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UNIVERSIDAD AUTóNOMA METROPOLITANA UNIDAD IZTAPALAPA DlVlSlÓN DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES DEPARTAMENTO DE FlLOSOFiA “La corte de /OS i/usos, nueva novela histórica” Tesis que presenta la alumna: Lidia Vázquez Garcia 93228434 Para la obtención del grado de: Licenciatura en Letras Hispánicas Asesora: Dra. Ana Rosa Domenella Amadio, UAM- I y COLMEX Lectoras: Uthe Seydel, UNAM Laura Cázares Hernández, UAM- I Marzo de 2001

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UNIVERSIDAD AUTóNOMA

METROPOLITANA

UNIDAD IZTAPALAPA

DlVlSlÓN DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES

DEPARTAMENTO DE FlLOSOFiA

“La corte de /OS i/usos, nueva novela histórica”

Tesis que presenta la alumna:

Lidia Vázquez Garcia

93228434

Para la obtención del grado de: Licenciatura en Letras Hispánicas

Asesora: Dra. Ana Rosa Domenella Amadio, UAM- I y COLMEX

Lectoras: Uthe Seydel, UNAM

Laura Cázares Hernández, UAM- I

Marzo de 2001

I N D I C E

Introducción

I Bibliografía de Rosa Beltrán

I I La fiesta que no cesa

- Nueva Novela Histórica

- ¿Quiénes son los precursores de la NNH?

I l l La relación paródica entre el texto y el pretexto

- La Coronación

- El imperio y los enemigos

- Abdicación y destierro

IV Personaje ficticio y personajes históricos

- Personaje ficticio

- Personajes históricos

V Aspecto social y costumbrista en LC1

P. 9

p. 12

p. 14

p. 18

p. 20

p. 28

p. 34

p. 46

p. 59

p. 59

p. 62

p. 70

p. 73

BIBLIOGRAFíA p. 75

2

Cuando iniciamos un proyecto tenemos una clara idea de hacia donde nos

encaminamos, pero el análisis literario, como cualquier otro trabajo de

investigación, se tropieza con un sin fin de distractores y por menores. ¿Por qué

menciono esto? Porque después de realizar la primer lectura de la novela La corte

de los ilusos de Rosa Beltrán pensé que, al ser una novela histórica, podría

analizar el aspecto costumbrista y, de acuerdo con el lenguaje literario utilizado,

también analizaría el género de la parodia, Estos dos aspectos fueron dos puntos

que sobresalieron en mi primer acercamiento a esta novela.

Antes de analizar las costumbres de la época aludida y el tono paródico,

tenía que conocer un poco del personaje histórico Agustín de Iturbide, no sólo la

información elemental. También tenía que saber algo más de Fray Servando

Teresa de Mier, Nicolás Bravo, Vicente Guerrero, Antonio López de Santa Anna y

Nicolasa de Iturbide, personajes históricos que aparecen en la novela.

Realicé la investigación en algunos libros de historia y afortunadamente

encontré el libro El imperio de lfurbide de Anna Timothy identifiqué una comunión

entre éste y La corte de los ilusos, entonces la atención a los hechos históricos

fue atractiva. Consulté dos o tres fuentes que cita esta autora y creí que

descubri el hilo negro del transparente velo de la ficción del episodio narrado por

Rosa Beltrán.

3 El resultado de mis largas horas de consulta en documentos de rigor

histórico, fue esta pregunta, ¿qué cantidad de citas, documentos históricos y tinta

de otros autores es permisible que el escritor transcriba, copie y parafrasee en la

novela que está escribiendo so pretexto de que es un hecho histórico.

Y es que al terminar de leer la novela me preguntaría sí de verdad “X”

personaje era como lo describe el autor o si tales hechos que parecen absurdos o

intrascendentes ocurrieron en verdad. Ya sé que uno no acude a una novela para

conocer la historia, damos por hecho que un autor es libre de recrear, inventar y

suponer lo que quiera, por eso es ficción; sin embargo, si el escritor pretende

recrear la vida de un personaje u hecho histórico es claro que éste realizará una

investigación mínima o exhaustiva para luego decidir qué hacer con ese vasto

archivo de datos y hechos.

En una entrevista, Rosa Beltrán declara que, “Todo ese material decid¡(ó)

meterlo en una novela que permiriera imaginar cómo pudo haber sido la historia al

margen de los documentos oficiales. Me daba la libertad de fantasear, por eso

mucho de mis personajes son inventados”’.

Entonces el autor elige el material que más conviene a sus intereses o

intenciones, y así en este caso, llega al mercado un libro ganador del premio

Planeta 1995: La corte de los ilusos.

Podríamos entender a la literatura como una especie de plagio, una

herencia, una transcripción; el escritor sólo reescribe y recrea, “no hay nada bajo

el sol”, son reescritores, no pueden escribir de la nada, escriben a partir de los

1 Pilar Jiménez Trejo, “Con el virus de la literatura”, El Angel, suplemento cultural de Reforma (México, D.F), 2 de julio de 1995.

4

otros. La historia de la literatura es la historia de los palimpsestos, de aquel

manuscrito de papiro, pergamino, que conservaba huellas de una escritura

anterior, que se borraba artificialmente, y sobre el que se escribía otro texto.

Cervantes no podría haber escrito el Quijote sin los libros de caballería, sin las

obras literarias del Renacimiento o de los griegos; los ejemplos se pueden

multiplicar.

Es una discusión inacabada y posiblemente no definiríamos con precisión la

diferencia entre la historia y los relatos de ficción (novela, cuento, poesía épica,

etcétera); hasta hace relativamente tiempo reciente, a la historia todavía se le

consideraba como una variante literaria que compartía muchas técnicas con la

narrativa de ficción. Los historiadores estaban sometidos a los materiales

factuales y a la veracidad personal, pero, como los novelistas, escribían

detallados relatos de los acontecimientos, vivos retratos de los personajes y

prestaban atención al lenguaje y al estilo literario, las complejas relaciones entre

literatura e historiografía han sido y continúan provocando de serios debates.

El historiador recopila datos e interpreta y el escritor recopila datos e

interpreta, ninguno de los dos pretende hacer un simple registro de los hechos. El

primero pretende objetividad y el segundo no le importa. Uno habla del pasado

para comprender el presente, el otro hable del pasado, del presente, del futuro, de

lo que no puede ser, de lo que jamás será.

El escritor como creador posee una absoluta libertad para interpretar y

recomponer la historia. Como escribe Rosa Beltrán en la primera de forros de SU

5 novela, ella “reinventa la vida y muerte” de Iturbide. Rosa Beltrán no reinventa,

más bien vuelve a narrar, a recontar la misma historia y aventuras del Emperador.

La historia y también la literatura son el registro escrito de lo que se conoce

sobre las vidas y sociedades humanas, ya de manera individual, ya de forma

colectiva. Ambos recurren a las mismas fuentes. La historia siempre será parcial,

fragmentaria, inconclusa, inacabada; y la literatura, si se pretende ficción, es

autocontenible.

Hablando un poco sobre los antecedentes de las novelas de género

histórico que se publicaron anteriormente en México, vemos que a principios del

siglo salieron a la luz obras que desarrollaron temas de indole nacionalista, tales

como la Inquisición, la Revolución Mexicana, la Revolución de Independencia, la

Intervención Francesa, el Porfiriato, etcétera, en las que se detecta una búsqueda

de carácter nacional. En este género literario las escritoras no fueron la

excepción, porque hubo quienes hicieron novela con tema histórico, como

Dolores Bolio y Patricia Cox (sólo por mencionar dos ejemplos), que combinan

hechos, protagonistas y personajes con la creación literaria y “recurren a hechos

significativos del pasado no vividos directamente sino como repaso familiar,

referencia explicativa o mera curiosidad” ’.

Dolores Bolio nació en Mérida Yucatán, en la penúltima década del siglo XIX,

y como representante de la llamada “casta divina” adquirió conocimientos y

aprecio por la cultura universal. Escribió poesía, novelas, cuentos y ensayo, fue

Michelle Perrot, “Haciendo historia: las mujeres en Francia”, Carmen Ramos E. (comp.) Genero e historia. Instituto Mora, UAM, M6xico, 1997, p.80.

6 traductora, crítica de arte y cronista. En 1917 escribió dos libros, uno de poesía y

otro de prosa, que la dan a conocer como una de las primeras escritoras del siglo

XX en México. Una de sus novelas, Una hoja del pasado, es, según la crítica Sara

Poot3, “uno de los textos mejor acabados (...) y el más representativo (...) en que

se ofrece de manera interesante y reveladora la visión de un personaje femenino

acerca de la situación de México (...) durante el gobierno de Benito Juárez”. Dofía

Edelmira, personaje protagonista de esta obra, es el que tiene “una clara visión

histórica y política y quien acepta que una etapa ha concluido, y un fin y un

principio de siglo se aproxima, diferentes y cambiantes4

En cuanto a Patricia Cox, nació en Oaxaca en 191 1, fue autora de

Alconeda, el artífice insurgente, Por los dominios del hierro, Ruta de plata, Umbral

y, la que nos interesa por abordar un acontecimiento histórico importante como lo

fue la invasión norteamericana de 1848, Batallón de San Patricio (1954) del que

Martha Robles nos dice: “Con unos cuantos datos, Patricia reconstruye aspectos

de la historia sentimental de los protagonistas principales del Batallón (...) Que al

omitir el rigor histórico en sus interpretaciones” (desafortunadamente) debilita el

relato, por que no es “ un riguroso relato de la invasión sino tentativa de recobrar

la memoria del infortunio de los irlande~es”~.

3 Sara Poot, ”Dolores Bolio: figura literaria de vuelta de sig1o”en Ana Rosa Domenella y Nora Pasternac (comp.), Las voces olvidadas de narradoras mexicanas nacidas en el siglo XIX, COLMEX, PIEM, México, 1991, p. 232. 4 Ibidem., p. 234.

Martha Robles, La sombra fugitiva. Escritoras en la cultura nacional, Diana, M&xico, 1989, Tomo It, p. 14.

7 Después de la mención de estas novelas históricas escritas en la primera

mitad del siglo, retomamos a nuestra autora y comprobamos en su obra el rescate

de la historia de la mujer. En La code de los ilusos de Rosa Beltrán, el supuesto

protagonista sería Iturbide, pero la obra nos descubre al protagonista real: una

colectividad femenina. Se presenta también a un personaje histórico masculino

más real, a pesar de la ficción, y no al héroe acartonado de la historia oficial.

Como la historia ha sido generalmente narrada por hombres, el resultado en

ella es la invisibilidad de la mujer en ese pasado que sólo se protagoniza en

masculino. Por esto es que la mujer se ve precisada a unir y reconstruir “las

memorias de las mujeres”, para recuperar su pasado y hacerse vigente en este

presente con una historia que la reconozca como parte de la misma. La mujer

escribe desde sí misma, de su mundo, como también sobre otras mujeres y otros

hombres. La historia de la mujer inicia desde el mismo momento en que comienza

la del hombre.

Entonces, al lograr la mujer recuperar ese pasado, el historiador deberá

“transformar su método; no sólo ya no hacer historia sin las mujeres, sino dejar de

abordar a los hombres como género humano universal”6.

En estos capítulos no pretendo determinar la relación entre historiografía y

literatura, sino responder a las iniciales, a través del acercamiento a la biografía

6 Sylvie Van de Casteele y Danielle Voleman, “Fuentes orales para la historia de las mujeres” Carmen Ramos E. (comp.) Ob. cit., p. 109.

8 de Rosa Beltrán, también menciono lo que la crítica ha llamado “la nueva

novela histórica” además del porqué las escritoras cultivan el género histórico

pero en menor proporción. Como parte medular de esta tesina está la

investigación, como mencioné al principio, de las fuentes y las raíces

documentales que acompañan a Rosa Beltrán en la concepción de esta novela

histórica.

9

“Rasgarse las vestiduras ante la posibilidad de que nuestros admirados héroes puedan haber sido, en tanto que humanos, falibles, sentimentales e incluso debíles, no significa quererlos

más, al contrario representa sacarlos de su contexto, desfigurarlos y, muchas veces en el colmo del fariseismo,

traicionarlos” Los pasos de López, J. Ibargiiengoitia’

I Bibliografía de Rosa Beltrán

Rosa Beltrán nació en México el 15 de marzo de 1960, es escritora,

periodista y traductora. Estudió Letras Hispánicas en la UNAM y Literatura

Comparada en la Universidad de Los Angeles en California. Ejerce el periodismo

cultural en La Jornada Semanal y colaboró en Vuelta. También es profesora de la

Facultad de Filosofía y Letras en la UNAM.

Ha recibido becas por parte del Centro Mexicano de Escritores (novela)

1993-1 994; American Asociation of University Women, Washington, D.C 1992;

Phi-Beta Kappa, University of California, 1992; CONACULTA (narrativa) 1991 -

1992; INBA beca para jóvenes narradores 1984-1985. Y recibió por Plural una

mención al cuento “Vacaciones” (1 986). Su primer libro de cuentos, La espera

(1987), fue publicado por la SEP-CREA y, Federico Patán lo calificb de

satisfactorio y atractivo. Su novela La corte de los ilusos (1995) obtiene el

premio Planeta - Joaquín Mortiz. En 1996 publica un volumen de doce cuentos

7 Jorge Ibargüengoitia. I m pu.~os de 1,bpez. Océano. UNAM. México, 1982, p. 154.

10

titulado Amores que matan. Para la autora entre La corte de los ilusos y

Amores que matan existen dos puntos de contacto, el amor y el humor.’

También en 1996 publicó un libro de ensayos sobre literatura comparada,

titulado América sin americanismos, editado por la UNAM.

De su novela La corte de los ilusos, Rosa Beltrán comenta, en una

entrevista realizada por periodistas, que es una obra construida con base en la

información obtenida de una investigación en documentos históricos y que en

ella se rescatan costumbres, expresiones y dichos de la época del imperio de

lturbide (Agustín de lturbide es coronado emperador el 21 de julio de 1822 y el

19 de marzo de 1823 acaba su efímero imper i~ )~ .

En la portada de la novela se dice que ésta “reinventa la vida y la muerte”

del emperador lturbide y narra su intento de transformar la vida social de los

mexicanos en la de una sociedad aristócrata. lturbide “trata de sacar de la nada

un universo que no existia en México y para el cual, desde luego, nadie

estaba preparado””. Esta transformación se logra en la apariencia solamente

(a la que la emperatriz considera de vital importancia), ya que al improvisar los

trajes que usaran en la ceremonia de coronación del emperador, pretende lo

del dicho popular: “hacer con el hábito al monje”. El propósito de lturbide de

crear un gobierno imperialista es como una epidemia que contagia a toda la

familia Iturbide y a sus amigos cercanos, quienes cegados por una ilusión se

integran a la corte. Rosa Beltrán irónicamente nombra a este grupo “la corte de

los ilusos” y así te da título a la novela.

X I.eo Eduardo Mendoxa. “Amores que matan relatos de poder”. en El liniversal, (México, D.F.) Sección Cultural, 18 de

Luis Villoro. “La revolución de Independencia”, en Historia General de México I, COLMEX, México, 1987, p. 643. marzo de 1997. p. 14. 9

10 Jorge Volpi. “Como inventar y destruir un imperio en diecinueve lecciones“, en Revista de Literalura Mexicanu Contemporcinea, núm. 2, enero - abril, vol. I, (University or Texas, El Paso, Ed. Eón), 1996, p. 74.

11 Para la autora, la historia es el producto de actos colectivos porque “las

explicaciones sobre la historia, no las construye un personaje, las construimos

todos””. La historia es protagonizada por la sociedad en común y éSta no la

escriben sólo los vencedores y los héroes, sino también los protagonistas

marginales a los que Rosa Beltrán les da voz, como a la princesa Nicolasa,

hermana mayor del emperador, o madame Henriette, la modista de origen

francés. La corte de los ilusos es una novela que recrea personajes a los que

muestra con sus defectos y sus virtudes, no nos ofrece estereotipos de héroes,

ni de heroínas.

Para Rosa Beltrán no sólo las batallas bélicas son parte de la historia,

sino también las batallas “domésticas, las sentimentales, las batallas de los

sueños””. Batallas de las que no solamente son víctimas las mujeres, sino

tambi6n los hombres, por lo que les da voz a ambos géneros y los hace seres

con equivocaciones y deseos.

En La corte de los ilusos podemos apreciar una perspectiva diferente de

recrear la historia oficial. Esta nueva narrativa ofrece al lector otra versión de

los hechos históricos a través de la desvirtualización de la construida verdad

oficial y la presentación verosímil del personaje que es héroe o prócer de la

historia.

Desde tiempos pasados el ser humano siempre ha indagado y tratado de

decir su verdad, su modo de ver pasar el tiempo y los acontecimientos, de

hacer y decir la historia. Y no sólo es esta una característica masculina, porque

11 Pablo Espinoza. “El sueño masculino del poder tan ridículo como el de la Cenicienta”, La Jornada, (México, D. F.), 5 de

Pablo Espinoza. Ob. cit., p. 27. marzo de 1995, p. 27. 12

12 vemos que “Una tendencia persistente en los escritos feministas

contemporáneos ha sido el intento de descubrir las raíces de las formas

modernas del predominio masculino en nuestro pasado más remot~” ’~ .

II La fiesta que no cesa

Debemos reconocer en primera instancia que el auge de la mujer

novelista o narradora se ha convertido “en una fiesta que no cesa”I4. Porque

como vemos en este fin de siglo es notoria su aparición en el circuito del canón

literario que tradicionalmente fue masculino.

En un ensayo, Michelle Perrot nos señala que la historia de las mujeres

ha pasado por tres etapas: la primera consistió en demostrar la opresión de la

que es víctima, después el comprender por qué lo es y la siguiente consiste en

“la determinación de mostrar en todos los niveles su papel positivo, su

presencia y su participación

Cabe señalar que no son comparables el contexto histórico y social de la

historia de la mujer francesa al que Michelle Perrot se refiere con el de la mujer

latinoamericana, pero lo menciono en un sentido general, porque podemos

hablar de una aparente “universalidad” de la subordinación femenina.

La tercera etapa en la que la mujer demuestra su presencia y su

participación es aquella en la cual las escritoras a través de sus obras

l 3 Linda L. Nicholson. “Hacia un método para comprender el género” en (Carmen Ramos E. (comp.)) Ob. cit., p. 164.

Comlemporhnea, Universidad or Texas at El Paso, vol. I, núm. 2, enero ~ abril, 1996, p. 40.

14 Vicente Francisco Torres, “Tres lustros de novela mexicana” en Revista de Literatura Mexicana

Michelle Perrot. Ob. cit. p.82.

13 descubren a la mujer del pasado. Mujer que ha sido también personaje de la

Historia.

Nos dice Helene Cixous que el lenguaje “es el lenguaje del hombre y su

gramática”; entonces la mujer se ve forzada a luchar contra ese lenguaje en el

esfuerzo por “rehacerlo como lenguaje adecuado” a conceptos propios? Estos

conceptos propios se logran a través de un conocimiento profundo y personal

de ella misma. Por lo que la historia de las mujeres se llevará a cabo por medio

de la reconstrucción de la memoria de sus congéneres.

Así mismo Rosa Beltrán declara que escribe no sólo desde “el lenguaje

prestado”, heredado de “una tradición en donde los hombres han decidido

c6mo son las mujeres”, sino que trata de “explorar todo desde (su) cuerpo y

desde (su) experiencia”, trata de escribir la verdad de la historia de la mujer

desde sus propias convicciones. Su idea es crear un modelo alterno, no

contrario u opuesto, es crear “nuevos modos de decir la realidad” de México y

de su historial7.

Sí la imagen de la mujer ha sido construida a partir de la visión

masculina, entonces lo que se propone nuestra autora es “que la mujer hable

desde su propia realidad” y por medio de la reescritura de la historia escrita por

los hombres y descubra “ lo que fue suprimido, ocultado y olvidado, llenando

así las lagunas de la historia (...) tomando la presencia de las mujeres en los

Citado por Annete Kolodny, en “Danzando en campo de minas. Algunas observaciones en torno a la teoría, ~~

práctica literaria feminista”, Topodrilo, (México, D.F.), núm. 30, sep - oct de 1993, p. 44.

14 acontecimientos históricos de los cuales muy desenfadadamente se les ha

Nueva Novela Histórica

Georg Lukács nos dice que la novela histórica “persigue como meta la

plasmación de la totalidad de manifestaciones vitales”, y el autor lo logra a

través de “la invención poética de figuras del pueblo que personalicen con

vitalidad la vida intima de éste, las principales corrientes en

Por otro lado, autores como Seymour Menton y Francisco Morales

Padrón señalan que la novela histórica es la que refleja el ambiente económico,

político y social de una época, una novela en que un suceso específico sacado

de la historia determina el desarrollo del argumento2’.

También en la novela histórica se observa una tendencia a la biografía,

porque trata de proponer un ideal humanista por medio de figuras ejemplares a

las que toma “como modelos, como precursores vivos y resucitados de las

grandes luchas”. Es el individuo que surge del pueblo para ser protagonista de

la historia y es capaz de “responder justamente a los problemas que en ese

momento conmueven profundamente la vida del pueblo”. Georg Lukács señala

que desde el siglo XVII y XVIII se escribían obras con este tema, y se podrían

“considerar como precursoras las elaboraciones de la historia antigua y de

mitos en la Edad Media y remontarse aun hasta China o la India”, pero en el

17 Leo Eduardo Mendoza, Ob. cit., p.4 I 8

19 Georg Lukács. La nueva novela histórica, Era, MCxico, 1997, pp. 298 y 398. Michelle Perrot, Art. cit., p. 80.

15 caso de Hispanoamérica, Seymour Menton menciona el siglo XIX como el

periodo en el que nace la novela histórica tradicional; momento en que surge

un fervor patriótico y un gusto por el paisaje nacional2’.

A principios del siglo XX, la narrativa hispanoamericana recreó sucesos

políticos y sociales como la invasión de Estados Unidos a los países

latinoamericanos o la Revolución Mexicana, sucesos que originaron la creación

de un tipo de novela que mostraba una búsqueda de identidad nacional y una

preocupación por los problemas sociales como el racismo y la explotación

económica.

En 1930 las novelas adquieren una tendencia a la denuncia, el novelista

escudriña “la selva, el llano, el cocal, la mina, etc. Para hacer un inventario de

injusticias y explotaciones (...) en el que el público lector no hallará (...) valores

estéticos sino mensajes politicos y reinvidicaciones sociales”22. En la década

de los cincuenta, la novela es un reflejo de hechos y situaciones sociales a

través de una prosa cuidada, no hay intención de compromiso sino más bien un

propósito testimonial. Así en México a finales de los años ~ O ’ S , es publicada la

primer novela sobre la ciudad de México, La región más transparente de Carlos

Fuentes! con temática mítico - social.

En la década de los años setenta se origina una nueva corriente dentro

del género histórico, la Nueva Novela Histórica, este nuevo género es un

desmantelamiento de la Historia a través de una visión diferente, la legitimidad

’O Seymour Menton. La nueva novela histcirica de la América Latina (1979- 1992), FCE, México, 1993, y Francisco Morales Padrón. América en sus novelas, Cultura Hisphica, Madrid, 1983.

22 Ibidem. p. 15.

21 Georg Luckács. Ob. cit., pp. 377 y 392.

16

histórica se desvanece por la desconstrucción y degradación “de los mitos

constitutivos de la nacionalidad”.

Fernando Ainsa (“La reescritura de la historia en la nueva narrativa

latinoamericana”), Alexis Márquez Rodriguez (“Raíces de la novela histórica”),

Claude Fell (“Historia y ficción en Noticias del Imperio”) y Seymour Menton (La

nueva novela histórica de la América latina (1979-1992)) son algunos de los

autores que han realizado ensayos sobre la “Nueva novela histórica’’ (NNH’).

Alexis Márquez, en su citado ensayo, nos dice que lo que da carácter

histórico a una novela es la presencia de personajes y episodios históricos,

tratados de un modo tal que sufran un proceso de ficcionamiento”, es decir, “el

autor no construye su relato con personajes y acontecimientos imaginarios,

sino a partir de hechos históricos reales, a los cuales les dio un tratamiento

adecuado para hacer con ellos una novela, y no una crónica o un libro de

historia J23.

Y Claude Fell dice que la historia y la literatura tienen numerosos puntos

de contacto, sin embargo cada evento es reconstruido de diferente manera,

porque: “lo referencia1 constituye, en la novela histórica tradicional, un marco

adecuado para recrear un “ambiente” exótico o pintoresco, mientras el

historiador aborda el acontecimiento en su e~pecificidad”~~

Estos autores señalan que una de las características principales del

género nueva novela histórica es el rompimiento de la historia oficial por medio

de una reinvención de la misma. El autor hace una “libre interpretación de la

‘A partir de aquí indicaré “Nueva novela histórica” con l a s siglas NNH. 23 Alexis Mhrquez R. “Raíces de la novela histbrica”, Cuadernos Americanos, (UNAM), vol. 4, núm. 28, jul- agos de 1991, pp. 33 y 40.

17 historia”, ofreciendo en la NNH un contraste entre los hechos reales y la

forma en que el novelista los narra, asistido de múltiples recursos narrativos

que convergen en puntos de deformación, hasta llegar a lo grotesco en los

personajes y acontecimientos elegidos.

El escritor rompe con el esquema tradicional de la novela histórica y

centrando su atención en los héroes históricos (en la mayoría de los casos) en

su trabajo narrativo trata de “establecer una nueva imagen de ese determinado

hombre providencial o prócer de la historia y a través de un proceso de

carnavalización los despoja de los atributos otorgados por la leyenda, el mito y

la historia oficial. El autor lleva a cabo una distorsión de la historia mediante

omisiones, exageraciones y anacronismos.

Seymour Menton nos comenta que un factor importante para la creación y

publicación de la NNH fue la aproximación del quinto centenario del

descubrimiento de América (1992)25. No se le debe restar su influencia a dicho

acontecimiento, pero no creo que sea determinante o el Único factor para el

auge de esta corriente, por lo menos no lo es para La corte de los ilusos.

Sin embargo, creo acertada la propuesta de Fernando Ainsa acerca de

que el auge de la novela histórica “se ha dado en forma paralela a la apertura

de la historia a otros campos (...) y a las discusiones teóricas sobre la

naturaleza de los discursos historiográfico y ficcional”26.

Esta nueva perspectiva de ambas disciplinas ha propiciado el análisis de

los referentes oficiales en la narrativa, y también se analizan “las estrategias

24

25

26

Claude Fell, “Historia y ficción”, Noticias del Imperio, Idem., p. 29. Seymour Menton, Ob. cit., p. 48. Alexis Márquez, Ob. cit., p. 14.

18

historia y la literatura ha sido el origen en la creación literaria de un género

que es una “polifonía interdisciplinaria”, en donde las posibilidades no se

agotan y en las fuentes documentales, la creación y los procedimientos

narrativos guardan relación entre sí. Sin olvidar mencionar que “toda historia se

escribe en función del presente, no sólo como lección, sino como

interpretaci~n”~~

¿Quiénes son los precursores de la NNH?

Fernando Ainsa señala que la novela histórica es un género que ha

estado en desuso, salvo las honrosas excepciones como son: N reino de este

mundo (1 949) de Alejo Carpentier, Los recuerdos del porvenir (1 965) de Elena

Garro, Zama (1 965) de Antonio Di Benedetto, Los codejos del diablo (1 970) de

Germán Espinosa, Yo, el supremo (1974) de Agusto Roa Bastos, etc.

Y menciona que la década de los ochenta es un periodo del que puede

decirse que es “auténtica y vigorosa” la “corriente de ficción histórica

latinoamericana”, proponiendo a más de 20 autores latinoamericanos como

cultores de dicho género. Entre ellos incluye a Fernando del Paso, Noticias

del imperio (1 987); Hornero Aridjis, 1942 vida y tiempos de Juan Cabezón de

Castilla (1985); Edgardo Rodriguez Julia, La noche oscura del niño

Avilés( 1984); Abel Posse, Los perros del paraíso (1 983); Jorge Ibargüengoitia,

Los pasos de López (1 982); Martha Mercader, Juanamanuela, mucha mujer

(1 980), etc. Por otra parte, Seymour Menton cita más de 100 obras editadas en

América Latina en dicha década.

L / Fernando Ainsa, Ob. Cit. p. 12

19

Alexis Márquez menciona que Fernando Ainsa propone como iniciador

a Carlos Fuentes porque es “el primero en desmantelar de un modo

programático total la novela histórica tradicional” con Terra nostra (1975), con

la cual la ficción a través de un tratamiento de deformación y adulteración

deliberada”28. Otro autor, señala Fernando Ainsa, que “intuyó las posibilidades

literarias” de la nueva novela histórica es Alejo Carpentier quien a través de la

“derrisión” de personajes históricos hace una inversión del rigor documental e

informativo de la historiografía y cuenta las cosas como “debieron o pudieron

haber sucedido”. En éI las anécdotas o episodios históricos son

retextos para reelaborar la historia, como ocurre en sus obras: El reino de este

mundo (1 949), Concierto barroco (1 974) y El arpa y la sombra (1 979).

Un aspecto más que expone la NNH es el cuestionamiento de la

legitimidad histórica. A través de la narrativa se compensan las deficiencias de

la historia la que, por la censura u otros motivos, no rescata en su totalidad a

todos los protagonistas. La literatura da “VOZ a lo que la historia ha negado,

silenciado o perseguido”, así como Martha Mercader, con su novela

Juanamanuela, mucha mujer (1 980), aborda la biografía de la escritora

argentina del XIX, Juana Manuela Gorriti. También incluiríamos en la NNH, Los

pasos de López (1982) de Jorge Ibargüengoitia, que reelabora, a manera de

pastiche, Hidalgo: la vida del héroe (I 948) de Luis Castillo Ledón y un folletín

por entregas, Sacerdote y caudillo (1 864) de Juan Mateos. Otra novela

28 Alexis Márquez, Ob. Cit. p.15-16.

20 importante es Noticias del lmperio (1 987) de Fernando del Paso, quien

reescribe pasajes de Maximiliano de lrineo Paz, Calvario y tabor de Riva

Palacio y N cerro de las campanas de Juan Mateos.

21 29

Es así como a partir de las obras ya mencionadas de Carlos Fuentes y

Alejo Carpentier se inaugura la “nueva novela histórica”. Y éstas dan origen a la

creación de obras que nos ofrecen un mosaico de imágenes y personajes

históricos transformados y enriquecidos a través de la diversidad de los

recursos narrativos. La NNH rompe con la tradición que impone la

historia oficial, entonces, “la voz anónima de quienes no aspiran al

protagonismo tiene un papel tan o más relevante en la historia de los pueblos

que el registro de las voces de las personalidades y las instit~ciones”~~.

111 La relación paródica entre el texto y

el pretexto

Rosa Beltrán es una escritora que crea una novela con el producto de un

amplio estudio histórico y de una investigación exhaustiva para lograr un

equilibrio entre la información ya elaborada anteriormente por historiadores, es

decir el discurso objetivo; y la creación personal, el discurso subjetivo.

En un artículo Elzbieta Sklodowska señala como una de las premisas

concernientes a la parodia la relación paródica entre el texto y el pretexto que

analogías localizadas en ambas obras emprendí un análisis comparativo

los capítulos de cada una de las obras. Es comprensible encontrar a los

24 de

mismos personajes, aunque en otras novelas de género histórico los nombres

son eludidos o definitivamente son otros. Como en Los pasos de López, de

Ibargüengoitia,los personajes son el Padre Periñón, Carmelita la corregidora,

Diego el corregidor, Matías Chandón, etc, y sin mayor referencia por parte del

autor, sabemos cuáles son sus modelos históricos. Este velado camuflaje sería

un recurso y otro es el de mencionar los nombres originales, como en el caso

de LCI, porque consultando las fuentes históricas tos personajes de la novela

tienen nombre y apellido que corresponden a los personajes históricos. Por

ejemplo, en LCI, se dice "La Emperatriz paró en seco a Joaquinita. Por más

dama honoraria que fuera, la mujer del Marqués de Salvatierra era persona

capaz de sacar de sus casillas al santo Job."(p. 13). "En un sillón aparte doña

Ana lraeta de Mier (...) y doña Loreto de Vivanco y Vicario" (p. 25), "Doña Ana

Ozta comentó" (p. 31). Consultando a Romero de Terreros en su obra La corte

de Agustin de /., emperador de México*, este dice: "su 'Camarera Mayor" la

Condesa de San Pedro del Álamo, doña María Joaquina de Valdivieso (...)

Seguía en categoría la "Dama primera y Guarda Mayor", doña Ana Maria lraeta

de Mier. Como "Damas" figuraban las siguientes: doña Ana Ozta; (...) la

* Romero de Terreros, D. Manuel. La corte de Agustin de 1. Emperador de M&ico, Imprenta del Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía, Mkxico, 1992.

23 esta serie proporciona un amplio espectro del pensamiento crítico de nuestro

tiempo".

La historiadora nos dice en el prefacio: "La meta de este libro, entonces,

no es glorificar a Iturbide, pues esto no sería adecuado. El objetivo es alcanzar

un entendimiento más claro de las complejas cuestiones que surgieron

inmediatamente después de la emancipación política de España, cuando

México por primera vez volvió su atención al problema de cómo organizarse a

sí mismo como una entidad separada"33

Me pregunto si en sus fuentes históricas Rosa Beltrán incluye a la

historiadora Anna Timothy, porque LC1 coincide en varias ankcdotas con el

estudio histórico. Debido a esto consulté las fuentes históricas que señala la

investigadora y tuve una tarea doblemente mayor, porque aumentó el número

de las fuentes históricas y la correspondencia entre las mismas. AI leer los

primeros capítulos de la novela, la autora nos narra en breves páginas la

infancia y la adolescencia de Agustín de Iturbide, y en el capítulo final su

muerte.

Estos dos capítulos fueron una introducción interesante, más que a la

novela LCI, a la de la investigación histórica Ell. Después de estas primeras

33 Anna Timothy, N imperio de Iturbide, CNCNAlianza, México, 1991, p. 11. Las citas textuales de esta obra que haré en adelantelrán seguidas por el número de página entre paréntesis y corresponderán a está edición. A partir de aquí está obra la indicaré con las siglas Ell.

22 conjunción, la división es casi imperceptible y surge un estrecho vínculo entre

la historia y la ficción.

Debía de hacer un estudio profundo y detallado si quería comprobar la

veracidad de los hechos y los personajes de la novela LCI. Por lo que el

periodo histórico de lturbide lo consideré sólo como un motivo para que Rosa

Beltrán creara una trama. Desafortunada o afortunadamente al leer el libro de

Anna Timothy encontré lo que no creí posible: los personajes y anécdotas

mencionados en LCI, tenían una correspondencia casi exacta.

Lo que me confirma lo señalado por Jorge Volpi, que "no es coincidencia

que los nombres de los personajes de Rosa Beltrán coincidan con los de

lturbide y su Corte, y que las fechas en que ocurren los sucesos correspondan

con las que quedaron asentadas en los documentos de entonce~' '~~. El libro de

la historiadora Anna Timothy, El imperio de /turbide(Ell*) es editado por primera

vez en 1990 en la Universidad de Nebraska y posteriormente en 1991 en

México por CNCN editorial Alianza. Es un libro que pertenece a una colección

llamada Los noventa de los cuales éste es el número 70, este ejemplar se

sustenta en diversos libros de la época de lturbide y otros históricos. Algunas

de estas fuentes me fue posible consultar y obtuve mayor información. El

propósito del libro de Anna Timothy consiste en poner " al alcance de los

lectores una colección con los más variados temas de las ciencias sociales. (...)

32 Jorge Volpi, Ob. cit. p. 73.

21 documentos históricos, como el libro N imperio de Iturbide; y discurso

subjetivo+texto+La corte de los ilusos*

De su obra La corte de /os ilusos (LCII), Rosa Beltrán señala que sus

fuentes formales fueron "En un principio los textos que están en los archivos y

en las bibliotecas, es decir las historias oficiales", y documentos de otro tipo

como el "Tratado de las obligaciones del hombre en sociedad, Catecismo del

Padre Ripalda y Haciendo Hogar (...), pretexto. Entonces trato de compaginar

todas en una historia que ante todo es ficción y tiene como prioridad la

l iterat~ra".~' Podemos observar que hace uso de refranes, panfletos e

inscripciones de textos públicos como introducción a cada uno de los

diecinueve capítulos de su novela, y también los usa como alusión a la época

del imperio.

Con el fin de contar con información formal sobre este episodio histórico

inicié una exhaustiva búsqueda, mi intención no era indagar la precisión de los

episodios, personajes o lugares mencionados en la novela, sino solamente

encontrar la correspondencia de los personajes ficticios de la novela (si los

hubiera) con los personajes históricos. Pensé que sería difícil encontrar esta

correspondencia, ya que la novela como género literario permite la

combinación de lugares, de tiempos y de personajes. Si es bien lograda esta

* Sklodowska, Elzbieta. Texto crítico, (Jalapa, Veracruz, México), Nueva Epoca, num. 1, julio- diciembre de 1995, pp. 1 O1 -1 07.

/os ilusos, Planeta, México, 1995. Pablo Espinoza, Art. cit., p. 27.

A partir de aquí indicare la obra La corte de los ilusos, con las siglas LCI. Beltrán, Rosa. La corte de

31

25 Marquesa de Salvatierra, doña Joaquina de Estanillo; la de la Cadena, doña

Loreto de Vivanco y Vicario.”(p. 21).

Entre los personajes principales se menciona el nombre completo de la

emperatriz, “Ana María Josefa Ramona Huarte Muñoz y Sánchez de Tagle”, y

Romero de Terreros nos indica que la emperatriz ”recibió los nombres de Ana,

María, Josefa, Ramona“. También los demás nombres de los personajes fueron

reales. La única excepción es Madame Henriette (que sirve como hilo

conductor de la trama) un personaje ficticio.

También el episodio del velorio de lturbide narrado en LCI, me pareció

irónico y ficticio, pero en verdad, Agustín de lturbide fue “vestido con el hábito

de los franciscanos,” y “velado a la luz de cuatro velas1134 Siendo la fuente

histórica citada por Anna Timothy, José Ma.Bocanegra. Memorias para la

historia de México lndependiente 1822-1846. La primera fuente que consulté,

me despertó un afanoso interés porque si encontré el episodio del velorio de

Iturbide tal y como es narrado en la novela. Es así cómo consulté otros autores

citados por la historiadora, y son:

- Carlos Ma. De Bustamante, Cuadro histórico de la Revolución Mexicana

1810.

34 Ibidem., p. 248.

26 - José Ma. Bocanegra. Memorias para la Historia de México

independiente 1822- 1846.

- Francisco Castellanos, N trueno, gloria y martirio de Agustín de Iturbide.

En este libro la reseña de la cuarta de forros nos dice: "es una luz equitativa y

justiciera sobre un personaje de la Independencia Mexicana, al que el olvido y

los intereses ajenos a la investigación de la verdad se han empeñado en

privar de su auténtica dimensión". A este texto se le reconoce como una

aportación a la auténtica historia de México.

- Manuel Rivera Cambas, Los gobernantes de México. Es un texto de historia

que conjunta una antología de biografías, y retratos de los Virreyes,

Emperadores, Presidentes y Gobernantes de M6xico.

- Rafael F. Muñoz, Santa Anna, el dictador resplandeciente. Nos dice el autor

que escribió la biografia de Santa Anna, pues "le molestaba que unánimemente

todos lo repudiaran". Este libro es "un ejercicio admirable de exposición

histórica y de creación literaria, en que el autor sólo toma partido por la verdad

del personaje".

Es así como en esta consulta encontré las analogías entre LC1 y Ell.

Partiremos de que esta novela pertenece al género irónico porque

considerando que parodia es la imitación irónica o burlesca de personajes

(caricaturesca), de conductas sociales (sátiras) o de un pretexto con el objetivo

27 de conseguir un efecto cómico. La relación que existe entre el texto (novela)

La corte de los ilusos y el pretexto (texto histórico y fuentes históricas) El

imperio de lturbide, se caracteriza por una distancia irónica que produce un

efecto cómico y de trangresión, denotando la intención paródica del autor. Y

respecto a la presencia de un texto en otro, nos remitimos a Gerad Genette que

define a la intertextualidad como: “una relación de copresencia entre dos o más

textos (...), como la presencia efectiva de un texto en otro. Su forma más

explícita y literal es la práctica tradicional de la cita”35. Forma que es señalada

por medio de comillas y que en LCI, sí hay algunas, pero no en la mayor parte

de las citas realizadas.

No puedo negar que La corte de los ilusos es un recuento disfrutable y

humorístico, totalmente documentado. Es un pastiche, un palimpsesto que,

como toda ficción, nos relata lo que pudo haber sido.

Para realizar una comparación entre el texto y los pretextos, dividiré la

obra en 3 partes que son: Coronación, que comprende los capítulos 1 al 4.

Estos son biográficos e introductorios al desarrollo del Imperio. “El Imperio y los

enemigos de Iturbide”, que abarca del capítulo 5 hasta el 15 se desarrolla el

breve imperio y salen a escena los enemigos y desertores de Iturbide. El

35 Genette, Gerard, Palimsesto. La literatura de segundo grado, Taurus, Madrid, 1989, p. 10.

28

primero en acción es Antonio López de Santa Anna, después Fray Servando

Teresa de Mier, y dos de las mujeres más cercanas a éI, su prima Rafaela,

Marquesa de Alta Peña y su esposa Ana María, y los insurgentes Vicente Guerrero y

Guadalupe Victoria. “La Abdicación” que comprende losúltimos capítulos, del 16 al

19, parte en la que se narra el destierro y el fusilamiento.

LA CORONACIóN

Para crear la escena de la ida a San Agustín de las Cuevas y de la

prueba del traje de coronación, la autora se basa en el aplazamiento de la

coronación debido a un malestar que sufre Agustín de Iturbide, por lo que sale

hacia su casa de descanso en San Agustín. Este capítulo es en tono paródico

por parte de Rosa Beltrán, porque una inchazón en la nuca es absurda,

respecto al concepto médico, en cuanto al concepto irónico la escena alude a

una deformación de las ideas de lturbide en el momento de ascender al poder.

Esta nueva experiencia para el emperador, lo hace despegar los pies de la

tierra.

La primer intertextualidad de LC1 nos dice que “lturbide enfermó de una

hinchazón en la nuca y decidió ir a reponerse a la casona” (p. 14) y la cual en

Ell aparece de la siguiente manera ”El 27 de junio se llevaría a cabo la

ceremonia de coronación (se pospuso hasta el 21 de julio debido a una breve

enfermedad de Iturbide)” (p. 91)

29 Líneas más adelante en LC1 dice: “Agustín pasaba las tardes de jueves

y domingo frente al mirador del Colegio de Santa Rosa, presumiendo a las

educandas el uniforme de alférez (...). Desde el balcón, la joven Ana Maria

Huarte (...), se asomaba a la calle a sonreír a los cadetes. Hasta que un día vio

emerger de entre los uniformes la cabeza cobriza y rizada de Agustín” (p. 15).

Y en líneas anteriores en la página I O , el joven cadete decidió casarse con

una pupila del Colegio de Santa Rosa”. En la obra de Manuel Romero de

Terreros se narra este episodio de la siguiente manera:

Por aquella época, (...). Era costumbre en aquel colegio que las tardes de los domingos y jueves saliesen al mirador del edificio las educandas que por su buena conducta hubiesen merecido tal premio, (...) se llenaba la Plazuela de las Rosas de los jóvenes vallesolitanos (...). Entre los concurrentes se distinguía por su apostura y marcial continente el rico mancebo don Agustín de lturbide, (p. 8)

Aquí Rosa Beltrán puntualiza en que Agustín de lturbide presumía su

uniforme de alférez, con este comentario ironiza la importancia que le dan a la

apariencia, al traje, y no como lo indica M. Romero de Terreros, que Agustín de

I. “se distinguía por su apostura y marcial continente”

En LC1 se narra la reunión de la Corte en el Palacio de Moncada para dar

el visto bueno al traje del Emperador, a la que no pudo asistir “doña Josefa

Ortiz de Domínguez, quien había mandado decir que lo sentía muchísimo pero

que no pensaba ir a la prueba ni aceptar el cargo de Dama de Honor porque

quien era soberana en su casa no podía servir en casa ajena”(p. 23). En

Manuel Romero de Terreros escribe: “Cuéntase que cuando doña Josefa Ortiz

30 de Domínguez, “la Corregidora”, recibió su nombramiento de Dama de

Honor, rehusó aceptarlo, diciendo al portador de éI: Diga usted que la que es

soberana en su casa no puede ser dama de una Emperatriz!”(p. 21)

En el mismo capítulo de LCI, se afirma: “Rafaela tranquilizó a Joaquinita,

o cuando menos, trató de hacerlo. Le explicó que todas las insignias juntas no

sumaban ni siete mil pesos porque, la mayoría era de imitación” (p. 47).

Y en Manuel Romero de Terreros: “Las insignias de ambos soberanos

eran iguales y no deben haber sido muy espléndidas, puesto que todas ellas

costaron poco menos de siete mil pesos” (p. 30).

En ambos textos, tanto el decir que las joyas era “de imitación” o que no

eran “muy espléndidas”, aluden a que el nuevo imperio era sólo una imitación,

algo falso y no algo auténtico y original.

Más adelante, en LCI, “Los participantes que estaban más cerca del coro

comenzaron a seguir a Cabañas en cuanto oyeron entonar las primeras notas

del Te Deum y fuera del edificio, desde un tablado, se mandó que el General

Ontibañez arrojara monedas acuñadas para la ocasión, a fin de distraer a los

revoltosos”(p. 54). Manuel Romero de Terreros, dice que “Se entonó el Te

Deum, y afuera de la Catedral, desde un tablado, arrojaron los Reyes de Armas

al pueblo las monedas que al efecto se acuñaran”(p. 32). Lo mismo aparece en

José Ma. Bocanegra, I’ y desde los balcones los reyes de armas reiteraron el

31 viva arrojando monedas al pueblo, lo mismo que en el paso señalado en el

ceremonial”(p. 71). Y en Manuel Rivera Cambas: “Para el acto fueron aseadas

y adornadas las calles (...) y en el día de la coronación de hora en hora, fueron

arrojadas al pueblo monedas acuñadas según el diseño aprobado por el

Congreso y troqueladas, otras para enviarlas a las Cortes extranjeras”(p. 87).

En este episodio la acción de arrojar las monedas a la concurrencia

coincide con otros textos, y lo que podría señalar es que la voz de la autora

Rosa Beltrán se deja escuchar en, “con el fin de distraer a los revoltosos”, es

decir que con esta acción el emperador compra a los individuos que no

estaban de acuerdo.

En LCI: “El obispo dio por concluida la ceremonia. (...) cuando se dio

cuenta de que lturbide tenía la corona algo ladeada. Se acercó al solio y, con el

pretexto de dar la última bendición a los esposos, dijo: - Que no se caiga la

corona, Señor Emperador. - Descuide, Señor Obispo- respondió el Dragón,

creyendo que Cabañas lo decía con mala leche -. Yo cuidar4 que no se me

caiga”(p. 55).

Manuel Romero de Terreros señala que: “Mangíno, al coronar al

Emperador, le dijo: “No se le vaya a caer a V.M”, a lo que éste contestó: “Yo

hark que no se me caiga” (p. 32). Rafael Muñoz, “Mangino, coloca la corona de

tres diademas, sobre la testa de Agustín de Iturbide. Debe haberle quedado

32 mal, quizá muy chica, porque Mangino se preocupa por su estabilidad Y dice:

- No se le vaya a caer Vuestra Majestad - Yo cuidaré que no se me Caiga”(P.

47).

Podemos observar que en los tres textos el diálogo es similar, incluso

denota mayor parodia, el de Rafael Muñoz porque dice: “Debe haberle

quedado mal, quizá muy chica”, lo que alude que tal vez Agustín de lturbide no

estaba preparado para tal nombramiento.

Líneas más adelante, en la misma página de LCI, It Su alteza, Agustín de

I. decidió que no quería pasar por el mismo sitio por donde había llegado. (...),

y desviaba la ruta original de la procesión para pasar frente a la casa de la

Güera Rodriguez (...) Hasta ese momento, la Emperatriz( ...) adivinó que dejarlo

asistir a sus tertulias no sólo había sido mal sino pésimo”(p. 55). Manuel

Romero de Terreros en las páginas 9 y 10 en las páginas habla de este cambio

de ruta pero en relación con la entrada del ejército Trigarante a la ciudad,

mencionando la relación de lturbide con la Güera Rodriguez. ÉI señala que

esto es de un autor anónimo de “Bosquejo de la revolución de México” y nos

dice lo siguiente:

“Contrajo (Iturbide) trato ilícito con una señora principal de México, con reputación de preciosa rubia, de seductora hermosura (...) Aunque en realidad no existió prueba fehaciente para el aserto, pronto se propagó por todo el país la especie de que el jefe de las tres garantías tenía relaciones amorosas con la famosa “Güera Rodriguez”, (...) “Este influjo era tal (...) que habiéndose determinado muy formalmente que la entrada del Ejército Trigarante se hiciese por la calle de Tacuba no se verificó sino por las de

33 San Francisco y la Profesa, porque así lo quiso la dama favorecida por el caudillo de las tres garantías".

En el mismo episodio de LCI, respecto al cambio de ruta de Iturbide, la

emperatriz dice: "Pésimo había sido creer ciegamente en aquella salida

intempestiva de Iturbide,( ...) más tarde lo supo, ni había habido abrazo, ni

había sido en Acatempan"(p. 56). Y Francisco Castellanos nos lo narra de la

siguiente manera: "Pero no fue en Acatempan, imposible que ahí se verificara.

Esto ha quedado ampliamente aclarado en los estudios e investigaciones que

se han hecho al respecto. Acatempan no estaba en ninguna ruta que hubieran

podido seguir lturbide o Guerrero para entrevistarse. (...) ¿Abrazo? No lo hubo.

Esto lo confeso más adelante el propio Vicente Guerrero"(p. 89).

Este episodio es un comentario de crítica a los textos y fuentes históricas,

porque incluso las propias fuentes estaban equivocadas, ya que ¿Abrazo? No

lo hubo". Transforma el discurso objetivo de la historia en un discurso mítico,

contesta con la verdad las mentiras.

En LCI, después de la coronación se propuso la formación de la Orden de

Guadalupe y la "Junta Provisional había elaborado una versión tentativa a

petición de lturbide "( ...) "De Grandes Cruces - dijo -. No más de cincuenta. De

Número; no más de cien. Supernumerarios: número limitado, siempre y cuando

la elección esté sujeta a que no adeude ningún pago de impuestos y se

disponga de crédito favorable."(p. 65). Y en Rafael Muñoz: "lturbide ha

34 propuesto a la Junta Provisional gubernativa, que decreta de acuerdo la

creacion de la “Orden Imperial de Guadalupe”, con la cual premiar los servicios

hechos a la nación (...). Los “Grandes Cruces” pueden llegar a cien, son nada

más títulos del Imperio. Los “Supernumerarios”, de número ilimitado, son

nobles comunes y corrientes”(p. 43-44).

Aquí Rosa Beltrán dice que de: ”Supernumerarios: número limitado,

siempre y cuando (...) no adeude ningún pago de impuestos y se disponga de

crédito favorable”; y Rafael Muñoz dice que los: “supernumerarios”, de número

ilimitado, son nobles comunes y corrientes”. Es decir que Rosa Beltrán ironiza

al decir que cualquiera, no podía ser un aspirante a la Orden de Guadalupe,

porque se debían considerar determinados requisitos de una clase social

aceptable. Es una sátira a las conductas políticas.

EL IMPERIO Y LOS ENEMIGOS

En LCI, Rosa Beltrán insiste en la enfermedad de poder de la que es

víctima Agustín de lturbide al coronarse emperador: “Pero el manto de armiño

obligaba a engañarse a quien lo llevaba puesto. Si el emperador debía elegir

entre quienes le propinaban un amor o un odio desmedidos tan sólo por efecto

del armiño, ¿ por que iba a elegir a los segundos?” (p.73). Y como lo dice Rosa

35 Beltrán en el personaje de Agustín de Iturbide, que ni éI ni “ninguno de los

dos grupos estarían dispuestos a darle una visión justa de lo que ocurriera”

porque el poder ciega a cualquiera.

- SANTA ANNA

Rosa Beltrán nos relata en LC1 el cortejo del brigadier Santa Anna a la

Princesa Nicolasa, usando como escenario la conocida Casa de los Azulejos,

en una escena que más que erótica resulta una sátira y exageración grotesca:

El brigadier embiste con palabras, fragua planes, aprieta un poco más la mano de la Princesa. Ella lo deja apretar, lo mira dirigirse a su persona con una dulzura que no le corresponde, que es o debiera ser para otra.( ...) ÉI baja la vista, se entrega a la contemplación de unas manos. Mira las arrugas y las manchas. Manos de vieja.( ...) Acerca la mano, libera uno a uno los botones. Siente el paño suave entre sus dedos. (..) Pero la mano renuncia a esta fascinación. Separa esa cortina doble con cierta ansiedad. Algo surge amenazante; algo que se yergue y se eriza al contacto de una mano, algo que embiste y se enfrenta a la oscura y afilada mano de buitre que lo apresa”(p. 77).

En el mismo episodio de LCI, Rosa Beltrán escribe:

Cuando le avisaron que ya el Emperador estaba a punto de llegar, Santa Anna hizo gesto de comprender. Sin embargo, permaneció sentado en una banca y se puso a limpiar sus botas hasta el momento en que tuvo a Su Alteza frente a él. Visiblemente alarmado, el Capitán de Guardia acudió a recordar al brigadier el cargo del hombre que tenía delante. Santa Anna se disculpó de permanecer sentado frente a su Alteza. Adujo que éI había creído que se trataba de una reunión de camaradas por eso no había considerado necesario ponerse de pie. Pero no volvería a suceder, éI daba su palabra. El capitán asintió: así estaba mejor. Nadie se sienta delante de Su Alteza. (...) Dos horas después de la entrevista, y antes de que el Generalísimo y Real Moisés se retirara, Santa Anna volvió a sentarse y se inclinó hacia sus botas, como si fuera a darles un consejo o a revelarles un secreto: ya iban a ver quién era el que no se sentaba delante del Emperador”(p. 83).

36 Y Rafael Muñoz dice: Antes de marcharse de Jalapa, lturbide recibe a todos

los notables en el salón de los Esteba, para aceptar sus respetos. El destituido comandante llega a la recepción con su gran uniforme, y viendo que en torno al emperador se aglomeran las damas y funcionarios, prefiere esperar. Ahí hay, en aquel rincón, un amplio canapé forrado de brocado rojo. Buen sitio para aguardar que S.M.1 se desocupe. Y se sienta exhalando un suspiro de descanso. (...) -Señor brigadier Santa Anna: delante de S.M. I nadie se sienta ... Y lo hace ponerse de pie de un brinco, humillado, puesto en vergüenza delante de todo mundo. Dando traspiés, (...) llega a la puesta y desaparece. (...) Pero vuelve a presentarse en el momento en que lturbide sale a montar en la carroza imperial (...) Cuando el cortejo empieza a perderse en la lejanía y (...) el brigadier se pone vertical sobre los estribos, levanta cerrado el puño amenazante grita: -Veremos, si don Antonio López de Santa Anna puede sentarse frente a ese emperador”(p. 59).

En esta cita, la parodia es una imitación fiel de un discurso preexistente lo

que crea una distancia irónica con efectos cómicos a traves del tono lúdico que

rige a esta obra.

En LCI, “¿Recordaba Negrete que el Emperador había mandado pedir unas bestias para la familia real a Veracruz? Sí; Negrete se acordaba perfectamente. Pues cuando tuve que mandar las bestias, el alcalde de Jalapa, don Bernabé Elías, (...) mandó decir al Emperador que lo sentía muchísimo pero que no podía proporcionarlas. (...) Obviamente, señores, el Dragón se había visto obligado a reaccionar. Mandó que ensillaran a Don Bernabé con una albarda. A ver si volvía a tener la idea de negarle un par de bestias” (p. 100)

AI respecto dice Manuel Rivera Cambas:

“El carácter despótico de lturbide le atrajo inmensos males. Para salir de Jalapa necesitaba acémilas que condujeran al considerable número de bagajes que llevaban éI y su comitiva; pero como los dueños de ellas eran casi todos españoles y por lo mismo enemigos suyos, no quisieron darlas, y en consecuencia mando ponerlos presos; uno de ellos fue el Sr. Elías, persona respetable, á quien el emperador ultrajó no solo con palabras sino poniéndole la mano en la cara. Dispuso también que los dueños de las mulas que habían sido escondidas, condujeran por sí mismos las cargas,” (p. 100).

Con este episodio Rosa Beltrán reitera en la conducta despótica que tuvo

Agustín de lturbide al sentirse un personaje con poder. Pues es absurda la

37

orden de ensillar a un hombre para que realizara el mismo cargamento que

las mulas por el simple hecho de haberse negado a realizar una orden.

- FRAY SERVANDO TERESA DE MlER

Este personaje es un personaje que esta descrito como una caricatura, es

el ave de rapiña que sobrevuela el imperio, y para la prima Rafaela viuda de

Valdivielso, el dominico era como un arcángel rodeado de luz. En el capítulo

ocho de LCI, el fraile llega a la casa de lturbide y “anunciaron que el dominico

se hallaba a la puerta( ...) y esperó a ser invitado a pasar al salón donde Su

Alteza Imperial habría de recibirlo.”(p. 115). Y en Ell se nos dice que: “Tan

pronto como Mier arribó a la ciudad de México, visitó a Iturbide.”(p. 101).

En este capítulo Rosa Beltrán hace uso de un incidente para crear un

capítulo, en la entrevista muestra con ironía la superioridad intelectual de Fray

Servando, porque al hablarle en latín, al emperador señala que “En castellano

podía manejarse con bastante tino( ...)p ero sus conocimientos de latín distaban

de ser incluso suficientes, pues se había visto obligado a abandonar sus

estudios muy pronto para unirse a la carrera militar”(p. 126).

De la misma entrevista Rosa Beltrán nos dice: “Pues quiero advertir a Su

Alteza que el dicho Imperio no será más eficaz que el Vinagre de los Cuatro

38 tadrones- dijo Servando”, y páginas más adelante nos dice: “- Reconozco en

usted al libertador, pero el gobierno que conviene a estas tierras es el

republicano( ...) La ofensa era clarísima: Fray Servando se había olvidado de

dar a Agustín el título de Majestad.”(p. 126 y 128).

Carlos Ma. de Bustamante nos dice: ‘Sabia Iturbide, á no dudarlo y por

esperiencia personal, que en el P. Mier tenia un enemigo declarado (no de su

persona, pues Mier era de un corazón y candor columbino) sino de su sistema

de gobierno: (..) te dio un usted por usted, y le dio rapé de su caja (...) pues se

diria de éI lo que los ingleses dijeron de la de Napoleón ... Que se había ungido

con el vinagre de los cuatro ladrones” (p. 59-60).

El episodio narrado por Rosa Beltrán señala que la ofensa de Fray

Servando al emperador no era por sus diferencias políticas, sino porque el

fraile no le había dado el título de Majestad a Iturbide. Es decir que para el

emperador era más importante que el fraile reconociera su título aristocrático,

la apariencia, que las diferencias de más fondo, como las ideas políticas.

En LC1 aparece en la voz del sacerdote: “- Y quiero decirle a usted y a

toda la manga de obispos que le siguen el juego- dijo señalando al Emperador-

lo que pienso del festejo por la aparición de la Virgen de Guadalupe: que el

asunto del retrato en la tilma de Juan Diego no es más que una impostura.”(p.

132). Y en la obra “Sermón Guadalupano 1794” de Escritos inéditos. Fray

39 Servando Teresa de Mier “La imagen de nuestra Señora de Guadalupe no

está pintada en la tilma de Juan Diego, sino en la capa de Santo Tomás apóstol

de este reino”.

Aquí nuevamente Rosa Beltrán hace una crítica de los textos y fuentes

históricas, es un cuestionamiento sobre la originalidad de los hechos narrados

por los historiadores, incluso del poder religioso no solo de la época del imperio

sino de la época actual.

- VICENTE GUERRERO, GUADALUPE VICTORIA Y NICOLAS BRAVO.

En el capítulo catorce de LCI, aparece la noticia de que “varios desertores

estaban por firmar el Plan de Casa Mata( ...) y comenzaba a soslayarse la

posibilidad de un levantamiento en el sur, a manos de Guerrero y de Victoria”

(p. 194). En Ell, la autora nos dice que “los caudillos militares más distinguidos

del movimiento revolucionario a favor de la independencia, los generales

Vicente Guerrero y Nicolás Bravo, abandonaron calladamente la ciudad de

México para iniciar la rebelión en el sur” (p. 178). En Carlos Ma. de

Bustamante, aparece: “No fue la noticia de la fuga del P. Mier la que afligió

únicamente al emperador, sino la de los generales Bravo y Guerrero, para

hacerle la guerra en el Sur.”(p. 62). Y en Rafael Muñoz, ‘‘ los generales Vicente

Guerrero y Nicolás Bravo, héroes insurgentes (...) Salen sigilosamente de la

40

capital el 5 de enero, con un grupo reducido de sus oficiales y emprenden la

marcha hacia las montañas del sur, donde hicieron la guerra de

independencia.”(p. 68).

En el mismo capítulo de LCI, lturbide “Mientras se hallaba en su

habitación, frente al espejo, un correo vino, jadeante, a entregar una carta de

suma urgencia a Su Alteza Imperial don Agustín de Iturbide. La carta decía que

aquello que había hecho el brigadier Santa Anna en Jalapa y que su Alteza

había interpretado como una simple falta de obediencia era, según se

rumoraba la República.”(p. 196). Y en Ell, la autora dice: “El 6 de diciembre,

Santa Anna envió a lturbide una carta personal, planteando una amplia

denuncia de su régimen. (...), Santa Anna que ahora se sentía obligado a retirar

su obediencia, porque el gobierno de Iturbide había producido males

incalculables”(p. 171). En Rafael Muñoz: “Y no quiere dejar a lturbide sin una

explicación de su conducta. Le escribe “General de la República Mexicana:

bien sabe V. Lo que trabajé y contribuí para que se coronase ( . . . ) I ’ Ahora,

considero que la libertad está reprimida, (...) “Por eso di el grito”(p. 62).

En el capítulo quince de LCI, se acusaba a Santa Anna porque “había

pactado con los españoles en San Juan de Ulúa e iniciaba una campaña contra

el Imperio”(p. 201). Y en Ell dice: “Con el temor de que las tropas españolas

fortificadas en San Juan de UIúa, así como los españoles que aún aguardaban

41

salir del territorio mexicano se unieran a la rebelión de Santa Anna” (se les

advirtió) que no ayudaran al ex general de brigada Santa Anna”(p. 172).

En el capítulo quince de LCI, lturbide dice: I‘- General: encárguese de

imprimir un bando donde prohiba la edición, difusión o lectura de cualquier

publicación sediciosa”, porque antes se menciona que “Victoria, andaba de

pueblo en pueblo esparciendo la nueva de que lturbide se había convertido en

monarca absoluto”. En Ell se dice “Las proclamas de Guadalupe Victoria se

vendían abiertamente en la ciudad el 8 de enero, lo cual provocó que se

promulgara un decreto con el cual se limitaba la libertad de prensa pocos días

después”(p. 176).

En el mismo capítulo de LC1 Iturbide, “Pidió un informe detallado de las

personas encarceladas en los conventos de Santo Domingo, San Francisco y

San Hipólito, a fin de cerciorarse de que los rebetdes aún estaban encerrados a

piedra y lodo. Entre ellos se hallaba Fray Servando”(p. 202).

En Ell se dice, “Es interesante que, el 8 de diciembre de 1822, el

comandante de la plaza de la ciudad de México presentará un informe de las

personas encarceladas en los monasterios de Santo Domingo, San Francisco y

San Hipólito en la misma ciudad, como si se tomara cuenta de los enemigos en

la capital para certificar que aún estaban encerrados a piedra y lodo. (...)

incluyendo a Servando Teresa de Mier ...” (p. 174).

42 En LCI:

“el general Guerrero se quejaba de que el Emperador no había cumplido sus promesas. No le había pagado los veinte pesos que le debía, y el día de la coronación lo había humillado al ordenarle portar la insignia imperial que éI no llevaba. Por si eso no fuera bastante, tampoco le había permitido regresar a su mando, al sur, con el cuento de que lo necesitaba a su lado. (...) y cuando no le quedó más remedio que convidarme a un baile de esos que organizaba en su Palacio, no tardo en hacerme sentir que yo no era digno de estar allí”(p. 206).

Y en Ell Ana Timothy señala que la fuente histórica de está información es el Diario hisfórico de Carlos Ma. De Bustamante:

“Bustamante, en un intento de ilustrar qué tan pobremente les había pagado lturbide sus grandes servicios a al nación, apuntó que Guerrero había sido humillado al ordenársele portar la insignia imperial en la ceremonia de coronación en la ciudad de México; que no le había permitido regresar a su mando en el sur, bajo pretexto de que se necesitaban sus servicios en la capital; que no contaba en el palacio y era sujeto de bromas; que no se le había pagado salario, lo cual lo obligó a vender posesiones personales para sobrevivir; y que lturbide le debía 20 mil pesos.”(p. 178).

Y en el mismo capitulo quince de LCI, Rosa Beltrán nos relata sobre el

mismo personaje(Guerrer0) que:

Una noche, en el sitio de Zitácuaro, Guerrero confesó( ...) Llorando como un niño de que el Emperador no había cumplido sus promesas(..) ¡Puros pretextos! - decía Guerrero, y dejaba caer un lagrimón en el pocillo donde bailaba el aguardiente- Porque el muy hijo de puta nunca fue para invitarme a entrar en su casa( ...)y cuando no le quedo más remedio que convidarme a un baile de esos que organizaba en su Palacio, no tardó en hacerme sentir que yo no era digno de estar allí. Ese día me atildé lo mejor que pude y hasta me envolví la cabeza en una red para quitarme un poco lo crespo del cabello que como ve lo tengo algo hirsuto ... mire ... y descolorido por el sol. Prueba de que no ando en fiestecitas y pendejadas. Pero uno quiere quedar bien y yo fui con un barbero que me rasuró las patillas y me untó Pomada de tricofero con linaza para acomodarme el pelo. Pero me salió contraproducente, porque la cabellera se me levantó en unos como mojones y el tiempo ya se me había echado encima. Fui al baile y llegué a tiempo. Apenas me vio entrar, el hijo de puta me lturbide me dijo: ”Si no era cosa de venir con tricornio, General” y todos soltaron la carcajada”(p. 207).

43 Según la historia Vicente Guerrero era mestizo con fuerte porcentaje de

raza negra, tuvo escasa instrucción y se dedicó a las actividades agrícolas y a

la arriería, fue soldado insurgente que luchó por la Independencia y más tarde

fue presidente de México, lo que hace Rosa Beltrán es una sátira al ridiculizar

el aspecto físico del general, aparte de la imagen consagrada del militar.

-ANA MARíA HUARTE

En LCI, lturbide se siente rodeado de desertores y emprende una

búsqueda de pruebas para dar con los culpables, entonces, buscando entre

las cosas personales de su prima Rafaela encuentra pliegos escritos por

Fray Servando. AI regresar su esposa e hijos de San Agustín de las

Cuevas, el emperador le comenta a ella de sus hallazgos. Adjudicándole

una carta de la que Rosa Beltrán nos dice lo siguiente: “leyó una misiva de

oscura procedencia dirigida a un tal Giménez donde alguien hablaba de su

intención de mandarlo al fin del mundo. La carta, según éI, había aparecido

en la caja donde Rafaela guardaba los polvos de bismuto (...) y estaba

firmada por la Emperatriz.” (p. 154). Más adelante, utilizando esta carta

como muestra de la mala conducta de la Emperatriz, lturbide decide

enclaustrar a su esposa, y le dice:“- Por otra parte, no me gustan los gritos

ni las recriminaciones, Ana Maria. Soy yo quien decide si los demás

elucu bran o no en mi contra, (. . .) - Mañana, (. . .) usted irá a pasar unos días

44

al convento de San Juan de la Penitencia, donde permanecerá hasta que

yo envíe a alguien en su busca”(p. 157).

Estas dos escenas hacen alusión al episodio que aparece en la obra

de Manuel Romero de Terreros, quien nos ofrece un fragmento de un pliego

publicado que dice:.“con el objeto de divorciarse de su esposa, fingió una carta

(y algunos dicen que éI la escribió), en la que falseando la letra y firma de su

señora se figuraba que ella escribía a uno de sus amantes; con ese falso

documento se presentó Iturbide al provisor pidiendo el divorcio, el que

consiguió haciendo encerrar a su propia mujer en el Convento de San Juan de

la Penitencia.”(p. 9).

En el capítulo trece de LCI, el Emperador busca propuestas para crear la

Constitución, debido a esto hace un escrito que titula “Medidas de extrema

urgencia”. Este documento es una parodia por Rosa Beltrán, porque carece de

formalidad y propuestas trascendentes. Y como comentario irónico Rosa

Beltrán dice en voz de Iturbide: “Disolvería el Congreso y pondría en su lugar

una Junta Instituyente. Daría al pueblo un reglamento provisional a modo de

Constitución”(p. 181). Versión muy diferente de la presentan los documentos

históricos, porque en ellos dice que el Congreso era quien no había presentado

las propuestas, y solo trataban de desacreditarlo con sus comentarios. Por

ejemplo en Ell la autora nos dice: “lturbide se quejó de que después de ocho

meses de existencia, el congreso no había propuesto aún una constitución, lo

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cual era su propósito principal, ni había promulgado una sola ley sobre las

finanzas nacionales o el ejército; al mismo tiempo, se había ocupado con

- RAFAELA

En el capítulo 15 de LCI, la autora nos señala que: “El dos de enero de 1823 pudo Fray Servando darse a la fuga. Pero las cosas no ocurrieron como Rafaela las había imaginado. Doña Ana Ozta, que seguía de cerca los movimientos de la Marquesa, se enteró de lo que hacía y lo dijo en confesión. Aclaró que su única intención era evitar que la Marquesa siguiera los pasos de doña Leona Vicario (...) Fray Servando fue reinternado en su celda al día siguiente”(p. 205).

Y en Ell se declara que “El padre Mier escapó de la prisión el 2 de enero,

pero fue reinternado al día siguiente.” (p. 176)

Esta escena, en que Rosa Beltrán narra que Rafaela le ayudó a Fray

Servando a escapar y fue delatada en secreto de confesión por Ana Ozta, hace

alusión al texto de Carlos Ma. de Bustamante en el que el padre Fr. José

Marchena le propuso a Mier la fuga del convento de Santo Domingo y, por

seguridad, lo “trasladó á la casa de unas mujeres pobres, entre las que por

desgracia habia una santurrona, iturbidista de corazon, que( ...) consultó con un

padre de la Profesa, quien para mayor honra y gloria de Dios, le dio opinion de

que lo denunciase”(p. 61).

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Lineas más adelante de la misma página en LCI, la emperatriz le dice a

Iturbide: “- Ni la tomes con los demás, que aquí nadie tiene la culpa. Te

hubieras evitado estos problemas si a buena hora hubieras tenido el valor de

ahorcar a media docena de canallas”. Y en Ell se afirma que, “doAa Ana, le

había dicho en el desayuno al emperador unos días antes de que hubiera

evitado sus problemas actuales si, en buena hora, hubiera ahorcado media

docena de canalla”(p. 176).

- ABDICACIóN Y DESTIERRO

En el capítulo quince de LCI, Beltrán escribe: “Ya en la puerta, el Dragón

se volvió a mirar la escena y antes de salir, dijo, como si se refiriera a otra

cosa: - Aún tengo fuerza y concepto para hacerme respetar y obedecer ... Pero

costaría sangre, y por mí no se verterá jamás ni una gota”(p. 210). Y en Ell la

investigadora dice: “En el bosquejo incompleto de un discurso público que el

emperador escribió el 11 de febrero, pero que nunca pronunció, declaraba:

Tengo fuerza y concepto para hacerme respetar y obedecer, pero costaría

sangre y por mí no se verterá jamás ni una sola gota”(p. 183).

En el capítulo dieciseis de LC1 aparece:

El 10 de marzo de 1823, bajo un cielo despejado, trató de mudarse a Tacubaya, su nueva residencia( ...) El carruaje iba precedido por el Primer Batallón de Infantería, su propio regimiento, y hacía inútiles esfuerzos por abrir el paso. Entre los gritos, se escuchaban insultos al nuevo Congreso y vivas al Emperador (...). AI llegar al Palacio

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en la calle de San Francisco, dos de los hombres abrieron la portezuela del coche, jalaron al Emperador a la fuerza y lo fueron a poner en el portal de su Palacio. (...) lturbide estaba pálido y desconcertado. Se sacudió el polvo de la levita y se palpó el cuerpo y los brazos, por ver si los tenía completos. Entonces pudo darse cuenta de que lo Único que le faltaba era el reloj, que alguien le había robado. (...) Sólo que ahora el Palacio estaba desocupado y como ya había enviado a los sirvientes con todos los enseres a Tacubaya, lturbide se vio precisado a pedir en préstamo al obispo Pérez, que era su vecino, unas tablillas de chocolate para la merienda”(pp. 218-219).

Pareciera este episodio algo anacrónico, eso pensé en la primera lectura

del texto, que esto era una alusión a la época actual, pero al leer

posteriormente en Ell, (que es una investigación formal) me sorprendió la

originalidad que virtualmente tenía este episodio. La verdad parece mentira.

Como podemos observar, este pasaje es una paráfrasis del texto de Anna

Timothy la cual tiene como fuente La continuación del cuadro histórico (...) de

Carlos Ma. Bustamante:

Todo sucedió precisamente á la misma hora de salir lturbide de su casa, calle San Francisco, para Tacubaya, como en despedida de México. Los léperos rodearon el coche, lo desuncieron, y lo volvieron tirándolo á brazo, volviéndole á su casa, á donde llegó ya sin relox, pues por afecto y tener una prenda de su amor, se lo robaron.” (...) Vuelto lturbide á su casa, tuvo necesidad de tomar alimento, que allí no podía dársele, pues toda la despensa y batería de cocina se había trasladado a Tacubaya, y fue necesario pedir un pocillo de chocolate en la casa de enfrente, donde vivia el Sr. obispo Perez, de la Puebla, que se lo mandó(pp. 103- 104).

En páginas siguientes de LC1 los diputados se encontraban en sesión

y “Alguien pidió guardar silencio. Ahora nadie hablaba, nadie se atrevía a toser,

no se percibía el menor movimiento. Se estaba leyendo su declaración de

motivos para abdicar el trono”(p. 219). Y en Ell, Iturbide, “El 19 de marzo envió

al congreso a su secretario de justicia, Juan Goméz Navarrete, quien presentó

48

una declaración manuscrita, del emperador, abdicando al trono"(p. 212) y

"Bustamante dijo que los miembros del congreso estuvieron sentados en

silencio absoluto, sin hablar ni toser mientras se leía la despedida "(p. 221).

En LCI, lturbide dice que "No quería lo que embarazase la felicidad de

los pueblos (...) No quería influir en la marcha de la sociedad"(p. 219). Y en Ell,

lo dice de la siguiente manera: "abdiqué la corona, (...) no quería lo que

embarazase la felicidad de los pueblos: Añadí que ... me expatriaría (...) donde

distante de México no se presumiese jamás influjo mío en la marcha que siga

esta gran sociedad"(p. 221).

Y por último en LC1 se afirma que "Fray Servando dijo que el ex

Emperador debía abandonar el país aunque su preferencia personal era que se

lo ahorcase"(p. 219). Y en Ell, "El padre Mier concordó en que el ex

emperador debía abandonar el país, aun cuando su preferencia personal era

que fuera ahorcado"(p. 227).

En esa página LC1 hay 11 lineas que no son paráfrasis, sino copia textual

de la obra Ell de la historiadora Anna Timothy, lo que es una de las

modalidades en las obras histbricas según J.W. Turner, el cual señala que "la

novela histórica es la que disfraza con ficción el pasado documentado".

49

En LC1 capítulo 17 al describir el destierro del emperador Rosa Beltrán lo

hace de la siguiente manera:

El trayecto a Veracruz tuvo que hacerse bajo el calor de mayo con una comitiva que incluía a Iturbide, su mujer y sus ocho hijos (...). AI frente de la caballería iba el general Bravo, comandando un cuerpo de quinientos hombres. La escolta pasó por la hacienda de Lechería, y por Apan, y de allí siguió hasta Tulancingo donde un coro de parroquianos cerró a lturbide el camino para entonarle unas loas. Don Joaquín, padre del ex Emperador, confesó sentirse muy mal y casi enseguida fue presa de un vahído. (...) lturbide pensó que lo más sensato era despedirse allí mismo de su padre y dejar con éI a su hermana Nicolasa(p. 225).

Y en Ell:

El camino hacia la costa hubo varias demostraciones de apoyo hacia el ex emperador, (...) y otros miembros de su grupo, al llegar a Tulancingo. Las tropas que acompañaron a lturbide desde Tacubaya seguían fieles a éI, y frecuentemente chocaban con las que iban bajo el mando de Bravo, (...) en Tulancingo se decidió que el padre de lturbide que tenía 85 años, y su hermana Nicolasa, cuya salud era frágil, no podrían hacer el viaje a Europa, y que volvieran a la ciudad de México(p. 321).

Y en Manuel Romero de Terreros: “La escolta que custodiaba a los

desterrados se componía de dos soldados por compañía de las tropas que

habían permanecido fieles en Tacubaya y dos cuerpos del “Ejército Libertador”,

bajo las órdenes del General Nicolás Bravo, (...) Dos Días después llegaron a

Tulancingo y allí se despidieron don José Joaquín, doña Nicolasa, don

Domingo Malo, y el padre Correa” (p. 56).

En LCI:

El general Bravo estaba que no le calentaba ni el sol. Ante todo, molestó por la comisión que se le había hecho de presidir el desfile de lturbide hasta Veracruz (...). Tras sortear a un grupo de unos veinte desarrapados que en Tres cruces había salido a gritar ¡Viva Agustín I! Y se empeñaban en no dejarlos pasar, Bravo decidió transitar por caminos extraviados. Cuando llegaron a la hacienda de San Lucas Martin, lturbide llamó a uno de los soldados (...). Luego le dio dos pesos más y le pidió que trajera, sin ser visto, un objeto muy curioso que venía envuelto en un paño. Hizo llegar a Bravo el

50 objeto aquél, que dijo, se llamaba catalejo, y mandó decir que se lo enviaba de regalo, a fin de que viera mejor el porvenir. Desde ese momento quedo incomunicado(p. 226).

Y en Manuel Romero de Terreros:

En gran parte del trayecto se recibió al ex Emperador con muestras de simpatías, cosa que disgustó sobremanera al mencionado General. AI día siguiente prosiguieron hasta la Hacienda de Lucas Martin, cerca de Jalapa, y en una conversación que tuvo lturbide con Bravo, le dijo que debía mirar hacia el porvenir, ofreciendole un telescopio que tenía consigo: la broma no fue del agrado del General, quien poco despues de despedirse, ordenó que se incomunicara al destronado monarca(p. 57-58).

En LCI, "Por fin llegaron al paso llamado de San Vicente. Se había

propalado el rumor de que el "Nuevo Calígula", como ahora se le llamaba al

Dragón traía con éI un millón de pesos y pensaba gastárselo completo apenas

llegara a Europa"(p. 227). Y en Ell la investigadora dice, I' una feroz campana

de ataques personales contra Iturbtde a través de panfletos y volantes. Una de

ellas acusaba al emperador y a su secretario de relaciones, Herrera, de

haberse embolsado más de un millón de pesos en oro y sacarlo del país, una

acusación claramente falsa"(p. 192).

En LCI, la autora nos narra lo siguiente:"A la mañana siguiente, los

viajeros se embarcaron en la fragata Row//ins, (...) El General Victoria mandaba

avisar que sólo podrían viajar diez pasajeros, con Iturbide, su mujer, sus hijos,

su sobrino José Ramón Malo, unos criados, Álvarez y su familia y los padres

López y Treviño sumaban más de veinte." (p. 228)

51

En Ell se dice que: "El gobierno había hecho arreglos para que se les

transportara en un barco mercante armado, el Rawlins. (...) AI final el grupo se

componía de 28 personas: Iturbide, su esposa y sus ocho hijos; su viejo amigo

José López; su confesor, José Treviño; su sobrino, José Malo; su secretario,

Francisco de Paula Álvarez, con su padre, esposa y dos hijos; y 10 empleados

y sirvientes"(p. 232)

En LC1 dice la autora: Por fin, cerca de las 11.30 llegó la noticia de que Victoria había cambiado de opinión: podían todos darse a la vela, a condición de no poner un pie en tierra antes de llegar a Livorno.

El barco donde viajaba lturbide tenía órdenes de ir escoltando por la corbeta inglesa James, encargada de vigilar que el Rowllins no fuera a regresarse y, en menor grado, que sus viajeros no se vieran asaltados por corsarios.

Se hincharon las velas, se levaron anclas. La fragata comenzó a avanzar, en un lento bamboleo. Aún no alcanzaban los veinte nudos cuando el capitán del barco vigía decidib que no tenía más compromiso que estar a la vista mientras los viajeros del Rowllins se ponían en camino(p, 229).

En LC1 se afirma que, "Después de ochenta y tres días de navegación,

los viajeros llegaron a Livorno, (...) soñando con la casa de campo donde

fijarían su residencia, la Villa Guevara, que, decían, había pertenecido a la

princesa Paulina Borghese, hermana de Bonaparte, cuando el capitán Quelch

vino a informales que debian guardar cuarentena de treinta dias más en el

buque porque llegaban de un país que era foco de fiebre amarilla"(p. 231).

52

Y en Francisco Castellanos:

Después de 83 días de un viaje terrible en la fragata Rowllins, cumpliendo con lo ordenado por el gobierno mexicano de no tocar ningún puerto derrotero, echó anclas la fragata el 2 de agosto de 1823 en el puerto de Liorna, (...) Las autoridades sanitarias del Gran Ducado de Toscana exigieron que los desterrados se sujetaran a una cuarentena, porque venían de una región donde era endémica la fiebre amarilla, (...), acompañado de toda su gente pudo adentrarse en tierra de Italia y alquilar una casa cercana a Liorna conocida con el nombre de Villa Guevara, propiedad de la princesa Paulina Bonaparte(p. 195).

En LCI, "La familia partía, por tierra, a través de Italia, Suiza, Alemania y

los países bajos con rumbo al puerto de Ostende y de ahí a Londres. (...) Por

fin, muertos de frío y con los ijares molidos, el 1 de enero de 1824 llegaron a la

ciudad de Londres( ...) Luego, lturbide fue a Bath"(p. 233).

Y en Ell, "estos temores se reforzaron fuertemente al llegar noticias de

que lturbide había abandonado Livorno en diciembre de 1823 y que viajaba a

través de Italia, Suiza, Alemania y los Países Bajos hacia Ostende, y de ahí a

Londres, donde llegó el primero de enero de 1824. (...) En marzo lturbide

trasladó su residencia a Bath, donde se le unieron su esposa e hijos" (p. 244)

Y en Francisco Castellanos: "Inconcebible, el Libertador de Mexico, no

podía vivir en su patria ni fuera de ella. Acompafíado de sus hijos mayores y

algunos amigos el 28 de noviembre de 1823 se embarcó hacia Londres, pero

una fuerte tempestad obligó al barco a regresar a Liorna, la que volvió a dejar

el I O de diciembre y viajó por Suiza, riberas del Rhin, Bélgica hasta el puerto

53 de Ostende, donde tomó pasaje y llegó a Londres el lo de enero de 1824, ahí

estuvo hasta el 9 de marzo que salió para Bath"(p. 197).

En LC1 la autora dice: "A principios de mayo, lturbide dijo a Quin, el traductor de sus memorias, que había decidido volver a México, harto ya de recibir cartas donde se le pedía que regresara y restableciera de nuevo la concordia. "A la verdad que no tengo tan ventajosa opinión de mi mismo", escribió, "ni tanta astucia como para poner a perros y gatos a partir un piñón. Pero como se me asegura que sólo yo puedo calmar las pasiones exaltadas, parto, amigo, parto de nuevo al terruño a defender el futuro de la independencia que tanto trabajo me ha costado proclamar"(p. 235).

En Ell esto es narrado de la siguiente manera:

En una carta ai traductor al inglés de sus memorias, Michael J. Quin, lturbide explicó que volvía a su país porque las principales provincias de México habían retirado su obediencia al gobierno nacional, (...) "Diferentes partidos del país que me consideran necesario al establecimiento de la concordia y la consolidación del gobierno han solicitado mi regreso. A la verdad no tengo tan ventajosa opinión de mí mismo; pero como se me asegura que en mi poder está (...) calmar las pasiones exaltadas que deben producir la más desastrosa anarquía, parto con esta intención...". Determinó, por ende, volver a México para ayudar a la reuníficaci6n del pais(p. 245).

Y en Francisco Castellanos: "bajo creencia, como lo habían hecho saber

sus amigos y cartas recibidas de México en que se le incitaba vehemente a

volver, el 6 de mayo le informa de su partida al ministro inglés señor Canning

(...) Mi objeto es contribuir a la consolidación de un gobierno que haga feliz a

aquel país digno de serlo (...) He sido llamado de diversos puntos

repetidamente, y no puedo hacerme sordo por más tiempo"(p. 198 - 199).

Líneas más adelante dice LCI: "Luego de hacer que Ana María empacara

de nuevo, mandó llamar a su sobrino Malo, a los padres López y Treviño, que

ya empezaban a entender inglés, a un impresor con su imprenta de campaña,

que debía emitir los nuevos billetes que iban a usarse apenas tocara tierra, al

54

polaco Benesky, a dos criados que cuidarían de sus dos hijos menores, y al

capitán Quelch. El 11 de mayo de 1824, con una nueva esperanza, zarpó a

bordo del Spring en busca de un Imperio, el suyo"(p. 235).

En Ell aparece:

Iturbide zarpó desde Southampton a bordo del barco inglés Spring el 11 de mayo de 1824, acompañado por su esposa y sus dos hijos menores (...). Su grupo también incluía a su sobrino, José Malo; los dos sacerdotes José López y José Treviño; un italiano de nombre Macario Morandini, un impresor inglés llamado John Armstrong; y Charles Beneski, un coronel polaco que había servido a lturbide en México. Llevaba consigo una prensa con la que lturbide imprimió varias declaraciones que se publicarían para diversos niveles del gobierno a su Ilegada(p. 246).

LCI, dice: "Esa misma mañana le fue enviada una misiva cuyo contenido

no pudo leer. La carta decía que había órdenes de ejecutarlo si ponía un pie en

el país y que su hermana, la Princesa Nicolasa, había vuelto a caer en el

delirio"(p.235).

Y Ell: Las noticias del traslado de lturbide a Inglaterra provocaron que el

segundo Congreso Constituyente mexicano, (...) tomara acciones en contra del ex

emperador. (...) un comité propuso al congreso considerar a lturbide como traidor si

ponía un pie en algún puerto mexicano, (...) al declarar a lturbide "fuera de la ley" en

caso de que volviera, lo cual significaba que se le aplicaría la pena de muerte sin más

procedimientos legales. Esta ley fue aprobada el 28 de abril de 1824, menos de dos

semanas de que lturbide abandonara Inglaterra, lo cual implicaba que no tuvo tiempo

de ser informado de su proscripción, como sugirieron algunos diputados(p. 245).

55

Es totalmente clara la intertextualidad de esta novela con los textos

históricos, y citando a Elzbieta Sklowska quipén a su vez cita de Marx, lo

siguiente: "cualquierrecurrencia de un evento o de un personaje lleva

irremediablemente a su rebajamiento, de la esfera trágica al ámbito de la farsa.

La repetición de la historia en el espacio de la escritura es, pues,

inexorablemente, paródica( ...) la refuncionalización del discurso histórico

desemboca en la autoparodia"*.

En el capítulo 18 de LCI,

lturbide y Benesky dejaron el barco esa misma tarde para ir a Soto la Marina, (...) A la mañana siguiente, apenas asomó el sol entre los cerros pelones, apareció el general de la Garza al frente de dieciséis hombres y pidió hablar con el tal Benesky. - ¡Señor Iturbide! ¿Usted aquí?- dijo de la Garza, en cuanto puso un pie dentro de la choza. (...) - Es que ... he venido a darme un paseo por el pais- explicó 1turbide.- Pues se ha comprometido usted y me ha comprometido -dijo de la Garza. -¡Cómo ha de ser!- exclamó, incrédulo, el Dragón. -Como que hay órdenes de pasarlo a usted por las armas. lturbide quedó estupefacto, con la mirada perdida en el vacío. (...) ¿Cuál podía haber sido su error? ¿En que había radicado un crimen tan grande que pudiera constarle la vida?(p. 245).

Esto en Ell es narrado de la siguiente manera:

El barco arribó a principios de julio al pueblo de Soto la Marina en la costa de Nuevo Santander (recientemente designado estado de Tamaulipas). lturbide y Benesky desembarcaron el 17 de julio, y fueron detenidos por Felipe de la Garza, comandante general de las Provincias internas de Oriente (...) quien se asombró tanto como cualquiera por la inesperada llegada del ex emperador a su aislada y apenas jurisdicción (...) A Garza se le ordenó ejecutar la sentencia de inmediato. (...) Aparentemente Iturbide quedó estupefacto cuando se le informó de su ejecución pendiente. En la tarde del 19 de julio escribió una larga carta al Soberano Congreso de México, preguntando qué crimen había cometido para merecer ese castigo(p. 247).

Ob. cit. p. 43.

56

En LCI, "lturbide pidió permiso de entrar en una choza y ahí dictó a

Benesky una misiva donde explicaba a Ana María el cambio repentino de su

suerte (...) Pero el sonido de pasos era el de Don Giordano del Castillo,

ayudante particular del general de la Garza, quien notificó a lturbide que su

superior mandaba decir que se había ratificado su condena y que se dispusiera

a morir esa misma tarde"(p. 247).

Y en Ell "concluyó pidiendo al congreso que le otorgara tres días para

prepararse, escribir a su esposa e hijos, e intentar salvar a su amigo (...)

"Acaban de notificarme la sentencia de muerte por el decreto de proscripción"

(P. 247)

En LCI, "Estando allí (...) primero se negó a que los ojos le fueran

vendados, pero enseguida consintió en vendárselos éI mismo, gritó consignas,

infundió valor a los indecisos, animó a los dueños de los brazos rezagados (...)

invocó a la Corte Celestial (...) Poco después sacó del bolsillo sus dos últimas

onzas de oro y pidió a un soldado que las repartiera entre el pelotón que iba a

fusilarlo"(p.248).

Y en Ell "concluyó pidiendo que distribuyeran algunas monedas de oro

entre los soldados del pelotón de fusilamiento (...) permitió que se le vendaran

los ojos y se le ataran las manos, se enfrentd al pelotón de fusilamiento y

57

declaró su deseo, de que los presentes amaran a la nación y observaran la fe

católica, que moría porque había venido a ayudarlos, y los soldados debían

obedecer a sus oficiales" (p.247)

En LCI, Madame Henriette, personaje ficticio de la novela "se apresuraba

a tomar medidas para el hábito de San Francisco con que vestirían el cuerpo

de lturbide (...) el difunto iba a ser desplazado hacia la habitación contigua y

puesto entre cuatro cirios. Era un hecho penoso, aquel cuerpo fornido y ya sin

fuerzas, metido en el hábito de San Francisco"(p. 255 y 258). Y en Ell, "El

cuerpo fue llevado a un cuarto cercano (...) vestido con el hábito de los

franciscanos, fue velado a la luz de las velas"(p. 248).

En Carlos Ma. de Bustamante: "Su cuerpo después de algunas horas se

puso en un ataúd, y se condujo á la estancia donde había estado, la misma que

sirve de capilla para celebrar y de sesiones al honorable Congreso. Se el vistió

con el hábito de San Francisco, y se puso sobre una mesa con cuatro velas de

cera bajo el cuidado de la misma guardia. (...) Retirase la guardia que lo había

ejecutado, y fue gratificada con tres onzas y media en escudos de á real que el

difunto había entregado el ayudante con este fin"(p. 33).

58

Y por último en la Coda de LCI:

El general insurgente Don Manuel Mier y Terán, ministro de Guerra y Marina de

la República, se suicidó en Padilla ante la tumba de lturbide, dejando como Único

testamento ser enterrado en el propio sepulcro del Varón de Dios. Años más tarde,

Anastacio Bustamante, dos veces presidente de la República, inscribió en un

testamento especial y aparte, que a su muerte le fuera extraído el corazón y enterrado

en la misma tumba de lturbide en la Catedral Metropolitana. Ambas voluntades fueron

rigurosamente cumplidas(p. 260).

En Ell, “A la mañana siguiente el general Terán caminó de nuevo hacia la

plaza del pequeño pueblo y, enfrente de donde lturbide fue ejecutado, se

suicidó, dejandose caer encima de su espada. De acuerdo con sus

instrucciones, fue enterrado en la misma tumba donde se encontraban los

restos de Iturbide, con su cuerpo literalmente en contacto con los huesos del

libertador”(p. 249).

En Francisco Castellanos:

Hecho singular, quizá sin paralelo en la historia del mundo, fue el que un antiguo

y ameritado insurgente, general don Manuel Mier y Terán, ministro de Guerra y

Marina de la República, se suicidara en Padilla ante el sepulcro de Iturbide, dejando

como Único testamento, ser enterrado en el propio sepulcro del Libertador y que otro

ameritado general, Anastasio Bustamante, dos veces presidente de la República,

inscribiera testamento especial y aparte, donde disponía que a su muerte le fuera

59

extraído el corazón y enterrado en la misma tumba de lturbide en la Catedral

Metropolitana. Voluntades que fueron cumplidas rigurosamente (p.230- 231).

Éstas paráfrasis que realiza Rosa Beltrán con los textos históricos

obedece al concepto que da Hutcheton, citado por Elzbieta S. “la parodia es

una imitación con diferencia critica de un discurso preexistente” y produce

efectos como: “degradación cómica, a través de la transformación lúdica del

original, hasta su recreación respetuosa”.

Rosa Beltrán logra un trabajo en el que “zurce o sutura las fisuras, los

enormes huecos entre huella y huella”36

IV PERSONAJE FICTICIO Y PERSONAJES HISTóRICOS

En La corte de los ilusos, Rosa Beltrán ironiza el sueño masculino del

poder a través de una mirada obediente a un cierto feminismo cultivado ya

por ciertas escritoras. Afán que la autora señala como propuesta en su obra;

porque pone en juego “los modos tradicionales de representación frente a

una visión irreverente de la historia”, Ella nos dice que Agustín de lturbide le

interesó como personaje sólo “porque simboliza el sueño eterno de los

36 Aralia Lopez. “La huella de lo reprimido: fisuras y suturas (Una estetica del indicio y del zurcido)” en Signos, Anuario de humnanidades, Aiio V, Tomo I, 1991, pp. 239- 247.

60

Personaje ficticio

Madame Henriette, la modista de la corte, es un personaje ficticio que

ofrece la posibilidad de estar cerca de los protagonistas, pero Sin intervenir

en el desarrollo central de la historia. Como personaje fuera del contexto

histórico resulta flexible, dúctil, y a través de ella se deja escuchar la voz del

narrador con sus comentarios irónicos y una visión distanciada de lo que

ocurre en el imperio.

Madame Henriette como costurera de la corte hilvana recuerdos,

producto de los años de servicio en el imperio de Agustín de Iturbide. La

modista narra circunstancias y acontecimientos sujetos al rigor histórico y

enriquecidos con el lenguaje y las costumbres de esa época.

Rosa Beltrán logra un equilibrio tal, que no es posible distinguir entre

“la una, más pretenciosa, con aspiraciones de verdad; la otra, más humilde

aunque quizá más sabia, únicamente con aspiraciones de verosimilitud”(38),

siendo ambos registros un solo corpus en la novela La corte de los ilusos.

(37) Rosa Beltrán, “Por una literatura incómoda” en Memorias: Medio siglo de literatura Latinoamericana 1945- 1995, (Ana Rosa Domenella y Antonio Marquet (comp)UAM, MGxico, 1995, Vol. II,(Cultura Universitaria, Serie Ensayo), pp. 607-613. (%) Aralia López G. Ob. cit. p. 240.

61

Madame Henriette es un personaje que cumple una función de bisagra

porque abre y cierra la novela, “Para hacer las cosas no hay más que poner

las manos a la obra” (cap. II, p. 9) y en el último capítulo, “Para hacer las

cosas no hay más que poner las manos a la obra”@. 255). Es una narración

enmarcada que regresa sobre sí misma ya que al finalizar la novela la

modista le relata a Ana María, la emperatriz, “al oído, (...) una historia de

batallas, Dragones y emperatrices, un cuento que empezaba con la prueba

de cierta vestimenta real” (p. 259). Esta escena de LCll produce la

circularidad, porque la novela inicia precisamente con la prueba del traje de

Agustín de lturbide para la coronación.

Madame Henriette es un narrador testigo que nos ofrece sus memorias

desde el punto de vista de una extranjera. Su relato es un collage donde se

funde el discurso histórico con el tono paródico, lo que logra un

distanciamiento irónico que atribuimos al autor implícito y en algunos casos

al narrador omnisciente. La modista tiene, por momentos, rasgos

maternales, pero predomina el tono irónico en una voz femenina que

ridiculiza el sueño de poder de Agustín de Iturbide y que muestra el trágico

final de hombres vencidos en la realización de sus sueños.

Continuando con este personaje, en una escena donde las damas de

la corte están decidiendo el diseño de las coronas imperiales, porque tratan

de darle prestigio al imperio por medio de la vestimenta y algunas joyas,

Madame Henriette, en sus pensamientos, comenta para si: “Por 10 visto las

señoras ignoraban que Carlomagno, el más grande de los emperadores

62

había ceñido a su cabeza la corona de hierro de los antiguos lombardos. Claro

estaba, dijo, que aquel hombre no necesitaba el oropel” (p. 17). Vemos como

en esta reflexión reafirma la presencia del autor implícito tras la VOZ del

personaje.

La modista como narrador en primera persona no tiene mayor

participación, porque sólo aparece en el segundo y último capítulo, porque

cede en los otros capítulos, la voz a los personajes que participan en estilo

directo y con diálogos.

En el último capítulo, la modista cierra la novela confeccionando otro traje

para Agustín de Iturbide, pero en esta ocasión será su mortaja. En esta escena

el tono es paródico, cuando al tratar de vestir a lturbide dice que “no podía una

pedirles (a los hombres) un favor porque lo hacían tarde, mal o nunca. Y éI no

era la excepción. No cooperaba” y cierra el comentario diciendo que “había

llevado a todos a inmiscuirse en la representación de la famosa corte”(pp. 256-

257).

- Personajes históricos

Como ya lo mencione, para su novela Ros Beltrán realiza un ejercicio

de investigación histórica y en la recopilación de escenas tradicionales nos

presenta una superposición de estampas que avanzan siguiendo una

63

secuencia narrativa lineal que corresponde a la estructura de la biografía. La

novela inicia comentando la infancia y la adolescencia de Iturbide y luego narra

el encuentro con su futura esposa Ana María, alternando la vida personal con

su carrera militar y política. Se trata de un estilo biográfico reforzado con

personajes secundarios correspondientes al mismo periodo de la historia de los

cuales Rosa Beltrán respeta los nombres verdaderos, como en los registros

históricos. Por ejemplo, Felipe de la Garza, Albino Garcia Ramos, José Joaquín

de Herrera, Pedro Celestino Negrete, etc. por no mencionar otros personajes

del conocimiento general en la historia de México*.

- Felipe de la Garza fue militar en Soto la Marina (Tamaulipas). Famoso

por haber aprehendido a Agustín de lturbide cuando éste desembarcó en las

playas de Soto la Marina en julio de 1824, y por haber ejecutado la sentencia

de muerte decretada por el Congreso Constituyente del estado de Tamaulipas

que sesionaba en Padilla, mismo lugar en donde fue fusilado el ex Emperador

de México.

- Albino Garcia Ramos (1780- 1812)) Nació en el Rancho de Cerro

Blanco, Salamanca, Guanajuato. Entre los anos de 181 1 y 1812 operó en la

Intendencia de Guanajuato, causando reveses a las fuerzas virreinales. Se hizo

famoso por su temeridad. En la novela se le principalmente en su condición

de bandolero (cf. pp. 56, 67, 206)

64

- Pedro Celestino Negrete. Fue militar y nació en San Esteban, Vizcaya,

España. El 13 de junio de 1821 se adhirió la Plan de Iguala. Marchó al Norte

para combatir a los realistas y atacó Durango. Consumada la Independencia se

mantiene al lado del Ejército mexicano. Poco después se mostr6 adversario de

Iturbide; al secundar el Plan de Casa Mata, y con su actuación personal

contribuye a la caida del Emperador. Es otro personaje que tiene una

participación importante en la novela y es mencionado conforme a los registros

históricos (cf. pp. 97-100, 202, 203, 208)

- José Antonio Echávarri, jefe realista y después general mexicano. Inició

su carrera militar en la guerra de Independencia y al firmarse el Plan de Iguala,

se adhirió a él. Estimado por Iturbide, le confió el mando de las tropas que

atacarían a Querétaro por lo que en la toma de esta ciudad, lturbide le dio el

mando en jefe de la división de San Luis. Al pronunciarse Santa Ana en

Veracruz a favor del Plan de Casa Mata, Echávarri fue comisionado para

atacarlo, pero no obedeció esa orden y se pasó a su lado. Fue uno de los

militares que intentó seducir a lturbide para que firmara un convenio para una

nueva convocatoria a elecciones. Nuevamente es otro personaje que aparece

en los registros históricos y no es tan popular como Vicente Guerrero y otro

héroe, pero Rosa Beltrán retoma su biografía en relación con el imperio de

Iturbide.

- Josefa Ortíz de Domínguez (1 768- 1829) Heroína de la Independencia,

nacida en la ciudad de México, se casó con Don Miguel Domínguez, Corregidor

* Nota: De estos personajes la información la obtuve del Diccionario Porrzia de Historia, biogrujiu y geogrufia de México, Volumen I y 11. Angel María Garibay, 3ra. Edición, 1970, P o d a , Mexico.

65

de Querétaro. “La Corregidora”, es el nombre con el que la historia la ha

inmortalizado, sin olvidar su sobresaliente participación en el movimiento de

Independencia. “Rechazo el nombramiento de dama de honor de la Emperatriz,

de Iturbide. No acepto ninguna recompensa por sus servicios a la libertad”. De

este personaje es muy conocida su participación en la Independencia, lo que

resulta novedoso aunque en algunos textos se menciona es su negativa al

nombramiento otorgado por la emperatriz Ana María Huarte. (cf. pp. 23)

- María lgnacia Rodriguez de Velasco y Osorio Barba (La Güera

Rodriguez) (1778- 1850) Nació en la ciudad de México y se casó con José

López de Peralta de Villar de Villamil, en 1794, De esta unión resultaron cuatro

hijos, Jerónimo; María Antonia casado con el marqués de San Miguel de

Aguayo; María Josefa, casada con el Conde de Regla; María de la Paz, casada

con el marqués de Guadalupe. AI quedar viuda “La Güera Rodriguez”, se casó

por segunda vez con Mariano Briones y en terceras nupcias con Juan Manuel

Elizalde. Es un personaje popular y reconocido como parte de la historia, que

respecto a la información encontrada coincide con la de la novela en la que nos

narra: “Josefa, Paz y María Antonieta de Villar Villamil y Rodriguez Velasco,

hijas de la Güera Rodriguez, eran, junto con la Marquesa de Alta Pena las

únicas damas realmente dignas de los ajustados trajes y complejos tocados.

Las “Tres Gracias” habían sido invitadas sin su madre. Alguien murmuró que se

temía que la belleza de “Venus”, como llamaban a la “Güera Rodriguez,

opacara la magnificencia de la coronación”(p.54) Y en otro capítulo se

menciona, con cierto humor, lo de sus matrimonios: “su primer marido Don

66

Jerónimo López de Peralta de Villar Villamil había comenzado por languidecer

de celos (...) Luego se retiró a su finca, se encerró en ella y esperó, paciente, la

muerte que no tardó en llegar( ...) La Güera por su parte no se había amilanado

(...) y a los pocos meses se casó con don Mariano Briones, rico septuagenario

que pasó sus últimas tardes esperando a que su mujer volviera de misa” (p.

166)

- Antonio Joaquín Péréz Martinez, (1763- 1829) Obispo de Puebla,

nacido en la misma ciudad en la cual hizo sus estudios en los colegios de San

Luis, San Ignacio y Carolina y fue en éste, catedrático de filosofía, teología y

Sagrada Escritura. Colaboró activamente en la consumación de la

Independencia y en el establecimiento de Imperio. El obispo no es tan

reconocido públicamente, pero resulta un personaje secundario importante en

la novela, porque en las ocasiones en que el emperador sale de la ciudad el

esta al lado de la emperatriz, ya que también es capellán de corte (cf. pp. 33,

50, 84, 219)

- Fray Servando Teresa de Mier Noriega y Guerra (1 765- 1827) Nació en

Monterrey, Nuevo León. Tomó el habito en Santo Domingo. Estudió en el

Colegio de Porta Coeli de México, filosofía y teología. El 12 de diciembre de

1794 dijo el famoso discurso sobre la virgen de Guadalupe que le valió, entre

otras cosas, el destierro a España. De aquí se suceden fugas y aprehensiones

de diversas cárceles y conventos en diferentes lugares de España, Francia,

Italia, Portugal, con su secuela de aventuras. Consumada la Independencia

vuelve a México pero es encerrado en Santo Domingo por sus actividades

67

amtiimperialistas. “El Iro. de enero de I823 se fuga por séptima y última vez. Al

caer Iturbide, presenta sus poderes como diputado por Nuevo León al 2do.

Congreso Constituyente. Este es uno de los principales enemigos de lturbide y

es considerado como “ave de mal agüero (que) sobrevolaba el Imperio”.

También la autora lo relaciona en aventuras amorosas con la prima viuda de

Iturbide, Rafaela la marquesa de Alta Peña, quien ayudó a Fray Servando a

escapar. (cf. pp. 101, 109-103, 205) *

-José Miguel Muñoz González (1779- 1855) Cirujano romancista

mexicano, quedó huérfano muy joven ganándose la vida primero como

aprendiz en una paragüería y, más tarde de ayudante de barbero. En este lugar

aprendió las primeras nociones del oficio de cirujano donde llegó a tener

notable habilidad y fama. Su prestigio fue tanto que se le designó cirujano

honorario del Ejército donde se hizo notable por haber ideado y fabricado

algunos aparatos ortopédicos de notable adelanto para su época. Se le

considera como el iniciador de la cirugía ofialmoldgica en Mkxico. Fue también

propietario de un cajón de ropa en el Portal de las Flores y diputado del

Congreso después de la Independencia. Este personaje aparece en la novela,

varias ocasiones como médico y también como miembro del Congreso pero

sin ninguna participación trascendente en la historia. (cf. pp. 24, 89)

* Nota: Fray Servando Teresa de Mier es protagonista de la novela, El mundo alucinante, escrita por Reinaldo Arenas y publicada en 1997. En el capítulo XXXI, se refiere a la misma entrevista que el fraile tiene con Agustín de Iturbide y en el capítulo XXXIII se narra la fuga de Fray Servando de la prisión de San Juan de Úlua. (p.269- 278).

68

-Guadalupe Victoria (1 876- 1843) Primer presidente de la República.

Nació en Villa de Tamazula (Durango). Su nombre fue Miguel Fernández Félix,

que éI cambió por el de Guadalupe Victoria. Es un personaje reconocido por la

historia y que Rosa Beltrán ironiza respecto a su cambio de nombre y también

acerca de la intervención de la iglesia en la política.

“¡Ay, FernAndez!- dijo el obispo con un gesto de asco. El pañuelo acudió en ayuda de sus fosas nasales, ¿Cómo puede alguien cambiar un apellido tan castizo como Fernandez por el ridículo seudónimo de Guadalupe Victoria?

cómo puede un hombre seducir a un pueblo con reguiebros y caireles. ¿Que clase de pais es &te que cae rendido ante hombres que se hacen llamar como mujeres, o peor, como vírgenes, o ante curas enfaldados que se encierran en los confesionarios a susurrarles injurias al oído? (p. 102)

- Deje usted el asunto del seudónimo, señor obispo -dijo Negrete. Yo no entiendo

En la novela se hace un claro cuestionamiento general acerca de la

participación de los servidores religiosos en la vida política del país y también

se comenta sobre los beneficios que el gobierno les otorga.

- Vicente Guerrero (1781- 1831) Presidente de la República, nació en

Tixtla hoy estado de Guerrero. De familia campesina, era mestizo con fuerte

porcentaje de sangre negra. Tuvo escasa instrucción y se dedicó a las

actividades agrícolas y a la arriería. Comenzó su carrera militar a las órdenes

de Galeana, en 1810. Junto con Pedro de la Ascensión Alquisiras, mantuvo un

foco de insurrección. Por ello, cuando lturbide puso en ejecución sus planes

para la Independencia, marchó al sur para batir a Guerrero y Alquisiras, lo que

no logró, pués en los encuentros que tuvieron, la peor parte la llevaron los

realistas. El 10 de enero de 1821 lturbide le envía una carta para invitarlo a

conferenciar sobre la Independencia. El jefe insurgente convino en luchar al

lado de sus antiguos enemigos, ocupando un lugar subalterno. Aunque

69

reconoció a Iturbide como Emperador, pronto lo combatió, en unión con Bravo.

Este es un personaje muy conocido en la historia de México como héroe

nacional.

- Nicolasa Iturbide, hermana del emperador es un personaje que sirve a

Rosa Beltrán para mostrar la analogía del sueño masculino del poder y el

sueño femenino del príncipe azul. Analogía que es la premisa temática de esta

novela. En una entrevista Rosa Beltrán afirma que: “no hay mucha distancia

entre el ideal del amor romántico de las mujeres y el sueño de poder de los

“ Aplaudir el bordado del ajuar inútil en que se había empefiado y más tarde comer sobre los manteles que Nicolasa bordaba con las iniciales suyas del advenedizo ese entrelazadas, verla a ella dormir sobre las sábanas con idénticas iniciales, Nicolasa y Severino, y hasta secarse las manos con paños que en lugar de las insignias imperiales dejaban ver los trabajos de la Princesa de Iturbide” (p. 86)

Nicolasa es el personaje que a finales de la Edad Media cobró

importancia en la literatura, el Loco, figura que ocupa el centro del teatro, como

poseedor de la verdad, representando el papel inverso del que representa.

Porque el loco recuerda a cada uno su verdad, como lo hace Nicolasa con

Iturbide, advirtiendo una verdad que sólo ve ella y para el resto de los “ilusos”

nos es perceptible. A través de este personaje la locura “se defiende, y

reivindica una posición más a la razón que la misma razón”(4o). AI respecto Ana

(39) Pablo Espinoza, “El suefio masculino del poder tan ridículo como el de la Cenicienta” en La Jornada, 5 de marzo de 1995, p. 27. (40) Michel Foucault, “Ira parte, I - Stultifera Navis” en Historia de la locura en la época Clásica I, FCE, México, pp. 30.

70

María la emperatriz nos dice que: “La locura es el Único lugar soportable de

esta tierra” (p. 216)

Nicolasa descubre unos versos impresos y es quien reconoce en ellos

la crítica al gobierno de su hermano el emperador Agustín de Iturbide. Como

también no ignora que sean escritos por Fray Servando Teresa de Mier, uno de

los mayores enemigos del emperador.

V ASPECTO SOCIAL Y COSTUMBRISTA EN LC1

Como ya lo mencioné, la autora no sólo se concentra en los

acontecimientos históricos, trabajo del que reconozco su mérito, porque

también nos ofrece la oportunidad de conocer el aspecto social y costumbrista

de la época. Realiza un entretejido con otro tipo de discursos y textos como los

carteles que se publicaban en esa época, los artículos de periódicos, incluso

textos de tipo oral. Nos presenta refranes que enriquecen el discurso, y son

como lo que hoy diríamos %ps” o consejos de la abuela. Estos consejos son

recetas, y prácticas del dominio popular tanto de belleza, higiene que se

transmiten de forma oral, como consejos íntimos de las mujeres de esa época.

Por ejemplo:

“usar polvo de arroz en las mejillas y carmín en los labios. Refrescarse la boca con tintura de eucalipto y esencia de vainilla. Usar bórax y glicerina para la exagerada transpiración de las manos” (p. 11 2)

71

“ los cabellos aclarados con dos tantos de agua oxigenada por uno de manzanilla (...) Se sometió á unas curaciones de árnica, se untó el cuerpo con telas de contray tornasolado”(p. 166)

“un colibrí disecado y puesto de perfil en un pañuelo, (...) con una cinta roja atada al cuello. De una pata colgaba un envoltorio que contenía unos polvos amarillentos. (...) Rafaela guardaba el colibrí con el objeto de atraer el amor hacía la Princesa mediante uno de los más eficaces amuletos. (...) (los) polvos de hueso molido,

probado remedio contra el deseo carnal” (p. 152)

Aparte de estas escenas también hay otras en las que dentro del

colorido y detallada descripción, también contienen una animación de los

objetos, que le dan vida a toda la estampa en conjunto. Cada objeto es un

personaje en escena de su cotidianidad. Cito:

“Hacía las seis de la tarde, todo había quedado dispuesto: la vajilla de Talavera había salido de su pequeña habitación y compartía honores con el mantel deshilado de Aguascalientes. Los brazos de cuchillos y cucharas, así como los dedos de los tenedores, habían recibo un baño de limón y carbonato, y aguardaban quietos el momentos de poder hundirse y chapotear alegres en los guisos. Las jarras de vidrio soplado lucían las bebidas de colores depositadas en sus caderas, y las servilletas dobladas en varios plieges dormitaban la siesta mientras llegaba la hora en que unos dedos los llamaran a estirarse en un bostezo y las obligaran a salir de su modorra” (p. 114)

En otra escena:

“El carruaje se acercó a la finca, dando tumbos entre las piedras del camino, (...) ciego a la algarabía de los puesteros, sordo a los llantos y pataletas de los niños que parecían estar empeñados en destrozarle las entrañas, nudo a la posibilidad de una queja, (..) enfrentaba con estoicismo su destino de conductor infatigable. I‘ ( p l l )

72

En otra escena el emperador lturbide exalta la laboriosidad del mundo de

los conventos, un mundo femenino ajeno al mundo militar y político que está

acostumbrado a relacionarse con el hombre.

“El emperador suspiró. Le gustaba el aspecto limpio y austero de los conventos. Le gustaba el empecinamiento de las monjas en dedicar su tiempo a las tareas mas ingratas. Ocuparse del aseo de los servicios del Hospital de Terceros. Peinar y alimentar a las mujeres dementes del Divino Salvador y enseñarles a usar el rebozo a modo de mantilla, confeccionar sacos de jerga en figura casaca para los locos de San Hipólito” (p. 167)

En este otro fragmento se aprecia una mirada de lente

cinematográfica que va recorriendo los estantes y se introduce en un mundo

intimo y femenino a través de la óptica de Iturbide. Por ejemplo:

“los ojos avanzaron hacia el pequeño estante. Se toparon con los polvos dentífricos hechos a base de magnesia, raíz de lirio de Florencia y menta píperita. (...) sólo un pequeño alto frente al liquido blancuzco para la exagerada transpiración, el ácido bórico rebajado, (...) continuando hacia el sitio donde estaba la mezcla de tanino y alumbre calcinado en polvo y la esencia de bergamota para los pies.”(p. 142)

“Mientras, batía unas yemas a punto de listón, Rafaela ensayaba el saludo inicial seguido de la pregunta obligada, qué gusta usted tomar, y del ramillete de posibilidades, caldo estufado o ponche de vino rojo en caso de que hiciera frío, y si no, vino de membrillo, vino cordial de zarzamora, refresco de capulines o agua fresca perfumada con yerbabuena” (p. 114)

Característica propia de la parodia es el zoomorfismo, la comparación de

las personas con animales, que conlleva una degradación de los personajes.

En general es una alegoría al carnaval de la vida. Realmente son pocas las

comparaciones que realiza Rosa Beltrán pero creo conveniente mencionarlas.

“Junto a ellos estaba don Manuel Bermúdez Zozaya y Cristobal Huber, apodado el “Monstruo de Tierra Caliente” por el tamaño prodigioso y el empleo que daba a cierta parte de su anatomía” (p. 24)

73

“Por más que quisiera conservar la elegancia de sus años mozos, a ella el pecho de Agustín le recordaba el de una codorniz digna de las mesas más exigentes” (p. 16)

“Era el padre Mier, envuelto en su negra sotana, cuya mirada astuta dividida por la nariz de ave de mal agüero sobrevolaba el Imperio” (p. 38)

“La mujer del Generalísimo se acicalaba un poco, guardando bien de componerse el moño, de aflojar un tanto el escote y, contonéandose como una pava suculenta” (p. 33)

Creo haber sobrecargado este análisis con citas textuales, lo cual en un

principio me creo el error de decir que Rosa Beltrán sólo había transcrito los textos

históricos. Es verdad que La code de los ilusos está basada al pie de la letra de

los sucesos históricos, como lo comprobé en los numerosos documentos

históricos. Y para Rosa Beltrán no fue sencillo documentarse e investigar a fondo

y tan literalmente, para crear una transcripción original de los hechos. Pero la

interrogante no es, el por qué tanta documentación, sino el para qué, esta cacería

de hechos.

74

Los acontecimientos básicos seleccionados por la autora son

episodios reconstruidos, reinventados, y básicamente recreados en tono irónico.

Considerando lo que dijo Jorge Volpi que “aún si se leyese en un clásico tratado

historiográfico, el Imperio de lturbide parecería sacado de la más delirante

imaginación; los errores, las trampas, los equívocos fueron tantos que cuesta

trabajo considerarlos reales”

Rosa Beltrán se documenta e investiga a fondo y tan literalmente que da la

impresión, sólo por momentos, que La corte de los ilusos es una síntesis o una

recopilación o una transcripción de documentos históricos, rellena de sentimientos

y emociones que los personajes pudieron tener, y una pequeña antología de y

refranes y de costumbres o hábitos femeninos de la época.

Ante este análisis Rosa Beltrán es una escritora que logra parodiar y

desacralizar un momento histórico y también una excelente investigadora que

siguió paso tras paso el desarrollo del imperio de Iturbide. No sólo se basó en uno

o dos autores o versiones, sino que enriqueció con el colorido de la variedad.

El valor de novela histórica y cualquier otra no depende de la fiabilidad de

sus fuentes ni del apego a ellas, sino del tratamiento que el escritor le halla podido

dar. En esta obra se logra lo que la autora le dice en una entrevista a Cristina

Pérez Stadelman, “Mi novela es un documento de ficción, no histórico,

heterogéneo, en cuál trate de darle el mismo nivel de importancia a la vida intima,

que a la vida oficial”.

75

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