avignon arte un puente hacia otra forma de ver # 05

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ARTE Avignon un puente hacia otra forma de ver # 05 ABRIL 2014 Publicación mensual de distribución gratuita producida por: Taller de Artes Plásticas EL PORTÓN VERDE Alberto Giacometti Fragmento entrevista* Ciertamente, prac- tico la pintura y la escultura, y esto, desde siempre, desde la primera vez que dibujé o pinté, para morder la realidad, para defen- derme, para alimentar- me, para crecer: crecer para defenderme me- jor, para atacar mejor, para agarrarme con uñas y dientes, para avanzar lo más posible en todos los planos, en todas las direcciones, para defenderme del hambre, del frío, de la muerte, para ser lo más libre posible; lo más li- bre posible para inten- tar –con los medios que hoy me son propios– ver mejor, comprender mejor lo que me rodea, comprender mejor para ser lo más libre posible, crecer lo más posible, para gastar, para entregarme al máximo a lo que hago, para correr mi aventura, para descubrir nuevos mundos, para hacer mi guerra, por el placer (¿) por la satisfacción (¿) de la guerra, por el placer de ganar y de perder”. Alberto Giacometti * Respuesta de una entrevista con Pierre Voldbout, “A chacun sa réalité”, en XXe siécle, junio de 1957. Taller de Artes Plásticas EL PORTÓN VERDE Si querés participar de una experiencia distinta DIBUJO - PINTURA ESCULTURA www.tallerelportonverde.com.ar info@tallerelportonverde.com.ar 15-5226-5947 M isterio, sorpresa forman parte muy importante del arte, de un cuadro o una escultura. Es lo que muchas veces, como espectador, nos desconcierta o nos “impresiona” en un sen- tido positivo, ya que nos atrapa en su mundo sin ningún tipo apa- rente de explicación. Misterio profundo, relacionado con la esencia del ser que pinto la obra o referente de una época o un momento del mundo en que vivía el artista. No es algo que se pueda explicar, se siente. Como simplemente se puede saborear el chocolate en la boca y no tiene explicación. Una obra verdadera es así, no tiene explica- ción, racional, digamos. Entramos o no en ella, pero no salimos in- demnes. Algo se modifica. Si es que nos permitimos ser modificados. Si es que aun nos permitimos, modificar algo en nosotros mismos. Aunque muchas veces y especialmente en obras contemporá- neas, esto haya sido mal interpretado y se busque mas el efecto o el espectáculo, que a toda vista, aparece, más, que como misterio latente o casi poético. Es una farsa. Por eso llamó la atención el descubrimiento reciente, realizado por dos adolescente estudiantes de Oklahoma de una partitura pin- tada en el culo de un hombrecillo torturado en el tríptico El Jardín de las Delicias del famoso pintor holandés Hieronymus Bosch “El Bosco”. Obra ya de por si inquietante e intrigante que ha suscitado todo tipo de análisis por su gran contenido simbólico. “La temática de este tríptico es básicamente religiosa; nos mues- tra de manera alegórica que los placeres de la vida son efímeros y que las consecuencias que se derivan son el sufrimiento, la desgracia y la imposibilidad de ser feliz. Así, el tríptico cerrado y abierto es una ale- goría completa del origen y fin del mundo: cerrado muestra una de las primeras escenas del Génesis, la creación del mundo vegetal, ori- gen de la vida; por el contrario, abierto enseña la Creación completa en la puerta izquierda, el Infierno en la derecha, y en el centro las más variadas formas de la sensualidad, que presumiblemente con- forman la vida terrenal. En la tabla central, se escenifica el pecado capital de la lujuria, donde numerosos hombres y mujeres desnudos reproducen una serie de actitudes sexuales y lascivas acompañados de frutos silvestres como las cerezas, las frambuesas, las fresas o las uvas que simbolizan la nombrada lujuria. En la tabla de la izquierda se representa la creación de Eva contemplada por Adán. Por último, en la tabla derecha, son representados los castigos del Infierno, habi- tado por criaturas grotescas y lleno de máquinas de tortura. Leído de principio al fin, narra la historia de la caída del género humano, sin posibilidad de liberación, puesto que no existen las figuras divinas de Cristo o María, ni tampoco la elección de los benditos para vivir en la Gracia de Dios tras el Juicio Final.” Es en ese infierno, donde estos dos jóvenes han reparado y en- contrado sobre las nalgas del torturado la partitura musical inédita, pero además que luego se hayan propuesto adaptar la melodía a una notación moderna además de hacer una primera versión propia en piano. El resultado es una melodía inquietante que podría ser tortuosa en el mismísimo infierno. Tomando un poco en broma afirma Amelia desde su página de Tumblr “Es literalmente una ‘canción del culo’ de más de 600 años, desde el infierno” y estuvo ahí, a la vista de todos, du- rante esos mismos 600 años. Y a nadie se le ocurrió que esa partitura podía ser música real. Música de El Bosco, para su infierno tan temido. Para quienes deseen escuchar la versión moderna en piano inter- pretada por Amelia, una de las estudiantes pueden dirigirse al link: http://www.youtube.com/watch?v=ZkBDvst_SQA#action=share Y una versión coral: http://wellmanicuredman.tumblr.com/ post/76381088917 por Walter Pugliese El jardin de las delicias y una musica del culo. El jardín de las delicias. Hacia 1500-1510. Óleo sobre tabla. Fragmento de la tabla del Infierno. MISTERIOS de EL BOSCO L’homme qui chavire. 1950. bronze.

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ARTE

Avignonun puente hacia otra forma de ver

#05ABRIL 2014

Publicación mensual de distribución gratuita

producida por: Taller de Artes Plásticas

EL PORTÓN VERDE

Alberto GiacomettiFragmento entrevista*

“Ciertamente, prac-tico la pintura y la escultura, y esto,

desde siempre, desde la primera vez que dibujé o pinté, para morder la realidad, para defen-derme, para alimentar-me, para crecer: crecer para defenderme me-jor, para atacar mejor, para agarrarme con uñas y dientes, para avanzar lo más posible en todos los planos, en todas las direcciones, para defenderme del hambre, del frío, de la muerte, para ser lo más libre posible; lo más li-bre posible para inten-tar –con los medios que hoy me son propios– ver mejor, comprender mejor lo que me rodea, comprender mejor para ser lo más libre posible, crecer lo más posible, para gastar, para entregarme al máximo a lo que hago, para correr mi aventura, para descubrir nuevos mundos, para hacer mi guerra, por el placer (¿) por la satisfacción (¿) de la guerra, por el placer de ganar y de perder”.

Alberto Giacometti

* Respuesta de una entrevista con Pierre Voldbout, “A chacun sa réalité”, en XXe siécle, junio de 1957.

Taller de Artes Plásticas

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Si querés participar de una experiencia distinta

DIBUJO - PINTURAESCULTURA

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15-5226-5947

Misterio, sorpresa forman parte muy importante del arte, de un cuadro o una escultura. Es lo que muchas veces, como espectador, nos desconcierta o nos “impresiona” en un sen-

tido positivo, ya que nos atrapa en su mundo sin ningún tipo apa-rente de explicación. Misterio profundo, relacionado con la esencia del ser que pinto la obra o referente de una época o un momento del mundo en que vivía el artista. No es algo que se pueda explicar, se siente. Como simplemente se puede saborear el chocolate en la boca y no tiene explicación. Una obra verdadera es así, no tiene explica-ción, racional, digamos. Entramos o no en ella, pero no salimos in-demnes. Algo se modifica. Si es que nos permitimos ser modificados. Si es que aun nos permitimos, modificar algo en nosotros mismos.

Aunque muchas veces y especialmente en obras contemporá-neas, esto haya sido mal interpretado y se busque mas el efecto o el espectáculo, que a toda vista, aparece, más, que como misterio latente o casi poético. Es una farsa.

Por eso llamó la atención el descubrimiento reciente, realizado por dos adolescente estudiantes de Oklahoma de una partitura pin-tada en el culo de un hombrecillo torturado en el tríptico El Jardín de las Delicias del famoso pintor holandés Hieronymus Bosch “El Bosco”. Obra ya de por si inquietante e intrigante que ha suscitado todo tipo de análisis por su gran contenido simbólico.

“La temática de este tríptico es básicamente religiosa; nos mues-tra de manera alegórica que los placeres de la vida son efímeros y que las consecuencias que se derivan son el sufrimiento, la desgracia y la imposibilidad de ser feliz. Así, el tríptico cerrado y abierto es una ale-goría completa del origen y fin del mundo: cerrado muestra una de las primeras escenas del Génesis, la creación del mundo vegetal, ori-gen de la vida; por el contrario, abierto enseña la Creación completa

en la puerta izquierda, el Infierno en la derecha, y en el centro las más variadas formas de la sensualidad, que presumiblemente con-forman la vida terrenal. En la tabla central, se escenifica el pecado capital de la lujuria, donde numerosos hombres y mujeres desnudos reproducen una serie de actitudes sexuales y lascivas acompañados de frutos silvestres como las cerezas, las frambuesas, las fresas o las uvas que simbolizan la nombrada lujuria. En la tabla de la izquierda se representa la creación de Eva contemplada por Adán. Por último, en la tabla derecha, son representados los castigos del Infierno, habi-tado por criaturas grotescas y lleno de máquinas de tortura. Leído de principio al fin, narra la historia de la caída del género humano, sin posibilidad de liberación, puesto que no existen las figuras divinas de Cristo o María, ni tampoco la elección de los benditos para vivir en la Gracia de Dios tras el Juicio Final.”

Es en ese infierno, donde estos dos jóvenes han reparado y en-contrado sobre las nalgas del torturado la partitura musical inédita, pero además que luego se hayan propuesto adaptar la melodía a una notación moderna además de hacer una primera versión propia en piano. El resultado es una melodía inquietante que podría ser tortuosa en el mismísimo infierno. Tomando un poco en broma afirma Amelia desde su página de Tumblr “Es literalmente una ‘canción del culo’ de más de 600 años, desde el infierno” y estuvo ahí, a la vista de todos, du-rante esos mismos 600 años. Y a nadie se le ocurrió que esa partitura podía ser música real. Música de El Bosco, para su infierno tan temido.

Para quienes deseen escuchar la versión moderna en piano inter-pretada por Amelia, una de las estudiantes pueden dirigirse al link: http://www.youtube.com/watch?v=ZkBDvst_SQA#action=share

Y una versión coral: http://wellmanicuredman.tumblr.com/post/76381088917

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El jardin de las delicias y una musica del culo.

El jardín de las delicias. Hacia 1500-1510. Óleo sobre tabla. Fragmento de la tabla del Infierno.

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Director Editorial:Walter Pugliese

Arte y diagramación: DG Malena Gaudio

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Avignon es una publicación mensual

de distribución gratuita, producida por:

Taller de Artes Plásticas EL PORTÓN VERDE

Vincent Van GoGhCartas a Théo

Miguel Diomede Pintor argentino (1902 -1974)

Buenos Aires, julio 85.

...“día a día crecen Diomede, Victorica, Lacámera, Daneri, Spilimbergo, hasta parecer increíbles en un medio como el actual donde se destruye, se distor-siona, se difama y se oculta su significación, testimonios visuales de una intensa humanidad que irritan a las «bandas» …”

Buenos Aires, 89.

“Le mando, por intermedio de mi sobrina Aída, un pequeño presente que seguramente le gustará: Diomede pertenece a esa Argentina que todos queremos y sus trabajos nos reconfortan.”

(Fragmentos de cartas de Ferrari.)

“…esta entrega de Horizontes se completa con una serie de trabajos sobre Miguel Diomede. ¿Por qué Diomede? Pensamos que de alguna manera, Romero Brest responde a esa pregunta cuando al buscar las razones que lo llevaron a omitirlo en su libro El arte en la Argentina, últimas décadas (1969) no las atribu-ye a un “incomprensible olvido” sino a una “torpe consecuencia de la ideología imperante”. La admisión resulta especialmente importante en este momento en que el desconcierto es acentuado por la aplicación indiscriminada de recetas ideológicas que implican una no menos discriminada trasposición de ámbitos culturales y elementos disciplinarios. El resultado de esta trasposición, obvia-mente, está siendo únicamente la vaciedad « escondida » bajo el manto de una jerga especializada…”

Hugo Ferrero, Revista Horizontes, Número 6, noviembre-diciembre 1979

Extraído de http://josepipoferrari.free.fr/PaginasPip/pag-objetos/sub-obj6-3.htm

25 de Junio de 1889

Dos estudios de cipreses de este difícil matiz verde botella, he trabajado en ellos los primeros planos con empastamiento de blanco de albayalde, lo que da firmeza a los terrenos.

Creo que muy a menudo los Monticelli estaban preparados así. Arriba se pasa entonces otro color. Pero no sé si las telas son bastante fuertes para este trabajo…

He releído con gusto Zadig o el destino, de Voltaire. Es como Cándido. Ahí, al menos, la fuerza del autor hace entrever que queda una posibilidad de que la vida tenga un sentido, “aunque cuando conversan convienen en que las cosas de este mundo no marchan siempre al gusto de los más sabios”…

Tengo un campo de trigo muy amarillo y muy claro, tal vez la tela más clara que haya hecho.

Los cipreses me preocupan siempre; quisiera hacer algo como las telas de los girasoles, porque me sorprende que nadie los haya hecho todavía como yo los veo.

En cuanto a líneas y proporciones, es bello como un obelisco egipcio.

Y el verde es de una calidad tan distinguida.

Es la mancha negra en un paisaje lleno de sol; pero es una de las notas negras más interesantes, de las más difíciles de captar exacta-mente, que pueda imaginar.

Luego hay que verlos aquí, contra el azul, en el azul para decir mejor. Para hacer la naturaleza, aquí como en todas partes, se precisa estar mucho tiempo. Asi un Mon-thénard no me da la nota verdadera e intima, porque la luz es misteriosa y Mon-ticelli y Delacroix sentían esto. Entonces Pissarro lo decía muy bien hace tiempo; y yo estoy todavía muy lejos de poder hacerlo como él de-cía que se debía hacer.

Creo que, de estas dos te-las de cipreses, aquella de la cual hago el croquis será la mejor. Los arboles son muy grandes y macizos. El primer plano muy bajo con zarzas y malezas. Detrás de las colinas violetas un cielo verde y rosa con una luna creciente. El primer plano sobre todo está muy empastado, con mechones de zarzas que tienen reflejos amarillos, violetas y verdes.

lápiz sobre papel, carina lepora, alumna del taller de arte EL PORTON VERDE de villa urquiza

Naturaleza Muerta. 1950.

La toilette. Óleo sobre tela pegada en cartón.

“EL DIBUJO CONSTITUYE LAS TRES CUARTAS PARTES Y MEDIO DE LA PINTURA. SI TUVIESE QUE PONER UN CARTEL EN LA PUERTA DE MI ATELIER, ESCRIBIRÍA -ESCUELA DE DIBUJO- Y ESTOY SEGURO QUE PRODUCIRÍA PINTORES”

JEAN AUGUSTE DOMINIQUE INGRES (1780-1867) Cipreses y cuatro personas trabajando en el campo

Cipreses y dos mujeres en el fondo