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  REICE. Revista Electrónica Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación Red Iberoamericana de Investigación sobre Cambio y Eficacia Escolar [email protected]  ISSN (Versión impresa): ISSN (Versión en línea): 1696-4713 ESPAÑA  2006 Bonifacio Barba Casillas LA EDUCACIÓN MORAL COMO ASUNTO PÚBLICO REICE. Revista Electrónica Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación, año/vol. 4, número 001 Red Iberoamericana de Investigación sobre Cambio y Eficacia Escolar Madrid, España pp. 95-117 Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal Universidad Autónoma del Estado de México  

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  • REICE. Revista Electrnica Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educacin Red Iberoamericana de Investigacin sobre Cambio y Eficacia Escolar [email protected] ISSN (Versin impresa): ISSN (Versin en lnea): 1696-4713ESPAA

    2006 Bonifacio Barba Casillas

    LA EDUCACIN MORAL COMO ASUNTO PBLICO REICE. Revista Electrnica Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en

    Educacin, ao/vol. 4, nmero 001 Red Iberoamericana de Investigacin sobre Cambio y Eficacia Escolar

    Madrid, Espaa pp. 95-117

    Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina y el Caribe, Espaa y Portugal

    Universidad Autnoma del Estado de Mxico

  • REICE - Revista Electrnica Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educacin 2006, Vol. 4, No. 1

    LA EDUCACIN MORAL COMO ASUNTO PBLICO

    Bonifacio Barba Casillas

    La transicin que vive la sociedad mexicana (Poder Ejecutivo Federal, 2001a), tanto en su dimensin histrica larga referida al siglo XIX y a la revolucin mexicana y el rgimen que de ella deriv, como en su dimensin cercana del cambio de siglos, no es nueva en todos sus aspectos, particularmente en el poltico y el educativo, ni est aislada respecto de los procesos de cambio de otras sociedades, igual que sucedi en relacin con el liberalismo y la Ilustracin en el final del siglo XVIII y principios del XIX.

    En la prctica histrica de la poltica, es decir, en la relacin interdependiente entre el pensamiento social y la accin, se ha realizado una disputa permanente con periodos de hegemona y de ruptura de la misma acerca de los fundamentos y la justificacin de la cohesin social, la estructura y funciones del Estado, la formacin de la identidad social de los sujetos y, debido a lo anterior, se ha discutido intensamente sobre la naturaleza y fines de la socializacin escolar, de la formacin cvica y de la educacin moral. Sobre esta ltima cuestin el problema central es definir su carcter social, sus fundamentos jurdicos y sus alcances polticos.

    La filosofa poltica del estado moderno y los proyectos en que se expresa, por surgir de las relaciones sociales y a ellas estar referidos, implican siempre una perspectiva educativa de la que no se resalta su sentido moral con igual fuerza e insistencia en todo momento, cosa que s se realiza en perodos de crisis y de transicin debido a la necesidad de establecer o de reconstruir las bases de la cohesin social o a los cambios en la hegemona poltica o la formacin de una nueva. Este es el caso de los ltimos cuarenta aos de Mxico (Bizberg y Meyer, 2003; Blanco y Woldenberg, 1993; Gonzlez, 2003; Meyer, 1998; Milln y Alonso, 2000).

    La transicin mexicana ha recreado la polmica cuestin del valor de la educacin y de los valores en la educacin pues ellos son el elemento definitorio de su sentido humanista al realizar sus funciones sociales y polticas. En otro sentido, pero vinculado al anterior, se ha renovado el inters por la educacin en valores a causa del lugar que stos tienen en el proceso de personalizacin o de desarrollo de la identidad psicosocial, del cual forma parte la adquisicin de la moralidad. Por su naturaleza pblica, la educacin moral es educacin poltica (Cf. Escmez, 2003; Halstead y Taylor, 1996; Haydon, 2003).

    Todos estos cambios dieron un nuevo impulso a la reflexin sobre la experiencia escolar y sobre la fundamentacin, fines, contenidos y mtodos de la formacin moral (social, cvica, tica). En otras palabras, se replante el horizonte humanista de la educacin frente a su dimensin puramente econmica y vocacional y sus concreciones como currculo institucional. Al mismo tiempo, el papel de la institucin escolar y sus relaciones con el sistema poltico y con la sociedad tambin se revisaron, lo cual tuvo repercusiones en la apropiacin social del significado y la realizacin del derecho a la educacin.

    Las pocas de cambio social se caracterizan entonces, entre otros rasgos, porque la cuestin moral emerge del campo de los supuestos, de los acuerdos sociales y de las costumbres educativas y

  • Bonifacio Barba adquiere nueva identidad y renovada importancia, con lo cual las filosofas moral, poltica y de la educacin reavivan sus vnculos epistemolgicos y prcticos. De entre estos ltimos, los vnculos polticos y pedaggicos son portadores de la aspiracin y de la exigencia de transformacin de las relaciones sociales con fundamento en el principio de la justicia.

    En la transicin social y poltica de Mxico as como en la prctica escolar la educacin moral pas de ser un tema no discutido e incluso objeto de sospecha ideolgica a uno de gran trascendencia en la filosofa de la democracia y en la teora de la educacin. Hoy se reconoce con claridad, como muestra de ello, que la moralidad es inherente a la accin humana y a la vida escolar, que sta tiene un sentido poltico, que los problemas y postulados morales no pertenecen exclusivamente al mbito de las creencias religiosas y que la educacin moral no se reduce en sus fundamentos a tales creencias. Tiene un valor singular el hecho de que la formacin cvica tienda, paulatina pero firmemente, a fundarse en los derechos humanos.

    La intensa gestacin social de los derechos humanos, el reconocimiento de la multiculturalidad, y la promocin de la interculturalidad en educacin, la democratizacin de la poltica e incluso la necesidad de la confianza como elemento de progreso en la actividad econmica, son factores que han influido en la comprensin de que la formacin moral es una condicin bsica del bienestar de las sociedades as como del sentido existencial y la identidad de las personas.

    Otros factores han contribuido al resurgimiento de la perspectiva moral y sus aplicaciones en los procesos educativos. Hay factores sociales, como el mayor acceso a la educacin y el efecto que sta tiene en las expectativas individuales y sociales y en la formacin de las mentalidades por un lado, y, por el otro, la diversidad de problemas cotidianos de la convivencia que conducen a revalorar la educacin cvica o para la ciudadana como formacin moral; existen factores intelectuales provenientes del campo de las ciencias, especficamente de la psicologa del desarrollo, de la poltica, del derecho y de la historia, y los que se originan en el campo de la tica, disciplinas todas que avanzaron en sus metas o modificaron sus paradigmas de manera significativa en los ltimos decenios resaltando, por ejemplo, una ms clara aceptacin del carcter histrico-cultural del ser humano, de las sociedades y de la formas o estructuras polticas. De manera especfica, la psicologa aport la comprensin de la diversidad de aspectos que confluyen en el desarrollo humano en general y en el desarrollo moral en particular y la tica renov la atencin a la vida cotidiana y puso el acento en las competencias para la convivencia democrtica (Camps, 1988 y 1989; Cortina, 2001). De estos cambios en las disciplinas se han originado diversas teoras y enfoques pedaggicos de la moralidad.

    Finalmente, existen factores de naturaleza esencialmente poltica o gubernativa relacionados tanto con la demanda de buen gobierno como con la participacin social y el fortalecimiento de la democracia. Ha crecido la conviccin y la exigencia de que la poltica y el gobierno el conjunto del servicio pblico, deben guiarse por criterios ticos y sujetarse a escrutinio. Esto constituye un nuevo elemento en la prctica de los derechos civiles y polticos e indica una evolucin en la poltica: se pasa del Estado que dirige omnmodamente la vida social a la sociedad que vigila la accin del gobierno y reclama su propio papel como origen e integrante del Estado.

    Este conjunto de circunstancias cambiantes conduce a plantear varias preguntas: qu antecedentes tiene la actual preocupacin por la educacin en valores y la formacin moral en Mxico?, existe una perspectiva filosfica que d unidad a este problema y tenga continuidad en nuestra historia social y educativa?, cmo se ha estudiado esta cuestin social en nuestro pas?, qu

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  • Bonifacio Barba elementos distinguen el problema de la educacin moral en la actual transicin sociopoltica de Mxico?

    Sin ofrecer una respuesta exhaustiva a tales preguntas este trabajo tiene el propsito de identificar el sustrato poltico y moral de la educacin destacando su relacin con el proceso de formacin del Estado y la identidad nacional; en otras palabras, se delinea un planteamiento poltico de la educacin moral. Con base en ello se esbozan los rasgos de un enfoque de educacin moral fundado en los valores democrticos de un Estado social de derecho. En suma, a partir del anlisis de la expresin histrica de la doble dimensin de la educacin, en tanto medio, la transformacin de la sociedad y como fin, la formacin del sujeto autnomo, se indican las condiciones para la realizacin en el presente del viejo ideal humanista del liberalismo.

    1. POLTICA, MORALIDAD Y EDUCACIN

    En la transicin que vive Mxico cambian las formas de organizacin as como la presencia y valoracin de los actores sociales poniendo de manifiesto nuevas energas sociales para la reivindicacin de los derechos y el ejercicio de las responsabilidades pblicas (Secretara de Educacin Pblica, 2001:31). Este proceso afecta la cohesin social y la identidad de individuos y grupos quienes expresan nuevas demandas polticas, econmicas y educativas a fin de influir en las acciones del Estado y garantizar sus derechos y su supervivencia.

    Las transiciones de Mxico ocurren en el contexto de la globalizacin, proceso que incluye el campo de las polticas y los servicios educativos y tiene efectos trascendentes en los valores de la educacin, como puede apreciarse en los trabajos de Delors (1996), Morin (2001) y Torres (2000).

    La transicin social va aparejada de una de tipo educacional que tiene una identidad singular por involucrar a todo el sistema educativo mexicano, su estructura y sus relaciones polticas as como sus etapas formativas en el siglo XX y sus races en el siglo XIX (Ornelas, 1995).

    Para el entendimiento de la cuestin moral la forma de las relaciones entre los seres humanos como un vnculo entre el Estado, la sociedad y la educacin y de la necesidad presente de fortalecer la orientacin tica de la socializacin escolar se requiere una perspectiva general de observacin histrica. Una que es til a tal propsito es la del liberalismo y los derechos humanos, asuntos que filosfica e histricamente estn esencialmente relacionados.

    Esta perspectiva no es ajena a nuestra historia social, cultural y constitucional. Por el contrario, contiene el motivo fundamental y el de mayor alcance histrico en las luchas emancipatorias en contra del autoritarismo y en defensa de las libertades fundamentales, primero para alcanzar la independencia poltica y despus para construir un estado democrtico y una identidad nacional (Meyer, 1995). Los ideales y logros educativos son una dimensin de tal experiencia y muestran, como otras reas de accin del Estado, las dificultades polticas y jurdicas de su realizacin.

    De acuerdo con una visin de filosofa poltica puede apreciarse que existe en Mxico un largo proceso cultural que inicia con la influencia de la Ilustracin en la Nueva Espaa y la gestacin del movimiento de independencia y se prolonga hasta los actuales dilemas y vicisitudes de la transicin poltica a la democracia, de la modernizacin econmica en el entorno de la globalizacin, de la exigencia de fortalecimiento de los derechos humanos en un horizonte de interculturalidad y la necesidad de garantizar el bienestar comn con base en un desarrollo sustentable. Se trata de un extenso e inacabado proceso de cambio en las desiguales e injustas relaciones entre clases, estamentos

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  • Bonifacio Barba y grupos sociales para formar una sociedad de derechos humanos en la que stos se establecen y mantienen como representacin histrica de la emancipacin. Los motivos sociales y constitucionales de la revolucin de independencia algunos con races en el siglo XVI tienen dimensiones que an mantienen su vigencia.

    Este largo tiempo de integracin social y de formacin cultural es el tiempo en el que ocurre la construccin del Estado, lo cual es observable en la formacin y transformacin del liberalismo mexicano (Hale, 1991, 1999; Reyes Heroles, 1982a; Villarreal, 1993). Por su contenido moral y por su inters en transformar las relaciones sociales, uno de sus mbitos de pensamiento y de accin es la educacin, para la cual postula nuevos valores y principios ticos.

    La educacin moral es una actividad humanizadora cuyo sentido no se origina ni se agota en el aula, aunque la experiencia en este espacio es esencial. El conjunto de sus dimensiones la filosfica, la terica, la sociolgica, la poltico-jurdica y la pedaggica manifiesta lo complejo de su naturaleza, rasgo que se observa en la interaccin que tienen las dimensiones al situarlas en el contexto de la formacin de la nacin mexicana y de los proyectos de ciudadana, aunque suceda que la dimensin poltica sirve para darles unidad histrica. La razn poltica es uno de los orgenes de la moral en tanto que define la constitucin de la sociedad y establece las normas para su eficaz y justo gobierno.

    La razn poltica ilustrada o liberal postula la soberana, una condicin humana original establecida como fundamento tico de las relaciones sociales y el poder. La soberana expresa un atributo social que surge de la dignidad e igualdad esenciales e inherentes a todo individuo. Por tal razn es que en la soberana se proyecta el estado democrtico como realizacin social de los derechos humanos legitimados en tanto criterios ticos y, por consecuencia, educativos. As, la justicia vincula poltica, tica y educacin.

    Con base en la igualdad y la dignidad humanas la razn poltica se establece como proyecto educativo, lo genera. Estos dos atributos y todo derecho humano no son descubiertos, comprendidos y vividos de una vez para siempre; tienen una gnesis histrica en las relaciones sociales y polticas que se expresa en la demanda por su respeto y realizacin y en su juridificacin, por una parte, y en su aplicacin en los procesos formativos por la otra. Por ello para su realizacin se requieren instituciones idneas y teoras educativas que definan la nueva identidad social y los principios pedaggicos para su formacin.

    La educacin, como proceso histrico-cultural de formacin humana, y en particular la orientacin o el aspecto que la denominan como moral es una actividad poltica que realiza la idea liberal: es el trnsito del postulado filosfico de la libertad (el derecho) a la identidad social del educando-ciudadano que lo encarna como conciencia y como relacin.

    Socialmente, la educacin moral tiene tres manifestaciones o cursos de realizacin interdependientes: es un juicio del que se desprende un propsito de cambio compartido, es un gobierno actuante por medio de nuevas instituciones y es accin escolar. Todas las manifestaciones se orientan a crear una nueva identidad nacional.

    Por lo anterior, esta forma de la educacin resulta un proceso poltico-pedaggico que representa y recrea el largo recorrido histrico de la sociedad mexicana orientado al establecimiento de relaciones basadas en la igualdad y en la dignidad humana. Liberalismo y derechos humanos, realidades que tambin se encuentran en permanente construccin sociopoltica, son el sustento racional y prctico de tal accin social que forma a los individuos, junto con las instituciones y las

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  • Bonifacio Barba leyes. La educacin misma, para realizarse y contribuir a formar la nueva sociedad, es definida por medio de instituciones y leyes propias.

    En la visin liberal, el individuo es un sujeto poltico y su formacin se fundamenta en postulados morales, la libertad el primero. As, la educacin es inherentemente un hecho moral, es definida polticamente y realizada pedaggicamente; tiene el propsito de formar la conciencia como asiento de las libertades y, por tanto, como sustento de la autonoma personal. Por ello esta orientacin de la formacin de los sujetos sociales es una forma de la poltica, porque es una experiencia y una representacin del otro y de la comunidad; sta se sostiene en las libertades que interactan en un escenario jurdico de derechos humanos.

    Psicosocialmente la educacin moral es un proceso de entendimiento de s y de los otros como sujetos de derechos en una sociedad de derechos, participativa; es una experiencia de enculturacin y aprendizaje de valores y principios ticos en la cual el individuo internaliza y desarrolla de forma personal los componentes cognitivos y afectivos de su accin social, que es accin moral.

    La idea liberal fue identificada con la nacionalidad desde la preparacin de la independencia de forma que el liberalismo moldea la nacin y se forma a la vez en tal proceso (Reyes Heroles, 1982a) dentro del cual se da una relacin interdependiente entre poltica y educacin (Lechuga, 1984). Si el liberalismo naci como una moral por ocuparse de las relaciones entre los hombres, la formacin de la nacionalidad tendr tambin connotaciones morales pues toda identidad es relacional (Buenfil, 1994).

    La difusin del pensamiento ilustrado y el extenso proceso de formacin y evolucin del liberalismo mexicano son la base ideolgica y el trasfondo poltico de la constitucin de Mxico como Estado independiente en el siglo XIX y como estado revolucionario en el XX (Hale, 1991, 1999; Reyes Heroles, 1982a). La educacin no es en el pensamiento liberal un mbito de accin aislado o con un sentido restringido institucionalmente sino un medio poltico y social preponderante para la formacin de los ciudadanos y para el fortalecimiento de las nuevas instituciones.

    No obstante las diferentes categoras analticas con las que es estudiada la educacin en Mxico, sobresale un elemento comn entre los diversos proyectos educativos, elemento que tiene dos caras interrelacionadas: contribuir a la organizacin e institucionalizacin del Estado y de la unidad nacional, por una parte, y la formacin de ciudadanos conscientes de sus derechos y comprometidos con el respeto de las libertades de los otros, por la otra.

    El anterior es uno de los principales asuntos que organizarn las relaciones de los grupos liberales entre s y con los grupos social y filosficamente opuestos. El tema se expresa en la evolucin de sus controversias, por ejemplo en torno a la libertad de enseanza, y en la secuencia de decisiones polticas que dieron forma a las definiciones jurdicas acerca del papel del Estado en la educacin. Los proyectos educativos son expresiones y medios del proyecto liberal; son escenarios de su desenvolvimiento, de sus vicisitudes y contradicciones.

    2. EL LIBERALISMO

    El liberalismo es un fenmeno histrico de la edad moderna centrado en el rea atlntica; est compuesto por las dimensiones filosfica, jurdica, poltica y econmica las cuales han evolucionado

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  • Bonifacio Barba de acuerdo a los contextos socioinstitucionales (Gray, 1992; Gutmann, 2001; Matteucci, 1995; Villarreal, 1993).

    Es una familia de filosofas polticas y un conjunto de instituciones y polticas asociadas (que) dan primaca a la proteccin de la libertad fundamental si bien hay divergencias acerca de qu sea esa libertad y qu instituciones la protejan mejor (Gutmann, 2001:8784), razn por la cual se discute tambin el alcance de la justicia (Sandel, 2000). Entre las libertades que defiende est la de conciencia, la cual est muy relacionada con la laicidad estatal y la de enseanza y, debido a ellas, con la formacin tica.

    El liberalismo toma su nombre del valor fundante de la moral, la libertad. Los elementos comunes en su concepcin de hombre y sociedad son la primaca moral de la persona (individualismo), la igualdad de estatus moral de todos los hombres (igualitarismo), la unidad moral de la especie humana (universalismo) y la corregibilidad y mejoramiento de las instituciones sociales y los acuerdos polticos o meliorismo (Gray, 1992:12).

    Las races sociales y filosficas del liberalismo son diversas pero los principales elementos de la filosofa poltica liberal fueron defendidos ya sistemticamente por J. Locke en 1690 al sostener que el individuo tiene derechos naturales como la vida, la libertad y la propiedad. Los liberales de la Constitucin de Cdiz (1812) siguen a Locke y defienden los derechos humanos contra la monarqua absoluta. Esta etapa del liberalismo representa la definicin y primera institucionalizacin de los derechos civiles y polticos.

    El denominador poltico comn del liberalismo es la defensa del estado liberal (...) un estado que termina por garantizar los derechos del individuo frente al poder poltico y por esto exige formas ms o menos complejas de representacin poltica (Matteucci, 1995:879). La libertad es el valor supremo de la vida individual y social y categora generadora y explicativa de toda una serie de condiciones polticas y sociales ntimamente ligadas entre s (Ibid.). El rechazo a la autoridad arbitraria se acompaa del establecimiento de otras formas de prctica social (Smith, 1975:579). La representacin poltica y la autoridad de origen democrtico harn necesaria la educacin cvica.

    El liberalismo mexicano se estructur inicialmente, siempre en la interaccin de pensamiento y accin poltica, en contacto con la amplia experiencia occidental de la que forma parte (Hale, 1999: 10) y no consisti simplemente en negar la herencia espaola la cual no era slo conservadurismo (Op. cit. p. 3). No puede comprenderse su evolucin y sus resultados sin su oponente, la ideologa conservadora, pues liberalismo y conservadurismo son dos caras de la evolucin poltica de Mxico (Reyes Heroles, 1982b:XIV).

    Como sucedi en las sociedades de origen, tambin en Mxico en el meollo de la idea liberal estaba el individuo libre, no coartado por ningn gobierno o corporacin, e igual a sus semejantes bajo la ley (Hale, 1991:16). Eran fundamentales, en tal sentido, el constitucionalismo y la libertad en una sociedad secularizada y un Estado laico y federalista como condiciones del progreso social y econmico.

    La doctrina liberal mexicana se form en un proceso de adaptacin a la realidad al tiempo que la transformaba por medio de instituciones y leyes surgidas de la interaccin de dos corrientes, el liberalismo democrtico que enfatiz la igualdad ante la ley, en primer trmino, y el liberalismo ilustrado que pretenda guiar al pueblo sin darle el gobierno, en segundo lugar (Reyes Heroles, 1982a). La existencia de estas dos tendencias se debe a que el liberalismo mexicano no es slo una aplicacin de la Ilustracin sino que se nutri de tradiciones jurdicas y filosficas que se remontan al siglo XVI y

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  • Bonifacio Barba estn en la raz de la concepcin social y comunitaria de los derechos humanos (de la Torre, 2001; Reyes Heroles, 1982a; Villoro, 1977).

    El itinerario poltico del liberalismo mexicano est constituido por varias etapas, si bien los investigadores no coinciden plenamente en las valoraciones y en los lmites histricos. En todo caso, representa el sustrato jurdico-poltico de los proyectos educativos y de los fines morales que los identifican.

    A la primera etapa Hale (1999) la llama poca de formacin y la sita entre 1821 y 1853 y afirma que culmina con su victoria poltico-militar en 1867 sustentada en las Leyes de Reforma y en la Constitucin de 1857 (Hale, 1991). Durante este perodo se fue delineando en Mxico una forma de gobierno y una ideologa poltica y social en vivo contacto con los problemas nacionales (Larroyo, 1967:215).

    Reyes Heroles (1982a) define una etapa de recepcin y de configuracin nacional del liberalismo ms corta, de 1808 ao en el que se exterioriza la recepcin de las ideas liberales a 1824, ao de la primera constitucin federal. En esta etapa predomina el aspecto doctrinario, opinin que comparten Prez (1983) y Villoro (1977).

    De acuerdo con la valoracin de Reyes Heroles sigue una etapa de realizaciones que llega a su plenitud en 1873 con la inclusin de los principios liberales en la constitucin de 1857. En estos aos el pas flucta entre la liquidacin de las estructuras y tradiciones de la Colonia y la construccin de un pas moderno, laico y democrtico.

    Hale, por su parte, identifica una segunda etapa que se inicia en 1867 y llega hasta 1910. En la fecha inicial el liberalismo se instaura como mito poltico unificador (1991:15) aunque sus implicaciones polticas aparecern hasta 1878, cuando a las libertades de conciencia y de expresin se unir la necesidad del orden social por la influencia del positivismo y de la poltica cientfica; el progreso ser la mxima ley social (Op. cit., p. 399). La transformacin del liberalismo por influencia del positivismo comteano provocar las crticas al porfirismo y ser un motivo decisivo para el renacer del liberalismo apenas iniciado el siglo XX.

    La tercera etapa del liberalismo se inicia con la revolucin de 1910 a la que Reyes Heroles considera una eclosin liberal plena de sentido social (1982b:XIV) porque juzga al porfirismo como una dictadura que impidi la realizacin de los principios liberales. Con una ptica diferente para estudiar los antecedentes de la revolucin mexicana, Crdova coincide sin embargo con Reyes Heroles en valorar al porfirismo como negacin de los principios liberales; por la trascendencia de la constitucin de 1857 afirma que el verdadero pasado de Mxico es su tradicin liberal (1983:87 y 88). La revolucin es la vuelta del liberalismo, el regreso de la legalidad.

    La revolucin mexicana complet y ensanch la idea liberal logrando una sociedad libre y abierta atemperando el individualismo econmico con la corriente social (Reyes Heroles, 1994), pues igual que sucedi en la revolucin de independencia, en la del siglo XX el liberalismo es slo una de sus fuentes (p. XV).

    Durante el siglo XX la disputa liberal continu. Los crticos de la revolucin, especficamente del rgimen autoritario de ella derivado, sealarn con fuerza el abandono de los ideales sociales del liberalismo revolucionario (Meyer, 1993, 1995). En contraparte, el rgimen cre un mito fundador que afirm un vnculo esencial entre el Estado revolucionario y la nacin que a la postre devino en una ideologa autoritaria. En esta tradicin, el gobierno de Miguel de la Madrid expuso su propsito de

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  • Bonifacio Barba conducir el cambio por la va institucional, la justicia, la libertad y el derecho (Poder Ejecutivo Federal, 1983:9) y la modernizacin salinista se identific a s misma como la actualizacin del liberalismo social mexicano (Moctezuma, 1993, Villarreal, 1993:29 y sigs.) al reconocer la necesidad de volver a crecer con equilibrio y justicia (Poder Ejecutivo Federal, 1989a:10) y darle primaca a la legalidad, a las libertades individuales y al aseguramiento de las condiciones que hagan efectivos los derechos sociales... (Op. cit., p. 17). Sin embargo, desde el gobierno salinista hasta el presente ha predominado la dimensin econmica del liberalismo.

    En sntesis, en la formacin y evolucin del Estado mexicano conviven y luchan las dimensiones del liberalismo y sus contradicciones se manifiestan en dos pares de tendencias. En un primer caso, en lo concerniente a la dialctica bsica del liberalismo y los derechos humanos, estn la tendencia individualista y la social o comunitaria. En el segundo caso, en relacin con la cultura y las relaciones sociales, se trata de la oposicin entre las tendencias de conservacin y de transformacin emancipadora.

    3. ESTADO Y PROYECTOS EDUCATIVOS

    La formacin del Estado mexicano en la doctrina liberal y en la filosofa de los derechos humanos incluy a la educacin como una nueva y trascendental cuestin poltica. Por ello, la gnesis y la estructuracin del sistema de instruccin pblica, en particular la definicin y aplicacin de sus orientaciones filosficas, se convirtieron en un aspecto fundamental de la construccin del Estado y de las relaciones sociales.

    Desde sus orgenes en los primeros aos de la independencia la educacin fue valorada como un medio indiscutible para la transformacin de la sociedad por dos caminos: dando un impulso renovado a la actividad econmica con la enseanza de nuevas tcnicas pues adems de la extensin de las libertades el otro gran motivo liberal era el progreso material, por un lado, y estableciendo las bases espirituales de la sociedad con la formacin de ciudadanos ilustrados, autnomos, por el otro. Para tal propsito, esta aportacin de la educacin era indisociable de los medios econmicos y polticos que resultaban valiosos por s mismos.

    En los anlisis histricos de la educacin del pas existe tanto una visin que la interpreta como el desenvolvimiento progresivo de una entidad nacional en la medida en que Estado, nacin y educacin se formaron en la ideologa liberal (Solana, Cardiel y Bolaos, 1982; Castillo, 2002), como otra que identifica diversas realizaciones culturales (Larroyo, 1967).

    En la investigacin educativa reciente existen estudios que se caracterizan por indagar con nuevos objetivos epistemolgicos los sustratos filosficos y polticos de los proyectos educativos del pas. Existen tres trabajos que tienen especial relevancia: el anlisis de los proyectos de educacin del Estado mexicano a la luz de la filosofa de la praxis (Yurn, 1994),1 el estudio del papel de la

    1 Aunque no da a su estudio una estructura de perodos histricos definidos, Prez (1983) analiza las polticas educativas con una perspectiva terica cercana a la de Yurn. La amplitud ideolgica del programa liberal se puede observar en el hecho de que comparte con la filosofa de la praxis el principio de unin entre razn y accin o en otras palabras, la primaca del objetivo de transformar la realidad.

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  • Bonifacio Barba institucin escolar en la formacin del sentimiento nacional (Vzquez, 1975) y la valoracin de la fundamentacin filosfica de las polticas educativas (Meneses, 1983, 1986, 1988, 1991, 1998).2

    Otros autores llevan a cabo estudios que no cubren toda la vida independiente de Mxico. Es el caso de lvarez (1999), quien se ocupa de los proyectos educativos a partir de la fundacin de la Secretara de Educacin Pblica en 1921, resaltando las rupturas y continuidades en la bsqueda de una educacin al servicio de la unidad nacional y del bienestar de los mexicanos; Lechuga (1984) se refiere a las orientaciones ideolgicas de la educacin en el Estado mexicano a partir de 1921 y compila trabajos sobre algunos momentos o modalidades de la educacin; Buenfil (1994) y Vaughan (2000) profundizan en la dcada de los aos treinta del siglo XX, la primera por medio del anlisis poltico del discurso cardenista y la segunda estudiando los procesos de participacin social y de negociacin en la aplicacin de la poltica cultural revolucionaria. Ornelas (1995) observa el sistema educativo mexicano en el contexto de los cambios sociales, polticos y econmicos del ltimo tercio del siglo XX y afirma la existencia de un proceso de transicin que afecta su estructura y sus funciones social, poltica y econmica. Llins (1979) estudia otro proceso de transicin de la sociedad mexicana y la gnesis del proyecto cultural de Vasconcelos; Zea, (1963) muestra la recuperacin del ideal educativo liberal del siglo XIX por parte de la generacin que hizo la revolucin mexicana. Aunque en su obra mayor (1990) no tiene como objeto central de anlisis la filosofa o la poltica educativas, con su estudio del positivismo contribuye a la comprensin de aqullas, lo cual sucede tambin con los trabajos de Hale (1991, 1999) y Reyes Heroles (1982) sobre el liberalismo mexicano.

    Al conjunto de estudios los unen dos preocupaciones: comprender la dinmica poltico-social que estructura y conduce la operacin del proyecto de socializacin escolar e identificar los elementos en los que se contiene histricamente la funcin transformadora o emancipadora de la educacin. Dentro de tales propsitos, sin que se haga explcito como tal en todos los anlisis, los trabajos se ocupan de la cuestin moral que subyace en la relacin de estado, sociedad y educacin.

    Los postulados morales de la educacin, es decir, los que expresan el contenido del bien humano y la realizacin personal, los que definen aquello que es deseable para crear la vida social justa, lo que debe ser en cuanto realizacin de valores, son un componente esencial de la filosofa educativa, la cual es expresin histrica de la praxis poltica, de la reflexin y de los intereses de los grupos sociales. Esta expresin del pensamiento se basa en la filosofa de poca, la que se comprende como las representaciones o doctrinas que pretenden expresar la estructura del mundo por medio de una conexin ms o menos coherente de conceptos e imgenes, entrelazadas con principios de valor y con ideas morales que dan razn de la conducta de un individuo o de una comunidad entera (Yurn, 1994:70 y sigs., Cf. p. 234).

    Por este origen y naturaleza, la filosofa tiene una funcin social, pues junto con la ciencia y el arte es la conciencia y la autoconciencia del ser humano (Yurn, 1994:71) funcin de donde surge precisamente su sentido educativo. Esto hace de la filosofa de la educacin una expresin de las relaciones sociales (Op. cit., p. 13).

    La historia es el espacio de la moral y de la poltica (Luis Aguilar, cit. en Prez, 1997:49) y en su dimensin prctica est referida a fines. En cuanto ciencia, ordena los hechos para distinguir lo que tienen de singular, valioso y trascendente (Op. cit., p. 53), de donde surgen las unidades

    2 El propsito de Meneses se logra ms en los dos ltimos volmenes, que estudian las tendencias educativas de 1821 a 1934. El resto del trabajo consiste ms bien en una descripcin de las caractersticas de los gobiernos y sus polticas educativas.

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  • Bonifacio Barba histricas. Estas son complexiones de hechos singulares que exhiben a primera vista una ntima trabazn gentica, (son) constelaciones de sucesos en el universo del devenir humano (Larroyo, 1982: 40). Cada unidad histrica tiene usos, costumbres, ideales educativos, morales, religiosos que orientan las acciones humanas individuales y colectivas (Prez, 1997:53).

    En relacin con la educacin, estos periodos de la evolucin cultural de las sociedades constituyen tambin unidades histricas en sucesin cronolgica que expresan proyectos de formacin (Larroyo, 1967:39, 1982). De esta manera cada etapa (de la historia de la educacin) es reflejo de las luchas polticas y los objetivos nacionales (Solana, Cardiel y Bolaos, 1982:VII).

    Estas unidades, si bien muestran cierta diversidad en algunos contornos temporales debido a las perspectivas tericas del anlisis o por los hechos que son considerados trascendentes y simblicos, esencialmente coinciden en estar orientados por la bsqueda de una sociedad nueva, igualitaria, emancipada y la formacin de la nacin sustentada en un estado de derecho. Ello puede verse en los periodos definidos por Larroyo (1967), Meneses (1983), Solana, Cardiel y Bolaos (1982), Vzquez (1975) y Yurn (1994) que se muestran en el cuadro 1.

    Como puede observarse, los grandes periodos de la educacin pblica se configuran en torno a los procesos poltico nacionales, es decir, existe un paralelismo entre las etapas del liberalismo y la formacin del Estado mexicano, por un lado, y la elaboracin socio-poltica de filosofas histricas de la educacin que se nutren de concepciones diversas en torno al conocimiento, al hombre, a la moralidad y a la realidad, por el otro (Yurn, 1994, 12). La educacin pblica, en particular, se construye sobre las bases ideolgica y jurdicas del liberalismo, sobre el cual habr de construirse el Mxico moderno (Solana, Cardiel y Bolaos, 1982:1).

    Si la educacin tiene un papel social determinante por ser la formadora de la conciencia de la nacin y de su cultura (Solana, 1982), poltica y pedaggicamente el nacionalismo acompaa a las diversas pocas del Mxico independiente recurriendo a la enseanza de la historia como medio de transmisin de la red articulada de smbolos que constituyen la verdad bsica de los ciudadanos acerca de su propio pas (Vzquez, 1975:1). Esta socializacin del ciudadano por medio de la escuela se organiza en periodos relacionados con la definicin y estructuracin del Estado siguiendo el trazo general del liberalismo, como lo muestra la obra de Vzquez.

    CUADRO 1. PROYECTOS EDUCATIVOS

    1800 1900 00-20 20-40 40-60 60-80 80-00 00-20 20-40 40-60 60-80 80-00

    Yurn, M. T. Ilustrado 1810-1832 Civilizatorio 1833-1867

    Orden y Progreso 1867-1910

    Popular 1911-1940

    Economicista 1940-1994

    Larroyo, F. Enseanza libre 1821-1857 Movimiento de Reforma

    1857-1910 Movimiento Revolucionario

    1910-1940 Unidad

    Nacional 1940-60s

    Solana, F. Cardiel, R. Bolaos, R.

    Independencia

    1810-1867 (1876)

    Porfiriato 1876-1911

    Escuela de la Revolucin 1911-1982

    Vzquez, J. Origen del Estado 1821-1856 Educacin

    liberal 1857-1889

    Conciliacin poltica y unidad

    1889-1917

    Educacin revolucionaria

    1917-1940

    Unidad Nacional 1940-60s

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  • Bonifacio Barba

    Las filosofas educativas se caracterizan por determinados fines (intenciones, orientaciones), principios (normas para la prctica) y un criterio axiolgico que organiza los elementos anteriores por ser el valor fundamental de todos los que integran un proyecto particular, al cual le da identidad tica. Los proyectos son ordenamientos de intereses y valores sociales y de prcticas polticas y econmicas que se ubican en un continuo de conservacin-transformacin. En el cuadro 2 se presentan los proyectos educativos del Mxico independiente de acuerdo con la periodizacin de Yurn y se agrega el sexto definindolo a partir de los procesos de cambio reconocidos e impulsados en el gobierno de Carlos Salinas como proyecto de modernizacin. En este proyecto adquiere nueva relevancia histrica el conflicto entre los valores especficos del liberalismo econmico y los valores integran el conjunto de los derechos humanos.

    En la sucesin de proyectos educativos, los cuales son portadores de los propsitos que dinamizan los procesos de transformacin social, hay una tendencia de continuidad o de fortalecimiento de configuraciones de valores no exenta de contradicciones, orientada hacia el establecimiento y consolidacin del Estado de derecho que significa emancipacin y crecimiento de la riqueza social, es decir, ejercicio de la libertad, una necesidad humana radical: Si por libertad entendemos la revocacin de la enajenacin o alienacin, la necesidad radical de libertad implica (...) transformar la sociedad superando las relaciones sociales enajenadas, aboliendo toda forma de dominacin; por esto, la necesidad radical de libertad es, tambin, necesidad radical de equidad y justicia (Yurn, 1994:25).

    El ejercicio de la libertad se basa en el trabajo emancipado que se caracteriza por estar regulado racionalmente de acuerdo a la dignidad humana y en la superacin de las relaciones sociales enajenadas (Op. cit., p. 27). Un proyecto educativo con tales rasgos es verdadera praxis o actividad transformadora cuando logra la realizacin de valores que responden a necesidades radicales (Op. cit., p. 234). Esta autora y Prez Rocha (1983) al dar primaca a la plena emancipacin humana, se ubican en la opcin plenamente social del liberalismo que plantea la legitimidad y defensa de los derechos sociales.

    Los dos primeros proyectos identificados por Yurn se disearon durante la etapa de formacin y triunfo del liberalismo; el tercero corresponde a la transformacin del liberalismo por la influencia del positivismo y los dos siguientes se desarrollan en la etapa del liberalismo revolucionario del siglo XX.

    El proyecto ilustrado (1810-1832) tuvo poco impacto y consisti sobre todo en el esfuerzo por formularlo y justificarlo social y polticamente al tiempo que se iniciaba la creacin de las nuevas instituciones del Estado y se avanzaba en el proyecto de nacin que logr establecer la constitucin de 1824 (Meneses, 1983; Reyes Heroles, 1982a; Villa, 1988). En la contienda entre liberales y conservadores por construir la nacin y definir la orientacin de la educacin haba un acuerdo fundamental entre Mora y Alamn: era necesario ocuparse de la formacin de las virtudes morales (Latap, 1999). La conviccin liberal sostena que con la educacin el individuo accede al gobierno de s mismo, la sociedad consolida la independencia y se procura la prosperidad de la nacin. Mora insista en la necesidad de introducir en la escuela elementos ideolgicos que dieran unidad al trabajo escolar y al proyecto poltico (Villa, 1988).

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  • Bonifacio Barba

    CUADRO 2. PROYECTOS EDUCATIVOS Y VALORES

    PROYECTO EDUCATIVO CRITERIO AXIOLGICO PRINCIPIOS EDUCATIVOS

    Proyecto ilustrado: ruptura con la filosofa de la educacin colonial

    1810-1832

    Autonoma: emancipacin e independencia

    -Confianza en la razn humana. -La ilustracin como base de la libertad. -Promover una moral social.

    Proyecto educativo civilizatorio 1833-1867

    Civilizacin: secularizacin de la

    sociedad y economa capitalista

    -Libertad de enseanza. -Obligatoriedad y gratuidad de la educacin. -Difundir los derechos humanos y los medios para aprender y mejorar las costumbres. -Formar un espritu pblico (ciudadanos leales), inculcar los deberes sociales (formacin cvica y moral) y formar ciudadanos industriosos.

    Primer Estado nacional: proyecto educativo del orden y progreso

    1867-1910 Orden y progreso: la

    libertad como fin

    -El criterio axiolgico dio un nuevo sentido a los principios educativos liberales. -Gratuidad, obligatoriedad del nivel elemental, uniformidad, utilidad y cientificidad. -Libertad de enseanza, en tanto no perjudique el orden social. -Secularizar el proceso educativo, laicidad.

    Proyecto educativo de la Revolucin:

    popular y nacionalista 1911-1940

    Justicia social: reivindicacin y

    redencin

    -Liberar al pueblo del fanatismo religioso. -Forjar una cultura nacional. -Mejoran las condiciones de vida y la productividad

    Proyecto educativo economicista 1940-1988

    Desarrollo: crecimiento econmico

    -Unidad nacional: armona social. -Confraternidad universal. -Democracia. -Desarrollo econmico. -Justicia social: revalorada en los 70s (promover actitudes solidarias para la unidad nacional) y los 80s (combatir desigualdades), aunque no se modifican las estructuras econmicas.

    Segundo Estado

    nacional

    Proyecto educativo modernizador

    1989s3Equidad: educacin

    para todos

    -Justicia. -Derechos humanos. -Democracia. -Participacin social. -Calidad y competitividad.

    FUENTE: elaboracin propia basada en Yurn (1994).

    El proyecto civilizatorio pertenece tambin al largo periodo de inestabilidad poltica que culmina con el triunfo liberal de 1867. No obstante, su punto de partida es muy significativo pues con la reforma de Gmez Faras en 1833 se separ la educacin moral de la educacin religiosa en la primaria y en las escuelas normales. Al considerar que la educacin pblica mexicana nace con el liberalismo Solana (1982:1) toma como referencia las leyes de 1833.

    El hecho jurdico central, la constitucin de 1857 y su declaracin de que la enseanza es libre, le otorga identidad a este periodo o unidad histrica que es delimitada por Larroyo entre los aos de 1821 y 1857. La educacin se basa en la poltica liberal de los derechos del hombre y la soberana del pueblo y es un medio de transformacin de la voluntad cvica de las nuevas generaciones (Larroyo, 1967:215). En conjunto, el periodo 1821-1857 muestra los esfuerzos por organizar el nuevo

    3 Acerca de si este proyecto forma parte del segundo estado nacional o de uno tercero ver ms adelante el apartado La transicin y el criterio de equidad.

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  • Bonifacio Barba Estado y la educacin es valorada como el medio fundamental para crear una sociedad industriosa y culta, pero tales propsitos no pudieron practicarse a causa del caos del pas (Vzquez, 1975).

    No obstante lo anterior las ideas innovadoras fueron difundindose ya que desde las reformas borbnicas del siglo XVIII hasta la primera mitad del XIX existi un elemento de continuidad en la valoracin social de la educacin: sta representaba un seguro camino para alcanzar un mejor bienestar del estado (Staples, 1981:117). Esta concepcin influy en Mxico a travs de la constitucin de Cdiz y aunque la inestabilidad poltica y econmica impidi avances significativos, se pusieron las bases para la repblica restaurada y el Porfiriato. Las dificultades de las primeras dcadas del pas provocaron que entre 1823 y 1854 se impulsaran diez ensayos educativos cuyas disposiciones tuvieron poca influencia (Meneses, 1983).

    Un hecho importante de los aos preparatorios, que permanecer en adelante como rasgo constante de la vida poltica y de la disputa por la educacin y sus valores, es la oposicin Estado-iglesia catlica (Villa, 1988).

    El proyecto educativo de orden y progreso (1867-1910) corresponde al primer Estado nacional y adquiere sus rasgos polticos y operativos con la transformacin del liberalismo en los aos del Porfiriato. La fe liberal en el poder transformador de la educacin se adaptar a los propsitos de la unidad nacional y la instruccin ser el medio para crear un fondo comn de verdades (Yurn, 1994:238) que se apoyar en la obligatoriedad de la enseanza (Meneses, 1983).

    Entre 1857 y 1889 la escuela laica es objeto de adaptaciones y se toma conciencia de la necesidad de una reforma educativa para todo el pas dando lugar al primer esfuerzo educativo nacional (1889-1917). Se inicia de esta forma un ciclo de centralizacin educativa promovido por Baranda a travs de los Congresos Nacionales de Instruccin Pblica de 1889 a 1891 (Vzquez, 1975), cuyos antecedentes, debates y resoluciones muestra Arnaut (1998). En cuanto al currculo, el congreso propuso la enseanza de la moral y la instruccin cvica en la primaria, cuestin que en 1891 se convirti en ley, modificndose varios aos despus, en 1908, para dejar solamente la instruccin cvica (Latap, 1999).

    La etapa cultural del movimiento de reforma (1857-1910) se caracteriza en conjunto por la escuela laica, gratuita y obligatoria que culmina con la influencia positivista y la primaca del liberalismo econmico en detrimento de las otras libertades (Castillo, 2002; Larroyo, 1967). Durante estos aos se consolida una tendencia educativa especfica que tuvo una larga preparacin, los aos de 1821 a 1866; se afirma el ideal de la educacin armnica e integral que incluye el desarrollo moral y tico promovido por medio de una educacin cvica de alcance nacional (Meneses, 1983, Villa, 1988). La consolidacin de los grandes ideales educativos la formacin moral como elemento de la educacin integral es uno de ellos se centra en el objetivo poltico-cultural del fortalecimiento de la unidad nacional (Bazant, 1985).

    La conviccin de Justo Sierra relativa a la necesidad de mudar la instruccin en educacin representa el sentido moral de la formacin ciudadana y de la cultura de respeto a las libertades aunque no se atenda la formacin de la justicia social, necesaria ante las desigualdades del pas. Bulnes critic la excesiva confianza del Porfiriato en una educacin que no se apoyaba con cambios en la estructuras sociales y econmicas (Bazant, 1985).

    Los aos de 1910 y 1911 dan inicio a un periodo histrico fundamental para la identidad nacional. Bien que se vea al Porfiriato como interrupcin de la reforma liberal (Reyes Heroles, 1982) o bien como una etapa de integracin nacional, el proyecto educativo de la revolucin (1910-1940) es

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  • Bonifacio Barba peculiar por su carcter popular y por el nfasis en la justicia social pues la revolucin mexicana busca la desenajenacin (Villoro, cit. en Prez, 1997). A lo largo del siglo XX se vivieron fuertes contradicciones debido a que el segundo estado nacional se constituy, como el precedente, en una formacin social de naturaleza capitalista (Yurn, 1994; Cf. Meyer, 1995).

    Luego de la crisis del pas y de su educacin era urgente promover la modernizacin de Mxico con base en una nueva sntesis de sus valores y una identidad cvica nacionalista que integrara tambin los valores del mundo; se requera de una educacin que unificara la patria utilizando el conocimiento como medio de humanizacin (Llins, 1978). Ms que un monopolio educativo o poltico lo que Vasconcelos quiso fue crear lazos de cohesin social (Loaeza, 1988:77).

    En esta unidad histrica la corriente revolucionaria de la pedagoga social (educacin rural y obrera) y socialista alcanzar su mayor y ms fuerte expresin poltica y pedaggica. El Estado surgido de la revolucin se apoy en la educacin para crear una nueva poltica cultural cuya institucin central fue la Secretara de Educacin Pblica si bien la escuela, como institucin de unificacin cultural, tena un antecedente muy importante en el trabajo de Justo Sierra desde el ao de 1890 como un medio de oposicin al darwinismo social (Vaughan, 2000).

    En la ptica del nacionalismo, Vzquez (1975) sita el inicio de la educacin revolucionaria en 1917 y juzga que de ah a 1940 se busca una nueva frmula que logr avances significativos a la vez que vivi diversos conflictos, de los cuales el ms intenso fue el de la educacin socialista.4

    En el extenso trayecto de la sociedad mexicana el proyecto educativo ms importante, por su orientacin emancipadora, es el de la educacin socialista (Prez, 1983) la cual atena entre sus antecedentes inmediatos el resurgimiento del liberalismo en los inicios del siglo XX. Para este autor, el educacionismo o idealismo liberal, una ideologa que enmascara la realidad al colocar una confianza excesiva en el poder transformador de la educacin sin cambiar las relaciones sociales, est presente desde los inicios del siglo XIX y fue el fundamento de la ideologa del desarrollo desde el gobierno de Avila Camacho (1940-1946). La educacin necesaria no puede orientarse al desarrollo como meta dominante sino que debe enfatizar los procesos y relaciones sociales que realmente constituyan un avance de la humanidad debido a que superan los problemas del subdesarrollo la pobreza, la insalubridad y los del desarrollo, como la explotacin, la divisin de clases antagnicas y el consumismo (Prez, 1983:36).

    El proyecto economicista, poltica y socialmente centrado en la unidad nacional es conservador y subordina los valores educativos al criterio axiolgico del desarrollo en una nueva fase conciliatoria de orden y progreso (Yurn, 1994). A partir de 1940 el propsito central es cancelar las divergencias ideolgico-culturales de la dcada precedente en funcin del proyecto de desarrollo econmico (Vzquez, 1975). El objetivo de la estabilidad poltica relega el contenido de la enseanza como asunto de discusin y se exalta el nacionalismo individualista de la mexicanidad con la escuela como elemento unificador (Loaeza, 1988; Villa, 1988).

    La unidad y continuidad de la escuela de la revolucin que plantean Solana, Cardiel y Bolaos (1982), tambin llamada la autntica escuela de Mxico por Castillo (1965:9) representa realmente varios proyectos. Al observar los tiempos del segundo estado nacional, el surgido de la revolucin

    4 Otra seal de la necesidad de comprender la cultura y renovarla fue el inicio, en los aos treinta del siglo XX, de la filosofa de lo mexicano.

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  • Bonifacio Barba mexicana, y fundamentalmente la evolucin de la educacin bsica,5 lvarez (1999) identifica siete proyectos educativos entre 1921 y 1993 que se presentan en el cuadro 3.

    CUADRO 3. PROYECTOS EDUCATIVOS EN EL SIGLO XX

    PROYECTO EDUCATIVO CARACTERSTICAS

    Educacin nacionalista Jos Vasconcelos

    1921-1924

    -Formar la nueva conciencia de la nacin en cada ciudadano. -Educacin humanista integral: emancipar la cultura nacional, unir educacin con el trabajo prctico y productivo. -Educacin apoyada en la participacin social. -Atencin a la educacin rural, indgena y tcnica.

    Educacin rural e indgena 1921-1942

    -Resolver los problemas de la educacin del pueblo campesino: educacin basada en sus necesidades econmicas y culturales al tiempo que se promova la integracin nacional. Tuvo un auge en los aos 30.

    Educacin socialista 1934-1942

    -Vincular la educacin con el trabajo productivo socialista. -Escuela socialista: emancipadora, nica, obligatoria, gratuita, cientfica, nacionalista, tcnica e integral.

    Educacin tcnica 1915-1998

    -Proyecto econmico nacionalista: apoyo al desarrollo industrial del pas. -Educacin: medio de movilidad social.

    Unidad nacional 1940-19586

    -Preponderancia de la educacin urbana modernizadora con los antecedentes de la centralizacin de la educacin. -Criterios orientadores: pedagoga social, escuela unificada y escuela activa. -Formar el personal calificado para la industrializacin.

    Plan de Once Aos 1959-1970

    -Derecho a la educacin: asegurar la cobertura en la educacin primaria. -Educacin tcnica. -Unidad nacional: inculcar amor a la patria.7

    Reforma, descentralizacin y modernizacin de la educacin

    1970-1995

    -Crisis del sistema poltico y demanda social de educacin de calidad.

    - Objetivos: incrementar calidad, modernizar la estructura y organizacin del sistema educativo.

    Estos proyectos no tienen cortes histricos absolutos, se traslapan en el tiempo y expresan los cambios polticos y las contradicciones del rgimen emanado de la revolucin mexicana y su evolucin en los decenios finales del siglo XX. A lo largo del siglo la vida poltica del pas tuvo un elemento subyacente de continuidad: la bsqueda de participacin social conforme a los ideales liberales, proceso en el que puede identificarse un enfoque de la educacin en valores (Barba, 1998).

    Este prolongado periodo tiene, a juicio de Prez Rocha (1983), unidad ideolgica, pues considera que las relaciones entre la educacin y el desarrollo en la ideologa del Estado mexicano muestran que la perspectiva liberal el laissez-faire en la economa fortalece al educacionismo, esto es, la subordinacin de la educacin a los intereses del desarrollo capitalista. Afirma que histricamente slo la educacin socialista es revolucionaria por ser una conquista de los mexicanos

    5 El concepto contemporneo de la educacin bsica representa la vieja preocupacin por organizar una actividad educacional de doble valor: la realizacin de la escolarizacin obligatoria que permita el desarrollo integral de la persona, por una parte, y la formacin de la personalidad social que sustente la convivencia nacional. 6 Este proyecto tiene continuidad ms all de 1958 con los nuevos elementos del gobierno de Adolfo Lpez Mateos orientados a asegurar la estabilidad poltica, pero los libros de texto son un motivo que hace reaparecer los viejos conflictos sociales y polticos (Loaeza, 1988). Los conflictos de finales de los aos cincuenta y principios de los sesenta son las primeras exigencias de cambio para el rgimen poltico revolucionario. Vase la interpretacin del proyecto de unidad nacional en Ornelas (1995: 23s). 7 Los libros de texto gratuito promovan la unidad nacional con base en el artculo 3. de 1946 pero, como en el Porfiriato, se buscaba establecer un mnimo comn de verdades para la integracin cultural de la nacin (Villa, 1988).

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  • Bonifacio Barba progresistas (1983:13) y en tal perspectiva el nico desarrollo aceptable y factible es el socialismo (Op. cit. p. 37).

    Los proyectos educativos del siglo XX muestran las contradicciones entre el desarrollo econmico o bienestar el viejo progreso material del liberalismo decimonnico por una parte, y el conjunto de valores y prerrogativas individuales y sociales del estado de derecho, las otras dimensiones del liberalismo, por el otro. Por ejemplo, de 1921 a 1934 la educacin fue valorada como panacea, como poderoso instrumento de cambio con dos orientaciones: una, la humanista de Vasconcelos (1921-1924) y otra la progresista de Calles y el maximato (1924-1934) que buscaba la modernizacin y un tipo de armona social dando a la reconstruccin del pas una base tcnica (Arce, 1981).

    El siglo XX termin reconstruyendo y heredando al siglo XXI el ideal del bienestar humano la felicidad buscada por los ilustrados en torno al desarrollo sustentable que fundado en una tica poltico-econmica de derechos y obligaciones exige el compromiso del Estado, la cooperacin internacional, la regulacin de la empresa econmica por valores superiores a la ganancia y una nueva educacin cvica. Esta significa, en la prctica, un nuevo equilibrio entre los valores liberales, la economa del conocimiento y la naturaleza multicultural de las sociedades actuales.

    4. LA TRANSICIN Y EL CRITERIO DE LA EQUIDAD

    Por las transformaciones de la sociedad mexicana en el ltimo tercio del siglo XX y especficamente por los problemas del desarrollo econmico y el fracaso de la lite gobernante en atender la necesidades de la nacin, la educacin se encuentra en una transicin profunda cuyo nuevo estadio no est perfilado an ntidamente si bien es claro que sobre ella actan varias fuerzas que intentan determinar su futuro (Ornelas, 1995:11).

    Las fuerzas polticas y sociales actuantes rebasan al sistema educativo y dan forma a tres proyectos o modelos de relaciones sociales: el democrtico y equitativo, el neoliberal y el corporativo. Los dos primeros no son totalmente antagnicos, comparten los fines del progreso, la igualdad y la democracia pero difieren en la comprensin de la base de la sociedad y la funcin del estado en la economa, el desarrollo y la conduccin de la sociedad (Ornelas, 1995:17). En otros trminos, se trata del conflicto esencial que subyace en la gnesis histrica del liberalismo y los derechos humanos: establecer los fundamentos ticos de las relaciones sociales.

    Aunque los tres proyectos luchan entre s, la transicin adquiere identidad en un criterio axiolgico, la equidad. Con ella se coloca en el centro de la accin de la sociedad y del Estado el derecho a la educacin, al que estn asociadas la calidad de la experiencia formativa escolar y la participacin social. El valor de la equidad, como fundamento de los derechos humanos, le da a la cuestin educativa un renovado sentido moral.

    Esta transicin tiene sus antecedentes en las dos metas histricas del sistema educativo mexicano, formar capital humano y preparar ciudadanos segn las necesidades de la democracia (Ornelas 1995:97). Si de 1867 a 1920 se puso ms el acento en el ciudadano y de 1930 en adelante en las habilidades tcnicas y laborales de la racionalidad capitalista y la tica utilitaria con el interludio de la educacin socialista, la crisis de la economa y de la poltica de fin de siglo y las necesidades sociales volvieron a mostrar la contradiccin de las metas educativas entre s y entre ellas y otras polticas pblicas.

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  • Bonifacio Barba La poltica de unidad nacional tuvo problemas desde mediados de los aos cincuenta del siglo XX y la apertura democrtica del gobierno reformista de los aos setenta fue insuficiente, no obstante que la Ley Federal de Educacin de 1973 fue un instrumento importante de la reforma, motivada por el reconocimiento del cambio mundial y de la sociedad nacional. Renov la comprensin de las funciones de la educacin y entre sus objetivos estableci el de la promocin de condiciones para una distribucin equitativa de los bienes materiales y culturales y el reconocimiento y enaltecimiento de los derechos humanos (Cf. Artculo 5).

    Ante el agravamiento de la crisis en los aos ochenta del siglo XX Carlos Salinas puso en marcha una nueva poltica de conciliacin social que se caracteriz por dos cosas: primera, el propsito de recuperar el liberalismo social mexicano (Villarreal, 1993:29) y segunda, una modernizacin similar a la de los aos cuarenta del siglo veinte y a la del Porfiriato. Como en las anteriores modernizaciones, tambin ahora tuvieron un papel importante las circunstancias externas, especficamente, la expansin de las economas desarrolladas (la nueva economa global y del conocimiento) y las filosofas educativas, como es el caso de la filosofa educativa economicista o del bienestar y la del derecho a la educacin o educacin para todos (Cf. Poder Ejecutivo Federal, 1989a).

    Si bien este proyecto podra comprenderse dentro del segundo estado nacional por apoyarse an en el autoritarismo presidencialista, en realidad da apertura a un tercer estado dentro de un nuevo escenario mundial (Medina, 1994). El proyecto no est exento de contradicciones y dificultades que han impedido una transicin poltica ms integral y la realizacin de reformas que establezcan un equilibrio entre los valores democrticos y el desarrollo econmico propios de un estado social de derecho.

    La reforma de la educacin iniciada en 1992 en el marco de la modernizacin del pas dio nuevamente lugar a la educacin moral bajo el nombre de civismo y posteriormente formacin cvica y tica (Secretara de Educacin Pblica, 1993a, 1993b, 2000, 2005) y el tema de la unidad nacional qued integrado a este propsito pedaggico pero sin el apoyo de una modernizacin poltica (Bizberg y Meyer, 2003; Meyer, 1998, 1995). En el Acuerdo Nacional para la Modernizacin de la Educacin y la Ley General de Educacin hechos poltico-jurdicos culminantes en el proceso de reforma que va de los aos setenta a los noventa del siglo XX se manifiesta la tensin entre el proyecto democrtico y el neoliberal, entre la unidad nacional y la cohesin social por un lado y el crecimiento econmico desigual por el otro; entre la educacin cvica ciudadana y amor patrio y educacin para el trabajo formacin para la competencia econmica y la innovacin (Ornelas 1995).

    Crecer con equilibrio y justicia fue la meta del Plan Nacional de Desarrollo (Poder Ejecutivo Federal, 1989a:10) y la modernizacin de la educacin tuvo como fin la equidad, el fortalecimiento de la identidad nacional y la justicia (Poder Ejecutivo Federal, 1989b). La equidad no slo tiene valor educativo sino que es comprendida como uno de los sustentos del desarrollo econmico y poltico (Cf. Villarreal, 1993:35).

    De 1988 a los primeros aos del siglo XXI ha existido continuidad en el proyecto nacional (Meyer, 2004, 2003). El gobierno de Vicente Fox se propuso fortalecer la democracia y la calidad de vida basadas en el respeto a la legalidad y el ejercicio de los derechos humanos (Poder Ejecutivo Federal, 2001a) y valora la educacin como el instrumento ms importante () para lograr la emancipacin de la persona y de la sociedad por ser factor de equidad y de desarrollo cvico (Op. cit., p. 48).

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  • Bonifacio Barba

    En este ltimo tramo del proyecto modernizador se manifiesta tambin la constante tico-poltica de la bsqueda de la unidad nacional pero sin los sustentos polticos, econmicos, sociales y culturales necesarios. La unidad nacional debe fundarse en la vivencia pblica de los valores de la democracia y para que la educacin contribuya a su fortalecimiento requiere de mayor responsabilidad pblica, es decir, de la accin gubernamental y de la participacin social (Poder Ejecutivo Federal, 2001b).

    5. PROSPECTIVA

    La sociedad mexicana, y en forma amplia y diversa muchas sociedades alrededor del mundo, transitan a una nueva cultura que significa el replanteamiento de los principios y las prctica liberales.

    Los proyectos de la educacin mexicana, ubicados histricamente como expresiones y medios de la poltica y de las relaciones sociales, representan en lo esencial propsitos de formacin tica porque pretenden establecer las bases de la cohesin social, el alcance de los derechos y deberes de los individuos y las responsabilidades del Estado.

    La educacin ha sido un factor de gran trascendencia en la definicin y realizacin del proyecto nacional; ha sido objeto y escenario de las luchas por formar una sociedad moderna, democrtica y justa identificada con los principios morales del liberalismo y los derechos humanos. La permanencia de las aspiraciones de equidad muestra a la vez las dificultades de realizacin de los derechos.

    Si en trminos institucionales el pas tiene logros importantes, en las prcticas poltica, social y pedaggica subsiste la necesidad de alcanzar una formacin tica de las personas y una vivencia cotidiana de la moral de los derechos humanos en el conjunto de las relaciones sociales.

    Desde la formacin del estado liberal en el siglo XIX hasta las transiciones del presente se mantiene la tensin entre las libertades polticas y econmicas y los derechos sociales; entre el fortalecimiento de la autoridad del Estado y el establecimiento de relaciones sociales emancipadoras que otorguen a la educacin las condiciones de realizacin de cometido humanizador.

    Si hasta ahora el Estado no ha sido plenamente eficaz en garantizar los derechos a que est obligado y si la sociedad vive fuertes contradicciones y dilemas morales, es claro que la nacin requiere un nuevo pensamiento educativo (Poder Ejecutivo Federal, 2001b) elaborado como una filosofa de poca (Yurn, 1994) que exprese las necesidades radicales de los individuos y las comunidades; ello es posible slo a la luz de los derechos humanos.

    De la libertad de enseanza que en el siglo XIX estableci la base de una moral pblica simbolizada en el sujeto crtico y autnomo, a la educacin para los derechos humanos que prescribe la Ley General de Educacin, se resalta el carcter poltico de la institucin escolar y sus procesos socializadores. De esta manera la filosofa educativa muestra su carcter de filosofa poltica y que el valor que las une es la justicia, un principio de filosofa moral.

    Durante cerca de doscientos aos la educacin ha conservado su identidad de empresa moral porque est orientada por el propsito de cambiar las relaciones entre los seres humanos y contribuir con ello a establecer un tipo de convivencia que se genere en el reconocimiento de la igualdad humana. Esto significa, de acuerdo con el pensamiento liberal y la filosofa de los derechos humanos, que se trata de un hecho poltico.

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  • Bonifacio Barba

    Por lo anterior se comprende que la educacin moral tiene una doble dimensin: la estructural, que se realiza en la vastedad y complejidad propias de la accin gubernamental y de las relaciones sociales, y la pedaggica, que se realiza en la vida escolar pero que es incomprensible si se la separa de la dimensin estructural.

    Desde el interior de la escuela se trata de formar ciudadanos que miren hacia la sociedad de derechos y el Estado democrtico y en ellos se identifiquen y sean reconocidos. Desde el exterior, la accin consiste en construir y sostener una institucin poltica que sea justificada y apreciada en toda la sociedad porque sus fines son expresin de valores jurdicos emancipadores. As se impulsar la realizacin dialgica de la justicia. Es por ello que la institucin escolar debe ser renovada en la participacin social propia de un rgimen de libertades y reinstaurada como bien pblico. En nuestro contexto, una poltica para la equidad y la calidad en la educacin deben iniciar como planteamiento tico.

    Si el sentido de la educacin slo se puede captar en el desarrollo histrico (Castillo, 2002), la transicin del sistema educativo mexicano muestra que las contradicciones polticas y econmicas y las limitaciones de la justicia son slo resolubles en una sociedad que se trasciende a s misma en un Estado de derechos humanos. Ese es nuestro aprendizaje histrico, social y poltico ms significativo: no es posible forma alguna de unidad nacional sin la realizacin de los derechos, sin el reordenamiento de la poltica.

    La evolucin de la sociedad mexicana, su actividad poltica y econmica as como la formacin y las contradicciones del Estado mexicano muestran la creciente complejidad de la vida humana que se expresa, entre otras formas, en la expansin y diversificacin de la conciencia de los derechos humanos. La realizacin del ideal que stos significan, que es el de la libertad, la dignidad y la justicia lleva a comprender que el problema fundamental a resolver por la sociedad mexicana es el de la representacin poltica democrtica y, por ello, el de la tica de la responsabilidad. Filosficamente, sin la presencia de los derechos humanos como base de toda participacin social, el laicismo viene a ser una racionalidad antihumanista, un disfraz atenuado del autoritarismo.

    En sntesis, si la educacin moral deviene en la realizacin activa de la razn liberal, la libertad, deber consistir sin duda en experiencias que formen ciudadanos crticos, autnomos y comprometidos, lo cual ocurre por tres vas. La primera es la accin social, de la que conviene destacar la enorme responsabilidad de los partidos polticos por ser ellos algunas de las instituciones por las que transcurre la elaboracin de la filosofa de poca, fuente de los proyectos educativos.

    La segunda va es la accin gubernamental ya que por ella transcurre un sentido moral irrenunciable debido a que est referida al bien de los ciudadanos y de la sociedad por la salvaguarda y cumplimiento de las garantas jurdicas. La conjuncin y eficacia pblica de todos los poderes del Estado significa entonces la creacin de un ambiente moral, la realizacin de una pedagoga gubernamental.

    La tercera va, no primero ni mucho menos sola, es la propia de la escuela y su fuerza est determinada en no menor parte por las dos primeras vas pues si la importancia poltica de la escuela en Mxico reside en que se le ha atribuido la responsabilidad fundamental de resolver la desarticulacin interna de la sociedad, que es uno de los problemas de mayor persistencia en la historia de este pas (Loaeza, 1988:58-59), no puede realizar su tarea con sus solos medios.

    La cuestin moral bsica del pas, claramente representada por el horizonte normativo de los derechos humanos, que son la mayor creacin del pensamiento liberal, es entonces la que constituye el

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  • Bonifacio Barba vnculo entre Estado, sociedad y educacin y la esencia de ese vnculo es la responsabilidad. No se trata de una categora abstracta sino de una prctica, la responsabilidad por el otro.

    Las relaciones de interdependencia entre las tres entidades hacen posible entender que la nacin mexicana necesita que su educacin sea poltica, es decir, una experiencia comunitaria en la que los individuos construyan su identidad viviendo los derechos y los deberes. Esa es la nica justificacin posible del Estado como vnculo entre los individuos y como entidad moralmente superior a la sociedad que lo estructura. Ese es el nico camino para una sociedad abierta, emancipadora.

    Polticamente, moralmente, en todos los rumbos de nuestro horizonte histrico se encuentra el ideal legislativo y educativo de Morelos: reconocer, establecer y vivir la igualdad de forma que slo distinga a un americano de otro, el vicio y la virtud.

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    008.pdfLa Educacin Moral como Asunto PblicoSin ofrecer una respuesta exhaustiva a tales preguntas este 1. Poltica, moralidad y educacin2. El liberalismo3. Estado y proyectos educativos

    4. La transicin y el criterio de la equidad5. Prospectiva

    Referencias bibliogrficas