caramanchos - nº 9 (2008)

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Revista cultural del Grupo de Promoción del Folklore Extremeño CARAMANCHO de Don Benito (Badajoz)

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Page 1: CARAMANCHOS - Nº 9 (2008)
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SUMARIO

sum

ario

01.- PRESENTACIÓN.

02.- DEDICATORIA.

Mención especial al Hno. Fernando Acedo y José Antonio Gutiérrez.

03.- LA VIDA DE CARAMANCHO.

MEMORIA DE ACTIVIDADES. Autor: Caramancho.

ARTÍCULOS DE PRENSA. Autor: Pedro García.

PARTITURAS Y CANCIONES.Autor: Raquel Valadés.

QUE HABLEN LOS NIÑOS. Autores: Niños del Grupo Infantil.

MUCHO POR DECIR. Autor: Dolores Viñegla.

SEMBLANZA A LA MADRE. Autor: Mª Josefa González.

NUESTRAS VIVENCIAS EN EL GRUPO. Autor: Pilar Gómez .

EL 2008 EN IMÁGENES. Autor: Caramancho.

04.- INVESTIGACIÓN DE FOLKLORE.

INDUMENTARIA TRADICIONAL.Autor: Libro Ruth Matilda Anderson.

NUESTRO FOLKLORE. Autor: José Larrey.

05.- OFICIOS ANTIGUOS.

NOBLE OFICIO. LA HERRERÍA (IV). Autor: Agustín Aparicio.

06.- GASTRONOMÍA TRADICIONAL.

LIBRO DE COCINA. Autor: Eduardo Gómez.

RONDAS DEL VINO. Autor: Inés Gibaja.

CONFRONCIOS III. Autor: Guillermo Paniagua.

EL PUCHERO DE BARRO Y EL CAFÉ. Autor: Lorenzo Medel.

07.- RETAZOS DE EXTREMADURA

PREGONERO EN MÓSTOLES. Autor: José Antonio Gutiérrez.

SOBRE AQUELLA TALAVERILLA A TI, CARAMANCHO. Autor: José Lemús.

HOGAR EXTREMEÑO DE MÓSTOLES. Autor: Emilio Méndez.

FIESTAS DE INTERÉS TURÍSTICO REGIONAL (III). Autor: Raquel Valadés.

08.- ARTICULOS VARIOS

AGRADECIMIENTO. Autor: Emilio Bravo.

LA COSTUMBRE DE VIVIR... . Autor: Mª José Fernández.

EL LIBRILLO DE LA JAMBRE. Autor: Diego Soto.

DE SUS PRIMEROS POEMAS… A LA ACTUALIDAD. Autor: Santiago Castelo.

¿QUÉ PASARÍA?. Autor: Tomás Chiscano.

CARTA AL HIJO DE JUANLU. Autor: Eduardo Viera.

VIDA DEL HNO. FERNANDO ACEDO. 1ª Parte. Autor: Alberto Acedo.

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PRESENTACIÓN

Pre

sent

ació

nDEDICATORIA

Ded

icat

oria

Para saber de nosotros

A dos amigos del grupo

Un año más ve la luz nuestra revista y vuestra revista “Caramanchos”, esta revista que dentro de las actividades que el Grupo desarrolla durante el año, es una de la que nos sentimos más orgullosos, porque es cierto

que, lo que se escribe es lo que queda, y todas estas revistas resistirán el paso del tiempo y siempre habrá constancia de ellas.

Lo que comenzó siendo una idea, se va convirtiendo año tras año en una realidad, una realidad que intenta-mos superar en cada número, en cada publicación.

Son diez números de la Revista en la calle, cada núme-ro con un montón de artículos, fotos y peculiaridades, cada una de ellas, llenas de mucho trabajo por parte de todos los que la hacemos posible, y cada año intentan-do, a través de ella, acercaros nuestra historia, las histo-

rias del Grupo “Caramancho” a todas las personas que les gusta saber sobre nosotros, y sobre nuestro caminar durante el año.

Siempre hemos pretendido que esta publicación sea muy cercana al pueblo y amena para el lector, y creemos que lo conseguimos.

Es una revista del Grupo “Caramancho” para el pue-blo, para leerla y comentarla.

Esperamos, desde el grupo, no defraudar a nadie con nuestro número 9 de la revista “Caramanchos” y que disfruten con su lectura.

Gracias a los articulistas y a las casas colaboradoras que son parte activa en esta publicación.

El grupo “Caraman-cho” lleva ya algunos años dedicando esta revista a alguna per-sona que de una u otra forma está cer-

cana a nuestra asociación. Este año, se han dado una serie de circuns-tancias que han hecho decantarnos por dedicar este número a dos ami-gos que, desde hace tiempo, vienen colaborando con la revista a través de sus artículos. Ellos son:

José Antonio Gutiérrez Ortiz, colaborador incansable tanto de nuestra asociación como de otras

muchas de Don Benito.Considerado por todos una gran persona y amigo que, después de este año, nada fácil ni para él ni para su familia, se merecía este pequeño pero merecido reconocimiento del Grupo Caramancho.

Otra persona a la que también queremos agradecer y dedicar estapublicación es al Hermano Fernan-do Acedo, por desgracia él nos dejó este año y, físicamente no está con nosotros pero, allá donde esté pen-sará “yo esto no me lo merecía”.

Persona sencilla donde las haya,

preocupado siempre de ayudar a los más necesitados, su labor en las mi-siones lo dice todo de él. A los dos GRACIAS.

Por ello, nada mejor que algunos familiares para acercarnos a sus vi-das y obras en sendos artículos.

En el primer caso, son los hijos de José A. Gutiérrez los que escriben acerca de su padre y, en el segundo, un sobrino del Hermano Fernando Acedo, compañero del Grupo Ca-ramancho, grandes conocedores de sus trayectorias y gracias a los cuales vamos a adentrarnos en sus vidas.

Hablar de nuestro padre

Hablar de nuestro padre representa un importante desafío, no queremos que-darnos en un simple relato de su ya ex-tenso periplo vital con el fin de ensalzar su figura, nos gustaría poder expresar el amor y agradecimiento que le tenemos.

Nos sentimos muy afortunados de haber tenido unos padres como José Antonio y Aurita que nos han enseñado a saber vivir en libertad y respeto a los demás. Las puertas de nuestra casa siempre han estado abiertas a la familia, a los amigos y todo aquel que lo ha necesitado.

José Antonio Gutiérrez Ortiz nació el 15 de abril de 1933 en la localidad extremeña de Don Benito. Su padre, Daniel Gu-tiérrez, militar de profesión era el cabeza de familia de un ho-gar compuesto por el matrimonio y nueve hijos. La profesión de su padre le llevó a vivir en Ávila en su época de juventud, pasando esta localidad y lo que ella representa a formar parte de sus principales pasiones.

Practicante en Medicina de profesión y vocación ejerció en Don Benito, así como, en Valverde de Mérida y Torremejías. El pueblo de Torremejías es quizás una de esas partes de la geografía extremeña que está más apegada a su alma. Todos nosotros le hemos escuchado narrar diversas peripecias de la vida cotidiana de ese municipio que tan intensamente le hicieron disfrutar de su estancia allí.

Como muchos extremeños en la década de los sesenta emi-gró a Cataluña para procurar un mayor bienestar a su fami-lia. No sólo consiguió su objetivo de prosperidad, sino que descubrió una tierra que le acogió a él y a toda su familia con los brazos abiertos; una tierra generosa llena de gente encan-tadora, donde ha dejado muchos amigos. Su etapa catalana termina a mediados de los setenta con una nueva vuelta a

Don Benito. La llamada de la familia y nuevas opciones pro-fesionales motivan ese retorno.

Nuevamente en Don Benito se integra plenamente en una sociedad que está empezando a desperezarse del letargo de años de hastío y abandono. Si hubiera que resaltar alguna de las actividades sociales sería conveniente hablar de su par-ticipación en la creación de la comisión de festejos de San Gregorio de la parroquia de Santa María, regida por los her-manos Juan y Emilio Bravo. Siendo presidente consiguió integrar a un nutrido número de miembros de la comisión utilizando grandes dotes de psicología popular, pasando to-dos los componentes a formar un grupo de amigos. De su pertenencia a este colectivo ha perdurado en el tiempo la creación de unos versillos que tienen un gran predicamen-to entre sus convecinos, conocidos como “la semblanza del choto” que un año tras otro va glosando lo más reseñable de la actualidad y sirven para promocionar un sorteo que reali-za la comisión de festejos.

Su pasión por los libros y la escritura le ha llevado a escribir gran cantidad de artículos en diferentes revistas y publica-ciones periódicas de la región, así como la edición de varios libros, que sin ser unos bestseller han gozado de una gran acogida popular. Pero quizás lo más importante de esta pa-sión por las letras hayan sido las amistades que ha tenido en el entorno literario extremeño. Permítannos que citemos en primer lugar de la lista al escritor granjeño de pura cepa, Lo-renzo Medel Romero, por la gran amistad que le profesamos en nuestra familia, lista que sería interminable pero que no nos resistimos a nombrar a algunos de ellos, como Tomás Chiscano, José Miguel Santiago Castelo, José María Iglesias, Alejandro García Galán y un largo etcétera que sabrán dis-culparnos su no alusión. Su actividad como escritor también ha permitido que sea citado por no pocos profesores uni-versitarios en diversos trabajos de investigación. Entre todas ellas queremos destacar dos referencias: una por la cercanía y otra por lo que representa la reseña. Así nos encontramos múltiples citas en la obra “Léxico diferencial de Don Benito” del insigne dombenitense Manuel Casado Velarde, profesor de la Universidad de Navarra. El profesor de la Universidad de Alcalá de Henares, José Manuel Pedrosa, en su artículo “La canción tradicional en el siglo XVIII y los inicios de la recolección folclórica en España” en la Revista Culturas Po-pulares hace referencia a la Oración de San Onofre que dice: “Para que nunca me falte qué comer, / qué beber, qué vestir, / qué dinero que gastar, / qué casa donde vivir...” que apare-ce en su libro “Breve recopilación de modismos, decideros y coplillas populares”; oración que tanto gustaba a nuestra abuela.

Por último queremos felicitar de corazón al grupo Cara-mancho por el reconocimiento que hace a nuestro padre. Hacemos nuestro el dicho de: “es de bien nacidos ser agrade-cidos”. Las personas que forman y sostienen el grupo con un gran esfuerzo personal saben que José Antonio siempre ha estado y estará dispuesto a colaborar con ellos.

Sus hijos.

Grupo de Promoción del Folklore Extremeño “Caramancho”.

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Hijos de José Antonio Gutiérrez

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DEDICATORIA4

dedi

cato

riaAl hermano Acedo por suerte y por desgracia

Una vez más quere-mos dedicar nues-tro trabajo a una persona quizás no conocida por mu-chos, pero lo sufi-

cientemente importante para nosotros, como para ser merecedor de ello. Él es Fernando Acedo. Bueno pues en esta ocasión, por suer-te y por desgracia, me ha tocado a mí escribir estas palabras. Digo por suerte, porque he tenido mucha al poder co-nocer a un hombre tan humilde, tan vacío de todo aquello que puede darse y tan lleno de todas esas cosas buenas que no pueden verse, solo sentirse; de quien me siento enormemente orgu-lloso de ser familia. También digo por desgracia, porque nunca me hubiera gustado escribirlas así, sin que pudie-ras estar aquí, leyéndolas, pero esta vez has debido irte de nuevo, así de repen-te, como siempre, sin despedirnos, sin poder contarte tantas cosas, ni poder seguir escuchando tus historias, tus en-señanzas… Todas esas curiosidades de esa gente, y ese pueblo que por no tener nada, te enamoró, te hizo querer tener allí tu hogar, porque allí, construíais fa-milias, futuros, vidas, sueños… Todas esas cosas que a nosotros, los tuyos y particularmente a mi, nos en-cantaba conocer a través de tus pala-bras. Esas costumbres que cada año me enviabas en forma de cartas, artícu-los… que de alguna forma no sólo ser-vían para darlas a conocer a todos des-de aquí, sino para estar más cerca de ti, porque aún hoy, extraño tener que bus-car la forma de poder ponerme en con-tacto contigo para recibirlas. Y, ¿sabes?, siempre me hubiera gustado poder fir-mar alguna junto a ti, más que hacerlo en tu nombre, como en esta oca-

sión, porque si este año nuestra revista está vacía de tus costumbres sidamos, estará más llena de ti, de un hombre del que todos deberíamos aprender y cuya obra, deseo que no quede nunca en un mero recuerdo sino que siempre sirva para dar buenos frutos. Podría terminar diciendo GRACIAS por todo, porque no sólo has sido un gran misionero sino también un gran maestro en la vida, de hecho, así termi-naba, pero hace unos días leí unas pala-bras que en tu funeral usó el provincial de Etiopía P. Tesfaye Tadesse Ghebresi-lasie, a través de las cuales, describía tu vida y son tan ciertas que las he tomado prestadas para terminar estas líneas, pues son las mismas, con que te describi-ría cualquier per-sona de las que te conocemos: ORACIÓN, junto a tu Fe, marcaron tu vida. TRABAJO, por-que la palabra cansado no la co-noces. SIMPLICIDAD, en el comer, vestir y vivir. T R A N SPA R E N -CIA, al decir siempre lo que pensabas, al actuar como predica-bas; al mostrarte tal cuál eras. GENEROSIDAD, dispuesto in-cluso a

multiplicarte para poder ayudar al que así te lo pedía. ALEGRIA, la propia de quien es feliz y se siente satisfecho con su vida. AMISTAD porque tu respeto, afectuo-sidad y calidez hacia todos hacían que te rodearas de amigos allá donde fueras. LIBROS, pues siempre te apasionó leer hasta que un día para suerte de todos, también comenzaste a escribir.

Alberto Acedo Calderón

La vida deCARAMANCHO

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LA VIDA DE CARAMANCHO MEMORIA DE ACTIVIDADES LA VIDA DE CARAMANCHO MEMORIA DE ACTIVIDADES6 7

Act

ivida

des

’08 Memoria de actividades ‘08

Es difícil resumir en estas líneas la vida del gru-po durante este último año porque el trabajo de un año no son sólo las actuaciones y los viajes, son ensayos, reuniones y muchas horas de dedicación al grupo y al folklore extreme-ño, pero intentaremos hacerles partícipes con

estas líneas de nuestra labor: Comenzamos el día 1 de diciembre con la presentación del número 8 de la Revista “Caramanchos”. Una presentación en la que cabe destacar su emotividad porque conseguimos

reunir a un buen número de antiguos componentes, que quisieron sumarse al homenaje que el Grupo quiso hacer a nuestro compañero fallecido “Juan Luís Muñoz Moreno” al que iba dedicado ese número de la revista.

A mediados de diciembre el Grupo Juvenil e Infantil acom-pañados por la rondalla, participaron en la muestra de villan-cicos que, por estas fechas, organiza la Asociación de Amigos de la Cultura Extremeña.

El villancico presentado por el Grupo, llamó mucho la aten-ción por su originalidad y coreografía, ya que por primera vez los niños y niñas de nuestras categorías inferiores cam-biaron los trajes de folklore por una pajarita, un bastón y un bombín.

Pasaron algunos días y llegaban las navidades. Estas fechas tan entrañables y en las que el Grupo “Caramancho” visita

siempre distintos centros de la tercera edad de nuestra loca-lidad y alrededores. Este año, el Grupo Titular y el Grupo Ju-venil, fuimos al asilo “Madre Teresa de Jornet” de Don Beni-to y compartimos una tarde con los abuelos y con las monjas, intentando alegrar, con nuestros bailes y nuestra música, esas fechas. Más tarde, llegó la hora de los buenos ratos, en los que todos los componentes del grupo disfrutamos de una Cena de Navidad y de todo lo que vino detrás, para despedir el año y hacer un pequeño parón durante las fiestas navideñas.

Entrando ya en el nuevo año, el día 13 de febrero, se desa-rrollaba en el Instituto de Educación Secundaria “José Man-zano” de Don Benito, un intercambio hispano-francés de es-tudiantes y allí que nos fuimos con el Grupo Juvenil a realizar una muestra de nuestro folklore a todos los allí presentes.

El 16 de febrero se llevó a cabo la Asamblea Extraordinaria y Ordinaria de la Federación Extremeña de Folklore, en las Instalaciones del Pabellón Banesto en Zafra.

El 1 y 2 de marzo nos desplazamos a Miajadas para par-ticipar en las Jornadas de Coordinación de Folklore, que organiza dos veces al año nuestra Federación Extremeña de Folklore, y en la que se pretende unificar jotas, músicas y danzas, y la verdad, se pasa un buen fin de semana, bailando o tocando y a la vez conviviendo con gente de los grupos de toda Extremadura y, también, de fuera de ella, ya que hay grupos federados de Casas de Extremadura, pertenecientes a otras Comunidades Autónomas.

El día 8 de marzo el grupo hizo su Asamblea Ordinaria y Extraordina-ria, donde se deciden los cargos y se contrastan opiniones entre unos y otros componentes del Grupo.

El día 5 de abril nos desplazamos a Almoharín. Después de varios años sin hacerse convivencia, la Federación Extremeña de Folklore, decidió que era hora de retomar esta actividad. ¡Que día de Folklore! Todos los Grupos bailando, cantando, tocando y conviviendo, que es el objetivo que se pretendía por parte de la Organización. También hay que decir, que se homenajeó a varios grupos que llevaban más de 25 años representando al folklore extremeño. Regresamos a Don Benito al anochecer con muy buen sabor de boca.

Caminando, caminando, llegó el día 26 de abril. Se nos casó otro com-ponente, nuestro actual vicepresidente, Pedro Quirós, que lleva en el Grupo un buen puñado de años, con Mª Luisa, componente del Gru-po de Folklore “Barbuquejo” de Cabeza del Buey. ¡Qué verdad es que el folklore une! Y si no que se lo pregunten a ellos.

Recordamos a Pedro de pequeño en el grupo con su mochila llena de “Bollycaos” y “gomitas” para ir a los viajes. ¡Que buen amigo y que gran persona! Su boda fue como casi todas las de los componentes que se ca-san. El día antes se lleva a cabo “la Serenata” por parte de los componentes del Grupo. Al día siguiente, en la ceremonia se les canta la Misa Extre-meña, y después, ¡fiesta y convivencia entre todos, hasta que el cuerpo aguante!

El día 3 de mayo, celebramos, por la mañana, una Misa Extremeña en la Iglesia de Santiago. Por la tarde, celebramos el Festival en honor al Día de la Madre en el Teatro Imperial de Don Benito. Dicho festival, venimos ce-lebrándolo cada año en honor a todas las madres, en especial a las madres del Grupo, que son parte importante en el día a día de nuestra asociación. En este festival bailaron todas las categorías de nuestro Grupo, desde los Infantiles hasta los Titulares, pasando por los Juveniles. Este año, la “Sem-blanza a la Madre” corrió a cargo de “Fifi”, reconocida maestra de nuestra ciudad.

El día 4 de mayo volvimos a cantar la Misa Extremeña junto con la Co-ral Dombenitense en la Inauguración de la Ermita de la Piedad, situada en el barrio que lleva el mismo nombre. En dicho acto estuvieron presen-tes diversas autoridades y el Sr. Obispo de Plasencia.

Los días 16, 17 y 18 de mayo, nos desplazamos a la localidad murcia-na de Alcantarilla, para participar en su Festival Internacional, junto a Grupos de Granada, Madrid, Portugal, y el Grupo Local de Alcantarilla. Como anécdota del viaje, hay que decir que debido a la lluvia, el Festival tuvo que ser suspendido. Dado que el Grupo ya se encontraba vestido con la indumentaria tradicional y que nos desplazamos a un pabellón polideportivo para cenar, el Grupo decidió, por unanimidad, bailar para el resto de grupos allí presentes, terminando todos bailando, represen-

tando una muestra de cada folklore. Este detalle fue reconocido por la Organización del Festival.

El día 7 de junio, era el turno de nuestros “pequeñines”, el Grupo Infan-til, junto con la Rondalla, se desplazó a Sierra de Fuentes para participar en el Festival Infantil “Ángela Capdevielle” que organiza anualmente la Federación Extremeña de Folklore. El fin de este festival es incentivar a los pequeños para que en un futuro sigan luchando por nuestras costum-bres y tradiciones.

Siguiendo con el Grupo Infantil, el día 14 de junio, se celebró la Clausura

El grupo visita siempre

distintos centros de la

Tercera Edad.

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LA VIDA DE CARAMANCHO MEMORIA DE ACTIVIDADES LA VIDA DE CARAMANCHO MEMORIA DE ACTIVIDADES8 9

de las Escuelas de Folklore en las Escuelas del Ave María. Allí, los niños y niñas, mostraron el trabajo realizado durante este año. Para clausu-rar el acto participó también el Grupo Juvenil. Cabe destacar que todo el acto estuvo acom-pañado por la participación de la Rondalla del Grupo Titular.

Con motivo de las actuaciones en la Unidades Móviles de la Junta de Extremadura, el Grupo se desplazó, el día 20 de junio a Castilblanco, el 21 a Fuenlabrada de los Montes y el 25 de este mismo mes, a Villarta de los Montes. En las tres actuaciones, de una hora de duración cada una, hicimos un recorrido por la Baja y Alta Extre-madura, todas ellas acompañadas por el Grupo Juvenil.

Los días 4, 5 y 6 de julio, nos toca la hora de viajar un poco más lejos, nos desplazamos fuera de nuestra comunidad, hasta la costa alicantina, a Xávea, para participar en un Festival Nacio-nal. De este festival, cabe destacar que nuestro folklore y nuestro vestuario gustó mucho en-tre el público asistente. En este viaje, el Grupo aprovechó el tiempo libre visitando las bonitas playas de la zona, y por qué no decirlo, darnos un “chapuzón”. Finalmente, regresamos a Don Benito, bien entrada la noche del domingo día 6 de julio.

El día 22 de julio con motivo de la Festivi-dad de Santiago Apóstol, y coincidiendo con las fiestas de dicho barrio, se llevó a cabo el Tercer Festival Juvenil. El Grupo “Caramancho” actuó con los Grupos “Nuestra Señora de la Soledad” de Aceuchal y “Las Limas” de Cañaveral. El día 26 de julio, el Grupo Juvenil visitó a

nuestros mayores en la Residencia “Santa Tere-sa de Jornet”, con motivo del “Día del Abuelo”. Estas actuaciones son de las más entrañables que hacemos durante el año. Ese mismo día, por la tarde, volvimos a cantar la Misa Extre-meña, esta vez en la Ermita de la Virgen de las Cruces.

En los tres primeros días del mes de agosto, nos marchamos a tierras malagueñas, más con-cretamente, a Frigiliana, un bonito pueblo de montaña, con sus calles empinadas, sus pare-des blancas y sus innumerables macetas. Como dato curioso de este viaje, tenemos que decir que a nuestra llegada, nos recibieron las autori-dades junto con la Banda de Música. La noche del día 2 tuvo lugar el Festival Nacional, en el que compartimos escenario con los grupos de Frigiliana y Nerja. El día 3, pasamos parte del día en Torrox, antes de volver a Don Benito.

Es importante recordar que este tipo de fes-tival, aparte de poder mostrar nuestro folklore en otras comunidades, sirve para hacer muy buenos amigos.

Con motivo de la “Semana Cultural”, el día 6 de agosto, visitamos la localidad de Oliva de Mérida, junto con el Grupo Juvenil de Cara-mancho.

Caminando, caminando, llegamos a nuestros festivales. El día 8 de agosto tuvo lugar en la Pla-za de España de Don Benito, el Festival Inter-nacional de los Pueblos del Mundo. En dicho festival participaron los grupos “Istra” de Rusia, “African Tumbas” de Kenia, y “Caramancho” representando a España. De este Festival, nos gustaría destacar la actuación del Grupo Kenia-

ta por su fuerza y originalidad sobre del escenario.

El día 9 de agosto, de nuevo Don Benito vistió sus mejores galas para recibir el X Festival Nacional de Folklore “Ciudad de Don Benito”. En esta ocasión nos visitaron el “Grupo de Danzas Portitxol” de Xávea (Alicante) y el Grupo Municipal de Coros y Danzas de Frigiliana (Málaga), devol-viendo así la visita que “Caramancho” les hizo en su día.

Ambos festivales congregaron una gran afluencia de público, dejando un buen sabor de boca entre los dombenitenses.

Sin tiempo para descansar, de lo que supone la organización de dos Fes-tivales Folklóricos, el día 10 de agosto tenía lugar en Aceuchal, el Primer Festival de Folklore Infantil-Juvenil de Aceuchal. En este festival participó nuestra Asociación Juvenil, junto con la Rondalla del Grupo Titular, que siempre acompaña a las categorías inferiores de nuestra Asociación.

Siguiendo, y sin descanso, el día 11 del mismo mes, el Grupo Titular “Caramancho” se fue hasta la cercana población de La Haba, para parti-cipar en una actuación en la Casa de la Cultura de esta localidad, junto al Grupo Infantil, que hicieron las delicias del público asistente.

El 30 de agosto, el Grupo participó en una Misa Extremeña en la Iglesia de Santiago de Don Benito.

El día 27 de septiembre, “Caramancho” organizó una Caldereta en la que participaron todas las categorías que componen el Grupo. Este acon-tecimiento tuvo lugar en la Finca Doña Blanca de Don Benito. Allí pudi-mos disfrutar de un gran ambiente, en el que tanto niños como juveniles, disfrutaron de juegos tradicionales como: carreras de sacos, juego del pa-ñuelo, el juego de la cuerda, karaoke, etc. con su respectiva recompensa, para los ganadores. Por otra parte, el grupo titular disfrutó, tanto o más que los niños, participando también en todos estos juegos. Hay que decir, que este día de campo se celebró para recompensar el gran esfuerzo desa-rrollado por el Grupo entero durante todo el año.

Ya en el mes de octubre, concretamente los días 4 y 5, se celebró en Don Benito la “VI Feria de Asociaciones”, participando en ella un total de 46 Asociaciones de nuestra localidad. El objetivo de esta feria es dar a cono-cer al público, el trabajo y las actividades que cada asociación desempeña durante el año. Dentro de las actividades desarrolladas en esta Feria, el Grupo mostró su folklore el Domingo, día 5 de octubre, con la actuación del Grupo Infantil.

A pesar de la Feria de Asociaciones, el Grupo no puede descuidar sus compromisos, por lo que el sábado día 4 de octubre “Caramancho” cantó una Misa Extremeña en la Iglesia de Santa María, con motivo de un en-lace matrimonial.

El día 10 de octubre el Grupo Infantil de “Caramancho” se desplazó hasta la localidad de Huertas de Ánimas para participar en el Festival In-

fantil organizado en dicha localidad con motivo de sus fiestas. En este Festival participaron también los Grupos de Sierra de Fuentes y Huertas de Ánimas. Tras la actuación regresamos a casa, llegando a Don Benito a la una de la madrugada.

El día 11 de octubre llegó el día de bailar a Nuestra Patrona, la Virgen de las Cruces, día muy especial para nuestro grupo, ya que supone un homenaje a su fundación.

Antes de la actuación, tuvimos el honor de cantar la Misa Extremeña en la última Novena que se celebraba, antes de acompañar a la Virgen a su Ermita. Finalizada la Novena, ya fuera de la Iglesia, pudimos bailarle y tocarle, a Nuestra Patrona, todas la categorías del Grupo.

Ya, para cerrar la Memoria de Actividades de este año, mencionar la participación nuevamente de componentes de nuestra asociación en las segundas Jornadas de Coordinación de Baile de la Federación Extremeña de Folklore celebradas en Miajadas, así como la asistencia a un Seminario de Folklore en el cual se trataron temas de actualidad entre las asocia-ciones que nos dedicamos a mantener vivo el legado de nuestro pueblo, celebradas en Trujillo.

Todas estas cosas junto con alguna cosilla más que ya les contaremos en la próxima revista son las que hacen que Caramancho sea una de las asociaciones con más actividad dentro del panorama del asociacionismo en nuestro pueblo.

Grupo de Promoción del

Folklore Extremeño “Caramancho”.

El día 8 de agosto tuvo lugar el

Festival de los Pueblos del

Mundo.

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LA VIDA DE CARAMANCHO. ARTICULOS DE PRENSALA VIDA DE CARAMANCHO ARTICULOS DE PRENSA10 11

Pre

nsa Artículos de prensa ‘08

Diario Hoy. 01/12/07 Semanario Vegas Altas. 09/05/08 Diario Hoy. 08/08/08

Diario Hoy. 27/07/08

Diario Hoy.es 18/06/08

Diario Hoy. 05/05/08

Diario Hoy. 17/05/08

Diario Hoy. 02/05/08

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LA VIDA DE CARAMANCHO ARTICULOS DE PRENSA12

Diario Hoy. 13/08/08

Diario Hoy. 05/10/08

Diario Hoy. 28/09/08

Diario El Periódico Extremadura. 06/08/08

LA VIDA DE CARAMANCHO PARTITURAS Y CANCIONES 13

En c

lave

de

sol

Partituras y canciones

De sobra es cono-cida que si no el más, uno de

los más conocidos cánticos de nuestro repertorio es el dedicado a Ntra. Patrona, “las Hilanderas”, por ello fue una de las primeras que presentamos en nuestra re-vista, pero su letra, en una ocasión fue modificada, y seguramente al leerla en las próximas líneas, también les resultará familiar pues es la que suena cada año en la fecha más importante de nuestra localidad. Su autor, Ramón Gallego, tuvo un motivo para hacer esto, el cual, él mismo relata:

<<Al Grupo local de folklore de Don Benito “CARAMANCHOS”, se le presentaba la oportunidad de honrar a nuestra Stma. Virgen de las Cruces, can-tando y bailando ante Ella al término de su novena en el pórtico principal de la Igle-sia de Santiago, después de cantarle la Salve. Un honor para todos sus componentes. Casi de obligado cumplimiento, era ofrecerle en primer lugar la jota de Las Hilanderas, como así se hace, coincida también en el ámbito del folklore regional como la jota de la Virgen de las Cruces.

Es cierto, algunas de sus estrofas dejan entrever el gracejo y la picaresca del pueblo sencillo y llano que, sin ser irrele-vantes sus letras, hay que reconocer no son las más idóneas para tan relevante momento del evento. Todos más o menos recordamos algunas de sus estrofas: “Anda y vete casada con tu marido y si no te quisiera vente conmigo…”; “ A la mar tiré

Jota de las Hilanderas ode la Virgen de las Cruces

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LA VIDA DE CARAMANCHO PARTITURAS Y CANCIONES LA VIDA DE CARAMANCHO PARTITURAS Y CANCIONES

Jota de la Zarza

14 15

De la pequeña localidad pacense de La Zarza, cercana al pantano de Alange, proviene una de las más hermosas jotas de nuestra comunidad, cuya letra narra la rutina de trabajo de aquellos que iban a la mina de la tierra blanquera, a sacar la cal morena.

Subiendo la cuesta de la carretera, que atraviesa el arroyo de la calera, me acerco a mi pueblo porque allí me esperan, }los cariños míos, los que me dingüelan } bis

ESTRIBILLO 1:Porque yo soy de la Zarza, donde nace la tierra Blanca, Tierra blanca, tierra blanca, tierra blanca, cal morena, que sacamos de la mina al lao de la Zapatera. Tierra blanca, tierra blanca, madre la tierra blanquera, más bonita que la Zarza, es nuestra Virgen morera.

Con un par de mulas y unas aguaderas, y con los costales y con las talegas, cargados de tierra, de la tierra tan buena }que es la tierra blanca de la Zapatera } bis

ESTRIBILLO 2:Porque yo soy de la Zarza, donde nace la tierra Blanca, Tierra blanca, tierra blanca, tierra blanca, cal morena, que sacamos de la mina al lao de la Zapatera. Tierra blanca, tierra blanca, madre la tierra blanquera,que blanquea las paredes de las calles y plazuelas.

Desde tempranito en los “miscales”, tomando unas copas al amanecer, los Tierrablanqueros que van por “Juanbueno” }con sus chambras negras y al cuello un pañuelo. } bis

ESTRIBILLO 1

Porque yo soy de la Zarza }donde nace la tierra blanca } bis

un tiro y en la arena cayó, confianza en los hombres nunca la tuve yo…” Había que intentar hacer un cam-bio, que en sus letras ensalzaran con fervor y cariño, cantando y bailando a la Virgen que tanto queremos y a la que tanto pedimos y con fe supli-camos.

Mi gran amigo Joaquín Rodríguez, fundador del Grupo y Director tan-tos años del mismo, me emplazó para que fuera con premura el que pusiera nuevas letras a la música; el tiempo que quedaba era poco. Me opuse, alegando que seguro encon-traba en el pueblo personas prepara-das, que estarían dispuestas, poetas buenos y brillantes. Imposible, él ya había tomado la decisión y los que le conocemos sabemos que a decidido, responsable y trabajador pocos le ganan.

Ahí quedaron las nuevas letras, que en ese momento nos sacaron del paso expuestas con todo cariño a cualquier modificación o sustitu-ción si procede. Una de las prime-ras estrofas (la única) es letra de D. Leopoldo Guzmán, que encaja per-fectamente en la música y me pare-ció un reconocimiento a tan ilustre dombenitense. Es la que dice “Ma-dre excelsa y venerada, madre nues-tra de las Cruces, envuélvenos en las luces, de tu piadosa mirada”.

Cuando en la noche de “la Velá”, la rondalla, los que cantan y bailan, es-cogen algunas de estas letras para su primera jota, en silencio les doy las gracias, a ellos… y a ELLA.>>

Ramón Gallego

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LA VIDA DE CARAMANCHO PARTITURAS Y CANCIONES LA VIDA DE CARAMANCHO QUE HABLEN LOS NIÑOS

El Perantón

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Raquel Valadés Gil

Ahora, en la provincia de Cáceres, recorriendo la tierra de Gabriel y Galán, llegamos a Zarza de Granadilla, origen de esta deliciosa can-ción, de alegre melodía, un Perantón; cuando quise, no quisiste…

Cuando quise no quisiste y ahora que quieres no quiero. Pasa las penas de amores, que yo las pasé primero.

Tú que no tienes ni cama ni ropa }echa una pierna, encima la otra } bis

Ya no estoy como estaba, dueño querido; ya no estoy como estaba,que estoy herido

Que cómo está “usté” pa servir a usté dueño querido. Tantarantán, María, tantarantán, José que la niña tiene un diente que se lo vi yo ayer.

Todas las damas van a las flores con sus amores tú también vas. Cuando las veo me remeneo, me resaleo y un poco más, y un poco más, y un poco más.

*Cuando se acompaña de la danza, toda la canción se repite

Que

hab

len

los

niño

s

Perpetuar la afición

En esta sección pretendemos que los más pequeños de nuestras secciones escriban sus impresiones, anécdotas, curiosida-des, etc., acerca de las actividades que realizan en el Grupo Caramancho, incul-cándoles de esta manera la afición por el

folklore puesto que ellos algún día serán los que deban continuar con este camino de mantener vivas nuestras costumbres.

En esta ocasión, son niños y niñas que integran el grupo Infantil, en el cual ingresan por primera vez o han llegado desde las Escuelas de Baile.

Soy Ana Valadés Moreno y estoy en el Grupo Infantil de Caramancho. Llevo 11 meses y estoy muy contenta por-que nuestra profesora Conchi nos hace hacer muchas cosas y, aunque me canso, es muy buena profesora y la quiero mucho. Espero seguir así con ella y un beso muy fuerte al Grupo Caramancho y sus componentesAna (9 años)

Soy Jose Luís García Gómez y bai-laba en la Escuela del Grupo Ca-ramancho. Hace 11 meses, me pasaron al Grupo Infantil. He hecho nuevos amigos y me lo paso bien. Espero seguir así muchos más años. Besos a todos.Jose Luís (7 años)

Hola, soy Miguel y tengo 8 años, he pasa-do al grupo infantil de Caramancho y me lo he pasado muy bien con mi grupo y la monito-ra Conchi y he ido a bailar a muchos si-tios con ellos.Miguel (8 años)

Hola, soy Ana Palomero. Me gusta más Caramancho porque hacemos más bailes, nos vamos a muchos pue-blos, estoy teniendo más amigos, aprendo bien a tocar las castañuelas, ahora me llevo mejor con la gente, me cae muy bien Conchi, me viene mejor el tiempo y ha-cemos calderetas.Ana ( 10 años)

Hola, soy Beatriz Morcillo Gallego y bueno, os quie-ro contar como he cambiado desde la escuela al grupo infantil de Caramancho, ya que en la escuela siempre hacíamos los mismos bailes y aquí en el grupo infantil aprendemos bailes nuevos, he cambiado mucho, ahora no me asfixio tanto como antes, por lo que estoy muy contenta de estar aquí, bueno hasta aquí llega mi redac-ción. Hasta pronto. Un saludo.Beatríz ( 12 años) Niños del

Grupo Infantil

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LA VIDA DE CARAMANCHO MUCHO POR DECIR18

Muc

ho p

or d

ecir Una Caramancha

Son tantos los sentimientos y recuerdos hacia el folklore, que no sé si en estas pocas líneas seré capaz de expresar todo lo que siento, recuerdos hacia tantas personas, experiencias inolvidables, viajes únicos,...

Era pequeña cuando ya escuchaba la jota del “Palancar” y ésta hacía mover todo mi cuerpo; sólo por la timidez quizá, nunca me atreví.

Tuvieron que pasar 25 años para que naciera el grupo “Cara-mancho” y el destino me llevó a él.

La ilusión que tenía de pe-queña afloró en mí a pesar de “mi edad” y, empezó mi recorrido por el folklore.

Llegó mi primera actua-ción, en Feval, donde me vestí por primera vez con el traje típico, día inolvida-ble donde los haya. Quería transmitir a los demás la emoción y la alegría que yo sentía al subirme al es-cenario.

Pasaron días, muchas ac-tuaciones, y ... ¿quién me iba a decir que pasado un tiempo, mis compañeros depositasen en mí la res-ponsabilidad de llevar el grupo?

Tarea dura tenía por delante (conocer en profundidad a mis compañe-ros, asumir responsabilidad sobre los jóvenes, apren-der de los que sabían los entresijos del mundo del folklore,...). Para que este grupo creciera al nivel que se mere-cía Don Benito y, con ayuda de todos, conseguimos abrir un camino que nos llevó a relacionarnos con muchos grupos de similares inquietudes y, formamos la Federación Extremeña de Folklore.

Nuestro grupo estaba en marcha y llegó un momento en el que era considerado uno de los mejores, reconocido por todos era nuestra calidad instrumental, nuestras voces y cuerpo de baile, de lo cual llegué a sentirme muy orgullosa. Pero no podemos olvidar a todas esas personas que hicieron mucho por el grupo “detrás del telón” (tesorero, colaborado-res,...) que nunca aparecieron ante el escenario pero con gran entrega y trabajo hacia él. Quiero aprovechar también estas líneas para agradecer a tantas y tantas madres la confianza que depositaron en el grupo pero, especialmente en mí.

Siempre llevé a esos chicos/as como los hijos que el destino no me dio pero con gran dedicación, siendo una “madre” y

una gran amiga para ellos.

Y, un día, ante la tranquilidad que vivía el grupo, nos sor-prende la noticia de que una compañera nos deja. Desde ese momento, queda marca-da su ausencia en la vida del grupo. Con el tiempo, diez años más tarde, otro compa-ñero nos abandona y vuelven a nuestros recuerdos duros momentos.

Por tanto, hemos tenido, como en todos los ámbitos de la vida, momentos difíciles, pero que de una u otra forma siempre fueron superados.

Transcurrido el tiempo, y recordando lo pasado, creo que he dado todo al folklore y a mi pueblo, de lo cual me

siento muy satisfecha, por todo lo que aprendí, por todas las personas a las que conocí y por las que siento tanto cariño, y, aún hoy, a pesar de mi edad sigo bailando y escuchando canciones de las que no me canso.

Dolores Viñegla Morcillo

LA VIDA DE CARAMANCHO SEMBLANZA A LA MADRE

Sem

blan

za a

la m

adre

Semblanza a la Madre

Como ya viene siendo tradición en la revista CA-RAMANCHOS, hemos querido incluir la Sem-

blanza a la Madre que se realiza anualmente en nuestro Festival de Folklore del Día de las Madres a cele-brar en Mayo.

En esta ocasión, la en-cargada fue la maestra de gran reconocimiento en nuestra localidad, Dña. Mª Josefa González Silva (Fifi) a la cual agradece-mos enormemente su co-laboración y disposición con nuestro grupo.

SEMBLANZA A LA MADRE

Buenas noches, que-ridas madres, querido Grupo Caramancho, amigos todos.

Quiero comenzar dando las gra-cias a Genari, Directora del Grupo Caramancho, por darme la oportu-nidad de dirigirme a ustedes y po-der expresar con mis pobres pala-bras la semblanza de LA MADRE.

¿Qué es una madre? Esta pre-gunta se la hacía Marcelino Pan y Vino, personaje de la bella historia que lleva su nombre, a los monjes que le recogieron a la puerta de su convento, cuando le abandonaron siendo un bebé.

Desde que el niño descubrió, por su amigo Manuel, que existían las madres, no cesaba de interrogar a todos para que le aclararan qué era una madre.

Más tarde, al encontrarse con Je-

sús, en la figura de Cristo del De-ván, el noño le confesó que él no te-nía madre y enseguida preguntó al Señor: ¿Tú tienes Madre, verdad? Y cuando oyó el SI de Jesús, Marceli-no le dijo ansioso: y… ¿Dónde está? Jesús le respondió dulcemente: con la tuya.

Marcelino, viendo cercana la so-lución de su problema, le suplicó a Dios. Dime: ¿Cómo son las ma-dres? Entonces el Señor le explicó, como Él sabe hacerlo, qué es una madre.

Desde ese día, el niño sólo desea-ba juntarse con su madre.

El final de esta bella historia, es la respuesta que Marcelino da a Jesús cuando el Señor le dice que quiere premiarle por ser un buen niño.

Marcelino le contesta: sólo quiero ver a mi ma-dre y también a la Tuya.

Esta bonita historia nos narra el deseo que todos llevamos dentro: Estar siempre cerca de ese maravilloso ser que nos dio la vida y, además, nos ayudó a crecer como persona, paso a paso, sin prisa y sin pausa, dándo-nos en cada momento lo justo y lo necesario.

MADRE AMOROSA

Sólo la madre amorosa,de sus hijos cuidadosa,yace en vela;

y a su afecto reverentees , de la vida inocente,centinela.¿Qué del hombre sucediera,si a su lado no tuviera,en la infancia,de una madre el dulce anhelo,sus caricias, su consuelo,su constancia?

Rafael Carvajal.

Una madre, nuestras madres, mi madre, son esas personas que han dado sin medida: amor, paciencia,

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Esta bonita historia nos

narra el deseoque todos

llevamos dentro

creo que he dado todo al folklore y a mi pueblo, de lo

que estoy satisfecha

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perdón, desvelo, trabajos,…

Lo han hecho sin afán de protagonismo, en silencio, sin pregonarlo, poniendo en cada gesto, en cada palabra, en cada acción sólo amor, pero AMOR con mayúsculas. Sin esperar nada a cambio, sin reclamar el pago de tanto desvelo, de tanta entrega, de tanto trabajo.

Desde que nacemos y se rompió el cordón umbilical, tendemos a volver a ella como la pelota lanzada al aire que vuelve a su lugar de lanzamiento.

No hay mayor imagen de felicidad que un niño en brazos de su madre.

Cada uno de nosotros sabemos cuántas veces hemos descansado en nuestras ma-dres al contarle un problema, al decirle una angustia, al pedirle un consejo.

Quiero recordar, con especial cariño, a to-das las madres que sufren en el mundo. Es difícil enumerar y llamar por su nombre a cada uno de estos sufrimientos: la enferme-dad o la muerte de un hijo, los problemas vividos por la falta de trabajo, las drogas, el distanciamiento de la casa familiar por distintas ideas o diversos conflictos, el mal-trato físico o psíquico, la soledad, las injus-ticias o diversas explotaciones que muchas mujeres tienen que soportar. Para todas ellas pido comprensión, apoyo y una mano tendida para aliviar sus problemas. Porque estas mujeres llenas de energía, fuerza y va-lor para soportar el sufrimiento, son tam-bién frágiles y vulnerables y el dolor puede romper sus vidas y sus almas en cualquier momento.

Juan Pablo II, en una de sus cartas, de-cía así: A la luz de María, la Iglesia lee en el rostro de la mujer los reflejos de una belleza, que es espejo de los más altos sentimientos, de que es capaz el corazón humano: la entrega total de amor, la fuerza que sabe resistir a los más grandes dolores, la fidelidad sin límites, la laboriosidad infatigable y la capacidad de

conjugar la intuición penetrante con la pala-bra de apoyo y estímulo.

Lo resumía en estos versos Alfredo Espino:

¡Las manos de mi madre saben borrar triste-zas!¡Las manos de mi madre perfuman con ter-neza!

Estos sentimientos maternales empecé a vivirlos cuando comencé a trabajar como maestra. Los niños y las niñas de la escuela fueron mis primeros hijos. Nuestra pro-fesión vivida con entrega y cariño es una maternidad en la que se conjugan senti-mientos de generosidad, paciencia, cariño, responsabilidad, esfuerzo y un largo etcéte-ra que van mezclándose en la tarea diaria de lograr el fruto de enseñar y educar a los alumnos. En ellos vas dejando un poco de ti, como dice una canción:

Te han robado el corazón,los muchachos de la escuela.Ellos pasan, tú te quedas.Algo de ti llevarán…

Si, es verdad, llevan nuestro sello y cuan-do ya los ves hechos hombres y mujeres, adivinas en ellos una parte de tu vida.

Cuando nacieron mis hijos dos estrellas

se encendieron en nuestro firmamento con luz propia y llenas de vida y color.

Ellos son nuestra ilusión, el estímulo para lograr que nuestros sentimientos sigan vi-vos en ellos. Nuestra fuerza para superar dificultades y trabajar por mejorar sus vidas cada día. Nuestra unión para luchar juntos y conseguir lo mejor para ellos.

Quiero terminar leyendo un poema de Gabriel Celaya, como homenaje a todas las madres y proclamar que son ellas las que, con su ejemplo, entrega y coraje, educando a sus hijos, construyen un mundo mejor.

EDUCAR…

Educar es lo mismoque poner motor a una barca…hay que medir, pesar, equilibrar…y poner todo en marcha.Para eso,uno tiene que llevar en el almaun poco de marino…un poco de pirata…un poco de poeta…y un kilo y medio de pacienciaconcentrada.Pero es consolador soñarmientras uno trabaja,que ese barco, ese niñoirá muy lejos por el agua.Soñar que ese navíollevará nuestra carga de palabrashacia puertos distantes,hacia islas lejanas.Soñar que cuando un díaesté durmiendo nuestra propia barca,en barcos nuevos seguiránuestra banderaenarbolada.

Muchas gracias.3 de mayo de 2008.-FIFI

LA VIDA DE CARAMANCHO SEMBLANZA A LA MADRE20

Quiero recordar a todas las madres que sufren en el mundo

Mª Josefa González Silva

LA VIDA DE CARAMANCHO NUESTRAS VIVENCIAS EN EL GRUPO

Nue

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enci

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Primeros pasos

No es fácil entrar en un colectivo donde ya todos se conocen y empezar a establecer nuevas amistades se vuelve de vez en

cuando una tarea bastante dura.

En esta sección, buscamos que algún componente reciente del grupo ofrezca sus impresiones y sus primeros pasos en el mundo del Folklore.

Estimados lectores: Con motivo del nuevo número de la re-vista y como última incorporación, tengo que escribir sobre mis vivencias en este maravilloso grupo que me ha acogido tan bien.

Mi vida siempre ha estado relacionada con el folklore. Hace mucho tiempo, unas amigas y yo decidimos apuntarnos a bai-les regionales, ya en el colegio hacíamos nuestros pinitos. Nos enteramos que en la calle del Pilar había un grupo llamado “Caramancho” que ensayaban varios días a la semana y allí que nos fuimos.

Con el tiempo lo tuve que dejar con todo el ansia de mi corazón, pero así son las co-sas, ellas siguieron, pero cuando

actuaban yo esta-ba allí.

Me casé, tuve 3 hijos, mi hija María em-pezó con 4 añitos en el cole y allí la apunté a bailes, hasta el día de hoy, disfrutaba ver-la bailar con esa sonrisa y gracia, era como si yo estuviera bailando. Luego nació José Luís y siguió los pasos de su hermana, es muy gracioso verle bailar, todo el mundo tiene que ver con él. ¡Cómo gozaba con las actuaciones de mis niños!

Un día en el cole, coincidí con una de esas amigas con las que empezamos en esto de los bailes, y me dijo que ellos en-sayaban los lunes junto con los veteranos que ya no estaban en el grupo, y me ani-mé. Han pasado ya 4 o 5 años de esto, una experiencia muy grata que me recordaba mis tiempos de inicio. No me acordaba de muchos pasos, pero con la ayuda de mis compañeros lo sacamos adelante, ¡ah! Tu-vimos nuestras actuaciones, ¡un éxito!

Una noche después de los ensayos, tenemos nuestra tertulia, y co-me nt and o l a ú l t i m a actua-c i ó n d e C a -r a -

mancho dije a Genari, medio en broma, me voy a apuntar al coro del grupo y me dijo: ¡ah, pues sí, que a ti se te da bien! Me lo pensé, me acerqué y pasé el casting (es broma). La acogida fue buena, aunque ya conocía a casi todos, me sentía un poco fuera de lugar. Llegaron las primeras ac-tuaciones y los nervios no me cabían en el cuerpo, no me salía la voz, pero poco a poco fui tomando confianza y con la ayuda del coro, todo fue saliendo bien. Ha sido un verano inolvidable, viajes de aquí para allá, conociendo lugares y gentes di-versas, compartiendo eso que nos gusta tanto, el folklore.

Uno de mis sueños se ha hecho reali-dad, me siento orgullosa de pertenecer a este grupo, ¡cómo se preocupan, para que cada actuación salga perfecta!, mostrando nuestro folklore por todas partes. Espero seguir disfrutando por mucho tiempo.

Gracias a todos por vuestra acogida y espero aprender mucho más de nuestro folklore.

Gracias especialmente a mi marido por su paciencia y comprensión.

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Pilar Gómez

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LA VIDA DE CARAMANCHO 2008 EN IMÁGENES 22

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ágen

esLA VIDA DE CARAMANCHO 2008 EN IMÁGNES 23

Día de la Madre

Feria Asociaciones Feria Asociaciones

Día de la Madre

Boda Pedro y Mª LuisaBoda Pedro y Mª Luisa

Festival Frigiliana

Festival Jávea Festival Jávea

Festival Jávea

Fuenlabrada de los Montes Fuenlabrada de los Montes

Ensayos Alcantarilla (Murcia)

X Festival Nacional Don Benito X Festival Nacional Don Benito

X Festival Nacional Don Benito

Festival Frigiliana

Festival Frigiliana

Festival Frigiliana

Festival Frigiliana

Aceuchal

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Investigación delFOLKLORE

INVESTIGACIÓN DEL FOLKLORE. INDUMENTARIAS TRADICIONALES 25

Indu

men

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Spanish costume: Extremadura

Desde los primeros números de la re-vista “CARAMAN-CHOS” se ha queri-do ir traduciendo al castellano un libro

que para el folklore extremeño es de suma importancia, Spanish Costume: EXTRE-MADURA. Su autora, Ruth Matilda An-derson (1893 – 1983), fue una fotógrafa contratada por la Hispanic Society of America para reali-zar un estudio de campo acer-ca de las tradiciones de varias regiones españolas.

Así, en 1951 se publica este libro que recoge testimonios importantísimos para la cul-tura tradicional de mediados de siglo, teniendo un inesti-mable valor las fotografías que describen a la perfección los paisajes, costumbres, trabajos, pueblos y, sobre todo, indu-mentaria tradicional de casi toda la geografía extremeña.

Caramancho empezó la traducción de este libro co-menzando por la página 262 (revista Nº 4), en la cual se dedicaba al estudio del traje de ganadero en Don Benito y a partir de esa página se siguió con la traducción hasta que en el número anterior se llegó al final del libro. Como consideramos que es en rea-lidad una obra de importante considera-ción hemos creído conveniente empezar la traducción desde la primera página del libro en la que se describen todos los trajes tradicionales de la provincia de Cáceres, así como el pequeño prefacio que abre esta publicación.

Deseamos agradecer enormemente a las entidades que año tras año nos han ido facilitando la parte del libro a traducir, ya que sin su colaboración y dado el escasí-simo número de ejemplares de este libro, nos sería imposible realizar este artículo.

PREFACIO El material para este libro fue principal-

mente recopilado durante dos primaveras en Extremadura considerablemente se-paradas entre sí. En tan breves y memora-bles visitas un estudiante puede distinguir ciertos tipos de vestidos y tomar anotacio-nes del pequeño círculo implicado sobre los hechos que tienen inmediatamente a mano. Rastrear el tema de la vestimenta hasta sus raíces y aumentar el conocimien-to con un espolvoreado más profundo es

parte de una pausada aproximación que estimula la memoria y abierta a la inves-tigación. Cualquier logro en un corto pe-ríodo de tiempo se debe a los extremeños, quienes con su noble tradición hospitala-ria responden al entusiasmo con una co-operación de lo más generosa. La autora aprecia profundamente la amabilidad de los vecinos y los habitantes, de los campe-sinos y los pastores, y de las mujeres que

al punto dejaban de hacer lo que tenían entre manos para ayudar a una forastera.

Su trabajo sobre la vesti-menta fue iluminado y diri-gido por una serie de pintu-ras en la Hispanic Society of America, comisionada por Archer M. Hungtington, presidente de la Sociedad. En estas pinturas, que forman una continuidad imponente, Sorolla muestra a la gente y el vestuario de once regiones españolas. En esta serie, titu-lada Provincias de España, Extremadura aparece ente-ramente reproducida como frontispicio del presente libro y en parte en muchas de sus páginas.

La colección no solo de prendas y accesorios sino también de ilustraciones de

trajes en pintura, artes gráficas y fotografía ha demostrado un interés en el vestuario regional español, alentado por mucho tiempo por el señor Hungtington. Me-diante el objetivo y el carrete la autora y Frances Spalding, como miembros de la Hispanic Society, han tenido el privilegio de complementar con claro detalle el re-trato general de Sorolla además de pro-veer el ambiente en el que se llevaban esos

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INVESTIGACIÓN DEL FOLKLORE. INDUMENTARIAS TRADICIONALESINVESTIGACIÓN DEL FOLKLORE. INDUMENTARIAS TRADICIONALES26 27

trajes. Aquí se tratan los de una docena de pueblos pero en los miles de baúles que se dejaron sin abrir en Extremadura permanece todavía un material des-lumbrante todavía por descubrir.

LA REGIÓN

Extremadura, cerrada y dividida, está entre las en-tidades menos conocidas de España. El extremo norte de la región trepa por las estribaciones de la gran Cordillera central, cuyas cumbres más frías pertenecen a Castilla León. La franja sur es la Cordillera Mariánica que abre y cierra a medias el camino hacia Andalucía. Al este (fig.1) está Tole-do y La Mancha con sus cegadoras llanuras polvo-rientas. En el oeste (fig.2) se encuentra Portugal. De unas 165 millas de norte a sur, esta depresión entre

sierras la surcan el Tajo y el Guadiana que fluyen hacia el Atlántico con los acci-dentes geográficos de su divisoria.

La vieja provincia de Extremadura estaba dividida en la Alta que com-prendía la parte oeste del reino de Toledo además del área del norte del Tajo hasta la Cordillera Cen-tral, y la Baja que se extendía hasta los confines más al sur de la cuen-ca del Guadiana. En la época de Carlos III, Extre-madura perdió las localidades to-ledanas y durante algún tiempo en adelante continuó cediendo o ga-nando territorio en sus fronteras, incluyendo la por-tuguesa. Poco ha cambiado desde 1833 cuando se formaron las dos provincias civiles, comprendiendo Cáceres más o menos la cuenca del Tajo y Badajoz la del Gua-diana. Mientras tanto, las comarcas integrantes habían desarrollado una fuerte individualidad y habían adquirido nombres distintivos. Las Hurdes (fig.3), Va-lle de Plasencia, La Vera de Plasencia (fig.4) y Campo Arañuelo que se encuen-tran al norte del Tajo. La Jara – compartida con Toledo y Ciudad Real – Las Villuercas, La Siberia Extremeña (fig.6) y La Serena (fig.5) se extienden sobre el sur de la región. Tierra de Barros es una llanura rica y bien abastecida de agua en el corazón del valle del Guadiana. Debería añadirse a estas comarcas los pue-blos dominados por Plasencia (fig.35), la llanura de Cáceres (fig.7), el oeste y el sur (fig.8). En todos ellos fotografiamos trajes menos en tres.

Esta región se vino a llamar Extremadura mediante cambios graduales en su uso. El nombre se originó probablemente relacionado con la costumbre esta-blecida en España de la migración de las ovejas entre el verano y sus pastizales en la sierra y el invierno en las tierras llanas o extremos. Los términos de un fuero de Alfonso VII: si Dios Todopoderoso nos da fuerza y victoria sobre los Moros para tomar otra extremadura, sugiere que este término significaba en época temprana los extremos o límites de territorios recuperados de los Mu-sulmanes, de gran interés para los ganaderos. Un Cortés del siglo trece cata-logó a Extremadura como una provincia o región a la par de Castilla o Toledo al mismo tiempo que concedía al reino de León una extremadura propia. En

1561 la organización de ganaderos (p.17) requirió a sus alcaldes situados en los extremos del sur de Ciudad Real y a los de Toledo, Talavera y Plasen-cia que acudieran anualmente al encuentro en Las Extremaduras. Este acuerdo aseguró la restricción final del nombre hasta su presente uso.

De esta forma la región no ha tenido historia como reino de Extremadura. En el Imperio Roma-no la parte en la ribera derecha del Anas formaba parte de la Lusitania; la mayoría de la que quedaba a la izquierda estaba ligada a la Bética. La capital lusi-tana Emérita Augusta, fundada por Augusto cerca del borde de la provincia, fue próspera y magnífica bajo los emperadores. Centro de una maravillosa red de caminos, poseía un espléndido puente sobre el Anas, dos acueductos, un teatro, un anfiteatro y un circo con cabida para treinta mil espectado-res que atestigua la pasión por las carreras en una región que criaba buenos caballos. Las monturas nativas casi habían derrotado a las romanas y la caballería Lusitana estaba entre las mejores tropas

coloniales. Emérita puso una notable re-sistencia contra los Árabes, dando refu-gio al vencido Rodrigo disfrazado como pastor y rindiéndose sólo después de un año de sitio. Como los musulmanes de-jaron leves rastros, excepto ampliar el nombre del Anas a Guadiana, la Mérida de nuestro tiempo da la impresión de un organismo todavía aferrándose a sus huesos Romanos, una estructura dema-siado espléndida para ahora volverla a vestir con su antigua piel. El puente ro-mano todavía permanece y se utiliza.

En la lucha por la corona de Castilla que cerró la anárquica edad medieval, Pla-sencia se prestó al primer movimiento de Juana la Beltraneja en su matrimonio con el rey de Portugal. Cuatro años des-pués los partidarios de Isabel ganaron batallas y asedios en suelo extremeño que establecerían su supremacía. Para aquellos que llevaron muy mal el régi-men centralizado impuesto por los Reyes Católicos, el descubrimiento del Nuevo Mundo abrió el campo a nuevas energías. Aunque los extremeños emigraron a América en números infe-riores a los andaluces, caste-

llanos y leoneses, ellos proporcionaron más líderes que ninguno de los otros. Muchos de ellos venían de la cuenca del Guadiana: Vasco Núñez de Balboa, descubridor del Pacífico, Hernando de Soto que llegó al Mississippi, Pedro de Valdivia, conquistador y organizador de Chile y Hernán Cortés que cambió la historia de México. Los Pizarros venían de Trujillo más allá de la divisoria, don-de sus casas ejemplifican su paso de la oscuridad al éxito. De la familia anterior a Francisco, conquistador de Perú, una morada de estilo Gótico lleva el blasón de un pino decorado con dos pizarras en la base y con dos animales rampantes a los lados, los cuales han sido descritos como lobos pero que parecen más bien cerdos o jabalís salvajes. Un Pizarro del siglo diecisiete podría construirse un palacio y engalanarlo con blasones

conferidos por Carlos V y Felipe II, incluyendo las columnas del propio lema del Emperador así como las ciudades de Perú y el Rey Atahualpa ambos como un león coronado y como un príncipe en cadenas.

Evaluando a los conquistadores extremeños, Una-muno dijo: “el que no sepa nada de estas gentes, apáticos en apariencia, violentos y apasionados de corazón, no puede sino pobremente comprender la épica de nuestra historia.” Su temperamento reflejó ese carácter dual de la tierra, moldeada entre mon-taña y llanura con ríos estrechos y rápidos o anchos y tranquilos.

Los temperamentos dispares de los ríos- “el Tajo es fuerza, el Guadiana fecundidad”- se reflejan en sus puentes. Para el Guadiana se requiere un friso de arcos bajos (veinte en Medellín (fig.9), sesenta en Mérida) para abarcar la corriente e inundacio-nes ocasionales. El puente de Alcántara (fig10), de estructura romana pero con nombre árabe, cruza el Tajo sobre dos arcos sostenidos por grandes pilares

Esta regiónse vino a llamar

Extremaduramediante cambios

graduales...

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INVESTIGACIÓN DEL FOLKLORE. INDUMENTARIAS TRADICIONALESINVESTIGACIÓN DEL FOLKLORE. INDUMENTARIAS TRADICIONALES28 29

que sobresalen del fondo y controlan la inundacio-nes repentinas; dos arcos más a cada lado bastan para unir las dos orillas.

A la vuelta de las estaciones, el suelo permane-ce duro y ocioso bajo un sol constante o hierve de vegetación en respuesta al retorno de las lluvias. La primavera en las llanuras puede empezar en enero. Para el día de las Candelas, los caminos ya están azu-les con las banderas, los jardines están brillantes con las junquillas y los narcisos. El trigo, el centeno y la cebada empiezan a vestir la tierra con bloques ocio-sos de verde o de un verdeazulado demasiado sutil para que el aficionado lo distinga. Entre los campos a lo largo del Guadiana, los fantasmas blancos de los cardos continúan cortando el viento, mientras los matorrales, que ocupan por doquier el suelo sin cultivar, exprimen animadamente el trabajo hasta que las pálidas vestimentas se transforman.

En las colinas occidentales altos arbustos de brezo blanco florecen con reserva, como si fueran cons-

cientes de su rareza y valor. Al oeste aparecen variedades de flores de tonos malvas sobre una amplia extensión de colinas, y el cielo, confrontado con láminas de tonos púrpuras parece per-derse más allá de la distancia. Cuando uno puede apartar la mirada de este panorama y volverla hacia la tierra, los ojos se encuentran con una multitud de lavanda ocre conocida como cantueso, ondeando sus penachos púrpuras sobre cabezas del mismo color y tallos rosá-ceos, mientras que sus hojas verdosas y grisáceas intensifican el rojo comple-mentario del suelo. Igualmente aromá-ticas, aunque menos vistosas, son los macizos bajos de romero con flores de azul claro.

Grandes pétalos de fino tafetán arru-gado, cada uno con una manchita de púrpura real cerca de la base, se agitan en las altas jaras, en donde unas hojas estrechas y sa-brosas reflejan el cielo en su superficie pegajosa y de color verde aceituna. La hi-niesta crece hasta la altura de la cintura. Cada ramillete de la blanca que se encuentra

a mano parece una explosión delicada; desde la distancia el blanco se disuelve en una niebla atenuando el verde de las hojas y los tallos. Las flores de la varie-dad amarilla son más grandes y per-manecen sin mezclarse ya que también tienen tonos más fuertes, salpicando las lomas con su oro.

En las retamas las flores se abren como flecos de amarillo delicado, saliendo como la espuma de las agujas verdes y grises que sirven al arbusto de hojas y tallos. Indescriptiblemente hermoso es el asfodelo con sus cabezas ramificadas en estrellas blancas (con rayas de color canela y amarillo en el centro) sobre ta-llos altos que surgen de hojas como de narciso, viendo como se mecen al ano-checer a la sombra estigia de las encinas o azotándose con furia blanca en una tarde medio iluminada bajo las ondu-

lantes nubes de tormenta. Las flores se marchitan y caen, la semilla toma for-ma y el grano madura para la cosecha. Para mayo el calor y la sequía del verano ya se han establecido. Gabriel y Galán, que abandonó la enseñanza en Castilla para vivir en la tierra de Granadilla en el valle del Alagón, celebró la estación devastadora. La chicharra canta

(...)bajo el hálito encendidoque desciende desprendidocomo plomo derretidode este sol abrasador de los desiertos.

El otoño comienza con las lluvias de septiembre. Los pozos se vuelven a llenar, los ríos mermados por la sequía empiezan otra vez a fluir, y la hierba fresca brota con un verde tan encendido que deja en pálido relieve los ahora grisáceos y negruzcos montones de matorral. El invierno en su estancia breve no es sino una intensificación del otoño.

El enorme calor y la sequía pertinente, normalmen-te algo recurrente, explican la presencia de arbustos xerófilos que constituyen el matorral. Sus raíces ro-bustas perforan el suelo en busca de la humedad, y las perennes hojas pequeñas resisten la evaporación. Muchos de estos arbustos juegan una parte impor-tante en la vida de la gente. Las flores del brezo dan miel; las raíces, carbón vegetal y las gruesas ramas inferiores, madera para tallar tenedores o cucharas. La jara arrancada de la sierra sirve para hacer pan en los pueblos, la hiniesta sirve para cubrir el techo de las chozas y ambas, junto con la retama, alimen-tan el fuego para la cerámica, los ladrillos y las tejas. Las extensas áreas que permanecen intactas pro-veen refugio a los venados y los jabalís salvajes, a los que los extremeños cazan con fervor.

Los pájaros de la región reflejan sus matices apa-gados. Hay variedades terrestres que nidifican en el suelo, tales como la avutarda, la codorniz y la perdiz. En un día de enero, cuatro de estas últimas atravesaron revoloteando el camino tan cerca de nosotros que pudimos ver los colores blanco, negro y castaño – rojizo de sus plumajes. También vimos con frecuencia a la lavandera blanca y negra. De las aves acuáticas, pasaron volando diez grullas en fila india, con rumbo a Portugal.

Las cigüeñas no se camuflan de manera tan pro-tectora; su plumaje blanco y negro, picos y patas co-loradas, contrastan de manera sobresaliente con el suelo verde. A la llegada del fin del invierno, se que-dan durante una temporada en la zona, acechando durante el día al campesino para alimentarse de sapos o insectos que su arado descubre y pasando la noche en árboles hasta que llega la hora de esta-blecer residencia y tener obligaciones familiares en las chimeneas o en los florones de los pueblos.

El clima de Extremadura da cuenta también de los árboles que más notablemente crecen en la región: la encina, el alcornoque y el olivo, todos con hojas perennes que resisten la evaporación. Reductos de encinas se extienden por millas en arboledas abier-tas más que en bosques densos. La hoja es como la del acebo, más pequeña pero con el mismo margen espinoso, de un verde pálido y curtido en la super-ficie, blanquecina y vellosa por debajo.

Como la madera prende bien el fuego, al árbol se le despoja continuamente de sus ramas para leña menuda o carbón vegetal. El resultado es a menudo

un enorme tronco viejo (fig 353), nudo-so y torcido con muchas amputaciones, dando a luz una nube de brotes nuevos incongruentemente suaves.

A principios de abril el color marrón de árbol tras árbol parece indicar que pue-den estar muriéndose, pero mientras ese tono sin vida se aclara en un ama-rillo de bronce bruñido, el aspecto de la muerte se desvanece ante la alegre pro-mesa de flores. Maravillosamente con-cordantes con la sombría piel de viejas hojas y el tierno verdeazulado del nuevo amento en borlas de un dedo de longi-tud y mecido por el viento, envuelven al árbol con impresiones de luz dorada. El auténtico fin de las innumerables bello-tas que salen cada año es contentar a los cerdos y endulzar los jamones, pancetas y chorizos sin los que Extremadura no sería ella misma sino otra inconsolable región.

Los alcornoques (fig 303), menos numerosos que las encinas, pueden distinguirse por su matiz, la forma y el tamaño. Sus hojas, algo más grandes, tienen un color levemente más rico, que equivale en cuanto al número y bajo el sol a un verde más puro con un tinte de amarillo cromado. Debe mantenerse una copa entera y re-donda con hojas en cada lado para que la corteza pueda nutrirse de manera adecuada y para que el tronco esté liso de ventosas. Ambas, copa y tronco, pueden adquirir nobles proporciones. Unamuno vio algo religioso en la majestad de ciertos alcorno-ques y nunca pudo verlos desollados sin sentir una honda emoción.

Los árboles que han sido descorchados hace poco, un proceso que ocurre cada diez años o así, presen-tan el asombroso aspecto de un hombre erguido y ensangrentado con una camiseta pálida. La corteza nueva que permanece expuesta toma el color de la sangre seca, lo que contrasta bruscamente con el gris pálido del grueso corcho áspero que se deja, como si fueran mangas, en las ramas superiores. Al crecer, la corteza se vuelve de un gris estriado y el árbol se pierde otra vez entre las encinas.

Estos alcornoques, que crecen espontáneamente

de bellotas caídas de manera natural, nunca apare-cen en regimientos como los olivos plantados por el hombre. Los olivares (fig,2) pueden ocupar sitios inverosímiles, mas ya sea dispuestos en filas en una ladera empinada bajo escarpas desnudas que se extienden sobre colinas suavemente moldeadas, o extendidos por el camino de una dehesa en filas que “se abren y cierran como un abanico” mientras uno viaja, el olivo cumple fielmente su milagro de transmutar el aire, la luz y el polvo en la drupa negra que produce el oro verde del aceite.

Los destellos de luz plateada coronan las hojas grises y verdes de cada árbol con una gloria fresca. Entre los tonos mudos de la encina, el alcornoque y el olivo, el naranjo, que crece en pequeños terrones caseros, muestra el choque de lo brillante: una esfe-ra contenida de esmalte verde dispuesta con glóbu-los de rojo dorado. Ruth Matilda Anderson

Tradución págs 1- 16 : Fco. Miguel García Barroso

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INVESTIGACIÓN DEL FOLKLORE. NUESTRO FOLKLORE30

Nue

stro

folk

lore Solera folklórica

Sin ser un experto en folklore extremeño, me aventuro a escribir algo sobre nuestros bai-les regionales en los que el Grupo Caraman-cho ocupa lugar preferente, perteneciendo al “grupito” que forman los cuatro o seis mejores conjuntos de la región.

Es verdad que siempre Cáceres apareció a nuestros ojos como más extremeña pura que Badajoz, un tanto contaminado en el sur por la influencia anda-luza. Pongamos como grupos pioneros del folklore regional a Ca-ramancho, Jateros, el de Olivenza, dos o tres de Cáceres y tal vez el de Badajoz. Los demás, esos otros que han lle-gado a remolque del auge tomado por nues-tro baile extremeño, son, aunque auténticos, grupos sin solera. Esto ha ocurrido con, pon-gamos por ejemplo, el grupo de Zafra, el Cas-tellar, o el de Usagre, La Cantamora.

El folklore de la tierra en estas y otras muchas localidades ha sido in-ventado (y nunca es tarde si la dicha es bue-na). Poniendo como ejemplo Usagre, yo, como creador de la letra de cuatro jotas autóctonas, doy fe de lo que digo: los temas de las jotas son auténticos, están sacados de tradiciones antiquísimas, como son el de “La Cantamora” (de una leyenda); el de “La Virgen de la Cruz” (de tradición de cinco siglos); el de “El Mo-

ral” (de una fiesta que se celebraba antiguamente)… Y la música son composiciones muy conseguidas, pero escritas en el tiempo actual.

Y por otro tanto digo de las de Zafra, que fueron crea-das no hace mucho tiempo por el amigo Paco Croche, Cronista Oficial de la Ciudad. No obstante hay que feli-citarse porque hayamos crecido muy mucho en nuestros

ancestros folklóricos, incluso investigando trajes populares de los distintos lugares de la región.

Más con respecto a este último punto de los trajes, no está dentro de mi lógica que haya un traje distinto para cada población. ¿Cómo publicitamos entonces “nuestro” traje regio-nal? ¿Con cual de esos muchos trajes damos a conocer fuera de nues-tro territorio regional el traje “auténtico” de Ex-tremadura? A mi forma de ver, debía haber uno representativo de toda la región. Cosa que por otra parte me parece imposible, pues nadie se resignará a ceder sus atavíos a favor de otro.

Y con el traje, acabo de escribir esta peque-ña crónica, que no será

brillante, pero sí sonora acompañada del tamboril cace-reño, la castañuela del sur y el acordeón de Olivenza.

José Larrey Cronista oficial Villa de Usagre Oficios

ANTIGUOS

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OFICIOS ANTIGUOS. NOBLE OFICIO DE LA HERRERÍA Y IV OFICIOS ANTIGUOS. NOBLE OFICIO DE LA HERRERÍA Y IV32 33

Ofic

ios

antig

uos Noble oficio de la Herrería y IV

Con este escrito doy por finalizado una serie que daría no solo para seguir por muchos mas, si no para escribir un libro entero.

Mi interés en este tema viene dado por que le considero a este noble oficio, junto con la agricul-tura y la ganadería el mas antiguo del mundo, y también por que aun que sea un poco indirectamente, he estado relacionado con él desde que tengo uso de razón.

En este artículo y como resumen de los anteriores, he utilizado la información que me proporciona la fuente del saber por excelencia, y que bien utilizada es la herramienta que instruye y forja el espíritu llamada Internet, husmean-do en la enciclopedia libre Wikipedia.

El herrero es una persona que elabora objetos de hierro o acero, utilizando para ello herramientas manuales para martillar, doblar, modelar o cualquier acción tendiente

a dar forma al metal cuando éste se encuentra en estado plástico. Generalmente el metal es calentado hasta que se vuelve incandescente, y posteriormente se somete al pro-ceso de forjado Algunas manufacturas de los herreros son elementos de hierro forjado, rejas, muebles, esculturas, herramientas, artículos decorativos y religiosos, campanas, utensilios de cocina y armas. Un herrero con suficiente experiencia pue-de realizar con el mínimo de esfuerzo y energía, productos de aspecto refinado que combinan talento y originalidad.Una de las tareas especiales de algunos herreros consiste en clavar o poner herraduras en las pezuñas de los caba-llos. Estos herreros trabajan especialmente con hierro ne-gro, cuyo color se debe a la capa de óxido que se deposita sobre la superficie del metal durante el calentamiento.

Proceso del trabajo del herrero Los herreros trabajan calentando las partes del hierro o del acero a modelar con instrumentos como el martillo. El calentado se realiza en una forja de carbón, leña o coque. Y también, ya mas moderno el propano o el gas natural. También se puede utilizar oxiacetileno o una llama similar para trabajar localizando el calor. El color es importante para determinar la temperatura y maleabilidad del metal: cuando el hierro es calentado para incrementar su tempe-ratura, primero se vuelve rojo, luego anaranjado, amarillo y finalmente blanco. El color ideal para el forjado es un blanco-anaranjado. Como deben ser capaces de ver el co-lor del metal para trabajar, muchos herreros trabajan en lugares de baja iluminación. Las técnicas de la herrería

pueden ser divididas en: forjado (a veces llamado “esculpido” o “forja-dura”), soldadura, recalentamiento, y acabado.

Herramientas A través de la historia, los herreros se han jactado de poseer una de las pocas ocupaciones en donde ellos mismos fabrican las herramientas que usan para su oficio. El tiempo y la tradición han proveído sólo unas pocas herramientas básicas que varían únicamente en detalles alrede-dor del mundo. Una frase común sobre el trabajo de los herreros señala que “todo lo que se necesita es algo en donde calentar el metal, algo en

donde golpearlo y algo con qué golpearlo”. La forja es el lugar en donde se le aplica calor al metal en la herrería. Aquí se contiene y controla el volumen del fuego necesario para el tra-

bajo. El yunque es un gran bloque de hierro o acero. A lo largo del tiem-po, ha sido refinado hasta su actual forma, con acabado en punta para facilitar el proceso de forjado y para sostener algunas herramientas es-peciales.Los martillos usados en herrería son los de bola y de cuña.

Los anteriores son los instrumen-tos básicos con los que trabajan los herreros. Además, utilizan algunas de las siguientes h e r r am i e nt a s , dependiendo del tipo de labor que efectúen:Las tenazas son usadas para asir el metal incandes-cente. Varían en un rango de formas y tamaños.Los moldes son instrumentos para dar forma al metal. Éstos se calien-tan de modo tal que el metal se derrite y sale a través de aberturas pre-viamente marcadas en el molde. Por esos orificios se introduce el metal fundido de forma que cuando se enfría y se rompe el molde se repro-duce la forma deseada en el metal. Con ello, por ejemplo, se pueden fa-bricar las formas particulares de las cucharas, las herraduras, etcétera.

Historia y presente Antes de la Revolución Industrial, el “herrero de la aldea” era un ve-cino básico de cualquier poblado. Las técnicas de producción en masa han reducido la demanda del trabajo de los herreros, excepto en África, India, y el Sudeste asiático, lugares en donde aún se mantienen estos artesanos tradicionales. Un herrero famoso, aunque mítico, fue el dios griego Hefesto (Vul-cano para los romanos), quien fue el herrero de las deidades; un arte-sano con habilidades únicas cuya forja era un volcán, quien construyó la mayoría de las armas de los dioses, y estaba encargado de proteger la herrería, la artesanía, la escultura, la metalurgia y el fuego.

Agustín Aparicio Cerrato

Las técnicas deproducción en

masa han reducido la demanda

Molde de herrería

Yunque pequeño.

Una forja de carbón.

Herrero trabajando

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Gastronomía TRADICIONAL

GASTRONOMÍA TRADICIONAL. LIBRO DE COCINA

Libr

o de

coc

ina

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Libro de Cocina (Don Benito, 1877)

ORMIGUILLO

Se toman 20 almendras y 20 avellanas se mondan y tuestan, se hecha un poco de pan ralla-do y tostado, dos cuartos de canela y azúcar al gusto. Todo molido se le añade algo más de una taza de agua y colocado en un puchero nuevo se pone en fuego lento y menea con una cuchara de palo hasta espesar un poco y que cueza.

ESTOFADO

En estando la carne limpia se parte a pedazos, y se echa en una olla echándole cebollas y ajos desgranados y un poco de jarrete de jamón, se tienen prevenida una especia desleída en vino, se le echa un poco de vinagre y se acaba de echar el caldo de vino. El caldo que es menester en dando un hervor, se sazona de sal y va cociendo a fuego manso hasta estar tierno que se echa en una cazuela.

Recetas recopiladas por: Eduardo Gómez-Valadés

Textos extraídos del “Libro de cocina” de Dª Josefa Mejías Diaz de la Cortina, Don Benito, 1877

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GASTRONOMÍA TRADICIONAL. RONDAS DEL VINO GASTRONOMÍA TRADICIONAL. RONDAS DEL VINO

Rondas del Vino

Creo que van para cinco años los que llevo colaborando con esta encanta-dora revista dedi-cada casi en su to-

talidad a la difusión del folclore, y he de reconocer que me siento muy orgullosa de ello.

La difusión del folclore conlleva una investigación para tratar de recuperar canciones que de otra manera habrían desaparecido para

siempre, y en este país, por des-gracia, vamos perdiendo muchas de nuestras tradiciones. No ocurre así en otros países, donde éstas son consideradas como un tesoro na-cional, y en realidad lo son.

Es por este motivo por lo que me siento orgullosa de ser un poqui-to Caramancho. A mi manera, yo también investigo, pero en mi caso el tema es gastronómico.

El vino está muy enraizado en la cultura popular, ya que no hay bautizo, comunión, boda o reunión donde el vino no esté presente, y aunque el vino degenera en varias vertientes según sea el bebedor, pues se vuelve violento o se torna canta-rín, si éste es bebido con modera-

ción, alegra al que lo bebe y a la concu-rrencia.

Con este ar-tículo quie-ro rendir un h o m e n a j e a todos los miembros del grupo y ofre-cerles unas coplas y can-ciones que he ido recopi-lando duran-te mis viajes. Están reco-gidas en asi-los, pueblos y centros de tercera edad

de viva voz; es posible que muchos conozcamos algunas jotas y cantos de los que transcribo, y aunque casi todas están incompletas, tal vez os sirva de ayuda. Yo las denomino “Rondas del Vino”, aunque hay un poco de todo: Jotas, Villancicos,

Canciones de Ronda, Coplas, etc..

Diga usted lo que se debepa ponerlo en el diario,porque el beber es precisoy el pagar no es necesario…(Andalucía).

Teu cabelo é viño brancoos teus beizos, viño tinto,os teus ollos, aguardente…¡quixera beberte a bicos!.

Miña nai e mais a túavan xuntas de romería,a túa estaba borrachaa miña xa non se tiña.(Galicia)

Por su suegra está Simónpasando la pena negra,ella le dice: bribón,borracho, pillo, ladrón,y él sólo le grita: ¡suegra!.

San Antón, santo francés,Santo que no bebe vino,y lo que tiene a sus pieses un cochino(Ribera del Duero)

Madre mía de AlarillaMadre del Verbo Divino,que me des muchos dinerospa gastarlos en vino.Madre mía de Alarilladelante de mucha gente,si a mi compañero le das pa vino,a mi me das pa aguardiente.(Porcuna. Jaén)

Ron

das

del v

ino Bota que naciste chota

Por estos montes balando,Acércate y dame un tragoPorque yo me estoy secando.(Cintruénigo. Navarra)

Antiguamente en la comarca del Bierzo (León) se cantaban canciones mientras se hacían trabajos agrícolas. Esta se titula “Venga Vino” y es una de ellas:

La mujer de Venga Vinose murió en una taberna,por eso todos dicen:venga vino, vino venga.

Echa vino, tabernera,echa vino y no eches agua,más vale que cante el cucoa que no cante la rana.

A beber, a beber y a apurara beber hasta emborrachar.A majar, a majar y a pegar,a majar con el mazo pegar.

Venga vino del mejor,que se acaba la reunión.Para las guapas un mordisquito,y para las feas un mordiscón.Un mordisquito para las guapas,para las feas un mordiscón.

Después de la Guerra Civil española, en plena época de estraperlo, se cantaba entre dientes con el fin de no levantar suspica-cias:

Tiene la molineraen su molino,la perdición del hombre:tabaco y vino.

Villancicos sabemos todos unos pocos donde el tema de la bebida y la comida es fundamental, pero en Villarrubia de los Ojos, una anciana me cantó uno que me gustó mucho. Decía lo siguiente:

La zambomba pide pany el que la toca, tocino,y el que acompaña a tocarcuartillo y medio de vino.

Jotas del vino hay muchas, pero en Cas-tilla y León es muy popular esta jota que se canta en las Rondas de las fiestas de mu-chos pueblos:

Si quieres que yo te quieradame huevos con tocino,y buenas torticas finasy grandes tragos de vino.

Yo no sé si guisa bieno si no guisa tu madre;sólo sé que a mí me fríedivinamente la sangre.

El médico me mandóp´al empacho un buen purgante;como no me dijo cual…me hice un pollo con tomate.

Venga vino con un carroy agua con una borrica,

el carro que vaya y vengay la burra, quietecica.

Con mujer que otro ha queridoy viña junto a un sendero,no he visto a nadie que puedapresumir de cosechero.

Estas otras joticas son de Aragón, a mí me encanta escuchar cómo cantan esos batu-rros, y poco a poco las he ido recopilando:

Las migas con tropezones,En botija vieja el vino,Las chuletas a la brasa,Y el noviazgo sin testigos.

Cuando más goza un baturroEs cuando mata el cochino, la noche que va de rondaY el día que vende el vino.

El beber a gorgolésólo tiene una quiebra;no hay carretera sin puenteni puente sin carretera,ni camisa de baturrosin vino por la pechera.

El vino está muy enraizado en la

cultura, ya que no hay boda o bautizo

donde no esté.

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GASTRONOMÍA TRADICIONAL. RONDAS DEL VINO GASTRONOMÍA TRADICIONAL. CONFRONCIOS

Un día luminoso de primavera, en Ceni-cero (La Rioja), me encontré con un ancia-no muy gracioso que me cantó:

A la Rioja voy¡qué triste estoy!,de la Rioja vengo…¡qué pedo tengo!.

Aquí va un poco de todo, recogido en todo lo largo y ancho de nuestro país, pues en todos los sitios tienen su coplilla.

Dices que no me quieresporque no tengouna cuba de vinopara el invierno.

Dios quiera que tú me lavespecho, garganta e higadilloy vengan por esta bocados mil doscientos cuartillos.

Venga vino blanco o tintoque la alegría desborda,que sin terminar la nocheno puedes con la cogorza.

En el pinar canta el cucoy en la torre la cigüeña,y en el campo la perdizy el borracho en la taberna.

El hombre que bebe aguateniendo vino en la mesa,es como el que tiene noviay la mira y no la besa.

A la orilla del ríollora Tomasa…porque no tiene vinola calabaza.

Cada vez que yo veojarro sin vino,y sartén sin torreznosme desatino.

Aunque hieley fuerte esté nevando,

el que tenga vinosiempre se hallará sudando.

La mañana de San Juancuando la zorra madruga,el que borracho se acuestacon agua se desayuna.

Ayer curdo y hoy borracho,qué dirá mi morena:que si no muero de amoresmuero de una borrachera.

Las rondas nocturnas de los mozos siem-pre han sido motivo de alegría en cualquier zona de España. Esta costumbre, salvo en pueblos muy pequeños, se ha perdido to-talmente. Por eso, aquí os dejo unas muy graciosas:

Vendimiando y lloviendodicen que es vicio,a la lumbre estabala que lo dijo.

Mi marido es un don Juanque todos los oficios sabe,menos el de lavar tinajasque con los cuernos no cabe.

Un consejo me dio un viejoque nunca lo olvidaré;más vale un pellejo de vino,que un pellejo de mujer.

Cuando se emborracha un pobre,le llaman el borrachón;cuando se emborracha un rico:¡qué gracioso está el señor!.

Este vino es vino tinto,vino de tinto licor;que al hombre sin ser obispolo hace ser predicador.

No hay especie como el ajo,ni postre como el tocino,al hombre poco trabajoy que no le falte el vino.

El vino que tenemosmira si tendrá valor,que hasta lo bendice el curadetrás del Altar Mayor.

El cura que nos casódebía de estar borracho,porque no te preguntósi eras hembra o eras macho.

Para no cansaros, dos de Extremadura, una de Llerena y la siguiente de Mirandilla.

Para médicos, Llerena,para mocitas, Los Santos,y para alegrarme el almael tintillo de Don Álvaro.

En Mirandilla beben,beben el vino,en Mirandilla beben,como cochinos.

Y ahora para finalizar, vamos a brindar por Caramancho, pero no con cava catalán o con champán; vamos a brindar con cava extremeño o con ese buen vino de Tierra de Barros. Un abrazo a todos y felicidades.

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Confroncios:Sosiegos del Hambre (III)

Rabos de corderos

Un plato que raudo rechazaron la no-bleza y los hombres ricos de antaño,

como sucedió en otros tiempos con la morcilla y otros elementos culi-narios populares, fue el plato elabo-rado con rabos de corderos.

Quizás lo hicieron, mayormente, por seguir la inclinación del rey Al-fonso IX que por el sabor y olor de los mismos. Ya se sabe, si el rey ríe, todos ríen; y, así, se hizo una tradi-ción despreciativa hacia los rabos de cordero; los nobles la conside-raron comida plebeya. ¡Peor para ellos! Aquel pasaje de dicho rey, lo leí en el libro Recetario de la Cocina extremeña, de la Cofradía Extreme-ña de Gastronomía, en el apartado de Rabos de cordero: Bajando el rey Alfonso IX de León por tierras de Extremadura a la Reconquista (de Cáceres), le dieron de comer rabos asados, es decir, se le invitó a un “Rabote”. El rey, que llevaba prisa y se sintió ofendido, no se quiso parar a la caldereta: y así, creyendo que aquello era poco para su real perso-na, trató de tacaños a los extreme-

ños; siendo así que se perdió uno de los mejores manjares de nuestra tierra. Ahora son ellos, los que se consideran de alto linaje, quienes los buscan y solicitan, mas pocos los encuentran ya en las casquerías. En la actualidad, por amistad hacia quienes los tienen y la predisposi-ción de la cocinera o el cocinero a prepararlos, la degustación puede ser posible. Con respecto a los primeros, son los ganaderos y los pastores quie-nes pueden reservarlos cuando en el mes de febrero o marzo de cada año les cortan el rabo a las ovejas, para que las cascarrias no se les pe-guen y las hembras tengan un me-jor pasillo sexual. En cuanto a la predisposición del profesional de la cocina para cocinar los rabos, éste debe ser benevolente, pues para la elaboración de ellos hay que tener paciencia y ganas de hacerlo, ¡y buen oficio! Pues bien, si el ganadero o el pas-tor nos obsequian con unos cuantos de rabos y la cocinera está dispues-ta, ¡comiéncese a prepararlos! Pé-lense bien los rabos; chamúsquense en lumbre con llama, con paciencia, para eliminar la lana que reste; rás-pense con cuidado, hasta retirar lo chamuscado, y lávense varias veces en aguas distintas. Todo esto, lleva tiempo, pero merece la pena conti-nuar. Una vez aseados los rabos de cor-deros, se ponen a cocer en una ca-zuela con agua, sal y unas hojitas de aurel, y allí se dejan hasta que que-den blandos. Llegado a este extremo, esperamos que se enfríen, los seca-

mos con un pañito y los rehogamos en huevo y harina, para ser fritos en aceite bien caliente. Por otra parte, se prepara escabeche. Enharina-dos y fritos los rabos y preparado el escabeche, los mezclamos en un azafate. Allí se les deja intercambiar sus sabores y pensamientos –los ali-mentos saben pensar–, si es posible, durante un día. Al día siguiente, este plato nos ofrecerá la tesura de su carne, el sa-bor un tanto amargoso de lo reque-mado y el remoto aroma de la oveja, y todo ello, con el frescor y alegría de un buen vinagre de vino, sal y naranja del escabeche.

Sardinas Y escribió el poeta José Carlos de Luna:¿Tú conoces al “Piyayo”, un viejecillo renegro, reseco y chicue-lo; la mirada de gallopendenciero y hocico de raposo tifioso...,que pide limosna por “tangos”y maldice cantando “fandangos”gangosos...? S

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GASTRONOMÍA TRADICIONAL. CONFRONCIOS GASTRONOMÍA TRADICIONAL. CONFRONCIOS

dolo o bien calentándolo, para que puedan ser bien absorbidas y digeridas por el estómago y, de esta manera, poder ejercer su gran función alimenticia.

Huevo frito. Algunos novelistas más que cantar sus excelencias han can-tado las trivialidades del huevo frito. Entre éstos, Leopoldo Alas ponía en boca de la Regenta: Se comía, allá arriba, lo que salía al paso, lo que daban los pasma-dos venteros: chorizos tostados, chorreando sangre, unas migas, huevos fritos, cualquier cosa; ‘[…]. ¡Cualquier cosa! ¡Qué es-carnio para el huevo frito! Tam-bién, Felipe Trigo, en El papá de las bellezas: Hija mía, el besugo, y los huevos fritos con tomate, por muy ricos que estén, son platos de taberna; y los enjua-gadores unos trastos arcaicos y antiestéticos. Porque ya nadie se debe enjuagar la boca […] ¡Comida de taberna! ¿Será po-sible tal ofensa? Cuando hay que comer, nada es desprecia-ble, aunque escaso sea. Come poco y cena más poco; que la salud de todo el cuerpo se fra-gua en la oficina del estómago, escribía Cervantes. ¿A cuántas personas habrán servido de fa-vor los huevos fritos? Cierto es que se ha utilizado huevos fritos para incriminar como inútil a determinados personajes: No sabe ni freír un huevo frito, se dice con menos-precio. Pero bueno…, nunca es despreciativo su contacto. Anecdótico. De la conferencia pronuncia-da por el Excmo. Sr. D. Fernan-do Saiz Cidoncha, con el título “Anécdotas, refranes y rimas de la alimentación Española”,

saqué la conclusión que hace unos 8 siglos los huevos fritos eran las medallas de distinción para algunos frailes: En el siglo XIII, los monjes sin graduación tenían derecho a tres huevos, los priores a cuatro y el abad a seis, […] ¿Quiénes no se distinguen, en algún momento de su vida, por haber gozado, haber hecho y comido huevos fritos? ¿A cuán-

tos no habrán servido de plato único del día, y sin postre? Desde pequeño recuerdo un chiste de esos inocentes que me narraba mi madre. Decía así: Una viuda, con una hija de su anterior matrimonio, se casó con un viudo, que aportaba cua-tro hijos de su también anterior matrimonio. Un día tenían para comer sólo cuatro huevos fritos y pan. La madre, compungida, dijo que sería su hija la sacrifi-cada y privada del huevo, y tan sólo se conformaría que ella su

pan en cada uno los huevos de los demás hermanitos. La niña asintió contenta. Y comió muy feliz. ¡Y tan feliz y satisfecha! Quizás sea la sencillez de su elaboración lo que provocara aquel desprecio, pero no es ra-zonable, porque su valor nutri-tivo es grande y el sabor ama-ble. Cierta es la sencillez de su preparación. Basta utilizar una sartén pequeña con abundan-

te aceite. Después, se casca el huevo y se deja caer con mucho mimo en la sartén, cuando el aceite está bien caliente. Mien-tras la clara se transforma en gelatina blanca y la yema imita al sol, se va rociando el huevo con el aceite que le rodea con la ayuda de una espumadera, hasta que un sutil visillo blanquecino cubra su rostro anaranjado de ese sol. Se deja el tiempo justo para que la yema quede con tex-tura líquida y gomosa y la clara cuajada y dorada en sus bordes.

¿Por qué menospreciarlos? Son tan exquisitos y amables…, que se ofrecen generosamente, en su soledad, con todos los añadidos que queramos: cho-rizo, jamón, tocino, patatas fri-tas, etc.; incluso, con aceite un tanto picantillo. Escribo, esto último, en recuerdo del que fue buen vecino mío: el señor Delfín Cantero. En una ocasión me dijo: Si le gusta los huevos fritos, échele un poco de aceite picante. Para ello, guarde aceite en un frasco pequeño de cristal con una o dos guindas picantes, según el gusto. Deje que el acei-te tome bien el sabor. Después, cuando vaya a comer el huevo, añádale la “punta de la navaja de aceite” en el morro del hue-vo. De verdad, es un verdadero placer gastronómico.

Huevos pasados por agua Puede considerarse como el hermano pobre del huevo frito, ya que se prepara en ausencia del preciado oro verde: el aceite de oliva. Cuentan algunos que saben más que yo, que el huevo pasa-do por agua nació como conse-cuencia de un error, pues la in-tención de quien lo comió por primera vez era preparar un huevo duro, y erró en el tiem-po. Se pueden definir, como un huevo cocido ligeramente, con la cáscara entera, sin que llegue a cuajar por completo. En realidad es un gran alimen-to para satisfacer una comida. Si esta modalidad de huevos a los anglosajones los ayuda a romper el ayuno, a nosotros, los españoles, nos alivia el hambre en la cena. Han formado parte (y ahora también) de ser plato único de nuestra comida noc-

¡A chufla lo toma la gente,y a mí me da penay me causa un respeto imponen-te!………………Bostezando, los siete chiquillosse agrupan riendo.Y, entre carantoñas, les va re-partiendopan y pescao fritocon la parsimonia de un anti-guo rito:-¡Chavales!¡Pan de flor de harina!... Mascarlo despasio.Mejó pan no se come en palasio.Y este pescaito, ¿no es ná?¡Sacao uno a uno del fondo der má!¡Gloria pura é!Las espinas se comen tamié’,que to es alimento...Así..., despasito.Muy remascaíto.

Y es que el Piyayo tenía que alimentar a su familia, y, ese “pescao”, bien podía ser la sar-dina. Y muchos Piyayos, hace años, tuvieron que mantener a su mujer y a sus hijos con sar-dinas, despreciadas por los pu-dientes y ahora queridas y de-seadas por todos. Antaño aquellas sardinas de lomos gruesos, abrigadas por recias escamas, asadas entre los rescoldos que el morillo y la leña iban dejando, prensadas con el dedo gordo, una vez asadas, so-bre el miajón del pan, para bien empaparlo de la olorosa grasa de ellas, eran un extraordinario manjar, que solamente la fami-lia de Piyayos y otras personas inteligentes y conocedoras del hambre y de la gastronomía po-dían y sabían comer. Ahora ya no son Piyayos, sino degustado-res, unos, y caprichosos, otros,

los que comen aquellas piedras angulares de la alimentación que los menesterosos supieron bien aprovechar. Si las sardinas asadas aplaca-ron las necesidades de muchos estómagos llorosos y quejum-brosos, no menos los supieron aplacar con generosidad las sardinas arenques. ¿Quiénes no recuerdan estas sardinas, tan dormidas durante muchos años en el baúl de los recuerdos y sa-cadas de ellos en los últimos? Y es que lo exquisito no se puede olvidar. Nada muere, si se re-cuerda. Recientemente he tenido la oportunidad de degustar unas sardinas arenques. Enseguida me vino a la memoria aquellos años 50 y principio de los 60, cuando yo vivía en Castuera. Las veía expuestas en aquellos tabales, inclinados y apoyados sobre el quicio del pequeño ul-tramarino del Señorito Basto, que estaba frente a la casa de mis padres, en la calle Santa Ana, o en el de Romerito, junto a la plaza de España. Mi madre nos mandaba a mi hermana y a mí para que compráramos unas cuantas sardinas arenques para la cena. Recuerdo, que ya en casa, en la cocina, cada sardi-na era envuelta en un trozo de papel de estraza o de periódico, para ser aplastada entre la quijá de la puerta. Después se las sa-caba de aquel papel envoltorio y se apartaban con cuidado las es-camas, las tripas y la raspa, has-ta quedar sólo el lomo y el resto de carne, que nos servirían de comida. Las sardinas arenques, saladas como perros (nunca en-tendí porque se decía eso, pues lo perros no son salados), como expresaban la gente, parecían

que nos dejaban abotijada y encorchada la lengua, pero, eso sí, después de deleitarnos con su sabor, y…¡ cómo satisfacían el apetito! Además parecía que la cara se rociaba de flama. El agua que había que beber ayu-daba a serenar las inquietudes

que el hambre producía, junto con el mucho pan que invitaban a comer.

Huevos Siempre el huevo ha sido un alimento necesario para soco-rrer el apetito. Desde mucho tiempo se ha di-cho que el huevo fresco, y si es posible con un poquito de vino,

era como mejor alimentaba. No es cierto. El huevo necesita rom-per sus proteínas, bien batién-

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¿Quién no recuerda estas sardinas, tan dormidas durante

muchos años en el baúl de los

recuerdos? ...que el huevo pasado por agua

nació como consecuencia de

un error...

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GASTRONOMÍA TRADICIONAL. CONFRONCIOS GASTRONOMÍA TRADICIONAL. CONFRONCIOS

ciaremos como cocina propia. Y eso sucedió, cuando aquellos franceses napoleónicos asal-taron y expoliaron a España: hurtaron la receta de la fritada de huevo batido guadalupense, y de esta manera, los franceses

dieron la vuelta a la tortilla, y nunca mejor dicho. No sola-mente robaron en Extremadura la receta de la tortilla, también, entre otras cosas, se apoderaron de la receta de la perdiz al modo de Alcántara,.

La tortilla al modo del Monas-terio de Guadalupe, ha podido ir modificándose algo en su preparación con el transcurrir de los años. Por ejemplo, yo, al terminar de batir un huevo, le añado un chorreoncillo de leche (no empecemos, si descremada o no, con tan poca cantidad de leche no nos va aumentar el dichoso colesterol). Si ésta, la leche, espesa y apelmaza la ela-boración de una buena salsa, de lo que sea, en su matrimonio con el huevo batido, se realza la fritura, ofreciéndole, al término de la misma, y antes de comerla, una consistencia aún más jugo-sa y muy blanda, como si la len-gua durmiera sobre un mullido colchón de lana. Y si ya es exquisita la tortilla de aquella manera, tampoco es de desperdiciar la boda con otros alimentos: chorizo, ja-món, atún… y patata. Con este ultimo alimento, los franceses “nos han concedido el honor” de llamarlas omelette espagno-le. Si la tortilla guadalupana es socorrida en la cena y, cómo no, como elemento de bocadi-llo en una excursión o en una estación de tren o de autobuses, mientras se espera, la tortilla de patata también es el socorro de muchos hogares. Es el auxilio no solamente para la cena, tam-bién lo es para las jiras campes-tres, ocupando el primer lugar en la cesta de mimbre y un lu-gar de preferencia en la manta extendida en el suelo de una de-hesa. Parece ser, por lo último que he podido leer en un artí-culo de nuestra prensa regional, que la tortilla de patata tuvo su nacencia en la ciudad de Villa-nueva de la Serena, allá por el

año 1798, siendo su padre des-cubridor el hacendado Joseph de Tena Godoy y Malfeyto, se-gún el investigador del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC Javier López Linage. La tortilla de patata, para mí, siempre ha sido un manjar es-perado y ansiado, sobre todo, cuando mi madre la preparaba. Aún no sé cuál era su arte secre-to para hacerla, pero sí sé que comer un trozo de ella era como saborear un zumo de huevo ba-tido y pasado por el ardor de un aceite caliente, donde rezuma su esencia entre la blandura de las patatas; era para mí como un beso que surge de unos labios con amor. Seguro que habrá más con-froncios que apacigüen el ham-bre y serenen los estómagos quebrantados, y que otras per-sonas hayan comido. Seguro. Pero no los conozco y no los he probado. Todos los confroncios (los que he ido presentando a lo largo de estos tres capítulos escritos en esta Revista) forman parte de un condio, o sea, tienen que ser acompañados de una buena morterá de pan; con él, el ham-bre sabrá huir mejor de nuestro pensamiento y el rebaña(d)ero quedará hundido y perdido, al menos por un día, en el abismo de la saciedad. Al día siguien-te, [...] danos el pan nuestro de cada día, y no nos deje de caer en tentación […] Y es que… Todos los duelos con pan, son menos.

turna, como el huevo frito y la tortilla. Y quizás, la forma de satisfacernos como plato único, es porque somos más medite-rráneos que aquellos, los anglo-sajones. A nosotros el pan no nos puede faltar en la mesa, y éste debe ser bien mojeteado en el huevo pasado por agua. Ah, un porriquitín de sal no estará de más que se le añada. Para mí ha formado muchas noches parte de mi dieta, como plato único mientras era es-tudiante. ¿Que qué hacía para su elaboración? Sencillamente, ponía a calentar agua en una cazuelilla. Cuando el agua es-taba hirviendo, introducía el huevo, cuidando que la cáscara no se cascara. Esperaba unos momentos; mi madre me decía que, mientras el huevo estuvie-ra en el agua, rezara la oración del Credo y después lo sacara. Una vez que yo consideraba que estaba hecho, lo abría y lo vertía en una vaso, y le añadía un poco de sal al gusto; mezclaba bien la clara con la yema, y agregaba pan cortado en resmillón, hasta que todo el huevo, después de remolinear el contenido, queda-ban bien mezclados. ¿Acaso no es una buena y benéfica cena? Los anglosajones suelen dejar cocer el huevo durante unos tres minutos. De esta manera la clara se espesa más, y así basta con comer el contenido directa-mente del huevo, habiendo per-forado previamente unos de los extremos del mismo (colocado en su copita especial, y, según el sibaritismo que se alcance, con un perforador especial para el caso), con una cucharadita. Es bueno de sabor, pero no satisfa-ce tanto como “el nuestro”. Huevo duro

La preparación del huevo duro, es la prolongación del tiempo de cocción, en referen-cia al huevo pasado por agua. Si es verdad que esta modalidad forma parte de determinados

platos gastronómico (véase la ensaladilla rusa, entre otros), no es menos verdad que era co-mido solo, sobre todo los días de jira, aunque siempre acom-pañado de mucho pan. El huevo duro, muchas veces al masticarlo, nos produce una

sensación de añugo, por su se-quedad. Basta entonces acom-pañarlo con otro mordisco, pero de pan, para que su textura se modifique y la sensación de atolladero oral mejore.

La tortilla Nadie puede negar que la tor-tilla no ocupe un lugar privile-giado en nuestra gastronomía, sobre todo cuando de cenar se trata, como los anteriores, o matar el hambre en la sala de espera de una estación de auto-

buses o de tren. La tortilla, sin más, la sen-cilla, la que los españoles mal llamamos francesa (omelette nature, la dicen los franceses), es un invento español. El ape-llidarse francesa, fue porque los gabachos supieron vender bien lo que robaron (habitual, en ellos), y esto fue un robo y una expoliación que nuestros veci-nos transpirenaicos realizaron en nuestra Península. A ellos les dedico esta canción:

Los gabachos, sin decoro,Suya la tortilla acogen,Sabedores que robabanLa receta a unos monjes.En Guadalupe moraron Jerónimos, por entonces,Y entre enfermos e indigentes,Entre cocina y oraciones:Hacen agitar a un huevo, Y a freír en aceite ponen,Para cubrir, sin recelos,El ayuno, y usar su goce.

Quísose, en una afortunada ocasión, hace ya algunos siglos, que los frailes Jerónimos del Monasterio de Guadalupe en-sayaran lo siguiente: que con un huevo bien batido en un plato, y añadido posteriormente dicho batido en una sartén con aceite bien caliente, ello se transfor-mara en un alimento blando, almohadillado y de sabor ex-traordinario y dulzón. Este fue el ensayo, y esta su consecuen-cia: la tortilla. Dicho sustento ha quedado en herencia como uno de los alimentos más im-portantes en hogares españoles.Si es frecuente decir en Espa-ña: que inventen los demás; los gabachos dicen: que inventen otros la gastronomía que noso-tros la patentaremos y poten-

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los frailes Jerónimos

pusieron el huevo batido en una

sartén con aceite

Seguro que habrá más confroncios que apacigüen el hambre y serenen los estómagos... Guillermo

Paniagua Parejo(De mi libro:

Paquitas, ¿qué como hoy?)

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GASTRONOMÍA TRADICIONAL. EL PUCHERO DE BARRO Y EL CAFÉ

El puchero de barro y el Café

Al recordar cosas de mi infancia, pues tendría yo algo menos de una decena de años, y aún hoy llegan a mi me-moria las vivencias que a uno siem-pre le acompañan guardadas en el zurrón de los recuerdos, forjados y

aferrados a nuestros conceptos en lo más tradicional, y que viven en nosotros en el alegre sentir de nuestros corazones como clarín de llamada a las cosas que for-maron parte de nuestro acontecer diario. Hoy tropiezo con la silueta regordeta, de barriga ne-gra por el fuego de la candela, y que tantos almuerzos nos sirvió, fue el PUCHERO DE BARRO. Cuando el pueblo mecía las horas tempraneras de la mañana llegaba hasta nosotros con su aroma incon-fundible despertándonos los sentidos del paladar, no era otra cosa que el café hecho en el PUCHERO. Éxta-sis penetrante nacido en aquellas cocinillas donde col-gaba el candil de torcida y aceite, animador en revivir claridades en la oscuridad de los fogones. En aquellos años el PUCHERO DE BARRO era la vasija expresa para hacer el café, en modo alguno se conocía otra forma excepto en los bares donde sí se ha-cía en cafetera. La preparación del café en el PUCHERO era todo un rito esperado con impaciencia, preparar la candela o el anafe, el PUCHERO se colocaba al fuego lleno de agua, al comenzar a hervir se le añadía ACHICORIA o MALTA, en años posteriores cuando la economía empezó a fortalecerse se mezclaba con café del bueno, como solía llamarse al de CAMELLO. Su composición requería tantas cucharadas como personas participa-ban en la degustación, entonces el PUCHERO detenía por un instante su cocción por la presencia en su in-terior del torrefacto que se encontraba a temperatura

inferior a la del agua. Con una cuchara y con alguna intermitencia se removía el contenido del PUCHERO. Debe tenerse muy en cuenta que cuando se hacía de esta guisa el café eran unos años en que los muchachos, también los mayores, podíamos presumir de pantalo-nes remendados, chambras y camisas de puños y cue-llos vueltos para darles algo mas de vida, o sea, no se tenía casi nada. Con el cocer del PUCHERO todo iba tomando co-chura hasta llegar a subir, casi a rebosar, entonces se apartaba, a continuación con las tenazas limpias se co-gía un ascua del fuego y se introducía en el PUCHERO, cosa que nunca llegué a comprender su significado. Consultada esta artimaña a personas de mi entorno todos coincidieron en que sin el ascua el café no tenía el regusto al paladar que dicho ingrediente le propor-cionaba, también ganaba en color. Con todo este proceso se conseguía un café de MA-TA-HAMBRE, como un agua turbia que se endulazaba con unas pastillas de sacarina que nos llegaban de Gi-braltar o del vecino país Portugal. Esta era una de las cosas que nos proporcionaba nuestro gran protagonis-ta EL PUCHERO DE BARRO. Este café se tomaba en casi todas las casas. Grandes tazones migados con pan tostado que absorbía casi todo el líquido, exigiendo ser ingerido con suma rapidez antes de que esto llegara a suceder. EL PUCHERO DE BARRO fue en la cocina de aque-llos lejanos años pieza de interés, de un interés ma-jestuoso. Porque lo vemos como un distintivo al que nunca se olvida, debido al servicio que nos prestó, su recuerdo es como una estampa alegre evocando un algo de nuestras cosas. Vasija panzuda y elegante, con esa figura de SANCHO es lo suficientemente atractivo como para que hoy siga interesándonos.

Caf

é de

puc

hero

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LorenzoMedel

Retazos de EXTREMADURA

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RETAZOS DE EXTREMADURA. PREGONERO EN MÓSTOLES RETAZOS DE EXTREMADURA. PREGONERO EN MÓSTOLES

Pregonero en MóstolesJosé Antonio Gutiérrez Ortíz

Sres. ConcejalesSr. Presidente del Hogar Extremeño de Móstoles, queridoEmilio, queridos ami-gos todos, buenas no-

ches:

Pregonero del Pregonero, vengo hoy a anunciaros la llegada a este Hogar de un vendedor de pala-

bras y sonrisas. Sí, como lo oís: un hombre que os viene a vender, a cambio de vaso de buen vino, que dijo el clásico, un puñado de pa-labras que os saquen la sonrisa de paseo.

Este que veis aquí –estoy paro-diando a Cervantes, perdonadme la osadía-, de frente despejado, sonrisa franca y mano abierta al

apretón ami-go y al abra-zo fraterno, este, digo, es Jose Antonio Gutiérrez Or-tíz, que viene a nosostros esta noche p r e g o n e r o de suculen-tos regocijos. Viene a traer-nos su mer-cadería fresca y la anuncia con voz lim-pia y alegría c o nt a g i o s a . Hombre cla-ro y concilia-

dor donde los haya, se le ve venir, transparente y bueno, machadia-namente bueno, a pesar de haber andado durante años por las tra-seras de Don Benito –os cuento esto porque allí, en Don Benito, ejerció durante varios años su pro-fesión de practicante, de ahí, lo de “las traseras”-. En esa profesión se ganó la confianza, el respeto y el cariño de sus paisanos. Don Beni-to no tiene secretos para él.

Hombre humanísimo y humanis-ta, hace de la amistad la vocación y saca de la entrega, sabiduría. Buen conversador, siempre de palabra fácil, de chispeante elocuencia, puede dibujar una sonrisa en los labios del interlocutor sean cuales sean las circunstancias o los sinsa-bores del momento.

Ha estudiado la antropología extremeña, en particular la dom-benitense, hasta lo exhaustivo. Co-noce el folklore, las costumbres, coplas, romances, chascarrillos y todo lo que se puede o pudo defi-nir la manera de ser de su ciudad. Sabe la vida y milagros de cada uno de esos personajes populares

El v

erso

ale

gre

que determinan la idiosincrasia de Don Benito y es depositario de miles de esas anécdotas sabrosas que convierten un lu-gar anónimo en un sitio para vivir. Son innumerables los proyectos cultu-rales que ha puesto en marcha o en los que ha participado de manera muy activa: recopilaciones de obras de autores que, sin sus desvelos, permancerían inéditos y anónimos, como José Ortíz “El Sastrecillo”; colabora asiduamen-te con la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento dombenitense en la publicación de libros de autores o temas locales; ha contribuido con su trabajo infatigable a la fundación y el mantenimiento de revistas de contenido divulgativo de nuestro folklore y nuestra cultura, de la que es buen ejemplo “Caramancho”; ha pronunciado discursos y pregones por toda la geografía extremeña… Y todo este trabajo y toda esta ilu-sión, ha terminado por convertirlo en un personaje fundamental en la vida de su ciudad y, por extensión de toda Extremadura.

Jose Antonio Gutiérrez Ortíz tie-ne el verso alegre, la prosa festiva, la palabra ágil, el corazón ancho y la mano tendida. Yo se la estreché un día y desde entonces me siento orgulloso de llamarlo amigo. De que él me llame amigo. Estoy seguro de que, a partir de ahora, a voso-tros os pasará lo mismo. Con él os dejo. Muchas Gracias.

TRAS LOS SALUDOS DE RIGOR….

Cualquier emigración, por muy conve-niente que sea, siempre es dolorosa; siem-pre es traumática. Porque, el que emigra, es considerado como una rama desgajada del árbol.

Aunque, no obstante, por el carácter

bonachón del extremeño, unido a su la-boriosidad, al final, consigue adaptarse a cualquier etnia; respetando, a la vez, los usos y costumbres de ésta.

Así creo que ocurre en la mayoría de ex-tremeños afincados en Móstoles que, a cambio de su trabajo, hoy comparten el pan y la sal. Y… ¡TODOS TAN CON-TENTOS!

ALGUNOS RETAZOS DEL PREGÓN

En este año del Señor de 2007, me dirijo a todos ustedes y, muy especialmente, a los miembros de la Junta Directiva como sín-dicos, braceros, percheros o currantes que son, sin poltrona, sin salario ni prebenda alguna, por trabajar en la 36 Comisión de Fiestas y Regocijos del Hogar Extremeño; tan firmemente asentado en este histó-rico y acogedor pueblo de Móstoles, os vengo a animar y animo a todo paisano, vecino, socio o parroquiano, bien sea en condición de: solteros, viudos, casados y doncellas que las hubiere, jubilados, pre-jubilados, tetados o destetados, dentados o desdentados, amados o desamados y otros ados amanerados. Jóvenes, jóvenes con arrugas o arrugados jóvenes…

Que quieran y sepan, sin prisa y sin pau-sa, folgar y escanciar, danzar y rezar, aflo-jando el zurrón y empinando el porrón.

Jugar sin pecado, para no pecar en esta semana tan cultural.

Y por el poder que me habéis con-ferido, al ser vuestro pregonero…

Con todo cariño os vengo en de-cir… Y os digo:

Que jamás desfallezcáis en el no-ble empeño de llevaar la Cultura a todo extremeño, de la Extremadu-ra.

Que lo que laboráis sea de buen agrado. Y en los años de vacas fla-cas, a mal tiempo, buena cara.

Que no hay mal que cien años dure. Y a Dios rogando y con el mazo dando.

Sed humanos, desprendidos, ale-gres y gentiles.

Con los hombres, sed correctos. Con las damas, galantes, con los niños, cariñosos.

Y… ¡Siempre de buen talante!

Que por estos pagos, al buey que trille, no se le ponga bozal.

Que vuestras obras sean buenas. Y que nadie se le ocurra, el pisar parcela ajena.

Ha estudiado la antropología

extremeña hasta lo

exhaustivo

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tiene verso alegre, la prosa festiva,

la palabra ágil, el corazón ancho y la mano tendida

José Iglesias Benítez

Hogar Extremeño de Móstoles14/12/07

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RETAZOS DE EXTREMADURA. PREGONERO EN MÓSTOLES RETAZOS DE EXTREMADURA. PREGONERO EN MÓSTOLES

Que cada oveja trisque con su pareja.

Que cada pucherito tenga su tapaderita. Y cada alma su almario.

Que nadie murmure de otro porque somos carne humana.

Que, en cada casa de jabonero, el que no se cae… ¡Resbala!

Pues no hay pellejo de aceite, que no tenga una botana.

(Y tras estas moralinas con sa-bijóndas consejas, animo a ma-yores y pequeños que durante esta semana cultural se vistan a lo extremeño.)

Y no dejen de danzar, con sen-timiento y ternura, las danzas de nuestra tierra. Las danzas de Extremadura.

Así recuperaremos nuestra Cultura. Que no hemos de olvidar. Lo que nunca debía-mos haber olvidado.

Hoy, este pregonero, no deja de preguntarse el por qué los extreme-ños hemos ido olvidando nuestras tradiciones. Ya en el siglo pasado, de ello se lamentaba nuestro poeta Gabriel y Galán, en el dulce poema al “Cristo Benditu”:

¿Ondi juerun los tiempos aquellosque pué que no güelvan,cuando yo juí persona leíaque jizu comediasy aleluyas también y cantarispa cantalos en una vigüela?

Ya no güelvin los tiempos de altoncisya no tengo ilusionis de aquellasni jago aleluyasni jago comedias, ni jago cantarispa cantalos en una vigüela…

Qué lejos quedan los tiempos aquellos, donde las gentes de mi pueblo, solían can-tar así:

…Pastoras de Don Benitoque bien os vais a lucircon la rueca y con el husopor las calles de Madrid…

¿Por qué hemos ido perdiendo nuestras

tradiciones…? ¿Dónde fueron nuestros cantares?¿ Donde marchó “El vaquero de la sierra”?¿ Dónde “la serrana del calde-ro”?, ¿o las ducles tonadillas de la Virgen

y el pastor…? ¿Por qué ya no decimos:…”Madres las ovejitas se ido al trigo”? ¿Es que el pastor se ha dormido? Si es así, creo que ya es hora de que despierte…

Perdonad que yo no encuentre respuesta a las preguntas que me he hecho. Pero sí que os digo, con cierto rubor: …

Que admiro a los andalucespor ese celo y empeñode introducir su folklorepor los pueblos extremeños.

Y son ejemplo vigente

para todo el extremeñoque tiene su rica danzasumida en tan triste sueño.

Me duele ver por la feriasde nuestra tierra galanaa tanta moza extremeñavestirse de sevillana.

Y a los mozos extremeñosles digo, no puede serhacer nuestra Extremaduracon sombrero cordobés.

Porque en toda Andalucía,yo les digo y lo reseño,que jamás vi a un andaluzdisfrazarse de extremeño.

Aunque a mí también me consta,que la Virgen del Rocío,ha dicho a la de Las Cruces:¡Ay que ver qué bien se llevanextremeños y andaluces!

Estas humildes cuartetas se las dedico a dos grupos folklóricos que luchan por lo nuestro, que son: “EL MIAJÓN” y “CA-RAMANCHO”.

Y si ustedes me acompañan, les dedicamos un caluroso aplauso por su buen hacer.

(Después de esta perorata con mo-ralina y sermón, no es mi deseo meter la pata, y vuelvo con mi pre-gón, diciendo al clérigo Gregorio de Salas que, sus décimas detracto-ras, hoy no tendrían razón, cuando dijo con empeño: …)

…“Espíritu desunidoanima a los extremeñosjamás entran en empeñosni quieren tomar partidocada cual en sí metidoy contento en su rincón,aunque es hombre de razón,vivo ingenio y agudeza vienen a ser por pereza

los indios de la Nación…

Mientras existan extremeños como D. Emilio y su Junta Directiva orga-nizando actividades culturales, puramen-te extremeñas, su famosa décima, ha de quedar relegada.

Benditos seáis los que día a día, con vuestro trabajo y esfuerzo engrande-

céis a Extremadura y a los extremeños.

Me consta que habéis organizado un amplio y ameno programa con activida-des culturales: exposiciones, homenajes con bellotas de oro, para aquél que por su buen hacer le sea merecido. Por ello, a todos los que habéis participado en la or-ganización. Recibir mi enhorabuena.

Sé que habrá platos típicos preparados por vosotros mismos para su degusta-ción.

¡Vamos! Como diría un castizo ¡Que ha-brá pitanza! Y tal vez… ¿Habrá matanza?

¡Oh, la matanza extremeña!... Gran día se decía por entonces; aunque con cierta irreverencia, así lo decían nuestros abue-los, padres y algún que otro vecino, un poco maquilero, que yo conozco:

“Tres días hay en el añoque relumbran más que el sol:la matanza, la vendimiay el día del estrujón…”

Hoy al venir el alba, por todas las calles y plazas de Móstoles, se oye un dulce y ale-gre pregón, que a todos nos invita a una boda extremeña, de las de tronío. Así reza tal invitación:…

La señora longanizase quiere casar mañanacon el señor Pedro Lomopariente de la papada.El morcón, será el padrinola morcilla, convidada¡quién fuera a ese casamiento,de familia tan honrada!

Todos los extremeños hemos descubier-to la importancia que tiene nuestra gas-tronomía, tan valorada en el mundo en-tero; aunque lo malo va a ser cuando los chinos prueben nuestro jamón y les guste su sabor, como creo que ya ha empezado

a ocurrir.

Por distintas causas, muchos extreme-ños han dejado de consumir chacina, y causa de ello, es que ya no tienen lípidos ni colesterol en sangre. Pero, la verdad,… ¿a que se ríen menos?

Como podrán apreciar ustedes al coinci-dir las matanzas con el tiempo navideño, bien queda reflejado nuestro apetito por las chacinas, así lo indican de muy anti-guo las letras de los aguinaldos:…

No quiero jigos podríosni bellotas con ventanaslo que quiero es un chorizopara el cocido mañana.

… … … … … … … … … … … …

Ya viene la viejacon el farinatole ha parecido muchoy le ha cortado un cacho.

Este último aguinaldo se cantaba por las zonas de Coria y Moraleja, San Mar-tín de Trevejo, el Payo y otros pueblos de Salamanca. (Cultura de la transhumancia leonesa-extremeña o extremeña-leonesa)

Y ya para ir finalizando este pregón, que con todo cariño he freguado en Don Be-nito, tan sólo me queda el reiteraros mi eterno agradecimiento, al haber dedicado esta 36 edición de la semana cultural, a mi pueblo. A mi Don Benito. Pueblo extre-meño (cómo diría un casitzo: donde los haiga)

También aprovecho esta ocasión para desearos a todos una Felíz Navidad y un venturoso año 2008. O bien, un feliz sols-ticio de invierno, como diría un cursi.

Y así se despide de ustedes, este humilde pregonero:…

Allá va la despedidacon un gesto muy bonitoque en noble abrazo se unan:Móstoles y Don Benito…

¡Muchas gracias a todos!Móstoles, 14/XII/2007

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Benditos seáis los que día a día engrandecéis a

Extremadura y a los extremeños

José AntonioGutiérrez Ortíz

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RETAZOS DE EXTREMADURA. AQUELLA TALAVERILLA RETAZOS DE EXTREMADURA. HOGAR EXTREMEÑO EN MÓSTOLES

Sobre aquella Talaverillaa tí, Caramancho

A ti te toco, mi Tala-verilla. Las aguas del Tajo, vinieron por ti, cubrieron de agua tu esen-cia, tu vida, y allí

te quedaron hundida en las aguas porque tú estabas en aquel camino, la senda que hicieron para retomar-las en aquel pantano, tan regio, tan fuerte, de tanta importancia, cuyo nombre le pusieron, Pantano de Valdecañas. Las aguas del cielo cayeron muy mansas, pero el Río Tajo se hizo tan fuerte, con aguas sobradas, y en él se fijaron para embalsarlas, con las que formaron un grandioso embalse de mucha importancia, que es nuestra alegría porque da servicio, a riegos y a grandes turbinas que nos propor-cionan la luz deseada.¿Pero y tú, pobre pueblo de Talaveri-lla…? No hubo conciencia, porque a ti las aguas del Tajo te inundaron y ya te perdimos, mi Talaverilla. Cuantos sueños y cuantas alegrías se te rom-pieron, cuantas ilusiones y cuantos amores que ya se perdieron. Tus noches de ronda, y aquellas canciones de mozos y mozas vesti-das de reinas que la Luna clara ponía tan bonitas con cien mil estrellas en las bellas noches con luces de plata. Todo se ha quedado bajo el agua, pero no las almas, que dicen que lloran con lágrimas vivas… qué pena. Las aguas lloraron, fue triste la trage-dia, y hasta el Sol cegó sus rayos, los puso en tinieblas. Y la Luna, en sus bellas noches de luz tan serena, no pudo salir, se escondió en el cielo con cien mil estre-

llas a llorar sus penas.¡Qué pena, mi Talaverilla, con lo guapa que eras…! A ti te tocó, morir en las aguas… ¿No pudo ser otra, más triste y más fea…? Resurge del fondo como una Sirena, en las noches claras, y dinos aquellas canciones, que en tiempo pasados cantaban tus mozos y mozas. Y sal por las noches con la Luna Clara, que te esperaremos, querida del alma. Ya no hay esperanza, las aguas del Tajo han muerto en este reino que tantos amaban. Y las aguas corren, como silenciosas, pero van con ellas, lágrimas de sangre, de amores perdidos que se tragó el agua. ¡¡ Ay, TALAVE-RILLA, mira que eras guapa…!!

Talaverilla, tu fuiste,hermosa perla en tu vida,y una razón poseídahizo que tú fueras triste;¡fue tanto lo que sufristecon tu ingrata inundación…!que perdiste la razónpara luchar por vivir, entregándote a morircon tan valiente tesón

Aqu

ella

Tal

aver

illa50 51

JoséLemús Fuentes

Hogar Extremeño en Móstoles

Es para mí un reto, que acepto con orgullo, dirigirme a la gran familia “Caraman-cho” y a los Dombe-nitenses , desde este

marco que me ofrece Genari Mo-reno y su Junta Directiva para in-tentar mostrar el inicio, desarrollo y vivencias de las casas regionales extremeñas en el exterior.

Durante casi una década he re-presentado como presidente al Ho-gar Extremeño de Móstoles, con esta experiencia intentaré que se entienda el origen, desarrollo y funcionamiento del centro al que pertenezco y que será con diferen-tes matices, un botón de muestra de cómo se han formado y desa-rrollado las casas regionales en el exterior.

Como Extremeño nacido en Madrid, hijo de emigrantes de Vi-llanueva del Fresno (Badajoz) de donde mis padres tuvieron que emigrar primero a Francia y más tarde a la capital de España, descu-brí realmente Extremadura a través del Hogar Extremeño de Mósto-les, reviviendo durante estos años imágenes, vivencias y sobre todo la recuperación del recuerdo de mi abuelo materno “Matías” y mi abuela paterna “Cándida”, que un día sufrieron el desarraigo de su pueblo (Villanueva del Fresno) en la década de los cincuenta por las necesidades de la época.

En 1981, hace ya 27 años un gru-po de extremeños residentes en

Móstoles se reúnen para organizar y formar un centro regional extre-meño en la localidad, el objetivo en principio es juntarse para ir de-sarrollando actividades que llenen el vacío personal y emocional de haber salido de sus pueblos o ciu-dades de origen, hay que recordar que mas de un millón de extreme-ños tuvieron que emigrar a Madrid,

Vascongadas, Cataluña, Alemania, Francia, etc.

Se empezó a trabajar con mucha ilusión, dedicación y esfuerzo, y comenzó una andadura que dura 27 años. Durante este periodo de tiempo, y como en toda asociación de cualquier índole, no han faltado los problemas, sobre todo econó-

micos, dado que el centro básica-mente se mantiene de las cuotas de sus socios.

En esta primera fase pervivía la fuerte necesidad de sentir todas aquellas vivencias que dos o tres veces al año recuperaban en sus lugares de origen; Navidad, verano, Semana Santa, recordad las dificul-

tades que a nivel de infraestructu-ras existían para llegar a Extrema-dura, los viajes eran interminables, no me imagino desde puntos como San Sebastián, Bilbao o Cataluña, etc.

Con el devenir del tiempo las ca-rreteras, los medios de transporte y la mejora del nivel económico A

llí ta

mbi

én

A mis abuelos “Matías y Cándida” a los que tuve la suerte de conocer y tengo siempre en el corazón

Ya no hay esperanza,

las aguas del Tajo han muerto en este

reino que tantos amaban.

Page 28: CARAMANCHOS - Nº 9 (2008)

RETAZOS DE EXTREMADURA. HOGAR EXTREMEÑO EN MÓSTOLES

facilitaron que los emigrantes tuvieran la oportunidad de visitar con mayor regula-ridad la tierra que les vio nacer, contribu-yendo al desarrollo interno de cada pueblo y ciudad extremeña.

En este sentido las Casas Regionales fo-mentaron en cada localidad donde estaban ubicadas nuestras costumbres, el folklore, la gastronomía, la cultura, en definitiva la entidad extremeña a todos los ciudadanos, fueran de origen extremeño o no.

En los años 70 y 80 empieza a desarrollarse en el cinturón de las grandes ciudades y en pueblos de la periferia la gran explosión de la construcción, Móstoles, Alcorcón, Géta-fe, Leganés, Coslada, etc. En este cinturón es donde los emigrantes empiezan a ad-quirir viviendas a precio asequible aunque con mucho esfuerzo, y es en estos pueblos, hoy grandes ciudades de 150.000-200.000 habitantes donde empiezan a prosperar y donde sus hijos se educan, intentando no perder el arraigo con nuestra tierra.

Actualmente en la Comunidad de Madrid existen 25 Casas Extremeñas asociadas en la F.A.E.C.A.M. (Federación de Asociacio-nes Extremeñas en la Comunidad de Ma-

drid) existiendo federación en Cataluña, Euskadi y Anda-lucía.

Mención especial hay que hacer a todos aquellos hom-bres y mujeres, bien por ser cónyuge o atraídos por nues-tras actividades, que sin tener origen extremeño asumieron nuestra identidad sin perder la propia, y trabajaron y tra-bajan como un extremeño más en mantener el funcio-namiento de los centros, tene-mos como socios a gallegos, andaluces, castellanos, etc. este es un ejemplo de la in-tegración de los ciudadanos de diferentes comunidades y países a través de las casas re-gionales.

En la actualidad y no sin dificultad, se-guimos trabajando en mantener nuestras raíces y tradiciones, en colaboración con los distintos organismos extremeños, bien sea la Junta de Extremadura, Diputacio-nes, Ayuntamientos, etc. Intentamos dar una nueva imagen de nuestra comunidad, trabajamos por el presente, apostando por el futuro pero en ningún caso sin olvidar nuestro pasado, pasado que con nuestros errores y aciertos nos han hecho como somos, gen-te con un arrai-go especial hacia su tierra, como bien dice mi ami-go Luis Carranza Prada ( Presidente Honorífico de la F.A.E.C.A.M.) no dejemos de incul-car a nuestros hi-jos y nietos el amor

por la tierra de nuestros padres y abuelos, esto quizás, será lo más importante que po-damos hacer por Extremadura.

A vosotros “Caramanchos” animaros a seguir en esta labor tan importante que estáis realizando, sois, como otros grupos folklóricos extremeños la imagen donde nos miramos, en vuestro trabajo, esfuerzo y dedicación, se refleja parte de lo que so-mos, allí donde actuáis sois la imagen de Don Benito y Extremadura , desde estas líneas quiero animar a los Dombenitenses que apoyen y ayuden al “Grupo Caraman-cho” porque reflejan vuestras raíces más profundas, y porque en una sociedad con-sumista que nos engulle sin darnos cuen-ta, debemos recuperar y no dejar morir lo nuestro, aquello que hemos heredado de nuestros padres y abuelos.

Un fuerte abrazo

52

a vosotros, Caramanchos,

animaros a seguir en esta labor tan

importante

Emilio Méndez Santana

VicepresidenteHogar Extremeño de

Móstoles

RETAZOS DE EXTREMADURA. FIESTAS INTERÉS TURÍSTICO 53

Negritos de San Blas y Peropalo

Ya en la anterior edición aludimos a los disantos de febrero, pero sólo hablamos del día 2, en el que festejan el

“candelero”, ahora toca hacer refe-rencia al del día tercero, el santo “gargantero”; para ello, nos acerca-mos a la localidad de Montehermo-so , situada al norte de la provincia de Cáceres, en la comarca denomi-nada “Valle de Alagón”, muy próxi-mo a las conocidas comarcas de “Hurdes” y “Sierra de Gata” y a las importantes localidades de Plasen-cia y Coria, donde cada día 3 de este mes loco, celebran la festividad dedicada a San Blas. Sobre el origen de esta celebra-ción, LOS NEGRITOS DE SAN BLAS, una de las fiestas tradicio-nales más antiguas de Extremadu-ra, pues ya en el siglo XVI se tiene constancia de ella; la tradición más arraigada en el municipio relata que existía una familia pobre que vivía en los alrededores de la localidad y para sacar algo de dinero acudían por San Blas a bailarle al santo y a cambio los lugareños les daban li-mosnas. Cada año representaban una danza distinta. Así, pasaron 17 años hasta que terminaron con su repertorio de danzas y decidie-ron acudir con las caras tiznadas de negro. Gustó tanto su presencia ese año que los lugareños les ani-maron a que siguieran bajando por San Blas pero que lo hicieran con las caras tiznadas de negro y repre-sentaran cada año todos los bailes que habían representado durante

ese tiempo. Desde entonces, cada año ha ido creciendo la afluencia de turistas debido principalmente a la gran promoción que se da a la misma. Los vecinos tienen una gran parti-cipación ataviándose de trajes típi-cos y mostrando a los visitantes los bailes tradicionales acompañados de los sones de la flauta y el tam-boril. Un buen número de danzas, en un total de 17, se bailan al son del tamboril por los lugares más

significativos del pueblo por el gru-po «Los Negritos» que lucen el traje de gala de Montehermoso, singular vestimenta que destaca por sus co-loridos bordados y que en la cabeza llevan un gorro de aspecto militar, que según parece fue traído de África por un vecino del pueblo. Los protagonistas de la fiesta, jun-to al santo, son los “Negritos”, un grupo de siete danzarines, que con las caras tiznadas con corcha que-mada y los sones de sus castañue-

Inte

rés

turís

tico

Page 29: CARAMANCHOS - Nº 9 (2008)

RETAZOS DE EXTREMADURA. FIESTAS INTERÉS TURÍSTICORETAZOS DE EXTREMADURA. FIESTAS INTERÉS TURÍSTICO

las (hechas de corazón de encina), hacen las delicias de todos los que presencian sus fascinantes bailes. El componente burlesco del grupo es el “Palotero”, cuya vestimenta es como la de un bufón y que porta a sus espaldas un zurrón de piel de cabra para guardar los instrumentos del resto del gru-po (palos de jara, tijera, navaja, martillo, cinta y pujavante). Sobre su cabeza luce un majestuoso gorro de colores y adornos que se asemeja a la mitra de un obispo y además porta unas enormes castañuelas de corcho que son más grandes que las de los ‘negritos’. La fiesta arranca el día 2 de febrero con Las Candelas, al atardecer, cuando los Ne-gritos, aún sin tiznar, con su tradicional indumentaria, y acompañados del Palote-ro, van a buscar a los mayordomos, para ir después hasta la iglesia de San Sebastián y a la ermita de San Bartolomé, morada habi-tual de San Blas. En la ermita “El Palotero” se anima a bailar, pero es incordiado por los demás “Negritos” que se lo impiden y son éstos los que bailan uno a uno. Termi-nado el sobrecogedor acto en el interior del templo , durante toda la noche, los Ne-gritos al son de las castañuelas y del tam-boril tan típicos de esta tierra, recorren los domicilios de los antiguos mayordomos, como agradecimiento a su devoción al San-to y por su colaboración al mantenimiento de esta fiesta tradicional.

A primera hora de la mañana, del día 3, el tamborilero recoge al Palotero y uno a uno al resto de los Negritos, que van ataviados con el traje tradicional de gala por ser el día del santo. Todos ellos se dirigen a casa de los mayordomos, en donde hacen el ritual de tiznarse las caras de negro con corcha quemada, como rezaba la tradición. Cuando las campanas comienzan a sonar, los Negritos y mayordomos acuden a la Iglesia para recoger al sacerdote y, acompa-ñados por numerosos devotos, se dirigen a la ermita del Santo, donde se realizarán los actos religiosos y la bendición de los cono-cidos como cordones de San Blas. Al finali-zar la liturgia, sacan al Santo y los Negritos le rinden honores con sus bailes. La imagen del Santo recorre en procesión las calles hasta la plaza mayor, en la que se vuelven a repetir las danzas y se traslada a San Blas a la iglesia del pueblo, en donde se queda durante unos días. Luego el resto del día, Negritos y mayordomos van por el pueblo pidiendo la “maná” y vendiendo los “Cordones” para que la gente se los anude al cuello y se protejan de los males de gar-ganta.

PEROPALO

Tampoco podemos pasar por alto, otras fiestas características de este mes, EL CARNAVAL, que, aunque muy celebrado en nu-

merosas localidades extremeñas, en alguna como en el municipio cacereño de Villa-nueva de la Vera, se festeje de un modo algo más alejado del colorido al que esta época nos tiene acostumbrado, y , esa particula-ridad es uno de los motivos que hace más atrayente a esta fiesta de “EL PEROPALO” Peropalo es el nombre con el que se conoce a un muñeco, de tamaño natural, relleno de paja en torno al cual gira siempre el carna-val. La fiesta consiste básicamente en una serie de ritos en los tres días de carnaval y van desde su confección a su muerte. Pero

¿quién fue el Peropalo?; ¿Un judío perse-guido por toda España? ¿un violador, un traidor? ¿o fue un recaudador de impues-tos? Para buscar sus orígenes, hay muchas teorías pero todas aún están un poco du-dosas. Por un lado se dice que era un judío que vivía en la sierra y que durante la época del Carnaval bajaba al pueblo a dar rienda suelta a sus pasiones, deshonrando a todas las mozas y saqueando todo lo posible. Por otro lado se dice que era un cobrador de impuestos que existió en el tiempo en que Villanueva era una Villa del Condado de Valverde y que el pueblo ajustició cuan-do se independizaron de éste. Se conocen muchas versiones más, pero en realidad los habitantes de esta población no le dan im-portancia a sus orígenes, que no es otro que el del mismo carnaval, por lo que hay que remontarse muy atrás en el tiempo para poder explicarlo, hasta los mismos inicios de la era cristiana. A las cinco de la tarde del domingo de sexagésima (una semana antes del carna-val), desde la casa del peropalero mayor, se saca la cabeza del Peropalo, que, por estar hecha de una raíz de brezo, se la conoce también como “la Turra”. Bajo el ritmo de un sólo tambor, con un toque especial, se hace el recorrido habitual. Una vez guarda-da de nuevo, se bailan jotas al tiempo que, los capitanes ofrecen un convite de dulces, limonada y sangría. Esta primera salida, a ritmo rápido, es el anuncio de la proximi-dad de la fiesta y de que el personaje, al que se le denomina en alguna copla tradicional como “Revive”, estará presente un año más en la fiesta de carnaval. Esta semana entre la salida de la Cabe-za y la llegada del carnaval transcurre con gran actividad y cierto nerviosismo para todo el pueblo; en casa de los capitanes se realizan dulces para el convite del martes, los calabaceros recaban las calabazas, los escopeteros llenan los cartuchos de papel y, de vez en cuando, pegan tiros al aire. Todo estará a punto para que el sábado, en torno a las cinco de la tarde, se coloque en un ex-tremo de la plaza la aguja, una especie de escalera, en la que el Pero palo pasará gran parte de los tres días de su corta vida. Sin embargo, no es hasta la noche sin luna que va del sábado al domingo cuando se realiza, en sitio secreto, la fabricación del muñeco. Como utensilios tan sólo se utilizará una mesa de matanza sobre la que se coloca un traje de una pieza, negro, con una manga cosida al bolsillo y con un guante blanco en la otra; al lado, un montón de heno para rellenarlo. Esto lo irán haciendo los pero paleros en completo silencio a la vez que se recitan coplas al son de un sólo tambor. Se

utiliza un palo largo que se une a la cabeza. Se completa con un par de zapatos, negros y nuevos, un pañuelo blanco, de pico, y un sombrero. Se cose la apertura y es de ritual que sea una mano femenina la que cierra las zonas erógenas. Se le remata colocándo-le un cigarrillo en la boca. Un alegre redoble y gritos de júbilo rematan el rito. Luego se le vela hasta que sea la hora de llevarlo a la aguja. Al amanecer del Domingo, acom-pañado por una procesión conocida como la PROCESIÓN DEL SILEN-CIO, caracterizada por el sigilo de los participantes, ha sido llevado muy temprano a la plaza. Ya está el PeroPalo en su sitio: la aguja; miran-do honrosa hacia la muchedumbre. Permanecerá allí todo el día hasta que llegue el atardecer, que se le lle-vará a dormir a casa de la familia Sa-linero, que desde épocas remotas ha sido la encargada del PeroPalo. Du-rante el día se le dará paseos por el pueblo, junto a las rondas, y al final se le hará la “JUDIÁ”, que es un anti-guo ritual, que consiste en separarse en dos bandos: a favor y en contra del PeroPalo; arremeten unos contra otros, simulando un duelo al tiempo que el PeroPalo es inclinado hasta casi rozar el suelo. En todas estas salidas el PeroPalo siempre irá acompañado de Pero Paleros y Tamborileros, que no le dejarán en ningún momento durante la fiesta. El Lunes, como en el día anterior el Pero Palo está colocado en su escalera, pero hoy

ya está de lado, colocado en una dirección diferente, de modo que el martes, en vez de mostrar la cara enseñará, a quien le mire desde la plaza, la espalda. El juicio ha co-menzado. Durante el día irá a dar paseos con las rondas y al atardecer se le hará la “JUDIÁ” tras la cual todos iran a dormir, pues llega el “MARTES GORDO”. El tan esperado día amanece con el so-nido de los tambores que se tocan durante el Toque de Diana, pues han de despertar a los capitanes para que inicien los prepa-rativos de las tareas del día. También des-pertaran al alcalde y a todos aquellos que así lo hayan solicitado a los peropaleros, recibiéndoles a cambio con dulces, vino y aguardiente. Después irán a por el Peropa-lo para juzgarlo en el ayuntamiento, y ser condenado a muerte por traición tal como está escrito en un cartel que se le pone a la espalda. La sentencia es anunciada por un jinete, que con la cara tiznada , vestido de forma grotesca y a lomos de un burro, lo anuncia a todo el pueblo escoltado por la justicia que dispara salvas al aire y acom-pañado de una muchedumbre ruidosa que canta diversas canciones. Por otra parte, casi simultáneamente, se procede a la entrega de la bandera, de color blanco y en su centro una franja rosa y una media luna con rostro antropomórfico, al Capitán de la fiesta y unas alabardas a los

miembros varones de un grupo de acom-pañantes. Todos, bellamente ataviados, dan una vuelta por las calles del pueblo para acabar colocando la bandera en el balcón del domicilio del Capitán, el cual invita a dulces y bebidas a los acompañantes y a quienes se acercan por su calle. Sobre las tres de la tarde del Martes se

efectúa el llamado ofertorio, aportación económica voluntaria que se realiza ante las autoridades locales, siendo golpeados los oferentes por los “calabaceros” que aporrean a éstos con unas calabazas que penden de un palo. Poco después, el Pero Palo vuelve a recorrer las calles de Villa-nueva acompañado por una larga comitiva de hombres y, especialmente mujeres; to-dos engalanados con trajes regionales. Esta procesión la encabeza el Capitán con la bandera del festejo y la Capitana, con una gruesa zarza en la mano de la que cuelga un llamativo chorizo que representa los atributos varoniles del protagonista (pues su nombre, de procedencia griega, signifi-ca “el privado de falo”). Tras varias vueltas por las calles del pueblo cantando coplas relacionadas unas con el Peropalo, y otras de carácter tradicional; se acaba la proce-sión en la plaza, donde, al lado del lugar en que están los calabaceros, se hace un gran círculo, cerrado por los alabarderos, para proceder a la “JURA DE BANDERA”, que,

consiste en una exhibición de la habi-lidad de los varones en el manejo de la bandera. Hacia las seis de la tarde se pone fin al ritual con la muerte del Peropalo que se realiza entre división de opiniones del pueblo. Este muñeco, cuya cabe-za se guarda para el año siguiente, es manteado entre disparos de salva has-ta que, finalmente, es quemado entre llantos simulados de unos y algarabía de otros, finalizando el festejo con la invitación a dulces y vino por parte del “capitán” y la distribución de las cenizas por la plaza. No podemos finalizar nuestra na-rración de las Fiestas, sin hacer una importante anotación sobre su rico folklore, tan entrañable en estos fes-tejos con las rondas tradicionales; importante recurso de confraterni-zación entre autóctonos y visitantes,

cauce abierto para la participación de to-dos, permitiendo una gran integración, pues cualquier visitante que se acerca a una ronda es cogido del brazo y llevado en todo su recorrido como uno más.

54 55

...cada día, el peropalo escolocado en

una dirección diferente...

Raquel Valadés

La fiesta arranca el día 2 de

febrero con las Candelas,

al atardecer...

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Artículos VARIOS

ARTÍCULOS VARIOS. AGRADECIMIENTO 57

Agradecimiento

Para mí es un moti-vo de satisfacción poder escribir unas líneas en esta re-vista. Es más, es motivo de gratitud

porque por una colaboración que tuve con esta Agrupación en la grabación de los discos que reco-gen las jotas extremeñas que ellos interpretan, me acogieron con un

cariño y una amistad, que todavía perduran. Tengo recuerdos muy gratos compartiendo con los componen-tes del Grupo: ensayos, actuacio-nes, viajes... Sevilla, Barcelona, Palma de Mallorca, Francia, Ale-mania, Bélgica, Holanda... Ellos han seguido llevando los bailes y canciones de nuestra tierra extre-meña a muchos lugares del mun-do y han sido embajadores del

nombre de nuestra ciudad. Gracias a sus instrumentistas en colaboración con la Co-

ral de Don Benito se pudo grabar en dos ocasiones la Misa Popular Extremeña.

Creo que es justo destacar

también la unión que existe entre los miembros de la Agrupación. Soy testigo del comportamiento ejemplar, cívico y fraterno de es-tos jóvenes, especialmente cuando están lejos de casa. Es cierto que siempre ha habido una buena di-rección. Conocí mejor los tiempos de Loli Viñegla, quien actuó siem-pre con competencia y solicitud por todos; pero creo que siempre ha estado al frente la persona ade-cuada para que se mantenga la unidad y el prestigio de esta Agru-pación. Expreso estos sentimientos per-sonales y creo que son sinceros y objetivos. Por eso, entiendo que los “Caramanchos” merecen mu-chos aplausos, mucho agradeci-miento y toda la ayuda que ellos soliciten.

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EmilioBravo Jiménez

Page 31: CARAMANCHOS - Nº 9 (2008)

Cos

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dos

La costumbre de vivir,es la transmisión del sentir

Hay que preservar las tradiciones igual que se conservan los buenos amigos, un buen lienzo, una joya, un hermoso cuadro, un encaje, un buen vino..., “las populares melo-días de los CARAMANCHOS” -

por ejemplo. Si esto no ocurriese, nuestros recuerdos se tornarían grises y carecerían de valor; se perderían con ellos y para siempre la experiencia acumulada durante siglos, para quedar en aras del olvido y la ignorancia.

Pero las rememoraciones serían más duraderas y fia-bles sí además de ser revividas, se mantuviesen escri-tas, mediante tradiciones, folklores, orígenes y raíces... a los cuales pertenecemos.

En la enciclopedia de Historia de España está el re-cuerdo impreso sobre los inicios de la villa de Don Be-nito; en ella nos dice que “tiene su origen en la cesión (1469) de los territorios de un hacendado a los pobla-dores de Don Llorente, que había sido destruido por las inundaciones, y a los de Medellín, descontento de la tutela efectuada por el Conde homónimo. El nuevo municipio tomó el nombre de su benefactor”.

De aquí se deduce, que es fundamental imprimir bajo “la fórmula del recuerdo impreso”; porque curiosa-mente cada cierto tiempo y por propia inclinación y vía natural, nos hemos sentido y seguiremos sintien-do la imperiosa necesidad de volver a ellos: Es por eso mismo que preservamos su valor y profundo significa-do. Sin embargo ¿Cómo es posible - por ejemplo - que el origen de esta pequeña ciudad se haya sumido en un auténtico misterio? Porque: “la fecha sí parece clara, pero falta saber quién fue el fundador, quién fue ese Señor llamado Don Benito”.

Esto no solamente me lo he preguntado yo; se lo pre-guntan muchos conciudadanos; se lo preguntó tam-bién en su día María Dolores, apellidada Cabezas de Herrera Fernández con el libro Historia de Don Benito; del que he recogido textualmente las líneas anteriores y en donde la autora dejó reflejada su labor de investiga-ción: consultando, recopilando archivos entre los años 1488- 1810. (Dicho libro, me vino a las manos, en una de mis visitas a la Biblioteca Pública de Badajoz; y en donde particularmente se demuestra que el recuerdo por vía oral, falla).

Deducimos claramente -pues- que el Hombre nece-sita rememorar, honrar y velar con celo, lo más valioso de la existencia; y lo hace para obtener el poder de vol-ver a gozar con los recuerdos; entre otras cosas, porque presiente que es la máxima manifestación del peregri-naje en la vida; por eso los atesora a fin de poder volver cíclicamente a identificarse.

Formulo mi caso personal: Bellos recuerdos me ligan a Don Benito; buenas costumbres e inolvidables ami-gos:

Todos los hombres que conozco - mis amigos –son superiores a mí en algún sentido. En ese sentido aprendo - de ellos.(Henry David Torreau)Los viejos amigos sondebilidades culturales.(Mª.J.F.S)

ACIERTO LITERARIO.

« Cuatro compañeros de pluma y sombrerosin par en un mundode gráfica voz,llevan cada unola insignia en el pecho:

Caballero, emblemático, escritor, español».(Ma. J.F.S)

Sólo Dios sabe cuándo volveremos a reunirnos... Sin embargo, guardo una grata experiencia (2007-2008) vivida en Don Benito:

El recuerdo de amigos que considero “insustituibles”. Podré tener muchas amistades, pero siempre los reme-moraré de manera especial: “¡Vale la pena quedar sus nombres impresos!” ELLOS SON:

Francisco Sánchez de Quirós. (- Corazón de oro y pluma hermosa -; Guillermo Paniagua Parejo - crea-dor humano por excelencia -; Basilio Fernández Cres-po - poeta de hoy de ayer de siempre -; José Antonio Gutiérrez Ortiz - escritor con gracia sal y pimienta...)

POEMA EN EL RECUERDO.(Ma J.F.S)

El Hombre está lleno de evocaciones: Sabemos que es un animal de costumbre; luego entonces, mientras el ser Humano siga existiendo, debería ser Tradicional (teniendo cuidado con las transmisiones, creencias, prácticas..., o atavismos que esclavicen):

<La costumbre de vivir -EL HOMBRE- lo trasmite en el sentir>

ARTÍCULOS VARIOS. EL LIBRILLO DE LA JAMBREARTÍCULOS VARIOS. LA COSTUMBRE DE VIVIR58 59

El Librillo de la JambreJuan de Mera, el Zapatero perdío

Una de las personalidades más re-levantes del panorama cultural de Extremadura de principios del siglo XX, fue el Académico correspon-diente en Extremadura de la Real Academia Española, Rafael García

Plata de Osma, (1870-1918), historiador, etnógrafo, folklorista y filólogo popular. A pesar de haber cursado la carrera de Leyes, se dedicó con un interés especial a estudiar las costumbres y juegos de la infancia y a recoger las manifestaciones populares de las fiestas y refranes de muchas localidades de nuestra comunidad autónoma. Aunque su origen era sevillano, nació en Guadalcanal de padre andaluz y madre extremeña, fue uno de los grandes defensores de todo lo típicamente extremeño, sobre todo de mostrar el alma sencilla de los niños y los adultos del pueblo cacereño de Alcuescar donde vivió gran parte de su vida, como así lo avalan los nu-merosos artículos de la investigación y análisis de la realidad extremeña, publicados, gran parte de ellos, en la REVISTA DE EXTREMADURA, de la que era uno de los más destacados colaboradores. Del Tomo IV (1904) de la citada revista, fundada por nueve académicos de la Comisión de Monumentos de Cáceres en 1899, transcribimos el romance “El Librillo de la Jambre” recogido por nuestro insigne folklorista, en Zorita (Cáceres). Romance popular del que se des-prende una amarga enseñanza –como nos dice García-Plata: “La prosperidad humana es del dominio de los más pícaros”. Su lectura

es un paseo

p o r l a pi-

caresca popular que nos hace recordar características y actitudes comunes a los personajes de la novela pi-caresca, como es la conducta del zapatero, marcada por la trampa ingeniosa y la astucia. Igualmente nos hace recordar muchos de nuestros refranes populares: “Estudia más un “necesitao” que un “abogao”, “Donde no hay honor no hay dolor”, “El dinero al ignorante, lo hace necio y petulante”, “Más vale maña que fuerza”, “El ladrón que roba a otro ladrón tiene cien años de perdón”…

PRIMERA PARTE

Sentáos al pie de mi / si querig que os cuente yo / la historia mas divertida / que en papeles se escribió; / la historia de Juan de Mera, / quehace teimpo que murió, / ó el zapatero perdido, / zangandumbo, mogollón, / que para comer de balde / siempre se las arregló. / Es-tábase Juan con hambre / en su pobre caserón, / y en El Libro de la Jambre / vais á ver lo que estudió.Fuése a casa de un vecino / apellidado Zurrón, / que era también su compadre / y hombre de buen corazón. / Le dijo:-Compadre mío, / compadre mío Zurrón, / déme usted la su escopeta / pa matar un gorrión, / que tenemos mucha hambre / en el pobre caserón.Se fue el compadre pa el cuarto, / la escopeta la sacó, / y dijo:-Compadre mío, / yo no tengo mulición, / pos aunque tengo escopeta / no fui nunca cazador.-No se apure usted, compadre: / yo no quiero muli-ción; / déme usted la su escopeta / y, si tiene, un misto ú dos.-Tome tres mistos, compadre / que mistos tengo un montón.Cogió la escopeta Juan / y á su casa se marchó; / su mu-jer que lo vió entrar, / le dijo;-¡Ay, Juan por Dio! / ¿ande vas con la escopeta, / a buscar la perdición? … Y en tanto Juan se reía, / á su mujer contestó: / -Yo me voy á buscar mundo / por las tierras del Señor, / pa que coman nuestros hijos / tocino, queso y jamón. -Por Dios, no te vayas, hombre / hombre, quédate por Dios. -Mira, mujer, yo me voy / á quitarle al Pa Prior / diez mil reales que ha cogido / de los bueyes que vendió. -¡Por Dios Juan!... ¿Y la justicia? / -No tengas ningún temor, / que El Librillo de la Jambre Juan de Mera lo estudió. / y despues de estas palabras / á su mujer la dejó, / y al convento de Malillo / sus pasos encaminó.

Cuatro ladrones famosos / en el camino en-contró; / y uno que iba más lantero / con el trabu-

co apuntó, / y le dijo a Juan de Mera, / que al momento se paró.

-Dame el dinero que llevas; / y si me dices que no / harécarne pa los cuervos / que P

lata

de

Osm

a

Mª JoséFernández Sánchez

Page 32: CARAMANCHOS - Nº 9 (2008)

ARTÍCULOS VARIOS. EL LIBRILLO DE LA JAMBRE

andan por alrededor.-¿Cómo sug daré dineros / si en

cata de él vengo yo? / si querig que lo encontremos / haiga un poco de atención. / He salido de Zorita/ porque la

hambre me hechó, / y he jurado no volver / sin

un poco de calor / pa mi mujer y mis hi-

jos, / que mueren sin compasión. / Al convento de Malillo, / llevo hecha la inten-ción / de en-

trarme solo esta noche, / y quitarle al

Pa Prior / diez mil reales que ha cogido / de los bueyes que vendió.-¿Y tú vas a ser capaz, / dijo el famoso ladrón, / de entrar solo en el convento / á robar al Pa Prior, / si ninguno de nosotros / nunca jamás lo logró? -Ya berig si soy ca-paz, / y si me falta va-lor / haced carne pa los cuervos / con Juanillo el remendón. -Ya veremos si Jua-nillo / se atrevió ú no se atrevió, / pog nosotros estaremos / de bigila al-rededor. Juanillo llegó al con-vento / y tiró del aldabón; / abrió la puerta el porte-ro / al punto que conoció

/ por la voz á Juan de Mera, / zapatero del Prior. -¿Qué se le ofrece al hermano? / el fraile le preguntó. -Dios le guarde, buen hermano; / dígale ust, al Pa Prior / que su pobre zapatero, / su criado y Servidor, / quiere platicar con él / en esta misma ocasión. / El fraile se fue pa dentro: / á poco rato volvió / y le dijo á Juan de Mera / que esperaba el Superior. / Pasó Juanillo pa lante / y á la celda s´allegó, / donde estaba solo orando / Fray Francisco, el Pa Prior. -¿Qué te pasa, qué te pasa, / que te veo tan tristón? -Perdone la su merced / si le quito su oración, / pero hace ya tres días / que mi boca no probó / ni tan sólo una sed de agua, / porque me mata el dolor / de quedar mis hijos solos, /sin amparo y sin amor... -habla presto, buen Juanillo, / y di que te sucedió. Con la cara compugía, / fue Juan y se arrodilló / á los pies del Pa Francisco, / y de este modo le habló: / -¡Padre mío, Padre mío, / tenga de mí compasión, / pida al cielo que perdone / á este pobre pecador!... / ¡Padre mío, Padre mío, / déme también su per-dón!... -¿quieres acabar, Juanillo, / y no ser tan machacón?

-Voy a contar santo Padre, / lo que al pobre Juan pasó: / hace tres noches cabales, / entre la una y las dos, / tres hombres muy bien armados / llaman á mi caserón; / abro la puerta y me dicen: “Zapatero remendón, / sabemos que en el Malillo / la entrá nunca te negó / el buen Padre Fray Francisco, / que es el Padre Su-perior, / que ha cogido diez mil reales / de los bueyes que vendió. Á nosostros, Juan de Mera, / no permite el Pa Prior / que le hablemos ´n el convento / porque nos tiene temor: / bay tu a verle y á decirle / que te entregue á ti el bolsón / con el dinero que tiene / de los bueyes que vendió. / Cinco días te guardamos, / zapatero remen-dón, / y si no robas los cuartos, / de tu cuerpo bonachón / se hará carne pa los cuervos / que andan por alrededor. / Conque á vivir y amañarse, / y no te falte el valor. / Y despues de amenazarme / la partida, se marchó. / Me quedé muerto de miedo, / y con gran tri-bulación / he venido pa el convento: … / á pedirle … su perdón … / Padre mío, Padre mío, / tenga mi compasión’ … / ¡Desgraciados de los hijos / que mi cariño engendró’!... - No te asustes, no te asustes; / Mera, no seas tontón: / que te saca del apuro / Fray Francisco el Pa Prior. / Toma al momento los cuartos / que están en ese cajón, / que vale más tu persona / que el dinero del bolsón. Padre mío, ¿y el pecado / que voy á cometer yo? Yo te absuelvo buen Juanillo, / que no es tuya la inten-ción. / El fraile tendió la mano / y le echó la bendición / a Juanillo, que, llorando, / ambas manos le tendió. Salió del convento al punto, / y a poco que se alejó / con los cuatro bandoleros / en el camino topó.

-¿Y qué tal has escapado / con el Padre Superior? -Me fue muy bien compañeros / escapé más que mejor / aquí trigo los dineros / metidos en el bolsón. -¡Bien, por Juan el zapatero! / -¡Bien, por Juan el remen-dón! / Y los cuatro, tos á una, / bailaban sin ton ni son. / -Vivan los hombres valientes / dijo el más fiero ladrón, / que sólo con su escopeta / el dinero consiguió. -¡Cá!, respondió Juan de Mera / con la mi escopeta, no; / la dejé en la portería / para subir al salón / donde estaba Fray Francisco / ocupado en la oración… / La mi escopeta no sirve, / pog que nadie la cargó / que solo le puse un misto / pa que la tenga temor. -Eres el hombre más tuno / que ninguno conoció. / Vente con nosotros, Juan, / por esos montes de Dios: / serás nuestro ca-pitán, / porque vales más que tóg;/ -Vamos pa allá, compañeros / a repartir el turrón.

SEGUNDA PARTE

Juan de Mera y los ladrones / van camino de la sierra / y cosa de media legua / sé encuentran encima della. / Se acercaron á un barranco, / y al pie de una madroñera / disponieron hacer lumbre / con haces de jaras secas, / pa repartir los dineros, / y pa aviar presto la cena. / Después que habieron cenado / una pierna de cordera, / que sacaron de un gran hoyo / tapado con yerba y piedra, / una tiende la su manta, / y en los duros y pesetas, / que es-taban en el bolsón, / echó Juan encima della. / Después que contó el dinero, / a cá uno hizo la cuenta / de dos mil reales completos, / que a cá cual correspondiera. / Después que habieron partido / les entra la dormilera, / y se tumban en las mantas, / muy cerca de la candela. Manque se acostó Juanillo, / se pasó la noche en vela, /

estudiando en El Librillo / de la Jambre, la manera / de sacar a los ladrones / los dineros que les diera. / Ya berig como Juanillo / se las valió de sus tretas, / que El Librillo de la Jambre / siempre lo supo á carrera. Cuanti, cuanti sale el día, / junto á la lumbre se sientan, / y mientras echan tabaco, / ven que por una vereda, / no muy distante de allí, / pero fuera de la sie-rra, / un hombre viene montado / en una burrilla negra, / con un carnero detrás, que atado con una cuerda / si-gue los pasos al burro, / y cada trecho baléa.

Yo conozco a ese mocete, / dijo al punto Juan de Mera: / es un mozo de Zorita / que se casa, por más señas, / pasado mañana ó el otro / con la moza de tío Tejas. / Viene de la su majada / con la carne pa las fies-tas. / ¿Qué sus apostais, amigos, / que con mañas y sin fuerza / le quito el carnero grande / que tras de la burra lleva? -A la fuerza puede ser, / pero no sin que te vea; / y si quieres apostar, / apuesto lo que tú quieras, / le contestó un compañero / que sen-tado estaba cerca. / –Pog te apuesto la mí parte, / las quinientas pesetejas / que del robo de Malillo / guardo en la mi faldiquera. / –Van a apostág, zapatero. -Pog quede la gente quieta / y miren lo que yo hago / para ganar esta apuesta. / Juanillo fuese ligero, / y tomando gran lantera / puso uno de sus zapatos / en mitad de la vereda, / por donde pa-sar tenía / el de la burrilla negra. Aluego, más cerca déste, / el otro zapato deja, / y se esconde tras las matas / de unas altas lantisque-ras. Ya llega al primer zapato / el de la burrilla negra; / al verlo dice: -Un zapato / no me sirve; sí dos fueran… / Y siguió vereda lante / sin bajarse de la bestia. Juanillo cogió el zapato / y presto, sin que lo viera / el mocete de la burra, / le toma nueva lantera; / y junto al otro zapato / se esconde en unas murteras. Llega el caminante y dice: / -¡Otro zapato! Esta es buena; / ya merece que me baje / y por el primero vuelva. / Bajóse y ató el carnero / de una espesa chaparrerra, / y sin coger el zapato / por el primero se allega. Apenas volvió la espalda, / Juan sale de las murteras, / toma zapato y carnero / y se marcha pa la sierra. / Se junta con los ladrones, / que el saber de Juan ponderan, / y éste recoge el dinero / que ha ganado con la apuesta. Y como son curiosillos, / quieren saber en qué quedan / las angustias del mecete, / cuando por lo suyo vuelva. / El mozo se fue pa el sitio / donde el zapato estuviera; / se cansó de no encon-trarlo / y volvió por la vereda: / pero tampoco el carnero / por más que lo busca encuentra. / Aburrido, el pobre dice, / cuasi llorando de pena: / -¡Este sitio está endiablado!... / ¡Esta sí que ha sido bue-na! / Me quedé sin los zapatos / y sin carne pa la fiesta… / ¿Qué me hago, qué me hago si la carne corre priesa?... / Volvamos pa la majada / y más tiempo aquí no pierda, / que me hace falta el carnero / para el día de la fiesta: / más vale que pierda diez / que la moza del tío Tejas. / Y en cuanti lo dijo el mozo, / pa atrás se fue á la carrera

Juanillo lo bido dí / como el caso comprendiera, / dijo:-Por otro carnero / vuelve el mozo á la dejesa. / ¿Qué sus apostais, amigos / que lo robo cuando vuelva, / sin que sepa quién ha sido / y sin valerme de fuerza? -Eso sí que ya es dificil, / pos el mozo vendrá alerta / y por mucho que tú hagas / no te dan de valer tus tretas / contestóle un

compañero, / poniendo la cara seria. -Bueno, ¿me apuestas la par-te? / –Pos hecha la apuesta queda. Al cabo de media hora, / el novio viene de vuelta / con otro car-nero grande / á la rastra de su bes-tia. / Juan dice a sus compañeros: / -Estése la gente quieta / y miren si el zapatero / gana ó no gana la apuesta. / Y fuése corriendo al sitio / donde el carnero perdiera / el vecino de Zo-rita; / quien al estar ya muy cerca / oye que salen balidos / de una espesa matorrera. Al punto dijo el mocete, / con la cara muy risueña; / -Bien lo decía yo / al volver á la dejesa, / que el car-nero que se pierde / no se lo traga la tierra. / Ahora me junto con dos; / ¡mejor que mejor, tío Tejas!, / que más vale la mocita / que regañando me entregas. / Bajóse de la su burra

/ y fuése á la matorrera / donde sintió que balaba / el carnero que perdiera. Pero Juan se fue escuerriendo / entre el monte, y con cau-tela / se allega pa donde estaba / parada la burra negra; / desata pronto el carnero, / y antes que el mozo volviera / el zapatero subió á la loma de la sierra. / Se junta con los ladrones, / y el que perdió las pesetas, / al momento de pagarle, / le dijo a Juanillo Mera: / -Juan, eres el mismo diablo / que se ha bajado á la tierra. Y como son curiosillos, / quieren saber en qué quedan / las angustias del mocete, / cuando por lo suyo vuelva. / El pobre anduvo buscando / muy cerca de hora y media; / cuando se cansó de andar, / se vuelve pa la vereda, / y al llegar junto á la burra / no sale de su sorpresa; / se restriega dambos ojos / y dice de esta manera: / -¡Santo Dios!... ¿Y mi carnero?... / ¿Se lo ha tragado la tierra?... / ¡Por aquí debe haber brujas / de esas que dicen que vue-lan! … / La Virgen de Guadalupe / con su mano me proteja / hasta llegar á mi casa / con mis pies y mi cabeza / que no vuelvo por aquí / manque mil años viviera. / Y el mozo muerto de miedo / se monta en su burra negra, / y sin mirar pa los lados / el caminar aligera. Juanillo lo bido di, / y pa ganar otra apuesta / á los cuatro compañeros / les dijo estas palabrejas: / -Lo que hice no fue ná: / si queríg ver donde llega / el saber del zapatero, / que lo llaman Juan de Mera, / apueste al punto la gente / otras quinientas pesetas, / á que le quito la ropa / que el mocete lleva puesta / sin ponerle enci-ma un dedo / y sin valerme de fuerzas. -Conmigo van apostág. / –La apuesta conmigo sea; / di-jeron los dos ladrones / que su parte no perdieran / en apuestas anteriores. Y contestó Juan de Mera: / -Quiero apostar con los dos, / porque si sale mi cuenta / tó el dinero de Malillo / viene pa mi faldiquera. Los ladrones replicaron: / -Si perdemos no nos pesa; / manque bien puede, Juanillo, / que lo ganado devuelvas.

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Cuanti, cuanti sale el día, / junto a la lumbre se sientan, / y mientras echan

tabaco, /

ARTÍCULOS VARIOS. EL LIBRILLO DE LA JAMBRE 61

Page 33: CARAMANCHOS - Nº 9 (2008)

ARTÍCULOS VARIOS. EL LIBRILLO DE LA JAMBRE

Como no me lo robíg… -Juanillo, no nos ofendas: / los ladrones, manque roban, / á sí mesmos se respetan. -Bug creo, compañeritos. / Vámonos con mucha priesa, / que el mocete va con miedo / y parece que alas lleva; / hay que coger esa trocha / pa sacarle la lantera, / antes que pase el camino / que se aparta de la sierra. / Atan allí los carneros / y toman campo atraviesa, / hasta ponerse delante / del pobre mozo que esperan. Cuando llegan á un gran valle, / Juan de Mera al punto ordena / que los cuatro compañeros / entre el monte se escondie-ran, / y pase lo que pasare / de su sitio no se muevan, / que desde allí pueden ver / quien á quién gana la apuesta.Juan fuése á mitad del valle, / donde había entre la yerba / un pozo con un brocal / hecho de barro y piedra; / lo cual que cerca pasaba / la vereda de la sierra. / Sacó un poco de cerote / de una de las faldiqueras; / aluego saca los chisqueh (1) / y jace que arda la yesca; / derrite aluego el cerote / y entre los dedos lo aprieta, / y con un cacho de trapo / del forro de su chaqueta / hizo un parche como un duro, / que sobre un ojo se apega; / aluego toma dos chinos, / tan grandes como ciruelas, / y se los entra en la boca / pa aumentar las carrilleras, / quedando desconocido, / y de tal y tal manera / que no lo conocería / la madre que lo pariera. En esto bido venir / al de la burrilla negra / y al pasar cer-ca del pozo / dijo con voz lastimera: / -¡Bálame Dios de los cielos! / -¡Bálame las almas buenas! / ¡Compañero, compañero, sáqueme usted de mis penas! El mocete enternecido, / le pregunta á Juan de Mera: / -¿Qué le pasa, buen amigo, / pa quejarse tan de veras? -¡Qué quiere usted que me pase!.. / ¡Malaya la suerte pe-rra / que me trujo junto al pozo / para beber agua fresca!… / Ha cosa de media hora / que de Malillo saliera / con encargo del Prior / de pagar dos mil pesetas, / por unos borregos grandes / que com-pró de una dejesa; / vine á beber á este pozo / ¡ojalá nunca viniera! / pos al sacar la petaca, / pa quitar la tapadera, / mi dinero se cayó / al fondo del agua mesma. / Manque el pozo no es muy hondo, / me hacen falta escaleras; / y ¿cómo me voy de aquí / sin que alguno quede alerta / pa que nadie se lo lleve, / mientras de Malillo vuel-va?... -Amigo, si no es más que eso / vaya usted por la escalera, / que yo no me muevo de aquí / hasta que á usted le convenga.

-Que Dios se lo pague á usted; / me voy corriendo por ella. Juanillo fuese ligero,

/ y al lle- gar á unas j u n -

que-ras, /

d on -de el m o z o no lo bía, / se agachó como

una cierva.

El mocete de Zorita, / al ver que el hombre se aleja, / mira pa el agua del pozo / y dice de esta manera: / -Nunca mejor ocasión / de recobrar la mi pérdida; / que si no llevo carneros / llevaré dos mil pesetas, / con las que puedo mercar / doscientas ó más ovejas. / ¡La Virgen de Guadalupe / de seguro oyó mis quejas!... / Pa cuando allegue su día, / hago la firme promesa / de dos cuartillos de aceite, / pa la lumbre en su fiesta. Pongamos manos á la obra / antes que el hombre vuelva. / Y sacó de entre la albarda / una estaquilla gruesa, / á onde suele atar la burra / cuando pace en la pradera, / y la clava en el brocal / hasta que muy firme queda; / una punta del cabresto / á la estaqui-lla sujeta, / y al instante á la otra punta / le pone una buena piedra, / pa ver, cuando llegue al hondo, / el agua que el pozo tenga; / la piedra llegó al hondo / á cosa de vara y media. / El mocete se des-nuda, / queda la ropa en la yerba / y baja al hondo del pozo / por la soga que recuelga. Juan que lo bido bajar, / corre al sitio con cautela, / le quita toda la ropa / y váse presto con ella / donde están los compa-ñeros / observando la faena. El mozo sale del pozo / y sin la ropa se encuentra. / ¡Allí fueron los lamentos, / al verse sin una prenda / con que taparse las carnes, / y encubrir las sus vergüenzas! / y menos mal que una manta / que lleva la burra puesta / le sirve para cubrirse / y que en cueros no lo vean. / El mozo monta en la burra, / llorando como alma en pena, / y camino de Zorita / á todos los santos reza. / Y cuando llega á su casa / á la familia le cuenta / que tiene más de mil brujas / la vereda de la sierra. En tanto que los ladrones / muertos de risa se quedan; / y dan á Juan los dineros / que ha ganado en las apuestas. El ladrón mis viejecito / fue y le dijo á Juan de Mera: /-Oye: ya tienes reunidos / dentro de tu faldiquera / el dinero de Malillo, / que ayer tarde recogieras; / y ya que tienes los cuartos, / coge también la escopeta / y vete para el tu pueblo, / ó donde á ti te parezca, / que no queremos tus mañas / por lo mucho que nos cuestan; / que sabes más que nosotros, / y si contigo vivieran, / los ladrones andarían / robando y sin una perra. Y contestó el zapatero, / tomando la su escopeta: / -Está muy bien, compañeros; / salgo al punto de la sierra, / pero bug doy un consejo, / y tenerlo muy en cuenta / si querig que en estos tiempos / la justicia no bug prenda. / Recuerde la gente siempre / aquella conseja vieja / que dice con gran saber: / «Más vale maña que fuerza. » Ya llega Juan á Zorita, / y á la su mujer entrega / los diez mil reales cabales / que llevarle prometiera. / La mujer se puso alegre, / pero le dijo con pena: / ~ ¡Ay! ¿Qué será de nosotros, / cuando el Corregidor sepa / que robaron el convento?... -Tonta mujer, nada temas; / que El Librillo de la Jambre / se lo sabe Juan de Mera. / En seguida le contó / al piecito de la letra, / lo que hizo en el convento / y lo que hizo en la sierra. / Y pa aca-bar añadió: / -Te lo cuento pa que veas / que el encuentro con la-drones / me quitó que no volviera / tan presto como quería; / pero has de saber Josefa / que si yo tardé en venir, / traigo á más de las pesetas / la absolución del Prior, / y á más, grandes indulgencias; / que el que engaña á los ladrones / tiene perdón de la Iglesia… Aprendan los que me oyeron / la historia de Juan de Mera, / que El Librillo de la Jambre / es una cosa tan buena, / que el que

lo sabe muy bien / nunca sin comer se queda. (1) el eslabón y la piedra de encender la yesca.

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Diego Soto Valadés

ARTÍCULOS VARIOS. DE SUS PRIMEROS POEMAS 63

De sus primeros poemas....a la actualidad

A continuación vamos a hacer un recorri-do por la trayectoria poética de nuestro amigo Santiago Castelo. Este recorrido comenzará en uno de sus primeros poe-

mas, publicado en el “CUADERNO DEL VERA-NO”, cuyo título es “Descansado de Morir”:…

Poe

mas

Voy abrazado a la Vidahundido en tu sementera;voy como una primaverallenándote el alma herida.Voy como el rayo que anidacon gozo en tu desconsuelo.Voy alzándome del suelo,descansado de morir…Sólo me queda vivir,amor, prendido a tu vuelo.

Al alba, madrugador,que estan los gallos alertamirando salir el sol.

La noche peina sus canasy en corral va cuanjando una pena desolada.

Hace calor. Galleandosobre la higuera aquel pollose está la cresta atusando.

Que se acerca la mañanay hay que poner en su puntolos minuteros del alba.

Del alba, madrugador, que han colocado los gallos en cada tapia un reloj.

Gallo negro, gallo negroel de la pluma azulada,dime cuándo sale el díaque tengo despierta el alma.

Sobre la torre encendidaha brillado la arborada.La copla del gallo negroen cada esquina sonaba.

Del alba, madrugador, toda la calle es un gallo dispuesto a comerse el sol.

Donde se dora el aire. En el sencillolugar de la memoria, donde el trigose hace contura por llamarte amigoy la encina nostalgia. En ese brillode la luz afilada, en el cuchilloexacto de la tarde, donde digomadre, torre, calleja, sol, postigo,nube, senara, corazón y trillo.

Donde queda la infancia. Donde anidael ayer y el mañana entrelazadoy se alza la sangre enardecida.

Donde vuelve a nacer lo ya olvidadoy vives por curar aquella herida.Donde se dora el aire. Y es tu vida.

Otro poema destacado es “Gallo Ne-gro”, publicado en el mismo libro:…

A continuación, de su nuevo libro “QUILOMBO”, vemos el siguien-te poema, “Donde se dora el aire” (Campiña Sur):…

A Justo Vila

Con el abrazo ancho y Extremeño de…

Santiago Castelo

Page 34: CARAMANCHOS - Nº 9 (2008)

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z¿Qué pasaría?

Las cosas sencillas, esas cosas y aconteci-mientos que nos suceden, que los tenemos ahí, a nuestro lado, sin que nos demos cuenta de su existencia, ya que los consi-deramos “natural”, son tan importantes y necesarias que, si no las tuviéramos a

mano y disponibles, no tendríamos más remedio que inventarlas. Pero lo malo para esas cosas cotidianas, las que nos acompañan todos los días, desde que nos levan-tamos hasta que nos entregamos al sueño reparador, es que, precisamente por estar siempre ahí, no les damos valor; creemos que nos corresponde tenerlas porque nosotros somos así de importantes, porque ellas tienen la “obligación” de estar a nuestras órdenes, dispuestas siempre a cumplir lo que podamos solicitarlas. Y no deja de ser una gran injusticia.

Vamos a echar a volar nuestra imaginación. Un día cualquiera, al levantarnos, abrimos el grifo del lavabo para asearnos, pero no sale ni una gota de agua. Nos sa-limos del baño, con la intención de tomarnos un café con unas perrunillas, a ver si, mientras tanto, vuelve el agua a nuestra cañería. Pero no tenemos ni café, ni leche, ni perrunillas, cosa rarísima porque, hasta ese momento, en casa, nunca han faltado ni el café, ni la leche, ni los dulces, ni el agua del grifo.

No pasa nada –nos decimos-, vamos al bar de la es-quina de nuestra calle y nos tomaremos un café y unas tostaditas con aceite, y todo arreglado. Pero, cuando va-mos llegando a la esquina, nos damos cuenta de que el bar está cerrado. ¡Qué cosa más rara! ¡Pero si José, (el dueño del bar), no cerró ni el día de su boda! Seguimos andando, andando, andando y no hay ningún bar abier-to. Decidimos ir a la panadería, que también venden dulces y leche, para aprovisionarnos, pero está cerrada. Y los quioscos de prensa y revistas, y los comercios, y el Ayuntamiento, y las iglesias, y los cuarteles de la Policía Municipal y Nacional, y los hospitales, y los sanatorios y… ¡Todo está cerrado! ¿Cómo voy a poder resistir sin lavarme, sin tomarme un café, una cerveza o un chatito de vino? Es imposible vivir sin pan, sin comida, sin pren-sa, sin revistas,…

Y entonces es cuando empezamos a darnos cuenta de la importancia que tienen las cosas sencillas, esas cosas que tenemos todos los días a nuestro alcance, a nuestra entera disposición y que, por ser normales y constantes, no les damos la menor importancia. Solamente cuando nos faltan, cuando no podemos contar con sus servicios, es cuando las echamos de menos. ¡Qué injusticia más grande!

Todo esto viene a cuento porque en nuestros pueblos hay personas que, sin afán crematístico alguno, ni afán de propaganda, están trabajando para que no se olviden nuestras raíces, esas raíces que no tienen nada que envi-diar a ningunas otras, sean de donde sean. Son nuestra esencia, nuestra naturaleza de pueblo, nuestras carac-terísticas de ciudadanos que se manifiestan como son, sencillas y profundas, con la profundidad que dan la honradez y la nobleza. Y en este caso me estoy refirien-do a “LOS CARAMANCHOS”, esos ciudadanos que han hecho, y están haciendo, un trabajo extraordinario en defensa de nuestras tradiciones y nuestras costumbres y que, muchas veces, por el mero hecho de estar siem-pre ahí, a nuestra disposición, sencillamente, sin darse importancia (a pesar de tener muchísima), no son valo-rados como se merecen. Esos hombres y mujeres, mu-chachos y muchachas, además de salvaguardar nuestras tradiciones y nuestras esencias que, repito, no tienen que envidiar a ninguna de ningún sitio o lugar, consumen muchas horas de sus descansos, de sus diversiones, de sus relaciones personales, con la única intención de ser-virnos a los demás, a esos que, muchas veces, somos tan cómodos que no nos paramos a pensar en el valor que tienen esas cosas que están a nuestro lado, ahí cerquita y que, encima, no nos piden nada a cambio.

Queridos “CARAMANCHOS”: Gracias por lo que habéis hecho, por lo que hacéis y por lo que vais a se-guir haciendo. Yo, como “serón” que os respeta y valora (querido Tomás Sánchez), os deseo que NUNCA nadie os eche de menos, sería señal de que seguís ahí, en la brecha, trabajando por vuestro pueblo. Felicidades y “en-horabuena”.

ARTÍCULOS VARIOS. QUÉ PASARÍA64 ARTÍCULOS VARIOS. CARTA AL HIJO DE JUANLU 65

Carta al hijo de Juanlu

Te vi por primera vez en la celebración de la misa del mes de tu padre, apareciste diminuto, pero de-cidido, con la cabeza

erguida y sonriente, no tuve la menor duda de que eras su hijo. Pasaste junto a mí y en un acto intuitivo te acaricié el pelo. En ese instante pasaron por mi cabeza miles de recuerdos de él: le vi andar con sus piernas arqueadas a la luz de la luna, la boina militar en la hombrera y la camisa caqui por fuera del pantalón, vestido de traje regional subido en un escenario a las puertas de la iglesia de San Juan, bailando en una placita una noche de feria en Cas-tilblanco...

Miles de momentos en compañía de tu padre habitan en mi cerebro, en un lugar privilegiado, guardados como un tesoro que no quiere ser destruido por el olvido. Al hacernos mayores vamos archivando pequeños trozos de nuestra infancia, momentos únicos y especiales de nuestra juven-tud y los depositamos por extractos, para que al buscarlos nos sea más fácil encontrarlos; aun así algunos se van esfumando en el olvido y llegas a la conclusión de que no serian tan importantes como a priori parecían; pues bien, si por algún motivo uno solo de los recuerdos de tu padre se me perdiesen, te aseguro que iría al pasado a robarlo, me sentaría en un banco del parque a la luz de las es-trellas, encendería un cigarro en su honor y siguiendo la estela del humo daría con ellos.

Pudiera ser que entre los trozos de recuerdos que gravitan por el cosmos

de mis células grises, fueran los del día en que tu padre y yo estábamos, inex-plicablemente, escuchando misa a las puertas de la Alcazaba árabe de Sevi-lla y una veintena de tunas tocaban al unísono a La Virgen de la Inmacula-da; nos mirábamos como queriendo saber el devenir de los acontecimien-tos y de pronto, al acabar la misa, los tunos se pusieron a bailar por las calles del barrio de Santa Cruz y de entre los geranios, empezaron a cir-cular botellas de vino al ritmo de las panderetas y al son de las bandurrias y guitarras, bebíamos envueltos en el frescor de la plaza de Doña Elvira.

Al cabo de un tiempo paramos en una taberna de esquina, en la que sonaba una mezcla de tunas y sevilla-nas. Al llegar, imantada por la magia de tu padre, sonó por los altavoces la música extremeña del candil, fue como si se le soltara un resorte a sus piernas arqueadas, se abrió un hueco entre la muchedumbre, se callaron los tunos, se levantó Sevilla para verlo... Toda Andalucía quedó prendada de su elegancia y de la armonía que su pequeño cuerpo, en ese instante juré para siempre que no me reiría más de su afición al folklore extremeño y que, además de Bob Dylan, hay otras mu-chas músicas iguales de bellas.

La muerte no sabe de música, ni de bailes; pero sabe mucho menos de las cosas del alma y de las buenas perso-nas. La muerte, carente de amigos, no estaba esa noche en Sevilla; de haber estado seguramente hoy sería la aban-derada del grupo “Caramanchos”, vestiría traje de terciopelo negro ri-beteado en cuero y semblante alegre y subida en un escenario le enseñaría

al mundo lo que una noche le enseñó Juanlu en el barrio de Santa Cruz.

Al verte en la iglesia no sólo supe que eras su hijo sino que parte de él seguía aquí.

De tu amigo, a mi mejor amigo.

En é

l

TomásChiscano Andújar

EduardoViera Hurtado

Page 35: CARAMANCHOS - Nº 9 (2008)

Úni

co“Se ha caido un árbol...”

Con estas palabras titulaste el último artículo que nos mandaste y así, he querido yo comenzar este mío, pues ahora, se ha caído uno, uno muy grande del que tan poco conocen muchos y de quien me gustaría que

conocieran tanto, para poder ver quizás, gracias a eso, la vida de otro modo, por ello, quisiera narrar cómo fue la vida de este árbol que nació aquí, por nuestra tierra, y que el destino llevó hasta África porque allí quería que diera sus mejores frutos. Para ello, tengo que agradecer los relatos que otro Her-mano, el Padre Juan, nos ha enviado sin el cuál habría cosas que ni nosotros mismos hubiéramos llegado a conocer porque tu humildad, hacía que, de ti mismo fuera de quien menos hablabas; y tal y como él lo hace, el principio de escrito, será el final de esta historia: Al mediodía del 25 de junio, el Hno. Fernando Ace-do regresó a su misión de Teticha (Etiopia) después de un viaje de dos días a Addis Abeba y Awasa. Tras llegar, todavía se puso a trabajar en la huerta de la mi-sión por unas dos horas, hasta que el superior P. Paolo Paoli llegó para charlar con él y comentando el viaje, le dijo amistosamente que dejara el trabajo, marchara a descansar un poco puesto que debía estar cansado. Sorprendentemente en Fernando, que nunca confesa-ba necesitar descanso, aceptó la idea y se retiró a su habitación. Una hora más tarde, alguien lo buscaba y el P. Paolo llamó a su puerta, al no obtener respues-ta, pensó que estaría dormido y no insistió, pero fue a la mañana siguiente, viendo que no se levantaba a la hora habitual cuando se decidió a abrir la puerta y lo encontró recostado en la cama, vestido, frío y rígido. El Padre lo había llamado a descansar definitivamente en su casa. Tenía 67 años y no había dado hasta ese momento señales de enfermedad alguna. El funeral tuvo lugar el sábado 28 de Junio, en la misión de Teticha. Unas tres mil personas abarrotaban la explanada delante de la iglesia parroquial, algo jamás visto anteriormente en la zona. El Hno. Fernando era muy popular en toda la comarca por sus muchos traba-jos de agricultura y construcción, pero sobre todo por su manera abierta y poco convencional, a veces pro-

ARTÍCULOS VARIOS. VIDA DEL HNO. ACEDO (I)66 ARTÍCULOS VARIOS. VIDA DEL HNO. ACEDO (I) 67

vocativa, de re-lacionarse

con to-d o s . E n parti-cular, s e había gran-jeado c o m o n a -die la a m i s -

tad de los jefes tradicionales del pueblo sidaza. Y allí estaban muchos de ellos en su entierro. Hubieran querido hacerle el funeral según su tradición. Sólo cuando les explicaron que Fernando profesaba otras creencias religiosas, desistieron de la idea. Aunque con frecuencia iba a hacer trabajos a otras misiones, la misión que el Hno. Fer-nando consideraba su casa era Teticha. Allí estuvo destinado durante 17 años y repetía con frecuencia que allí quería morir y ser enterrado junto al P. Gualberto Bormolini, que también tenía su tumba a la sombra de la iglesia. Dios se lo concedió, dándole ade-más un funeral fuera de lo común. Quizá porque él había sido también un misionero

fuera de lo común.

Las Raices. Fernando Acedo Gar-cía nació el 11 de marzo de 1941

en Don Benito, en el seno de una familia d e

agricultores, dato no indiferente, pues el ser agricultor fue para él más que un oficio; fue una pasión y una manera de ser. Fernando era fuerte y duro física y psicológicamente como las encinas de su región natal, acep-taba los sacrificios y privaciones como algo connatural a la vida misma. Era el segundo de seis hermanos y un niño travieso, temido por las vecinas, por-que una de sus diversiones era volcarles los cubos del agua cuando limpiaban los por-tales. Tenía una mal perder en los juegos y cuando perdía, acababa siempre peleándo-se. Sin embargo, era amigo de todos. Junto con su hermano Agustín fueron los prime-ros en ir a la escuela y mientras el mayor, acudía siempre a las clases, Fernando se quedaba por la calle, jugando o matando el tiempo en lo que mejor le parecía hasta que llegara la hora de volver a casa, por lo que se ganaba castigos casi a diario, pero le era indiferente porque lo que él quería era trabajar, no estudiar y a los 12 años inte-

rrumpió esta actividad para realizar sus primeros trabajos en el campo, era lo que más le gustaba y por muy cansa-do que estuviera, nunca se quejaba de

nada. Al mismo tiempo se aficionó a la lectura de los tebeos de la época, tenía

una gran colección que escondía bajo su cama para que nadie los tocara. Los llevaba

al campo para leerlos durante el tiempo de la siesta y fue a través de ellos, como co-menzó a despertarse en él el interés por la lectura y donde se dio cuenta que podía saber mucho más. Años después, consiguió un trabajo como ayudante de topógrafo. El hombre con quien trabajaba vio su gran interés en querer aprender y le animó a retomar los estudios que había abandonado. Hizo por las noches los cursos atrasados y en 1960, comenzó a estudiar el bachillerato por li-bre en el Instituto Nacional de Mérida,

sacando buenas notas para en 1962 volver a abandonarlos tras terminar el 2º curso esta vez para ingresar en los cambonianos.

Su familia aunque con fondo religio-so, no era practicante, todo lo más hicie-

el hermano era muy popular en

la comarca por su manera abierta

para relacionarse

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ARTÍCULOS VARIOS. VIDA DEL HNO. ACEDO (I)

ron la primera Comunión y se casaron por la Iglesia, y dentro de este ambiente religiosamente frío, un episodio vivido a los 15 años fue el primer empujón que le puso en la pista de la fe personal. Fue operado de apendicitis y en el hospital era asistido por Sor Santa, una Hermana muy especial que dejó una profunda impresión en él y abrió su corazón a valores antes desconocidos. Allí empezaron a germinar no sólo su vocación cristiana sino también la misionera, aunque tardaran en hacerse patentes.

En 1960 llegó a Don Benito como coadjutor de la Parroquia de Santiago y estando aquí, fue invitado a participar en las reuniones que celebraba la JOC (juventud Obrera Católica) donde conocería a mucha gente, entre ellos a Don Felipe Fernández, hoy Obispo de Tenerife, que era consilicio en las mismas y de quien se haría muy amigo, siendo él quien le orientara en sus futuras decisiones. En la JOC, Fernando “estaba cada día más ilusionado, se le veía realmente feliz” o así, lo manifestaban sus hermanos. El proceso de transformación culminó con su entrada en el instituto de los Misioneros Camboianos en 1963. Tenía 22 años y miedo a que su

familia no entendiera su decisión lo que hizo que no les informara previamente de su marcha y que ésta necesitara algún tiempo para entenderlo pero éste fue el comienzo de una relación nueva, sobre otras bases.

En sus períodos de vacaciones, Fernando regresaba a casa por-que, con la familia era inmensamente feliz. Todos nos reuníamos cuando venía para estar más tiempo con él y siempre nos sabía a poco. Muchos vecinos le conocían por el gran tipo de persona que fue, y por eso todos sintieron su muerte, en especial, en el barrio de San Sebastián, su barrio, donde nació y creció. A esta iglesia, la de San Sebastián, acudía fielmente cada mañana temprano para hacer su oración y participar en la Eucaristía. El día a día de sus vaca-ciones era más o menos así. Tras la Eucaristía, acudía a desayunar con su hermano Víctor para pasar toda la mañana en el campo. Le encantaba ayudarle y si no había trabajo, se sentaba debajo de un árbol a leer y comer fruta que era otra de sus pasiones. Las tar-des las dedicaba a visitar a la gente del pueblo hasta bien entrada la noche. Donde caía la hora de cenar, allí le invitaban y cenaba gustoso cualquier cosa. No quería grandes banquetes, siempre fue muy sencillo, charlaba con todo el mundo de su querida Teticha. También daba conferencias y charlas en los institutos y colegios del pueblo. Era una de las personas claves para animar los encuen-tros o para desdramatizar situaciones tensas. Sus chistes, a veces ingenuos, eran famosos no tanto por lo que eran en sí, sino por la forma inimitable de contarlos. Era una alegría serena, típica de un hombre que se encuentra identificado con lo que hace y con lo que es. Era Fernando.

El Hno.Fernando Acedo, compartiendo “la engera” comida típica de Etiopía, en una de sus tantas visitas que tenía por costumbre realizar.

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Padre Juan González Núñez

Alberto Acedo Calderón

Tenía 22 años y miedo a que su familia no entendiera su

decisión