charles baudelaire poemas

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Charles Baudelaire Poemas extraídos de “Las flores del mal” El Leteo* Ven a mi pecho, alma sorda y cruel, Tigre adorado, monstruo de aire indolente; Quiero enterrar mis temblorosos dedos En la espesura de tu abundosa crin; Sepultar mi cabeza dolorida En tu falda colmada de perfume Y respirar, como una ajada flor, El relente de mi amor extinguido. ¡Quiero dormir! ¡Dormir más que vivir! En un sueño, como la muerte, dulce, Estamparé mis besos sin descanso Por tu cuerpo pulido como el cobre. Para ahogar mis sollozos apagados, Sólo preciso tu profundo lecho; El poderoso olvido habita entre tus labios Y fluye de tus besos el Leteo. Mi destino, desde ahora mi delicia, Como un predestinado seguiré; Condenado inocente, mártir dócil Cuyo fervor se acrece en el suplicio. Para ahogar mi rencor, apuraré El nepentes** y la cicuta amada, del pezón delicioso que corona este seno el cual nunca contuvo un corazón. *Leteo: uno de los ríos del infierno, cuyas quietas aguas permitían a los muertos el olvido de sus afanes terrestres. **Nepentes: pócima mágica que los antiguos ingerían para suprimir la tristeza y el dolor y que, posiblemente, contenía algún estupefaciente. EL gato

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poemas que no entendí.

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Page 1: Charles Baudelaire Poemas

Charles Baudelaire

Poemas extraídos de “Las flores del mal”

El Leteo*

Ven a mi pecho, alma sorda y cruel, Tigre adorado, monstruo de aire indolente; Quiero enterrar mis temblorosos dedos En la espesura de tu abundosa crin;

Sepultar mi cabeza dolorida En tu falda colmada de perfume Y respirar, como una ajada flor, El relente de mi amor extinguido.

¡Quiero dormir! ¡Dormir más que vivir! En un sueño, como la muerte, dulce, Estamparé mis besos sin descanso Por tu cuerpo pulido como el cobre.

Para ahogar mis sollozos apagados, Sólo preciso tu profundo lecho; El poderoso olvido habita entre tus labios Y fluye de tus besos el Leteo.

Mi destino, desde ahora mi delicia, Como un predestinado seguiré; Condenado inocente, mártir dócil Cuyo fervor se acrece en el suplicio.

Para ahogar mi rencor, apuraré El nepentes** y la cicuta amada, del pezón delicioso que corona este seno el cual nunca contuvo un corazón.

*Leteo: uno de los ríos del infierno, cuyas quietas aguas permitían a losmuertos el olvido de sus afanes terrestres.

**Nepentes: pócima mágica que los antiguos ingerían para suprimirla tristeza y el dolor y que, posiblemente, contenía algún estupefaciente.

EL gato

Ven, bello gato, a mi amoroso pecho; Retén las uñas de tu pata,Y deja que me hunda en tus ojos hermosos Mezcla de ágata y metal.

Page 2: Charles Baudelaire Poemas

Mientras mis dedos peinan suavemente Tu cabeza y tu lomo elástico,Mientras mi mano de placer se embriaga Al palpar tu cuerpo eléctrico,

A mi señora creo ver. Su mirada Como la tuya, amable bestia,Profunda y fría, hiere cual dardo, Y, de los pies a la cabeza, Un sutil aire, un peligroso aroma,Bogan en torno a su tostado cuerpo.

Himno a la belleza

¿Vienes del cielo profundo o surges del abismo,Oh, Belleza? Tu mirada infernal y divina,Vuelca confusamente el beneficio y el crimen,Y se puede, por eso, compararte con el vino.

Tú contienes en tu mirada el ocaso y la aurora;Tú esparces perfumes como una tarde tempestuosa;Tus besos son un filtro y tu boca un ánforaQue tornan al héroe flojo y al niño valiente.

¿Surges tú del abismo negro o desciendes de los astros?El Destino encantado sigue tus faldas como un perro;Tú siembras al azar la alegría y los desastres,Y gobiernas todo y no respondes de nada,

Tú marchas sobre muertos, Belleza, de los que te burlas;De tus joyas el Horror no es lo menos encantador,Y la Muerte, entre tus más caros dijes,Sobre tu vientre orgulloso danza amorosamente.

El efímero deslumbrado marcha hacia ti, candela,Crepita, arde y dice: ¡Bendigamos esta antorcha!El enamorado, jadeante, inclinado sobre su bellaTiene el aspecto de un moribundo acariciando su tumba.

Que procedas del cielo o del infierno, qué importa,¡Oh, Belleza! ¡monstruo enorme, horroroso, ingenuo!Si tu mirada, tu sonrisa, tu pie me abren la puertaDe un infinito que amo y jamás he conocido?

De Satán o de Dios ¿qué importa? Ángel o Sirena,¿Qué importa si, tornas -hada con ojos de terciopelo,Ritmo, perfume, fulgor ¡oh, mi única reina!-El universo menos horrible y los instantes menos pesados?

Page 3: Charles Baudelaire Poemas

El albatros

Por distraerse, a veces, suelen los marinerosDar caza a los albatros, grandes aves del mar,Que siguen, indolentes compañeros de viaje,Al navío surcando los amargos abismos.

Apenas los arrojan sobre las tablas húmedas,Estos reyes celestes, torpes y avergonzados,Dejan penosamente arrastrando las alas,Sus grandes alas blancas semejantes a remos.

Este alado viajero, ¡qué inútil y qué débil!Él, otrora tan bello, ¡qué feo y qué grotesco!¡Éste quema su pico, sádico, con la pipa,Aquél, mima cojeando al planeador inválido!

El Poeta es igual a este señor del nublo,Que habita la tormenta y ríe del ballestero.Exiliado en la tierra, sufriendo el griterío,Sus alas de gigante le impiden caminar.

La metamorfosis del vampiro

La mujer, entre tanto, de su boca de fresaRetorciéndose como una sierpe entre brasasY amasando sus senos sobre el duro corsé,Decía estas palabras impregnadas de almizcle:«Son húmedos mis labios y la ciencia conozcoDe perder en el fondo de un lecho la conciencia,Seco todas las lágrimas en mis senos triunfales.Y hago reír a los viejos con infantiles risas.Para quien me contempla desvelada y desnudaReemplazo al sol, la luna, al cielo y las estrellas.Yo soy, mi caro sabio, tan docta en los deleites,Cuando sofoco a un hombre en mis brazos temidosO cuando a los mordiscos abandono mi busto,Tímida y libertina y frágil y robusta,Que en esos cobertores que de emoción se rinden,Impotentes los ángeles se perdieran por mí.»

Cuando hubo succionado de mis huesos la médulay muy lánguidamente me volvía hacia ellaA fin de devolverle un beso, sólo viRebosante de pus, un odre pegajoso.Yo cerré los dos ojos con helado terrory cuando quise abrirlos a aquella claridad,A mi lado, en lugar del fuerte maniquíQue parecía haber hecho provisión de mi sangre,En confusión chocaban pedazos de esqueletoDe los cuales se alzaban chirridos de veleta

Page 4: Charles Baudelaire Poemas

O de cartel, al cabo de un vástago de hierro,Que balancea el viento en las noches de invierno.

El amor y el cráneoViñeta antigua

Se sienta el Amor en el cráneo De la Humanidad,Y sobre tal solio el profano, Con risa procaz,

Sopla alegremente redondas burbujas, Que en el aire suben,Como para juntarse a los mundos Al fondo del Éter.

El globo luminoso y frágil En un amplio vuelo,Revienta y escupe su alma pequeña Como un áureo sueño.

Y oigo al cráneo, a cada burbuja, Rogar y gemir:-«Este fuego feroz y ridículo, ¿Cuándo acabará?

Pues lo que tu boca cruel Esparce en el aire,Monstruo asesino, es mi cerebro, ¡Mi sangre y mi carne!»

http://www.amediavoz.com/baudelaire.htm#137. LA BEATRIZ

Versiones de Antonio Martínez Sarrión.