colombia prehispánica

Upload: mefisto-dolores-desaucio

Post on 07-Jul-2018

228 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 8/19/2019 Colombia Prehispánica

    1/319

     

    COLOMBIA PREHISPÁNICA: R EGIONESARQUEOLÓGICAS

    Autor: Botiva Contreras, Alvaro; Groot de Mahecha, Ana María; Herrera, Leonor; Mora,Santiago

    Fecha de publicación: 1989Editorial: 1989.; Bogotá; Colcultura; Instituto Colombiano de Antropología

    Parte de: Colección Orlando Fals BordaPalabras clave: Arqueología; Colombia; Indígenas de Colombia

    Temas: Arqueología; Indígenas de ColombiaLugar: Colombia

    Descripción:

    La presente obra constituye un esfuerzo del Instituto Colombiano de Antropología pororganizar la información existente sobre la historia prehispánica de Colombia, con el objetode registrar las necesidades de investigación arqueológica en el país, para contribuir con ello,en la orientación futura de las tendencias investigativas de los profesionales en este campo,como una de sus varias tareas académicas.

    El impulso inicial que condujo a la culminación de la misma fue dado por el Doctor RobertoPineda Giraldo quien en el año de 1985 era director del Instituto Colombiano de

    Antropología. Con el interés de producir un documento marco que le permitiera a lainstitución cumplir con la meta propuesta, se organizó un taller de trabajo sobre "El EstadoActual y las Necesidades de Investigación Arqueológica en Colombia", con el patrocinio dela Fundación de Investigaciones Arqueológicas Nacionales del Banco de la República, elcual se llevó a cabo en Bogotá en el mes de abril de 1985. Participaron en esta reunión,investigadores escogidos de acuerdo con su responsabilidad en la docencia de la arqueologíaen diversas universidades del país, o por su posición directiva en centros de investigaciónespecializada en esta rama del conocimiento.

    Nota editorial

    Los manuscritos para esta obra fueron entregados a finales de 1986. Dificultades,especialmente de índole presupuestal impidieron que se publicara en ese año. Aunquealgunos de los capítulos fueron actualizados para incluir datos sobre publicaciones e informesinéditos aparecedios en 1987 y 1988, esto no fue posible en todos los casos. Los editores yautores de esta obra presentan excusas a aquellos investigadores cuyos trabajos más recientesno se mencionen.

  • 8/19/2019 Colombia Prehispánica

    2/319

    INDICE

    INTRODUCCIÓN

    VER EL MAPA DE LAS REGIONES ARQUEOLÓGICAS 

    I. La Costa Atlántica  Ana María Groot    El corredor costero  Urabá-Alto Sinú  La Depresión Momposina  Guajira -Corredor César  Sierra Nevada de Santa Marta  Catatumbo  Subregión Insular  Balance General de la región

    II. Valle intermedio del río Magdalena Gilberto Cadavid    Llanos del Huila y Tolima  Subregión comprendida entre la desembocadura del río Bogotá y los raudales de

    Honda y Barrancabermeja  Subregión comprendida entre Barrancabermeja y Morales  Balance general de la región

    III. El Macizo Central Antioqueño Gilberto Cadavid    Altiplanicie del Río Negro y Sonsón  Valle del río Medellín  Altiplanicie de Santa Rosa de Osos  Balance general de la región

    IV. La montaña santandereana Gilberto Cadavid    Cordillera de los Yareguies  Valles longitudinales de los ríos Suárez y Fonce  Cañón del Chicamocha  Meseta y terrazas de la vertiente Occidental de la cordillera Oriental  Páramos del Oriente  Balance General de la región

    V. La Altiplanicie Cundiboyacence Alvaro Botiva Contreras   Introducción  Descripción geográfica  Las ocupaciones prehispánicas  El periodo lítico o precerámico  El período Herrera  El período Muisca  Territorio del Zipa  Territorio del Zaque

  • 8/19/2019 Colombia Prehispánica

    3/319

      Territorios independientes  Balance General de la región

    VI. Cuenca montañosa del río Cauca  Leonor Herrera   Alto Cauca

      Valle del Cauca  Cauca Medio  Cañón del Cauca  Balance general de la región

    VII. Costa del Océano Pacífico y Vertiente oeste de la cordilleraoccidental Leonor Herrera 

      Sub-región Pacífico norte  Sub-región Pacífico sur  Sub-región cordillerana  Sub-región Mesa del Chocó  Sub-región insular  Balance general de la región

    VIII. Macizo colombiano - Alto Magdalena Ana María Groot - Santiago Mora   Tierradentro  Alto Magdalena  Serranías de Garzón y Neiva  Balance General de la región

    IX. Macizo Andino del Sur Ana María Groot   Altiplano Nariñense  Alto río Patía  Balance General de la región

    X. Llanos Orientales Santiago Mora   Llanos al sur del río Meta  Llanos al Oriente del río Meta  Llanos al occidente del río meta  Balance general de la región

    XI. Amazonía colombiana  Leonor Herrera   Investigaciones arqueológicas  Balance general de la región 

    Bibliografía general

    Bibliografía por región

  • 8/19/2019 Colombia Prehispánica

    4/319

      La costa Atlántica  Valle intermedio del río Magdalena  El Macizo Central Antioqueño  La montaña Santandereana  La Altiplanicie Cundiboyacence 

    Cuenca Montañosa del río Cauca  Costa el Oceáno Pacífico y vertiente  Oeste de la cordillera occidental  Macizo colombiano - Alto Magdalena  Macizo Andino del Sur  Llanos orientales  Amazonía colombiana 

  • 8/19/2019 Colombia Prehispánica

    5/319

  • 8/19/2019 Colombia Prehispánica

    6/319

    Alvaro Botiva. Instituto Colombiano de Antropología, Bogotá.

    Leonero Herrera. Instituto Colombiano de Antropología, Bogotá.

    Ana María Groot de Mahecha. Instituto Colombiano de Antropología, Bogotá.

    Gerardo Ardila. Fundación de Investigaciones Arqueológicas Nacionales, Bogotá.En desarrollo de este taller se revisó un documento de trabajo que fue presentado aconsideración de los participantes por los arqueólogos del Instituto Colombiano deAntropología, se evaluó la información en éste contenida, y como resultado de lasdeliberaciones, se hicieron importantes observaciones al mismo, que ayudaron a precisardatos y marcaron una pauta en la estructura de la presente obra. Con las múltiplescontribuciones de los estudiosos que expusieron sus conocimientos e ideas en el taller, a la par que con una exhaustiva revisión bibliográfica sobre el tema, se busca con este escrito, presentar al lector un documento de útil referencia sobre el estado actual de la investigaciónarqueológica en el país.

    Al tomar en cuenta el territorio que comprende hoy la República de Colombia e intentartrazar una historia desde su más remoto pasado, a la vez de organizar la información queexiste al respecto, se encontraron tres dificultades iniciales. En primera instancia, laheterogeneidad geográfica del territorio señalaba una constante dentro de la cual, laadaptación del hombre produjo respuestas diferentes que incidieron en la pluralidad de losdesarrollos culturales del pasado. De otra parte, se observó la imposibilidad de asimilar zonasa territorios étnicos de la antiguedad, dada la existencia de un vector diacrónico, que indicabacambios en las fronteras y procesos de desaparición y reemplazo de unos grupos por otros.Por último, fue extremadamente notoria la existencia de zonas aún inexploradas o muy precariamente conocidas, en oposición a otras con numerosos datos y una larga tradición en

    investigaciones. Los anteriores planteamientos obligaron a la búsqueda de principiosorganizadores de la información, con el fin de dar coherencia al discurso arqueológico-histórico.

    Dos vectores, que corren paralelos sirven para organizar la información: El Espacio y ElTiempo. Tomados como referencia permiten su sectorización de acuerdo a sucesosconsiderados como relevantes en la historia de la cultura. Del manejo de cada uno de estosvectores, así como del énfasis con que sean tratados se obtendrá un enfoque del pasado.

    En la organización de este escrito, dadas sus características, se recurrió a tratar la información por regiones según criterios geográfico-culturales , referidos los datos al factor tiempo, en

    donde el nivel de los estudios lo permite. La agrupación del conocimiento por regiones no busca de ninguna manera el identificar regiones con ciertos rasgos geográficos, con procesoso etapas que se puedan considerar de carácter determinista. La discusión no gira en torno ala independencia o la dependencia del hombre con respecto al medio, transcurre alrededordel dato básico con el cual se cuenta para cada una de las zonas demarcadas. De otra parte,no se intenta ignorar o dejar de lado el sentido procesual de la historia. La región solamente

  • 8/19/2019 Colombia Prehispánica

    7/319

    representa en este caso, una herramienta conceptual y metodológica, que permite laexposición de los datos de una manera sistemática.

    Durante el proceso de elaboración de este documento, los autores tuvieron varias discusionesacerca de la estructura que debía seguirse para organizar la información de cada región, enun esfuerzo por darle uniformidad a éste. Inevitablemente, cada uno tenía ideas diferentes notanto sobre la clase de información que era necesario incluir, sino sobre el orden y la presentación de la misma. Más aún, los autores vieron que no les quedaba fácil manejar dela misma forma cada una de las regiones cuyo tratamiento temían a su cargo, debido a que elmaterial que requerían procesar para las mismas variaba notablemente en su estado deelaboración.

    El texto de cada región cubre los temas que a continuación se relacionan, resueltos paras cadacaso en forma un poco distinta; el orden puede variar, y en ocasiones se desarrollan a nivelgeneral de región, en otras de subregión.

    1. Descripción de las Características geográficas de la región.

    2. Recuento de las investigaciones realizadas, con mención de sus autores.

    3. Resumen de la información para cada región obtenida a través de las variasinvestigaciones. En cada texto se incluyeron cuadros en donde se acopia la mayoría de lasfechas de radio carbono que ilustran los datos.

    4. Balance de esta información en términos de generalizaciones posibles, problemas ynecesidades de investigación futura.

    5. Bibliografía, seleccionada de acuerdo con los puntos anteriores.

    La confusión prevalente en el uso de ciertas palabras comunes en escritos arqueológicos, serefleja inevitablemente en este documento, por la indiscriminada utilización dada por losautores en los textos consultados. Complejo, estilo, fase, tradición, cultura, horizonte, sontérminos que tienen una clara connotación conceptual y con frecuencia se usan en formaintercambiable, aún en un mismo escrito. Algo similar ocurre con el uso de conceptosrelacionados con periodización, paleoindio, arcaico, precerámico, formativo, desarrolloregional, cacicazgos, pre-clásico e integración entre otros. Evidentemente sobre estos dos puntos se observa la necesidad de homologar criterios. Sin embargo, ambos problemas sesalen del objetivo de este documento, pero no deben ignorarse.

    Finalmente, cabe señalar que el proponer una regionalización del país que sea funcional para

    la historia prehispánica es un intento difícil. La información disponible es insuficiente y alfinal queda la duda sobre si las regiones establecidas corresponden, por lo menos en buena parte, a la realidad teniendo en cuenta que el período de tiempo al cual se aplicaría un modelode esta clase comprende varios miles de años. Lapso durante el cual se generaron diferentesdesarrollos culturales, que a veces se superpusieron y que tuvieron una distribución espacialoscilante.

  • 8/19/2019 Colombia Prehispánica

    8/319

    Sin embargo, definir regiones y acopiar la información existente sobre ellas, aún dentro deun panorama tan complejo geográficamente y heterogéneo culturalmente como el de la prehistoria colombiana es, sin lugar a dudas, una premisa para el ordenamiento y orientaciónde la investigación.

    El Instituto Colombiano de Antropología contribuye con esta obra al planteamientoanteriormente expuesto y espera que de la lectura de la misma se propongan tareas concretasque puedan resultar en el enriquecimiento y consolidación del conocimiento sobre la historiade aquellos grupos humanos que vivieron en el pasado, sin importar que tan lejanos ocercanos de nosotros se encuentren en el tiempo, pero que hacen parte de nuestra identidadnacional.

  • 8/19/2019 Colombia Prehispánica

    9/319

     

  • 8/19/2019 Colombia Prehispánica

    10/319

    I. La Costa Atlántica

    Por: Ana María Groot

      Importancia arqueológica de la región  El corredor costero  Urabá-Alto Sinú  La Depresión Momposina  Guajira -Corredor César  Sierra Nevada de Santa Marta  Catatumbo  Subregión Insular  Balance General de la región

    Esta región limita por el Norte con el mar Caribe, por el Sur con el sistema andino alto; porel Oriente con la Sierra Nevada de Santa Marta, la Guajira y la Cordillera Oriental; y, por el

    Oeste con las últimas estribaciones de la Cordillera Occidental, que representa la zona detransición hacia la húmeda llanura del Pacífico. En su límite Sur se destaca la depresiónMomposina, donde convergen el río Magdalena y el río Cesar por la derecha; el Cauca y elSan Jorge por la izquierda.

    Excepción hecha de la Sierra Nevada de Santa Marta, predomina en la región un sistemasuavemente ondulado, de bajas montañas, cuyas alturas no pasan de los 300 metros sobre elnivel del mar. (Guhl, 1976: 147).

    La temperatura promedio anual en toda la llanura del Caribe es superior a 270C. Entre lossuelos se destacan grandes regiones aluviales en las partes inferiores de los grandes ríos Sinú,San Jorge, Cauca y Magdalena; y, un cinturón de la misma textura al pie de las montañasaltas. Hacia el Noreste, a medida que disminuye la precipitación anual, crece la oscilacióndiurna, hasta alcanzar su máximo (más o menos 20C) en la subregión semidesértica de laGuajira.

    Hacia el Sur, a medida que aumenta la precipitación, se incrementa también ligeramente latemperatura y disminuye la oscilación, excepto en la zona que queda bajo la influencia de lasombra seca de la Sierra Nevada de Santa Marta. En consecuencia, se observa partiendo dela costa al interior, primero, que el ambiente xerófilo es reemplazado por el mesófilo, propicio para la agricultura; luego en la zona selvática y limítrofe con la región montañosa andina -que representa una zona fitogeográfica de separación entre los Andes y la llanura del Caribe-

     predomina un clima bochornoso caracterizado por la alta y permanente lluviosidad (más omenos 3.500 mm), las altas temperaturas, y el poco movimiento atmosférico.

    En el extremo nororiental se da la situación opuesta, con lluviosidad baja en sólo algunosmeses. Los fuertes vientos y la casi constante insolación durante gran parte del año, provocanla sequía y con ella la implantación de un sistema semi-nómade, de traslado anual del ganadohacia los valles, con playones húmedos, de sus grandes ríos (Guhl, 1976: 147-148).

    http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/arqueologia/prehisp/cp01.htm#Importancia%20Arqueol%C3%B3gica%20de%20la%20Regi%C3%B3nhttp://www.banrepcultural.org/blaavirtual/arqueologia/prehisp/cp01.htm#El%20Corredor%20Costerohttp://www.banrepcultural.org/blaavirtual/arqueologia/prehisp/cp01.htm#Urab%C3%A1%20-%20Alto%20Sin%C3%BAhttp://www.banrepcultural.org/blaavirtual/arqueologia/prehisp/cp01.htm#La%20Depresi%C3%B3n%20Momposinahttp://www.banrepcultural.org/blaavirtual/arqueologia/prehisp/cp01.htm#Guajira-Corredor%20Cesarhttp://www.banrepcultural.org/blaavirtual/arqueologia/prehisp/cp01.htm#Sierra_Nevada_de_Santa_Martahttp://www.banrepcultural.org/blaavirtual/arqueologia/prehisp/cp01.htm#Catatumbohttp://www.banrepcultural.org/blaavirtual/arqueologia/prehisp/cp01.htm#Subregi%C3%B3n%20Insularhttp://www.banrepcultural.org/blaavirtual/arqueologia/prehisp/cp01.htm#Balance_General_de_la_Regi_nhttp://www.banrepcultural.org/blaavirtual/arqueologia/prehisp/cp01.htm#Balance_General_de_la_Regi_nhttp://www.banrepcultural.org/blaavirtual/arqueologia/prehisp/cp01.htm#Subregi%C3%B3n%20Insularhttp://www.banrepcultural.org/blaavirtual/arqueologia/prehisp/cp01.htm#Catatumbohttp://www.banrepcultural.org/blaavirtual/arqueologia/prehisp/cp01.htm#Sierra_Nevada_de_Santa_Martahttp://www.banrepcultural.org/blaavirtual/arqueologia/prehisp/cp01.htm#Guajira-Corredor%20Cesarhttp://www.banrepcultural.org/blaavirtual/arqueologia/prehisp/cp01.htm#La%20Depresi%C3%B3n%20Momposinahttp://www.banrepcultural.org/blaavirtual/arqueologia/prehisp/cp01.htm#Urab%C3%A1%20-%20Alto%20Sin%C3%BAhttp://www.banrepcultural.org/blaavirtual/arqueologia/prehisp/cp01.htm#El%20Corredor%20Costerohttp://www.banrepcultural.org/blaavirtual/arqueologia/prehisp/cp01.htm#Importancia%20Arqueol%C3%B3gica%20de%20la%20Regi%C3%B3n

  • 8/19/2019 Colombia Prehispánica

    11/319

    Esta amplia región se subdivide en siete subregiones, de acuerdo con característicasgeográficas y culturales: Corredor Costero, Urabá -Alto Sinú, Depresión Momposina,Guajira- Corredor Cesar, Sierra Nevada de Santa Marta, Catatumbo y Región Insular.

    Importancia Arqueológica de la Región

    La región de la Costa Atlántica fue en época muy antigua, anterior al advenimiento de Cristo,como lo atestiguan los vestigios arqueológicos, un foco de desarrollo cultural de importantetrascendencia, "cuyos procesos influyeron de un modo decisivo sobre el curso de la evoluciónde las sociedades indígenas en una muy extensa zona de América". (Reichel-Dolmatoff,1982: 48).

    Los primeros pobladores de esta región la ocuparon en el pleistoceno tardío y holocenotemprano, según se infiere de los hallazgos de puntas de proyectil e industrias líticas simples,que parecen corresponder a la etapa paleoindia, caracterizada por la presencia de cazadoresy recolectores tempranos. Estas evidencias culturales sugieren que la costa Atlántica sirviócomo corredor de paso y de dispersión, en varios sentidos, de grupos humanos que una vez

    cruzado el Istmo de Panamá siguieron en dirección Oeste-este por el corredor costero o seadentraron por el Chocó, y por los valles de los ríos Magdalena y Cauca en dirección Norte-Sur.

    Ya en el holoceno, las condiciones variadas que ofrecía la región, con sus lagunas y esteros,sus ríos y colinas, permitieron y estimularon el establecimiento de grupos humanos quedieron inicio a una forma de vida sedentaria, a prácticas agrícolas y al posterior desarrollo dela vida aldeana (Reichel-Dolmatoff, 1982).

    Para la época que precede al comienzo de la era cristiana, los grupos humanos que poblaronla costa Atlántica, poseían ya un profundo conocimiento de los varios microambientes de la

    región y una larga tradición agrícola, que los condujo, a una diversificación cultural que sereflejó en un notable regionalismo y en la conformación de instituciones económicas, socialesy religiosas propias.

    A continuación se dará énfasis a los desarrollos culturales sobre los cuales hay referencias,considerando cada una de las subregiones separadamente.

    El Corredor Costero

    Incluye una amplia zona de sabanas y colinas bajas entre el mar Caribe al Norte y la depresiónMomposina al Sur. Hacia el Oeste se extiende hasta el río Sinú en sus cursos medio y bajo;y por el Este hasta la Sierra Nevada de Santa Marta, la cuenca baja del río Arigüani y elllamado "territorio de los Chimila" .

    Investigaciones Arqueológicas 

    Son escasos los datos referentes a la etapa de cazadores y recolectores tempranos en estasubregión, y sólo se dispone de hallazgos ocasionales de unas pocas puntas de proyectil yalgunos conjuntos o industrias de artefactos líticos. Puntas de proyectil, carentes de uncontexto de hallazgo se han referenciado en los sitios de Santa Marta, Mahates y la laguna

  • 8/19/2019 Colombia Prehispánica

    12/319

    de Betancí. Se caracterizan por una talla bifacial y algunos retoques secundarios, aunquevarían en forma y en detalles de su técnica de manufactura. (Reichel-Dolmatoff, 1965).

    En la categoría de industrias líticas, formadas por un número más o menos elevado deinstrumentos tallados de lascas o de núcleos desbastados, se han registrado sitios en el Canaldel Dique, cerca a Cartagena (Reichel-Dolmatoff, 1982: 42) y en las estaciones de PuertaRoja 1 y Villa Mery, en las proximidades del municipio de San Cayetano (Correal, 1977).

    Se destaca además, en el sitio de San Nicolás de Barí (bajo río Sinú), la presencia deartefactos de silex trabajados rudimentariamente con un mínimo de retoques secundarios por presión, sin estar asociados a cerámica ni a piedra pulida (Reichel-Dolmatoff, 1957: 134). Lamayoría de estas industrias carecen de datación. Se requiere ampliar los estudios y realizarexcavaciones estratigráficas para determinar su verdadero significado y posicióncronológica.

    Hacia el cuarto milenio antes de Cristo, los pobladores de las tierras bajas de la costaAtlántica, habían logrado adaptarse a distintos ambientes: marino, ribereño, lacustre,

    sabanero y selvático. Como expresión de esta época se destacan los materiales excavados enlos sitios de : Monsú, Puerto Hormiga, Canapote y Barlovento, cuya importancia estriba enla escala cronológica detallada que forman, la cual abarca desde los comienzos del cuartomilenio, hasta el primero antes de Cristo y representa secuencias de desarrollo cultural que, por sus múltiples características adquiere un valor que va mucho más allá de la CostaAtlántica Colombiana (Reichel-Dolmatoff, 1982).

    En Puerto Hormiga, hoy Puerto Badel, a unos 300 metros de la orilla oriental del Canal delDique, en el departamento de Bolívar, Reichel-Dolmatoff, excavó un yacimiento tipificado por una acumulación de conchas marinas entremezcladas con artefactos líticos, óseos y con

    fragmentos de cerámica caracterizada por el uso de desgrasante vegetal, adornos modeladosy decoración incisa, que presenta un nivel bastante desarrollado, lo que hace suponer que loscomienzos del arte alfarero se pueden remontar a épocas aún anteriores. Entre los artefactoslíticos figuran principalmente piedras con pequeñas depresiones ovaladas, que sirvieron deyunques para romper semillas duras; placas de piedra arenisca y granulosa, que sirvieron de base para moler o triturar materiales blandos; lascas de filo cortante, raspadores, golpeadoresy pequeñas manos de triturar y machacar *.

    * El sitio fue excavado en dos temporadas llevadas a cabo en los años 1961 y 1963. La

     primera patrocinada por el Instituto Colombiano de Antropología y la segunda por la

    Universidad de los Andes. 

    Los pobladores recolectaban moluscos del litoral y complementaban su dieta con la caza deespecies pequeñas y la recolección de frutos vegetales. La ocupación de Puerto Hormiga, porfechas de radio carbono, se ubica entre 3090 ± 70 a.C. y 2552 a.C., lo cual indica unaocupación de más de quinientos años, sin mayores cambios en su composición cultural. Al parecer ocupaban el conchero sólo por temporadas (Reichel-Dolmatoff, 1965).

  • 8/19/2019 Colombia Prehispánica

    13/319

    En el año de 1956 Reichel-Dolmatoff (1965) encontró en el sitio Bucarelia, cerca deZambrano a orillas del río Magdalena, un complejo cerámico parecido al de Puerto Hormiga; pero allí, los antiguos pobladores eran pescadores y recolectores ribereños y lacustres.

    La variada secuencia registrada en los yacimientos de Monsú, Canapote y Barlovento indicaque sus antiguos pobladores sabían explorar eficazmente los múltiples recursos de losambientes ecológicos, y habían desarrollado diversos modos de subsistencia.

    Canapote y Barlovento, muestran, al igual que Puerto Hormiga, la adaptación a un ambientede literal de grupos que dependían principalmente de la recolección de moluscos. El primero,excavado por Bischof, es un gran conchero de forma anular, localizado en la Ciénaga deTesca y fechado en 1940 años a.C. Barlovento, excavado por Reichel-Dolmatoff en el año1954, está formado por seis concheros, dispuestos en un círculo y unidos por sus bases cuyaubicación temporal está dada por fechas de radiocarbono entre 1560 a.C. y 1030 a.C.(Reichel-Dolmatoff, 1955; 1982: 50).

    Monsú, en la margen de una ciénaga de la última vuelta del Canal del Dique, excavado por

    Reichel-Dolmatoff en 1974, se caracteriza por una gran acumulación, en forma anular, dedesperdicios culturales, relacionados con una dieta vegetal y no tanto de moluscos. Esrelevante la presencia de grandes azadas que señala que sus habitantes ya labraban la tierra y probablemente cultivaban algunas raíces como la yuca (1985).

    En este yacimiento se estableció una prolongada secuencia cultural que comienza en épocamuy anterior al desarrollo de Puerto Hormiga, incluye el Período Canapote y concluye conel Período Barlovento. En dicha secuencia se distinguen varios pisos de ocupación,denominados por Reichel-Dolmatoff (1985) Períodos Turbana, Monsú, Pangola, Macavi y Barlovento. Los Períodos Turbana y Monsú, constituyen una fase de desarrollo del montículo

    y sus vestigios culturales pertenecen esencialmente a un solo desarrollo coherente. La partetardía del Período Monsú tiene una fecha de radiocarbono de 3350 ± 80 años a.C., mientrasque el Período Pangola que le sigue, está fechado aproximadamente en 2250 ± 80 años a.C.Entre Monsú y Pangola hay un intervalo temporal de 1100 años durante el cual el montículoestuvo deshabitado. Fue durante este lapso cuando se desarrolló la cultura de Puerto Hormigaen la vecindad del montículo de Monsú, entre 3090 ± 70 a.C. y 2252 ± 250 a.C. La cerámicade Puerto Hormiga no está representada en el montículo durante el intervalo que marca ladesocupación temporal del mismo (Reichel-Dolmatoff, 1985).

    La ocupación humana que cronológicamente le sigue a Pangola, corresponde al PeríodoMacavi. Para este período es aplicable, una fecha de radiocarbono de 1940 ± 100 años a.C.

    obtenida por Bischof (1966) para el sitio de Canapote, ya que el material cerámico que lorepresenta está estrechamente relacionado con el Período Canapote definido por el mismoinvestigador. Entre el Período Macavi y el Período Barlovento, último en la secuencia delmontículo, parece que hubo cierta continuidad, la acumulación de residuos culturales de laocupación Barlovento, cubre toda la superficie del montículo y su posición cronológica sereferencia respecto al sitio tipo de Barlovento. Además se cuenta con una fecha, para uno delos entierros intrusos que perforaron el montículo, de 850 a 80 años a.C., posterior al

  • 8/19/2019 Colombia Prehispánica

    14/319

    abandono del montículo, al terminar el período Barlovento (Reichel-Dolmatoff, 1985: 46-47).

    La cerámica de este montículo que representa los Períodos Turbana y Monsú corresponde ala cerámica decorada más antigua del continente, y se trata principalmente de tipos inciso- punteados. La decoración incisa es sumamente profunda y no corresponde a lo característicode un formativo temprano. De acuerdo con la propia expresión de Reichel-Dolmatoff, "tanto por su tecnología relativamente competente, como por su decoración estilísticamentecoherente, se trata de un producto que debe basarse en una larga tradición previa" (1985:117). No se parece en nada a la del complejo alfarero de Puerto Hormiga, representa una tradicióndiferente, sin desgrasante vegetal, y sus motivos decorativos sugieren otras múltiplestradiciones e influencias.

    En el Período Macavi aparecen además de las categorías cerámicas establecidas para el sitiode la Ciénaga de Tesca, numerosos elementos nuevos que señalan que se trata de una épocaen que las tradiciones cerámicas eran ya muy variadas. El período final del sitio de Monsú,

    caracterizado por un complejo cerámico relacionado con Barlovento, representa unadependencia alimenticia mayor, en pescado y fauna terrestre de la región, y no en moluscos(Reichel-Dolmatoff, 1985).

    Manifestaciones culturales representativas de la secuencia Monsú, Puerto Hormiga,Canapote, Barlovento, se encuentran desde el golfo de Urabá hasta la baja Guajira y en el bajo río Magdalena hasta el Banco y la laguna de Zapatosa (Reichel-Dolmatoff, 1965: 1982).Recientemente fue registrado un sitio denominado el Pozón en las Sabanas de San Marcos,Sucre, con material cultural relacionado con los anteriores, que data del año 1.700 a.C.(Plazas y Falchetti, 1986:16-20).

    De otra parte, el arqueólogo A. Oyuela contribuye con nuevos datos sobre esta épocaformativa, al referenciar dos sitios en la Serranía de San Jacinto, departamento de Bolívar.Uno de ellos, San Jacinto I, presenta cerámica con desgrasante de fibra vegetal y decoraciónincisa sencilla, fechada en 3.750 ± 430 años a.C. (1987:6). El otro, San Jacinto II, secaracteriza por cerámica con desgrasante tanto de fibra vegetal como de arena y decoraciónmuy recargada utilizando como técnica la incisión panda y ancha (1987:10). Porcomparaciones con el material arqueológico de los otros sitios de esta época, con los cuales presenta similitudes, considera que San Jacinto II podría ubicarse temporalmente entre ellapso de 3.000 y 2.000 años a.C. Al analizar las evidencias que le permiten inferir sobre la base de subsistencia de los dos sitios, considera que la caza menor y la pesca al igual que larecolección de nueces y caracoles ocupaba un lugar secundario, y esboza una posiblehipótesis de agricultura incipiente de yuca brava en San Jacinto I y una manifestacióntemprana de agricultura de maíz en San Jacinto II (Oyuela, 1987:16).

  • 8/19/2019 Colombia Prehispánica

    15/319

     

    La costa Atlántica y el bajo Magdalena, por el crecido número de sistemas ecológicosque ofrecen, ricos en recursos, desempeñaron un papel relevante en la adaptación degrupos humanos al medio, y en la implementación de sistemas hortícolas que permitieron la vida aldeana, en el segundo milenio antes de Cristo.

    Ejemplo de esta nueva forma de adaptación es Malambo (al borde de una laguna al sur deBarranquilla, cerca de la orilla Occidental del río Magdalena), sitio investigado por C.Angulo, a partir de 1957. Se trata de los vestigios de una población ribereña y sedentaria, queaparece hacia el año 1120 a.C., en los que se encuentra cerámica, más rica en formas que lade los períodos anteriores, caracterizada por elementos modelados, delimitados por anchas

    incisiones. En rasgos como éste, se relaciona con la cerámica de Barrancas, en el bajo ríoOrinoco (Venezuela), sitio habitado en una época contemporánea a la de Malambo (Reichel-Dolmatoff, 1982).

    En Malambo se registraron con profusión fragmentos de grandes platos planos, "budares",que se asocian con la preparación del cazabe, o pan de harina de yuca. Al parecer, loshabitantes basaban su subsistencia en el cultivo de la yuca y dependían en alto grado de la pesca; con caza ocasional. La cronología identifica este sitio con los primeros ensayos devegecultura, con testimonios de la presencia de yuca ( Manihot esculenta) en el año 1130 a.C.(Angulo, 1981).

    Malambo señala un cambio en el poblamiento temprano del litoral Caribe: los grupos sealejan del mar y de los esteros y se asientan a lo largo de los ríos y en las orillas de las grandeslagunas de los ríos Magdalena y Sinú, principalmente. Reorientación que implicó unamodificación en aspectos cualitativos de la subsistencia. La fauna de ambiente marino y delitoral fue reemplazada por fauna de agua dulce; y la mejor calidad de las tierras aluvialeshúmedas, propiciaron una experimentación agrícola y el desarrollo de una agricultura máseficiente y variada (Reichel-Dolmatoff, 1982: 5758).

  • 8/19/2019 Colombia Prehispánica

    16/319

    La perspectiva de esta tradición cultural se enriqueció con el descubrimiento del sitio LosMangos (municipio de Sabana Grande), que en el río Magdalena representa la fase masantigua de Malambo. (Angulo, 1981).

     Momil , ubicado en la margen Nororiental de la Ciénaga Grande en el bajo río Sinú, es otroyacimiento arqueológico, sistemáticamente estudiado por los esposos Reichel-Dolmatoff(1956), que tipifica bien la etapa de adaptación lacustre y ribereña, atestigua un largo períodode ocupación humana y fuerte incidencia en los desarrollos de la Costa Atlántica colombianay de regiones vecinas. Allí se encontró una secuencia que mostró un cambio significativo,fundamentalmente en la base de subsistencia de sus antiguos habitantes.

    En la primera parte de esta secuencia, fechada para sus comienzos en unos 170 años a.C. seregistraron numerosos fragmentos de platos, que indican el cultivo de la yuca y, muchasesquirlas de piedra muy dura que probablemente hacían parte de rallos o instrumentossimilares usados en la preparación de raíces; además, huesos de mamíferos, aves acuáticas,reptiles y anfibios, representados los últimos en restos de caparazones de tortugas de agua

    dulce. La cerámicas es muy variada en formas, tales como vasijas de silueta compuesta,vasijas globulares, cuencos y recipientes de base anular, entre otras (Reichel-Dolmatoff,1982:59).

    En la segunda parte de la secuencia, cronológicamente más reciente, al paso que disminuyenlos elementos que atestiguan el cultivo de la yuca, aparecen los grandes metates y manos demoler, platos y tinajas de cerámica, indicativos del cultivo del maíz; también, vasijas trípodescon soportes macizos o huecos mamiformes y vasijas con reborde basal (Reichel-Dolmatoff,1982:66).

    En la cerámica de Momil, predomina la decoración incisa, con gran diversidad en los

    motivos, y la pintada, bicroma (negro sobre blanco o negro sobre rojo), policroma (negro yrojo sobre blanco) y negativa.

    Momil y el período cultural que representa, marca el paso del cultivo de raíces al de semillas,lo cual no implica solamente reemplazar un elemento por otro, sino un cambio en los procedimientos agrícolas, de trascendencia para las nuevas formas de desarrollo social(Reichel-Dolmatoff, 1982:60).

    En Momil se aprecian rasgos que anotan cierta especialización artesanal, diferencias en losadornos personales, y se deducen actividades rituales posiblemente relacionadas con lafertilidad y la curación de enfermedades, todo ello probablemente relacionado con una jerarquización social y el surgimiento de un grupo de especialistas en artes y oficios (Reichel-Dolmatoff, 1982:62).

    Manifestaciones arqueológicas comparables con Momil se hallan en muchos lugares de lacosta Atlántica. Reichel-Dolmatoff se refiere a las regiones de los ríos Mulatos, San Juan yCanalete; entre el Golfo de Urabá y la hoya del río Sinú; las lagunas del río San Jorge y laancha región del bajo río Magdalena en donde se destacan los lugares de El Banco, Zambrano

  • 8/19/2019 Colombia Prehispánica

    17/319

    y Calamar (1982:63). En el Golfo de Morrosquillo, el sitio "Marta", es descrito por OrtizTroncoso y Santos como relacionado culturalmente con Momil (1985: 34-38).

    De acuerdo con Reichel-Dolmatoff fue el desarrollo del cultivo del maíz, lo que permitió ahabitantes ribereños y costaneros que dependían de la combinación de recursos acuáticos ydel cultivo de la yuca, retirarse de los ríos y avanzar sobre las laderas montañosas del sistemaandino, dando paso a una vida más estable, una diversificación cultural, y un notableregionalismo (1965, 1982).

    Hasta aquí se han tratado los yacimientos arqueológicos tomados como base para ladefinición de una amplia etapa formativa, en la cual se inicia el sedentarismo, se desarrollala agricultura y se establece la vida aldeana. No todos están estudiados sistemáticamente yalgunos se conocen sólo por recolecciones de material de superficie. A continuación se haráreferencia a los desarrollos culturales que tienen una evolución posterior al advenimiento deCristo, algunos de los cuales se prolongan hasta la Conquista.

    Las investigaciones de Gerardo y Alicia Reichel-Dolmatoff (1957) en el curso medio del río

    Sinú definieron dos complejos culturales, conocidos como Ciénaga de Oro y Betancí. Elyacimiento de Ciénaga de Oro, en la proximidad de una laguna, consiste en acumulacionesde basura de viviendas que al parecer formaban una población nucleada de una extensión deunos 500 por 300 metros (1957: 85). Parte del material cultural señala un parentesco conMomil II, pero otros elementos tienen un desarrollo muy marcado que se presenta en culturascuya posición cronológica es tardía respecto a Momil. Se trata de copas pandas de pie tubular, bases coronarias; vasijas pandas con decoración interior; bordes anchos con lóbulos otriángulos modelados que salen horizontalmente (1957: 128). Según Foster y Lathrap estoselementos que no tienen relación con Momil, forman parte de una ramificación tardía de laexpansión barrancoide (1977).

    El complejo Betancí  es un desarrollo tardío que está atestiguado por la comparación con losdatos de los cronistas del siglo XVI. La pauta de poblamiento se caracterizaba por aldeas endiversos ambientes: ribereños (lagunas, ríos grandes y arroyos), en terrenos planos; y seconstruían túmulos para entierro (Reichel-Dolmatoff, 1957). Por los cronistas se sabe queeran hábiles orfebres, lo cual ha sido a su vez constatado por la arqueología (Falchetti, 1978;Legast, 1978, 1985). Al parecer este complejo se difundió sobre la extensa región del cursomedio del río Sinú, y casi toda la hoya del río San Jorge, entre el Sinú y el río Magdalena(Reichel-Dolmatoff, 1957: 130).

    En el curso bajo del Sinú, Reichel-Dolmatoff (1957) menciona varios sitios que guardan un

    marcado parentesco estilístico y tecnológico, en lo que se refiere a la cerámica, con elcomplejo de Tierra Alta, del alto Sinú. Sin embargo, por la escasez de materiales y por nohaberse hallado ninguna superposición estratigráfica, es difícil reconocer una eventualsecuencia.

    El sitio de Crespo, en inmediaciones de Cartagena, ejemplifica una forma de vida observadaen las bahías y en las islas costaneras entre la desembocadura del río Magdalena y el Golfode Urabá, consistente en agrupaciones de pescadores y agricultores establecidos en pequeñas

  • 8/19/2019 Colombia Prehispánica

    18/319

    aldeas y campamentos (Reichel-Dolmatoff, 1982:85). En este yacimiento, excavado porAlicia Reichel-Dolmatoff (1954), los complejos cerámicos descritos incluyen budares,vasijas pandas para triturar condimentos, copas y platos con bases anulares, ollas globularescon cuello restringido y pequeñas figurinas antropomorfas. La decoración se caracteriza pormotivos simples, incisas o punteadas y en ocasiones caras humanas moldeadas. Se

    encuentran hachas y azadas tanto de piedra pulida como de grandes conchas, que probablemente fueron utilizadas en la agricultura, en la manufactura de canoas, y en laextracción de almidón de los troncos de las palmas. También es notoria la presencia de piedras de moler. Se observan relaciones tipológicas con los complejos culturales del bajoMagdalena y, en algunos rasgos se vislumbran posibles contactos con culturas de la costavenezolana y de Panamá. Este sitio ha sido fechado en la última parte del siglo XIII despuésde Cristo y se cree que corresponde a las poblaciones que encontraron los españoles en elsiglo XVI (Reichel-Dolmatoff, 1982: 85-86).

    En el área del bajo Magdalena, en la desembocadura del río Cauca, Reichel-Dolmatoffregistró en 1953, restos de poblaciones con grandes acumulaciones de basura y otros

    vestigios que indican la presencia de grupos que combinan la agricultura con la caza, la pescay la recolección de recursos silvestres. Son de señalar los sitios de Plato y Zambrano, endonde, con recolecciones de superficie, se identificó una tradición de alfarería incisa que al parecer tiene una posición cronológica reciente (1954).

    La cerámica de Tenerife, difiere de la de estos dos sitios y se observa un cierto parentescocon algunos de los complejos del río Ranchería (Reichel-Dolmatoff, 1954).

    En el municipio de Pedraza, en el sitio Guaiquirí, L. Reines registró vestigios de un pueblosedentario dependiente del medio semi-acuático, con una tradición cerámica incisa (Reines,1985). Para este sitio existen dos fechas citadas por Plazas y Falchetti de Sáenz (1981),

    asociadas a los tipos cerámicos del complejo Plato-Zambrano, una del siglo XVI y la otra delsiglo XIX, esta última muy tardía.

    Grandes áreas cubiertas de conchales fueron registradas por Reichel-Dolmatoff (1955) en lafranja litoral de la Isla de Salamanca, que alcanzaban más de 6 metros de altura, y en cuyascapas superiores se encontraban numerosos fragmentos, de cerámica Tairona II, y de lasculturas del río Magdalena. Muchos de estos conchales, con excepción de los que existen enTasajeras y Palmira, fueron destruidos o alterados durante la construcción de la carreteraBarranquilla-Santa Marta (Angulo. 1978).

    Sobre las zonas antes citadas y sobre las orillas de la Ciénaga Grande de Santa Marta, se

    dispone de varios estudios. En 1961, H. Bischof hizo un corte en Mina de Oro, sitio ubicadoa unos dos kilómetros al oriente de la desembocadura del río Fundación. Los resultados deesta experiencia le sirvieron junto con otros, para proponer la tesis de un período temprano para la cultura Tairona, denominado Nahuange. En este yacimiento se obtuvo una fecha de487 años d.C. (Bischof, 1969).

  • 8/19/2019 Colombia Prehispánica

    19/319

    En 1975, los arqueólogos D. Sutherland y C. Murdy hicieron un reconocimiento de la Isla deSalamanca y efectuaron excavaciones en los sitios de Cangarú y Caimán. En el registroreconocieron influencias del área del bajo Magdalena, y contactos con la cultura Tairona.

    En la Ciénaga Grande y la Ciénaga de Pajaral, que se encuentran conectadas y forman unaunidad lacustre, son frecuentes extensos conchales, mezclados con cerámica, artefactoslíticos y restos óseos de fauna. Allí realizó C. Angulo (1978) una exploración, de la cualobtuvo varias colecciones de superficie. Excavó, además, en los sitios de Palmira, Tasajerasy Los Jagüeyes (Isla de Salamanca), en Loma de López (orilla Oriental de la Ciénaga Grande)y en las Islas Cecilio y Tía María (complejo lacustre de Pajaral).

    Los conchales estudiados hablan de una ocupación tardía por grupos humanos, que teníancampamentos tanto estacionales como permanentes. El asentamiento más antiguo de la Islade Salamanca es el sitio los Jagüeyes fechado en el siglo IV de nuestra era. Son posterioreslos asentamientos de Palmira (siglo VI d.C.) y Tasajeras (siglo X d.C.). En la Ciénaga Grandeel primer asentamiento humano -Mina de Oro- ha sido fechado en el siglo V d.C. Loma de

    López se inicia en el siglo XI d.C. y su historia parece subsistir hasta la época de la conquista(Angulo, 1978:164-165,122).

    A partir de la estructura de los cortes y del análisis del material, se distinguieron dos períodosde ocupación. El primero y más antiguo corresponde a comunidades de tradición agrícola, yel más reciente, a grupos con economía de pescadores. Los grupos agrícolas que se asentaronen la Isla de Salamanca y luego a orillas de la Ciénaga, procedentes al parecer en el primercaso, de las tierras planas que se extienden entre el piedemonte occidental de la Sierra Nevadade Santa Marta y la orilla oriental de la Ciénaga, y en el segundo del bajo Magdalena,reorientaron la base de su subsistencia hacia la pesca y la recolección de moluscos. En laocupación más reciente se evidencia un estrecho contacto con los grupos tardíos de la Sierra

     Nevada de Santa Marta (Cultura Tairona) (Angulo, 1978:166-167).

    Recientemente, el investigador C. Langebaek, realizó excavaciones en antiguas terrazasaluviales en el bajo río Córdoba a lado y lado de la desembocadura del río y en una colina próxima a esta, en predios de la Hacienda Papare. Como resultado de su estudio se definentres tradiciones alfareras cronológicamente superpuestas; la más antigua la denomina"malamboide" por su similitud con los materiales culturales descritos por Angulo (1981) parael sitio tipo de Malambo, sigue en la secuencia una tradición de cerámica semejante a la queBischof llamó "Nahuange" (1969) y por último señala una tradición netamente Tairona(Langebaek, 1987:84). En una de las excavaciones (Tigrera), obtuvo una datación de 970 ±80 años d.C., que se asocia con la aparición en la secuencia de la alfarería Tairona(Langebaek, 1987:87).

    Dejando hacia el oriente la Ciénaga Grande de Santa Marta, con el nombre de "Valle deSantiago", se conoce una micro-región del departamento del Atlántico que se extiende desdeel piedemonte Occidental de la serranía de Piojó y los contrafuertes septentrionales de laloma del Caballo, hasta el mar Caribe. En esta zona, Angulo (1983) excavó en los sitios deSan Juan y María Jacinta en proximidades de la Ciénaga de Tocahagua, en Palmar deCandelaria y en la Isla, y definió tres fases arqueológicas: Tocahagua, Palmar y la Isla, las

  • 8/19/2019 Colombia Prehispánica

    20/319

    cuales derivan de tradiciones diferentes, aunque al parecer contemporáneas durante lasúltimas centurias.

    La Fase Tocahagua se caracteriza por la utilización, como atemperante, de concha molida decaracoles terrestres, entierros en posición fetal lateral, uso de topias para fogones, aparicióndel cultivo del maíz y evidencias de casas comunales. Su posición cronológica se infiere poruna fecha de 900 años d. C. proveniente de la parte media de la secuencia y de otras, de lossiglos XVI y XVII en la parte final (Angulo, 1983:162-163). La fase Palmar presentaelementos característicos del área del bajo Magdalena, tales como decoración modelada -incisa, figurinas en arcilla y bases de pedestal, y se ubica cronológicamente entre los siglosXIII y XVII d.C. Por último la fase la Isla, de la cual se tiene una datación del siglo XVII,corresponde a grupos que se desplazaron hacia la costa, donde abandonaron luego lautilización de la concha molida como atemperante (Angulo, 1983:163). Sólo en la fasePalmar se dan evidencias del cultivo del maíz, que en los sitios que representan las fases laIsla y Tocahagua, se limitan a muestras de superficie. En las tres fases, se infieren actividadesde caza y pesca. En las fases Tocahagua y Palmar se recolectaban moluscos y caracoles

    terrestres, los últimos de los cuales son escasos en la fase La Isla, en la que predominan, encambio, los restos de caracoles marinos. (Angulo, 1983).

    Posteriormente, Angulo (1986) extendió sus estudios arqueológicos a las orillas y alrededoresinmediatos de la Ciénaga de Guájaro, y, a la vertiente norte de la Serranía del Caballo.

    Las evidencias culturales, la estratigrafía y los datos cronológicos le permitieron definir dos períodos culturales, denominados "Rotinet" y "Carrizal". Estos períodos aparecen separados por un lapso aproximadamente de 1000 años lo cual se ha interpretado como una larga etapade abandono del sitio (Angulo, 1986:50).

    El período Rotinet corresponde a la ocupación más antigua del lugar, se relaciona con lasmanifestaciones culturales de la secuencia Monsú, Puerto Hormiga, Canapote y Barloventoy presenta una posición cronológica hacia el tercer milenio antes de Cristo.

    Hacia comienzos de la era cristiana, el mismo lugar fue repoblado por grupos que sedesplazaban por el bajo río Magdalena, los cuales introdujeron nuevos aportes culturales.Corresponde esta reocupación al Período Carrizal, caracterizado por un modo de vidavegecultor en su fase inicial (Zahino), en la cual se intensifica la caza, la pesca y el cultivode la yuca. Posteriormente se percibe un cambio en la subsistencia de estos grupos, al parecer por la introducción del cultivo del maíz. Esta fase es definida Palmar y correspondeestilísticamente y en el modo de vida a la fase del mismo nombre en el Valle de Santiago

    (Angulo, 1986).Urabá - Alto Sinú

    Esta subregión incluye el alto río Sinú, las estribaciones de las serranías de San Jerónimo yAbibe, y la zona del golfo de Urabá.

    La posición geográfica, las condiciones geomorfológicas y ecológicas, con bosque húmedotropical y bosque muy húmedo tropical hacen de la costa Pacífica Septentrional, Urabá y Alto

  • 8/19/2019 Colombia Prehispánica

    21/319

    Sinú, un área estratégica de paso obligado a migraciones y apta para los asentamientoshumanos. El medio ambiente con su alta temperatura y pluviosidad posibilitan un alto índicede fotosíntesis y por ende un rápido y exhuberante desarrollo de la vegetación, y es propicio para la caza, la recolección y la explotación agrícola. Además el mar, los ríos y quebradas,albergan una gran riqueza ictiológica.

    El área presenta una gran variedad de paisajes: el literal y la zona costera Septentrional delPacífico y la serranía de Los Saltos *; la cuenca del río Atrato, la depresión del golfo y sus playas, las colinas de las estribaciones de la serranía de Abibe al Occidente y los planosaluviales superior e inferior de las partes planas bajas formados por la red hidrográfica quellega al golfo; las superficies de erosión con alturas de más de 100 metros de la serranía deAbibe hacia el Este; las colinas y cerros de 100 - 200 y más de 800 metros de la serranía deSan Jerónimo hacia el Occidente; diferentes niveles de terrazas y aluviones altos inundablescon buen drenaje de las cabeceras del Sinú. Estos últimos, aptos para la agricultura (Botiva,1985).

    * Se sabe que en el pasado prehispánico existieron vínculos culturales entre la región deUrabá-Alto Sinú y la zona costera septentrional del Pacífico, pero para efectos del presentetrabajo, esta última zona se consideró geográficamente en la región Costa Pacífica.

    Investigaciones Arqueológicas 

    El poblamiento temprano de cazadores y recolectores, cuenta con la evidencia cultural de bahía Gloria en el golfo de Urabá, en donde G. Correal encontró una punta de proyectilacanalada, similar a las del complejo "Lago Meden" en Panamá. En el Alto Sinú, el mismoinvestigador registró varios yacimientos de industrias de lascas y nódulos que indican poblamientos dispersos, en estaciones temporales de corta duración. Los artefactos líticos

    hallados en los sitios de Angostura, Caimanera y Frasquillo sugieren una subsistenciasubordinada a actividades de cacería y pesca (Correal, 1977).

    Las investigaciones arqueológicas adelantadas en el noroeste colombiano sobre el períodocerámico han puesto de manifiesto la presencia de rasgos alfareros semejantes, que seextienden hasta el Darién panameño.

    Sigvald Linné, en 1927, exploró la costa Atlántica de Panamá y el golfo de Urabá. En laGloria efectuó excavaciones de algunos entierros secundarios en urnas funerarias, y en lossitios de Candelaria, Severa, Titumate, Triganá y Acandí, recolectó tiestos superficiales, decuyo análisis deduce un carácter homogéneo. Solo en Severá encuentra diferencias en lacerámica y la relaciona con la encontrada en la costa Pacifica y en la Isla de las Perlas, quese caracteriza por la decoración impresa, utilizando como herramienta, conchas (Lineé,1929).

    En los últimos años, investigadores de la Universidad de Antioquia han llevado a caboestudios en la costa del golfo cerca a Turbo y Necoclí y a lo largo de la costa hasta Arboletes(Botiva y Santos, 1980; Santos et. al., 1980, 1983).

  • 8/19/2019 Colombia Prehispánica

    22/319

    En esta área se identificó un complejo cultural denominado " Estorbo" en el cual se observauna tradición cerámica modelada incisa con rasgos estilísticos y tecnológicos propios. Lossitios más representativos son: El Estorbo I, Agualinda (Estorbo II), colinas por las quedesciende la quebrada el Estorbo (III y IV), Tie, el Totumo, Necoclí, Piatra y más al Nortefuera del golfo, Arboletes. En la margen izquierda persiste la pauta de asentamiento definida

     para este complejo: Triganá, bahía Gloria, Capurganá, Acandí, Santa María la Antigua delDarién, bahía Rufino y Zapzurro.

    Este complejo está representado por el asentamiento lineal a lo largo de los ríos, lasquebradas y las colinas bajas de la región. Los yacimientos son extensos y densos basureros de conchas de moluscos asociadas a materiales cerámicos, líticos y óseos;además, se encuentran entierros humanos y fogones. Aunque la mayor parte de laevidencia es de conchas de bivalvos y caracoles, no se trata de simples recolectoresde moluscos sino de cazadores y pescadores que practicaron también la agricultura yque debieron recoger el molusco como actividad complementaria (Botiva et. al.,1986).

    Las formas de cerámica más representativas son cuencos de borde evertido horizontalmentecon decoración modelada-incisa e impresa en el borde y bases anulares perforadas a trechos,cuencos sencillos de borde evertido engrosado hacía el exterior, platos, figurinas y rodillos.

    La posición cronológica aún no está claramente definida. Como referencia temporal sedispone de las fechas 350 ± 95 a.C. y 420 ± 130 d.C., que son miradas con precaución porSantos et, al., quienes consideran que el comienzo de la ocupación de El Estorbo no seremonta a una fecha anterior al siglo V d.C., y juzgan más acertada otra fecha del siglo IXd.C.

    En el año 1983, M.E. Naranjo y M.C. Bedoya (1985), adelantaron en la localidad deCapurganá, un trabajo arqueológico para su tesis de grado, que les permitió señalar la

  • 8/19/2019 Colombia Prehispánica

    23/319

    existencia de dos ocupaciones culturales distintas, tanto en su alfarería como en su situacióntemporal. La cerámica más antigua con incisiones y pintura policroma de colores blanco, rojoy negro, se relaciona con Momil, la más reciente corresponde a la tradición modelada- incisadel Estorbo, definida como típica de todo el golfo.

    Los dos conjuntos cerámicos muestran una distribución indicadora de que los asentamientosse dieron en áreas diferentes, apareciendo sólo superpuestos hacia el piedemonte, mientrasque la evidencia dejada por la ocupación más tardía (Estorbo), es la única que aparecesuperficialmente en todos los sitios reseñados en Capurganá. En este lugar, antiguamente la playa estaba más cerca del piedemonte lo cual se constata por la presencia de formacionescoralinas muy adentro de la línea costera, hecho que permite interpretar la distribución de lasevidencias y explica por qué las dos ocupaciones aparecen únicamente en el sector aledañoal piedemonte. Después del retire del mar, se estableció otra ocupación en la zona dejada por61 y sobre las evidencias anteriores (Botiva, 1986).

    En el área del golfo, también es de anotar la investigación de G, Arcila (1985), para ubicar a

    Santa María la Antigua del Darién. El análisis de los materiales excavados allí, tantoindígenas como españoles, denota una convivencia de los dos grupos por un corto espacio detiempo. Tras el abandono del sitio por los españoles, no se observa sobrevivencia aborigen.

    Hacia el Este de Urabá se encuentra la zona del Alto Sinú, en donde las investigacionesrealizadas por G. Reichel-Dolmatoff en el año 1957 permitieron definir el complejo cerámico"Tierralta". El sitio tipo de este complejo fue excavado en el Cabrero, y los sitios deFrasquillo, Gaitá, Táparo, Socorrer y Crucita, se definieron como parte del mismo complejo.En el bajo Sinú también se registraron algunos sitios relacionados (1957).

    La economía de este complejo cultural se basaba principalmente en el cultivo del maíz, y se

    registran entierros secundarios en urnas y orfebrería, que son característicos en la costaCaribe de Colombia de culturas post-formativas, más bien tardías. La posición cronológicaes, por lo tanto, posterior a Momil y se encuentra separado de este complejo por unconsiderable espacio de tiempo. Tierralta, al parecer, se deriva del complejo Ciénaga de Oro,del medio Sinú, sin embargo, al respecto no hay una comprobación estratigráfica (Reichel-Dolmatoff, 1957).

    Recientemente, G. Casasbuenas y A. Espinosa, adelantaron en el año 1983 su trabajo de tesisen Frasquillo (margen izquierda del río Sinú) y en quebrada Mulas (margen derecha del ríoVerde). Las excavaciones en Frasquillo permitieron ubicar cronológicamente elementos pertenecientes al complejo Tierralta hacia finales del siglo IV d.C. Al comparar las formas

    cerámicas y su decoración con áreas arqueológicas vecinas, se observa una estrecha relacióncon la cerámica del sitio El Estorbo en Urabá. De otra parte, las evidencias cerámicas que seobtuvieron en la quebrada de Mulas, también presentan características muy semejantes a lasdel complejo de Urabá, aunque son cronológicamente más recientes (siglo IX d.C.)(Casasbuenas y Espinosa, 1985).

    Posteriormente, el Instituto Colombiano de Antropología entre 1985 y 1986 realizó en el AltoSinú, como parte del estudio de impacto ambiental del Embalse de Urra I, la investigación

  • 8/19/2019 Colombia Prehispánica

    24/319

    de la zona que iba a ser alterada por las obras de ingeniería y de sus alrededores. Bajo ladirección del arqueólogo Alvaro Botiva se llevó a cabo una exhaustiva prospección del áreay se excavaron los sitios de El Cabrero, Frasquillo y El Gallo (Botiva, 1987). De acuerdo conla información arqueológica recogida, se allegaron nuevos datos cronológicos y sobredistribución espacial del complejo Tierralta. Se puede agregar a lo ya conocido que los

    antiguos habitantes de esta región vivieron en asentamientos en las márgenes del río ycombinaron la agricultura con la explotación de los recursos del río, de las quebradas y delos bosques. Se observa al parecer una paulatina migración que del Bajo y Medio Sinú vacolonizando las partes altas del río dejando huella de casas aisladas y caseríos dispersos yque se extiende a la región del Golfo de Urabá. La situación temporal puede considerarseentre los siglos III y XI d.C. (Botiva, 1987).

    El investigador Botiva propone redefinir el complejo cultural arqueológico registrado en elAlto Sinú y en Urabá con "la combinación de los nombres tipos asignados: Tierralta (Reichel-Dolmatoff, 1957) y El Estorbo (Botiva y Santos, 1980); complejo cultural que se precisa alencontrarse la misma tipología cerámica y lítica, así como un patrón de asentamiento

    semejante con modificaciones locales muy secundarias y una relación con el medio particularde acuerdo a las características fisiográficas y bióticas de cada región..." (1987:210).

    En la cerámica de Tierralta - El Estorbo, el modelado y la incisión son rasgos predominantesy, en formas, son frecuentes "los cuencos miniatura, pequeños y medianos de uso domésticoy ceremonial; cuencos de borde evertido horizontalmente con bases coronarias adosadas consonajeros que representan figuras zoomorfas; urnas funerarias con bases coronarias;mocasines; así como vasijas globulares para uso culinario y almacenamiento de líquidos".(Botiva, 1987:211).

    La Depresión Momposina

    La Depresión Momposina se extiende a lo largo del Magdalena y en sus afluentes el Cauca,el San Jorge y el Cesar, formando un valle fértil aunque sujeto a inundaciones y ocupado porextensas ciénagas que en las épocas de las crecientes amplían considerablemente susuperficie. (Guhl, 1976: 153). La precipitación es superior a los 2500 mm., la morfología es plana y cenagosa en la cual la alternancia de aguas altas y bajas hace que las ciénagas serebosen, esparciendo agua de inundación por caños y tierras llanas o que los playones quedensecos y se puedan utilizar como potreros.

    Investigaciones Arqueológicas 

    La región del bajo río San Jorge, cuya importancia arqueológica fuera mencionada porGerardo Reichel-Dolmatoff en 1958 y divulgada posteriormente por James Parsons desde1965, fue objeto de una exhaustiva investigación en años recientes por C. Plazas y A.M.Falchetti de Sáenz, que permitió reconstruir el patrón de asentamiento de los grupos humanosque la ocuparon. Entre los años 1976-1981 estudiaron sitios arqueológicos en una extensaárea, desde Jegua, al norte, hasta la Ciénaga de las Flores al Suroeste y Sucre, sobre el cañoMojana, al Oriente; simultáneamente, trabajaron en detalle dos zonas: una de viviendadispersa a lo largo de los caños Carate - Mabobo donde los canales artificiales forman un

  • 8/19/2019 Colombia Prehispánica

    25/319

    sistema de gran magnitud y otra de vivienda nucleada sobre el caño Rabón (Plazas y Falchettide Sáenz, (1981: 10-33).

    En esta área se determinó la existencia de dos ocupaciones prehispánicas, correspondientesa dos grupos étnicos no contemporáneos, que tuvieron orígenes, adaptaciones y desarrollosculturales diferentes .

    La primera ocupación se dió entre el siglo I y el X de nuestra era y se caracterizó por una altadensidad de población que adoptó el área como lugar de habitación permanente y deutilización productiva. A esta época corresponden los canales de control de aguas que cubrencerca de 500.000 hectáreas de terrenos inundables- las plataformas de vivienda y losmontículos funerarios en donde se encuentran objetos de oro y cerámica de la tradiciónmodelada-pintada. (Plazas y Falchetti de Sáenz, 1981).

    Aproximadamente en el siglo VII d.C. en adelante, se llevó a cabo una relativa desocupacióndel Bajo San Jorge, quedando en el siglo XVI algunos remanentes de este desarrollo culturalen sitios como Ayapel. En el curso medio del mismo río, hacia el siglo X, se encuentran en

    la región de Monte-Líbano evidencias de esta misma tradición, correspondientes quizás amovimientos de población río arriba o sobrevivencias de asentamientos locales más antiguos(Plazas y Falchetti de Sáenz, 1981: 9-10).

    En el bajo río San Jorge, a partir del siglo XIV en adelante se encuentran evidencias de otrogrupo étnico, procedente del río Magdalena, que ocupa los espacios elevados disponibles,aprovechando solamente el área circundante.

    Los vestigios de esta ocupación se encuentran dispersos sobre las orillas de los caños ymeandros sin relación con los sistemas hidráulicos. La cerámica asociada corresponde a laTradición Incisa Alisada, extendida a lo largo del curso bajo del Magdalena (Plazas y

    Falchetti de Sáenz, 1981: 10).

    Las autoras entrelazan la información arqueológica con los relatos de los cronistas del sigloXVI sobre los indígenas Zenúes y tratan de indicar su pertenencia a un desarrollo culturalcomún con los habitantes que ocupan el bajo San Jorge en los primeros siglos (1981).

    El complejo Betancí, del río Sinú guarda una estrecha relación con el desarrollo cultural delValle del San Jorge; con el cual comparte el enterramiento en túmulos y el estilo de laorfebrería. Sin embargo, aunque existen algunos complejos cerámicos que se relacionan, hayotros que no están presentes en el San Jorge, tal como ocurre con la decoración incisa profunda que, al parecer, tiene un mayor parentesco con la alfarería de la región de Urabá.

    (Bray, 1984: 334).Las tradiciones recogidas por los cronistas sobre los indígenas Zenúes y los datosarqueológicos indican la antigua existencia de una estructura de poder de jefaturas(Cacicazgos) que dominaba política y económicamente las hoyas de los ríos Sinú, San Jorge, bajo Cauca y Nechí (Plazas y Falchetti, 1981).

  • 8/19/2019 Colombia Prehispánica

    26/319

    En el siglo XVI, a la llegada de los españoles, estaba establecido en parte de la DepresiónMomposina y en las riberas del Magdalena, el grupo étnico Malibú que tenía un patrón de poblamiento lineal sobre los barrancos que bordean los cursos de los ríos, en viviendasdispersas y caseríos ribereños. A orillas del Magdalena establecieron poblaciones de algunaimportancia como Mompós, Tamalameque y el mercado de Zambrano. (Reichel-Dolmatoff,

    1951).Una extensión de grupos de esta etnia hacia el bajo San Jorge a partir del siglo XVI enadelante, fue determinada por Plazas y Falchetti de Sáenz (1981) por excavaciones en el sitio"Las Palmas" en el caño San Matías, donde estudiaron una plataforma de habitación yencontraron basureros y entierros dentro de las viviendas, directamente en la tierra o en urnasfunerarias en el caso de los niños, junto con ofrendas de cerámica. Se sabe que el lugar estabahabitado hacia el año 1300 después de Cristo y que su ocupación se prolongó al parecer hastafinales del siglo XVI. La cerámica hallada pertenece a la tradición Incisa Alisada y secaracteriza por formas sobrias, sin distinción entre vasijas para uso doméstico y ritual. Sonvasijas de servicio culinario y almacenamiento, tales como copas de pedestal, ollas globulares

     pequeñas y grandes, estas últimas reutilizadas como urnas funerarias.

    Las actividades de subsistencia se basaban en la pesca, la caza, la agricultura y la recolecciónde alimentos vegetales (Plazas y Falchetti de Sáenz, 1981:98).

    En el área del río Magdalena, que hace parte de la depresión Momposina, Gerardo y AliciaReichel-Dolmatoff (1953) realizaron una prospección de las riberas del río y de la región dela laguna de Zapatosa, es decir, el curso inferior del río Cesar, como resultado de la cualreseñaron numerosos sitios que se referenciaron de acuerdo con el tipo de vestigiosarqueológicos hallados en ellos, tales como: entierros en urnas funerarias; fragmentos decerámica superficiales; fragmentos de cerámica y líticos; fragmentos de cerámica, túmulos

    de piedra; terrazas de cultivo con murallas, cerámica y líticos; calzadas de caminos y terrazasy por último petroglifos y cerámica.

    En la ciénaga de Zapatosa estudiaron en detalle el sitio de Saloa y la isla del Barrancón. Estossitios pertenecen a un mismo período aunque es posible observar ciertas diferenciacionescaracterísticas que parecen tener algún valor cronológico, y que insinúan que el yacimientoarqueológico de Saloa forma una base más antigua que los yacimientos de la isla delBarrancón, donde se encuentran evidencias de la época de contacto con los españoles. Con base en estos estudios se definió un complejo alfarero inciso que parece tener una tradiciónlarga e influyó hacia el norte, tal como se manifiesta en diferentes niveles de la zona decontacto y transición de áreas del río Cesar. (Reichel-Dolmatoff, 1953).

    En la región de Tamalameque, en el lugar de la Sabana de San Luis, excavaron un cementeriode entierros de urnas, perteneciente a la misma cultura observada en Saloa, la cual a su vezse relaciona con el grupo étnico de los Malibú en el siglo XVI (Reichel-Dolmatoff, 1953).

    En general la cerámica tardía del bajo Magdalena, incluyendo la Depresión Momposinaforma parte de una tradición incisa, con tipos cerámicos relacionados, que probablementecorrespondían a desarrollos locales.

  • 8/19/2019 Colombia Prehispánica

    27/319

    Guajira-Corredor Cesar

    Esta subregión comprende el valle del río Cesar y sus dilatadas praderas, que se extiendenentre la Sierra Nevada de Santa Marta y la Cordillera Oriental, la Sierra de Perijá y la Guajira.

    En esta unidad espacial se encuentran varios conjuntos climáticos que van desde el semiáridode la alta Guajira al seco de la media Guajira, que se prolonga en forma de Golfo de sequíaen la depresión del Cesar, desde Carraipia hasta el sur de Valledupar; el semi-húmedo queincluye la faja del valle del Cesar entre la región seca y las faldas húmedas de los macizosmontañosos (Sierra Nevada y Serranía de Perijá).

    Investigaciones Arqueológicas 

  • 8/19/2019 Colombia Prehispánica

    28/319

    Correal (1977) puso en evidencia la presencia de grupos líticos en la Guajira, mediante elhallazgo de estaciones líticas al aire libre en Carrizal, Camuchisain y Serranía de Cocinas.En inmediaciones del Departamento del Cesar, en predios de la hacienda "El Espejo", sobrela margen izquierda del río Minas, en el corregimiento de Media Luna, localizó dos sectoresde abrigos de rocas areniscas duras del cretásico superior, muy propias para la habitación

    humana. En un corte de observación en uno de ellos determinó un horizonte cerámico en losestratos iniciales, y en los estratos más profundos, otro de elementos líticos queaparentemente se relaciona con la época paleoindígena. Sin embargo, como él mismo loanota, "solamente una excavación amplia permitirá definir las características de los posiblescomplejos líticos de esta área" (Correal, 1977: 47).

    El mismo Correal informa sobre la existencia de petroglifos en Barrancas y en la Inspecciónde Policía de San Pedro, y Gerardo Ardila detectó tres cuevas con pictografías en el curso bajo del arroyo Tres Calabazos (Ardila, 1983: 42).

    Para una etapa formativa tardía, son de especial relevancia los trabajos de G. y A. Reichel-

    Dolmatoff (1951) en el valle del río Ranchería, a lo largo del cual encontraron numerosossitios que forman parte de una secuencia de complejos agrícolas sedentarios, caracterizados por la presencia de cerámica pintada cuya posición cronológica estimaron coetánea conMomil (Reichel-Dolmatoff, 1982). Los autores dividen la ocupación del área en dos mareasculturales, que denominaron primer horizonte pintado y segundo horizonte pintado deacuerdo con una secuencia comprobada por la estratificación de los vestigios y corroborada por comparaciones en un sentido horizontal. El primero y más antiguo está constituido porlos períodos Loma, Homo y Cocos y el segundo, por las fases I y II del Período Portacelli.

    En síntesis, tal como lo expresan los esposos Reichel-Dolmatoff : "Los vestigios observadosen la Cuenca del río Ranchería, corresponden a las manifestaciones de dos culturas

    aborígenes que sucesivamente ocuparon esta zona en tiempos pasados, desapareciendofinalmente en una época muy anterior a la Conquista. El estrato cultural más antiguo lo formala cultura que hemos designado como períodos Loma y Hornos, mientras que el estratosiguiente está formado por la cultura del Período Portacelli, la secuencia de estas dos culturasrepresenta un desarrollo de un complejo cerámico policromado hacia un complejo bicromado, a través de una fase de experimentación pictórica y plástica como lo es el PeríodoHorno. No sabemos como se efectuó la sucesión de estas dos olas, y si fue en forma deconquista o en forma de lenta penetración. Lo brusco del cambio parece indicar la primeraforma; la cultura Portacelli se superpuso, ocupando casi todos los sitios anteriormentehabitados por la cultura antigua, pero tal vez no los ocupó todos al mismo tiempo, sino en

    épocas distintas" (1951: 208). Con sus excavaciones en la vertiente Suroriental de la Sierra Nevada, lograron constatar la asociación cronológica del período más antiguo del área de laSierra Nevada con la fase superior y más reciente del Período Portacelli.

    La cantidad y calidad de los vestigios culturales encontrados, indican largos períodos deocupación y una población indígena numerosa, distribuida en aldeas extensas. Al parecerdurante las dos ocupaciones, la base de la economía fue la agricultura; sin embargo, en los períodos Loma y Horno, es notable la ausencia de piedras y manes de moler, así como la de

  • 8/19/2019 Colombia Prehispánica

    29/319

    manes de triturar o de amasar granos. Estos elementos aparecen en la fase reciente del PeríodoPortacelli y podrían señalar la introducción o por lo menos la intensificación del cultivo delmaíz en esta época (Reichel-Dolmatoff, 1951).

    Las dos culturas agrícoias-aldeanas del Ranchería tienen nexos inmediatos que se extiendena través de la Guajira y la Serranía de Perijá hacia el Occidente de Venezuela, y también endirección Sur, por la Hoya del río Cesar. Hacia el Magdalena medio, sigue observándose lainfluencia de estas culturas, aunque con algunas modificaciones (Reichel-Dolmatoff, 1982).

    De acuerdo con sus investigaciones en el valle del río Cesar en donde efectuaronexcavaciones en los sitios de Villanueva, El Hático y el Porvenir, se puso enevidencia que la secuencia Loma, Horno, Portacelli, es también válida para el Cesar,y encontraron además manifestaciones de un nuevo complejo local que designaroncomo Período Hático, que tiene una posición cronológica entre el Período Horno yel Período Portacelli, siendo probablemente contemporáneo a este último, por lomenos en sus primeros comienzos. Se trata de un complejo de cerámica incisa que,

    al parecer, guarda estrechas relaciones tipológicas y cronológicas con las culturas delárea del bajo Magdalena (Laguna de Zapatosa) (Reichel-Dolmatoff, 1951).

    En el sitio El Porvenir, además de la influencia procedente del Bajo Magdalena, sedeterminó que en la última fase del complejo local hay contacto también con el período Mesa del área de la Sierra Nevada (Reichel-Dolmatoff, 1951).

    Aunque a grandes rasgos las culturas del río Ranchería y del río Cesar, no se diferencian deun modo notable, existen variaciones pequeñas pero significativas. Los antiguos habitantesdel río Cesar dejaron restos abundantes de piedras y manos de moler, así como de grandes platos discoidales para tostar, que indican un sistema agrícola basado principalmente en el

    cultivo del maíz. Sin duda el hábitat de la cuenca del río Cesar ofrecía mayores posibilidadeseconómicas, por la fertilidad de las tierras y la relativa abundancia de aguas permanentes. Sinembargo, el tamaño de las aldeas parece haber sido de menor extensión, que las del Ranchería(Reichel-Dolmatoff, 1951).

    La cuenca del río Cesar es de gran relevancia, por el hallazgo de varios sitios de contacto que ponen en relación cuatro áreas vecinas: Ranchería, Cesar, Sierra Nevada y Bajo Magdalena.Estas evidencias muestran que el alto río Cesar fue una zona de traslado, en donde seencuentran múltiples influencias en una y otra dirección. La zona fue en época prehispánicaun verdadero cruce de caminos, tal como lo sigue siendo hoy (Reichel-Dolmatoff, 1951: 288-289).

    Se destaca además, en esta zona, otro complejo cultural, dado a conocer igualmente por G. yA. Reichel-Dolmatoff (1949-1951) y que tentativamente denominaron Período La Paz , cuyadefinición se dio a partir de las excavaciones en una cueva funeraria cerca de la poblaciónde La Paz , en la vertiente meridional del valle del Riecito, en las estribaciones de la Sierrade Perijá. En el estrecho y profundo zanjón de la cueva, encontraron 120 esqueletosincinerados, acompañados de 33 vasijas enteras de cerámica. Son característicos de este período la pintura negativa y recipientes de base circular convexa, hombro angular y curve,

  • 8/19/2019 Colombia Prehispánica

    30/319

     pared inclinada hacia el interior, abriéndose luego hacia la boca donde forma un rebordeexterior. La posición cronológica del Período La Paz, aunque con pruebas muy débiles porcomparaciones tipológicas, parece ser anterior al Período Loma (Reichel-Dolmatoff, 1951).La definición de este período en un contexto regional más amplio sería de gran importancia para la arqueología de la zona.

    Recientemente, dentro del marco del estudio de impacto ambiental del proyecto carboníferode El Cerrejón, se han aportado nuevos datos para el conocimiento arqueológico de la zona.A. Botiva (1980-1982) llevó a cabo una evaluación de los sitios que iban a ser afectados porla minería y excavó un conchero post-hispánico en Punta Media Luna y un montículo Guajiroactual en bahía Portete.

    Posteriormente, G. Ardila excavó algunos de los yacimientos existentes en la Zona Central yen la Zona Norte del Proyecto de El Cerrejón. En la zona Norte estudió el sitio El Palmar, yen la zona Central los sitios Suán, Patilla y Paredón (1983 1984). Como resultado de estosestudios se amplió la información sobre las culturas agrícolas-aldeanas de la zona y se

    obtuvieron fechas absolutas que situaron cronológicamente algunas de las fases de loscomplejos cerámicos del Ranchería, anteriormente descritos por Reichel-Dolmatoff.

    Con estas nuevas evidencias se sabe que en el valle medio del río Ranchería, los entierros sinajuar funerario cubiertos con piedras, están situados temporalmente entre el siglo V a.C. y elsiglo I a.C. Por la asociación de un entierro de éstos, una fecha de radiocarbono y cerámicadel período Loma en el corte Patilla III, se presume que "la ocupación por la gente de Lomadel valle del Ranchería se había iniciado desde el siglo V a.C. y habría durado hasta cerca dela iniciación de la era cristiana, tiempo durante el cual la experimentación plástica de diseñoscristaliza en el dominio de estas técnicas durante el Período Horno. Parece que la densidadde la población es relativamente baja comparada con la del período siguiente" (Ardila,

    1984:66).

    A partir del siglo I d.C. y hasta el siglo VII d.C., aproximadamente, el Período Horno florecey declina, el valle medio del río Ranchería alcanza la mayor densidad de población que hallatenido en el pasado, y se extiende su influjo mucho más allá de estos límites. (Ardila, 1984).

    Al finalizar el siglo VII o en los comienzos del siglo IX d.C., se incia el Período Portacelli,cuyas gentes eran culturalmente diferentes a las del Primer Horizonte Pintado. Hacia el finaldel siglo X d.C., se vislumbran en la Fase II de Portacelli, contactos con áreas diversas comola Sierra Nevada, la Costa y el valle del Magdalena. Como lo anota Ardila, esta "influenciacultural de múltiples regiones pesa sobre la gente del Ranchería, que aparentemente se

    encuentra atravesando una etapa de inestabilidad cultural que hace que adopte y se desprendarápidamente de elementos culturales variados", lo cual conllevó a la disolución de la culturahacia principios del siglo XIV d.C. (1984:73).

    Recientemente, el mismo investigador adelantó una prospección arqueológica del áreacomprendida entre el curso bajo del río Jerez y el curso bajo del río Ranchería, y desde lacosta hasta el pié de monte de la Sierra nevada de Santa Marta, con el fin de determinar eltipo de yacimientos en el área. La zona la considera relevante, dada su ubicación entre áreas

  • 8/19/2019 Colombia Prehispánica

    31/319

    arqueológicas diferentes (Cuenca de Maracaibo, Valle del río Ranchería, Vertiente Norte yEste de la Sierra Nevada y tierras bajas del Caribe), lo cual la convierte en un punto decontacto de varias corrientes culturales en épocas diferentes.

    En el sitio de San Ramón, en el curso bajo del río Ranchería cerca de su desembocadura,realizó la excavación de un basurero. Del análisis inicial de la cerámica obtenida en estaexcavación y en las colecciones de superficie, llama la atención la ausencia de materiales pertenecientes a la secuencia Loma Horno y la presencia en todos los casos de tiposcerámicos asignados a la fase II del Período Portacelli (Ardilla, 1985).

    Sierra Nevada de Santa Marta

  • 8/19/2019 Colombia Prehispánica

    32/319

    Es notorio el contraste que ofrece la Sierra Nevada de Santa Marta en la configuraciónsuperficial de las llanuras del Caribe, ya que es la montaña de litoral más elevada del mundo.Sus cumbres se alzan bruscamente por todos lados y sus picos Simón Bolivar y CristobalColón presentan una altura de 5.775 mts. y 5.770 mts. sobre el nivel del mar, respectivamente.Desde su base a nivel del mar, hasta sus cumbres de nieves perpetuas se encuentra gran

    diversidad de climas, abundancia de agua y una flora y fauna muy variada.Investigaciones Arqueológicas 

    La mayoría de los estudios arqueológicos se han concentrado en las vertientes Norte yOccidental, por ser la zona en la cual se ha encontrado profusión de vestigios culturales pertenecientes a la cultura Tairona, de aldeas extensas con arquitectura lítica.

    Alden J. Mason, en 1922 y 1923, efectuó una exploración de la zona costera y el pie de monteentre Santa Marta y el Cabo de San Juan de Guia, de la zona de la Cuchilla de San Lorenzo,del alto río Frío y de algunos sitios aislados, tales como el alto río Don Diego, el ríoMacotama y la región de Dibulla; encontró ruinas de antiguas poblaciones Taironas; definió

    los rasgos característicos de las mismas y realizó excavaciones en algunas de ellas. DePueblito, Gairaca y Nahuange precede la mayor parte de su material cultural. Destaca laimportancia de Gairaca, Nahuange, Guachaquita y Palmarito, ya que a pesar de que algunasde estas bahías no poseen agua dulce en el verano, abundan las evidencias de ocupación ylos restos de arquitectura, algunos de ellos adecuados para suplir la falta de agua tales comoaljibes, canales y acequias. (Mason, 1931).

    Del estudio de estos vestigios y de los elementos de cultura material asociados, llegó a laconsideración de que existen algunas diferenciaciones de acuerdo con la situación geográfica, pero los rasgos generales son muy similares, conformando un mismo contexto cultural

    (Mason, 1939).Entre los años 1946 y 1950 G. y A. Reichel-Dolmatoff, llevaron a cabo excavacionesarqueológicas en Pueblito y exploraron las hoyas de los ríos Manzanares, Córdoba y Sevilla,lo cual les permitió elaborar una hipótesis de trabajo, en la cual señalaron tres fases dedesarrollo que tentativamente denominaron Tairona II, Tairona I y Subtairona. La FaseTairona II, comprende culturas protohistóricas a históricas cuya posición cronológica mástardía fue dada por la presencia de objetos indígenas, encontrados en asociación con objetosintroducidos por los españoles. La Fase Tairona I, se asocia a manifestaciones culturales quese distinguen tipológicamente de la Fase II pero que aparentemente la anteceden. No esdescrita, sólo se le menciona y se advierte que ambas fases están estrechamente relacionadas.

    Como Subtairona, se designa una fase muy extendida en las faldas meridionales y orientalesde la Sierra, que parece representar formas ancestrales de Tairona I y II y se caracteriza porla formación incipiente de poblados y comienzos de agricultura sistemática. Esta fase tieneun carácter provisional ya que su posición cronológica es problemática; bien puede tratarsede un desarrollo temprano o bien de un desarrollo contemporáneo a Tairona I y II y limitadoa dicha zona (Reichel-Dolmatoff, 1954). Se trata del complejo de "La Mesa", sobre el cualse tratará más adelante.

  • 8/19/2019 Colombia Prehispánica

    33/319

     

    En el año 1961, H. Bischof excavó una planta de habitación y su terrazacorrespondiente en el sitio arqueológico de Pueblito. Dado que aún no era claro eldesarrollo de la cultura Tairona ni su cronología interna, él de acuerdo con losresultados de la excavación propone una nueva hipótesis de trabajo, con dos períodoscronológicos de desarrollo de la cultura; el más antiguo, denominado "Nahuange" se

    remonta a los siglos VI y VII de nuestra era y el más reciente "Pueblito Tardío" escontemporáneo de la conquista. (Bischof, 1968).

    El Período Nahuange, está definido por los hallazgos de Mason en una tumba delsitio 1 de Nahuange (1931: 32-36) y los de Bischof en el relleno de una terraza enPueblito (1968: 266-267). La cerámica de dichos sitios es diferente a la quecomúnmente se conoce como Tairona.

    Es una cerámica monocroma gris y con incisiones y cerámica pintada rojo sobre crema, estaúltima relacionada con la decoración típica del Período El Horno del río Ranchería. Bischofdeterminó la posición cronológica del Período Nahuange, por medio de la cerámica

  • 8/19/2019 Colombia Prehispánica

    34/319

    monocroma, la cual pudo relacionar con material procedente de la excavación de un corteestratigráfico en el conchal "Mina de Oro" en la Ciénaga Grande de Santa Marta, fechadoentre 500 y 750 años después de Cristo. A su vez la fecha la relaciona con el material asociadoal entierro de Nahuange (sitio 1): cerámica de tipo Horno rojo sobre crema (atribuida hastaese momento a tiempo antes de Jesucristo); objetos ornamentales y ceremoniales de piedra

    fina, metalurgia desarrollada de oro y tumbaga y arquitectura lítica. Los elementosmencionados constitutivos de este Período, exceptuando la cerámica, se encuentran hasta laépoca que antecede al contacto español, lo que indicaría una persistencia de la cultura Tairona por más de 1.000 años. El complejo Pueblito Tardío se caracteriza por la cerámica típicaTairona tal como esta representada en la mayor parte de las colecciones y esta definida su posición cronológica por los numerosos objetos de hierro de origen español encontrados enasociación con materiales de los aborígenes (Bischof, 1968:264-267).

    Entre 1973 y 1974, Jack Wynn, efectuó un reconocimiento de la zona costera en el área dela desembocadura del río Buritaca y en las estribaciones bajas de la Sierra entre los ríosBuritaca y Don Diego, hasta la cota de los 250 metros sobre el nivel del mar. En la costa

    llevó a cabo excavaciones en un cementerio y en el pie de monte, cerca a construccioneslíticas en el valle de la quebrada El Estadio, afluente del río Don Diego. En ambos sitiosencontró estratificación cultural y de acuerdo con ella y a la seriación de los materialesculturales, presenta dos fases de ocupación, la más antigua de ellas denominada Buritaca conun contenido cultural similar al del Período Nahuange de Bischof. La fase reciente, TaironaTardía está representada por los materiales típicos Tairona. Hay un período intermedio, alcual le asigna un espacio temporal de 200 a 300 años no bien definido, pero que parecerelacionarse con la fase tardía (Wynn, 1975).

  • 8/19/2019 Colombia Prehispánica

    35/319

     

    Entre 1974 y 1975, Carson N. Murdy, hizo el reconocimiento de la franja costeraentre Santa Marta al Occidente y el Cabo de San Juan de Guía al Oriente. En suestudio describe la ecología del área y los sitios arqueológicos, algunos de los cualesya habían sido descritos por Mason, y ofrece una interpretación del uso de esta zona por los taironas.

    Afirma que poseían un sistema económico basado principalmente en la recolección de losrecursos del mar y el intercambio. La densidad de la población fue baja y en algunas bahías posiblemente La ocupación no fue permanente sino estacional. No obstante, la presencia dealjibes y de piedras de moler en áreas sin habitación permanente, sugiere que la zona tuvo unuso intensivo en determinadas épocas del año. Los habitantes de la costa intercambiaban sal, pescado y productos del mar por productos agrícolas, telas de algodón y otros elementos dela gente de la Sierra a través de mecanismos de redistribución que influía en las relacioneseconómicas, políticas y sociales entre estas dos zonas (Murdy, 1975: 139- 140).

  • 8/19/2019 Colombia Prehispánica

    36/319

    Entre los años 1973 y 1976 los arqueólogos G. Cadavid y L.F. Herrera de Turbay,investigadores del Instituto Colombiano de Antropología, exploraron las vertientes Norte yOccidental de la Sierra con el fin de localizar las antiguas poblaciones Tairona que citan loscronistas.

    En la prospección reseñaron 211 sitios arqueológicos o aldeas con obras de infraestructuraen piedra y definidas características urbanas, en cuya disposición espacial se observaron pautas de poblamiento que guardan una relación directa con los rasgos de los diferentes pisosecológicos-geográficos en que se hallan. Las ligeras diferencias que revisten algunosconjuntos de poblaciones en materia constructiva, corresponden aparentemente a suadaptación a las condiciones del terreno. Sin embargo, hay que considerar posiblesdeterminantes de las mismas, como son, la antigüedad, por un lado y, por otro, la función quedesempeñaron en la sociedad Tairona. Los remanentes cerámicos hallados en los variosnúcleos urbanos explora