avignon #16 - un puente hacia otra forma de ver

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C ómodo sillón el de los artistas de hoy que sin salir de sus cuevas de ensueños, ideas y proyectos, arman toda clase de obra desde lo más lejano de su imaginación adormecida por el tiempo y la pereza. No salen a descubrir el mundo, lo co- nocen a la perfección a través de sus tecnologías de más reciente aparición y costosísimos dineros. Navegar, viajar, perderse por un rato es solo una cuestión de números binarios a través de los cua- les, hunden sus narices. Pero ¿Y el sol? ¿Dónde está el sol? ¿Don- de están los dorados, ocres, rojos, amarillos, anaranjados y pobres verdes sobrevivientes del otoño? ¿Hay piedras en el camino de la web con que tropezarse una y otra vez? O al menos llevársela por delante una vez y haber aprendido la lección. Vale la pena seguir intentando. Abrir la ventana y respirar pro- fundo. Tomar todo el aire posible y echar a andar. La quietud no es parte del artista, sí el caminar sin rumbo fijo y dejar que las cosas se muestren. Dialogar con el mundo a solas sin pedirle nada a cambio. Y sin embargo el mundo nos dará todo. Todo lo que esté a nuestro alcance de ver, de sentir, de experimentar. Cambió la intensidad de las cosas, ¿se vive con intensidad? Y en esto nos va la obra. Porque en la obra esta nuestra vida. Somos cada pincelada de color, y cada color elegido cuidadosamente, cada lí- nea, cada sombra o forma. Y nos refleja con precisión exacta cuan- do pintamos con pasión y dedicación. Pero a veces falta el trabajo. El trabajo de observar. De detenerse a mirar con ojos de artista. La vida, la naturaleza, están ahí para ser vistos por los artistas. Darle una interpretación propia a ese mundo que no debe ni puede ser una copia exacta de su existencia. La reproducción idéntica de lo visto solo nos conduce a una falsa imagen de nuestra necesidad. Es responder asi, a la necesidad del otro y no a la propia. Pero es el trabajo intenso el que va revelando esa mirada propia. Insistir en dibujar el mismo árbol, no es solo repetir el dibujo del árbol sino intentar penetrar su esencia que nos dará la clave de nuestro arte. El árbol es solo eso, una vida vegetal que nos oxigena y devuelve vida, y en su corteza, en los nudos de su tronco, en las ramas que forman un abanico de ritmos hacia el cielo, sus hojas, pequeñas o grandes, en los colores marrones oscuros o pardos, en los verdes teñidos por el sol, lo seco y lo fresco, el viento o la quietud, un susurro y un silbi- do. Cada cosa de esa naturaleza nos va ofreciendo una clave. Algo que nos permita dibujar con libertad. Alejarnos de la naturaleza no parece ser el mejor camino para encontrarnos en nuestro arte. Salir al mundo, tener paciencia, saber esperar y todo aparece. La naturaleza de las cosas ARTE Avignon un puente hacia otra forma de ver # 16 MAYO 2015 Publicación mensual de distribución gratuita producida por: Taller de Artes Plásticas EL PORTÓN VERDE por Walter Pugliese Mármol Travertino – 2013. Walter Pugliese. Fotografías de Gabriela Piccini. Muestra taller de artes El Porton Verde en la Direccion de Cultura de San Isidro L os invitamos con gran placer a todos nuestros lecto- res a visitar y recorrer la primer muestra del taller de artes de El Portón Verde, desde donde hacemos Avignon y asi poder ver el trabajo realizado durante el año anterior y parte del 2015 por todos los alumnos de dibujo, pintura y escultura. Nos encontramos para la inauguración el día miércoles 20 de mayo a partir de las 19 hs y brindar una vez más por lo bello. Av. Del Libertador 16.208, San Isidro. “HAY ALGO QUE LOS GATOS LOGRARON DESCUBRIR, Y ES QUE EL VALOR DE UNA EXPERIENCIA DEPENDE DE LA INTENSIDAD CON LA QUE ES VIVIDA.” THE LANGUAGE OF CATS, SPENCER HOLST.

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Arte y diseño de publicación del Taller de artes plásticas El Portón Verde sobre notas de arte.

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Page 1: Avignon #16 - UN PUENTE HACIA OTRA FORMA DE VER

Cómodo sillón el de los artistas de hoy que sin salir de sus cuevas de ensueños, ideas y proyectos, arman toda clase de obra desde lo más lejano de su imaginación adormecida

por el tiempo y la pereza. No salen a descubrir el mundo, lo co-nocen a la perfección a través de sus tecnologías de más reciente aparición y costosísimos dineros. Navegar, viajar, perderse por un rato es solo una cuestión de números binarios a través de los cua-les, hunden sus narices. Pero ¿Y el sol? ¿Dónde está el sol? ¿Don-de están los dorados, ocres, rojos, amarillos, anaranjados y pobres verdes sobrevivientes del otoño? ¿Hay piedras en el camino de la web con que tropezarse una y otra vez? O al menos llevársela por delante una vez y haber aprendido la lección.

Vale la pena seguir intentando. Abrir la ventana y respirar pro-fundo. Tomar todo el aire posible y echar a andar. La quietud no es parte del artista, sí el caminar sin rumbo fijo y dejar que las cosas se muestren. Dialogar con el mundo a solas sin pedirle nada a cambio. Y sin embargo el mundo nos dará todo. Todo lo que esté a nuestro alcance de ver, de sentir, de experimentar.

Cambió la intensidad de las cosas, ¿se vive con intensidad? Y en esto nos va la obra. Porque en la obra esta nuestra vida. Somos cada

pincelada de color, y cada color elegido cuidadosamente, cada lí-nea, cada sombra o forma. Y nos refleja con precisión exacta cuan-do pintamos con pasión y dedicación. Pero a veces falta el trabajo. El trabajo de observar. De detenerse a mirar con ojos de artista. La vida, la naturaleza, están ahí para ser vistos por los artistas. Darle una interpretación propia a ese mundo que no debe ni puede ser una copia exacta de su existencia. La reproducción idéntica de lo visto solo nos conduce a una falsa imagen de nuestra necesidad. Es responder asi, a la necesidad del otro y no a la propia. Pero es el trabajo intenso el que va revelando esa mirada propia. Insistir en dibujar el mismo árbol, no es solo repetir el dibujo del árbol sino intentar penetrar su esencia que nos dará la clave de nuestro arte. El árbol es solo eso, una vida vegetal que nos oxigena y devuelve vida, y en su corteza, en los nudos de su tronco, en las ramas que forman un abanico de ritmos hacia el cielo, sus hojas, pequeñas o grandes, en los colores marrones oscuros o pardos, en los verdes teñidos por el sol, lo seco y lo fresco, el viento o la quietud, un susurro y un silbi-do. Cada cosa de esa naturaleza nos va ofreciendo una clave. Algo que nos permita dibujar con libertad. Alejarnos de la naturaleza no parece ser el mejor camino para encontrarnos en nuestro arte. Salir al mundo, tener paciencia, saber esperar y todo aparece.

La naturaleza de las cosas

ARTE

Avignonun puente hacia otra forma de ver

#16MAYO 2015

Publicación mensual de distribución gratuita

producida por: Taller de Artes Plásticas

EL PORTÓN VERDE

por Walter Pugliese

Mármol Travertino – 2013. Walter Pugliese.Fotografías de Gabriela Piccini.

Muestra taller de artes El Porton Verdeen la Direccion de Cultura de San Isidro

Los invitamos con gran placer a todos nuestros lecto-res a visitar y recorrer la primer muestra del taller de artes de El Portón Verde, desde donde hacemos

Avignon y asi poder ver el trabajo realizado durante el año anterior y parte del 2015 por todos los alumnos de dibujo, pintura y escultura.

Nos encontramos para la inauguración el día miércoles 20 de mayo a partir de las 19 hs y brindar una vez más por lo bello.

Av. Del Libertador 16.208, San Isidro.

“HAY ALGO QUE LOS GATOS LOGRARON DESCUBRIR, Y ES QUE EL VALOR DE UNA

EXPERIENCIA DEPENDE DE LA INTENSIDAD CON LA QUE ES VIVIDA.”

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Arte y diagramación: DG Malena Gaudio

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Las artes plásticas en la Argen-tina siempre se alimentaron de las novedades europeas, pero fue en los noventa, con el neo-liberalismo que el posmoder-nismo encontró el campo fértil para prosperar. Se pregonó un universalismo, fruto de la glo-balización, que estaba lejos de hacer que los pueblos se unie-ran solidariamente, propiciando más bien una falsa unificación, sin rasgos propios ni color local. Fue así como se debilitó la ima-gen nacional al subestimarse las indagaciones propias para res-ponder a mandatos externos.La imagen artística se fue ha-ciendo cada vez más incon-sistente porque fue perdiendo sentidos y significados. Se tornó más lejana al público, transfor-mándose en un producto más de mercado, quedando las ex-presiones populares relegadas y desvalorizadas.Hubo que hacer un esfuerzo por negar las imposiciones que, como tapas, no permitían que surja desde nuestra interioridad aquello que realmente nos fun-da y constituye. Es ese sacrificio por América al que Rodolfo Kusch se refería para lograr tener una cultura representativa de nuestro pueblo.Pero a esa cultura impuesta se opuso la contra cultura de secto-res que desde el arte y el pensa-miento resistimos y realizamos con menos medios pero seguros de estar construyendo bases só-lidas de libre expresión.Estamos actualmente protago-nizando ese momento propicio para recuperar nuestros valores identitarios.Las nuevas formas surgen como consecuencia de la presión de una necesidad interior, de una exigencia psicológica colectiva

que, como toda la psicología hu-mana, tiene raíces sociales. Por esto la relación recíproca entre la forma y el contenido apare-ce por un necesario cuestiona-miento de las viejas estructuras.Son muchos los artistas de todas las áreas del arte que entraron en una senda auténtica y explo-raron con pies firmes las posibi-lidades de un arte argentino y americano.Durante los 90 comprendimos que había que resistir, haciendo. Creando obras que pudieran salir a la superficie en momen-tos más consistentes; mientras hacíamos, nos fortalecíamos. Sabiendo que el arte es un fon-do de reserva que había que ali-mentar para que no se perdiera esa identidad que sólo el arte puede mantener y es el que le devuelve al pueblo su reflejo ne-cesario de pertenencia.EL 2001 nos marca en la toma de posturas y decisiones. En arte nos tocó dar expresiones urgen-tes, con gran economía de re-cursos, con las que pudiéramos interpretar sensiblemente los sentimientos de nuestro pueblo.La reflexión sedimenta después de esta década vivida y ganada: reconstruir la imagen plástica tomando a nuestra gente como objeto mismo de narración en la obra de arte.La necesidad de una vuelta a los temas de arraigo social, local, nos dan la suficiente tela para el logro de una imagen que nos corresponde fortalecer en las ar-tes plásticas.Por eso retomar el estudio de la realidad a través del retrato en este momento puede arrojar una luz veraz y expresiva de esa realidad cotidiana que es el otro.

La representación en arte nos mete con la realidad del otro. Esto sucede cuando aparece como una necesidad genuina. La realidad más cercana, la co-tidiana es la mía pero conmueve cuando se ve reflejada en he-chos trascendentes.Enfrentarse con la realidad conmueve y requiere de una respuesta, que, desde la plásti-ca, el artista dará a través del dialogo que promueven las for-mas y las emociones plasma-das en la materia.Con esta manera de trabajar, haciendo foco en nuestra cultu-ra y los cambios que van acae-ciendo producto de la mayor participación popular, deviene un camino de mayor afianza-miento del discurso y por lo tanto de la imagen. Profundizar el modelo en plástica, equivale a meterse aun más con la reali-dad, indagar en aquello que nos cuesta afrontar, implica asimilar lo más oscuro de nuestro incons-ciente colectivo, la inmersión en lo residual de uno mismo y que el artista debe poder decodificar, interpretar y traducir en obra, para así advertir las raíces.El ejercicio del retrato es un tra-bajo que siempre trae enormes beneficios al artista y es un lega-do en sí mismo, por lo que apor-ta para el que lo hace y para otros artistas más jóvenes.El lenguaje del dibujo nos per-mite la reafirmación de un esti-lo. Evita cristalizarse en una fór-mula porque nos enfrenta con la realidad misma. El desafío es representar al otro, interpretando sus costados más profundos y sensibles, ésos que el cuerpo revela. El dibujo nos permitiría sintonizar con el otro,

ya no buscando la realidad ex-terna, fotográfica, si no aquello que emana desde el sentimiento común con el cual hacer empa-tía. Para permitir que fluya la imagen poética.Esta decisión por una vuelta a dar lectura sensible del cuer-po, muestra lo que pasa, lo que sufre y procesa nuestro pueblo. Hablar desde el arte tomando el cuerpo real como tema, expone lo que le pasa hoy a la sociedad.Afianzar esta imagen, es pre-servar una identidad argentina siempre amenazada por la de-recha que privilegia los temas elitistas y herméticos, que creen ser dueños de lo que hay que hacer y por lo tanto de las imá-genes y las formas que debemos consumir y asimilar.El arte hoy busca en sus íconos representativos y en sus referen-tes, la fuente de inspiración y de identificación. Sus preguntas y sus respuestas, todo en el mismo pueblo.En la medida que nuestro pue-blo logre mejorar sus condicio-nes de vida es que podremos tener un arte representativo de ese pueblo.

*Texto presentado por la escultora Ma-ria Claudia Martínez en el Foro por una Nueva Independencia Capítulo Nordes-te. Pensar la Argentina entre dos Bicen-tenarios. Chaco, 2014. Convocado por el Ministerio de Cultura Presidencia de la Nación.

María Claudia Martínez es escultora, dibujante y docente. Realizó importan-tes monumentos de contenido social y cultural y actualmente dirige en la Di-rección de Educación del Municipio de Morón el Curso de Herrería de Diseño para adultos en la producción de obras en espacios públicos.

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Vincent Van GoGhCartas a Théo

Hay una frase de Gustave Doré que yo he encontrado siempre muy bella: “Tengo la paciencia de un buey”

Yo no soy una artista –qué grosero es esto-, incluso pensándolo de sí mismo -¿será posible no tener paciencia, no aprender de la naturaleza a tenerla, a tener paciencia viendo como aparece silenciosamente el trigo, crecer las cosas?-, ¿será posible valorarse como una cosa tan absolutamente muerta que hasta llegue a pensar que ni siquiera se puede crecer más? ¿Pensaría alguien, por ventura, en contrariar intencionalmente su desa-rrollo? Digo esto para hacer ver cuán tonto encuentro el hablar de artistas dotados o no dotados.

Pero si se quiere crecer es preciso hundirse en la tierra.

Drenthe, septiembre de 1885

Reflexiones sobre la identidad nacional a traves del arte. *por Maria Claudia Martinez

Dibujo de María Claudia Martínez.

Estructura pescado. Hierro nervado. 1996. María Claudia Martínez.