agnes heller

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SERIE: MATERIAL DE LECTURA Y ANÁLISIS DE LA VIDA COTIDIANA. PARTE I. LsdfgsdfgsA TRADICIÓN MARXISTA. Organizai!n " s#$#i!n: L%z&a 'a(i#d#s. C))rdinai!n d# Ps +a%$,ad d# Psi)$)g*a. UNAM VIDA COTIDIANA: A-NES ELLER La Sociología de la vida Cotidiana $a #$a/)ra Agn#s #$$#r #n #$ a0) d# 1234 5%/$iar6 #n %ngr*a #n 1247. La 5ri&#ra #dii!n #n #s5a0)$ a5ar#i d#s5%8s9 #n 1244. Edii)n#s P#n*ns%$a9 ar#$)na9 s# #nargar*a d# a;* 5r)(i#n#n $)s #<,ra,)s =%# a=%* s# 5r#s#n,an >56gs. ? @ 3B. ,#!ri) s# in$%"#n ,a&/i8n 5ar,#s d#$ Pr#fai)9 #$a/)rad) 5)r -. L D#$ Prólogo a la edición castellana R#)n)# Agn#s #$$#r >A B =%# 5ara -" rg" L% as #$ 5#nsa&i#n,) ),idian) #s $a f%#n,# 5ri&i,i(a d#$ 5#nsa&i#n,)9 #s d#ir9 d#$ )&5)r,a&i#n, i#n,*fi). A&/)s /r),an d#$ 5#nsa&i#n,) ),idian) 5ara dif#r#niar $%#g)9 #n #$ 5r)#s) d# $a r##5i!n9 a$ $%gar d# d)nd# sa$i#r)n. #g#$ s# )n(ir,i! #n $a fig%ra d#isi(a 5)r=%# #n 8$ 5)r 5rini5i) =%#da f%#ra d# $a fi$)s)f*a. En )ns#%#nia9 #$ )/ #,) d a$i#nai!n " #$ 5)s,#ri)r r#,)rn) d#$ #s5*ri,% %ni(#rsa$ a $a ;is,) #n #s,# r#,)rn)9 #$ ;)&/r# 5ar,i%$ar " s% (ida n) %#n,an a/s)$%,a nada. E$ ;)&/r# 5ar,i%$ar s!$) %#n,a #n $a &#dida #n =%# #s 5)r,a #s5*ri,% %ni(#rsa$ "9 )n #$$)9 %na 5#rs)na$idad ;is,!ri) %ni(#rsa (ida d# $)s ;)&/r#s ad=%i#r# signifiai!n #n $a &#dida #n =%# r#a$ ()$%n,ad #$ #s5*ri,% %ni(#rsa$: FE$ d#r#;) d#$ #s5*ri,% %ni(#rsa$ $)s d#r#;)s 5ar,i%$ar#sG. #$$#r: s# ,ra,a/a 5)r ,an,)9 d# #$a/)rar %na )n#5i!n ,#!ria #n Hd#$ ,)d) " $a rai)na$9 5$#na d# s#n,id)9 d# ada ;)&/r# indi(id% si&%$,6n#a&#n,# "9 a s% (#z9 5#nsa/$#s %and) &#n)s.

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Es un artículo sobre esta autora y su trabajo sobre la sociología de la vida cotidiana

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SERIE: MATERIAL DE LECTURA Y ANLISIS DE LA VIDA COTIDIANA.PARTE I. LsdfgsdfgsA TRADICIN MARXISTA.

Organizacin y seleccin: Luzma Javiedes. Coordinacin de Psicologa social. Facultad de Psicologa. UNAM

VIDA COTIDIANA: AGNES HELLER

La Sociologa de la vida Cotidiana la elabora Agnes Heller en el ao de 1967 y se publicar en Hungra en 1970. La primera edicin en espaol apareci diez aos despus, en 1977. Ediciones Pennsula, Barcelona, se encargara de hacerlo y de ah provienen los extractos que aqu se presentan (pgs. 5 26). Por su valor terico se incluyen tambin partes del Prefacio, elaborado por G. Lukacs.

Del Prlogo a la edicin castellana

Reconoce Agnes Heller (AH) que para Gyrgy Lukacs el pensamiento cotidiano es la fuente primitiva del pensamiento, es decir, del comportamiento, esttico y cientfico. Ambos brotan del pensamiento cotidiano para diferenciarse y regresar luego, en el proceso de la recepcin, al lugar de donde salieron.Hegel se convirti en la figura decisiva porque en l por principio, la vida cotidiana queda fuera de la filosofa. En consecuencia, el objeto de la filosofa es la alienacin y el posterior retorno del espritu universal a la historia universal. Pero en este retorno, el hombre particular y su vida no cuentan absolutamente para nada. El hombre particular slo cuenta en la medida en que es portador del espritu universal y, con ello, una personalidad histrico universal. A lo sumo, la vida de los hombres adquiere significacin en la medida en que realizan contra su voluntad el espritu universal: El derecho del espritu universal est sobre todos los derechos particulares. Heller: se trataba por tanto, de elaborar una concepcin terica en la cual la vida y la racional, plena de sentido, de cada hombre individual fuesen simultneamente y, a su vez, pensables cuando menos.Heidegger: en El ser y el tiempo coloc, ms que ningn otro, la vida cotidiana y su anlisis en el centro de la filosofa. Pero describe la vida cotidiana como una vida enajenada por principio: en efecto, el punto nodal es el estar arrojados a esta vida alienada. Slo habra una salida para el individuo y slo en un sentido negativo: a saber, la eleccin del ser para la muerte como ser autntico. Heller: esto significaba por tanto, que deba elaborarse una concepcin que, como teora de la vida cotidiana, no negase su afinidad con la alienacin y, sin embargo, afirmase al mismo tiempo que junto a la estructura intrascendible de la vida cotidiana y a pesar de ella, una vida cotidiana no alienada es tambin al menos concebible.La visin de Marx entraa la supresin de la alienacin, la apropiacin de la riqueza social de la totalidad de la cultura- por parte de cada individuo particular. En el espritu de tal utopa el socialismo constituye una cualidad vital, su idea conductora es el sentido de la vida de los individuos, y la transformacin revolucionaria de la vida social es slo su instrumento: la concrecin de este valor dominante constituye el hilo conductor de todo el discurso la teorizacin que elabora HK acerca de la vida cotidiana.As, el libro puede disponerse alrededor de dos focos: la estructura de la personalidad y la estructura de las objetivaciones.La teora de la personalidad polemiza con la tradicin esencialista, segn la cual el hombre consta propiamente de dos hombres: uno sustancial y otro fenomnico es indiferente cmo se conciba la bien como catico mundo de los instintos, como razn pura, o como ncleo humano no corrompido por la sociedad. La antropologa de AH descansa sobre el supuesto de que la esencia humana no es el punto de partida, ni el al que se superponen las influencias sociales, sino que constituye un resultado, sobre el supuesto de que el individuo se encuentra desde su nacimiento en una relacin activa con el mundo en que naci y de que su personalidad se forma a travs de esta relacin. El individuo no puede ser nunca idntico a la especie humana pero puede mantener una relacin consciente con ella en este caso la personalidad no es particular sino individual. Quise mostrar que cada hombre puede ser una individualidad, que puede haber tambin en la vida personalidades individuales, que tambin la vida cotidiana puede configurarse individualmente.El segundo foco terico es el escenario de este protagonista: el mundo de las objetivaciones.El primer lo constituyen el lenguaje, el sistema de hbitos y el uso de objetos. Le llama la esfera de la objetivacin que es en s. Sin la apropiacin activa de este nivel no hay vida cotidiana en absoluto, pues sin ella no existe tampoco socialidad. Cuanto menos enajenada es la vida cotidiana, en mayor grado se relaciona el hombre, dentro tambin de lo cotidiano, con otros niveles -superiores- de las objetivaciones. Se trata de una superposicin de las relaciones con los niveles de objetivacin cotidianos y no cotidianos.Heller: el primer foco de la teora va contra la concepcin hegeliana y el segundo contra la heideggeriana.

Del Prefacio, escrito por Gyorgy Lukacs, 1971

LA VIDA COTIDIANA COMO MEDIACIN Y TOTALIDAD ESPECFICA

El decisivo estado de condicionamiento en que se encuentra la totalidad de las expresiones vitales, de los modos de vida, etctera, del hombre no puede ser descrito de u modo realista con una combinacin inmediata entre principios causales puramente objetivos y el mundo de sus efectos concretos. Las ciencias sociales de nuestros das, en cambio desprecian a menudo esta zona intermedia concreta, aqulla en la que se encuentra el nexo real, considerndola como un mundo de mera empiria que, en cuanto tal, no es digno de un anlisis cientfico en profundidad destinado a examinar las constituciones internas. Me: La vida cotidiana como mediacin persona-sociedad o realidad social.Pero cuando se reflexiona resulta que por el contrario, solamente a travs de la mediacin de una esfera tal pueden ser comprendidas cientficamente las interrelaciones e interacciones entre el mundo econmico social y la vida humana. Los hombres en su particularidad- se adaptan a las formas sociales que sus fuerzas productivas hacen nacer cada vez concretamente. En la medida en que tales adaptaciones se realizan, como de costumbre, inmediatamente en actos particulares, esto se verifica precisamente en actos particulares de hombres particulares, en el interior de grupos concretos de un proceso social conjunto concretamente determinado. La mayora de los hombres que forman parte inmediatamente de la sociedad estos, en la mayora de sus modos particulares de reaccionar a las pretensiones de la propia socialidad, reaccionan en cuanto hombres particulares de manera particular; el ser de cada sociedad surge de la totalidad de tales acciones y reacciones.Marx ha definido su esencia [de la sociedad] la historia de la sociedad muestra que este ir ms all de la genericidad muda, biolgica, se objetiva por ltimo en las formas ideolgicas ms elevadas: en la ciencia, filosofa, arte, etctera. Esto significa que los hombres que forman parte de ella crean productos con la ayuda de los cuales estn en condiciones de realizar su generacidad a un nivel cada vez ms alto (cada vez menos inmediatamente particular).Este proceso de desarrollo del gnero humano sera incomprensible si intentsemos establecer una relacin inmediata entre la base que acta objetivamente y sus mximos resultados no podra jams hacer realmente comprensibles en su autntico y preciso ser-as la gnesis concreta, la esencia interna de los productos concretos que de este modo alcanzan el ser, los tipos de comportamiento concretamente esenciales.Precisamente su inmediatez objetiva, que surge del modo de reaccionar y de actuar de los hombres particulares, da lugar en la vida cotidiana a una zona de mediacin, apta para superar este aparente abismo de pensamiento. Por consiguiente, la esencia y las funciones histrico-sociales de la vida cotidiana no suscitaran inters si sta fuese considerada una esfera homognea. Pero precisamente por esto, precisamente como consecuencia de su inmediato fundamentarse en los modos espontneo-particulares de reaccionar por parte de los hombres a las tareas de vida que la existencia social les plantea, la vida cotidiana posee una universalidad extensiva. La sociedad slo puede ser comprendida en su totalidad, en su dinmica evolutiva, cuando se est en condiciones de entender la vida cotidiana en su heterogeneidad universal. La vida cotidiana constituye la mediacin objetivo-ontolgica entre la simple reproduccin espontnea de la existencia fsica y las formas ms altas de la genericidad ahora ya conciente, precisamente porque en ella de forma ininterrumpida las constelaciones ms heterogneas hacen que los dos polos humanos de las tendencias apropiadas de la realidad social, la particularidad y la genericidad, acten en su interrelacin inmediatamente dinmica. No comprenderamos nunca correctamente los procesos reales si no estudisemos el significado de las interrelaciones basadas en la particularidad inmediata- de tales tendencias, precisamente en la vida cotidiana, en el teatro real de su resolucin. As la vida cotidiana, la forma inmediata de la genericidad del hombre, aparece como la base de todas las reacciones espontneas de los hombres a su ambiente social, la cual a menudo parece actuar de una forma catica. Pero precisamente por esto est contenida en ella la totalidad de los modos de reaccin, naturalmente no como manifestaciones puras, sino ms bien catica-heterogneas.Para AH las conexiones prcticas e histrico-ontolgicas de la vida cotidiana con las posiciones de valor autnticas de la genericidad (tica, filosofa, arte, praxis social y poltica) constituyen un problema central su exposicin siempre est orientada hacia las formas particulares de objetividad y de actividad de la vida cotidiana como totalidad especfica.Se hace comprensible as la extrema y paradjica heterogeneidad de la vida cotidiana: su base ontolgica est constituida por la espontaneidad inherente a la naturaleza particularista de las actividades humanas que necesariamente acompaan a las reacciones primarias de los hombres a su humanizacin y se expresan en ella.Y precisamente esta escala que llega de la particularidad inmediata hasta las posiciones ms generales y elevadas, para dejar tras sus espaldas, en la expresin de la genericidad humana, todo mutismo y realizarse precisamente como ser para-s- define la esfera ontolgica de la vida cotidiana. Justamente en esta evidente heterogeneidad de sus componentes, en su heterogeneidad inmediata, en su ilimitacin, etc., que parece contradecir directamente nuestras ideas usuales sobre la esfera de vida, precisamente aqu se expresa la autntica constitucin ontolgica de la vida cotidiana. Slo de este modo sta puede convertirse en el factor ontolgico general, fundamentador, de mediacin entre esferas de vida diversas, delimitables.Es decisivo a los fines de este resultado [la vida cotidiana como factor de mediacin, en su verdadera figura, universal] el hecho de que la Heller mantiene firmemente con gran coherencia la prioridad del ser. En el plano ontolgico resulta que el contraste, la heterogeneidad constituye realmente una de las determinaciones importantes del ser mismo, pero, precisamente en y a causa de la heterogeneidad de sus componentes, ste se halla en condiciones de producir efectos inesperados reales y concretos.

Del Captulo I, Sobre el concepto abstracto de vida cotidiana

Para reproducir la sociedad es necesario que los hombres particulares se reproduzcan a s mismos como hombres particulares.La vida cotidiana es el conjunto de actividades que caracterizan la reproduccin de los hombres particulares, los cuales, a su vez, crean la posibilidad de la reproduccin social. En toda sociedad hay una vida cotidiana y todo hombre, sea cual sea su lugar ocupado en la divisin social del trabajo, tiene una vida cotidiana. Sin embargo, esto no quiere decir de ningn modo que el contenido y la estructura de la vida cotidiana sean idnticos en toda sociedad y para toda persona. La reproduccin del particular es reproduccin del hombre concreto, es decir, el hombre que en una determinada sociedad ocupa un lugar determinado en la divisin social del trabajo. Los hombres tienen en comn entre ellos actividades que haciendo abstraccin de su contenido concreto- son comunes a las de los animales. Y se trata de las actividades que sirven para conservar al hombre en cuanto ente natural se desprende de qu modo la conservacin del particular, incluso la ms elemental natural-, es en lo concreto un hecho social.El hombre slo puede reproducirse en la medida en que desarrolla una funcin en la sociedad: la autoreproduccin es, por consiguiente, un momento de la reproduccin de la sociedad. Por tanto, la vida cotidiana de los hombres nos proporciona, al nivel de los individuos particulares y en trminos muy generales, una imagen de la reproduccin de la sociedad respectiva, de los estratos de esta sociedad. Nos proporciona, por una parte, una imagen de la socializacin de la naturaleza y, por otra, el grado y el modo de su humanizacin.Examinando los contenidos que la vida cotidiana de cada particular tiene en comn con la de otros hombres, llegamos en ltimo anlisis a lo no humano. El resultado ser diverso si, por el contrario, examinamos la vida cotidiana no desde el punto de vista de los rasgos comunes, sino desde el de la relativa continuidad. En este caso constatamos que, en el proceso de socializacin y de adecuacin al gnero, en la vida cotidiana se determinan nuevas categoras, las cuales posteriormente o se conservan, o al menos se despliegan por algn tiempo, y por lo tanto se desarrollan, o bien retroceden. Es decir, la vida cotidiana tambin tiene una historia. Y esto es cierto no slo en el sentido de que las revoluciones sociales cambian radicalmente la vida cotidiana, por lo cual bajo este aspecto sta es un espejo de la historia, sino tambin en cuanto los cambios que se han determinado en el modo de produccin a menudo (y tal vez casi siempre) se expresan en ella antes de que se cumpla la revolucin social a nivel macroscpico, por lo cual bajo este otro aspecto aqulla es un fermento secreto de la historia. Qu significa que el particular se reproduce? Todo hombre al nacer se encuentra en un mundo ya existente, independientemente de l. Este mundo se le presenta ya constituido y aqu l debe conservarse y dar prueba de capacidad vital. El particular nace en condiciones sociales concretas, en sistemas concretos de expectativas, dentro de instituciones concretas. Ante todo debe aprender a usar las cosas, apropiarse de los sistemas de usos y de los sistemas de expectativas, esto es, debe conservarse exactamente en el modo necesario y posible en una poca detrminada en el mbito de un estrato social dado. Por consiguiente, la reproduccin del hombre particular es siempre reproduccin de un hombre histrico, de una particular en un mundo concreto. No todos aprenden a usar las cosas e instituciones, a orientarse en los sistemas de usos en igual medida. Sin embargo, cada uno debe adquirir una capacidad media, debe tener un mnimo de capacidad prctica en las cosas ms importantes, sin lo cual es imposible vivir. Tal adquisicin tiene lugar naturalmente.La apropiacin de las cosas, de los sistemas de usos y de instituciones no se lleva a cabo de una vez por todas, ni concluye cuando el particular llega a ser adulto; cuanto ms desarrollada y compleja es la sociedad tanto menos est concluida. Cuanto ms dinmica es la sociedad, cuanto ms casual es la relacin del particular con el ambiente en que se encuentra al nacer, tanto ms est obligado el hombre a poner continuamente a prueba su capacidad vital, y esto para toda la vida, tanto menos puede darse por acabada la apropiacin del mundo con la mayor edad. El particular, cuando cambia de ambiente, de puesto de trabajo, de capa social, debe aprender nuevos sistemas de usos, An ms: vive al mismo tiempo entre exigencias diametralmente opuestas, por lo que debe elaborar modelos de comportamientos paralelos y alternativos.La sociedad ms dinmica, si bien obliga al hombre a una lucha continua contra la dureza del mundo, le ofrece, al mismo tiempo, varias alternativas. [Para] quien vive en una comunidad restringida sus posibilidades de movimiento son extremadamente limitadas. Pero desde que ha surgido la sociedad pura, el mundo acabado en el que el hombre se encuentra al nacer no es idntico al mundo con el que se encuentra en contacto directo. Despus de haberse apropiado de los usos de este mundo ms inmediato, tiene varias ocasiones para escoger por s mismo su ambiente directo (amigos, trabajo, familia); puede escoger un pequeo mundo suyo relativamente nuevo, aunque dentro de lmites precisos ms o menos amplios.Prescindiendo del momento y del modo en que el hombre se apropia de las diversas capacidades (manipuladoras y orientadoras), stas son posteriormente ejercitadas siempre y con continuidad. Lo que obviamente no quiere decir cada da. Entre las capacidades ejercidas con continuidad, algunas son cotidianas en el estricto sentido del trmino (comer, vestirse, etc.), otras, por el contrario, son caractersticas de una fase determinada (o de ciertas fases) de la vida del particular (el cuidado de los hijos, por ejemplo). En el mbito de una determinada fase de la vida el conjunto (el sistema, la estructura) de las actividades cotidianas est caracterizado, por el contrario, por la continuidad absoluta, es decir, tiene lugar precisamente cada da. Este constituye el fundamento respectivo del modo de vida de los particulares, aunque slo la tendencia fundamental, general, es continua de un modo absoluto.En la vida cotidiana el hombre se objetiva en numerosas formas. El hombre, formando su mundo (su ambiente inmediato), se forma tambin a s mismo. El trmino formar parece aqu a primera vista exagerado; en efecto, hasta ahora hemos subrayado siempre que la peculiaridad de las actividades cotidianas ya que el particular madura para un mundo acabado- es la interiorizacin casi adaptativa de este mundo. En el trmino madurar, hay que ponerlo de relieve, incluimos tambin el sentido de educar. Yo soy representante de aquel mundo en el que otros nacen. En mi educar (en el modo en que yo presento el mundo acabado) repercutirn tambin mis experiencias personales, cuando comunico mi mundo, expreso tambin estas experiencias, cuando transmito mi mundo, contemporneamente me objetivo tambin a m mismo en cuanto me he apropiado ya de este mundo. Es evidente que esto no es solamente vlido para la educacin, sino siempre y en toda situacin de la transmisin de experiencias especficas, cuando se dan consejos e incluso se dan ejemplos conscientemente. En mi relacin con la vida cotidiana dada, en mis afectos y reflexiones respecto a estas relaciones, en la eventual descomposicin de las actividades cotidianas, nos enfrentamos, y esto subrayado, con procesos de objetivacin.Cuando decimos que el particular se objetiva en la vida cotidiana, debemos, una vez ms, hacer una precisin: el particular forma su mundo como su ambiente inmediato. La vida cotidiana se desarrolla y se refiere siempre al ambiente inmediato. [El mbito cotidiano de un rey no es el reino sino la corte]. Todas las objetivaciones que no se refieren al particular o a su ambiente inmediato, trascienden lo cotidiano.Todo esto no significa que el radio de accin de las objetivaciones de la vida cotidiana se quede en el particular y su ambiente inmediato, ste alcanza hasta las objetivaciones ms elevadas. En tal caso hallamos solamente una repercusin, una resonancia, no una relacin directa [hallamos el fenmeno causado por una piedra lanzada al agua,., no el movimiento ondulatorio provocado por una borrasca].Todas las capacidades fundamentales, los afectos y los modos de comportamiento fundamentales con los cuales trasciendo mi ambiente y que yo remito al mundo entero alcanzable por m y que yo objetivo en este mundo, en realidad yo me los he apropiado en el curso de la vida cotidiana. Por lo tanto, no se trata tan slo de que la accin ejercida en mi ambiente contina repercutiendo de modo imperceptible e invisible, sino tambin de que yo mismo, sin las capacidades de que me he apropiado en este ambiente, sin mis objetivaciones ambientales, sera incapaz de objetivar en formas ms elevadas mis capacidades humanas. La vida cotidiana hace de mediadora hacia lo no cotidiano y es la escuela preparatoria de ello.En la vida cotidiana la actividad con la que formamos el mundo y aquella con la que nos formamos a nosotros mismos coinciden. La fisonoma especfica del particular, la estructura fundamental de su personalidad llegan a ser a travs de la apropiacin de la respectiva socialidad concreta, a travs de la participacin activa de sta. Hay que repetir que aqu hablamos solamente de la estructura fundamental de la personalidad; la cualidad concreta de la personalidad no se desarrolla tan slo en la vida cotidiana, hay casos en que sta alcanza un completo florecimiento precisamente en las objetivaciones genricas superiores. La unidad de la personalidad se realiza en la vida cotidiana. Aqullos para los cuales la actividad genrica consciente representa en cada momento el contenido esencial de la vida, realizan la unidad de la personalidad tambin en la vida cotidiana. Para la mayora de los hombres la vida cotidiana es la vida.

Lecturas recomendadas:

Heller, A. (1985). Historia y Vida Cotidiana. Mxico: Grijalbo. En particular el captulo La estructura de la vida cotidiana. Pgs. 39 95.

Heller, A. (1982). La Revolucin de la Vida Cotidiana. Barcelona: Ediciones Pennsula.