50

La odisea de la merluzaKarina Montoya*

Más vale merluza en mano que cien volando. (Foto: Luis Peirano)

EL OMBLIGO DEL PERÚ

51

* Estudiante de Periodismo en la Facultad de Ciencias y Artes de la Comunicación de la PUCP.

1 Reportuit. Patricia Majluf llama “pobre diablo” a ministro José Urquizo <http://goo.gl/DZDLA>.

L as noticias del sector productivo pe-ruano usualmente reportan cifras y porcentajes de su desempeño. Sin

embargo, hacia la última semana de abril, el panorama era distinto: dos fallecidos y una veintena de heridos fue el saldo de un enfrentamiento entre pescadores y la policía en Paita (Piura). ¿La razón? El aumento de la cuota de pesca de merluza. A simple vista, este es un conflicto más resultante de un gobierno que hace oídos sordos a las necesidades de las familias que dependen de esta actividad produc-tiva. ¿Es así realmente?

Al menos la reacción política parece confirmar esta sospecha. La entonces vi-ceministra de Pesquería, Patricia Majluf, terminó enfrentándose a las acusaciones de José Urquizo —ministro de la Pro-ducción en esa fecha— hasta en Twitter. “Majluf es una mujer sin alma y cero en gestión”, dijo sin titubeos el ahora Minis-tro de Defensa en una rueda de prensa, luego de la renuncia de Majluf, a lo que ella tuiteó, “¿No tengo alma? Pero sí honor, seguridad en lo que hago y educación, pobre diablo”1.

Esta afirmación gratuita de Urquizo llama la atención, considerando que uno de los factores que prolongaron las pro-testas fue su ausencia durante el conflicto. El funcionario se encontraba en Qatar y antes de viajar no firmó la resolución que autorizaba aumentar la cuota de 8600 TM

hasta 14 500 TM anuales, acuerdo que se había tomado el 9 de abril con todos los actores involucrados.

Pero quienes probablemente contri-buyeron más a la percepción de que “el gobierno lo hace todo mal” fueron la So-ciedad Nacional de Industrias (SIN) y el Gobierno Regional de Piura. La SNI agrupa a unas catorce embarcaciones grandes y cuarenta pequeñas dedicadas a la pesca de merluza en Paita. Durante el conflicto, se intentó mostrar la captura de merluza como una actividad clave en la economía de esta provincia. Aunque numerosa, esta no representa ni la décima parte de la industria de pota en la región, que espera capturar y procesar 300 000 TM este año.

A pesar de que en las noticias, particu-larmente en la televisión, se construyó una imagen de pescadores desamparados que luchaban por sus derechos sin el abrigo de nadie, lo cierto es que fueron los empresa-rios, los pescadores de plantas pesqueras, el alcalde de Paita y Javier Atkins, presi-dente regional de Piura, quienes llevaron el estandarte de este reclamo, algunos de ellos en terno y corbata mientras otros bloqueaban carreteras.

En realidad, ni siquiera los pescadores artesanales, que tendrían más razones para protestar, estaban sujetos al régimen provisional de las 8600 toneladas, salvo que se dictaran medidas para proteger el proceso reproductivo del recurso. Nota aparte, la Sociedad Nacional de Pesquería (SNP), que agrupa a los anchoveteros —el sector más rentable—, no se plegó al pedido.

52

A esto hay que sumarle la extraña me-dida tomada por el Gobierno Regional de Piura al emitir una resolución ejecutiva que aprobaba el incremento de la cuota de captura de merluza a 14 500 TM, yendo claramente en contra de la legislación del sector ya que está fuera de su competen-cia determinar la captura de cualquier recurso marino.

¿Hizo falta que el Tribunal Constitu-cional también desestimara esta resolu-ción, como lo hizo con Gregorio Santos al declarar “inviable” el proyecto Conga en Cajamarca? Que una entidad guber-namental se arrogue funciones como esta es claramente un coqueteo con el caos y demostró una actitud opuesta al diálogo que terminó costando caro en lo político y lo social.

Frito pescadito

El desenvolvimiento del sector pesquero recibió su cuota de críticas por parte de Patricia Majluf en una entrevista a Canal N, cuando ya no era viceministra de Pesquería. Indicó que el ecosistema marino está dañado debido a las políticas de extracción que el Estado ha manteni-do durante los últimos cincuenta años. Habló de la anchoveta y su uso exclu-sivo para elaborar harina de pescado, hasta que llegó la pregunta del millón: ¿Cómo entra a figurar la merluza en este panorama?

Para Majluf, un error “garrafal” del sector es haber permitido la captura de merluza para producir harina de pescado.

“Cuando esta especie se desplaza hacia el sur, un volumen enorme va finalmente a la harina porque se pelagizó”, explicó. Este término se refiere al momento en que los peces, al estar en aguas superficiales, son fácilmente capturados por una flota, en este caso, la anchoveta. Para mala suerte de la merluza, serían los peces juveniles los que habrían quedado atrapados en la red anchovetera.

Al parecer, esta situación no habría pasado desapercibida para el Instituto del Mar del Perú (IMARPE), ya que se establecieron vedas cortas en abril luego de una pesca exploratoria realizada en febrero. La medida indicaba, en resumen, que si los ejemplares menores a 28 cm ocu-paban más del 20% del total de merluza capturada, se suspenderían las faenas de pesca por un período corto establecido por el Ministerio de la Producción (Produce). Esta medida también formó parte del reclamo de los merluceros.

En la misma entrevista, la ex vicemi-nistra desmintió lo que IDL Reporteros y otros medios, como El Comercio, infor-maron sobre su posición hacia el aumento de la cuota de merluza. Según sus pala-bras, cuando el premier Óscar Valdés le preguntó qué opinaba, dijo que “no era la mejor opción porque no va a permitir la recuperación de la merluza, pero dada la situación de crisis, vamos”.

Sin embargo, la normativa del sector prohíbe claramente las modificaciones en los regímenes provisionales de captura. Las cuotas se establecen anualmente y sobre la base de pescas exploratorias

53

realizadas por el IMARPE, la institución oficial de Produce que provee de infor-mación técnica y científica sobre el sector pesquero.

He aquí el tema de fondo: el Ejecutivo debía encontrar una manera de catalogar esta modificación como una “excepción” o “medida extraordinaria” para evitar que

La ex viceministra renunció por profundas discrepancias con la gestión del sector a cargo de Urquizo. (Foto: Andina / Norman Córdova)

54

este episodio dé luz verde a otros sectores a reclamar cambios que la ley no permite. ¿Se habrán asegurado de que no suceda otro Paita?

Merluza exclusiva

El factor que sensibilizó a la opinión pú-blica sobre la pesca de la merluza fueron las diez mil familias afectadas que, según la SIN, no percibían ingresos debido a que hacía siete meses no pescaban el recurso.

Finalmente, este fue un hecho que todos dieron por sentado y que nadie logró comprobar. Mientras tanto, la pota y la anchoveta como principales recursos y motores de la industria pesquera en Piura pasaron desapercibidas.

De hecho, el Perú le debe gran parte de sus exportaciones de congelados y conservas a la pota y la anchoveta. En el 2010, el 72% de los enlatados era de an-choveta, mientras que la pota representó

La bronca entre Urquizo y Majluf generó más de una protesta en Piura. (Foto: Andina)

55

el 41% de los congelados exportados en ese mismo año, según un reporte de Promperú. Para el 2011, ambos recursos siguieron dominando las exportaciones a países como España, Estados Unidos, Chile y China. La merluza solo representa el 3% de las especies congeladas para ambos períodos.

Además, de acuerdo con un reporte de exportaciones de la SNP del 2010, los mercados de Alemania, Estados Unidos y España fueron los únicos que recibieron merluza como producto congelado. A diferencia de la pota y la anchoveta, que sí circulan en el mercado interno como conservas, la merluza es exclusivamente un producto de exportación y que man-tiene una de las cuotas de pesca más bajas en comparación con las otras especies por su reducido mercado.

Volviendo al reporte de Promperú, desde el 2009 la exportación de filete de merluza ha ido reduciéndose hasta apenas 6000 TM durante el primer trimestre del 2011, llegando apenas a 30 000 TM cap-turadas a fin de ese año, a pesar de que la cuota de extracción establecida fue de 40 000 TM. ¿Por qué no se capturó más recurso hasta completar la cuota? Nadie ha revisado ese fenómeno aún.

Finalmente, ahora los merluceros pueden pescar no solo 14 500 TM del recurso, como se acordó el 9 de abril, sino 14 700 TM. La ausencia de Valdés por los conflictos minero-ambientales paralelos a Paita y el viaje a Qatar de Urquizo fueron bien aprovechados por la impaciencia de la SNI.

A pesar de que las 14 500 TM de cuota causarían una recuperación más lenta del recurso, ni el IMARPE ni Majluf estuvie-ron en contra del aumento, razón por la que ya se había determinado modificar la cuota en abril. La demora se generó por tratar de no infringir la ley del sector, que prohíbe expresamente hacer modificacio-nes. ¿Fue un error escoger la medida más conservadora de las 8600 TM? Desde la perspectiva técnica, el IMARPE y Majluf cumplieron con elegir la opción más se-gura para la sostenibilidad del recurso, e incluso cedieron dentro de los límites de viabilidad previamente señalados por el IMARPE cuando el gremio de pescadores y las autoridades de Paita lo solicitaron.

No obstante, durante las protestas de Paita, aquellas “organizaciones de base” incluso llegaron a pedir que se atienda a una veintena de asentamientos humanos que carecían de agua potable, evidencian-do una manipulación descarada ante una situación que no guardaba relación con ese reclamo social. Recordemos que Valdés sufría bajo la presión de otros conflictos sociales y Paita pudo ser visto como una piedra más en el zapato que necesitaba eliminar, y rápido.

No sorprendería que los beneficios dados a flotas extranjeras en la cuota de pesca de pota, que produjeron la renuncia de la entonces viceministra y que ella mis-ma denunció en un diario local, sean más reales que las motivaciones de “servicio social” que la SNI y el Gobierno Regional de Piura utilizaron durante las violentas protestas en Paita. n