file · web viewvelando por la doctrina neotestamentaria. introducción: como siervos y siervas de...

1

VELANDO POR LA DOCTRINA NEOTESTAMENTARIA

Introducción:

Como siervos y siervas de Dios, celosos de mantener la doctrina neo testamentaria, indiscutiblemente que estamos comprometidos a velar por su pureza e integridad desde que venimos a formar parte de su iglesia. Tal condición de vida espiritual, requiere que en cada etapa que pasamos desarrollándonos dentro de ella, seamos más conscientes y maduros en mantenernos firmes en los patrones trazados en el Nuevo Testamento. Cabe aclarar, y estar sabedor, que cuando nos iniciamos en el reino de Cristo, tal firmeza doctrinal no la agarramos de inmediato, pese a que hemos comprendido la parte que corresponde a nuestra salvación, se requiere ser constante en el aprendizaje de la Palabra, escudriñarla y así vamos perfeccionándonos en la doctrina revelada, plasmada por dirección divina a través del Espíritu Santo. Este aprendizaje requerirá quizás de largos años, y por qué no decirlo, durante toda nuestra larga o corta vida siendo ya cristianos fieles.

Aspectos a considerar en esta temática:

1. ¿QUÉ ES LO QUE VAMOS A PRESERVAR?

2. ¿CÓMO LA VAMOS A PRESERVAR?

3. CONDICIONES DE VIDA ESPIRITUAL HACIA LA DOCTRINA.

4. APLICACIÓN PRÁCTICA QUE HEMOS DE SOSTENER

¿QUÉ ES LO QUE VAMOS A PRESERVAR?

El Señor Jesucristo veló muy tesoneramente porque Su Palabra no fuera cambiada, para lo cual, actuando como Deidad con el Espíritu Santo,

1

2

(Velando Por la Doctrina Neotestamentaria…)

legaron su doctrina pura y única, la cual tenemos escrita en los documentos del Nuevo Testamento.

Esto nos hace estar convencidos y reflexionar que lo que hemos de exponer, vaya siempre en concordancia con la determinación divina. Al evangelizar, estamos llamados a enseñar únicamente lo que convierte al ser humano: Creer. Arrepentimiento, Confesión de Fe, Bautismo y mantenerse fiel hasta la muerte.

Luego, al alimentar a la iglesia, hay tantos mandamientos que van en el orden doctrinal a fin de mantener firme nuestra convicción de fe en el camino al cielo. De allí que usted, como cristiano fiel: Canta, ora, conmemora el cuerpo y la sangre de Cristo, ofrenda, oye y estudia la Palabra, etc., porque la doctrina de Dios así lo determina. Usted no actúa por tradicionalismo, por agrado a quienes le rodean, porque hay una orden lanzada desde un lugar sede, o simplemente porque usted se siente bien emocionalmente hablando, al proceder de esa manera. A ese emocionalismo me voy a referir posteriormente.

Primordialmente, cuando razonamos a la luz de la doctrina manifestada, al velar por la doctrina que practicamos, lo hacemos así, porque eso es lo que quiere Dios desde que entramos al Reino de Cristo Jesús, en el cual estamos desarrollándonos no antojadizamente ni conforme a nuestro propio criterio, hay una doctrina manifestada por voluntad celestial la cual requerimos obedecer y respetar con devoción.

Cuando ya el Señor Jesucristo se manifestó públicamente en su ministerio y predicaba amplia y abiertamente, la gente que le escuchaba se expresaba de ÉL diciendo: “Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.” (Mateo 7:28,29).

2

3


Además, ÉL se sometió a la voluntad de Su Padre, hablando en su condición de Hijo: “Y les enseñaba por parábolas muchas cosas, y les decía en su doctrina” (Marcos 4:2). “Jesús les respondió y dijo: Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió.” (Juan 7:16).

Consecuentemente, esto repercute en nosotros sus discípulos, el alumno reproduce a su maestro, imita a su enseñador: “Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo.” (2ª Juan 9). Queda recontra probado que no podemos tomar cualquier doctrina que a nosotros nos parezca correcta. Además, está escrita la sentencia de “no tener a Dios”, esto para un hijo(a) y siervo de Dios conlleva el abandono espiritual, para los que hemos conocido a Dios, el no tener a Dios, implica nuestra muerte espiritual, tal condición de vida espiritual carece de todo sentido, valor, y propósito hacia nuestra meta final.

Dios tuvo ese cuidado de transmitirnos y heredarnos una enseñanza de la cual no nos lamentaríamos de incompleta, no nos lamentaríamos de ineficiencia alguna: “Escuchad, cielos, y hablaré; Y oiga la tierra los dichos de mi boca. Goteará como la lluvia mi enseñanza;Destilará como el rocío mi razonamiento; Como la llovizna sobre la grama, Y como las gotas sobre la hierba;” (Deuteronomio 32:1,2).

“Porque os doy buena enseñanza; No desamparéis mi ley.” (Proverbios 4:2).

3

4


¿CÓMO LA VAMOS A PRESERVAR?

Hay una tendencia en los presentes tiempos a condicionar la enseñanza de la Palabra de Dios al modernismo, muchas veces por incurrir en esta preocupación se cae en el desorden y en el desvío de la rectitud del mensaje revelado. No olvidemos que hay un patrón de fe ya prescrito, por más innovaciones modernas que se den, la pureza y sencillez de esa revelación debemos conservarla. Y es que al ser humano le agradan los cambios, ante tal comportamiento de vida, se exige que seamos cuidadosos a esos cambios, los cuales nos pueden hacer caer en lo ilícito espiritualmente hablando, tengamos presente, que lo que es doctrina, es doctrina, sobretodo que hablamos de la doctrina de Cristo, para la cual hay un compromiso de fe y obediencia en velar por su integridad.

Los profetas antiguo testamentarios nos advirtieron, Jeremías fue uno de ellos: “Porque el ruin hablará ruindades, y su corazón fabricará iniquidad, para cometer impiedad y para hablar escarnio contra Jehová, dejando vacía el alma hambrienta, y quitando la bebida al sediento.” (Jeremías 32:6). “El ruin hablará ruindades… dejando vacía el alma hambrienta”. Comprendemos que la doctrina es vital, no hay nada más desesperante cuando no alimentamos sustancialmente a nuestro auditórium, hacemos de la cátedra del púlpito algo cansado, y sin el más hálito de deseo porque nuestros interlocutores tengan ardiente anhelo de escucharnos, pues en vez de predicarles sustancia, predicamos vaguedades, mensajes que dejan mucho que desear a nuestra audiencia. A veces los cuentos de camino real, las leyendas, las fábulas, las experiencias de vida personal, toman más relevancia que la misma verdad de Dios. Tuve un maestro de Biblia en mis años mozos, el cual, a pesar de sus excelentes dones como pedagogo, echaba a perder sus disertaciones, por haber incurrido en este vicio oratorio.

4

5

(Velando Por La Doctrina Neotestamentaria…)

Que no nos extrañen ni sorprendan las falsas doctrinas, éstas siempre las tendremos con nosotros, y en medio de nosotros, el Señor Jesucristo nos preparó para ello: “Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres.” (Mateo 15:9).

Hay que tener mucho cuidado con el encantamiento de las falsas doctrinas, ellas nos pueden convertir en una presa fácil del príncipe de este mundo: “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias” (2ª Timoteo 4:3). Muchos han caído por esa “comezón de oír”, la iglesia desde el primer siglo enfrentó esa desazón, al grado que pronto se llegó a la apostasía, o sea al apartamiento de la verdad, ya para el tiempo de Cristo, como antes de su encarnación, ya habían tales desviaciones: los fariseos, los escribas, los esenios, los zelotes, los gnósticos, los nicolitas, etc., etc., todos ellos y otros más, formaban este corrupto ejército, contra los cuales Cristo y sus apóstoles los combatieron muy arduamente. La iglesia a nivel internacional como nacional, no ha sido la excepción, en sus cuarenta y cinco años que tiene de establecida en esta nación, los embates de las doctrinas de demonios, los hemos tenido que enfrentar y combatir, pues el Señor nos demanda de guardarnos de toda clase de falacia: “Entonces entendieron que no les había dicho que se guardasen de la levadura del pan, sino de la doctrina de los fariseos y de los saduceos.” (Mateo 16:12). “Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, 6:4 está envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas, 6:5 disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia; apártate de los tales.” (1ª Timoteo 6:3-5).

5

6


La corrupción siempre ha sido el plato del día en muchos niveles de vida. Se da en el ámbito empresarial, en el político no digamos, en la educación, en la salud, tristemente en el ámbito familiar, específicamente en el hogar donde encontramos a padres violadores sexuales de sus propias hijas. La corrupción es: “La acción y efecto de corromper”. Se dice también de: “La falsificación o alteración de un escrito”. Corrupción conlleva el sentir en lo moral: perversión, vicio, depravación, degeneración. En la calidad: deterioro, degradación, menoscabo. En la materia orgánica: putrefacción, descomposición, alteración, podredumbre. De manera que quien se aparta de la doctrina de Cristo está identificado con todos estos epítetos que identifican a la corrupción. “Apártate de los tales” imagínese el grado de advertencia que tenemos, de manera que no incurro en penosas determinaciones al no buscar la identidad con estos depravados. “Y de la manera que Janes y Jambres resistieron a Moisés, así también éstos resisten a la verdad; hombres corruptos de entendimiento, réprobos en cuanto a la fe.” (2ª Timoteo 3:8).

CONDICIONES DE VIDA ESPIRITUAL HACIA LA DOCTRINA

Dentro del marco de la Iglesia de Cristo, los siervos de Dios, llámese: Misioneros, predicadores, evangelistas, maestros, maestras, servidores, etc., los que somos considerados como conservadores, yo diría “celosos de la doctrina”, pues bien, este grupo, quizás ejército, de hombres mantenedores de la doctrina bíblica, estamos siempre bogando porque la Palabra sea presentada con integridad desde todos los ángulos que ella merece, y no sólo merece, sino que es nuestra obligación moral, espiritual y doctrinal.

Sin embargo, suele suceder con frecuencia que estos hombres de Dios, descuidamos la parte moral y espiritual en cuanto a nuestra conducta se refiere. Ha habido en el seno de la iglesia connotados predicadores

6

7


intelectualmente hablando, verdaderas lumbreras intelectuales para trazar con destreza la enseñanza divina, mas en el campo de lo moral y espiritual se erra tantas veces y de variadas formas, hablando más bíblicamente, se cae en el pecado, al grado que poco nos importa el ser “luz al mundo”, nunca dejemos de tener presente esta sagrada directriz del Señor Jesucristo: 5:14 “Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.5:15 Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa.5:16 Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que están los cielos.” (Mateo 5:14-16).

En muchos casos quienes cerramos las puertas para que las personas conozcan a Jesucristo somos los propios predicadores ¿La razón? No ofrecemos un buen testimonio. Predicamos mucho, pero nuestras expresiones y forma de actuar distan mucho de ser las apropiadas para nuestros oyentes.

Un segundo aspecto a considerar es la necesidad de revisar —de manera honesta—cuál es su testimonio de vida. En otras palabras, su conducta personal. ¿Refleja la luz de Cristo con lo que hace? ¿Reconoce que es necesario cambiar mucho más, de manera que lo que predica esté acompañado de hechos concretos? El único que puede ayudarle en este propósito es el Señor Jesucristo.

Sin ayuda de Dios, usted estará girando en un círculo vicioso. Se fijará la meta de cambiar, pero cuando lo intente, fracasará. Y esto será consecuencia de que está luchando en sus propias fuerzas. Si sigue así, no lo logrará. Si depende del Señor, estoy seguro que obtendrá la victoria.

En la Biblia encontramos “HOMBRES DE DIOS” ejemplares que nos dejan muy bien marcado el estilo de vida que debemos vivir. También debe destacarse la gran importancia de su posición al ser

7

8


considerado “HOMBRE DE DIOS”.

Lo que es de mayor importancia es que estos hombres estuvieron en las manos de Dios, y así llegaron a estar en la posición de madures y de servicio para la obra de Dios.

Ser un hombre de Dios implica madures espiritual y responsabilidad de servicio.

¿QUÉ ES SER UN HOMBRE DE DIOS?

1. Es una persona que pertenece y sirve a Dios.

2. Es una persona que ha madurado espiritualmente.

3. Es una persona que representa a Dios en el mundo.

4. Es una persona que está relacionada con las Sagradas Escrituras: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, 3:17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” (2ª Timoteo 3:16,17).

Con este término “HOMBRE DE DIOS”, son identificados varios hombres en el Antiguo Testamento, el término que se usa para estas personas es: “VARÓN DE DIOS” “Esta es la bendición con la cual bendijo Moisés varón de Dios a los hijos de Israel, antes que muriese.” (Deuteronomio 33:1). “Él le respondió: He aquí ahora hay en esta ciudad un varón de Dios, que es hombre insigne; todo lo que él dice acontece sin falta. Vamos, pues, allá; quizá nos dará algún indicio acerca del objeto por el cual emprendimos nuestro camino.” (1º Samuel 9:6).

8

9


Todo cristiano, no digamos todo predicador y maestra, debería llegar a esta posición de madurez espiritual. Los beneficios serán personales y consecuentemente para la obra del Señor, se evitara muchos problemas y fracasos en la vida cristiana.

APLICACIÓN PRÁCTICA QUE HEMOS DE SOSTENER

Algunas de las parábolas que el Maestro expresara en su ministerio cuando instruyó a sus discípulos como hombres escogidos, así como a las multitudes que les enseñaba, son aplicables a la temática de vigilar la doctrina de Cristo. Revisemos la Parábola de los Talentos:

25:24 “Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; 25:25 por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo. 25:26 Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí. 25:27 Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses. 25:28 Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos. 25:29 Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.25:30 Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.” (Mateo 25:24-30).

Hemos recibido un don. El Señor ha depositado su confianza en nosotros y tenemos que corresponder con arreglo al don recibido. En un tiempo de evasiones conviene que vivamos el compromiso de pertenecer al reino de Dios. En esta época de innovaciones, en la que doctrinas esotéricas y gnósticas se instalan en la cultura actual prometiendo salvación absoluta para el futuro, es menester que presentemos la fe cristiana en términos de

9

10


salvación presente, y sepamos proclamar la victoria sobre el pecado y la muerte que nos ofrece Jesucristo resucitado. Esto lo lograremos siempre que presentemos la doctrina pura de nuestro Señor. ¡Cuántos campos baldíos de territorios religiosos están repletos de profundos hoyos! ¡Cuántas vidas permanecen enterradas por miedo a equivocarse! Sin embargo, Dios nos ha concedido las manos para que negociemos con sus dones, no para que cavemos profundos y oscuros hoyos. No podemos esconder su Evangelio, porque hoy es más necesario que nunca.

Se trata de una parábola que en apariencia parecen propias de un mundo capitalista porque se refiere al incremento de ciertas sumas prestadas. Sin embargo, las cantidades de dinero mencionadas son, en el fondo, lo menos importante de este relato. Lo que verdaderamente interesa es el esfuerzo y la dedicación que cada siervo invierte en hacer prosperar los dones recibidos. La figura del siervo desleal, tímido e incapaz de afrontar los riesgos económicos con el capital prestado, evoca a los judíos religiosos contemporáneos de Jesús que habían sido depositarios del don de la Ley. Hombres que se consideraban piadosos porque cumplían meticulosamente con todas las normas y rituales de la tradición hebrea pero que, en realidad, su comportamiento no era del agrado de Dios. Habían enterrado su Palabra privando de ella a los gentiles, publicanos y a todos aquellos que injustamente consideraban pecadores. El Señor no obtenía ningún provecho del tesoro que les había encomendado administrar. El mensaje de la parábola no pertenece al mundo de las matemáticas, sino al del amor. Lo importante no son las cantidades conseguidas, sino la relación de afecto, confianza y comprensión del carácter del Señor que posee cada siervo, ya que en el reino de Dios negociar es sinónimo de amar.

La aplicación de este relato es obvia. Cada creyente ha recibido el don del Evangelio que junto a los demás dones personales constituye el capital con el que debe negociar en este mundo. El Señor ha confiado en que cada uno de nosotros desarrollará sus capacidades en medio de la sociedad actual, anunciando que en Jesucristo hay salvación y vida eterna. Existen múltiples

10

11


maneras de hacerlo, pero lo importante es que nunca enterremos esta Buena Nueva.

Otra parábola que nos llama a estar vigilantes es la del Siervo Vigilante, leamos lo que ella expresa: “Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas;12:36 y vosotros sed semejantes a hombres que aguardan a que su señor regrese de las bodas, para que cuando llegue y llame, le abran en seguida. 12:37 Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su señor, cuando venga, halle velando; de cierto os digo que se ceñirá, y hará que se sienten a la mesa, y vendrá a servirles. 12:38 Y aunque venga a la segunda vigilia, y aunque venga a la tercera vigilia, si los hallare así, bienaventurados son aquellos siervos.” (Lucas 12:35-38).

El relato de los siervos vigilantes apunta, como tantas otras parábolas, a la consumación de la historia. Da por supuesto que sus oyentes están convencidos de que el universo físico tuvo un principio y tendrá también un punto final. Cuando llegue ese momento es menester que los siervos de Cristo permanezcan a la expectativa y con las lámparas encendidas. Estos cuatro versículos fueron siempre de inspiración y exhortación para la iglesia de todas las épocas, porque convidan a los creyentes a vivir la fe, y la esperanza de la parusía, en medio de tinieblas de un mundo que duerme con las lámparas apagadas.

En nuestros días, los cristianos del mundo occidental debemos adquirir también el hábito de “ceñirnos la túnica” más a menudo. Porque el traje de faena para empezar a trabajar de verdad en los campos del Señor sigue siendo una asignatura pendiente de la iglesia contemporánea. Sustituir el adormecimiento por el desvelo y la responsabilidad personal. Cambiar la costumbre y el tradicionalismo por la singularidad extraordinaria del Evangelio. Trastocar la mediocridad de tantas vidas en la excelencia de hombres y mujeres que aspiren a la perfección en Cristo. El mundo moderno nos ensordece con sus eslóganes de moda, nos atonta mediante la

11

12


charlatanería de tantos farsantes que van prometiendo paraísos perdidos. Sin embargo, hemos de reaccionar frente a esta dispersión, para concentrarnos en la única verdad revelada: el mensaje de Dios hecho real en la persona de Jesucristo.

¿Cuál será el futuro del Evangelio y de la doctrina del Señor Jesucristo? La influencia de los grupos religiosos evangélicos así como de los católicos carismáticos, está afectando la forma genuina de adoración dentro de algunas congregaciones. A veces se le quiere dar más énfasis hacia la emoción y el enardecimiento de la capacidad de sentir, ya que hoy sería más importante sentir que pensar. Esto hará que cada vez, en las reuniones de adoración, aumenten más los períodos de la llamada “alabanza” y se reduzca el tiempo de la predicación –como si ésta, el estudio bíblico, la lectura de la Palabra, la conducta personal o el trabajo diario no fueran también maneras de alabar a Dios--. Tal comportamiento puede llevarnos a restar importancia a la doctrina del Señor. Y es que el contagio de los programas religiosos evangélicos radiales, no digamos televisivos, es enorme. Se usan frases tan repetitivas como: “Gloria a Dios hermanos”, “aleluya”, “Cristo vive”, “Bendiciones”, et., etc., Estoy diciendo que tales frases son indebidas o dañinas, no hermanos, pero tal actitud hace que le demos más rienda suelta a la emoción que a la enseñanza genuina de la doctrina del Señor. El Evangelio y doctrina de Jesucristo siguen siendo los mismos, no pueden cambiar porque sus palabras y promesas son inmutables.

Termino con una serie de declaraciones bíblicas acerca de sostener la doctrina de nuestro Señor Jesucristo:

“¿No os mandamos estrictamente que no enseñaseis en ese nombre? Y ahora habéis llenado a Jerusalén de vuestra doctrina, y queréis echar sobre nosotros la sangre de ese hombre.” (Hechos 5:28).

“Así que, hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra.” (2ª Tesalonicenses 2:15).

12

13

(Velando Por La Doctrina Neotestamentaria…

“Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren.” (1ª Timoteo 4:16).

“Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina.” (Tito 2:1).

“No os dejéis llevar de doctrinas diversas y extrañas; porque buena cosa es afirmar el corazón con la gracia, no con viandas, que nunca aprovecharon a los que se han ocupado de ellas.” (Hebreos 13:9).

“Que tu Biblia y los buenos libros, sustenten a quienes el Señor te ha mandado que les alimentes”

13

14

BIBLIOGRAFÍA

Biblia De Referencia Thompson – Versión Reina Valera de 1960 – Editorial Vida – Octava Impresión, 1993.

GRIJALBO – Gran Diccionario Enciclopédico – COLOR.

Diccionario de Sinónimos y Antónimos Del Español Actual – Segunda edición: abril 2002.

Parábolas de Jesús en el Mundo Postmoderno – Colección Pensamiento Cristiano – Antonio Cruz.

Notas personales de mis estudios realizados en Sunset School Of Preaching – Lubbock, Texas – 1972-1974.

Notas y apreciaciones personales en mi experiencia de vida como siervo de Dios.

14

15

15

file · web viewvelando por la doctrina neotestamentaria. introducción: como siervos y siervas de...

Documents