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  • 8/8/2019 Articulo Hegel

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    Universidad de Los AndesFacultad de Ciencias Jurdicas y PolticasPostgrado de Ciencias PolticasCentro de Estudios Polticos y Sociales de Amrica Latina

    Seminario de Pensamiento PolticoProfesor Franz J.T. Lee

    Hegel y el espacio geogrfico Aproximacin a los fundamentos doctrinariosde la filosofa hegeliana de la historia

    Alumno Alfredo Lascoutx

    Julio de 1998

    1

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    Indice.............................................................

    A manera de aclaratoria

    1. Hegel y el espacio geogrfico

    1.1.1. Naturaleza y percepcin del espacio

    1.1.2. El espacio hegeliano

    1.1.3. Percepcin y representacin del espacio

    1.1.4. Los Fundamentos Geogrficos de la Historia

    Universal de Hegel

    1.1.5. El Espritu geogrfico interpreta al mundo

    2.El espacio doctrinario y la influencia hegeliana.

    2.1. El biologsmo territorial darwinista y el Estado

    orgnico hegeliano

    2.2. La consideracin del espacio geogrfico en la teora

    poltica moderna

    A manera de conclusin

    Bibliografa

    A manera de aclaratoria

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    Esta investigacin tiene como objetivo realizar una primera aproximacin terica e

    interdisciplinaria al problema del Espacio -como categora de anlisis- con el propsito de

    identificar, para su posterior desarrollo, la terminologa referida a conceptos espaciales de uso

    comn en las Ciencias Polticas y Jurdicas, pero que tienen su origen, o en todo caso, su

    significacin mas profunda en la Geografa.

    El inters particular por los problemas del Espacio, se explica en razn a nuestro deseo por

    acumular insumos tericos que puedan posteriormente ser desarrollados, a modo de una

    fundamentacin de la Ecologa como objeto de la Ciencia Poltica, en el marco ms amplio de la

    tesis de postgrado.

    Por ello, la nocin de Espacio que manejaremos en un primer momento, deber ser entendida

    desde una perspectiva general, lo cual nos permitir acometer el ejercicio de conjugar trminos

    y conceptos relacionados entre s, tales como: territorio, suelo, espacio geogrfico y hbitat.

    En la bsqueda tentativa de un criterio metodolgico susceptible a tales comparaciones y

    analogas, hemos decidido manejarnos a partir del enfoque que nos ofrece la Geografa,

    disciplina que -tericamente, para efectos de nuestra investigacin- se encontrara a mitad decamino entre la Ciencia Poltica -como fundamento de anlisis- y la Ecologa -como potencial

    objeto de anlisis-.

    De all surge, precisamente, nuestro inters por descubrir a un Hegel gegrafo, que se

    manifiesta en las Lecciones sobre la Filosofa de la Historia Universal, como el viejo catedrtico

    que interpreta "empricamente" los datos geogrficos puestos a su alcance. Es una faceta

    menos conocida del pensador alemn, que difunde su interpretacin de la naturaleza del

    mundo, estableciendo una conexin geogrfica a su visin particular de la historia universal.

    No es el propsito de este trabajo -aclaramos- realizar un seguimiento de las bases

    conceptuales, presentes en la obra de Hegel, que hayan podido servido para fundamentar las

    polticas colonialistas del expansionismo europeo, o nutrir las doctrinas del comunismo o del

    fascismo. Nuestro inters se limita a un primer reconocimiento de las interrogantes y reflexiones

    que se le plantean a la filosofa poltica de origen hegeliano, cuando sta se enfrenta a la

    realidad del espacio geogrfico.

    I. Hegel y el espacio geogrfico

    La trascendencia del pensamiento de Hegel es un hecho indiscutible para la filosofa

    occidental. La sola consideracin de su influencia sobre la obra de Marx y Engels, es ya una

    razn suficiente para justificar las contnuas relecturas de sus escritos fundamentales: LaLgica, La Fenomenologa del Espritu y la Filosofa del Derecho. All se encuentran, sin duda, los

    fermentos conceptuales del materialismo histrico, el materialismo dialctico, la alienacin y

    otros muchos trminos inherentes a la filosofa marxista, que han contribudo de manera

    determinante a modificar el devenir de la humanidad durante casi siglo y medio de historia De

    igual manera, es reconocida la influencia que ejerci Hegel sobre los idelogos del fascismo,

    gracias a su visin particular de un Estado omnipresente, que conjuga la realidad total del

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    espritu humano como una idea moral, un espritu tico que abarca en su seno a toda la nacin

    de "hombres libres", quienes delegan en ese Estado toda su voluntad, a fin de ser guados hacia

    un destino histrico privilegiado.

    El hecho, un tanto inslito, de confrontar vertientes ideolgicas tan opuestas que parten de la

    obra de un mismo pensador, nos debe llamar a la reflexin. Se trata acaso de una

    confrontacin sistemtica en la interpretacin opuesta de conceptos fundamentales de la obra

    de Hegel?. Estas oposiciones se remiten exclusivamente a la visin idealista de Hegel, en

    contraposicin a la visin materialista de Marx y Engels?. S la famosa "inversin" del mtodo

    dialctico llev a Marx por el camino de la comprobacin emprica de la realidad histrica, en

    abierta oposicin a la especulacin idealista de Hegel, significa acaso esto que la derecha

    hegeliana se mantuvo fiel a los principios rectores de la idea que sostena el autor de la

    fenomenologa?.Creemos que la respuesta a estas interrogantes se explica por la misma

    vastedad y amplitud de la cosmovisin que transmite la obra de Hegel. Ms all de las posibles

    interpretaciones sobre tal o cual concepto, el sistema hegeliano es como una inmensa cantera

    de donde se pueden extaer innumerables ideas y conceptos. Por otra parte, la oscuridad dellenguaje hegeliano y el sistema de su lgica dialctica, permiten -en trminos polticos- una

    cierta interpretacin acomodaticia, de la cual se aprovech el mismo Hegel durante su vida, a la

    hora de transmutar el sentido de su filosofa, desde una visin revolucionaria hasta la

    concepcin de su Estado pangermnico con vocacin universal.

    Nuestra intuicin en este caso nos indica que las interpretaciones mas reaccionarias del

    pensamiento de Hegel, provienen de otros de sus escritos -quizs menos densos en trminos de

    "filosofa dura", pero no por ello menos importantes. Particularmente, nos referimos a las

    Lecciones sobre la Filosofa de la Historia Universal. Esta obra, es necesario advertir, la escribi

    Hegel paulatinamente, como parte de los cursos que dictaba en la Universidad de Berln, ya

    hacia el final de su vida. Es, por lo tanto, producto de las reflexiones de su madurez como

    filsofo. En ella se encuentran desplegados sus ideas sobre el Estado, la Nacin, el Espritu del

    Hombre, la Historia Universal, y todos aquellos conceptos que haban sido previamente

    elaborados en: la Lgica, la Fenomenologa del Espritu y la Filosofa del Derecho. Sin embargo,

    estamos tentados a afirmar, que la interpretacin de estos mismos conceptos presentes en las

    Lecciones, los realiza Hegel desde una perspectiva diferente, ms acorde a su posterior postura

    poltica, conservadora y nacionalista.

    I.1. Naturaleza y percepcin del espacio

    La indagacin del espacio como elemento estructural de la vida humana ha sido una

    constante inherente al anhelo del hombre por conocerse a si mismo. La interrogante acerca del

    espacio se encuentra, pues, inplcita en todas las actividades que el hombre despliega sobre La

    Tierra.

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    La relacion entre el hombre y su espacio cobra especial significado en el contexto de la

    propuesta que nos ocupa, esto es, la indagacin del espacio como categora de anlisis de la

    Ciencia poltica y la Filosofa Poltica.

    Se trata aqui, entonces, de confrontar la especulacin filsfica sobre el espacio abstracto

    con la percepcin ambiental del espacio geogrfico. La presencia de Hegel significa enfrentarse

    al ejercicio especulativo y dialctico que supone interpretar la geometra del espacio euclidiano,

    lo que nos dar ocasin para conocer otras teoras espaciales, dentro de lo que algunos filsofos

    actuales han conceptualizado como "espacio vivencial".

    Una primera aproximacin lingustica a la nocin de espacio puede hacerse a partir del

    conocimiento de los mltiples significados atribudos al trmino, a saber:

    "Extensin indefinida que contiene todos los seres fsicos existentes. 2. Parte de esa

    extensin que ocupa cada cuerpo. 3. Extensin de un terreno o capacidad de un local.

    4. Distancia entre dos o ms cosas. 5. Distancia entre dos sucesos (el tiempo imaginado

    como espacio). 6. Distancia entre dos lnes del pentagrama musical. 7. Tardanza,

    lentitud." (Diccionario Enciclopdico Norma: 1994:.583)Por su parte, Ferrater Mora (1982: 146-147) nos aproxima a la nocin del espacio desde la

    perspectiva filosfica:

    "... La idea del espacio ocupa un lugar destacado en todas las corrientes importantes

    del siglo XIX. Slo el naturalismo radical admitir, sin crtica, una objetividad exterior

    del espacio. Ha habido numerosas discusiones sobre el carcter absoluto o relativo,

    objetivo o subjetivo, del espacio, as como sobre el problema de las relaciones del

    espacio con el tiempo y la materia (...) Desde el punto de vista psicolgico se considera

    el espacio como objeto de la percepcin, y la respuesta al problema ha dado por

    resultado diferentes teoras acerca de los distintos espacios (tctil, auditivo, visual,

    etc.), as como de la adqquisicin de la idea de espacio (empirismo, nativismo, etc.).

    Desde el punto de vista geomtrico, se considera el espacio como "el lugar de las

    dimensiones", como algo contnuo e ilimitado. Desde el punto de vista fsico, el

    problema del espacio se relaciona intimamente con las cuestiones que se refieren a la

    materia y el tiempo, y la respuesta a estas cuestiones afecta tambien, como en la fsica

    reciente, a la constitucin geomtrica. Se habla asi en fsica, por ejemplo, de un

    continuo espacio-tiempo. Desde el punto de vista gnoseolgico, se examina el espacio

    en cuanto clase especial de las categoras. Desde el punto de vista ontolgico, comouna de las determinaciones de ciertos tipos de objetos. Finalmente, desde el punto de

    vista metafsico, el problema del espacio engloba el problema ms amplio de la

    comprensin de la estructura de la realidad."

    Desde otro contexto, Friedrich Bollnow, en su libro "Hombre y Espacio"(1969), confronta las

    diversas visiones filosficas del espacio y formula su concepto de espacio vivencial,

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    respaldndose en las opiniones de dos investigadores, Minkowski y Graf Drkheim, de quienes

    toma las siguientes citas, las cuales reproducimos en ese orden:

    "El espacio no se reduce a las relaciones geomtricas que fijamos como si, limitados

    al simple papel de espectadores curiosos o cientficos, nos encontrsemos fuera de el

    espacio. Vivimos y actuamos dentro del espacio y en l se desarrollan tanto nuestra

    vida personal como la vida colectiva de la humanidad". (Idem: 26)

    "El espacio vivido es para el medio de la realizacin corprea, antiforma

    o desarrollo, amenazador o preservador, trnsito o estancia, extranjero o patria,

    material, lugar de realizacin y posibilidad de despliegue, resistencia y lmite, rgano y

    contrario de este en su realidad actual de ser y de vida". (Idem: 27).

    El mismo Bollnow nos adelanta en su introduccin algunas carctersticas de este espacio

    vivencial que rompe con el espacio matemtico. En el espacio vivencial, nos dice Bollnow:

    "...existe un punto central determinado, que de algn modo viene dado por el lugar

    del hombre que est en el espacio (...) En l las regiones y los lugares

    son cualitativamente distintos. Sobre sus relaciones se basa una estructuramultifactica del espacio , para la que no hay analoga en el espacio

    matemtico. (...) No hay slo transiciones fluidas de una regin a otra, sino tambien

    lmites netamente recortados. El espacio muestra verdaderas

    discontinuidades. (...) En su totalidad, el espacio no es una zona de valor

    neutral. Est ligado al hombre por relaciones vitales tanto fomentadoras como

    frenadoras. En uno como en otro caso pertenecen al campo de la actitud vital humana.

    (...) Cada lugar en el espacio tiene su significacin para el hombre. (...) No

    se trata de una realidad desligada de la relacin concreta con el hombre, sino del

    espacio tal y como existe para el hombre y, de acuerdo con ello, de la relacin humana

    con este espacio, pues ambas cosas son imposibles de separar". (Idem: 25).

    I.2. El espacio hegeliano

    Como veremos, est nocin del espacio vivencial en nada se asemeja a la visin de Hegel,

    quien se desplaza ms a gusto en la dimensin abstracta del espacio especulativo, que

    representa precisamente el territorio abonado para la praxis dialctica. Una definicin dialctica

    sobre el concepto del espacio nos la ofrece el mismo Hegel en su Enciclopedia de las Ciencias

    Filosficas ( 254):"La primera o inmediata determinacin de la naturaleza es la universalidad abstracta

    de su exterioridad, cuya indiferencia privada de mediacin es el espacio. El espacio es

    la yuxtaposicin del todo ideal, porque es el ser fuera de s mismo, y simplemente

    continuo, porque esta exterioridad es un del todo abstracta y no tiene en s ninguna

    diferencia determinada.

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    Mucho se ha dicho hasta aqu acerca de la naturaleza del espacio. Mencionar

    solamente la opinin Kantiana, segn la cual, el espacio, como el tiempo, son formas de

    la intuicin sensible. (...) el espacio es una mera forma; esto es, una abstraccin, a

    saber: de la exterioridad inmediata. No es legtimo hablar de puntos espaciales, como si

    constituyesen el elemento positivo del espacio, porque el espacio, por su falta de

    diferencias, es solamente la posibilidad, no ya la posicin de la exterioridad y de lo

    negativo, y, no obstante, es completamente continuo; el punto, el ser por s, es, pues,

    ms bien, la negacin del espacio puesta en el espacio mismo.(...) La naturaleza, por

    tanto, comienza, no con lo cualitativo, sino con lo cuantitativo, porque su determinacin

    no es, como el ser lgico, la primera abstraccin y lo inmediato, sino que es ya

    esencialmente lo mediato en s, el ser que es exteriormente y es otro."

    Continua Hegel desarrollando su idea del espacio ( 255-256) estableciendo las diferencias

    del concepto, primero partiendo de consideraciones filosficas de la Geometra tridimensional,

    para luego someter el concepto de espacio al ejercico dialctico que le es caracterstico, es

    decir: 1. el espacio como negacin de si mismo; 2. la negacin como negacin del espacio,donde el punto representa la primera enajenacin de la lnea. 3. La enajenacin de s, que es la

    negacin de la negacin, da paso a que la lnea se convierta en superficie, y sea una

    determinacin respecto a la lnea y el punto, restaurandose as la totalidad espacial; la cual, no

    obstante mantendr en s su momento negativo: es superficie cerrada que separa todo un

    espacio singular.

    A pesar de las exiguas herramientas filosficas con que contamos, aventuramos una

    interpretacin de algunos de los elementos contenidos en la conceptualizacin del espacio

    hegeliano. Puntualizando esquemticamente, observamos que:

    a) La nocin de espacio que maneja Hegel, es a nuestra manera de entender una nocin

    matemtica y ms concretamente geomtrica.

    b) La representacin de este espacio matemtico como una abstraccin de vaco, como un

    no ser, como ausencia de cantidad, etc. entre dos puntos, es una nocin harto limitada del

    concepto de espacio.

    c) A pesar de reconocer el carcter abstracto (propio de una ciencia exacta como la

    matemtica) que el mismo autor le designa a su nocin de espacio, ste no parece tener ningun

    inconveniente en traspasar categoras cientficas y presentarla como exterioridad de la

    Naturaleza, la cual pudieramos suponer es territorio de las ciencias naturales y sociales.d) Nos preguntamos hasta que punto resulta posible aplicar la dialctica propia de un espacio

    enajenado, cuando precisamente la nocin abstracta del espacio geomtrico nos sugiere un

    concepto ajeno a la corporeidad de la Naturaleza, no susceptible a las contradicciones del

    espritu propias de los seres orgnicos o fsicos, indiferente a la evolucin de su propia razn.

    Dicho con trminos modernos: s la enajenacin es propia del espritu y requiere de la

    confrontacin entre conciencia y autoconciencia para exteriorizarse, cmo puede entonces

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    trasladarse el mtodo dialctico para explicar una categora abstracta, diramos virtual, no

    real.?.

    La respuesta es obvia para nosotros. El filsofo Hegel no puede contentarse con una nocin

    abstracta del espacio. Para que sta le sirva como categora de anlisis, el filsofo debe mas

    bien adentrarse en una nocin del "espacio vivencial", donde este si puede ser sometido al

    anlisis dialctico, dado sus inherentes elementos humanos que lo constituyen. Sabemos, sin

    embargo, que cualquier nocin que se encuentre cercana a las "formas sensibles", no interesa

    para nada a Hegel.

    I.3. Percepcin y representacin del espacio

    A este momento vale hacer un alto para presentar las observaciones de uno de nuestros

    autores de referencia, Nicolas Obada (1991:91-101), respecto al problema de la representacin

    de la dimensin espacial, segn la cual l sostiene que la geografa clsica y neoclsica ha

    permanecido, hasta nuestros das, aferrada a la visin cartogrfica del espacio, es decir, un

    espacio bidimensional.

    Para demostrar esta aseveracin, el citado autor elabora una interesante teora, a partir delas investigaciones de Jean Piaget en torno al desarrollo de la inteligencia humana y su relacin

    con la construccin del espacio percibido.

    Segn Nicolas Obada, la idea del espacio de referencia topolgico se encuentra implcita en

    la utilizacin del mtodo de anlisis privilegiado por los gegrafos, es decir, la diferenciacin

    entre totalidad y partes, donde "las relaciones espaciales dadas por la percepcin primitiva

    seran entonces de cercana, separacin, orden, envolvimiento y continuidad. Estas relaciones

    son de naturaleza topolgica y no euclidiana y estn incorporadas a los mecanismos de

    funcionamiento de los esquemas." (Idem: 96)

    Siguiendo los razonamientos de Jean Piaget, el autor confronta el concepto de espacio

    proyectivo al de espacio euclidiano. El espacio proyectivo -a pesar de usar tres dimensiones- se

    construye a travs de la proyeccin (hacia arriba, abajo, izquierda, derecha) de la recta

    bidimensional, que se convierte entonces en lnea topolgica gracias a la perspectiva; pero no

    llega a convertirse en espacio tridimensional. No obstante, al formular una serie de

    observaciones crticas a la utilizacin del espacio por los gegrafos y de sus representaciones

    espaciales, Nicolas Obada reconoce la subjetividad representativa del espacio euclidiano y por

    ello se muestra tolerante frente a las iniciativas de bsqueda de espacios multidimensionales y

    de otras categoras espaciales.Es en este punto, donde encontramos una justificacin a la resea de la tesis espacial de

    Nicolas Obada. Su indagacin nos introduce a la metodologa de Camille Vallaux (discpulo de

    Paul Vidal de la Blanche), para quien el trabajo del gegrafo comienza en el propio terreno, por

    un "recorrido del horizonte", una visin de conjunto desde un punto privilegiado.

    "Desde esos puntos -explica Nicolas Obada- el gegrafo observa todos los conjuntos

    hechos (los complejos) que pueden ser agrupados en su campo de visin: el relieve, las

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    aguas corrientes, las aguas estancadas, las aguas marinas, la atmsfera, las

    asociaciones vegetales y animales y por fin las asociaciones de hechos humanos en sus

    relaciones con el suelo. Es evidente que el mapa topogrfico es insuficiente para llevar

    a cabo este trabajo.(...) Para Camille Vallaux, en consecuencia, la geografa debe

    liberarse de la sujecin del mapa y establecer un contacto inmediato con el mundo

    exterior.(...) si las tesis de Camille Vallaux acabaron por triunfar es porque estn

    basadas sobre un anlisis correcto de circularidad de las relaciones establecidas entre

    el gegrafo y los objetos observables, materiales o inmateriales. En efecto, construdos a partir de la observacin no pueden ser comprendidos sin

    utilizar sistemas no geogrficos." (Idem: 108)

    Si bien Nicolas Obada nos previene del abuso de interacciones no geogrficas para explicar

    el espacio geogrfico, reitera no obstante la necesidad de saber seleccionar entre los hechos no

    geogrficos, unicamente aquellos que explican la diferenciacin del espacio, para de esta

    manera recobrar el anlisis de la causalidad espacial o general, por medio de representaciones

    -euclidianas o no- realizadas por el observador. La propuesta de Vallaux, a nuestro modo de ver,es un anticipo -quizs el origen- de lo que hoy conocemos como el mtodo de percepcin

    ambiental. De all nuestro inters por researla.

    Claro est que para Hegel este mtodo representara la negacin de su propia filosofa

    idealista, la cual sostiene que, "lo que es racional es real; lo que es real es racional". En su

    Fenomenologa Hegel discute sobre la certeza de los sentidos, la percepcin, la ilusin... Para

    Hegel, la observacin acrtica dirigida hacia el objeto del conocimiento conduce a la certeza

    sensible. Este saber sensible es inesencial, no es un conocimiento absoluto, sino un

    conocimiento vulgar y limitado, propio del hombre comn que an no ha sido liberado por la

    razn.

    I.4. Los Fundamentos Geogrficos de la Historia Universal de Hegel

    En el segundo captulo de las Lecciones sobre la Filosofa de la Historia Universal, Hegel

    (1974 B:161) nos presenta su visin particular de la historia, a travs de la interpretacin de los

    hechos de la Naturaleza, expresados aqu como factores geogrficos que influyen o determinan

    el devenir de los pueblos. Este captulo puede resultar toda una revelacin para aquellos que

    indagan -como nosotros- las posibles interrelaciones entre la nocin del espacio geogrfico y las

    concepciones polticas y filsficas que han derivado a su vez en teoras y doctrinasgeopolticas.

    El primer texto de este captulo, titulado Caracteres Generales , sirve de fundamento inicial

    para caracterizar a grandes rasgos, el mbito geogrfico que servir de escenario natural a la

    evolucin del espritu humano y al drama de la historia. Paso seguido, Hegel recorre los

    diferentes continentes, describiendo las caractersticas climticas y topogrficas del espacio

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    geogrfico, relacionando estos factores con el grado de civilizacin y modos de gobierno de las

    diversas sociedades que habitan las diferentes regiones del planeta.

    Disclpenos el lector por abusar de esta larga cita que transcribimos a continuacin y en la

    cual hemos insertado nuestros comentarios. Ella est presentada con toda intencionalidad y se

    justifica por varias razones: a) Por ser un texto de Hegel poco conocido comunmente. b) Debido

    a la densidad de la prosa hegeliana, poco dada a la concresin sintxtica. c) Debido al estilo

    reiterativo del lenguaje descriptivo utilizado por Hegel, l cual construye sus imagenes

    agregando nuevos elementos a las viejas frases que se repiten. d) A la importancia que tiene

    para el lector poder realizar por s mismo el ejercicio de construccin y sntesis de las ideas

    expuestas, a travs de la lectura mas o menos completa de sus elementos.

    Asi, entre las distintas maneras reconocidas por Hegel para considerar a la historia, veamos

    pues como el espritu filosfico, dotado de una visin universal concreta y absolutamente

    presente, enfrenta las realidades sensibles de la naturaleza (Idem):

    "Partimos del supuesto general de que la historia universal representa la idea del

    espritu, tal como se revela en la realidad como serie de formas exteriores. El grado delespritu en que este tiene conciencia de s mismo, aparece en la historia universal como

    el espritu existente de un pueblo, como un pueblo actual. Por eso este grado queda

    situado en el tiempo y en el espacio, adquiere las caractersticas de la existencia

    natural. Los espritus particulares, que hemos de considerar simultnea y

    sucesivamente, son particulares gracias a su principio determinado; y a todo pueblo de

    la historia universal le est adscrito un principio." (...)

    De todas las lecturas de la obra de Hegel, esta se nos presenta como la menos cientfica y

    por consiguiente, como la ms doctrinaria. El autor parte de un supuesto, el cual debe ser

    aceptado como premisa indiscutible para asimilar el resto de las proposiciones. El

    antropocentrismo de Hegel se revela evidente frente a su consideracin de la existencia natural

    como fenmeno supeditado a la evolucin humana. Sin explicar cmo ni por qu, afirma la

    existencia de un principio rector que determina el destino de cada pueblo.

    (...)"Tiene que recorrer, sin duda, varios principios para que su principio propio

    llegue a la madurez. Pero en la historia universal no presenta nunca ms de una figura.

    Puede muy bien ocupar varias posiciones en relacin histrica; pero no puede con

    varias posiciones figurar a la cabeza de la historia universal. Quizs se forme dentro de

    otro principio, pero este no ser originariamente acomodado a l. Ms aquel principio particular del pueblo existe al propio tiempo como una determinacin de la naturaleza,

    como un principio natural. Los distintos espritus de los pueblos se separan en el

    espacio y en el tiempo; y en este respecto acta el influjo de la conexin natural, de la

    conexin entre lo espiritual y lo natural, el temperamento, etc. Esta conexin es

    exterior si se compara con la universalidad del conjunto moral y de su individualidad

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    activa singular; pero considerado como el suelo sobre el cual se mueve el espritu, es

    una base esencial y necesaria". (...)

    En base a su lgica particular, Hegel describe los mecanismos de seleccin que actan sobre

    este enigmtico principio que rige la dinmica de los pueblos, sin que por ello quede claro la

    gnesis del principio. A nuestra manera de ver, Hegel construye una cosmologa privada cuyo

    fundamento se acerca ms al dogma que a la constatacin por medio de la razn que dice

    defender.

    (...)"Desde el momento en que el espritu entra en la existencia se sita en la esfera

    de la finitud, y, con ello, en la esfera de la naturaleza. Las manifestaciones particulares

    se diversifican, pues la forma de lo natural es la diversificacin; consiste en que las

    determinaciones particulares se manifiestan como singularidades. Esta determinacin

    abstracta contiene el fundamento de la necesidad de que lo que en el espritu aparece

    como estadio particular, aparezca como forma particular natural que excluye a los

    dems y existe por s misma. Al manifestarse en la naturaleza esta particularidad , es

    una particularidad natural; es decir, existe como principio natural, como determinacinnatural, perticular. De aqu se desprende que todo pueblo, siendo la representacin de

    un grado particular en la evolucin del espritu, es una nacin; su contextura natural

    corresponde a lo que el principio espiritual significa en la serie de las formas

    espirituales."(...)

    Resulta paradjico para nosotros calificar de abstractas las manifestaciones de la naturaleza,

    mientras que la idea absoluta vendra a ser lo concreto. No extraa, sin embargo, al saber que

    nos referimos al autor de la frase "lo racional es real" y viseversa. Para nosotros, la idea absoluta

    puede ser concreta, si ella se refiere a Dios, entendido como manifestacin del todo absoluto.

    Esto, sin embargo, no debiera significar que las manifestaciones particulares de Dios sean

    menos concretas que el absoluto. Si bien es cierto que Hegel no conoci las leyes de la

    termodinmica, sorprende, no obstante, que un filsofo idealista de origen cristiano, plantee la

    nocin de finitud frente al espritu.

    (...)"Este aspecto natural nos hace penetrar en la esfera de lo geogrfico, que

    contiene lo que pertenece al estadio de la naturaleza. En la existencia natural estn

    contenidos juntamente los dos aspectos de esta esfera: por una parte la voluntad

    natural del pueblo o manera de ser subjetiva de los pueblos; mas esta, por otra parte,

    se presenta como naturaleza exterior particular. El hombre, por cuanto es un ser que noes libre, sino natural, es un ser sensible, y lo sensible se divide en dos aspectos: la

    naturaleza subjetiva y la externa. Este es el aspecto geogrfico que, segn la

    representacin inmediata, pertenece a la naturaleza exterior. Por consiguiente, lo que

    hemos de considerar son diferencias naturales; que deben ser estimadas primeramente

    como posibilidades particulares, de las cuales se desprende el espritu y de este modo

    ofrecen la base geogrfica. No nos proponemos conocer el suelo como un local externo,

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    sino el tipo natural de la localidad, que corresponde exactamente al tipo y carcter del

    pueblo, hijo de tal suelo. Este carcter es justamente la manera como los pueblos

    aparecen en la historia universal y ocupan un puesto en ella. La conexin de la

    naturaleza con el carcter de los hombres parece contraria a la libertad humana.

    Llammosla la parte sensible, y cabra pensar que el hombre lleva la verdad en s

    mismo e independientemente de la naturaleza. Tampoco debemos admitir una relacin

    de dependencia, de tal modo que el carcter de los pueblos fuese formado por las

    condiciones naturales del suelo. No debemos pensar el espritu como algo abstracto,

    que recibiera posteriormente su contenido de la naturaleza. Los que en la historia

    aparecen, son espritus particulares, determinados. La idea especulativa muestra cmo

    lo particular est contenido en lo universal, sin que por esto se vea este ltimo

    oscurecido. Desde el momento en que los pueblos son espritus con una forma

    particular, su manera de ser es una determinacin espiritual, pero corresponde, por otra

    parte, a la manera de ser de la naturaleza. Lo que es en s mismo existe de modo

    natural; as el nio es hombre en s, y siendo nio es hombre natural, que solo posee lasdisposiciones para ser, en s y por s mismo, hombre libre."(...)

    Nos da la impresin que Hegel encuentra dificultades para ocultar su profundo disgusto e

    incomodidad ante la presencia de las formas externas, naturales, o sensibles como dira l.

    Ciertamente se siente ms a gusto en el mundo de la abstraccin que en la realidad fsica, la

    cual siempre tiende a supeditar frente a su nocin del espritu. Hegel prefiere el ejercicio

    especulativo a la "vulgaridad" de las formas particulares que condicionan, muy a su pesar, la

    evolucin del espritu. A pesar de nuestras lecturas, todava ignoramos que entiende Hegel por

    hombre libre y por un ser que no es libre sino natural. Podemos aceptar -desde un particular

    punto de vista- que el hombre natural no es enteramente libre, desde el momento en que se

    encuentra sujeto a las fuerzas de la naturaleza, y su existencia transcurre en una incesante

    lucha por la sobrevivencia. La cultura en este sentido "libera" al hombre de esta dependencia

    imperativa que la naturaleza ejerce sobre l, allanandose entonces el camino para el desarrollo

    de sus potencialidades mas profundas y enriquecedoras. Pero, en qu consiste la libertad del

    hombre hegeliano, del pueblo civilizado...?.A qu propsitos sirve la libertad de entregar toda

    su voluntad al Estado omnipresente?... Despus de realizado ese ritual de entrega, de

    desprendimiento de la propia voluntad a un designio tericamente compartido en el Estado,

    qu queda de la libertad del hombre, adems de disciplina y sujecin a una nocin de biencomn, administrada por una minora de espritus particulares, predestinados para el mando por

    gracia del enigmtico principio?

    (...)"Esta consideracin parece coincidir con lo que se dice de la influencia del clima

    sobre las circunstancias. Es creencia general y corriente la de que el espritu particular

    de un pueblo coincide con el clima de la nacin; se suele entender por nacin el pueblo

    nativo. Esta manera de pensar es vulgar. Y por necesaria que sea la conexin entre el

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    principio espiritual y el natural, no debemos atenernos al lugar comn general, que

    atribuye al clima efectos e influencias particulares.

    (...) Tiene no obstante influencia el clima, por cuanto ni la zona clida ni la fra son

    suelo abonado para la libertad de los hombres, para que en ella se desarrollen pueblos

    importantes en la historia universal. En su primer despertar, el hombre es conciencia

    natural inmediata, en relacin con la naturaleza. Por tanto, prodcese necesariamente

    una relacin entre ambos. Toda evolucin supone una reflexin del espritu sobre s

    mismo y frente a la naturaleza; es una particularizacin de lo espiritual en s, frente a

    esta su inmediatez, que es precisamente la naturaleza"(...)

    Quizs el psicoanlisis de los textos de Hegel pueda aportar algn da muchos elementos de

    comprensin sobre su pensamiento real. En todo caso, las ambigedades en las posturas

    parecen ser una gua para seguir su lnea de pensamiento escurridizo. La constatacin que

    realiza el sentido comn respecto a la influencia que ejerce el medio ambiente sobre el ser

    humano es innegable. Pero Hegel se guarda bien de cualquier acusacin que lo indicie como

    espritu susceptible al conocimiento sensible. De all que, despus de negar la vulgar influenciadel clima, pase hasta el otro extremo de su dialctica a fin de explicarnos cientficamente con su

    enrevesado lenguaje, lo que cualquier campesino sabe desde siempre.

    (...) El hombre necesita de la naturaleza para sus fines: pero cuando la naturaleza

    es demasiado poderosa, no se ofrece al hombre como medio. Por eso las zonas clida

    y fra no son el teatro de la historia. Estas regiones extremas quedan excludas del

    espritu libre, desde este punto de vista.

    (...) As es, en general, la zona templada la que ha de ofrecer el teatro para el drama

    de la historia universal; y dentro de la zona templada, la parte septentrional es la ms

    adecuada (...)"

    Vemos pues que su sntesis dialctica lo lleva mas lejos de lo que poda esperarse de su

    primera tesis que nos adverta los peligros que poda padecer el espritu por dejarse influenciar

    bajo un buen aguacero. Ahora, raudo y veloz, el hombre de la razn absoluta no solo defiende la

    influencia climtica, sino que nos la presenta como un factor determinante de nuestro destino

    histrico, hasta el punto de requerir de cuatro estaciones para alcanzar un puesto a la diestra de

    Odn y sus Walkirias.

    I.5. El espritu geogrfico interpreta al mundo

    Luego de estas reflexiones, pasa Hegel a abordar su verdadero objeto de anlisis geopoltico:El Nuevo Mundo , al cual divide en norte y sur, y El Viejo Mundo , el cual comprende Africa, Asia y

    Europa.

    No corresponde al objetivo de este trabajo demostrar, una a una, el cmulo de errores y

    falsedades geogrficas y biolgicas que plena la totalidad de la descripcin suministrada a sus

    alumnos, por el entonces rector de la Universidad de Berln. Para ello basta constatar -una vez

    ms- la soberbia que caracteriza a la ciencia occidental, que apoyada en sus rigurosas

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    colega suyo, P. Rossi, Sansoni, quien en su investigacin de Historia Universal y Geografa en

    Hegel, sostiene que "la afirmacin del fundamento geogrfico del proceso histrico (...)

    constituye uno de los bastiones doctrinarios de la filosofa hegeliana de la historia".

    De su propia pluma, Bobbio nos sugiere precisamente que Hegel, a travs de su sistema

    filosfico, logra conjugar la concepcin histrica de las formas de gobierno (Giambattista Vico)

    con la concepcin geogrfica y espacial que predomina en la obra de Montesquieu. (idem):

    "Pero lo que en Montesquieu solamente es una intuicin, en Hegel, bajo los

    lineamientos del gegrafo Karl Ritter, autor de una geografa , publicada en 1817, se vuelve una verdadera

    teora. En las Lecciones sobre la Filosofa de la Historia Universal, que representa la

    ltima fase de la evolucin de su pensamiento, Hegel dedica un captulo introductorio a

    la "base geogrfica de la historia del mundo", en el que explica que la historia del

    mundo ha pasado por tres fases, caracterizadas por tres diferentes tipos de

    asentamientos: el altiplano con sus grandes estepas y llanuras, que es el paisaje tpico

    de la Asia central, donde nacen las naciones nmadas (principalmente pastores), lallanura fluvial, que caracteriza las tierras del Indo, del Ganges, del Tigris y del Eufrates,

    hasta El Nilo, donde , y finalmente la zona costera, en la que se desarrollan las actitudes del

    hombre al comercio y se forman nuevas razones de riqueza y al mismo tiempo nuevas

    condiciones de progreso civil."

    Para Bobbio, las descripciones e interpretaciones geogrficas de Hegel estn provistas de un

    lenguaje riguroso e imaginativo. Desde nuestro punto de vista podemos aceptar sin problemas

    la presencia de un lenguaje imaginativo. Pero en lo que respecta a la visin geogrfica de Hegel,

    est podr ser todo menos rigurosa. Sin embargo, sera injusto de nuestra parte criticar el

    escaso dominio geogrfico de un Hegel que incursiona en una disciplina ajena a la suya, y lo

    hace bajo el marco referencial de una geografa en edad romntica y de alcances limitados.

    Lo que en realidad podramos argumentar, y sin mucha dificultad, es que la descripcin

    hegeliana de la geografa humana de la Amrica espaola, y sobre todo de Africa, est provista

    de un lenguaje decididamente racista, imbudo de una ideologa colonialista y en sana paz con

    su "autoconciencia" filosfica de espritu superior. Como ejemplo, he aqu algunas muestras de

    rigor (Hegel. Ob cit:1974):

    "(En) el nuevo mundo (...) la conquista del pas seal la ruina de su cultura, de lacual conservamos noticias; pero se reducen a hacernos saber que se trataba de

    una cultura natural, que haba de perecer tan pronto como el espritu se acercara a

    ella. Amrica se ha revelado siempre y sigue revelndose impotente en lo fsico

    como en lo espiritual. Los indgenas, desde el desembarco de los europeos, han ido

    pereciendo al soplo de la actividad europea. En los animales mismos se advierte

    igual inferioridad que en los hombres. La fauna tiene leones, tigres, cocodrilos, etc.;

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    pero estas fieras, aunque poseen parecido notable con las formas del viejo mundo,

    son, sin embargo, en todos los sentidos ms pequeas, ms dbiles, ms

    impotentes. Aseguran que los animales comestibles no son en el nuevo mundo tan

    nutritivos como los del viejo.(...) Estos pueblos de dbil cultura perecen cuando

    entran en contacto con pueblos de cultura superior y ms intensa.(...) Algunas

    costumbres han adoptado, sin duda, los indgenas al contacto con los europeos;

    entre otras la de beber aguardiente que ha acarreado en ellos consecuencias

    destructores.(...) Mucho tiempo ha de transcurrir todava antes de que los europeos

    enciendan en el alma de los indgenas un sentimiento de propia estimacin. Los

    hemos visto en Europa, andar sin espritu y casi sin capacidad de educacin. La

    inferioridad de estos individuos se manifiesta en todo, incluso en la estatura..."

    (Idem: 170-172).

    "El Africa propiamente dicha es la parte caracterstica de este continente.

    Comenzamos por la consideracin de este continente porque en seguida podemosdejarlo a un lado, por decirlo as. No tiene inters histrico propio, sino el de que

    los hombres que viven all en la barbarie y el salvajismo, sin suministrar ningn

    ingrediente a la civilizacin.(...) El negro representa el hombre natural en toda su

    barbarie y violencia; para comprenderlo debemos olvidar todas las

    representaciones europeas. Debemos olvidar a Dios y la ley moral (...) debemos

    hacer abstraccin de todo respeto y moralidad. de todo sentimiento. Todo est de

    ms en el hombre inmediato, en cuyo carcter nada se encuentra que suene

    humano. (...) Si pues en Africa el hombre no vale nada, se explica que la esclavitud

    sea la relacin jurdica fundamental. La nica conexin esencial que los negros han

    tenido y an tienen con los europeos, es la de la esclavitud. En esta no ven los

    negros nada inadecuado..." (Idem:180-182).

    Pero no nos retiremos sin antes leer de la pluma del gran Montesquieu, algunas de sus

    reflexiones geogrficas contenidas en El Espritu de las Leyes, las cuales seguramente sirvieron,

    en su momento, de gua espiritual a la filosofa de Hegel:

    "No hay que admirarse de que en los pueblos que viven en zonas clidas, por

    efecto de su flojedad hayan sido esclavos casi siempre, ni de que se hayan

    mantenido libres los habitantes de pases fros. Es una consecuencia derivada decausa natural" (Montesquieu. Ob. cit.: Libro XVII, captulo II)

    "No nos podemos convencer de que Dios, quien es un ser muy sabio, haya

    puesto un alma, y sobre todo un alma buena, en un cuerpo tan negro (...) Nos es

    imposible suponer que ellos sean hombres, porque si los supieramos tales, se

    podra comenzar a creer que nosotros mismos no somos cristianos" .(Idem:

    XV,5.409-410)

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    II. El espacio doctrinario y la influencia hegeliana.

    Hemos dicho que uno de los propsitos de este trabajo radica en identificar los fundamentos

    geogrficos y espaciales de la Filosofa de la Historia de Hegel, para determinar as sus posibles

    influencias sobre posteriores doctrinas polticas y geopolticas.

    Una va para adelantar esta indagacin consiste en redefinir el papel que desempea el

    espacio, ms concretamente, el espacio geogrfico, como factor de la actividad poltica.

    Pero el manejo del concepto de espacio vara de acuerdo a la disciplina cientfica que lo

    utilice. Es opinin comn considerar que el manejo del espacio -como concepto- es una

    herramienta inherente a las disciplinas geogrficas y cartogrficas. Tan es as, que para muchos

    el espacio verdadero es el "espacio geogrfico", donde el espacio matemtico de la geometra

    viene a ser una abstraccin tridimensional de esa realidad. Acercarnos a una percepcin de la

    naturaleza del espacio geogrfico nos obliga a pasearnos por la historia reciente de la geografa,

    a travs de sus doctrinas ms representativas.

    Sin pretender un recuento absoluto del problema del espacio, nuestra bsqueda intenta

    identificar -de manera muy general- las bases analgicas y los elementos comunes que aquelloscriterios doctrinarios que fundamentan sus postulados y metodologas a partir de las ciencias

    naturales, la biologa, y mas tarde , la ecologa; y cuya base comn est representada por la

    influencia que ejerci sobre ellos la T eora de la Evolucin de Charles Darwin. En este sentido

    -apoyndonos en la investigacin de El espacio de los Gegrafos de Nicolas Obada (1991:45-

    172) nos serviremos de la teora darwinista como marco de referencia.

    Se intenta de esta manera establecer un reencuentro entre criterios diferentes, para los

    cuales el vocablo "espacio" resulta primordial, toda vez que su uso determina en numerosas

    ocasiones, la direccin y el enfoque de las investigaciones de cada una de estas ciencias,

    destinadas a coincidir en "el espacio comn" que plantea la necesidad de una geopoltica

    territorial.

    La consideracin del tema del espacio como mbito de estudio o de inters comn a las

    Ciencias Polticas y Jurdicas, a la Geografa y a la Ecologa, viene pues a reflejar la difcil

    delimitacin de la zona de transicin entre las ciencias de la cultura y las ciencias de la

    naturaleza.

    De la lectura de los clsicos de la poltica -desde Platn y Aristteles, pasando por

    Maquiavello, Montesquieau, hasta Hegel- nos queda evidencia de la importancia que han dado

    estos tericos a los hechos geogrficos y como ello ha infludo en sus diversas concepcionessobre el Estado.

    Nuestro aporte en este caso consistira en identificar, a manera de aproximacin, los

    elementos geogrficos (y ambientales) inherentes a conceptos hermanados, tales como:

    territorio nacional, suelo patrio, espacio nacional, espacio vital, etc., presentes en las doctrinas

    geopolticas que proliferaron en la Europa de finales de siglo XIX, y cuya base comn pudiera

    estar representada por la influencia que ejerciera sobre ellos la doctrina de la Filosofa de la

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    Historia de Hegel; influencia que se manifestara desde la perspectiva poltico-jurdica del Estado

    orgnico hegeliano, expresado en el carcter y desarrollo de las actividades propias del Estado-

    nacin, as como en la naturaleza de las interacciones de las poblaciones con su medio y de las

    poblaciones entre s. En razn a ello presentaremos varios puntos de vista que puedan servirnos

    para este propsito.

    II.1. El biologsmo territorial darwinista y el Estado orgnico

    hegeliano.

    Efectivamente, ser la obra pionera de Charles Darwin (1809-1882) la que permitir sintetizar

    una perspectiva gentica de los seres vivos con una explicacin causal de las interacciones

    entre estos. La novedad del mtodo de Darwin reside en la capacidad para reconocer la

    evolucin histrica de las especies, no solo a travs de su forma y funcin, sino tambien por su

    relacin con el espacio que ocupan.Inspirado por el darwinismo, el socilogo ingls Herbert Spencer (1820-1903) reproduce las

    ideas evolucionistas basado en su conviccin respecto a las semejanzas entre las comunidades

    biticas y las sociedades humanas. Las analogas de Spencer lo llevan a comparar las

    actividades polticas, econmicas, los medios de transporte, etc., con los sistemas reguladores

    de los organismos vivientes. De esta lectura Spencer deduce la universalidad del postulado de

    "la supervivencia del ms apto".

    Ser el gegrafo alemn Friedrich Ratzel (1844-1904) fundador de la geografa humana -

    autor de Antropogeografa (1882-1891) y Geografa Poltica (1897)- quien lleve estas analogas

    hasta una comparacin entre las funciones polticas del Estado y el comportamiento de los

    organismos vivos. Con la suma de estos elementos, Ratzel construye su teora del espacio vital ,

    por medio de la cual un Estado puede justificar sus agresiones a territorios vecinos, entendidas

    estas como manifestaciones de su fuerza vital, de su "instinto de supervivencia".

    El caso concreto de la Filosofa de Hegel nos ha permitido identificar aquellas

    conceptualizaciones geogrficas que derivaron a su vez de una caracterizacin del Estado como

    "organismo espacial", o como "ser vivo". De all surgen buena parte de las pretendidas

    relaciones causales que se originan en razn a la situacin geogrfica del territorio donde se

    asienta cada nacin, cada pueblo.Como sealamos anteriormente, la gnesis de estas corrientes naturalistas -influenciadas por

    la teora evolucionista de Darwin- las encontramos en las obras de Ratzel, Kjelln, Vogel,

    Henning y otros muchos autores, de las cuales surgen las disciplinas de la Geografa Poltica y la

    Geopoltica, las que a su vez se constituiran en el cuerpo de doctrinas positivistas, marcadas

    por "el determinismo geogrfico", que serviran como fundamento cientfico para justificar las

    relaciones de dominacin y dependencia entre los pueblos civilizados y los pueblos brbaros.

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    La geopoltica como ciencia que estudia la influencia de los factores geogrficos en la vida y

    evolucin de los estados, tiene sus races en el pangermanismo del siglo XIX. La geopoltica

    persigue como fin llegar a conclusiones de naturaleza poltica, a travs del estudio de los

    condicionantes geogrficos sobre el hombre.

    Sus principios bsicos pueden resumirse as (Morador, Raquel: 1993. 54):

    a) las personas individuales no existen,

    b) la nocin de pueblo es un mito,

    c) lo que existe realmente son las naciones,

    d) la nacin se identifica de manera total con el Estado,

    e) Sin el Estado, la nacin nada puede realizar.

    Pero como el Estado es el poder, el concepto de hombre es reducido a nacin, Estado, poder.

    El mundo es una lucha de poderes, una configuracin de naciones compitiendo entre s en una

    lucha ininterrumpida, porque competicin y lucha son la esencia del poder.

    Para Friedrich Ratzel, la sociedad humana es un organismo de tipo espacial:

    "Los individuos que la componen son en gran medida autnomos y se muevenlibremente (...) La cohesin social se manifiesta entonces en las costumbres que los

    individuos o grupos sociales adquieren por la vivencia compartida en un mismo mbito

    terrestre (...) En las sociedades ms evolucionadas el hbitat se desagrega y la

    vigilancia del territorio incumbe al Estado. La sociedad es, en consecuencia, el

    elemento intermedio a travs del cual el estado se une al suelo, lo cual significa que la

    organizacin de una sociedad depende estrechamente de la naturaleza de su suelo y

    de su localizacin en la superficie de la tierra (...) El conocimiento de la distribucin de

    los grupos humanos en la superficie de la tierra es pues fundamental (...) estas

    distribuciones son el resultado de la lucha por el espacio, es decir, de la expansin

    territorial o de las migraciones (...) Como los pueblos se adaptan a su entorno, la

    influencia del medio sobre los individuos y las sociedades puede ser estudiada

    analizando las condiciones geogrficas". (Obada, Ob. Cit: 1991. 111)

    Esta concepcin ser luego sistematizada por la estadounidense Ellen Churchill Semple

    (1863-1932), quien desarrolla la conocida frmula del "determinismo geogrfico" o

    "determinismo ambiental" . Churchill Semple reduce su interpretacin de la historia a dos

    grandes factores: 1. El hombre, considerado en funcin de su carga gentica-racial. 2. La

    naturaleza, en cuanto habitat o medio fsico, el cual ser determinante en su influencia. Tal como seala Nicolas Obada y lo evidencia la experiencia histrica, la fundamentaciones

    de estas teoras resultaron empricamente inconsistentes, no solo por la existencia paralela de

    mltiples espacios adems del "suelo patrio" , sino por la confusin elemental entre factores

    geogrficos y los factores de localizacin geogrfica. (Idem: 53)

    La influencia del darwinismo ha sido notoria en el desarrollo de otras corrientes geogrficas.

    Asi, a partir de los postulados generales del eclogo alemn Ernst Haeckel (1834-1919), quien

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    sostiene la existencia de un paralelismo entre el desarrollo individual de los organismos y la

    evolucin de los seres vivos como totalidad, surge la tesis del gegrafo francs Paul Vidal de la

    Blanche (1845-1918), como una combinacin de hiptesis darwinianas y los postulados

    centrales de la escuela alemana de geografa.

    Vidal de la Blanche parte de una visin total de la tierra como organismo vivo, el cual se

    expresa a travs de las particularidades de cada entidad geogrfica que constituyen las

    regiones. De igual manera Vidal de la Blanche transforma la nocin ecolgica del "medio

    natural" en "medio geogrfico" , introduciendo la relacin concomitante entre la accin del

    hombre sobre su medio y viceversa.

    La influencia de Vidal de la Blanche en la geografa francesa, se evidencia en la presencia de

    elementos no geogrficos para la seleccin de aquellos objetos de estudio que puedan explicar

    las realidades espaciales. Esta seleccin se realiza a travs de seudogeneralizaciones

    destinadas a establecer interacciones de semejanza y diferencia espacial. Una vez analizadas

    las estructuras y los mecanismos se regresa a descifrar lo concreto, a partir de los hechos

    observados.En opinin de Nicolas Obada (Idem:54-56), el Posibilismo de Vidal de la Blanche se hace

    inconsistente por su dependencia de analogas pre-determinadas que no ilustran gran cosa

    respecto a los mecanismos de la accin ejercida por el hombre sobre medio o viceversa.

    A nuestro entender, la visin primigenia de Vidal de la Blanche mantiene su actualidad, toda

    vez que ella parece fundamentar los postulados de algunas corrientes del pensamiento

    ecolgico moderno, que sostienen precisamente el concepto holstico de Gaia, la tierra viva,

    basado en el paradigma biocntrico que define la postura filosfica de la Ecologa Profunda, o

    "Deep Ecology".

    II.2. La consideracin del espacio geogrfico en la teora poltica moderna.

    Este carcter "determinista" de la primitiva Geografa Poltica -especialmente de la escuela

    alemana- encontr una reaccin crtica en los estudiosos de la ciencia poltica, a partir de la cual

    se inicia una profundizacin del tema del espacio geogrfico. Efectivamente, en su proceso

    depurativo por delimitar el objeto de su estudio, la ciencia poltica ha rechazado aquellas

    vinculaciones donde los factores naturales puedan determinar los factores polticos, en el

    entendido de que es el hombre y no la naturaleza quien traza los destinos de la humanidad.

    Un ejemplo de esta postura la encontramos en la Teora del Estado de Herman Heller

    (1992:158-159), al referirse a las condiciones geogrficas de la actividad estatal: "No se puede hablar en la Geografa Poltica de , de

    una . La actividad estatal no depende jams, de

    manera unilateral de cualesquiera leyes naturales estticas de la Geografa. Pues la

    tierra no es nunca un poltico, sino que slo es una condicin aunque

    ciertamente muy importante, de la actividad poltica de la poblacin, que sigue sus

    leyes propias y puede influir sobre su territorio, a la vez que, de acuerdo con sus fines

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    polticos, transformarlo en gran medida (...) Como otros tantos errores naturalsticos, la

    teora del territorio como del Estado, al cual ste servira como ,

    proviene de la organologa biolgica, tan estimada en el campo de la geopoltica, segn

    la cual los Estados son "

    Si bien la obra de Heller se centra en la funcin del Estado respecto a las relaciones de poder

    entre individuos y entre naciones, a efectos de nuestra aproximacin a la visin del espacio

    desde la perspectiva poltica-jurdica resulta pertinente reflejar su visin del territorio estatal,

    intuitivamente comprendida dentro de una concepcin global de la geopoltica (Idem:160-161).

    "Hay un hecho de la mayor importancia poltica, y que, sin embargo, la Geopoltica

    no aprovecha como debe, y es que la zona habitada por el hombre, (...) por primera vez

    en la historia, (...) no aparece dividida en campos de fuerza cerrados, a modo de islas,

    en cada uno de las cuales existiera un sistema de equilibrio poltico, sino que se ha

    llegado a un nico y solo campo poltico de fuerzas que requiere un equilibrio que

    abarque todo el planeta. Dentro de este campo de fuerzas total actan las

    individualidades estatales delimitadas espacialmente unas frente a otras; y para cadauna de estas unidades estatales concretas tiene gran importancia el espacio geogrfico,

    tanto respecto a su unidad como respecto a su peculiaridad. No hay duda que la unidad

    del Estado tiene su ley propia y no se constituye nicamente por la comunidad del

    espacio geogrfico; pero la comunidad del espacio es condicin esencial de la unidad

    estatal. Una zona geogrfica cerrada posibilita y estimula en alto grado la creacin de

    una entidad social-poltica tambien cerrada; la vecindad actuar uniendo hacia dentro y

    diferenciando hacia fuera. Los hombres que viven en la misma tierra estn sometidos,

    por ello, a una relativa semejanza de condiciones espaciales de ordenacin y vida, la

    cual puede superar disparidades sociales, nacionales y de otras clases, a veces incluso

    profundas. (...) la esencia del Estado, como universal unidad de accin y decisin en un

    territorio, se basa tambien en una comunidad de destino de la tierra.(...) La peculiaridad

    espacial de la unidad estatal nace del hecho de que cada Estado tiene, como escenario

    de sus actos, una parte individual y concreta de la ecumene. Rasgos esenciales de los

    caracteres del Estado aparecen as condicionados por la peculiaridad de las fronteras

    geogrficas y el carcter individual del territorio delimitado por ellas."

    Heller concluye, que las relaciones del Estado con el espacio son muy importantes pero las

    circunstancias geogrficas del espacio no pueden explicar por s solas, ni la unidad, ni lapeculiaridad de un Estado. Ningn hecho geogrfico tiene importanciaa poltica

    independientemente del obrar humano. Solo con la cooperacin de la poblacin bajo las

    condiciones dadas de espacio se puede concebir la unidad del estado. El territorio del Estado es

    solo su base, mientras que la poblacin es el objeto vivo y la propia sustancia del Estado.

    Tambien entre los actuales investigadores de la Ciencia Poltica encontramos ejemplos del

    inters por estudiar la cuestin de los factores geogrficos como factores de la actividad poltica.

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    Tal es el caso de Maurice Duverger, quien en sus obras - Introduccin a la Poltica (1964) y

    Sociologa Poltica (1968)- refleja la importancia de los aspectos sociogeogrficos y geopolticos

    del territorio como elementos del Estado.

    Segn Duverger, dos son los principales aspectos del factor geogrfico: el clima y el espacio.

    No obstante, para Duverger (1964: 65-67) la accin del clima "es mas bien sociolgica que

    psicolgica, pues influye en el modo de vida en general, las instituciones, las costumbres (...)

    ejerce su ms importantre accin a travs de los recursos vegetales y animales, con lo cual

    constituye un elemento de la riqueza o de la pobreza natural de idntico carcter a la

    composicin del suelo, a su configuracin, a los elementos de la minera...". Duverger sostiene

    que las influencias climatobotnicas o espaciales tienen en la actualidad una importanca

    secundaria con respecto al desarrollo y aumento de la influencia del factor tecnolgico en

    detrimento del factor geogrfico. Desde un punto de vista ambiental, podramos refutar esta

    opinin de Duverger a partir del mismo argumento tecnolgico. Precisamente, el desarrollo

    tecnolgico ha provocado una aceleracin en el impacto producido por las actividades del

    hombre sobre el medio ambiente, tanto a nivel cuantitativo como cualitativo. Esta es una de lasrazones que explica el inters que ha despertado en el hombre contemporneo la defensa de su

    hbitat, la conservacin de su ambiente y la preservacin de su espacio geogrfico.

    Si bien para Duverger la influencia del espacio geogrfico no obra directamente sobre la

    actividad poltica de los gobernantes y gobernados, sino mas bien sobre la conformacin del

    Estado y las relaciones internacionales, afirma, no obstante que "el espacio natural dentro del

    cual se desarrolla la actividad humana, deja sentir su influencia en tres cuestiones principales:

    1) en la delimitacin de las sociedades, 2) en la adecuacin interior de las sociedades as

    delimitadas, 3) en la situacin de estas sociedades entre s y en los contactos resultantes de

    ello." (1968: Ob. Cit. 46-52). De acuerdo a Duverger, "el cambio de dimensin del espacio

    poltico es un hecho capital para la ciencia poltica" (Idem) lo cual ha sido evidenciado en el

    desajuste creado entre las estructuras polticas tradicionales y las nuevas realidades regionales,

    tanto en el nivel local, como en el nivel estatal e internacional.

    A manera de conclusin

    Para quienes nos situamos desde la perspectiva de las ciencias ambientales, resulta evidente

    la estrecha relacin existente entre el ser humano y su medio ambiente. Pero lo que puede ser

    una premisa obvia en la visin eco-sistmica del mundo, no lo es necesariamente para otras

    disciplinas, que como la Ciencia poltica, centra su objeto de anlisis desde una perspectivaantropocntrica.

    Sin embargo, el grado de evolucin histrica alcanzado por la humanidad actual, ha venido

    acompaado por un proceso de deterioro profundo de los ecosistemas naturales que regulan la

    biosfera terrestre. Esta sola circunstancia obliga de por s al hombre a dirigir su mirada reflexiva

    hacia los espacios naturales, los hbitats, los espacios geogrficos, sobre los cuales ha venido

    desarrollando su actividad desde comienzos de su historia.

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    No vamos a abogar aqu por un cambio de paradigma civilizatorio. Tampoco es la ocasin

    para replantear la necesidad de una nueva filosofa capaz de colocar al ser humano en posicin

    de equilibrio frente a la realidad cientfica y enigmtica de la naturaleza que cosnstituye su

    nicho.

    Por el momento nos basta con plantear interrogantes, sugerir indagaciones y proponer

    confrontaciones frente a las teoras, dogmas y doctrinas que sustentan buena parte del edificio

    de la ciencia poltica tradicional. Creemos que la Ciencia Poltica no puede permanecer ajena a

    las realidades ambientales que vive el mundo moderno, y que se expresan a travs de patrones

    similares de pas en pas, de Estado a Estado. Las manifestaciones de la fractura homeosttica

    de los diversos ecosistemas planetarios es tan global como el mercado y las comunicaciones. No

    puede ser ignorada.

    Sin embargo, la Ciencia Poltica solo debe servirse de estas manifestaciones de deterioro

    ambiental -expresadas en contaminacin, extincin, degradacin, explosin demogrfica, etc.- a

    manera de insumos, de datos provenientes de la realidad social, que le servirn a un posterior

    anlisis. La Ciencia Poltica esta llamada a confrontar esa realidad desde su propia perspectivadisciplinaria, lo cual deber traducirse, eventualmente, en una interpretacin poltica de la

    cuestin ecolgica-ambiental. No podemos predecir si este camino pueda conducirnos -en un

    futuro cercano- a la construccin de una teora poltica ecolgica. En todo caso, sirva nuestra

    indagacin como una mera aproximacin a la cuestin ecolgica-ambiental, desde la

    perspectiva de los espacios geogrficos como potencial objeto de estudio de la ciencia poltica.

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