yo leo nº 11. la capilla sixtina 1512-2012

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Yo Leo - Biblioteca del IES Luis de Morales – 500 años de la Capilla Sixtina. Biblioteca Escolar del IES Luis de Morales Nº 11. Marzo de 2013. Web Biblioteca: http://bibliotecaldm.blogia.com/ Web Instituto: http://iesluisdemorales.juntaextremadura.net/ Yo Leo digital: http://issuu.com/bibliotecaldm/docs 1512 – La Capilla Sixtina -2012 500 años disfrutando de la obra de Miguel Angel. Hace pocos meses se han cumplido los 500 años de la inauguración los frescos de la bóveda de la Capilla Sixtina -en el Palacio Vaticano-, pintados por Miguel Ángel Buonarroti por encargo del papa Julio II; en concreto, el 31 de octubre de 1512 se daban por concluidos unos trabajos que le habían sido encargados al pintor cuatro años antes, el 10 de mayo de 1508. La elección de un nuevo Papa se produce en este mismo espacio, en la Capilla Sixtina –la sede del cónclave-, y es, sin duda, una buena escusa para que las televisiones y los medios informativos nos muestren el esplendor de esta magnífica obra de pintura renacentista. Estas dos circunstancias anteriores justifican sobradamente que dediquemos un número de nuestro boletín Yo Leo a las pinturas de la bóveda de esta Capilla Sixtina, quizá una de las mayores obras de arte de todos los tiempos. La Capilla Sixtina había sido construida entre 1471 y 1487 por orden del papa Sixto IV, quien la consagró en 1483 y de quien recibe el nombre; sus dimensiones son de 40,9 metros de largo por 13,4 metros de ancho, las dimensiones que tenía el Templo de Salomón según el Antiguo Testamento; el techo abovedado con lunetos sobre las ventanas está situado a 20,7 metros de altura. En esta época, varias décadas antes de que Miguel Ángel pintase la bóveda, varios pintores de la talla de Botticelli, Perugino o Ghirlandaio cubrieron con sus obras los muros laterales de la Capilla Sixtina. Cuando, ya en el siglo XVI, en dos fases separadas por casi 30 años, Miguel Ángel realice las pinturas de la bóveda y del muro de la cabecera de la capilla, la Sixtina se convierte en el escenario en el que se realizaron algunos de los ciclos de frescos más importantes de la Historia de la Pintura. Miguel Ángel Buonarroti, que tenía entonces 33 años, recibió el encargo de pintar el techo de la capilla en 1508 (la bóveda, los tímpanos sobre las ventanas, los lunetos y las pechinas de los ángulos) y se lo pidió el Papa Julio II. Al artista no le gustó la idea por las dimensiones del trabajo y dejó claro desde el principio que él era más escultor que pintor. Además, tenía la sospecha de que su nombre había sido propuesto por sus detractores, que querían verlo fracasar en una obra tan grande. Finalmente, decidió aceptar el trabajo y decoró la bóveda (1.100 m²) entre 1508 y 1512. Para el artista, la realización de la obra fue una auténtica pesadilla: trabajó prácticamente solo, el Papa desaparecía largas temporadas para sus campañas militares sin pagarle, tuvo que construir sus propios andamios,… Dicen que pasó tanto tiempo echado pintando que, cuando terminó finalmente la obra, tuvo que leer durante meses en esa misma posición. Inicialmente, el tema elegido por Julio II para decorar la techumbre era bastante sencillo: una representación de los doce apóstoles. Tras importantes disputas con el Papa, que se prolongaron durante toda la realización de la obra, Miguel Ángel consiguió obtener libertad creativa y asumió un proyecto decorativo mucho más ambicioso: su intención era mostrar toda la historia del mundo y del cosmos anterior a Jesucristo, incluyendo la creación del sol y de las estrellas, del hombre y de la mujer,… Pretendía plasmar los momentos más dramáticos: la expulsión del paraíso, el diluvio universal,… y rodear estas escenas con imágenes de profetas, sibilas, atlantes, ignudis,… todo enmarcado en una fingida arquitectura. Con esta obra Miguel Ángel consagra la figura del artista libre, independiente, moderno, que se deja llevar por su imaginación y lleva al límite las posibilidades de la pintura. Como se ha comentado, Miguel Ángel realizó la pintura de la techumbre de la Capilla Sixtina prácticamente en solitario, únicamente ayudado por colaboradores que realizarían algunas tareas previas, eso le da a la bóveda un gran efecto de unidad formal y estilística y le aporta coherencia argumental al ciclo pictórico. En este trabajo de 4 años largos, Miguel Ángel tardó dos años en pintar la primera mitad de la techumbre; después, por falta de pago por parte de Julio II, hizo un parón de 14 meses. Los restantes 600 m² los completó en el último año. La salud del pintor se resintió notablemente: desarrolló un incipiente reumatismo, tuvo problemas de vértigo y en los tendones del cuello, sufrió problemas respiratorios, escoliosis, piedras en el riñón y retención de líquidos. Casi 30 años más tarde, Miguel Ángel pintó también El Juicio Final sobre la pared del altar, entre 1536 y 1541, esta vez por encargo de Pablo III. Aunque pensó que su trabajo era solo para satisfacer la necesidad de grandeza de los Papas, y a pesar de las continuas discusiones con éstos, de las prisas por acabar la pintura y de los pagos que no recibía, hoy las pinturas de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina son consideradas como uno de los grandes hitos de la Historia de la Pintura universal. Yo Leo - Biblioteca del IES Luis de Morales - Página 1

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Boletín número 11 de Yo Leo el boletín informativo de la Biblioteca escolar del IES Luis de Morales.

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Page 1: Yo leo Nº 11. La Capilla Sixtina 1512-2012

Yo Leo - Biblioteca del IES Luis de Morales – 500 años de la Capilla Sixtina.

Biblioteca Escolar del IES Luis de Morales

Nº 11. Marzo de 2013. Web Biblioteca: http://bibliotecaldm.blogia.com/Web Instituto: http://iesluisdemorales.juntaextremadura.net/Yo Leo digital: http://issuu.com/bibliotecaldm/docs

1512 – La Capilla Sixtina -2012500 años disfrutando de la obra de Miguel Angel.

Hace pocos meses se han cumplido los 500 años de la inauguración los frescos de la bóveda de la Capilla Sixtina -en el Palacio Vaticano-, pintados por Miguel Ángel Buonarroti por encargo del papa Julio II; en concreto, el 31 de octubre de 1512 se daban por concluidos unos trabajos que le habían sido encargados al pintor cuatro años antes, el 10 de mayo de 1508.La elección de un nuevo Papa se produce en este mismo espacio, en la Capilla Sixtina –la sede del cónclave-, y es, sin duda, una buena escusa para que las televisiones y los medios informativos nos muestren el esplendor de esta magnífica obra de pintura renacentista.Estas dos circunstancias anteriores justifican sobradamente que dediquemos un número de nuestro boletín Yo Leo a las pinturas de la bóveda de esta Capilla Sixtina, quizá una de las mayores obras de arte de todos los tiempos.

La Capilla Sixtina había sido construida entre 1471 y 1487 por orden del papa Sixto IV, quien la consagró en 1483 y de quien recibe el nombre; sus dimensiones son de 40,9 metros de largo por 13,4 metros de ancho, las dimensiones que tenía el Templo de Salomón según el Antiguo Testamento; el techo abovedado con lunetos sobre las ventanas está situado a 20,7 metros de altura. En esta época, varias décadas antes de que Miguel Ángel pintase la bóveda, varios pintores de la talla de Botticelli, Perugino o Ghirlandaio cubrieron con sus obras los muros laterales de la Capilla Sixtina. Cuando, ya en el siglo XVI, en dos fases separadas por casi 30 años, Miguel Ángel realice las pinturas de la bóveda y del muro de la cabecera de la capilla, la Sixtina se convierte en el escenario en el que se realizaron algunos de los ciclos de frescos más importantes de la Historia de la Pintura.Miguel Ángel Buonarroti, que tenía entonces 33 años, recibió el encargo de pintar el techo de la capilla en 1508 (la bóveda, los tímpanos sobre las ventanas, los lunetos y las pechinas de los ángulos) y se lo pidió el Papa Julio II. Al artista no le gustó la idea por las dimensiones del trabajo y dejó claro desde el principio que él era más escultor que pintor. Además, tenía la sospecha de que su nombre había sido propuesto por sus detractores, que querían verlo fracasar en una obra tan grande. Finalmente, decidió aceptar el trabajo y decoró la bóveda (1.100 m²) entre 1508 y 1512. Para el artista, la realización de la obra fue una auténtica pesadilla: trabajó prácticamente solo, el Papa desaparecía largas temporadas para sus campañas militares sin pagarle, tuvo que construir sus propios andamios,… Dicen que pasó tanto tiempo echado pintando que, cuando terminó finalmente la obra, tuvo que leer durante meses en esa misma posición.Inicialmente, el tema elegido por Julio II para decorar la techumbre era bastante sencillo: una representación de los doce apóstoles. Tras importantes disputas con el Papa, que se prolongaron durante toda la realización de la obra, Miguel Ángel consiguió obtener libertad creativa y asumió un proyecto decorativo mucho más ambicioso: su intención era mostrar toda la historia del mundo y del cosmos anterior a Jesucristo, incluyendo la creación del sol y de las estrellas, del hombre y de la mujer,… Pretendía plasmar los momentos más dramáticos: la expulsión del paraíso, el diluvio universal,… y rodear estas escenas con imágenes de profetas, sibilas, atlantes, ignudis,… todo enmarcado en una fingida arquitectura. Con esta obra Miguel Ángel consagra la figura del artista libre, independiente, moderno, que se deja llevar por su imaginación y lleva al límite las posibilidades de la pintura.

Como se ha comentado, Miguel Ángel realizó la pintura de la techumbre de la Capilla Sixtina prácticamente en solitario, únicamente ayudado por colaboradores que realizarían algunas tareas previas, eso le da a la bóveda un gran efecto de unidad formal y estilística y le aporta coherencia argumental al ciclo pictórico.

En este trabajo de 4 años largos, Miguel Ángel tardó dos años en pintar la primera mitad de la techumbre; después, por falta de pago por parte de Julio II, hizo un parón de 14 meses. Los restantes 600 m² los completó en el último año. La salud del pintor se resintió notablemente: desarrolló un incipiente reumatismo, tuvo problemas de vértigo y en los tendones del cuello, sufrió problemas respiratorios, escoliosis, piedras en el riñón y retención de líquidos.

Casi 30 años más tarde, Miguel Ángel pintó también El Juicio Final sobre la pared del altar, entre 1536 y 1541, esta vez por encargo de Pablo III. Aunque pensó que su trabajo era solo para satisfacer la necesidad de grandeza de los Papas, y a pesar de las continuas discusiones con éstos, de las prisas por acabar la pintura y de los pagos que no recibía, hoy las pinturas de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina son consideradas como uno de los grandes hitos de la Historia de la Pintura universal.

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LIBROS

CAPILLA SIXTINAde Henrich X. Pfeiffer, Editorial Lunwerg, 2007.

LA CONJURA SIXTINAde Philipp Vandenberg, Editorial Planeta, 2005.

Este libro nos muestra los secretos, tanto artísticos como teológicos de la Capilla Sixtina, en un trabajo profusamente ilustrado y documentado en bibliotecas y otras fuentes documentales vaticanas. Nos presenta la Capilla Sixtina desde una novedosa y provocadora perspectiva, revelándonos, mediante un exhaustivo análisis de todas y cada una de las imágenes -desde los frescos a las paredes laterales del Quattocento,

hasta la decoración de la bóveda y el Juicio Final de Miguel Ángel en el Cinqueccento- una estructura subyacente caracterizada por la unidad y la armonía. Se trata, en definitiva, de una revolucionaria y simbólica visión que abre nuevos horizontes a la interpretación teológica y metafórica de las pinturas de la Capilla Sixtina.

Al limpiar los frescos de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina, los restauradores descubren que algunas partes están señaladas con letras que no tienen ningún sentido. Historiadores y archiveros del Vaticano tratan de dilucidar el misterio que todos ellos fracasan en sus investigaciones. El cardenal Joseph Jellinek, el único que, aparte del Papa, tiene acceso al archivo secreto del Vaticano, tropieza durante sus pesquisas con un material secreto que

presenta a Miguel Ángel como enemigo acérrimo de la Iglesia.Cuanto más se adentra el cardenal en el secreto, más se ve envuelto en una extraña conjura urdida por hombres que se ocultan en la sombras. Descubre, al fin, la clave del misterio en la figura de Jeremías, ese profeta al que Miguel Ángel pinto en la bóveda de la Capilla Sixtina, dándoles las facciones de su propio rostro.

LOS SECRETOS DE LA CAPILLA SIXTINAde Benjamin Blech, Roy Doliner, Editorial Aguilar, 2009.

REVISTA DESCUBRIR EL ARTENº: 2, 3 y 4, abril, mayo y junio de 1999.

Benjamin Blech, escritor reconocido, y Roy Doliner, especialista en Roma y en el Vaticano, descubren en este libro, a través del análisis minucioso de cada una de las obras de Miguel Ángel, los mensajes de fraternidad, de tolerancia y de libertad que éste dejó ocultos en las bóvedas del templo. En cada representación se esconden numerosos enigmas, códigos cifrados que ponen de relieve la posición ideológica de uno de los mayores genios del

Renacimiento en una época de intrigas religiosas, de conspiraciones y de represión que bien podrían haberle costado la vida.

La revista de difusión de Arte dedicó tres informes en tres de sus primeros números a la Capilla Sixtina del Vaticano.Con la colaboración de diferentes especialistas en el tema, se van abordando, progresivamente, los procesos pictóricos de las paredes laterales (previas a la intervención de Miguel Ángel), de la bóveda y de la cabecera de la capilla, estos dos últimos realizados íntegramente por el gran artista del Renacimiento italiano Miguel

Ángel Buonarroti.Se completó la publicación con la inclusión de grandes desplegables de las pinturas cada una de las zonas de la Capilla Sixtina.

MIGUEL ANGEL, EL TERRIBLE FLORENTINOde Pilar Molina Llorente, Editorial Planeta, 2011.

LA CAPILLA SIXTINAde varios autores, Editorial SCALA GROUP, 2011.

Esta es la biografía del genial Miguel Ángel Buonarroti, el pintor de los frescos de la Capilla Sixtina del Vaticano y el escultor de obras como el Moisés, el David o la Piedad.Sumamente documentada, la narración da a conocer el apasionante ambiente histórico del siglo XVI, en pleno Renacimiento italiano, a través de todas las persecuciones que tuvo que sufrir el gran artista.

Cuando entre 1475 y 1481 el papa Sixto IV ordenó construir la Capilla Sixtina, un amplio espacio rectangular cubierto con una bóveda rebajada, nunca hubiese imaginado que en ella se concentrarían algunas de las obras más importantes del Renacimiento y que sería conocida en el mundo entero.

Una de los frescos mas famosos de la Capilla Sixtina es el que presenta a Dios extendiendo su brazo para tocar el dedo de Adán. Se llama “La creación de Adán” y ha sido versionado y parodiado en inumerables ocasiones.

Hollywood: La divina Marilyn Monroe. Actualidad 2013: Dios elige Papa. La mano de Dios: Maradona – Messi.

Sabías que: Los desnudos en un recinto de culto escandalizaron a la Iglesia. Uno de los más exaltados fue Biaggio de Cesana. Miguel Ángel se enojó enormemente y cuando pintó a Minos, el rey del Infierno, lo hizo desnudo, con orejas de burro, una serpiente enroscada a su cuerpo y con la cara de Biaggio de Cesana.

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PELÍCULAS

HABEMUS PAPAM (2011) LAS SANDALIAS DEL PESCADOR (1968)

Nanni Moretti, nos presenta la que se puede considerar la primera comedia vaticana. Tras la muerte de un Papa, obispos, arzobispos y cardenales de todo el mundo se reúnen en Cónclave para elegir a su sucesor. Después de varias votaciones infructuosas, que se anuncian con la salida de una humareda negra, se ve, por fin, la "fumata bianca" que indica que "habemus papam". Los fieles que se han congregado en la Plaza de San Pedro esperan con entusiasmo y fervor que el nuevo pontífice, siguiendo la

tradición, se asome a una de las ventanas que dan a la plaza. Sin embargo, esperan en vano. Por alguna razón, el nuevo Papa no parece estar en condiciones de soportar el peso de tal responsabilidad. Mientras la inquietud se apodera del mundo católico, en el Vaticano, se busca desesperadamente una solución para superar la crisis.

Después de pasar veinte años en un campo de trabajos forzados en Siberia, el sacerdote ruso Kiril Lakota es liberado y enviado a Roma, donde el Papa, que está enfermo, le nombra Cardenal. Mientras, el mundo vive en un estado permanente de crisis, con la Guerra Fría como telón de fondo.

Curiosa película de historia-ficción en la que un religioso ruso es elegido Papa de Roma en medio de una grave crisis entre China y la URSS que amenaza con

desembocar en una guerra nuclear. A medio camino entre el drama interno del protagonista -un estupendo y comedido Anthony Quinn-, el análisis crítico del funcionamiento del Vaticano y la fábula político-social.

EL TORMENTO Y EL ÉXTASIS (1965) ÁNGELES Y DEMONIOS (2009)

Drama histórico basado en la vida del artista Miguel Ángel, en particular, en el periodo de tiempo que comprende el complejo proceso de decoración del techo de la Capilla Sixtina. En un primer momento, Miguel Ángel rechaza el encargo del Papa Julio II, pero acaba aceptándolo, pese a que su vocación es la escultura y no la pintura.Este film histórico muestra, de modo muy didáctico, la técnica con la que se pintó la Capilla Sixtina. La trama ahonda en el

difícil temperamento de Miguel Ángel, interpretado por Charlton Heston, y su tormentosa relación con Julio II, que ejerce como mecenas del arte.

El profesor de simbología religiosa Robert Langdon se ve de pronto inmerso en la búsqueda de secretos de una antigua secta satánica, enfrentada a la iglesia católica desde los tiempos de Galileo, denominada Illuminati y en la búsqueda del arma más mortífera de la humanidad (antimateria) que éstos han puesto en el Vaticano. Con unas pocas horas para evitar el desastre, unas misteriosas claves ocultas y con un asesino que siempre le lleva la delantera, Langdon y una joven científica italiana se ven

sumergidos en una carrera desesperada contra el reloj, en una búsqueda desesperada por los rincones más secretos de Roma y del Vaticano. La Capilla Sixtina aparece recreada en diferentes momentos de la película.

Escanea con el móvil el

código QR

Para ver la Capilla Sixtina escanea el código QR o visita la web http://www.vatican.va/various/cappelle/sistina_vr/index.html

Sabías que: Para poder pintar la bóveda de la Capilla Sixtina se tuvo que montar un andamio que permitiera a la vez pintar y utilizar el recinto para el culto. Miguel Ángel, que conocía la arquitectura de la antigua Roma, diseñó un andamio basado en el modo de construir puentes de los romanos, de tal forma que el peso presionaba los extremos del “puente”. Así, gracias a unos pocos agujeros en las paredes, que recogían la presión ejercida por la estructura, se construyó un andamio que no se apoyaba en el suelo, dejándolo libre y, para evitar que cayeran yeso y salpicaduras, “forró” su andamio por debajo con telas. El ingenio fue todo un éxito. Años después se quiso volver a utilizar este sistema de andamios, pero ya no se consiguió.

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LA ÚLTIMA PÁGINA

INTERPRETACIONES CURIOSAS DE LA CAPILLA.

Es lógico que una obra tan interesante como son los frescos de la bóveda de la Capilla Sixtina haya sido objeto de numerosas interpretaciones.

Un libro publicado por los autores Roy Doliner y Benjamin Blech, ambos judíos, aventura una interpretación según la cual Miguel Ángel habría pintado algo más que una historia bíblica y habría insertado en su pintura una serie de mensajes prohibidos en el corazón del Vaticano. Miguel Ángel, según la versión de estos autores, estaría intentando promover un entendimiento y una amistad entre el judaísmo y el cristianismo. El Dios pintado en la Capilla Sixtina sería un Dios universal y Miguel Ángel se habría inspirado en el Talmud y en las bases místicas de la Cábala Judía como origen de la Creación. Una serie de caracteres hebreos pintados en la túnica del profeta Jeremías serían, para Doliner y Blech, una crítica al Papa Julio II, quien encargó la obra a Miguel Ángel y con el que mantuvo constantes disputas, sugiriendo que, en opinión del pintor, este Papa no era digno de servir a Dios.

Otras interpretaciones insisten en presentarnos al autor de la Capilla Sixtina como un pintor ocultista. Los expertos en neuroanatomía Ian Suk y Rafael Tamargo han publicado en la revista Neurosurgery su interpretación sobre la escena central de Dios creando a Adán, que, para ellos, tendría un código secreto. Según su interpretación, la estructura que Miguel Ángel pintó envolviendo a Dios no es más que la ilustración anatómica perfecta de un cerebro humano seccionado (hay que recordar que Miguel Ángel, con la

intención de comprender el funcionamiento del cuerpo humano para poder dibujarlo y esculpirlo con precisión, se dedicó, siendo muy joven, a la disección de cadáveres de forma oculta ya que lo prohibía la iglesia).

Los mismos autores, Suk y Tamargo, sugieren que en otra escena de la bóveda, la que representa la Separación de la Luz de la Oscuridad, Miguel Ángel pintó en el pecho de Dios y formando su garganta una reproducción bastante precisa de una médula espinal y de un tallo cerebral humano. ¿Cuál era el mensaje que Miguel Ángel quería transmitir?. Según Suk y Tamargo, el pintor estaba haciendo una alusión a la lucha entre ciencia y religión –recordemos que Copérnico había sido denunciado por la Iglesia por su teoría heliocéntrica-: las referencias anatómicas de Miguel Ángel harían una referencia honorífica al conocimiento del hombre, a la ciencia capaz de estar al nivel del conocimiento religioso, o incluso por encima de éste. Miguel Ángel manifestaría así sus desavenencias con aspectos como la opulencia y la corrupción de la Iglesia Católica.

LA FUMATA.

Desde 1878 la Capilla Sixtina es la sede de todos los cónclaves por lo que las pinturas que adornan la Capilla tienen una difusión y una popularidad mayor que otros tesoros que se pueden admirar en el Vaticano.

Una de las tradiciones más pintorescas y conocidas en relación con el cónclave es la de la “fumata”, un sistema secular de comunicar al pueblo la marcha del proceso electoral. En el proceso de votación cada cardenal, por orden de precedencia, lleva la papeleta en alto hasta el altar, una vez allí, pronuncia en voz alta un juramento y deposita entonces la papeleta en un plato y con éste la introduce en la urna. Se inclina luego ante el altar y regresa a su sitio.

Tras cada sesión de escrutinio (dos votaciones) las papeletas de voto y las notas se queman en una estufa preparada al efecto. El humo sale entonces por una chimenea sobre el tejado de la Capilla Sixtina. Cuando el resultado de las votaciones ha sido negativo, los papeles se queman junto con paja húmeda, lo que produce un humo negro. Si de la elección ha salido elegido un candidato, y éste ha aceptado la responsabilidad, los papeles se queman usando paja seca, lo que da lugar a un humo de color blanco.

En los últimos cónclaves se añaden a las papeletas productos químicos para resaltar el color blanco o negro de la fumata.

Fuentes consultadas (textos/imágenes)

http://www.caminodeemaus.net http://www.filmaffinity.com/Http://www.casadellibro.com/https://pejino.com/http://es.wikipedia.org/http://www.time.com/time/http://observandoelparaiso.wordpress.com/

Yo Leo. Nº 11, “500 años de la Capilla Sixtina”.

Número elaborado por:

• Pedro Emilio López Calvelo.• Juan Pablo Medina de la Cruz.

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ANEXO I

MIGUEL ÁNGEL Y LA BÓVEDA DE LA CAPILLA SIXTINA

Ya sus contemporáneos consideraban a Miguel Ángel como un genio: con los frescos de la bóveda de la Capilla Sixtina el pintor inventó una nueva concepción de los espacios en la pintura. Miguel Ángel, a pesar de considerarse un escultor y aceptar sin convencimiento el encargo de Julio II de pintar los frescos de la Capilla Sixtina, le dedicó al trabajo cuatro años de su vida en exclusiva.

Las pinturas de la bóveda de la Capilla Sixtina representan la historia de la primera Humanidad y, a la vez, tres realidades del hombre: los principales sucesos espirituales de la Humanidad y las condiciones anteriores a la Revelación (lunetos, tímpanos y pechinas); el conocimiento y sus características (las sibilas, los profetas y los ignudi); y la relación con el cielo (historias bíblicas).

Para diseñar la composición de la pintura de la bóveda de la Capilla Sixtina, Miguel Ángel simuló diez arcos fajones con la intención de dividir la gran bóveda de cañón en nueve tramos sucesivos. Dos falsas cornisas parten los tramos en tres zonas diferentes. Los rectángulos resultantes en la zona central son de dos tamaños diferentes y narran nueve historias del Antiguo Testamento:

1.- Dios separa la luz de las tinieblas 2.- Creación del sol y de la luna 3.- Dios separa la tierra de las aguas 4.- Creación del hombre 5.- Creación de la mujer 6.- El pecado original 7.- El sacrificio de Noé 8.- El diluvio universal 9.- La embriaguez de Noé

En las esquinas de los recuadros menores están sentados los ignudis, adolescentes desnudos que sostienen medallones de bronce con escenas del Antiguo Testamento.En los lunetos y en los tímpanos de las zonas laterales se encuentran los antepasados de Jesús.Entre los tímpanos se alternan cinco sibilas y siete profetas, que también ocupan los dos recuadros situados entre las pechinas de los rincones de la bóveda. Estas últimas pechinas representan escenas del libro bíblico de Esther.

Miguel Ángel destacó por su continua innovación y la aplicación de nuevos recursos. Su inspiración debemos buscarla en los grandes maestros como Giotto y Masaccio, en las esculturas de la Antigüedad clásica y en la anatomía humana, gracias al estudio de modelos y la disección de cuerpos. Nuestro artista puede considerarse como un maestro del dibujo con sus figuras bien torneadas, musculosas, expresivas y de carnes vibrantes y llenos de vida. Supo incorporar el espíritu de la Antigüedad clásica a los temas bíblicos cristianos, proponiendo un escenario dramático muy alejado del equilibrio y optimismo del primer Renacimiento.

La concepción escultórica guió la pintura de Miguel Ángel, como se puede apreciar en la rotundidad de los torsos y contorsiones de los cuerpos de la bóveda de la Capilla Sixtina. Para conseguir que cada figura tuviera una postura diferente a las demás, el artista realizó innumerables estudios y esbozos previos. Los cuerpos desnudos y la extrema naturalidad de los gestos revelan su profundo conocimiento de la anatomía humana. La restauración de los frescos que se realizó entre 1990 y 1994 reveló unos colores fuertes y luminosos; el verde y el violeta, dos colores litúrgicos de la misa, predominan sobre el resto.

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ANEXO II

1. Pechinas: Episodios bíblicos.

2. Arquitectura ficticia.

3. Enjutas. Antepasados de Cristo.

4. Profetas.

5. Espacio central: Escenas del génesis.

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ANEXO II

1. Espacio central: Escenas del génesis.

2. Sibilas.

3. Ignudis.

4. Medallones: Episodios bíblicos.

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ANEXO III

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