seguro de que ella desfalleca de amor, tir de la cinta.El nudo se deshizo y la cabeza de la joven cay rodando por las escalinatas. Sntesis del argumento: Baile realizado por los prncipes para Longobardo, donde muchas mujeres van asistir y donde l va a querer conquistar a una de ellas. Conoce a una cortesana de la cual se enamora y cuando ella estaba entregada a su amor, rompe la promesa que le haba hecho y nos sorprende con su final

Valoracin personal: Deja en evidencia esas actitudes que tenemos por querer lo que muchas veces no podemos explicar u obtener, a pesar de que dicho protagonista lo nico que no deba hacer era tocar el moo negro, su curiosidad produjo que en definitiva perdiera a la cortesana. Bibliografa: Andruetto, Mara Teresa (1993) El anillo encantado. Editorial SudamericanaRicardo Mario

Naci en Chivilcoy, provincia de Buenos Aires. Es escritor y periodista. Ha colaborado en publicaciones infantiles como Billiken, Humi, y AZ Diez y en los suplementos dominicales de los diarios Clarn y Pgina/12. Anteriormente se desempe como periodista de la agencia de noticias DAN y guionista de programas infantiles de TV, as como director de la revista literaria Mascar entre 1985 y 1988. Fue tallerista de la Direccin Nacional del Libro (Secretara de Cultura de la Nacin) entre 1987 y 1989. Tambin fue jurado de varios premios. Algunas de las distinciones que ha recibido su obra son Primer Premio Casa de las Amricas 1988, por Cuentos Ridculos; mencin en el concurso literario Editorial Susaeta, 1987 por el cuento "El rbol de las varitas mgicas"; Recomendacin de IBBY internacional para la publicacin deCuentos ridculosyEl sapo ms lindo del mundo, 1990. Premio Konex 1994 en reconocimiento al trabajo en literatura infantil en la dcada 84-94: finalista del Concurso Latinoamericano de Literatura Juvenil de Fundalectura y Editorial Norma de Colombia, 1996; recomendacin de Fundalectura (Colombia) porCuentos espantosos, 1996. Su libro de cuentos para adultosSilbidos en el cieloobtuvo el Segundo Premio Municipal.El colectivo fantasmaEl ms fastidioso de los muertos se llamaba Toms Bondi. Frecuentemente el encargado del cementerio encontraba tierra removida junto a la tumba de Toms y adverta que la lpida de mrmol, donde deca "Toms Bondi (1939-2004) Premio Volante de Oro al mejor colectivero", estaba corrida un metro o dos.

El finado Toms Bondi extraaba a su colectivo. A diferencia de los dems muertos a quienes a lo sumo se les daba por aullar o salir a dar una vuelta convertidos en fantasmas, l necesitaba manejar un poco su colectivo.

Sala de la tumba, pasaba ante el encargado del cementerio, que no lo vea porque los fantasmas son invisibles, y caminaba treinta cuadras hasta la empresa de transporte donde en vida haba trabajado. Se meta en el galpn donde quedaban estacionados los vehculos y cuando vea a su colectivo, el 121, casi lloraba de emocin.

Al rato se pona a pasarle una franela. Limpiaba los espejitos, lustraba los faros, les sacaba brillo a los vidrios. El problema era el sereno. En cuanto vea que un trapo limpiaba al colectivo, solo, sin ser sostenido por nadie, sala corriendo y abandonaba el puesto de trabajo.

Despus, Toms Bondi pona al 121 en marcha y sala a dar una vuelta. Se detena en todas las paradas y la gente suba. Cuando notaban que era un colectivo que nadie manejaba, trataban de escapar despavoridos, pero Toms ya haba arrancado y cerraba las puertas. Recin se podan bajar en la parada siguiente.

Por un tiempo la gente habl con terror de aquel colectivo sin conductor pero luego empez a notar que no era peligroso. Adems se detena junto al cordn de la vereda como corresponde, esperaba a que subieran las viejitas y nunca pasaba un semforo en rojo.

Como si lo manejara el finado Toms Bondi coment una vez un jubilado.

La gente comenz a dejar pasar a los colectivos conducidos por choferes y se quedaba esperando el 121 porque en l, encima, no haba que pagar boleto.

Un da los dueos de la empresa de transporte decidieron abandonar el colectivo fantasma en un desarmadero donde se apilaban restos de camiones, autos y otras chatarras.

La siguiente vez que Toms Bondi sali de su tumba y fue a buscar a su colectivo, no lo encontr. Fue terrible para l y volvi llorando al cementerio. Se meti en el atad, cerr la tapa, corri la lpida con la mente, acomod la tierra y comenz a emitir tristsimos aullidos que le ponan los pelos del punta al encargado del cementerio.

As pas una semana.

Para entonces los empleados del desarmadero terminaron de separar cada parte del 121 y finalmente un domingo el colectivo muri. Esa misma noche se convirti en fantasma de colectivo, idntico a como era en vida, pero invisible. Encendi su motor, acomod los espejitos y arranc.

A las doce de la noche Toms estaba aullando como haca ltimamente, cuando de pronto escuch algo que le pareci un sueo: la bocina del 121. Cmo poda ser? Pero era. Toms sali de la tumba a toda carrera y en la entrada al cementerio encontr al 121 fantasma.

Desde entonces Toms sale todas las noches a dar una vuelta en el 121 y lleva a pasear a todos los muertos del cementerio. Como no alcanzan los asientos, muchos tienen que ir parados, otros van colgados del estribo y dos, que en vida trabajaron en un circo, van en el techo haciendo acrobacias.

Ninguna persona viva puede ver ni or al 121 aunque Toms pone la radio a todo volumen, toca bocinazos en las esquinas y los muertos cantan canciones de hinchadas de ftbol. Las noches en la ciudad volvieron a ser silenciosas. El encargado del cementerio tambin pasa las noches tranquilo porque los muertos, cuando regresan del paseo, acomodan sus tumbas prolijamente y se van a dormir.

Gnero: Literario. Narrativo. Especie: Cuento.

Tema: Colectivo fantasma. Personajes principales: -Toms Bondi: Melanclico, cuidadoso y considerado. Cita textual: Por un tiempo la gente habl con terror de aquel colectivo sin conductor pero luego empez a notar que no era peligroso. Adems se detena junto al cordn de la vereda como corresponde, esperaba a que subieran las viejitas y nunca pasaba un semforo en rojo. Sntesis del argumento: Toms Bondi, colectivero de profesin, vctima de su melancola, huye de la tumba en busca de su vehculo amado. Despus de limpiarlo y ponerlo en marcha, recorre las calles de la ciudad a bordo de su colectivo, suscitando diversas reacciones entre los pasajeros. Lo sorprendente es que este colectivo real tambin terminar convirtindose en un medio de transporte fantasma. Valoracin personal: Podemos destacar que es un cuento interesante para lograr quitar el miedo a nuestros nios, tambin deja en evidencia el valor que muchas veces le damos a objetos materiales y que en definitiva aunque sean inertes nos producen felicidad. Bibliografa: Mario Ricardo (2005) El colectivo fantasma y otros cuentos de cementerio.PAGE 15