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planificación urbana

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  • PLANIFICACIN:HERRAMIENTAS PARA ENFRENTAR

    LA COMPLEJIDAD, LA INCERTIDUMBREY EL CONFLICTO

    2a EDICIN AMPLIADACaracas, 2010

    Hercilio Castellano Bohrquez

  • Cendes Vadell Hermanos EditoresPrimera edicin, 1997ISSN 1316-564XISBN: 980-00-1159-5

    Reimpresin, 2000Reimpresin, 20022a edicin, 2004Reimpresin, 2008Reimpresin, 2010

    Coordinacin editorial Rosa Luca Celi, Jefa Dpto. de Publicaciones, Cendes-UCVCorreccin de textos Nora LpezDiagramacin Margarita Pez-PumarPortada Mandala, Estudio de DiseoImpresin L + N XXI Diseos, C.A.Tiraje 500 ejemplares

    Direccin Av. Never, Edif. Fundavac, Colinas de Bello Monte, Caracas, VenezuelaCentral telefnica (58-212) 753.10.90/30.89/34.75/38.62/31.98Web www.cendes-ucv.edu.ve

  • A Carmen

  • CONTENIDO

    Prlogo a la segunda edicin XIIIIntroduccin 1

    CAPTULO I. EL CONTEXTO

    1.1 El mundo en que vivimos: del modernismo al postmodernismo 51.2 Cmo enfrentamos el mundo: del neoliberalismo al neoestructuralismo 101.3 La difcil gobernabilidad 161.4 Cmo pretendemos manejar el mundo 18 1.4.1 El nuevo gobierno 18 1.4.2 La nueva empresa 20 1.4.3 Las nuevas instituciones 25 1.4.4 La nueva sociedad civil 25 1.4.5 La nueva conciencia ecolgica 26 1.4.6 El nuevo individuo 28 1.4.7 La industria masiva de los best-sellers 291.5 Estamos en Venezuela 301.6 Una nueva planicacin para un nuevo mundo 33

    CAPTULO II. LA SOCIEDAD Y EL DESARROLLO

    2.1 La sociedad 35 2.1.1 Introito 35 2.1.2 Los pioneros 37 2.1.3 La sociologa acadmica clsica 39 2.1.4 El enfoque estructural-funcional 44 2.1.5 La nueva sociologa 45 2.1.6 La teora del conicto 46 2.1.7 La teora crtica 47 2.1.8 Perspectivas sociobiolgicas y etolgicas 48 2.1.9 El situacionismo 492.2 El desarrollo 51 2.2.1 Denicin de desarrollo 51 2.2.2 El desarrollo como crecimiento econmico 52 2.2.3 El desarrollo como proceso de cambio social 55 2.2.4 El desarrollo sostenible 58

  • VIII Planicacin: herramientas para enfrentar la complejidad, la incertidumbre y el conicto

    CAPTULO III. UNA VISIN GENERAL DEL MTODO

    3.1 Denicin y naturaleza de la planicacin 613.2 Utilidad y alcances de la planicacin 673.3 Caractersticas deseables de la planicacin 70

    CAPTULO IV. LA PLANIFICACIN EN LA ENCRUCIJADA

    4.1 Qu pasa con los planes? 754.2 Los principales enfoques 77 4.2.1 Introduccin 77 4.2.2 La planicacin tradicional 78 4.2.3 La planicacin estratgica situacional 80 4.2.4 La planicacin estratgica corporativa 81 4.2.5 Otros enfoques 844.3 Hacia una sntesis 86

    CAPTULO V. MISIN, VISIN Y OBJETIVOS

    5.1 La misin 915.2 La visin 925.3 Los objetivos 93

    CAPTULO VI. EL DIAGNSTICO

    6.1 El enfoque sistmico 976.2 La descripcin de la realidad existente 1016.3 La descripcin de lo deseable 1046.4 Explicando la diferencia 104 6.4.1 La tcnica de correlacin estadstica 105 6.4.2 Los ujogramas causa-efecto 105 6.4.3 La matriz de impactos cruzados 1066.5 El uso de modelos 1076.6 Investigacin y planicacin 109

    CAPTULO VII. LA PROSPECTIVA

    7.1 Importancia y objetivos de la prospectiva 1177.2 La prognosis 1187.3 Los escenarios 119 7.3.1 Denicin y objetivos 119 7.3.2 La matriz multicriterios aplicada al anlisis prospectivo 119

    Urimare Ascanio

  • Contenido IX

    7.3.3 El modelo Ximpact 123 7.3.4 La variante modal del mtodo 128 7.3.5 El mtodo directo 128 7.3.6 Otros enfoques 1317.4 La imagen objetivo 132

    CAPTULO VIII. SELECCIONANDO INSTRUMENTOS PARA LOGRAR OBJETIVOS8.1 Deniciones 1338.2 Evaluacin y jerarquizacin de instrumentos 136 8.2.1 Criterios para evaluar acciones 136 8.2.2 La matriz multicriterios 143 8.2.3 El proceso analtico jerrquico 146

    CAPTULO IX. EL ANLISIS DE VIABILIDAD SOCIO-POLTICA

    9.1 El mtodo eciencia-aceptacin 1499.2 El mtodo Calcagno-Sinz-De Barbieri (CSD) 1509.3 El mtodo Mactor 1519.4 La matriz FDOA 152

    CAPTULO X. EL ANLISIS DE CONFLICTOS

    10.1 Nociones generales sobre el conicto 15510.2 El mtodo actores-relaciones-entorno ampliado 15910.3 El mtodo de Hippel y Frazer 175

    CAPTULO XI. PLANIFICANDO BAJO PRESIN

    11.1 El mtodo SODA 177 11.1.1 Visin general del mtodo 178 11.1.2 Seleccin de reas de decisin y de opciones 178 11.1.3 Esquemas factibles de decisiones 180 11.1.4 Seleccin de esquemas por restricciones 182 11.1.5 Paquete de propsitos 184 11.1.6 reas de incertidumbre 18511.2 El anlisis de fortaleza 18611.3 El mapa cognitivo 187

    CAPTULO XII. ESTRATEGIAS: CONSTRUYENDO LA VIABILIDAD

    Urimare Ascanio

  • X Planicacin: herramientas para enfrentar la complejidad, la incertidumbre y el conicto

    DEL PLAN

    12.1 Introduccin 19112.2 La guerra y los juegos 19212.3 Las tcnicas de negociacin 19212.4 El pensamiento estratgico 19312.5 El diseo del cambio 19412.6 La denicin de estrategias 195

    CAPTULO XIII. EL PLANIFICADOR

    13.1 Qu es un planicador? 197 13.1.1 Introduccin 197 13.1.2 El planicador denido por su ocio 198 13.1.3 Precisando la denicin 200 13.1.4 Otras maneras de vernos 20113.2 El planicador frente al poder 201 13.2.1 Cmo debemos vernos? 201 13.2.2 Los retos que enfrenta el planicador 202 13.2.3 Qu hacer entonces? 20313.3 A manera de conclusin 205

    CAPTULO XIV. EL RETO CONTINA 207

    REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS 211

    NDICE DE CUADROS6.1 Creencias bsicas en los paradigmas de la investigacin 1127.1 El futuro de la naturaleza en Guayana 1207.2 Escenarios venezolanos. Ejercicio hipottico 1227.3 Tcnica de escenarios. Proyeccin de las tendencias originales segn comportamiento histrico sin proyectos 1257.4 Tcnica de escenarios. Determinantes y sus probabilidades 1267.5 Tcnica de escenarios. Matriz de impacto de determinantes sobre determinantes 1267.6 Tcnica de escenarios. Matriz de impacto de determinantes sobre tendencias 1277.7 Tcnica de escenarios. Nuevas tendencias promedio 1279.1 Formato comn para el uso de la matriz FDOA 1539.2 Matriz interna-externa de la regin Orinoco-Apure 154

  • Contenido XI

    10.1 Caracterizacin del conicto invasin-solidez 16210.2 Soportes ideolgicos del conicto 16210.3 Factores reforzantes 16310.4 Disparadores del conicto 16410.5 Fuentes de poder por actores 16510.6 Coherencia de los actores 16610.7 Solidaridad o posibilidad de permanecer en el conicto 16710.8 Relacionamiento entre actores 16810.9 Tipologa de relaciones entre actores 16910.10 Relaciones entre actores segn la tipologa de Blalock 16910.11 Sntesis de caractersticas del conicto analizado 17010.12 Sntesis de las caractersticas de los actores 17010.13 Viabilidad socio-poltica de las salidas aparentes mediante el mtodo Calcagno, Sainz y De Barbieri 17210.14 Proceso de jerarquizacin de salidas por actores 17310.15 Jerarquizacin de salidas aparentes por los actores. Resumen 17411.1 Esquemas factibles de decisiones 18211.2 Seleccin estratgica. Seleccin de esquemas de accin por restricciones 18311.3 Seleccin estratgica. Paquete de propsitos 185

    NDICE DE GRFICOS4.1 Esquema tpico de la planicacin estratgica corporativa 834.2 Enfoques de planicacin: hacia una sntesis 877.1 Tcnica de escenarios. Mtodo directo 1308.1 Proyecto Nacional de Ordenacin del Territorio. Jerarquizacin de criterios utilizando el Proceso Analtico Jerrquico (PAJ) 14711.1 Enfoque de seleccin de estrategias (SC) 17911.2 Grco de opciones incompatibles 18111.3 Anlisis de fortalezas (RA) 18711.4 Mapa cognitivo 18914.1 El reto contina 209

  • PRLOGO A LA SEGUNDA EDICIN

    La primera edicin del presente libro hizo su aparicin en 1997, es decir, hace ya siete aos. Durante ese lapso, ha servido como hilo conductor en numerosos cursos sobre planicacin, tanto en las maestras y especiali-zaciones regulares del Cendes, como en sus actividades de extensin y en otros contextos acadmicos y profesionales, en diversas ciudades del pas.

    Esa larga y difcil prueba ha permitido escuchar opiniones y captar errores, inconsistencias y carencias, que he tratado de solventar en esta segunda edicin.

    Aparte de la correccin de los gazapos, las adiciones ms signicativas

    al texto se reeren a la gobernabilidad, el desarrollo sostenible, la relacin

    entre investigacin y planicacin, el anlisis prospectivo y el anlisis de

    conictos, temas cada vez ms obligantes en el devenir complejo, incierto

    y conictivo de nuestro pas y del mundo.

    Finalmente, agradezco profundamente el continuo e invalorable aporte de mis estudiantes al mejoramiento de este libro, as como la minuciosa dedicacin de las personas responsables por su edicin y publicacin.

  • INTRODUCCIN

    Por ser la primera vez que en esta casa yo canto: gloria al Padre, gloria al Hijo y gloria al Espritu Santo.1

    A nales de 1985, animado por la casi total ausencia de textos en la materia, termin de escribir el primer borrador de un libro muy sencillo titulado El ocio del planicador,2 destinado a estudiantes y profesionales no especializados previamente en el tema, que por una razn u otra deben trabajar en planicacin o entender lo bsico de ella. Esta especie de manual didctico fue publicado en 1990, cinco aos despus. En el nterin y en los aos subsiguientes, el proceso evolutivo de la planicacin se aceler dramticamente, impulsado por dos grandes razones ntimamente relacionadas: primero, porque empez a materializarse el enfoque estratgico, y segundo, porque el mundo cambi ms all de lo imaginable hasta hace muy poco tiempo. Consecuentemente, El ocio del planicador, vlido to dava en su contenido instrumental bsico, alcanz a incorporar apenas algunos elementos de lo que posteriormente sera una re volucin mucho ms amplia, cabalgando as entre lo tradicional y lo nuevo. Esa revolucin, como suele ocurrir, parti caricaturizando dos extremos que en realidad no han existido ni existen en estado puro: por un lado, una planicacin tradicional supuestamente anquilosada, economicista, normativista y egocntrica; y, por el otro, una planicacin estratgica supuestamente dinmica, integral, realista y participativa. Despus de quince aos, la confrontacin se ha desdibujado casi totalmente, decantando una amalgama extremadamente til.

    1 Saludo con el que muchos cantores folclricos venezolanos inician sus cantos.2 Vadell Hermanos Editores. Caracas. 1990.

  • 2 Planicacin: herramientas para enfrentar la complejidad, la incertidumbre y el conicto

    Por otro lado, el mundo en el que existe la planicacin es cada vez ms complejo, turbulento, incierto y conictivo y en l se cuestionan los paradigmas que lo han sustentado con relacin a: la naturaleza misma del hombre como ente competitivo o solidario; su pertenencia al terruo o a la Tierra como nica y gran aldea; y la razn de ser del Estado como conductor del desarrollo o como simple facilitador para la empresa privada. La motivacin de hoy contina siendo la misma de antes: ayu dar a los estudiantes de planicacin y a quienes deban incursionar en ella por razones prcticas, sin ser expertos. Con tal propsito, deben quedar claras dos cosas: primero, que el presente trabajo no se inscribe en ninguna escuela de planicacin en particular, pretende manejar, por el contrario, una sntesis de las principales tendencias; y, segundo, que el autor no toma aqu partido explcito por una interpretacin u otra de la realidad: se limita a sugerir herramientas para entenderla y para intentar consolidarla o cambiarla, quedando a juicio de cada quien el uso y la direccin que se le quiera dar a esas herramientas. El contenido ha sido dividido en tres grandes partes: la primera dedicada al contexto; la segunda, a un puente entre ese contexto y el mtodo; y, la tercera, al mtodo propiamente dicho. Con relacin al contexto, se intenta, primero, describir al mundo en que vivimos, haciendo referencia al confuso paso del modernismo al postmo-dernismo; segundo, describir como se pretende enfrentar el mundo, pasando del fordismo y el Estado omnipresente al postfordismo basado en el cono-cimiento con un Estado neoliberal; y, tercero, se discuten las especia les carac tersticas que adquieren en Venezuela esos procesos universales. En lo relativo al puente, se resumen las principales teoras sociolgicas que pretenden explicar cmo son y cmo funcionan las sociedades humanas; y las principales teoras sobre el desarrollo. Se explica, adems, lo que ocurre actualmente con los planes, la razn de su relativo poco xito en el pasado y los princi pales enfoques que actualmente se disputan la supremaca, para terminar proponiendo una sntesis de ellos. Ubicados ya dentro del mtodo, se explican las fases tpicas relativas a la denicin de la misin, la visin, los objetivos, el diagnstico, la pros-pectiva y la seleccin de instrumentos. En cada punto, se descartan elemen-tos no vlidos de la tradicin y se aaden los considerados vlidos dentro del proceso de renovacin; y, en todo caso, se presentan las herramientas correspondientes de trabajo. A partir de all, se comienza a desdibujar la lnea divisoria articial y estril que ha existido entre planicacin y gestin: se aportan mtodos para

  • Introduccin 3

    el anlisis sociopoltico y la solucin de conictos; se resume un enfoque para planicar bajo presin; se construyen nexos con los procesos de gerencia, incluida la tcnica de negociacin, la teora de la guerra y de los juegos, el pensamiento estratgico y el plan del plan; y se aborda el problema del pla nicador frente al poder y cmo este artesano, armado con herra mientas que a nal de cuentas son rudimentarias, podra contribuir a que el mundo fuese mejor sin morir en el intento. Por ltimo, se destaca el hecho de que sigue en pie el reto de terminar de construir una planicacin realmente capaz de en frentar en forma poderosa la complejidad, la incertidumbre y el conicto, en el contexto venezolano de la transicin desde un modelo de desarrollo a otro. A tales nes, se especican las gran des tareas pendientes. Debo advertir que, al principio de cada captulo y de ciertos subcaptulos, he colocado alguna pequea cita de la sabidura popular o universal, con dos propsitos muy claros: primero, desmiticar el tema, demostrar que rara vez se necesitan palabras eruditas y altisonantes (una verdadera plaga de la planicacin) para expresar lo que, a nal de cuentas, no es ms que sentido comn corriente y moliente, como el perro callejero de Aquiles Nazoa; y, segundo, introducir algo de humor, recurso sin el cual el planicador no podra sobrevivir.

  • CAPTULO IEL CONTEXTO

    El presente es un libro sobre metodologa y tcnicas de pla nicacin, con un propsito eminentemente prctico. Sin em bargo, los mtodos y las tcnicas sern aplicados en su momento a contenidos y contextos que, si bien son especcos en cada caso, estarn condicionados por realidades superiores comunes: por la manera de entender el mundo en que vivimos, por la visin que se tenga del futuro, por la manera general que se adopte para enfrentar ese mundo y manejarlo y, nalmente, por las formas peculiares que estas variables adoptan en Venezuela. Consecuentemente, este primer captulo ofrece una sntesis ms descrip-tiva que crtica sobre esos aspectos cruciales, sin pre tender agotarlos y sin tomar partido. Antes de aplicar los mtodos y las tcnicas aqu descritos, quien lo haga tendr que hacer su propia reexin al respecto, pues cada coeciente, cada juicio, cada operacin que realice estar, en ltima instan-cia, reejando una posicin aunque ella no sea explcita. En realidad, rara vez ser explcita.

    1.1 EL MUNDO EN QUE VIVIMOS: DEL MODERNISMO AL POSTMODERNISMO

    Que el mundo fue y ser una porquera, bien lo s. En el 96 (1896) y en el 2000 tambin. Que falta de cordura, que atropello a la razn. Cualquiera es un seor, cualquiera es un ladrn. Mezclaos con Stravinsky van Don Chicho y Napolen3

    El viejo tango de Discpolo, con la vigencia que le proporciona la voz de Serrat, dene como ninguna otra cosa lo que ha sido y es el modernismo,

    3 Fragmentos del tango Cambalache, compuesto a principios de siglo por Antonio Discpolo. Un gran xito reciente cantado por Joan Manuel Serrat.

  • 6 Planicacin: herramientas para enfrentar la complejidad, la incertidumbre y el conicto

    la poca en que vivimos y que empieza a dar paso (con mayor o menor velocidad segn diferentes analistas) al postmodernismo. El modernismo, como manera de ver e intentar entender el mundo, es la etapa madura del movimiento losco del siglo XVIII conocido como Ilustracin, el cual surge para subvertir las ideas segn las cuales todo estara predeterminado por la voluntad de Dios. En esencia, se le puede resumir diciendo que para el modernismo: Dios no lo gobierna todo; nada es esttico; la razn impera y permite explicar las realidades; y la humanidad ir siempre en ascenso, transformando su entorno mediante el desarrollo ininterrumpido de la ciencia y la tecnologa. Marx4 lo describe como Una evolucin continua en la pro duccin, una incesante conmocin en todas las condiciones so ciales, una inquietud y un movimiento constantes. Todas las rela ciones estancadas y enmohecidas, con su cortejo de creencias y de ideas veneradas durante siglos quedan rotas; las nuevas se hacen anticuadas antes de llegar a osicarse. Todo lo slido se desvanece en el aire, todo lo sagrado es profanado y los hombres, al n, se ven forzados a considerar serenamente sus condiciones de exis tencia y sus relaciones. Partiendo de esta denicin, Bergman aade lo siguiente: Hay un modo de experiencia vital experiencia espacio tempo ral de la propia persona y de los otros, de las posibilidades y peligros de la vida, que en la actualidad comparten hombres y mujeres en todas partes del mundo. Llamar a esta experiencia modernidad. Ser modernos es hallarnos en un ambiente que nos promete aventura, poder, alegra, desarrollo, transformacin de nosotros mismos y del mundo, pero que al mismo tiempo amenaza con destruir todo lo que tenemos, lo que sabemos, lo que somos. Los ambientes y experiencias modernos atraviesan todos los lmites tnicos y geogrcos, los lmites de clase y nacionalidad, de religin y de ideologa; en ese sentido, puede decirse que la modernidad une a toda la Humanidad. Se trata, sin embargo, de una unidad paradjica, una unidad de desunin; nos sume en un remolino de desintegracin y renovacin perpetuas, de lucha y contradiccin, de ambigedad y de angustia. Ser modernos es hacer parte de un universo en el cual, como lo dijera Marx, todo lo slido se desvanece en el aire.5

    Desde el punto de vista econmico, el modernismo en el siglo XX se identica con la palabra fordismo, haciendo alusin a Henry Ford, inventor

    4 Marx, Karl. Obras escogidas. Mosc. 1969.5 Bergman, Marshall. Todo lo slido se desvanece en el aire. Mxico. 1988. Citado por Callinicos,

    Alex. Contra el postmodernismo. Una crtica marxista. El Ancora Editores, Bogot, 1993, p. 70.

  • El contexto 7

    de la produccin en serie o cadena. El sig nicado de este trmino puede ser resumido de la manera siguien te: los sistemas masivos de produccin obligaron a uniformar los productos y a una ampliacin constante de mercados para dis tribuir costos jos muy altos entre el mayor nmero posible de unidades. Consecuentemente, los ms variados gobiernos, en casi todo el mundo, tendieron a proteger la produccin interna de sus pases creando barreras arancelarias y a estimular la demanda mediante obras pblicas, siguiendo los postulados de John Maynard Keynes con relacin a los efectos multiplicadores de la inversin. Precisamente, uno de los grandes cuellos de botella para el desarrollo en los llamados Pases del Tercer Mundo ha sido la es trechez de sus merca-dos internos frente a las tecnologas para la produccin masiva generadas en los pases ms avanzados. Ello explica dos grandes contenidos en los discursos polticos de los ltimos cincuenta aos cuando menos: primero, la necesidad de adoptar o generar tecnologas modulares, es decir, capaces de cre cer paulatinamente con el mercado; y, segundo, la necesidad de integrarse para crear mercados ms amplios. Se supone que en este momento, el modernismo y el fordismo estn dando paso al postmodernismo y al postfordismo. Lo que esto signica exactamente no parece estar claro para nadie, pero resulta innegable que la transicin est ocurriendo en trminos generales y con enormes diferencias entre un pas y otro. El trmino postmodernismo resulta particularmente elusivo. Para empezar, subsiste en l el sentido de cambio permanente que transmite la de nicin del modernismo. Por otra parte, su origen se ubica en el mun-do del arte en particular y de la cultura en general, en el que tienen claro sentido palabras como las siguien tes: En el espacio multidimensional y resbaloso del postmoder nismo, todo va contra todo, como en un juego sin reglas. Imgenes otantes que no guardan relacin con nada en absoluto y el sig nicado se convierte en algo desprendible al igual que las llaves de un llavero. Disociadas y descontextualizadas, se deslizan una al lado de la otra sin llegar a unirse para conformar una secuencia coherente. Sus interacciones uctuantes pero no recprocas son incapaces de jar un signicado.6

    Trasladada al mundo social, econmico y poltico, esta des cripcin de lo postmoderno resulta a todas luces aterradora; sobre todo porque pareciera

    6 Gablik, S. The Aesthetics of Duplicity. Art and Design 3. p. 36. Citado por Callinicos, Op. cit., p. 35.

  • 8 Planicacin: herramientas para enfrentar la complejidad, la incertidumbre y el conicto

    reejar la sensacin de angustia que tras mite la transicin desde el mo-dernismo en este momento. Nos encaminamos entonces hacia una era de individualismo catico, en la que es posible armar que la salvacin por la sociedad no existe ms, como proclama olmpicamente Drucker?.7 Lyotard8 aporta mayores precisiones al proponer que el post modernismo resulta de tres tendencias complementarias: en arte, la heterogeneidad de estilos; en losofa, la nocin de que la rea lidad es tan fragmentada, hete-rognea y plural que no existe capacidad humana para explicarla objetiva-mente; y, en sociologa, el planteamiento segn el cual entraramos ahora en una socie dad postindustrial postfordista, en la que el principal factor de produccin es el conocimiento. Por encima de esta cmoda descripcin, sin embargo, parecie ra ms profunda otra apreciacin de Lyotard segn la cual moder na es cualquier ciencia que se legitima a s misma en referencia a un metadiscurso, a una especie de explicacin universal de la so ciedad, llmese freudismo, mar xis-mo, funcionalismo, estructura lismo o cualquier otro ismo. Por el contrario, para el postmoder nismo no existira un patrn general en el cual fundamentar nues tra concepcin de la sociedad. El postmodernismo sera, entonces, una especie de incredulidad con respecto a los metarrelatos. En cuanto a su equivalente econmico, el postfordismo, en ste ocu-rrira una disgregacin de los mercados masivos en mer cados menores individualizados, donde domina la demanda y no la oferta. Ello es posible mediante una tecnologa modular y exible, adaptable a muy diversos requerimientos, manejada por grupos relativamente pequeos de operarios altamente capacitados y verstiles. La primera consecuencia social, que es ya evidente, sera entonces el desplazamiento de grandes masas de trabaja-dores insucientemente calicados. Otra manera de expresar el cambio que se ha popularizado notoriamente es la de Tofer9 quien en su Tercera ola simplica a grandes rasgos la historia de la Humanidad en tres grandes fases u olas que chocan entre s: la primera agrcola, la segunda industrial y la tercera que se inicia, basada en el conocimiento, recurso que eleva al centro del poder mundial en su obra posterior El cambio del poder.10

    7 Drucker, Peter. Las nuevas realidades. Editorial Sudamericana. Buenos Aires. 1992. Captulo II.8 Lyotard, J.F. The Postmodern Condition. Manchester. 1984. Citado por Callinicos, Op. cit.9 Tofer, Alvin. La tercera ola. Plaza y Jans Editores. 1980.10 Tofer, Alvin. El cambio del poder. Plaza y Jans Editores. 1980.

  • El contexto 9

    Hasta qu punto son ciertas estas armaciones que tienden a ser para-digmticas en los discursos polticos? Sin mayores an lisis, es evidente que se dan aqu demasiados bemoles como para no apresurarse. En primer lugar, la individualizacin de la pro duccin en funcin de mercados especcos o nichos empieza apenas a apuntar en zonas muy especiales como el norte de Italia y est extremadamente lejos todava de constituir un fenmeno generalizado aun en los pases avanzados, donde contina pre dominando la produccin masiva y uniformizada apoyada en una publicidad arrolla-dora. En segundo lugar, dentro de la produc cin masiva de este siglo, han coexistido ramas industriales altamente diferenciadas y dinmicas, como la industria de la con feccin y del mueble. En tercer lugar, es bien sabido que buena parte de la maquinaria industrial bsica prevaleciente es adap table y ha sido adaptada a usos muy diferentes, en distintos momentos, sin modicar signicativamente su tecnologa. Y, por ltimo, cmo se comparan las ten-dencias de globalizacin eco nmica con las tendencias en la fragmentacin de las naciones? Son compatibles? En la prctica, entonces, el concepto de nicho de mercado podra no ser ms que un precario refugio donde colocar algunos productos ms o menos exticos provenientes de pases que no pueden competir en los grandes mercados especcos; a menos que se diga que stos son tambin nichos, con lo cual todo el asunto terminara en un enorme y trgico eufemismo. Este espinoso asunto tecnolgico va de la mano con los pro cesos de internacionalizacin del capital, cuestin que si bien no es nueva, adquiere hoy dimensiones sin precedentes, poniendo sobre el tapete una vez ms y con gran fuerza el tema de la dependencia y la soberana. En esta oportunidad, sin dudas, se pro fundiza el abismo tecnolgico y nanciero tradicional entre pases ms avanzados y menos avanzados, poniendo muy en entredicho la posibilidad de una economa mundial equitativa, mediante la explotacin de sus ventajas comparativas por parte de los dife rentes pases. Para el pensamiento marxista, que luce forticado hoy como enfoque analtico de las realidades sociales frente a otras alter nativas ms pobres, pese al descalabro de la Unin Sovitica, la historia del capitalismo cubri-ra tres etapas: la primera, de corte mercantil, basada en el vapor y en el realismo cultural; la segun da o monopolista, basada en la electricidad y el automvil, con el modernismo como base cultural; y la tercera o actual, mul tinacional, basada en la energa nuclear y en los computadores y de cultura postmoderna. Por lo dems, el tipo de nuevas relaciones que est perlndose entre pases y entre grupos sociales con tinuara dominado,

  • 10 Planicacin: herramientas para enfrentar la complejidad, la incertidumbre y el conicto

    como siempre, por la tenencia de los factores de produccin, incluyendo el conocimiento entre ellos.11

    1.2 CMO ENFRENTAMOS EL MUNDO: DEL NEOLIBERALISMO AL NEOESTRUCTURALISMO

    Un fantasma recorre a Amrica Latina: el fantasma del liberalismo.12

    El liberalismo surge como la anttesis al dominio de la Iglesia y la nobleza en la Europa del siglo XVIII. El individuo debe tener libertad de elegir sin verse constreido por los dogmas religiosos, incluido el derecho divino de la monarqua. Por extensin, toda forma de Estado es aceptable slo como un mal necesario que debe limitarse a las funciones esenciales que permitan el funcionamiento libre de la sociedad. En el campo poltico econmico, Adam Smith en La riqueza de las naciones, publicado en 1776, deni admirablemente la nueva forma de pensar mediante su famosa expresin la mano invisible del mercado, la que habra de mantener el equilibrio dinmico entre productores y consumidores. La consecuencia poltica inmediata fue entonces el laissez faire -laissez passer, el dejar hacer, dejar pasar a los productores, sin interferencias. En la Amrica Latina del siglo XIX, la diferencia terica entre conservadores y liberales fue, igualmente, de naturaleza religiosa; y tal vez es preferible el trmino clerical dada la agobiante im portancia econmica del alto clero, ms all de cualquier discusin teolgica. En la prctica, sin embargo, conservadores y liberales han sido igualmente oligrquicos, mercantilistas y propensos al crecimiento continuo del Estado por dos razones: una, la conviccin segn la cual su eciencia guardara relacin directa con su ta mao; y otra, el hecho de que mientras ms grande y complicado sea el Estado, mejor se presta al clientelismo y la corrupcin. Un siglo de mano invisible fue ms que suciente para demostrar que su costo, en trminos de sufrimiento humano e inestabilidad econmica, resultaba demasiado alto. Por un lado, la libertad que se otorgaba a una minora redundaba clara y abiertamente en explotacin y miseria para la mayora y, por el otro, el derrumbe de la Bolsa de Valores de Viena en 1873

    11 Altamente representativa de esta forma de pensar es, entre otras publicaciones, la New Left Review.

    12 Levine, Barry. El desao neoliberal. Grupo Editorial Norma. Caracas. 1992. Prefacio.

  • El contexto 11

    hizo cundir el pnico en las economas europeas. Terminan de emerger entonces dos tendencias: el marxismo que pronto se traducira en el proyecto poltico del socialismo y el Estado del Bienestar, promotor de lo que despus se generalizara como seguridad social, implantado segn muchos13 por el Canciller alemn Bismark entre 1883 y 1888. Desde entonces, el Estado regulador, controlador y respon sable por el bienestar de las mayoras ha ganado peso conti nuamente hasta la hiper troa que hoy le caracteriza; alimentan do los nacionalismos, el proteccionismo a los productores internos y la participacin en las ms variadas actividades econmicas. Durante ese tiempo, la discusin no ha sido sobre la conve-niencia o no de tales funciones, ha girado en torno a la forma y grado que debera adoptar la intervencin estatal, desde la extrema rigidez y amplitud que le caracteriz en la Unin Sovitica hasta las for mas democrticas ms laxas del sistema partidista, representati vo y parlamentario. Salvo algunos breves perodos de bonanza, especialmente en los pases ms avanzados, el intervencionismo estatal no logr cumplir las promesas en torno a una Humanidad ms feliz. Existe ms de una explicacin al respecto; pero en el presente contexto interesa aquella que culpa al exceso de intervencionismo mismo por lo ocurrido, abriendo as las puertas a una visin contraria, la neoliberal. El estilo literario de Vargas Llosa describe muy bien esta for ma de pensar: De ese fenmeno han resultado muchas de las trabas mayores para la modernizacin de Amrica Latina: el reglamentarismo asxiante, esa cultura del trmite que distrae esfuerzos e inventivas que deberan volcarse ms bien en crear y producir; la inacin burocrtica que ha convertido a nuestras instituciones estatales en paquidermos inecientes y a menudo corrompidos; esos vastos sectores pblicos expropiados a la so ciedad civil y preservados de la competencia, que drenan inmensos recursos a la sociedad, pues sobreviven gracias a cuantiosos subsidios y son el origen del crnico dcit scal y su inevitable correlato: la inacin. El liberalismo est contra todo eso.14

    Cabe preguntarse en qu momento ocurre el cambio. Evi dentemente, los cambios sociales de semejante magnitud no ocurren en un momento determinado, evolucionan soterradamente primero para ir ganando fuerza

    13 Entre otros, Drucker, Peter. Las nuevas realidades. Editorial Suramericana. Buenos Aires. 1992, p. 23.

    14 Vargas Llosa, Mario. Amrica Latina y la opcin liberal, en El desao neoliberal, p. 27. Compilado por Levine, Barry B. Grupo Editorial Norma. Caracas. 1992.

  • 12 Planicacin: herramientas para enfrentar la complejidad, la incertidumbre y el conicto

    despus hasta irrumpir por completo. A este respecto, resulta muy revelador el siguiente prrafo de Fontaine: Cuando a mediados de los aos 50, en el seno del Departamento de Economa de la Universidad de Chi cago, profesores como Aaron, Director, y Theodore Schultz dieron los primeros pasos que condujeron a la creacin de la rama chi lena de los Chicago Boys, buscaban un antdoto contra la orientacin que Ral Prebisch le haba impuesto a la Cepal.15 As, al acceder Augusto Pinochet al poder, guiado ms que todo por un rudimentario instinto anticomunista, y careciendo de un progra ma econmico propiamente dicho, las ideas ya maduras de los Chicago Boys encontraron desde el principio un punto en comn con el nuevo rgimen, el antiestatismo, a partir del cual lograron construir lo que poco despus sera el neoliberalismo chileno. Sin embargo, si se desea una fecha cmoda de alcance mundial, podra adoptarse con Drucker16 el ao del shock petrolero, 1973, y la posterior de-cisin de Richard Nixon de dejar otar el dlar. Ms adelante, los Gobiernos de Ronald Reagan y Margaret Thatcher y, sobre todo, la intervencin del Fondo Monetario Internacional, consolidaran la receta neoliberal a ser impuesta a todos los pa ses como prerrequisito prcticamente ineludible para acceder a sus arcas. Para comprender el porqu la receta debe ser universal, ms all de la necesidad de Estados ms ecientes para lograr pases ms felices, es preciso recordar algunas de las cosas ya di chas a propsito del modernismo y el postmodernismo. La Tierra es cada vez ms una gran aldea en virtud del desarrollo de las telecomunicaciones y la teleinformtica, en tanto que el capital se concentra socialmente y se expande geogrcamente. La eciencia de la expansin territorial demanda especializaciones en la pro-duccin de las diversas regiones del planeta: todas las regiones no pueden producir de todo, deben producir mercancas y servicios competitivos para el mercado mundial, con lo que, supuestamente, todo el mundo estara ganando. No basta pues, pensar solamente en trminos de neoli beralismo como una doctrina sobre la intervencin estatal mnima en la esfera privada, es necesario enmarcar ese pensamiento en el contexto de la globalizacin de la economa (en realidad, de la cultura en general) y de la transna-cionalizacin del gran capital. Es de esa insercin, neoliberalismo en un

    15 Fontaine Talavera, Arturo. Sobre el pecado original de la transformacin capitalista chilena, en El desafo neoliberal. Op. cit., p. 94.

    16 Drucker, Peter. Las nuevas realidades. Op. cit., Captulo 1, La divisoria.

  • El contexto 13

    contexto globalizante, que surgen los llamados procesos de ajuste estructural promovidos por el FMI, cuyo contenido puede ser resumido ahora de la ma nera siguiente: Para lograr su desarrollo integral, todos los pases deben insertarse en

    la sociedad global en general y en la economa global en particular. Esta insercin se hace aprovechando sus ventajas com parativas, las que

    no slo se reeren a recursos naturales o materiales en general, sino tambin (y de manera muy especial) al conocimiento y la capacidad de gestin (man agement).

    La intervencin del Estado en la actividad privada se li mita al estable-cimiento de reglas de juego de carcter ge neral y a algunas actividades realmente estratgicas como la defensa nacional.

    Las actividades productivas, incluida la prestacin de servicios pblicos, se privatizan para garantizar su eciencia.

    Las economas se abren al comercio internacional, promo viendo expor-taciones y liberando los controles a las impor taciones.

    Igualmente, las economas se abren al ujo de capitales extranjeros. Con ms de veinte aos de aplicacin, cabe preguntarse si la receta ha sido exitosa. Evidentemente, una respuesta mediana mente adecuada demanda mucho ms espacio del que aqu se le puede dedicar; sin embargo, frente a algunos casos claramente exitosos como los del sudeste asitico y otros ms controvertidos como los de Chile y Argentina, no es posible ignorar hechos como los siguientes, tomados como ejemplos al azar: En su edicin del 4 al 10 de enero de 1992, la prestigiosa re vista The Economist, en un artculo titulado Free-fall Econo mies? (Economas en cada libre?), en ldica contraposicin al trmino economas de libre mercado, apuntaba lo siguiente: Se puede juntar fcilmente un catlogo de miserias. La recuperacin se ha estancado en Amrica. Los vigorosos crecimientos de Japn y Alemania, que haban levantado la economa mundial hasta recientemente, estn desacelerando marcadamente. El endeuda miento personal y corporativo permanece en sus altos niveles histricos en muchos pases. La conanza de los negocios y de las personas, que se haba recuperado, est desplomndose de nuevo. La Reserva Federal de Amrica habla de crujidos sin precedentes en el crdito, a medida que los bancos reducen sus prstamos y los clientes sus demandas, a despecho de las bajas tasas de inters. La situacin scal no ofrece escapes: el dcit scal de Amrica es demasiado grande ya como para ser aumentado sin riesgos.

  • 14 Planicacin: herramientas para enfrentar la complejidad, la incertidumbre y el conicto

    Ms recientemente, Barkin, luego de describir los logros econmicos que comienzan a ser alcanzados, apunta: Este mismo proceso de expansin est creando tambin masas de gente em pobrecida. La modernizacin est encajando comunidades autosucientes en la economa global, sometiendo a los productores tradicionales a nuevos clculos de rentabilidad para los que no estn preparados. Las comunidades rurales no pueden continuar subsistiendo simplemente mediante la produccin de los bienes bsicos requeridos originalmente para sobrevivir; pueden ser abastecidos ms barato por los mercados mundiales. Los artesanos y los pequeos industriales sufren destinos similares; impor taciones de consumo baratas estn sacando a los productores de los negocios. Sin acceso a recursos materiales, entrenamiento o tecnologa que les permitan adaptarse al nuevo ambiente pro ductivo, millones son lanzados a las corrientes migratorias, engrosando los ejrcitos de trabajadores no calicados que tratan desesperadamente de sobrevivir.17

    Hay ruidos muy fuertes tambin en la esencia de la propuesta: en la competencia. Cmo se puede competir con los ms pode rosos, sobre todo si stos tienden claramente a agruparse para no competir entre ellos? Seguramente podrn citarse casos en los que David consigue valerosamente, no tanto cmo apedrear a Goliat, pero s al menos mantenerse alejado de l y subsistir; sin embargo, cada vez lo que hay son ms y ms gigantescos Goliats imponiendo sus condiciones a los David del mundo. Por otro lado, el avasallante crecimiento del desempleo en todo el mundo con su secuela de intranquilidad social, el derrumbe del proyecto mejicano, las evidencias sobre la concentracin acelerada del ingreso y la profun dizacin de las exasperantes diferencias interregionales en el nivel de vida,18 son problemas demasiado graves como para intentar soslayarlos mediante dos argumentos que resultan ya lugares comunes: primero, mu-chos pases no estaran aplicando debidamente la receta; segundo, la receta misma necesita tiempo para que surta sus efectos bencos, lo que nos traslada, una vez ms, a las viejas promesas de un futuro mejor mediante el sacricio de hoy.

    17 Barkin, David. Profesor de Economa en la Universidad Autnoma Metropolina, Xochimilco, Ciudad de Mxico. Latin American Urban Growth in a Global Context: The Interdependence of Economic and Social Develop ment. Mayo de 1995, p. 1. Mimeograado.

    18 Ver al respecto los numerosos ensayos circulados en el Seminario Internacional sobre Impactos Territoriales de los Procesos de Rees tructuracin, celebrado en Santiago de Chile en julio de 1995, bajo los auspicios de la Universidad Catlica de ese pas y de la Red Iberoamericana de Investigacin sobre Impactos Territoriales de la Reestructuracin. Ver tambin los trabajos que sobre este tema viene realizando el Harvard Deve lopment Institute para la World Wide Fund for Nature.

  • El contexto 15

    Consecuentemente, las medidas de ajuste estructural han estado casi siempre acompaadas de programas compensatorios destinados a paliar la dura situacin de la mayora. Estos pro gramas, adems de aumentar el paternalismo estatal que se desea erradicar, insumen enormes cantidades de recursos que se restan a la inversin que podra mejorar los niveles de vida, especialmente en una situacin de grave dcit scal, establecindose as un peligroso crculo vicioso. La reaccin ms notoria a esta situacin, el neoestructuralismo, rescata los postulados bsicos del estructuralismo, es decir, la conviccin de que el subdesarrollo latinoamericano no se debe tanto a distorsiones inducidas por la poltica econmica, sino que es de ndole endgena y estructural, ...una muestra palpable de lo cual subyace en tres caractersticas decisivas de la economa latinoamericana de nes de los 80: la vigencia de un modelo de insercin comercial que ...conduce a una especializacin em pobrecedora; el predominio de un modelo productivo... incapaz de absorber el aumento de la fuerza de trabajo; y la persistencia de una distribucin del ingreso altamente concentrada y excluyente.19

    Se propone entonces una estrategia de desarrollo desde dentro, en contraposicin a la tradicional estrategia hacia dentro, con las siguientes caractersticas: rescata la propuesta original de la Cepal, en cuanto a la transformacin productiva y la diversi cacin de exportaciones, mediante la industrializacin; revalori za el esfuerzo que en ese sentido realiz Lati-noamrica en las dcadas de postguerra; reconoce, no obstante, las insucien-cias que se produjeron en la aplicacin del enfoque estructuralista; examina crticamente los enfoques neoliberales; y considera que ninguno de los dos por separado constituye solucin para los problemas de hoy, proponiendo una versin radicalmente remo zada del primero.20

    No es de extraar entonces que, en 1992, la Comisin Eco nmica para Amrica Latina y el Caribe publicara su documento Equidad y trans-formacin productiva: un enfoque integrado, producto de dos aos de reexiones, planteando abiertamente las tesis neoestructuralistas, las que reconocen la necesidad de amor tiguar el extremo econocimismo del neo-li beralismo puro, rescatando como objetivo ltimo el bienestar de la poblacin y dando gran importancia a la educacin, el empleo y el cambio institucional.

    19 Ramos, J., y Sunkel, O. Introduccin. Hacia una sntesis neoestructuralista, en El desarrollo desde adentro. Fondo de Cultura Econmica. Mxico. 1991, p.17.

    20 Ramos, J., y Sunkel, O. El desarrollo desde adentro. Op. cit., pp. 30 y 31.

  • 16 Planicacin: herramientas para enfrentar la complejidad, la incertidumbre y el conicto

    Concretamente, se expresa all lo siguiente: La experiencia permite constatar que el crecimiento econmico no conduce de manera necesaria y automtica a la equidad... Es ms, as como la equidad no puede alcanzarse en ausencia de un crecimiento slido y sostenido, el crecimiento exige un grado razonable de estabili dad sociopoltica y sta implica, a su vez, cumplir con ciertos re quisitos mnimos de equidad. De este condicionamiento recproco entre crecimiento y equidad se desprende la necesidad de avanzar hacia ambos objetivos de forma simultnea antes que secuencial, lo que constituye un desafo histrico.21

    Este cambio se reeja claramente en la diferencia que existe, al menos en sus respectivos discursos, entre el VIII y el IX Plan de la Nacin. El segundo atribuye la agudizacin de la crisis vene zolana a la apertura ingenua de la economa y al no gradualismo en la aplicacin de las polticas de ajuste y convierte en suyo el lema crecimiento con equidad.

    1.3 LA DIFCIL GOBERNABILIDAD

    Las situaciones de gobernabilidad dbil constituyen una de las mayores preocupaciones del mundo actual en general y de Venezuela en particular, donde el fenmeno es hoy la explicacin ms usual de la profunda crisis en que vivimos y el centro de todas las conversaciones en que participamos todos los das. Consecuentemente, resulta ya inconcebible planicar el desarrollo sin incluir esta realidad avasallante del entorno. Para Alcntara,22 gobernabilidad es la situacin en que ocurre un conjunto de condiciones favorables para la accin del gobierno; y segn Flissh,23 la calidad de desempeo gubernamental a travs del tiempo. Para el Banco Interamericano de Desarrollo, la gobernabilidad implica condiciones de previsibilidad y estabilidad asociadas a la existencia de un marco legal apropiado para el desarrollo, eciente asignacin de los recursos pblicos, informacin y transparencia en la administracin del Estado, honestidad y responsabilidad del gobierno y participacin de los ciudadanos en el proceso de toma de decisiones y de ejecucin de las mismas.24

    21 Cepal. Equidad y transformacin productiva: un enfoque integrado. Santiago de Chile. 1992, p. 17.22 Alcntara Sez, Manuel. Gobernabilidad, crisis y cambio. Fondo de Cultura Econmica, 1998.23 Flissh, ngel. Gobernabilidad y consolidacin democrtica, en Revista Mexicana de Sociologa,

    N 3, 1989.24 Jarqun, Edmundo. Gobernabilidad y desarrollo. El estado de la discusin, 1992. Citado por

    Beracaza, Beatriz en Gobernabilidad y desarrollo, la visin del BM y del BID. TME-87.

  • El contexto 17

    Para el Banco Mundial, la gobernabilidad, en trminos amplios, se de-ne como Las tradiciones e instituciones mediante las cuales se ejerce la autoridad en un pas, lo cual inuye: primero, los procesos por los cuales los gobiernos son seleccionados, evaluados y reemplazados; segundo, la capacidad del gobierno para efectivamente formular e implementar pol-ticas coherentes; y tercero, el respeto de los ciudadanos y del Estado por las insti tuciones que gobiernan las relaciones econmicas y sociales entre ellos.25

    Partiendo de estas sucintas deniciones, se resume a continuacin la recopilacin de conceptos que las amplan, hecha por Alcntara.26 Segn l, se entiende a la gobernabilidad en alguno de los siguientes sentidos, o como una mezcla de ellos: ausencia de violencia, durabilidad del gobierno, existencia de un rgimen constitucional legtimo, ausencia de cambio estructural y existencia de una sociedad multifactica. Tambin suelen enunciarse seis dimensiones de la no gobernabilidad: dcit del sector pblico, inacin, volatilidad de las situaciones, inestabilidad del gobierno, violencia y protesta civil. Tres corrientes intelectuales intentan explicar la gobernabilidad en los estados occidentales industrializados. La primera incluye dos vertientes, la neoconservadora y la disfuncional. Segn la neoconservadora, la ingo-bernabilidad es el producto de la sobrecarga de demandas a las que el Esta-do debe responder con la expansin de sus servicios y de su intervencin, provocando inevitablemente una crisis scal. Y segn la disfuncional, la ingobernabilidad es el producto de: la deslegitimacin de la autoridad y la prdida de conanza en el liderazgo, como consecuencia de la prdida de las virtudes democrticas de la igualdad y el individualismo; la sobrecarga del gobierno; la desagregacin de los intereses; y el incremento del parroquianismo nacionalista en la poltica exterior, dadas las presiones ejercidas por la sociedad. La segunda corriente corresponde a algunos economistas neoliberales. Segn ellos, la yuxtaposicin de las prescripciones de la poltica keynesiana y la democracia poltica crea una mezcla inestable. Los sindicatos y los votantes presionan el gasto pblico y los polticos son vistos, entonces, como dilapidadores empedernidos, ocasionando prdida de conanza en ellos.

    25 Kaufmann, Daniel, Aart Kraay y Pablo Zoido Lobatn. Governance Matters. Banco Mundial. 1999.

    26 Alcntara Sez. Op. cit.

  • 18 Planicacin: herramientas para enfrentar la complejidad, la incertidumbre y el conicto

    Y la tercera corriente es dominada por Habermas y Burricaud. Ha-bermas27 nos dice que existen dos tipos de crisis: la de entrada que es la crisis de legitimidad clsica y la de salida, que es la crisis de racionalidad, en el momento en que la burocracia es incapaz de manejar los mecanis-mos de control que le exige el sistema democrtico. El Estado suplanta el papel dominante de la clase capitalista, cuyos valores polticos gozan de hegemona ideolgica; ambos entonces, denen el alcance y los contenidos del debate poltico. El Estado, para proteger su legitimidad y la del orden social, desarrolla servicios que conducen a la crisis scal y a conictos entre trabajadores y entre regiones. Para Burricaud28 lo que asegura la gobernabilidad es el sentimiento de pertinencia al mismo cuerpo poltico y la creencia en una ley implcita comn que todos los ciudadanos estn dispuestos a respetar. Por tanto, las condiciones de esa gobernabilidad seran: la existencia de un sistema normativo derivado respetado por las autoridades, con el uso ocasional de sanciones; y la congruencia entre el sistema normativo y las motivaciones de los actores.

    1.4 CMO PRETENDEMOS MANEJAR EL MUNDO

    Es cierto que no todo tiempo pasado fue mejor; pero tambin es cierto que no todo lo que brilla es oro.29

    La revolucin que est planteada demanda un nuevo tipo de gobierno, de empresa privada, de instituciones y de sociedad civil y un nuevo individuo con una conciencia diferente. Se supone que el primero debe parecerse lo ms posible a la segunda. En ese sentido, es lgico el apresuramiento por encontrar las frmulas mgicas adecuadas para que tal requerimiento se cumpla. Han surgido entonces varias de ellas, las ms importantes de las cuales son descritas en el presente subcaptulo.

    1.4.1 El nuevo gobierno

    La Biblia preferida actualmente para intentar transformar el gobierno es, sin dudas, la de Osborne y Gaebler,30 al menos en Venezuela. Para estos

    27 Habermas, Jurgen. Problemas de legitimacin en el capitalismo tardo. Amorrortu. Buenos Aires. 1973.

    28 Burricaud, F. Governance at the Center and the Periphery, en Alcal, Luis, coord. Democratic Culture and Governance. Unesco Hispanoamrica. 1993.

    29 Dos perlas de la sabidura popular.30 Osborne, David y Gaebler, Ted. La reinvencin del gobierno. La inuencia del espritu empresarial

    en el sector pblico. Ediciones Paids. Espaa. 1994. Primera edicin en ingls, 1992.

  • El contexto 19

    autores, las caractersticas y funciones del sector pblico deben ser las siguientes:1. Gobierno catalizador: es mejor llevar el timn que remar.2. Gobierno propiedad de la comunidad: es mejor facultar a la comunidad

    para que se sirva a s misma en lugar de servirla.3. Gobierno competitivo: es necesario inyectar competitividad en la pres-

    tacin de los servicios pblicos.4. Gobierno inspirado en objetivos, no en reglas.5. Gobierno dirigido a resultados ms que a medios y formas.6. Gobierno inspirado en el cliente: satisfacer las necesidades del cliente,

    no las de la burocracia.7. Gobierno de corte empresarial: ganar en lugar de gastar.8. Gobierno previsor: ms vale prevenir que curar.9. Gobierno descentralizado: de la jerarqua a la participacin y al trabajo

    en equipo.10. Gobierno orientado al mercado: los cambios econmicos y sociales

    deseables deben ser alcanzados a travs del mercado. En vista de la proliferacin a rajatabla del ltimo principio, resulta importante citar textualmente lo siguiente: Desde la cada del Muro de Berln, los gobiernos orientados al mercado parecen estar casi de moda. La tendencia no tiene nada que ver sin em bargo con las llamadas conservadoras a dejarlo en manos del mercado. Estructurar el mercado para conseguir metas pblicas, de hecho es lo contrario a dejar asuntos en manos del mercado libre; se trata de una forma de intervencin en el mercado. En realidad, no existe algo como el mercado libre, si por ste enten demos un mercado libre de intervencin del gobierno. Todos los mercados legales estn estructurados por normativas impuestas por los gobiernos. Los nicos mercados libres de las normativas gubernamentales son los mercados negros; y precisamente al ac tuar al margen de la autoridad del gobierno se controlan por la fuerza y se hunden en la violencia. La prxima vez que oigamos a alguien condenar al gobierno y gloricar el mercado libre, preguntmosle si con ello quiere decir tomar como modelo el tr co de drogas.31

    Ms adelante explican por qu el gobierno no puede ser di rigido como una empresa. Las diferencias entre ambos, segn ellos, son resumibles de la manera siguiente:

    31 Osborne, David y Gaebler, Ted. Op. cit., p. 387.

  • 20 Planicacin: herramientas para enfrentar la complejidad, la incertidumbre y el conicto

    A los lderes empresariales los mueve el benecio; a los gubernamen-tales, el deseo de ser reelegidos.

    Las empresas obtienen sus ingresos de los clientes; el gobierno, de los contribuyentes.

    Habitualmente, las empresas se ven impulsadas por la competencia; en general, los gobiernos utilizan monopo lios.

    El gobierno es democrtico y abierto; de aqu que se mueva con mayor lentitud.

    La misin del gobierno es hacer el bien; por tanto, so brepone la valo-racin tica a los clculos de costo/bene cio.

    A menudo, el gobierno debe servir a todos por igual, in dependientemente de su capacidad de pago.

    La conclusin que nalmente extraen es la siguiente: si bien el gobierno no puede funcionar como una empresa, ni ser gestionado como tal, s puede y debe adoptar un talante ms empresarial, ba sndose en los diez principios antes sealados.

    1.4.2 La nueva empresa

    En el presente punto se ofrece una rpida descripcin del pro ceso evolutivo de la empresa durante el presente siglo, para destacar lo que le est ocurriendo actualmente en el contexto de la globalizacin y el neoliberalismo. El trabajo de Fabris y Gar bellano32 facilita enormemente lo que de otra forma sera una tarea descomunal. Estos autores italianos dividen su recorrido en tres etapas: la que va de 1900 a 1975, la correspondiente a la dca da de los 80 y la correspondiente a la dcada de los 90. La primera etapa o tradicional, abarca desde la implantacin de los principios bsicos de la divisin del trabajo y la racionalidad burocrtica congelada en estatutos, reglamentos y manuales, hasta los conceptos de gestin de la escasez mediante la planicacin; pasando por la importancia progresivamente asignada a las rela ciones humanas, el desarrollo organizativo y la informacin. As, en 1980, los aspectos ms crticos de la cultura y de los sistemas de gestin tradicionales podan ser resumidos de la manera siguiente:

    32 Fabris, Aldo y Garbellano, Salvatore. Modelli manageriale emergenti. UTET Librera. Torino. 1993.

  • El contexto 21

    El enfoque cuantitativo, vale decir, la tendencia a traducir en cifras todos los problemas.

    La bsqueda de la justicacin analtica de las decisiones, pese a la prctica imposibilidad de experimentar y el riesgo de parlisis.

    La preeminencia de lo tcnico y la subvaloracin del as pecto intuitivo del gerente, de la capacidad de innovacin y de la dimensin cultural de la organizacin.

    La excesiva especializacin y la carencia de una visin integrada. El modelo de referencia de la cultura gerencial tradicional, basado en

    el mandato y el control. Separacin entre las decisiones estratgicas y las ope rativas. Alta diferenciacin-especializacin de las funciones. Procesos de coordinacin centradas sobre todo en la je rarqua, los

    procedimientos y los programas. Tendencia a la centralizacin de las decisiones. Preminencia de los rganos directivos con respecto a las funciones de

    lnea. Tendencia a la bsqueda del mejor camino para cada actividad y a

    codicada en estndares y normas rgidas. Tendencia a predenir los problemas y a prescribir las respuestas. El personal se debe adaptar a la organizacin y al proceso productivo

    predenido: La innovacin como competencia exclusiva de los orga nismos de

    staff.33

    En 1980, se hizo claro que los modelos empresariales preexistentes eran muy poco funcionales en un mundo complejo, incierto, turbulento y conictivo como el actual. El nfasis se vuelca entonces hacia los aspectos suaves de la cultura empresarial y se impone como referencia el libro de Peters y Waterman,34 segn el cual la excelencia se logra prestando aten cin simultneamente e integrando las Siete Eses, a saber: Estrategia (Strategy): El curso de accin que conduce a la distribucin

    en el tiempo de los recursos, para lograr un objetivo. Estructura (Structure): El conjunto de departamentos y las relaciones

    de dependencia que los unen, reejado en el organigrama.

    33 Fabris y Garbellano. Op. cit., pp. 6 y 7.34 Peter, Thomas y Waterman, Robert. In Search of Excellence. Lesson from Americans Best Run

    Campanies. Harper and Row Publishers. Nueva York. 1982.

  • 22 Planicacin: herramientas para enfrentar la complejidad, la incertidumbre y el conicto

    Sistema (System): Denicin de los procedimientos, pro cesos de rutina y mdulos de actividad.

    Direccin (Staff): Denicin de los niveles jerrquicos a los que corresponde la conduccin estratgica.

    Estilo (Style): Estilo cultural de la organizacin, reflejado en el comportamiento de su dirigencia y sus empleados a todos los niveles.

    Capacidades (Skills): Para resolver problemas y alcanzar los objetivos planteados.

    Valores compartidos (Shared values): Con relacin a la mi sin, objetivos y comportamientos de la empresa.

    Luego de una vasta difusin internacional de estos principios, la investigacin y la praxis en busca de la excelencia han aadido una serie de ideas que Fabris y Garbellano35 resumen de la manera siguiente: Orientacin a la accin, ms all de la departamenta lizacin, mediante

    la participacin de todos. Contacto continuo con los clientes y / o usuarios. Productividad basada en las personas. nfasis en unas pocas ideas claves. Continuar haciendo lo que mejor se conoce. Organizacin simple y staff reducido. Delegacin de responsabilidades. Otro trmino clave en la dcada reseada ha sido el de calidad total acuado por Deming,36 para englobar los siguientes prin cipios: Mantener una tensin constante en la empresa para adaptarse a la

    velocidad del cambio. Revisar todos los mtodos de gestin para responder dinmicamente a

    la competencia. Crear un sistema informativo continuo que aporte datos para la toma de

    decisiones y permita el seguimiento de lo que se hace. Extender las funciones de control de la empresa a las actividades

    determinantes pero externas a ella. Entrenamiento continuo en el trabajo. Mejoramiento de la calidad de la supervisin a todos los niveles.

    35 Fabris, Aldo y Garbellano, Salvatore. Op. cit., pp. 58 y 59.36 Deming, W. E. Out of the Crisis: Quality, Productivity and Competitive Position. Cambridge

    University Press. Cambridge. 1982.

  • El contexto 23

    Crear un clima de colaboracin, reducir la ansiedad y el miedo. Reducir o eliminar las barreras entre sectores organi zativos y funcionales. Eliminar los eslogan si no existen programas serios que los respalden. Revisar continuamente los estndares de trabajo para adaptarlos a las

    nuevas exigencias de calidad y produc tividad. Mantener actualizados los conocimientos y la capacidad de respuesta a

    las nuevas exigencias de la competitividad. Como resultado de las tendencias descritas, en la dcada de los 90 la atencin se concentra en la planicacin estratgica en un ambiente externo dinmico y complejo para crear un futuro po sible.37 De esta manera, toma fuerza la gestin estratgica, aquella que se vuelca en la actuacin de la empresa en un ambiente lleno de sorpresas y altamente dinmico que requiere continuas inter venciones no previstas, no programadas y no programables para responder al caos. Vale aprovechar aqu la oportunidad para subrayar dos cosas que sern objeto de discusin ms adelante: primero, es evidente que la planicacin no est muerta como algunos sugieren y que, por el contrario, est pasando a ocupar un lugar privilegiado; segundo, el lmite estril entre planicacin y gestin se est nalmente desdibujando, en benecio de ambas disciplinas. En ese contexto, la capacidad de toda la organizacin y de to das las personas que la integran, para comportarse estratgica mente, es decir, para adaptarse continuamente a la realidad cambiante, deviene crucial; y, en tal sentido, el trabajo de Senge38 constituye uno de los ms importantes y re-cientes aportes. Para l, una organizacin inteligente es aquella que conjuga dinmi camente cinco disciplinas: Dominio personal: desde el punto de vista del conoci miento y, ms

    importante, desde el punto de vista de la capacidad individual para manejar su propia personalidad y su entorno social.

    Modelos mentales: revisin de los supuestos hondamente arraigados, generalizaciones e imgenes que determinan la manera de comprender el mundo y actuar en conse cuencia.

    Visin compartida: para poder trabajar sinrgicamente, toda la organiza-cin debe compartir un conjunto de valores, un cierto sentido de misin y una visin de lo deseable-posible.

    37 Fabris y Garbellano. Op. cit., p. 17.38 Senge, Peter. La quinta disciplina. Ediciones Granica. Barcelona. 1992. Primera edicin en ingls

    en 1990.

  • 24 Planicacin: herramientas para enfrentar la complejidad, la incertidumbre y el conicto

    Aprendizaje en equipo: el dilogo continuo ana, difunde y enriquece el conocimiento, respondiendo a la necesidad de actualizacin permanente.

    Pensamiento sistmico: constituye la quinta disciplina, la que integra a las otras, fusionndolas en un cuerpo cohe rente.

    Una vez ms, Fabris y Garbellano39 resumen las tendencias actuales de las empresas, en lo relativo a sus estrategias y orga nizacin, lo que nos permite presentar la versin libre siguiente: La empresa es creativa y da contenido a su propio am biente, pasando

    de la adaptabilidad a la proactividad. Se da importancia a la gestin integrada de las variables duras y suaves de la organizacin: recursos humanos, liderazgo y cultura.

    Experimentacin y aprendizaje, pasando del modelo de comando y control al modelo de mejoramiento continuo.

    De la secuencia nes-modos-medios a la secuencia medios -modos-nes, poniendo nfasis en la motivacin estratgi ca. Equilibrio entre innovacin y eciencia, orden y caos.

    Importancia de los componentes estratgicos tecnolgicos y humanos y de su integracin. Rapidez del cambio en la organizacin para obtener resultados.

    Reduccin de los procesos decisionales demasiado centra lizados y verticales. Integracin entre los niveles y las funciones. Reduccin de niveles y estructura plana.

    Enfasis en la accin: de la planicacin estratgica a la gestin estrat-gica y a la capacidad interna de respuesta. La organizacin se hace veloz y exible utilizando equi pos conformados por personas de diferentes funciones y niveles.

    Integracin con el ambiente y con los dientes. De la em presa monoltica a la red de empresas mediante alianzas con otras del mismo grupo o similares y con proveedores y distribuidores.

    Estmulo a la iniciativa individual y tolerancia de los errores para su oportuna identicacin y correccin.

    Internalizacin y globalizacin, prestando atencin a los mercados locales con una visin sinrgica global.

    Personalizacin de la produccin, valoracin del cliente, calidad total y nichos de mercado.

    39 Fabris, Aldo y Garbellano, Salvatore. Op. cit., pp. 14 y 15.

  • El contexto 25

    1.4.3 Las nuevas instituciones

    En un sentido cultural correcto, las instituciones consisten en el conjunto de reglas de juego de la sociedad, integradas por normas formales como las leyes y reglamentos y por normas informales como las relativas al com-portamiento. Para Douglass North, Premio Nobel en Economa 1993, y sus seguidores, no pueden existir ni el nuevo gobierno ni las nuevas empresas antes descritas, sin que existan instituciones congruentes con ellos.

    Las instituciones afectan el rendimiento econmico y poltico porque deter-minan directamente, junto con la tecnologa utilizada, los dos elementos que constituyen el costo total: los costos de transformacin, que son los costos de produccin y los costos de transaccin, que no son sino los costos de organizacin e inte gracin humana... Si analizamos las economas pobres encontramos que los costos de transaccin son extremadamente elevados, de hecho son tan elevados que hay muchas cosas que no se producen y si se llegan a producir es en cantidades muy pequeas ya que la incertidumbre asociada con la incapacidad de especicar con cuidado qu es lo que est siendo objeto de intercambio y con la imposibilidad de obligar al cumpli-miento de acuerdos, eleva excesivamente el costo de transaccin.

    En gran parte del mundo y ciertamente en todos los pases pobres, las instituciones son las que con frecuencia alientan el monopolio, se oponen al bajo costo del intercambio, no permiten que se imponga la obligacin de cumplir acuerdos y contratos; es decir, no hay nada que diga que las instituciones que determinan los costos de transaccin sern necesariamente las que alienten la productividad y la eciencia. Por lo tanto, el aspecto que nos inte resa es cmo lograr instituciones ecientes.40

    1.4.4 La nueva sociedad civil

    Desde hace ya ms de un decenio existe un fuerte malestar con relacin a la representatividad de las organizaciones polticas, sindicales y gremiales tradicionales que, en esencia, constituye el meollo del sistema democrtico. Se considera que el nivel de esa representatividad es tan bajo que dicho sistema est en crisis. Con secuentemente, diversas vas formales e informales se han abierto para una participacin ms directa de los ciudadanos en la

    40 North, Douglass. Conferencia dictada en el Banco Central de Venezuela el 3- 8-95, pp. 3, 4 y 5.

  • 26 Planicacin: herramientas para enfrentar la complejidad, la incertidumbre y el conicto

    toma de decisiones que les afectan. Sin embargo, el paternalismo arraigado, el explicable desinters de los gobiernos y los partidos polticos que los sustentan y la escasa respuesta del sistema educativo, han logrado que ella sea relativamente limitada, salvo en unos pocos pases. Ms recientemente, se une al malestar la perspectiva de un Estado benefactor y paternalista que se minimiza, dando paso ms uido a una empresa privada fundamentalmente guiada por el lucro; aumentando el temor de la sociedad civil de no ser atendida y quedar a merced de una posible disminucin continua de la calidad de los servicios y un aumento tambin continuo de sus precios. Por lo tanto, pareciera que la sociedad civil empieza realmente a tomar conciencia de la encrucijada en que se encuentra y de su potencial para ayudarse a s misma, ms ecientemente que el Estado y a menor costo que el demandado por la empresa privada. A nivel latinoamericano, la Cepal se hace eco de esta tendencia al armar, por ejemplo, que la generacin de empleo supone un movimiento sindical tecnicado, consciente de que su adversario no es tanto el empresario como la competencia y que, por tanto, sus objetivos tambin deben incluir la mejora de la productividad. Existen diversos mecanismos que apuntan en la direccin correcta. Entre ellos, uno que podra facilitar la cooperacin en lugar de la confrontacin es el de los salarios participativos (en los bene cios ). Por otro lado, lograr un equilibrio (entre el crecimiento y la equidad) signicar abandonar la tentacin tecnocrtica que no toma en cuenta las demandas sociales, como la populista que impone el voluntarismo por sobre la tcnica. El curso que aparece como indicado es el de movilizar los ins trumentos ms legtimos de la democracia: la participacin y la concertacin.41

    En Venezuela, dentro de los Lineamientos Generales del IX Plan de la Nacin, las loas a la participacin, que no son nada nuevas, constituyen el objeto de todo un subcaptulo, el nmero cuatro, titulado El Estado solidario y la participacin ciudadana, dentro del captulo VII titulado Reforma del Estado para el nuevo proyecto de pas.

    1.4.5 La nueva conciencia ecolgica

    Entender el mundo en que vivimos y cmo pretendemos en frentarlo pasa, entre otras cosas fundamentales, por comprender la problemtica ambiental

    41 Cepal. Op. cit., pp. 23 y 24.

  • El contexto 27

    del planeta y adoptar una posicin al respecto. En 1972 se public el ya famoso comunicado del Club de Roma, Los lmites del crecimiento, bajo la coordinacin de Denis Meadow, cientco del Instituto Tecnolgico de Massa chusetts. De acuerdo con este documento, el mundo es un sistema que llegara al colapso a mediados del siglo XXI, de con tinuar las tendencias en cuanto al deterioro del ambiente producido por tecnologas ecolgicamen-te irracionales. Frente a esa perspecti va, se preconizaba una disminucin drstica del crecimiento econmi co como nica forma de alcanzar un ba-lance positivo. En 1973, Mauri ce Strong, Director Ejecutivo del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), acua el trmino ecodesarrollo para designar la bsqueda constante de un equilibrio entre de sarrollo y ambiente, precisando que en la ocupacin y aprovechamiento de ste debera privar el objetivo del bienestar colecti vo y no el de enrique-cimiento de unos pocos; cargando as el con cepto de claros matices sociales y polticos, temtica que amplia ra poco despus Ignacy Sachs, Director del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Ambiente y el Desarrollo (Cired), en Pars. A partir de entonces, la polmica entre desarrollistas y ecologistas ha sido continua hasta llegar a una especie de equi librio hacia 1980, por jar alguna fecha. Sin embargo, la irrupcin del neoliberalismo con su nfasis en el benecio empresarial y la minimizacin del papel del Estado, la ha recrudecido al despertar fuertes sospechas sobre lo que podra ocasionar a la Naturaleza el cortoplacismo y el afn de lucro, excelente muestra de lo cual se encuentra, por ejemplo, en la devastacin de los bosques en el sureste asitico. Sin embargo, esta nueva discusin ha tomado rumbos di ferentes a los precedentes. En vez de ancarse en los aspectos ti cos de la conservacin, se aanza ahora en el valor econmico de los recursos naturales y la necesidad consiguiente de conservarlos como cualquier otro capital reproducible. Este es precisamente el espritu detrs del trmino desarrollo sustentable acuado en la Conferencia Mundial sobre el Medio Ambiente, celebrada en Ro de Janeiro en 1993, con el que se ha identicado la mayora de los pases del mundo. Por lo dems, lo ambiental se ha convertido en una especie de arma en el comercio internacional para penalizar o favorecer, con buenas o con malas intenciones, determinados productos de de terminados pases, lo cual no debera suceder de acuerdo con las normas que concretan el concepto de libre mercado.

  • 28 Planicacin: herramientas para enfrentar la complejidad, la incertidumbre y el conicto

    1.4.6 El nuevo individuo

    Las nuevas realidades y su alta velocidad de cambio generan grandes presiones sobre el individuo, demandando de l nuevas actitudes y habili-dades que no siempre est en capacidad de ad quirir, haciendo del estrs una constante social. La angustiosa bsqueda de reacomodos ha revolu cionado el campo de la psicologa y la psiquiatra e incentivado la proliferacin de incontables tendencias o escuelas que intentan explicar lo que ocurre y ofrecer herramientas para no sucumbir y tratar de mantener el ritmo. Entre ellas, cabe destacar cinco, sobre todo por la acogida que han tenido en Venezuela. En primer lugar, el Anlisis Transaccional como una ma nera de explicar

    al individuo cmo funciona la mente, a n de que pueda entenderse a s mismo y su entorno so cial.

    En segundo lugar, tcnicas destinadas a aumentar la autoestima,42 concepto que incluso ha devenido en el cen tro de una forma particular de determinismo psicolgico y sociolgico.

    En tercer lugar, la programacin neurolingstica, denida de la manera siguiente: La PNL es el arte y la ciencia de la excelencia personal. Es un arte, porque cada uno le da su toque nico personal y de estilo a lo que est haciendo, y esto nunca se puede expresar con palabras o tcnicas. Es una ciencia porque hay un mtodo y un proceso para descubrir los modelos empleados por los individuos sobre salientes en un campo para obtener resultados sobresa lientes. Este proceso se llama modelar, y los modelos, habilidades y tcnicas descubiertas tienen un uso cada vez mayor en el campo de la educacin, asesoramiento y negocios para conseguir una comunicacin ms efectiva, tener un mayor desarrollo personal y acelerar el aprendizaje.

    La PNL es una habilidad prctica que crea los resultados que nosotros verdaderamente queremos en el mundo, mientras vamos dando valor a otros durante el proceso. Es el estudio de lo que marca la diferencia entre lo excelente y lo normal. Tambin va dejando detrs todo un conjunto de tcnicas sobre educacin, asesoramiento, negocios y terapias, extremadamente efectivas.43

    42 Ver por ejemplo: Barroso, Manuel. Autoestima, ecologa o catstrofe. Edito rial Galac. Caracas. 1987.

    43 OConnor, Joseph y Seymour, John. Introduccin a la programacin neurolingstica. Ediciones Urano. Barcelona. 1992.

  • El contexto 29

    En cuarto lugar, tcnicas y principios para aumentar especcamente la eciencia personal, de los que son un buen ejemplo los conocidos siete hbitos de Covey:44

    - Sea proactivo: principio de la visin personal. - Empiece pensando en un liderazgo: principio del lide razgo

    personal. - Lo primero es lo primero: principio de la administracin personal. - Pensar en trminos de yo gano-tu ganas: principio de liderazgo

    interpersonal. - Primero comprender y despus ser comprendido: prin cipio de

    comunicacin emptica. - Sinergia: principio de cooperacin creativa. - Ale la sierra:45 principio de autorrenovacin equili brada. Y, quinto, la biodinmica, escuela segn la cual las vi vencias estresantes

    se materializan y acumulan sio lgicamente en las clulas, siendo necesario drenarlas mediante masajes y ejercicios especialmente diseados para ello.

    La importancia que actualmente se atribuye a estos aspectos suaves de las organizaciones, se reeja claramente en las considerables sumas que destina tanto el sector pblico como el privado para iniciar en ellos a sus empleados, bajo la conviccin de que esto se traducir en mayor producti-vidad y benecios. Por otro lado, el individuo trata de resistir fsicamente la pre sin man-tenindose en forma mediante los ms diversos tipos de dieta, masajes y ejercicios fsicos, lo que ha dado origen a toda una vasta industria de lo que pudiramos denominar el tness. Intenta mantenerse en calma mediante la relajacin y meditacin. Desea identicarse de nuevo con su terruo para contrarrestar el sentido de vaco que le provoca el desdibujarse de las fronteras nacionales. Y trata, nalmente, de encontrar algn sentido tras-cendental a su vapuleada y alienada existencia, regresando o in corporndose a alguna forma de religin.

    1.4.7 La industria masiva de los best-sellers

    Las tendencias sealadas en los puntos precedentes se basan, por supuesto, en condiciones y circunstancias objetivas del devenir histrico;

    44 Covey, Stephen R. Los siete hbitos de la gente ecaz. La revolucin tica en la vida cotidiana y en la empresa. Ediciones Paids. Barcelona. 1990.

    45 Se reere a detenerse un momento de vez en cuando para reexionar sobre lo que se est haciendo.

  • 30 Planicacin: herramientas para enfrentar la complejidad, la incertidumbre y el conicto

    pero no es posible menospreciar el papel que juegan en su reforzamiento e interpretacin lo que denominamos Biblias al principio. La produccin y mercadeo de estas Biblias cons tituye una industria altamente rentable de proporciones in sospechadas; cuando aparece una de ellas, en un muy corto tiempo se le traduce a mltiples idiomas y se vende en cualquier sitio de cualquier ciudad, al igual que un tubo de pasta dental o una caja de un nuevo cereal. Como muchsimos productos masivos, es necesario que genere modas en su contenido y en su presentacin para reactivar en ciclos muy cortos el mercado. Y como adems el producto est hecho de ideas, stas deben ser planteadas de manera esquemtica y supercial, para que puedan ser asimiladas por personas muy dismiles sin mayores anlisis, como se asimila el disparate segn el cual una colonia es capaz de atraer enjambres de mujeres. Se salta entonces de las Siete eses a las Cinco disciplinas, o de un Hexgono estratgico a un Pentgono mgico, hasta que ciertas le giones consideran la insercin de un pas en la globalidad tan inexorable como el carcter de alguien nacido bajo la constelacin del Toro en comparacin con otro nacido bajo Gminis. Incluso, lo que pueda haber de trascendente en las ideas tal y como fueron planteadas originalmente por sus autores, se banaliza en ese proceso de cosicacin y de acumulacin indigesta en muchas mentes que las transforman en recetas para la decisin improvisada.

    1.5 ESTAMOS EN VENEZUELA

    Yo soy el del caballo jerrao con el casquillo al revs, pa que lo busquen pa un lao cuando pal otro se fue... yo me resbalo en lo seco y me paro en lo mojao.46

    Con este ttulo queremos expresar que las realidades y ten dencias descritas en los puntos precedentes adquieren connota ciones muy es-peciales en el contexto venezolano, que deben ser tomadas en cuenta si se aspira a una insercin inteligente en ellas y a planicar el desarrollo consecuentemente. Parece no estar claro entre nosotros que la mayor parte de lo dicho hasta este punto, se reere no a hechos que estn ya ocu rriendo en todas partes,

    46 Autodenicin del venezolano vivo y machista, segn la mitologa llanera, recogida por Rmulo Gallegos y otros escritores costumbristas.

  • El contexto 31

    sino a tendencias que empiezan a ma nifestarse, especialmente en pases avanzados. Si se lee con cuidado, se ver que es dentro de esa tnica que los autores de best-sellers que nos sirven como Pontces (Peter Drucker, Alvin Tofer, David Osborne, entre otros) han escrito sus libros. En estos mismos libros, si bien los diagnsticos y las prognosis sobre lo que est ocurriendo se perlan con alguna congruencia, lo que es necesario hacer aparece todava como incipiente y confuso, aunque expresado en recetas cmodas que pudiramos estar tomando muy al pie de la letra. Debe sumarse a esto el hecho de que, en Venezuela, como en todo el llamado Tercer Mundo, las nuevas ideas suelen llegar con retraso, especialmente ahora cuando tener acceso a ellas es tan difcil; y as, cuando alguna de ellas nos alcanza en su forma original, probablemente ya ha sido total o parcialmente rebatida. El primer gran problema, entonces, es la manera poco crtica como est siendo adoptada la corriente de nuevas ideas y transmitida mediante numerosos cursos y cursillos improvisados internamente o importados directamente, sin un mnimo proceso de adaptacin a nuestras realidades y muchas veces con un sim plismo pavoroso, en medio de una agobiante confusin de signicados. Esta armacin no pretende desmerecer algunos es fuerzos crticos importantes hechos por instituciones como la Comisin para la Reforma del Estado y el Centro de Estudios del Desarrollo de la Universidad Central, entre otros; pero es funda mental aceptar que stos se ven minimizados ante la ola de impro visacin y aceptacin pasiva que predomina. El segundo gran problema consiste en una aparente incom prensin de las asincronas. Cuando se est hablando en las sociedades norteamericana y europeas de un paso doloroso desde el modernismo al postmodernismo y del fordismo al postfordis mo, grandes sectores sociales y reas geogr-cas de nuestros pases practican todava una agricultura primitiva o estn apenas iniciando un proceso incipiente de industrializacin. La atencin se con centra entonces en aquellos sectores sociales y reas geo grcas mejor desarrolladas que, de una forma u otra, pueden in tentar mantener el paso y aspirar a integrarse en la sociedad glo bal; mientras que la mayora, es decir, las personas y las regiones pobres, se hunden cada vez ms en lo catico. El tercer gran problema es que, para muchos, el mensaje contenido en el prrafo precedente suena hoy terriblemente anticuado; forma parte del pasado, se confunde peyorativamente con las polticas populistas, lo que resulta en una especie de rubor que ataca y cohbe a planicadores y decisores, inmersos en palabras como globalizacin, nichos de mercados

  • 32 Planicacin: herramientas para enfrentar la complejidad, la incertidumbre y el conicto

    y otras de gran moda. Y no es que la globalizacin y los nichos no sean importantes, son fundamentales; de lo que se trata es que los viejos problemas sociales, muchos de los cuales podran ser disminuidos slo con algo de sentido comn y honestidad, se agudizan a ritmos verti ginosos y se les est tratando de manera marginal, casi como un estorbo o como una concesin graciosa. El cuarto gran problema es la indenicin ideolgica del gobierno. Anclado en lo bueno y lo malo del pasado, presionado por los organismos nancieros internacionales para adoptar frmulas poco populares, atacado por lo que hace y por lo que no hace y sin fuentes sucientes de pensamiento crtico, no termina de encontrar el camino que concilie no slo a los abiertamente tra dicionalistas, sino tambin al abigarrado y amplio grupo de los autobautizados neoliberales, trmino que engloba indiscrimina damente las ms dismiles concepciones sobre el mundo y el pas. El quinto gran problema consiste en que la mayora de nuestras empresas privadas, en las cuales se supone debe recaer la responsabilidad por el bienestar social, estn demasiado lejos del ideal planteado por las Siete eses o por las Cinco disciplinas. Han sido y son francamente inecientes, tanto o ms que cualquier em presa o departamento gubernamental. Enfrentadas a un mundo competitivo y abierto, ms de la mitad de ellas han cerrado du-rante los ltimos cinco aos, otro porcentaje elevado ha dejado de producir para dedicarse a importar, unas pocas subsisten ad quiriendo un creciente carcter monoplico y el resto se asocia a capitales extranjeros, consolidando el proceso de desnacionali zacin subyacente al de privatizacin. Llegados a este punto, cabe decir que otra palabra aparentemente anticuada es soberana. Soberana para qu, dentro de la Gran Aldea, preguntan muchos. Finalmente, es imposible olvidar que en la Venezuela petrolera el Estado contina siendo el principal receptor y distribuidor de rentas y que, por tanto, su intervencin en todos los rdenes debe continuar siendo muy fuerte durante mucho tiempo, as sea para allanar el camino a la empresa privada, en la esperanza de que ella, junto con la poblacin participante, cumpla mejor que l sus obligaciones sociales. Evidentemente, estos cinco problemas no agotan la larga lista de los que pudieran ser planteados al respecto, pero s permiten fundamentar un mensaje a quienes intenten planicar en la Vene zuela de hoy: aparentemente, no existe escapatoria a la necesidad de insertarse en la sociedad global para poder subsistir como pas y como individuos. Para que esa insercin sea lo menos traumtica posible y redunde nalmente en bienestar para todos,

  • El contexto 33

    es preciso que exista mucha ms reexin crtica y menos aferramiento a recetas peligrosamente simplistas y mal digeridas. En suma, es preciso aceptar, contra el dicho popular, que no todo tiempo pasa do fue mejor, pero tambin aceptar que no todo lo que brilla es oro. Creemos que la planicacin estratgica puede y debe ser un importante instrumento para esa reexin y la ulterior propuesta de caminos a seguir.

    1.6 UNA NUEVA PLANIFICACIN PARA UN NUEVO MUNDO

    Los zapatos nuevos casi siempre aprietan y en conuco viejo siempre hay batatas.47

    En el resto del libro se analizarn con mayor detalle las caractersticas de la planicacin emergente; en el presente sub captulo bastar con sealar sumariamente su respuesta como mtodo al mundo complejo, incierto, turbulento y conictivo en el que ahora se inserta y como ste le dene nuevos contenidos. Frente a la complejidad, la planicacin emergente debe a nar el sentido sistmico de las realidades y la capacidad para dis cernir lo relevante. Para navegar en la turbulencia, acelerar su ritmo y ser mucho ms elstica. Para enfrentar la incertidumbre, ser continua y contar con una gran capacidad para mirar el futuro de forma tal que le ilumine el presente. Y para no naufragar en el conicto, traspasar el lmite que la ha separado durante tanto tiempo de la gestin, introduciendo en lugar privilegiado las va riables socio-polticas y aprendiendo a negociar. Este proceso de adaptacin implica, entre otras cosas, cambios drsticos a nivel de tcnicas concretas de trabajo, las que respon deran ahora a dos caractersticas bsicas: primero, su sencillez, que es distinta a simplismo, para poder ser rpidas, elsticas y comprensibles; y, segundo, la aceptacin de valoraciones cua litativas de aquellos aspectos importantes no cuanti cables, ter minando de una vez por todas con la nefasta prctica segn la cual slo se incluyen en los anlisis las variables que s se pueden cuan ticar, as no sean las ms relevantes, rechazando aquellas que no pueden serlo, pese a ser las ms relevantes. En cuanto a los contenidos, el cambio es de alcances abismales como ya se ha visto: del mirar hacia adentro al mirar hacia afuera, del nacionalismo

    47 Annimo popular.

  • 34 Planicacin: herramientas para enfrentar la complejidad, la incertidumbre y el conicto

    a la globalizacin, del Estado interventor al Estado facilitador y del pater-nalismo a la participacin ciudadana. El conocimiento de estos contenidos es todava incipiente, razn por la cual no estn claras ni las categoras pertinentes de anlisis, ni la forma de cuanticar o calicar las variables correspondientes, ni la forma como stas se relacionan entre s. En suma, hay por delante un muy arduo camino de investigacin y de generacin de informacin capaz de servir de apoyo a la nueva planicacin.

  • CAPTULO IILA SOCIEDAD Y EL DESARROLLO

    Tercer pescador: Maestro, deseara saber cmo pueden vivir los peces en el mar. Primer pescador: como los hombres en la tierra, los grandes se comen a los pequeos.48

    La sociedad y el desarrollo constituyen simultneamente los dos grandes sujetos y objetos de la planicacin. Es la sociedad total o un segmento pblico o privado de ella, la que planica para alcanzar sus objetivos globales, sectoriales o territoriales, directamente o mediante algn ente especializado que la representa legtimamente o que se atribuye por la fuerza esa representacin. Por lo tanto, no es posible planicar sin tener, al menos, un conjunto de nociones bsicas sobre cmo funciona y evoluciona la sociedad y sobre lo que es el desarrollo y cmo se genera. El pro psito de este captulo consiste, precisamente, en ofrecer ese con junto mnimo de nociones, dentro de las estrechas limitaciones del presente trabajo.

    2.1 LA SOCIEDAD

    2.1.1 Introito

    Se intenta ofrecer aqu una visin de las diferentes corrientes socio lgicas que han tratado de explicar qu es, cmo es y por qu evoluciona la sociedad, con el propsito de contribuir a la solucin de problemas recurrentes en el

    48 Shakespeare, William en Pericles.

  • 36 Planicacin: herramientas para enfrentar la complejidad, la incertidumbre y el conicto

    ocio del planicador estratgico: dividir la realidad planicada en partes manejables, detectar las relaciones que existen entre ellas e intentar prever qu ocurrira como respuesta a las acciones tomadas. Pretender la originalidad en semejante propsito no pasara de ser una broma de mal gusto por lo vasto, difcil, heterogneo y disperso del tema. Como planicador proveniente ms de la pra xis que de la teora, nos hemos tropezado reiteradamente con la necesidad no slo de marcos conceptuales generales operativiza bles, sino de canteras para la adopcin de categoras analticas en situaciones extremadamente dismiles. Es en ese sentido, en el de cantera y caja de herramientas, que nos arriesgamos a abordar esta te