Diego Irarrázaval

Profesor U. Católica Silva Henríquez; vicario de Parroquia San Roque*.

Urgentes cuestiones teológicas

En un cambio de civilización y de paradigmas, ¿cómo se siente a Dios? Al reflexionar sobre el clamor de personas agobiadas y esperanzadas, ¿qué cuestiones sobresalen?

¿Cómo es entendida hoy la revelación divina?1. Estas y otras preguntas estuvieron presentes en las confe-

rencias e intercambios sostenidos durante la Jornada Teológica Andina —llevada a cabo en Bogotá— y del Cono Sur —realizada en Santiago—, en cada una de cuyas sesiones nos enfrentamos a los actuales desafíos que las ciencias naturales, la economía, los movimientos sociales, los pueblos indígenas, la mujer, plan-tean a la teología en su búsqueda de sentido2.

LA FRAGILIDAD RESUCITADA

A corto y largo plazo nos apremia una crisis de civilización, con cambios radicales. Está siendo reconfigurado el “estado de la cuestión”, tanto en el sensus fidelium como en la reflexión sistemática.

La espiritualidad es sopesada desde la crucificada cotidiani-dad de los pueblos. Cada uno a su modo, clama: Dios ¿por qué me has abandonado? (cf. Mt 27, 46). El “silencio” de Dios ante la maldad no solo parece incomprensible; también abre los ojos a fuerzas humanas y espirituales desde abajo.

Lo más positivo —en la teología latinoamericana— ha sido la mayor atención a Jesús, profeta del Reino e Hijo de Dios, la mayor atención a la historia de quien ha sido frágil y resucitado. Tomando en cuenta la oscuridad de los pueblos y, asimismo, sus empoderamientos, se reconoce en lo radicalmente huma-

Teólogos sudamericanos afrontaron las interrogantes que a la revelación divina ofrece

la inminente crisis de los actuales modelos.

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no la encarnación de la divinidad. Esto ha abierto las puertas a pneumatologías y eclesiologías en sintonía con el sensus fi-dei del pueblo de Dios. De modos sorprendentes, la sabiduría popular reinstala la comprensión del Espíritu y la eclesialidad solidaria con el pobre.

Dios es conceptualizado desde lo vulnerable y, por supuesto, es reconocido en cada acción a favor de la vida. En este sentido, la labor teológica ni es espiritualista ni rehúye las contradiccio-nes de cada día. Por ejemplo, se confronta la omnipotencia y el pecado dentro y fuera de lo eclesial. La fragilidad resucitada ilumina la oscuridad.

AFIANZAR LA FE E IMPUGNAR LA IDOLATRÍA

Lo moderno y lo posmoderno —que tantos veían con los lentes del secularismo— han sido repoblados por deidades. Esta paradoja conlleva cuestiones muy precisas. A sectores humanos vulnerables los atiborran con ofertas de felicidad; se manipula al pueblo, cuya existencia se orienta a desear objetos con aura sagrada. Cabe pues encarar la fascinación por bienes seudosalvíficos que circulan por el planeta. En estos contextos, de nuevo hay que percibir a Dios kenóticamente presente en la humanidad y la creación.

Como es bien sabido, estar atento a la autocomunicación divi-na es inseparable de la impugnación de dioses deshumanizantes. Se toma distancia de conceptos absolutos que dan sustento a sacralizaciones contingentes. Por otro lado, el pensar creyente se reconecta con sacramentales de la creación divina y está en sin-tonía con la fragilidad de la Encarnación. El apartarse de posturas totalitarias se correlaciona con la reconversión al Dios de Jesús. La adhesión personal a Dios —en medio de un cambio de época y sus exigencias— a todos/as nos pone a la intemperie, como anota G. Fernández en Santiago del Estero3. Ello implica des-cartar cómodas neo-ortodoxias, y avanzar por parajes inéditos.

REPOTENCIAR LA REFLEXIÓN LATINOAMERICANA

Sería injusto —en pocas líneas— recapitular décadas de construcción de pensamiento latinoamericano y examinar va-cíos y tareas pendientes. Me limito a unas pinceladas.

La reflexión creyente es repotenciada gracias al cambio de época. Son confrontados los parámetros egocéntricos (con su aura de felicidad espiritual). También son encaradas las neo-ortodoxias con sus trampas y sus posturas evasivas. Por otro lado, el secularismo y el sano relativismo purifican afanes de

La reflexión creyente es repotenciada gracias al cambio de época.

1 RetomopárrafosdelopresentadoenBogota(20/10/2011).Lateologíalatinoamericanahasidorecopiladayevaluadaenobrascolectivas:Mysterium Liberationis(Madrid,Trotta,1990),Teología de la Liberación, contextos y balances (Quito,AbyaYala,1998),Teología Feminista Latinoamericana (Quito,AbyaYala,1998),O mar se abriou y A sarca ardente(SaoPaulo,SOTER/Paulinas,2000),Panorama de la teología latinoamericana(Estella,VerboDivino,2001),J.J.Tamayo:Nuevo Paradigma Teológico (Madrid,Trotta,2003),Teología Afroamericana II (SaoPaulo,Atabaque,2004),Teologia para outro mundo possivel (SaoPaulo,Paulinas,2006),Signos de estos tiempos, interpretación teológica de nuestra época (Santiago,A.Hurtado,2008),La Misión en Cuestión, aportes a la luz de Aparecida(Bogotá,SanPablo,2010),Por los muchos caminos de Dios (Quito,VerboDivino,tomoI,2003;hastaeltomoV:Montreal,Dunamis,2010).

2 En cuanto a la Jornada del Cono Sur, las conferencias, ponencias, mesas de trabajo y otros documentos serán publicados por la editorial de la Universidad Católica Silva Henríquez en un libro disponible desde mayo próximo.

3 Guillermo Fernández: “Teología en cambio de época. Hablar de Dios desde la intemperie”, en VV.AA., Globalización cultural y pensamiento cristiano, Santiago, Arcis, 2001.4 Pablo Bonavía: “discernir los desafíos de un cambio de época que ya se está procesando entre nosotros y esbozar como Iglesia continental una respuesta profética, fiel y creativa”. En

“Aparecida: entre la memoria y el cambio de paradigma”, en Aparecida, renacer de una esperanza, Montevideo, Amerindia, 2007, p. 68.

1 El autor ha dirigido el Instituto de Estudios Aymaras (Perú, 1981-2004) y ha coordinado la Asociación de Teólogos/as del Tercer Mundo (1996-2006).*

cristianización y reducen la subordinación a instituciones y teo-rías consagradas.

De varias maneras nos revitaliza el aire fresco. En lo específicamente teológico, apena ver tanta restricción a

las perspectivas de liberación. Sin embargo, ellas están siendo repotenciadas con voces y melodías que ofrecen innovaciones epistemológicas. Lo son gracias a la labor teórica, a relecturas bíblicas, a comunidades de fe que difunden su sabiduría desde abajo, a la mujer teóloga, a pueblos originarios, a comunidades afroamericanas, a la ecoteología, a producciones simbólicas. A fin de cuentas, se trata de una gama de pequeñas y hondas comprensiones de la presencia del Señor Jesús y su Espíritu.

Con poca humedad, ¡florece el desierto! Sobresalen los si-guientes manantiales.

Los vínculos entre comprensiones del ser pobre, del con-vivir en la tierra, de la espiritualidad kenótica y escatológica. Estos vínculos tienen como marco la historia de salvación en que confesamos al Dios Trino. La reflexión aporta al cambio de época. Es resignificada la liberación y el cuidar la Vida; sin atarse al progresismo liberal y sin encerrarse en lo medioambiental.

El porvenir teológico se abre a lenguajes simbólicos y a cir-cunstancias históricas inéditas. Ante la crisis de civilización, se hacen lecturas espirituales y militantes. En las teologías indíge-nas y afroamericanas se está transitando de la in-culturación a la inter-culturalidad. Las teologías feministas y ecológicas afianzan sus paradigmas. Florecen líneas pneumatológicas en torno a procesos humanos y eclesiales.

Ojalá sea destrabada y ahondada la perspectiva de género. Esto permite alejarse del dualismo, de lo femenino y masculi-no, como si fueran esencias. Ojalá se siga desenvolviendo el pensar desde la sexualidad y la corresponsabilidad por la Vida. Esto conlleva encarar imaginarios sobre el pecado y la gracia divina, sobre la obra de Jesucristo y la persona de María. ¿Será explicitado lo femenino y lo masculino en la identidad teológi-ca, la ética, la eclesiología, los modos de entender la Biblia, la celebración de la fe?

Concluyo. Cuando la comunidad eclesial responde a opor-tunidades inéditas4, ella da más testimonio de la presencia del Espíritu, que no cesa de ser como el fuego y como el viento impetuoso.

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La oferta religiosa se ha diversificado, extendiendo tam-bién la reflexión sobre la divinidad. En un contexto que deja poco espacio a la espiritualidad, en el que incluso

esta parece desvalorizada, esa reflexión, ¿tiene vigencia? Más aún, ¿se le puede buscar proyección?

A mediados de 2011, unas trescientas personas se abo-caron durante cuatro días a esa reflexión, inspiradas en la corriente de la Teología de la Liberación. Los contenidos de ese trabajo (conferencias, informes de talleres…) han sido re-cogidos por la Editorial de la Universidad Católica Silva Hen-ríquez —sede de esas Jornadas Teológicas— en un libro de más de 550 páginas, Actualidad y vigencia de la Teología Latinoamericana. Renovación y proyección, coordinado por Sergio Torres González y Carlos Ábrigo Otey.

Esta teología, como toda teología, es un esfuerzo de la razón para entender mejor y profundizar el contenido de la fe, que permanece siempre el mismo: Dios, Jesucristo, la Sal-vación, la Comunidad Eclesial, la vida futura. Lo que cambia es la manera de acercarse y entender la presencia de Dios; la diferencia está en la metodología. Este nuevo método in-

Ediciones Universidad Católica Silva Henríquez

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“todo lo que tenga que ver con Cristo, tiene que ver con los pobres; y todo lo relacionado con los pobres reclama

a Jesucristo” (Documento de Aparecida, n° 393).

Actualidad y vigencia de la Teología Latinoamericana

Renovación y proyección

Sergio Torres G. y Carlos Abrigo O.(Coordinadores)

Jornadas Teológicas Regionales del Cono Sur

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los participantes en las Jornadas teoló-gicas Regionales del Cono sur –Ronaldo muñoz– constataron que en sus países, desde los años 80, se ha producido un de-bilitamiento de la presencia profética de la iglesia en la sociedad y de la personalidad propia de cada iglesia local. Al mismo tiem-po reafirmaron la necesidad de recuperar una teología liberadora que escrute la pre-sencia del Espíritu de Dios en los “signos de los tiempos” de acuerdo al Concilio Va-ticano ii y a las Conferencias de medellín, Puebla y Aparecida.

Patrocinadores de las Jornadas:

• Facultad de Ciencias Religiosas yFilosofía, de la universidad Católica Raúl silva Henríquez

• Facultad de Teología de la Pontificiauniversidad Católica de Chile

• UniversidadAcademia deHumanismoCristiano

• FacultaddeFilosofíayHumanidadesdela universidad Alberto Hurtado

• DepartamentodeTeología,UniversidadCatólica del Norte, sede Coquimbo

• InstitutodeEstudiosTeológicosdelauniversidad Católica de temuco.

• SociedadChilenadeTeología• CentroTeológicoManuelLarraín.• Conferencia de Religiosos y Religiosas

de Chile (Conferre) - Revista testimonio• InstitutoCatequísticodelaUniversidad

Católica• CentroEcuménicoDiegodeMedellín• AmerindiaChile

Vigencia de la teología latinoamericana

cluye una reflexión sobre el Dios presente en la práctica de la caridad. Aquí aparece entonces un concepto nuevo, “la praxis histórica”: el lugar y el punto de partida desde donde se elabora la reflexión teológica. La teología como acto se-gundo viene después del compromiso de la caridad, que es el acto primero.

El diálogo entre la praxis desde la nueva cosmología y espiritualidad ecológica, desde la sabiduría de los pueblos originarios, desde el rol de las mujeres y los temas de género, desde los movimientos sociales, fue una dimensión abordada en las Jornadas y recogida en este libro. Esto es complemen-tado por el registro de las conferencias y talleres abocados al desafío que hoy presentan a la teología el sistema económico actual —que a veces parece tener rasgos propios de una reli-gión— y las ciencias naturales, como la física, en especial el desarrollo de la física cuántica, y la biología. También recoge informes de las mesas de trabajo realizadas, que abordaron las preguntas contemporáneas sobre Dios, la lectura comuni-taria de la Biblia, la memoria y vigencia del Concilio Vaticano II y la formación religiosa en las universidades.

El libro aporta reflexiones complementarias, como lo es una emotiva biografía testimonial de Ronaldo Muñoz, a quien estuvo dedicado el encuentro, o los comentarios evaluativo-proyectivos de participantes de Uruguay, Paraguay y varias regiones de Chile. MSJ

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