vínculo social e individualización

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    Vnculo social e individualizacin:

    reflexiones en torno

    a las posibilidades del aprender

    Margarita Palacios y Ana Crdenas1

    Resumen

    A partir de la discusin de los conceptos de vnculo social e individualizacin, juntocon el anlisis de las principales transformaciones ocurridas en el mundo de la fa-milia y del trabajo, este artculo ofrece un marco interpretativo para la comprensindel fenmeno del bajo rendimiento escolar de los alumnos en Chile. Dado que laindividualizacin se caracteriza por el fraccionamiento y relativizacin de horizontessimblicos y por el creciente desprendimiento inter-subjetivo, se propone en esteartculo que tales transformaciones afectan la educabilidad de los nios, en tantolas condiciones afectivas requeridas en el aprendizaje escolar, tales como la confianza,pertenencia y certeza, estaran siendo paulatinamente debilitadas en nuestra socie-dad.

    Social Ties and Individualization:A discussion about the possibilities of school learning

    Abstract

    The concepts of social ties and individualization shed light in this article to a discus-sion about how the main transformations that have taken place in the institutions ofthe family and work are related to the phenomenon of low school performance inChile. More specifically, it is argued that the fractioning of symbolic horizons and

    the increasing weakening of social ties that are associated to the process of individua-lization, hinder the very educability of children, insofar the affective conditionsrequired in learning, such as trust, belonging and certitude, are increasingly weake-ned in our society.

    1Margarita Palacios, Doctora en Sociologa New School for Social Research, Nueva York. Profesora Instituto EstudiosLatinoamericanos, Universidad Libre de Berln e Investigadora asociada al Instituto de Ciencias Sociales de la Uni-versidad Diego Portales, Santiago de Chile ([email protected]). Ana Crdenas, MA Universidad de Heidelberg,Doctora en Sociologa, Universidad Libre de Berln ([email protected]).

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    I. Introduccin

    El rendimiento escolar ha sido reconocido por la literatura especializada como el

    producto complejo de la interaccin entre entorno familiar y escuela (Brunner yElaccqua 2002). Diversos enfoques dan primaca a uno u otro, o a componentesparticulares dentro de uno y de otro. Es as que factores tales como el origen so-cioeconmico del alumno, la educacin y ocupacin de los padres, los recursos delhogar y el nivel educacional de la comunidad, se acompaan de otros factores, en losque se subraya la importancia del nivel de involucramiento de los padres en la edu-cacin de sus hijos, el liderazgo, la confianza interpersonal, el nivel de asociatividad,el clima escolar y por supuesto, las creencias y los valores asociados a la educacin.Diversas constelaciones de stas variables pueden tanto colaborar como dificultar la

    educabilidad2de nios y jvenes.

    Otros factores no relacionados directamente con familias y escuelas especficas, sinoque con la sociedad en su conjunto, tambin afectan el cmo ocurre el procesodel aprendizaje. Es as que la globalizacin, la innovacin tecnolgica, la flexibili-dad, la alta competitividad y su consecuente cambio en la organizacin laboral, hanpresentado tambin nuevos retos al sistema educacional. La velocidad en la que sedesarrollan nuevos conocimientos y la posibilidad de acceder a inmensos volmenesde informacin hace necesaria la educacin permanente de los sujetos, de modo

    de que stos no queden rpidamente descalificados y por ende, fuera del mercadolaboral. Tal como afirma Juan Carlos Tedesco, aprender a aprender y aprender a vivirjuntos han sido postulados como los dos pilares que expresan los nuevos desafos quedebe enfrentar la educacin en el marco de las profundas transformaciones que vivela sociedad. El primero de ellos sintetiza los desafos educativos desde el punto devista del desarrollo cognitivo, mientras el segundo sintetiza los desafos relativos a laconstruccin de un orden social donde podamos convivir cohesionados pero mante-niendo nuestra identidad como diferentes (Tedesco 2003: 1). Estas dos dimensiones,cognitiva y afectivo-normativa (del saber vivir juntos) y tal como veremos de aquen adelante, estn tambin tremendamente inter-penetradas, por lo que el xito delproceso educativo depende de la simultaneidad de ambas.

    En nuestro pas la modificacin educativa ms significativa en estas ltimas dcadasha sido la expansin de la oferta educacional, la que ha alcanzado casi una univer-salizacin de la educacin bsica3. En trminos de su distribucin al interior de los2Educabilidad definida como una construccin social que trasciende al sujeto y su familia, y que da cuenta del desa-rrollo cognitivo bsico que se produce en los primeros aos de vida vinculada a una adecuada estimulacin afectiva,buena alimentacin y salud y la socializacin primaria mediante la cual los nios adquieren los rudimentos de unmarco bsico que les permite incorporarse a una situacin especializada distinta de la familia, como es la escuela. La

    idea central es que todo nio nace potencialmente educable, pero que el contexto social opera, en muchos casos, comoobstculo que impide el desarrollo de esta potencialidad, ver Tedesco y Lopez (2002).3De acuerdo a las estadsticas oficiales del Ministerio de Educacin de Chile, la cobertura de atencin por niveles deenseanza creci en el perodo 1990-2001 desde un 95% a un 97% en el caso de la enseanza bsica y desde un 77%

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    diversos niveles socioeconmicos, se puede observar que se ha producido un aumen-to de la escolaridad en todos los deciles de la poblacin, pero con mayor fuerza enlos sectores ms pobres (Teitelboim y Salfate 2003)4. Sin embargo, dichos resultadoscuantitativos contrastan con los resultados cualitativos relativos al bajo rendimiento

    escolar (MINEDUC 2005). Esta situacin paradjica de la educacin, caracterizadapor la simultaneidad de la extensin prcticamente universal de su cobertura juntocon el bajo rendimiento escolar de los alumnos, hace necesario enfocarse en varia-bles de tipo socio-culturales que si bien no son enteramente independientes de lasvariables econmicas, si gozan de su propia lgica y sentido (Alexander 2003, Geertz1973).

    De este modo, aunque la relacin rendimiento/grupo socioeconmico del alumnoquede enteramente demostrada al analizar los resultados de la prueba Simce por

    tipo de establecimiento educacional (donde los colegios particulares de nivel socioeconmico medio y alto obtienen considerablemente mejores puntajes que la ma-yora de los establecimientos pblicos), las variables de entorno son particularmenteinteresantes para entender las diferencias dentro de cada grupo y, en particular, dentrode los establecimientos pblicos. En efecto, estudios cualitativos realizados a nivelinternacional (Machado 2002) en escuelas exitosas de escasos recursos dan cuentaprecisamente de la buena calidad del tejido social alrededor de stas, donde destaca laparticipacin activa de los estudiantes y los apoderados, as como tambin el trabajoen equipo entre los profesores y directores de escuela.

    Desde esta perspectiva cualitativa, que privilegia la subjetividad que acompaa losprocesos sociales en general y el proceso educativo en particular, quisiramos con-tribuir al debate respecto de la educacin en Chile y vincularlo con procesos detransformacin simblica al interior de nuestra sociedad. Sin embargo, ms queenfocarnos en variables de entorno propias de cada establecimiento educacional,nuestra perspectiva privilegia el anlisis del proceso general de individualizacinque atraviesa nuestro pas y el consecuente debilitamiento del vnculo social que esteproceso conlleva. Siguiendo con las nociones expuestas anteriormente, se podra

    decir que la dimensin cognitiva del aprendizaje escolar se ha visto afectada (en estecaso perjudicialmente), por las condiciones afectivo-normativas imperantes hoy enda, caracterizadas por el fraccionamiento y relativizacin de horizontes simblicoscolectivos, la creciente autonoma y la falta de participacin de los individuos entareas colectivas. Segn nuestro parecer, el bajo rendimiento escolar de los alumnosde escuelas pblicas en Chile est relacionado precisamente con un debilitamientodel vnculo social en nuestro pas.a un 85% en el caso de la enseanza media (MINEDUC 2002). Cabe destacar que esta casi universalizacin de laeducacin bsica se observa en todas las regiones del pas (Teitelboim y Salfate 2003)

    4Los resultados de expansin del sistema educacional chileno pareciera ser significativo no slo en trminos de larealidad nacional, sino tambin al interior del continente latinoamericano. Por ejemplo, Chile presenta los ms altosporcentajes de nivel educacional secundario respecto a los pases del MERCOSUR. A su vez, las tasas de abandono delsistema escolar por nivel de enseanza son las ms bajas dentro de esa zona geogrfica (MINEDUC 2001).

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    Este es un fenmeno que no es fcil de comprender, primero, porque no es cuantifi-cable. Segundo, porque tiene un carcter paradjico y multidimensional. Tal como loveremos ms adelante, el proceso de individualizacin si bien favorece una crecienteautonoma de los individuos y una mayor porosidad en la vida social donde plura-

    lidad de estilos de vida y el multiculturalismo aparecen como ideales sociales stetambin debilita el vnculo social y el sentido de pertenencia entre los individuos,dificultando de este modo la educabilidad de los nios y jvenes.

    Como es de esperar, si bien el debilitamiento del vnculo social relacionado conel proceso de individualizacin afecta a la poblacin en su conjunto, en pases conmayor desigualdad social su impacto desintegradores ms evidente5. Es as que enAmrica Latina no slo ha aumentado considerablemente la violencia juvenil6(y laapata poltica de este segmento social7), sino que los grupos socio-econmicos ms

    pobres, al acumular riesgos (psicolgicos, socioeconmicos y culturales), enfrentanlas mayores dificultades para enfrentar de un modo exitoso la educacin (Bravo2002).

    Para el desarrollo en profundidad de este argumento, presentamos en las seccionesque siguen los conceptos de vnculo social y de individualizacin, a la vez que ana-lizamos cmo las transformaciones en las instituciones de la familia y del trabajo noslo han alterado los modos tradicionales de socializacin, sino que dan muestrastambin de claras tendencias de desprendimiento intersubjetivo. Si bien an no con-

    tamos con la evidencia emprica que avale cada una de stas afirmaciones, nuestroobjetivo por ahora es presentar el marco terico que estimamos puede contribuir enla elaboracin de un marco interpretativo que ample el foco para la comprensinde este fenmeno.

    II. Socializacin, vnculo social y aprendizaje escolar

    La presencia del vnculo social es una de las condiciones bsicas en el proceso delaprendizaje.A nivel de los alumnos, este vnculo se traduce en una identificacin

    primaria (Freud 1959)

    8

    del nio con su entorno ms inmediato (vnculo bsico afec-5Cabe mencionar aqu que para el caso de Amrica Latina, el proceso de individualizacin adquiere dimensiones anms complejas, en tanto la regin - a diferencia de Europa y Norteamrica - se ha caracterizado histricamente porsu alta desigualdad social y tambin por sus prolongadas experiencias de autoritarismo y violencia. Esto es, el procesode debilitamiento del vnculo social ocurre en sociedades ya altamente fragmentadas y muchas veces con institucionesque no gozan de gran legitimidad dentro de la poblacin.6Segn el Informe de Paz Ciudadana, durante el ao 2000 54% de los robos con violencia fue protagonizado pormenores de 19 aos y entre los aos 1995 y 2000, los jvenes entre 14 y 18 aos aprehendidos por este tipo de delitoaumentaron en un 410% (www.pazciudadana.cl/diagnostico).7En el sistema electoral chileno la inscripcin electoral es voluntaria, pero la votacin es obligatoria. En este contexto,la inscripcin de los jvenes en los registros electorales desde el ao 1988 ha venido presentando una baja sistemtica,ubicndose sta en un 16.4% en las ltimas elecciones presidenciales 99/2000 (www.electoral.cl/estudios).

    8El concepto de identificacin es fundamental en la teora psicoanaltica. Este no slo da cuenta de la exterioridad (odependencia del sujeto con respecto del otro con el cual se identifica), sino que tambin describe el carcter libidinalde la identidad, es decir el sujeto no slo es alguien, sino que tiene una pasin de ser. La identificacin es descrita porFreud como el primer vnculo afectivo del sujeto, en la que uno de los padres juega el rol de modelo (o referente) sexual,

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    tivo con el padre-madre o quien lo cuida), la que permite tanto la generalizacin delaprendizaje (Ausubel 1976)9como la confianza bsica en un mundo incorporable(Winnicott 1993) y no amenazante. El vnculo social provee a los adultos involu-crados en el proceso educativo, por otra parte, de fe en los alumnos, en la educacin

    y en ellos mismos en sus roles respectivos (Blumer 1969)10. Puesto que el aprendizajerequiere de la entrega del yo al otro, la presencia de este vnculo es fundamentalpara poder encarnar los roles asociados a la educacin. Tanto los roles de alumno,profesor y apoderado requieren de una creencia especfica relacionada con la fe enel otro y en s mismo. Slo de ese modo se valora (o al menos se soporta) la poster-gacin de la satisfaccin inmediata y es posible someterse al esfuerzo y la disciplinaque es aprender y ensear respectivamente.

    El aprendizaje escolar ciertamente es parte de un proceso ms general de socializa-

    cin. ste se caracteriza por la adquisicin de los referentes simblico-culturales dela comunidad a la que se incorpora el sujeto, la capacidad de ste de ponerse en lasituacin del otro y la posibilidad de dilogo del sujeto consigo mismo y con el restode la sociedad (Alexander 1987, Giddens y Turner 1987). Este proceso de sociali-zacin descrito como de identificacin simblica y que conduce a la integracinsocial11, al igual que el proceso especfico del aprendizaje escolar, requiere de ciertascondiciones especficas relacionadas con la existencia de un universo simblico conel cual el sujeto se identifica y de ciertas condiciones especficas relacionadas con lapropia vida del individuo. En este caso nos referimos bsicamente a la existencia de

    un nexo o instituciones intermedias (tal como la familia, el trabajo y la escuela)que garanticen no slo la transmisin cultural, sino que adems provean al sujeto delas condiciones normativas, cognitivas y afectivas que ste requiere para el desarrollode su sociabilidad y autonoma (Honneth 1996). La incorporacin de los referentessimblicos no slo proveen entonces al sujeto del lenguaje que permite su incorpo-racin a la vida comunitaria (compartiendo el sentido comn y proyectos de sta),sino que a la vez orientan y dan sentido a la vida del sujeto: se establece un horizon-te, un yo ideal, y se traza el camino para alcanzarlo.

    mientras que el otro es investido sexualmente como objeto del deseo.9La generalizacin del aprendizaje desde un punto de vista cognitivo (y no conductista) se da cuando hay aprendizajede buena calidad, es decir cuando existe comprensin y no repeticin mecnica.10La orientacin de la accin est directamente relacionada con la interpretacin que se hace de ella, por lo que elsentido o la alta valoracin (en este caso de la educacin), garantizan el buen desempeo de cada una de las funcionesasociadas a la educacin.11La integracin social no se refiere a la igualdad social en trminos econmicos o sociales, sino a la presencia de un

    vnculo cultural-moral bsico que une al individuo al resto de la sociedad. Este vnculo, o ethos social, para serefectivo necesita trascender la voluntad, la racionalidad y los criterios estratgicos de los individuos. Es decir, este vn-culo opera como un mandato sagrado que sienta las bases, orienta y legitima la vida en comunidad. (Ver Durkheim1984).

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    III. El Concepto de individualizacin

    Cambios tanto en el universo simblico, descrito como cada vez ms fraccionadoy dbil (Bell 1999, Kumar 1995), como en las redes y organizaciones socializadoras,

    han alterado, sin embargo, este modo tradicional de socializacin. El debilitamiento odesaparicin de instituciones intermedias, junto con la creciente autonoma y la faltade participacin de los individuos en tareas colectivas, han sido descritas en la socio-loga europea y americana como un proceso de individualizacin (Beck, Giddensy Lash 1994, Beck y Beck-Gernsheim 2002, Giddens 1991, Inglehart 1990, Lasch1991, Sennett 1998, 2006, Bauman, 2001, 2006).

    La teora de la individualizacin12describe una paulatina disolucin y desprendi-miento de las formas de vida propias de la sociedad industrial (tales como la clase, la

    familia y el orden tradicional de gnero), producto principalmente de un mejora-miento en las condiciones materiales de vida, la expansin del sistema educacional,el aumento del tiempo libre y la movilidad geogrfica en las sociedades europeas,especficamente alemana (Beck 1986, Beck-Gernsheim 1994, Beck y Beck-Gerns-heim 1993, 1994)13. En dicho contexto, se estara produciendo un debilitamiento delcontenido normativo de dichas instituciones y, consecuentemente, una expansin delas posibilidades de eleccin y decisin de los sujetos.

    Sin embargo, dicha teora plantea que los individuos perderan paralela y creciente-

    mente parte de las seguridades y certezas que dichas instituciones les haban propor-cionado en el pasado14, quedando entonces sin su hogar del ser (die Heimat des Ichs)(Berger, Berger y Kellner 1975). Los sujetos tendran entonces que ir asumiendopaulatinamente las responsabilidades y posibilidades, los riesgos e (in)seguridades re-lativos a la definicin, planificacin y organizacin de su propia forma de vida y desus relaciones sociales (Beck 1986, Beck-Gernsheim 1994, Beck y Beck-Gernsheim1993, 1994). Consecuentemente, los sujetos ya no podran cumplir con la tradicionaltrayectoria de vida que socialmente caracteriz a las sociedades industriales (Kohli,1985, 1986) y bajo las cuales se estructuraron las instituciones bsicas de socializacin(por ejemplo, la escuela), debiendo cada individuo definir y organizar su propia bio-grafa15. Estas tenderan entonces a tener un horizonte de carcter abierto (Kohli1989, Bhnisch 2001), volviendo as altamente riesgosas(Beck y Beck-Gernsheim1994) y consecuentemente inciertas tanto las posibilidades de desarrollo de los suje-tos como de la sociedad.12Al interior de la sociologa se han desarrollado tanto una teora negativa, como positiva y ambivalente respectoal as llamado proceso de individualizacin.El nuevo impulso que tendra dicho proceso corresponde principalmenteal tipo ambivalente de esta teora. Al respecto ver Schroer (2000).13Las crticas relativas al actual desarrollo de dicha teora apuntan a la falta de evidencias empricas (Burkart 1993) y ala ambigedad de sus postulados (Kron 2000).

    14Como por ejemplo, la posibilidad de movilidad social asegurada por el origen social de la persona.15Diversos autores han tematizado dicho proceso en trminos de biografas a eleccin (Ley 1984), biografas reflexivas(Giddens 1991), biografas autoreflexivas (Beck 1986) y biografas creables (Beck y Beck-Gernsheim, 1993, Hitzler yHoner 1994) (los conceptos mencionados han sido traducidas por las propias autoras desde el idioma original).

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    Por ltimo, cabe tener presente que dicho proceso de individualizacin adquierecaractersticas muy especficas, arraigadas en el propio proceso de desarrollo quehan tenido las sociedades modernas. Es as como el proceso de desprendimiento delos individuos, de los vnculos sociales tradicionales y su consecuente diferenciacin

    trae consigo una mayor dependencia del Estado y del Mercado (laboral), es decir, deorganizaciones e instituciones impersonales (Beck 1986, Beck y Sopp 1997). Dichoproceso tiende entonces a generar nuevas formas de estandarizacin y dependenciainstitucional hacia los sujetos (ibid.).

    IV. La individualizacin en Chile

    A pesar de que al interior de la sociedad chilena no se ha alcanzado el nivel de bien-estar material y de seguridad social que habra favorecido el proceso de individuali-zacin al interior de las sociedades europeas (y norteamericana), la literatura actual dacuenta de una paulatina disolucin y un desprendimiento de las formas de vida quehan imperado en la sociedad chilena tales como la precarizacin de las condicionesde trabajo, junto a una transformacin y generacin de nuevos tipos de familias, unacreciente incorporacin de las mujeres al mercado del trabajo y la conformacin dediversos modos de vida al interior de la poblacin (PNUD 2000, 2002, INE 2003).En lo que sigue describimos algunos de estas transformaciones, las que a nuestroparecer, dan cuenta del proceso de debilitamiento del vnculo social al interior denuestro pas y que indirectamente afectan la dimensin afectivo-normativa nece-saria para el aprendizaje escolar.

    IV.1. Empleo

    Uno de los principales cambios ocurridos en Chile en el contexto de la liberaliza-cin de la economa durante las dcadas de los setentas y ochentas se refiere a lasreformas al Cdigo del Trabajo16. Estas buscaron flexibilizar el factor trabajo, sus cos-

    tos, las relaciones colectivas (Tokman y Martnez 1999) y las relaciones individualesde trabajo17. Estas ltimas (materializadas como reformas del contrato de trabajo),contemplaron tanto las condiciones de contratacin as como la duracin de loscontratos, las condiciones de despido y los costos de contratacin. A partir de estasreformas surgieron nuevas modalidades de contratacin temporal18, las que no slo16El proceso de reforma al Cdigo del Trabajo en Chile comprendi tanto la modificacin del contenido de las nor-mas laborales (re-regulacin o adaptacin) como la supresin de algunas de sus normas (deregulacin). (VerMorgado-Valenzuela 1999 y Urmeneta 1999).17Cabe tener presente que el Plan Laboral, especficamente, el Decreto ley 2.200 (1978) y la Ley 18.018 (1981) in-trodujeron reformas relativas tanto a las relaciones individuales como colectivas de trabajo (Tokman y Martnez 1999,

    Urmeneta, 1999).18Estas comprenden la contratacin permanente (indefinida) y la contratacin no permanente (definida), dividindoseesta ltima en modalidades de contrato a plazo fijo y duracin temporal (por temporada, por obra o trato y por ser-vicios).

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    han tenido efectos desestabilizadores para la vida de los trabajadores, sino que stastambin han modificado y debilitado el contenido normativo de una de las institu-ciones centrales en torno a las cuales se haba organizado la vida social en Chile: eltrabajo tpico19.

    La transformacin de las condiciones de trabajo en Chile ha sido interpretada comoun proceso creciente de precarizarizacin de las condiciones de trabajo asalariado20,a travs del incremento de puestos de trabajo por tiempo definido y/o no reguladolegalmente y consecuentemente, con escasa o nula proteccin social. Ms an, se haplanteado que dicho proceso corresponde a un proceso de exclusin social relativa(Wormald y Ruiz Tagle 1999). A travs de ste, la mayor parte de la poblacin habraexperimentado un proceso paulatino de inclusin al crecimiento econmico, a tra-vs de las mayores posibilidades de empleo y de ingresos. Sin embargo, dicho proceso

    estara acompaado de un proceso paralelo de exclusin de parte de la fuerza detrabajo de las condiciones tpicas de trabajo, situando especialmente a los/as traba-jadores/as ms pobres y a aquellos sectores de la economa con mayor presencia detrabajadoras mujeres (agricultura, comercio y servicios) en una situacin de relativamayor inestabilidad laboral y parcial o totalmente al margen de la seguridad social.

    Estos enfoques de tipo estructural parecieran no lograr explicar en su totalidad lageneracin de empleos, socialmente desprotegidos e inestables, ocurrido en estas l-timas dcadas en Chile. Si se considera el anlisis de la subjetividad que acompaa

    dichos procesos, se observa que la transformacin de las condiciones de trabajo enChile pareciera ser reforzada y profundizada por las propias opciones y acciones delos sujetos (Crdenas, 2005, Martnez y Palacios 1996). Estos tenderan a privilegiar,por lo menos en parte, condiciones de trabajo ms inestables y con escaso o nuloderecho a la seguridad social a cambio de poder alcanzar un mayor equilibrio en suintegracin a las diversas esferas de esta sociedad (por ejemplo, no slo en el trabajo,sino tambin en la familia y/o la educacin) y lograr alcanzar mayores grados delibertad y control sobre sus vidas, a pesar de los riesgos e inestabilidades sociales ylaborales asociados a dichas formas de integracin (Crdenas 2005).

    Es precisamente en el marco de dicho proceso de individualizacin donde el pro-ceso de transformacin de las condiciones de trabajo en Chile pareciera volverseespecialmente riesgoso para, por lo menos, la fuerza de trabajo perteneciente a losgrupos socioeconmicos ms pobres. Al producirse un debilitamiento del contenidonormativo de la institucin contrato de trabajo los sujetos se veran forzados y, asu vez, estaran optando integrarse al mercado del trabajo bajo condiciones parcial o

    19Elementos bsicos del trabajo tpico fueron la existencia de un contrato de duracin indefinida, un solo empleadory un solo lugar de desempeo laboral, la prestacin de un servicio continuo, un rgimen de jornada completa de traba-

    jo, una organizacin del trabajo rgida, derecho a la previsin social y proteccin legal de ciertos derechos autnomoso heternomos, el derecho a la sindicalizacin y la negociacin colectiva (Guerra 1994).20Diversos estudios empricos dan cuenta de dicho proceso. Ver Daz, Medel y Schlen (1996), Reinecke (1997), Dazy Yez (1998), Echeverra y Uribe (1998), OIT (1998), Wormald y Ruiz-Tagle (1999).

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    totalmente inestables y desprotegidas legalmente21. De esta manera, seran los grupossocio-econmicos ms educados y consecuentemente de mayor bienestar econ-mico en Chile los que podran expandir sus posibilidades de eleccin y decisinrespecto a sus condiciones de trabajo y, al mismo tiempo, asumir ms fcilmente los

    riesgos e inestabilidades sociales y laborales asociados a dicha forma de integracin(Crdenas, 2005). Por el contrario, seran los grupos socio-econmicos ms pobres,los que a pesar de intentar optar parcial o totalmente por determinadas condicionesde trabajo, parecieran no contar con los recursos sociales, culturales y personales quepermitiran compensar los riesgos asociados a tales opciones (ibid.).

    Las transformaciones en el mundo del trabajo no slo han afectado a las familias, sinoque tambin a la sociedad en su conjunto. El trabajo ha sido una de las principalesfuentes de sentido e integracin al interior de las sociedades industriales (Castel

    1996), es decir, una esfera social donde se produce un encuentro con un otro (eneste caso, con otros/as trabajadores/as) y por lo tanto, donde los sujetos participanen una determinada comunidad de trabajo. En este sentido, el contrato de trabajoindefinido ha asegurado y simbolizado la estabilidad de dicha comunidad, especfi-camente la permanencia de sus miembros al interior de sta. Consecuentemente, elsurgimiento y la proliferacin de contratos de trabajo por tiempo definido, la totalinexistencia de contratos de trabajo (el caso ms extremo) as como las propias op-ciones y acciones de los sujetos parecieran estar debilitando dichos lazos simblicosque institucionalmente haban logrado ser asegurados.

    IV.2. Familia

    La familia, una de las principales instituciones socializadoras de nuestra sociedad, noha quedado al margen de las transformaciones sociales y culturales de las ltimasdcadas, y como tal, su anlisis tambin ha sido considerado desde la teora de la indi-vidualizacin (Beck 1986, Beck-Gernsheim 1994, 1994a, Beck y Beck-Gernsheim1993). Dentro de este anlisis se destaca fundamentalmente la transformacin de la

    morfologa de la familia, representada por ejemplo en el incremento de los divor-cios y de los hogares unipersonales y monoparentales femeninos, el aumento de lasconvivencias y de las familias recompuestas, una disminucin de la tasa de natalidady un incremento de los nacimientos fuera del matrimonio, y la postergacin de lamaternidad/paternidad a edades ms tardas.

    Estas mismas tendencias son posibles de ser observadas al interior de la sociedadchilena. Si bien los hogares nucleares22con hijos/as contina siendo la estructura21Diversos estudios han venido dando cuenta del desarrollo de trayectorias laborales orientadas hacia el cambio(Mauro, Godoy y Guzmn 2001), donde la inestabilidad laboral es una de los ejes centrales respecto al cual se han

    venido van desarrollando las trayectorias laborales de los trabajadores/as en estas ltimas dcadas (Guzmn, Mauro yAraujo 1999, Mauro, Godoy y Muoz 2001, Espinoza y Morris 2002, Direccin del Trabajo 2003, Guzmn y Mauro2004, 2004a).22Datos relativos a los dos ltimos Censos de Personas y Hogares realizados en 1992 y el ao 2002, respectivamente.

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    predominante en Chile (47.8%), es posible observar que las formas de constitucinde las familias han tendido a diversificarse en estas ltimas dcadas y a desinstitu-cionalizarse respecto del patrn de la llamada familia industrial: el tamao de loshogares ha venido reducindose23, se ha producido una disminucin de los hogares

    formados por ambos padres e hijos/as y un aumento de los hogares monoparenta-les (principalmente encabezados por mujeres)24y nucleares biparentales sin hijos/as (Gubbins, Browne y Bagnara 2003). A su vez, se ha producido un aumento de laconvivencia25, las separaciones y el divorcio. Por ltimo, hoy en da nacen ms hijosfuera que dentro del matrimonio, superando incluso las tasas conocidas para el sigloXIX (Valds 2007).

    Si bien la familia chilena sigue siendo bastante tradicional (Palacios 2006, Martnezy Palacios 2005), los roles clsicos de padre proveedor y madre duea de casa se han

    visto claramente desestabilizados, no slo en trminos de su cuestionamiento comoreferentes valricos, sino que efectivamente ha habido un cambio en el comporta-miento de la poblacin, siendo su manifestacin ms significativa el aumento de laparticipacin laboral femenina26, lo que ha redundado, por ejemplo, en un incremen-to de las familias con doble ingreso en un 40% (Valds 2007).

    Aunque las transformaciones ocurridas dentro de la familia en nuestro pas, coin-ciden en trminos generales con las transformaciones de las sociedades europeas ynorteamericana, el caso chileno presenta algunas particularidades que son especial-

    mente significativas para nuestro estudio. El primer elemento a destacar es que Chilese ha destacado por su retraso en materias legislativas. En efecto, la aprobacin de laLey de Divorcio en este pas es relativamente reciente (junto con Malta constituanlas dos excepciones del mundo occidental), as como tambin slo recientementelos hijos nacidos fuera del matrimonio adquirieron igualdad de derecho. Por otrolado, es necesario tambin afirmar que si bien la familia se ha diversificado, la ideade familia contina siendo un referente simblico fundamental en el imaginario delos individuos (Palacios 2006), quienes pese a sus variadas experiencias familiares,intentan construir narrativas familiares coherentes, y que les otorguen contencin y

    sentido a sus vidas.

    Esta distancia entre la experiencia y la imaginacin ha producido que esta tran-sicin cultural conlleve altos grados de contradiccin simblica: el liberalismo (queacompaa la redefinicin de gnero) no ha superado el previo conservadurismo, sino23El promedio de integrantes del hogar en 1992 era de 4 personas, mientras que en el ao 2002 era de 3.6 personas(Gubbins, Browne y Bagnara, 2003). Cabe tener presente que la tasas de fecundidad se redujo entre 1960 y el ao 2005de 5,7 hijos a 2,2 hijos (Valds 2007).24De acuerdo a la Encuesta de Caracterizacin Socioeconmica (CASEN) del Ministerio de Planificacin (MIDE-PLAN), los hogares monoparentales con hijos tuvo un incremento de un 22.2% a un 25.6% en el perodo 1990-2005.Esto ha significado un aumento en la separacin de la residencia y la filiacin al interior de la familia en Chile (Valds

    2007).25Entre 1992 y 2002 esta forma de unin de parejas aument de 6.2% a 9.7% (Gubbins, Browne y Bagnara 2003).26La tasa de participacin femenina en zonas urbanas aument en el perodo 1990-2000 desde un 35.0 a un 42.0(Abramo y Valenzuela 2006).

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    que simplemente lo ha fragmentado. Tal como lo describimos en un trabajo anterior(Martnez y Palacios 2005), en Chile coexisten en los mismos sujetos y en relacin alos mismos temas tanto un discurso conservador, basado en una ideologa conserva-dora con claras races religiosas, y un discurso secular, que a diferencia del primero,

    no refleja una ideologa liberal sino que simplemente una respuesta prctica a lasdemandas de la vida moderna. En nuestro reciente estudio acerca de las transforma-ciones en la familia chilena (Valds, Castelain-Mounier y Palacios 2006) qued nue-vamente de manifiesto cmo este desfase discursivo ocasiona una profunda culpa27,falta de legitimidad e identificacin con el estilo de vida adoptado.

    Tal como lo hemos venido afirmando a lo largo del artculo, todas estas transfor-maciones tienen un carcter ambivalente. Obviamente se pueden y de hecho son consideradas como favorables, en tanto aumentan la autonoma de los sujetos. En

    el contexto de la individualizacin, tanto hombres como mujeres tienen mayoresespacios para crear y personificar su estilo de vida, sin las limitaciones normativas quehasta hace poco marcaban claras diferencias y una relacin de subordinacin entrelos gneros. Ahora bien, desde la problemtica que nos ocupa ahora, estas transfor-maciones han alterado los modos tradicionales de socializacin, y por ahora al me-nos, estas muestran tambin efectos negativos para la constitucin del vnculo social,fundamentalmente en tanto se desvanece la certeza. Tal como lo afirma XimenaValds en la introduccin a Puertas Adentro: Femenino y Masculino en la Sociedad Chile-na, reinventar la vida privada supone un cierto rediseo de la familia: el reacomodo

    de lugares, funciones y relaciones entre el hombre y la mujer, el padre y la madre y deambos con respecto a los hijos en sintona con lo que circula en la sociedad que re-clama a hombres y mujeres en el espacio pblico. Como todo ensayo y tentativa pordejar atrs lo conocido, este tipo de bsqueda implica rupturas, produce desorden, amenudo genera incertidumbre, y tambin resistencias que llevan al acantonamientode las personas en la tradicin. Sin embargo, un proceso de transicin de esta natu-raleza deja un campo abierto a nuevas formas de vida que sin contar con las certezasdel pasado, buscan distanciarse de las normas as como equilibrio y satisfaccin en lasrelaciones inter-personales pero a la vez devienen ms frgiles e inseguras (Valds,Castelain-Meunier y Palacios 2006: 8).

    IV.3. Nuevas condiciones de la socializacin

    Considerando las transformaciones descritas en las secciones anteriores, en relacinal mundo del trabajo y la redefinicin de la vida privada, podra afirmarse que la ac-tual generacin de padres trabajadores no slo enfrenta dificultades para configurar

    un horizonte comn para s y con otros, sino que tambin en la transmisin de losreferentes simblico-culturales bsicos a sus hijos/as. Segn los resultados de nuestro27Sentimiento expresado fundamentalmente por mujeres de distintos estratos sociales que trabajan fuera del hogar.

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    estudio cuantitativo y cualitativo realizado durante 2007 en Santiago28, son los padres(y madres) con trabajos temporalmente definidos y/o al margen de la regulacin la-boral, pertenecientes a los grupos socio-econmicos ms pobres, quienes manifiestanuna especial dificultad para poder transmitir un horizonte simblico confiable y

    no amenazante a sus hijos, debido precisamente a la inestabilidad e incertidumbreasociada a este tipo de condiciones de trabajo y de vida en general. Cabe mencionaradems aqu que dentro de este segmento social y especialmente en tramos de edadde adulto-joven, la extrema informalidad econmica tiende a asociarse con unaprecariedad inter-subjetiva o una improvisacin permanente, en el sentido de quelas relaciones afectivas (al menos con las parejas y los amigos), tienden a tener uncarcter extremadamente circunstancial y muchas veces marcadas por experienciasde violencia o muerte.

    Considerando lo anterior, la socializacin desde la certeza simblica de hijos demadres trabajadoras jefas de hogar, correspondientes a los sectores socioeconmicosms pobres, pareciera ser an ms problemtica, debido a la relativa baja participacinlaboral de este segmento de la poblacin29(Abramo 2006). Esto nos lleva a suponerque las nuevas generaciones que participan como primera generacin en el mercadodel trabajo tendran un horizonte simblico an ms difuso y consecuentemente,difcilmente transferible a sus hijos. El incremento de los hogares monoparentalesencabezados por una jefa de hogar otorga a este segmento poblacional, por las ra-zones previamente descritas, una significacin cada vez mayor en este proceso de

    transformacin y debilitamiento del vnculo social.En nuestro estudio Los Nuevos Trabajadores de Chile pudimos constatar tambinque se suma como factor de riesgo la larga jornada de trabajo a las cuales se vensometidas una gran parte de la fuerza de trabajo ms pobre, en la medida en quelos padres/apoderados no slo enfrentan dificultades para transmitir un horizontesimblico comn e ideal a sus hijos/as, sino que tampoco cuentan con el suficienteespacio temporal para reconstruirlo y transmitirlo.

    En conclusin, para el caso de Chile cabe entonces pensar que la precariedad tanto

    laboral como de la constitucin de los vnculos al interior de la familia, especialmen-te en el segmento ms pobre de la poblacin, se relacionan hoy en da con una ciertaprecariedad simblica, en tanto las posibilidades de la conformacin (y experien-cia) de horizontes simblicos comunes y de vnculos sociales ms slidos, se vuelvencada vez ms inciertas30.28Los Nuevos Trabajadores de Chile, financiado por Fundacin Ford y OIT. ste comprendi la realizacin de 8Grupos Focales con Jvenes estrato C3-D-E entre 18 y 24 aos, 8 entrevistas en profundidad a 8 padres y madres (tantotrabajadores asalariados como informales) de los mismos estratos, y una encuesta a jvenes realizada en Santiago.29La tasa de participacin femenina correspondiente a los hogares de bajos ingresos en zonas urbanas creci desde un21.0 en 1990 a un 29.0 en el ao 2000 (Abramo y Valenzuela 2006).30Un ejemplo interesante al respecto es el caso de los/as trabajadores/as no calificados/as que forman parte de los

    ltimos eslabones de las cadenas productivas surgidas en el marco del proceso de reorganizacin de las empresas enChile. En la prctica, stas presentan diversas formas de encadenamiento, donde la ubicacin de los/as trabajadores/as en los eslabones productivos puede volverse altamente compleja (Reinecke 1997). Consecuentemente, estos/astrabajadores/as tendran escaso o nulo contacto con los/as trabajadores/as de la empresa madre y/o de los diferentes

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    V. Conclusiones

    A partir del anlisis de las principales transformaciones de la familia y del mundo del

    trabajo, y utilizando los conceptos de vnculo social e individualizacin, este artculoha buscado ampliar el foco de comprensin del fenmeno del bajo rendimientoescolar de los alumnos en Chile. El argumento presentado es que las transformacio-nes ocurridas al interior de nuestra sociedad han conllevado el debilitamiento delvnculo social, por lo que las condiciones simblicas tales como la confianza,pertenencia y la certeza requeridas en el aprendizaje escolar, se han visto particu-larmente afectadas.

    En particular, hemos enfatizado el carcter intergeneracional de este fenmeno, elque no se manifiesta nicamente a nivel de la poblacin adulta (por ejemplo en elmbito del trabajo y la familia), sino que tambin en el segmento ms joven de lapoblacin (el que se manifiesta fundamentalmente en la escuela). La proliferacinde diversas condiciones de trabajo y formas de constitucin de la familia presentacrecientes desafos y dificultades a los padres/apoderados para socializar a las genera-ciones ms jvenes de la poblacin en el marco de un horizonte simblico comn,puesto que los propios padres/apoderados carecen ellos mismos de dicho horizonte.Consecuentemente, tanto padres/apoderados como hijos/pupilos se ven obligados aconstruir sus propias biografas, con escasos referentes que orienten dicha construc-

    cin. Cabe no olvidar aqu al propio profesorado, quien no ha quedado fuera de steproceso de transformacin.

    Podra afirmarse entonces que en el caso de los/as alumnos/as, la construccin de susbiografas ocurre con un yo ideal debilitado, restndole capacidad de orientaciny sentido a la educacin. Por otra parte, el propio mundo del trabajo, por las razonespreviamente explicadas, pareciera tambin restarle legitimidad a la escuela comoinstitucin.31 De este modo, el aprendizaje escolar est ocurriendo, especialmente enlos sectores socioeconmicos ms pobres, en el marco de instituciones sociales inter-medias simblicamente debilitadas, que no logran garantizar el proceso de identifi-cacin simblica y consecuentemente, de constitucin del vnculo social requeridopara asegurar el aprendizaje escolar32.

    Para terminar, nos gustara matizar dos aspectos de nuestro argumento: En nuestrointers por comprender el fenmeno del bajo rendimiento escolar a la luz de las prin-cipales transformaciones de la familia y del trabajo, hemos asumido una lectura msbien crtica (casi normativa) respecto del proceso de individualizacin. Sin embargo,

    eslabones productivos, pues generalmente realizan trabajos desde su domicilio o en pequeos talleres.31Es necesario adems agregar que hoy en da, el desempleo es un problema que afecta principalmente a este grupo

    poblacional. Segn cifras provenientes de la Encuesta Nacional del Empleo, la tasa de desocupacin a nivel nacionaldurante el perodo 2003-2004 se ha mantenido alrededor del 20,0 en el segmento etario 15-24 aos (INE 2005).32Ciertamente los jvenes tambin cuentan con nuevos referentes simblicos asociados tanto a los medios de comuni-cacin como a sus propias biografas.

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    nos parece de vital importancia no olvidar el carcter ambivalente, abierto y parad-jico de este proceso de transformacin social. Este no es el lugar para listar todos losbeneficios asociados al proceso de individualizacin, por lo que slo afirmaremosque evidentemente ste tambin conlleva una creciente democratizacin de la vida

    social, en tanto que la emergencia de nuevos estilos de vida, el multi-culturalismo yla creciente igualdad de gnero, le son tambin inherentes a este proceso.

    Por otra parte, si bien formas tradicionales de integracin social parecieran estar des-apareciendo, nuevas formas de socializacin emergen paralelamente. En este sentido,consideramos de vital importancia indagar respecto de nuevos referentes colectivostales como los (nuevos) medios de comunicacin, el barrio, las pandillas y la recrea-cin, en tanto stos no slo constituyen nuevas fuentes de significado y pertenenciacentrales en el mundo de los jvenes, sino que evidentemente stas tambin afectan

    el proceso del aprendizaje escolar.

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    Margarita Palacios / Ana Cardenas