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UniverSOS Revista de Lenguas Indígenas y Universos Culturales Año 2006, núm. 3

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  • UniversosRevista de Lenguas Indígenas y Universos CulturalesAño 2006, núm. 3

  • UniversosRevista de Lenguas Indígenas y Universos Culturales

  • Comité CientíficoWillem F. H. Adelaar (Universidad de Leiden, Holanda)

    Rodolfo Cerrón-Palomino (Pontificia Universidad Católica de Lima, Perú)Wolf Dietrich (Universidad de Münster, Alemania)

    Ana Gerzenstein (Universidad de Buenos Aires, Argentina)Yolanda Lastra (Universidad Nacional Autónoma de México, México)

    Ángel López García (Universitat de València, España)Juan de Dios Luque Durán (Universidad de Granada, España)

    Juan Carlos Moreno Cabrera (Universidad Autónoma de Madrid, España)Emilio Ridruejo Alonso (Universidad de Valladolid, España)

    Lucy Seki (Universidade Estadual de Campinas, Brasil)

    Comité AsesorMilagros Aleza Izquierdo (Universitat de València, España)

    Ángela Bartens (Universidad de Helsinki, Finlandia)Silvia Lucia Bigonjal Braggio (Universidade Federal de Goiás, Brasil)

    Anna María Escobar (Universidad de Urbana-Champaign, ee uu)Ana Fernández Garay (Universidad de Buenos Aires, Argentina)

    María Stella González de Pérez (Instituto Caro y Cuervo de Bogotá, Colombia)Germán de Granda (Universidad de Valladolid, España)

    Luis Fernando Lara (Colegio de México, México)Luis Miranda Esquerre (Universidad Ricardo Palma de Lima, Perú)

    Matthias Perl (Universidad de Mainz, Alemania)Rafael Rodríguez-Ponga y Salamanca (aeci, Madrid, España)

    Martina Schrader-Kniffki (Universidad de Bremen, Alemania)Otto Schumann (Universidad Nacional Autónoma de México, México)

    Joaquín Sueiro Justel (Universidade de Vigo, España)Harald Thun (Universidad de Kiel, Alemania)

    Henrique Urbano (Universidad San Martín de Porres, Perú)Klaus Zimmermann (Universidad de Bremen, Alemania)

    Otto Zwartjes (Universidad de Amsterdam, Holanda)

  • UniversosRevista de Lenguas Indígenas y Universos Culturales

    3

    2006

  • Edita:Universitat d’Alacant, Universitat Jaume I (Castellón), Universidad de Granada,

    Universidad Autónoma de Madrid, Colegio de Michoacán (México), Universitat de València, Instituto Interuniversitario de Estudios de Iberoamérica y Portugal (Universidad de Valladolid)

    Administración, venta y suscripciones: Universitat de València

    c/ Arts Gràfiques, 13 46010 ValènciaTel.: 96 386 41 15 Fax: 96 386 40 67

    Diseño de la cubierta:Francisco Javier Clemente Herrera

    Julio Calvo Pérez

    Fotocomposición y maquetación:Textual IM

    Impresión: Guada Impresores, S.L.

    ISSN: 1698-6083

    Depósito legal:V-4599-2004

    Precio de este número:11 €

  • Presentación ..................................................................................................... 7

    Sección 1debAte

    Lenguas en contacto y perspectivas cognitivas: interculturalidad en buenos Aires Angelita Martínez, Adriana �peranzadriana �peranza, Guillermo Fernández ............................ 9

    Comentarios Ana Isabel García Tesoro ................................................................................. 35 Juan C. Godenzzi ........................................................................................... 39 Gladys Merma Molina .................................................................................... 43

    Réplica Angelita Martínez, Adriana �peranzadriana �peranza, Guillermo Fernández ............................ 47

    lenguas indígenas de argentina

    Sección 2ASPeCtoS moRfoLógiCoS

    Contribuciones al estudio del sistema inverso en el mapuzungun de Chubut, Argentina Antonio Díaz-Fernández ................................................................................ 55

    el género como mecanismo de seguimiento referencial en el tehuelche María Alejandra Regúnaga ............................................................................. 73

    de la direccionalidad al aspecto verbal en pilagá (guaycurú) Alejandra Vidal .............................................................................................. 89

    Índice

  • Reseñas............................................................................................................... DietRich, Wolf y Haralambos symeoniDis (eds.) (2006): Guaraní y «Mawetí-

    Tupí-Guaraní». Estudios históricos y descriptivos sobre una familia lingüística de América del Sur / Lois, Ximena y Valentina VapnaRsky (eds.) (2006): Lexical Categories and Root Classes in American Languages / López, Luis Enrique (2005): De resquicios a boquerones: la educación intercultural bilingüe en Bolivia / oLza zubiRi, Jesús, SJ, Conchita nuni De chapi y Juan tube (2004): Gramática moja-ignaciana (morfosintaxis) / Viegas baRRos, J. Pedro (2005): Voces en el viento. Raíces lingüísticas de la Patagonia.

    notas.y.comentaRios ........................................................................................ aLexanDeR-bakkeRus, Astrid (2005): Eighteenth-Century Cholón.

    Sección 3general

    el aplicativo -/a en toba Marisa Censabella .......................................................................................... 111

    Sincronía dinámica del sistema fonológico del mapuche hablado en el Chalía (sudoeste de Chubut, argentina) Ana Fernández Garay ..................................................................................... 129

    Sintaxis del orden de los elementos en las variedades orientales de mapuzungun (siglos xix y xx) Marisa Malvestitti .......................................................................................... 147

    Mapuche, español y castilla en la Patagonia argentina: de la lengua-i a la lengua-s Andrea Menegotto ........................................................................................... 161

    Contacto ranquel – español: comportamiento lingüístico y alfabetización Silvia A. Spinelli ............................................................................................ 181

    la hipótesis macro-guaicurú: semejanzas gramaticales guaicurú-mataguayo J. Pedro Viegas Barros ..................................................................................... 183

    Sección 4reSeñaS, notaS e inforMaCioneS

    213

    229

  • Sección 1

    debate

  • �Lenguas en contacto y perspectivas cognitivas: interculturalidad en Buenos Aires

    Resumen

    La composición lingüística de las grandes urbes se caracteriza por las situaciones de contacto de lenguas y variedades. La Ciudad y la Provincia de Buenos Aires no constituyen una excepción. La convivencia de diferentes variedades de español producto de la interculturalidad impone la necesidad de estudiar las características que las definen como tales. En esta oportunidad nos referiremos a las posibilidades que brinda el enfoque de la Etnopragmática, como propuesta teórica y metodológica que creemos adecuada para el análisis del uso variable en situación de contacto del español con el quechua de los siguientes fenómenos: i) alternancia en el número –singular o plural– del verbo en construcciones con el pronombre se y sintagma nominal plural; ii) alternancia de correlaciones verbales en discurso referido con verbo principal en presente o pasado y iii) alternancia de las preposiciones en y a con verbos de desplazamiento. Entendemos que la frecuencia relativa de los usos alternantes mencionados son síntomas de perspectivas cognitivas relacionadas con procesos de focalización y evidencialidad, ambos consistentes con la gramática de la lengua quechua.

    Palabras clave: contacto lingüístico, variedades no estandarizadas, quechua, español, Etnopragmá-tica, focalización, evidencialidad.

    Abstract

    The linguistic structure of large cities is characterised by situations of contact of languages and their varieties. The City and the Province of Buenos Aires do not constitute an exception. The coexistence of different varieties of Spanish, as a result of the blend of different cultures, imposes the need to study the characteristics that define them as such. In this opportunity, we will refer to the possibilities that the Etnopragmatic approach offers, as a theoretical and methodological proposal that we consider suitable for the analysis of the following phenomena in the variable use of Spanish in situations of contact with Quechua: i) alternation in the number –singular or plural– of the verb in constructions with the reflexive pronoun se and plural noun phrases;

    lenguas en contacto y perspectivas cognitivas: interculturalidad en Buenos aires

    Angelita Martínez

    Adriana �peranza

    Guillermo Fernández

    Universidad de Buenos Aires

    UniverSOS 3, 2006 �-33

  • 10 Angelita Martínez / Adriana �peranza / Guillermo Fernández

    ii) alternation of verbal agreement with the main verb in present or past in reported speech and iii) alternation of the prepositions en and a with verbs of movement. We understand that the relative frequency of the alternating uses is a symptom of different cognitive perspectives related to focusing and evidentiality processes, both consistent with the grammar of the Quechua language.

    Key words: linguistic contact, nonstandardized varieties, Quechua, Spanish, Etnopragmatics, fo-calization, evidentiality.

    1. INTRODUCCIóN

    Mucho se ha escrito en relativamente poco tiempo sobre la posible influencia mutua de las lenguas en contacto. En lo que se refiere a la transferencia en el nivel de la sintaxis las posiciones de los estudiosos se hallan diferenciadas. En efecto, mientras hay posturas más proclives a la convicción de que todo puede transmitirse (Thomason 2001; Palacios 2005) otras son más reticentes en lo que respecta a la demostración fehaciente del contacto en el área sintáctica (Company 2005; Reynoso, e. p.).

    Es probable que la falta de un bagaje lo suficientemente grande de trabajos que con-fronten las estructuras gramaticales de las lenguas en contacto y, en especial, que intenten explicar los fenómenos de trasvase sintáctico haya impedido avanzar más en el tema. Algunos autores ya han llamado la atención sobre este hecho (Villavicencio, e. p.).

    Si ponemos nuestros ojos en los hacedores de la lengua, es decir, en los hablantes con sus necesidades comunicativas, se manifiesta una perspectiva que, creemos, puede constituir un aporte a la discusión: seres inteligentes que intentan transmitir mensajes utilizan las posibilidades sintácticas pautadas y rutinizadas en la lengua y, a la vez, crean otras posibilidades a la luz de renovadas urgencias comunicativas. Son esas necesidades comunicativas las que pueden dar lugar, en situación de contacto de lenguas, a la produc-ción de diferencias en los paradigmas gramaticales.

    En este trabajo, mediante el análisis microsintáctico que se sustenta en producciones escritas en español por individuos en contacto con la lengua quechua, intentamos demostrar que ciertas perspectivas cognitivas de los hablantes, plasmadas en rutinas gramaticales del quechua, influyen sobre las frecuencias de uso en la sintaxis de la lengua en contacto.

    2. LINEAMIENTOS TEóRICOS

    Nuestra investigación se halla enmarcada en el ámbito de la propuesta etnoprag-mática centrada en el análisis de variación morfosintáctica, con especial atención a los aspectos cognitivos del uso del lenguaje. Dicho enfoque parte de la idea de que las formas

  • 11Lenguas en contacto y perspectivas cognitivas: interculturalidad en Buenos Aires

    lingüísticas ocurren donde lo hacen porque son señales significativas usadas por seres in-teligentes con el fin de transmitir mensajes. Considera, además, que la frecuencia relativa de uso variable de dichas formas constituye un síntoma de la perspectiva cognitiva de los hablantes (García 1995).

    El interés apunta a explicar, mediante la interpretación de la variación en el uso del lenguaje, los procesos cognitivos que llevan al hablante a resolver sus necesidades comuni-cativas. Nos basamos en el principio de que la sintaxis, es decir, la co-locación de formas en contexto, es abierta y motivada semántica y pragmáticamente. Intentamos descubrir en qué contexto pragmático se favorece qué forma lingüística. (cf. García 1995: 70).

    Como dijimos, la opción lingüística que realiza el hablante en su discurso corres-ponde a un perfilamiento cognitivo de la escena que representa. Tal perfilamiento genera frecuencias de uso de opciones morfosintácticas que a veces se manifiestan diferentes de las esperadas desde el estándar. La sistematicidad de dichas frecuencias, y sobre todo, la evidencia de la alternancia con emisiones consideradas ‘normativas’ en la producción de un mismo hablante nos induce a indagar en qué contextos se favorece qué opción lingüística. El análisis de estos contextos, y de la influencia de parámetros que se relacionan con el valor de las unidades lingüísticas en variación, muestra que la elección de las formas responde a la necesidad de transmitir un mensaje coherente, a la luz de las categorizaciones que surgen de las características gramaticales de las lenguas en contacto.

    En esta dirección, los resultados obtenidos en estudios anteriores nos permiten concluir que:

    a) en la mayoría de los casos, la diferencia de uso de las formas lingüísticas de los sujetos en situación de contacto del español con las lenguas quechua y guaraní respecto del de los monolingües, es una cuestión de frecuencia (Martínez 1996, 2000; Arnoux y Martínez 2000);

    b) no se manifiesta recategorización de los significados. La diferencia consiste en desplazamientos o simplificaciones en el empleo de las formas que, en general, pueden relacionarse con las características de la lengua indígena o con pautas culturales de la comunidad (Martínez 1996, 2000; Arnoux y Martínez 2000; Martínez 2001; Speranza 2003; Fernández 2002).

    c) el análisis cualitativo y cuantitativo de las diferencias halladas resultan ser se-lecciones sistemáticas que revelan perfilamientos cognitivos propios (Martínez 2004).

    3. TRES ASPECTOS DE LA SINTAXIS DEL ESPAñOL EN CONTACTO CON EL QUECHUA

    Consideramos, en esta ocasión, el análisis de tres zonas de variación en la producción escrita en español por sujetos en situación de contacto con el quechua:

  • 12 Angelita Martínez / Adriana �peranza / Guillermo Fernández

    i) La alternancia en el número –singular o plural– del verbo en construcciones no re-flejas con el pronombre se y sintagma nominal plural, como en los ejemplos que siguen:

    (1a) �e abrieron las puertas del templo y los fieles comenzaron a entrar para desfilar por unos minutos frente a la imagen del �anto, permaneciendo abierta hasta que pase el último peregrino

    (Artículo periodístico, 1ª quincena, agosto, 2000)

    (1b) �í, para nosotros es un trabajo, claro hay altas y bajas, pero cuando uno trabaja en lo que le gusta y ama lo que hace se logra varias objetivos y entre ellos vivir de eso

    (Artículo periodístico, 1ª quincena, agosto, 2000)

    ii) La alternancia de correlaciones verbales en discurso referido con verbo principal en presente o pasado, del tipo:1

    (2a) Martín se fue al trabajo porque se le hacia tarde cuando llegaba le informan que entraron a trabajar unos empleados nuevos entre ellos Laura Avellaneda.

    (Yésica, L.)

    (2b) De pronto llega Camilo y la señora Milagros se la entrega [la carta] y le explica del por qué había abierto el sobre.

    (Nancy, P.)

    (3a) �antiago Nasar el desperto le contó a su madre lo que había soñado y su madre le respondio que los sueños con árboles eran de suerte.

    (Juan, L.)

    (3b) Cristo Bedoya, su amigo, fue quien narro esta historia y contó que nunca vio una muerte tan anunciada.

    (Juan, L.)

    iii) La alternancia de las preposiciones en y a con verbos de desplazamiento, por ejemplo:

    (4a) Al abrir la puerta Milagros y ver a Rosaura, sin pensarlo, lo hace entrar a la pensión

    (Abigael, F. )

    (4b) Mi familia salieron en una fiesta de cumpleaños... (Sergio, C. )

    1. La transcripción ortográfica del material citado en los ejemplos correspondientes al análisis de los pro- La transcripción ortográfica del material citado en los ejemplos correspondientes al análisis de los pro-blemas ii) y iii) se ciñe a las formas originales de producción de los sujetos informantes.

  • 13Lenguas en contacto y perspectivas cognitivas: interculturalidad en Buenos Aires

    3.1 El corpus

    Los materiales con los que hemos trabajado provienen de dos fuentes, a saber:

    1. Artículos periodísticos de sujetos que pertenecen a la colectividad boliviana en la Argentina.

    2. Producciones narrativas de jóvenes estudiantes del nivel medio, de la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires, que manifiestan contacto con la lengua quechua en sus variedades boliviana o quichua santiagueño.

    Para el análisis de (i) el corpus utilizado se circunscribe a una serie de artículos pe-riodísticos que representan la producción discursiva de escribientes expertos –periodistas. Se trata de publicaciones periódicas sobre temas vinculados con la colectividad bolivia-na en la Argentina y noticias relacionadas con acontecimientos de su lugar de origen. Para el análisis de (ii) y (iii) el corpus utilizado ha sido un conjunto de producciones de escribientes no expertos. Ellos son alumnos que asisten a la EMEM N.º 2 de Villa Sol-dati en la Ciudad de Buenos Aires y a la Escuela de Educación Polimodal N.º 11 de la localidad de Libertad, Partido de Merlo de la Provincia de Buenos Aires. Exploraciones sociolingüísticas previamente realizadas han mostrado que el 21 % de los integrantes de estos grupos corresponde a alumnos que manifiestan poseer algún nivel de contacto con otra lengua. De ellos, el conjunto más importante está constituido por estudiantes que se encuentran en contacto con el guaraní (61 %) y con el quechua boliviano o quichua santiagueño (27 %).

    3.2 Hipótesis general

    Nuestra hipótesis general es que la variedad de español en contacto con el quechua promueve una diferencia de frecuencia en el uso variable de las formas lingüísticas, en las tres áreas sintácticas señaladas. Dicha diferencia, que se manifiesta en relación con la variedad de los hablantes monolingües, refleja estrategias comunicativas vinculadas con la focalización y la evidencialidad, ambas consistentes con pautas gramaticales de la lengua indígena. Trataremos de mostrar que el uso variable que hacen los hablantes refleja una sistemática racional que conduce a la selección idiosincrásica de la alternancia.2

    2. Ante estos tipos de variación, en general, los gramáticos se han referido a imprecisiones de los hablantesAnte estos tipos de variación, en general, los gramáticos se han referido a imprecisiones de los hablantes en el uso de las construcciones lingüísticas, aceptando a algunas de ellas y calificando a otras como anómalas o irregulares.

  • 14 Angelita Martínez / Adriana �peranza / Guillermo Fernández

    3.3 Construcciones con el pronombre se

    Los ejemplos (1a) y (1b) constituyen una muestra del empleo alternante del verbo en singular o plural, en construcciones no reflejas con el pronombre se y frase nominal plural, en el corpus considerado. Como es sabido, la variación en la selección de la marca de número en el verbo, en este tipo de construcciones, no es ajena al español general. Sin embargo, en la variedad de contacto que estamos analizando, se observa un aumento de frecuencia del verbo en singular, en relación con las bases verbales. En efecto, si bien el uso del verbo singular es frecuente en el español general en construcciones como: �e vende casas, se alquila propiedades, se compra papeles, etc., no es habitual la selección que se observa, por ejemplo, con el verbo lograr en (1b).

    En general, la justificación que se ha dado tradicionalmente al uso variable que se manifiesta en el español general ha girado en torno de si se trata de oraciones pasivas o impersonales, división que resulta, lamentablemente, circular, en el momento del análisis. Enfoques más modernos (GDLE 1999: § 26.3.2.2.) admiten que ambas opciones corres-ponden al mismo ámbito de la pasivización y promueven la diferenciación entre pasivas concertadas o no concertadas.

    Desde una perspectiva comunicativa, que intente no sólo describir, sino también explicar esta alternancia, podemos argumentar que lo que se halla en juego en el uso va-riable considerado es la deixis, o sea la posibilidad de identificar a un referente. La forma pronominal se aporta, en relación con otras formas del español, tales como le y lo, un significado de baja deixis y promueve estrategias de doble mención (se lo dieron a Juan) y defocalización (se rompió) (García 1975: 193). Tanto (1a) como (1b) conllevan un mensaje de persona defocalizada, y, por lo tanto, la asignación de foco, es decir, a qué entidad refiere la terminación verbal, se halla librada a la inferencia del receptor. El candidato obvio, el actante más activo del evento, se halla referido por el clítico de baja deixis se, que permite inferir la poca relevancia de su identidad. La dificultad en asignar foco deriva, entonces, en la dubitación del hablante ante la posibilidad de emitir (1a) y así favorecer a la enti-dad menos activa del evento, es decir, al candidato menos digno de ser focalizado o bien seleccionar (1b) y negar así al participante menos activo el derecho de ser foco.

    Pero ser foco de atención puede conllevar consecuencias comunicativas como, por ejemplo, aparecer como actor y, por lo tanto, responsable del evento. Creemos que la necesidad de señalar al actante responsable del evento favorece la selección del verbo en singular, mientras que la falta de necesidad de poner en evidencia al responsable conduce a la opción del verbo en plural.

    De acuerdo con la argumentación precedente, podemos prever que determinados contextos favorezcan la selección de una u otra opción. En efecto, la posición remática de la FN, su indeterminación y la factualidad y perlocutividad del evento muestran con-gruencia contextual con la opción del verbo en singular. A continuación vemos en qué medida estos factores influyen en la selección de las formas.

  • 15Lenguas en contacto y perspectivas cognitivas: interculturalidad en Buenos Aires

    3.3.1 La posición del SN respecto del V

    Si, tal como hemos propuesto, lo que se halla en juego en la selección de las formas es la asignación de estatus de «actor», los contextos en que el SN precede a la construcción se + V favorecerán la selección del verbo en plural puesto que la posición de tópico es consistente con la calidad de «agente». Por ejemplo:

    (5) Las voces de protesta pronto se oyeron porque los robos cada día son más violentos (Artículo periodístico, edición de junio, 2001)

    Por el contrario, la opción del verbo en singular se verá favorecida en las emisiones que presentan la FN pospuesta. Por ejemplo:

    (6) La mejor oportunidad de la colectividad boliviana está en el mes de noviembre donde se realizará las elecciones de FACBOL y las inscripciones están abiertas desde agosto en la institución Gral. �an Martín» enfatizó el dirigente.

    (Artículo periodístico, 1ª quincena de octubre, 2000)

    En la tabla que sigue observamos la frecuencia de uso de las variantes a la luz de la posición del SN:

    TABLA 1Frecuencia relativa de selección de verbo singular vs. plural en construcciones

    no reflejas con se en relación con la posición de FN

    Verbo singular Verbo plural

    V + SN 30 85 % 5 15 %

    SN + V 2 20 % 8 80 %

    o.r.: 24χ2: 15.4 p < 0.01

    Los resultados indican que la anteposición del verbo al sintagma nominal favorece

    en un 85 % la opción de número singular. Por el contrario, cuando el sintagma nominal se antepone al verbo, la selección del plural asciende al 80 %.

    3.3.2 La índole –determinada o indeterminada– del SN

    Otro factor que muestra influencia en la selección de las formas es la índole de la FN. En efecto, una entidad determinada por el uso del artículo determinante (los-las) puede favorecer la asignación de tema y, en consecuencia, en este caso, la concordancia con el verbo. Por ejemplo:

  • 16 Angelita Martínez / Adriana �peranza / Guillermo Fernández

    (7) En la actualidad se sigue con esa tradición pero ya no se usan las mesas de piedra sino de madera.

    (Artículo periodístico, 1ª quincena de octubre, 2000)

    Por el contrario, las FN no determinadas constituyen un contexto más apropiado para la selección del verbo en singular:

    (8) En todos los lugares el recibimiento fue cálido, se vio algunos rostros que lloraban de alegría porque todo terminó...

    (Artículo periodístico, 1ª quincena de octubre, 2000)

    Presentamos, a continuación la tabla que mide la frecuencia relativa del empleo de las formas en variación en relación con la índole de la FN.

    TABLA 2Frecuencia relativa de selección de verbo singular vs. plural en construcciones no reflejas con se

    Verbo singular Verbo plural

    SN Indet. 26 86 % 4 14 %

    SN Det. 6 40 % 9 60 %

    o.r.: 9.75χ2: 11.38 p < .01

    Según los resultados de la tabla y coherentemente con nuestra argumentación, el

    contexto de entidad indeterminada muestra un 86 % de preferencia por el verbo singular mientras que la indeterminación de la frase propicia la opción del plural en un 60 %.

    3.3.3 La índole del acto de habla

    El tercer factor considerado se relaciona con la índole del acto de habla. Tal como hemos argumentado más arriba, la variación en la selección del número en el tipo de construcciones que estamos analizando se debe a la necesidad de señalar que hay un responsable activo en el evento. Las características del género periodístico nos permiten argumentar que, si esto es así, los eventos presentados como de mayor factualidad o los que representan actos perlocutivos serán más conguentes con la necesidad de revelar al responsable y favorecerán, por lo tanto, el empleo del verbo en singular. Por ejemplo:

    (9) �e tomó en cuenta los rubros de la comunidad boliviana: talleres textiles, verdulerías, quinteros, Restaurantes, Karaodes, comerciantes, construcción y ramas anexas como fabricantes de ladrillos, profesionales, domésticas, peluquerías, choferes y carpinteros

    (Artículo periodístico, 1ª quincena de octubre, 2000)

  • 17Lenguas en contacto y perspectivas cognitivas: interculturalidad en Buenos Aires

    (10) �e pide testigos que puedan aportar detalles, la familia agradece cualquier infor-mación al teléfono...

    (Artículo periodístico, edición de junio, 2001)

    Por el contrario, los actos de habla no factuales o de baja perlocutividad, se verán favorecidos por una sintaxis que establezca la concordancia entre el verbo y la FN en la que no se contempla la focalización del responsable del evento. Por ejemplo:

    (11) Pedir que se firmen más convenios sobre intercambio estudiantil, que incluyan

    becas de Universidad a Universidad. (Artículo periodístico, 1ª quincena de octubre, 2000)

    En la tabla que sigue damos cuenta de la frecuencia relativa de la opción de número en relación con la factualidad del acto de habla. Tomamos en consideración las construc-ciones V-SN.

    TABLA 3Frecuencia relativa de selección de verbo singular vs. plural en construcciones no reflejas con se,

    V-FN, en relación con la índole del acto de habla

    Verbo singular Verbo plural

    + factualidad 20 95 % 1 5 %

    – factualidad 10 71 % 4 29 %

    o.r.: 8χ2: 3.87 p < .05

    La tabla muestra que la índole del acto de habla es un factor que influye en la selec-

    ción del número en las construcciones estudiadas, en las que el orden de los elementos del sintagma V-FN constituye el parámetro de mayor peso.

    A través de los resultados de las tablas 1, 2 y 3 hemos podido observar la asociación coherente de la estrategia lingüística «opción de número» a la luz de las variables indepen-dientes consideradas. El test χ2 indica que, en los tres casos, los datos son significativos. A su vez, la herramienta estadística «odds ratio» nos permite establecer el índice de pola-rización de las variables consideradas. Según este valor, la posición del SN es la variable que más influye en la selección del número y, en consecuencia, en la opción por destacar un responsable en el evento. Por otra parte, la índole del acto de habla muestra influencia incluso en los casos en que el SN se halla pospuesto.

    La sistematicidad y la frecuencia con que aparece esta estrategia se encuentra apo-yada por las características de la lengua quechua, específicamente en lo que respecta a la concordancia de número, que, como ya han mostrado otros autores (Godenzzi 1986)

  • 18 Angelita Martínez / Adriana �peranza / Guillermo Fernández

    presenta una flexibilidad mayor que el castellano. En efecto, en quechua, la concordancia de número no es obligatoria y, si bien no se conocen estudios de variación que den cuen-ta de los factores que subyacen a esta alternancia, sabemos que, en muchas ocasiones, la marca de concordancia es discursivamente innecesaria (Alderetes 2001; Calvo Pérez 1993; Cerrón Palomino 1987; Nardi 2002).

    3.4 Correlación temporal

    El segundo aspecto que vamos a considerar se relaciona con los modos de apropiación del conocimiento y el grado de validez que el sujeto le otorga a la información que se transmite en un determinado enunciado, o sea el denominado sistema evidencial (Palmer 1986; de Granda 2003; Dendale 1984; Guentchéva 1984; Klee y Ocampo 1995).

    Algunas lenguas poseen sistemas morfológicos extremadamente precisos con los que el locutor indica de qué manera ha obtenido la información que transmite. Ciertas lenguas, entre ellas las indígenas americanas, disponen de mecanismos gramaticales específicos para indicar dicha función. Este es el caso del quechua que posee un pasado específico de la narración o reportativo, que se corresponde con un tiempo remoto, no controlable por el hablante y desconectado del presente. Este tiempo, que es muy empleado en el relato de cuentos y casos, hace uso del sufijo -ñaq o -sqa de acuerdo con las distintas fomas dialectales, para marcar una acción ocurrida en el pasado y puede indicar una acción ejecutada sin control por parte del hablante (durante un sueño, por ejemplo) o una actitud de sorpresa por parte de quien describe un hecho (Cerrón Palomino 1987: 273).

    Asimismo, el quechua cuenta con una serie de sufijos de validación obligatorios. Dentro de este grupo se encuentra el asertivo -mi, el reportativo -si y el pronosticativo -cha. El conjunto de estos sufijos permite especificar la fuente de información transmitida. En particular, el asertivo -mi indica que el hablante tiene alto grado de seguridad respecto de lo que dice, transmite información de primera mano. El reportativo -si indica que el hablante se basa en la autoridad de otra persona acerca del juicio que se emite, simplemente repite lo que ha escuchado o lo que se comenta. El pronosticativo -cha indica probabilidad, no seguridad absoluta expresada por el hablante (Alderetes 2001; Calvo Pérez 1993; Cerrón Palomino 1987; Nardi 2002).

    Dado que el castellano carece de tales mecanismos, creemos reconocer la relación de estrategias lingüísticas particulares como, por ejemplo, el uso variable de determinados tiempos verbales, en este caso, del Pretérito Perfecto Simple (PPS) y el Pretérito Pluscuam-perfecto (PPl), con la necesidad de presentar ‘evidencia’ de los hechos.

    Entendemos que la perfectividad que expresa el PPS pone al sujeto enunciador en directa relación con ‘lo concluido’ y por lo tanto, con ‘lo conocido’, lo que se entiende como cierto. En cambio, la forma del PPl, a través del componente imperfectivo del

  • 1�Lenguas en contacto y perspectivas cognitivas: interculturalidad en Buenos Aires

    lexema ‘había’, remite al plano de ‘lo inconcluso’ y, por lo mismo, de ‘lo desconocido’, de ‘lo incierto’, de ‘lo remoto’ (Martínez et al. 1998). Sobre este tiempo verbal, Cartagena (1999: 2954-2955) sostiene:

    Si bien el valor básico del ante-co-pretérito es su carácter terminativo en el ámbito del pasado, lo que le permite referir acciones puntuales inmediatamente anteriores a la que le sirve de referencia, (...) no es menos cierto que la anterioridad de la acción designada por este tiempo respecto del momento del pasado considerado, normal-mente expresa un período indefinido o, por lo menos, claramente perceptible. Es decir, es un tiempo que se presta especialmente para indicar larga duración o repe-tición de acciones anteriores a un momento del pasado (...) La referida propiedad es atribuible al componente imperfectivo primario que origina la forma. También pueden asignarse al co-pretérito de base las propiedades narrativas de ese tiempo, que se utiliza para las enumeraciones de acciones coexistentes o superpuestas ante-riores a otra pasada.

    Consideramos que en las emisiones estudiadas, de acuerdo con el significado de las formas, la selección del PPS implica una asignación mayor de certeza a las acciones o una forma de adhesión, de aprobación por parte del locutor; mientras que la utilización del PPl manifiesta un nivel menor de certeza por lo que el enunciador establece una distancia respecto de lo expresado en la proposición.

    En las emisiones que constituyen nuestro corpus, los sujetos seleccionan formas ver-bales con las que indican el dominio de conocimientos que poseen respecto del contenido referencial de la construcción (p. e. La madre sabía que Laura y Martín habían iniciado un romance.). Por su parte, estas construcciones presentan verbos que indican mayor grado de conocimiento, con es el caso de las formas verbales correspondientes a las denomina-das verba dicendi: comentar, comunicar, confesar, contar, contestar, decir, declarar, explicar, informar, junto a emisiones cuyos verbos corresponden a formas que indican menor gra-do de conocimiento. Este es el caso de los lexemas que implican procesos de inferencias (p. e. darse cuenta); los contenidos dentro de la noción rumor (p. e. enterarse) y aquellos que muestran un nivel inferior de conocimiento respecto de los analizados anteriormente (p. e. creer, pensar).

    El empleo de estos verbos en determinados contextos favorecerá la selección de una u otra forma de acuerdo con el punto de vista que adopta el locutor respecto de los per-sonajes introducidos en el discurso y el contenido semántico de las bases verbales de los verbos dependientes en relación con el mayor grado de conocimiento que transportan los lexemas principales, en ambos casos en directa relación con el tiempo presente o pasado del verbo principal.

  • 20 Angelita Martínez / Adriana �peranza / Guillermo Fernández

    3.4.1 El punto de vista del locutor

    Las construcciones analizadas constituyen producciones en las que el emisor incorpora a su discurso ‘palabras atribuidas a distintas fuentes’. Dichas construcciones se inscriben dentro de los considerados discursos polifónicos puesto que en ellos aparecen, a través de diferentes mecanismos, las voces que conforman el mensaje que se desea reproducir.

    De esta manera, hemos considerado sujeto hablante (SH) al productor efectivo del enunciado, en nuestro caso el ser empírico responsable de los juicios transmitidos, y seres discursivos (SD) a los participantes introducidos en el discurso a quienes el sujeto hablante les atribuye una intervención determinada. Dicha intervención se halla sujeta a la evaluación que realiza el SH de los hechos protagonizados por cada uno de los SD en los eventos descriptos, es decir que son sujetos susceptibles de ser responsabilizados desde los puntos de vista (PdV) expresados en la emisión (Nølke 1994: 85).

    La categoría SD manifiesta diferencias en función del lugar que ocupa en el relato. De esta manera, distinguimos los distintos seres discursivos que aparecen en las emisiones estudiadas, según el lugar que el SH les ha atribuido. En nuestro análisis hemos denominado SD

    1 al participante que posee la atribución de portavoz del PdV hegemónico en el evento

    y SDX al resto de los SD, quienes ocupan un lugar menos destacado en las emisiones.

    La posibilidad de establecer esta diferenciación está dada por el rol que el emisor otorga a los personajes involucrados en el evento. Así, el SH construye distintos PdV que se relacionan con la asignación de un determinado grado de hegemonía otorgado a cada uno de los SD.

    En nuestro corpus, la diferencia observada a través de la frecuencia relativa de uso de las formas en variación nos permite establecer una relación entre los PdV construidos por el SH, a través de la asignación de diferentes grados de hegemonía otorgados a cada uno de los SD, en relación con el PdV adoptado, tal como aparece en los siguientes ejemplos:

    (12) ...Camilo comenta que la conoció en la casa de su padre mientras restauraba un cuadro.

    (Guillermo, Q.)

    (13) ...�ebastián trata de convencer a Tuco de que Mingo lo había engañado. (Yésica, Z.)

    Dicha diferencia, manifestada a través de la distribución de las formas, representa una estrategia comunicativa de índole evidencial en la medida en que el SH asigna ma-yor oportunidad de ocurrencia al contenido del discurso de SD

    1 y, por lo tanto, mayor

    responsabilidad, mediante la selección del PPS en el verbo subordinado. Mostramos los resultados obtenidos en la tabla siguiente:

  • 21Lenguas en contacto y perspectivas cognitivas: interculturalidad en Buenos Aires

    TABLA 4Frecuencia relativa de selección de verbo singular vs. plural en construcciones no reflejas con se,

    V-FN, en relación con la índole del acto de habla

    Presente / Pret. Perf. Simple Presente / Pluscuamperfecto

    SD1 a SD

    X 20 69 % 9 31 %

    SDX a SD

    1 13 50 % 13 50 %

    o.r.: 2.2χ2: 2.05 p < .20

    De los datos arrojados por la tabla se deduce que, de acuerdo con el significado

    básico propuesto, cuando el verbo principal está en presente, el uso alternante del PPS y PPl encuentra relación con la variable postulada. Sin embargo, los resultados de la tabla no son lo suficientemente significativos ya que no alcanzan el nivel del 5 % necesario para confirmar nuestra predicción.

    Veamos, ahora los siguientes ejemplos correspondientes a construcciones con verbo principal en pasado:

    (14) ...en la oficina �antome recibe un llamado en el que se enteró que Avellaneda había fallecido, no lo podia creer.

    (Diego, F.)(15) Un dia al volver a su casa le contó primero a su hija que empezó una relación con

    una mujer. (Diego, O.)

    En estos casos, en la misma línea cognitiva, las opciones como (14) favorecen el PPl mientras que las emisiones como (15) seleccionan el PPS. La tabla de frecuencia de uso muestra lo siguiente:

    TABLA 5Frecuencia relativa de uso de las formas verbales en relación con la transmisión de información

    por parte de los diferentes participantes del evento, con verbo principal en pasado

    Pasado / Pluscuamperfecto Pasado / Pret. Perf. Simple

    SDX a SD

    1 25 58 % 18 42 %

    SD1 a SD

    X 31 38 % 51 62 %

    o.r.: 2.28χ2: 4.70 p < .05

  • 22 Angelita Martínez / Adriana �peranza / Guillermo Fernández

    En la segunda variable analizada, el verbo principal en pasado no impide que el hablante seleccione el PPS, coherentemente con el rumbo elegido para la transmisión del mensaje construido.

    La lectura de los resultados nos advierte acerca de la relación entre la selección de los tiempos verbales y su significado básico. El carácter imperfectivo del verbo auxiliar haber en el PPl es congruente con la frecuencia hallada en aquellas emisiones en las que el sujeto que transmite el PdV hegemónico en el relato es informado, es puesto en conocimiento, con lo cual se verifica el distanciamiento que el locutor adopta de los dichos por medio de la selección del tiempo verbal dependiente. Como contrapartida, la selección del PPS acom-paña los dichos del sujeto portavoz del PdV hegemónico con el que el locutor acuerda.

    El análisis cuantitativo muestra una mayor productividad de las emisiones con verbo principal en pasado en relación con las emisiones con verbo principal en presente, lo que manifiesta la importancia que cobra la selección de las formas como síntoma de la perspectiva cognitiva del emisor. En este sentido, debemos destacar que las formas del pasado ofrecen al sujeto enunciador un espacio de mayor libertad para expresar, a través de la generación de estrategias peculiares, su conocimiento y evaluación de los hechos, a diferencia del presente que, tal como señala Bello (1954: 226), indica el momento en que nos expresamos, denota mayor certidumbre respecto de otras formas verbales.

    3.4.2 El contenido semántico de las bases verbales

    Las bases verbales conllevan una información que permite al enunciador tomar una posición respecto del evento descripto. Dada la relación establecida entre las bases lexi-cales de la construcción sintáctica que nos ocupa, en esta oportunidad hemos estudiado la relación existente entre las bases verbales que indican mayor grado de conocimiento (p. e. acordarse, avisar, comentar, decir, etc.) y los lexemas verbales dependientes.

    Entendemos que el contenido semántico de los verbos dependientes, cuando remite a contextos de mayor factualidad, es decir, a situaciones que el locutor considera como ‘posibles’ en el marco de la evaluación que realiza de los eventos (p. e. conocer, inventar, ir, recibir, entrar, levantarse) propicia la aparición del PPS, mientras que los contextos que denominamos ‘negativos’, ya sea los de menor factualidad, vinculados con la ‘no realización’ de los eventos, con engaños (p. e. comprometerse, engañar, proponer) o con situaciones de pérdidas irreversibles, de los que el locutor desea distanciarse (p. e. fallecer, morir), favorecen, por el contrario, la aparición del PPl. Por ejemplo:

    (16) Cuando llega Martin se pone a hablar con la madre, ella lo reconoce y le dice que Laura se pasó los ultimos dias de su vida hablando de él.

    (Ignacio, A.)

    (17) Tuco cuenta que Mingo se había comprometido a conseguirle un lugar donde cantar y a mandarle el acompañamiento, por eso no salía del cuartito...

    (Yesica, Z.)

  • 23Lenguas en contacto y perspectivas cognitivas: interculturalidad en Buenos Aires

    Los resultados de la tabla son:

    TABLA 6Frecuencia relativa de uso de las formas verbales en contextos ‘positivos’ vs. contextos ‘negativos’

    con verbo principal que indica mayor grado de conocimiento, en presente

    Presente / Pret. Perf. Simple Presente / Pluscuamperfecto

    Contexto + 22 69 % 10 31 %

    Contexto – 7 30 % 16 70 %

    o.r.: 5.02χ2: 7.87 p < .01

    Los ejemplos que siguen corresponden a construcciones con verbo principal en pasado:

    (18) �antome se va a la casa de sus hijos, en la oficina ese día le avisaron que Avellaneda había fallecido...

    (Diego, F.)

    (19) Cuando todo estaba en silencio, Doña Milagros se fue con sus hijas a la habitación de Camilo y leyeron las cartas. Matilde dijo que Rosaura se enamoró de esa forma porque era una solterona.

    (Alejandra, CH.)

    Por su parte, los verbos que implican contextos ‘negativos’ favorecen el uso del PPl. La tabla de frecuencia de uso muestra:

    TABLA 7Frecuencia relativa de uso de las formas verbales en contextos ‘negativos’ vs.contextos ‘positivos’

    con verbo principal que indica mayor grado de conocimiento, en pasado

    Pasado / Pluscuamperfecto Pasado / Pret. Perf. Simple

    Contexto – 13 68 % 6 32 %

    Contexto + 9 28 % 23 72 %

    o.r.: 4.05χ2: 7.86 p < .01

    A la luz de los datos analizados, observamos que el contenido semántico de la base verbal y la selección del tiempo constituyen dos elementos claves de la estrategia evidencial que el emisor pone en juego en la construcción del enunciado.

  • 24 Angelita Martínez / Adriana �peranza / Guillermo Fernández

    El carácter polifónico de las producciones mencionadas, nos permite efectuar un análisis acorde con la problemática analizada, puesto que un elemento caracterizador del sistema evidencial es el de constituirse en un instrumento por medio del cual el locutor establece las responsabilidades lingüísticas en los diferentes enunciados, así como el com-promiso con el contenido del evento transmitido.

    Entendemos que el tipo de operaciones cognitivas que la conceptualización de la evidencialidad implica es congruente con nuestro análisis. En primer lugar, por las carac-terísticas que posee la lengua de contacto como hemos dicho y, en segundo lugar, por las características de los textos que constituyen nuestro corpus. En este sentido, cada una de las producciones requiere de procesos cognitivos particulares por los cuales las estrategias en el manejo de la información también son distintas.

    3.5 Alternancia preposicional La otra área de la sintaxis que hemos considerado en este trabajo es la expansión

    de la alternancia de las preposiciones a y en, en contextos de verbos de movimiento, que se observa en la producción escrita en español por escribientes inexpertos en situación de contacto con el quechua, tal como hemos señalado en (4a) y (4b) y reiteramos en los ejemplos siguientes:

    (20a) Para ir a tomar un café tenés que ir al barrio de Boedo y tenés que hacer ocho

    cuadras. (Florencia, A.)

    (20b) ¿Vamos en mi casa en bici? (Jonathan, B.)

    Esta alternancia preposicional tiene sus orígenes en la lengua latina en la que las preposiciones in y ad junto a un sustantivo en caso acusativo son alternativas que indican el movimiento hacia un lugar. Algunas gramáticas señalan que la forma in se emplea para indicar un movimiento que llega al interior de un lugar o de un objeto, mientras que la preposición ad se utiliza para expresar idea de movimiento que llega a las cercanías del lugar. Ejemplificamos esta alternancia con textos de autores clásicos:

    (21) Nunc adeo edico omnibus: Quemque a milite hoc videritis hominem in nostris tegulis, Extra unum Palaestrionem, huc deturbatote in viam.

    (Plauto, Miles Glor., 159-161)3

    3. Nuestra traducción: «Llegado este punto les digo a todos: A cualquier hombre que viéreis (a causa de eseNuestra traducción: «Llegado este punto les digo a todos: A cualquier hombre que viéreis (a causa de ese soldado) en nuestros techos, excepto uno, Palaestrio, arrojadlo a la calle».

  • 25Lenguas en contacto y perspectivas cognitivas: interculturalidad en Buenos Aires

    (22) ...erunt etiam altera bella atque iterum ad Troiam magnus mittetur Achilles (Virgilio, Buc. IV, 35-36)4

    La variación preposicional a / en es también propia de la variedad de español están-dar de la Argentina con algunos verbos de movimiento tales como entrar –entró en / al auto– caer –cayó a / en el mar–, meter –lo metieron a / en la ambulancia– o tirar –se tiró al / en el agua. Con otros verbos, sin embargo, tales como el verbo ir la selección de en resulta inaceptable. Sin embargo, en la variedad en contacto con el quechua –en escribientes inexpertos– se advierte esta posibilidad y, en general, una distribución diferente respecto del uso preposicional de los verbos.

    Creemos que tanto en latín como en español la diferencia de significado entre a y en se relaciona con la posibilidad de percibir dos fases diferenciadas del movimiento hacia un lugar: la dirección y la meta.5 Intentaremos probar la hipótesis de que la mayor fre-cuencia de uso de en en contextos de verbos de movimiento, en hablantes en situación de contacto de lenguas, se debe a la focalización de la importancia de la meta, mientras que la opción por el morfema a indica que no se persigue esa intención. Esto es consistente con el significado prototípico que asigna el rasgo de locatividad a la preposición en y de direccionalidad para la preposición a.

    Para abordar el problema que nos hemos propuesto en este caso, entendemos que resultan determinantes la índole de las bases verbales que indican mayor o menor despla-zamiento; la índole del sintagma nominal y el grado de empatía que el emisor manifiesta en relación con la proximidad cultural de los elementos implícitos en la construcción.

    El sistema de la lengua quechua refleja, por otra parte, en esta área, significativas diferencias con el de los morfemas que el español denomina preposiciones. El quechua indica la meta alcanzada con el acusativo -ta y la meta a alcanzar con el adlativo -man. Mientras que de ñuqaqa mayuman rini se infiere: «yo he ido hacia el río», ñuqaqa mayuta rini permite inferir: «yo he ido al río».6 En español, por el contrario, la meta puede iden-tificarse sin necesidad de una marca explícita. En efecto, «he ido al río» puede suponer la concreción de la acción a pesar de la marca prototípica de direccionalidad contenida en la preposición a (Calvo Pérez 1993: 329-330 y comunicación personal).

    4. Traducción de Bauzá: «...habrá también otras guerras y de nuevo un magno Aquiles será enviado aTraducción de Bauzá: «...habrá también otras guerras y de nuevo un magno Aquiles será enviado a Troya».

    5. Confróntese el tratamiento de las preposiciones en las obras de referencia consultadas:Confróntese el tratamiento de las preposiciones en las obras de referencia consultadas: Gramática Des-criptiva de la Lengua Española, Ignacio Bosque, Violeta Demonte; Diccionario del Uso del Español, María Moliner; Las preposiciones en español. Valores y Usos. Construcciones preposicionales, Mª del Camen Fernández López y El arte de escribir bien en español. Manual de corrección de estilo, María Marta García Negroni (Coord.).

    6. Agradecemos a Julio Calvo Pérez sus comentarios sobre el funcionamiento de los sufijos –Agradecemos a Julio Calvo Pérez sus comentarios sobre el funcionamiento de los sufijos –ta y –man en la lengua quechua y los ejemplos aportados.

  • 26 Angelita Martínez / Adriana �peranza / Guillermo Fernández

    3.5.1 Índole de las bases verbales: mayor desplazamiento vs. menor despla-zamiento

    Hemos considerado emisiones con verbos de mayor desplazamiento –acompañar, arrastrar, atraer, caer, caminar, dirigirse, ir, llevar, pasear, trepar, venir– y de menor des-plazamiento –llegar, meter, introducir, embarcar, salir, entrar– tal como se muestra en los ejemplos siguientes:

    (23) Lo vi aproximarse para treparse en mi casa... (Moisés, G.)

    (24) Introdujo al armario las cosas que no le servían... (Lady D, S.)

    En la tabla 8 indicamos la frecuencia relativa de uso variable preposicional a la luz de la índole de la base verbal.

    TABLA 8Frecuencia relativa de a vs. en en contextos de verbos de movimiento

    en relación con la dimensión de la locatividad

    A EN

    Menor desplazamiento 66 77 % 20 23 %

    Mayor desplazamiento 20 38 % 32 62 %

    o.r.: 5.28χ2: 18.86 p < .001

    De los valores resultantes, se desprende que las bases verbales con matiz de menor desplazamiento privilegian, relativamente, la selección de la preposición a. Este hecho no es sorprendente puesto que si nuestra hipótesis es correcta, sólo en los casos de mayor desplazamiento, es decir, cuando la meta no resulta tan evidente, su focalización apor-tará rédito comunicativo. Consecuentemente, los lexemas verbales que señalan mayor desplazamiento muestran, en nuestra tabla, un comportamiento variable que favorece relativamente el uso de en.

    Si consideramos los rasgos semánticos de la base verbal en los verbos que indican mayor desplazamiento, podemos establecer una nueva clasificación que tome en consideración si el movimiento se expresa como traslación pura (dirección inherente) o da cuenta del modo en que se realiza la acción (GDLE 1999: § 25.2.3.2.). Veamos los siguientes ejemplos:

  • 27Lenguas en contacto y perspectivas cognitivas: interculturalidad en Buenos Aires

    (25) Ades sube al barco con los tripulantes... (dirección)(Marlene, C.)

    (26) ...pero la corriente lo arrastraba en la parte más peligrosa... (modo)(María Laura, C.)

    El cómputo de las emisiones de nuestro corpus a la luz de esta distinción nos ha permitido elaborar la tabla siguiente:

    TABLA 9Frecuencia de uso preposicional en bases verbales con mayor desplazamiento

    según enfaticen dirección pura o el modo de realización del movimiento

    A EN

    Dirección 12 63 % 7 37 %

    Modalidad 8 24 % 25 76 %

    o.r.: 5.35χ2: 8.82 p < .001

    Los resultados de la tabla indican que el factor considerado influye en la selección de las formas privilegiando el uso de a o en según se trate de bases verbales que impliquen dirección pura o modo respectivamente.

    3.5.2 La índole del SN: Relevancia de la meta

    Coherentemente con nuestra hipótesis, el uso de la preposición en se ve favorecido en enunciados en los que el emisor desea señalar una referencia significativa en el mensaje.

    Un nombre propio constituye, en general, una meta comunicativamente más rele-vante que la que implica un nombre común. Esperamos, por consiguiente, que, en los contextos que estamos estudiando, la meta señalada mediante un nombre propio favorezca relativamente el uso de la preposición en. Por ejemplo:

    (27) Primero lo llevo a caminar en Roca, a tomar un helado en La Fuente, a jugar o ver un partido en el club de �acachispas.

    (Pedro, P.)

    En la tabla que sigue observamos la frecuencia de uso hallada:

  • 28 Angelita Martínez / Adriana �peranza / Guillermo Fernández

    TABLA 10Frecuencia relativa de uso según la índole del complemento verbal: nombres propios

    EN A

    Nombre propio 5 71 % 2 29 %

    Nombre común 47 36 % 84 64 %

    o.r.: 4.46χ2: 3.44 p < .07

    Los resultados de la tabla indican que, tal como esperábamos, los sustantivos propios favorecen la selección de la preposición en que establece la relevancia de la meta.

    3.5.3 Empatía con la meta

    La alternancia se observa, sin embargo, incluso cuando el complemento que indica la meta es un nombre común. Así ocurre en los enunciados siguientes:

    (28) ... dejó el camino porque empezó a escuchar una música que lo atraía en el centro

    del monte... (Lady, D.)

    (29) Introdujo al armario las cosas que no le servían... (Lady D, S.)

    En (28) se está narrando una secuencia en la que el personaje se siente fuertemente atraído por la música y, consecuentemente, cambia su rumbo hacia el lugar desde donde proviene el sonido. La importancia del monte en el relato y su relación con los habitantes del lugar aparecen explicitados en el discurso. Se trata de un monte en el cual ocurren hechos sobrenaturales. La autora encabeza el complemento de direccionalidad con la preposición en.

    En (29), por el contrario, la misma escribiente selecciona la preposición a en la cons-trucción en la que el armario aparece como una entidad poco connotativa en el desarrollo del discurso narrado.

    Si tomamos en cuenta las características de estos sintagmas nominales, observamos que no todos cobran la misma relevancia para el emisor, en función del mensaje que desea transmitir. Veamos los siguientes ejemplos:

    (30) ¿Vamos en mi casa en bici? (Jonathan, B.)

    (31) Acleo un hombre de gran fuerza ha embarcado a un barco en el cual iba rumbo a Timeo

    (Marlene, C.)

  • 2�Lenguas en contacto y perspectivas cognitivas: interculturalidad en Buenos Aires

    De las emisiones estudiadas, podemos establecer que algunos sustantivos comunes guardan discursivamente más empatía con el emisor. En (30) es evidente la cercanía cul-tural del emisor con el contexto espacial al que hace referencia el enunicado. Por el con-trario, en (31) el emisor narra un episodio que no forma parte de su cotidianeidad. Estos dos casos resultan apropiados para poder describir los dos tipos de sintagmas nominales que llamaremos empáticos y no empáticos con el emisor. Esperamos que las entidades más empáticas favorezcan la presencia de la preposición en.

    Sobre la base de esta clasificación, hemos elaborado una nueva tabla que indica la frecuencia observada para las preposiciones en y a, según los matices de empatía de la entidad complemento de verbo.

    TABLA 11Frecuencia relativa de uso para las entidades complemento de verbo

    EN A

    > empatía 14 52 % 13 48 %

    < empatía 33 32 % 71 68 %

    o.r.: 2.31χ2: 4.08 p < .05

    Tal como esperábamos y coherentemente con el significado que aportan las prepo-siciones en y a, los valores obtenidos resultan índices significativos que confirman nuestra predicción sobre la influencia de los parámetros contextuales postulados. Por otra parte, y una vez más, las pautas gramaticales de la lengua quechua, en especial el uso de los sufijos -ta y -man da cuenta de valores de uso coherentes con los que hemos visto que se ponen en juego mediante la estrategia analizada.

    4. CONCLUSIONES

    Las tres áreas de la sintaxis analizadas han mostrado algo en común: la alternacia observada es propia del español general y la situación de contacto incide en la frecuencia de distribución de las formas.

    Este tipo de influencia por contacto ya ha sido esbozado. Zimmermann (1995), por ejemplo, considera que la simplificaicón y la reorganización pueden ser resultados del contacto de lenguas. Otros trabajos han intentado explicar este proceso (García 1995; Martínez 2000, 2004; Company 2005).

    En esta línea, nuestro análisis muestra que las situaciones de contacto promueven desplazamientos en la distribución de la sustancia semántica categorizada en algunos pa-

  • 30 Angelita Martínez / Adriana �peranza / Guillermo Fernández

    radigmas gramaticales. Dichos desplazamientos se hacen evidentes en las frecuencias de uso de las formas y resultan consistentes con las características de la lengua de contacto.

    ¿Por qué suceden dichos desplazamientos? Porque los usos variables responden a necesidades comunicativas de los hablantes. La aparición de las formas en determinados contextos muestra que la variación lejos de ser azarosa, está motivada por dichas necesi-dades a la luz de conceptualizaciones propias de la comunidad.

    En los casos que nos ocupan, los requerimientos discursivos de la focalización y evidencialidad, plasmados en recursos gramaticales del quechua, configuran en situación de contacto, paradigmas expandidos en español.

    La focalización del agente y de la meta por un lado y la necesidad de marcar la evi-dencialidad por el otro nos permite observar, en la variedad de contacto, nuevas rutinas sintácticas que reacomodan el paradigma al que los monolingües están acostumbrados. Dicha reorganización se traduce, en los tres casos, en nuevas frecuencias relativas de selec-ción de las herramientas con que cuenta el español. Es por ello que la frecuencia relativa de uso de las formas resulta, entendemos, una expresión clara de la perspectiva que adopta el hablante en relación con sus necesidades comunicativas y el perfilamiento que realiza del evento en los contextos en los que aparece la variación.

    En los tres casos analizados, el uso variable de las formas se halla directamente rela-cionado con el significado básico que conllevan. La variación en el número del verbo en las construcciones no reflejas con se, explica la relación entre el significado de la concor-dancia y la transparencia del responsable en el evento; en el caso del uso variable de las formas verbales analizadas, también la variación se halla directamente relacionada con el significado básico que hemos postulado para ellas, significado alejado, por otra parte, de las tendencias predominantemente temporalistas. De esta manera, las explicaciones del fenó-meno deben vincularse a las nociones de conocimiento y compromiso, pilares del sistema evidencial, que nos remiten a las raíces de nuestro análisis. Por último, la variación en el uso preposicional observado, encuentra su explicación a la luz del aporte significativo de locatividad y direccionalidad de las preposiciones involucradas.

    Por último, creemos que el análisis del contacto de lenguas y variedades puede aportar a la reflexión sobre la teoría lingüística. En este sentido, los resultados obtenidos en el presente trabajo son consistentes con una visión de la sintaxis no autónoma sino, por el contrario, semántica y pragmáticamente motivada.

    ABREVIATURAS

    PdV Punto de vista SDX

    Ser discursivo ‘no protagonista’PPl Pretérito Pluscuamperfecto SH Sujeto hablantePPS Pretérito Perfecto Simple SN Sintagma nominalSD Seres discursivos V VerboSD

    1 Ser discursivo ‘protagonista’

  • 31Lenguas en contacto y perspectivas cognitivas: interculturalidad en Buenos Aires

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    Fecha de encargo: 05-10-2005Fecha de recepción: 12-04-2006

  • 35Comentario

    Comentario de ana isabel garcía tesoroUniversidad Kansai Gaidai, Japón

    El español argentino ha sido objeto de numerosos estudios, no así las variedades emergentes que la inmigración procedente de áreas de bilingüismo histórico español-lenguas amerindias está originando en ciudades como Buenos Aires. Por ello el trabajo de Martínez, Speranza y Fernández constituye una valiosa aportación en el conocimiento de las variedades de contacto y de las consecuencias lingüísticas que los movimientos migratorios están produciendo en América Latina.

    La perspectiva teórica del estudio, la Etnopragmática, constituye un enfoque inno-vador que resulta muy útil para analizar y entender los cambios inducidos por contacto de las variedades americanas del español. Como señalan acertadamente los autores, en muchos casos las perspectivas cognitivas de la lengua de contacto (el quechua en este caso) influyen sobre el español y producen cambios indirectos que en ocasiones son difíciles de detectar, pues se manifiestan en la explotación de estructuras y opciones que ya existen en la lengua. Por esta razón, el estudio de las frecuencias de uso en función de los parámetros propuestos por los investigadores, así como la aplicación de pruebas estadísticas, constituye una de las herramientas más acertadas de este enfoque.

    El artículo aborda tres fenómenos apenas estudiados en las variedades de español en contacto con lenguas amerindias. En primer lugar, el empleo alternante de verbo en singular o plural en construcciones con se documentado en periódicos escritos por la comunidad boliviana. Los autores realizan un análisis basado en la noción de foco; según su interpre-tación se favorece el verbo en singular cuando se quiere señalar al actante responsable del evento, y al contrario, se acude en mayor medida al verbo en plural cuando no es necesario ponerlo en evidencia. Cabe señalar, no obstante, que estas construcciones con se de por sí presentan variación en español: las últimas investigaciones sobre este fenómeno apuntan a que la distinción entre pasiva con se y la impersonal con se no resulta muy clara, y se propone que los giros no concertados con verbo en singular realizados fundamentalmente con SN que remiten a cosas (�e vende botellas) en realidad serían una variante de los giros concertados (�e venden botellas) (Mendikoetxea 1999). Estos giros no concertados se ven favorecidos en español por los SN plurales no determinados (�e alquila cuartos), pospues-tos al verbo (*Aprendices se necesita aquí) y que no son tema o tópico de la oración. La razón es que un SN con estas características y que además es objeto semántico del verbo transitivo se parece más a un objeto gramatical que a un sujeto gramatical, de ahí que se confunda con la estructura impersonal y se pierda la concordancia. Cabe pensar que el análisis, según los dos primeros parámetros propuestos en el artículo, se podría integrar dentro de una tendencia de cambio general del español, con el fin de contrastar el alcance

    UniverSOS 3, 2006 35-37

  • 36 Ana Isabel García Tesoro

    de la influencia del quechua. Creemos que sería interesante observar la frecuencia de uso de estas estructuras del español en contacto y del español estándar argentino.

    La segunda parte se ocupa de dos fenómenos detectados en un corpus recogido en escritos de escolares procedentes de ambientes de contacto con el quechua. El primero se refiere a la transmisión de los valores evidenciales del sistema verbal del quechua al español que se manifiesta en el uso de los tiempos verbales de pasado, y que ya es conocida en espa-ñol andino: el pretérito perfecto se usa cuando la información se concibe como concluida y conocida, es decir, se emplea como un evidencial; mientras que el pluscuamperfecto remite a lo incierto, lo desconocido. El estudio de la semántica de los verbos y los participantes en el evento resulta muy atinado; los autores demuestran que en el corpus la elección de los tiempos de pasado están determinados por la conceptualización de la evidencialidad, y que este cambio es fruto del contacto con el quechua, dadas las características de esta lengua y la situación de contacto intenso propia de la zona de donde provienen los informantes. El análisis desde una perspectiva comunicativa es de gran interés y sin duda viene a arrojar luz a la interpretación de este fenómeno. Con el fin de tener una visión más completa del problema nos permitiríamos sugerir a los autores que amplíen el análisis al uso del pretérito indefinido, para el que igualmente se han constatado nuevos valores aspectuales y temporales desconocidos en español (Escobar 1997).

    Por último, la variación en el empleo de las preposiciones a/en con verbos de movi-miento se plantea como una alternancia en la que se focaliza la importancia de la meta: así, se usa en cuando se quiere resaltar la meta y a cuando no interesa. Los autores explican esta variación por el significado de locatividad que posee la preposición en y de direccionalidad que tiene a, y remiten al latín como origen de esta diferenciación, aunque el empleo de la preposición en con verbos de movimiento como ir es un fenómeno del español antiguo aún presente en algunas variedades dialectales del español peninsular, donde se puede escuchar expresiones como voy en casa de mi abuela, y que igualmente permiten indicar la meta. También es conocida la preferencia del español de España por la preposición en con verbos de movimiento que denotan penetración (como entrar, ingresar, meter(se), penetrar, etc.) y del de América por a (Bruyne 1999). Consideramos importante tener en cuenta estos datos para plantear el análisis del fenómeno, así como confrontar la norma estándar argentina y la norma del español en contacto. No obstante, los autores del artí-culo muestran en su análisis que el contacto con el quechua es lo que ha provocado que se dispare el cambio, pues los parámetros propuestos en el análisis son congruentes con los valores transferidos del quechua. Asimismo esta alternancia ha sido detectada en otras áreas de contacto de Paraguay, Uruguay, Nordeste de Argentina, Costa Rica (Palacios 2005) y México (Flores Farfán 2000), lo que apoyaría la hipótesis del contacto como causante de la variación y pondría de manifiesto que estamos ante procesos de cambio similares en español inducidos por el contacto con las lenguas amerindias.

    Para finalizar, quisiera destacar una de las grandes aportaciones que presenta esta investigación por su planteamiento y el tipo de corpus estudiado, aunque no se mencione

  • 37Comentario

    en el artículo, y es la posibilidad de su aplicación práctica en la enseñanza en las escuelas argentinas. La necesidad de una enseñanza adaptada a los hablantes de lenguas amerin-dias (o que proceden de ambientes de bilingüismo) ha sido contemplada en varios países latinoamericanos, pero en ocasiones la influencia de las lenguas de contacto no ha sido bien comprendida ni exhaustivamente estudiada. Esta investigación y otras desarrolladas dentro de la misma línea, pueden proporcionar a los profesores herramientas para enfocar adecuadamente la enseñanza de español y ayudarles en la comprensión de estos fenómenos, ya que no se trata de errores de aprendizaje o de simples muestras de desconocimiento por parte de los estudiantes, sino, como bien señalan los autores, de crear «otras posibilidades a la luz de renovadas urgencias comunicativas».

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  • 3�Comentario

    Comentario de Juan C. godenzziDepartamento de Literatura y Lenguas Modernas

    Universidad de Montreal, Montreal, Canadá

    Angelita Martínez, Adriana Speranza y Guillermo Fernández hacen un aporte teórico significativo al establecer un vínculo entre representaciones cognitivas, formas lingüísticas y necesidades comunicativas de los hablantes. Plantean que la variabilidad de la lengua obedece en buena parte a aspectos pragmático-cognitivos, volviéndose esto más manifiesto en situación de contacto idiomático-cultural. De modo específico, los autores sustentan, tomando el caso de la ciudad y la provincia de Buenos Aires, que «ciertas perspectivas cognitivas de los hablantes, plasmadas en rutinas gramaticales del quechua, influyen sobre las frecuencias de uso en la sintaxis de la lengua en contacto». El planteamiento reposa sobre un marco teórico determinado, sobre una modalidad de recolección de los datos y, finalmente, sobre una propuesta explicativa de tales datos en tres zonas específicas de variación. Mis comentarios se refieren, sucesivamente, a cada uno de esos aspectos.

    La opción teórica, procedente de la etnopragmática, postula que la sintaxis está se-mántica y pragmáticamente motivada, de manera que «la elección de las formas responde a la necesidad de transmitir un mensaje coherente»; o «que las formas lingüísticas ocurren donde lo hacen porque son señales significativas usadas por seres inteligentes con el fin de transmitir mensajes». Ciertamente, no es el azar el argumento explicativo de la variación y es innegable que ciertos contextos pragmáticos favorecen ciertas formas lingüísticas, pero me pregunto hasta qué punto hay necesidad de invocar la voluntad o intención esclarecida del hablante, o la coherencia de su mensaje. En el ejemplo (1a) aparece la frase se logra varias objetivos; tomemos sólo el sintagma varias objetivos, en el que se advierte una discor-dancia de género. ¿Podrá decirse que ese uso variable está semántica o pragmáticamente motivado? ¿o que ese uso es una elección del hablante para transmitirnos un mensaje? Me parece que, en particular en situaciones de contacto y conflicto idiomático-cultural, uno no sólo elige formas, sino que también las «sufre». No sólo hay libertades; también existen constreñimientos, como los derivados de las interferencias de una lengua sobre otra.

    En relación con los datos, éstos provienen de artículos periodísticos y producciones narrativas escritas. Quienes escriben esos textos –periodistas bolivianos en un caso, y jóvenes estudiantes en el otro– son sujetos que «manifiestan contacto con la lengua quechua». Esta información resulta escueta, pues no nos informa sobre el grado de manejo del quechua: ¿se trata de bilingües coordinados, incipientes, o de monolingües con un español «quechui-zado»? Si se contara con esa información podría establecerse una relación entre el grado de contacto con el quechua y la frecuencia relativa de la variación. Tampoco se indica el

    UniverSOS 3, 2006 3�-41

  • 40 Juan C. Godenzzi

    número de los escribientes ni el de sus textos. Esto tiene incidencia en las tablas en las que se presentan las frecuencias relativas de los fenómenos estudiados, pues no sabemos cuán representativos resultan. Si tomamos, por ejemplo, la tabla 10, se registra 5 veces el uso de en para señalar la meta de verbos de movimiento, cuando la meta es un nombre propio; y sólo el ejemplo (27), escrito por un hablante, contiene ya 3 de esas realizaciones. Al menos para este caso, pareciera que el sustento empírico es insuficiente.

    En lo que concierne a la alternancia en el número del verbo en construcciones no reflejas con el pronombre se seguido de sintagma nominal plural, la interpretación ofrecida gira en torno de la asignación de foco: «la necesidad de señalar al actante responsable del evento favorece la selección del verbo en singular [se logra varias objetivos], mientras que la falta de necesidad de poner en evidencia al responsable conduce a la opción del verbo en plural [se abrieron las puertas del templo]». La explicación es sugerente y los ejemplos ofrecidos ilustran muy bien la estrategia. Ahora bien, encuentro una dificultad cuando se relaciona este uso variable con características del quechua. Me parece que habría que referirse, en este caso, a la manera en que se atribuye el foco en quechua en situaciones parecidas, y no a la categoría de número, puesto que en quechua el uso de la marca de número pareciera no ser pertinente y, en consecuencia, mal podría servir de soporte a perspectivas cognitivas.

    Sobre la alternancia de correlaciones verbales en discurso referido con verbo principal en presente o pasado, los autores postulan la evidencialidad como esquema explicativo: puesto que el castellano carece del sistema morfológico evidencial del quechua, es posible que los hablantes recurran al uso variable de determinados tiempos verbales para presen-tar un mayor o menor grado de conocimiento respecto del contenido referencial de la construcción. Los autores hacen una detenida y bien fundada argumentación acerca de las operaciones cognitivas de la evidencialidad, de los recursos expresivos de las lenguas y de las peculiaridades de los textos analizados. El mismo rigor y cuidado se da en el tercer fenómeno estudiado, es decir, la alternancia de las preposiciones en y a con verbos de des-plazamiento. En este caso, la focalización de la meta quedaría señalada a través del recurso a la preposición en, en lugar de a. El argumento se apoya de modo coherente, como en el caso anterior, sobre las características del quechua. En efecto, esta lengua distingue entre la meta alcanzada, marcada por el sufijo -ta, y la meta por alcanzar, señalada por -man.

    Los autores concluyen afirmando que, en su conjunto, el análisis de las tres zonas de variación muestra que, si bien «la alternancia observada es propia del español general», «la situación de contacto incide en la frecuencia de distribución de las formas»; que la variedad de contacto presenta «nuevas rutinas sintácticas que reacomodan el paradigma al que los monolingües están acostumbrados». Yo diría que hay fuertes indicios de ello, pero que falta evidencia empírica para sustentarlo ya que, para fines de comparación, es fundamental disponer de un grupo de control. Hubiera sido deseable contar con las frecuencias de uso de periodistas y estudiantes monolingües sin contacto con el quechua. Se da por sentado que ellos ofrecen una frecuencia de uso diferente, pero no lo sabemos efectivamente.

  • 41Comentario

    Termino señalando que, más allá de ciertos reajustes necesarios, el planteamiento de los autores es consistente e innovador. Introduce un enfoque teórico pragmático-cog-nitivo que me parece central en el estudio de los fenómenos de contacto lingüístico. Un mérito adicional de los autores es el haber situado el estudio en la efervescencia actual de la recomposición sociocultural e idiomática urbana, de la cual no se escapa ninguna gran ciudad, ni siquiera Buenos Aires.

  • 43Comentario

    Comentario de gladys Merma MolinaUniversidad de Alicante, España

    Últimamente se vienen realizando importantes investigaciones especialmente en países hispanoamericanos, que están poniendo de manifiesto los avances en el ámbito de las lenguas en contacto. Concretamente, con relación a los estudios del contacto en Hispanoamérica se ha resaltado la peculiaridad del español argentino, especialmente del Noroeste, que se presenta como una variante del español influida por el quechua. Si bien la mayoría de investigaciones publicadas sobre esta variante lingüística han sido abordadas con un enfoque eminentemente gramatical, el artículo de Martínez, Speranza y Fernández se excluye de esta perspectiva tradicional debido a que realizan una serie de consideracio-nes que tienen como base principios teóricos que derivan no sólo de la gramática, sino también del cognitivismo y de la pragmática. En este sentido, compartimos la perspectiva adoptada en esta investigación, pues pensamos que la influencia de estas dos disciplinas en el estudio de las lenguas en contacto es inexcusable, dado que su objeto de estudio se encuentra, precisamente, en la praxis conversacional.

    Igualmente, si entendemos que la heterogeneidad lingüística es una característica predominante de las sociedades modernas, la propuesta metodológica etnopragmática planteada por los autores no sólo resulta interesante sino necesaria, pues ella hace posible una descripción del lenguaje en uso sustentado en la interacción social, el conocimiento de la lengua de acuerdo con la estructura social y con las reglas que gobiernan las relaciones sociales. Creemos que la etnopragmática es un método ideal para el estudio de la lengua en uso, que nos permitirá entender que son las necesidades comunicativas las que dan lugar, en una situación de contacto de lenguas, a la producción de diferentes paradigmas gramaticales. Son estas necesidades las que enmarcadas en un contexto y situación de habla determinan claramente el significado de estas expresiones, en qué circunstancias las emplean los hablantes, con qué propósito lo hacen y qué efectos produce en los hablantes y en la estructura de la vida social.

    Respecto a las construcciones con la forma pronominal se de forma alternante para bases verbales en singular o en plural, desde el punto de vista comunicativo, es importante destacar dos aspectos cruciales abordados por los autores. Por un lado, la deíxis como una variable que se presenta debido a la necesidad de focalizar o «deslocalizar» al referente. En ambos casos, al hablante le interesa producir determinados efectos cognoscitivos en su interlocutor, por lo cual le exige un esfuerzo de interpretación. En este sentido, la garantía de la relevancia podría explicar la elección deliberada que hace el hablante del pronombre que acompaña a una u otra formal verbal. Por ello, el estudio de este rasgo lingüístico y su persistencia, analizado acertadamente, podría complementarse con un análisis de la teoría

    UniverSOS 3, 2006 43-45

  • 44 Gladys Merma Molina

    pragmática de la relevancia comunicativa (Sperber y Wilson 1986). Asimismo, creemos que la naturaleza determinada o indeterminada del sintagma nominal (ya no se usan las mesas de piedra, se vio algunos rostros), y la naturaleza del tipo de acto de habla (se tomó en cuenta los rubros, pedir que se firmen más convenios), que señalan los autores, son los dos factores más importantes que influyen en la selección de dichas formas.

    Por otro lado, en el tratamiento de los evidenciales, que en lenguas como el quechua se han constituido en una verdadera categoría gramatical donde la fuente de información aparece marcada gramaticalmente a través de una serie de partículas (-mi, -si, -chá) (Cu-sihuamán 1976; Weber 1986; Floyd 1997) o de formas verbales específicas que describen los autores de este artículo, también destacan dos aspectos importantes: en primer lugar, el hecho de que su empleo s